Nueva versión digital de la Historia Natural y Moral de las Indias de José de Acosta, a cargo de Enrique Suárez Fecha de Publicación: 01/02/2023 Enrique Suárez Figaredo, nuestro Socio de Honor, acaba de publicar en la Revista Electrónica LEMIR una versión digital de la Historia Natural y Moral de las Indias, obra del jesuita José de Acosta que vio la luz el año de 1590 en Sevilla y que en corto espacio de tiempo fue traducida a todas las lenguas cultas de Europa. Y no es de extrañar, pues describe todas las novedades que el Nuevo Mundo deparó a los habitantes del Viejo. Trata de orografía, hidrología, clima, flora, fauna, metales, costumbres y ritos de sus habitantes…, en particular de las dos grandes civilizaciones: inca y azteca. José de Acosta evitó profundizar en los temas más escabrosos del proceso de colonización, pero no dejó de apuntarlos y censurarlos con la prudencia que exigía su época. Fue el primero en hablar de la que luego se llamaría Corriente de Humboldt y defendió la idea de que los primeros pobladores de aquel continente debieron proceder del norte de Asia, por más que entonces no se conociera la existencia del hoy llamado Estrecho de Bering. Pese a los cuatro siglos transcurridos, la obra de Acosta se lee con interés. La versión digital abarca algo más de 300 páginas y contiene unas 500 notas al pie. Como suele en sus trabajos, Enrique ha prestado especial atención a la puntuación, depuración de erratas y maquetación del texto. Está accesible para libre descarga en: Haz clic para acceder a 03_Historia_Indias_Acosta.pdf Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Don Quijote al son de saxofones, pianos y contrabajos: un investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha descubre la insospechada proyección de la novela cervantina en el jazz Fecha de Publicación: 29/01/2023 Hans Christian Hagedorn, profesor de Filología Alemana y Literatura Comparada de la Facultad de Letras de Ciudad Real, es autor de un amplio trabajo de investigación que supone una sorprendente vuelta de tuerca a los estudios sobre la influencia del Quijote en la música. El artículo, publicado en el último número (diciembre de 2022) de la prestigiosa revista Anales Cervantinos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), bajo el título “Don Quixote’s Adventures in the World of Jazz: 200 Examples and a Few Remarks”, ha despertado gran interés entre filólogos, musicólogos, cervantistas y aficionados al jazz de todo el mundo, ya que en él se demuestra que el enorme impacto de la novela cervantina en el mundo de la música no está limitado, como se creía hasta ahora, a la música clásica, la ópera y el ballet, sino que ha sido y sigue siendo muy notable también en los diferentes géneros de la música popular, y muy particularmente en el jazz. Tal como se ha dado a conocer en la página web de la Universidad de Castilla-La Mancha, Hans Christian Hagedorn —germanista y cervantista con origen en la ciudad alemana de Bremen, pero que ejerce en la universidad regional desde el año 1991— ha conseguido elaborar un catálogo de 200 composiciones y grabaciones jazzísticas inspiradas en el Quijote, procedentes de un total de 39 países, con los EE.UU. de América a la cabeza con 56 piezas, seguidos por Francia (26), Gran Bretaña (22), Alemania (18), Brasil (15), Italia (14), Canadá (11), Holanda (6) y Portugal (5). Por lo contrario, en el jazz hecho en España llama la atención el hecho de que se han encontrado solo ocho ejemplos. Otros temas e incluso álbumes enteros dedicados a la obra maestra de Cervantes o a alguno de sus personajes se han localizado en el jazz de países como Argentina, Armenia, Azerbaiyán, Australia, Chile, Corea del Sur, Cuba, Israel, Japón, Marruecos, México, Rusia, Turquía y Venezuela, entre muchos otros. Otro de los resultados más sorprendentes del estudio del investigador germano es la formidable presencia del Quijote en el jazz actual: de hecho, un 66% de los ejemplos encontrados por Hagedorn son del siglo XXI, mientras que un 34% de estas composiciones corresponden al siglo XX. El artículo del profesor de la UCLM se fija, además, en los artistas y en los títulos de sus obras. Así, entre los compositores que se citan en este estudio figuran algunos de los representantes más famosos del género del jazz, como son Egberto Gismonti, Tom Harrell, Krzysztof Komeda, Michel Legrand, Vince Mendoza, Johnny Richards, Jasper van’t Hof o Kenny Wheeler. En cuanto a los músicos que participaron en las grabaciones de estas piezas, el catálogo elaborado por Hagedorn incluye muchos de los grandes nombres de la historia del jazz como Bill Evans, Art Farmer, Dizzy Gillespie, Charlie Haden, Herbie Hancock, Dave Holland, Wynton Marsalis, Charles Mingus, Oscar Peterson, Wayne Shorter, Horace Silver, Tomasz Stańko y Sonny Stitt, entre muchos otros. Entre los temas más conocidos que se mencionan en esta lista sobresalen títulos como Barataria de Albert Brunies & The Half-Way House Orchestra (1925), Sancho Panza de Johnny Richards y Sonny Stitt (1953), The Windmills of Your Mind de Michel Legrand y Noel Harrison (1968), Don Quixote de Egberto Gismonti (1981), Don Quixote de Cesar Camargo Mariano y Milton Nascimento (1986), Dulcinea de Jasper van’t Hof (2012) y Don Quixote’s Final Quest de Peter White (2014). En el jazz más actual destacan también algunas piezas jazzísticas relacionadas con la novela cervantina, por ejemplo, Folli e folletti de Simona Colonna (2018), Sancho Panza de Colin Edwin y Robert Jürjendal (en Another World, 2018), Rossinante de Daïda (en La passion du cri – Kyrielle, 2021), o Quixote de Sam Kirmayer (en In This Moment, 2022). Entre los hallazgos más interesantes del estudio de Hagedorn está, además, el elevado número de suites de jazz basadas en el Quijote, desde Windmill Tilter (1969) de Kenny Wheeler —con el célebre tema instrumental Sweet Dulcinea Blue, que se ha convertido en un standard—, A Song of Don Quixote (1981) de Mitsuaki Kanno y The Ingenious Gentleman of the Lower East Side (1997) de Chris Kelsey, hasta las obras de Ron Westray (2005), Tom Harrell (2014), Simona Colonna (2018) o Stefano Corradi (2018), entre otros. Por último, destaca también el hecho de que este estudio rememora algunas composiciones que nunca fueron grabadas, como Ouverture pour un Don Quichotte (1929) de Jean Rivier y Chivalrous Misdemeanors (2005) de Ron Westray. En resumen, el trabajo de Hans Christian Hagedorn publicado por la ilustre revista del CSIC cambia la perspectiva sobre la influencia que la gran novela del Siglo de Oro español ha tenido —y sigue teniendo— en el arte de la música, y pone las bases para futuras investigaciones sobre las huellas de los clásicos de la literatura universal en el jazz. Teniendo en cuenta que hasta ahora se habían realizado numerosos estudios sobre la influencia del jazz en la literatura, pero no sobre la influencia de la literatura en el jazz, uno de los méritos más relevantes de este estudio llevado a cabo en la Universidad de Castilla-La Mancha consiste precisamente en el hecho de haber inaugurado una línea de investigación innovadora que promete dar muchos frutos importantes en las próximas décadas. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Iván Izquierdo Gómez (Zaragoza) es el ganador del segundo concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 09/01/2023 De izquierda a derecha: Manuel Castellanos, Juan Bautista Mata (presidente) y Luis Miguel Román (vicepresidente) En la tarde del domingo 8 de enero se han dado a conocer por Facebook en directo los ganadores del concurso que ha tenido un excelente nivel de calidad de los trabajos presentados Alcázar de San Juan, 9 de enero de 2023.- A las 19 horas de la tarde de ayer y mediante retransmisión en directo por Facebook se han dado a conocer los ganadores del segundo concurso de cartas a los Reyes Magos “Café Monago” organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y patrocinado por Centro de Conductores Rondilla. Los ganadores han sido: 1º Diploma y 100 euros, Iván Izquierdo Gómez (Zaragoza) por “La carta de don Bartolomé”. 160 puntos. 2º Diploma y 50 euros ex aequo, Andrea López Miguel (España) por “Melancolía” y Carlos Colomer Barcia (Valencia) por “Una carta diferente”. 154 puntos. 3º Diploma, Silvia Oller Jurado (Barcelona), por “Esperanza”. 153 puntos. 4º Diploma, Eduardo Losas Villamarzo, (Madrid), por “La última carta”. 152 puntos. 5º Diploma, Paula Beamud Fuentes (Alcázar de San Juan), por “El pequeño Cervantes”. 151 puntos. 6º Diploma, Mela Ortíz Arbones-Dávila, (Vigo), por “Tiempo”. 150 puntos. 7º Diploma, Zigor Eguía Lejardi, (Elgóibar), por “Un favor muy especial”. 149 puntos. 8º Diploma ex aequo, José Gálax Céspedes Elguera (Arequipa, Perú) por “Germinar la semilla”, Cristina Núñez Lama (La Puebla del Río) por “Carta a los Reyes Magos” y Alfonso de Terán Riva de Gijón, por “Gracias por todo”. 148 puntos. El nivel de las 135 cartas recibidas ha sido impresionante y el jurado lo ha tenido muy difícil para escoger las mejores, de hecho, hay muy pocos puntos de diferencia entre las clasificadas en los primeros lugares. Los escritores han tirado de ingenio componiendo bellas cartas, algunas de ellas novedosas y curiosas (e incluso alguna un poco irreverente pero muy bien escrita), siendo la calidad literaria superior a la del pasado año. Los autores han escrito fundamentalmente al rey Baltasar que es el destinatario preferido de las misivas (por razones de simpatía personal), seguido por Melchor y quedando algo más rezagado Gaspar, aunque la mayoría de las cartas se han dirigido a los tres Reyes Magos en conjunto. Como curiosidad, los escritores han pedido bicicletas, hasta dos bicicletas rojas y una verde han aparecido en las peticiones, pero la mayoría se han centrado en los regalos espirituales y sobre todo en los regalos que no eran para el propio escritor sino para terceros, lo que honra a los solicitantes… En numerosas cartas se han tenido presente las desgracias ocasionadas en los últimos tiempos como el COVID o la guerra de Ucrania y lo que es digno de resaltar es que los peticionarios se han acordado y mucho de nuestros mayores y de los que ya no están con nosotros, ha quedado muy claro que no nos olvidamos de los que nos dejaron y de que permanecen en nuestro corazón. Ha sido por tanto una edición fantástica donde los autores cada año sorprenden con su ingenio, su estilo y su buen hacer, consiguiendo que este concurso esté alzando el vuelo y se está consolidando como referente en las fechas navideñas. Por parte de la organización ya se está trabajando en la edición del próximo, la que esperamos supere en calidad y participación a la de este año 2023. Será muy difícil ya que recordamos que han tomado parte autores de 18 países: Argentina, Canadá, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Serbia, Uruguay y Venezuela. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Participación excepcional en el segundo concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 03/12/2023 Cerrado el plazo a las 23:59 horas del domingo 1 de enero, el recuento de cartas participantes asciende a 134, superando en mucho el número del pasado año en que recibieron 120 trabajos Alcázar de San Juan, 3 de enero de 2023.- El pasado 1 de enero se cerró el plazo para recibir las cartas a la segunda edición del concurso de cartas a los Reyes Magos que organiza Café Monago en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Si el pasado año fue un éxito recibir 120 cartas, en esta edición el poder de convocatoria del concurso ha sido mayor habiéndose recibido en la organización del concurso 134 cartas participantes, todas ellas de muy buena calidad y algunas escritas con gran imaginación. Este año han participado escritores residentes en 18 países diferentes: Argentina, Canadá, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Serbia, Uruguay y Venezuela. La mayor parte de ellas han sido enviadas desde España (casi un 70 % del total), pertenecientes a 16 Comunidades Autónomas del territorio nacional, prácticamente todas excepto Islas Baleares y las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla. El jurado calificador va a tener una ardua tarea que deberá tener finalizada antes del domingo 8 de enero de 2023, cuando a partir de las 19:00 horas (en España) se retransmita en directo desde el Café Monago la lectura del acta del jurado y se den a conocer los ganadores de los dos premios, así como la clasificación de los diez primeros trabajos que también recibirán un diploma conmemorativo. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan anunciará los nombres de los premiados, estará acompañado por Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente y por Manuel Castellanos, miembro de la Sociedad y actor de doblaje, que leerá los dos trabajos ganadores. Como el año anterior, la retransmisión se hará en directo y podrá seguirse en el perfil de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 Os esperamos a todos en esta cita para que conozcáis de primera mano el resultado del concurso, conectaros a nuestra dirección y que no os lo cuenten. Café Monago y la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, se felicitan por haber sido capaces de concitar a tantos escritores y tan buenos, de los diferentes rincones de España y de la variada representación de países del mundo en los que se habla el castellano. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
¡Feliz Navidad 2022! Fecha de Publicación: 14/12/2022 . Con nuestros mejores deseos de felicidad y alegría para las fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes. Afectuosamente, Juan Bautista Mata. Presidente Leer más
La Sociedad Cervantina de Alcázar agradece su colaboración a los donantes de libros Fecha de Publicación: 14/12/2022 Aunque no se ha podido superar la cifra del año pasado (500 libros), este año nos hemos quedado muy cerca gracias a la solidaridad de numerosos alcazareños y residentes fuera de la ciudad Alcázar de San Juan, 14/12/2022.- De nuevo hemos podido comprobar que Alcázar de San Juan es un pueblo solidario, que colabora cuando se le pide y ayuda en la medida de sus posibilidades a los más necesitados. También este año han respondido las instituciones como la Biblioteca Municipal Miguel de Cervantes, así como los que viven lejos (en Sevilla) que como cada año envían por correo su colaboración a la Sociedad Cervantina de Alcázar. Podemos decir que esta quinta campaña “Ningún niño/a sin imaginación” ha vuelto a ser un éxito. El secretario de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Constantino López, junto con otros miembros de la junta directiva, hizo entrega a Milagros Plaza, presidenta de la Asociación Cultural y Social el Sosiego, de los numerosos libros infantiles y juveniles recogidos, y que como en otras ocasiones, algunos eran nuevos -adquiridos a propósito para ser donados-, viniendo incluso envueltos en su papel de regalo. Este año, el acto de entrega ha tenido lugar en el belén monumental 2022, montado en la Sala Noble del Ayuntamiento a cargo de la Asociación Belenista “Corazón de la Mancha” que ha aumentado su superficie y es digno de ser visitado por su grandiosidad, pero también por su detalle. La Asociación el Sosiego viene realizando más de diez años la recogida de juguetes solidaria, para poder entregarlos cada Navidad y Reyes a los niños más desfavorecidos y que menos recursos tienen. Es un ejemplo a seguir la gran labor social que desarrollan con poquísimos medios, lo que hace digno de encomio su dedicación y trabajo. Esto fue lo que motivó a la Sociedad Cervantina de Alcázar a iniciar con ellos esta colaboración que se remonta a cinco años atrás. Finalizamos reiterando nuestro agradecimiento a todos los que han hecho posible que esta campaña haya acabado con éxito: personas particulares, ilustradores, profesores, escritores e instituciones. Nos enorgullece comprobar que es verdad el dicho de que el mundo se ha cansado con el paso de los años… pero la Navidad sigue siendo igual de joven. También nuestros benefactores han hecho cierta aquella frase de Roy L. Smith que dice “Si no llevas la Navidad en el corazón, jamás la encontrarás bajo un árbol”. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Segundo concurso de cartas a los Reyes Magos «Café Monago» Fecha de Publicación: 11/12/2022 Café Monago de Alcázar de San Juan en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y con el patrocinio del Centro de Conductores Rondilla, convoca el segundo concurso de cartas a los Reyes Magos para que vuele nuestra imaginación y la misiva a los Magos de Oriente tenga premio económico Alcázar de San Juan, 12-12-2022.- Se acercan las fechas navideñas y Café Monago de Alcázar de San Juan propone a los escritores de todo el mundo que expriman su imaginación y escriban la carta a los Reyes Magos que encandile al jurado y la haga merecedora de unos de los premios ofrecidos. El plazo para participar se cierra el próximo 1 de enero de 2023 a las 23:55 y los trabajos deben enviarse al correo info@cervantesalcazar.com de la Sociedad Cervantina de Alcázar. El Centro de Conductores Rondilla patrocina por segundo año consecutivo el concurso con dos premios, uno de 100 euros para el ganador y otro de 50 euros para el finalista. Las cartas deben estar escritas en castellano, la extensión de la carta no debe ser mayor de 2 páginas DIN A4, con tamaño de fuente Arial 12 puntos y el espaciado mínimo será de 1,5 líneas. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan tendrá la responsabilidad de evaluar las cartas y proponer los premios, pudiendo ayudarse para estas tareas de personas de contrastada experiencia literaria. Como se especifica en las bases, se valorará la adecuación al tema, el estilo de escritura, la presentación, la originalidad y la transmisión de valores positivos. Animamos a todas las personas que tengan inquietud creativa a que la pongan en práctica a través de esta acción cultural que ha sido idea original de la dirección de Café Monago, esperando superar la participación del año anterior que ascendió a ciento veinte trabajos recibidos de trece países. Las bases completas del concurso están a disposición en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar: http://cervantesalcazar.com Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan BASES DEL CONCURSO 1.- Podrán concurrir todas las personas mayores de 18 años. 2.- Cada autor/a podrá presentar una obra. 3.- La carta irá dirigida a uno o a los tres Reyes Magos. Una vez fijado el tema, el resto de la producción es libre. Por ejemplo, se puede cambiar el remitente (escribir como si fuera otra persona), cambiar la fecha (en otra época, en el pasado o en el futuro o en una época inventada), se puede pedir cualquier cosa a los Reyes. 4.- Será valorada la adecuación al tema, el estilo de escritura, la presentación, la originalidad y la transmisión de valores positivos. 5.- Las obras deben estar escritas en castellano y tener una extensión máxima de 2 páginas tamaño DIN A4. El tamaño mínimo de la fuente es de 12 pt y espaciado entre líneas mínimo de 1,5. Los trabajos estarán mecanografiados electrónicamente. 6.- Los originales no irán firmados y estarán exentos de cualquier signo o marca que indique su autoría. En el encabezado llevarán consignados los siguientes datos: título de la obra presentada y un seudónimo. El autor adjuntará un segundo documento que contendrá sus datos personales. Los documentos serán enviados en formato PDF al correo electrónico: info@cervantesalcazar.com 7.- “Café Monago” establece dos premios; uno para el ganador y uno más para el finalista. Primer premio: 100 euros. Finalista: 50 euros. 8.- El jurado estará compuesto por miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan que podrán estar asesorados por terceras personas con experiencia literaria contrastada y su decisión será inapelable. El jurado puede declarar desierto alguno de los premios o todos ellos, si considera que los trabajos no reúnen la calidad mínima necesaria para optar a los premios. 9.- Los plazos para el concurso de cartas serán: 1 de enero de 2023: Finaliza el plazo de recepción de cartas. 8 de enero de 2023: Se entregarán los premios en “Café Monago” 10.- No respetar las bases de este concurso, plagiar la obra o parte de ella o infringir los derechos de autor, serán motivo de exclusión del concurso. 11.- Por el hecho de participar en el concurso se ceden los derechos a Café Monago y Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, quienes pueden utilizar y difundir libremente los trabajos premiados. Del mismo modo, la sola participación en este concurso implica la aceptación de las normas de participación. En caso de situaciones no previstas en el mismo, se estará a lo que disponga el organizador. Los ganadores se harán públicos tanto en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan https://cervantesalcazar.com, como en su blog https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog y en las redes sociales de la propia SCA. En Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 También se comunicará a cada uno de los premiados por correo electrónico. Premios y patrocinio: Leer más
Deporte y Trasplante España en Alcázar de Cervantes Fecha de Publicación: 27/11/2022 La selección española de fútbol de la asociación Deporte y Trasplante España está celebrando desde el pasado viernes una concentración en Alcázar de San Juan, que terminará hoy domingo con un partido amistoso contra una selección de futbolistas locales. Esta asociación tiene entre sus objetivos «concienciar a la sociedad sobre la importancia de la donación de órganos, médula ósea y sangre, transmitir un mensaje de esperanza a todas las personas que están pasando por una enfermedad y requieren un trasplante, y fomentar y promocionar la salud y el deporte en las personas trasplantadas». Una de las actividades que han podido hacer en la tarde de ayer sábado fue la de conocer el patrimonio y la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, con la colaboración de la Sociedad Cervantina. Dirigidos por el vicepresidente de esta asociación alcazareña, durante más de tres horas han recorrido las calles y plazas que guardan la tradición cervantina, que nace con el descubrimiento en 1748 de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra en la parroquia de Santa María. Han aprovechado el buen tiempo que brindó esta tarde otoñal para subir al Torreón del Gran Prior y desde él contemplar la imagen de esta ciudad manchega, terminando su visita a la localidad en el Museo del Hidalgo donde han podido apreciar cómo era la vida de un hidalgo manchego. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
La música en torno a los Molinos Fecha de Publicación: 26/11/2022 Este fue el título de la conferencia impartida dentro del ciclo de actividades de la Unión Musical Quintanareña (UMQ) en la XII Semana Músico Cultural del año 2021, una comunicación concebida a raíz del libro que soy autor “Los molinos de El Toboso, ¡realidad o ficción! Prólogo o visión de la mayor aventura quijotesca” publicado en el año 2020 pero que fue presentado por motivos de la pandemia a lo largo del año 2021. Esta charla versó del influjo de los molinos tanto los de viento como los de agua en la música analizada desde dos vertientes: La que se deriva por la actividad misma por la que se crea el molino, por la vida real del mismo, la etnografía como fue la molienda, las personas que lo realizan: el molinero, la molinera; los elementos constructivos del molino que magistralmente unidos como la rueda catalina, las piedras de moler…, todo se canaliza a través del folclore popular, de la música antigua, clásica, el pop, tecno Y la otra influencia de los molinos en la música es la que queda intrínsicamente vinculada con la universal obra Don Quijote de la Mancha (DQ) que ha generado desde el siglo XVIII hasta nuestros días una ingente cantidad de obras musicales donde el molino tiene una presencia sublímeme en todos los géneros desde la ópera, ballet, zarzuela, sinfónica, vocal, cámara, el jazz, la tecno, y la conjunción con el teatro, la televisión y el cine. Desde la óptica de la música tradicional incide todo el mundo de la molienda; esta fue imprescindible en la vida del hombre y la mujer con los primeros asentamientos en poblado; moler el grano va ligado con el desarrollo de la vida humana y también para el sustento de los animales domésticos. Existen bastantes vestigios de las primeras piedras de golpear el grano de los cereales para convertir en harina y ser sustento de los primeros pobladores. Posteriormente ligado al incremente de la población se crea el molino y conlleva el nacimiento de los oficios del molinero y la molinera; su estrecha convivencia con el pueblo y sus actos como el precio de la molienda, la maquila, las dudas del peso y la imagen pícara, sensual de los protagonistas produce un sentimiento popular que genera la creación de canciones, poemas y música entorno a este maravilloso mundo molinar. Estos dos personajes inspiran con fuerza todo un mundo creativo dentro de la Literatura, Poesía y la Música tradicional; las canciones populares se encuentran en todo el folclore de las regiones españolas; la música puso las notas rítmicas construyendo el rico y variado cancionero español como las canciones “La Sinda”, “La molinera”, “El Molino”, … La Sinda canción popular de Castilla, entona la relación del molinero con las jóvenes, la figura del pícaro molinero, una de las estrofas: “Mi madre no quiere que al molino vaya, porque cuando bajo me rompo la saya…”. El movimiento rítmico de la rueda catalina, el sonido de la fricción de piedras de moler, el golpeo de la tarabilla, se expresan y se recogen con el característico “tac-tic, tac-tic, tac”. Una de nuestras obras más internacionales, versada en la novela homónima de Pedro Antonio de Alarcón es el ballet musical El Sombrero de Tres Picos compuesta por Manuel de Falla; donde dos piezas dan de sus cuadros, «La danza de la molinera» un hermoso fandango y la danza del molinero – La Farruca–[1] son exponentes del valioso patrimonio español de la composición; el cine ha realizado también varias versiones de esta obra. La canción del repertorio castellano “La molinera” con letra algo picante ha tenido una amplia difusión con las adaptaciones desde el Nuevo Mester de Juglaría pasando por Luar na Lubre, de reciente actuación en Manchafolk de Quintanar. Así en la música pop, la de los años 60, el legendario grupo Los Gritos puso en el panorama musical la canción “Los Molinos de la Mancha”[2], que actualmente tendría una total vigencia en la España vacía, un canto denuncia al despoblamiento de nuestros pueblos manchegos a raíz del abandono del campo; en ese año de 1968 Los Gritos compitieron con otra versión de la famosa “La vida sigue igual” la misma que Julio Iglesias en el festival de Benidorm; ganando ambos, pues en los festivales anteriores la misma canción la defendían dos diferentes intérpretes. La magia de los molinos también va a atraer al Folk metal, subgénero del Heavy metal siendo un gran exponente el grupo El Mägo de Oz y su disco “La leyenda de La Mancha”, con una canción dedicada a los molinos de viento, una canción y música con una fuerza extraordinaria y comprensión del mensaje, pues Sancho recrimina a Don Quijote por su alucinación y este le explica que “él no ve con los ojos, sino con el corazón y la imaginación”. La supervivencia actual del molino de viento y todo lo que representa en la actualidad, como valor Patrimonial, como atracción dentro del Paisaje en La Mancha se lo debe a la aventura del capítulo octavo de la primera parte de Don Quijote de la Mancha ( DQ (VIII, I) con el título “Del buen suceso que el valeroso Don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación”; este episodio está esculpido en la Literatura Universal como una de las más grandes creaciones de la imaginación, de la fantasía humana con una fuerza vital, poética, psíquica… Desde el comienzo de la andadura de la novela del Caballero de la Triste figura, tuvo una fuerte atracción para el mundo creativo: literatos, poetas, pintores e ilustradores que desde su visión crítica, imaginativa y creativa quedaron impactados de la belleza, de la frescura de la obra que profundizaba en todos los estadios de la vida; fluyendo un torrente de composiciones en todas las ordenes artísticas conocidas. La Música como todas las Bellas Artes es también embrujada; el enfrentamiento heroico de Don Quijote con los gigantes es un polo imantado para las compositores tanto nacionales e internacionales, el choque con las aspas de los molinos es ensalzado a un estado sublime. Del siglo XVIII una composición musical es la conocida “Suite burlesca de Quijote en sol mayor” de Georg Philipp Telemann, que versa sobre varios capítulos entre ellos el enfrentamiento con los molinos de viento. En la versión musical “El hombre de La Mancha” cuando Don Quijote es derrotado por el molino de viento, echa las culpas no al encantamiento del mago Frestón sino que todavía no había sido armado caballero. Esta obra universal con un extraordinario éxito desde su estreno en 1965 en Broadway ha sido y sigue siendo representado en un importante número de naciones. También “El Hombre de la Mancha” fue llevada al cine, con el mismo título en la película del año 1972 e interpretada por Peter Otole y Sofía Loren. En España llegó el musical en el año 1997 de la mano de José Sacristán y Paloma San Basilio, con una magnífica adaptación de calidad, soberbia interpretación y siendo acogido con entusiasmo por el público. La canción famosa que todos recordamos es la declamación e interpretación de José Sacristán y la elevada canción de Paloma San Basilio “En el sueño imposible” con la emoción de la declaración: “Soñar, lo imposible soñar. Vencer, al invicto rival. Sufrir, el dolor insufrible. Morir, por un noble ideal…” [3] El mundo cinematográfico también es atrapado desde sus principios por la más grande novela española y unas de las más universales. El primer documental cinematográfico donde se proyecta la aventura de los molinos de viento asociado con la música es el que lleva por título “La ruta de Don Quijote” del director catalán Ramón Biadiu estrenado en el año 1934; un grandísimo testimonio del patrimonio etnográfico de La Mancha, relacionando la novela quijotesca con el valor del paisaje y el paisanaje. La aventura de DQ (VIII, I) la representa con diversas tomas del molino de viento, la escena del ataque de Don Quijote hacia ellos con la vigorosa música creada por Juan Gaitg, composición que empieza con el murmullo del sonido del viento, subiendo la tonalidad imitando el aumento de ráfagas del viento silbando, una magnífica estructura música orquestal y al unísono que giran las aspas la armonía es como si fuese rodando, formando círculos musicales después del imaginado embiste del caballero contra las aspas. En el año 1953 el mismo director realiza una actualización de este documental, una de las acciones incorporadas corresponde al funcionamiento de los mazos de los batanes, aquellos espantosos ruidos que tanto asustaban a Sancho Panza DQ (XX;I), un extraordinario testimonio del movimiento rítmico, con el mismo sonido acompasado repetitivo del golpeo de los mazos del batán, que nos transporta a la famosa escena de la película de Ben Hur de que muevan los remos con mayor velocidad los remeros esclavos a la orden de “boga de combate” comienza el golpeo de las mazos del tambor y ese sonido acompasado se asemeja al golpeo rítmico de los mazos de los batanes. Una de las consideradas mejores adaptaciones españolas y universales es “Don Quijote de la Mancha” del año 1948 de Rafael Gil con interpretación de Rafael Rivelles, Juan Calvo, Fernando Rey y Sara Montiel, entre otros y corresponde la composición musical a Ernesto Halffter; esta obra cinematográfica dentro de la conmemoración del IV Centenario del nacimiento de Cervantes fue grabada en su terreno natural de los espacios quijotescos: El Toboso, Campo de Criptana. Fotograma película Don Quijote de la Mancha 1948 director Rafael Gil y Ernesto Halffter. La música que corresponde también es orquestal, la llamada música incidental o música de escena interpretada por la Sinfónica de Madrid, y vuelve a ser cíclica con un preludio en la visualización de los gigantes o molinos, con clarines anunciando el comienzo de una batalla y después una sinfonía constante en el enfrentamiento entre el caballero y el movimiento giratorio de las aspas, siempre con el sonido agudo al romper el viento con las aspas y los lienzos, notas que se repiten con cada uno de los volteos. De este mismo compositor Cristóbal Halffter creo una ópera, la de “Don Quijote” con un extraordinario éxito con libreto de Andrés Amorós y estrenada en el Teatro Real en el año 2000. Otra obra cinematográfica con bella composición musical con presencia de los molinos es la serie televisiva de “Don Quijote” del director Manuel Gutiérrez Aragón del año 1992, una ambiciosa propuesta de TVE con el magnífico guion de Camilo José Cela y las brillantes interpretaciones de Fernando Rey y Alfredo Landa, una esplendorosa obra con gran riqueza, una soberbia recreación que supuso un importante acercamiento de la obra literaria al público que significó que se conociera más en profundidad esta joya de la literatura universal. En esta adaptación serial la música imita el sonido de los vientos al estallar con las aspas del molino, una armoniosa conjunción de notas en función de la velocidad del viento y la distancia de los molinos, siempre acompañado por el melódico ruido del girar del movimiento cadencioso de las aspas, aquí en esta versión Don Quijote se baja de Rocinante y realiza un sosegado paseo entre los gigantes con el fondo del sonido del eje, a imitación de un gemido, se produce un intenso diálogo de Don Quijote nombrando a cada uno de los molinos. La exquisita composición musical de esta serie correspondió al laureado compositor argentino Lalo Schiffrin. Fotograma serie “El Quijote de Miguel de Cervantes”, 1992. Director Manuel Gutiérrez Aragón y Música de Lalo Schifrin. La música alcanza su cenit en este episodio al levantarse Don Quijote ayudado por su fiel escudero a los pies del majestuoso molino y realizarse una interpretación musical luctuosa, que, rasgado por el ocaso de la imagen, resalta las figuras chinescas de los protagonistas que a continuación cabalgan asumidos en la derrota, en la tristeza suena a modo de réquiem. Este mismo director Gutiérrez Aragón dirigió una película en el año 2002 con el título “El Caballero don Quijote” y la composición musical de José Nieto que corresponde a la DQ II parte de la novela. Las creaciones musicales cinematográficas son de una plasticidad sublime pues el lenguaje poético que se crea de la combinación de imagen y composición musical para transmitir el envite del hidalgo caballero en su lucha imaginaria con los gigantes y posteriormente la cadencia musical en la derrota son de ternura, de amor, cuando Don Quijote descubre que realmente son molinos. En las diferentes versiones plasmada en esta muestra seleccionada recogen en cada de las notas musicales, en las composiciones, la ternura, la emoción y el cariño, la ayuda humanitaria del leal escudero al levantar al abatido don quijote. La música se rinde a la mejor novela del mundo, desde el principio se adentra en la grandiosa y majestuosa obra de Miguel de Cervantes, capta toda fuerza y vigor de las aventuras, la expresión sublime de sus episodios, la belleza de las notas se transforma en la virtuosidad de las composiciones. La magia cervantina también tiene excelentes composiciones acercándose al molino y sus personajes, como el balPero si hay un género musical donde el molino queda resaltado es la ópera que por cierto vive un momento dulce con una tremenda operación mediática y divulgativa, así como una importante respuesta del público. Quintanar ha tenido el honor y el privilegio de haber tenido en sus escenario y su música a Tomás Marco, una de las personalidades actuales más importante del arco musical español; ha apoyado el festival internacional de música de Quintanar, en el que se le han realizado homenajes; en diferentes años, obras suyas han sido estrenadas aquí en exclusividad para Castilla La Mancha y que tiene una memorable opera: ”El caballero de la triste figura”-un encargo de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales con ocasión del cuarto centenario del Quijote- fue la quinta ópera de Tomás Marco, y una de las escenas de las siete escenas lleva el título “Molinos de viento”. Una obra que muchos aquí en nuestra tierra, no la relacionamos con La Mancha es la famosa ópera “Carmen” de Bizet, pues siempre la identificamos con Sevilla. Viendo una puesta en escena de esta obra del año 2005 correspondiente al festival anual de ópera de Sankt Margarethen[4] cercano a Viena, me sorprendió que el horizonte estuviera dominado por molinos de viento y castillo, como si fuera una población manchega (Belmonte, Consuegra) y así mismo dentro de otras escenas salen los molinos; que no solamente están presentes en la ópera de “Carmen”, sino en otras más. Pues esta obra basada en el libreto de Prosper Mérimée, hispanista que pasó por Quintanar a Belmonte, acompañando a la condesa Eugenia de Montijo, la propietaria del castillo, luego emperatriz de Francia y rehabilitó el mismo. Habrá que profundizar en la influencia y presencia de nuestra tierra en la ópera Carmen pues tiene connotaciones musicales como la seguidilla manchega, en un momento la protagonista le dice al oficial que la tiene presa y está enamorado: “…iré a bailar la seguidilla …” El compositor tuvo referencias de las seguidillas manchegas pues Mérimée escribe en una de sus cartas sobre las mismas; creo que sería para profundizar por los historiadores y musicólogos. Estas fueron las pinceladas en la comunicación de la duodécima Semana Músico Cultural de la UMQ sobre la majestuosa presencia de la música en la doble vertiente reseñada de la etnográfica desde la óptica de la funcionalidad del molino y la música que ahonda sus raíces en la novela quijotesca. Marciano Ortega Molina [1] https://www.youtube.com/watch?v=TnrAPicdOrA [2] https://www.youtube.com/watch?v=hSfPILwpmo8 [3] https://www.youtube.com/watch?v=4bWpeMNhA_g [4] https://www.youtube.com/watch?v=3h-fP4zSH40 Leer más
Esta Navidad será la quinta campaña de recogida de libros “Ningún niño/a sin imaginación” Fecha de Publicación: 22/11/2022 En este año 2022 se cumple la QUINTA edición de la iniciativa solidaria de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan que permite acercar los libros a los niños más desfavorecidos y fomenta la lectura entre los jóvenes al llegar las fiestas navideñas Alcázar de San Juan, 23-11-2022.- Un año más y ya por quinta vez consecutiva, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan pone en marcha su campaña de recogida de libros infantiles y juveniles con el objetivo de ningún niño se quede sin desarrollar su imaginación por medio de la lectura en esta Navidad por muy limitado que sea su poder adquisitivo o por muy desfavorables que sean sus condiciones familiares. Este año que acaba ha sido un año duro que ha comportado subidas de precios en muchos alimentos de la cesta de la compra, así como de elementos básicos de confort como la luz y el gas y este es nuestro medio de ayudar a las familias que lo están pasando mal y que consideran los libros como un elemento de lujo que no se pueden permitir. Con la campaña “Esta Navidad ningún niño/a sin imaginación” nos movilizamos un año más para recoger el mayor número posible de libros infantiles y juveniles, que aunque ya hayan sido leídos en algunos hogares, esta donación permite que alarguen su vida útil yendo a parar a las manos de otros niños que tienen más difícil el disfrute de este material y a los que todos estamos involucrados en no permitir dejar sin acceso a la lectura y en consecuencia al desarrollo de su imaginación. Los días 24, 25 y 29 de noviembre, junto a los días 1, 5, 7 y 9 de diciembre (último día), se ha habilitado la sala 7 del Centro Cívico en la plaza de España de Alcázar de San Juan, en horario de horario de 19:00 a 20:00 horas para la recepción de libros infantiles y juveniles, usados, pero en buen estado, que sirvan para que otros niños puedan disfrutar del placer de la lectura. Será nuestro socio Enrique Lubián -de nuevo- el encargado de su recogida, permaneciendo en el Centro Cívico en el horario anunciado. Se acerca la Navidad y es tiempo de compartir con los demás, sobre todo con los que menos tienen, siempre es buen momento, pero en esta época del año es el tiempo propicio para que aflore nuestra solidaridad y compartamos con los que menos tienen. Será muy difícil superar el listón del año pasado en que se recogieron 500 ejemplares, pero confiamos en que, con la aportación de todos, esta cantidad se superará con creces. Los libros que aporten los donantes, se entregarán a la Asociación Cultural y Social “El Sosiego” (asociación que lleva ya varios años poniendo en práctica su campaña solidaria de recogida de juguetes), al objeto de que estos libros puedan formar parte de los lotes de juguetes a entregar a las familias más necesitadas de nuestra ciudad. Recordamos los días de recogida en la Sala 7 del Centro Cívico, en horario de 19:00 a 20:00: Noviembre: jueves 24, viernes 25 y martes 29. Diciembre: Jueves 1, lunes 5, miércoles 7 y viernes 9 (último día). Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
“Tradición cervantina alcazareña y los azulejos quijotescos de la Fonda de la Estación y Parque Cervantes” Fecha de Publicación: 21/11/2022 En la renovada Fonda de la Estacion de Alcázar de San Juan, charla impartida por Luis Miguel Román Alhambra y Constantino López Sánchez-Tinajero, dentro del ciclo de conferencias del Aula de Historia Local Respondiendo a la invitación cursada por Francisco José Atienza (Archivo Municipal) para tomar parte en una de las sesiones del Aula de Historia Local, los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar han charlado por espacio de dos horas sobre la “Tradición cervantina alcazareña y los azulejos quijotescos de la Fonda y Sala de espera de la Estación y del Parque Cervantes”. Rigurosamente puntuales y ayudados por presentaciones de PowerPoint -para hacer más amenas las explicaciones-, los cervantistas han explicado en el tiempo señalado, el tema objeto de la conferencia que según han manifestado al término de la misma ha sido del agrado de los asistentes lo que también se ha dejado entrever por las numerosas preguntas y debates que se han suscitado tras la charla, en la que tanto los ponentes como el público se han encontrado cómodos y en el que los asistentes han demostrado su excelente conocimiento e interés sobre los asuntos expuestos. En resumen, una actividad más llevada a cabo por esta Sociedad Cervantina que se suma a las que se vienen desarrollando de forma ininterrumpida y a las que tendrán lugar en breve con la llegada de la Navidad, como son la Campaña de Recogida de Libros Infantiles y Juveniles “Ningún niño/a sin imaginación” y el Certamen de Cartas a los Reyes Magos “Café Monago”. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Emilio Gavira, embajador del Corazón de la Mancha Fecha de Publicación: 20/11/2022 En los Almuerzos de don Quijote hemos recibido al gran actor y mejor persona Emilio Gavira quien se ha mostrado dispuesto a emprender nuevos y ambiciosos proyectos con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Alcázar de San Juan, 20 de noviembre de 2022.- En la actividad denominada “los Almuerzos de don Quijote” celebrada este pasado sábado hemos podido disfrutar de la esperada presencia del actor Emilio Gavira quién por dificultades de su trabajo (benditas dificultades) ha hecho realidad esta visita que llevaba programada desde hace más de tres años. Gavira comentó a los cervantistas alcazareños que su primera representación teatral fue precisamente una obra de Miguel de Cervantes, el entremés La elección de los alcaldes de Daganzo en su época de estudiante en el Colegio de los Trinitarios de Alcázar de San Juan. A lo largo del almuerzo tuvo ocasión de hablar de sus últimos proyectos, y más concretamente de la obra de teatro Campeones de la Comedia que está girando por diferentes lugares de España y en la que participan algunos de los actores que también lo hicieron en la película Campeones de Javier Fesser (2018) que fue galardonada con el Goya a la Mejor Película de 2019. Precisamente ha encontrado un hueco en su apretada agenda para venir este sábado a compartirlo con los miembros de la Sociedad. Mostró su sapiencia sobre Cervantes y su obra, y resaltó detalles sobre la vida del escritor así como sobre la escritura y el significado del Quijote que están solo al alcance de verdaderos iniciados en la obra cervantina. Tanto su gran criterio como persona como sus dotes de embajador, ya que por donde va hace gala de pertenecer a la comarca del Quijote, lo hacen especialmente valioso como colaborador de la Sociedad Cervantina de Alcázar. De hecho, se le plantearon diversos proyectos culturales en los que podría tomar parte junto con la Sociedad y se mostró favorablemente interesado en que puedan cristalizar las diferentes iniciativas que más adelante, cuando se hayan madurado y sea el momento oportuno se darán a conocer. Si bien los tiempos han cambiado, no en vano han pasado 56 años desde que la Gaceta de Madrid publicase la concesión el 4 de agosto de 1966 a nuestra ciudad la denominación geo-turística de “Corazón de la Mancha”, es este un recurso que no debemos desaprovechar y hoy más que nunca necesitamos embajadores como Emilio Gavira que pongan nuestra ciudad en el mundo y nos ayuden a difundir las bonanzas culturales, gastronómicas, patrimoniales, turísticas y enológicas de Alcázar de San Juan, pero sobre todo la gran tradición cervantina y la vinculación de nuestra ciudad con Cervantes y su obra. En resumen, un magnífico ambiente alrededor de unos platos típicamente manchegos que ha finalizado con la agradable manifestación de la intención de Emilio de pertenecer a esta Sociedad que se enorgullecería sobremanera teniéndolo como uno de sus socios. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Don Quijote y la Farmacia Fecha de Publicación: 18/11/2022 EI pasado día 5 de este mes de noviembre tuve oportunidad de acudir y participar en el I Congreso Internacional sobre Cervantes y el Quijote en el que entablé un diálogo con Don Quijote a cuenta de los métodos curativos que existían en el siglo X\/II. La invitación surgió de mi querida Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, Iugar donde se celebró. Lo novedoso de mi exposición (según dicen las crónicas) es que a mis descripciones narrativas de don Quijote (a quien dio voz magistralmente el periodista de Onda Cero Marcos Galván), respondía para aseverar las circunstancias que envolvían la vida de los caballeros andantes, quienes en las más de las ocasiones salían de sus lances llenos de magulladuras, descalabros y huesos quebrados. La salud de don Quijote, física y mental, nunca fueron buenas, se nos presenta un caballero “flaco, amarillo, los ojos hundidos en los últimos camaranchones del cerebro”, triste y loco, aunque su depresión le hace parecer un loco triste. De los libros aprendió don Quijote que los caballeros andantes además de dineros y camisas, portaban una pequeña arqueta de ungüentos para curar las heridas, porque no siempre estaban a mano quienes pudieran curarlas de forma profesional. Esta era la llamada “farmacia popular», para lo que se debería tener gran conocimiento de los efectos de las plantas; las terapias sanadoras estaban basadas en compuestos vegetales. El caballero andante debía acercarse en sus conocimientos al médico y principalmente al herbolario. Cervantes conocía las virtudes de los purgantes y de las plantas, una suerte de farmacia económica para curar los males sin tener que acudir ni al médico ni al boticario. Otra bien distinta era la medicina galénica, o aquellas plantas que definiera Dioscórides, o los remedios de la alquimia. Cervantes en su libro menciona los ungüentos que se aplicaban sobre las lesiones de la piel y Sancho dice: “Aquí traigo hilas y un poco de ungüento blanco en las alforjas” o aquel episodio con los cabreros en el que uno de ellos para aliviar el dolor insoportable de don Quijote, “tomó algunas hojas de romero, las mascó y las mezcló con un poco de sal y, aplicándoselas a la oreja a don Quijote, se la vendó muy bien, asegurándole que no había necesidad de otra medicina”, como así fue. El vino se usaba como bebida y como medicina. No hubo de faltar una buena dosis de fe y confianza como principios activos. La mayoria de la población era pobre por lo que la farmacia popular era la más recurrente Una sola gota del Bálsamo de Fierabrás era suficiente para sanar y ahorrar tiempo y medicinas. La descripción que hace don Quijote del bálsamo es sublime por lo que no me resisto a pasar de largo su mención literal: “Es un bálsamo, de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte ni hay que pensar en morir de ferida alguna. Y, ansí, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer, sino que cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio el cuerpo (como muchas veces suele acontecer), bonitamente la parte del cuerpo que se hubiere caído en el suelo, y con mucha sotileza, antes que la sangre se yele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la silla, advirtiendo de ancajallo igualmente y al justo. Luego me darás de beber solo dos tragos del bálsamo que he dicho, y verásme quedar más sano que una manzana”. La mayoría de la población era pobre por lo que la farmacia popular era la más recurrente. Los médicos que realizaban los diagnósticos y las prescripciones habían elaborado una compleja farmacología basa- da en cálculos matemáticos de manera peculiar y en modo alguno alcanzaba a los de estamentos más Ilanos. Las andanzas y aventuras de don Quijote sorprenden porque cada vez que se lee se descubren aspectos nuevos que antes pasaron desapercibidos; el libro es un espejo de lo que era la época del siglo XVII, sociedad, medicina, farmacia, todo se encuentra reflejado en esta magna obra y lo que es más curioso, de rabiosa actualidad, por lo que seguirá siendo digno de análisis. Mariano Avilés Muñoz Jurista. Presidente de a Asociación de Derecho Farmacéutico (ASEDEF) marianoaviles@asedef.org Leer más
El Congreso Internacional de Alcázar hace latir con fuerza el corazón de la Mancha Fecha de Publicación: 07/11/2022 . Finalizó el I Congreso Internacional y se han alcanzado todos los objetivos perseguidos: calidad científica, variedad, multidisciplinar, amenidad y atractivo para el público que ha respondido de forma magnífica con su presencia en las dos jornadas Alcázar de San Juan, 7 de noviembre de 2022.- Los días 4 y 5 de noviembre se ha celebrado en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) el I Congreso Internacional «Cervantes y el Quijote desde Alcázar (literatura, historia, sociedad)», organizado por el Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra, el Excmo. Ayuntamiento de Alcázar de San Juan y la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. El programa incluía doce ponencias y una mesa de presentación de publicaciones y proyectos cervantinos, con la participación de investigadores de Brasil, España, Estados Unidos, Francia y Perú. Ha sido un congreso de gran calidad científica y con una marcada impronta multidisciplinar, con aproximaciones temáticas desde la literatura y la filología, pero también la historia, la archivística, la Medicina y la Psiquiatría y aun la Astronomía. Como ha señalado la prensa, por un par de días Alcázar ha sido «el epicentro del cervantismo mundial». Y todo se ha desarrollado en un ambiente extremadamente ameno y cordial. Desde la Sociedad Cervantina de Alcázar muestran su satisfacción por esta fructífera colaboración con el GRISO-Universidad de Navarra y con el Patronato de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, que en todo momento han brindado los medios necesarios tanto materiales como humanos. Carlos Mata Induráin del GRISO/Universidad de Navarra ha sido la persona que lo imaginó y la que ha conseguido traer hasta el mismo Corazón de la Mancha ponentes de cinco países, algunos desde el otro lado del Atlántico, que han presentado trabajos de alto nivel con los que el numeroso público asistente se ha podido deleitar. También el Patronato de Cultura de Alcázar ha dado las máximas facilidades para que el Congreso haya resultado un completo éxito, aportando todos sus recursos y programando las actividades culturales complementarias que han sorprendido y agradado por igual a los ponentes, logrando de que su estancia en nuestra ciudad fuese agradable y se hayan llevado de Alcázar de San Juan un recuerdo imborrable. Agradecimiento también para el resto de entidades colaboradoras: Consejo Regulador de la D. O. Vinos de La Mancha, que acogió en su sede la jornada del sábado y cuyo presidente Carlos D. Bonilla ejerció -como siempre- de magnífico anfitrión. Gracias también a GITCE-Universidad de Castilla-La Mancha, al Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA) y a TAQ Distinciones de Alcázar de San Juan. Del excelente nivel de los ponentes que vinieron de países extranjeros, no han desmerecido en absoluto los trabajos expuestos por los cuatro ponentes alcazareños: Francisco José Atienza (Archivero Municipal) que puso en conocimiento mundial la partida de bautismo del Miguel de Cervantes de Alcázar, así como los tres miembros de la Sociedad Cervantina. Mariano Avilés Muñoz presentó una conferencia muy novedosa a modo de dialogo entre Cervantes y don Quijote en la que el locutor Marcos Galván -en la interpretación de don Quijote- puso su excelente voz cautivando a la audiencia presente y del resto del mundo (todas las sesiones se retransmitieron por streaming y se encuentran en los perfiles de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar como en el del Patronato de Cultura). Luis Caballero Martínez basó su didáctica y entretenida presentación en la idea de que los dos principales personajes de la novela de Cervantes pudieron ejercer su papel como psiquiatras del escritor. Finalmente Benjamín Montesinos Comino cuya ponencia sobre los conocimientos astronómicos del hidalgo sorprendió a los asistentes por su calidad y erudición, no exenta de un fino humor, sobre todo al inicio de la misma cuando reconoció la singularidad de este Congreso ya que dijo “era el primero de todos los que había participado en el que había vino para aclararse la garganta en caso de necesidad”, haciendo así un guiño a los excelentes caldos de la Mancha y a la sede que acogía esta jornada (salón de actos de la ICRDO de vinos de la Mancha), que sacó una inmediata sonrisa ganándose al público y consiguiendo su complicidad. Por lo que respecta a los moderadores de las sesiones: Juan Bautista Mata Peñuela, Luis Miguel Román Alhambra, Manuel Rubio Morano, Estrella Blanco Escalera y Jesús Sánchez Sánchez, todos ellos miembros de la Sociedad Cervantina, condujeron las ponencias de forma admirable brillando con luz propia. Mención especial merecen las actividades complementarias que el Patronato de Cultura programó para aderezar este acontecimiento cultural, como la visita al Museo Casa del Hidalgo (al final de la primera jornada) con cata de vino ofrecida y explicada por la D.O. La Mancha en la propia bodega del Museo, que dejó unas magníficas sensaciones en los ponentes al ser organizada especialmente para ellos. También fue muy apreciada la visita al cerro de San Antón para presenciar una molienda que no pudo llevarse a cabo por falta de viento pero que incluyó una amplia y detallada explicación -a cargo del molinero, Juan Bautista Sánchez- del funcionamiento de estos ingenios industriales que ya cumplían con su misión de moler todo tipo de cereales en la época de Cervantes. Como broche del Congreso, y no menos impresionante fue la visita a la casa parroquial donde tuvieron ocasión de acceder a la partida del Miguel de Cervantes bautizado en Alcázar, en cuya casa parroquial se custodia el original, que el archivero municipal Francisco José Atienza mostró a sus compañeros ponentes. Cabe, por tanto, calificar de gran éxito el desarrollo del Congreso y felicitar a los organizadores por haber conseguido aunar la erudición cervantina con la amenidad y sobre todo por haber colmado el interés con que los cervantistas y quijotistas esperaban este evento. Sociedad Cervantina de Alcázar Enlaces donde se han publicado los vídeos de las ponencias: Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Patronato de Cultura de Alcázar de San Juan Leer más
Congreso Internacional de cervantistas en el Corazón de la Mancha Fecha de Publicación: 27/10/2022 Los días 4 y 5 de noviembre de 2022 tendrá lugar el I Congreso Internacional Cervantes y el Quijote desde Alcázar de San Juan. Las ponencias del viernes 4 serán en el Salón Noble del Ayuntamiento y las del sábado 5 en el Salón de Actos de la D.O. de Vinos La Mancha Alcázar de San Juan, 27 de octubre de 2022.- Incluido dentro de la amplia programación de actividades, música teatro, exposiciones, conferencias, visitas a bodegas, catas de vino, rutas turísticas, literatura, gastronomía, actividades infantiles, etc., que el Patronato Municipal de Cultura desarrolla en esta importante efeméride local (el bautismo de Miguel de Cervantes acontecido el 9 de noviembre de 1558), lo que se pretende que sea el acto central de las celebraciones es el Congreso Internacional en colaboración con el Grupo de Investigación del Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra y con la Sociedad Cervantina de Alcázar. Enmarcado -por tanto-, en la programación de las IX Jornadas Vino y Bautismo Qervantino, el Congreso tendrá lugar los días 4 y 5 de noviembre. Las ponencias del viernes 4 tendrán lugar en el Salón Noble del Ayuntamiento y las del sábado 5 serán en el Salón de Actos de la Denominación de Origen de Vinos de la Mancha. En lo que se refiere a nuestra ciudad, aspiramos a posicionarla en el mundo y a mostrar la fuerte vinculación que Alcázar tiene con Miguel de Cervantes y con su obra, aportando mediante las ponencias, la investigación y análisis del Quijote, su amplia e indisoluble relación con la Mancha y con Alcázar de San Juan. Consumados especialistas mundiales en Cervantes y el Quijote se darán cita por dos días en nuestra ciudad donde disertarán sobre el autor y la obra para mostrar su conocimiento y trasmitírselo tanto al público asistente en las salas como al que seguirá el congreso en directo por redes sociales, ya que las ponencias se retransmitirán mediante streaming. Comenzando el viernes 4 de noviembre, la inauguración del Congreso por las autoridades será a las 09:00 en el Salón Noble del Ayuntamiento. Seguidamente y a las 10:00 tendrán lugar las primeras ponencias correrán a cargo de nuestro paisano Francisco José Atienza Santiago (Archivo Municipal de Alcázar) que disertara sobre “La partida de bautismo del Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan. En la misma sesión estará Enrique Suárez Figaredo, uno de los mejores y más expertos editores de obras del siglo de Oro Español que presentará “Construyendo el Quijote (en torno a la impresión de la novela cervantina)”. Serán moderados por Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. En la siguiente sesión, a las 11:30, podremos disfrutar de personalidades como Almudena García González (Universidad de Castilla-La Mancha. ESPAÑA) cuya ponencia versara sobre “Adaptaciones infantiles de Cervantes en el siglo XXI”. Enmanuel Marigno (Universidad Jean Monnet-Saint Étienne, FRANCIA) expondrá “Los recursos escenográficos en La complainte de Dulcinée (2008), de Dulcinea Langfelder”. Para acabar, Carlos Mata Induráin (Universidad de Navarra-GRISO, ESPAÑA) nos hablará sobre “Cervantes recreado en la narrativa histórica española contemporánea (García Jambrina, Eslava Galán y otros)”. El moderador de esta sesión será Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la SCA. En la sesión de tarde a las 16:30, tendremos ocasión de escuchar a Susan Byrne (University of Nevada, Las Vegas, ESTADOS UNIDOS), disertará sobre “La retórica de la alusión cervantina”. A continuación, Miguel Ángel Zamorano Heras (Universidade Federal do Río de Janerio-UFRJ, BRASIL) hablará sobre “El reverso trágico de la comicidad quijotesca”. Cerrará la sesión Ángel Pérez Martínez (Universidad del Pacífico, Lima, PERÚ) con “Cervantes y el viaje. Exploraciones y fronteras”. La moderación correrá a cargo de Manuel Rubio Morano de la SCA. Ya en el sábado 5 de noviembre y de nuevo a las 10:00 de la mañana, pero esta vez en la sede de la D.O. de Vinos de La Mancha, tendrá lugar la cuarta sesión de ponencias con Mariano Avilés Muñoz (Asociación de Derecho Farmacéutico, ESPAÑA) que expondrá “Don Quijote ante el tortuoso camino hacia la sanación (Una conferencia imaginaria, cercana a la realidad)». Después intervendrá Luis Caballero Martínez (Hospital Universitario Puerta de Hierro / Universidad Autónoma de Madrid, ESPAÑA) con “Alonso Quijano y Sancho como psiquiatras de Miguel de Cervantes”. Serán moderados por Estrella Blanco Escalera de la SCA. A las 11:00 haremos un pequeño inciso en las ponencias para presentar publicaciones y proyectos cervantinos. Bajo la moderación de Carlos Mata Induráin intervendrán: Luis Miguel Román Alhambra (Sociedad Cervantina de Alcázar) para presentar su trabajo «Tras los pasos de Rocinante. Guía de caminos del Quijote». Después lo hará Marciano Ortega Molina (Sociedad Cervantina de Alcázar), para presentar su libro «Molinos de El Toboso. Realidad o ficción». Para finalizar, a las 12:00 será la quinta sesión de ponencias que correrá a cargo de Benjamín Montesinos Comino (Centro de Astrobiología INTA-CSIC / Sociedad Española de Astronomía, ESPAÑA) que disertará sobre “El cielo en el Quijote visto por un astrónomo alcazareño”. Y cerrará Lucía López Rubio (Universidad Carlos III de Madrid, ESPAÑA) CON “Matrimonio, muerte y devoción: el refugio religioso de algunas mujeres cervantinas”. Jesús Sánchez Sánchez de la SCA. Será el moderador de esta sesión. Además de las sesiones de ponencias, el sábado 5 por la tarde (a las 17:00 horas) está prevista una molienda tradicional en el cerro de San Antón, para que los visitantes de fuera de nuestras fronteras puedan conocer in situ el funcionamiento de los ingenios industriales que desde el siglo XVII ya estaban presentes en las atalayas de nuestros horizontes manchegos recogiendo los vientos para moler nuestros cereales. Especialistas de cinco países y diferentes continentes, aportarán sus conocimientos cervantinos en un importante cónclave cultural para disfrute de los aficionados al Quijote y público en general que disfrutará con toda seguridad de trabajos expositivos de alto nivel. Desde la Sociedad Cervantina de Alcázar invitamos a todos a que asistan a este importante evento cultural y que lo difundan entre sus amigos porque será una ocasión propicia para disfrutar de verdaderos expertos en Miguel de Cervantes y su obra. La entrada es gratuita y el acceso a las ponencias es libre, aunque recomendamos la inscripción porque el aforo es limitado. Las inscripciones pueden hacerse en los correos oficinaturismoalcazar@gmail.com y cervantinaalcazar@gmail.com. Desde aquí invitamos a todos a que asistan a este importante evento cultural y que lo difundan entre sus amigos porque será una ocasión propicia para disfrutar de verdaderos expertos en Miguel de Cervantes y su obra. Finalmente, queremos recordar que la Sociedad Cervantina de Alcázar también coordinará una Ruta guiada “Alcázar de Cervantes” el domingo 13 de noviembre a las 12:00, (inscripción previa) con lugar de encuentro en estatua de Alonso Quijano con su gato (frente a Aguas de Alcázar). Sociedad Cervantina de Alcázar Programa del Congreso programa_i_congreso_internacional_cervantes_quijoteDescarga Leer más
Regimiento Acorazado “Córdoba” 10 la unidad militar heredera del Tercio de Figueroa donde sirvió Miguel de Cervantes Fecha de Publicación: 22/10/2022 Los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar recibidos por el Coronel Jefe del Regimiento, D. José María Martínez González en la Sala Gran Capitán Ubicado en la base de Cerro Muriano en Córdoba e integrando la Brigada Guzmán el Bueno X Alcázar de San Juan, 22 de octubre de 2022.- A lo largo del jueves 20 de octubre una importante representación de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha visitado las instalaciones del Regimiento Acorazado “Córdoba” 10 que en la actualidad está integrado tácticamente en la Brigada Guzmán el Bueno X con base en Cerro Muriano (Córdoba). El Regimiento Acorazado Córdoba 10, “El Sacrificado”, es heredero directo del Tercio de Figueroa creado el 27 de febrero de 1566 por el maestre de campo Lope de Figueroa, por lo que atesora 456 años de historia con una completísima hoja de servicios y un nutrido expediente de hechos de armas, poseyendo condecoraciones individuales y colectivas. Esta visita que fue recomendada por el General de Ejército D. Félix Sanz Roldán en su reciente visita a Alcázar de San Juan y que ha sido posible gracias a las facilidades recibidas por el Coronel Jefe del Regimiento, D. José María Martínez González quien acogió y dio la bienvenida a los cervantinos alcazareños preparándoles un programa de actividades que ocupó prácticamente toda la jornada. Tras la recepción en la Sala Gran Capitán, el Suboficial Mayor Gabriel Tauste Barranco hizo una presentación explicando a los asistentes el recorrido histórico del “Córdoba 10” a lo largo de su extenso historial. En la visita a la base han coincidido con los integrantes de la Hermandad de Veteranos del Regimiento de Infantería Córdoba 10, con el General Julio Gómez Sevilla a la cabeza. Después visitaron la Sala de Honor en la que hay un rincón específico dedicado al soldado aventajado Miguel de Cervantes Saavedra que sirvió en esta unidad tras la batalla de Lepanto, además de importantes piezas de colección, armas, uniformes y reproducciones militares, algunas de gran valor y muy difíciles de encontrar. A continuación, pudieron observar la completa formación que reciben los militares integrantes del Regimiento, ejercitándose en la conducción y manejo de equipos de los carros de combate Leopardo 2E de última generación con excelentes simuladores que reproducen las capacidades tácticas y operacionales de ese moderno armamento, especialmente en el simulador de torreta donde en una torre idéntica a las que forman parte del carro de combate, los militares pueden ejercitarse en las operaciones de carga y disparo con total exactitud conforme al vehículo real. El recorrido por la base terminó con una visita al parque de carros de combate donde estas moles de más de 62 toneladas impresionan solo con aproximarse a ellas, más aún cuando se ponen en funcionamiento y maniobran con sus tripulaciones al completo. A la finalización de la jornada, el vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Luis Miguel Román hizo entrega de sendos recuerdos tanto para el Regimiento como para el Coronel Jefe, así como un Quijote de la edición que el Socio de Honor Enrique Suárez Figaredo realizó especialmente para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Podríamos decir si miedo a equivocarnos que con la entrega de este Quijote “Cervantes vuelve a su casa”. Del mismo modo, el Coronel Jefe del Regimiento, D. José María Martínez González hizo entrega a cada uno de los presentes de una bandera de percha explicando el significado de la misma, obsequio que los cervantinos agradecieron de todo corazón porque apreciaron el regalo en todo su valor. En resumen, una interesantísima visita a la Unidad Militar que acogió a nuestro genial escritor y que a buen seguro se repetirá en alguna otra ocasión. Luis Miguel Román entrega un recuerdo al Coronel Jefe del Regimiento Los socios ante el panel de Cervantes y Lope de Figueroa, maestre de campo de su Tercio Rincón de Miguel de Cervantes Delante de un VEC (Vehículo exploración de caballería) Entregando el Quijote de la SCA al Suboficial Mayor Gabriel Tauste Bandera de percha que el regimiento regalo a los visitantes Con el General Julio Gómez Sevilla al frente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento Córdoba 10 Impresionantes los carros de combate Leopardo 2E * Sociedad Cervantina de Alcázar Leer más
La Sociedad Cervantina de Alcázar premiada con la “Fidelidad al vino” por la D.O. La Mancha Fecha de Publicación: 21/10/2022 Premios Vino y Cultura 2022 cuya gala de entrega brillantemente organizada tuvo lugar el 19 de octubre en el auditorio de San Clemente (Cuenca) Alcázar de San Juan, 21 de octubre de 2022.- El Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos de la Mancha, ha otorgado a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan el premio “Fidelidad al Vino” por la estrecha colaboración que con la entidad que preside Carlos Javier Bonilla viene desarrollando esta asociación en la difusión cultural de los vinos de la Mancha. Junto con otras personas y entidades que han sido merecedoras de los diferentes premios -a los que los cervantinos alcazareños felicitan muy sinceramente por el trabajo realizado-, la gala ha contado con la presencia de importantes personalidades de la Región entre las que se encontraba el vicepresidente de la Junta de Comunidades, José Luis Martínez Guijarro, el presidente de la Diputación de Cuenca, Álvaro Martínez Chana o la alcaldesa de San Clemente María Rosario Sevillano Calero, además de otros alcaldes de diferentes ciudades de la Comunidad. La organización del evento ha sido magnífica poniendo de manifiesto, una vez más, el enorme potencial del personal que forma el Consejo Regulador y ha sido conducido de forma magistral por la sanclementina Julia Rubio y por Pedro Antonio Carreño, interviniendo Nia Zalén que aportó toques musicales únicos y exclusivos en momentos puntuales del acto. El presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar Juan Bautista Mata Peñuela recibió el premio “Fidelidad al vino” de manos de la alcazareña Amparo Bremard Delegada de Agricultura de la Provincia de Ciudad Real y supone un nuevo reconocimiento al trabajo incansable de esta asociación cultural, que cristaliza en la organización de numerosas y variadas que se vienen llevando a cabo pero que es a la vez un acicate para seguir trabajando en el principal objetivo estatutario de estudiar, interpretar, y difundir la obra de Miguel de Cervantes y en especial del Quijote. Mata Peñuela agradeció el premio recibido y puso en valor los vinos de la Denominación de Origen la Mancha a los que Cervantes en el Quijote ya calificó de excelentes, motivo por el que la asociación lleva a gala disponer de un vino propio acogido a esta Denominación, con el nombre tan quijotesco de “Hideputa”, cuyo nombre toma del conocido pasaje del Cap. 13 de la Segunda Parte del Quijote: —¡Oh hideputa, bellaco, y cómo es católico! —¿Veis ahí —dijo el del Bosque en oyendo el hideputa de Sancho— como habéis alabado este vino llamándole «hideputa»? —Digo —respondió Sancho— que confieso que conozco que no es deshonra llamar «hijo de puta» a nadie cuando cae debajo del entendimiento de alabarle. Pero dígame, señor, por el siglo de lo que más quiere: ¿este vino es de Ciudad Real? —¡Bravo mojón! —respondió el del Bosque—. En verdad que no es de otra parte y que tiene algunos años de ancianidad. Vino al que por su calidad y su origen manchego los cervantinos alcazareños pasean con orgullo por España y por el mundo. Sociedad Cervantina de Alcázar Leer más
En busca del Quijote desde Brasil Fecha de Publicación: 15/10/2022 Luis Miguel Román, el cicerone de la comarca del Quijote “Quien recorre la Mancha deberá creer en hadas, en fantasmas, en Caballeros Andantes y en bellas Dulcineas” (Carlos Sander Álvarez) En 1959 un chileno visitó la Mancha. Afirmaba que don Quijote «es el Cristo Gentil de la Mancha, que apaleado, herido, sangrante, sigue con su corazón rebozante de optimismo, con sus ojos fijos en el camino que se ha trazado, para perseguir malandrines, desfacer entuertos y proteger doncellas… Para sentir hondamente, vivamente y dolorosamente la obra escrita por el vencedor de la soledad y el infortunio que fue Cervantes, es necesario vivir con plenitud el paisaje telúrico y humano de la Mancha… Me espera con su héroe, que tiene la magnificencia de un profeta y que en todos los siglos proclama su genial demencia. Sé que debo abandonar los libros y lanzarme en busca de los pueblos del Quijote». Este chileno fue Carlos Sander, escritor y diplomático, que había llegado a España en 1951 donde ocupó el cargo de Cónsul de Chile en Madrid. Años más tarde publicaba En busca del Quijote (Editorial Nascimiento, Santiago de Chile, 1967), poco antes de morir. Hasta este territorio del hidalgo manchego han venido multitud de personas buscando también su espíritu. Barruntan que sólo aquí es posible entender a este loco tan cuerdo, y quizás no estén descaminados. Hace unos días he tenido la suerte de conocer a dos parejas de jóvenes brasileños que, desafiantes a la distancia que el “charco” nos separa, se han acercado a la Mancha de don Quijote, como hiciera hace más de sesenta años el chileno Sander. Pocas horas después de haber llegado a España se presentaron en mi casa, acompañados de dos amigos residentes en la cercana ciudad de Tomelloso, con un Cristo Redentor que ha quedado como imagen de nuestro encuentro en un lugar preferente entre mis Quijotes. Pocos días tenían para empaparse de la imagen de la tierra que vio nacer al famoso hidalgo manchego, por lo que traté de orientarles concentrando su tiempo entre lugares nombrados explícitamente en la novela y otros que aunque no lo están tienen la esencia cervantina y quijotesca entre sus calles y plazas. Antes de que se marcharan a iniciar su ruta cervantina, les acompañé a que conocieran imágenes y rincones de Alcázar de San Juan que asientan los cimientos de su tradición cervantina. Desde aquí, como don Quijote, también iniciaron su salida en busca de sus ansiadas aventuras. El Toboso, Campo de Criptana, Argamasilla de Alba, las Lagunas de Ruidera y la Cueva de Montesinos fueron los lugares visitados dentro de la comarca cervantina del Quijote. Villanueva de los Infantes, Almagro, Ciudad Real y Toledo complementaron su experiencia por tierras de la Mancha natural. Desde Asunción (Paraguay) recibieron dos ejemplares del Quijote escritos en lengua guaraní, hechos llegar por un amigo ahora ya también mío. Uno de ellos lo depositaron en el Museo Cervantino de El Toboso, ampliando aún más su gran catálogo de ediciones del Quijote donados desde todo el mundo, y el otro se ha quedado entre los míos. Una magnífica versión ilustrada del Centro de Estudios Paraguayos “Antonio Guasch” de Asunción. Algún día llegará a mi casa quien en su lengua materna pueda leer también el comienzo del Quijote en guaraní: «Aipo La Mancha rekoha peteĩme, héra rehe na che mandu´asevéimava, oiko raka´e nda´are guasúi peteĩ ñande rapicha imba´e heta porãmíva ra´y, ikisepukúva hyrúpe, ijokoha yma, ikavaju piru rei ha ijagua rusu retia´éva…» Ya están de nuevo en Brasil, seguro que cansados por la intensidad de los días pasados en la Mancha. En unos días empezarán a recuperar imágenes y vivencias que aquí se les pasaron inadvertidas, y comenzarán a volver a releer el Quijote con otra perspectiva, cada uno con la suya, y creer, ahora sí, que en alguna esquina de El Toboso o detrás de algún molino de Campo de Criptana creyeron sentir el halo mágico de las figuras de don Quijote y Sancho Panza. Yo sigo aquí terminando la guía de caminos que llevarán a quienes quieran ir detrás de los pasos de Rocinante puedan hacerlo sin temor a perderse, y quizás algún día mis amigos brasileños vengan con la intención de encontrar de nuevo en ellos el espíritu de don Quijote. Saben ya que sólo han de creer en hadas, en fantasmas, en caballeros Andantes y en bellas Dulcineas. Luis Miguel Román Alhambra Leer más
Don Félix Sanz Roldán en Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 25/09/2022 La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha recibido la visita de un invitado de lujo, el General de Ejército D. Félix Sanz Roldán que es parte de la historia reciente de este país ya que fue más de diez años director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y actualmente es presidente del Consejo Social de la Universidad de Castilla-La Mancha Alcázar de San Juan, 25 de septiembre de 2022.- En la última edición de los “Almuerzos de don Quijote” celebrada el sábado 24 de septiembre, ha visitado nuestra ciudad D. Félix Sanz Roldán, un castellanomanchego nacido en Uclés (Cuenca) que por su formación y valía personal ha alcanzado puestos muy destacados en la vida pública española. Sanz Roldán, militar de profesión, ingresó en la Academia General Militar en 1962 siendo promovido a teniente de Artillería en 1966 siendo su primer destino (a su petición) El Aaiún en el Sáhara Español. Tras una meritoria carrera militar y con el empleo de comandante estuvo destinado en la Embajada de España en Washington (como agregado militar) siendo el primer oficial que obtuvo su formación en EE.UU. que le fue convalidada posteriormente en España. Su estancia y aprendizaje en el ejército estadounidense le sirvió para preparar la evolución que necesitaba nuestro propio ejército, en el que alcanzó el grado de teniente general en 2004, poco después fue designado Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) ejerciendo este cargo hasta 2008. En 2009 fue nombrado director del Centro Nacional de Inteligencia con rango de secretario de Estado, donde permaneció hasta 2019 tras 10 años al frente de los servicios de inteligencia españoles. En 2019 fue nombrado presidente del Consejo Social de la Universidad de Castilla-La Mancha, cargo que ejerce en la actualidad. Precisamente ha venido a Alcázar de San Juan acompañado de su secretario en el Consejo, el alcazareño Ignacio Gavira, quien en todo momento ha facilitado a la Sociedad Cervantina que esta visita se haya podido producir. Tras una breve visita por el centro histórico de Alcázar y ya alrededor de la comida típica manchega los cervantistas alcazareños han podido exponerle al Sr. Sanz Roldán diferentes proyectos culturales que tienen preparados para ser puestos en marcha en el corto plazo, proyectos que desde el Consejo Social de la Universidad han sido muy bien acogidos ya que entre sus principales objetivos se encuentran tanto la promoción cultural en nuestra región como la difusión de la propia Universidad dentro de su territorio, por lo que es muy posible que se concreten en el futuro líneas de colaboración que pueden resultar muy interesantes para Alcázar de San Juan y su comarca. Además de ser una persona afable y muy cercana, ha aportado a la Sociedad Cervantina parte de sus innumerables conocimientos, entre ellos un artículo titulado «Miguel de Cervantes: un soldado del siglo XXI» que en breve reproduciremos íntegro en nuestra web y blog, y en el que se asevera que el Tercio de don Lope de Figueroa, donde Miguel de Cervantes sentó plaza, es hoy el Regimiento de Infantería Mecanizada Córdoba 10, con base en Cerro Muriano (Córdoba). Se ha tratado de una gratísima visita que ha dejado muy satisfechos a los cervantistas alcazareños y no será la última ya que Sanz Roldán se ha brindado a seguir colaborando con la Sociedad Cervantina en cuantos actos culturales le sean propuestos. Sociedad Cervantina de Alcázar Leer más
El laberinto de los azulejos de Matilda Geddings Gray Fecha de Publicación: 14/09/2022 (para Mario Vargas Llosa) «Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros». —Jorge Luis Borges Cuando alguien nos hace reír, nos comparte algo de su gracia, nos transforma de lejos. A veces esto sucede en el acto de comunicar algo no deseado. La sátira, por ejemplo, el género por excelencia de la risa, se burla primero del ser humano en general y sólo después le echa los brazos como un yugo al cuello de la mayor de sus víctimas. En ese sentido, la sátira es como una mujer que contempla el abanico de sus opciones. El mensaje humanizado de Apuleyo al final de El asno de oro (c.175 d.C.), también conocido como Las metamorfosis, es tanto antiimperialista como antibélico, pero solo después de mucha risa y amor. Nacida en Lake Charles, Luisiana, Matilda Geddings Gray (1889–1971) —empresaria, coleccionista de arte y filántropa— viajó a Guatemala en 1935 donde compró una casa en la Antigua. Hasta que no me indiquen lo contrario, debo concluir que la Srta. Gray —retratada arriba vestida de estilo transgresor de las «flappers» de los años 20, con perlas alrededor de su magnífico cuello y con unos ojos tan grises e imperiosos como el Golfo después de un huracán— era la única persona capaz de haber colocado los azulejos que aún se ven en el muro de un patio de su casa a la sombra de los tres volcanes centroamericanos de Agua, Fuego y Acatenango. En algún momento o ella o su padre, John Geddings Gray de Nueva Orleans, era dueño el campo petrolero más productivo del mundo. La extrema riqueza producida por el Rancho Gray podría explicar la colección ridículamente extensa de huevos Fabergé de Matilda, colección que incluía el fantástico “Huevo napoleónico” que Nicolás II le había dado a su madre la Emperatriz María Fiódorovna Románova para conmemorar el centenario de la Batalla de Borodinó. Según el estilo local, la antigua entrada de la Casa de las Mil Flores está pavimentada con cantos de río y huesos de vaca en forma de un enorme galeón español que todavía flota sobre las olas del Caribe. Reinan en ese lugar una calma, una confianza y un respeto por la vida y la historia que son una lección de humildad. Entonces te señalan el tiro de gracia. Para la pieza central del jardín de su nueva casa antigüeña, doña Matilda había elegido el toque de prueba de la literatura española. Determinó restaurar toda la casa, la estructura, así como las costumbres y los espíritus de los que una vez la habitaron. A dicho fin, hizo importar de España doscientos ochenta azulejos pintados a mano que representan las dos partes de Don Quijote de la Mancha, y los ubicó en cinco filas contra un fondo amarillo en un marco almenado pintado de blanco brillante, todo eso en un muro gris de unos seis metros de largo centrado sobre una pequeña fuente felina que escupe agua en un estanque azul. A través de sus azulejos, doña Matilda creó con sus propios dedos, y de una manera más minuciosa de lo que podríamos haber esperado, una muestra maravillosa de su buen gusto, su abundante inteligencia y sí, incluso su visión moral de la vida. Es más, cierto entrecruzamiento orquestado por la Srta. Gray allí entre los azulejos cervantinos de su Casa de las Mil Flores ha logrado convertir el lugar en una especie de Palacio de Fontainebleau en el altiplano maya. Dicho de otra manera, unos muros son más importantes que otros. En Mil Flores —llamémosla también la Casa de las Américas de esa asombrosa mujer de Luisiana— Matilda Geddings Gray hizo lo que Catalina de Médici mandó que se hiciera en Fontainebleau. No nos puede sorprender que la Srta. Gray también era propietaria de un chateau en las afueras de París, donde seguramente había aprendido a dejar rastro de su dignidad a través de la orientación de ciertos objetos de arte. El arte de comunicarse a través del tiempo. En el caso de Fontainebleau, la Reina de Francia comisionó un conjunto de pinturas que representaban escenas clave de Las etiópicas (¿220/370? d.C.) de Heliodoro. A través de los cristales del salón principal aún se puede divisar una estatua de la diosa Diana bañándose en una fuente. Todo ese programa hemos de suponer que le vino a la mente a la reina consorte en su urgencia para indicar que los asuntos delegados al corazón son tan serios como los asumidos por los gobernantes de una nación, y viceversa. Cuatro siglos más tarde, y al otro lado del Atlántico, otra princesa llamada Matilda Geddings Gray hizo importar un juego de azulejos pintados con viñetas de la novela de Cervantes —en aquel entonces todavía de obligada lectura entre personas educadas— y los instaló en un muro en el jardín de su casa. Y a través de tres cambios que hizo en el orden normal de los azulejos, es decir, en el orden de los episodios del libro que hoy reconocemos como la primera novela moderna, la Srta. Gray logró lanzarnos una ingeniosa trampa basada en un significado particular que atribuyó a la obra de Cervantes. Confieso que me sorprendió enterarme de la transformación que Gray había llevado a cabo en su interpretación de Don Quijote. Fue como despertar en una playa. Es que la Srta. Gray me parece un alma literaria de alta categoría. ¿Qué puedo decir? Unos somos más asnales que otros y por períodos de tiempo más largos. Solo digo que me rindo ante doña Matilda, como si fuese un ave repentina o el color rojo. He marcado con una piedra blanca el día que vi su obra por primera vez —los idus de octubre de 2018— y he marcado con arena negra todo el paso del tiempo anterior a ese momento. La interpretación que plantea Gray en sus azulejos se encuentra entre las más acertadas que he visto en mi vida porque pudo describir el nexo entre los temas de la raza y la esclavitud en Don Quijote, nexo que en sus preciosas manos también señala la esencia de las contribuciones españolas a la evolución de la forma novelesca. Primero describamos lo que hizo Gray y luego contemplaremos lo que podría haber querido comunicarnos a través de su labor. A continuación, se muestran por separado dos tiras de los azulejos de doña Matilda. Son las dos series que nos preocupan porque comparten una especie de triple error —digamos una trinidad de errores—, más concretamente un nudo formado por dos errores en la primera serie que luego nos lleva al error final en la segunda. Al considerar las primeras dos terceras partes de los azulejos en la primera serie, estamos viendo un preámbulo bien ordenado del texto de Cervantes. Vemos: (1) la portada de la serie con la imagen del libro, (2) una apoteosis de la novela y el autor, (3) Cervantes, y luego los tres personajes principales de la obra: (4) don Quijote, (5) Sancho Panza y (6) Dulcinea del Toboso. Hasta aquí todo bien. Pero ahora nos enfrentamos a tres azulejos claramente fuera de lugar: (7) don Quijote enloqueciéndose en su biblioteca, (8) Rocinante y (9) el hidalgo manchego en un campo durante su primera salida. Aquí hay confusión. Según el patrón de las flores azules en las esquinas de los azulejos con el autor y los personajes principales, después de Dulcinea deberíamos ver: (7) Rocinante, (8) el asno o “rucio” de Sancho (ausentado), (9) don Quijote enloqueciéndose en su biblioteca y (10) finalmente el caballero manchego en un campo durante su primera salida. En suma, la primera tira de azulejos de la novela según la perspectiva de Matilda Gray contiene dos cambios obvios que requieren nuestra consideración: (a) Gray quitó el azulejo del rucio de Sancho de la serie inicial de personajes y (b) corrió el azulejo de Rocinante a la derecha de don Quijote enloqueciéndose en el acto de leer. Podríamos explicar esos cambios de varias maneras. La Srta. Gray podría haber confundido a don Quijote enloqueciéndose en su biblioteca con una imagen que llevaba en su mente del narrador en el prólogo; entonces, podría haber metido Rocinante al final del primer capítulo donde aparece por primera vez. Continuando con la primera salida, pensando incluir el rucio cuando el escudero lo menciona en DQ 1.7, de alguna manera lo olvidó. Pero en tal caso, ¿por qué no dejar aparte también al escudero que aparece por primera vez en el mismo capítulo que su rucio? Y si lo pensamos bien, Dulcinea no aparece hasta DQ 1.25. No, no y no. Ese desorden particular siempre escapará a todo intento de explicarlo como un error, y si insistimos en esa línea de investigación, corremos el riesgo de atribuirle un grado improbable de descuido a una sofisticada historiadora y coleccionista de arte. No pudiera haber sido tan casual con sus azulejos doña Matilda. La teoría más plausible es que ella sí nos ha dicho algo, pero que no lo hemos podido entender porque ha quedado en nuestro punto ciego. Por ejemplo, en la segunda serie de azulejos bajo nuestra consideración colocó el rucio cerca del principio de DQ 2.25. En otras palabras, insertó el rucio justo en la primera mención de la Aventura del rebuzno por parte del portador de armas, es decir, justo donde Dios lo habría mandado, justo donde empezamos a aprender acerca de cómo y por qué dos tribus de idiotas están al borde de una guerra por determinar finalmente quiénes son los mayores asnos del mundo. Propongo que la primera conclusión que podemos extraer de los azulejos de Matilda Geddings Gray, autora del Quijote, es que la Aventura del rebuzno es clave. Un corolario inmediato será que la novela satiriza la guerra y sobre todo la guerra civil. Pero la mejor teoría —por ser la más interesante diría Lönnrot— es que el enigma cervantino de la Srta. Gray siempre ha sido suyo, con lo que Dios no tuvo nada que ver con su azulejería y por sí sola la propia Matilda ya nos ha enseñado a desenredar su mensaje. Si esto no es milagroso, al menos se lo podría reclamar en nombre de lo misterioso. A veces me siento invadido por la necesidad de restaurar el orden del universo según Matilda Geddings Gray. No hay nada de siniestro en eso. Propongo primero dejar que Rocinante haga un salto hacia la izquierda en la primera serie de azulejos, así ubicándose nuevamente después de Dulcinea. Pero antes de quitar el rucio de la segunda serie con la intención de devolverlo a la primera, ¿qué pasa si repetimos la primera función? ¿Y si volvemos a hacer con el rucio lo que por alguna extraña razón la Srta. Gray nos acaba de obligar a hacer con el rocín? Después de todo, si ella hubiera querido que atendiéramos solamente a DQ 2.25, entonces simplemente podría haber movido el rucio allí; no necesitaba haber cambiado la posición de Rocinante. Ergo, ¿qué pasa si en la segunda serie de azulejos, aunque solo sea por respeto a lo que la Srta. Gray nos ha mostrado hasta ahora, dejamos que el rucio imite el rocín saltando a la izquierda sobre el portador de armas que cuenta la Aventura del rebuzno? El resultado sería colocar el asno de Sancho precisamente entre la alusión a la esclavitud de negros al final de DQ 2.24 y la alusión a la guerra civil al principio de DQ 2.25. Además, con esa maniobra añadida, nos habrá obligado doña Matilda a alejarnos de los dos azulejos con el “mono adivino” de Maese Pedro para en cambio poder reconsiderar a los negros africanos que Cervantes acaba de comparar con viejos soldados (cf. Plutarco sobre el maltrato de los esclavos por Catón el Viejo). Por último, estaríamos colocando el azulejo del rucio justo donde don Quijote ve por fin una posada en lugar de un castillo y justo donde el hidalgo trabaja con sus propias manos por primera y única vez en la novela. Según la Srta. Gray la novela de Cervantes indica que la solución a la esclavitud racial son los negocios y el mercado laboral. El hercúleo análisis literario de Matilda Geddings Gray traza una magnífica lectura de la picaresca española que logra transmitir las claves de la novela moderna tal y como la inventó Cervantes. Restablece el nudo gordiano entre el simbolismo del asno, la sátira contra la guerra civil y la alusión a la esclavitud, rematando con el singular giro español contra la nueva forma de esclavitud basada en la raza. Además, parece que tenía todo eso en mente antes de colocar un solo azulejo en el muro. De ahí el encanto, el misterio del proyecto de esa mujer. Es todavía dos veces más de misterioso. En primer lugar, yo mismo estuve más de un año escribiendo un ensayo largo y aburrido sobre el significado del asno en Don Quijote en el que argüí que el monte de Sancho es el símbolo clave de la novela y que tiene todo que ver con la raza y la esclavitud. Luego resulta que la Srta. Gray había revelado todo eso ya hace setenta y cinco años y con más gracia a través de su azulejería meticulosa en la Casa de las Mil Flores en la Antigua. Venciste, hermosa Matilda, venciste; que no es posible tener ánimo para negar tantas verdades juntas. En segundo lugar, hay una moraleja que aclara la interpretación de la primera novela moderna que nos delegó la Srta. Gray. Al final, descifrar los azulejos entrecruzados de la Casa de las Mil Flores debe quedar como un acto abstracto, porque colocarlos en el muro correctamente implicaría tener que avanzar cada uno de entre DQ 1.1 y DQ 2.25, por lo que correríamos el riesgo de arruinar alrededor de 75% de los azulejos. Del mismo modo no podemos volver a vivir lo que ya ha sido vivido por otros. El rompecabezas cervantino de Matilda Geddings Gray quedará siempre sin resolver. Nos insta a contemplar los problemas del pasado, pero aboga por la templanza a la hora de emprender su corrección. ¿Cómo pudo doña Matilda haber percibido ese compromiso alojado en el corazón de Don Quijote? Desde luego no lo sé, pero pudiera haber tenido algo que ver con el hecho de que no solo restauraba casas en Guatemala sino también en Luisiana. Otro ejemplo de su magistral vocación se puede ver en el pueblo de Wallace, donde permanece la mansión de Evergreen, una encomienda de azúcar que Gray mandó restaurar al estilo neogriego antebellum, el mismo estilo que se había elegido para su primera restauración en el año 1832. La habrás visto, querido lector, ya en la película Django desencadenado (2012). No estoy seguro de que puedas pasar la noche allí, pero definitivamente no es el castillo que alguna vez fue. Casi por casualidad hemos dado con la diferencia entre la pura sátira negra y la novela de color gris, un género intermediario o tercero. La picaresca se queda gris y triangular porque en ella siempre se pondera el amor a la par del poder político. Sí, de alguna manera el orden social consistirá en proporcionarles pan y circo a las masas; pero todo eso se defenestra cuando te enteras de la existencia de la Emperatriz del Universo. Al igual que Isis, María, Zoraida o Dulcinea, la sin par Matilda reclama un espíritu fuerte y libre del miedo a la muerte. Durante el Renacimiento, además de reconsiderar el tema de la esclavitud y resucitar el simbolismo del asno que se habían permanecido dormidos desde la antigüedad tardía, los novelistas españoles lograron devolver a la mujer a su justo lugar en la picaresca. La diosa, la madre y la amante celestial de la novela a menudo limpia la sangre de una hoja de caza con vino sagrado, porque ella también es una fundadora, una guerrera sacerdotisa, y si te encuentra indefenso en el bosque te atará el corazón y desatará laberintos en tu mente. Eric Clifford Graf Doctor en Literatura Española Leer más
Castellanomanchegos en la expedición de Magallanes-Elcano Fecha de Publicación: 01/09/2022 La asombrosa expedición naval de descubrimiento que finalizó con la primera circunnavegación del mundo a cargo de Juan Sebastián Elcano contó con cinco castellanomanchegos, pero ninguno pudo completar el periplo El único que sobrevivió a este viaje fue el albaceteño Juan de Chinchilla que desertó y volvió a Sevilla el 6 de mayo de 1521 a bordo de la nao San Antonio, que al mando de Jerónimo Guerra, desertó de la expedición Alcázar de San Juan, 01-09-2022.- El próximo 6 de septiembre se cumplirán quinientos años de la llegada a Sanlúcar de la nao Victoria, única superviviente de la flota de cinco naves que componían la expedición española comandada por Fernando de Magallanes (Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago), que habían partido tres años antes de ese mismo puerto con destino a lo desconocido en un viaje que significó la primera circunnavegación de la Tierra. Desde la finalización del viaje y habiendo llegado totalmente exhausto, el propio Elcano fue consciente de la gesta que había realizado, por encima de haber descubierto el estrecho y por encima de haber llegado a las Molucas, como así se lo manifestaba al rey Carlos V en una misiva diciéndole: “Más sabrá su Alta Majestad lo que en más avemos de estimar y tener es que hemos descubierto e redondeado toda la redondeza del mundo yendo por el occidente e viniendo por el oriente”. Este fabuloso viaje significó no sólo el descubrimiento del paso austral al llamado Mar del Sur (que había descubierto por primera vez Vasco Núñez de Balboa el 25 de septiembre de 1513 –tan solo seis años antes- desde una cumbre en el istmo de Panamá, bautizándolo con este nombre), a través del estrecho de Magallanes, sino también el hecho de poder determinar la verdadera dimensión en leguas de este nuevo océano al que el capitán general portugués dio el nombre de Pacífico. Pero sobre todo concluyó (gracias a la decisión de Elcano de seguir navegando desde el Maluco hacia el oeste) con la constatación más espectacular de todas, la de la redondez de la Tierra y que navegando siempre hacia el oeste se volvía por el este aunque con la desagradable sorpresa de haber perdido un día en el calendario –Pigafetta anota en su testimonio del viaje que en Cabo Verde preguntó qué día de la semana era y le dijeron que jueves, cuando según sus cuentas y sin haber estado enfermo como para impedirle sus anotaciones, para él consta que es miércoles-. Si bien la corona de Castilla fue la que financió la expedición, tomaron parte en ella marinos de muy diferentes nacionalidades, así como de diferentes lugares del territorio español. También del territorio de nuestra comunidad autónoma, que, si bien entonces no se conocía por este nombre, en la actualidad es conocida como Castilla-La Mancha. Cinco personas del territorio que ahora ocupa nuestra Comunidad se embarcaron en esta expedición con una suerte nefasta ya que ninguno de ellos pudo completar el periplo alrededor del globo terráqueo. Además, cuatro de ellos murieron en el intento. Tan sólo uno regresó vivo de la expedición a nuestro suelo patrio y como suele decirse, por la puerta de atrás. En este V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo quiero rendir a los cinco castellanomanchegos un homenaje y un recuerdo por la decisión que tomaron de embarcarse en esta formidable aventura que a casi todos les costó la vida: Pedro García, herrero, natural de Ciudad Real, hijo de Antonio García de Quirós y María García vecinos de Ciudad Real, con un sueldo de 1.000 maravedís por mes a contar de agosto de 1519 (recibió 4.000 maravedís el sueldo adelantado de 4 meses) por embarcarse en la nao Victoria como criado y sobresaliente de Luis de Mendoza capitán de la nao y tesorero de la armada. Fue muerto por los indios en la emboscada de Cebú (Filipinas) el 01-05-1521. No llegó a alcanzar las islas Molucas (objetivo del viaje) aunque se quedó muy cerca… Antón de Escobar, natural de Talavera, hijo de Juan de Escobar y Leonor Méndez, vecinos de Talavera, con un sueldo de 1.500 maravedís por mes (recibió 6.000 maravedís el sueldo adelantado de 4 meses) por embarcar en la nao San Antonio (la mayor de la flota con 120 toneles vizcaínos de capacidad, unas 144 toneladas) como criado de Juan de Cartagena, capitán de la nao y veedor de la armada. Fallecido a causa de las heridas en la batalla de Mactán (Filipinas, en la que también murió el capitán general Fernando de Magallanes) el 28 de abril de 1521 dos días después de la batalla. Es curioso que a pesar de embarcarse inicialmente en la nao San Antonio, no regresó con ella en su viaje de deserción. Juan de Chinchilla, natural de esta ciudad, hijo de Alcides de Oria y María de Quevedo, con un sueldo de 1.500 maravedís por mes (recibió 6.000 maravedís el sueldo adelantado de 4 meses) por embarcarse en la nao San Antonio, como criado de Juan de Cartagena, su capitán. La tripulación de esta nave se sublevó el 1 de noviembre de 1520 en el estrecho de Magallanes y retornó a Sevilla (desertando de la expedición) el 6 de mayo de 1521. El único superviviente de los castellanomanchegos. Antón de Goa “Loro”, grumete, natural de Toledo, criado de la marquesa de Montemayor, con un sueldo de 800 maravedís por mes (recibió 3.200 maravedís el sueldo adelantado de cuatro meses) por embarcarse en la nao Trinidad, la capitana, que iba al mando del propio Fernando de Magallanes. Muerto por los indios en la emboscada de Cebú (Filipinas) el 1 de mayo de 1521. Al igual que el ciudadrealeño Pedro García tampoco llegó a las islas Molucas, quedándose a las puertas de la Especiería. Juan de Ortega, marinero, natural de Cifuentes (Guadalajara), hijo de Pedro de Ortega y de María de Cifuentes (llamada María de Morón en otras fuentes), con un sueldo de 1.200 maravedís mes, recibió al embarcarse 4.800 maravedís, el sueldo adelantado de cuatro meses por embarcarse en la nao Concepción, al mando de Gaspar de Quesada. Juan de Ortega fue el castellanomanchego que más lejos llegó en esta formidable aventura, ya que venía de regreso en la nao Victoria cuando murió de enfermedad el 20 de mayo de 1522, tan solo dos días después de haber rebasado el Cabo de Buena Esperanza, ya en pleno Océano Atlántico, en el camino de regreso. Entre los documentos que se conservan hay una Provisión del Consejo de Indias para que se entregasen a María de Morón, como madre de Juan de Ortega, que había ido en la armada de Magallanes, cuatro ducados a cuenta del sueldo devengado (año 1531). Estos cuatro ducados equivalían a 1.500 maravedís, un mínimo adelanto del sueldo que le correspondía por el servicio a la corona a lo largo de sus 32 meses de travesía, estimado en 38.400 maravedís (algo más de 102 ducados). No obstante, y para que sirva de comparación, el sueldo recibido por los diez marineros supervivientes llegados en la Victoria, fluctuó entre 46.080 maravedís (123 ducados) el que menos y 92.420 maravedís (246 ducados) el que más, en concepto de sueldos, cajas y quintalada. El cifontino Juan de Ortega fue el castellanomanchego que navegó más leguas y tuvo las mayores experiencias de todos nuestros paisanos; descubrió el estrecho de Todos los Santos, (posteriormente llamado de Magallanes en honor al descubridor), llegó a las Islas Filipinas, donde vio morir a su capitán general Magallanes y tuvo la fortuna de llegar hasta las islas Molucas, a la Especiería, hito que ni siquiera estuvo reservado para el propio capitán general. Después de superar las mayores dificultades, sobrevivir a la batalla de Mactán, esquivar la traición de Enrique de Malaca en la emboscada de Cebú (Filipinas) donde asesinaron a 24 compañeros, y tras atravesar las más duras jornadas de navegación por el Índico, evitando los puertos y las naves portuguesas; cuando ya se había doblado el Cabo de las Tormentas y apenas faltaban tres meses para la llegada a Sanlúcar, el cifontino entregó su alma, ya en el Océano Atlántico, imaginamos que totalmente exhausto. Pigafetta, testigo directo y relator del viaje cuenta en este punto esta curiosa anécdota: «En fin, con ayuda de Dios, el 6 de mayo doblamos este terrible cabo, siendo preciso acercamos a él hasta distancia de cinco leguas, sin lo cual no lo hubiéramos conseguido jamás. Corrimos, en seguida, hacia el noroeste durante dos meses enteros, sin reposamos jamás, perdiendo en este intervalo veintiún hombres, entre cristianos e indios. Al arrojarlos al mar, notamos una cosa curiosa, y fue que los cadáveres de los cristianos quedaban siempre con el rostro vuelto hacia el cielo, y los de los indios con la cara sumergida en el mar. (Antonio Pigafetta. Primo Viaggio Intorno al Globo Terracqueo)«. Este viaje tuvo una importancia política y estratégica fundamental en la lucha de poder entre los dos imperios navales del momento: Portugal y Castilla. Y facilitó una nueva y desconocida ruta hacia las islas Molucas (Indonesia) donde se producían especias como la nuez moscada, el clavo oloroso y la canela, que tenían un valor mayor que el propio oro y que el imperio otomano había hecho inalcanzables por tierra para las potencias europeas. A pesar de que se haya dicho que se trata de una gesta global, es totalmente incierto. Esta hazaña corresponde única y exclusivamente a la corona de Castilla, que fue quien la patrocinó e impulsó, mientras que Portugal puso el mayor empeño posible con todos los medios a su alcance, legales e ilegales, para que este viaje fracasase. El propio Magallanes se consideraba un español más y un fiel servidor del rey de Castilla a quien había jurado lealtad. Pero no hay que olvidar que Magallanes murió sin haber alcanzado las Molucas y sin siquiera saber dónde se encontraban (o al menos murió sin decirlo). El mérito único y exclusivo de haber llegado a las Molucas es de Juan Sebastián Elcano quien se sirvió de pilotos locales y de su gran pericia y valía como marino. Desde la partida de Brunéi, cuando relevaron del mando a Juan López de Carvalho, tomaron el mando un cuarteto de personas que permitieron enderezar el rumbo de la expedición: «Acompañando a Elcano y a Espinosa (Gonzalo Gómez de Espinosa, el gran olvidado de esta gesta) hubo otras dos personas de especial relevancia en la nueva organización: el escribano Martín Méndez y el maestre Juan Bautista de Punzorol. Elcano, Espinosa y Juan Bautista fueron los “gobernadores” de la armada, mientras que Méndez fue su escribano y tesorero. En su faceta de escribano, Martín Méndez fue quien escribió el documento clave para conocer muchos de los detalles importantes que ocurrieron en esos meses de contactos con pueblos tan diversos del sureste asiático. Es el conocido como Libro de las Paces del Maluco» (Tomás Mazón Serrano. – Elcano, viaje a la historia). Elcano fue quien, consensuándolo con Gómez de Espinosa, tomó también la arriesgada decisión de volver hacia el oeste atravesando por completo el Océano Índico en la mayor singladura sin escalas en tierra (5 meses y 15 días) que se había hecho hasta la fecha. Teniendo en mente en todo momento que de este modo circunnavegaría el globo terrestre. Sirva nuestro recuerdo para tener siempre frescos en la memoria a estos valientes marinos y especialmente a los cinco castellanomanchegos. Constantino López Sánchez-T. Leer más
Don José María Rivas Valero – Rivas de Alces Fecha de Publicación: 30/08/2022 En el trabajo, recientemente difundido por la Sociedad Cervantina de Alcázar, dedicado a “La plaza de las Rubias y los Rosqueros”, que iniciábamos con una poesía de Don José María Rivas, enviada en 1953 desde la barcelonesa ciudad de Vic a la revista UNIDAD, manifestábamos desconocer la identidad de esta persona y su relación con Alcázar; suponiendo que, por los muchos conocimientos que de esa plaza trasladaba en su poema, esta ciudad sería su patria chica. Tras ser divulgado el trabajo recibimos noticias de un familiar de Don José María en las que nos dice que su nombre completo es José María Rivas Valero, nacido en Alcázar de San Juan en 1922, que escribía bajo el seudónimo de Rivas de Alces. Una vez, que, a través de su seudónimo, nos ha sido desvelada su identidad, hemos tenido ocasión de conocer otros trabajos suyos, todos ellos firmados como Rivas de Alces. De profesión ferroviario, se proclamaba autodidacta y se presentaba como un poeta popular enamorado de la cultura y de la poesía. Un año después de su muerte, acaecida en el año 1990, la Casa Municipal de Cultura de Alcázar, junto a su Universidad Popular, recopiló algunos de sus trabajos en el libro: Del Centro al Sur (Coplas, Poemas y Canciones) Rivas de Alces Anuncios INFORMA SOBRE ESTE ANUNCIOPRIVACIDAD El libro no recoge el poema – homenaje dedicado en 1953 a la “Antigua plaza de la Rubia del Rosquero, hoy de Cervantes”, ya que, tras unos pocos poemas, ocho en total, el libro está dedicado, casi por completo, a las coplas y canciones que compuso, algunas de ellas destinadas a Don Quijote, a Sancho Panza o a Dulcinea del Toboso, sin olvidar a la patrona de Alcázar, Nuestra Señora la Virgen del Rosario. Tras consultar las hemerotecas hemos encontrado una frase suya en la que, en línea con lo transmitido en su poesía “Antigua plaza de la Rubia del Rosquero”, resume con nitidez su sentir alcazareño y cervantino; dice así: “Nací en un lugar de La Mancha… tan quijotesco como sea posible imaginar, donde más de una razón e incluso bastantes, abundan en el hecho de que allí viera la luz el más destacado escritor, orgullo nuestro y admiración del mundo. Todos saben que me refiero a Miguel de Cervantes Saavedra…” Queda pues enmendado, mediante estas líneas, el desconocimiento con el que comenzamos nuestro trabajo. De justicia es sacar del anonimato, al que involuntariamente lo habíamos relegado, a Don José María Rivas Valero, de seudónimo Rivas de Alces. Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar Leer más
Pregón de las Fiestas en Honor a San Lorenzo Fecha de Publicación: 11/09/2022 El pregonero, José Manuel Zarco Tejada Alameda de Cervera, 9 de agosto de 2022 Distinguidas autoridades: señora alcaldesa de Alcázar de San Juan, doña Rosa Melchor; señor alcalde pedáneo de Alameda de Cervera, don José Ángel Jiménez; señor alcalde de Cinco Casas, don Miguel Ángel Rosado; señor alcalde de Daimiel, don Leopoldo Sierra; señoras y señores concejales de nuestro Ayuntamiento de Alcázar de San Juan; presidente, junta directiva y miembros de la Hermandad de San Lorenzo; presidente, junta directiva y miembros de la Asociación de Vecinos de Alameda de Cervera; alamedeñas, alamedeños y visitantes que nos acompañáis en estas fiestas. Muy buenas noches a todos. No quisiera comenzar el presente pregón sin expresar la satisfacción que siento, como miembro de la Hermandad de San Lorenzo, por haber sido designado pregonero de las fiestas de este año en honor de nuestro excelso patrón. Satisfacción y orgullo que se mezclan con una cierta preocupación por saber si seré capaz de transmitirles mi mensaje en este entrañable acto, de indudable responsabilidad para mí. Haciendo un poco de memoria, cuando José Ángel me llamó un día por teléfono y me comunicó su interés en que yo fuese el pregonero, hizo que echase la mirada atrás y escudriñara en mis recuerdos. Por unos momentos me vi de nuevo en el año 1997, recién llegado a La Mancha, con mi mujer y un niño de poco más de un año y medio. Y cómo dos años después, en mayo de 1999, comenzábamos a mirar en las inmediaciones de Alcázar de San Juan para cumplir nuestro sueño de tener un terrenito en el que descansar los fines de semana. La casualidad hizo que el día que vinimos por primera vez a Alameda de Cervera nos encontráramos aparcada en una calle la furgoneta de Antonio Izquierdo, que durante esos días nos arreglaba el parqué del piso alquilado en Alcázar. «¿Que estáis buscando un terreno para comprar?», —nos preguntó con cierta sorpresa al conocer el motivo de nuestro viaje. «¡Pues ya habéis encontrado el sitio, no tenéis necesidad de ir a ninguno más!», —nos recalcó categóricamente. Y concluyó: «El ambiente familiar y acogedor de los vecinos de La Alameda os va a encantar, ya lo veréis». Solo unos días después de aquello hacíamos un nuevo viaje junto a nuestro ya amigo, que se ocupó de enseñarnos, una a una, todas las calles de la pedanía y los solares que había en venta, que no eran muchos. Como anécdota, cuando llegamos a la Cooperativa San Lorenzo, un dato, aparentemente superfluo, no pasó desapercibido para nosotros: justo debajo del nombre, en letras de gran tamaño, aparecía escrito textualmente «Fundada en 1954». «¡No puede ser tanta casualidad!», —le dijimos a nuestro amigo, que nos miraba un tanto sorprendido. Y le aclaramos: «Ese es el año de fundación de mi querido y sufrido Córdoba Club de Fútbol, ¡esto es una premonición!». Pasaron las semanas y los meses y poco a poco fuimos conociendo los productos más característicos de La Alameda, como el pan moreno y las riquísimas tortas de pico de la Panadería; las exquisitas sandías, melones «piel de sapo» y pimientos, de venta en la Cooperativa, además del conocido vino «Gran Prior Alameda», blanco y tinto; alguna caldereta de cordero a la que fui invitado en el Casino; y el sabroso arroz con liebre que probé por primera vez en esas fechas preparado por Pedro Izquierdo, padre de Toni, que ya no está entre nosotros. Y llegó la hora de la verdad. Desde un primer momento nos quedamos prendados de la franja de terreno que había bajo la Gasolinera y, concretamente, de la parcela más alejada de la misma, situada en las inmediaciones de una encina majestuosa y centenaria, que comprábamos por fin en noviembre de ese año 99. ¡Qué alegría, ya éramos alamedeños! El siguiente paso no tardó en llegar, y nuestro amigo Antonio nos ponía en contacto con Pepe Escribano, «el albañil de toda la vida de La Alameda» en palabras de aquel, para proceder al vallado del terreno. No lo sabíamos entonces, y es que iniciábamos así la amistad con nuestros queridos amigos Pepe y Mari. Me quedaría corto si me dedicara a enumerar todas las experiencias vividas junto a ellos desde entonces. De Pepe, que junto a su hijo nos construyó con tanto cariño la casa, aprendimos una temida frase cuyo significado, un tanto extraño para nosotros la primera vez que lo oímos, no tardamos en comprender: «¡José Manuel, que me quedo sin corte!». Esto nos obligaba a mi mujer y a mí a dejarle los niños unas horas a Mari y salir corriendo al almacén de los materiales de obra en Tomelloso para encargar, con la máxima celeridad posible, esas baldosas o azulejos que tanto se hacían de rogar. Además, me viene a la memoria la excelencia de dos platos típicamente manchegos, las gachas y el arroz con liebre, que tantas veces he visto preparar con esmero a Pepe y que luego hemos degustado, juntas, las dos familias. Gracias a ellos hemos conocido la vendimia, me he subido al tractor y al remolque cargado de uvas, hemos presenciado cómo se pesa en la Cooperativa y cómo se mide el famoso grado, y cómo comienza a correr el mosto cuando la carga del remolque cae finalmente en el foso… Asimismo me gustaría hablarles de mi amistad con Inocencio Rubio, cuya prodigiosa memoria nos ha sacado en no pocas ocasiones de la duda que teníamos y nos ha arrojado luz sobre una afición que jamás pensé que llegaría algún día a tener: la etnografía. Y es que con el paso de los años hemos ido sabiendo las diferencias que hay entre el arado de una mula y el de dos; el de reja y el de vertedera; qué son y para qué se usaban la media fanega, la cuartilla, el celemín y el costal; la zoqueta de siega; la redina y las alforjas; la romana; el azumbre, el cuartillo, la media arroba y la arroba, todos ellos forrados de esparto; la trilla y los pedernales; ¡ah, se me olvidaban el zaque, la noria y el carro! De todos ellos, y de muchos más, nos ha dado el bueno de Inocencio exhaustivas y pormenorizadas explicaciones, que constituyen un verdadero tesoro de una época ya pasada, ampliamente superada por la tecnificación agrícola de hoy, cuya memoria para las generaciones venideras hemos de conservar. Continuando con esta afición recuerdo igualmente a mi amigo Esteban Izquierdo, que tampoco está ya entre nosotros. Una mañana me enseñó con infinita paciencia cómo lañar un antiguo cangilón de barro, roto tras caérsenos al suelo al mover una tinaja, para que se quedara «exactamente igual que si la operación de lañado se hubiese hecho hace cincuenta años», en palabras del propio Esteban. Y también he de referirme a otro buen amigo, Paco Arias «el herrero», que cuando tenía el carro en la fragua para tratar de solucionarle un problema del eje de las ruedas, y me vio llegar, me dijo muy solemne una frase, categórica, que no se me ha olvidado desde entonces: «Ya tiene usted su carro. Puede llevárselo a su casa cuando quiera, porque ya le he arreglado lo del eje. Pero debe saber que este carro no está completo porque le falta una cosa: el farol». Estas palabras nos dejaron confusos y un tanto desalentados, porque ni sabíamos que los carros tuvieran faroles, ni cómo eran estos. Hicimos una rápida búsqueda en internet, encontramos cuatro o cinco faroles de carro en venta, nos terminamos comprando el que Paco nos identificó como idéntico a los que él recordaba de su infancia en La Alameda, y unos días después nos lo dejaba felizmente instalado en el carro. ¡Ya está completo, Paco! Poco a poco vamos avanzando y me gustaría ahora resaltar el inmejorable ambiente que vivimos los vecinos de Alameda de Cervera, y que queda reflejado en numerosos eventos a lo largo del año. Comienzo con los actos solidarios del mes de febrero organizados por Manos Unidas, que tienen su colofón con la esperada cena. El ambiente familiar que se vive ese día lo impregna todo de generosidad y hace que los jamones asados en la Panadería, buenísimos, no tengan rival en la comarca. ¡Y para terminar jugamos al entrañable bingo solidario hasta bien entrada la madrugada! Continúo con el recogimiento y devoción de las procesiones del Corpus y de San Lorenzo, que hoy festejamos. Tampoco puedo olvidarme de las famosas vaquillas, que algún año han dado más de un susto a los más atrevidos, y de la posterior comida de hermandad en el Parque Ramón Fernández Urrutia. Y para concluir con las fiestas, el esperado Certamen de Pintura al Aire Libre, que tanta expectación despierta, y la concurrida subasta de San Lorenzo, recién acontecida, que con tanto acierto dirige nuestro amigo Boni. ¡Qué barbaridad, qué precio llegan a alcanzar las estrellas de la noche, los riquísimos hornazos de la Panadería! Por supuesto que no puedo olvidarme, en esta época veraniega, de la piscina y barbacoa, en las que tantos y buenos ratos hemos echado. En su cuidado césped recuerdo que dio sus primeros pasos mi hijo pequeño. Y, ya metidos en Navidad y Año Nuevo, me viene a la memoria el ambiente de desmesurada ilusión, reflejada en la cara de todos los niños, cuando en la tarde del día 5 de enero reciben a sus majestades los Reyes Magos de Oriente en el Salón Grande. El Rey Baltasar del año 2005, hoy pregonero, da fe de ello. ¿Y qué decir de nuestros amigos de la Gasolinera? No solo nos llenan el depósito del coche cada vez que lo necesitamos, sino que además se han convertido en recepcionistas de cartas, envíos y paquetes de todo tipo, motivo por el que les estamos muy agradecidos. «¿Dónde puedo dejarle el paquete?». Cuántas veces hemos tenido a esta pregunta que responder la consabida frase «Por favor, déjelo en la Gasolinera, que abre todo el día, y allí lo recogeré yo». Y antes de pasar al siguiente apartado, y para finalizar este, quisiera darle la enhorabuena a nuestros amigos de la Cooperativa San Lorenzo por los recientes premios «Gran Selección Campo y Alma 2022» obtenidos por dos de nuestros vinos, que ponen el colofón al reciente triunfo cosechado en los décimos premios «Airén por el Mundo». Y es que todos los vecinos hacemos nuestros estos reconocimientos, que consideramos como propios. Me gustaría a continuación dar una pincelada histórica, pues no en vano Alameda de Cervera, o Cervera a secas entonces, albergó varios molinos de pólvora durante los siglos XVII y XVIII, pertenecientes a la Real Hacienda. En la fabricación de este compuesto era necesario el salitre, que se extraía en Alcázar de San Juan. A finales del siglo XVIII la fábrica de pólvora fue trasladada a Ruidera. Y también tuvimos batanes, esos ruidosos artilugios que tanto asustaron a don Quijote en el capítulo XX de la primera parte de la inmortal obra de Cervantes. ¿Pudo don Miguel haber tenido conocimiento de primera mano de su existencia? ¿Por qué no? Además, los vecinos de La Alameda estamos muy orgullosos de tener un patrimonio histórico de excepcional importancia, como son los vestigios del Canal del Gran Priorato de San Juan, obra del célebre arquitecto Juan de Villanueva. El más conocido de todos, hasta haberse convertido en el símbolo de la pedanía, es el famoso puente situado en las inmediaciones de la iglesia de San Lorenzo, que fue construido entre los años 1797 y 1979. En dirección a los antiguos molinos de pólvora, aguas abajo de los mismos, hay un segundo puente, compuesto de dos arcos de medio punto. De las mismas fechas que el anterior, es el llamado puente del Vado Lancero, y sobre él se han realizado recientemente unas más que necesarias obras de excavación y consolidación. Como soñar es gratis, y tenemos en nuestra presencia a la alcaldesa de Alcázar de San Juan, a la vez que le damos públicamente las gracias por esta actuación, no nos resistimos a hacerle una petición. Resulta que había un tercer puente, de la misma época de la Ilustración que los dos anteriores —finales del siglo XVIII—, llamado puente del Rey, que en los últimos años del siglo XX se desmontó parcialmente y cuyos sillares fueron depositados en las inmediaciones de la barbacoa. He de confesarles que llevo más de veinte años mirando con pesar estas piedras. Con la tecnología que hay hoy, ¿no sería posible volver a construir ese puente, en su lugar original, sobre el antiguo cauce del río Guadiana? A fin de cuentas, las piedras han estado 200 años juntas y solo llevan 25 o 30 separadas, y pienso que se merecen estar para la posteridad como las proyectó Juan de Villanueva. Nos acercamos al final y todavía no hemos dicho nada de San Lorenzo, nuestro querido patrón. Todos sabemos que la primitiva imagen del santo fue un regalo de la comunidad de monjas mercedarias de Villacentenos, que durante la Guerra de la Independencia fueron acogidas como hijas por los vecinos de la colonia de Alameda de Cervera. Pero gracias a la documentada tesela de Francisco José Atienza y María del Pilar Sánchez Mateos, que hemos estudiado a fondo estos días, hemos descubierto que la devoción viene de atrás, pues ya en el siglo XVIII aparece nombrada la ermita de San Lorenzo en el término de Cervera. A San Lorenzo hemos levantado nuestra mirada más de una vez cuando nos hemos tenido que enfrentar a una situación de gravedad en la familia o a una operación de especial dificultad, en la que está en juego la visión de nuestro paciente. Y a él le pedimos hoy su protección y que bendiga estas fiestas que en su honor se celebran para que reinen en ellas la alegría, el descanso y el buen ambiente entre todos los vecinos y las personas de otros lugares que nos visitan. Quiero también darles las gracias por la acogida que desde un primer momento tuvimos, que nos han hecho, a mi familia y a mí, sentirnos como uno más durante estos veinticuatro años. Deseo de todo corazón que el pregón de este cordobés de nacimiento, alcazareño de adopción y alamedeño de sentimiento haya sido del agrado de todos ustedes y, para terminar, permítanme concluir con unos sentidos ¡¡¡VIVA SAN LORENZO y VIVA ALAMEDA DE CERVERA!!! Muchas gracias. José Manuel Zarco Tejada Sociedad Cervantina de Alcázar Leer más
Ruta Cervantin@lcazar noctámbula Fecha de Publicación: 07/08/2022 Enmarcada en la programación del Fin de Semana del Patrimonio, la Sociedad Cervantina de Alcázar coordinó una ruta guiada en la que mostró a un numeroso grupo de personas los lugares de Alcázar de San Juan que tienen vinculación con el escritor y su obra Alcázar de San Juan, 7 de agosto de 2022.– La noche del sábado 6 de agosto y dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio (que el Ayuntamiento de Alcázar programó para los días 6 y 7 de agosto), ha tenido lugar una ruta Cervantin@lcazar noctámbula en la que miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar han mostrado a un numeroso grupo de personas -procedentes de diversos lugares de España y otras venidas de Chile- los lugares de nuestra ciudad que tienen vinculación con Miguel de Cervantes y su obra literaria. La ruta tuvo comienzo en la escultura “Alonso con su gato” del escultor valdepeñero Antonio Lillo Galiani, situada en la Av. de Herencia frente a Aguas de Alcázar, que ya es punto de encuentro habitual de la ruta guiada y que en esta ocasión, debido a las numerosas actividades programadas, coincidió con los bailes de la Asociación de Coros y Danzas “Tierra Llana” que tiene su sede en el museo del Traje Manchego. A continuación, los asistentes conocieron -mediante las explicaciones de Luis Miguel Román- la historia que encierra el Quijote Cósmico, en la plaza de Palacio, busto que Eulalio Ferrer (español exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México) regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan y del que existe otro ejemplar exactamente igual en Guanajuato, México. La relación de amor e interés de Eulalio Ferrer por la ciudad de Alcázar de San Juan se remonta a la época en la que estuvo funcionando la “Orden de los Escuderos Sanchos” a la que el publicista español residente en México perteneció. (Justo es reconocer, que aquella Orden de los Sanchos, con sus escasos medios y su mucha ilusión y trabajo, puso con sus diferentes actividades a Alcázar de San Juan en el mapa del turismo español e internacional y en aquella época consiguieron para nuestra ciudad la denominación geo-turística “Alcázar de San Juan, corazón de la Mancha” de la que tanto nos enorgullecemos y de la que el pasado día 4 de agosto se cumplían 56 años de su publicación en la Gaceta de Madrid (Aprobado por Orden Ministerial de fecha 11-07-1966). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, parroquia fundada en 1226, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy. Pocas personas saben que, en un breve periodo durante la República, nuestra ciudad cambió su nombre de forma oficial por Alcázar de Cervantes, siendo identificada así en toda documentación oficial correspondiente a este periodo. Los asistentes hicieron una breve parada en la calle San Juan, justo en el lugar en el que Constantino López Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y Gutiérrez Quesada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes dice don Quijote: «de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón». También se explicó a los asistentes a la ruta que un bisnieto de Juan López Caballero, que vivía en la misma casa, llamado Alonso Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes» tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Don Quijote. En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío, quien puso al corriente de Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1870 de la Real Academia Española realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. La ruta finalizó en esta misma plaza dando un repaso al resto de los lugares del recorrido, como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando un repaso a los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que contiene una reproducción única en España, donde se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que están colocadas en perfecto orden cronológico. Antes de despedirse de los asistentes y agradecerles su participación en la ruta, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza en la Plaza de España, donde junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Plaza de las Rubias y los Rosqueros Fecha de Publicación: 03/08/2022 En el nº 7 de la revista UNIDAD, septiembre de 1953, que en esos años se publicaba mensualmente en Alcázar de San Juan, aparecía esta poesía enviada por Don José María Rivas desde la ciudad barcelonesa de Vich, hoy Vic Personalmente desconocemos la identidad de esta persona y su relación con Alcázar, es de suponer que su patria chica, pero nos resulta muy curioso, sorprendente, casi enternecedor, que hace 69 años alguien, desde Cataluña, se acordase del primitivo nombre de una emblemática plaza de Alcázar, la actual plaza de Cervantes, pero que en ese año de 1953 hacía ya un siglo que no se le llamaba por este apelativo y, además, que le quisiera rendir su particular homenaje en forma de poesía. La que hoy en día aparece en el callejero de Alcázar de San Juan como Plaza de Cervantes era conocida desde el siglo XVI como Plaza de las Rubias y los Rosqueros; situada en los aledaños del barrio de Santa María, al final de la calle de San Juan, constituye el auténtico epicentro en donde convergen algunas de las realidades y tradiciones cervantinas más importantes de la ciudad. En ella habitaron, de forma simultánea, familias apellidadas Cervantes, Saavedras, Barchinos o del Pozo. Hay cierta imprecisión documental sobre el nombre exacto con el que se ha conocido históricamente a esta plaza; según Don Ángel Ligero (T-I, pág. 214 de su obra La Mancha de Don Quijote) era la plaza de las Rubias y los Rosqueros, aunque en otro momento (T-II, pág. 349, Índice de Topónimos de dicha obra) la nombra como plaza de la Rubia del Rosquero, tal y como la llama en su poesía Don José María Rivas.Otro cervantista alcazareño Don Francisco Lizcano y Alaminos, padre del pintor Ángel Lizcano Monedero, en su libro “Historia de la Verdadera Cuna de Miguel de Cervantes Saavedra y López”, Madrid 1892, también la cita en singular. Sin embargo, elDoctor Mazuecos (Hombres, lugares y cosas de La Mancha, fascículo XXVII, pág. 16) la llama placeta de la Rubia, pero en el fascículo XXIV, pág. 13, hace referencia a unos documentos del año 1827 que la cita como plaza del Rosquero. Hecha esta necesaria reseña, fruto de la prudencia con la que estos temas deben tratarse pero que en nada alteran lo que a continuación expondremos, seguiremos refiriéndonos a ella por el nombre con el que mayoritariamente nos ha sido dada a conocer: de las Rubias y los Rosqueros. Monolito erigido en el año 2009 en la histórica plaza de las Rubias y los Rosqueros en memoria de Miguel de Cervantes Saavedra (lamentamos el grafiti). En la placa se lee: “Alcázar de San Juan a su excelso hijo Miguel de Cervantes Saavedra” Advirtamos que el actual monolito no es el primer monumento que en memoria de Miguel de Cervantes Saavedra se ha levantado en esta plaza, en donde la tradición alcazareña, siglo tras siglo, ha situado su casa de nacimiento, ya que el 9 de noviembre de 1879 Don Juan Álvarez Guerra y Peña, gran defensor de este sentimiento, erigió un pedestal de mampostería de forma piramidal en cuyo interior depositó una caja de zinc con diversos objetos y sobre el que colocó un busto del insigne escritor. En el suplemento, agregado posteriormente a esa fecha, de su libro “Sol de Cervantes Saavedra, su verdadera patria Alcázar de San Juan”, el propio Don Juan Álvarez Guerra nos describe los objetos que contenía dicha caja: “En esta caja se han colocado las copias de las partidas de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra, hijo de Alcázar, y de Miguel de Carvantes, hijo de Alcalá, y todos los demás documentos que acreditan esta verdad… El dibujo del gran escritor, encerrado en la cárcel de Argamasilla, escribiendo el Quijote… Un ejemplar del libro Sol de Cervantes Saavedra… Las monedas de los Reyes y Reinas de España desde el año del nacimiento de Cervantes hasta Alfonso XII… Copias testimoniadas de los acuerdos y actas del Ayuntamiento de Alcázar, de los años 1878 y 1879, sobre este asunto… Recortes periodísticos y copias de los discursos y conferencias que él mismo había pronunciado en defensa de la opción alcazareña…”. Parece ser que este monumento solo se mantuvo en pie durante 15 años, pues el 5 de enero de 1894 el pleno del Ayuntamiento acordó: “demoler la pirámide que existe en la plazuela de Cervantes, que se construyó para colocar una estatua del insigne escritor, sin merito arquitectónico alguno y que más bien es un estorbo para el tránsito de carruajes, se acordó demolerla y al mismo tiempo que se ponga una lápida en la esquina de la casa en que nació el inmortal Cervantes, con su nombre y la fecha de su nacimiento”. (Hombres, lugares y cosas de La Mancha, fascículo XXIV, pág. 7). No sabemos si la demolición del monumento piramidal levantado por Don Juan Álvarez Guerra en 1879 se realizó de inmediato o lo mantuvieron en pie durante unos años más, pero lo cierto es que, en 1905, año en el que se conmemoró el III Centenario de la publicación de la primera parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, ya existía en la plaza un segundo pedestal, en este caso en forma de torreón, dedicado al ilustre escritor. Según leemos en el número 10 de la revista “La Cuna de Cervantes”, 18 de mayo de 1905, entre los numerosos eventos que durante tres días se celebraron en Alcázar para conmemorar este III Centenario, se llevó a cabo una gran cabalgata en la que “participaron más de siete mil personas que recorrió las calles de la ciudad… Toda la carrera estaba engalanada, rivalizando en lujo y buen gusto, destacándose la plaza de Cervantes, donde existe la casa en que nació el inmortal autor del Quijote… El pedestal de Cervantes se había revestido con follaje y flores naturales y artística iluminación… Al día siguiente se entregaron medallas conmemorativas y ejemplares del Quijote a todos los niños de las escuelas públicas… y bonos de comida a los pobres con cargo a la comisión organizadora de los festejos…”. Otro de los actos importantes que tuvieron lugar durante estas celebraciones fue la instalación en la iglesia parroquial de Santa María de una lápida conmemorativa del bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra, lápida que actualmente está ubicada en una de las paredes laterales del baptisterio de esta parroquia. “Aquí fue bautizado el día 9 de noviembre de 1558 Miguel de Cervantes Saavedra. Alcázar en el III Centenario del Quijote” MCMV Al cabo de unos años este segundo monumento, el del III Centenario, corrió la misma suerte que el primero, ya que, en julio de 1914, los vecinos de la plaza presentaron una instancia en el Ayuntamiento solicitando: “la demolición del torreón levantado en la plaza de Cervantes para perpetuar la memoria del autor del Quijote, por el estado indecoroso en que se encuentra y servir solo para estorbar el tránsito de carruajes, pudiendo sustituirse dicho torreón por una lápida de mármol que diga – Casa donde nació Miguel de Cervantes Saavedra, autor del Quijote – cuya lápida podría colocarse en la fachada de la casa que existe en dicha plaza en que tuvo lugar su nacimiento”. La solicitud fue tomada en consideración, este segundo monumento también fue derruido y la lápida propuesta instalada definitivamente. Lápida colocada sobre la puerta de la casa natal de Cervantes, que ha llegado hasta nosotros tras recuperarla del derribo de la misma. Se encuentra almacenada, que no expuesta, en dependencias del Museo Municipal Fue en el último tercio del siglo XIX cuando oficialmente se le dio el nombre de Plaza de Cervantes, porque en la solicitud que Don Juan Álvarez Guerra cursa al Ayuntamiento, el 25 de mayo de 1879, pidiendo permiso para levantar a su costa el monumento piramidal anteriormente descrito se lee: “… frente a la casa donde nació este gran hombre, y dando al sitio el nombre de Cervantes”. No obstante, aunque es probable que durante esos años ya fuese más conocida popularmente con este nombre, en unos documentos de defunciones fechados en 1863 aparece mencionada como de la Rubia o como del Rosquero. En esta misma época, segunda mitad del siglo XIX, Alcázar de San Juan también tenía una calle dedicada a la memoria de Don Miguel de Cervantes Saavedra. Esta calle, inicialmente llamada de los Yeseros por la actividad que en ella se ejercida, hoy la conocemos como del Doctor Mazuecos. Pero retrocedamos al siglo XVI, a nuestra histórica plaza de las Rubias y los Rosqueros la llamaban así porque, según relata Don Ángel Ligero en su obra La Mancha de Don Quijote, en ese siglo vivían en ella algunos miembros de una familia conocida popularmente como los Rubios y/o las Rubias; en concreto, en una de sus casas vivía Isabel López Romero la Rubia, también conocida como la Romera, casada con Don Pedro Hidalgo de Saavedra y en otra su hermana María, igualmente apodada la Rubia, esposa del arriero Juan del Pozo. El edificio familiar de Don Pedro Hidalgo Saavedra lindaba con una de las casas de la poderosa familia de los Barchinos, también hijosdalgo, familia igualmente emparentada con los Hidalgo Saavedra, ya que María Díaz, la Barchina, casó y enviudó de Don Juan Hidalgo Saavedra, primo de Don Pedro Hidalgo Saavedra. Como anteriormente se ha dicho, también vivía en esta plaza el arriero Juan del Pozo, esposo de María la Rubia. Juan del Pozo pertenecía a otra extensa y conocida familia alcazareña. Sobre el porqué de llamarse también del Rosquero o de los Rosqueros lo desconocemos, pues lo cierto es que no hemos podido encontrar ninguna referencia documentada, más allá de su mera denominación, que nos permita argumentar esta circunstancia. Observemos que era toda una serie de personajes portadores de importantes apellidos alcazareños, muchos de ellos unidos por vínculos familiares, los que residieron en esta histórica plaza, pero sin duda la más feliz coincidencia de las que se daban en ella es que en una de sus esquinas, la que da a la actual calle de Santo Domingo, entonces conocida por Alonso Pérez de Villarta, estuvo ubicada la casa en la que una antigua tradición de la ciudad sitúa el nacimiento de Miguel de Cervantes Saavedra, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y de Catalina López, para muchos alcazareños el verdadero autor del Quijote. Esta antigua tradición ha llegado hasta nosotros al ser recogida por el académico y militar Don Vicente de los Ríos, miembro de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia Española en Madrid, en los proemios que escribió, a petición de la primera de ellas, para las ediciones del Quijote publicadas en los años 1780 y 1787. En el proemio de 1780 dice Don Vicente de los Ríos: “En virtud de las razones expuestas se inclinaron muchos sujetos de sólido juicio a creer que Alcázar de San Juan fue la patria de Cervantes. Entre estos merece un distinguido lugar el erudito Ilustrísimo Señor Don Fray Alonso Cano, Obispo de Segorbe, que inquirió con la exactitud propia de su sabia crítica el origen e historia de la mencionada tradición, la cual se propagó y se conserva entre los hombres más hábiles de aquella villa y más desviados de los caprichos y credulidad del vulgo”. Fray Alonso Cano y Nieto, religioso trinitario calzado, (Mota del Cuervo, 1711 – Segorbe, 1780), Ministro Provincial de Castilla de la Orden de la Santísima Trinidad, Académico de número de la Real Academia de la Historia y Teólogo de Su Majestad en la Real Junta de la Inmaculada Concepción fue Obispo de Segorbe, dignidad a la que fue promovido por el rey Carlos III como reconocimiento por haber redimido a más de mil cautivos de Argel, entre ellos a los que repoblaron la alicantina isla de Tabarca, debió de conocer en primera persona esta antigua tradición alcazareña a su paso por el convento que su Orden había fundado en esta villa un siglo antes (1635). Con las siguientes palabras nos transmite Fray Alonso Cano la tradición alcazareña que Don Vicente de los Ríos menciona en sus proemios: “Don Juan Francisco Ropero, Agente Fiscal de la Cámara de Castilla, que en Alcázar de San Juan, su patria, fue pasante de un célebre abogado llamado Quintanar, aseguraba haberle dicho éste repetidas veces al pasar por una de las casas del lugar: esta es la casa donde nació Miguel de Cervantes Saavedra autor del Quixote, y le prevengo a Vm. con el mismo fin con que a mí, siendo mozo y pasante del Doctor Ordoñez, me lo decía éste, pasando igualmente por aquí, es a saber, para que se conserve la tradición. El mismo Don Juan Francisco Ropero averiguó que la pasantía de Quintanar con el Doctor Ordoñez fue por los años de 1690, siendo éste ya muy anciano, de lo que se infiere que pudo haberlo oído y entendido de los mismos que conocieron a Miguel de Cervantes, que murió ya entrado el siglo XVII”. Creemos conveniente resaltar algunos aspectos de la vida de los tres personajes mencionados por Fray Alonso Cano, con el fin de enmarcar correctamente sus personalidades y la importancia y el valor de sus afirmaciones. Don Juan Francisco Ropero y Tardío nació en Alcázar en el año 1708, por lo tanto era coetáneo de Fray Alonso Cano. Hijodalgo, agente Fiscal de la Cámara de Castilla, abogado en los Reales Consejos y administrador en ésta del Serenísimo Infante Don Gabriel Antonio de Borbón, Gran Prior de la Orden de San Juan, fue también Alcalde Mayor de la villa en 1742. Don Francisco Quintanar y Úbeda, eclesiástico, asesor Real e igualmente abogado en los Reales Consejos. Legó sus numerosos bienes para la construcción de un pósito de cereales con el fin de abastecer de grano a los agricultores pobres de Alcázar, la llamada Obra Pía del Pósito del Monte de Piedad, popularmente conocida como Pósito Quintanar. Don Rodrigo Ordoñez de Villaseñor, abogado del Santo Oficio de la Inquisición de Toledo, también abogado en los Reales Consejos. Fue uno de los dos abogados que defendieron a Alcázar en el pleito que ésta sostuvo con la villa de Herencia por la propiedad de la dehesa de Villacentenos, pleito que acabó con la firma del decreto de Concordia entre ambas villas en el año 1669. Fachada de la casa situada en la plaza de las Rubias y los Rosqueros, esquina a calle de Santo Domingo, en la que la tradición alcazareña recogida por Fray Alonso Cano y Nieto atribuye el nacimiento de Miguel de Cervantes Saavedra. Debido a su estado ruinoso fue demolida en los años 60 El dibujo es de Doña Elvira Samper y aparece en la portada del fascículo XVIII de Hombres, lugares y cosas de La Mancha del Dr. Rafael Mazuecos. Otra importante coincidencia cervantina que pone directamente el foco en la plaza de las Rubias y los Rosqueros es la que nos señala que al final de la calle de San Juan, a unos 50 metros de esta plaza, estuvo ubicada la casa solariega de Don Juan López Caballero. Esta casa solariega, de arquitectura típicamente manchega, hoy tristemente desaparecida, se mantuvo en pie como casa de vecinos hasta la década de los años 70. Con ella desapareció un testigo importantísimo de nuestra historia, pero sobre todo uno de los vínculos más importantes de Alcázar con Cervantes y el Quijote. Casa solariega de D. Juan López Caballero. Acuarela de José Luis Samper Don Juan López Caballero, personaje distinguido al servicio de Don Juan de Valenzuela, Gran Prior de la Orden de San Juan, casó con Doña Inés de Cabrera, hija del Marqués de Moya, con la que tuvo tres hijos: Pedro Barba, Juan Barba y Catalina Vela. Un nieto suyo, Jerónimo de Ayllón, desposa con Ana Gutiérrez de Quesada,de cuyo matrimonio nace Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quesada. Don Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quesada contrae matrimonio con Doña Teresa de Mendoza, con la que tiene tres hijas: María, Isabel y Clara. Una de ellas, Isabel, es la esposa de Pedro de Cervantes, primo hermano de Miguel de Cervantes Saavedra. Doña Teresa de Mendoza declara en su testamento, dictado en 1601, estar seriamente preocupada por el estado mental de su marido Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quesada, del que dice: “que no tiene juicio y tiene la hacienda perdida…” y “…pide y suplica a las justicias y jueces competentes que provean de tutor de su hija Clara, de ocho años de edad, a su yerno Pedro de Cervantes, esposo de su hija Isabel”. En el testamento también leemos que nombra albaceas al mismo Pedro de Cervantes y al padre de éste, Don Antonio de Cervantes, hermano de Blas de Cervantes, padre de nuestro Miguel de Cervantes Saavedra. Es muy importante recordar como Cervantes (DQ 1, 1) describe la figura de Don Quijote: “Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada…” y seguimos leyendo: “Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso -que eran los más del año- se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que se olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aún la administración de su hacienda”. Curiosamente tal y como nos relata Doña Teresa de Mendoza en su testamento que le ocurría a su esposo, también de nombre Alonso y de apellido Gutiérrez de Quesada. Y otra coincidencia más, en su enciclopédica obra Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra (Tomo IV, capítulo XLV) el eminente cervantista Don Luis Astrana Marín relata cómo salieron del reino de Castilla dos caballeros, el uno llamado Gutierre Quesada y el otro Pedro Barba, primo suyo, con destino a la Corte del Duque Felipe de Borgoña para batirse en armas con los caballeros Micer Pierres y Micer Jaques, hijos bastardos del Conde San Polo; por enfermedad de Pedro Barba, solo Gutierre Quesada pudo cumplir la misión batirse en duelo con Micer Pierre al que derrotó en la liza. Volvió Gutierre Quesada a Castilla con todos los honores y el rey Juan II le concedió el privilegio de colocar en la parte inferior de su escudo de armas el busto del borgoñón al que había vencido como testimonio de esa hazaña. Esta aventura nos lleva a referir lo que Don Quijote responde al canónigo de Toledo cuando éste le cuestiona la existencia de los caballeros andantes: “Si no dígame también que no es verdad que fue caballero andante el valiente lusitano Juan de Merlo… y las aventuras y desafíos que también acabaron en Borgoña los valientes españoles Pedro Barba y Gutierre Quijada (de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón), venciendo a los hijos del conde San Polo…” (DQ 1, 49). Dos personajes, Pedro Barba y Gutierre Quijada, y dos nombres especialmente ligados a la historia de Alcázar; uno el primogénito de Don Juan López Caballero y el otro portador del apellido de una de las familias más importantes de esta villa, los Gutiérrez Quijada. La vinculación histórica del linaje de los Gutiérrez Quijada con Alcázar de San Juan es antiquísima, pues según vemos en el contenido de un pergamino del año 1417, que se conserva en el Archivo Histórico Municipal de Alcázar referenciado como “Documento nº 4”, el rey Juan II y la reina Doña Catalina, su madre y tutora, confirman el privilegio que otorgó en 1308 a la villa de Alcázar Frey Arias Gutiérrez Quijada, Lugarteniente del Gran Maestre de la Orden de San Juan de Castilla y León. En el dorso de este pergamino alguien escribió en algún momento dado: “Privilegio que otorgó a la villa de Alcázar Frey Arias Gutiérrez Quijada al que otros llaman Quesada”, curiosamente los sobrenombres de Don Quijote. Nos dice Don Ángel Ligero (T-I, pág. 150 de La Mancha de Don Quijote) que en una puerta de madera proveniente de la casa solariega del Mayorazgo de los Quijada de Alcázar, se encontró tallado un escudo de armas en el que se ven dos leones trepantes por una torre, que en heráldica significa pertenecer a un caballero andante, y el busto de un personaje con la cabellera peinada al estilo borgoñés lo que, sin duda, responde al privilegio que el rey Juan II concedió a Gutierre Quesada por haber vencido al hijo del Conde San Polo, en el hecho de armas memorado por Cervantes en su Don Quijote. Esta puerta se instaló en la entrada de uno de los molinos que se rehabilitaron en el cerro de San Antón, allí permaneció hasta su total destrucción a finales de la década de los 70. Tras lo expuesto hay que añadir, dada su importancia, que, en la localidad toledana de Esquivias, en donde Miguel de Cervantes Saavedra contrajo matrimonio con Doña Catalina de Salazar y Palacios, tenía su casa solariega otra rama de los Quijadas, para la cual el Sr. Astrana Marín reivindica la pertenencia del personaje principal de esta aventura, pero sin mencionar, suponemos que por no encontrar su linaje en esa localidad, al otro artífice de la misma, Pedro Barba. Estos son algunos de los acontecimientos, personajes y apellidos históricos, ligados a la rica tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que engalanan la Plaza de las Rubias y los Rosqueros, a la que Don José María Rivas dedicó, hace ya casi siete décadas desde Vic, su poético homenaje. Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar Leer más
Maigual pasó por Alcázar y nos dejó su impresionante “Quijote Project” Fecha de Publicación: 31/07/2022 El dúo fundado en Barcelona nos deleitó el sábado con su primer trabajo Quijote Project en el auditorio Corazón de la Mancha, al pie de los molinos Alcázar de San Juan, 31 de julio de 2022.- El sábado 30 de julio, en la hora mágica del atardecer y ante un público entregado a sus ritmos, el dúo Maigual formado por los productores musicales Fran Sánchez (oriundo de Alcázar de San Juan) y Stefan Schwarz (chileno-alemán), presentaron su primer trabajo Quijote Project interpretando los diez primeros temas basados en el Quijote. Acompañados por Bartan a la guitarra, y con breves intervenciones del actor gaditano Chico Zambrana interpretando a Miguel de Cervantes, pusieron en escena una mezcla de literatura clásica, teatro y bajos contundentes que marcaron el pulso del track. En este magnífico escenario ofreciendo unas vistas de 360 grados de la llanura manchega, los asistentes al concierto pudieron vibrar de la música mientras veían esconderse el sol tras el horizonte inabarcable. El día anterior al concierto, la Sociedad Cervantina de Alcázar recibió en su sede al dúo Maigual, acompañados del guitarrista Bartan, así como de Astrid Bosch (mánager del grupo), donde tuvieron ocasión de conocer las actividades que esta asociación cultural lleva a cabo. Diego Vaquero, en representación del Patronato de Cultura de Alcázar de San Juan, estuvo también presente compartiendo esta agradable velada previa al concierto. Mientras degustaron el vino “Hideputa” y un aperitivo de queso manchego, los músicos adelantaron a los cervantistas alcazareños el contenido del concierto y cómo había sido el proceso de elaboración de sus temas musicales, inspirándose directamente en la lectura del Quijote, metiéndose en los personajes y tratando de averiguar lo que pasaba por la cabeza del escritor al crear los personajes y las aventuras en que se ven inmersos. Los cervantistas pusieron a disposición de Fran y Stefan sus recursos habituales, artículos, estudios, documentación, etc… que les pueda ayudar a seguir trabajando en su interpretación musical del Quijote. Para la Sociedad Cervantina de Alcázar ha supuesto un enorme placer acoger al dúo Maigual en su sede y les desean los mayores éxitos, que sin duda van a alcanzar por la seriedad con que se toman su trabajo musical. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Los niños del Centro de Estudios Tribu visitan los azulejos del Quijote del parque Cervantes Fecha de Publicación: 27/07/2022 Fotos: Irene Alba García En una visita coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar, muchos de los niños del centro de Estudios Tribu han conocido por primera vez las aventuras gráficas del Quijote representadas en estos azulejos Alcázar de San Juan, 27 de julio de 2022.- En la mañana del martes los niños del Centro de Estudios Tribu han visitado los azulejos quijotescos del parque Cervantes de Alcázar de San Juan. La visita ha sido organizada por los monitores del centro y ha estado coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan que ha realizado esta charla como una más de sus actividades educativas. A modo de introducción, los niños han tenido ocasión de conocer la inmortal novela de Miguel de Cervantes con una edición infantil que han aportado los cervantistas alcazareños, sorprendidos favorablemente porque la mayoría de los niños conocen sobradamente a los principales personajes de la novela: Don Quijote y Sancho Panza. Posteriormente han tenido ocasión de seguir en los azulejos las aventuras más conocidas que en ellos se representan, como la aventura del vizcaíno, la de los molinos de viento, la de los rebaños de ovejas, la del yelmo de Mambrino o la de Clavileño -el caballo de madera- con que los duques se burlaron de los famosos personajes. Particularmente les han gustado las escenas nocturnas en las que además del cielo en un bonito color azul oscuro destacan la luna y las estrellas. Y han identificado perfectamente todas las escenas que tienen lugar en de noche: la conversación con los pastores, el encuentro con los encamisados y el cuerpo muerto, la tercera salida hacia el Toboso, el mono adivino y las aventuras nocturnas con Clavileño. También les ha llamado mucho la atención la aventura de los batanes, en la que además de desarrollarse por la noche, algún azulejo tenía imágenes graciosas que denotan el miedo que pasó Sancho Panza -sin separarse ni un palmo de don Quijote- debido al enorme ruido que no sabía de donde provenía. En resumen, una visita muy provechosa de la que hemos salido con un nuevo caballero nombrado en el transcurso de la misma, ya que uno de los niños ha hecho de ventero y con un dominio perfecto del ritual ha nombrado caballero al guía de la Sociedad Cervantina. Ha sido una actividad cultural casi perfecta, pero hay que reclamar desde aquí que este patrimonio cultural de primer orden se someta a una rehabilitación en profundidad y a un cuidado de este bien público, porque el vandalismo lo está destruyendo a pasos agigantados. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Entregado el premio del Certamen de Relatos “El legado de Sancho Panza” Fecha de Publicación: 21/07/2022 La ganadora, Pilar Rodríguez de los Santos Serrano, recibió el premio en un acto sencillo en la sede de la Sociedad Cervantina de Alcázar, de manos del presidente Alcázar de San Juan, 20 de julio de 2022.- Por diferentes motivos que lo han ido aplazando, en la tarde del miércoles ha tenido lugar el acto de entrega del primer premio del certamen de relatos “El legado de Sancho Panza” a la ganadora del concurso Pilar Rodríguez de los Santos Serrano, de Alcázar de San Juan y residente en Campo de Criptana. En un acto sencillo en el que ha estado presente la junta directiva, el presidente Juan Bautista Mata le ha hecho entrega de una distinción conmemorativa (para que permanezca en su recuerdo) junto con el importe del premio y una botella de nuestro vino «Hideputa», para que, como el buen Sancho Panza, pueda degustar y disfrutar el buen vino de Ciudad Real, que bodegas Alort elabora para la SCA. En los próximos días se remitirán por transferencia bancaria los dos segundos premios ex aqueo que viajan hasta Cartago (Costa Rica), para Osvaldo G. Vega Madriz y hasta Barcelona, para Elena Olivella García. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
José Manuel Lucía Megías mantuvo una reunión de trabajo con la junta directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar Fecha de Publicación: 11/07/2022 Los cervantistas alcazareños agradecieron a Lucía Megías las cordiales relaciones y el cariño que les demuestra y se mostraron de acuerdo en seguir colaborando en cuantos proyectos cervantinos se presenten en el futuro. Como embajador de la SCA, José Manuel Lucía se comprometió a traer nuevos invitados a los “Almuerzos de don Quijote” Alcázar de San Juan, 11 de julio de 2022.- José Manuel Lucía Megías, catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid, escritor y poeta, autor de una de las mejores biografías sobre Miguel de Cervantes (1.- La juventud de Cervantes. Una vida en construcción. 2.- La madurez de Cervantes. Una vida en la corte. 3.- La plenitud de Cervantes Una vida en papel, 1604-1616), impartirá sus amplios conocimientos sobre el universal escritor en los Cursos de verano que en diferentes sedes organiza la Universidad Autónoma de Madrid. En Alcázar de San Juan y durante los días 11, 12 y 13 de julio se está desarrollando el curso “Yo sé quién soy, realidad, imagen y mito en Miguel de Cervantes y el Quijote” en el que además de a Lucía Megías, nuestra ciudad acogerá a importantes cervantistas del ámbito nacional reconocidos internacionalmente. Por su presencia en este Curso de verano, Lucía Megias, aprovechó su estancia en Alcázar de San Juan para mantener una reunión de trabajo con la junta directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan con quien además de mantener unas fluidas colaboraciones sobre el mundo cervantino, le unen unos lazos de estrecha amistad forjada a lo largo de los últimos años. En esta reunión analizaron los proyectos comunes actuales y los próximos que van a desarrollar en un futuro cercano. Lucía Megías como embajador de esta Sociedad se comprometió a traer a los “Almuerzos de don Quijote” a nuevos e importantes invitados del mundo cervantino. En el patio de la sede y al fresco de la parra, degustaron unos duelos y quebrantos regados con el ya famoso vino Hideputa. José Manuel Lucía anunció a los cervantistas alcazareños la primicia de que está trabajando en una novela sobre la vida de Cervantes, está en pleno proceso de darle forma con el objetivo de conectar con el gran público, haciendo llegar a los lectores habituales, la intensa, interesante y no siempre afortunada vida de don Miguel, y pretende con ello que su extensa y documentada biografía quede para el mundo académico. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
La Sociedad Cervantina de Alcázar distinguida con el Premio Corazón de la Mancha 2022 a la Promoción Cultural Fecha de Publicación: 08/07/2022 En una gala perfectamente organizada por Onda Cero Alcázar en los Salones Mabel y en la que estuvieron presentes representantes del gobierno regional, provincial y local -tanto de Alcázar como de las localidades vecinas- y en la que se premió a entidades, asociaciones y empresas que trabajan en bien de la comunidad Alcázar de San Juan, 8 de julio de 2022.- La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha recibido el premio Corazón de la Mancha 2022 a la “Promoción Cultural” con el que se ha reconocido el trabajo que esta asociación cultural viene desarrollando desde el 23 de abril de 2014, fecha de su fundación y cuyo trabajo en la difusión de la obra cervantina y en especial del Quijote, no ha dejado de crecer desde entonces. El presidente Juan Bautista Mata Peñuela recibió el premio de manos de Carlos San Martín, director regional de Onda Cero en Castilla-La Mancha. A continuación, Mata hiló un discurso coherente y profundo de agradecimiento porque la Sociedad haya sido reconocida públicamente por su trabajo, discurso que recogió de forma breve las actividades culturales que se llevan a cabo como los “Almuerzos de Don Quijote”, la organización de las Mesas Redondas Cervantinas (de las que ya han tenido lugar cuatro ediciones) y la publicación del boletín Cuadernos Cervantinos del que ya han sido publicado 21 números trimestrales que recogen los artículos y trabajos de los socios. En el discurso no faltó el reconocimiento a las personas que han hecho más grande esta asociación, mencionando especialmente a Enrique Suárez Figaredo, socio de Honor que desde Barcelona trabaja incansablemente en favor de la SCA. También recordó a los socios fundadores y a los actuales. los que con su trabajo hacen que esta entidad no deje de crecer. Por supuesto que no podían faltar en el discurso nuestros más universales personajes, don Quijote y Sancho Panza, y mucho menos las enseñanzas que desde hace más de cuatrocientos años no cesan de proporcionarnos. Precisamente cerró su alocución apelando a la muy conocida frase que don Quijote pronuncia en el cap. 58 de la Segunda Parte: “la libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida”, e invitó a todos los presentes a luchar por conservar este preciado don. En resumen, fue una velada digna de recordarse en la que gracias al premio recibido y a la difusión que tanto Onda Cero como el resto de medios hace de esta gala, la Sociedad Cervantina de Alcázar ha sido más conocida y su trabajo más difundido. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Reportaje fotográfico fin Leer más
El último héroe cervantino Fecha de Publicación: 26/06/2022 El pasado sábado la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha visitado la antigua Venta de la Inés, situada en el término municipal de Almodóvar del Campo Esta venta situada en el antiguo Camino de Toledo a Sevilla, también conocido como Camino de la Plata, está nombrada en la novela Rinconete y Cortadillo como Venta del Alcalde, cómo se conocía en época de Cervantes. Sin duda alguna Miguel de Cervantes se alojó en ella en sus viajes a Andalucía, y la utiliza como escenario de esta Novela Ejemplar y también en el Quijote adonde llegan don Quijote y Sancho Panza antes de adentrarse en Sierra Morena, y en la que ocurren tantas aventuras en la primera parte de la novela. A media mañana los miembros de la Sociedad Cervantina ya estaban contemplando la imagen de esta antigua venta a los pies de Sierra Morena. No tardan en ver la imagen menuda de Felipe Ferreiro, su actual propietario. A sus 92 años de edad Felipe sigue viviendo en la venta, a la que llegó con pocos días de vida con sus padres, que ya eran la cuarta generación al frente de la venta. Si la venta tiene el gran interés de ser la única venta cervantina que sigue en pie, su propietario es su último héroe. Ha vivido en ella toda su vida, junto a su familia, sufriendo los desmanes de su vecino y propietario de la finca que rodea a la venta. El Poderoso, como le llama Felipe, llegó a cortarle incluso el abastecimiento de agua desde el río Tablillas desde el que se abastecía desde antiguo. La venta ha estado treinta años sin agua hasta que la Justicia le ha dado la razón y se ha restablecido la conducción hace solo cuatro años. Su lucha ha sido mayor que la que don Quijote tuvo con los molinos de viento, que él creía que eran gigantes. Durante casi dos horas, Felipe les contó cuentos e historias de aquella zona con una lucidez increíble, en el portal de la venta, junto a la misma cocina en la que tantos viajeros han estado junto a su lumbre. Cómo no podía ser de otra manera la Sociedad Cervantina le llevó una caja de Tortas de Alcázar y se despidieron con un «hasta pronto», firmando en el libro de firmas que en la venta Felipe conserva. Desde 2009 la Venta de la Inés es Bien de Interés Cultural, con lo que su conservación está garantizada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Sin embargo, quien mantiene el espíritu cervantino de ella es don Felipe Ferreiro. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
El periodista uruguayo Alberto Etchepare visitó Alcázar de San Juan durante la Guerra Civil Fecha de Publicación: 26/05/2022 Alberto Etchepare Pocos alcazareños conocen la visita del periodista uruguayo a nuestra ciudad cubriendo información sobre la Guerra Civil española Una de las personas que han pasado por Alcázar de San Juan fue el periodista uruguayo Alberto Etchepare Silva, quién se vino a España a cubrir la información sobre nuestra Guerra Civil. El paso de este viajero por la localidad nos lo reseñó hace años el profesor Matías Barchino Pérez, Decano de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha, en uno de los “Almuerzos de don Quijote” organizados por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, concretamente el celebrado el 20 de mayo de 2017, poniéndonos en antecedentes sobre Etchepare y comentándonos que había dedicado a Alcázar de San Juan un capítulo de su libro. Matías Barchino Pérez, en el centro de la imagen con corbata El libro, titulado Don Quijote fusilado (notas sobre la guerra de España) y que vio la luz en 1940, lo constituyen una serie de crónicas, algunas de ellas enviadas y publicadas anónimamente en los diarios opositores Uruguay y El País. El autor dudó -meses después de acabada la guerra-, en publicar estas notas que pensaba mal hilvanadas y faltas de todo pulimento literario, pero se convenció de ello porque seguía vivo y palpitante el problema de España y porque el libro serviría para recaudar fondos para los refugiados españoles en Uruguay, también para fortalecer la esperanza de pronta justicia social que en nosotros alienta. Alberto Etchepare, que también firmaba sus artículos como El Ujier Urgido, Plácido Barlovento y Máximo Vago, salió de su país por propia voluntad, tuvo el impulso -nada más conocer el comienzo de la guerra-, de abandonar Montevideo para apoyar al bando republicano y se vio en la necesidad de venir a nuestro país a contar de primera mano todo cuanto ocurría en España. Dejó la capital uruguaya y se vino con lo puesto para contar a sus compatriotas lo que estaba aconteciendo en España. En el prólogo a Don Quijote fusilado, el abogado, escritor, parlamentario y fundador del partido Socialista del Uruguay, Emilio Frugoni dice de él: “Desde aquella primera noticia él se sintió dominado por el ansia de acercarse al drama hispano, más que para contemplarlo como imple espectador y narrarlo como testigo presencial, para vivirlo, para sentirlo en carne propia, sirviendo con la pluma y también si cuadraba con el fusil, la causa del gran protagonista de este drama, que era el heroico amor del pueblo a sus derechos y a su dignidad”. Continúa Frugoni exaltándolo y reconociendo su impulsivo atrevimiento: “mientras nosotros no atinábamos todavía a salir del doloroso asombro que nos producía el estallido de la traición armada, en rebeldía facciosa contra los destinos de pueblo español, él vino y nos dijo: ‘me voy a ver qué ocurre en España y relataré lo que vea’. Frugoni pensó que el libro había supuesto una especie de triunfo personal para Etchepare o por mejor decir, una profunda evolución en positivo, el proceso de un aprendizaje oculto, siendo como una especie de máster en el dominio de la pluma para el joven cronista y por eso dice: “cuando comenzaron a aparecer estas crónicas en nuestros diarios, yo le dije a un amigo: he aquí que la guerra de España nos ha llevado un atorrante (usaba el vocablo familiar en su más amable acepción) y nos devuelve un gran periodista”. Etchepare llegó a España en barco, entrando en nuestro país por Barcelona, ciudad a la que dedica los primeros capítulos, recorrió después el frente de Huesca, Tardienta, Torralba de Aragón y por fin Madrid. Desde la capital se trasladó a Alcázar de San Juan de paso hacia Valencia. Con toda seguridad sería uno de los últimos días del año 1936 ya que había pasado la Navidad en Madrid. Pasando antes por el Toboso a bordo de un automóvil con un chofer -que había sido conductor de taxis en Madrid-, se cruzaron con una escuadrilla de aviones enemigos, y por miedo hubieron de acelerar el vehículo a más de 100 km/h “por la cuna de la ingrata por quien tanto penó don Alonso Quijano. Tan solo alcanzamos a gritarle al grupo de casas un ‘¡Chau Dulcinea!’ mientras la cruzaban a toda velocidad. Llegaron a Alcázar de San Juan según relata el propio Etchepare: “atravesando los campos de La Mancha y evocando a Nuestro Don Quijote. El horizonte se nos iba abriendo como un libro de caballerías, y ante la vista de los molinos de viento nos embriagábamos de leyenda… El coche potente y raudo, devoraba nafta y kilómetros, mientras a nosotros se nos iba la imaginación. Por un instante temimos atropellar a la sombra augusta de don Quijote que, como alma en pena, parece estar vagando por estas tierras secas y desoladas. Los molinos se nos antojaban -como al hidalgo manchego- seres fantásticos que huían despavoridos de un invisible enemigo que les grita: ‘¡Arriba las astas!” (aspas hubiera sido lo correcto). Una vez en Alcázar, el reportero narra que cenan un menú de guerra en un mesón típico, alumbrados por un parpadeante candil y cuenta algo que le llama la atención (una característica de Alcázar a lo largo de su historia) que el pueblo tiene una gran animación, por ser uno de los puntos adonde arriban las familias refugiadas que vienen de Madrid. En este mesón cuenta una graciosa anécdota que les sucede cuando “un chaval de ocho años nos contempla curiosamente mientras comemos. Buscando amistad, lo interrogamos: – ¿Eres evacuado? – No, señor. Soy Jacintito, para servir a usted. Esto parece un chiste malo, pero nos ha sucedido efectivamente” No da para mucho más la estancia en Alcázar ya que a las once de la noche suben al tren que los llevará a Valencia, un convoy formado por más de veinte vagones repletos de toda clase de gente, milicianos, niños, viejos, mujeres jóvenes dando el pecho a sus críos y a media luz (los de primera y tercera están envueltos en penumbra), tan repleto que deben ubicarse en un pasillo hasta que el tren, dos horas después, parta de la estación rumbo a Levante. En ese ínterin hasta la partida del tren aún sucede otro episodio digno de relatarse: “A nuestro lado tres señores de boina protestan porque deben viajar de pie. Están bien vestidos. No les vemos las manos a causa de los guantes, pero han de ser sin duda, blancas y suaves, se nos ocurre, como de sacristanes. Hablan de la falta de organización y de la incapacidad del Comité. El más grueso de ellos, colorado de cara y con un habano en los labios nos dice: – ¿Y para qué hemos hecho la revolución? Sonreímos sin contestarle. Él se da cuenta de que lo estamos ‘sobrando’. Tenemos ganas de decirle que la revolución aún no se hizo. De que él está saboteando el régimen. Que no es momento para críticas. Que hay que ganar la guerra primero. Que si no se calla le meteremos un tiro en medio de la barriga… Pero no vale la pena”. Escribe también Alberto Etchepare, despidiendo el capítulo de Alcázar de San Juan: “Rumbo a Valencia nos llevaba aquel vagón trepidante, con su carga de humanidad dolorida, angustiada. Desde el fondo del coche salía el canto ronco de los soldados del pueblo: ‘Es la lucha final que comienza. La revancha de los que ansían pan…” Este joven periodista que vino ávido de experiencias y que regresó después de la guerra de España, según Frugoni “como un narrador vivaz, plástico, emotivo, que comunica sus sensaciones con una precisión certera de verdadero dominador de su oficio, que ya es arte en sus manos por la virtud de ese soplo sutil con el cual, desde los tiempos bíblicos, el barro tosco y pedestre de los caminos del mundo, comienza a palpitar y animarse”, tuvo un paso muy breve pero a la vez intenso por nuestra ciudad y describe cómo la encontró en tiempo de guerra, es sin duda, una visión totalmente objetiva de un visitante extranjero que deja escrito su testimonio sobre Alcázar de San Juan, sobre su estación y sobre su paisanaje. Constantino López Sánchez-Tinajero Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Manuel Moyano presenta en Alcázar su libro “La frontera interior. Viaje por Sierra Morena” en compañía de Luis Miguel Román Alhambra Fecha de Publicación: 11/06/2022 Moyano es cordobés de nacimiento y murciano de residencia y con su libro ha obtenido el Premio Eurostars Hotels de Narrativa de Viajes en 2021 Luis Miguel Román Alhambra vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar ocupa un lugar importante en el libro sobre todo en la parte del camino real de Toledo a Andalucía a su paso por la Venta de la Inés y la parte de Sierra Morena de la penitencia de don Quijote Alcázar de San Juan, 11 de junio de 2022.- En la tarde del viernes 10 de junio y en la librería Moisés Mata de Alcázar de San Juan, se presentaba el libro “La frontera interior, Viaje por Sierra Morena” por su autor Manuel Moyano asistido por Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan quién le inspiró parte del recorrido. Moyano dijo que en esta ocasión -ya es su tercer libro de viajes tras “Travesía americana” (un recorrido en coche atravesando Estados Unidos junto con la familia) y “Cuadernos de tierra” (un relato sobre la búsqueda interior mientras caminaba en solitario rutas por las sierras murcianas)-, ha hecho una auténtica inmersión personal y cultural en cada uno de los lugares visitados, en los que además de contar su historia y particularidades se ha fijado en el paisanaje humano describiendo el carácter de sus habitantes y llegando a constatar que no es tan diferente entre sus extremos, Aldeaquemada por el este y el Alentejo portugués por el oeste. Moyano comentó que a pesar de dedicar una pequeña preparación del viaje antes de iniciarlo, ya tiene la experiencia anterior de que cada viajero y en cada momento en que lo realiza, disfruta de un viaje totalmente diferente, en una ecuación en la que influyen las estaciones del año, la temperatura, el estado de ánimo del viajero y sobre todo incidencias aleatorias que hacen que el mismo viaje pueda ser casi completamente diferente para dos personas distintas. La frontera interior. Viaje por Sierra Morena es un libro que se lee de forma muy fluida y que engancha, siempre quieres saber lo que va a pasar en la siguiente etapa, está escrito de forma amena y al alcance de cualquier lector , aunque con un punto cultural que atrae porque la poesía siempre está presente y Moyano procura introducirla en pequeñas dosis para que el lector conozca la obra de los poetas con los que se encuentra en el viaje y procura ir recopilando obras de los poetas locales por los lugares que visita. En resumen, un libro muy atractivo y redondo que no en vano ha sido premiado con el Premio Eurostars Hotels de Narrativa de Viajes 2021 y que ha impulsado ya a muchos viajeros a hacer el viaje que en él se relata. Del modo en que el libro engancha vamos a poner el ejemplo que mencionó el propio Moyano en la presentación, diciendo que un amigo suyo portugués, poeta, viajó recientemente a Berlín con el libro en la maleta y le comentó que en todo momento tuvo más presente en su mente el viaje de Manuel Moyano por Sierra Morena (ficticio, ya que estaba descrito en el libro) que su propio viaje real por la capital alemana. El vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, Luis Miguel Román Alhambra, estuvo asistiendo a Manuel Moyano en la presentación porque es una presencia importante en una parte del libro. Antes de comenzar el viaje, Moyano visitó nuestra ciudad para estar unas horas con Román Alhambra quien le habló de la zona de Sierra Morena que más conoce por haberse desarrollado allí una parte importante de las aventuras de don Quijote y le impulsó a transitar por una parte del antiguo camino real de Toledo a Andalucía y conocer la Venta de la Inés, que el autor definió como un agujero en el tiempo, donde uno al entrar en ese mundo tiene la sensación de haber regresado en el tiempo al siglo XVII y sentir que puede aparecer en cualquier momento Miguel de Cervantes o cualquier personaje de la época que en su traslado a Andalucía podía haber tomado allí un descanso en su camino. También conoció el lugar donde Román Alhambra situó el lugar de la penitencia de don Quijote en su libro “Las aventuras de don Quijote en Sierra Morena” https://alcazarlugardedonquijote.files.wordpress.com/2018/10/aventuras_de_don_quijote_en_sierra_morena_alta_resolucion.pdf Moyano se mostró un admirador de Cervantes y dijo no caberle duda de que era un perfecto conocedor de los caminos de España, así como de las costumbres de sus coetáneos, y que se inspiró realmente en todo lo que conocía para escribir su universal novela. La Sociedad Cervantina de Alcázar que arropó con su presencia el acto, agradece a Manuel Moyano el haber querido presentar en Alcázar de San Juan su última obra publicada y hablarles del proceso creador para gestarla, y le desean mucho éxito en la promoción de este “libro de viajes que se pude leer como una novela” (Luis Landero) y lo animaron a seguir haciendo literatura con sus viajes. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
La china en el zapato Fecha de Publicación: 24/05/2022 Desde que en 1748 Blas de Nasarre encontrase en el primer Libro de Bautismos de la parroquia de Santa María la Mayor, de Alcázar de San Juan, la partida de bautismo de Miguel, un hijo de Blas de Cervantes Saavedra y de Catalina López, el nombre de esta ciudad manchega en el mundo oficial cervantino sigue levantando polémica. Alcázar de San Juan es la china en el zapato del biógrafo cervantino. Si bien la polémica sobre la cuna de Miguel de Cervantes está cerrada desde hace ya mucho tiempo a favor de Alcalá de Henares, adormecer aún más la tradición cervantina alcazareña sigue siendo un reto para algunos biógrafos de Cervantes. Y si hay que tergiversar los datos sobre esta partida de bautismo para conseguir este fin se hace, casi sin rubor. En el Cervantes (2022) de Santiago Muñoz Machado, la última, aunque habrá muchas más, biografía del autor del Quijote, podemos leer: El lugar de nacimiento de Cervantes era, pasada la mitad del siglo XVIII, cuestión controvertida. Lope de Vega, que lo conocía y trataba, lo hizo natural de Madrid. Tomás Tamayo y Vargas, de Esquivias. Andrés Claramonte lo creyó natural de Toledo. Nicolás Antonio, de Sevilla. Don Diego Ortiz de Zúñiga también le atribuyó Sevilla. Otra tradición aseguraba que era natural de Lucena. Luego competirían también Alcázar de San Juan y Consuegra. En 1748, encontró Juan de Iriarte, en la sala de manuscritos de la Biblioteca Real, una edición impresa en Granada, en 1581, concerniente a 185 cautivos rescatados en Argel el año anterior, entre cuyas primeras partidas se mencionaba a «Miguel de Cervantes, de edad de treinta años, natural de Alcalá de Henares». Este documento lo envió a su sobrino Iriarte, y al día siguiente se lo comunicó al padre Sarmiento. El benedictino celebró la noticia y realizó algunas diligencias complementarias, como la lectura de la Topografía e historia de Argel del padre Haedo, que se publicó en Valladolid en 1612, que corrobora la información… Para el padre Haedo Miguel de Cervantes era un «hidalgo principal de Alcalá de Henares». En una de las obras que dejó manuscritas Sarmiento, dijo que estaba claro en la historia de Argel que la verdadera patria de Cervantes era Alcalá. La insistencia de Sarmiento para que Pingarrón estimulase la búsqueda de la partida de bautismo llevó a encontrarla en la parroquia de Santa María. El cura, Sebastián García y Calvo, envió una copia certificada el 18 de julio de 1752, que publicó don Agustín Montiano el 19 de junio del mismo año 1752. Poco después apareció en Alcázar de San Juan, lugar de la Mancha perteneciente al priorato de Castilla, otra fe de bautismo en la que consta que el 9 de noviembre del año 1558 fue bautizado por el licenciado Alonso Díaz Pajares un hijo de Blas Cervantes Saavedra y de Catalina López al que le puso de nombre Miguel. En el margen tenía anotado, en distinta letra, «este fue el autor de la historia de D. Quijote», lo que complicó el problema de la patria cervantina. Algunos literatos creyeron que se trataba verdaderamente del Cervantes del Quijote, conjetura que además venía apoyada por las referencias continuas de Cervantes a la Mancha. En Alcázar existía la tradición de que Cervantes era del pueblo, y la nota marginal de la partida lo confirmaba. Sarmiento confrontó ambas partidas en 1760, comparando también la mención de Haedo junto con otras demostraciones convincentes de Vicente de los Ríos, que llevaron a la confirmación de que era Alcalá el lugar de nacimiento. (Cervantes, pag. 45 y 46) Muñoz Machadoanota que «Poco después apareció en Alcázar de San Juan, lugar de la Mancha perteneciente al priorato de Castilla, otra fe de bautismo en la que consta que el 9 de noviembre del año 1558 fue bautizado por el licenciado Alonso Díaz Pajares un hijo de Blas Cervantes Saavedra y de Catalina López al que le puso de nombre Miguel». Casi de la misma manera que ya lo hizo Vicente de los Ríos en el Quijote de la RAE de 1780: «A poco tiempo de haberse estampado la partida de bautismo que antecede, se encontró en Alcázar de San Juan, Lugar de la Mancha perteneciente al Gran Priorato de Castilla, otra fe…». No, la partida de Miguel de Cervantes Saavedra de Alcázar de San Juan no apareció «poco después» de haberse descubierto en 1752 la de Alcalá de Henares y publicada por Montiano en su Discurso II sobre las tragedias españolas en 1753, sino que fue descubierta por Blas de Nasarre en 1748, cuatro años antes. También afirma Muñoz Machado que «en una de las obras que dejó manuscritas Sarmiento, dijo que estaba claro en la historia de Argel que la verdadera patria de Cervantes era Alcalá». El padre Martín Sarmiento llega a esta conclusión, después de leer en 1752 la Topografía e historia general de Argel (1612) del padre Haedo, además de cotejar las dos certificaciones de las partidas de Alcalá de Henares y Alcázar de San Juan. Pero también el padre Sarmiento, en su manuscrito Noticia de la verdadera patria (Alcalá) de ÉL Miguel de Cervantes estropeado en Lepanto, cautivo en Argel y autor de la Historia de D. Quixote y conjetura sobre la Insula Barataria de Sancho Panza (1761), conservado en la BNE (Mss_018031), hace la cronología de las búsquedas de estas dos partidas, y no corresponde con la afirmación de Muñoz Machado en su Cervantes. En 1761, escribe el padre Sarmiento: El año de 1717, estando en este mi monasterio de S. Martin de Madrid, baxaba con frecuencia a la librería, que contiene 9 mil tomos. No tanto baxaba a leer; quanto a enredar y revolver libros. Sucedió, que entre ellos tropezé con uno en folio, cuyo título era: Topographia, è Historia General de Argel. Su autor, el Mro Pe fr. Diego de Haèdo, benedictino. Lei un poco de la Topographia, y me pareció muy bien. Pero preocupado de que un monxe benito no podría tratar con exactitud y acierto, de las cosas de Argel; desamparé aquel libro, y eché mano de otro para divertirme. Despues, no volvi a ver ese Pe Haèdo, asta el año de 1752. Ese año de 1752, entre otros libros que compré, compré el dicho tomo Historia de Argel. A la primera abertura del libro abri en la pag. 185 del Dialogo de los Martyres; en donde esta el famoso contexto de que era Miguel Cervantes un hidalgo principal de Alcalá de Henares… Asi que tropezé con la noticia de la verdadera Patria de Cervantes, la comuniqué, y con franqueza, al librero Francisco Manuel de Mena, que viene a mi celda con frecuencia. Señasele el libro, y el folio 185 de Haedo. Encarguele que esparziesese esa noticia de que Alcalá era la Patria de Cervantes; en la Rl Bibioteca, y en otros congresos de literatos. Mi fin era para que si alguno quisiese tratar ese punto, viese antes en Alcala la Fee de Bautismo de Cervantes. Creo que algunos hizieron la diligencia. Pero el que mas se esmeró en hacerla ha sido Dn Agustin de Montiano y Luyando, secretario de Su Mag. Y de la R. Academia de la Historia. Este discreto y erudito caballero, solicitó que en Alcalá se vuscase la Fee de Bautismo. Vuscose, se halló y se le remitió. Y aviendola copiado, la imprimió a la letra en la pagina 10 de su tomo Discurso sobre las Tragedias Españolas: y la Tragedia Athaulpho. Alli supone, que yo tropeze con el texto del Pe Haedo que expresa que Cervantes ha sido de Alcala de Henares. El dicho tomo se imprimió en 1753 en 8º y en el se cita la pag 185 de Haedo para la noticia. El padre Sarmiento, convencido de lo que había leído del padre Haedo, coetáneo de Cervantes, es quien en 1752 insta a que se buscase en los archivos parroquiales de Alcalá de Henares la fe de bautismo de Miguel de Cervantes. Ya se había hecho en 1748 un primer intento de localizar la partida de bautismo en Alcalá, después de que Juan de Iriarte encontrase una relación de cautivos liberados en 1580, en la que aparecía un «Miguel de Cervantes, de edad de treinta años, natural de Alcalá de Henares». Quizás, el haber centrado la búsqueda en los apuntes de los niños bautizados en los años 1549 a 1550 fue el motivo del fracaso. Blas de Nasarre (1689-1751), bibliotecario mayor de la Biblioteca Real y académico de la Real Academia Española, además de ser quien descubre en 1748 la partida de bautismo en Alcázar de San Juan, un año más tarde hace lo mismo con el acta de defunción de Miguel de Cervantes, encontrada en la parroquia de San Sebastián de Madrid, con la fecha de su muerte: «En 23 de abril de 1616 murió Miguel Cervantes Saavedra, casado con doña Catalina de Salazar, calle del León…». Nasarre publica esta acta de defunción en la «Disertación o Prólogo» de las Comedias y Entremeses de Miguel de Cervantes Saavedra, editadas en1749, pero sin su firma. El padre Sarmiento, en su manuscrito, refiriéndose a Nasarre como «el anonymo», por haber publicado sin firmar esa «Disertación o Prólogo» a las Comedias, le confiere la autoría del descubrimiento de la partida de Cervantes en Alcázar de San Juan: El Anonymo, que en 1732, reimprimio el Quixote de Tordesillas del pseudonymo Alonso Fernandez de Avellaneda; y el Anonymo, que en 1749 reimprimio Las Comedias de Cervantes, y le puso un largo Prologo, ha sido un solo autor bien conocido; y el cual estaba de asiento algunas veces en la Mancha. Me persuado a que a ese se le comunicó la noticia de la certificación del Alcazar de Sn Juan. Digo esto; porque antes que yo tropezase con la Historia de Argel; y aun antes que muriese el dicho Anonymo; me avian dicho en la celda, que ya se avía descubierto en la Mancha, la Patria de Cervantes; y tengo idea confusa de que señalaron el Alcazar de Sn Juan. La cronología real de las apariciones de ambas partidas de bautismo, la de Alcázar de San Juan y la de Alcalá de Henares, es evidente. Antes de que el padre Sarmiento comprara y leyese la Historia de Argel, del padre Haedo, «en donde esta el famoso contexto de que era Miguel Cervantes un hidalgo principal de Alcalá de Henares», cosa que hace en el año 1752, ya se conocía la partida de bautismo de Miguel de Cervantes en Alcázar de San Juan, descubrimiento atribuido a Blas de Nasarre. Si Nasarre muere en 1751, habiendo publicado el acta de defunción de Cervantes en el prólogo de las Comedias editadas en 1749, la fecha de la aparición pública de la partida alcazareña de 1748 es cuatro años anterior al descubrimiento de la alcalaína y cinco de su publicación por Agustín de Montiano. Esta cronología en la aparición de las partidas de bautismo no cambia en nada la biografía oficial conocida de Miguel de Cervantes. Tampoco cambia la tradición que se ha transmitido en Alcázar de San Juan de generación en generación, que llegó incluso a cambiar su nombre oficial a Alcázar de Cervantes durante algunos años del pasado siglo XX. Antes de que Blas de Nasarre escribiese en 1748, al margen de la partida alcazareña, «Este fue el autor de la Historia de Dn Quixote», la tradición alcazareña ya había reconocido a su vecino Miguel, primer hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, como el autor del Quijote. Luis Miguel Román Alhambra Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Alfonso Dávila biógrafo de Cervantes visita la comarca del Quijote Fecha de Publicación: 22/05/2022 Alfonso Dávila Oliveda, tercero por la izquierda Dávila Oliveda es burgalés afincado en Alcalá de Henares, ex director del Archivo General de la Administración, ha participado en un almuerzo organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar y visitará en los próximos días la comarca del Quijote Frente a la mayoría de biógrafos que aseveran que nuestro escritor no pasó por la universidad, él puede presumir de haber encontrado los documentos que certifican la estancia de Miguel de Cervantes en la Universidad de Alcalá de Henares figurando matriculado en ella entre los años 1566 al 1568 Alcázar de San Juan, 22 de mayo de 2022.- La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha recibido en su actividad “los Almuerzos de don Quijote” a Alfonso Dávila Oliveda gran profesional de los archivos españoles e incansable buscador de documentos, especialmente los que contribuyen a aclarar la oscura -todavía- biografía de Miguel de Cervantes Saavedra. Dávila es Licenciado en Historia y Diplomado en Archivística y Documentación. Ex director del Archivo General de la Administración, así como Facultativo del Cuerpo de Archiveros del Estado y tiene publicada una amplia e interesante biografía de Cervantes: Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía. Vol. 1. Soldado poeta (1547-1585), 2015. Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía. Vol. 2. El agente del Rey predestinado para el teatro, que se dedicaba a los negocios poeta (1586-1595), 2016. Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía. Vol. 3. El espía (1595-1603), 2019; de la que aún le queda por terminar la correspondiente a la última parte de su vida y está trabajando en ella. Precisamente ha venido a la comarca del Quijote para conocer de primera mano Alcázar de San Juan, El Toboso, Campo de Criptana, Puerto Lápice, Argamasilla de Alba, las Lagunas de Ruidera y la Cueva de Montesinos, lugares por donde se desarrollaron las aventuras principales del Quijote. Muchos de sus hallazgos documentales que enriquecen su biografía cervantina chocan con las biografías oficiales (podríamos llamarlas así) ya que todas ellas se inspiran en mayor o menor medida en la Vida de Miguel de Cervantes Saavedra escrita en 1737 por Mayans y Siscar, siendo más que comprobado que los documentos que no se ajustan al relato establecido por este primer biógrafo, se desprecian o se esconden, se destruyen o se hacen desaparecer para no acabar con el mito de Cervantes que quedó establecido con esta obra. Pero es evidente que ha encontrado documentos que atestiguan el paso de Miguel de Cervantes por la Universidad de Alcalá, al menos entre los años 1566 y 1568, siendo síndico estudiantil (lo que equivaldría a ser delegado de curso) en los años 1567 y 1568; y teniendo por compañeros de estudios a Mateo Alemán, Juan de Palacios (cura de Esquivias y tío de su futura mujer Catalina de Salazar y Vozmediano), Mateo Sánchez, Pedro Laynez e incluso a Gaspar de Ezpeleta quien morirá en el lecho de Miguel, en Valladolid en el año 1605. Tras su llegada a Alcázar de San Juan, Alfonso Dávila, en compañía de miembros de la Directiva de la SCA, ha visitado el Museo Casa del Hidalgo, donde ha podido comprobar cómo era la casa y la vida de un hidalgo del Siglo de Oro español y donde ha podido apreciar un facsímil de la partida de bautismo del Miguel de Cervantes alcazareño. Después visitó la plaza de Santa María y sus alrededores donde está la estatua de Cervantes, el cubillo de la muralla, el torreón del Gran Prior y la Capilla de Palacio. Desde allí se trasladó a la sede de la Cervantina a degustar unos típicos platos manchegos. Alfonso Dávila habló en la sede de los cervantistas alcazareños de tres personas llamadas Miguel de Cervantes, el bautizado en Alcalá, el bautizado en Alcázar de San Juan y un tercer Miguel de Cervantes mexicano, nacido en Oaxaca, perteneciente a la rama familiar de los Cervantes de América, fundadores del Estado Mexicano. Defendió además que todos eran escritores, manifestando su corazonada -que basa en los documentos encontrados-, de que todos pudieran haber trabajado coordinados tanto en sus redes de negocios como en aspectos cultuales, en diferentes momentos de sus vidas. También habló de los caballeros de la orden de San Juan y de algunos de sus secretos que han mantenido ocultos durante mucho tiempo, que les dieron ventajas económicas y de salud en su época, y que por afectar a la ciudad de Alcázar de San Juan y sus recursos económicos, en breve desvelará publicando un artículo donde dará a conocer el poder que en su tiempo llegaron a alcanzar los caballeros sanjuanistas. Los socios cervantinos disfrutaron de la erudición de este invitado que no paró de ofrecerles datos y que apuntó algunos temas muy interesantes y los archivos donde se encuentran los documentos que los apoyan, sobre los que desarrollar las investigaciones que algunos de los socios están llevando a cabo. En resumen, un fructífero almuerzo que ha enriquecido a los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan después de haber compartido mesa, mantel y afición por espacio de casi ocho horas. Por su arraigada amistad personal con Krzysztof Sliwa, prometió a los cervantistas alcazareños una próxima visita acompañado del reconocido cervantista polaco. Alfonso Dávila Oliveda entró a la bodega-sede de la Sociedad como invitado y salió como un amigo más de esta asociación cultural que crece en importancia y conocimiento día a día. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Maneras de comer en el Quijote Fecha de Publicación: 03/05/2022 Ilustración de Gustave Doré para la edición L’ingénieux hidalgo Don Quichotte de la Manche (Hachette), PARIS, 1863. Tomada de QBI – Banco de Imágenes del Quijote Por: Luis Gómez Canseco Ponencia en la IV Mesa Redonda Cervantina «La gastronomía del Quijote en el siglo XXI», celebrada en Alcázar de San Juan el 30/04/2022 Para la narrativa que comienza su andadura a finales del siglo XV, la presencia de la comida está hondamente relacionada con la irrupción de la realidad en la ficción. En ese recorrido que empieza con La Celestina y sigue hasta el Lazarillo de Tormes, la comida tiene una cierta importancia, aunque en principio más como reflejo del hambre y de una situación social que con entidad propia. No obstante, cuando avanzamos hacia el Guzmán de Alfarache y, sobre todo, hacia el Quijote, el asunto cambia por completo. Se trata de textos mucho más complejos, en los que el no solo el tiempo o la geografía vienen a coincidir con los de los lectores contemporáneos, sino que todo contribuye a la reconstrucción en palabras de esa apariencia de realidad: el lenguaje, los usos, el ambiente, los personajes mismos y, claro está, lo que comen. Cervantes quiso que sus personajes tuvieran vida y que, como consecuencia, cumplieran con las condiciones fisiológicas necesarias para ello. De ahí el elogio que el cura Pero Pérez hace del Tirante el Blanco durante el escrutinio de la librería de don Quijote: Dígoos verdad, señor compadre, que por su estilo es este el mejor libro del mundo: aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte. (I, 6) En principio, nada hay de extraordinario ni de novelesco en esta cuestión, que pudiera parecer intrascendente; pero Cervantes se sirvió de ella al menos para dos funciones. En primer lugar, le permitió crear un paisaje narrativo que parece real y que da densidad al mundo imaginario. En segundo lugar, lo que los personajes comen y el modo en cómo lo hacen nos ayuda a conocerlos en su complejidad. Esquematizando mucho esa complejidad, podríamos decir que hay tres maneras básicas de comer en el libro. cervantino: la primera es el hambre, esto es, no comer; la segunda es comer con ansia; la tercera, por el contrario, consiste en comer con contención y mesura. Estos modos –en especial los dos últimos– reflejan en buena medida los órdenes sociales que se reflejan en el libro. Y es que, más allá del hambre que tenga cada uno, el ansia a la hora de comer se asociaba a lo villanesco, mientras que la mesura correspondía a las maneras más educadas de sentarse a la mesa y de comportarse frente a la oferta gastronómica. Se trata, si bien se mira, del mismo arco social que podemos ver reflejado en el Quijote, con una primera parte dominada por un paisaje mucho más rural –el de las ventas, los arrieros, los pastores y los villanos–, donde las clases más altas solo comparecen en el enredo de Sierra Morena, cuando don Quijote y su cuadrilla llegan a la venta con Cardenio y Dorotea, y se encuentran allí con don Fernando, Luscinda, el oidor, don Luis, doña Clara y el capitán cautivo. En la segunda parte, muy probablemente bajo el impacto provocado por el Quijote apócrifo de Alonso Fernández de Avellaneda, Cervantes llevó su caballero hacia un mundo más urbano, más amplio y más diverso en el dibujo que se hace de la sociedad contemporánea. En el libro de 1605, los protocolos se mueven entre la cena con los pastores y las frugales comidas de Sancho y su amo en medio del campo. En 1615, sin embargo, nos encontramos con episodios culinarios mucho más elaborados como las bodas de Camacho, los sufrimientos de Sancho en su mesa de gobernador en la ínsula Barataria o la visita a la casa de don Antonio Moreno. En ese recorrido, vamos a pasar desde simples alforjas de viaje o mesas poco surtidas, como sería la del propio Alonso Quijano, a auténticos festines gastronómicos. Aun así, en cada uno de esos casos los personajes guardan su particular protocolo. La escasez que a menudo afecta a las alforjas de Sancho se ve compensada por la abundancia que gentilmente se les ofrece aquí y allá. Ese despliegue alimenticio con el que se encuentran –sobre todo en la segunda parte– tenía mucho que ver con el prestigio social del anfitrión, que de este modo ponía de manifiesto su riqueza y liberalidad. De ahí que don Diego de Miranda, el caballero del Verde Gabán, asegure que sus convites eran «limpios y aseados y nonada escasos» (II, 16). Conviene recordar aquí que el protocolo de la corte de Borgoña, introducido en España por la dinastía de los Austrias, recomendaba servir un buen número de platos simultáneamente, tal como se ve en el fallido banquete de Sancho como gobernador o, en una versión rústica, en las bodas de Camacho. Pero recordemos que la primera forma de comer era con hambre y sin remilgos. Es lo que hace Cardenio, a pesar de su condición, en Sierra Morena: Luego sacaron Sancho de su costal y el cabrero de su zurrón con que satisfizo el Roto su hambre, comiendo lo que le dieron como persona atontada, tan apriesa, que no daba espacio de un bocado al otro, pues antes los engullía que tragaba; y en tanto que comía ni él ni los que le miraban hablaban palabra. (I, 24) Otro tanto cabe decir de los peregrinos que acompañan al morisco Ricote, que comen «con grandísimo gusto y muy de espacio». Pero hasta en esto guardaban su protocolo, porque lo hacen tomando la comida «con la punta del cuchillo, y muy poquito de cada cosa». Bien es verdad que, cuando se trata de beber, la cosa cambia: …y luego al punto todos a una levantaron los brazos y las botas en el aire: puestas las bocas en su boca, clavados los ojos en el cielo, no parecía sino que ponían en él la puntería; y de esta manera, meneando las cabezas a un lado y a otro, señales que acreditaban el gusto que recebían. (II, 54) Los mismos cabreros del capítulo 11 de la primera parte se someten a normas sociales a la hora de comer. Cuando don Quijote y Sancho llegan a la majada, los cabreros les acogen con generosidad, atendiéndoles con su mejor protocolo: …tendiendo por el suelo unas pieles de ovejas, aderezaron con mucha priesa su rústica mesa y convidaron a los dos, con muestras de muy buena voluntad, con lo que tenían. Sentáronse a la redonda de las pieles seis dellos, que eran los que en la majada había, habiendo primero con groseras ceremonias rogado a don Quijote que se sentase sobre un dornajo que vuelto del revés le pusieron. (I, 11) Animado por esa sencillez, don Quijote invita a Sancho a romper la distancia social que los separa y comer juntos. El escudero rechaza, sin embargo, la oferta para comer a sus anchas sin atenerse a esas normas que marcaba la urbanidad de la época: Mucho mejor me sabe lo que como en mi rincón sin melindres ni respetos, aunque sea pan y cebolla, que los gallipavos de otras mesas, donde me sea forzoso mascar despacio, beber poco, limpiarme a menudo, no estornudar ni toser si me viene gana, ni hacer otras cosas que la soledad y la libertad traen consigo. (I, 11) A la postre, tales ataduras terminarán por serle impuestas al escudero cuando lleguen al palacio de los duques. Primero será don Quijote quien, tras comer con todo el aparato a la mesa de los duques, sufrirá un protocolo inventado y burlesco con el que le lavan las barbas. La costumbre sorprende incluso a Sancho, que asegura: «en las cortes de los otros príncipes siempre he oído decir que en levantando los manteles dan agua a las manos, pero no lejía a las barbas» (II, 32). Más adelante será el propio don Quijote quien le instruya con sus consejos en los modos comer que convienen a un gobernador, atendiendo tanto a la dieta como a la mesura y al protocolo. De ahí se suceden esas tres extraordinarias sentencias: «No comas ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor tu villanería», «Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago» y «Ten cuenta, Sancho, de no mascar a dos carrillos, ni de erutar delante de nadie». Sancho, que no entendía esa voz de erutar, precisa que su amo le explique que «quiere decir ‘regoldar’, y este es uno de los más torpes vocablos que tiene la lengua castellana, aunque es muy sinificativo». A lo que el escudero repone: «Uno de los consejos y avisos que pienso llevar en la memoria ha de ser el de no regoldar, porque lo suelo hacer muy a menudo» (II, 43). Ya en su gobierno insular, Sancho disfrutará del mismo aparato y la gastronomía de los que disfrutaban los nobles, pero lo hará bajo la implacable tutela del doctor Pedro Recio de Agüero, natural de Tirteafuera, que le impide disfrutar del festín que, como gobernador, tenía a la mano. Tan es así que, cuando decide abandonar el cargo, tan solo pide «medio queso y medio pan», sin «mayor ni mejor repostería» (II, 53). Vuelve así a su dieta y maneras de villano. Sin embargo, a partir de ese momento, el escudero se hace otro. Sobre todo, desde el punto y hora en que el Quijote apócrifo vio la luz. Avellaneda pintó a Sancho como un villano zafio y glotón, que se atracaba de albondiguillas y manjar blanco, y se guardaba las sobras en los bolsillos. Así se lo recordaba don Antonio Moreno en Barcelona: «Acá tenemos noticia, buen Sancho, que sois tan amigo de manjar blanco y de albondiguillas, que si os sobran las guardáis en el seno para el otro día». A lo que Sancho repone: «No, señor, no es así, porque tengo más de limpio que de goloso, y mi señor don Quijote, que está delante, sabe bien que con un puño de bellotas o de nueces nos solemos pasar entrambos ocho días». Hasta el propio don Quijote sale en defensa de su escudero, asegurando que «la parsimonia y limpieza con que Sancho come se puede escribir y grabar en láminas de bronce, para que quede en memoria eterna en los siglos venideros. Verdad es que cuando él tiene hambre parece algo tragón, porque come apriesa y masca a dos carrillos, pero la limpieza siempre la tiene en su punto». Y aún añade una puntualización extraordinaria sobre los modos de comer, y es que «en el tiempo que fue gobernador aprendió a comer a lo melindroso: tanto, que comía con tenedor las uvas, y aun los granos de la granada» (II, 62). Algo había haber de verdad, porque en la primera parte el escudero no tiene inconveniente en comer a sus anchas cuando el hambre le azuza: Díjole Sancho que mirase que era hora de comer. Respondiole su amo que por entonces no le hacía menester, que comiese él cuando se le antojase. Con esta licencia, se acomodó Sancho lo mejor que pudo sobre su jumento, y, sacando de las alforjas lo que en ellas había puesto, iba caminando y comiendo detrás de su amo muy de su espacio, y de cuando en cuando empinaba la bota, con tanto gusto, que le pudiera envidiar el más regalado bodegonero de Málaga. (I, 8) En la segunda, no obstante, ya derrotado en las playas de Barcelona, el caballero se dirige de regreso a la aldea, sin ánimo para pensar en alimentos: «No comía don Quijote, de puro pesaroso». Ante esta situación, el antiguo villano ya ha aprendido a abstenerse y a guardar las formas: «Sancho no osaba tocar a los manjares que delante tenía, de puro comedido, y esperaba a que su señor hiciese la salva». Pero solo por un tiempo razonable, porque al poco, viendo que don Quijote «no se acordaba de llevar el pan a la boca, no abrió la suya y, atropellando por todo género de crianza, comenzó a embaular en el estómago el pan y queso que se le ofrecía» (II, 59). Pero ¿qué ocurre con el caballero en todo este paisaje? Le hemos visto instruir a Sancho en las buenas maneras, sentarse a la mesa con don Diego de Miranda, con don Antonio Moreno o con los nobilísimos duques, sin despreciar por ello la invitación de los cabreros o las alforjas de Sancho. Pero ocurre –y no es traza de menor cuantía– que todo lo que Alonso Quijano sabe, don Quijote lo transforma en materia de caballerías. Y en estos libros a los caballeros todo se iba en amores y batallas, sin atender demasiado al sustento. El mismo caballero lo recordaba al poco de salir de su aldea: Hágote saber, Sancho que es honra de los caballeros andantes no comer en un mes, y, ya que coman, sea de aquello que hallaren más a mano; y esto se te hiciera cierto si hubieras leído tantas historias como yo, que aunque han sido muchas, en todas ellas no he hallado hecha relación de los caballeros andantes comiesen, si no era acaso y en algunos suntuosos banquetes que les hacían, y los demás días se los pasaban en flores. (I, 10) En los libros de caballerías, como en los de pastores o los sentimentales, apenas había tiempo y ocasión para comer. Aseguraba Luis Cernuda que, tras leer el Quijote de cabo a rabo, se sale con la sensación de que don Quijote casi no come y apenas duerme. Pero eso es lo que corresponde a un verdadero caballero andante y enamorado, y don Quijote ha decidido serlo a las bravas y con todas las consecuencias. En la historia de Cervantes, don Quijote está rodeado, casi asediado por la realidad, pero en su caso la literatura ha sustituido a la vida. Se alimenta casi exclusivamente de unas pocas ideas que ha encontrado en los libros de caballerías. Y en esos los libros –Alonso Quijano lo sabía bien– los caballeros comen poco y cenan más poco. ***** Luis Gómez Canseco es Doctor en Filología Hispánica y Profesor en la Universidad de Huelva. Es Socio de Honor de la Sociedad Cevantina de Alcázar de San Juan Leer más
Ruta Cervantin@lcazar homenajeando a Cervantes en el aniversario de su muerte Fecha de Publicación: 24/04/2022 El domingo 24 de abril y conmemorando el 406 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, un grupo de asistentes conocieron los lugares de Alcázar de San Juan que tienen vinculación con el escritor y su obra Alcázar de San Juan, 24 de abril de 2022.- En la mañana de este domingo 24 de abril recién cumplidos ayer los 406 años de la muerte de Miguel de Cervantes, los asistentes a la Ruta Cervantin@lcazar han recorrido los diferentes lugares de la ciudad que tienen vinculación con el escritor y su obra, de mano de la Sociedad Cervantina de Alcázar. El inicio de la ruta ha sido la escultura “Alonso con su gato” del escultor valdepeñero Antonio Lillo Galiani, situada en la Av. de Herencia frente a Aguas de Alcázar y punto de encuentro habitual de la ruta guiada. Posteriormente los asistentes conocieron la historia que encierra el Quijote Cósmico, en la plaza de Palacio, busto que Eulalio Ferrer (español exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México) regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan y del que existe otro ejemplar exactamente igual en Guanajuato, México. La relación de amor e interés de Eulalio Ferrer por la ciudad de Alcázar de San Juan se remonta a la época en la que estuvo funcionando la “Orden de los Escuderos Sanchos” a la que el publicista español residente en México perteneció, Aquí los asistentes conocieron de manos de Luis Miguel Román un Quijote, en edición de Calleja de 1905 justamente igual al que consiguió Eulalio Ferrer en el campo de refugiados de Argelès–sur–Meren el sur de Francia cambiándolo por una cajetilla de tabaco, y con el que inició su pasión por el Quijote. Enseguida llegaron a la Iglesia de Santa María, parroquia fundada en 1226 y donde existe la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558. Se detuvieron en la calle San Juan, justo en el lugar en el que Manuel Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que tuvo tres hijos, Pedro Barba, Juan Barba y Catalina Vela. Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y Gutiérrez Quesada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX 1a parte, Don Quijote refiriéndose a estos dos personajes dice "de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón". También se comenta que un bisnieto de Juan López Caballero, que vivía en la misma casa, llamado Alonso Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes, primo hermano de Miguel de Cervantes, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia te su padre: "que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes" tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Don Quijote. En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue unos de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda y Juan Francisco Ropero y Tardío, quien puso al corriente de Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se ha ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1870 de la Real Academia Española realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. Y en esta misma plaza dando un repaso al resto de la Ruta como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII o dando un repaso a los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que contiene una reproducción única en España, donde se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que están colocadas en perfecto orden cronológico, se dio por finalizada la Ruta no sin antes dar un repaso a la relación que pudo tener Cervantes con la familia Romero Gaitán que habían financiado la construcción del convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid, lugar donde fue enterrado junto con su mujer Catalina de Salazar y otras personas que no pertenecían a la familia benefactora del convento. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Un cuento del Quijote está basado en hechos y personajes reales de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 11/04/2022 Detalle del folio 45 del Libro Primero de desposorios y velaciones del Archivo parroquial de Santa María, en el que aparece Catalina López hija de Alonso de los Álamos en 1586 Lo que parecía ser otro artificio ingenioso de Cervantes para dar credibilidad al Quijote, alejándolo así de las antiguas novelas de caballerías, ha resultado ser la crónica de unos hechos ocurridos realmente en Alcázar de San Juan durante la segunda mitad del siglo XVI. A esta conclusión ha llegado Luis Miguel Román Alhambra, miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, después de cotejar datos de los archivos parroquiales e históricos municipales de la ciudad y crónicas antiguas de la ciudad de Medina del Campo (Valladolid). En el capítulo treinta y uno de la segunda parte del Quijote (1615), Sancho Panza narra un cuento en el palacio de los duques, que según él había ocurrido en su mismo pueblo. Lo comienza diciendo que un hidalgo vecino suyo, que descendía de la familia de los Álamos de Medina del Campo, se había casado con la hija de don Alonso de Marañón, un caballero de la Orden de Santiago que se había ahogado en la catástrofe naval en la ensenada de La Herradura (Granada). Román recuerda en su investigación un hecho casi olvidado de nuestra historia ocurrido el 19 de octubre de 1562: el gran desastre que la Armada Española sufrió en las costas granadinas. En él se perdieron, por causa de un fuerte temporal, veinticinco de los veintiocho barcos que formaban la escuadra y más de cinco mil personas resultaron ahogadas, entre marineros, soldados y galeotes. Román afirma que Cervantes utiliza el recuerdo de esta tragedia tan conocida por los españoles de finales del siglo XVI y principios del XVII, cómo otro recurso más para dar verosimilitud al texto cervantino, al igual que hace con la expulsión de los moriscos, también en esta segunda parte del Quijote. Lo que Luis Miguel Román aporta documentalmente al mundo cervantino es la existencia de un miembro de la familia de los Álamos de Medina del Campo que desaparece sin dejar un rastro claro de esta villa y quien pudo ser el origen del apellido Álamo o Álamos, que existió en Alcázar de San Juan durante el siglo XVI como lo demuestra con varias inscripciones en los libros parroquiales que se conservan en la iglesia de Santa María. De la familia Marañón, ha localizado una buena parte del linaje e incluso a un hidalgo alcazareño de principios del siglo XVII, Francisco Pérez Marañón, descendiente directo de ambas familias, Álamos y Marañón. Asegura que aunque los archivos parroquiales de la parroquia de Santa Quiteria se perdieron en la Guerra Civil Española, que probarían documentalmente la existencia del malogrado don Alonso de Marañón al vivir en una casa cercana a esta iglesia, con los datos recopilados sobre sus descendientes directos Cervantes no contó una fábula en boca de Sancho Panza, sino unos hechos reales bien conocidos por los vecinos de Alcázar de San Juan a principios del siglo XVII. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan El artículo completo publicado se puede leer en: https://cervantesalcazar.com/blog https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/ https://cosasdealcazardesanjuan.wordpress.com/2022/03/27/alonso-de-maranon-y-el-lugar-de-don-quijote/ https://alcazarlugardedonquijote.wordpress.com/2022/03/27/alonso-de-maranon-y-el-lugar-de-don-quijote/ Leer más
El legado de Sancho Panza sigue vivo en todo el mundo Fecha de Publicación: 01/04/2022 Finalizado el plazo de recepción de trabajos, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan anuncia que ha recibido 120 relatos procedentes de 13 países de todo el mundo para el concurso “El Legado de Sancho Panza” lo que supone un gran éxito para ser la primera edición Alcázar de San Juan, 1 de abril de 2022.- A las 23:59 horas del 30 de marzo finalizaba el plazo para la recepción de trabajos en el Primer Concurso de Relatos Breves “El legado de Sancho Panza” que organiza la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan en colaboración con el Ayuntamiento de esta localidad manchega Corazón de la Mancha. A esta primera edición han concursado ciento veinte relatos procedentes de trece países del mundo, aunque han sido mayoría los que han llegado desde todas las Comunidades Autónomas de España excepto desde las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Se han recibido relatos desde Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, El Salvador, México, Perú, Puerto Rico, Suiza, Venezuela, Uruguay y España. El nivel de las obras es muy alto y el jurado lo va a tener difícil para determinar los tres primeros premios de 300, 200 y 100 euros (así como los finalistas que obtendrán diploma), que se harán públicos el próximo 30 de abril en la clausura de la IV Mesa Redonda Cervantina titulada “La gastronomía del Quijote en el siglo XXI”, que se celebrará en la sede de la D.O. de vinos de la Mancha. Cerrado el plazo, la organización ya se ha puesto en contacto con los participantes para anunciarles la fecha del fallo del jurado y para informarles de que oportunamente se les remitirá el enlace para que puedan visualizar tanto el desarrollo de la Mesa Redonda Cervantina como el fallo del jurado mediante emisión en directo a través de internet, desde donde podrán seguirlo todo en directo en el mismo momento en que esté sucediendo. Los canales habituales de información de la SCA son Facebook https://www.facebook.com/100007940075912 y también en la propia web https://cervantesalcazar.com/ Agradeciendo a todos su participación en el concurso, la Sociedad Cervantina y el Patronato Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan emplazan a concursantes, medios de comunicación y público en general al fallo del jurado el sábado 30 de abril. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Alonso de Marañón y el lugar de don Quijote Fecha de Publicación: 27/03/2022 ʺPOR EL HILO SE SACARÁ EL OVILLOʺ (Q1, 4) El Quijote, «una tela de varios y hermosos lazos tejida» De mi artículo El sastre del cantillo: A principios del siglo XVII Cervantes es ya una persona mayor, y en su cabeza rondan mil historias y cuentos, vivencias personales y fábulas oídas junto al fuego de las muchas ventas en las que tuvo que pasar las noches de camino. No quiere escribir «cuentos disparatados que atienden solamente a deleitar…», donde «un mozo de diez y seis años da una cuchillada a un gigante como una torre y le divide en dos mitades, como si fuera de alfeñique…», o el espacio-tiempo narrado es imposible como cuando «una gran torre llena de caballeros va por la mar adelante, como nave con próspero viento, y hoy anochece en Lombardía y mañana amanezca en tierras del preste Juan de las Indias, o en otras que ni las descubrió Tolomeo ni las vio Marco Polo…». Abandona lo que tiene escrito, aunque quizás lo recicle después en la novela como hizo con otras novelitas o cuentos que tenía guardados en un cajón, y decide hacer sin probaturas, no tiene tiempo para eso, el Quijote: «… hecho con apacibilidad de estilo y con ingeniosa invención, que tire lo más que fuere posible a la verdad, sin duda compondrá una tela de varios y hermosos lazos tejida, que, después de acabada, tal perfeción y hermosura muestre, que consiga el fin mejor que se pretende en los escritos, que es enseñar y deleitar juntamente, como ya tengo dicho». (Q1, 47) Sabe el gusto de los muchos lectores de novelas de caballerías, que como las comedias que se representaban «todas o las más son conocidos disparates y cosas que no llevan pies ni cabeza», pero también reconoce «que las que llevan traza y siguen la fábula como el arte pide no sirven sino para cuatro discretos que las entienden». Por tanto, su ingenioso invento literario tiene que satisfacer a todos, a «discretos e ignorantes», para evitar, según precisa él, que «al cabo de haberme quemado las cejas por guardar los preceptos referidos, que vendré a ser el sastre del cantillo». Tenía que ingeniar de cabo a rabo, para no llegar a ser aquel «sastre del cantillo que ponía de su casa el hilo», una novela que fuese leída con agrado e interés por mucha gente de toda condición, tanto por los discretos como por el vulgo, porque, cómo él bien sabía, solo con la fama no se llenaba el plato de comida. Cervantes cose sus cuentos, invención suya o reciclando los escuchados, con personajes reales, cotidianos, hilvanándolos todos y cada uno con el sutil hilo del espacio conocido y el tiempo real. Cambia así, con este «discreto artificio» las formas de componer los antiguos libros de caballerías, en las que el lector tenía que trasladarse mentalmente al tiempo del protagonista, a veces a los lejanos siglos XII-XIV, creando un novedoso libro de caballerías en el que es el antiguo caballero andante el que se traslada a principios del siglo XVII. Elige para su protagonista la figura de Alonso, un hidalgo manchego normal de su tiempo, el Renacimiento, que se comportará como un antiguo caballero andante del Medievo durante las aventuras en la figura de don Quijote, llevándolo por caminos y parajes reales, haciendo así el Quijote verosímil y creíble para sus lectores. De no haberlo hecho así, su libro de caballerías no habría trascendido hasta nuestros días como el Quijote. Una novela con hechos históricos conocidos por todos Entre los discretos artificios, o recursos literarios, que ingenió para que su novela «tire lo más posible a la verdad» fue la de incorporar a las aventuras del hidalgo manchego referencias de hechos históricos recientes, muy conocidos por cualquier lector de su época, como por ejemplo la expulsión de los moriscos de España (1609-1613) o el desastre de la Armada española en la bahía granadina de La Herradura (1562). Alusiones históricas que de omitirlas la ficción quijotesca no habría variado en absoluto. Sin duda alguna, Cervantes hilvana estos datos en el cuento a propósito con el fin de dar verosimilitud a las aventuras del trasnochado hidalgo manchego. De la expulsión de los moriscos de España se han escrito miles de folios, siendo un hecho todavía hoy recordado por la gran trascendencia que tuvo en la sociedad española y en los propios expulsados. Pero no tanto del naufragio de una buen aparte de la Armada en las costas de Almuñécar. ¿Qué ocurrió aquel 19 de octubre de 1562 en La Herradura para que Cervantes la recuerde medio siglo después en el Quijote? Solo recordar que Carlos I y su hijo Felipe II heredan una Marina militar instaurada en España durante el reinado de Fernando III el Santo y legislada en el Código de las Partidas por su hijo Alfonso X el Sabio en el siglo XIII. La escolta por el Atlántico de galeones que transportaban desde América oro y plata, las intrigas de franceses e ingleses y el poder de la flota turca, que amenazaba constantemente las costas del Mediterráneo con una invasión en cualquier parte, hizo que en el siglo XVI la Marina de Guerra española tuviese un gran auge. La incertidumbre constante en el Mediterráneo obligó a la Corona a dotar a este espacio de un gran número de embarcaciones de guerra a la Armada Española. Las malas condiciones del mar son factores determinantes que condicionan la navegación de los navíos, más en aquellas embarcaciones que incluso las podían hacer naufragar con cierta facilidad. Condiciones desfavorables especialmente en invierno, tiempo que si las circunstancias lo permitían la flota lo pasaba resguardándose en algún puerto seguro. El 18 de octubre de 1562, la escuadra de veintiocho galeras capitaneada por don Juan de Mendoza, después de aprovisionarse en el puerto de Málaga zarpa en dirección a Orán, para realizar una de sus últimas operaciones antes de su refugio invernal. Después de pasar la noche, remando bajo la lluvia y con vientos cambiantes, se refugian sobre las diez de la mañana en la bahía de La Herradura, detrás de la Punta de la Mona. Resguardados del fuerte viento del Levante, parecía entrar la calma en la flota cuando un fortísimo viento del Sur, sin tiempo si quiera de levar anclas para tratar de cambiar su posición a remo, empuja sin control a las galeras entre ellas y contra las rocas cercanas. De la galera Capitana de España, al mando del propio don Juan de Mendoza, solo se salvaron cinco personas de las más de cuatrocientas que iban a bordo. Don Juan de Mendoza también murió ahogado después de golpearle uno de los palos de las velas y ser arrastrado al mar. En tres trágicas horas, de las veintiocho galeras de la escuadra española quedaron a flote y maltrechas solo tres. Las pérdidas humanas fueron enormes, algunos investigadores llegan a cifrarlas en cinco mil personas, entre soldados, marineros, galeotes y personal civil embarcado en Málaga. Para dimensionar la magnitud del desastre naval de La Herradura, basta con compararla con el comienzo del epílogo de la Gran Armada. La Invencible, como ordinariamente se le recuerda por los ingleses, sufrió durante más de un mes, en septiembre de 1588, terribles tormentas frente a las costas de Irlanda, naufragando veintiocho embarcaciones, entre buques de guerra y cargueros, muriendo varios de miles de personas, de un total de treinta y cuatro o treinta y cinco buques perdidos durante toda la campaña contra los ingleses. Una tragedia similar en pérdidas humanas y materiales ocurrió en La Herradura, pero tan solo en tres horas dramáticas. Aunque el desastre, en primer momento, se trató de silenciar para evitar un ataque turco a las desprotegidas ciudades de la costa del Mediterráneo, una vez recompuesta la flota española y derrotada la del imperio otomano en Lepanto, en 1571, fueron constantes las informaciones en España y América sobre esta gran tragedia en la ensenada de La Herradura. Información que también pudo Cervantes haberla conocido de primera mano de los mismos vecinos de Motril, Salobreña y Almuñécar, que acudieron a ayudar a los heridos y sobrevivientes ese mismo día. Cervantes estuvo en Motril en 1594 ejerciendo de funcionario recaudador de impuestos atrasados. Fue un hecho que conmocionó a la comarca durante años por la gran cantidad de cuerpos recogidos sin vida en la playa por sus vecinos. Las relaciones nominales de hombres y mujeres que iban a bordo de las galeras se perdieron en el naufragio y en los incendios de los archivos de la Alhambra y Valencia de don Juan, donde se llevaron todos los documentos encontrados en la arena de la playa. Se conoce el número de soldados, marineros y remeros que integraban cada galera por cartas de información, pero no sus nombres. Volvamos al Quijote. Este dramático suceso es citado en el capítulo XXXI del segundo Quijote. Al inicio de la comida con la que fueron recibidos amo y escudero en el palacio de los duques, Cervantes intercala un cuentecillo en boca de Sancho a cuenta del protocolo exigido por el duque a don Quijote para sentarse a la mesa: «Si sus mercedes me dan licencia, les contaré un cuento que pasó en mi pueblo acerca desto de los asientos». Con la debida incertidumbre en don Quijote por lo que Sancho pudiera decir y cómo lo iba a decir, ante la insistencia de la duquesa Sancho Panza dice: Y el cuento que quiero decir es este: convidó un hidalgo de mi pueblo, muy rico y principal,… a un labrador pobre, pero honrado. Y así, digo que llegando el tal labrador a casa del dicho hidalgo convidado… estando, como he dicho, los dos para sentarse a la mesa, el labrador porfiaba con el hidalgo que tomase la cabecera de la mesa, y el hidalgo porfiaba también que el labrador la tomase, porque en su casa se había de hacer lo que él mandase; pero el labrador, que presumía de cortés y bien criado, jamás quiso, hasta que el hidalgo, mohíno, poniéndole ambas manos sobre los hombros le hizo sentar por fuerza, diciéndole: Sentaos, majagranzas; que adonde quiera que yo me siente será vuestra cabecera. Y este es el cuento, y en verdad que creo que no ha sido aquí traído fuera de propósito. (Q1, 31) Cervantes, para dar credibilidad al cuento de Sancho, pone identidad concreta al hidalgo convidador. Realmente el cuento de Sancho comienza así: Y el cuento que quiero decir es este: convidó un hidalgo de mi pueblo, muy rico y principal, porque venía de los Álamos de Medina del Campo, que casó con doña Mencía de Quiñones, que fue hija de don Alonso de Marañón, caballero del hábito de Santiago, que se ahogó en la Herradura, por quien hubo aquella pendencia años ha en nuestro lugar, que, a lo que entiendo, mi señor don Quijote se halló en ella, de donde salió herido Tomasillo el Travieso, el hijo de Balbastro el herrero… ¿No es verdad todo esto, señor nuestro amo? Dígalo, por su vida, porque estos señores no me tengan por algún hablador mentiroso. Según Sancho, «este tal hidalgo, que yo conozco como a mis manos, porque no hay de mi casa a la suya un tiro de ballesta», era «muy rico y principal, porque venía de los Álamos de Medina del Campo», y estaba casado con una hija de «don Alonso de Marañón, un caballero del hábito de Santiago, que se ahogó en la Herradura», del mismo lugar de don Quijote y Sancho. Y cose otro hermoso lazo al cuento. Sancho muestra su pesadumbre por no haber podido asistir a su entierro por encontrase trabajando en el cercano lugar de Tembleque, «que buen poso haya su ánima, que ya es muerto, y por más señas dicen que hizo una muerte de un ángel, que yo no me hallé presente, que había ido por aquel tiempo a segar a Tembleque…», lo que provoca al eclesiástico para decirle: «Por vida vuestra, hijo, que volváis presto de Tembleque, y que sin enterrar al hidalgo, si no queréis hacer más exequias, acabéis vuestro cuento». Entre los lugares manchegos de Alcázar de San Juan y Tembleque hay unos 50 km, aproximadamente 8 a 9 leguas, por camino llano. Esta distancia la recorrería Sancho sobre su rucio o a pie en unas 8 a 9 horas, una jornada normal de camino. Espacio más que cercano para decidir dejar a su familia e irse a trabajar unos días en la siega, una vez terminada en su pueblo y así traer unos dinerillos a la maltrecha economía de su casa. De nuevo, al nombrar un lugar manchego real como Tembleque, cercano al lugar de don Quijote y Sancho Panza, da verosimilitud al cuento y en general al texto del Quijote. En este cuento Cervantes cose «hermosos lazos», sin venir a cuento. La enseñanza que de él trasciende es totalmente independiente de los detalles personales sobre el origen del hidalgo convidador, de la desgraciada pérdida de su suegro en el naufragio de La Herradura y la relación de vecindad que los unía. Además de otro lacito sobre Mencía de Quiñones, la hija de don Alonso de Marañón, «por quien hubo aquella pendencia años ha en nuestro lugar, que, a lo que entiendo, mi señor don Quijote se halló en ella, de donde salió herido Tomasillo el Travieso, el hijo de Balbastro el herrero…». Don Quijote, dejando al lector en ascuas sobre qué hacía él en aquella pendencia por Mencía, apremia a Sancho a que termine el cuento: «Tú das tantos testigos, Sancho, y tantas señas, que no puedo dejar de decir que debes de decir verdad. Pasa adelante y acorta el cuento, porque llevas camino de no acabar en dos días» Los Álamos de Medina del Campo La familia de los Álamos es muy conocida en Medina del Campo, más aún por aparecer en la novela más leída en el mundo. En un manuscrito guardado en la BNE, escrito en 1785 y titulado Noticias varias que se han recogido tocantes a la Historia de Medina del Campo, cuyo autor es Julián de Ayllón y la Vega, prior de la Insigne Iglesia Colegial de Medina del Campo, se describe minuciosamente la historia de la ciudad y la «Genealogía de algunas familias ilustres de la Villa de Medina del Campo». Ayllón anota al margen de quienes tomó notas: «Historiadores de Medina Lopez Osorio, Juan de Montalvo, Domingo de León». En los folios 208 y 209 de este volumen encontramos la «Descendencia de la Familia apellidada de Alamos, sus armas son banda roxa en campo blanco: La familia de Alamos es tan antigua en Medina, que de todos es ignorado su principio, como sabida su nobleza, lustre, y calidad; de cuya sangre hai pocas familias que no hayan participado […] Hai calle entera de su apellido llamada de Juan de Alamos, todo indicios y evidencias de su gran calidad.» Juan de Álamos el Bueno era hijo de Hernán González de Álamos y nieto de Diego González de Álamos «caballero de suma estimación en el Reinado del rei D. Alfonso el ultimo; y fue uno de aquellos, á quien armó caballero de la banda en las Huelgas de Burgos», origen de la familia de los Álamos. Hernán González de Álamos tuvo dos hijos: Juan y Francisca de Álamos. De Juan de Álamos anota Julián de Ayllón en el margen: «Juan de Alamos sirvió en la Conquista de Oran y Mazalquivir, siendo capitán de una compañía de hombres de armas y otra de infantería en 1505». Julián de Ayllón respalda junto a cada nombre el lugar que ocupa en el linaje de la familia: Este Juan de Alamos nº3 casó con Dª Leonor de Silva, natural de Ciudad Rodrigo, hija de D. Hernando de Silva; tuvieron por hijos á Hernando de Alamos nº 5 Francisco de Silva nº 6 Ruy Lopez de Alamos nº 7 Antonio de Alamos nº 8 Dª Constanza de Silva nº 9 De la hermana de Juan de Álamos anota que «Dª Francisca de Alamos nº 4 casó con Pedro Morejon (Vease el apellido de Morejon nº 1) y fueron primogenitores de esta familia» A continuación anota a los hijos de Juan de Álamos, sus matrimonios y descendencias: Hernando de Alamos nº 5 … casó con Dª Isabel de Barrientos, hija de ::: tuvieron á Juan de Alamos y Barrientos nº 10. Francisco de Silva nº 6… casó con Dª María Rejón, señora de esta casa, y la prosiguieron siguiendo sus hijos y descendientes el apellido de Rejon, como se advierte tratando de él. Este Francisco de Silva sirvió al Emperador en las guerras de Africa; cautivándole en ellas por cuyo rescate se dio á Gamaz, general del Turco. Ruy Lopez de Alamos nº 7… fue caballero de justicia del habito de San Juan; no sabemos si llegó á encomendar. Antonio de Alamos nº 8… casó con Dª Bernarda Morejon, [y tuvieron a d.] Hernando de Alamos nº 11 Dª Constanza de Silva, nº 9… casó con Francisco del Carrillo; y tuvieron a Dª Leonor de Silva nº 12 De los hijos de Juan de Álamos, que vivieron durante gran parte del siglo XVI, todos emparentaron con vástagos de familias ilustres de Medina del Campo, menos Ruy López de Álamos, de quien Julián de Ayllón desconoce su estado y descendencia: «Rui Lopez de Alamos nº7… fue caballero de justicia del habito de San Juan; no sabemos si llegó á encomendar» Ayllón, cuando escribió esta minuciosa relación de las familias de Medina del Campo, conocía los datos que de esta familia había escrito Juan López Ossorio, entre 1614 y 1615. El manuscrito de López Ossorio, guardado en la Real Academia de la Historia, está recogido por Ildefonso Rodríguez y Fernandez en su Historia de la muy noble y leal y coronada Villa de Medina del campo (Madrid, 1903-1904). Ossorio tituló su manuscrito Ystoria titulada principio, grandeza y caída de la novle villa de medina del campo, fundación y nombre que a tenido hasta el tiempo presente por Juan Lopez Ossorio vecino della. López Ossorio al hacer la crónica sobre la familia Rejón, de las importantes de Medina del Campo, emparentada con la de los Álamos con uno de los hijos de Juan de Álamos, anota: Tuvo este caballero [Cristóbal Rejón] por su hija legítima, sucesora en su mayorazgo á Dª María Rejón, á quien casó con Francisco de Silva, que sucedió en los dichos cargos, y yendo el año [15]42 por orden del Emperador á la dicha Oran, á cosas de importancia y á la guerra que se había de hacer en el Reino de Tremecén, llevó consigo al Comendador Ruy Pérez de Silva, su legítimo hermano, Caballero de la Orden de San Juan, y á otros muchos criados suyos. Siete galeras de moros cautivaron al dicho Francisco de Silva, donde, por defensa suya, murió el Comendador, su hermano, y llevaron cautivo al dicho Francisco de Silva á Argel; costó su rescate 3.000 ducados y 3.000 fanegas de trigo, y porque este rescate tuviese efecto por quererle tanto el Emperador, ofreció además que le daría en trueque de su persona á Hali Hamete, General del Turco, que era cautivo de D. Ur.no de Mendoza, y el dicho Francisco de Silva, acabó la vida continuando estos servicios. Este caballero Francisco de Silva, fué hijo de un caballero principal y antiguo de Medina del Campo, llamado Juan de Alamos, él Bueno, y de Dª Leonor de Silva, natural de Ciudad Rodrigo, de la familia de los Silvas, tan principal y notoria en estos Reinos. López Ossorio da por muerto en la campaña de Orán a uno de los Álamos, Ruy Pérez de Silva: «llevó consigo al Comendador Ruy Pérez de Silva, su legítimo hermano, Caballero de la Orden de San Juan, y á otros muchos criados suyos. Siete galeras de moros cautivaron al dicho Francisco de Silva, donde, por defensa suya, murió el Comendador, su hermano». Mientras que Ayllón, que lo apellida López de Álamos, desconoce su destino: «Rui Lopez de Alamos nº7… fue caballero de justicia del habito de San Juan; no sabemos si llegó á encomendar» En ninguna de las crónicas Ruy aparece desposado. Sin duda alguna, ambos cronistas se están refiriendo a una misma persona, Ruy, un Álamo que muerto o ausente de la villa no dejó rastro en Medina del Campo. Solo este Álamo, Ruy Pérez o López, pudo contraer matrimonio tan largo de Medina del Campo como para que sus cronistas hayan perdido su rastro, si es que no murió realmente en las campaña en las costas africanas, como afirma López Ossorio. Los Álamos en Alcázar de San Juan ¿Existió descendencia directa de la familia de los Álamos de Medina del Campo en Alcázar de San Juan antes de la escritura del Quijote? Según el cuento de Sancho sí: Y el cuento que quiero decir es este: convidó un hidalgo de mi pueblo, muy rico y principal, porque venía de los Álamos de Medina del Campo, que casó con doña Mencía de Quiñones, que fue hija de don Alonso de Marañón, caballero del hábito de Santiago, que se ahogó en la Herradura … (Q2, 31) Siguiendo el comienzo del cuento, si el Álamos de las crónicas de Medina del Campo es Ruy Pérez o López, y se establece, desconociendo los motivos, en Alcázar de San Juan, es más que posible que el apellido Álamos esté documentado en los archivos alcazareños. Sus descendientes también podrían llevar, según costumbre en Castilla, apellidos de los padres, solo del padre o de la madre, o de sus ascendientes directos, como el de los abuelos o bisabuelos. Por los posibles errores en las anotaciones he buscado tanto Álamos como Álamo, aunque bien pueden ser familias distintas. La primera noticia documentada que se tiene de un Álamo en Alcázar de San Juan es la de un clérigo alcazareño que se embarca en Sevilla hacia América en 1528. En los fondos de la Casa de la Contratación de Indias creada en 1503, actualmente en el Archivo General de Indias de Sevilla, se conservan los documentos con las licencias para embarcar a América y Filipinas desde 1509, que han sido catalogados para su mejor uso. En el Catálogo de Pasajeros a Indias editado por el CSIC (1940) en el primer volumen (1509-1534) se recogen las papeletas de nueve alcazareños que fueron a América. El 10 de abril de 1528 se da licencia para embarcar a «Garci Díaz, clérigo, natural de Alcázar de Consuegra, hijo de Diego del Alamo y de Marina Díaz». Este clérigo alcazareño fue nombrado primer obispo de Quito en 1546. No hay registros de ningún otro Álamo o Álamos hasta los anotados en los libros sacramentales de la parroquia de Santa María. En el Concilio de Trento, celebrado entre los años 1545 y 1563, se ordena el «control y registro de los sacramentos» como una de las actividades propias de las parroquias. Así surgen los libros sacramentales y con ellos los archivos parroquiales. En el siglo XVI existían en Alcázar de San Juan dos parroquias: Santa María la Mayor desde muy antiguo, siglo XIII, y Santa Quiteria instituida como tal en 1511. Ambas parroquias comenzaron a anotar, a partir de mediados del siglo XVI, en los libros sacramentales bautizos, confirmaciones, matrimonios y defunciones. Lamentablemente el archivo parroquial de Santa Quiteria desapareció durante la Guerra Civil Española (1936-1939), perdiéndose una gran parte de la historia alcazareña. El archivo parroquial de Santa María la Mayor, que se mantuvo en secreto durante la guerra, sí se conserva en un buen estado. Ya en el Libro Primero de desposorios y velaciones, desde el 11 de junio de 1568 hasta el 7 de enero de 1635 hay constancia del apellido Álamo o Álamos. El 24 de septiembre de 1568, Juan del Álamo es padrino de Alonso y Lucía «moriscos naturales del Reino de Granada». Volvemos a encontrar a Juan del Álamo el 3 de octubre de 1571, esta vez como testigo, en las velaciones de Lorenzo de Buendía e Isabel Pérez «cristianos nuevos», y el 21 de julio de 1576, de nuevo como testigo de las velaciones de Miguel y Catalina Díaz. En el folio 20 v aparece Juan del Álamo en la anotación de desposorio y velación de su hija María Díaz: «En 27 de octubre de 1578 años desposo y velo el padre Pedro Díaz a Juan Díaz Maroto hijo de Ruy Díaz Maroto y a María Díaz hija de Juan del Álamo…» Hasta 1586 no aparece el apellido de los Álamos. En el folio 45, el 6 de noviembre de 1586 «desposo y velo el padre Roman a Juan García y a Catalina López hija de Alonso de los Alamos» El 14 de enero de 1593 contraía matrimonio «Juan del Alamo hijo de Juan del Alamo y Mari Diaz hija de Juan Merino…» Julián del Álamo aparece en la anotación tercera del folio 79: «yo Hernan Jimenez Roman desspose y vele a Alonso Diaz Moreno y a Ana Gomez hija de Julian del Alamo…» Es ya entrado el siglo XVII cuando encontramos de nuevo a otro de los Álamos. La anotación dice así: En 12 dias del mes de enero del año de 1609 desposo el padre fray Juan Roman y belo a Francisco García de los Alamos y a Mari Diaz hija de Juan Lorenzo batanero fue su padrino Bernabe de Resa y doña Catalina Roman su mujer testigos Juan Roman y Jeronimo Romero y Cristobal de Leon y lo firmo el dicho fray Juan. Padre Juan Roman. Es significativo que el padrino de este desposorio fuese un Resa, familia que veremos emparentada con los Marañón más adelante. En el Libro Primero de Bautismos (1556-1635), muy consultado por tener entre sus inscripciones la de un Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra bautizado el 9 de noviembre de 1558, del que la tradición alcazareña dice ser el autor del Quijote, aparece en 1562 el bautizo de Catalina, una hija de Alonso García de los Álamos e Inés López. Dice así la inscripción: En once días del del mes de maio de mil e quinientos y sesenta y dos años cristiano el padre Galan una hija de Alonso Garcia de los Alamos y de su mujer Ynes Lopez dixose Catalina fue conpadre de pila Juan de Meco y su mujer acompañados de Sebastian Sanchez y Pero Muñoz Parrado y sus mujeres. Como evidencian los archivos, durante el siglo XVI en Alcázar de San Juan, al menos en los que se conservan de Santa María, hay constancia de apellidos «de Álamo» y «de los Álamos». La familia Marañón en Alcázar de San Juan De la familia Marañón, aunque es una familia muy antigua en Alcázar de San Juan, en esta parroquia de Santa María hay muy pocas anotaciones. Está documentado que la casa de la familia Marañón se encontraba en la conocida Calle de Resa, hoy Calle Canalejas, adscrita a la parroquia de Santa Quiteria. Es en los libros de esta parroquia donde se encontrarían anotados los bautizos, desposorios y defunciones de esta familia. No obstante, en los archivo de Santa María aparece por primera vez el apellido Marañón en el desposorio de Francisco Pérez Marañón con una hija del doctor Valdivieso, de familia muy importante en Alcázar de San Juan. En el folio 100 al margen se lee «Francisco Perez Marañon». La anotación dice: En 28 de febrero de 1601 años yo fray Juan de Valdivieso despose a Francisco Perez Marañon y a doña Paula de Valdivieso hija del doctor Valdivieso velolos el padre fray Alonso de Valdivieso fue su padrino Diego de Ubeda y Ana Romero su mujer. Testigos Alonso Diaz de Villamayor [y] Cristóbal Diaz de Leon. El 18 de febrero de 1607 «Alonso [Francisco] Pérez Marañon y su mujer doña Paula» fueron padrinos de Juan de Caliztón e Inés Díaz «cristianos nuevos». Es muy posible que el nombre de Alonso sea un error de quien hizo el registro y corresponda al de Francisco, al ser el esposo de doña Paula de Valdivieso, como afirma el anterior registro. En el Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan se conservan los libros de actas de las reuniones de los alcaldes y regidores de la villa, donde encontramos a Francisco Pérez Marañón, un hidalgo con el cargo de alcalde por el estado noble. En el primer libro, de 1599 a 1609, en folio 210 v. se nombran Comisarios de las Yglesias el 1 de diciembre de 1604. Parte del acta dice así: «Primeramente nombraron para comisarios de la iglesia de santa Maria a los señores Francisco Perez Marañon alcalde y al licenciado Perez Cencerrado y Francisco Hidalgo regidores…» Unos meses más tarde, en julio de 1605, se vuelve a comisionar al alcalde Francisco Pérez Marañón para que compre trigo y cebada para el pósito del municipio. En el folio 232 podemos leer: En la Villa de Alcaçar a trece días del mes de julio de mil y seiscientos y cinco años los alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres, estando juntos en la torre de su ayuntamiento a campana tañida como lo tienen de costumbre, dijeron que se les a dado noticia que cerca desta villa en los lugares de su comarca ay personas que tratan de vender algunas partidas de candeal y cevada, y por aver necesidad de pan en esta villa y ser cosa conveniente conprarlo para la provisión del posito acordaron que Francisco Perez Marañon Alcalde ordinario les baya ahacer las compras que pudiere con la mayor comodidad y aprovechamiento del posito que fuere posible y asiente y concierte con los dueños del pan al precio o precios que se les vaya de pagar. Francisco Pérez Marañón fue alcalde de la villa de Alcázar hasta final de 1606, siendo comisionado en varias ocasiones, e incluso metido preso en la torre del ayuntamiento por el gobernador del prior de San Juan, ante las denuncias de la villa contra este gobernador por quebrantar la primera instancia, privilegio que tenía la villa. Descendientes directos son Alonso y Francisco Pérez Marañón, alcalde ordinario de la villa en 1664. Ambos se desposan con mujeres de familias muy importantes de Alcázar de San Juan. Alonso con Margarita Resa Orozco y Francisco con Isabel Saavedra. Un hijo del matrimonio formado por Alonso Pérez Marañón y Margarita Resa Orozco es Francisco Resa Orozco, quien mantuvo cargos como regidor (1697) y alcalde ordinario (1702 y 1703) en el ayuntamiento de Alcázar de San Juan. De su matrimonio con Serafina Aguilera nacen Francisco José de Resa Marañón y Alonso José Marañón y Aguilera. Del matrimonio de Francisco Pérez Marañón e Isabel Saavedra conocemos a Juan Saavedra. Hijos de este son Juan Antonio y Francisco Antonio Saavedra y Marañón. A estos últimos miembros relacionados de la familia Marañón los hallamos en los documentos detalladísimos que se tuvieron que elaborar entre 1752 y 1753 para el conocido como Catastro de Ensenada, con el fin de averiguar «los Bienes y Efectos en que pueda fundarse una sola Contribución» Alonso José Marañón y Aguilar firmaba entre los alcaldes y regidores a la instancia del juez encargado de las diligencias don Alonso de Zamora Aguilar, en agosto de 1752. Para la ejecución de los registros que se tuvieron que realizar a todos los vecinos de Alcázar de San Juan, se reunieron en septiembre de 1752 en el ayuntamiento «los señores Don Diego Moreno Barchino y Don Manuel Guerrero y Romero, Alcaldes Ordinarios, en ambos estados; Don Juan José Guerrero, Don Pedro Sanchez Berenguillo y Don Alonso Marañon y Aguilera, Regidores…» para nombrar a los comisarios necesarios entre el estado noble y el estado general. Terminadas todas las diligencias en mayo de 1753, el Consejo de Justicia y Regimiento de Alcázar de San Juan firmó el certificado de no haber cargado el juez maravedís por su salario a las cuentas de la villa. Ya se había renovado el ayuntamiento y entre los alcaldes y regidores se encuentran las firmas de Don Francisco Antonio Saavedra y Marañón y Don Francisco José de Resa y Marañón. Juan Antonio Saavedra y Marañón declara ser clérigo de órdenes menores y está relacionada su importantísima hacienda en los Memoriales de eclesiásticos, elaborados para el mismo fin en esta villa de Alcázar de San Juan, firmándola él mismo en febrero de 1753. Francisco José de Resa y Marañón, Alonso José Marañón y Aguilera y Francisco Antonio Saavedra y Marañón están relacionados como hijos dalgo en el Libro de Bienes de Seglares. La hacienda de cada uno de los tres está relacionada minuciosamente en este libro, así como el personal que tenían a su cargo para la labor de las tierras, el cuidado del ganado y el servicio en las casas. En las minutas realizadas en 1884 por los topógrafos del Instituto Geográfico y Estadístico, delinearon el Carril de la Casa de Marañón y marcaron una construcción con el topónimo de Casa de Marañón. Esta casa de labor está muy cerca del Río Gigüela y del molino harinero del que fue propietaria la familia Marañón, como recogen las Respuestas Generales en 1753: «[molino] que se dice Hernando Diaz, en el dicho río y una legua de distancia, con tres piedras el que pertenece a Dª Theresa Bernarda, vecina de la Solana; a D. Francisco Marañón, vecino de esta villa…». Es muy significativo que en la relación de todos los vecinos de la villa de Alcázar de San Juan en 1753, no aparezca ninguno nombrado con el apellido del Álamo o de los Álamos. Conclusiones del cuento «…convidó un hidalgo de mi pueblo, muy rico y principal, porque venía de los Álamos de Medina del Campo, que casó con doña Mencía de Quiñones, que fue hija de don Alonso de Marañón, caballero del hábito de Santiago, que se ahogó en la Herradura…». Estos detalles del cuento de Sancho no eran necesarios para la enseñanza moral final que desprende. Cervantes lo alarga premeditadamente, «con apacibilidad de estilo y con ingeniosa invención, que tire lo más que fuere posible a la verdad», proporcionándole así la credibilidad que buscaba en la novela. Con los datos que se guardan en los archivos de Alcázar de San Juan, donde encontramos Álamos y Marañones, cabe aquí la pregunta: ¿Es un ingenioso artificio de Cervantes o verdaderamente todo el cuento fue real, siendo sus actores personas de carne y hueso de Alcázar de San Juan? Volvamos al inicio del cuento, donde quizás está el principio de la respuesta: «Convidó un hidalgo de mi pueblo, muy rico y principal, porque venía de los Álamos de Medina del Campo». De los hijos de Juan de Álamos el Bueno, de todos está documentada su descendencia en Medina del Campo excepto de Ruy Pérez de Silva o López de Álamos, del que los cronistas medinenses ni se ponen de acuerdo en sus apellidos y mucho menos sobre su vida. Mientras uno lo da por muerto en África, otro dice que «no sabemos si llegó á encomendar», sin más. Lo que es evidente es que no contrae matrimonio en Medina del Campo, ni deja allí descendencia alguna. Es, por tanto, posible que Ruy Pérez de Silva o López de Álamos, «de los Álamos de Medina del Campo» llegase por alguna circunstancia desconocida a Alcázar de San Juan. De ser así, su apellido ascendiente «de Álamos» está documentado en los archivos alcazareños. Sigamos con el cuento: «que casó con doña Mencía de Quiñones, que fue hija de don Alonso de Marañón». También es evidente la existencia de la familia Marañón dentro de los hidalgos alcazareños desde el siglo XVI al siglo XVIII. La familia Marañón tenía sus casas en la potestad de la parroquia de Santa Quiteria, por lo que al haberse quemado sus archivos parroquiales durante la Guerra Civil no es posible verificar hoy nada sobre bautizos o matrimonios desde la segunda mitad del siglo XVI en esta parroquia. De haberse producido esta unión real entre las familias Álamos y Marañón, descendientes de ella podrían tener los apellidos Álamos Marañón, López Marañón, Pérez Marañón o incluso Silva Marañón, en este orden entre ellos o al revés. En 1606, en las actas del ayuntamiento de Alcázar de San Juan, está documentado el hidalgo Francisco Pérez Marañón como alcalde ordinario por el estado noble. Hijo de este fue Alonso Pérez Marañón, en el que encontramos tanto el nombre como el apellido de «don Alonso de Marañón, caballero del hábito de Santiago, que se ahogó en la Herradura». La tragedia en La Herradura es un hecho histórico en el que perdieron la vida ahogados muchas personas. ¿Estaba entre ellas don Alonso de Marañón, un vecino de Alcázar de San Juan? A día de hoy no hemos podido encontrar ninguna evidencia de ello. Las arquillas y baúles con documentos que arrojó el mar a la playa de La Herradura después del naufragio se quemaron en incendios de los archivos en los que se depositaron. Si don Alonso de Marañón embarcó en Valencia, Cartagena o Málaga para cumplir los seis meses de servicio obligatorio en galeras, para los caballeros de la Orden de Santiago, posiblemente nunca aparezca documento alguno. Si lo hizo en Italia, antes de partir la escuadra hacia España, quizás se encuentre en la relación nominal de los militares embarcados en los Archivos Estatales de Nápoles, aunque estos durante la Segunda Guerra Mundial también resultaron seriamente dañados. Otro apellido en el cuento es el de Quiñones: «…que casó con doña Mencía de Quiñones, que fue hija de don Alonso de Marañón» ¿Tomó la hija de don Alonso de Marañón este apellido por parte de la madre o de algún antepasado paterno o materno? De la misma época de la escritura del Quijote encontramos a María de Quiñones. La anotación de su desposorio dice: En cuatro días del mes de marzo de mil y seiscientos y doce años yo Pedro Delgado despose y bele a Ignacio de Azbicola natural de Leoncillo de las montañas de Leon y a Maria de Quiñones hija de Alonso Sanchez Cotan fue padrino Juan Delgado y su mujer. Firma Pedro Delgado A destacar en esta anotación es que María de Quiñones era hija de un Sánchez Cotán, familia significativa de Alcázar de San Juan. Y también la expresión del escribano «de las montañas de León», empleada por Cervantes para definir el origen del capitán Cautivo: «En un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje…» (Q1, 39) Muy pocas referencias hay de este apellido en los archivos parroquiales de Santa María. Sin embargo, también es un apellido muy conocido a principios del siglo XVII en Alcázar de San Juan. Ángel Ligero Móstoles, dentro de sus valiosísimas investigaciones sobre Cervantes y el Quijote, averiguó que los alcazareños Antonio y Cristóbal de Quiñones estuvieron al cargo y como capellanes, nombrados por su fundadora doña Francisca Romero Gaytán, en la construcción del convento de las Monjas Trinitarias Descalzas de Madrid, entre 1612 y 1613. En un artículo publicado en abril de 2016, Francisco J. Atienza Santiago y José F. Sánchez Ruiz resumían los documentos recopilados por Ligero, entre ellos los depositados en el Archivo de Protocolos Notariales de Madrid en el que hay «una carta de poder de fecha 3 de octubre de 1612 donde Francisca autoriza al licenciado alcazareño don Antonio de Quiñones para tomar a censo, de 20000 el millar, 7000 ducados de principal, sobre sus juros y tierras». En la primera escritura de fundación del convento, de octubre de 1612, doña Francisca Romero dice que «… desde ahora nombro por uno de los dichos capellanes al licenciado Antonio de Quiñones, clérigo, por todos los días de su vida…» Un mes después en una carta de poder dirigida a Alonso Torres para que gestionara en Roma las autorizaciones necesarias para la construcción del convento, son «Testigos que fueron presentes los susodichos el licenciado Antonio de Quiñones de Alcázar y Cristóbal de Quiñones de Alcázar y Pedro Guertas, vecinos y residentes de esta dicha villa…» Al poco de haberse terminado el convento, Cervantes era enterrado en él sin saberlo la fundadora, que prohibía en los estatutos de fundación del convento enterramientos que no fuesen de su familia, monjas y capellanes del convento. Atienza y Sánchez terminan su artículo con esta «enorme pregunta»: «¿Por qué se entierra a Cervantes en el convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid? Si la familia Cervantes no está entre las familias con derecho a ser enterradas, según el documento fundacional» Contesto con esta otra pregunta: ¿Fueron estos Quiñones, alcazareños, quienes autorizaron su inhumación entre sus muros a espaldas de su fundadora? Es difícil saber hoy si a Miguel de Cervantes Saavedra le unía algún lazo con la familia alcazareña de los Álamos, Marañón y Quiñones en la segunda mitad del siglo XVI y principios del XVII. Que conoce la pérdida del caballero don Alonso de Marañón en La Herradura y que una hija suya se casa con un Álamo de Medina del Campo, no cabe duda. Probablemente nunca conoceremos la razón de nombrar en el Quijote estos nombres y hechos reales en el cuento de Sancho, pero … «por el hilo se sacará el ovillo». Si algún vecino de Alcázar de San Juan de principios del siglo XVII tuvo entre sus manos un Quijote y leyó este cuento no tendría dudas del nombre del lugar de don Quijote, que Cervantes no quiso acordarse. Nota final para los curiosos: En la consulta de los Archivos Parroquiales de Santa María y del Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan, de mitad del siglo XVI hasta mitad del siglo XVII, son innumerables las anotaciones correspondientes a los apellidos Cervantes y Saavedra, que darían para un extensísimo artículo. Apellidos que han llegado hasta nuestros días. Bibliografía y archivos consultados: -Ayllón de la Vega, Julián. Noticias varias que se han recogido tocantes a la Historia de Medina del Campo, 1785, Biblioteca Digital Hispánica, BNE. -Rodríguez y Fernández, Ildefonso. Historia de la muy noble y leal y coronada Villa de Medina del Campo, Madrid 1903-1904, Biblioteca Digital de Castilla y León. -Calero Palacios, María del Carmen. Naufragio de la Armada Española en La Herradura. Diputación de Granada. Granada 1974. Libro de acuerdos y actas 1599-1609, Memoriales de eclesiásticos 1753, Bienes de legos o seglares 1753, Personal de legos y seglares 1753. Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan. Libro Primero de Bautismos 1556-1635, Libro Primero de Desposorios y Velaciones 1568-1635, Archivo Parroquial de Santa María de Alcázar de San Juan. https://alcazarlugardedonquijote.wordpress.com/2022/03/07/el-sastre-del-cantillo-en-el-principio-del-quijote/ https://alcazarlugardedonquijote.wordpress.com/2022/03/07/el-sastre-del-cantillo-en-el-principio-del-quijote/ Luis Miguel Román Alhambra Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote Leer más
El sastre del cantillo, en el principio del Quijote Fecha de Publicación: 07/03/2022 Cervantes en el Quijote incorpora multitud de refranes, proverbios y sentencias de uso cotidiano de su época. Muchos han llegado hasta nuestros días como: El sastre del cantillo, que cosía de balde y ponía el hilo. El significado de este refrán lo encontramos en el refranero del Centro Virtual Cervantes: «Alude a quien presta servicio sin obtener beneficios e incluso con alguna pérdida…». En tiempo de la escritura del Quijote, Sebastián de Cobarruvias en su Tesoro de la Lengua Castellana (1611) indica en la palabra sastre que es «el oficial de cortar ropas y vestidos», y apunta entre los proverbios de uso con esta palabra: «El sastre del campillo, o del cantillo, que ponía de su casa el hilo». Mientras se quemaba las cejas a la luz de una vela escribiendo el Quijote, a Cervantes este refrán le rondó la cabeza. Quizás, por este viejo proverbio del sastre del cantillo se alumbró esta fábula inmortal tal y como la conocemos, «…y si no, al freír de los huevos lo verás», como diría Sancho Panza llegando a este punto. A principios del siglo XVII Lope de Vega vende todo el teatro que sale de su pluma, dejando poco negocio, y menos dinero, para los demás colegas de profesión. Sin nombrarlo, Cervantes asume la excelente pluma y el éxito de Lope, aunque cree que algunas de sus comedias podrían haber sido aún mejores si no hubiese sido por las exigencias de los representantes de los teatros adonde se representaban, con la tinta todavía fresca: Y que esto sea verdad, véese por muchas e infinitas comedias que ha compuesto un felicísimo ingenio destos reinos con tanta gala, con tanto donaire, con tan elegante verso, con tan buenas razones, con tan graves sentencias, y, finalmente, tan llenas de elocución y alteza de estilo, que tiene lleno el mundo de su fama; y por querer acomodarse al gusto de los representantes no han llegado todas, como han llegado algunas, al punto de la perfección que requieren. (Q1, 48) Los demás autores del momento tenían que acomodar su estilo a lo que los representantes les pedían, y así, al menos, poder comer caliente unos días. Cervantes, buen conocedor de lo que está pasando, les disculpa: Y no tienen la culpa desto los poetas que las componen, porque algunos hay dellos que conocen muy bien en lo que yerran y saben estremadamente lo que deben hacer; pero como las comedias se han hecho mercadería vendible, dicen, y dicen verdad, que los representantes no se las comprarían si no fuesen de aquel jaez, y así, el poeta procura acomodarse con lo que el representante que le ha de pagar su obra le pide. (Q1, 48) Cervantes y su familia tenían que comer, vestir y pagar la renta de su casa, y con los ingresos por el teatro que representaba no llegaba para estas necesidades. Tenía que abandonar su apreciado teatro y escribir una novela del gusto de la mayoría que le granjease dinero y fama. El Quijote subsanó, en parte, sus penurias, aunque si bien no le dio mucho dinero sí le dio la honra y la fama que buscaba. Pero hasta escribir el «Vale» final tuvo que crear una nueva forma de narrar historias, inédita hasta el momento, que ha llegado hasta los autores actuales. Era consciente que escribiendo una simple y manida novela de caballerías no seduciría a los lectores, por lo que ingenia unos discretos artificios, o recursos literarios cómo ahora se denominan, para obtener que su nueva obra se leyese por todo el mundo. No tuvo que serle nada fácil. Sus dudas iniciales las confiesa por boca del canónigo de Toledo. Su primera intención fue hacer el Quijote con la estructura de un libro de caballerías: … he tenido cierta tentación de hacer un libro de caballerías, guardando en él todos los puntos que he significado; y si he de confesar la verdad, tengo escritas más de cien hojas, y para hacer la experiencia de si correspondían a mi estimación las he comunicado con hombres apasionados desta leyenda, dotos y discretos, y con otros ignorantes, que sólo atienden al gusto de oír disparates, y de todos he hallado una agradable aprobación; pero, con todo esto, no he proseguido adelante, así por parecerme que hago cosa ajena de mi profesión como por ver que es más el número de los simples que de los prudentes, y que, puesto que es mejor ser loado de los pocos sabios que burlado de los muchos necios, no quiero sujetarme al confuso juicio del desvanecido vulgo, a quien por la mayor parte toca leer semejantes libros. (Q1, 48) No le convence simplemente «hacer un libro de caballerías», sabiendo que aunque bueno solo lo vendería para el «desvanecido vulgo» y poco más. Es ya una persona mayor y en su cabeza tiene mil historias y cuentos, vivencias personales y fábulas oídas junto al fuego de las muchas ventas en las que tuvo que pasar las noches de camino. No quiere escribir «cuentos disparatados que atienden solamente a deleitar…», donde «un mozo de diez y seis años da una cuchillada a un gigante como una torre y le divide en dos mitades, como si fuera de alfeñique…» o el espacio-tiempo es imposible donde «una gran torre llena de caballeros va por la mar adelante, como nave con próspero viento, y hoy anochece en Lombardía y mañana amanezca en tierras del preste Juan de las Indias, o en otras que ni las descubrió Tolomeo ni las vio Marco Polo…». Abandona lo que tiene escrito, o quizás lo recicle después como hizo con otras novelitas o cuentos que ya tenía escritos, y decide hacer sin probaturas, no tiene tiempo para eso, un libro: … hecho con apacibilidad de estilo y con ingeniosa invención, que tire lo más que fuere posible a la verdad, sin duda compondrá una tela de varios y hermosos lizos tejida, que, después de acabada, tal perfeción y hermosura muestre, que consiga el fin mejor que se pretende en los escritos, que es enseñar y deleitar juntamente, como ya tengo dicho. (Q1, 47) Sabe el gusto de los muchos lectores de novelas de caballerías, que como las comedias que se representaban «todas o las más son conocidos disparates y cosas que no llevan pies ni cabeza», pero también reconoce «que las que llevan traza y siguen la fábula como el arte pide no sirven sino para cuatro discretos que las entienden». Por lo que su invento literario tiene que satisfacer a todos, a «discretos e ignorantes», para evitar, según define él, que «al cabo de haberme quemado las cejas por guardar los preceptos referidos, que vendré a ser el sastre del cantillo». Tenía que ingeniar de cabo a rabo, para no ser aquel sastre del cantillo que ponía de su casa el hilo, una novela que fuese leída con agrado por mucha gente de toda condición, tanto por los discretos como por el vulgo, porque solo con la fama no se comía. Cervantes cose sus cuentos, invención suya o reciclando los escuchados, con personajes reales, cotidianos, hilvanándolos todos y cada uno con el sutil hilo del espacio conocido y el tiempo real. Cambia las formas de los antiguos libros de caballerías en las que el lector tenía que trasladarse mentalmente al tiempo del protagonista, a los lejanos siglos XII-XIV, creando un novedoso libro de caballerías en el que es el antiguo caballero andante el que se traslada a principios del siglo XVII. Elige para su protagonista la figura de Alonso, un hidalgo manchego normal de su tiempo, el Renacimiento, que se comportará como un antiguo caballero andante del Medievo durante las aventuras en la figura de don Quijote, llevándolo por caminos y parajes reales, haciendo así el Quijote verosímil y creíble para sus lectores. De no haberlo hecho así, su libro de caballerías no habría trascendido hasta nuestros días como el Quijote. En sus mismas palabras quiso escribir un libro «… hecho con apacibilidad de estilo y con ingeniosa invención, que tire lo más posible a la verdad», ¡y todavía hay quienes afirman, contradiciendo al mismísimo autor, que todo en el Quijote es ficción! Este artículo lo escribo en Alcázar de San Juan, «cerca de El Toboso», entre Tembleque, Quintanar, Argamasilla de Alba y Puerto Lápice, a una legua de los molinos de viento de Campo de Criptana, y no muy lejos de las Lagunas de Ruidera y la Cueva de Montesinos, lugares y parajes reales de la Mancha de don Quijote. Doy fe de ello. Luis Miguel Román Alhambra Leer más
Sancho Panza protagonista del concurso de relatos de la Sociedad Cervantina Alcazareña Fecha de Publicación: 02/03/2022 La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan de manera conjunta con el Patronato Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Alcázar han organizado el Primer Concurso de Relatos Breves “El Legado de Sancho Panza” para homenajear la sapiencia y la retranca de uno de los personajes más famosos de la literatura universal Alcázar de San Juan, 2 de marzo de 2022.- Enmarcado en la amplia y diversa programación de la Feria de los Sabores preparada para este año, tendrá lugar la IV Mesa Redonda Cervantina que llevará por título “La gastronomía del Quijote en el siglo XXI” que estará organizada y coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Este acto cultural se cerrará con el fallo del jurado del Primer Concurso de Relatos Breves “El legado de Sancho Panza” que es de carácter internacional y que queda convocado en este momento. Este concurso -organizado por la SCA de forma conjunta con el Patronato Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan- ya ha abierto su plazo de recepción de obras que finalizará el 30 de marzo a las 23:59 horas, debiendo enviarse los trabajos concursantes a la dirección de correo electrónico: info@cervantesalcazar.com Contará con tres premios en metálico de 300 euros para el primer clasificado, 200 euros para el segundo y 100 euros para el tercero. Los diez trabajos finalistas recibirán un diploma acreditativo. Desde Alcázar de San Juan animamos a los creadores de todo el mundo a que envíen sus creaciones cuyo tema del relato será libre, debiendo estar escrito en castellano. Se pide una narración, cuento, aventura, conversación, disertación, monólogo, enseñanza, análisis, reflexión o pensamiento -con Sancho Panza formando parte del relato-, que podrá tratar sobre el Quijote o también desarrollando un comentario sobre cualquier tema de actualidad o de cualquier otra época y lugar. Las bases completas se encuentran en la web de la Sociedad Cervantina: https://cervantesalcazar.com/files/bases_relato_sancho.pdf Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
DE CONTRADICCIÓN CERVANTINA A REALIDAD GEOGRÁFICA EN EL QUIJOTE Fecha de Publicación: 22/02/2022 Hace unos días Gerardo anotó en mi blog un comentario de buen lector del Quijote. Aunque este texto que añado aquí corresponde, en partes, a la guía de caminos en la que ando trabajando, creo conveniente adelantarlo como respuesta ampliada a la que le di a él en este blog: Hay cervantistas que han pasado, y siguen pasando, media vida buscando entre las líneas del Quijote errores, olvidos, descuidos y contradicciones, achacando al autor imprecisiones y poca o nula revisión del texto antes de entregarlo a la imprenta. Miles de folios escritos y sesudas conferencias, con títulos llamativos y subtítulos rimbombantes, engordan sus bolsillos a costa de hacer complicado la sencillez del texto cervantino, escrito a inicios del siglo XVII para lectores del siglo XVII. Los espacios geográficos de la Mancha, la comarca cervantina demarcada en la obra y los lugares que la forman, tienen diferencias, a veces muy significativas, con los conocidos por Cervantes. El plano, uno de los factores que conforman la morfología de un lugar o de un territorio, ha sufrido alteraciones significativas debido al cambio de los usos del suelo y la acción antrópica del hombre. Solo utilizando los mapas y planos que más se puedan acercar a la imagen del territorio de principios del siglo XVII, podremos entender el escenario real escogido para la ficción de la novela. Así de sencillo, como es el Quijote, hay que tratar de entender los escenarios por los que el autor guía a sus personajes. Una de estas «contradicciones cervantinas», una vez que el texto se contrasta con la geografía física de esta parte de la Mancha, se confirma como todo lo contrario. Esta tiene que ver con lo sucedido al inicio de las dos primeras salidas de don Quijote de su casa y la aventura de los molinos de viento. En la primera salida, don Quijote sale de su pueblo «una mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de Julio». Nos cuenta el autor que «casi todo aquel día caminó sin acontecerle cosa que de contar fuese» y que , «anduvo todo aquel día, y, al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre, y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba. Diose priesa a caminar, y llegó a ella a tiempo que anochecía». Nada le ocurre ni ve a nadie en todo aquel día. Hasta que llega a la venta adonde después de una noche de mal cenar, vela, golpes y males entendidos, es burlescamente armado caballero andante por el ventero. Vuelve a su casa por el mismo camino. Y después de la aventura de Andresillo se encuentra de frente con «un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia…» Una infortunada caída de Rocinante acaba con don Quijote por los suelos y apaleado por uno de los mozos de mulas. Es auxiliado por su vecino Pedro Alonso «que venía de llevar una carga de trigo al molino», que lo recoge en su borrico y lo lleva a casa. De esta primera salida podemos concluir que: -El camino de ida y de vuelta es el mismo. -Este camino es uno de los más importantes de España al ser utilizado por mercaderes de Toledo «que iban a comprar seda a Murcia»: el camino de Toledo a Murcia. En esta parte de la comarca cervantina del Quijote tenía dos variantes que eran utilizadas por los viajeros según su interés de paso. -Al encontrase don Quijote camino a casa de frente con los mercaderes que se dirigían a Murcia, el hidalgo manchego iba en dirección a Toledo, hacia el oeste. Sigamos ahora con la segunda salida, que se produce una vez repuestas las costillas de don Quijote de la paliza y convenido con Sancho Panza para que le sirviese de escudero: «Sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese… Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje». Al amanecer «descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo», y aquí comienza, quizás, la aventura más conocida del Quijote, aunque no se haya leído la novela. Si «acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje», por el camino de Toledo a Murcia dirección al este, ¿cómo es que saliendo por el mismo camino ahora sí ve esos «treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo»? La respuesta es sencilla teniendo en cuenta la geografía y recursos existentes y conocidos de esta parte de la Mancha en el siglo XVII. En el mapa anterior está dibujado el camino de Toledo a Murcia, en sus variantes por esta parte de la comarca cervantina del Quijote. Están remarcados Alcázar de San Juan, el lugar de don Quijote, Campo de Criptana con sus molinos de viento y la Venta de Manjavacas, en la que es armado caballero. El camino de Toledo a Murcia, una vez atravesado el núcleo urbano de Alcázar de San Juan, sigue por el camino de Alcázar de San Juan a Campo de Criptana y desde la villa molinera por el camino de Campo de Criptana a Mota del Cuervo, hasta un cruce de caminos donde las dos variantes de esta antigua vía de comunicaciones convergen para volver a separarse, un ramal hacia Mota del Cuervo y el otro hacia Las Mesas, pasando por la Venta de Manjavacas. Don Quijote no conocía los molinos de viento, se los tuvo que describir Sancho Panza, que al ser agricultor a jornal sí los conocía. Alcázar de San Juan no disponía de molinos de viento cuando Cervantes escribía el Quijote, como tampoco ninguno de los lugares bajo la jurisdicción de la Orden de San Juan. El motivo tiene que ver con el bolsillo del prior de la Orden de San Juan. Los molinos de los ríos de esta parte de la Mancha no funcionaban en la época de verano porque no llevaban agua, y si la sequía continuaba en otoño tampoco lo hacían durante el invierno. Para suplir esta carencia de recursos para la necesaria molienda del cereal recolectado, se empezó a construir molinos de viento a mitad del siglo XVI. La Orden de Santiago no puso impedimentos para su construcción, pero sí lo hizo en su territorio el prior de la Orden de San Juan, con el fin de que sus vecinos tuviesen que ir a moler a los molinos de agua situados en Ruidera, rentables y operativos todo el año, que al ser de su propiedad le reportaban pingües beneficios. Por tanto, los molinos de viento se concentraban exclusivamente en villas de la Orden de Santiago. En la villa santiaguista de Campo de Criptana se favoreció e impulsó la construcción de muchos molinos de viento. Así nos describen los vecinos de Campo de Criptana, en las contestaciones a las Relaciones Topográficas solicitadas por Felipe II en 1575, la existencia y uso de estos molinos de viento: «…Hay en esta sierra de Criptana, junto a la villa, muchos molinos de viento donde también muelen los vecinos de esta villa». Estos «muchos molinos de viento» si fueron cuantificados exactamente en el Catastro de Ensenada, mandado hacer en 1752: «Se hallan situados treinta y quatro molinos arineros andantes, y de viento, y uno de Agua», coincidiendo precisamente con el texto cervantino: «treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas» ¿Necesitaban los vecinos de Campo de Criptana tantos molinos de viento a principios del siglo XVII? Por la producción de cereal en Campo de Criptana no, con menos de diez habrían sido suficientes. Esta concentración de molinos de viento en sus cerros y sierra está justificada porque a estos molinos iban a moler todas las villas sanjuanistas vecinas, como: Alcázar de San Juan, Tembleque, Quero, Villafranca de los Caballeros y Herencia, evitando el largo camino hasta Ruidera. Al final del siglo XVII, el prior de la Orden de San Juan comenzó a dispensar autorizaciones para la construcción de molinos de viento en su territorio. Así, al menos, tendría ingresos por la licencia y por los impuestos de las moliendas en ellos. Desde este momento las villas sanjuanistas comenzaron su construcción en sus cerros de sus propios molinos de viento, y así, sus vecinos tampoco tenían que desplazarse a Campo de Criptana, El Toboso o Mota de Cuervo. Teniendo en cuenta esta circunstancia, y que desde finales del siglo XVII en Campo de Criptana no se habrían construido más molinos de viento, podemos considerar que los «treinta y quatro molinos arineros andantes, y de viento» existentes a mediados del siglo XVIII eran los mismos que conoció Cervantes a principios del siglo XVII. ¿Dónde estaban situados tantos molinos en el término de Campo de Criptana? En el mismo Catastro de Ensenada, se nombran cada uno de los molinos, su propietario, el paraje en el que está edificado, la distancia a la villa y las rentas que produce. Hay que tener en cuenta que más de la mitad de los molinos de viento de Campo de Criptana en 1752 eran propiedad de vecinos e instituciones religiosas de Alcázar de San Juan. Los nombres de los parajes y los molinos relacionados son: – Ribera de la Sierra, diez y seis molinos. – Ribera del Villargordo, un molino. – Senda a la fuente Amarguilla, un molino. – Camino de los molinos que va a Alcázar, dos molinos. – Alto del Palomar, un molino. – Tres molinos, tres molinos. – Pico de la Solana, dos molinos. – Siete molinos, seis molinos. El séptimo no fue informado por error o descuido. – Cerro del Cebadal, un molino. Todos los molinos de viento estaban al norte de Campo de Criptana, por lo que desde el camino de Toledo a Murcia no eran visibles. Hoy es posible divisarlos desde muchos kilómetros, pero hay que tener en cuenta que, a principios del siglo XVII, el monte de encinas era abundante en el término de Alcázar de San Juan, Campo de Criptana y Pedro Muñoz, impidiendo al viajero la visión del horizonte manchego. Don Quijote no pudo ver la silueta inconfundible de estos raros artilugios en su primera salida. Aunque el camino derecho y mejor que unía Alcázar de San Juan con Campo de Criptana era el tramo del camino de Toledo a Murcia, con la construcción de los molinos de viento se abrió un camino más al norte que llevaría directamente a los vecinos alcazareños a los parajes adonde estaban los molinos. A este camino se le llamó, y aún hoy así se conoce en el término de Alcázar de San Juan, como el Camino de los Siete Molinos, y los vecinos de Campo de Criptana lo llamaron el Camino de los molinos que va a Alcázar. Los vecinos de Alcázar de San Juan llevaban sus cargas de cereal para moler principalmente a Campo de Criptana, los primeros molinos situados en el paraje de los Siete Molinos estaban a poco más de media hora de camino, aunque también en verano, cuando se acumulaba la cosecha después de la siega podían llevarlas a los molinos de viento de El Toboso y Mota del Cuervo. El camino de los Siete Molinos se bifurcaba del Camino de Toledo a Murcia a la salida de Alcázar de San Juan, antes de cruzar el Arroyo de la Mina. Hoy no es posible apreciar esto al haber quedado tapado, tanto el camino como el arroyo, primero por el ferrocarril y después por el crecimiento del casco urbano de la ciudad. Para quienes conocemos Alcázar de San Juan sabemos que la iglesia convento de San Francisco se construyó en las afueras de la villa, «por mandato del Ilustrísimo Señor D. Diego de Toledo, Prior de Castilla, siendo Papa Clemente VII, y Carlos V Principe de las Españas. Año 1532, día 2 de marzo», terminándose en la segunda mitad del siglo XVI. El arroyo de la Mina lamía la parte posterior, el presbiterio, de los muros de la iglesia. Hoy, esta iglesia franciscana forma parte del centro urbano de la ciudad. Aún eran visibles estos caminos en 1886 cuando el Instituto Geográfico y Estadístico elaboró y publicó el primer Mapa Topográfico Nacional n.º 713, con los datos de las minutas que los topógrafos tomaron en Alcázar de San Juan. En el detalle anterior se puede apreciar el camino de salida de la villa hacia el este, el camino de Toledo a Murcia, y como casi en las afueras antes de cruzar el arroyo de la Mina salía de él el camino de los Siete Molinos. Cuándo se hizo este mapa había pasado casi tres siglos de la escritura de la novela. En este mismo punto existía un puente para cruzar este arroyo para seguir el camino a Murcia. Pocos años antes de la publicación de este mapa hay constancia del arreglo de este puente tan transitado en los acuerdos del Ayuntamiento: «… y la puente que hay en el camino llamado de Murcia sobre el arroyo de la Mina…» El arroyo fue canalizado a finales del siglo XX. En ambas salidas de su lugar, don Quijote tomó el mismo camino, el camino de Toledo a Murcia. En la segunda salida el caballero, al poco de salir del núcleo urbano Cervantes le hace seguir por el camino de los Siete Molinos y es contra estos primeros molinos de viento criptanenses contra los que entra en batalla, sin duda alguna, en la aventura más reconocida por cuántos hemos leído el Quijote y por los que no lo han leído, aún. La imagen de un caballero andante arremeter a un molino de viento es un icono de la novela, de la Mancha y de España. Cervantes no describe paisaje en su novela, sencillamente porque el paisaje como hoy lo conocemos no existía. Nos describe el territorio que conoce como un nuevo recurso literario que él inventa. Así, de esta manera tan ingeniosa, hace creíble para sus primeros lectores los escenarios de las aventuras. Tanto los «treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo», para don Quijote los «treinta o pocos más desaforados gigantes», existían en Campo de Criptana y eran conocidos por su gran número, algo inusual, como el camino a los Siete Molinos era conocido por Cervantes. Solo su ingenio es capaz de poner a don Quijote en esta parte de la Mancha y sus caminos. El catedrático emérito de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid, don Eduardo Martínez de Pisón, maestro de geógrafos españoles, en su conferencia “Mapas para caballeros andantes”, impartida en la Fundación Juan March el pasado 20 abril de 2021, sentenciaba que: «La ruta de don Quijote es una ruta bien real… no hay nada fingido en el escenario ni en los pobladores, la fantasía solo estaba en el ensueño de la literatura caballeresca». ¡Pues eso! Luis Miguel Román Alhambra Leer más
Josita Hernán, su Alcázar, su molino y su museo Fecha de Publicación: 29/01/2022 Josita Hernán Josefina Hernández Meléndez, más conocida por su nombre artístico Josita Hernán (Mahón, 25 de febrero de 1914 – Madrid, 6 de diciembre de 1999) gran actriz cinematográfica, diva del teatro, directora de su propia compañía teatral, profesora de Teatro Español en el Conservatorio Nacional Superior de Arte Dramático de París durante veintidós años, Agregada Cultural de la Embajada de España en Francia, pintora y escritora; pero sobre todo una gran amante de Alcázar de San Juan, de sus gentes, de sus paisajes, de sus costumbres y de sus molinos El súbito enamoramiento, que ya nunca desaparecería, entre Josita y Alcázar surge a finales de la década de los años cincuenta cuando, en diciembre de 1958, llega a nuestra ciudad invitada por el Excmo. Ayuntamiento para dar una conferencia titulada “Nosotros, los cómicos”, dentro de las programadas en el III Ciclo de Conferencias organizado por el Aula de Cultura. Desconocemos los lugares que visitó, las personas queconoció y el tono de las conversaciones que mantuvo durante su estancia en Alcázar, pero lo cierto es que de esta visita surgió en el seno del Ayuntamiento la idea de rehabilitar un viejo molino de viento para regalárselo; ofrecimiento que de inmediato le hizo su entonces alcalde Don José María Aparicio Arce. De vuelta a Madrid, Josita Hernán publicó en el diario Pueblo el artículo titulado “este molino mío…” del que se desprende, sin ningún género de dudas, su aceptación y la inmensa alegría que el ofrecimiento le causó. Entre otras cosas dice: “Dentro hay un gran cuarto circular y una escalerilla de madera que me lleva al piso superior. Torreta de faro sobre el mar de La Mancha, abre sus ventanillas alrededor del muro para dominar a un tiempo todos los meridianos. El cielo es, al Sur, como porcelana frágil de color turquesa; al Este se amorata, y en Poniente hay un batallar de fraguas al rojo vivo. – ¡Viejo molino, que parece estar enraizado en el paisaje desde el principio de los días! ¡Viejo molino, que acaban de ofrecerme (¡oh, generosa esplendidez manchega!) y yo contemplo conmovida, porque más que pertenecerme él a mí siento como si fuera yo quien le perteneciera… – Cobres, alacenas de celosía, lino almidonado (como la novia que prepara el hogar para sus bodas), tinajones de barro, serones (para sus bodas con esta tierra esplendorosa de Alcázar), pieles de carnero, vajilla talaverana”. Para cumplir con su gratificante compromiso el Ayuntamiento de Alcázar, a través del Centro de Estudios Alcazareños, decide rescatar de sus ruinas a un viejo molino de viento llamado “El Nuevo”, propiedad de Don Crisóstomo Tejera Cencerrado, quien accede a venderlo con el único objetivo de que sea rehabilitado y posteriormente regalarlo a Josita Hernán,en el convencimiento que ello repercutirá en beneficio de Alcázar. La adquisición se efectúa el 14 de julio de 1959 en la cantidad de dos mil quinientas pesetas, incluidos 1.600 m2 de parcela. Esta buena nueva se le comunica a Josita en una carta que le envían el 18 de julio desde el Ayuntamiento, anunciándole también que las obras de rehabilitación comenzarán en breve y adquiriendo el firme compromiso de inaugurarlo durante el verano siguiente. A este molino se le llamaba “El Nuevo” por ser el último que se construyó en Alcázar a comienzos del siglo XX; está ubicado en el cerro que hay detrás de la Huerta de la Fuente, paraje de las Fontanillas, también llamado Santanillas, junto a la carretera de Alcázar a Miguel Esteban y fue el último molino que funcionó en Alcázar, dejando de moler en 1939. Josita Hernán ante su molino El Doncel Una vez en su poder, el Centro de Estudios Alcazareños restaura el molino y lo entrega formalmente a Josita Hernán, con el nombre de “El Doncel”, en una cena-homenaje que tuvo lugar el 17 de julio de 1960. A continuación de la cena, tras una función del Cine Club Alces, intervinieron Josita Hernán y algunos de los alumnos que le habían acompañado desde París. Como curiosidad hay que resaltar que el tarjetón de la invitación al acto llevaba impresa, en su reverso, una reproducción de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes que se conserva en la parroquia de Santa María la Mayor, lo que fue muy celebrado por las personas que la acompañaron desde Francia y guardado como un gran recuerdo de su estancia en La Mancha. Invitación a la cena-homenaje Entre los distintos actos que se celebraron en esos días, destacar la interpretación que los alumnos del Conservatorio hicieron, a las puertas del molino, de la obra satírica “El Diablo cojuelo”, de Luis Vélez de Guevara. Y las dos que hicieron en el Teatro Crisfel: la comedia “Chinchín comediante” de Pío Baroja y la obra dramática “Los empeños de una casa” de la mejicana Sor Juana Inés de la Cruz. Alumnos del Conservatorio de París interpretando “El diablo cojuelo” ante el molino El Doncel. La noticia de la entrega del molino fue ampliamente recogida por los principales diarios nacionales de la época: Pueblo, Ya, El Alcázar, Arriba o Diario Lanza, así como en las emisoras de radio más importantes. Como ejemplo de todas ellas reproducimos un extracto de la crónica aparecida en el diario Pueblo: “En Alcázar de San Juan, en plena tierra manchega, acaba de inaugurarse un molino de viento. Los cronistas líricos tienen una noticia tentadora para echar a volar la fantasía… La Jefatura Local del Movimiento y el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan entregaron el domingo las llaves de un molino de viento a la escritora y actriz Josita Hernán… Josita Hernán llegó a Alcázar de San Juan con sus discípulos del Conservatorio de Arte Dramático de Paris… Nadine Verdier, la actriz principal de este elenco, que declama en español nuestra literatura del Siglo de Oro, se quedó perpleja cuando el alcalde de Alcázar de San Juan le entregó una tarjeta con la fotocopia de la partida de bautismo de Cervantes… Josita Hernán ya queda ligada de por vida a la Mancha y a esta villa histórica de Alcázar de San Juan. Desde París, donde enseña teatro español, esta silueta del molino de viento ilustrará los textos de Cervantes. Todos sus discípulos serán testigos de excepción y podrán dar fe de que… En un lugar de la Mancha…” Y esta otra crónica que publicó el diario provincial Lanza: “Como continuación de los actos que tuvieron lugar el domingo en Alcázar de San Juan, donde, como es sabido, se hizo entrega a Josita Hernán, de un Molino de Viento, construido a expensas del Aula de Cultura y Obra Social de la Falange, para regalar a la ilustre actriz española, en pago a su acendrado amor a nuestra región manchega. Las alumnas del Conservatorio Nacional de Arte Dramático que Josita Hernán dirige en París representaron en el Teatro Crisfel de Alcázar algunas obras breves de Valle Inclán, Pio Baroja y Sor Juana Inés de la Cruz…” Durante ese mismo verano, el de 1960, Josita, excelente escritora, quiso rendir su particular homenaje a La Mancha escribiendo un artículo titulado “Una noche en Alcázar de San Juan. Homenaje a La Mancha”. En el que leemos: “La molinera abre el ventanuco de su molino, y su cabecita mancha el rectángulo luminoso como una promesa de pecado. Verdad sin límite de esta bendita tierra por la que todos los españoles deberían hacer un peregrinaje de señorío y de espíritu. Se iluminan los molinos -enharinados de luz- y un gallo despertador pone en movimiento las nubes hacendosas. En las aspas cansadas se despereza el día”. Tico Medina, en otro artículo aparecido en el GUÍA de 1962, titulado “Alcázar de San Juan en mi recuerdo”, dedica estas palabras a su gran amiga Josita: “Aquí está el molino de viento de Josita Hernán, nuestra entrañable Josita; el molino llamado el Doncel que domina el soberbio paisaje de los hombres y las tierras. Josita ha escrito, asomándose a la vieja ventana en la que en su tiempo soñaría la hija del molinero esperando al hombre de su vida: Esqueleto de vida, eje del mundo, alma de espada. Solo se advierte lo esencial de las cosas. La Mancha rehúsa todas las gasas, todas las plumas, todas las flores con que se adornan los espíritus débiles. Su belleza está despojada de todo lo inútil y lo falso y lo tierno”. La firma de la cesión oficial de “El Doncel” se efectúa durante un segundo acto, celebrado el 15 de agosto de 1962, en el que Josita se impone la obligación de cumplir con la finalidad para la que fue realizada la reconstrucción del molino y no dedicarlo a otros usos distintos. A continuación, Josita Hernán, ya dueña de la parcela y del molino, los dona en nuda propiedad al Centro de Estudios Alcazareños, con lo que quiere patentizar su simpatía y afecto al pueblo de Alcázar de San Juan, reservándose el usufructo del mismo para sí y sus ascendientes y descendientes hasta el cuarto grado. El director del Centro de Estudios Alcazareños acepta y agradece la donación que el pueblo de Alcázar de San Juan recibe. Desde el primer momento, Josita pasa en su molino todo el tiempo que le dejan libre sus múltiples ocupaciones, estando acompañada en infinidad de ocasiones por importantes personalidades de la sociedad y de la política española y francesa, que comparten con ella la ilusión y la delicia de vivir a la sombra de un molino de viento. Pero Josita Hernán, ya alcazareña de adopción, ya lo era de corazón, tampoco descuida otras facetas de colaboración con Alcázar y así, en 1965, dentro del IX ciclo de conferencias de la Casa de Cultura, vuelve a dar otra conferencia titulada “Exaltación navideña”. O en su aportación alhomenaje que se le rinde al Dr. Mazuecos en 1968 (Fascículo XX de Hombres, lugares y cosas de La Mancha) en el que escribe: “Para los que hemos plantado nuestra partida de nacimiento de un modo simbólico, como una bandera, en el corazón de La Mancha, a la augusta sombra de Cervantes, la labor de Mazuecos tiene una valía mayor aún porque nos ofrece en la palma de la mano el conocimiento de la pequeña historia de nuestra tierra… Yo, por Mazuecos, me siento más hondamente alcazareña”. Y en esa misma línea de total colaboración también está lo que leemos en una carta que envía al Centro de Estudios Alcazareños, el 27 de enero de 1967, solicitando dos ejemplares de la revista Noria: “En ausencia del director del Liceo (se refiere al Liceo Español de París) he explicado yo sus cursos de literatura y –naturalmente– al hablar de Cervantes hablé de Alcázar, expliqué las razones cronológicas que reafirman nuestro punto de vista, pero no queriendo desprenderme de mi ejemplar de Noria y creyendo interesantísimo que los jóvenes futuros bachilleres se enteren bien, le agradecería muchísimo que enviase dos números a nombre del director.” Naturalmente… nuestro punto de vista. Nada que agregar. Qué gran embajadora tenía Alcázar en Josita Hernán. Durante todos los veranos, los alumnos del Conservatorio de Arte Dramático de París acompañaban a Josita Hernán a Alcázar y bajo su dirección interpretaban diversas obras teatrales, preferentemente relacionadas con el Teatro Clásico Español, siendo uno de sus escenarios preferidos el Museo Arqueológico Fray Juan Cobo, edificio que hoy es conocido como Capilla del Palacio, en donde, una vez rehabilitado, se instalaron los mosaicos romanos encontrados cerca de allí en 1953, y entre los que dieron algunas representaciones encantados de actuar y fotografiarse junto a esos extraordinarios vestigios de la historia de Alcázar. Una representación de los alumnos del Conservatorio de Arte Dramático de París No hemos podido documentar los títulos de las obras que representaron entre los años 1962 y 1969; sí sabemos que en el verano de 1962 interpretaron cuatro obras y en 1970 representaron, entre otras, la tragicomedia “Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín” de Federico García Lorca. En la temporada del año 1971 representaron “Estampa sacramental del siglo XV” de Gómez Manrique, “Tabernero, cruz y raya” de María Antonia de Aunós y “El mundo de Damasco” de Dámaso Alonso. En la temporada 1972 “La voz humana” del francés Jean Cocteau, “Las aceitunas” de Lope de Rueda, “Engañado y contento” de Lope de Rueda y “Me llamo barro” de Miguel Hernández. Y en la temporada 1973 “Los habladores” entremés de Miguel de Cervantes, “Tragedia de ensueño” de Valle Inclán y “Poesía escenificada” de Vázquez de Zafra. Desconocemos las obras representadas durante los veranos siguientes, aunque si podemos afirmar que hubo representaciones en 1974 y 1975. Quizás las del verano de 1976, si las hubo, fueron las últimas, porque con fecha 19 de noviembre de 1976 José Luis Samper recibe una carta de Josita Hernán en la que le dice: “Ya sabías que no estoy en París pues mi salud es menos que regular y los médicos me prohíben viajes y trabajo ¡un asco! Por ello no vamos por mi Alcázar, (con mucha pena) (El otro día vimos “El Doncel” en la T.V. y a mí se me llenaron los ojos de lágrimas) El Doncel que está por dentro destrozado (¿Quién el mala idea?) ¡qué pena! Confío en restablecerme y me ilusiono con la idea de volverlo a arreglar y amueblarlo todo de nuevo ¡amén! Echo mucho de menos a todos los amigos de ahí, al paisaje…” Extraordinario, subraya “mi”. ¡Que amor hacia Alcázar, que ilusión por empezar de nuevo, por reconstruir lo destrozado! No sabemos si eso fue posible, personalmente no hemos vuelto a saber de ella; creemos que, a pesar de la gran pena que le embargaba, todo se quedó en la mera intención de volver a disfrutar de su molino como había hecho durante dieciocho años sin perderse ni uno solo. Quizás esta carta, sin ella saberlo en ese momento, era su despedida de Alcázar. Pero Josita Hernán amaba tanto a Alcázar de San Juan y se sentía tan alcazareña que su gratitud no podía quedarse en la sola cesión del molino, por lo que en sus viajes anuales desde París siempre venía cargada con cuadros pictóricos que donaba generosamente a la localidad. El número de cuadros donados fue aumentando con el paso de los años y acabó siendo una cantidad importante, por lo que de común acuerdo ambas partes, Josita y Ayuntamiento, decidieron exponerlos en un recinto permanente, que también llamarían “El Doncel”, desde entonces la Galería de Arte-Museo “El Doncel”. En 1966, finalizada la restauración del Torreón de Don Juan de Austria, se instaló en su primera planta el “Museo Municipal de Heráldica” con reproducciones de los apellidos históricos más importantes de Alcázar. En 1968, en su segunda planta, se instala la Galería de Arte-Museo “El Doncel”, en donde definitivamente quedó expuesto todo el fondo pictórico que hasta ese momento había donado al municipio Josita Hernán. Galería de Arte – Museo El Doncel. 2ª planta del Torreón Don Juan de Austria. 1973 Hay constancia de que, en los años 1969, 1970 y 1971 se amplió el museo y se catalogaron las nuevas obras donadas. En el Guía de 1972 del Centro de Estudios Alcazareños, en su sección Vida Cultural, aparecen catalogadas todas las obras de arte expuestas en el Museo. En 1973 se ornamentó la sala expositiva y se catalogaron obras de P. Amat, Antonio Hernán y Gaeteau Dumas. En 1975 se catalogan nuevas obras de pictóricas, en este caso de artistas franceses. Después de este año no hemos encontrado nuevas aportaciones, pero ya entonces la obra expuesta había alcanzado una importancia relevante, tanto en cantidad como en calidad. En la entrevista que para el diario Lanza le hace Pascual Antonio Beño, publicada el 24 de octubre de 1973, leemos: ”Uno de los monumentos más representativos de Alcázar de San Juan es el Torreón de Santa María. Su imponente mole se yergue dominadora sobre los edificios que la circundan… Y allí, en esa imponente fortaleza se encuentra, hoy por hoy, el único museo de nuestra provincia, legado de Josita Hernán. Conozco pocos casos de amor a la Mancha como éste. Josita Hernán vive una profunda pasión amorosa con la tierra de D. Quijote, y esa pasión se ha convertido en entrega: no solo acude fiel a la cita todos los años con Alcázar de San Juan, sino que ha querido quedar para siempre de alguna manera en el pueblo, creando un importante museo de pintura. – ¿Qué guarda el museo del Torreón? – Todos los cuadros que he podido reunir a lo largo y a lo ancho de mi vida. En él están representados todos los estilos y todas las naciones: no hay discriminación. De todas formas, se trata de un museo en gestación. Todavía faltan muchas obras por adquirir. Josita Hernán ama la pintura y es una consumada pintora. Sus vacaciones en Alcázar es una tregua bien aprovechada para practicar esa secreta ambición… sus cuadros, bien cotizados, han sido expuestos en Francia y en España. – Los buenos pintores son los que tengo aquí reunidos en el segundo piso del Torreón. Yo solo soy una aficionada. Visitamos el interior del Torreón. Es impresionante. En la segunda planta está el museo. Subimos por una escalera de piedra adosada al muro de una gran belleza. Y al fin desembocamos en una amplia y bien iluminada estancia, digno joyero de las obras de arte que cuelgan en sus paredes. Me llama sobremanera la atención un fino dibujo de Picasso, tentación de ladrones. El dibujo tiene una historia: el donador tuvo que esperar varios días en la puerta de la casa de Picasso para conseguirlo. Hay un magnífico cuadro de Miloud Boukerche, primera medalla de oro de la Exposición de París; un Tella, también medalla de oro, un Massol… – Este que ves aquí es un Gutiérrez Navas; aquel un Leo Schmidt; más allá un Barba de Ugarte. Hay pintores de todas las nacionalidades, pero principalmente franceses y españoles. – Y la Mancha ¿no está representada en sus pintores? – Aquí tienes un Samper… mira, un lienzo de José Herreros. El último lienzo que acabo de adquirir es obra de una estupenda pintora de Argamasilla de Alba: Pilar Amat… -Sin embargo, no vayas a creer que estoy completamente satisfecha del museo: está en sus inicios, aún quedan muchos cuadros por adquirir. Pero ha terminado el largo y cálido verano. Josita regresará a París cuando el olor a mosto y a vendimia se esparza por las calles de Alcázar… El año próximo volveremos a encontrarnos cuando el Conservatorio de París se traslade a la Mancha para representar por sus pueblos las mejores muestras de nuestro teatro… Durante un año trabajará en la capital de Francia y luego, a su regreso, traerá nuevos cuadros para su museo y nuevos estudiantes franceses para que celebren en la Mancha su confirmación artística. En Josita Hernán no hay melancolía por el pasado; solo inquietud por el porvenir… Su gran pasión, su amor más profundo, es la creación sin límites y las tierras y paisajes de nuestra Mancha. No hay doble vida, no hay decadencia, ni añoranza del pasado, no hay endiosamiento ni mistificación. Es algo natural y sencillo como una espiga, una cardencha o un cántaro de agua; una manchega universal, una gran dama española que españolea divinamente en París”. López Mozos, hace entrega a Josita Hernán de una nueva pintura para el museo En 1978, la XLVII Publicación el Centro de Estudios Alcazareños, estuvo dedicada exclusivamente, a modo de catálogo, a reseñar y reproducir las obras expuestas en la Galería de Arte – Museo “El Doncel”. En su presentación se dice: “Josita Hernán ha querido perpetuar el paso por su Molino de Viento El Doncel, de los artistas que han honrado con su visita a Alcázar de San Juan, ciudad a la que ella tanta ama. Y ningún emplazamiento podía concitar en su torno más motivaciones que el Torreón del Gran Prior, histórico faro alcazareño por excelencia. Con la publicación del presente Catálogo, permanentemente abierto a nuevas incorporaciones pictóricas, Alcázar de San Juan, quiere agradecer muy sincera y públicamente a Josita Hernán su bello gesto de donar el legado Pictórico que lleva su nombre, así como a los artistas que cedieron su obra, el reconocimiento más entrañable por su excelente colaboración en el quehacer cultural del Corazón de La Mancha”. Sigue la publicación enumerando, hoja por hoja, el título y el autor de los 31 cuadros que componían en esa fecha el fondo del museo. Según vemos se exponían 21 oleos, 2 acuarelas, 2 dibujos, 2 pastel, 1 collage en metal, 1 collage, 1 grabado y 1 sin especificar; en diferentes técnicas y estilos pictóricos. Tres años después, en 1982, José Luis Samper en un elogio a Josita titulado “A ti Josita Hernán, desde Alcázar”, publicado en el programa de Feria de ese año, habla del museo “El Doncel” y enumera a los autores de las obras expuestas, coincidiendo básicamente con los relacionados en el catálogo, por lo que deducimos que los cuadros aún estaban colgados de sus paredes. Con el cierre definitivo de la sala de exposiciones del Torreón de Don Juan de Austria la luz de ese “faro del arte en la Mancha”, como alguien acertadamente lo llamó, se apagó definitivamente, aunque quedó latente la esperanza de volver a ver su fulgor en un nuevo proyecto museístico ya que, en el programa de Feria del año 1979, el concejal del Patrimonio Municipal, en un artículo titulado “Al pueblo de Alcázar”, habla de la riqueza pictórica de la ciudad enumerando un total de 141 obras, 44 de ellas expuestas en la Galería de Arte-Museo “El Doncel”, y lanza el siguiente proyecto: “al serle devuelto al pueblo el edificio de Santa Clara se ha pensado que una vez restaurado, habilitar una de sus naves en museo de pintura y de una forma permanente”. En el programa de Feria de 1983, en su sección Área de Cultura, se plantea nuevamente la idea de crear un museo municipal de carácter polivalente que albergaría los fondos existentes en el Museo Arqueológico Fray Juan Cobo que “se ha quedado pequeño”, llegando a detallar que el desarrollo del nuevo museo se contempla en torno a tres secciones: la sección de arqueología, la sección de las bellas artes y la sección de base etnográfica. Cuando se refiere a la sección de las bellas artes dice: “La segunda sección dedicada a las bellas artes para poder ordenar y cuidar la fabulosa pinacoteca municipal”. Hasta el año 1987 hemos seguido encontrado referencias que contemplan la posibilidad de crear ese otro museo, después parece ser que el proyecto cae en el olvido. Desde estas líneas abogamos para que nuevamente se reagrupe toda la colección de Josita Hernán, incluyendo también, si es posible, al resto del fondo pictórico municipal, y se vuelva a exhibir de forma permanente para deleite cultural de los alcazareños y de sus visitantes, como foco de atracción turística para la ciudad y, sobre todo, para hacer justicia a esa gran mujer que tanto amó a esta ciudad. Admirada Josita, nuestra gran embajadora, Alcázar te lo debe, todos los alcazareños te lo debemos. Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Cartas desde el Corazón de la Mancha al corazón de los Reyes Magos Fecha de Publicación: 10/01/2022 Tanto desde Café Monago como desde la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan han quedado gratamente sorprendidos por el gran éxito de la primera convocatoria de cartas a los Reyes Magos, recibiendo 120 trabajos enviados desde 13 países Alcázar de San Juan, 10 de enero de 2022.- El domingo 9 de enero a las 19:30 tuvo lugar el fallo del jurado del concurso de cartas a los Reyes Magos que fue transmitido en directo mediante Facebook desde el Café Monago para todo el mundo. El concurso fue una idea original de José Antonio Castellanos Sánchez-Mateos, gerente del Café Monago y miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar que junto con la Junta Directiva de esta Asociación y el patrocinio del Centro de Conductores Rondilla han llevado a efecto con un gran éxito de participación esta primera convocatoria de cartas a los Reyes Magos. Tal como comentó Juan Bautista Mata Peñuela -presidente de los cervantistas alcazareños- en el acto de presentación de los ganadores, “nos hemos visto sorprendidos por la cantidad y calidad de los trabajos presentados”, así mismo reconoció “que el jurado se ha tenido que esforzar mucho para otorgar los premios porque la mayoría de los trabajos han sido imaginativos y extraordinarios, hasta el punto de que solo diez puntos han separado el primer clasificado del décimo”. Juan Bautista Mata ratificó que a veces se vota más por los gustos personales y por lo que el impacto que la carta deja en tus recuerdos y en tu mente, porque la calidad de escritura y el estilo literario de muchas de ellas rayaba a gran altura. Las cartas premiadas, han sido: Primer premio de 100 euros y diploma para “Mis queridos Reyes Magos” de Laura Roig (España). Esta carta fue leída en directo por la voz de la Sociedad Cervantina, nuestro socio y actor de doblaje, Manuel Castellanos. “Querido Melchor” de Ángeles Sánchez (España) ha obtenido el segundo premio de 50 euros y diploma. Finalmente, “SS.MM Gaspar y Baltasar” de María Alonso, también de España, se hizo con el tercer premio de 40 euros y diploma. El jurado también ha otorgado un diploma a todas las cartas clasificadas entre la 4ª y la 10ª posición. Café Monago y la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradecen de corazón el interés que ha despertado el certamen y la difusión que ha obtenido al otro lado del océano, que ha motivado a escritores y creadores (algunos con un magnífico currículum) de Argentina, Canadá, Colombia, Cuba, Chile, España, Guatemala. Italia, México, Perú, Suiza, Uruguay y Venezuela. Esta amplia participación obliga al inicio de los trabajos desde esta misma fecha, con el fin de mejorar la edición del próximo año, e impulsa a perfeccionar el concurso y a buscar nuevos patrocinadores que puedan consolidar el certamen convirtiéndolo en un clásico de la Navidad. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
La Navidad en el Quijote Fecha de Publicación: 23/12/2021 Que el Quijote es un libro de humanidades pocos lo dudan. También muchos conocen que en él se contienen principios básicos de ética y de comportamiento. No tantos comprenden que de la amplia experiencia de Miguel de Cervantes, cuya azarosa vida estuvo repleta de dificultades (entre las que hubo un periodo de varios años como soldado –siendo participe en Lepanto de la mayor batalla naval de la historia-, otros cinco años más como cautivo en Argel, más los años que desempeñó como comisario de abastos para la Armada y recaudador de alcabalas del rey), fueran las causantes de hacerle experimentar diferentes situaciones y recorrer infinidad de caminos, dormir en numerosas ventas y contactar con todo tipo de gente que por su curiosidad y siempre disposición a escuchar, llenaron su cabeza de historias y de experiencias vividas por otros que junto con las propias componen un acervo inabarcable. Por eso se dice que el Quijote es un compendio de vida, que en él están retratadas fielmente todas las personalidades y vicios humanos contra los que lucha sin descanso la virtud del caballero don Quijote. Además, son múltiples la disciplinas que la pluma de Cervantes explora: la música, la literatura, la astronomía, la navegación, la medicina, la botánica, la educación, el amor, la gastronomía y los vinos… y hay pocos temas que se escapen al juicio crítico de nuestro universal escritor. Casi todo está en el Quijote. Por eso me pregunté si también la Navidad estaría en el Quijote. Y esta pregunta tiene una respuesta afirmativa. Miguel de Cervantes, que presume de conocer muy bien los ritos de la iglesia católica, no sólo conoce esta importante celebración cristiana, sino que está presente en el Quijote tanto de forma directa como aludiendo a ella y a su misterio, aunque sea de forma indirecta. Hasta un total de nueve veces se menciona en el Quijote al misterio de la Navidad. Las más significativas están en la edición de 1605 (Primera Parte) y son en las que se plasma concreta y directamente esta celebración litúrgica. La primera de ellas donde se refiere al alumbramiento de la Virgen María como Nacimiento con mayúsculas, dándole el significado de un nacimiento especial, en el Cap. 12, De lo que contó un cabrero a los que estaban con don Quijote, dice: «Olvidábaseme de decir cómo Grisóstomo, el difunto, fue grande hombre de componer coplas; tanto, que él hacía los villancicos para la noche del Nacimiento del Señor y los autos para el día de Dios, que los representaban los mozos de nuestro pueblo, y todos decían que eran por el cabo». Y la segunda, en el Cap. 37, Donde se prosigue la historia de la famosa infanta Micomicona, con otras graciosas aventuras, en donde el texto cita lo siguiente: «Y así, las primeras buenas nuevas que tuvo el mundo y tuvieron los hombres fueron las que dieron los ángeles la noche que fue nuestro día, cuando cantaron en los aires: «Gloria sea en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad»; y a la salutación que el mejor maestro de la tierra y del cielo enseñó a sus allegados y favoridos fue decirles que, cuando entrasen en alguna casa, dijesen: «Paz sea en esta casa». En ambas ocasiones se refiere a la Nochebuena y a la Navidad, el día del nacimiento del Señor, fecha crucial de la celebración cristiana en la que Dios se hizo hombre viniendo al mundo en un humilde pesebre. Particularmente bien describe en la segunda el misterio del nacimiento del Niño Dios e incluso cita textos evangélicos casi al pie de la letra. Pero no acaba ahí Cervantes su compromiso con la fe cristiana y vuelve a referirse a la Navidad otras siete veces, aunque ya de modo indirecto y para mencionar la estrella de Belén que guio a los Reyes Magos que vinieron desde Oriente para adorar al Salvador recién nacido. No hay que avanzar mucho en la lectura de la Primera Parte del Quijote para que salga a nuestro encuentro la primera referencia, es en el Cap. 2, Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso don Quijote: «Autores hay que dicen que la primera aventura que le vino fue la del puerto Lápice, otros dicen que la de los molinos de viento; pero lo que yo he podido averiguar en este caso y lo que he hallado escrito en los anales de la Mancha es que él anduvo todo aquel día y, al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre; y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que no a los portales (clara alusión a la estrella de Belén que encaminó a los Magos de Oriente hacia el portal de Belén), sino a los alcázares de su redención le encaminaba. Dióse prisa a caminar y llegó a ella a tiempo que anochecía». Vuelve a referirse al fenómeno meteorológico más famoso de la historia en el Cap. 43, Donde se cuenta la agradable historia del mozo de mulas, con otros estraños acaecimientos en la venta sucedidos: —Marinero soy de amor, y en su piélago profundo navego sin esperanza de llegar a puerto alguno. Siguiendo voy a una estrella que desde lejos descubro, más bella y resplandeciente que cuantas vio Palinuro. «Yo no sé adónde me guía, y, así, navego confuso, el alma a mirarla atenta, cuidadosa y con descuido. Recatos impertinentes, honestidad contra el uso, son nubes que me la encubren cuando más verla procuro. ¡Oh clara y luciente estrella, en cuya lumbre me apuro! Al punto que te me encubras, era de mi muerte el punto». Ya en el mismo Prólogo al lector de la Segunda Parte (la edición de 1615, a la que nos referiremos a partir de ahora), vuelve a aludir a la estrella de Belén: «Las que el soldado muestra en el rostro y en los pechos, estrellas son que guían a los demás al cielo de la honra, y al de desear la justa alabanza, y hase de advertir que no se escribe con las canas, sino con el entendimiento, el cual suele mejorarse con los años». Está presente de nuevo la estrella de Belén en el Cap. 16, De lo que sucedió a don Quijote con un discreto caballero de la Mancha: «También digo que el natural poeta que se ayudare del arte será mucho mejor y se aventajará al poeta que sólo por saber el arte quisiere serlo; la razón es porque el arte no se aventaja a la naturaleza, sino perficiónala; así que, mezcladas la naturaleza y el arte, y el arte con la naturaleza, sacarán un perfetísimo poeta. Sea, pues, la conclusión de mi plática, señor hidalgo, que vuesa merced deje caminar a su hijo por donde su estrella le llama; que, siendo él tan buen estudiante como debe de ser, y, habiendo ya subido felicemente el primer escalón de las ciencias, que es el de las lenguas, con ellas por sí mesmo subirá a la cumbre de las letras humanas, las cuales tan bien parecen en un caballero de capa y espada, y así le adornan, honran y engrandecen como las mitras a los obispos, o como las garnachas a los peritos jurisconsultos». Y de nuevo vuelve a nombrarla de forma elíptica en el Cap. 32, De la respuesta que dio don Quijote a su reprehensor, con otros graves y graciosos sucesos: «Unos van por el ancho campo de la ambición soberbia, otros por el de la adulación servil y baja, otros por el de la hipocresía engañosa y algunos por el de la verdadera religión; pero yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda pero no la honra; yo he satisfecho agravios, enderezado tuertos, castigado insolencias, vencido gigantes y atropellado vestiglos; yo soy enamorado, no más de porque es forzoso que los caballeros andantes lo sean, y, siéndolo, no soy de los enamorados viciosos sino de los platónicos continentes. Mis intenciones siempre las enderezo a buenos fines, que son de hacer bien a todos y mal a ninguno; si el que esto entiende, si el que esto obra, si el que desto trata, merece ser llamado bobo, díganlo vuestras grandezas, duque y duquesa excelentes». Otra vez nombra la estrella como guía y luz a la que seguir, en el mismo Cap. 32, De la respuesta que dio don Quijote a su reprehensor, con otros graves y graciosos sucesos: —Bien parece, Sancho —respondió la duquesa—, que habéis aprendido a ser cortés en la escuela de la misma cortesía; bien parece, quiero decir, que os habéis criado a los pechos del señor don Quijote, que debe de ser la nata de los comedimientos y la flor de las ceremonias o cirimonias, como vos decís; bien haya tal señor y tal criado, el uno por norte de la andante caballería, y el otro por estrella de la escuderil fidelidad; levantaos, Sancho amigo, que yo satisfaré vuestras cortesías con hacer que el duque, mi señor, lo más presto que pudiere, os cumpla la merced prometida del gobierno. Y para finalizar, se refiere a la estrella de Belén y la pone como ejemplo perfecto de astro cuya función es guiar viajeros, en el Cap. 61, De lo que le sucedió a don Quijote en la entrada de Barcelona, con otras cosas que tienen más de lo verdadero que de lo discreto —Bien sea venido a nuestra ciudad el espejo, el farol, la estrella y el norte de toda la caballería andante, donde más largamente se contiene. Bien sea venido, digo, el valeroso don Quijote de la Mancha, no el falso, no el ficticio, no el apócrifo, que en falsas historias estos días nos han mostrado, sino el verdadero, el legal y el fiel que nos describió Cide Hamete Benengeli, flor de los historiadores. Por tanto, hasta en nueve ocasiones –como ya quedó dicho- Miguel de Cervantes habla de la Navidad y lo que rodea a su celebración en el Quijote. Me resulta verdaderamente curioso que no aparezcan en toda la novela las palabras Nochebuena, Navidad, Belén, ni cometa. Como curiosidad, sí aparecen las que ahora relaciono: ángel/les (19 veces), estrella/s (38), pastores (42), portal/les (5), villancico (1), nacimiento (12), autos (1), gloria (51) y adorar (4). Tampoco están las palabras: incienso, ni mirra; por el contrario, sí están oro (627 veces), Dios (621), reyes (47) magos (5) y oriente (4), aunque ninguna de ellas está referida a la festividad de la Navidad como tal. Constantino López Sánchez-Tinajero Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
¡Feliz Navidad! Fecha de Publicación: 23/12/2021 Un año más queremos felicitaros la Navidad desde el Corazón de la Mancha (Alcázar de San Juan) la tierra de don Quijote y Sancho Panza, al tiempo que os deseamos mucha salud, felicidad y éxito en vuestras vidas para el año nuevo 2022 que ya está próximo a comenzar. Juan Bautista Mata Peñuela. Presidente Leer más
Tras los pasos de Rocinante Fecha de Publicación: 22/11/2021 1ª Etapa Camino del Quijote El pasado 15 de noviembre la Asociación de Diabéticos de Alcázar de San Juan y Comarca (ADAC) presentaba una nueva actividad, que «mezcla la marcha con la cultura», con el título Camino del Quijote. Semanas antes su presidente Domingo Camacho se había puesto en contacto con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, de la que actualmente soy su vicepresidente, para que coordinase las etapas. Aprovechando la guía de caminos que estoy preparando propuse que esta primera etapa fuese entre Alcázar de San Juan y los molinos de viento de la Sierra de Campo de Criptana, siguiendo los pasos que Rocinante llevó en la segunda salida de don Quijote de su casa. La idea de esta actividad es que durante las etapas se pueda leer el texto de la novela que expresamente coincide con el tramo del camino, por lo que además del plano de la ruta llevaremos fragmentos del texto cervantino, coincidiendo así con el mismo espíritu de mi guía de caminos. Este pasado domingo día 19 de diciembre hemos puesto inicio a esta actividad. El recorrido fue de unos 9 km. El punto de salida ha sido el centro de la Plaza de España de Alcázar de San Juan, junto a las estatuas de don Quijote y Sancho Panza. Si bien el día estaba claro, un ligero viento del este nos dificultó nuestra marcha desde el mismo inicio. Este viento del este, conocido como Solano, es el predominante en esta parte de la Mancha y el más ansiado antiguamente por los molineros, tanto en verano como en invierno, por su regularidad. Aquí, antes de salir, recordamos que don Quijote había llegado a casa de la primera salida molido a palos, después del desafortunado encuentro con los mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. También que tenía determinado seguir con sus aventuras y mientras se cura en casa se hace con los servicios de un vecino suyo como escudero: «En este tiempo solicitó don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien —si es que este título se puede dar al que es pobre—, pero de muy poca sal en la mollera. En resolución, tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salirse con él y servirle de escudero. Decíale, entre otras cosas, don Quijote que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder aventura que ganase en quítame allá esas pajas alguna ínsula y le dejase a él por gobernador de ella. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador, dejó su mujer y hijos y asentó por escudero de su vecino… Todo lo cual hecho y cumplido, sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen» Salimos de Alcázar de San Juan por una de las variantes del antiguo Camino de Toledo a Murcia hasta la bifurcación de este con el Camino de los Siete Molinos, hoy dentro del casco urbano. Desde la construcción del ferrocarril en el último cuarto del siglo XIX no es posible seguir su antiguo trazado, por lo que hay que cruzar las vías por un paso inferior para seguir por este camino utilizado para ir los vecinos de Alcázar de San Juan a moler a los molinos de viento de Campo de Criptana. En los límites entre los términos de Alcázar de San Juan y Campo de Criptana nos paramos para leer del capítulo VII: «Iba Sancho Panza sobre su jumento como un patriarca, con sus alforjas y su bota, y con mucho deseo de verse ya gobernador de la ínsula que su amo le había prometido. Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje, que fue por el campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no les fatigaban…» Aquí, en este mismo punto del camino terminaba la Orden de San Juan y comenzaba los dominios de la Orden de Santiago y el «antiguo y conocido Campo de Montiel». Hoy tampoco nos fatigaban los rayos del sol por ser diciembre y estar muy bajos, de la misma manera que tampoco les fatigaban a primera hora de la mañana a don Quijote y Sancho en verano, por darles también muy bajos, a soslayo. Uno de los objetivos de esta ruta fue la de subir a los cerros de Los Siete Molinos. En Campo de Criptana este Camino de los Siete Molinos se conoce como el Camino de los molinos que va a Alcázar. Junto a él estaban construidos siete molinos, la segunda mayor concentración de molinos después de los que había en La Sierra. Mi guía es transgresora, no coincide con otras rutas ni con otros autores. Es aquí donde Cervantes enmarca la aventura de los molinos de viento. Son los primeros molinos de viento, de los más de treinta que había, que se divisan al entrar en el término de Campo de Criptana, aunque hoy pasan totalmente desapercibidos porque solo hay restos de las cimentaciones y poco más. En el camino que sube a este cerro leemos el comienzo del famoso capítulo VIII: «En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero: La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas,…» Seguimos nuestro camino. Y poco después, bordeando las primeras casas de Campo de Criptana, llegamos a La Sierra donde había dieciséis molinos de viento. Hoy podemos ver diez. Junto al molino El Burleta, miembros de una asociación cultural criptanense nos representaron el inicio de este capítulo VIII, terminando aquí esta primera etapa de Camino del Quijote. Ya estoy preparando la segunda etapa que la ADAC tiene prevista hacer a finales del primer trimestre del próximo año. Hablando con unos y otros mientras caminábamos pensaba que podría ser ir a El Toboso y hacer el tramo de camino que llevó a don Quijote a Mota del Cuervo, lugar del caballero del Verde Gabán, en la que ocurre, entre otras, la aventura de los comediantes y la de los leones, o quizás andar el camino que va desde la ermita de Manjavacas, paraje donde estaba la Venta de Manjavacas,donde fue armado caballero don Quijote,hasta el cruce del falso albedrío de Rocinante, pasando por el encinar donde el pastor Andrés era castigado cruelmente por su amo por perder, según él, parte de su ganado. O quizás a recorrer parte de las Lagunas de Ruidera para al final entrar en la Cueva de Montesinos y comprobar que las medidas de ella coinciden con el texto cervantino… En estas fechas tan señaladas en el calendario cristiano os deseo una Feliz Navidad y que el 2022 sea un año de prosperidad y felicidad en todos vuestros hogares. Luis Miguel Román Alhambra Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote Leer más
Avatares del vino «Hideputa» en el Congreso sobre el Siglo de Oro en Pamplona Fecha de Publicación: 21/12/2021 La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha presentado el vino “Hideputa” a los cervantistas de todo el mundo en el Congreso Internacional organizado por la Universidad de Navarra y la Universidad Jean Monnet de Saint-Etienne (Francia) Alcázar de San Juan, 21 de diciembre de 2021.- Por invitación de Carlos Mata, secretario del Grupo de Investigación del Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra en Pamplona, Constantino López Sánchez–Tinajero, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha intervenido el pasado lunes en el Congreso Internacional “La recepción de Cervantes: huellas, recreaciones y reescrituras (siglos XVII-XXI)” celebrado los días 20 y 21 de diciembre, este año en la modalidad on-line. En el Congreso han tomado parte cervantistas de ambos lados del océano, tanto de Europa (Francia, Italia y España) como de América (EE.UU., Costa Rica, Perú, Chile, Brasil o Argentina). En su intervención, López Sánchez-Tinajero ha tenido ocasión de explicar a los cervantistas asistentes al Congreso, cómo surgió la idea de tener un vino propio para agasajar a los visitantes de los Almuerzos de don Quijote, de disponer de una etiqueta propia y única, elaborada exclusivamente por Estrella Cobo, amiga de la Sociedad Cervantina y de haberlo bautizado con el nombre “Hideputa” en honor a Sancho Panza que como buen mojón, lo llamó por ese nombre en señal de alabanza por su bondad y tras acertar por su sabor que era un vino de Ciudad Real (DQ II, 13) y con alguna “ancianidad”. Y cómo después de presentado a la ciudadanía alcazareña y de alcanzar una gran aceptación por su calidad y por el nombre escogido de resonancias quijotescas, sufrió una serie de avatares y peripecias cuando se solicitó su registro como marca comercial ante la Oficina Española de Patentes y Marcas, negándose ésta a registrarlo por entender que el nombre era malsonante y de lenguaje vulgar. Los cervantistas alcazareños -como así tampoco los del resto del mundo- no entienden la decisión de la oficina de registro española, más aún teniendo en cuenta que el nombre elegido procede directamente de Cervantes y de su pluma y creen que pocos argumentos hay para querer censurar su obra conocida universalmente. En todo caso, los cervantinos alcazareños han alcanzado el objetivo de que tanto su actividad llamada “los almuerzos de don Quijote, como su vino Hideputa, como también el propio nombre de la ciudad, Alcázar de San Juan, estén siendo conocidos y reconocidos en todo el mundo. Pero lo que es más importante, es que están seguros de que todas estas peripecias del nombre del vino están desembocando en un aumento del interés de muchas personas por el Quijote y por su lectura, ese y no es otro es el objetivo que les mueve. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Primer Camino del Quijote con final en los molinos de Campo de Criptana Fecha de Publicación: 19/12/2021 Don Quijote y Sancho Panza, muy bien caracterizados por miembros de la Asociación Hidalgos Amigos de los Molinos, recibieron con una soberbia actuación a los caminantes de la ruta Alcázar de San Juan, 19 de diciembre de 2021.- En una mañana más soleada de lo esperado, aunque con ligero viento solano en contra, los participantes del primer “Camino del Quijote, camino de salud” finalizaron en los molinos de Campo de Criptana, la ruta que habían comenzado en el hotel Ínsula Barataria de Alcázar de San Juan. Allí fueron despedidos por el concejal de promoción de la cultura, Mariano Cuartero, que quiso estar presente en la salida para infundir ánimos a los caminantes. Allí previa a la salida, se leyó la primera de las lecturas del Quijote, la relativa a la toma de posesión de Sancho como gobernador de la ínsula Barataria. Posteriormente se hizo un alto en la plaza de España, junto a la estatua de don Quijote y Sancho donde se dio lectura al episodio de la salida de caballero y escudero con dirección a la aventura de los molinos de viento. En el paraje de los siete molinos, ya cerca de Criptana, los caminantes volvieron a hacer una inmersión en el Quijote, en las costumbres y la legislación de la época de Cervantes, para conocer el motivo por el que en Campo de Criptana hubiese tantos molinos y era porque el Prior de la Orden de San Juan prohibía la construcción de ellos en sus territorios y los alcazareños (que eran dueños de la mayoría de los de Criptana hubieran de irse allí a construirlos y a administrarlos, por sí mismos o por terceros. A la llegada a los molinos de Campo de Criptana fueron recibidos por Rosa Ana Fernández Ruiz, concejal de cultura y turismo que junto con los representantes de la asociación de Hidalgos Amigos de los Molinos brindaron una calurosa acogida con una interpretación soberbia del episodio de la aventura de los molinos, que hizo que los caminantes dieran por muy bien empleado su esfuerzo. Tras la vuelta en microbús se celebró la comida en Barataria y los asistentes comentaron durante la comida que no solo en los puntos de lectura de episodios del Quijote sino en la continua charla durante todo el camino habían aprendido mucho sobre la obra de Cervantes y que ya piensan en las siguientes etapas que se organicen en el futuro. Esta ruta pretende recorrer caminos por donde anduvo don Quijote y terminar siempre en lugares cervantinos o quijotescos, como ha sido en esta ocasión, de forma que se realice deporte para mejorar la salud, pero al propio tiempo se conozca un poco mejor la obra de Miguel de Cervantes y en especial el Quijote. Así que, agradeciendo a Domingo Camacho, presidente de la Asociación de Diabéticos de Alcázar de San Juan y comarca la buena organización de la jornada de hoy, aprovecharon para encargarle que vaya trabajando en ir preparando la segunda ruta. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
La solidaridad se supera año a año en la recogida de libros Fecha de Publicación: 17/12/2021 Con alrededor de 500 libros, se ha vuelto a superar el récord del año pasado. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradece muy sinceramente todo el apoyo recibido a la campaña «Ningún niño/a sin imaginación» Alcázar de San Juan, 17/12/2021.- Un año más la solidaridad de los alcazareños, de la gente de la comarca e incluso de algunos que viven muy lejos y que ya son habituales colaboradores de la Sociedad Cervantina de Alcázar ha quedado patente con la recogida de 500 libros en la Campaña “Ningún niño/a sin imaginación” que este año ha alcanzado su cuarta edición. El vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Luis Miguel Román Alhambra hizo entrega a Milagros Plaza, presidenta de la Asociación Cultural y Social el Sosiego, de la gran cantidad de libros infantiles y juveniles, algunos de ellos totalmente nuevos (adquiridos a propósito para donarlos en esta campaña), así como incluso enciclopedias completas; acto que tuvo lugar en la tarde de ayer jueves para que con estos libros y unidos a los juguetes que han recogido en su tradicional campaña, elaboren lotes para los niños más desfavorecidos. La Asociación el Sosiego viene haciendo desde hace más de diez años esta gran labor social que contrasta con la escasez de medios de que disponen, lo que hace su trabajo mucho más valioso, esto fue precisamente lo que impulsó a la Sociedad Cervantina de Alcázar a colaborar con ellos en una cooperación que se prolonga ya cuatro años. No obstante, queremos remarcar que el éxito de esta campaña no hubiera sido posible sin la colaboración de tanta y tanta gente particular, profesores, escritores, instituciones como la Biblioteca Municipal de Alcázar de San Juan, etc… Por eso damos las gracias a todos los que han colaborado con nosotros y nos enorgullece comprobar cómo aún queda mucha gente que tiene la impronta de la solidaridad y que se pone en el lugar de los que lo tienen más difícil, especialmente en estas fiestas navideñas que ya se acercan y con la ayuda de todos esperamos haber puesto nuestro granito de arena para que la alegría y la ilusión entren en muchos hogares. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Barcelona, Cervantes y El Quijote. ¿Por qué rasgarse las vestiduras? Fecha de Publicación: 22/11/2021 Enrique Suárez Figaredo, barcelonés, quijotista y miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Estupor general ha causado la noticia de que el Pleno del Ayuntamiento de Barcelona haya rechazado la propuesta de instalar en la popular playa de la Barceloneta una estatua a Cervantes, propuesta presentada por el grupo municipal de C’s. Como todo es opinable, en las siguientes líneas expresaré mi particular punto de vista sobre este asunto, empezando por asuntos editoriales muy relevantes. En Barcelona, en 1617, se publicó por primera vez el Quijote completo (2 tomos). Para ello se asociaron tres mercaderes de libros y dos impresores. También en Barcelona, en 1873, se publicó el primer Quijote en facsímil: todo un hito bibliográfico. Edición destinada “para España y para todas las naciones del Universo”, sus suscriptores la fueron completando en fascículos mensuales de 48 páginas al precio de 5 Ptas. La iniciativa correspondió a Reial Acadèmia de Bones Lletres y el Ateneu Barcelonès, y el responsable de esta monumental edición fue el militar y político barcelonés Francesc López Fabra, considerado el padre de la foto-tipografía en España. El papel, de excelente calidad, se produjo en los molinos papeleros de Capellades (prov. de Barcelona), y la estampación se llevó a cabo en la imprenta barcelonesa de Narcís Ramírez. La tirada se limitó a 1605 ejemplares para España y 100 para el extranjero, y el 23 de abril de 1873, ya finalizada, las planchas fueron destruidas en un solemne acto público. Con 257 años y 507 km de distancia de diferencia, ese día fenecieron el Autor y el ambicioso proyecto. En 1874, se añadió un tercer tomo con Las 1633 notas de Juan Eugenio Hartzenbusch a la primera edición foto-tipográfica del Quijote (Hartzenbusch era entonces Director de la Biblioteca Nacional). En 1879, un cuarto tomo reprodujo 101 láminas elegidas entre 60 ediciones ilustradas, completando así una de las ediciones del Quijote más valoradas por el coleccionismo cervantino. Anuncios INFORMA SOBRE ESTE ANUNCIOPRIVACIDAD Todo buen quijotista sabe que muchos de los mejores estudios literarios sobre el Quijote se han escrito en Barcelona, y la potente industria editorial barcelonesa ha publicado bellísimas ediciones. Semejante devoción por obra y autor parece responder a la que Cervantes sintió por la Ciutat Comtal, y así lo expresó en varias de sus obras: Admiroles el hermoso sitio de la ciudad, y la estimaron por flor de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de los circunvecinos y apartados enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los extranjeros, escuela de la caballería, ejemplo de lealtad, y satisfacción de todo aquello que de una grande, famosa, rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo (en Las dos doncellas, del tomo de las Novelas ejemplares). Quiero que sepa vuesa merced … que en todos los días de mi vida no he estado en Zaragoza, … me pasé … a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos, y correspondencia grata de firmes amistades; y en sitio y en belleza, única (en la 2ª Parte del Quijote). Los corteses catalanes, gente enojada terrible, y pacífica suave; gente que con facilidad da la vida por la honra, y por defenderlas entrambas se adelantan a sí mismos (que es como adelantarse a todas las naciones del mundo), visitaron y regalaron todo lo posible a la señora Ambrosia Agustina (en Los trabajos de Persiles y Sigismunda). ¿Qué queda hoy de aquella devoción cervantina, de aquel orgullo ciudadano? Poco, a lo que parece. Me pregunto cuántos componentes del Pleno del Ayuntamiento de Barcelona conocen lo detallado arriba. Es cierto que el nombre de Cervantes ya está bien presente en el nomenclátor de la ciudad (una calle, un parque…), incluyendo un busto en el Pueblo Español y un medallón en fachada de la céntrica Fundació Antoni Tapies; pero no son puntos muy visibles. La propuesta era colocar una estatua en la playa de la Barceloneta, donde aconteció «la aventura que más pesadumbre dio a don Quijote de cuantas hasta entonces le habían sucedido»: su derrota frente al Caballero de la Blanca Luna. No se me ocurre un lugar mejor. Ahora bien, desconozco el diseño de la estatua propuesta. ¿Otro busto? ¿Una de cuerpo entero? ¡Qué poca originalidad! Nada mejor que dos caballeros abalanzándose uno contra el otro, lanza en mano, como en la ilustración aportada por Jaume Pahissa para la lujosa edición de Miquel Seguí de 1897. Que yo recuerde, no hay nada así en el mundo. Barcelona es una de las más turísticas ciudades de Europa, está incluida en la selecta Red de Ciudades Cervantinas, y si ha de hacer algo más por Cervantes y el Quijote, hágalo cuando sea, pero que destaque. E. S. F. Barcelona, 22 noviembre 2021 Leer más
Fray Diego de Torres Rubio Fecha de Publicación: 21/11/2021 Del Arte de la lengua aymara, por Torres Rubio, Diego de, 1547-1638 Fray Diego de Torres Rubio, lingüista, gramático y lexicógrafo jesuita, estudioso de las lenguas andinas aymara y quechua, nace en Alcázar de San Juan, en 1547, y muere en Chuquisaca, actual Sucre-Bolivia, el 13 de abril de 1638, a la edad de 91 años, en donde era profesor de ambas lenguas. Las lenguas quechua y aymara eran los idiomas más extendidos por las regiones de los Andes centrales a la llegada de los españoles. En cierta forma se puede afirmar que el quechua era, de facto, la lengua oficial del Imperio Inca. Tanto era así que la Iglesia Católica, de la mano de sus misioneros, en su estrategia de expandir su actividad misional por todo el Virreinato del Perú, se esmeró sobremanera en estudiarlas y dominarlas con rapidez para poder comunicarse fácilmente con los nativos de los nuevos territorios y cumplir con su misión evangelizadora. Desde el primer momento estableció cátedras de estos idiomas en los colegios y universidades que se iban fundando. La obra escrita más antigua que conocemos en lengua quechua es “Gramática o arte de la lengua general de los indios de los reynos del Perú”, del misionero dominico Fray Domingo de Santo Tomás, impresa en Valladolid en el año 1560. En 1583 se editó en Lima el primer “Catecismo en la lengua Española y Aymara del Pirú”, como resultado de las directrices emanadas del III Concilio Provincial de Lima (1582-1583). Este Concilio fue de suma importancia para la cristianización de los pueblos nativos del Virreinato del Perú, pues de él surgió una abundante normativa evangelizadora, una de las más influyentes la que ordenaba que no se obligase a sus habitantes a rezar en latín, lo que propició la aparición de abundantes textos religiosos en las lenguas nativas más habladas. Este catecismo fue reimpreso en Sevilla, en 1604, por Bartolomé Gómez. Catecismo en la lengua Española y Aymara del Pirú. Edición de 1604. Sevilla En 1607, el también misionero, en este caso jesuita, Fray Diego González Holguín publicó su “Gramática y arte nueva de la lengua general de todo el Perú, llamada lengua Quichua, o lengua del Inca” y, en 1608, el “Vocabulario de la lengua general de todo el Perú llamada lengua Quichua o del Inca”. Ambas obras se imprimieron en Lima. Unos años antes, en 1603, el misionero jesuita alcazareño Fray Diego de Torres Rubio publicó la obra “Gramática y Vocabulario en lengua Quichua, Aymara y Española”, que se imprimió en Roma, y fue reeditada en Sevilla en 1609, pero que hoy, desaparecida, solo se la conoce por referencias. Fray Diego de Torres Rubio nace en Alcázar de San Juan, entonces llamada Alcázar de Consuegra, en 1547.Con 19 años de edad, en 1566, abandona su ciudad natal y se traslada a Valencia para ingresar en el noviciado de la Compañía de Jesús, en donde obtiene el grado de subdiácono seis años más tarde, en 1572. En 1577, junto al también jesuita alcazareño Fray Alonso de Valdivielso, marcha al Nuevo Mundo en la expedición promovida por el Padre Everardo Mercuriano, Prepósito General de la Compañía de Jesús, “en respuesta a la solicitud que el Padre Acosta le hace rogándole que enviara un teólogo ya formado y de nota para que continuase los cursos de teología que él había interrumpido al ser nombrado Provincial del Perú”, según recoge el Padre F. Mateos en su “Historia General de la Cia. de Jesús en la Provincia del Perú”. El jesuita P. Bartolomé de Alcázar, en el Tomo II de su “Chrono-Historia de la Compañía de Jesús en la Provincia de Toledo”, Madrid 1710, relata con exactitud el día en que Fray Diego y Fray Alonso embarcaron en Sanlucar de Barrameda, como integrantes del grupo de dieciséis religiosos que componían la expedición ordenada por el Padre Everardo Mercuriano: “A las provincias del Perú partieron también de San Lucar, a 16 de octubre (de 1577), en los Galeones de el cargo de Don Juan de Velasco de Barrio, dieciséis de la Compañía de Jesús …” citando expresamente a los dos alcazareños de esta forma: “Alonso de Valdivielso, estudiante theologo, natural de Alcaçar de San Juan de la provincia de Toledo… Diego de Torres Rubio, subdiácono, natural de Alcaçar de San Juan…”. Al frente de la misma iba el Padre José Tiruel y la componían cuatro diáconos, siete estudiantes, dos hermanos coadjutores y tres sacerdotes, uno de ellos el eminente teólogo y moralista Padre Esteban de Ávila. La lista completa de sus integrantes, junto al grado de cada uno de ellos y sus lugares de procedencia, consta en el “Libro del Noviciado” de la Compañía. Desconocemos el puerto de arribada al Nuevo Mundo, pero si sabemos que en febrero de 1578 todo el grupo se encontraba sin novedades dignas de reseñar en Panamá, para embarcar con destino al Virreinato del Perú en el navío del conocido y prestigioso piloto Antón del Rodal. El también jesuita P. Giovanni Anello Oliva nos describe este viaje en su “Historia del Reino y Provincias del Perú y vida de los varones insignes de la Compañía de Jesús”, escrita en el año 1630, de esta forma: “Pero en este (viaje) no podré dejar de hacer especial mención del que el Padre Joseph Tiruel y el Padre Esteban de Ávila hicieron con otros catorce sujetos, el año de 1578… en este navío vino y en compañía de nuestros padres D. Martín Garçía de Loyola a quien después mataron los indios de Chile, siendo gobernador de aquel Reino y sobrino que fue de nuestro Glorioso Padre San Ignacio. También vino D. Lorenço Xuerez de Figueroa gobernador de las Provincias de Santa Cruz de la Sierra…“, siguerelatando quenavegarondurante once días hasta el puerto de Paita en Perú, en donde descansaron cinco días, continuando su singladura durante otros dieciséis días, para llegar, el 31 de marzo de 1578, Viernes de la Semana de Pascua, al puerto del Callao en Lima. A esta expedición también se refiere el Virrey Francisco de Toledo en una carta enviada a Felipe II, el 18 de abril de 1578, en la que le comunica que: “Entró aquí una manada de clérigos de la Compañía, mozos y para estudiar acá”. Es más que probable que en Lima los caminos de Fray Diego y Fray Alonso se separaran definitivamente para no volver a juntarse jamás, lo que no podemos asegurar puesto que no hemos encontrado constancia documental del destino que América le deparó a Fray Alonso de Valdivielso. Quizás volvió a España, porque en 1601 encontramos a un Fray Alonso de Valdivielso velando en su casamiento a Francisco Pérez Marañón y Paula de Valdivielso, hija del Doctor Valdivielso, casamiento que ofició Fray Juan de Valdivielso. “Libro primero de Desposorios y Velaciones celebradas en la Iglesia Parroquial de Santa María desta villa de Alcázar de San Juan”. Archivo parroquial de Santa María. Pero ésta es otra historia. Tras permanecer dos años en Lima, entonces llamada Ciudad de los Reyes, en donde fue ordenado sacerdote en 1580, al ya Padre Diego de Torres Rubio lo enviaron a la importante misión jesuita de Juli, al sur del actual Perú, junto al lago Titicaca, territorio habitado por el pueblo Aymara, en donde también aprendió esta lengua. En Juli coincidió con el jesuita italiano P. Ludovico Bertonio (1557 – 1625), lingüista y lexicógrafo como él, autor, entre otras obras, del “Vocabulario de la Lengua Aymara”, impreso en Juli en 1612, y de varios textos religiosos en español y en aymara. El resto de su vida transcurrió, en su mayor parte, en regiones de la actual Bolivia, llegando a ser Rector de los colegios de La Paz (Chuquiabo o Chuqiyapo en aymara), Potosí y La Ciudad de La Plata de los Charcas, conocida también como Chuquisaca y, desde 1839, llamada Sucre, ciudad muy importante en esa época pues en ella residía la Real Audiencia y Cancillería de La Plata de los Charcas, la segunda en jerarquía tras la de Lima. En Chuquisaca, en donde ocupó la cátedra de aymara durante 30 años, se le atribuye el establecimiento, en 1610, de dos seminarios de Estudios y Noviciados para impartir Teología y Artes. Partiendo desde Potosí, en el año 1595, fue uno de los primeros misioneros jesuitas que, junto al Padre Yáez, visitó a los chiriguanos, etnia de lengua guaraní, que se asentaban en el Gran Chaco, en lo que hoy es territorio compartido por Bolivia, Argentina, Brasil y Paraguay. El Padre Bartolomé de Alcázar, en el ya citado Tomo II de su “Chrono-Historia de la Compañía. de Jesús en la Provincia de Toledo”, nos da cumplidas referencias del talante y la personalidad de Fray Diego, diciendo que: “Ordenado en Lima de sacerdote, para acallar sus fervorosos deseos de ayudar a los indios, le enviaron al Pueblo de Juli, donde en breve aprendió sin maestro con tal perfección las dos lenguas Aimara y Quichua, que las redujo a reglas y las enseñó en Chuquisaca por treinta años. Hizo muy repetidas Misiones, a pie así siempre en la Provincia de los Charcas… Dentro de la casa era infatigable en la caridad con todos… Asistía y amaba a los indios con celo ardiente, sin fatigarle los trabajos que por ellos toleraba… Adornó su vida larga con grandes virtudes… Siendo Rector de el Collegio de Potosí hacía los oficios más humildes, propios de los criados, diciendo que no había para que executase otro lo que él podía… y solía decir que mientras tuviese manos propias, era injusto valerse de las ajenas… Por su amor a la santa Pobreza jamás admitió para uso propio, sino lo más viejo y desechado de la casa… Era muy dado a la oración vocal, y a la mental empleando en ésta cuatro horas al día, con perseverancia constante… Tuvo una pureza tan sin mancilla, que en su semblante no se vio ademán, o acción ajena de una insigne santidad… Estas y otras virtudes suyas, ya cansado de vivir, le maduraron para el Cielo… Fue su muerte en la Ciudad de la Plata, a 13 de Abril de 1638, a los 91 años de su edad, a los 66 de religión, y a los 58 de profesión de cuatro votos. Escribió una Gramática y un Vocabulario de las lenguas Aimara y Quichua ”. Los cuatro votos que menciona el Padre Bartolomé de Alcázar son los de pobreza, castidad y obediencia, comunes a todos los sacerdotes, más un cuarto voto especial que solo profesan los jesuitas: la obediencia al Papa sea el que sea. La anónima “Historia General de la Compañía de Jesús en Perú”, del año 1600, reeditada por el Padre F. Mateos, Madrid 1944, corrobora su cargo de Rector del Colegio de Potosí y recoge la amistad que le unía al Padre Juan de Montoya, compañero en sus viajes misioneros por Juli, Chuquiabo y Potosí, de esta forma: ”… el P. Diego de Torres Rubio, Rector que entonces era de este collegio, como quien sabía bien la mucha virtud y santidad del P. Montoya, por haber vivido en su compañía muchos años en Juli, Chuquiabo y Potosí…” Además de las ya mencionadas, también hemos encontrado referencias documentadas sobre Fray Diego de Torres Rubio en estos otros escritos: En el manuscrito “Sobre el noviciado de los jesuitas en Lima”, escrito alrededor de 1600, que se encuentra en la Biblioteca Nacional. En la obra “Vidas exemplares y venerables memorias de algunos Claros Varones de la Compañía de Iesus”, del humanista y teólogo jesuita P. Juan Eusebio Nieremberg y Ottin, Madrid 1647, se describe a Fray Diego de Torres Rubio como uno de los más importantes y venerables miembros de esta Compañía en el Virreinato del Perú. Confirmando lo ya acreditado con estas palabras: “Sucedió su muerte en la ciudad de Chuquisaca, donde muchos años había vivido, a 13 del mes de abril el año de 1638, de edad de noventa y uno, de su entrada en la compañía sesenta y seis, y de la profesión de los cuatro votos cincuenta y ocho”. En el “Catálogo de las Lenguas de las naciones conocidas y enumeración, división y clases de éstas según la diversidad de sus idiomas y dialectos”, Madrid 1800-1805, del lingüista y filólogo jesuita Lorenzo Hervás y Panduro. En la obra “Bibliografía Española de Lenguas indígenas de América”, Madrid 1892, de Cipriano Muñoz y Manzano, Conde de la Viñaza. En la monumental “Historia General del Perú”, editada enLima entre 1971 y 1984 y en la “Historia de la Compañía de Jesús en el Perú”, Burgos 1963, ambas del jesuita peruano P. Rubén Vargas Ugarte. O en “Notas sobre jesuitas y lengua Aymara”, 1997, del jesuita e investigador boliviano P. Xavier Albó. Como ya hemos comentado, la primera obra que Fray Diego de Torres Rubio escribió fue “Gramática y Vocabulario en lengua Quichua, Aymara y Española”, publicada en Roma en el año 1603 y reeditada en Sevilla en 1609, obra que hoy está desaparecida, pero que es citada, entre otros, por Antonio Rodríguez de León Pinelo, historiador y cronista mayor de Indias, en el Tomo II de su obra “Epítome de la Biblioteca oriental i occidental, náutica y geográfica…”, Madrid 1629. Por el bibliógrafo sevillano Nicolás Antonio en el Tomo I de su obra “Bibliotheca Hispana Nova”, publicada en 1672 y, sobre todo, por D. Marcelino Menéndez Pelayo quien en el Tomo III su obra “La Ciencia española: polémicas, proyectos y bibliografía”, Madrid 1888, además de hablar de ella, da su título en latín: “Vocabularium et Gramática limguarum Aymara et Quichuae”. En 1614 Francisco del Canto, impresor de libros, publicó “Arte, y vocabulario en la lengua general del Perú, llamada Quichua, y en la lengua Española. El más copioso y elegante, que hasta agora se ha impresso”, editada en Lima con licencia del Excelentísimo Marqués de Montesclaros, hasta ese año Virrey del Perú, y dedicatoria del editor al Ilustrísimo Señor Don Hernando Arias de Ugarte, Obispo de Quito y del Consejo de su Majestad. Arte y vocabulario en la lengua general del Perú, llamada Quichua, y en la lengua Española. 1614 Desde la Biblioteca John Carter Brown de la Universidad de Providence, Rhode Island, EE.UU., atribuyen esta obra a Fray Diego de Torres Rubio, pero otras fuentes también la atribuyen a los jesuitas Alonso de Bárcenas, Ludovico Bertonio o Diego González Holguín, o al dominico Domingo de Santo Tomás, incluso al propio Francisco del Canto. Quizás el editor simplemente reunió datos de todos ellos y la publicó sin mencionar autor alguno. La obra, de 452 páginas, consta de una gramática o arte de la lengua Quichua y un diccionario, de unas 2.500 palabras y frases, del quechua al español y viceversa. En 1616, Fray Diego de Torres Rubio, publicó la obra “Arte de la lengua Aymara”, editada en Lima por Francisco del Canto, con licencia concedida por el Príncipe de Esquilache, Virrey del Perú entre los años 1614-1621, y la aprobación del Doctor Alonso de Huerta, Catedrático de la Universidad San Marcos de Lima y Predicador de su Iglesia Catedral. En ella encontramos una gramática o arte de la lengua aymara, un vocabulario bilingüe ordenado alfabéticamente con los vocablos y frases más comunes que ordinariamente se usaban, un breve confesionario en aymara y varios textos religiosos, entre ellos una Letanía de Nuestra Señora. Hay dos versiones de esta obra, ambas publicadas en Lima en 1616, que se han confundido entre sí, pues en una de ella se incluyó la edición, reimpresa en Sevilla en 1604, del “Catecismo en la lengua española y aymara del Pirú” y en la otra versión no se incluyó. Arte de la lengua Aymara, edición de 1616, que incluye el catecismo. Arte de la lengua Aymara, edición de 1616, sin la inclusión del catecismo En 1967 la Editorial de Libros y Revistas S.A. (LYRSA) de Lima realizó una edición moderna de esta obra, con un preliminar de Gamaliel Churata (seudónimo de Arturo Peralta) y prólogo y actualización de Mario Franco Inojosa. En 1619 publicó su “Arte de la lengua Quichua”, editada en Limapor Francisco Lasso, con licencia igualmente concedida por el Príncipe de Esquilache, Virrey del Perú, el 16 de febrero de 1619, y la aprobación del Padre Diego Álvarez de Paz, Provincial de la Compañía de Jesús en el Perú. Está estructurada de forma análoga a la anterior, es decir, un arte (gramática) de la lengua quichua, un vocabulario bilingüe con los vocablos y frases más comunes ordenados alfabéticamente, un confesionario y varios textos religiosos en quichua, entre ellos una Letanía de Nuestra Señora, los Mandamientos y los rezos necesarios para administrar el viático o celebrar el matrimonio. Arte de la lengua Quichua. Edición de 1619 Esta edición fue ampliada por el P. Juan de Figueredo, quien le añadió una gramática y un vocabulario de la lengua Chinchaysuyo, considerada un dialecto de la lengua Quichua muy hablado en la zona del Arzobispado de Lima, imprimiéndose en esta ciudad, en el año 1700, en la imprenta real de Joseph de Contreras y Alvarado, a costa del mercader en libros Francisco Farfán de los Godos. Siendo nuevamente reeditada, también en Lima, en 1754, en la afamada imprenta de la Plazuela de San Cristóbal, bajo el título de “Arte y vocabulario de lengua Quichua general de los indios de el Perú que compuso el Padre de Diego de Torres Rubio de la Compañía de Jesús. Y añadió el P. Juan de Figueredo de la misma Compañía. Ahora nuevamente corregido y aumentado en muchos vocablos”. En 1963 la Editorial H. G. Rozas S.A. de Cuzco publicó una edición moderna de esta obra, incluyendo los añadidos que hizo el P. Juan de Figueredo. El prólogo y las biografías que contiene son de Luis A. Pardo. Arte de la lengua Quichua. Edición de 1700 Arte de la lengua Quichua. Edición de 1754 El historiador y bibliógrafo peruano Enrique Torres Saldamando (Lima, 14 de julio de 1846 – Santiago de Chile, 1 de abril de 1896), en su libro “Los antiguos jesuitas: biografías y apuntes para su historia” (1882, Imprenta Liberal, pp 79-81) dice que también dominaba la lengua guaraní, quizás aprendida en su comentado viaje al Gran Chaco con el padre Yáez, atribuyéndole la obra “Arte de la lengua Guaraní”, publicada en 1627. Desgraciadamente, a día de hoy, no se ha podido localizar ningún ejemplar que pueda confirmarlo. Ejemplares de sus obras se encuentran en la Biblioteca Nacional de España, en diversas Bibliotecas Nacionales y Universitarias de Chile, Perú o Bolivia y, especialmente, en la Biblioteca John Carter Brown en la Universidad de Providence, Rhode Island, EE.UU., de cuya Biblioteca Digital hemos extraído las ilustraciones que acompañan a este trabajo. Hasta aquí este breve recorrido por la vida y la obra de este alcazareño universal, poco conocido y menos reconocido en su ciudad natal, en la que, pensamos que injustamente, no se le recuerda ni tan siquiera con una sencilla placa conmemorativa o con el nombre de una simple calle. Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ******** Breve explicación de este artículo: Este artículo sobre Diego de Torres Rubio, un jesuita alcazareño que -aparte de ser un verdadero desconocido en la ciudad- fue uno de los mayores lingüistas del Siglo de Oro Español, autor de gramáticas sobre las lenguas Aymara y Qechua, es obra de nuestro socio Manuel Rubio Morano y le ha hecho una pequeña introducción que motiva la realización de este trabajo y que tiene su interés, por eso aquí queda reproducida. Junta Directiva «Hace unas semanas nuestro compañero de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Enrique Lubián, nos reenviaba por el grupo de wasap unos memes en los que se defendía y reivindicaba la labor de España en el Nuevo Mundo. En uno de ellos se mostraban las Universidades fundadas por España en América y Filipinas y en otro se comentaba que mientras el primer libro de gramática en lengua alemana se publicó en 1573 y el primer libro de gramática en lengua inglesa lo fue en 1586, en España el primer libro de gramática en lengua española se editó en 1492 y, lo que es más sorprendente, el primer libro de gramática en la lengua andina Quechua lo fue en 1560, trece años antes que en alemán y veintiséis antes que en lengua inglesa. Esto me animó a poner al día algunos apuntes que ya tenía sobre un alcazareño universal, pero escasamente conocido en su tierra, al que le seguía la pista desde hace bastante tiempo, Fray Diego de Torres Rubio, y me empujó a seguir indagando sobre su vida y obra, por ser uno de los principales artífices del inmenso trabajo que España desarrollo con las lenguas nativas del Virreinato del Perú durante los siglos XVI y XVII. Lo encontrado está en el siguiente trabajo.» Manuel Rubio Morano Leer más
Camino del Quijote, camino de salud Fecha de Publicación: 21/11/2021 La Asociación de Diabéticos de Alcázar y Comarca presenta el “Camino del Quijote”, es una nueva actividad que mezcla caminar con la cultura. Para organizarla se han apoyado en la Sociedad Cervantina de Alcázar Alcázar de San Juan, 21 de noviembre de 2021.- La Asociación de Diabéticos de Alcázar de San Juan y Comarca en la persona de su presidente Domingo Camacho, ha presentado a los medios de comunicación este proyecto que llevan preparando durante meses, que pretende ser abierto a toda la sociedad y señalan ya la fecha de la primera etapa que será en el mes de diciembre. Se realizarán diferentes rutas a pie que la ADAC ha organizado en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar y que han dado en llamar “Camino del Quijote”. Esta actividad consistirá en caminar por los mismos lugares en que lo hicieron don Quijote y Sacho Panza, mientras se hace un repaso a las principales aventuras que vivieron los universales personajes en su novela, y mientras que los participantes en la ruta refrescan su conocimiento del Quijote escuchando los fragmentos de la obra cumbre de Cervantes, textos que han sido seleccionados y serán leídos por los miembros de la SCA. Por lo tanto, afirmaba Domingo Camacho, “lo que pretendemos es combinar cultura y deporte, caminada e inmersión en la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. La primera etapa se realizará el domingo 19 de diciembre entre las localidades de Alcázar de San Juan y los molinos de Campo de Criptana donde tuvo lugar la aventura de los molinos de viento. Tendrá un recorrido aproximado de 12 km y una duración de unas dos horas y media. Se recomienda hacerlo de forma familiar. Durante la ruta se harán cinco lecturas de fragmentos del Quijote que se desarrollan en esta aventura, de modo que los participantes se meterán dentro de la novela y caminarán por los mismos lugares de la trama. Una vez que lleguen al destino asistirán a una breve representación quijotesca y regresarán en autobús hasta el lugar de salida en Alcázar de San Juan donde acabarán la jornada con una comida típica manchega. El coste de participación será totalmente asequible y solo para cubrir el coste de la comida y el desplazamiento de ida o de vuelta. En esta primera etapa se ha fijado una cuota de participación de 20 euros porque incluye la comida en Hotel ínsula Barataria a la terminación de la etapa. Para finalizar, Domingo Camacho informó que las reservas pueden hacerse al correo: adacalcazardesanjuan@gmail.com desde este mismo momento ya que se limitará a 50 plazas el número de participantes. En el acto de presentación estuvo presente Luis Miguel Román Alhambra vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar que expuso que han colaborado muy gustosamente con ADAC en la organización de estas rutas porque la difusión de la obra de Cervantes es el principal objetivo de la Sociedad y que no han encontrado ningún problema en identificar lo que ocurre en cada aventura del Quijote y elegir los textos adecuados a cada trayecto. De esta forma y caminando por los lugares en que anduvieron don Quijote y Sancho y oyendo los pasajes correspondientes, se pueden apreciar en toda su extensión aspectos de la obra que en una lectura normal podrían pasarnos desapercibidos. También intervino José Andrés Ucendo concejal de deportes y medio ambiente de Campo de Criptana para poner en valor el patrimonio molinero de nuestra localidad vecina, alabando que la ruta escogida pase por el paraje de los siete molinos (todavía muy desconocido) y para manifestar que no hay duda de que estos son los molinos contra los que se enfrentó ese “hombrecillo enclenque” al que Cervantes hizo luchar contra gigantes en el capítulo 8, y que desde el Ayuntamiento se comprometió a hacer una pequeña representación con actores especializados y en todo caso a dispensar una magnífica acogida a los visitantes que lleguen a la “sierra” en esta primer a etapa. Cerró el acto de presentación el concejal de medio ambiente de Alcázar de San Juan Pablo Pichaco, para apoyar la realización de este tipo de rutas naturales que buscan ahondar en la integración de la actividad con la vida saludable y con el conocimiento de los recursos naturales, ya sea la geología o los cultivos típicos de la zona y aves que anidan o pasan por el lugar, que favorecen una relación del hombre con el entorno, haciendo que estas experiencias se vuelvan atractivas porque facilitan una percepción distinta de estos caminos la que se adquiere recorriéndolos a pie, como ya se está haciendo también por ejemplo con los Caminos del Guadiana. Deseó mucho éxito a la nueva actividad y que sirva de ejemplo para iniciativas de este tipo. Esto es en cuanto se refiere a la primera etapa que ya está prácticamente preparada, pero la actividad “Camino del Quijote” no se circunscribirá a esta única etapa, sino que pretende consolidarse en el tiempo y tendrá un carácter trimestral; ya se están preparando otras tres nuevas etapas que irán creciendo en duración y dificultad, aunque siempre dentro de los límites asumibles para que puedan ser realizado de forma familiar. Todas ellas terminarán en lugares emblemáticos del Quijote. La Asociación de Diabéticos confía en que esta actividad tenga una buena acogida y por su interés, se convierta pronto en un referente en la Mancha, no solo entre sus asociados, sino entre el público en general ya que la participación en la misma está abierta a todas las personas y colectivos. Domingo Camacho Castellanos Presidente de la Asociación de Diabéticos de Alcázar de San Juan y Comarca. Leer más
Cuarta campaña de recogida de libros “Ningún niño/a sin imaginación” Fecha de Publicación: 15/11/2021 Este año se cumple la cuarta edición de esta iniciativa solidaria de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan que permite acercar los libros a los niños más desfavorecidos y fomenta la lectura entre los jóvenes al llegar las fiestas navideñas Alcázar de San Juan, 15-11-2019.- El objetivo de esta campaña es que ningún niño se quede sin leer esta Navidad por muy limitado que sea su poder adquisitivo o por muy desfavorables que sean sus condiciones familiares. Por cuarto año consecutivo la Sociedad Cervantina de Alcázar ha iniciado la campaña “Esta Navidad ningún niño/a sin imaginación” por la que se pone en marcha la recogida de libros infantiles y juveniles que ya han sido leídos en algunos hogares y a los que se permite alargar su vida útil yendo a parar a las manos de otros niños que tienen más difícil el disfrute de este material y a los que la sociedad no puede permitir dejar sin acceso a la lectura y en consecuencia al desarrollo de su imaginación. Los viernes 19 y 26 de noviembre, y el viernes 10 de diciembre (último día), se ha habilitado la sala 7 del Centro Cívico en la plaza de España de Alcázar de San Juan, en horario de 18:30 a 20:00 para la recepción de libros infantiles y juveniles, usados, pero en buen estado, que sirvan para que otros niños puedan disfrutar del placer de la lectura. Nuestro socio Enrique Lubián será el encargado de su recogida permaneciendo en el Centro Cívico en el horario anunciado. Se acerca la Navidad y es tiempo de compartir con los demás, sobre todo con los que menos tienen, por lo que es un momento propicio para que afloren nuestra solidaridad. El año pasado los alcazareños, personas de la comarca y algunas donaciones llegadas de fuera (de Málaga y Sevilla) dejaron el listón muy alto, cerca de los 400 ejemplares, pero hay ilusión y confianza en que este año se supere el reto conseguido en la Navidad de 2020. Los libros que aporten los donantes, se entregarán a la Asociación Cultural y Social “El Sosiego” (asociación que lleva ya varios años poniendo en práctica su campaña solidaria de recogida de juguetes), al objeto de que estos libros puedan formar parte de los lotes de juguetes a entregar a las familias más necesitadas de nuestra ciudad. Recordamos los días y horas de recogida en la Sala 7 del Centro Cívico: Viernes 19 de noviembre, de 18:30 a 20:00 Viernes 26 de noviembre, de 18:30 a 20:00 Viernes 10 de diciembre, de 18:30 a 20:00 Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Este año se cumple la cuarta edición de esta iniciativa solidaria de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan que permite acercar los libros a los niños más desfavorecidos y fomenta la lectura entre los jóvenes al llegar las fiestas navideñas Alcázar de San Juan, 15-11-2019.- El objetivo de esta campaña es que ningún niño se quede sin leer esta Navidad por muy limitado que sea su poder adquisitivo o por muy desfavorables que sean sus condiciones familiares. Por cuarto año consecutivo la Sociedad Cervantina de Alcázar ha iniciado la campaña “Esta Navidad ningún niño/a sin imaginación” por la que se pone en marcha la recogida de libros infantiles y juveniles que ya han sido leídos en algunos hogares y a los que se permite alargar su vida útil yendo a parar a las manos de otros niños que tienen más difícil el disfrute de este material y a los que la sociedad no puede permitir dejar sin acceso a la lectura y en consecuencia al desarrollo de su imaginación. Los viernes 19 y 26 de noviembre, y el viernes 10 de diciembre (último día), se ha habilitado la sala 7 del Centro Cívico en la plaza de España de Alcázar de San Juan, en horario de 18:30 a 20:00 para la recepción de libros infantiles y juveniles, usados, pero en buen estado, que sirvan para que otros niños puedan disfrutar del placer de la lectura. Nuestro socio Enrique Lubián será el encargado de su recogida permaneciendo en el Centro Cívico en el horario anunciado. Se acerca la Navidad y es tiempo de compartir con los demás, sobre todo con los que menos tienen, por lo que es un momento propicio para que afloren nuestra solidaridad. El año pasado los alcazareños, personas de la comarca y algunas donaciones llegadas de fuera (de Málaga y Sevilla) dejaron el listón muy alto, cerca de los 400 ejemplares, pero hay ilusión y confianza en que este año se supere el reto conseguido en la Navidad de 2020. Los libros que aporten los donantes, se entregarán a la Asociación Cultural y Social “El Sosiego” (asociación que lleva ya varios años poniendo en práctica su campaña solidaria de recogida de juguetes), al objeto de que estos libros puedan formar parte de los lotes de juguetes a entregar a las familias más necesitadas de nuestra ciudad. Recordamos los días y horas de recogida en la Sala 7 del Centro Cívico: Viernes 19 de noviembre, de 18:30 a 20:00 Viernes 26 de noviembre, de 18:30 a 20:00 Viernes 10 de diciembre, de 18:30 a 20:00 Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Dos Cervantes contra el Turco Fecha de Publicación: 11/11/2021 El Ayuntamiento de Alcázar de San Juan tiene diseñado un programa de actividades durante el mes de noviembre con el fin de vincular dos elementos muy significativos de la cultura y tradición alcazareña: Cervantes y el vino. En las VIII Jornadas Vino y Bautismo Qervantino, que se están celebrando entre los días 5 y 14, el martes 9 participé en las Jornadas Cervantinas con una conferencia que pretendía recordar la batalla de Lepanto. Sin duda alguna, si no fuese por una de las dedicatorias en las Letanías del Santo Rosario que recuerda la intercesión de la Virgen: Auxilio de los cristianos, y que en ella participó el autor del Quijote, la anestesiada memoria histórica española habría olvidado por completo un hecho que cambió la historia de España, Europa y el mundo. El título de la conferencia ha sido Lepanto 1571-2021. “Auxilio de los cristianos”. Dos Cervantes contra el Turco. Sí, dos Cervantes, porque aquel glorioso domingo 7 de octubre de 1571 a bordo de las galeras cristianas comandadas por don Juan de Austria iban embarcados dos hombres de nombre Miguel y el mismo apellido de Cervantes, y ambos resultaron heridos. Aquí dejo mi conferencia y las imágenes que se proyectaron: Una de las Letanías que rezamos en el Santo Rosario es Auxilio de los cristianos. Este ruego a la Virgen fue añadido por el papa Pío V después de tener noticia que la flota cristiana había vencido a la turca en el Golfo de Lepanto. Esta batalla sucedía el domingo 7 de octubre de 1571, hace 450 años. Una batalla que enfrentó a centenares de barcos y decenas de miles de hombres, paró el dominio turco en el Mediterráneo y cambió la historia de Europa y del mundo. Al amanecer de aquel domingo, avistada la gran flota turca y formada la escuadra cristiana en orden de combate, en todas las galeras y galeazas se rezaron el Santo Rosario por expreso deseo del papa y del almirante de la flota don Juan de Austria, recibiendo todos de rodillas la bendición apostólica enviada desde Roma. Don Juan de Austria, esa mañana, sabiendo del gran esfuerzo que iban a tener que soportar, ordena doblar la ración de comida a los galeotes y les promete la libertad si se logra la victoria. A las 12 del medio día un cañonazo de la Capitana turca fue respondido por otro de la galera La Real de don Juan de Austria, aceptando la batalla. Aquí terminó la cortesía militar. Cuatro horas después, muerto Alí Pachá, capitán general de la armada turca, la victoria cristiana era ya indudable. El mar del Golfo de Lepanto quedó teñido de rojo y la batalla había terminado, solo quedaba dar la Extremaunción a los moribundos, auxiliar a los heridos y recoger a los muertos. Al conocer el papa la victoria, en gratitud a la intercesión de la Virgen María en la batalla ante la poderosa flota otomana, instituyó la fiesta del 7 de octubre con el nombre de Nuestra Señora de las Victorias y poco después su sucesor Gregorio XIII cambió la advocación a Nuestra Señora del Rosario, llegando así hasta nuestros días. Vivimos hoy solo del presente, nos olvidamos del pasado y casi somos incapaces de pensar en el futuro, porque todo o casi todo ya está establecido por unos pocos a su antojo. En su afán de adormecernos, de anestesiarnos históricamente, persiguen que nos olvidemos de nuestro propio pasado, con sus luces y sus sombras. Y esto es lo que habría pasado, con esta trascendente batalla naval, si en una de las galeras de la escuadra al mando de don Álvaro de Bazán, la Marquesa, no hubiera estado en ella Miguel de Cervantes, quien, treinta y cuatro años después, enviaba a imprimir la primera parte del Quijote. En el Prólogo de sus Novelas Ejemplares, Cervantes nos muestra su orgullo por perder «… en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parezca fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros». Hasta aquí lo que han contado los biógrafos de Cervantes. Sin embargo, ese glorioso día iban embarcados en la Armada de España dos Cervantes con el mismo nombre de Miguel, y ambos tuvieron la misma triste suerte de salir heridos de la batalla contra la gran escuadra turca. Un hecho que ha estado oculto, por algún motivo, muchos años. Y lo sigue estando… Para conmemorar el IV centenario de la muerte de Cervantes, la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas organizó en 2016 una gran exposición de documentos y recursos que se conservan en los Archivos Estatales y que nunca se había presentado conjuntamente sobre el autor del Quijote. Dividida la exposición en tres espacios, en el primero de ellos, titulado «De las letras a las armas», se tenía que recordar, cómo no, su presencia en la batalla de Lepanto. Se pudo contemplar el plano original de la batalla, fechado en el mismo 1571, y una carta escrita por don Juan de Austria al rey Felipe II, su hermanastro, cinco meses después, el día 19 de marzo de 1572, desde la ciudad siciliana de Palermo. En ella le indica al rey que con la misma «va la relación de las personas a quien se han repartido ayudas de costa, a la mayor parte para curarse de las heridas que tuvieron en la batalla y a otras para ayudarlas a la extrema necesidad en que estaban» En la tarjeta explicativa, junto a la carta y la relación de heridos, los organizadores de la exposición indican que «En la relación aparecen dos soldados con el mismo nombre, “Miguel de Cervantes” y “Miguel Cervantes”. El primero, el escritor, con otras trescientas noventa y seis personas personas, como expresa la relación, han servido señalada y particularmente el día de la batalla que se dio a la armada del turco (Lepanto) en que salieron heridos y mucha parte dellos mancos; el otro, forma parte de las trece personas que se alzaron con una galera turquesa y se vinieron desde La Caramanía, con ella, hasta Mesina» Hasta aquí lo que en aquella exposición se podía contemplar sobre este documento. Era muy llamativo que la hoja donde aparecía el segundo Cervantes estaba parcialmente tapada justo después del nombre de “Miguel Cerbantes”. Traté de consultar este documento completo en el Portal de Archivos Españoles PARES y al no estar disponible, ¡¡sigue sin estarlo hoy!!, solicité al Archivo General de Simancas el documento para leerlo con más atención, también porque según la información disponible en la exposición este documento se conocía al menos desde 1849. Algo me hacía pensar que el documento, celosamente guardado en algún cajón del Archivo, contenía algo más. La digitalización del documento es buena, aunque en blanco y negro. Todo el documento, carta y relación, es claro en la grafía y en los términos que contiene. Lo primero que busco es a los dos Cervantes. El primero se encuentra en el folio 5v de la relación de heridos, marcado al margen con una cruz, y el segundo en el folio 8v con una nota a su margen que dice OJO, siendo este segundo Cervantes la última persona nombrada en la relación antes del resumen económico del contador. Las dos anotaciones al margen están hechas con grafía distinta al general del documento. Al primer Cervantes el contador de la Armada le entrega 20 ducados y al segundo 22 escudos, cuantías muy similares si las trasladamos a maravedís, unos 8.000 maravedís al primero y 8.250 al segundo. Comencemos por el principio, por la carta. En el texto anotado en la carpeta que contiene la carta de don Juan de Austria se lee: -«Palermo» -«A Su Majestad» –«Del señor don Juan, a 19 de marzo, 1572» –«Recibida a 23 de abril» -«Refiérase a lo que se le escribió en una carta de 26 de enero» -«Aquí dentro, Miguel de Cervantes, agraciado con 22 escudos de ventaja» (1) -«Copiado para don Luis López Ballesteros hoy, 24 de noviembre de 1849» (2) (1) Este de los «22 escudos» es el segundo Cervantes, el anotado con un «OJO») (2) Luis López Ballesteros fue nombrado Director de la Real Academia de la Historia el 30 de noviembre de 1849. ¡¡Este documento, carta y relación de heridos se conocía oficialmente al menos desde 1849!! En 2016, fecha de la exposición, hacía 167 años que estaba metido en un cajón, fuera del alcance de investigadores, biógrafos y cervantistas. ¿Quién lo ordenó? ¿Por qué motivo lo hizo? Quizá este documento aporte alguna respuesta sobre todo esto. Según la tarjeta de la exposición, éste segundo Cervantes no había estado en la batalla de Lepanto, argumentándose en ella que aparecía en la relación por formar «parte de las trece personas que se alzaron con una galera turquesa y se vinieron desde La Caramanía, con ella, hasta Mesina». Sin embargo el documento no deja lugar a dudas, este segundo Cervantes no estaba entre esos trece valientes hombres, como se afirmaba en la exposición, y sí entre los heridos de la batalla. Después de la primera persona relacionada en este folio 8, Bartolomé Rico Piloto, el contador de la Armada anota: «A trece personas de las que se alzaron con una galera turquesa y se vinieron desde La Caramanía con ella hasta Mecina se les dieron cuatrocientos y sesenta escudos en la manera siguiente»: 1- A Martín Bueno que fue el que comenzó la plática de alzarse con la galera cien escudos, 100 esc. 2- A Francisco de Guzmán espalder que mató al capitán de la galera cincuenta escudos, 50 esc. 3- A Lazarín de la Cruz otro espalder otro tanto, 50 escudos 4- A Marco Moreno, renegado con quien se concertó el negocio otro tanto, 50 escudos. 5- A Martín de Nicados, renegado por el mismo effecto otro tanto, 50 escudos. 6- A Mico Vicencio, barbero, mozo de cámara que dio armas a los cristianos veinte escudos, 20 esc. 7- A Juan de Tavormina el otro mozo de cámara que hizo el mismo effecto otro tanto, 20 escudos. 8-13 y después nombra a seis personas: 8 A Diego Diaz, 9 Nicolas calabrés, 10 Moreto calabrés, 11 Miguel de Palermo, 12 Francisco de Palermo y 13 Simón napolitano, que se hallaron desherrados al tiempo que se alzaron con la dicha galera y ayudaron veinte escudos a cada uno, son ciento y veinte escudos. En total, están nombrados los trece hombres y las cuantías entregadas a cada uno, que suman exactamente los 460 escudos apuntados por el contador. Y entre estos trece NO aparece el segundo Cervantes. A partir de esta relación de trece personas, el Contador anota en esta misma hoja a otros ocho heridos en la batalla. Y el documento termina precisamente con la vuelta de este folio 8, en el que aparece, ahora sí, Miguel Cerbantes, como último herido agraciado por orden de don Juan de Austria con 22 escudos, después del soldado Luis de Almazán. Es evidente el error que contenía la tarjeta de la exposición y las descripciones que de este documento disponía el público asistente. ¿Simple error o intencionalidad de que este segundo Cervantes no apareciese entre los heridos en Lepanto? ¡Vaya usted a saber! Quizá este documento, nunca expuesto, solo quería aportar en la exposición la prueba documental de que el autor del Quijote había estado en la batalla y que había resultado herido, como él mismo afirmaba en el Prólogo de las Novelas Ejemplares. Era la joya de la exposición, todos los demás documentos, cada uno en su archivo, se conocían perfectamente aunque nunca habían estado expuestos juntos. Pero al contener dos Cervantes heridos, quizás se quiso hacer desaparecer a uno de los dos camuflándolo entre los cristianos que se habían alzado con la galera turca después de la batalla, y de esta manera no quitar protagonismo al otro. No exponer el folio 8, o una copia de él, donde aparece la relación de los trece cristianos rebeldes en La Caramanía y dejar cortado el folio 8v, no parece un error o simple casualidad. El documento es claro e irrefutable. Se puede afirmar que en la escuadra de las galeras cristianas que combatieron en el golfo de Lepanto, aquel día del 7 de octubre de 1571, estaban a bordo dos hombres de nombre Miguel y con el apellido Cervantes, que resultaron heridos. También es evidente que ambos recibieron en el hospital de Mesina, por orden de don Juan de Austria, una cierta cantidad de dinero similar por «ayudas de costas» mientras se curaban de sus heridas. Y ahora me surgen algunas preguntas más sobre este documento, las mismas que se puede hacer cualquiera. Uno de los dos Cervantes es el autor del Quijote, no cabe duda, pero ¿quién es el otro Cervantes? ¿se conocieron estos dos Cervantes al escuchar su mismo nombre en la gran sala de heridos del hospital de Mesina? De uno de ellos sabemos que le dieron el alta unos días más tarde, en abril, y siguió en la Armada pero ¿y el otro Miguel, por qué no hay rastro alguno de él? ¿por qué se escondió este documento más de 150 años y sigue sin estar a disposición en el PARES? y la última, y no menos importante, ¿hay más documentos guardados en algún cajón referentes a la vida de Cervantes o de estos dos Cervantes, e incluso de otros Cervantes más, que pondrían dudas a la biografía más o menos oficial del autor del Quijote? Y otra más, hoy es un día de preguntas, ¿estos dos Cervantes que aparecen en este documento eran «dos soldados» como indicaba la tarjeta de la exposición? Pues no hay certeza alguna de ello, al contrario, a la vista del documento se puede afirmar que ninguno de los dos lo eran ese día de la batalla contra el Turco, al menos con esa graduación militar. Vuelvo a recordar aquí lo que don Juan de Austria decía en su carta al rey. Le comunicaba que con su carta, fechada el 27 de marzo de 1571, «va la relación de las personas a quien se han repartido ayudas de costa, a la mayor parte para curarse de las heridas que tuvieron en la batalla y a otras para ayudarlas a la extrema necesidad en que estaban». Y el contador de la Armada, anota al inicio de la relación que acompañaba a la carta que «se han dado ayudas de costa desde los trece de noviembre del año mil quinientos y setenta y uno hasta quince de marzo mil quinientos y setenta y dos», doce días antes del envío de la carta. Más delante, en la misma carta, don Juan informaba al rey que «Al Veedor general y contador he ordenado que saquen una relación de los soldados que han quedado mancos y maltratados en la batalla para enviarla a Vuestra Majestad, aunque a estas horas la mayor parte de ellos se han ido a Nápoles y a esos reinos con cartas mías, que es lo que a mí me ha tocado y con lo que les he podido ayudar» Esta segunda relación de soldados solicitada no acompañaba a su carta al realizarse después. El contador de la Armada es muy preciso con la entrega del dinero a cada una de las personas heridas o con extrema necesidad que «tan bien pelearon en ocassion tan onrdada». A los caballeros que participaron en la batalla, y que resultaron heridos, les antepone el “don” al nombre y a quienes tuvieron un puesto señalado los nombraba con su empleo. Así podemos ver en la relación a patrones y cómitres de galera, artilleros, cirujanos, pilotos o responsables de bastimentos. Las personas que tenían una graduación militar, ésta aparece junto al nombre: capitanes, alféreces y sargentos. Lo llamativo en esta relación de personas es que como soldado solo aparece uno en toda la relación, «Luis de Almazán soldado diez escudos», precisamente delante del segundo Cervantes. Se puede afirmar, por tanto, que ninguno de los dos Cervantes de esta relación de heridos en Lepanto es soldado, ni tiene un cargo o empleo a destacar por el contador, como otros muchos aquí anotados. Cervantes en el mismo Prólogo de las Novelas Ejemplares afirmaba que «Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo…», no cabe duda alguna, pero este empleo de soldado lo debió de conseguir después de ser dado de alta en el hospital de Mesina y seguir alistado en la compañía de Manuel Ponce de León, del Tercio de Lope de Figueroa. Alcázar de San Juan, por tradición oral desde que se publicó el Quijote y que en 1748 se descubriera en su iglesia de Santa María una partida de bautismo de un niño al que su padre Blas de Cervantes Sabedra, el día 9 de noviembre de 1558, le pusiera de nombre Miguel, ha creído firmemente que este Miguel de Cervantes Saavedra fue el autor del Quijote. También ha presumido que con tan solo trece años este alcazareño había estado en la gloriosa batalla de Lepanto. Edad imposible para estar de soldado en los Tercios Españoles, cómo han afirmado con razón quienes han tratado de anestesiar la tradición alcazareña, pero edad apropiada para las labores de grumetes y pajes que con la edad de trece años podían embarcarse ya en las galeras y galeones españoles. Aunque la labor de estos muchachos estaba destinada en trabajos de limpieza y de ayuda a todo lo que se terciaba, especialmente si acompañaban a caballeros y capitanes, en caso de batalla eran los encargados de mantener encendidas las mechas junto a los arcabuceros de los Tercios. Esta función en las galeras o en el mundo militar, que hoy nos puede parecer imposible por la edad, era tan normal y conocida en tiempos de Cervantes que incluso él mismo la describe en el capítulo LI de la primera parte del Quijote. La comitiva que traía a don Quijote desde Sierra Morena estaba comiendo en un prado de lo que los criados del canónigo habían traído hasta allí, cuando un cabrero que perseguía a una cabra suya llegó hasta ellos. Al ofrecerle comer con ellos el cabrero acepta y les cuenta una historia que pasó en una aldea cercana. El cabrero relata la llegada de un hombre de su pueblo que «venía de las Italias, y de otras diversas partes de ser soldado» recordando que «llevóle de nuestro lugar siendo muchacho de hasta doce años, un Capitán, que con su compañía por allí acertó a pasar». La misma edad con la que el alcazareño Miguel de Cervantes Saavedra pudo enrolarse como paje o grumete en la Armada de España en Italia en 1570. Termino esta conferencia con otra pregunta, que nunca tendrá respuesta: ¿Fue este Miguel alcazareño, del que tampoco sabemos nada más de él sino que fue bautizado aquí, el que se encontraba en la Marquesa ese glorioso día en Lepanto o fue el otro? Finalmente, recuerdo el primer subtítulo de la conferencia Auxilio de los cristianos.Gracias a la intercesión de la Virgen del Rosario estos dos Cervantes, aunque heridos, salvaron sus vidas. Uno de los dos Cervantes escribió el Quijote y gracias a su orgullo por haber estado allí se sigue recordando esta gran victoria contra el Imperio Turco cuatrocientos cincuenta años después, ¡pese a quien le pese! Gracias!!! En las respuestas a las preguntas de los asistentes, entre las muchas curiosidades del documento, destaqué la presencia en la relación de heridos de una mujer, quizás también una muchacha, que se encontraba en aquel hospital militar junto a los dos Cervantes. Se llamaba Roseta y el contador de la Armada así la anotó: «A Roseta Ossorio Hija de Luis Ossorio otro tanto – 20 ducados » Luis Miguel Román Alhambra Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote Leer más
Dominguera ruta Cervantin@lcazar Fecha de Publicación: 09/11/2021 En la mañana del domingo 7 de noviembre, los asistentes a la ruta guiada descubren los lugares de Alcázar de San Juan que tienen vinculación con el escritor y su obra Alcázar de San Juan, 9 de noviembre de 2021.- A lo largo de la mañana dominical un nutrido grupo de asistentes ha podido recorrer y al propio tiempo descubrir paseando, los diferentes lugares de la ciudad que tienen vinculación con Miguel de Cervantes y su obra. Coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar, miembros de esta asociación daban la bienvenida a los participantes de la ruta a las 12 de la mañana, junto a la escultura “Alonso con su gato” del escultor valdepeñero Antonio Lillo Galiani, situada en la Av. de Herencia frente a Aguas de Alcázar y punto de encuentro habitual de la ruta guiada. Posteriormente los asistentes conocieron la historia que encierra el Quijote Cósmico, en la plaza de Palacio, busto que Eulalio Ferrer (español exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México) regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan y del que existe otro ejemplar exactamente igual en Guanajuato, México. Ahí tuvieron ocasión de conocer de manos de Luis Miguel Román un Quijote, en edición de Calleja de 1905 igual al que consiguió Eulalio Ferrer en el campo de refugiados del sur de Francia cambiándolo por una cajetilla de tabaco, y con el que inició su pasión por el Quijote. Enseguida llegaron a la Iglesia de Santa María, parroquia fundada en 1226 y donde conocieron que el próximo martes se cumplirá el 463 aniversario del bautizo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558. Anuncios INFORMAR DE ESTE ANUNCIOPRIVACIDAD Se detuvieron en la calle Pedro Díaz Morante maestro de calígrafos, coetáneo y amigo de Cervantes, y tras conocer el antiguo convento de San José (sede actual del FORMMA, museo de alfarería de la Mancha) llegaron a la calle San Juan, justo al lugar en que estuvo la casa de Don Juan López Caballero, ascendiente de Gutierre Quijada, de quien Alonso Quijano a su vez “dice descender por línea recta de varón” según Cervantes relata en el Quijote cuando habla del linaje del caballero andante. En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue unos de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en le misma época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda y Juan Francisco Ropero y Tardío, quien puso al corriente de Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se ha ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1870 de la Real Academia Española realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. Y ya en la plaza de España los asistentes conocieron la estatua de don Quijote y Sancho Panza realizada por Marino Amaya quien se inspiró en el periodista y alcazareño de adopción Tico Medina para la cara de Sancho Panza, siendo este el final de la ruta guiada. Se recordó a los asistentes que el martes día 9 de noviembre, tendrá lugar en el Museo Casa del Hidalgo la charla de Luis Miguel Román Alhambra titulada “Lepanto 1571-2021. Auxilio de los Cristianos” a partir de las 19:00 horas, donde se ampliarán más algunas de las cuestiones suscitadas en la ruta guiada de esta jornada. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Al hospital Mancha Centro: GRACIAS por la vida Fecha de Publicación: 08/11/2021 Un sencillo homenaje tributado por la Sociedad Cervantina que el pueblo de Alcázar debía a los profesionales del hospital Mancha Centro y que no se había podido celebrar antes por las restricciones de la pandemia Alcázar de San Juan, 8 de noviembre de 2021.- Este sábado 6 de noviembre ha tenido lugar el Almuerzo de don Quijote en honor al personal del hospital Mancha Centro en agradecimiento por su trabajo y profesionalidad durante la pandemia de COVID-19 en el que diferentes trabajadores del hospital, desde personal de limpieza y servicios, celadores, auxiliares, enfermeros, personal administrativo y en especial médicos –gran parte de ellos especialistas-, que arrimaron el hombro de forma admirable en funciones que no eran las propias, ayudando a sus compañeros, para luchar más eficazmente contra esta epidemia mundial. Los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar han querido rendir un sentido y sincero homenaje a todos cuantos trabajaron denodadamente por nuestra salud y que después han llevado a cabo un proceso de vacunación ejemplar tanto desde el hospital como desde los centros de atención primaria. Con este motivo se han reunido -en torno a los típicos platos del Quijote regados con el ya afamado vino “Hideputa”-, en la sede de la SCA donde en la persona de su gerente, Lucas Salcedo, han recibido un detalle conmemorativo en premio al esfuerzo demostrado durante meses. Salvo Ana Chacón (servicio de limpieza) que no pudo asistir por causas ajenas a su voluntad, han estado presentes Caridad Montalvo (auxiliar de enfermería), M. Cruz García Navas (enfermera de Medicina Interna), Francisco Fernández (médico Atención Primaria), Jesús Lizano (director de Gestión), Javier Castellanos (director de Enfermería) y Lucas Salcedo (gerente). Junto a ellos asistieron nuestros asociados José Manuel Zarco (médico Oftalmología) y Manuel Castellanos (supervisor de Salud Mental y Medicina Interna 4) quienes hicieron de nexo de unión entre los invitados y la Sociedad Cervantina de Alcázar. Con este almuerzo y este modesto homenaje, la Sociedad alcazareña ha tratado de devolverles lo mucho que hicieron por los ciudadanos de Alcázar de San Juan y su comarca y les animan a que sigan dando lo mejor de sí mismos en favor de nuestra salud. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Palabra e historia (con breve parada en la Mancha) Fecha de Publicación: 28/10/2021 Decía Jacques Lacan, el conocido psicoanalista francés, que el primer instrumento que tenemos para representarnos es el cuerpo; el segundo es el lenguaje. Y es así como, a través del propio cuerpo y del lenguaje, un niño comienza a tomar conciencia de que es un sujeto. El lenguaje -la palabra- es, por decirlo de otro modo, uno de los pilares que nos constituyen como individuos y, puesto que somos animales sociales, como especie. Con el lenguaje pensamos y sentimos, nos mostramos ante el mundo y comprendemos la realidad, establecemos nuestros lazos más sólidos, nos comunicamos con nosotros mismos y con los demás; con las palabras amamos, pero también nos causamos dolor; con ellas se componen bellísimos poemas y con ellas mentimos y condenamos a muerte; con ellas rezamos, despreciamos, cantamos, nos consolamos, investigamos, enseñamos y aprendemos… Hay palabras que matan y palabras que curan. El mundo y el pensamiento están hechos de palabras. Y es una verdadera pena que, en demasiadas ocasiones y dada su importancia y su poder, no las cuidemos ni les prestemos la atención que se merecen. Un solo ejemplo: España, como las instituciones internacionales denuncian cada año, es uno de los países europeos con mayores problemas de comprensión lectora en niños y adolescentes. La Historia está íntimamente relacionada con el lenguaje y, por tanto, con la identidad, tanto la individual como la colectiva. Conocerla no solo sirve para adentrarnos en el pasado o para el clásico tópico de no repetirla, sino que, como la palabra, nos configura y configura nuestra realidad. Somos lo que somos porque existimos en un contexto, dentro de unas coordenadas temporales y espaciales. No seríamos lo que somos de haber nacido veinte años antes o veinte años después, o en cualquier otro lugar del mundo. (Si esta simple idea la tuviéramos más en cuenta, quizás nos ahorraríamos muchos problemas generacionales con nuestros padres, con nuestros hijos o con las gentes de otras tierras y otras culturas). Pero cuando hablamos de Historia no hablamos solo del pasado, sino que fundamentalmente nos referimos al relato que hacemos de ese pasado, un relato que elaboramos en el presente y al que aplicamos nuestros filtros ideológicos personales o colectivos. Y ahí nos topamos de nuevo con las palabras, que son las que conforman los relatos. Hay palabras que han transformado la Historia y acontecimientos históricos que han sido definitivos en la formación y la evolución de las lenguas. Los discursos de odio contra los judíos condujeron finalmente a los campos de exterminio nazis; la homofobia, la xenofobia y el racismo verbal siguen teniendo como consecuencia palizas o asesinatos de personas homosexuales, extranjeras o de diferente raza; las apasionadas proclamas de muchos líderes históricos han conducido tanto a grandes revoluciones como a profundos desastres. También la ausencia de palabras, el silencio, puede tener graves consecuencias sobre la realidad. Incluso algo tan aparentemente insignificante como la incorrecta traducción de una sola palabra puede ser la causa de importantes acontecimientos históricos, como ocurrió, por ejemplo, en la tradición religiosa occidental cuando, hace unos 2.200 años, se tradujo la palabra hebrea “almah” (doncella, mujer joven) por la griega “parthenós” (virgen) en la famosa traducción de la Biblia conocida como Septuaginta. Hasta ese punto una sola palabra puede configurar la historia. O una simple frase, como la del evangelio de Mateo: “Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos’ contestó todo el pueblo”, utilizada durante 2.000 años para justificar el antisemitismo. Del hecho contrario -el modo en que la Historia afecta al lenguaje- baste mencionar cómo las invasiones de Iberia por los romanos o de la Hispania visigoda por los árabes, cambiaron las lenguas y los modos de hablar y, por tanto, de pensar de la península. O cómo la decisión de Felipe II de establecer la capitalidad del reino en Madrid o el espectacular crecimiento poblacional de Sevilla al convertirse en puerto de salida y llegada de los viajes al Nuevo Mundo influyeron decisivamente en el mayor cambio fonético de la historia del castellano: la desaparición de las consonantes sibilantes y la consiguiente diferenciación entre el castellano del norte (el modelo capitalino madrileño) y el del sur (el modelo sevillano), que condicionaría también el modo en que se habla español en toda Sudamérica, ya que fueron hombres del sur los que mayoritariamente participaron en la conquista. Profundizar en ello daría para otro largo artículo. Me limitaré después a mencionar cómo el llamado “heheo” (leído con hache aspirada) es un fenómeno lingüístico, junto al seseo y el ceceo, que se genera entonces, entre el siglo XVI y el XVII, y que afecta a la variante manchega del castellano. Consiste básicamente en la tendencia a pronunciar casi todas las eses como una hache aspirada (nohotros, ehpañol, eh que…). MULTICULTURALIDAD Y DIVERSIDAD Las lenguas ni nacen solas ni son eternas. Tienen, como entes vivos que son, una historia. Surgen a partir de lenguas anteriores, tienen una vida normalmente larga (cientos o miles de años), se imponen sobre otras o son eliminadas por ellas, se transforman en lenguas nuevas y, tras numerosos avatares, desaparecen. Muchas de las que desaparecen, sin embargo, nunca mueren del todo, sino que parte de su acervo pervive, con más o menos cambios, en las lenguas que las sustituyen. Hay incluso lenguas que resucitan, como ha ocurrido con el hebreo, lengua que dejó de hablarse en el siglo IV de nuestra era (sólo se mantuvo su uso litúrgico y literario) y que volvió a hablarse con el impulso del movimiento sionista hasta convertirse de nuevo en el siglo XX en la lengua oficial del estado de Israel. En la actualidad, de las aproximadamente 7.000 lenguas que se hablan en el planeta, más de 2.000 están en peligro de extinción y aproximadamente unas 50 son habladas por un solo individuo. Muchas de ellas desaparecerán si no se implantan políticas dirigidas a mantenerlas vivas. En el caso de España, tanto el aragonés (hablado en la zona de Jaca) como el aranés (hablado en el valle de Arán) están en serio riesgo de desaparición. Ninguna de ellas es usada habitualmente por más de unos pocos miles de hablantes. Para promoverla y evitar su extinción, el gobierno catalán ha declarado el aranés, a pesar de ser hablado solo por unas 8.000 personas, lengua cooficial de Cataluña. De las lenguas, como de las personas, se puede trazar un árbol genealógico. En el caso concreto del origen del español podemos remontarnos hasta hace aproximadamente 6.000 años, que viene a considerarse el tiempo máximo para acceder con ciertas garantías de comprensión a una lengua ya desaparecida. Tanto el español como la mayoría de las lenguas occidentales provienen de una lengua madre conocida como protoindoeuropeo. Recibe ese nombre porque a todas las lenguas que descienden de ella se les llama lenguas indoeuropeas, que son la mayoría de las que se hablan entre la Península Ibérica y la India y, evidentemente, las que llevaron los colonizadores a América. La hipótesis más común sitúa a los hablantes de esta lengua primigenia en la zona de la actual Ucrania, al norte del Mar Negro. De ella derivan las lenguas germánicas, las eslavas, las del grupo céltico, las de la familia itálica -y su continuación: el latín y las lenguas romances-, el griego, el albanés, el persa y toda la gran familia de lenguas indo-iranias, el sanscrito, el hindi y un larguísimo etcétera. Resumamos diciendo que aproximadamente la mitad de la población de la Tierra habla una lengua que procede de la que se hablaba en aquel territorio al norte del Mar Negro hace unos 6.000 años. El español, como el resto de las lenguas romances, tiene su origen principal en el latín, que a su vez procede de una mezcla de itálico y etrusco. El itálico proviene de una lengua conocida por los especialistas como celto-ítalo-tocario, que es la que tiene su origen directo en el protoindoeuropeo. Pero la historia de una lengua no es siempre tan lineal. A las lenguas llegan palabras y rasgos de otras muchas con las que están o han estado en contacto. Si bien aproximadamente el 70% del vocabulario del español procede del latín, no podemos olvidar que durante casi ocho siglos los árabes habitaron la Península Ibérica y dejaron en nuestra lengua una profunda huella: el 8% de los vocablos del actual castellano. Pero a través del árabe nos llegaron también palabras del arameo, del persa o del sanscrito, igual que con el latín nos llegaron palabras -y por lo tanto ideas- de origen griego (un 10%) y de otras zonas del imperio. Y hay que tener también en cuenta que antes de que los romanos conquistaran Iberia, aquí se hablaban varias lenguas, con sus correspondientes dialectos, que han dejado asimismo su marca en el castellano. Las lenguas prerromanas más habladas eran el vasco y el ibero, lenguas, por cierto, no indoeuropeas y de origen oscuro. En el castellano quedan también restos de las lenguas que hablaban los pueblos celtas, que habitaban el oeste de la península, de los celtíberos, los tartesios, los turdetanos, los lusitanos, los cartagineses o los fenicios. A través de la religión, nos llegaron multitud de palabras hebreas, especialmente antropónimos o nombres de personas. Y con las invasiones bárbaras vinieron palabras centroeuropeas. O palabras galas a través del camino de Santiago. O italianas en los siglos XVI y XVII. O, más recientemente, palabras de las grandes naciones de los últimos siglos: Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos. También hay un ingente número de palabras que llegaron al castellano tras la conquista de América provenientes de lenguas precolombinas, como el quechua o el náhuatl. Y no es que lleguen sólo palabras; a veces la influencia de unas lenguas sobre otras es de otra naturaleza. El castellano, por ejemplo, le debe al vasco (hay quien afirma que también al ibero, que se hablaba en la enorme franja mediterránea que va de Marsella a Málaga, adentrándose incluso hasta el este y el sur de La Mancha) sus cinco sonidos vocálicos (el francés tiene once; el inglés, doce). También le debemos al vasco la transformación de la F inicial de las palabras latinas en H muda (formosus/hermoso; ficus/higo, facere/hacer…) ya que en vasco no existe el sonido F al comienzo de palabra. Esta influencia se debe a que el castellano nació en el norte, en contacto directo con el antiguo euskera, que se hablaba en un territorio mucho más extenso que en la actualidad, llegando incluso a la actual provincia de Zaragoza y a zonas del este de Cataluña y, por supuesto, en todo el sureste francés. Las famosas glosas emilianenses, que son los primeros escritos en castellano, tienen a su lado glosas escritas en euskera primitivo. Estos rasgos que las lenguas más antiguas dejan sobre la lengua que finalmente se impone recibe el nombre de sustrato. Diríamos, por tanto, que nuestros cinco sonidos vocálicos o la conversión en H muda de la F inicial en el proceso de evolución del latín al castellano forman parte del sustrato vasco. Veamos brevemente, para ilustrar la enorme multiculturalidad del español, algunos ejemplos de vocabulario de uso común procedente tanto de lenguas coetáneas como de lenguas anteriores al castellano y que perviven en él con ciertas variaciones. Protoindoeuropeo: son muchas las palabras o raíces de palabras que conocemos (algunas solo de forma aproximada) de aquella antigua lengua, sobre todo palabras relacionadas con el cuerpo, la familia, los números, los animales o los objetos de uso cotidiano. Debió de existir, por ejemplo, alguna palabra muy parecida a kaput para referirse a la cabeza, ya que, para nombrarla, muchas lenguas indoeuropeas usan palabras con bastantes similitudes (capitia, cabeza, cap, kéfali, kopf, kapuko, kapalam…). El concepto de madre debió de decirse de algún modo muy similar a méhter, que ha evolucionado de forma parecida en muchas lenguas (madre, mother, mère, mater, macer, mothe, mat, matr, mátar…). La palabra dios proviene del latín deus, que a su vez viene del griego Zeus, todas ellas procedentes de la raíz indoeuropea dyeu-, que significa sol, una de las deidades más comunes de las antiguas religiones. También de ella procede la palabra día. Incluso palabras más raras como espetera o espeto provienen de la raíz indoeuropea spei-, de donde también derivan la palabra espina o espiga, que son objetos, como el espeto, puntiagudos. Latín: la gran mayoría de las palabras del español provienen de esta lengua y no es necesario abundar en ello. Algunas nos llegaron en diferentes oleadas, primero como evolución a través del latín vulgar, que se fue transformando poco a poco en castellano, y otras posteriormente, dado que el latín siguió siendo la lengua de la Iglesia y de las universidades durante siglos. La palabra delicatum,por ejemplo, se convierte en delgado y, en una derivación posterior, en delicado. La palabra solitarium nos llega primero como soltero y después como solitario. O frigidus, que nos llega como frío y como frígido. Ibero: perro, vega, el prefijo aram (valle) de palabras como Aranjuez o Arango. Celta / celtíbero: páramo, lanza, conejo, cerveza, camisa, bragas, colmena… El latín adopta muchas de ellas, como ocurre, por ejemplo, con la palabra celta camanom, que se convierte en camminum en latín y que luego pasa al español como camino. De fenicios y cartagineses tenemos topónimos como Ibiza (de Ebussus), Cádiz(de Gadir) o Málaga (de Malaka). Griego: teatro, política, tragedia, botica, aritmética, Cristo, iglesia, cementerio, Teodoro, Pancracio, Eusebio… Vasco: izquierda, chabola, cencerro, tarranco, abarca, aquelarre… Tartésico / turdetano: el sufijo -uba, por ejemplo, de Corduba (Córdoba) u Onuba (Huelva). Gótico: muchas de sus palabras se integran en el latín. Son de los godos palabras como guerra, parra, espuela, ganso, hato, ropa… O nombres como Fernando, Rodrigo, Álvaro, Alonso, Elvira … Árabe: es, por el tiempo que los musulmanes permanecen en Al-Ándalus, una de las lenguas que más palabras deja en el castellano: algarabía, ojalá, almohada, alcancía, azafrán, mazorca, jarca, máscara, limón, naranja, albañil, escabeche, alcuza, fanega… A través del árabe nos llegan también palabras como añil o ajedrez, que provienen del sánscrito, o azul, que procede del persa. Muchas expresiones tan cotidianas como La madre que te parió, Si Dios quiere o Dios te ampare tienen asimismo su origen en esta lengua. Mozárabe: alpiste (que proviene del latín pistum al que se añade el artículo árabe al), pleita, asina… Lenguas americanas precolombinas: guasca (del quechua: látigo de cuero), barbacoa (del taíno: conjunto de palos), cigarro (del maya siyar: fumar), jícara(del náhuatl: vaso). Otras palabras comunes como chocolate, maíz, chapapote, cacique, chicle, hamaca, patata o tomate provienen también de América. De Flandes, la antigua colonia española, nos llegan muchas palabras relacionadas con el lenguaje militar: furriel (y de ahí furriela), petardo, carabina, recluta… Inglés: chutar, fútbol, champú (de shampoo, que a su vez proviene del hindi), monitor, suéter, jersey, folclore, filmar, iceberg… O incluso expresiones del llanito (hablado en Gibraltar) tan comunes como Va que chuta. Francés: restaurante, autobús, furgoneta, glorieta, chalet, edredón, champiñón, pistacho, pingüino… Italiano: facha, fachada, gamba, carnaval, fascista, gambito, mazacote, raqueta, tómbola… Alemán: acordeón, aspirina, cobalto, cuarzo, brindis… Húngaro-checo: coche, pistola, sable… Portugués: charol (de charâo, que a su vez viene del chino), Patiño, lancha(procedente del malayo), menina, barullo, catre, tanga… Caló: camelar, molar, chungo, fetén, majareta, pirar, pringar, potra… Hebreo: sábado, benjamín, edén, rabino, fariseo, cábala, aleluya, rebeca… y decenas de nombres bíblicos. Sánscrito: añil, mantra, yoga, alcanfor, laca, ajedrez… Persa: azul, escarlata, jazmín, babucha… Chino: té, tifón, biombo, soja… Así pues, hablar español (como hablar otras muchas lenguas) significa utilizar constantemente palabras de distinta procedencia, que se han incorporado al idioma en diferentes momentos de la historia y por caminos muy diversos. Cuando mencionamos, por citar solo tres ejemplos muy breves y cercanos, al patrón de Villafranca, el Cristo de Santa Ana, estamos utilizando palabras de origen griego (Cristo), latino (Santa) y hebreo (Ana), o cuando decimos Villafranca de los Caballeros estamos usando dos palabras latinas (villa y caballeros) y una germánica (franca). O Alcázar (del árabe hispano al qasr, que a su vez proviene del latín castra) de San (del latín) Juan (del hebreo). Al castellano, con toda seguridad una de las lenguas más multiculturales y, por tanto, ricas del mundo, han ido llegando palabras y expresiones porque las han traído gentes de otras tierras y otras culturas a lo largo de la historia. Y seguirán llegando, porque la especie humana siempre ha sido una especie migrante, viajera, curiosa y necesitada de traspasar los límites de su entorno cotidiano. Somos esencialmente, por nuestra historia, por nuestra geografía, por nuestra cultura y por nuestra lengua (y, por tanto, por nuestro pensamiento), multiculturales, aunque haya quienes detesten esta realidad y asocien la palabra multiculturalidad con la palabra estercolero. No hablaremos aquí, por falta de espacio, de la diversidad del español, de sus diferentes dialectos, heterogeneidad y variedades, tanto en España como en los numerosos países y regiones donde se habla. Son miles los americanismos de las variantes del español del llamado Nuevo Mundo. El castellano es una lengua tan rica, tan amplia, tan diversa, que no cabe hablar de una uniformidad ni lingüística ni ideológica. Sólo concluiremos que diversidad y multiculturalidadson dos conceptos esenciales al referirnos a nuestro idioma, igual que lo son al hablar de nuestra historia y, por tanto, de nuestra identidad. Todo proyecto de uniformidad en este momento de la historia es contrario al espíritu y la esencia tanto del español como de lo español. MOMENTOS ESTELARES DEL CASTELLANO Lo que primero marca el español, desde el punto de vista histórico, es, evidentemente, la presencia en la Península Ibérica de todos los pueblos que la han habitado o que han ejercido su influencia cultural sobre ella de uno u otro modo, como hemos visto en el apartado anterior. Las dos fechas más relevantes en las que tiene lugar la llegada de pueblos extranjeros son el año 218 a.C., año en que comienza la romanización en el contexto de las Guerras Púnicas, un proceso que dura unos dos siglos, y el 711, año en que los árabes inician su rápida invasión y cuya presencia se prolonga durante ocho siglos. Pero existen otros momentos fundamentales en la historia del español que merecen ser destacados: Siglo XI: Las glosas emilianenses y las silenses son las primeras pruebas escritas de que el latín se ha transformado ya en una lengua romance, el castellano. Concretamente, el Códice Emilianense, conservado en el monasterio de San Millán de la Cogolla, en La Rioja, data del siglo IX, aunque las glosas son añadidos del siglo XI. No son anotaciones poéticas ni de altos vuelos. Son breves notas aclaratorias en lengua vernácula hechas por uno o varios monjes a un texto escrito en latín, lo que significa que ya había monjes que no dominaban muy bien esa lengua. Su importancia reside en que son los primeros testimonios escritos de la existencia del castellano. También son importantes para el euskera, ya que las pocas glosas escritas en una versión primitiva de la lengua vasca son los primeros documentos escritos no epigráficos (es decir, no escritos en piedra o cualquier otro material duro) que poseemos de esa lengua. Siglo XIII: Alfonso X el Sabio y su Escuela de Traductores de Toledo son los responsables de una inmensa obra de composición y traducción al castellano de textos de todo tipo provenientes del latín, el árabe y el hebreo. La fijación por escrito de la prosa castellana de su tiempo es sumamente importante en la historia de la lengua. Hasta entonces, el romance castellano carecía de una tradición literaria asentada, tanto en el campo científico como en el humanístico. Por otra parte, a partir de su ingente obra, la norma utilizada en castellano se desplazará de la usada en la región de Burgos a la que se hablaba en Toledo. Año 1440: invención de la imprenta. Probablemente sea el invento más importante a la hora de fijar la lengua y unificar aún más su gran diversidad de usos y variantes. Supone, además, entrar en contacto directo con las palabras de otros autores, otros tiempos y otras culturas, con lo que ello tiene de enriquecimiento de la lengua y la inculturación de los pueblos. Pero supone, sobre todo, la posibilidad de acceso al conocimiento (y a la lengua escrita, es decir, fijada) de un número de hablantes cada vez mayor. Es el germen de la democratización y la expansión del saber, que hasta entonces era exclusivo del clero y de la aristocracia (y no toda). Este germen democratizador de los libros es al que temen todos los autoritarismos, que suelen cebarse con ellos en sus intentos por destruir las democracias. Año 1492: los acontecimientos que tienen lugar durante este año son fundamentales en la historia del castellano: el descubrimiento de América, la derrota definitiva de Al-Andalus, el edicto de expulsión de árabes y judíos y la publicación de la gramática del sevillano Antonio de Nebrija, que es la primera gramática de una lengua vulgar que se imprime en Europa en un momento en el que las lenguas romances no eran aún consideradas lenguas de cultura. El ladino, el castellano que se hablaba en la península en el año 1492, aún pervive hoy en día, aunque en rápido proceso de extinción, en algunas comunidades de judíos sefardíes repartidas por el mundo. Sefarad era el nombre que los judíos daban a España, igual que los árabes la llamaron Al-Andalus. Siglos XVI y XVII: reajuste del sistema de los fonemas sibilantes. De los siete sonidos sibilantes del castellano medieval sólo quedan (en el castellano estándar) el actual sonido de la S y el de la CH. En aquellos lugares donde se impuso el ceceo también desapareció el sonido de la actual S. Algunos de los que desaparecieron del castellano estándar, como el sonido /ʃ/ (el de la palabra inglesa shop), permanecieron en algunos lugares del sur en las palabras que contienen una CH (como en el andaluz chacho) o en otras lenguas de la península (como en el gallego Xunta o el catalán Xabi). Otros fonemas desaparecieron completamente, como el sonido /ts/ (similar al sonido de la doble Z de la palabra italiana pizza), el sonido /dʒ/ (como el sonido inicial de las palabras inglesas John o jacket) o el fonema /z/ (S sonora, como el de la palabra inglesa zoo). Es en este momento de la historia cuando el sonido de la X (México, Texas), que era sibilante, se transforma, primero en el de la H aspirada y posteriormente en el de la actual J (Méjico, Tejas). También entonces se separan definitivamente las variantes del castellano del norte y las del sur, generalizándose en el sur uno de los rasgos más importantes de su modo de hablar, el seseo, que es característico también de los países latinoamericanos, cuyos colonizadores fueron, en su mayoría, hablantes de los dialectos sureños de la península. Año 1713: creación de la Real Academia Española bajo el reinado de Felipe V, inspirada, dado el origen de la dinastía borbónica, en la Academia Francesa. Su función es la de preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución. Su creación ayuda aún más a fijar o a desechar los cambios producidos por los diferentes usos, los errores o el desconocimiento normativo de muchos de sus hablantes, tanto en España como en el resto de países en los que se habla, aunque no siempre lo logra. En lo específicamente relacionado con la Historia de la Lengua, su misión, más que crear nuevas leyes o censurar novedades, es la de ser testigo y certificar aquellos cambios que la mayoría de los hablantes de un territorio, por diversas circunstancias históricas, sociales o culturales, acaba convirtiendo en uso común y cotidiano. Segunda parte del siglo XX hasta nuestros días. En 1969 nace internet. Aún no sabemos el alcance real y completo de lo que las telecomunicaciones -especialmente la red- acabarán afectando a nuestra lengua, pero la globalización, los nuevos modos de escribir, la creatividad propia de los jóvenes, la avalancha de palabras procedentes del inglés, el acceso directo a hablantes de cualquier origen o condición, la inmediatez y rapidez en la comunicación, así como la brevedad en la exposición de ideas que exigen o permiten ciertas plataformas con cientos de millones de usuarios tendrán, a buen seguro, un importante impacto sobre la lengua y sus usos. Igual ocurre con la revolución cultural y sexual que nace en los años 60 del pasado siglo. Con los movimientos feministas y LGTBI (así como con los movimientos que se oponen a sus reivindicaciones) se siguen introduciendo nuevas palabras y transformando o creando otras, de las que probablemente quedarán muchas en la lengua. De no existir el movimiento feminista, una palabra como señoro (varón típicamente machista) no habría sido elegida como principal neologismo del año 2020, por ejemplo. PALABRA Y DEMOCRACIA Afirma Irene Vallejo, autora del reciente y excelente ensayo El infinito en un junco que “para que la democracia sea saludable, también tienen que serlo las palabras”. Es decir, si las palabras no son sinceras, si mienten, si manipulan, si tergiversan, si corrompen, si insultan, la democracia será una democracia enferma. Pero siendo esta una idea que merecería ser analizada con detenimiento tanto desde la Filología como desde las Ciencias Políticas y de la Comunicación, en este apartado nos vamos a limitar a hacer una breve reflexión sobre la relación, desde el punto de vista de la Historia, entre los dos conceptos principales de la cita: palabra y democracia. ¿En qué sentido afecta la idea de democracia a una lengua? Digamos, como punto de partida, que la democracia es un concepto más vinculado a la horizontalidad (poder que proviene de todos o de una mayoría) que a la verticalidad (poder que se impone desde arriba, normalmente por una minoría). Si hablamos de palabras, ¿quién tiene más poder sobre ellas a la hora de acomodarlas y fijarlas en la lengua: la autoridad de instituciones como la RAE o el pueblo que las usa?; ¿la norma impuesta por las gramáticas y los diccionarios o un uso que a veces proviene de la ignorancia y el error?; ¿el poder y el conocimiento de los sabios o el descarado atrevimiento de la juventud y la influencia de los movimientos sociales? ¿Quién tiene -por utilizar una expresión relacionada- la última palabra? Veamos. Hace unos días, en la viñeta de un periódico nacional, aparecía la imagen de un camino que se bifurca. En cada uno de los dos nuevos caminos hay dibujado un cartel que indica hacia dónde conduce. En uno se lee “almóndigas”; en el otro, “lenguaje inclusivo”. Un numeroso grupo de sesudos personajes vestidos de negro, representando a los académicos de la RAE, enfilan, como una piña, la misma dirección: la de las “almóndigas”, un lugar que debe de estar cerca de otros como “papichulo”, “asín” o “toballa”, términos también aceptados por la Academia recientemente. El objetivo de la viñeta no es, evidentemente, criticar la aceptación de palabras tan castizas como las que representa el camino elegido, sino denunciar la postura y las preferencias de los académicos, que dictaminan en contra de aplicar el lenguaje inclusivo a la Constitución o que demoran hasta al menos el año 2026 la aceptación formal de expresiones como “violencia de género”, que en la actualidad es una expresión utilizada por la inmensa mayoría de la población y que tiene repercusiones sociales más relevantes que, pongamos por caso, la palabra “almóndiga”. Pero independientemente de que uno esté de acuerdo o no con la decisión de los miembros de la RAE -allá cada cual-, hay algo por encima de tal decisión: tanto en un caso (lo castizo) como en otro (la creación de un modo de hablar no discriminatorio), su elección, aun siendo importante, no va a ser el factor que determine el éxito o el fracaso del “papichulo” o del “nosotres”. Son los hablantes y no los académicos los que tendrán la última palabra. Ellos, los académicos -mal que les pese en ocasiones-, no pueden hacer otra cosa que limitarse, como han tenido que hacerlo siempre, a ser notarios del triunfo o la derrota de las palabras que utilizan las mayorías sociales. El consenso, más que el corsé, será quien determine qué se queda y qué desaparece de la lengua. Más que de verticalidad tenemos que hablar, pues, de horizontalidad. Más que de dictadura de unos pocos, de democracia. No hay regla impuesta que pueda funcionar bien sin la aceptación de aquellos a los que se les exige su cumplimiento. La Historia lo demuestra. Ello no significa que cada uno pueda utilizar la lengua como le venga en gana. El consenso implica unas normas que nos hemos dado entre todos y que, consciente o inconscientemente, aceptamos la totalidad de los miembros de una comunidad de hablantes, ya sea universal (las normas generales comunes a todos los dialectos y variantes de la lengua) o particular (aquellas que afectan a un entorno más reducido, sea nacional, regional o local). En sus comienzos, en el siglo XVIII, la RAE cosechó numerosos fracasos. Los académicos pretendían imponer a toda costa el modo de hablar de las personas cultas, que en aquellos tiempos eran las minorías poderosas (una costumbre de la que aún quedan restos). Pero poco a poco no les ha quedado más remedio que rendirse a la evidencia de que su misión no es la de imponer nada sino la de sugerir, la de ser testigo y notario, la de ordenar los materiales lingüísticos que la gente común crea y usa para comunicarse cotidiana o artísticamente. ¿Quién le puede prohibir a los jóvenes que digan finde, Insta o porfi en lugar de fin de semana, Instagram o por favor, o a los niños que digan seño o cumple (en lugar de señorita y cumpleaños), a un andaluz que diga asín, a un activista LGTBI que diga todes o nosotres o a un poeta que diga montañas como abismos, aunque ambas palabras hagan referencia a realidades radicalmente opuestas? Digan lo que digan los académicos, todas esas personas lo seguirán diciendo o, si lo desean, dejarán de decirlo. La Academia unas veces gana y otras pierde. Y los motivos a veces son inexplicables o azarosos. Sin saber muy bien por qué, hay palabras y expresiones muy usadas que, a pesar de estar ampliamente extendidas, no acaban de ser aceptadas por la mayoría de los hablantes como correctas. Un caso paradigmático es el del uso de me se (me se ha caído) en lugar de se me: muchas madres, incluso las que ni han oído hablar de la RAE, siguen corrigiendo a sus hijos cuando cometen este error. Algo tiene esa expresión que sigue rechinando tanto a los académicos como a la mayoría de la gente. En el siguiente ejemplo es la Academia la que ha salido perdiendo a favor del uso de los hablantes: la expresión “ir a por agua” (o “a por pan”, o “a por una silla”), con la preposición “a” (lo apropiado era decir “voy por agua”), ha sido incorrecta según las reglas hasta que, con la fuerza que impone el uso, ha tenido que ser aceptada como correcta. Ha ocurrido con infinidad de palabras a lo largo de la historia, algunas ya mencionadas, como almóndiga, asín, murciégalo, descambiar o vagamundo, que hoy en día son aceptadas, aunque sea como vulgarismos o coloquialismos, que en algún momento podrían dejar de serlo. Lo mismo les pasa cada año a un buen número de neologismos, que tras un tiempo en ese extraño limbo de la incorrección, pasan a ser admitidos en la lengua como miembros de pleno derecho, como recientemente ha ocurrido con palabras como tuit, espanglis, cederrón, culamen, amigovio o palabro. O como pronto pasará con palabras como señoro, que ya hemos mencionado. Y así es, entre otras muchas causas, como han avanzado, se han transformado y enriquecido las lenguas a lo largo de la historia. Y como siguen haciéndolo. La fuerza de las palabras es la de los caballos salvajes: raramente admiten riendas. Las palabras nacen, triunfan o desaparecen no según decisión de los entendidos, sino de la colectividad. Por ello lenguaje y democracia son dos conceptos tan íntimamente ligados a lo largo de la historia, existan o no existan instituciones reguladoras. ¿Quién nos iba a decir que una palabra tan común en los años ochenta como yupi (moderno, joven y exitoso hombre de negocios) iba a pasar en tan poco tiempo al rincón del olvido? Pues ha ocurrido, independientemente de que la RAE le diera entrada o no en su diccionario. Es ingente la cantidad de palabras comunes que o bien porque su referencia ha entrado en desuso (como manteo, entremantilla, garrotín, jubón, chambra, celemín, odre, pelaire, saya o tartana) o por la decisión más o menos caprichosa de la colectividad (cuchipanda, niqui, dandi, piscolabis, endilgar, yupi, dabuten, okey Makey, efectiviwonder) o bien por comodidad (un poco de azafrán, de sal o de chocolate en lugar de una brizna de azafrán, una pizca de sal o una onza de chocolate) se están quedando o se han quedado obsoletas. Es verdad que uno tiene la impresión de que la desaparición de una palabra supone un empobrecimiento irremediable de la lengua, una pequeña tragedia, pero sírvanos de consuelo que si bien son centenares las que han desaparecido en los últimos siglos, continúan siendo más las palabras que nacen que las que mueren (sean usadas o no por todos los hablantes; ese es otro cantar). Como decimos, este tipo de movimientos ha existido siempre en la historia de las lenguas vivas. Por eso afirmamos que están vivas, porque cambian, porque evolucionan, porque incorporan nuevas realidades, porque inventan, porque se deshacen de palabras o recursos innecesarios o simplemente por moda o por capricho. Como la vida misma, como la historia de los pueblos. De haber triunfado la tendencia más conservadora, de no haber acogido las palabras venidas de otros mundos, de habernos guiado por leyes inmutables y eternas, de no habernos saltado el ordeno y mando, de no haber incorporado los errores de los menos cultos o la creatividad de los más jóvenes, el castellano, como cualquier otra lengua, jamás habría nacido. Ni el castellano ni otras muchas cosas que hacen del mundo un lugar fascinante y hermoso. En España seguiríamos hablando, con ligeras variaciones, la lengua que hablaban Julio César, la emperatriz Livia Drusila o Marco Tulio Cicerón (que a lo mejor, ahora que lo pienso, tampoco estaría tan mal). LA VARIANTE MANCHEGA EN ESTE CONTEXTO Hay que decir que lo manchego, tanto su modo de hablar como otros rasgos de su idiosincrasia, es más conocido últimamente a causa de la presencia pública de destacados cineastas, humoristas, cantantes o escritores manchegos que favorecen de alguna manera el orgullo regional. Conocidos políticos hacen incluso alarde exagerado de determinadas características lingüísticas propias del habla manchega, como ocurre con el heheo del antiguo presidente José Bono (en su caso quizás deberíamos decir jejeo). Ello ha contribuido, entre otras causas, a que la diglosia (utilización de distintos modos de hablar dependiendo del entorno en el que nos encontramos, familiar o ajeno) sea un fenómeno cada vez menos común en nuestra región. En ocasiones, muchos manchegos se han sentido o se sienten acomplejados por su modo de hablar, considerado vulgar e incorrecto incluso por ellos mismos, e intentan ajustarse a la normas del llamado castellano estándar, con lo que ello conlleva de desaparición de vocabulario, expresiones o rasgos propios de pronunciación. Pero el asunto es bastante más complejo y va más allá de hablar bien o hablar mal, al menos desde el punto de vista de la Historia, que es el que nos ocupa. Tanto lo que consideramos errores como los cambios que se producen en las palabras no son, por lo general, nada nuevo. Lo que en origen era considerado error acabó en multitud de ocasiones convertido en norma. Veamos algunos ejemplos: Los antiguos ya se comían la D intervocálica, incluyendo a veces las vocales que la acompañaban: frigidum se convirtió en frío, crudelem en cruel o limpidum en limpio. Nosotros, como ellos, eliminamos la D en muchas palabras de diferentes categorías gramaticales: comío, cantao, almuá, ná, agotá, enzorruzaor, azaon, nublao… Los antiguos también cambiaban el orden de las letras (metátesis): Inter se convirtió en entre, quattor en cuatro, parabola en palabra. En La Mancha es común oír Grabiel por Gabriel o trempano por temprano. También ellos cambiaron la R por la L (lambdaísmo): carcerem acabó siendo cárcel en lugar de cárcer; arborem se convirtió en árbol; papyrus primero cambió a paper y luego a papel (aunque también derivó en la palabra papiro). En la variante manchega se sigue oyendo (ahora se mantiene sobre todo en hablantes de bajo nivel cultural) primel en lugar de primer, Arcázal en lugar Alcázar, o se acaba el infinitivo de los verbos en L: comel, dormil, cantal. El lambdaismo llega a términos exagerados pero aceptados en lugares como Cuba o Puerto Rico, donde es la norma. En el latín tardío también se hizo rotacismo (cambiar determinadas consonantes por el sonido de la R), como nosotros hacemos cuando decimos murlo por muslo, arbañil por albañil o cardo por caldo. La palabra latina sanguinem se convirtió en sangne y luego en sangre; asenam dio arena; hominem pasó a ser omne, luego omre y definitivamente hombre. Los genitivos de muchas palabras que en un principio se construían con S, como flosis (genitivo de flos) cambia a floris, que en castellano da flor. El fenómeno de la epéntesis (añadir un fonema a una palabra), como en las palabras Ingalaterra, arrescuñar, cobete, huéspede, comistes o hablastestampoco es nuevo. La palabra latina calvaria, por ejemplo, debería haber dado calvera en lugar de calavera; chronicus llegó a convertirse durante siglos en corónico, aunque luego esa epéntesis se revirtiera y acabara en la actual palabra crónico. Lo que ha cambiado no es tanto el tipo de “errores”, que, como hemos visto, en muchos casos tienen la misma naturaleza, sino el control sobre ellos. Ahora el control se ejerce a través de la RAE, de los programas de estudios, de los medios de comunicación que unifican las diferentes variantes del habla… Hace unos siglos esos controles no existían, por lo que los cambios no tenían los frenos que tienen ahora y eran más frecuentes. ¿Hablamos así porque somos unos garrulos? No. Nuestra lengua tiene tendencia -y siempre la ha tenido- a propiciar determinados cambios, a evolucionar en una determinada dirección. ¿Cuál es esa dirección? La misma de todas las lenguas: la eficacia (ven acaquí tiene más fuerza en determinadas ocasiones que ven aquí), la economía de recursos (un kilo patatas en lugar de un kilo de patatas), la facilidad (más fácil pronunciar dende que desde). Pero ¿por qué no todas las lenguas sufren los mismos cambios? Porque parten de rasgos diferentes. Una lengua en la que las consonantes sean más importantes que las vocales para ser comprendida, como es el caso del inglés, no puede evolucionar del mismo modo que el español, en el que la nitidez de las vocales para que la palabra sea comprendida tiene mayor importancia. Hay tendencias de pronunciación generales que afectan a determinados sonidos: las eses, por ejemplo, tienden a ser eliminadas o transformadas en otros fonemas siempre que ello no afecte a la comprensión de la palabra (nohotros, ehpaña, lohombre, dende…); la D intervocálica también tiende a desaparecer, arrastrando a veces con ella a la vocal que la acompaña (na, to, ca uno, volcao, bebío…). Ambos rasgos tienen su origen en la cercanía del dialecto andaluz. Es interesante comprobar cómo, a pesar de los muchos controles, los “errores” siguen siendo los mismos que hace tantos siglos, en muchos casos cuando el castellano ni siquiera existía. Pero gracias a ellos se convirtió en la lengua que hoy hablamos. Las migraciones y los cambios poblacionales a los que hacíamos referencia anteriormente también han sido fundamentales en la configuración de la variante manchega del castellano. La presencia de los árabes dejó más huella en nuestra zona que en regiones más septentrionales, que fueron conquistadas antes por los reinos cristianos. La palabra alcancía, por ejemplo,se ha usado hasta hace muy poco tiempo más que la palabra hucha, procedente del francés huche, que a su vez procede del latín medieval hutica. Igual ha ocurrido con la palabra azogue, que fue mucho más usada que la palabra mercurio. O con la palabra mandil, que aún es más común en muchos lugares que la palabra “latina” delantal. Es decir, cuanto más al sur de la península, mayor pervivencia de palabras procedentes del árabe. Hay ocasiones, sin embargo, en que la palabra latina se impuso muy pronto sobre su correspondiente árabe, como ocurrió con la palabra panocha sobre mazorca, aunque por esas fuerzas caprichosas de las lenguas, actualmente se haya impuesto la árabe mazorcasobre la latina panocha, en claro riesgo de extinción en España. Al ser La Mancha territorio fronterizo y poco poblado, los reyes cristianos lo repoblaron con gentes de otros lugares, que, además de sus costumbres, aportaron sus palabras, en algunos casos de lenguas peninsulares distintas del castellano. Con las repoblaciones, muchos términos árabes fueron sustituidos por los correspondientes latinos, como ocurrió con la palabra alfayate, sustituida por la catalana sastre. También remor (ej: no te da remor ponerte a estudiar) proviene del catalán. Tarranco (ej: no va a quedar ni tarranco) llegó del vasco. Del astur-leonés vinieron cocote, relenco (salvaje, asilvestrado) o pochaca(allí cueva o hueco de la nuca). Asobinarse vino del navarro-aragonés ensobinarse. De Murcia llegan palabras como chusmear, solanera, mieja o páer(de donde procede también el diminutivo paerecilla). De los mozárabes mantenemos términos como pleita, capacho o asina. Es decir, la variante manchega del castellano (que comparte palabras con otras variantes), participa, aunque en menor medida, de la multiculturalidad característica del castellano estándar y de parecida diversidad: cada pueblo o cada zona tiene vocabulario o fonemas que los diferencian de otros pueblos, aunque sean muy cercanos geográficamente. Finalmente, ¿tiene el habla manchega algún momento histórico estelar como los que hemos mencionado del castellano? No, pero participa de todos ellos en tanto en cuanto es una variante suya. El hecho de seguir siendo frontera entre el castellano llamado estándar o del norte y el dialecto andaluz hace que posea características de ambos. Además de lo ya dicho sobre la supresión de la S o la D de muchas palabras, también compartimos con Andalucía el heheo, que se desarrolla junto al seseo y el ceceo andaluces a partir del siglo XVI, un rasgo que se extiende incluso hasta el habla popular de Madrid. La cercanía del dialecto murciano llamado panocho hace también que la variante manchega comparta algunos rasgos con él. Cuando oímos ciertas expresiones o palabras del dialecto murciano se ve claramente que tienen gran parecido con el habla manchega, especialmente la de hace varias generaciones, e incluso pueden confundirse con ella. Algunos ejemplos de panocho: “Ahí sus quedáis”, “Ca uno s’aprete er zaragüel como puea”, “Dar er campanazo”, “De pocas chichas”, “Echarle azaite a un candil que no tie torcía”. Sin embargo, en líneas generales, actualmente tenemos cada vez más rasgos del castellano estándar capitalino y siguen desapareciendo algunas de las características típicas del habla de anteriores generaciones. Quizá uno de los momentos más trascendentales de lo manchego en la historia no sea lo relacionado con su habla (aunque, de alguna manera, también), sino con su espíritu, algo que ha trascendido todas las fronteras. Me refiero a la escritura, a comienzos del siglo XVII, de Don Quijote de la Mancha, posiblemente el libro traducido a más idiomas después de la Biblia y que es considerado la primera novela moderna de la historia, con influencia en toda la narrativa occidental posterior. Pero eso se aleja del objeto de este artículo, además de requerir de muchísimo más espacio para hablar de ello, del que no disponemos. En resumen, muchas veces, cuando se habla de la grandeza del castellano, es común referirse a cuestiones más relacionadas con cantidades que con cualidades: es una lengua hablada por aproximadamente 580 millones de personas, 460 millones la tienen como lengua materna, es la cuarta más hablada del mundo, es la lengua oficial de 21 países, el diccionario de la RAE contiene unas 93.000 palabras, sin contar los miles de americanismos, etc. Siendo ello importante, yo he querido recalcar en este artículo sus cualidades, que están, como las cifras, íntimamente relacionadas con su historia y construyen su esencia: su multiculturalidad, su diversidad, su carácter abierto históricamente a otras lenguas, tanto españolas como extranjeras, la riqueza de sus dialectos y numerosas variantes, el carácter democrático de su evolución, la creatividad y belleza de sus composiciones literarias o su gran capacidad para generar nuevas palabras y expresiones. Una lengua, en definitiva, muy viva, con un rico pasado y, sin ninguna duda, un excelente futuro. _____________________________________________ Share this: Leer más
Cervantes censurado y tachado de vulgar Fecha de Publicación: 24/10/2021 La “ofensiva” botella de vino Hideputa objeto de la prohibición de registro de marca por la OEPM La Oficina Española de Patentes y Marcas censura y tacha de vulgar a Miguel de Cervantes denegando el registro de la marca de vino “Hideputa”. Lo que no consiguieron en el siglo XVII ni la Inquisición, ni el Consejo Real, lo ha hecho en el siglo XXI un estamento oficial español Alcázar de San Juan, 25 de octubre de 2021.- La Oficina española de Patentes y Marcas ha denegado el registro de la marca de Vino “Hideputa” que la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan había solicitado mediante el expediente M4127953. Con la ayuda de Bodegas Alort (marca embotelladora), los cervantistas alcazareños han elegido un vino de altas cualidades, se trata de un tinto cabernet, de crianza, envejecido 12 meses en barrica francesa de tostado medio, que transmite de forma intensa la personalidad de sus variedades Cabernet Sauvignon y Franc Moderno, que resulta muy equilibrado, sedoso y brillante. Para esta ocasión especial, Estrella Cobo ha diseñado una etiqueta que sintetiza perfectamente el nombre del vino y la tierra a la que pertenece. Con esta esmerada selección la asociación cultural alcazareña agasaja a los invitados que regularmente recibe en su actividad denominada “Almuerzos de don Quijote”, de hecho, la primera personalidad en probarlo ha sido el Nobel de Física de 2019, el suizo Michel Mayor que visitó nuestra la Sociedad el pasado 6 de octubre. Para esta acción promocional y de difusión de la obra cervantina, se han inspirado en un fragmento del Capítulo XIII de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes (se recomienda la lectura de este capítulo), concretamente en el que Sancho Panza mantiene -con el escudero del Caballero del Bosque- una conversación sobre el vino que están degustando y que llevaba en la bota este último, llamándolo «Hideputa» al propio tiempo que lo alaba por su calidad, por ser de Ciudad Real y por tener algunos años de ancianidad, de tal forma que al vino elegido, los cervantistas alcazareños le habían bautizado con el nombre “Hideputa”, precisamente por ser de calidad, por ser de Ciudad Real y también por tener ancianidad. Sancho Panza lo explica perfectamente diciendo: «confieso que no es deshonra llamar hideputa a nadie cuando cae debajo del entendimiento de alabarle»… ¡Es prosa de Miguel de Cervantes! Con esta idea y por parecerles un nombre muy cervantino, muy significativo del Quijote y sobre todo identificativo del buen mojón (entendido en vinos, catador) que era Sancho Panza, los cervantistas alcazareños iniciaron los trámites de registro de este nombre a fin de que no pudiera ser utilizado por terceras personas, pero la OEPM les ha cerrado las puertas basándose en que la denominación “es contraria a la Ley, al orden público o a las buenas costumbres, toda vez que el distintivo incorpora en su conjunto una calificación denigratoria, que cabe considerar de atentatoria a las buenas costumbres, incluso si está extendida en el lenguaje vulgar”. De todos es conocido que en el Siglo XVII estaba en pleno apogeo la Santa Inquisición que ejercía una férrea censura sobre todo lo que se publicaba y que antes de dar a la imprenta una obra, no sólo debía ser sometida al Consejo Real que era quien la autorizaba y fijaba su precio, sino que un estamento eclesiástico debía dar su aprobación de que no contenía nada en contra de la fe católica, lo que se llamaba el imprimátur. Pues bien, ni el Consejo Real ni los estamentos religiosos impidieron a Cervantes que el Quijote viese la luz en 1605. Por el contrario, asistimos 416 años después a que un estamento oficial español censure y tache de vulgar al mejor escritor que en todos los tiempos ha tenido nuestra lengua. Hace unos días lo explicaba muy bien en una entrevista en TV el académico de la Lengua, Arturo Pérez-Reverte, decía que no se pueden quitar del diccionario las palabras que han utilizado escritores de la talla de Galdós, Cela o Cervantes, por muy malsonantes que nos puedan parecer hoy, ya que ellos las utilizaron de manera limpia, eficaz y práctica, consiguiendo reflejar el lenguaje de su época. De otro modo, leer a nuestros clásicos de la literatura sería imposible, por eso la Real Academia de la Lengua es la encargada de definirlas y de preservarlas para los lectores actuales y futuros. Por ello y a pesar de que esta marca con toda seguridad no será oficialmente registrada, pensamos seguir utilizándola para ser coherentes con su obra y para perpetuar la memoria de nuestro querido Miguel de Cervantes. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Maestros de escuela en Villafranca y en el Gran Priorato Fecha de Publicación: 14/10/2021 De los maestros de escuela decía que eran dichosos, pues trataban siempre con ángeles; y que fueran dichosísimos si los angelitos no fueran mocosos. El licenciado Vidriera Retazos de las huellas de los maestros de Villafranca La figura del maestro de escuela siempre se ha recordado con ternura y agradecimiento. Ha sido el portador de las respuestas a las primeras inquietudes de los niños y de algunos mayores, el que enseñó a entender la realidad a diferentes generaciones, el que siempre nos puso en el camino adecuado para buscar soluciones. Mirando casos concretos aparecidos en algunos archivos, nos encontramos con realidades que merecen relatarse y contrastar con un hecho que se repite de manera recurrente: la humildad del maestro, su pobre modo de vida con eternos problemas económicos. Recorremos la secuencia histórica de momentos de diferentes maestros de Villafranca de los Caballeros, desde la segunda mitad del siglo XVII al XVIII. Después comprobaremos que la Ilustración y los deseos de progreso, seguían influyendo en los gobernantes de principios del siglo XIX con un intento de dignificar esta profesión por parte del entonces Gran Prior. Comencemos con cinco casos de Villafranca: 1.- Alfonso López, ejerció de maestro en Villafranca de 1670 a 1673. Según su contrato[1], el ayuntamiento le proporcionaba casa, exención de impuestos, dos carros de leña y cuatro fanegas de trigo cada año de contrato. Además el maestro cobraba al Ayuntamiento 1,5 reales al mes por cada niño que enseñase a leer y 2,5 por enseñar a leer y escribir. Las clases de Matemáticas quedaban al albedrío del maestro que deberá concertar su precio con cada familia que desee que su hijo las cursase. 2.- Ya en 1748, Rafael de Morales, vecino de Tembleque, se instaló en Villafranca y se dedicó a enseñar Gramática. Tenía un aula abierta para estos menesteres, un nivel superior al de maestro de primeras letras. En su contrato[2], con fecha de 2 de septiembre de 1748, se detallaron las condiciones siguientes: Tiene una validez de cuatro años a partir de la fecha. Abre un aula abierta de preceptor de Gramática por seis años a partir de la fecha. El sueldo que le paga el Ayuntamiento es de 130 reales de vellón por año más lo que pague cada alumno. Para el mantenimiento de esta escuela es necesario un mínimo de 12 alumnos, pudiendo despedirse si no se cumple esta última condición. Tenemos algún dato más de Rafael de Morales, preceptor de Gramática y Latinidad: En 1752 sigue en Villafranca y según el Catastro de Ensenada[3], tiene 33 años, está casado con Inés Ramón Plaza de la misma edad, tiene una hija, Rafaela de 7 años. La familia la completan su suegra, Francisca de 67 años y su sobrino Juan Francisco de 10. Se le supone una renta anual de 400 reales de vellón. No tiene otros bienes. En el mismo documento, la renta anual de un maestro sangrador y barbero es de 900 reales de vellón, la del mesonero es de 900, el arriero más humilde alcanza los 800 y un escribano consigue 2000 reales de vellón. A la altura del preceptor de Gramática y Latinidad encontramos a algún zagal de campo, un ujier del Ayuntamiento o el más humilde de los tejeros. 3.- Por las mismas fechas el maestro de primeras letras de Villafranca de los Caballeros es Alfonso García Ortuno[4], de 43 años, su esposa, Ana Josefa, 37 y seis hijos, Victoria (15 años), Ana Josefa (13), Alfonso Nicasio (9), Pedro Francisco (7), Manuel (5) y Antonio (2). Familia numerosa que vive en la calle de la Virgen, muy cerca del Ayuntamiento, donde seguramente imparte sus clases. Es propietario de una tejera, de una viña de 2 celemines y de una jumenta. Los peritos del Catastro le asignan una renta anual de 360 reales de vellón. Es fácil su comparación con el caso anterior, contemporáneo y vecino. Tiene una renta parecida, aunque con algunas propiedades. 4.- Raimundo Mad. es el maestro de primeras letras en 1787, lo conocemos porque el 19 de junio envía una carta al Gran Prior rogando un socorro de 300 reales de vellón de Limosna, por una vez y en atención a los atrasos que padece y a la aplicación en la enseñanza de discípulos. Particípole a Vm pa qe disponga el cumplimiento de esta gracia[5]. No es difícil suponer la necesidad económica que le acucia. No ha recibido las últimas pagas del Ayuntamiento. Los atrasos en los sueldos de los maestros son un hecho que se repite en muchos lugares. 5.- El 19 de octubre de 1799, es José Alfonso Jiménez, maestro de primeras letras, quien expone que Es tan corto el emolumento que le produce la escuela que no alcanza a el alimento de su mujer y cuatro niñas que tiene (…) Suplica a Vuestra Real Alteza, se digne por el amor de Dios, la limosna de su Real agrado para ayuda a mantener a su familia y componer la casa que con la avenida del agua cayó parte de ella y lo que quedó está para lo mismo (…)[6] La súplica tiene su explicación en las consecuencias de la inundación que sufrió Villafranca el 2 de septiembre de 1799, que arruinó casi 200 casas. En ella informa que su sueldo es tan mísero que no le alcanza al mantenimiento de su familia, más si tenemos en cuenta los desastres mencionados. Son cinco casos encontrados en una villa del Priorato. No esperamos equivocarnos si generalizamos esta realidad a las demás villas. La laboriosidad y el ingenio de estos profesionales se movía entre unas condiciones materiales siempre mejorables. Aunque si queremos saber cómo eran las escuelas de este territorio, contamos con un documento único, elaborado después de la Guerra de la Independencia. 1815, Las escuelas de primeras letras del Gran Priorato En septiembre de 1814, el gran prior don Carlos Mª Isidro de Borbón nombra comisionado para una visita general del Gran Priorato a don Fernando Queipo de Llano[7], su secretario de cámara, y le encarga las siguientes tareas: Observar e informar del estado material de las iglesias, administraciones, casas tercias y fincas. Averiguar y exponer el estado de las escuelas de primeras letras de los pueblos y sus dotaciones. Es real voluntad de S. A. qe Vmd. averigüe y exponga con la posible exactitud el estado de las Escuelas de Primeras Letras de los Pueblos y sus dotaciones: si faltan Maestros de esta enseñanza, y educación en algunos, y en este caso qemedios y arbitrios pudiera valerse para que los hubiese capaces de desempeñar los Magisterios, y con qe señalamto anual; informando si a los que hay en la actualidad se les paga de los fondos de los pueblos, o contribuyen los alumnos qe asisten a las Escuelas (…)[8] Parece que las intenciones del prior iban más allá del mero conocimiento del estado de las escuelas básicas de las villas. Muestra de ello es el cumplido informe que sirve de base para esta entrada. El visitador, Francisco Gómez, detalla y analiza los datos que recaba de cada municipio y hace propuestas de mejora. Extraigamos los datos que importan para la educación: Se constata un serio descenso en el número total de vecinos desde 1808 (12670) a 1815 (10136). El priorato ha perdido 2534 vecinos. La explicación debemos encontrarla en la guerra de la Independencia (1808-1814), en sus consecuencias económicas y sociales. Estos años pasados trajeron hambres y penurias amén de los enfrentamientos mortales. En total son 19 maestros con el mismo número de escuelas que dan servicio a 1156 escolares entre 4 y 13 años de edad. La dotación económica de los maestros es diferente en cada villa. Hay nueve villas que reconocen una asignación fija a sus respectivos maestros: Madridejos, Tembleque, Villacañas, Argamasilla, Quero, Turleque, Arenas, Villarta y Urda. Aunque también reconoce que no la reciben con puntualidad. Éstos y los que no disponen de asignación cobran a los niños alguna cantidad, como se muestra en el gráfico. Sólo los maestros de Argamasilla y Arenas no cobran a los alumnos. Reconoce que muchos de estos maestros adolecen de la formación y la maestría necesaria para ejercer su oficio. En Argamasilla de Alba, Arenas y Villarta, desempeñan este “Magisterio tres religiosos que no podrán subsistir por la precisión de retirarse á sus conventos y quedarían vacantes sus destinos, como ha quedado el de la villa de Urda, y se ha despedido otro de los dos que hay en la de Madridejos”.[9] En Consuegra “solo hay un Maestro poco instruido”. Dedica una mención especial al maestro de Camuñas: “el de la villa de Camuñas es casi el único que por sus conocimientos, y particular aplicación procura dar á los Niños de su Escuela, que no está dotada una educación, y enseñanza que devian imitar los demás”.[10] Según los datos de este informe, existen dos niveles en esta enseñanza de primeras letras: El básico considerado de “lectores y principiantes” entre los 4 o 5 años y los 7 o 12. Las edades varían en cada pueblo, probablemente de acuerdo con los alumnos que en ese momento poblaban las aulas. Y el nivel que consideraremos superior o final de este ciclo, que lo forman los “escribientes” donde completan habilidades de escritura y de cuentas. Las edades de estos alumnos oscilan entre 7 y 14 años. Con estos datos resumimos la descripción del panorama educativo del priorato, pero Francisco Gómez no se queda aquí, siguiendo lo encargado por el Gran Prior, propone una serie de actuaciones para mejorar la educación básica en este territorio: 1ª Afirma la necesidad de dotar adecuadamente a los maestros, con medios en sus aulas y con unos sueldos dignos de su oficio. Propone un sueldo para cada maestro de 1500 reales de vellón anuales, además de las asignaciones que algunos ya tenían de sus ayuntamientos y de las aportaciones de los alumnos que uniformiza en 3 reales de vellón mensuales para los alumnos escribientes y 1,5 reales de vellón para los principiantes. 2ª Carga el pago de estos sueldos a los fondos del Gran Priorato en los dos tercios del total y el tercio restante a los del Arzobispado. Es razonable esta propuesta si se tiene en cuenta el reparto de las contribuciones de los diezmos. Por ello excluye el gasto arzobispal en las villas de Turleque y Argamasilla de Alba, cuyas escuelas pagaría íntegramente el Gran Prior. Refiere la posible reacción del arzobispo toledano con estas palabras: “y no dudo que pasándose oficio de la Rl voluntad de S A al Emo Señor Arzobispo, prestaría gustoso su consentimiento á la contribución de aquella.”[11] 3ª La solución para encontrar maestros competentes es la siguiente: “Me parece que la principal dificultad consiste en hallar Maestros adornados de los conocimientos, y circunstancias que requieren, para la buena educación y enseñanza de los Niños, tanto en doctrina cristiana, como en leer, escribir, y contar (…) Deberán conferirse las Plazas de Maestros, y por oposición a los que estén aprobados por la Academia de primeras letras y sean más idóneos entre los pretendientes, deviendo hacerse aquella en presencia del Ayuntamiento, Párroco y Administrador de S A en cada pueblo, quienes dispondrán la elección con la mayor prudencia.”[12] Propone una selección de maestros titulados entre los considerados mejores por tribunales que deja establecidos. 4ª Aconseja el establecimiento de un horario fijo para enseñar las diferentes materias: silabear, leer, escribir, contar, ayudar a misa y doctrina cristiana. Siempre adaptándose a la edad de cada alumno. 5ª Prefiere que no se trabaje sólo la memoria: “No debe limitarse la instrucción de los Niños, si fuese posible, á que exciten únicamente la memoria de lo que aprendan repitiéndolo con frecuencia, como se hace, porqué este defecto, regularmente nace de su corta capacidad, sino que es necesario que los maestros procuren obligarles a que hagan uso de lo mismo que les enseñe, y haian aprendido, para que después les sea familiar, y regla de sus acciones.”[13] Unas ideas que pueden abrazarse por las actuales corrientes pedagógicas. Estamos en 1815 y la educación más allá de la memoria es una solución contemplada. 6ª En cuanto a los medios estima conveniente dotar a las escuelas de la Gramática de la lengua castellana, para que la usen los alumnos que puedan leer a la perfección “facilitándoles anualmente cuatro ejemplares á cada Escuela, para que las voces con que se expliquen, sean las propias de nuestro idioma.”[14] 7ª Solicita al Gran Prior la adopción del plan de instrucción escolar de la Academia de primeras letras acomodado al vecindario de cada villa. 8ª Ve desproporción entre el número de vecinos y un solo maestro en Consuegra, que, además, considera poco competente. Propone la creación de una plaza más en esta villa, siempre en las mismas condiciones que el resto de sus colegas. Completa el informe sobre las escuelas con una tabla que me he permitido recrear y modificar para mejorar su lectura: Ante un documento de esta naturaleza que presenta números que se prestan a la comparación y al análisis, nos animamos a comentar algunos aspectos: a.- La población: La guerra y sus consecuencias han provocado muertes y ralentizado los nacimientos. El paso de los ejércitos con sus exigencias, el hambre y las enfermedades. El descenso en el número de vecinos es de 2534, que en población total se puede considerar en 10000 a 12000 personas. Si jugamos con estos números podemos hacer nuestra lista de villas de acuerdo a su población. Herencia sigue siendo, con diferencia, la mayor urbe del priorato. Mientras que Villarta está acometiendo su repoblación. b.- Relación entre número de escuelas y número de alumnos. De nuevo Herencia capitanea esta tabla con más alumnos y tres escuelas. Consuegra necesita un segundo maestro, pormenor que el visitador mencionó en sus propuestas de mejora. Y además de seguir la lista podemos pensar en la ratio por maestro de 120 alumnos en Consuegra, 106 en Villacañas, 82 en Villafranca o 50 en Camuñas. Estos maestros tenían que recurrir a métodos imaginativos y mezclando su autoridad personal con valor de su ejemplo y la separación de los alumnos en pequeños grupos de trabajo con diferentes tareas. Intentemos imaginar el trabajo de estos profesionales de la enseñanza primaria ante estos grupos muy numerosos de alumnos. De acuerdo con Sylvie Imparato-Prieur[15] impartían doctrina cristiana, lectura (alfabeto, silabeo, lectura de palabras y frases, deletreo, lectura común de un libro religioso), escritura (con muestras y reglas) y aritmética (las cuatro reglas). En los niveles superiores de “escribientes” podían utilizar la gramática castellana y estudiaban historia de España. Se valían de métodos de aprendizaje vicario utilizando como líderes de estos grupos a los alumnos mejor preparados. c.- Los sueldos mensuales de cada maestro. Si suponemos que cada maestro recibe puntualmente los pagos de los alumnos y de los ayuntamientos tal y como se muestra en la tabla. Teniendo en cuenta que repartimos equitativamente los alumnos de la población en los casos de existencia de varios maestros, el sueldo de cada maestro quedaría como sigue: El maestro catalogado como ejemplar en el informe del visitador, es el que menos cobra. Y observamos unas diferencias por pueblos en las que un maestro puede cuadruplicar el sueldo de otro en diferente villa. No parece existir una relación directa con la cantidad de población, Alcázar está en los puestos finales y Urda y Villafranca se colocan entre los que más cobran. Este cálculo es sólo una orientación, los niños que asistían a clase durante todo el año eran pocos, se ausentaban con facilidad, las familias más pobres necesitaban del trabajo de sus hijos en cuanto aparecía la oportunidad de trabajos temporales en el campo, en esos meses el maestro no recibía los reales de esa familia. Los precios de las mensualidades que cobran los enseñantes también varían considerablemente. En Herencia y en Villafranca están los maestros más caros del priorato que contrastan con la gratuidad de la enseñanza en Argamasilla de Alba y Arenas de San Juan. Conclusiones 1.- Recordamos que la humildad y la pobreza de los profesionales de la educación son una realidad de acuerdo los ejemplos relatados de la villa de Villafranca. Personas que dependen de sus escasas pagas muchas veces atrasadas. 2.- El interés por la enseñanza como palanca de progreso sigue manifiesto en la administración del Campo de San Juan. La educación básica es analizada con seriedad y se describen posibles mejoras. 3.- Los protagonistas son el hermano del rey Carlos María Isidro, su secretario Fernando Queipo de Llano y Francisco Gómez, vicario y visitador general. 4.- Las reformas propuestas van en la misma línea: mejora de las condiciones materiales, dignificación de los maestros y adecuación de los planes de estudio y de la práctica de los docentes. Son llamativas las referencias a la excelente labor del maestro de Camuñas y la referencia negativa al de Consuegra. 5.- Abundando un poco en la afirmación anterior es muestra de la importancia que se le da a este trabajo el que se aconseje no basar la enseñanza en la memoria, aconsejando la práctica de lo aprendido. 6.- Se cuida la selección de estos profesionales con la exigencia de una titulación de la Academia de primeras letras y el paso por una oposición donde el tribunal selector de cada villa lo han de formar el Ayuntamiento, Párroco y Administrador de cada villa. 7.- Por último seguimos notando una ausencia clamorosa, a la mujer no se la ve en ningún aspecto de esta educación. Los maestros y los alumnos son todos hombres, la educación femenina sigue siendo un servicio particular para algunas personas de clases acomodadas y relativo a normas de buen comportamiento y trato social. Félix Patiño Galán NOTAS: [1] AHPTO (Archivo Histórico Provincial de Toledo) _23185_f_041- maestro. Contrato de Maestro. Villafranca, 6 de enero de 1670. [2] AHPTO_23196_003- aula abierta. 02 de septiembre de 1748. Aula abierta, preceptor de Gramática. [3] Catastro de Ensenada. 1752. Villafranca de los Caballeros. Family Search https://www.familysearch.org/ [4] Ibídem. [5] APR (Archivo de Palacio Real), IDG (Infante don Gabriel), Secretaría, Leg. 283. [6] APR, IDG, Secretaría. Legajo 277 cont. 19-10-1799. [7] Fernando Queipo de Llano y Bernaldo de Quirós (1758-1831) en 1808 fue nombrado gentilhombre y secretario de Cámara de los infantes Carlos María Isidro y Francisco de Paula. [8] APR. IDG. Contaduría 291 – 292. Carta de F. Queipo de Llano a los alcaldes de las villas del priorato. [9] Archivo de Palacio Real (APR). Infante don Gabriel (IDG). Contaduría 291 – 292. Informe del visitador Francisco Gómez (26-02-1815). [10] Op. cit. f 2r y 3v. [11] Op. cit. f 2v. [12] Op. cit. f 2v y 3r. [13] Op. cit. f 4v. [14] Op. cit. f 4v. [15] IMPARATO-PRIEUR, Sylvie (2000), “La Enseñanza de primeras letras en España en la segunda mitad del siglo XVIII : contenidos y métodos a través de algunos tratados de enseñanza”. Revista Contextos Educativos 3 (2000), pp. 235-252. DOI: https://doi.org/10.18172/con.num3 Leer más
El premio Nobel Michel Mayor visita Alcázar de Cervantes Fecha de Publicación: 06/10/2021 El científico suizo visitó Alcázar de San Juan, en una época de su historia llamada Alcázar de Cervantes, y conoció algunos de sus recursos turísticos gracias a la mediación del astrofísico alcazareño Benjamín Montesinos, presidente de la Sociedad Española de Astronomía y miembro de esta SCA Los cervantistas alcazareños acogieron en su sede a Michel Mayor que en visita privada y junto con sus acompañantes celebraron un “Almuerzo de don Quijote” en su honor Alcázar de San Juan, 6 de octubre de 2021.- El premio Nobel de Física 2019 Michel Mayor ha visitado Alcázar de San Juan ciudad que en una época de su historia reciente se llamó de forma oficial Alcázar de Cervantes debido a la gran tradición cervantina de la ciudad que se viene incrementando y enriqueciendo desde la fecha del bautismo de Miguel de Cervantes. La presencia del científico suizo en visita privada en Alcázar ha sido posible merced a la invitación personal cursada por el astrofísico alcazareño Benjamín Montesinos que es presidente de la Sociedad Española de Astronomía y miembro de esta Sociedad Cervantina, con quien le une una vieja amistad, quien aprovechando que el físico ha pasado unos días en España, le ofreció conocer de primera mano la Mancha de don Quijote y aprovechó para visitar lugares de interés de Alcázar. Michel Mayor vino acompañado de ocho personas, entre las que estaba su esposa, también Félix Llorente de Andrés –uno de los anfitriones en su visita a España- y Ramiro de la Reza (ambos astrónomos y compañeros de Michel Mayor en su época de tesis doctorales en Suiza), así como otros amigos personales que han disfrutado también de la riqueza patrimonial alcazareña. Michel Mayor, es profesor del departamento de Astronomía de la Universidad de Ginebra, galardonado en 2019 con el premio Nobel de Física (junto a James Peebles y Didier Queloz) por el descubrimiento, junto con este último, de un exoplaneta (fuera de nuestro sistema solar) orbitando una estrella de tipo solar, lo que la organización del Nobel definió como “logros que cambiaron para siempre nuestra concepción del mundo”. Mayor y Queloz descubrieron en 1995 el exoplaneta 51 Pegasi b que gira alrededor de la estrella 51 Pegasi. Mayor contribuyó también al descubrimiento de uno de los cuatro exoplanetas que orbitan la estrella mu Ara, nombrada estrella Cervantes por votación popular impulsada por la Unión Astronómica Internacional. Mayor, doctor en Astronomía atesora los premios suizos Marcel Benoist (1997), el premio Balzan (2000) y la medalla Albert Einstein (2004); galardonado también con el premio Shaw de astronomía (2005) y en España con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, categoría de Ciencias Básicas (2005) junto a Didier Queloz. Nuestro socio Benjamín Montesinos, con quien le une una larga amistad, recordó con él la anécdota sucedida en 1996, en un congreso de astronomía en Toledo y cuando ya había publicado en Nature el artículo en el que daban cuenta (él y Queloz) de la existencia del primer planeta orbitando una estrella distinta a nuestro sol. Como ya comenzaba a ser famoso por sus trabajos científicos, se presentó en el congreso un periodista para hacerle una entrevista a Mayor, entonces el periodista sugirió para su reportaje gráfico que el tejado del palacio de Benacazón (sede del congreso) podría ser un buen lugar para las fotos con el físico señalando al sol o mirando al cielo y ante el miedo de que el astrónomo se pudiera caer, él contesto que perdieran cuidado que era suizo y estaba acostumbrado a andar por las montañas, de modo que un simple tejado no lo iba a impresionar. Durante su estancia en nuestra ciudad, Michel Mayor ha conocido la iglesia de Santa María la Mayor, que es la más antigua de la diócesis, donde se encuentra la pila bautismal con un facsímil de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel de Cervantes Saavedra, también visitó el camarín de la Virgen del Rosario quedando impresionado por su belleza. Posteriormente, la Sociedad Cervantina, acogió en su sede a la comitiva y tras degustar el vino “Hideputa”, celebraron un “Almuerzo de don Quijote” en honor a Michel Mayor, para que conociese de primera mano la comida del Quijote. Es la primera vez que la Sociedad Cervantina recibe en su sede a un premio Nobel y espera que no sea la última. Ya al atardecer, subieron al cerro de los molinos y dentro del molino Fierabrás (el único que conserva intacta y en funcionamiento su maquinaria), el físico atendió amable e interesadamente las explicaciones sobre el funcionamiento de estos ingenios del siglo XVII que permitieron dar un salto cualitativo en la primera industrialización de esta comarca. Al mismo tiempo disfrutaron de la vista de 360º del horizonte manchego, de esta impresionante llanura (tan distinta a su Suiza natal), ya que este magnífico observatorio del cerro de San Antón es uno de los escasos lugares del mundo que ofrece tal panorámica que regala a quienes lo visitan y que sobrecoge de forma especial durante el ocaso. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Don Quijote molido y quebrantado Fecha de Publicación: 27/08/2021 Si en la literatura de ficción hay un personaje principal apaleado, apedreado, golpeado y pisoteado este es don Quijote. A veces no sin razón. En la venta donde burlescamente es armado caballero es la primera vez que don Quijote es agredido. Poco antes había roto con su lanza la cabeza a dos arrieros que tratando dar de beber a sus mulas habían osado a tocar sus armas que tenía apoyadas en la pila del pozo. Los compañeros de los heridos, defendiendo a estos, acometieron a pedradas con don Quijote, pero sin causarle daños de importancia porque él se defendía de la lluvia de piedras con su escudo. Antes de dar un paso atrás los seguía increpando a todos diciéndoles: «¡Tirad, llegad, venid y ofendedme en cuanto pudiéredes, que vosotros veréis el pago que lleváis de vuestra sandez y demasía!». De esta salió ileso, pero no de la siguiente. Del cruce de caminos del falso libre albedrío de Rocinante, Cervantes nos determina, de las pocas veces que lo hace, la distancia que separa a don Quijote de la siguiente aventura. Es en el Camino de Toledo a Murcia, camino a su casa. El narrador nos describe cuidadosamente la imagen de la nueva aventura: “Y habiendo andado como dos millas descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. Eran seis, y venían con sus quitasoles, con otros cuatro criados a caballo y tres mozos de mulas a pie. Apenas los divisó don Quijote cuando se imaginó ser cosa de nueva aventura, y por imitar en todo cuanto a él le parecía posible los pasos que había leído en sus libros, le pareció venir allí de molde uno que pensaba hacer. Y así, con gentil continente y denuedo se afirmó bien en los estribos, apretó la lanza, llegó la adarga al pecho, y puesto en la mitad del camino estuvo esperando que aquellos caballeros andantes llegasen —que ya él por tales los tenía y juzgaba—, y cuando llegaron a trecho que se pudieron ver y oír levantó don Quijote la voz, y con ademán arrogante dijo: —Todo el mundo se tenga si todo el mundo no confiesa que no hay en el mundo todo doncella más hermosa que la emperatriz de la Mancha, la simpar Dulcinea del Toboso.” (Q1, 4) Este paraje del Camino de Toledo a Murcia es mi próximo hito cervantino por descubrir. Estoy en el cruce de las variantes del Camino de Toledo a Murcia y pongo a cero el cuenta kilómetros de mi vehículo, «Y habiendo andado como dos millas» llegaré a este paraje buscado. Una legua de camino, la distancia que se recorría a pie o en una caballería en una hora ̶ unos seis kilómetros ̶ , contenía cuatro millas, por lo que a unos tres kilómetros desde aquí podré ver la imagen de este paraje cervantino elegido por Cervantes como escenario de la aventura. El camino es suave y en buen estado. Cruzo la carretera CM-3103, que une los lugares manchegos de Pedro Muñoz y El Toboso. A unos doscientos metros de ella he recorrido desde el cruce de caminos 3,1 Km, «como dos millas». Me encuentro sobre un pequeño repecho del camino, arropado por dos carrascas, y esta es la imagen del camino que observo: Cervantes era un hombre de teatro eclipsado, como todos los de su época, por el gran Lope de Vega, estando obligado a recorrer caminos como funcionario de la Corona para sustentar a su familia. Por lo que en este altillo, que sin duda alguna pasó por él al paso lento de una mula de alquiler, tenía la imagen del escenario perfecto para la siguiente aventura de su protagonista. Incluso pudo ver desde aquí la misma escena de la extraña comitiva compuesta por «un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. Eran seis, y venían con sus quitasoles, con otros cuatro criados a caballo y tres mozos de mulas a pie». Con el escenario y los actores secundarios en él ya solo tuvo que poner en escena a don Quijote en este mismo lugar. En estas deducciones me encuentro cuando un ¡¡buenos días!!, a coro en el silencio de la mañana me sobresalta. Cómo caballeros andantes, vestidos con llamativos colores sobre máquinas mágicas, pasan junto a mí cuatro ciclistas que aprovechando el leve descenso se alejan de mí rápidamente. Sin duda estoy en el mismo lugar en el que don Quijote «con gentil continente y denuedo se afirmó bien en los estribos, apretó la lanza, llegó la adarga al pecho, y puesto en la mitad del camino estuvo esperando que aquellos caballeros andantes llegasen» El escenario natural elegido por Cervantes es sencillamente ideal. Recuerdo aquí al poeta chileno Carlos Sander cuando, recorriendo la Mancha en busca del espíritu de don Quijote, escribió: «Quien recorre la Mancha deberá creer en hadas, en fantasmas, en Caballeros Andantes y en bellas Dulcineas»(En busca del Quijote, 1967). Yo creo en la magia de esta tierra donde en cualquier rincón de ella se puede esconder el espíritu del loco más cuerdo de la literatura. Tomo el Quijote,que siempre llevo conmigo en mis salidas subrayado y lleno de notas, y aprovechando la tupida sombra de una de las carrascas busco este momento del capítulo cuarto. Comienzo a leer y creo sentir junto a mí a don Quijote sobre Rocinante esperando a que el grupo de viajeros se acerquen. Son trece personas: seis mercaderes, cuatro criados y tres mozos de mulas. Los mercaderes y sus criados vienen a caballo y los mozos de mulas a pie. Los diez caballos al paso hacen retemblar la sosegada mañana, dejando tras de sí una ligera polvareda propiciada por el vientecillo solano. Sigo leyendo: “Paráronse los mercaderes al son destas razones y a ver la estraña figura del que las decía, y por la figura y por las razones luego echaron de ver la locura de su dueño; mas quisieron ver despacio en qué paraba aquella confesión que se les pedía, y uno dellos, que era un poco burlón y muy mucho discreto, le dijo: —Señor caballero, nosotros no conocemos quién sea esa buena señora que decís; mostrádnosla, que si ella fuere de tanta hermosura como significáis, de buena gana y sin apremio alguno confesaremos la verdad que por parte vuestra nos es pedida. —Si os la mostrara —replicó don Quijote—, ¿qué hiciérades vosotros en confesar una verdad tan notoria? La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender. Donde no, conmigo sois en batalla, gente descomunal y soberbia; que ahora vengáis uno a uno, como pide la orden de caballería, ora todos juntos, como es costumbre y mala usanza de los de vuestra ralea, aquí os aguardo y espero, confiado en la razón que de mi parte tengo. —Señor caballero —replicó el mercader—, suplico a vuestra merced, en nombre de todos estos príncipes que aquí estamos, que por que no encarguemos nuestras conciencias confesando una cosa por nosotros jamás vista ni oída, y más siendo tan en perjuicio de las emperatrices y reinas del Alcarria y Estremadura, que vuestra merced sea servido de mostrarnos algún retrato de esa señora, aunque sea tamaño como un grano de trigo, que por el hilo se sacará el ovillo, y quedaremos con esto satisfechos y seguros, y vuestra merced quedará contento y pagado. Y aun creo que estamos ya tan de su parte, que aunque su retrato nos muestre que es tuerta de un ojo y que del otro le mana bermellón y piedra azufre, con todo eso, por complacer a vuestra merced diremos en su favor todo lo que quisiere. —¡No le mana, canalla infame! —respondió don Quijote encendido en cólera—. No le mana, digo, eso que decís, sino ámbar y algalia entre algodones; y no es tuerta, ni corcovada, sino más derecha que un huso de Guadarrama. Pero ¡vosotros pagaréis la grande blasfemia que habéis dicho contra tamaña beldad como es la de mi señora!” El bueno de Rocinante está parado, meditabundo, pues lo que más ansia es llegar con su paso tranquilo a la sosiego de su cuadra lo antes posible, sin esperar que su amo le picase sus espuelas su viejo pellejo. El susto al sentirse herido, junto a su flaqueza y poco ánimo, y la pequeña pendiente del camino la caída era cuestión de pocos metros: “Y en diciendo esto arremetió con la lanza baja contra el que lo había dicho, con tanta furia y enojo, que si la buena suerte no hiciera que en la mitad del camino tropezara y cayera Rocinante, lo pasara mal el atrevido mercader. Cayó Rocinante, y fue rodando su amo una buena pieza por el campo; y queriéndose levantar, jamás pudo: tal embarazo le causaban la lanza, adarga, espuelas y celada, con el peso de las antiguas armas” Quizás, si don Quijote aguardase a quedarse callado los viajeros pasarán junto a él riéndose de su penosa imagen, pero la lengua no la deja quieta, «Y entre tanto que pugnaba por levantarse y no podía, estaba diciendo: —¡Non fuyáis, gente cobarde! ¡Gente cautiva, atended; que no por culpa mía, sino de mi caballo, estoy aquí tendido!» La réplica no se hace esperar. La primera paliza al hidalgo manchego está a punto de comenzar. Levanto los ojos del libro y veo y escucho la salvaje paliza que tumbado en el camino sufre don Quijote, pero no puedo hacer nada, todo es ficción, solo es real el escenario: “Un mozo de mulas de los que allí venían, que no debía de ser muy bien intencionado, oyendo decir al pobre caído tantas arrogancias, no lo pudo sufrir sin darle la respuesta en las costillas. Y llegándose a él tomó la lanza, y después de haberla hecho pedazos, con uno dellos comenzó a dar a nuestro don Quijote tantos palos, que, a despecho y pesar de sus armas, le molió como cibera. Dábanle voces sus amos que no le diese tanto y que le dejase; pero estaba ya el mozo picado y no quiso dejar el juego hasta envidar todo el resto de su cólera; y acudiendo por los demás trozos de la lanza, los acabó de deshacer sobre el miserable caído, que, con toda aquella tempestad de palos que sobre él llovía, no cerraba la boca, amenazando al cielo y a la tierra y a los malandrines que tal le paraban. Cansose el mozo, y los mercaderes siguieron su camino, llevando qué contar en todo él del pobre apaleado. El cual después que se vio solo, tornó a probar si podía levantarse; pero si no lo pudo hacer cuando sano y bueno, ¿cómo lo haría molido y casi deshecho? Y aun se tenía por dichoso, pareciéndole que aquella era propia desgracia de caballeros andantes, y toda la atribuía a la falta de su caballo; y no era posible levantarse, según tenía brumado todo el cuerpo.” (Q1, 4) La imagen de don Quijote caído en el suelo, un hombre viejo molido a golpes con sus armaduras abolladas y sus armas rotas en pedazos es desgarradora, patética, y muy injusta. Rocinante, que penosamente se ha levantado, está a su lado con la cabeza caída junto a la suya, quizá pidiéndole perdón. Don Quijote sabe que su viejo caballo está lleno de tachas. Está flaco y su enfermedad de los “cuartos” le invalida hasta para casi andar, pero para él es «la mejor pieza que comía pan en el mundo», tanto que le dirige una mirada compasiva. Don Quijote seguirá confiando en Rocinante, quizás porque tiene la misma triste figura que él. No puedo irme sin esperar a que pasase un personaje de ficción, un vecino nuestro que lo lleve sobre su borrico a casa. Viene desde Mota del Cuervo, «de llevar una carga de trigo al molino», de los varios de viento que muelen en su sierra, ya que el Prior de San Juan no ha autorizado a construir los de viento en el término de Alcázar de San Juan. Es julio, los ríos Záncara y Gigüela están secos, y los molinos de agua tienen sus muelas paradas. Pedro Alonso, que así se llama nuestro vecino, se acerca a don Quijote algo receloso pues cree que está muerto. Después de ver que está vivo y limpiarle la cara lo ha reconocido como Alonso Quijana, su vecino. Sigo leyendo: «Procuró levantarle del suelo, y no con poco trabajo le subió sobre su jumento, por parecer caballería más sosegada. Recogió las armas, hasta las astillas de la lanza, y liolas sobre Rocinante, al cual tomó de la rienda, y del cabestro al asno, y se encaminó hacia su pueblo, bien pensativo de oír los disparates que don Quijote decía». Veo alejarse al bueno de Pedro Alonso y poco a poco dejo ya de oír a don Quijote ensartar un disparate a otro. Solo queda ya el escenario vacío. Continúo mi viaje a casa por el mismo camino pero no logro alcanzarlos. Los personajes del Quijote son ficción, solo es posible sentir su espíritu en los mismos parajes adonde los puso Cervantes. Esto es lo que el autor persiguió al innovar la literatura a principios del siglo XVII, que los lectores imaginen las aventuras de sus personajes de ficción en el territorio real que ha escogido como escenario. Y aquí, solo aquí, en esta comarca cervantina es posible. Luis Miguel Román Alhambra Anuncios Leer más
Ruta cervantin@lcazar conociendo los lugares cervantinos de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 08/08/2021 Enmarcada en la programación del Fin de Semana del Patrimonio con actividades culturales para los días 7 y 8 de agosto Alcázar de San Juan, 08 de agosto de 2021.- En la noche del sábado 7 y con el cupo de asistentes completo, tuvo lugar una nueva edición de la ruta cervantin@lcazar que estuvo coordinada por miembros de la Sociedad Cervantina de esta ciudad. La ruta ha estado a cargo del vicepresidente de la Sociedad, Luis Miguel Román Alhambra, y justo antes del comienzo la alcaldesa de Alcázar, Rosa Melchor, se acercó hasta la estatua “El hidalgo y su gato” de José Lillo Galiani -lugar de inicio de la ruta-, para conocer de primera mano los pormenores del recorrido y sus curiosidades, así como para saludar a las personas inscritas en esta actividad. Los asistentes tuvieron ocasión de conocer los rincones de Alcázar de San Juan que tienen una vinculación con Miguel de Cervantes Saavedra, visitando los lugares icónicos de la ciudad que lo homenajean, lo recuerdan y hacen que se mantenga viva la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, tradición que se remonta a la propia época del bautismo de Miguel que tuvo lugar en la iglesia de Santa María de nuestra ciudad y que se atestigua por la ubicación de la casa donde vivió el escritor en una plaza que lleva su nombre, que es precisamente uno de los lugares de interés. La ruta guiada forma parte de las actividades organizadas con motivo del Fin de Semana del Patrimonio que el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan ha organizado para los días 7 y 8 de agosto y que cuenta con la colaboración de las diferentes asociaciones y entidades culturales de la ciudad. También y junto a la estatua del Quijote cósmico que Eulalio Ferrer regaló a la ciudad en 1992 que es idéntica a otra existente en Guanajuato (México) -ciudad con la que Alcázar de San Juan está hermanada-, los presentes pudieron conocer la historia de Eulalio quien obtuvo un Quijote (en edición de Calleja) a cambio de una cajetilla de tabaco al entrar en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer (Francia), a la finalización de la Guerra Civil y con la que inició su enorme afición por el Quijote y el coleccionismo de todo tipo de iconografía alrededor de la obra. La ruta continuó por la iglesia de Santa María donde fue bautizado Miguel de Cervantes Saavedra y cuya partida de bautismo encontró Blas de Nasarre en 1748 y se conserva en la casa parroquial; después por la calle de San Juan (antiguamente llamada de Zapateros) donde se ubicó la casa de don Juan López Caballero padre de Pedro Barba que junto con Gutierre Quijada son nombrados en el Quijote y que precisamente de este último dice descender por línea recta de varón Alonso Quijano. En la casa donde vivió la familia de Miguel de Cervantes en la plaza del “Rosquero” o de la “Rubia” (llamada así por tener aquí una tienda María Díaz “La Rubia” que estaba casada en tiempo de Cervantes con Pedro Hidalgo Saavedra), los miembros de la Sociedad Cervantina relataron la tradición que había pasado oralmente a través de los abogados: Ordoñez (coetáneo de la familia Cervantes), Quintanar y Juan Francisco Ropero y Tardío -Agente Fiscal de la Cámara de Castilla-, que fue quien dio a conocer esta tradición alcazareña a Fray Alonso Cano (obispo de Segorbe y Redentor General de Esclavos), tradición que a su vez este trasladó al académico y militar Vicente de los Ríos quien la recogió en las pruebas de su proemio a la edición del Quijote publicada en 1780 por la Real Academia Española. El recorrido finalizó en la Plaza de España frente a la estatua de don Quijote y Sancho Panza realizada por Marino Amaya en la que para realizar al inmortal escudero se inspiró en la cara de Tico Medina, recientemente fallecido y siempre admirado y recordado por esta Sociedad Cervantina. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Testimonio gráfico del viaje de Galdós a la Mancha toledana Fecha de Publicación: 28/07/2021 Los pasados 5 y 6 de junio de este año se cumplían ciento doce años de la vista que Don Benito Pérez Galdós realizara a La Mancha; también ha pasado un año desde que publicamos nuestro artículo: “El viaje de Galdós a Quintanar en la prensa del momento” en esta misma revista. Ahí anunciamos, que además de las fotografías aparecidas en la revista El mundo gráfico –hasta ese momento las únicas conocidas-, existían otras tantas que recogían las instantáneas del viaje del ilustre escritor canario por La Mancha toledana. Felizmente podemos hoy traer el citado testimonio gráfico para cerrar, al menos de momento, este momento histórico que el pasado mes de junio se perpetuó con la colocación de una placa cerámica en la fachada de la fonda donde se alojó Galdós en Quintanar de la Orden. Foto © Zacarías López-Barrajón Barrios El reportaje se publicó en EL PROGRESO[i], periódico cuya vida se mantuvo entre 1906 y 1933, que dirigía el periodista y político republicano Alejandro Lerroux García editado en Barcelona. El ejemplar objeto de nuestro estudio es una edición ilustrada semanal del anterior, de la que se publicaron sesenta y cinco números entre 1909 y 1910 al precio de 15 céntimos, que contenía dieciséis páginas -de 21×16 cm – y numerosas fotografías, anhelando este medio, ser el magacín republicano de tirada nacional[ii]. La fecha de la publicación del reportaje sería el 27/06/1909, dos semanas después del citado viaje, correspondiendo al número 24 de “EL PROGRESO ILUSTRADO[iii]” o “EL PROGRESO. Edición Ilustrada” (Ilustración 1). Al reportaje acompaña una crónica en páginas anteriores titulada “El republicanismo manchego” firmada por el periodista y político Serrano Bustos[iv] -participante activo en la visita de Galdós-, en la que se congratula del resurgimiento de republicanismo en las zonas rurales como resultado de los actos de propaganda celebrados en Quintanar de la Orden; para ello destaca varios aspectos vividos esos días: primero la participación de la mujer –humilde y acomodada- en esas jornadas cuando antes no lo hacía. Segundo, la gran participación del pueblo en esos días –como lo demuestran las fotografías-. Y tercero, la concurrencia de figuras como Pérez Galdós y varias personalidades venidas desde Madrid, Toledo y otras comisiones de: Camuñas, Quero, Miguel Esteban, Villafranca de los Caballeros, El Toboso, Villanueva de Alcardete, Cabezamesada, Pedro Muñoz, Campo de Criptana, Alcázar de san Juan, Herencia, Tomelloso, Daimiel y otras localidades, que el firmante no recuerda – a los que habría que sumar los ya conocidos por nosotros de: Villacañas, Puebla de Almoradiel, Puebla de Don Fadrique y Quintanar de la Orden. Desconocemos el nombre del fotógrafo, que realizó las nueve instantáneas en blanco y negro (Ilustración 2), que acompañan al artículo y de otras tantas imágenes que se realizaron en el mitin de la plaza de toros y que se malograron “al haberse estropeado la mejor placa”. Foto © Zacarías López-Barrajón Barrios La primera línea la componen tres imágenes de La Puebla de Almoradiel que recogen, de izquierda a derecha, distintos momentos de la espera al tren que traía a Galdós y sus acompañantes desde Madrid. La primera foto cuyo pie de foto reza: “La estación de Puebla de Almoradiel al paso del tren”, recoge el ambiente de expectación generado con la llegada del escritor canario; una multitud se agolpa delante del edificio que conformaba la propia estación[v]. La segunda fotografía tiene el pie de foto siguiente: “El tren en la estación de Almuradiel”, además de la errata en el nombre de la población, refleja el gentío que se agolpa en las inmediaciones de los vagones de un tren que acaba de llegar a su destino y donde se asoman por las ventanillas los supuestos visitantes donde no se puede identificar a ninguno. Estas dos instantáneas se ajustan perfectamente a la crónica que ofreció el periódico EL ECO DEL GIGUELA[vi]: “…En la Puebla de Almoradiel el recibimiento fue hermoso y conmovedor. Más de 600 personas ocupaban el andén de la estación…”. La tercera imagen lleva por título: “Serrano Bustos y un grupo de radicales de Almoradiel” en el que aparecen un grupo de personas delante de un edificio, que pudiera ser de la misma estación (Ilustración 3). Las crónicas del momento de EL ECO DEL GIGUELA y EL PAÍS[vii], citaron a las siguientes personas de este pueblo, que subieron al vagón del tren y que muy posiblemente participaran en esta foto: Cristino (Villanueva), Santos (Barrios Botija), Felipe (Plaza), Sixto y Julián (Rodríguez), Martínez, Escobar (Calixto), Sepúlveda (Julián y José), Casas, Burgos, Pulpón y otros muchos. Foto © Zacarías López-Barrajón Barrios La segunda fila consta de otras tres fotografías, que, de izquierda a derecha, recogen distintos momentos de la visita a Quintanar de la Orden. La cuarta foto del reportaje reza en su parte inferior: “Llegada a Quintanar” y nos muestra una abarrotada plaza de la Constitución, momento que también recogió la crónica gráfica de EL NUEVO MUNDO[viii] y comparando ambas instantáneas – el público mira al fotógrafo- parecen salidas de la misma cámara, aunque las fotos que ofrece el Nuevo Mundo están ampliadas. La quinta instantánea dice en su título: “Los diputados Galdós y Romero saliendo de la estación de Quintanar” y en ella aparecen esas personas, una de las pocas vistas en las que se aprecia al don Benito (personaje del centro, colocado a la derecha), y a su alrededor un grupo de personas, que le recibieron en la estación de Quintanar de la Orden (Ilustración 4). La sexta foto de esta crónica gráfica dice en su pie: “Comida íntima en la fonda de Quintanar” y en ella, aunque con dificultad, vislumbramos a Galdós, al fondo y situado en el centro, presidiendo una mesa con una docena de comensales. Este momento tiene lugar el domingo día 6 de junio de 1909 tras la visita al Toboso. La única crónica de la época que nos informa de este momento es EL PAÍS[ix], que dice: “…se celebró un banquete íntimo en la fonda de Manolita Gómez donde asistieron los miembros del partido y solo hubo un brindis por parte del Sr. Enrique Rodríguez por Galdós y Romero a la memoria de Pi y Margall”. Foto © Zacarías López-Barrajón Barrios Las siguientes fotos corresponden a la tercera fila; la número siete se intitula: “Galdós y los demás oradores saliendo de la fonda de Quintanar para el mitin”, al igual que sucede con la foto tres, esta imagen fue otra de las que publicó El Nuevo Mundo[x], pero más alejada lo que da una mayor amplitud para observar la fachada -casi completa- de la casa donde se alojó Galdós y la multitud que lo acompañaba tanto en la calle como en los balcones. La fotografía ocho dice en su pie de página: “Junta directiva del círculo republicano de Quintanar”, que son las ocho personas adultas que aparecen en la imagen; según la crónica de El Eco del Gigüela[xi]: “… y muchos más que se agregaban en el trayecto hasta el casino Republicano, ante el cual se congregó el público…”. Este fue otro lugar visitado en Quintanar, como no podía ser menos, pues recordemos que la visita tenía un fin político y además del mitin del día 6 hubo una manifestación por Quintanar el día anterior, en la que participaron “numerosas comisiones de todos los pueblos del distrito y de la localidad”. La última imagen, la número nueve, dice en su título: “Curiosa fotografía obtenida en la visita que hizo Galdós al Toboso” y en ella aparecen cuatro mujeres -una con niño en brazos- varios chiquillos y dos señores –el de la izquierda está cortada su figura-, mientras que quien aparece en el lado derecho de las señoras podría ser Don Tomás Romero[xii] (Ilustración 5). Esa excursión la recoge El Eco del Gigüela[xiii] y otra de ABC[xiv] un tanto imprecisa en fechas y de corte literario. Tan solo LA ESFERA[xv], en su reportaje “Ciudades viejas. El Toboso”, escrito por el propio Benito Pérez Galdós, recoge fidedigna y literariamente la crónica de esa visita a la patria de Dulcinea. Foto © Zacarías López-Barrajón Barrios Si una imagen vale más que mil palabras, aquí están las fotos, que atestiguan, no sólo el viaje galdosiano por tierras de La Mancha toledana – a excepción de Villacañas y la Villa de Don Fadrique-, sino la sociedad de la época de nuestros pueblos con su peculiar y rico paisaje y paisanaje. ZACARÍAS LÓPEZ-BARRAJÓN BARRIOS Académico Correspondiente de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo Referencias Bibliográficas [i] Documento prestado por José Luís Fuentes Guzmán “Tavira” de su archivo particular. [ii] María Dolores SAIZ y María Cruz SEOANE. Historia del periodismo en España, vol. 3. 1983, p.109. [iii] El Progreso Ilustrado, año IV, número 24, 27 de junio, s/p., 1909. [iv] Sobre la figura de Tomás Romero ver: Vicente Torres ENCINAS y Claro Manuel FERNÁNDEZ-CABALLERO MARTÍN-BUITRAGO: “Tomás Romero. Periodista y político de relevancia nacional” en II Jornadas de Historia de Herencia, pp.82-101, 2016. [v] Teresa FERNÁNDEZ DÍEZ: La línea de ferrocarril Villacañas-Quintanar de la Orden: Una línea de ferrocarril abandonada. Una ruta de investigación educativa”. Diputación de Toledo, p. 92, 2007. [vi] El Eco del Gigüela. número 78, 15 de junio, pp.1-2, 1909. [vii] El País, 8 de junio, p. 2, 1909. [viii] Nuevo Mundo, número 834 del 30 diciembre, 1909. [ix] Ibidem, nota 4. [x] Ibidem, nota 5. [xi] Ibidem, nota 3. [xii] Para saber más sobre la figura de Tomás Romero ver: Vicente Torres Encinas y Claro Manuel Fernández-Caballero Martín-Buitrago: “Tomás Romero. Periodista y político de relevancia nacional” en II Jornadas de Historia de Herencia, pp.82-101, 2016. [xiii] Ibidem, nota 3 [xiv] ABC, 19 de septiembre, p. 3, 1963. [xv] LA ESFERA, números 86 y 87, 1915. Leer más
Los escenarios del Quijote en la Mancha Fecha de Publicación: 26/07/2021 EL CRUCE DEL FALSO LIBRE ALBEDRÍO DE ROCINANTE “En esto llegó a un camino que en cuatro se dividía, y luego se le vino a la imaginación las encrucijadas donde los caballeros andantes se ponían a pensar cuál camino de aquéllos tomarían, y por imitarlos estuvo un rato quedo; y al cabo de haberlo muy bien pensado soltó la rienda a Rocinante, dejando a la voluntad del rocín la suya, el cual siguió su primer intento, que fue el irse camino de su caballeriza” (Q1, 4) ¡¡ El camino de su caballeriza!! Bien sabía don Quijote el camino que iba a tomar Rocinante cuando le deja las riendas sueltas en este cruce. El mismo camino que él quería seguir para cumplir con lo indicado por el ventero y hacerse en su pueblo de un escudero y otras cosas tocantes a la caballería andante. ¿Si no conociese don Quijote la querencia de Rocinante habría dejado en este momento de la aventura las riendas sueltas al libre albedrío de su caballo? Rotundamente, no. Si a un lector actual esta acción de don Quijote le puede parecer un guiño a la libertar de elección de su propio caballo, los lectores coetáneos de Cervantes ya sabían que el caballo tomaría la querencia natural de irse a su cuadra, el objetivo de su amo. Cervantes fue un prolífico viajero, debido en gran parte a sus oficios como funcionario de la Corona, y sus malas experiencias con caballos y mulas de alquiler, que a la más mínima toman el camino fácil de su cuadra, le sirvió para incorporarlas en este punto de la aventura a su texto y de paso reírse de los caballeros andantes que al llegar a un cruce de caminos «se ponían a pensar cuál camino de aquellos tomarían». Sin duda alguna esta actitud de don Quijote arrancó las risas de los primeros lectores cervantinos, que era lo que pretendía el autor, y sin embargo hoy da lugar a ensayos y sesudas conferencias sobre “el libre albedrío o la libertad en el Quijote”. A este cruce de caminos os quiero llevar. Y así, con el Quijote en la mano, tablet o teléfono podáis leer este gracioso momento cervantino contemplando la misma imagen del territorio manchego que inspiró a Cervantes como un escenario de su novela. Desde el paraje donde creyó liberar al pastor Andrés de los azotes de su amo, el siguiente punto de interés o hito cervantino geográfico es precisamente este cruce de caminos formado por dos variantes del Camino de Toledo a Murcia: El Camino de El Toboso a Las Mesas o Camino de los Valencianos y el Camino de Campo de Criptana a Mota del Cuervo. Siguiendo los pasos de Rocinante me dirijo a él un día «de los calurosos del mes de Julio» ¿De qué me suena esta frase…? Don Quijote iba por este camino orgulloso de su recién estrenado título de caballero andante, «pareciéndole que había dado felicísimo y alto principio a sus caballerías». Dice el narrador de la historia que hablaba consigo mismo en estos términos: “—Bien te puedes llamar dichosa sobre cuantas hoy viven en la tierra, ¡oh sobre las bellas bella Dulcinea del Toboso!, pues te cupo en suerte tener sujeto y rendido a toda tu voluntad e talante a un tan valiente y tan nombrado caballero como lo es y será don Quijote de la Mancha; el cual, como todo el mundo sabe, ayer rescibió la orden de caballería y hoy ha desfecho el mayor tuerto y agravio que formó la sinrazón y cometió la crueldad: hoy quitó el látigo de la mano a aquel despiadado enemigo que tan sin ocasión vapulaba a aquel delicado infante.” (Q1, 4) Estimado lector de mi blog, puede que te sorprenda que el narrador apunte aquí que don Quijote «como todo el mundo sabe, ayer rescibió la orden de caballería y hoy ha desfecho el mayor tuerto y agravio que formó la sinrazón y cometió la crueldad», cuando tú bien sabes que el fingido nombramiento ha sido durante la noche de este mismo día, hacía muy pocas horas. Pero estás en la Mancha y aquí, como en otras muchas partes de Castilla, los días comenzaban, y comienzan, cuando uno se levantaba de la cama y ponía los pies en el suelo, lo sucedido anteriormente es sencillamente ayer. No te sorprendas si entrada bien la noche, cuando tu reloj ya te indique que estás en un nuevo día, alguien en la Mancha se despida de ti con un ¡hasta mañana! A 1,25 km de la aventura de Andresillo, por el Camino de los Valencianos hacia El Toboso, tengo que cruzar la carretera CM-420 (39º 27′ 05.38″ N – 2º 54′ 19.50″ E). El camino es suave y a unos 600 m paso junto a una casa de labor conocida de antiguo como Casa Escama y hoy reconvertida en una finca con reses bravas de nombre Monte Protestante. El camino, todavía en el término de Mota del Cuervo, torna a descender suavemente. El paisaje es de cultivos de cereal, recién segado, y de vid con algunos chaparros que nos recuerdan el antiguo paisaje de bosque de encinas que flanqueaba el camino. La mano del hombre cambiando los usos del suelo casi ha borrado el bosque de encinas en la imagen del territorio en toda la comarca de don Quijote. A unos 2,6 km, desde que crucé la carretera, entro en el término municipal de Pedro Muñoz unos metros antes de cruzar el arroyo o Zanja de la Horma (39º 27′ 53″ N – 2º 55′ 48″ E).A mano derecha, a lo lejos, se ve otra antigua casa de labor o quintería manchega conocida como Casa de la Horma. Solo 600 m después de este arroyo dejo el término de Pedro Muñoz y entro en el término cervantino de El Toboso, unos 100 m. después de dejar el cruce con el camino de Pedro Muñoz a la Casa de la Horma. Una pequeña casa agrícola de construcción actual nos marca este cruce (39º 28′ 02″ N – 2º 56′ 04″ E) Sigo de frente hacia «la gran ciudad del Toboso». Ya estoy cerca del hito cervantino. Aunque son las 10 de la mañana el sol aprieta sobre mi cabeza amparada con un sombrero de paja. A 3,9 km desde que crucé la carretera llego a él, el cruce del fingido libre albedrío de Rocinante (39º 28′ 19″ N – 2º 56′ 32″ O). Abro aquí mi mochila y leo: “En esto llegó a un camino que en cuatro se dividía, y luego se le vino a la imaginación las encrucijadas donde los caballeros andantes se ponían a pensar cuál camino de aquéllos tomarían, y por imitarlos estuvo un rato quedo; y al cabo de haberlo muy bien pensado soltó la rienda a Rocinante, dejando a la voluntad del rocín la suya, el cual siguió su primer intento, que fue el irse camino de su caballeriza” (Q1, 4) Hoy este simple cruce de caminos, de uso casi exclusivo para las labores agrícolas, en tiempos de la escritura del Quijote era muy transitado por numerosas personas a pie, a caballo o en carros y carruajes. Viajeros, funcionarios, comerciantes, arrieros y trajinantes de todo tipo iban y venían de Toledo al reino de Murcia o hacia Cuenca camino de Aragón. Hoy el silencio es casi absoluto, ¡un silencio que se oye!, delicadamente roto por el canto de los pajarillos y el susurro del solano, este viento tan nuestro y esperado en todos los amaneceres del verano manchego. Hago igual que el bueno de Rocinante y desde este cruce sigo el mismo camino que él eligió con don Quijote a horcajadas sobre su lomo, él hacia el lugar de su cuadra y yo a mi casa, los dos hacia Alcázar de San Juan, el lugar de don Quijote. A «como dos millas» de este importantísimo cruce de caminos llegaré a un paraje de triste recuerdo para Rocinante y para las costillas de don Quijote. Os lo contaré en un próximo artículo. Luis Miguel Román Alhambra Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote Leer más
Tico siempre estarás con nosotros Fecha de Publicación: 05/07/2021 Tico Medina cuyo rostro está inmortalizado en la estatua de Sancho Panza de la Plaza de España de Alcázar, obra del escultor Marino Amaya, realizada en 1970-1971 Hoy 5 de julio nos ha dejado Tico Medina, maestro de periodistas, leyenda viva del periodismo español y enamorado de Alcázar de San Juan y de su patrimonio folclórico y cervantino. Involucrado en las fiestas de la Virgen del Rosario y de los Festivales de la Canción de Primavera, impulsor de la Orden de los Escuderos llamados Sanchos y su eterno Gran Maestre. Recientemente había sido nombrado «Socio de Honor» de nuestra Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Alcázar de San Juan, 5 de julio de 2021.- Resulta imposible glosar en pocas palabras la vida y andanzas de Tico Medina, granadino de nacimiento, pero ciudadano del mundo, y un alcazareño más, sobre todo después de un accidente automovilístico que provocó un vuelco de su vehículo estando ya muy cerca de Alcázar y del que resultó ileso, considerando que volvió a nacer, por lo que se sentía alcazareño. Escolástico Medina García fue maestro de periodistas, reportero y viajero incansable, testigo de primera mano de la historia de su época en la que entrevistó a personajes como Fidel Castro, Pablo VI, Haile Selassie, Salvador Dalí, Che Guevara, Golda Meir, Hassan II, Richard Nixon, John Lennon o don Juan Carlos de Borbón entre otros. Trabajó en Radio Granada, el Diario Ideal, Informaciones, Pueblo, fue redactor jefe de la revista ¡Hola!, jefe de reporteros de ABC y enviado especial en buena parte del mundo. Por lo que respecta a la televisión, estuvo presente constantemente en Televisión Española como periodista y presentador. En los últimos años también trabajó en Canal Sur. Desde hace seis años hemos podido escucharlo en la radio, en el programa Herrera en la Cope desde donde analizaba la actualidad. Autor de más de veinte libros, y poseedor del Premio Ondas (1961), Antena de Oro, la Medalla de Andalucía (2008) y la Medalla al Mérito en el Trabajo (2017). Su vinculación con Alcázar de San Juan es apabullante, quería tanto la ciudad como los alcazareños lo querían a él. Además de impartir conferencias y presentar diferentes actos religiosos de la Virgen del Rosario (patrona y alcaldesa perpetua de la ciudad) y Festivales de la Canción de Primavera, fue el impulsor de la Orden de los escuderos llamados Sancho, más conocida como la orden de Sancho Panza. “a la sombra de un molino en verano, al calor de unas vides en invierno... nació la orden de Sancho Panza. Con estas palabras iniciaba su artículo en el diario Pueblo del 19 de febrero de 1964 donde anunciaba el nacimiento de la Orden de Sancho Panza. En una ventosa y fría tarde del mes de febrero de 1964 se reunieron en la finca conocida por la Platera, junto a Tico Medina, ocho alcazareños entusiastas de la figura de Sancho Panza y acuerdan fundar la referida Orden basándose en estas tres razones: “Para exaltar la figura de Sancho, tan vilipendiado por todos, y sin embargo, tan importante para la obra inmortal de Cervantes. Para promoción de la amistad entre las gentes y los pueblos de buena voluntad y buen peso. Y para proyectar a todo el mundo los auténticos valores espirituales de la Mancha” (Manuel Rubio Morano. Orden de los escuderos llamados Sancho). Al contrario que Don Quijote, que nunca pudo cumplir el íntimo propósito de su corazón de armar a Sancho caballero, Tico Medina y esos ocho entusiastas alcazareños, sus fieles comendadores, si consiguieron dar a luz a la “Orden de los Escuderos llamados Sanchos” que con orgullo e hidalguía transitó por nuestra tierra bajo los auspicios de la sincera y leal figura de Sancho Panza, espejo en el que todos ellos se reflejaban. Este fue el origen de que Alcázar de San Juan se situase en el mapa turístico de España. Esta iniciativa supuso no solo el despegue turístico de la ciudad, sino que fue objeto de atracción y puerta de entrada al mundo cervantino manchego de las grandes personalidades de la época que todas querían conocer nuestra ciudad, nuestras costumbres y visitar tanto la silla de Sancho en la Platera, como el molino Sancho Panza (sobre cuya puerta ostentaba esta divisa: “Tanto monta, monta tanto, don Quijote como Sancho”) que la ciudad regaló a Tico Medina, pero que él rehabilitó totalmente a sus expensas, y que inauguró “en nuebe días del mes de noviembre de mil novecientos sesenta y seis” coincidiendo con la fecha en que los alcazareños conmemoramos el bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra. Recientemente, en diciembre de 2020, la Sociedad Cervantina de Alcázar lo ha nombrado “Socio de Honor” y debido a su delicado estado de salud le enviamos por mensajería a su domicilio el nombramiento, teniendo pendiente de celebrar estando él presente -en nuestra sede-, el acto de reconocimiento que se merece y en el que hubiese disfrutado como protagonista del enorme aprecio y admiración que le profesamos en esta Sociedad, pero por desgracia no ha podido ser y los proyectos como el nombramiento del «Gran Sancho Panza» (dando continuidad a la Orden de los Sanchos) que teníamos pendientes con él, se han desbaratado. Escolástico Medina García (modelo para el “Sancho” de la plaza de España que realizó el escultor Marino Amaya) que como Sancho Panza has sido una persona buena, honesta, equilibrada, inteligente, trabajadora, sincera, leal, poseedora de un alto sentido de la amistad, lo que nos autoriza a llamarte querido amigo, desde Alcázar de San Juan te decimos adiós con mucho cariño y con nuestro agradecimiento por todo lo que hiciste por nuestra ciudad. Que el Señor te acoja en sus brazos para lo que contribuimos modestamente con nuestra sentida oración. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Leer más
Carrascosa: el pasodoble que eclipsó al torero. Retrospectiva del matador de reses bravas Laurentino Carrascosa Peñuela y del pasodoble que le dedicó Jaime Teixidor Fecha de Publicación: 21/06/2021 Imagen de Laurentino. Heraldo Manchego 20 de septiembre 1930 La profesión de torero, además de comprometida y sacrificada, ha estado tradicionalmente revestida de un categórico romanticismo que, complementado con la fama y fortuna económica que las grandes figuras revelaban, hizo en la primera mitad del siglo, que infinidad de jóvenes y adolescentes, la mayoría de condición humilde, con sueños de superación y triunfo, se lanzasen a probar suerte en ese arte. La gran afición que desde niño profesaba Laurentino Carrascosa hacia el toro, la había conformado de modo propio, ya que provenía de una tradicional familia de labradores sin vinculaciones taurinas. Su padre, Eulalio Carrascosa, era un agricultor alcazareño de los considerados ricotes o de media costilla, con las necesidades económicas más que cubiertas a través de la explotación de sus tierras. Esto, junto al riesgo que suponía ponerse delante de un toro, resultaron determinantes para que su familia, en un principio, se opusiera a que fuese torero. Pero todo resultó inútil, la desmesurada afición de Laurentino le llevó a concebir firmemente, la idea de dedicar su vida profesionalmente, al mundo de los toros. De poco valieron los reparos y objeciones de sus amigos más íntimos, tratando de disuadirle cuando dio los primeros capotazos, ni las suplicantes lágrimas de su madre fueron bastante para desviarle de sus propósitos. Todo fue inútil, Laurentino sentía verdadero amor por la profesión, y a ella apelaba, no por necesidad, ni mucho menos, sino por amor al arte. Sus comienzos se revelan organizando y participando en becerradas y festivales para aficionados en la localidad. De la primera actuación como becerrista que se tiene constancia, es la que se produjo el 28 de mayo de 1922, en un Festival Taurino celebrado por aficionados. En aquel tiempo, la afición a los toros era muy significativa, todos los años se organizaban becerradas: de ferroviarios, del comercio y otros gremios. En esta ocasión, compartían cartel en la becerrada dominguera: Pablo Cuartero, Arturo Castellanos, Laurentino Carrascosa y Avelino Nieto, “Ostioncito”. Las reses eran de la cavada de Antonio Sánchez Tardío, de Añover de Tajo (Toledo). Germen de esta afición por el toro, le llevó a vestirse de luces como profesional, haciendo su presentación el 19 de abril de 1925, en la novillada sin picadores celebrada en el antiguo coso de la Covadonga, de Alcázar de San Juan, compartiendo cartel con Manuel Rodríguez Rufo y Esteban Arias; lidiando una res cada uno de la ganadería de Sánchez Tardío. Completaron el cartel, los becerristas Juanito Martín Caro “Chiquito de la Audiencia”, y Joselito Miguelañez, con dos erales de la misma vacada. Destacar a este respecto que esa tarde que Laurentino se vestía por primera vez de torero, sus padres cerraron su casa ausentándose de la población; con lo que Laurentino, hubo de vestirse en el hostal Raboso. Un lustro después, el cronista del Heraldo Manchego, recreaba en página de portada la indumentaria que portaba Laurentino en su puesta de largo como novillero: «empujado por su afición, va un muchacho, embutido en un traje mohoso y viejo, que en tiempos fue de oro (…) Fulge el sol al dar en su raído traje y chispean las falsas lentejuelas como brillantes verdaderos». Si bien el cochambroso vestido no fue óbice para que Laurentino sentara las bases de lo que sería su línea y recorrido como novillero, destacando de forma admirable en todos los tercios de la lidia, cortando trofeos y saliendo a hombros del coso, como así lo acredita la reseña del semanario taurino El Toreo que, resume la actuación de Laurentino Carrascosa en una sola palabra: «superior». A partir de aquí, las intervenciones de Laurentino en el coso alcazareño se repitieron, con muy diferentes valoraciones al respecto. Hay que destacar que en esa época había festejos taurinos en Alcázar prácticamente todos los domingos. Así pues, un mes después de su debut, volvía a torear una novillada, esta vez con toros resabiados de Sánchez Tardío, en la que el talante y la falta de experiencia hicieron que sus actuaciones resultasen, a tenor de la crónica recogida en la revista satírica KChT, cómicas y desproporcionadas: «El torero local, Carrascosa, nos hizo reír un rato con sus extravagancias, y en algunos momentos se arrimó al toro, pero con ese valor que da la inconsciencia». Del mismo modo, en la novillada del 30 de agosto de 1925, actuando junto a Vizcaíno, la valentía de Carrascosa se vio nuevamente eclipsada por su inexperiencia, como así lo recoge la revista El Toreo: «Carrascosa, muy valiente, pero algo torpe». A tal efecto, su pundonor le hizo no aceptar la oreja del tercer novillo considerando que su actuación no había sido merecedora de dicho premio. Fue la temporada siguiente cuando Laurentino comenzó a prodigarse fuera de la localidad, matando novilladas en las plazas de Linares, Almagro, Quintanar de la Orden, Villarrubia, Santa Cruz de Múdela, Tomelloso y Caravaca, donde termina la temporada, obteniendo un clamoroso éxito en todas ellas. En diciembre de 1926, la revista Valenciana defensora de la afición, La Reclam Taurina, ya se hacía eco de la valentía y arrojo del joven novillero, pronosticándole un futuro tremendamente prometedor: «Carrascosa es todo afición, muy valiente y desenvuelto, por lo que se colocará pronto». Protegido e impulsado por el ganadero Luis Eizaguirre, Laurentino prepara la temporada en la finca que éste disponía en los Montes de Toledo, dando comienzo a la nueva campaña el 20 de marzo de 1927 con una novillada en la plaza de Linares, junto a Currito de la Cruz, al que supera con creces. El cronista de El Despertar resume su intervención con esta categórica frase: «Carrascosa en quien, la afición, el valor y el arte no escasean». Lidia corridas en numerosos pueblos de dentro y fuera de la comarca, pudiendo destacarse el categórico triunfo obtenido en Almagro, el 6 de agosto de 1927, donde corto las cuatro orejas y los dos rabos de sus novillos. La prensa nacional comienza a hacerse eco de los éxitos del incipiente novillero, originando cierto interés en el ambiente que rodeaba a la fiesta. Tanto es así que, con tan solo tres años de oficio, el compositor catalán Jaime Teixidor le dedica en 1928 un magnífico pasodoble en homenaje a sus triunfos como novillero. La primera partitura del pasodoble CARRASCOSA se publicada en Barcelona a mediados de 1928, formando parte de una colección de 10 bailables titulado “Alegrías” (BNE. Signatura MP/5105/23. Sala Barbieri), con litografía e impresión de música de Joaquín Mora. Por el mismo tiempo, el semanario alcazareño El Despertar anunciaba en sus páginas su estreno por la Orquesta del Teatro Moderno en la segunda sección de cine del 29 de julio de 1928. Se trataba de la orquesta de Manolo Iniesta, encargada de amenizar las funciones del Teatro en tiempos del cine mudo. Del mismo modo, la casa SÁIZ publicitaba la edición de la partitura del pasodoble a todo lujo. Anuncio Manuel Saiz. El Despertar. 2 septiembre 1928 La notoriedad de Laurentino continua en aumento gracias a su valentía y buen hacer. El corresponsal de La Lidia, creyéndole uno de tantos, se ve sorprendido por la faena que el diestro coronó en La Carolina el día de Santiago Apóstol de 1928, afirmando que: «de seguir como le vimos este día, pronto será una figura». El cronista no escatima en alabanzas a sus maneras de torear: «posee un arte repleto de elegancia, acompañado de una valentía extremada», concluyendo con una intención que, como veremos más adelante, lamentablemente nunca se llevaría a cabo: «Su apoderado nos afirma que pronto le veremos por aquí» refiriéndose a la plaza de Madrid. La soberbia faena de Carrascosa en La Carolina le suponen la firma de tres corridas en Úbeda, Castellar y Santiesteban, sin dejar de lado las comprometidas en Almagro, Herencia y Campo de Criptana, que resultan memorables para el novillero. Si bien resulta digna de destacar la tarde en que se encerró él solo, en el coso de Pedro Muñoz, con cuatro novillos toros de Eizaguirre. De la bravura de los astados baste decir que el tercero tomo hasta seis puyazos. Relatan las crónicas que toreó con capa y muleta, banderilleó y mató a los cuatro morlacos de manera sobresaliente, obteniendo orejas, rabos y salida triunfal. El Dr. Mazuecos se hace eco en su obra de la anécdota protagonizada por Fernando González “Pitos”, amigo y seguidor infatigable de Carrascosa, en esa corrida: «Pitos, como siempre iba detrás de Laurentino para retratarlo toreando, (…) uno de los toros, semental grandísimo, llamado Canastillo. Habían convenido que lo retratara entrando a matar, Fernando se acercó valerosamente y cuando ya estaba perfilado, dice Laurentino: ¡Ahora, Pitín! y Fernando disparó con decisión. Todos acudieron con gran interés a ver la fotografía, pero lo que sacó fue al chico de las gaseosas» A raíz de su excelente actuación en Pedro Muñoz, Laurentino confiere poderes a Luis Estival “africano”, afamado representante taurino con el cual firma más de veinte novilladas en la comarca manchega. Tanto es así, que en una semana torea en Castellar, Villarrubia y Mota del Cuervo: «donde por negarse a torear la cuadrilla contratada, alegando el mucho peso de los toros, tuvo que ir allí requerido por la empresa, a lidiar tres novillos de arrobas y muy respetables», resultando superior en todos los tercios. Titular “Toros en Pedro Muñoz”. El Despertar. 19 septiembre 1928 La experiencia de lidiar él solo una corrida completa le resulta muy atrayente, llevándolo a cabo nuevamente en Torralba; si bien, en esta ocasión el tamaño de los toros evidencia su principal limitación para la lidia: la poca altura, como así lo destaca la crónica de El despertar: «los toros eran muy grandes y el torero mu chico», valiéndose para someter a los morlacos, como siempre, de los tres grandes axiomas personales que le auxiliaban: habilidad, voluntad y mucho valor. Así, una vez más la actuación le supone un triunfo coronado con una merecida salida a hombros, que se repite en Madridejos, con toros de 4 años y 24 arrobas de peso, y en Las Mesas. Coyuntura que hace suponer a propios y ajenos que: «la temporada próxima será sin ningún género de dudas la temporada que le colocará en la cumbre», destacado así por la prensa local. Pero no todo son elogios y felicitaciones para con Laurentino, después de tres años en el circuito profesional su nombre no ha sido visto en plazas de capital alguna. Hecho que, de manera peregrina, justifican sus paisanos no ser por falta de fama y contratos: «sino que repleto de conocimientos taurinos, quiere sostenerse en plazas de menor categoría, para que, llegado el momento de aceptar algunos de los ofrecimientos que tiene en plazas de primera fila, su presentación, no deje dudas a nadie y de una vez sentar la ejemplaridad de que es torero». Lo cierto y verdad es que Laurentino no pasaba de actuar en plazas de tercera, y no toda la afición le mantenía esa consideración de torero. Carrascosa, aun disponiendo de un lucido pasodoble, era en el ámbito nacional un novillero principiante e ignorado al que sus detractores descalificaban y menospreciaban. Hasta sus incondicionales mantenían que le faltaba mucho por aprender. De esa época precisamente se conserva el popular dicho atribuido a un aficionado que viendo torear a Laurentino en una de sus tardes más desafortunadas le profirió: «con lo mal que torea este tío y que pasodoble más hermoso tiene». Pese a todo, para la prensa alcazareña Laurentino encaraba una nueva temporada con todas las garantías de triunfo, participando en las faenas de tienta y acoso de diferentes ganaderías en Algeciras, La Línea y Jerez de la Frontera, certificando el cronista, con verdadero alarde de optimismo, que las negociaciones para su presentación en las plazas de Valencia, Córdoba y Sevilla estaban prácticamente cerradas. Anuncio Manuel Sáiz. El Despertar. 5 mayo 1929 Mientras que las ilusiones de triunfo del novillero se iban frustrando, a causa de intermediarios, comisionistas y negociantes, el éxito de la composición dedicada por el maestro Texidor al torero se hacía realidad. La calidad de la partitura era manifiesta y un año después de su composición, en abril de 1929, la casa discográfica REGAL edita el pasodoble flamenco “CARRASCOSA”, grabado por la Banda del Regimiento Wad-Ras de Madrid. Resultando insólito el hecho que el pasodoble fuese interpretado en plazas en las que Laurentino jamás toreará. Tanto es así que, debido a contrariedades entre empresarios y apoderados en la disponibilidad de fechas, su esperada aparición en la plaza de Vista Alegre de Madrid se ve truncada en los primeros meses de 1929. Cambios que le suponen, además de perder para siempre la ocasión de debutar en Madrid, la pérdida de un contrato en la plaza de Málaga, retrasando igualmente el comienzo de la temporada hasta la corrida de Santiago Apóstol en Tomelloso. Disco de pizarra REGAL Disco de pizarra REGAL conteniendo el pasodoble “CARRASCOSA”, grabado en 1929 por la Banda del Regimiento Wad-Ras de Madrid, dirigida por Pablo. Cambronero Pero lejos de perder el ánimo, en agosto torea en Pedro Muñoz, saliendo nuevamente a hombros de la plaza, triunfo que le permite firmar diez novilladas para el mes de septiembre en la comarca. Por ese tiempo, aprovechando la inminente feria alcazareña, el conocido establecimiento de Manolo Saiz ponía a disposición de sus clientes las partituras para piano, banda y orquesta, así como los discos Regal del pasodoble flamenco “Carrascosa”, bastante popular ya entre rondallas y bandas de música. No pasa desapercibido que, meses antes, el diputado por la provincia de Ciudad Real, José Toribio, regalase a la Banda Provincial una colección de partituras entre las que se incluían: «el precioso pasodoble que Texidor ha dedicado al valiente diestro alcazareño Laurentino Carrascosa» como señalaba el diario capitalino El Pueblo Manchego. Obra con la que abrió su concierto de ferias la Banda de música del Hospicio Provincial y el Orfeón Manchego en el teatro Moderno de Alcázar el 9 de septiembre de 1929. Anuncio de la casa M. Sáiz, Ferias y fiestas 1929 de Alcázar de San Juan Laurentino concluye la temporada inaugurando el nuevo coso herenciano, compartiendo tarde con Cagancho y Reyes Vargas en una corrida mixta de ferias, concebida expresamente para él. La fenomenal faena que imparte al quinto novillo le supone cortar ambas orejas y rabo, saliendo en hombros por la puerta grande. Sin embargo continúa sin opción a torear en plazas importantes donde mostrar su oficio y poder ascender en el escalafón. El hecho de tener sobradamente cubiertas sus necesidades económicas hacían de Laurentino un novillero atípico y difícilmente manejable por intermediarios, a pesar de ser estos los verdaderos conseguidores de los ambicionados contratos en plazas de primera. Destacaban los que le conocían, que su caso resultaba realmente insólito, pues solo le preocupaba su arte, como a cualquier artista. Carrascosa se resistía a ese mercantilismo que imperaba en la fiesta, siendo incapaz de pordiosear una corrida, aunque fuese en la plaza de Madrid. A este respecto, el semanario valenciano La Reclam Taurina justificaba la conducta del diestro a que: «su modestia le alzo rehusar contratos en plazas de categoría hasta estar más hecho». Por ese tiempo, la mayoría de los novilleros mantenían un desmesurado afán por doctorarse sin estar en condiciones perfectas para ello. Lo que suponía que, lejos de conseguir un aumento en sus ingresos, pasaran a abaratar sus cachés si querían hacerse hueco en la nueva categoría. En la tienta celebrada por el ganadero Bernardino Giménez en Nava Redonda (Linares), Laurentino conoce al responsable de la plaza de Ciudad Real, procurándole su esperado debut en la capital manchega semanas después, resultando triunfador. Al igual que la temporada anterior, en 1930 los éxitos se multiplican, toreando, después de Ciudad Real, en la fiesta grande de Villacañas, junto al niño de la audiencia, actuación que le supone repetir cartel en el Corpus. En los previos a la corrida relata BITORIO, cronista de El Despertar que: «mientras la garrafa hacia su primer recorrido, llega la música y nos enjareta el pasodoble del matador». Y efectivamente, la popularidad del pasodoble es creciente entre las bandas de música de la comarca, haciéndolo sonar allí donde el novillero actuaba. En este sentido hay que destacar que Alcázar no dispone de banda de música municipal en todo este tiempo. Es a finales de junio de 1930 cuando el consistorio presenta a Juan González Paramos, ganador de la plaza de director, comenzando los ensayos un mes después. Laurentino continúa lidiando corridas en las plazas habituales como Almagro, Herencia, Pedro Muñoz o Tomelloso; repitiendo en esta ocasión igualmente en Ciudad Real, donde participa en un festival organizado a beneficio de la Unión de Hermandades. El Despertar 20 de julio 1930 El 26 de octubre se programa una novillada en la recientemente restaurada plaza alcazareña y sorprendentemente el nombre de Laurentino se cae del cartel, a pesar de la demanda del público, sin poder determinar las razones que ocasionaron esta inexplicable ausencia. Llevando todos los indicios a sospechar que se trata de discrepancias con el consistorio, ya que meses después, Laurentino se presenta a las elecciones municipales de abril de 1931 como independiente en la candidatura de la Concentración Agraria y Administrativa por el distrito de la Estación, su barrio de toda la vida, como vecino del Cristo que era. Los agrarios constituían agrupaciones sociales del ámbito de la derecha tradicional, integrados por medianos y pequeños agricultores de ideología monárquico-conservadora. Defendían el derecho a la propiedad privada, el cumplimiento de los principios de la religión católica, la protección de la familia, el orden social y, fundamentalmente, sus intereses agrícolas más directos. Debemos subrayar en este punto que Laurentino pertenecía a una familia acomodada de agricultores alcazareños. El hecho salta a la prensa nacional, como así lo destacaba El Imparcial del 16 de abril de 1931: «Nos dicen que entre los aspirantes a concejal del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan figura el matador de novillos Laurentino Carrascosa. ¿Es que se retira de los toros o que aspira a figurar en los carteles de una manera original y llamativa? Por ejemplo: Laurentino Carrascosa, matador de novillos y concejal del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan». De todos es sabido el resultado de dichas elecciones municipales, que supusieron el cambio de régimen en España con la proclamación de la Segunda República. A partir de aquí, la trayectoria profesional de Laurentino entra en declive, dejando de ser solicitado en las plazas que tanto le aplaudieron. Tanto es así, que el 14 de mayo de 1931, Laurentino mata su última novillada en Alcázar de San Juan, compartiendo cartel con Aldeano y toros de su amigo Eizaguirre, sin haber podido ascender de escalafón, ni tan siquiera tomando la alternativa circunstancialmente, como hacían otros, para retirarse de “matador de alternativa”. Así, el recorrido profesional de Laurentino Carrascosa podía resumirse en unas pocas temporadas de triunfos, alternando con matadores de toros en corridas mixtas y novilleros punteros, matando, eso sí, todo lo que salió por los chiqueros. Le faltó Madrid y las capitales taurinas más señaladas para granjearse el tan ansiado reconocimiento. Decían los que estimaban la profesionalidad de nuestro paisano que algunos grandes mataban toros medio citando a recibir, haciéndose millonarios por ello, mientras que Laurentino lo hacía regularmente, sin apenas fallar y con ello no se había hecho rico. Por las páginas del semanario El Despertar hemos podido constatar que en las veladas musicales que la Banda Municipal realiza durante el verano de 1931 en la Plaza de la República alcazareña, dirigida por el flamante maestro Palamox, no figuró nunca el pasodoble Carrascosa en el repertorio programado. Una evidencia más de la desconsideración para con Laurentino y lo que había representado. Una vez cortada la coleta, contrae matrimonio con Carmen Gómez, hija de Joaquín Gómez Moreno, Jefe de Estación Principal de la MZA, sin desligarse del mundo taurino, realizando escarceos en función de apoderamiento de novilleros y organizando festejos y corridas de toros como empresario. Es en julio de 1932 cuando intenta culminar el sueño de hacerse con una ganadería propia, personándose en la subasta de la vacada portuguesa de Alves do Rio, valorada en setecientos cincuenta millares de escudos, que Laurentino cubrió inicialmente sin dificultad. La hacienda que el diestro había ido atesorando en sus años de bonanza como novillero, junto al capital familiar que le correspondía, posicionaban a Laurentino como un acaudalado empresario. Siendo finalmente adjudicada en remate de un millón de escudos al opulento ganadero lusitano Infante da Cámara. Sería después de la Guerra Civil, cuando se iniciará como ganadero, tomando en arriendo la finca de su bienhechor, Luís Eizaguirre. En aquel tiempo los Montes de Toledo acogían numerosas ganaderías de bravo, la de Veragua, la de Marcial, la del Conde de Casal o la del propio Eizaguirre. En 1947 Laurentino compra la vacada de Ignacio Covaleda Gajate, acreditándose como titular de su propia ganadería en “Los Manantiales, con divisa verde, oro y encarnada. Muchas fueron las tardes de gloria que el Carrascosa ganadero obtuvo con sus toros en la década de los cincuenta. Así, los seis ejemplares lidiados en la plaza de Alcázar en junio de 1950, a los que se dio la vuelta al ruedo por las mulillas. Del mismo modo, en la temporada de 1955 resultaron ovacionados en su arrastre los seis novillos lidiados en Tetuán, así como otras dos corridas lidiadas en Palma de Mallorca, en junio y julio d ese mismo año. En 1956 adquiere la vacada de Garro y Díaz Guerra, puro Santa Coloma, conformando así una de las ganaderías de bravo más punteras del país, con la que alcanzó cotas importantes en las décadas de los sesenta y setenta. Toros que, a decir de “El Cordobés”, serían los mejores para la lidia por lo pastueños y bravos. Después de toda una vida dedicada en cuerpo y alma al toro, fallecía Laurentino Carrascosa Peñuela un 15 de abril de 1970. Al funeral, oficiado en San Francisco el Grande de Madrid, asistieron toda clase de personalidades del mundo taurino, así como de entidades sociales y financieras, dando medida de la gran categoría en lo económico y lo social que alcanzó nuestro admirado paisano. Los años y las circunstancias le brindaron la oportunidad de ser testigo de la enorme proyección que su pasodoble adquirió en la segunda mitad de siglo XX, interpretándose dentro y fuera de las plazas de toros. Teixidor compuso además de Carrascosa otros pasodobles dedicados a novilleros incipientes como el de Silvino Zafón, el Niño de la Estrella, pero en ningún caso contaría con la repercusión y popularidad del dedicado a nuestro paisano. Tras la guerra civil el compositor reedito la partitura del pasodoble en varias ocasiones (Ediciones Texidor – Baracaldo). Además, con la adaptación del carácter musical y cierta celeridad en el ritmo, la composición paso a identificarse plenamente con las estudiantinas universitarias, incluyéndolo como banda sonora en diversas películas en las que la tuna aparece con mayor o menor protagonismo, como sucede con «Historias de Madrid» (1957), «La casa de la troya» (1959), «Pasa la tuna» (1960) y «El curso que amamos a Kim Novak» (1979). Del mismo modo, el pasodoble “Carrascosa” se encuadra entre los temas que conformaron el primer vinilo de tuna editado, «Cuando los “tunos” pasan» (Referencia: PHILIPS 421 282 PE), grabado por la Estudiantina de Madrid en 1958, acrecentando con ello su popularidad entre las formaciones de instrumentos de púa, tan proliferas por ese tiempo en el país. Pasodoble CARRASCOSA, reeditado por el propio compositor (Ediciones Texidor) en Baracaldo, en la década de los cincuenta. El pasodoble, según palabras de su propio hijo, continuador en la ganadería de bravo, es digno de auténtica figura del toreo, aunque Laurentino nunca llegara a serlo ya que su trayectoria como novillero fue corta y no demasiado brillante, es por ello que, llegados a este punto, podemos aseverar que el pasodoble eclipsó al torero. Publicado en SALITRE – REVISTA DIGITAL DE HISTORIA —————————– Miguel Antonio Maldonado Felipe es un alcazareño que desde hace décadas compagina sus labores profesionales, con el estudio y divulgación de la cultura tradicional manchega y la guitarra. Dedicación que le ha llevado a realizar ponencias y seminarios, así como publicar numerosos artículos sobre música popular y temática costumbrista. En este tiempo ha sido premiado con diferentes becas de investigación, publicando cinco ensayos. En el espacio musical destacar el trabajo de recopilación y divulgación que desde 2005 viene realizando con La CaMeRaTa CeRvAnTiNa, del que es director musical y autor de todos los arreglos. Proyecto que ha servido de plataforma para la divulgación y puesta en valor del patrimonio musical popular de La Mancha, obtenido con el grupo numerosos reconocimientos, premios y galardones. Y además es miembro de esta Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. NOTA DE LA SOCIEDAD CERVANTINA DE ALCÁZAR DE SAN JUAN: Enlace al pasodoble “Carrascosa” Leer más
¡A soslayo! Fecha de Publicación: 21/06/2021 Las dos primeras salidas que hace don Quijote de su pueblo tienen en común el camino elegido. La primera la emprende solo llegando al final de la larga jornada a una venta, donde es fingidamente y entre burlas armado caballero andante por el ventero. Siguiendo los consejos de éste sobre «las prevenciones tan necesarias que había de llevar consigo» en su oficio de caballero, emprende el camino de regreso a casa por el mismo camino. La segunda salida está ya acompañado por su vecino Sancho Panza como escudero. Así nos describe el narrador esta segunda salida y cómo vuelve a salir por el mismo camino: “Todo lo cual hecho y cumplido, sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen. Iba Sancho Panza sobre su jumento como un patriarca, con sus alforjas y su bota, y con mucho deseo de verse ya gobernador de la ínsula que su amo le había prometido. Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje, que fue por el campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no les fatigaban.” (Q1, 7) El camino y dirección que había seguido don Quijote en estas dos salidas de su pueblo está implícitamente definido en la aventura de los mercaderes toledanos. Esta acontece en este camino, de vuelta desde la venta: “Y habiendo andado como dos millas descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. Eran seis, y venían con sus quitasoles, con otros cuatro criados a caballo y tres mozos de mulas a pie.” (Q1, 4) Si don Quijote camino a casa se encuentra de frente con estos «mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia», él caminaba por este mismo camino dirección a Toledo, hacia el oeste. Es, por tanto, el antiguo Camino de Toledo a Murcia, en alguna de sus variantes existentes en esta zona de la Mancha, el camino elegido por don Quijote para iniciar sus aventuras en las dos primeras salidas, caminando por él hacia el este. Sin embargo, aunque el narrador nos afirma que «Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje», también nos indica que «por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no les fatigaban». En una simple lectura de la novela hay lectores que pretenden ver aquí un posible error geográfico de Cervantes en la elección del escenario, argumentando que «si don Quijote y Sancho iban por un camino dirección al este, por donde sale el sol, al amanecer los primeros rayos del sol les darían de frente, no de lado o por su costado como significa “a soslayo”». En principio parece que llevan razón en apuntar un error a Cervantes, porque ¿quién no ha aprendido en la escuela que el sol sale por el este «todas las mañanas» y se esconde por el oeste? Esta afirmación geográfica elemental que llevamos interiorizada de por vida, una vez que profundizamos en esta ciencia advertimos que es cierta pero ¡solo dos días al año!, durante los equinoccios de primavera y otoño cuando los días y las noches tienen la misma duración. El resto del año el sol va desplazando su salida, hacia el norte o al sur, según la estación climatológica. En el hemisferio norte, donde nos encontramos, desde el día siguiente al equinoccio de primavera el sol se va trasladando en su salida hacia el norte, llegando en nuestra latitud de 39º N a los 30º el día del solsticio de verano, y hacia el sur, con la misma declinación, desde el equinoccio de otoño hasta día del solsticio de invierno. Un ejemplo claro para los observadores cervantinos curiosos: Viajando por la carretera CM-3166 o por el antiguo camino de Alcázar de San Juan a la villa molinera de Campo de Criptana, éste en un buen tramo orientado precisamente al este, el día del solsticio de verano veremos salir el sol mucho más al norte de la sierra de sus molinos. Sin embargo, si este viaje lo hacemos el día del solsticio de invierno el sol lo veremos salir muy hacia el sur de Campo de Criptana. Esto que hoy casi se nos pasa desapercibido no lo era así en tiempos de Cervantes para quienes viajando a lomos de una caballería, incluido él mismo, observaban a diario salir el sol por el horizonte, percibiendo su declinación con referencia a hitos conocidos de observación como torres de iglesias, cerros o montañas, según el día del año. Las dos primeras salidas de don Quijote de su pueblo se producen en verano. La primera en un día «de los calurosos del mes de Julio» y la segunda aproximadamente en mitad del mes de agosto, en el «tiempo de la siega» como afirmaba Sancho Panza. En esta latitud y fechas el sol sale desplazado del este unos 25º hacia el norte, oblicuo a gran parte del Camino de Toledo a Murcia por esta comarca cervantina. ¿Qué significaba «a soslayo» para Cervantes y los lectores de su época? El término “soslayo” en el Diccionario de Cobarrubias (1611), coetáneo a Cervantes no aparece reflejado en él. Sí en el Tomo VI del Diccionario de Autoridades (1739), primer diccionario de la RAE:«Soslayo. Voz, que solo tiene uso en los modos adverbiales, al soslayo, ù de soslayo, que valen oblicuamente, al través.» El término oblicuo tampoco aparece en el Diccionario de Cobarrubias, sí en el de Autoridades: «Obliquo: Torcido, atravesado, no recto. Se aplica también al plano ò línea que cae fobre otro, y hace con él ò ella ángulo que no es recto: afsi los ángulos agudos y obtúfos fe llaman ángulos obliquos.» Además de en este capítulo del Quijote, Cervantes utiliza en otras cinco ocasiones la palabra “soslayo” entre todas sus obras publicadas: “Somos astrólogos rústicos, porque, como casi siempre dormimos al cielo descubierto, a todas horas sabemos las que son del día y las que son de la noche; vemos cómo arrincona y barre la aurora las estrellas del cielo, y cómo ella sale con su compañera el alba alegrando el aire, enfriando el agua y humedeciendo la tierra; y luego tras ellas el sol dorando cumbres (como dijo el otro poeta) y rizando montes; ni tememos quedar helados por su ausencia cuando nos hiere a soslayo con sus rayos, ni quedar abrasados cuando con ellos particularmente nos toca; un mismo rostro hacemos al sol que al yelo, a la esterilidad que a la abundancia.” La gitanilla, 1613. “Todos los circunstantes estaban atentos mirando el estraño y gozoso recibimiento. Sólo en el corazón de Pirro andaba la melancolía, atenaceándole con tenazas más ardiendo que si fueran de fuego; y llegó a tanto estremo el dolor que sintió de ver engrandecido y honrado a Periandro que, sin mirar lo que hacía, o quizá mirándolo muy bien, metió mano a su espada, y por entre los brazos de Seráfido se la metió a Periandro por el hombro derecho, con tal furia y fuerza que le salió la punta por el izquierdo, atravésandole, poco menos que al soslayo, de parte a parte.” Los trabajos de Persiles y Sigismunda, 1617. “¡Apostaré que la ánima del muerto, por gozar este sitio, hoy ha dejado el cielo, de que goza eternamente! Esto oyó un valentón y dijo: ¡Es cierto lo que dice voacé, señor soldado, y quien dijere lo contrario miente! Y luego encontinente caló el