Chals Oskar Silva Conchucos de Churín (Perú) es el ganador del cuarto concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 12/01/2025 De izquierda a derecha: Constantino López, Manuel Rubio (secretario del Jurado) José Antonio Castellanos (Rey Melchor, Monago), Juan Bautista Mata (presidente), Enrique Lubián y Luis Miguel Román (vicepresidente) . Este año dos de los premios en metálico han viajado al continente americano, siendo el primer premio para Perú por la carta «La última luz del monasterio» y el segundo para María Sofía Abarca de Mendoza (Argentina). El domingo 12 de enero a las 18:00 se han dado a conocer en directo los ganadores del concurso que ha tenido una excelente participación y una calidad de alto nivel Alcázar de San Juan, 13 de enero de 2025.- A las 18:00 del domingo, desde el Café Monago de Alcázar de San Juan, Manuel Rubio (secretario del jurado) leyó el acta con el fallo del jurado, dando a conocer el nombre de los diez finalistas en orden inverso. Todos ellos han obtenido un diploma de reconocimiento por el mérito de sus trabajos. Tras la lectura del acta, Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la SCA, anunciaba en último lugar (prologando el suspense) el nombre del ganador de este del 4º concurso: Chals Oskar Silva Conchucos de Perú, así como del resto de finalistas de esta edición de cartas a los Reyes Magos “Café Monago” organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y patrocinado por Centro de Conductores Rondilla y por Aplicaciones Tecnológicas Alcázar. El encuentro ha sido transmitido en directo a través del canal de YouTube de la Sociedad Cervantina de Alcázar, donde se encuentra el vídeo completo del evento. El acto ha estado conducido por Luis Miguel Román Alhambra (vicepresidente de la SCA), y tras el anuncio de los premiados, ha tenido lugar la lectura de la carta ganadora a cargo de nuestro socio Manuel Castellanos que con su voz de actor de doblaje ha cautivado a cuantos han seguido el acto. Este año no ha podido estar presente y ha grabado un magnífico audio. Esta es la lista completa de las cartas mejor valoradas: 1.er Premio, Diploma y 100 euros a Chals Oskar Silva Conchucos (Churín, Perú), por «La última luz del monasterio», con 214 puntos. 2.º Premio, Diploma y 50 euros a María Sofía Abarca (Mendoza, Argentina), por «De cómo los Reyes Magos fueron confundidos con caballeros andantes y otros graciosos ingenios dignos de feliz recuerdo», con 208 puntos. 3.º Premio, Diploma y 50 euros a Mela Ortiz Arbones-Dávila (Madrid), por «La maestra», con 206 puntos. 4.º Premio, Diploma a Luis David San Juan Pajares (Segovia), por «Confesiones (no para mi)», con 205 puntos. 5.º Premio, Diploma a María Jesús Echániz Iturriaga (Castro Urdiales), por «Como niños», con 202 puntos. 6.º Premio, Diploma a Antonio Olmos Belmonte (Murcia), por «Carta de un niño especial», con 201 puntos. 7.º Premio, Diploma a Lorena Díaz Moreno (Leganés), «Helio en el futuro», con 195 puntos. 8.º Premio, Diploma a Pablo Miguel Argudo (Valencia), por «El concierto de los colores», con 194 puntos. 9.º Premio, Diploma a Jorge Almagro Bolívar (Almería), por «Una partida de cartas que nunca terminó», con 193 puntos. 10.º Premio, Diploma a Sonia Pilar Barrilero Villajos (Alcázar de San Juan), por «De amor, muerte y esperanza», con 192 puntos. Nuevamente, queremos reseñar que a pesar de que el tema es único y cerrado, y teniendo en cuenta que el estilo epistolar es bastante limitado, ello no ha sido obstáculo para que los escritores hayan puesto en práctica su desbordante imaginación y hayan compuesto cartas muy bonitas, y aunque muchas han recordado la difícil situación de las personas afectadas por la reciente Dana que afectó a parte de las Comunidades de Castilla-La Mancha y de la Comunidad Valenciana y por ende las dificultades a que se encuentran sometidos -sin culpa-, los niños que habitan esos territorios, la mayoría de participantes ha optado por reivindicar la alegría de esa noche mágica y por la ilusión con que niños y mayores esperamos la llegada de los Magos de Oriente, por la esperanza que aporta a nuestras vidas. Un año más, los escritores han tenido un cariñoso recuerdo para los mayores y para los que ya no están con nosotros. Recordarlos, aunque sea de forma epistolar, hace que se mantengan vivos en nuestros corazones. Los miembros del jurado quieren señalar que siempre se ven sorprendidos por la agudeza y estilo narrativo de algunos autores, que hace que sea más placentero el trabajo de emitir una valoración. Después de conocer los trabajos premiados, hemos realizado una breve investigación para conocer más a fondo a sus autores y hemos encontrado que al menos los cinco primeros son escritores con un “recorrido”. Concretamente del Ganador Chals Oskar Silva Conchucos podemos decir que ha ganado el IX Concurso “La malvaloca” de la Asociación Klias (Alicante) por su trabajo en poesía «Amanecer sin sombras», en noviembre de 2024. De la segunda clasificada, la mendocina María Sofía Abarca, decir que ha ganado el IX Certamen de Poesía Amalio Gran, en Villena (Alicante) por su trabajo «Duele tanto atravesarse con un ruiseñor» en diciembre de 2024. También obtuvo recientemente una Mención de Honor el en Certamen Internacional Notas Migratorias César Vallejo de Perú. Podemos decir que Mela Ortiz es concursante habitual en concursos por su fino y depurado estilo y que al igual que este año, obtuvo el tercer premio en nuestro concurso del pasado año. Lo mismo ocurre con Luis David Sanjuan Pajares, ganador del 17 Certamen de Narrativa solidaria Osmundo Bilbao Garamendi (Muskiz) en diciembre 2023, que, aunque por segundo año consecutivo ha quedado en cuarta posición (al borde del premio económico), su estilo gusta y la prueba son sus buenas clasificaciones finales. La quinta clasificada María Jesús Echániz Iturriaga es ilustradora y poeta, habiendo participado en concursos de relatos como Vinarfest o Esta Noche te cuento. En unos días se publicará en las redes y web de la Sociedad Cervantina de Alcázar un documento en formato pdf conteniendo las diez mejores cartas de esta edición para solaz y disfrute de todos nuestros amigos y seguidores y quizás también para que sirva de inspiración a futuros participantes en la edición de 2026. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina de Alcázar visita el museo Palmero en Almodóvar del Campo Fecha de Publicación: 06/01/2025 . Miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan han sido acogidos por Carmen Cervera de Gregorio en Almodóvar del Campo para una visita guiada al Museo Palmero y otros recursos cervantinos de la localidad Alcázar de San Juan, 06-01-2025.- En la mañana del jueves 2 de enero, una delegación de miembros de la Sociedad cervantina de Alcázar viajaba hasta Almodóvar del Campo para conocer el Museo Palmero, donde Carmen Cervera les enseñó muchas de sus curiosidades. El Museo Palmero muestra la vida y obra del pintor Alfredo Palmero (1901-1991) en la que fue su casa natal en Almodóvar del Campo. Además de una parte de sus cuadros, el museo conserva objetos personales, esculturas, cerámica y obras de arte. Fundado en los años 60 del siglo pasado, entrañable por sus obras, recuerdos y vivencias, es el lugar escogido para perpetuar la obra de este genial artista. La visita al museo tiene un marcado sentido cronológico que contempla las tres etapas fundamentales en la vida y obra del artista: Inicios y formación (de 1914 a 1937), El fin de la guerra y Barcelona (de 1937 a 1958) y El éxito (de 1958 a 1981). En 1920, realizó su primera exposición en el Casino de Ciudad Real. Posteriormente, viajó a París e Italia, donde entró en contacto con las principales corrientes artísticas de la época, incluyendo el impresionismo y el realismo moderno. A su regreso a España, trabajó como profesor en institutos de Ciudad Real, Burgos, Toledo y Barcelona, ciudad donde finalmente se estableció. A partir de su tercera etapa, la temática de sus cuadros es cada vez más libre y variada. La huella de París y sus ambientes es uno de sus temas más conocidos. Recreó también los tipos y lugares de los felices años 20, sus famosos cafés de Madrid, parís o Roma. La libertad de los caballos está presente en toda su obra. Las escenas de toros con los incendiados cielos de la Mancha y también la mujer, la mujer en toda su esencia. Durante 30 años el ya conocido como “Maestro Palmero” cosecha grandes éxitos. Realiza de la mano de su hijo Alfredo cientos de exposiciones nacionales e internacionales: Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Bruselas, Luxemburgo, París, caracas, Múnich, Osaka, Miami, Ámsterdam, Nueva York, La Haya, Lisboa… siendo su obra conocida en el mundo entero. La pasión de Palmero por Cervantes desde su primera juventud, le llevó a plasmar con gran fuerza y destalle no sólo sus aventuras sino también sus personajes. “La colección cervantina” del maestro Palmero consta de 125 retratos de los personajes que aparecen en el Quijote. Realizada entre 1979 y 1991 está expuesta de forma permanente en el Museo Palmero de Barcelona (a excepción de 12 obra, que se pueden ver en el Museo del Quijote de Ciudad Real). Aunque la iconografía cervantina es en general muy amplia, ningún artista ha realizado una colección de estas características, que capte la esencia de cada personaje ya sea histórico, mitológico, alegórico, simbólico o literario. Los cervantistas alcazareños visitaron el Museo Palmero donde contemplaron la obra del artista y también la parte de la colección cervantina que se encuentra actualmente expuesta en la Biblioteca Municipal de Almodóvar. Igualmente visitaron la Biblioteca Cervantina que se encuentra en la glorieta del Carmen (es creación de Alfredo Palmero hijo). Cuentan que, en conversación con Alfredo, Eulalio Ferrer ideó aquí el Museo del Quijote de Guanajuato en México. También visitaron los alcazareños, la capilla de la Santísima Trinidad, donde conocieron sus varias e interesantes historias, tanto de la propia capilla como de sus ornamentos. Y acabaron visitando el convento de las Monjas Jerónimas en la calle Corredera, en el que se encuentra accidentalmente (mientras acaban las obras de la iglesia) una imagen de la Dolorosa de Mariano Benlliure con una expresión de verdadero dolor, de la que nuestro socio Juan Miguel Ruiz contó -por conocer la historia-, que el escultor se inspiró en una madre afligida que perdió a sus hijos. En resumen, una visita muy ilustrativa en la que los manchegos han tenido ocasión de conocer una parte de los tesoros culturales que posee Almodóvar (la patria del doctor Pedro Recio de Agüero, personaje del Quijote, natural de Tirteafuera una de las pedanías de Almodóvar), gracias a la inestimable ayuda de Carmen Cervera, guía cultural que nos atendió con verdadera amabilidad. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Galería fotográfica de la visita:
A falta de unos días para que acabe el plazo, se siguen recibiendo trabajos para el Concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 28/12/2024 El próximo 31 de diciembre, a las 23:55 horas. Se cerrará el plazo de recepción de Cartas. Hasta ahora se han recibido en el concurso 118 trabajos procedentes de 14 países Alcázar de San Juan, 28 de diciembre de 2024.- Aun faltan unos días para que los escritores puedan enviar sus creaciones al Cuarto Concurso de Cartas a los Reyes magos «Café Monago» de Alcázar de San Juan. Desde el día en que se publicaron las bases del concurso hasta esta fecha la participación ha sido masiva, contabilizando 118 trabajos recibidos. Los trabajos proceden de 14 países: Argentina 10, Brasil 1, Canadá 1, Chile 1, Colombia 1, Cuba 1, Ecuador 1, España 91, Francia 1, Israel 1, México 3, Perú 2, Uruguay 2 y Venezuela 2. Prácticamente de toda América del Sur. En cuanto a los trabajos procedentes de España, han llegado de casi todas las Comunidades Autónomas, tan solo no han enviado Cartas desde Baleares, Cantabria, Extremadura, Ceuta y Melilla. El resto de Regiones están presentes en el concurso. El jurado calificador va a tener una tarea difícil para resolver el concurso por la calidad de muchos de los trabajos recibidos. El domingo 12 de enero de 2025, a partir de las 18:30 horas (en España) se retransmitirá en directo -desde el Café Monago de Alcázar de San Juan-, el fallo del jurado y se harán públicos los ganadores de los premios: un primero dotado con 100 euros y diploma y dos segundos dotados con 50 euros y diploma (cada uno), importes que ha sido aportados por las empresas Centro de Conductores la Rondilla y Aplicaciones Tecnológicas Alcázar. Al mismo tiempo, se conocerán los clasificados en los puestos cuarto al décimo que también recibirán un diploma de finalistas. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan anunciará los nombres de los premiados, estará acompañado por Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente y por Manuel Castellanos, miembro de la Sociedad y actor de doblaje, que dará lectura al trabajo ganador. El acto se transmitirá en directo y podrá seguirse desde el perfil de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 Todavía tienes tiempo de participar, escribe tu carta y envíanosla a través de la web de la Sociedad: https://cervantesalcazar.com/cartas/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Con la entrega de los libros finaliza la campaña «Ningún niño/a sin imaginación» de la Sociedad Cervantina de Alcázar Fecha de Publicación: 17/12/2024 . La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, en colaboración con la Asociación Cultural y Social el Sosiego, lleva siete años realizando esta campaña de Navidad en la que se recogen libros infantiles y juveniles con destino a los niños con menos recursos económicos Alcázar de San Juan, 17/12/2024.- En la séptima edición de la campaña de Navidad de recogida de libros infantiles y juveniles -nuevos y usados- en Alcázar de San Juan, llevada a cabo por la Sociedad Cervantina de Alcázar, se ha notado un notable descenso en el número total de unidades donadas. A duras penas hemos podido llegar a las 250 unidades, muy por debajo de las cantidades alcanzadas en años anteriores, sobre todo si comparamos esta cuantía con la de libros recogidos en 2023 que alcanzó la cifra de 464. Desconocemos el motivo que ha originado que los alcazareños hayan flaqueado en sus aportaciones a lo largo de esta campaña; pensamos que quizás hayan sido las dificultades económicas que están pasando algunas familias o quizás que en años anteriores ya habían donado los ejemplares en su poder y este año han adquirido menos libros nuevos para sus bibliotecas; pero en ningún caso queremos creer que esta baja cifra de libros donados haya estado motivada por la falta de apoyo a esta llamada, ya que Alcázar de San Juan es una ciudad que siempre se ha caracterizado por la enorme solidaridad de sus vecinos, demostrada recientemente por sus ayudas materiales y personales para combatir los efectos de la dana sufrida en la Comunidad Valenciana y parte de la de Castilla-La Mancha. Como en años anteriores, instituciones como la Biblioteca Municipal Miguel de Cervantes, o como Miguel Ángel Morillo (un alcazareño que reside en Sevilla y que año tras año envían por mensajería su colaboración a la Sociedad Cervantina de Alcázar), así como infinidad de personas particulares que se han sumado generosamente a este llamamiento, han hecho posible que esta séPtima campaña «Ningún niño/a sin imaginación», se haya cerrado con unos números -al menos- aceptables. El secretario de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Constantino López, junto con Enrique Lubián y Manuel Rubio, miembros de la junta directiva, hicieron entrega a Milagros Plaza, presidenta de la Asociación Cultural y Social el Sosiego, de los libros infantiles y juveniles recogidos. El acto de entrega ha tenido lugar en la Plaza de España de Alcázar de San Juan, frente a la fachada del Ayuntamiento. Los cervantistas alcazareños llevan siete años realizando su recogida de juguetes solidaria, para poder entregarlos cada Navidad y Reyes a los niños más desfavorecidos y que menos recursos tienen. Consideran que es una gran labor social teniendo en cuenta los escasos recursos de que se dispone, lo que pone en valor su esfuerzo y dedicación. Para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan es un orgullo desempeñar esta gratificante tarea. Agradecemos muy sinceramente a Enrique Lubián su implicación en esta campaña y a todas cuantas personas nos han ayudado, que han hecho suya la máxima: «Haced el bien a cuantos más podáis, y os sucederá frecuentemente hallaros con caras que os infundan alegría» (Alessandro Manzoni). Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Las ponencias del II Congreso Internacional de Alcázar, dejaron poso Fecha de Publicación: 15/12/2024 Pablo Comino Vela . Que el II Congreso Internacional «Cervantes y el Quijote desde Alcázar: ficción creativa, turismo literario y ciencia» representó un gran éxito, está fuera de toda duda, que el nivel de los ponentes ha rayado a una altura difícil de igualar, también, pero que la Sociedad Cervantina de Alcázar -y la ciudad de Alcázar de San Juan en general-, desaprovechemos las enseñanzas que en él se impartieron, más que un desatino sería casi un pecado. Nos queremos referir en este artículo a la ponencia de Pablo Comino Vela, Jefe de Gestión de Viajes del Real Madrid C.F., quien impartió una interesantísima conferencia que llevó por título «Desde don Quijote como dinamizador del turismo hasta el turismo vinculado al deporte, pasando por Alcázar de San Juan». En su exposición dio las claves para que las ciudades de la Mancha vinculen su potencial cultural y patrimonial al turismo y cómo deben trabajar de forma holística en ese ámbito, en todas las disciplinas posibles y mancomunados con las ciudades de alrededor buscando entre todas, la consecución de un objetivo común. No vale que cada cual vaya por su lado de forma independiente. A fin de cuentas, Pablo Comino otorgó la razón a esta Sociedad Cervantina y lo que él propuso no deja de ser una referencia directa a lo que llevamos planteando desde hace tiempo y que no es otro que lo que nosotros denominamos «Comarca Quijote». Pero no sólo se quedó ahí, fue mucho más allá, dijo que los turistas de hoy no viajan como los de antes -una evidencia tan palmaria que no necesita explicaciones-, y en el futuro más cercano, nuestros hijos lo harán de manera diferente. Profundizó en que el viajero demanda un trato especializado y personal, ya se acabaron las excursiones en desplazamientos multitudinarios, de forma que, si no se reunía un determinado número de viajeros, el viaje se acababa anulando. Ahora lo que los clientes demandan son viajes a medida tanto en planificación como en contenido personalizado, y la forma de aproximarse a los posibles clientes es a través de los medios digitales y las redes sociales. Si se trata de los jóvenes, ya ni hablamos… La única forma de aproximarse a ellos con cualquier propuesta es a través de los medios que ellos siguen y en los que se encuentran cómodos. Esto es totalmente innegociable. Estos postulados son los que esta Sociedad Cervantina debe asumir si quiere acercarse a los jóvenes y promocionar entre ellos la difusión y el conocimiento del Quijote, o cuando menos que se aproximen a la genial novela de Cervantes. No vale el libro como tal, no lo van a leer porque no “tienen tiempo” para ello. Se trata de inventarse los medios necesarios para generar la mayor cercanía a los destinatarios. La acción más acertada es llegar a ellos rápida y eficazmente, mostrándoles aspectos del Quijote que les resulten entretenidos, incluso divertidos, y que no les cansen. Está demostrado que sus niveles de atención decaen rápidamente cuanto mayor es el tiempo que se les requiere para ello, de forma que unos pildorazos rápidos y que les lleguen a través de los medios que ellos utilizan habitualmente (y en los que se mueven como peces en el agua), esos son los que hay que utilizar. Las ponencias, como decíamos en el titular, no deben caer en saco roto, al contrario, deben dejar el poso necesario y deben ser aprovechadas de la mejor forma posible, las enseñanzas proporcionadas por verdaderos expertos en el tema, como es el caso de Pablo Comino. De este modo los cervantistas alcazareños tomaron buena nota de estos apuntes y en esa dirección encaminarán las próximas actividades a llevar a cabo con nuestros jóvenes para tratar de difundir entre ellos el conocimiento de la obra más universal de Miguel de Cervantes. Y no, Pablo. No nos equivocamos al invitarte al evento de comienzos de noviembre (palabras con las que comenzabas tu ponencia…), al contrario, lo hicimos a propio intento y aportaste mucha información y muy buena al II Congreso Internacional. Dejaste un gran poso que ahora nosotros trataremos de aprovechar. Alonso M. Cobo Andrés y Constantino López Sánchez-Tinajero Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El rebaño de Andresillo por el Cordel de los Serranos Fecha de Publicación: 02/12/2024 “… y me dio de nuevo tantos azotes que quedé hecho un Sambartolomé desollado” La aventura del pastor Andrés dibujada por Doré, BIQ Si en el Quijote hay un agravio felizmente resuelto por don Quijote, que después se torna en cruel llanto del agraviado, es en la aventura que tuvo al poco de salir de la venta, donde fue armado burlescamente caballero, con un joven pastor al que su amo tenía atado a una encina dándole azotes, porque, según el ganadero le afirma: «este muchacho que estoy castigando es un mi criado que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos, el cual es tan descuidado que cada día me falta una; y porque castigo su descuido, o bellaquería, dice que lo hago de miserable, por no pagalle la soldada que le debo, y en Dios y en mi ánima que miente.» (Q1, 4) Don Quijote toma partido por el indefenso muchacho, y con la amenaza de atravesarlo con su lanza hace que el ganadero lo desate de la encina y se comprometa a pagarle lo que le debe por nueve meses de trabajo. Al no llevar ese dinero encima el ganadero jura ante don Quijote que una vez que Andrés le acompañe a su casa se lo pagará. Andrés no confía en su palabra, ni mucho menos que fuese caballero como advertía don Quijote que lo sería, sino «Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar». El final de esta aventura es bien conocido. Una vez que don Quijote se retira de ellos siguiendo su camino, «contentísimo de lo sucedido, pareciéndole que había dado felicísimo y alto principio a sus caballerías», el ganadero vuelve a atar al pastor a la encina «donde le dio tantos azotes que le dejó por muerto». Puede parecer que con una simple lectura de esta parte del capítulo no es posible ubicar precisamente este paraje en el camino. Hoy, los lectores del Quijote, necesitamos de muchas más referencias geográficas o descripciones precisas de la imagen del escenario donde se está desarrollando la acción de los personajes. Sin embargo, a principios del siglo XVII una simple descripción de la imagen del territorio era suficiente para que el lector, conocedor del entorno, ubicase la acción. Un lector de esta parte de la Mancha, o que hubiese viajado por esta parte del camino de Toledo a Murcia, ya tenía identificado este paraje en su mapa mental. Anotemos lo que el narrador de esta historia nos dice: -Don Quijote deja la venta con dirección a su casa por el mismo camino que trajo el día anterior: «Mas viniéndole a la memoria los consejos de su huésped cerca de las prevenciones tan necesarias que había de llevar consigo, especial la de los dineros y camisas, determinó volver a su casa y acomodarse de todo, y de un escudero, haciendo cuenta de recebir a un labrador vecino suyo que era pobre y con hijos, pero muy a propósito para el oficio escuderil de la caballería». -La aventura con el pastor es cerca de la venta, en un bosque de encinas que hay junto al camino: «No había andado mucho cuando le pareció que a su diestra mano, de la espesura de un bosque que allí estaba, salían unas voces delicadas… y volviendo las riendas, encamino a Rocinante hacia donde le pareció que las voces salían, y a pocos pasos que entró por el bosque vio atada una yegua a una encina, y atado en otra a un muchacho…» -La siguiente aventura que tiene lugar antes de llegar a su casa en ese mismo camino es aclaratoria tanto en el camino que está llevando don Quijote como su dirección: «Y habiendo andado como dos millas descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia». Don Quijote iba hacia su casa por el camino de Toledo a Murcia, con dirección a Toledo. -Junto al camino tenía el ganadero de Quintanar su rebaño de ovejas guardado por el pastor Andrés: «—Señor caballero, este muchacho que estoy castigando es un mi criado que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos» Imagen del SignA con anotaciones del autor «No había andado mucho». La supuesta indeterminación del narrador en el espacio caminado por Rocinante en el camino desde la venta y la acción antrópica del hombre, que en estos cuatro siglos ha provocado la casi desaparición del monte de encinas en esta parte de la Mancha, hacen difícil la localización a simple vista del escenario de la aventura. Observando el mapa del SignA (Instituto Geográfico Nacional), a unos tres kilómetros del lugar donde se encontraba la Venta de Manjavacas, venta donde fue armado caballero don Quijote, al Camino de Toledo a Murcia, también conocido en esta parte de la Mancha como Camino de los Valencianos, se le incorpora por su izquierda lo que hoy solo parece otro camino y después de coincidir aproximadamente un kilómetro lo abandona por su derecha. El mapa remarca este camino entre dos líneas de puntos con el nombre de Cordel de Los Serranos. No es un camino sino una vía pecuaria por el que en tiempo de la escritura del Quijote los ganados transitaban por él con privilegio de paso. Estas vías pecuarias han estado siendo utilizadas por los ganaderos hasta bien entrado la mitad del siglo XX. Estas vías pecuarias fueron instituidas por el rey Alfonso X el Sabio. Estas vías de tránsito de ganados se regularon con un buen número de privilegios y reales cédulas, confiadas a la Mesta. Se les denominó cañadas, cordeles y veredas. Todas tienen los mismos derechos y solo se diferenciaban principalmente en su anchura, mientras las cañadas tenían un ancho de noventa varas, los cordeles tenían cuarenta y cinco y las veredas veinticinco varas. Las grandes cañadas principales, conocidas así desde su principio a su fin, que vertebraban la península Ibérica son la Leonesa, Soriana y Segoviana. Son bienes de dominio público, destinadas al tránsito de los ganados, que han llegado hasta nuestros días. Los ganados, además, se podían aprovechar del pasto que en ellas se daban. Hoy estas vías ganaderas casi se han desvanecido en la imagen del territorio convirtiéndose en meros caminos, perdiendo esas grandes dimensiones de unos 75 m. de anchura para las cañadas, 38 m. los cordeles y 21 m. las veredas. En ellas, también, se establecieron descansaderos y abrevaderos con sus lindes amojonadas para dar descanso y servicio a los ganados. Durante finales del siglo XIX y durante buena parte del siglo XX estas vías pecuarias sufrieron modificaciones en su trazado, bien por declararse innecesarias, bien por atravesar nuevos terrenos de cultivo especialmente de regadío o por la ejecución de obras públicas de interés general, como carreteras o vías de ferrocarril. En ocasiones se variaba el trazado mediante una permuta de terrenos y en el caso de cruces con ferrocarriles o carreteras la entidad constructora debía facilitar el paso de ganados, con puentes o pasos a nivel, con el ancho necesario, por lo menos la mitad, de la vía pecuaria. Incluso, según el RD de 23 de diciembre de 1944, si una carretera se construía sobre vías pecuarias, los ganados podían transitar libremente por ellas, siempre por su mitad derecha y con especial vigilancia. Este tránsito excepcional resultaba muy peligroso y en la mayoría de los casos se enajenaban los terrenos limítrofes a la carretera incorporándolos a la vía pecuaria. Igual de excepcional, en tiempo de la escritura del Quijote, era ver transitar por un camino real un rebaño de ovejas entre viajeros, comerciantes y arrieros, y todos con derecho de paso. No es difícil pensar que por esta singularidad, en este corto espacio del camino, pudiesen ocurrir entre ellos situaciones o anécdotas de todo tipo, fáciles de recordar por quienes las vivían especialmente en primera persona. Los ganados que se desplazaban por las vías pecuarias, además de tener privilegio de paso, tenían derecho de pasto de todo lo que en estas vías ganaderas se producía en sus límites establecidos, también cuando atravesaban montes públicos. Y, concretamente en esta zona de la Mancha, los ganaderos de los lugares de la Orden de Santiago también disponían de derecho de pasto en todo su territorio. Esta parte del Camino de Toledo a Murcia atraviesa el territorio de la Orden de Santiago y el rebaño de ovejas era de un ganadero de Quintanar, villa perteneciente a dicha Orden. Este Cordel de los Serranos, pertenece a la Cañada Real Soriana. Cañada que tiene su origen en la provincia de Logroño y Soria, y tierras de Yanguas, termina unida a la Cañada Real Segoviana en el Real Valle de la Alcudia, en la provincia de Ciudad Real. Sigamos a grosso modo el recorrido de esta cañada. Después de dejar la provincia de Logroño, recorre la de Soria y Guadalajara para entrar en la de Madrid por el Partido de Chinchón. En tiempo de la escritura del Quijote, el río Tajo se cruzaba en barca entrando al Partido de Ocaña por el término de Santa Cruz de la Zarza, pasando por mitad del lugar. Cruza el término de Villacañas junto a la rivera del Riansares entrando en el de Quero, Alcázar de San Juan, Villafranca de los Caballeros, Herencia, Villarta de San Juan hasta llegar a Manzanares, lugar donde se le une la Cañada Real Conquense. Juntas desde allí, con el nombre de Cañada Real Soriana Oriental seguían camino al Real valle de Alcudia. Mapa del SignA con anotaciones del autor En este recorrido, a la cañada se le unen otras vías pecuarias menores, cordeles y veredas, pero ninguna con el nombre de Cordel de los Serranos. Este Cordel de los Serranos tiene su origen en la Sierra de Almenara, baja de norte a sur por el término de Villamayor de Santiago entrando en el término de Los Hinojosos donde recoge los ganados de Quintanar de la Orden y Los Hinojosos, que le llegan por la conocida Vereda de Quintanar. Continúa hacia el sur por el término de Mota del Cuervo hasta encontrase con el Camino de Toledo a Murcia con el que coincide su trazado durante un kilómetro, junto a los parajes de Quintería de Guevara y Monte Girona, donde dispone de un abrevadero a unos 75 m. del camino actual. Atraviesa el término de Pedro Muñoz y en el vértice de este con el río Záncara entra en el de Socuéllamos por un puente romano hasta encontrase, cerca de Socuéllamos, con la Cañada Real Conquense. Esta Cañada Real Conquense atraviesa Tomelloso, que fue una pequeña aldea de Socuéllamos, y Argamasilla de Alba siguiendo hacia Manzanares donde se une definitivamente con la cañada Real Soriana. Al Cordel de los Serranos le llegaban los rebaños por su derecha desde Quintanar de la Orden, el lugar del pastor Andresillo y de su cruel amo Haldudo, por la Vereda de Quintanar. Esta vereda tenía su inicio en las afueras de la Villa de Don Fadrique, pasando por medio de La Puebla de Almoradiel y Quintanar de la Orden, llegando hasta Los Hinojosos. A medio camino, entre Quintanar de la Orden y Los Hinojosos se cruzaba con el Cordel de los Serranos (39º 35′ 35″ N – 2º 54′ 16″ O). Detalle del mapa en Cañadas Reales de España con anotación del autor Hasta ahora, a Quintanar de la Orden se le ha relacionado cervantinamente por ser el lugar del ganadero Juan Haldudo y de Andresillo, su pastor; también el de Antonio de Villaseñor, uno de los personajes principales del Persiles, además donde Sansón Carrasco compró los famosos perros Barcino y Butrón para don Quijote. Pero ahora vemos que, además, hay un vínculo directo, geográfico y social, que relaciona a Quintanar con la aventura descrita por Cervantes en este paraje del Camino de Toledo a Murcia: desde Quintanar hay una vía pecuaria por el que Andresillo llevó su rebaño hasta el paraje donde su amo lo azotaba cruelmente y por el que don Quijote volvía a casa por el camino. Una excepcionalidad geográfica que solo se puede dar en este punto del camino. Sin duda alguna, Cervantes tuvo una relación directa con esta villa manchega y con sus vecinos, conoció su territorio, su paisaje y su paisanaje, y la aprovechó para dar verosimilitud a sus cuentos. Este paraje de la aventura del pastor Andresillo es creíble para sus lectores, e incluso para algunos es reconocible su imagen. El cuento narrado, con tanta trascendencia moral, posiblemente es todo o en parte ficción, pero el escenario de esta aventura es real. Coincide con el texto de encontrarse cerca de la venta, por lo que Rocinante «no había andado mucho”, solo unos tres kilómetros, «y a pocos pasos que entró por el bosque vio atada una yegua a una encina, y atado en otra a un muchacho…». Y, lo más importante es la relación directa que tiene este paraje con Quintanar, lugar desde donde Andresillo podía llegar con su rebaño y pastar alrededor del Camino de Toledo a Murcia con total derecho de paso y pasto. Las notas sobre las cañadas y el trazado de la Cañada Real Soriana están tomadas de: Cañadas Reales de España. Leonesa, Segoviana y Soriana, Ed. Sindicato Nacional de Ganadería (Madrid 1954). Luis Miguel Román Alhambra
Cervantes en Valladolid Fecha de Publicación: 24/11/2024 . EDUARDO ALONSO FRANCH, Sociedad Cervantina de Alcázar La capital vallisoletana La primera estancia de Cervantes en Valladolid se remonta a su niñez, ya que tenía poco más de tres años cuando llegó a la ciudad con su familia. Aunque es dudoso que conservara recuerdos precisos de los meses que pasó allí entre abril de 1551 y abril de 1533, Cervantes tuvo que esperar medio siglo para volver a orillas del Pisuerga. En enero de 1601, Valladolid se había convertido en sede de la Corte. Cervantes fue a establecerse con los suyos en un suburbio y alquiló un alojamiento en una casa de dos pisos recién edificada y próxima al Rastro de los Carneros. Al parecer, fue en Valladolid donde se vendieron, poco antes de la Nochebuena de 1604, los primeros ejemplares del Quijote. Al menos tres de las Novelas ejemplares sitúan parte de la acción a orillas del Pisuerga: El licenciado Vidriera, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. La humedad de Valladolid era objeto de la sátira de los poetas en un momento en que se iban agudizando las disputas entre Madrid y Valladolid. En El casamiento engañoso y El coloquio de los perros, Valladolid viene a ser su lugar inicial y conclusivo[1]. En 1601, Lerma consiguió alejar a Felipe III de la influencia de su abuela y acercarlo a sus tierras. En el verano de 1599, una pestilencia mortífera llegaba inclemente a la ciudad; de junio a septiembre las pérdidas humanas se elevan a unas 6.000 personas. Seis años más tarde, en el verano de 1605, están en la ciudad muchos grandes del reino y los literatos más celebrados de Castilla: el joven Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Lope de Vega y Miguel de Cervantes. La ciudad está abierta al mundo: acoge a los embajadores de todas las naciones importantes. En 1603 pasó por Valladolid Rubens, que retrató al duque de Lerma. Por si fuera poco, acaba de llegar al mundo el futuro Felipe IV. Desde 1601, y después de cuarenta años de ausencia, la Corte había vuelto a Valladolid. Felipe III hizo su entrada solemne en la ciudad el 9 de febrero. Había llamado mucho la atención el hecho de que el duque de Lerma quisiera levantar una gran casa en Valladolid. A partir de octubre, cada día resulta más evidente que el traslado de la Corte a Valladolid es cosa decidida, lo que constituye para muchos una catástrofe. El traslado de la Corte resultó para la ciudad del Pisuerga el principio de una bonanza extraordinaria, aunque efímera y en cierto modo engañosa. La reconstrucción posterior al incendio de 1561 había iniciado un proceso de expansión. La llegada de la Corte, tan repentina, fue un choque. El crecimiento del vecindario fue brutal. La familia de Miguel de Cervantes vino a establecerse en Valladolid en la primavera de 1604. La inminente aparición de su obra impulsó a Cervantes a salir con destino a Valladolid. La familia tuvo que conformarse con una de esas casas nuevas casi sin acabar que edificaban con pisos los promotores para aprovechar la demanda urgente de los recién llegados. Y los Cervantes se resolvieron a vivir en un barrio desagradable, de olores fuertes, plagado de depósitos de basura, el Rastro de los Carneros. Barrio de mala fama, donde vivían muchos pícaros, tahúres, rufianes y putas. Aparte de la incomodidad de muchos alojamientos, durante cinco años, Valladolid se convirtió para muchos, sobre todo para el rey, en el paraíso del ocio, del entretenimiento y de las diversiones. El centro habitual del ocio, de la recreación honesta y de la galantería más o menos atrevida fue por estos años el Prado de la Magdalena, especialmente en tiempos de calores. Quizás las epidemias graves que padeció Valladolid a finales del verano de 1605 y que se prolongaron hasta octubre sirvieron de pretexto para determinar la vuelta de la Corte a Madrid. Vinieron centenares de carros para asumir el transporte de toda la Casa Real y de la Casa del Duque. A últimos de febrero de 1606 emprendieron el viaje. La salida de la Corte marcó el comienzo de una larga decadencia para la capital del Pisuerga[2]. La breve, pero intensa, etapa de crecimiento demográfico experimentado por Valladolid entre 1601- 1606, como consecuencia del establecimiento de la Corte en la ciudad, tuvo también repercusiones en el ámbito urbano. La construcción de viviendas fue acompañada, además, por la realización de importantes obras de infraestructura urbana. El Regimiento se esforzó tanto por embellecer los lugares de recreo y esparcimiento, como el Espolón o el Prado de la Magdalena, como por mejorar el servicio de abastecimiento de agua potable, impulsando la traída de esta desde los manantiales de Argales hasta el interior de la ciudad, donde a la vez se levantaban prácticas y bellas fuentes, o el servicio de limpieza de la ciudad, etc.[3] El siglo XVII, en el ámbito europeo, es una época testigo de una depresión económica, social, política e incluso cultural. España no solo no fue ajena a esa crisis, sino que la sufrió con más intensidad que otros países. Valladolid experimentó un notable hundimiento. En el siglo XVII vallisoletano se observan dos etapas claramente diferenciadas. Una, muy breve, estrechamente vinculada a la estancia de la Corte. Valladolid se elevaba hasta alcanzar metas jamás conseguidas durante la Edad Moderna. A partir de 1697, un profundo y prolongado declive se apoderó de ella. En 1601, Felipe III y el Duque de Lerma, su valido, decidieron trasladar la Corte desde la villa de Madrid a la ciudad del Pisuerga. La medida significó para esta el inicio de una etapa de auge y esplendor. Ante todo, el establecimiento de la Corte produjo un espectacular aumento de la población. Valladolid, durante el periodo cortesano, llegó a tener entre 60.000 y 65.000 habitantes. La recesión económica lanzaba en el siglo XVII sobre la Corte riadas de personas que buscaban en ella una solución a sus problemas. Las obras literarias han reflejado la gran cantidad de pícaros y gente maleante que vino a Valladolid en seguimiento de la Corte. Durante los años que aquí residió la Corte, aumentó proporcionalmente la población no trabajadora. Por otra parte, la nobleza adquirió un gran desarrollo. El aumento de población creó agudos problemas de vivienda. Las casas escasearon y, en consecuencia, los alquileres se dispararon. Una fiebre constructora se apoderó de la ciudad. Ello dio lugar a que se produjera una ligera expansión del espacio urbano. Los poderes públicos también se preocuparon por adornarla con vistosas obras públicas y mejorar sus condiciones de salubridad. El hecho de que Valladolid se convirtiera en capital de la monarquía hispánica también repercutió en el ambiente político, cultural e incluso recreativo de la ciudad. El panorama cultural vallisoletano se renovó totalmente. Los más cualificados poetas, pintores, novelistas, etc. residieron y produjeron sus obras durante estos años en nuestra ciudad. Los festejos más espectaculares fueron los que acontecieron en la primavera de 1605. El sistema de abastecimiento de la ciudad se vio desbordado. La mortalidad alcanzó cotas muy altas. Los partidarios del regreso de la Corte a Madrid cargaban las tintas sobre la falta de salud. Durante un lustro Valladolid vivió uno de los momentos más brillantes de su historia. La Corte era la única razón del auge demográfico, del crecimiento urbano, del relanzamiento de la economía. Hacia 1607 Valladolid tendría un número de habitantes ligeramente inferior al de fines del siglo XVI. La breve estancia de la Corte y su posterior marcha influyeron desfavorablemente en el posterior desarrollo de Valladolid.[4] Valladolid albergó, durante sus años de Corte, a las figuras más destacadas del mundo intelectual y literario. El entonces joven Francisco de Quevedo y Villegas llegó a Valladolid en los primeros meses de 1601. En Valladolid inició su carrera poética. Por este tiempo se inició también en la prosa satírica de los juguetes burlescos que tanta fama habían de proporcionarle. Don Luis de Góngora llegó a Valladolid en 1603. Su entrada en la ciudad no le produjo una impresión muy grata. Entre las muchas composiciones que pueden fecharse entre 1603 y 1605, bastantes se refieren a Valladolid. Pero entre todos los escritores que se hicieron presentes en Valladolid durante la estancia de la Corte, el más relevante es Miguel de Cervantes. Entró en la ciudad por el mes de febrero de 1603 como encausado ante la justicia por impago de fondos públicos. Cervantes se aposentó con su familia en el piso principal de una de las casas nuevas que había edificado el adinerado Juan de las Navas en la margen izquierda del Esgueva. Valladolid era para Cervantes la ciudad de su infancia. A ella llegó, aproximadamente, hacía cincuenta años. Los estudiantes de Valladolid celebraban bulliciosas fiestas regocijándose con los disfraces de don Quijote y Sancho[5]. La villa de Valladolid se convirtió en el centro del poder político de Castilla en la Baja Edad Media y principios de la Época Moderna. Desde el siglo XV hasta comienzos del siglo XVII, cuando ya había recibido el título de ciudad, Valladolid fue escenario de múltiples estancias de los monarcas. Ha sido, en múltiples ocasiones, sede de la corte real[6]. Felipe III realizó una visita a Valladolid en 1600, en un momento en que se había avivado la disputa entre Valladolid y Madrid para ver quién conseguía el acercamiento definitivo de la Corte. Menéndez Pidal, Aguado y José Antonio Escudero consideran que fue el duque de Lerma, el brazo derecho del rey – que era un monarca incompetente, sin preparación intelectual e indeciso -, quien tomó la decisión de alejar al monarca de la influencia de su abuelo y para aislarse él mismo de los sectores críticos de Madrid. Este traslado fue como consecuencia de las intrigas del duque de Lerma, valido del rey. A comienzos del reinado de Felipe III, un monarca que ocupó el trono español algo más de veinte años (1598 – 1621), Valladolid tuvo ocasión de ser de nuevo capital de España, si bien durante cinco escasos años. Las dos sedes palaciegas en las que el reinado de Felipe III se centró fueron Valladolid, sede capitalina entre 1601 y 1606, y el Real Sitio de El Pardo. El traslado de la Corte de Madrid a Valladolid se realizó a principios de 1601. El 9 de febrero de 1601 el rey Felipe III hizo su entrada en la ciudad de Valladolid, a la que trasladó la Corte desde Madrid por espacio de seis años, una decisión que había tomado su valido el duque de Lerma. En Valladolid había en ese momento 15.000 viviendas y cerca de 80.000 vecinos, que aumentan lógicamente con el traslado de la Corte. La llegada repentina de tantas personas a Valladolid provocó una crisis de alojamientos y una fuerte fiebre inmobiliaria. El esfuerzo de construcción fue ingente. Y Valladolid vivió un resurgir sin igual, con una población que fue creciendo hasta alcanzar los 70.000 habitantes. Fueron cinco años mágicos y gloriosos, hasta que en 1606 la capitalidad volvía a Madrid. El anuncio de la salida a Madrid, en febrero de 1606, que tuvo lugar después del brote epidémico de 1605, produjo en Valladolid un descalabro impresionante. Para Valladolid, ser capital del reino durante cinco años fue algo importante. De hecho, la Corte ocupa toda la ciudad y sus edificios más notables. La ciudad atrae advenedizos de la política, del poder, de la guerra, de la paz, de la riqueza y de la miseria, como dirá Miguel de Cervantes[7]. El Quijote aportó numerosas notas y datos sobre las controversias literarias de su tiempo. En tres meses, el Quijote había batido récords de venta con una notable popularidad de este hidalgo manchego de ficción. Para los analfabetos, Don Quijote estaba presente en las cabalgatas, en los bailes, en las mascaradas de las fiestas del barroco. Será en Valladolid donde Quevedo y Góngora iniciaron sus diatribas literarias. El primero pudo avanzar en esta ciudad, y de manera decisiva, en la elaboración de El Buscón. Valladolid no se encontraba preparada, en sus infraestructuras, para acoger a principios del siglo XVII todo lo que movía la Corte. La casa de Cervantes en Valladolid es la mejor documentada de las que habitó el escritor a lo largo de su transitada existencia[8]. Cervantes y Valladolid En la época preindustrial, el hecho de que una población diera acogida a la Corte y actuara como cabeza del reino representaba un impulso decisivo para su desarrollo económico y su auge demográfico. Durante la Edad Media y los comienzos de la Edad Moderna, la Corte tuvo un carácter itinerante. En la primera mitad del XVI, Valladolid, junto a Toledo, se convirtió en la ciudad favorita de Carlos V y su Corte. Con la subida al trono de Felipe III y la llegada del nuevo siglo, la urbe pudo recuperar por un tiempo el esplendor y el protagonismo perdidos con la marcha de la Corte a Valladolid. La orden de trasladar la Corte a Valladolid se promulgó oficialmente el 10 de enero de 1601. La familia real entró en la ciudad del Pisuerga el día 9 de febrero. En las páginas de El licenciado Vidriera, Cervantes dejó un testimonio ecuánime de la polémica entre madrileños y vallisoletanos en su momento más álgido. La ciudad y su gobierno tuvieron que hacer frente a numerosos problemas ocasionados por la afluencia de gente, las dificultades en el abastecimiento, la falta de viviendas y su precio prohibitivo, o relacionados con la higiene, la salud y el orden público. La población de Valladolid fue en aumento, hasta alcanzar los 36.000 habitantes en 1591 y cerca de 40.000 en la última década del siglo. Tras la llegada de la Corte, en 1601, se establecieron en Valladolid los funcionarios de la administración real, la nobleza cortesana con su familia y criados, los mercaderes, servidores y artesanos que requería esta nueva clientela y, junto a ellos, una multitud de pleiteantes, solicitadores de mercedes, aspirantes a un empleo, hidalgos empobrecidos, pícaros, delincuentes, prostitutas y mendigos. Cuatro años después, su población casi se había duplicado durante el último lustro y llegaba a los 70.000 ó 75.000 habitantes como consecuencia del establecimiento de la Corte. El movimiento de la población y el auge de la demanda que el traslado de la Corte generó durante el primer lustro del siglo ocasionaron cierta carestía en determinados productos esenciales y un aumento de los precios desconocido hasta entonces[9]. Las principales plazas y vías de la ciudad estaban empedradas, lo cual contribuía a mejorar su buen aspecto e higiene. El Esgueva, antes de ser canalizado y desviado en el siglo XIX, atravesaba la ciudad de este a oeste, dividido en dos ramales que llegaban al Pisuerga, con lo que sus aguas, que entraban limpias y cristalinas por el Prado de la Magdalena, llegaban sucias y malolientes a su desembocadura, después de haber cruzado la población. En épocas de sequía, o si el agua se estancaba, el Esgueva quedaba convertido en un muladar hediondo. No es de extrañar que a algunos visitantes les sorprendiera la suciedad de Valladolid, a cuyo incremento debió contribuir el aluvión de forasteros y el repentino crecimiento que la urbe experimentó en aquellos años. Debido a la falta de salubridad y limpieza, las epidemias, especialmente la del tabardillo o tifus, hicieron su agosto en el Valladolid cortesano; además, faltaban hospitales y era difícil atender a los enfermos. A pesar de todos estos problemas y deficiencias, el Valladolid de aquella época era conocido por la espléndida belleza de algunas de sus plazas, calles y edificios. Y entre sus edificaciones figuraban unas cuantas joyas de la arquitectura gótica y renacentista. A principios del siglo XVII, Valladolid había alcanzado una dimensión notable, que hasta el siglo XX no sería superada. Por el mediodía, la ciudad llegaba hasta el extremo sur del Campo Grande; por el norte, hasta la Rondilla de Santa Teresa y puerta de Santa Clara; el Pisuerga marcaba el límite occidental, aunque había algunos conventos y construcciones al otro lado del río; mientras que el perímetro oriental quedaba delimitado por la iglesia y el Prado de la Magdalena, la puerta de la Pólvora (actual plaza de Luis Braille) y la puerta de Tudela, al final de la calle de este nombre. Entre los lugares que llamaban la atención de los visitantes de la época, hay que destacar el centro de la ciudad, y especialmente la Plaza Mayor y sus alrededores. Junto a la Plaza Mayor, también era generalmente admirada la calle de la Platería. La joya de la corona, auténtico emblema de la Corte vallisoletana, era la plaza de San Pablo o de Palacio, convertida, junto a algunas construcciones de su entorno, en centro de poder, espacio residencial y escenario de la realeza. Tras el retorno de la Corte en 1601, aquel conjunto de mansiones nobiliarias, junto con su entorno urbano, fue ampliado y mejorado, con la intención de convertirlo en un lugar adecuado para alojar a los reyes y su séquito, recibir a los visitantes extranjeros y mostrar la magnificencia de la que entonces se consideraba monarquía más poderosa del mundo. Frente a San Pablo se encontraba el edificio que fue el Palacio Real de Valladolid. El palacio, de sencillas líneas clasicistas, fue ocupado por Felipe III y su familia a finales de 1601. Los rentistas, los hidalgos, los soldados que aspiran a ennoblecerse, los letrados y los clérigos o los señores, representantes conspicuos de una sociedad inmóvil, propia del Antiguo Régimen, tienen mucha más importancia numérica en la villa del Pisuerga que los mercaderes, los cambistas o los tejedores, y además sus valores y modelos de conducta son los que dan el tono a la ciudad. Desde mediados del siglo XVI, y especialmente a partir de 1600, la antigua aristocracia consigue ensanchar su base social y el número de sus miembros, refuerza su rango económico y su influencia política, y logra recuperar aquel prestigio y poder de que gozó en la Edad Media. La alta nobleza cambia la actividad militar por la política, especialmente desde que Felipe III inicia su reinado. En este periodo, a través de la figura del valido, se completa la alineación del poder regio en favor del estamento nobiliario, y queda de manifiesto el empeño de los nobles en adueñarse de todos los resortes del poder. Los artesanos, mercaderes, tratantes y hombres de negocios abundan en la ciudad. Tanto en Valladolid como en el resto de España, y en la mayor parte de Europa, es la clase nobiliaria la que impone a la colectividad sus ideales y modelos de conducta, basados en la vida ociosa, el orgullo, la ostentación y el honor, a los que todos aspiran. Personaje representativo de aquel Valladolid cortesano es el protagonista de El casamiento engañoso, el alférez Campuzano. A las numerosas fiestas populares o litúrgicas que, de forma habitual, tenían lugar en Valladolid durante el Antiguo Régimen, vinieron a unirse muchas otras celebraciones de carácter palaciego desde el momento en que la Corte fue a instalarse en la ciudad. El año 1605 fue, probablemente, el más glorioso del reinado de Felipe III, el que proporcionó más motivos de alegría. Aunque la hacienda real no levantaba cabeza, la peste había dejado algunas zonas del reino medio diezmadas y los primeros síntomas de la decadencia eran cada día más patentes, en política exterior se habían cosechado algunos éxitos. Que el propio Cervantes era aficionado al juego, parece más que probable. Quevedo aprovechó la afición de Góngora por el juego para burlarse de él. El autor debió de componer la novela cervantina El casamiento engañoso en Valladolid hacia 1605 junto con El coloquio de los perros. En condiciones extraordinarias como las que conoció Valladolid con la llegada de la Corte, en que la población se multiplicó por dos y la ciudad hubo de dar acogida a gentes de todo tipo, parece lógico que la desenvoltura y la promiscuidad entre los sexos progresaran en la misma proporción. Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547. En el momento de tomar el camino de Valladolid, en la primavera de 1604, Cervantes tenía 56 años, una edad respetable en aquel tiempo. A mediados de 1605, Cervantes alquiló el primer piso de una de las cinco casas que por entonces construía Juan de Navas en las inmediaciones del Rastro nuevo de Valladolid, fuera del perímetro de sus antiguas murallas. En 1875, se formó la Sociedad Casa de Cervantes, con el objeto de transformar el edificio en biblioteca y museo cervantino. En 1916, el conjunto se cedió al Estado, y en sus locales se instaló una biblioteca y un primer museo cervantino, con la idea de recrear el ambiente en que vivió el escritor. En 1948, el edificio y el museo adquirieron el aspecto que presentan en la actualidad. En un espacio reducidísimo, durante casi dos años, vivieron con enormes incomodidades y apreturas Cervantes, su esposa, dos hermanas, su hija, su sobrina y una criada. La casa de Cervantes se encontraba al sur de la población, en la orilla izquierda de uno de los dos brazos en que se dividía el río Esgueva antes de verter sus aguas en el Pisuerga. Cervantes debió de componer dos de sus novelas ejemplares más conocidas, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros, durante la época que pasó en Valladolid, probablemente en la primavera de 1605, y en ellas quiso dejar un recuerdo perdurable de la ciudad y el barrio en que vivió. Al publicar el Quijote, Cervantes vivía en Valladolid. Por aquellas fechas, lo más granado del mundillo literario residía en la ciudad. La Corte fue el primer lugar en que el libro fue distribuido y en ella se acogió, leyó y juzgó con más rigor y apasionamiento. El mundo de la edición cambió totalmente al trasladarse la Corte a Valladolid. Tras fijar Felipe III su residencia en la ciudad en 1601, Valladolid acogió durante los primeros años del siglo XVII a las figuras más destacadas del mundo artístico y literario, la mayoría de ellas llegadas desde Madrid. Francisco de Quevedo se trasladó a la nueva Corte a principios de 1601, con veinte años recién cumplidos. Y en Valladolid empezó la redacción de los Sueños y el Buscón, que ya entonces se difundieron manuscritos por la Corte. Fue durante su estancia en Valladolid cuando el joven escritor se enemistó para siempre con don Luis de Góngora, al tiempo que entablaba una amistad duradera con Cervantes. Para abrirse camino en el mundo de las letras y promocionar la historia de don Quijote, era imprescindible situarse cerca de quienes ejercían el poder y estaban en condiciones de socorrerle y ampararle, y más en una ciudad como Valladolid, que se caracterizó en su época por la proliferación de escritores y por una incesante actividad literaria y en la que la competencia iba a ser muy dura. Aunque el Quijote se imprimió en Madrid a finales de 1604 y fue leído con especial atención por los escritores reunidos en la Corte vallisoletana, la idea original del libro y su primer borrador son muy anteriores. Y tanto la novela de El curioso impertinente como la historia de Dorotea y don Fernando debieron de existir como novelas cortas independientes y podían haber formado parte de las ejemplares, de no haberse publicado El ingenioso hidalgo. Cervantes debió de tener El ingenioso hidalgo terminado hacia la primavera de 1604. A comienzos del verano de 1604, Cervantes marchó a Valladolid con su familia. Valladolid fue la primera ciudad en que se distribuyeron ejemplares del Quijote y la primera en que el libro se leyó. El Quijote tuvo un éxito inmediato, lo cual debió ser motivo de satisfacción y orgullo para Cervantes. Cuando los operarios de Juan de la Cuesta empezaron a componer el Quijote, a finales de 1604, Cervantes acababa de cumplir 57 años –una edad considerable en aquel tiempo-. Son varios los pasajes del Quijote en que, recurriendo al dardo irónico y al improperio educado, se ataca a autores y libros. En el otoño de 1615, al año de haberse puesto a la venta el libro de Avellaneda, la imprenta de Juan de la Cuesta concluye la impresión de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. La obra venía a ser una síntesis de los temas y géneros de moda en el siglo XVI, que aún seguían en vigor. El Quijote de 1605 se vendió bastante bien. La aparición de la segunda parte del Quijote en 1605 supuso un relanzamiento de la primera, aunque de corta duración. El Quijote fue acogido en general como un libro cómico y paródico. En las mascaradas y festejos populares, en que hacen su aparición, el ingenioso hidalgo y su fiel acompañante desatan de inmediato la hilaridad de los espectadores. Además de los cinco años de cautiverio que sufrió en Argel, Cervantes conoció la cárcel en tres ocasiones más, la última durante su estancia en Valladolid en el verano de 1605, cuando él y su familia fueron encarcelados durante unas horas. Mientras, el Quijote empezaba a ser conocido y aplaudido en todas partes y su autor salía por primera vez de la oscuridad en que la mala suerte le tenía arrinconado, su vida y la de los suyos quedaba cubierta por la maledicencia, la sospecha y el escándalo. Los detenidos pasaron en la cárcel dos días al menos – el 30 de junio y el 1 de julio -. La mudanza de la Corte a Valladolid hubo de tener por fuerza carácter provisional. En Valladolid se acrecentaban las quejas sobre la incomodidad y pésima salud de la ciudad. La decisión de trasladar la Corte se hizo pública el 24 de enero de 1616. Los reyes salieron de Valladolid el 20 de febrero. Al año siguiente, los reyes volvieron a visitar Valladolid por unos días. Igual que otros cortesanos y gentes afincadas en la ciudad de forma provisional, la mayoría de los vecinos de las casas de Juan Navas, incluidos Cervantes y su familia, debieron de salir de Valladolid y de aquella vivienda llena de malos recuerdos, en cuanto tuvieron noticias del traslado de la Corte. Algunos incluso lo hicieron antes. La familia de Cervantes seguía en Valladolid en noviembre de 1605. Para Valladolid, el traslado de la Corte tuvo consecuencias desastrosas. Cuando en 1606 los reyes y su valido regresaron a Madrid, Valladolid no solo se vio abandonada por los cortesanos, sino también por muchos de los naturales y residentes en ella. Tal declive demográfico afectó a toda la vida de la ciudad y a algunas de sus instituciones más relevantes, como la Universidad. Por culpa de la decadencia y la escasez, crecieron las tensiones sociales. 1605 fue una fecha clave en la vida de Cervantes. Cervantes debió de componer total o parcialmente la novela de El licenciado Vidriera en Valladolid. A pesar de la popularidad creciente del Quijote en España y fuera de ella, y del éxito que inmediatamente alcanzaron las Novelas Ejemplares, a su autor se le ignora y menosprecia en los pasillos y academias. Si, a pesar de su creciente popularidad, Cervantes no pudo hacerse un hueco entre sus colegas más ilustres, tampoco parece que el éxito del Quijote y otros libros posteriores fuera un remedio contra la pobreza. Que Cervantes se entregó de lleno a la creación durante los últimos quince años de su existencia, en que compuso trabajos originales y rehízo obras antiguas que permanecían olvidadas en el fondo de un cajón, lo prueban la cantidad y el volumen de los libros que dio a la estampa desde 1605 y, sobre todo, entre 1613, fecha en que aparecen las Novelas Ejemplares, y 1617, en que imprime póstumamente el Persiles. Tres novelas de las que después formaron parte de las ejemplares, escritas probablemente en Valladolid entre 1605 y 1606, convierten a Cervantes en un auténtico pionero en el tratamiento literario del tema del desengaño. Esa ironía sutil sitúa a Cervantes en el punto de partida de la sátira moderna. Inmortalizó Cervantes a Valladolid en sus obras como recuerdo de una ciudad con la que tuvo una relación, si no muy larga, sí al menos intensa. El Quijote también tiene algo que ver con esto. Según Francisco Rico, en Valladolid recibió los últimos toques y fue revisada la Primera Parte de la novela. Y Valladolid tuvo el privilegio de ser la sede de la presentación en sociedad de la novela. El Quijote debió de leerse en Valladolid para la Nochebuena de 1604. Valladolid llegó a tener por aquellos días entre 60.000 y 75.000 habitantes. Y la actividad editora fue ciertamente brillante. Cervantes vivió dos veces en Valladolid: una siendo niño, la otra a las puertas de ser el autor conocido de la obra más universal de la literatura española. No tendría más de cinco años Miguel de Cervantes, cuando sus padres le llevaron a Valladolid y allí ocuparon una vivienda en el barrio de Sancti Spiritus. Eso sería hacia 1551. Cervantes volvió a Valladolid, siguiendo a la Corte, que se había establecido en la ciudad del Pisuerga, hacia 1603. Seguramente pasó un tiempo en otra vivienda antes de pasar a residir en la situada en el Rastro Nuevo o de los Carneros. Era Valladolid entonces lugar estratégico en las comunicaciones, con tierras fértiles, capital intermitente durante el reinado de Carlos V, reconstruida su traza moderna por Felipe II, con una Plaza Mayor sin igual en toda la Península y una calle Platería o de los orfebres símbolo de riqueza y prosperidad, con más y mejores iglesias y palacios que Madrid. Y que se convirtió también en la capital intelectual del Reino. En Valladolid pudo escribir Miguel El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. Y hay autores que aseguran que también El licenciado Vidriera y La ilustre fregona. La calle Miguel Íscar cubre lo que fue uno de los ramales de la Esgueva. La moderna urbanización ha dejado el nivel de las casas del siglo XVII por debajo del general. El pestilente brazo de la Esgueva era cauce de los residuos del sacrificio de los animales y de los desechos de la urbe, y las viviendas estaban rodeadas de escombros e inmundicias. En el jardín exterior inmediato a la fachada, además de una fuente, podemos ver la bella portada renacentista (año 1579) que formaba parte del Hospital de la Resurrección, derribado en 1890, y el busto del marqués de Vega Inclán, según traza de Mariano Benlliure. En un patio trasero se conserva asimismo un hermoso arco procedente del Monasterio de la Armedilla de Cogeces del Monte. Sabemos que Cervantes frecuentaba el mentidero del Corrillo, así como la iglesia de San Lorenzo. Cervantes se servía a menudo de la realidad como materia de inspiración para sus obras, incluido el Quijote. Cervantes había irrumpido en la ciudad del Pisuerga con la naturalidad de la lengua, rompiendo con lo existente e imponiendo el lenguaje oral en la escritura. Una calle dedicada a El licenciado Vidriera podemos verla frente a la Casa de Cervantes y en el flanco de esta ha surgido un Peaje de Dulcinea. En la torre que queda de la iglesia de San Lorenzo sendas lápidas rememoran dos fragmentos de obras cervantinas[10]. La novela de Cervantes circuló por Valladolid y por Madrid antes de que empezara a circular legalmente en 1605. El Quijote, en pliego suelto posteriormente plegado y encuadernado a la rústica, se pudo leer tanto en Madrid como en Valladolid. A nuestra ciudad debieron llegar los primeros ejemplares para que empezara a circular en la corte hacia el mes de noviembre de 1604[11]. Valladolid fue Corte entre 1601 y 1606. Comienza el siglo XVII Cervantes en Valladolid. Y lo hará con el éxito, no pensado, de la primera parte del Quijote. Y lo hará de manos de la imprenta y de un género editorial que no da prestigio en este momento, como es el de los libros de caballerías. Pero este es solo el principio, pues realmente su época de plenitud comienza en 1613 con la publicación de las Novelas ejemplares[12]. El éxito es inmediato. Ya en el mismo año de su publicación, Don Quijote aparece en fiestas y desfiles populares, como testimonian el soneto atribuido a Góngora y el texto del portugués Tomé Pinheiro da Veiga, escritos con motivo de las fiestas habidas por Valladolid para celebrar el nacimiento del futuro Felipe IV[13]. Valladolid en Cervantes En el año 1551, los ocho miembros de la familia Cervantes se trasladaron a Valladolid en busca de alguna fortuna no encontrada en Alcalá. Magdalena nacería en Valladolid. Vivieron en una casa de dos pisos, alquilada en el barrio de Sancti Spiritus, cerca de la Puerta del Carmen, en las afueras de la ciudad. Valladolid tiene casi 40.000 habitantes. El futuro autor del Quijote tenía entonces 5 años. En este ambiente transcurrió el año y medio largo que pasó Miguel de Cervantes niño en Valladolid la primera vez que vino con su familia más allegada. Cuando volvió la segunda vez, ya viejo, las cosas en la ciudad del Pisuerga no le fueron demasiado bien y también saboreó el amargor de los interrogatorios y la sombra de la cárcel. Es posible que Miguel de Cervantes aprendiera a leer y escribir en Valladolid. La segunda vez que Miguel de Cervantes se traslada a Valladolid ya es un hombre maduro de 57 años cumplidos. Para aquel tiempo, un hombre viejo. Viene por obligación a rendir cuentas de su oficio de alcabalero. La casa que habitó era nueva. En ella vivió al menos entre 1603 y 1606 (o 1608, según los más meticulosos cervantistas), conociendo en Valladolid las primeras sensaciones del éxito popular de la novela que le hizo inmortal, aunque no le hiciera rico. Cervantes tenía muchas mujeres en su casa. Miguel de Cervantes fue puesto en libertad en la cárcel de Sevilla, bajo fianza, para poder trasladarse a Valladolid y aquí rendir cuentas[14]. Alfonso XIII pagó de su propio bolsillo la compra de la casa que habitó Cervantes. En 1873, Pérez Mínguez formó la Sociedad Casa de Cervantes y decoró la casa con muebles antiguos, ediciones del Quijote y cuadros alusivos a la época cervantina. La casa pasó a cumplir la función de biblioteca popular en 1916. Es casa – museo desde 1922. El arco de la puerta del antiguo monasterio, en ruinas, de la Armedilla fue trasladado desde el pueblo de Cogeces del Monte a este espacio en 1950. En 1914, la propia casa y los jardines exteriores se convirtieron en biblioteca pública, situación que se prolongó hasta 1936. Benigno de la Vega Inclán nombró a Narciso Alonso Cortés director de la Casa de Cervantes y sucesivamente fueron ocupando este cargo Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña (durante 53 años, desde 1928 hasta 1981), Jesús Urrea Fernández y María Bolaños. Miguel de Cervantes vino a Valladolid a mediados de 1603. El regreso a Madrid de la familia Cervantes debió de producirse dos años después de ida la Corte, en 1608. Es posible que Cervantes aprovechara los primeros meses de 1605 para trasladarse a Salamanca, donde tomó referencias para su novela El licenciado Vidriera, que pudo escribir en Valladolid en el otoño. Miguel tenía entonces 57 años. La “imitación” del Quijote obligó a Miguel de Cervantes a tomar de nuevo la pluma para escribir la segunda parte de las aventuras de sus auténticos personajes, con lo que el libro engordó en las sucesivas ediciones a partir de 1615. Cervantes fue un hombre con limitaciones por las heridas de guerra recibidas. Siempre se ha dicho que, si Miguel de Cervantes fue diestro con la pluma, no debió de serlo tanto con la voz, con la palabra, porque era tartamudo. El autor del Quijote necesitaba lentes correctoras. El Quijote daba dinero y también sus obras teatrales y sus Novelas ejemplares. Cuando llegaron los Cervantes a Valladolid con la Corte, esta ciudad era la más cara del reino. La novela de don Quijote, el visionario manchego, salió a la calle en el mes de enero de 1605. Tres retratos se conocen de Cervantes. En 1890 se decidió derribar el Hospital de la Resurrección. Miguel de Cervantes lo había hecho famoso por haber situado en su interior los diálogos de los perros Cipión y Berganza. Ocupaba lo que hoy es la Casa Mantilla y parte de la manzana siguiente. Fue fundado en 1553 en el sitio donde estaba la mancebía pública. El Hospital de la Resurrección aparece no solo en El coloquio de los perros, sino también en la novela ejemplar antecedente El casamiento engañoso. Del Hospital de la Resurrección solamente se conserva, en el jardín exterior de la casa de Cervantes, el nicho de la parte alta de su fachada, en el que aparece una escultura de Jesús Resucitado al que le falta parte del brazo derecho. Además de la figura del Resucitado, se había salvado la puerta principal del famoso hospital cervantino. En la plaza de la Universidad se instaló en 1889 una estatua dedicada al autor del Quijote. La modeló el escultor Nicolás Fernández de la Oliva. Los bajorrelieves con cuatro escenas del Quijote (hoy conservados en el patio interior de la Casa de Cervantes) fueron realizados por el profesor de modelado Pablo Santos Berasategui. La estatua de Miguel de Cervantes fue la primera estatua pública de Valladolid y la segunda en España en rendir homenaje al escritor. Curiel, Medina del Campo, Alaejos, Tordesillas y Valdestillas son considerados lugares cervantinos por haber sido citados por el autor en algunas de sus obras. De la vecina localidad de Valdestillas habla Cervantes en La ilustre fregona. Cervantes tenía a Valdestillas como lugar de reconocida fama picaresca, preferentemente femenina, tal y como menciona a este pueblo en el Coloquio de los perros. Hay en Valladolid una calle dedicada a Cervantes y otras a alguna de sus obras y personajes, aunque no al Quijote. El Pasaje de Dulcinea es un pasaje modernista que une las calles del Rastro y de Miguel Íscar. En materia de enseñanza, llevan el nombre de Miguel de Cervantes una universidad privada y un grupo escolar. La primera fue creada en 2001. La Sala Cervantes se encuentra situada en la calle del Santuario, número 22. Antes cumplía todas las funciones de un teatro en el que se daba preferentemente cine. El Restaurante Cervantes está en la calle del Rastro, a muy pocos metros de la casa del escritor. Su elegante fachada está construida a base de madera y reproducciones de algunos grabados de la edición del Quijote ilustrada por Gustavo Doré. La ciudad, los pueblos, los ríos capitalinos o provinciales, el conde repoblador y algunos mesones surgen de la pluma del autor del Quijote. La ilustre fregona es una de las novelas ejemplares mejor escritas. Además de la fuente de Argales se citan otros lugares vallisoletanos: Valdestillas, la puerta del Campo y el pueblo de Mojados. El casamiento engañoso y El coloquio de los perros fueron escritas en Valladolid. La casa que acoge el museo dedicado al autor del Quijote fue adquirida en 1912 por Alfonso XIII y el marqués de Vega Inclán. Residiendo en Valladolid, ciudad a la que llegó a sus 57 años, con el deseo de tramitar el privilegio de impresión de su novela, el escritor vio publicada la primera parte de la que es considerada una de las mejores obras de la literatura universal. También en la ciudad del Pisuerga escribió algunas de sus Novelas Ejemplares: El licenciado Vidriera y El coloquio de los perros. La identificación de la vivienda se produjo en 1866, pero no fue hasta 1875 cuando el farmacéutico vallisoletano Mariano Pérez Mínguez la decoró con muebles y objetos antiguos y se abrió al público. Cada uno de los cuatro edificios que conforman el Museo Casa de Cervantes se desarrolla de manera idéntica: tres niveles y buhardilla. El conjunto se acompaña de un amplio jardín delantero y un patio trasero, que corresponde a los canales originales de estas casas[15]. La primera ocasión en que oficialmente se vinculó la figura de Miguel de Cervantes a un espacio urbano de Valladolid fue en 1854, con motivo de la rotulación como Calle de Cervantes a la hasta entonces denominada Calle de la Horca, en el antiguo barrio de San Juan, que comunica la Plaza Circular con la calle Don Sancho. Cuando el Ayuntamiento el 23 de junio de 1866 tomó el acuerdo de reconocer oficialmente la casa número 14 de la Calle del Rastro como la habitada en Valladolid por Cervantes durante su estancia en la ciudad coincidiendo con la publicación de su inmortal Quijote (1604 – 1606), ordenó sortear y colocar en su fachada una lápida recordatoria de su estancia. Los cuatro tarjetones con episodios del Quijote (la aventura de los molinos, la del león, la de los pellejos de vino y de don Quijote en casa de los Duques) los modeló el profesor local Pablo Santos de Berasategui (n. 1890). La estatua de Cervantes la modeló Nicolás Fernández de la Oliva. El monumento vallisoletano se inauguró el 29 de septiembre de 1877 y fue la primera estatua pública que tuvo Valladolid y la segunda que se dedicó a Cervantes en España. En 1889, se acordó trasladar el monumento a la Plaza de la Universidad, instalándose en el centro de los jardines próximos a la Catedral. Posteriormente, la memoria de Cervantes se ha continuado honrando con la instalación de varias lápidas en distintos pasajes de la ciudad. En el pedestal de la estatua de Cervantes se colocó una lápida alusiva a su condición de Vecino de Honor. Así figuran recuerdos evocadores de su estancia en Valladolid o de su obra, colocados en el solar que ocupó el Hospital de la Resurrección en la Acera de Recoletos, en la pared baja de la torre de la iglesia parroquial de San Lorenzo o sobre el pretil del Puente Mayor. Igualmente, la ciudad cuenta con otras calles rotuladas con los nombres del licenciado Vidriera, de la Galatea y el pasaje titulado de Dulcinea. En el 2001, una Universidad privada vallisoletana ha acogido como seña de identidad el nombre del inmortal escritor[16]. En Valladolid, a 26 días del mes de septiembre de 1604, Felipe III otorga licencia y facultad para imprimir El Ingenioso Hidalgo de la Mancha. Pero ya en 1604, antes de su impresión, era conocido por no pocos. En 1872, el Ateneo nació emparejado con Cervantes, cuya Casa sacó del olvido y aderezó como su primer domicilio. La estatua de Cervantes fue trasladada en 1889 a la plaza de Santa María, hoy de la Universidad. En la Casa de Cervantes se estableció en 1915 la mejor Biblioteca Cervantina de España[17]. [1] CANAVAGGIO, Jean: Diccionario Cervantes. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica, 2020. [2] BENNASSAR, Bartolomé: “Valladolid fue una fiesta”. La Aventura de la Historia, nº 33, julio 2001, pp. 34 – 40. [3] GUTIÉRREZ ALONSO, Adriano: Estudio sobre la decadencia de Castilla. La ciudad de Valladolid en el siglo XVII. Valladolid: Universidad, 1989. [4] GUTIÉRREZ ALONSO, Adriano. “Valladolid en el siglo XVII”. Valladolid en el siglo XVII. Historia de Valladolid, IV / Adriano Gutiérrez Alonso… [et al.] Valladolid: Ateneo, 1982. [5] RUBIO GONZÁLEZ, Lorenzo: “Ambiente literario y cultural de Valladolid durante el siglo XVII”. Ibid. [6] BELLOSO, Carlos: Prólogo. “Valladolid ciudad de reyes”. La Corte en Valladolid / Carlos Belloso Martín (ed.). Valladolid: Universidad Europea Miguel de Cervantes, 2022. [7] BELLOSO MARTÍN, Carlos: “Valladolid, corazón del Imperio y centro político”. Ibid. [8] BURRIEZA SÁNCHEZ, Javier: “La sociedad vallisoletana en el siglo XVI: cultura, fiesta, religiosidad y vida cotidiana”. Ibid. [9] SALAZAR RINCÓN, Javier: El escritor y su entorno. Cervantes y la Corte de Valladolid en 1605. S.l.: Junta de Castilla y León, 2006. [10] GUERRERO MARTÍN, José: Por los caminos del Quijote. S.l.: Junta de Castilla y León, 2004. [11] VAL, José Delfín: “El Quijote de 1604”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 52 – 54. [12] LUCÍA MEGÍAS, José Manuel: La madurez de Miguel de Cervantes. Una vida en la Corte (1580 – 1604). Madrid: Edaf, 2016. [13] 10 de junio de 1605: Don Quijote se pasea por Valladolid. Exposición Cuatrocientos años de Don Quijote por el mundo, Valladolid 2005. Textos 2). [14] VAL, José Joaquín: Cervantes en Valladolid. Valladolid en Cervantes. Urueña: Castilla Tradicional, 2016. [15] QUINTANA, Sonia: ”Donde Cervantes escribió El coloquio de los perros”. El Norte de Castilla, 28 de febrero 2023, p. 14. [16] URREA, Jesús: “Recuerdos cervantinos en Valladolid”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 6 – 9. [17] CAMPOS SETIÉN, Josemaría: “Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar y el Ateneo ‘Cervantino` de Valladolid”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 55 – 59. * * *
Desde el Corazón de la Mancha al Canal de la Mancha Fecha de Publicación: 22/11/2024 Torreón del Gran Prior, Alcázar de San Juan. Al fondo se ve la actual Capilla de Palacio, antigua ermita de San Juan Bautista, lugar donde se hizo la recluta de soldados . Autores: Juan Víctor Carboneras Coba (31 Enero Tercios) y Constantino López Sánchez-Tinajero (Sociedad Cervantina de Alcázar) . En Simancas hay datos de que en 1587 el capitán Hernando de Olmedo estuvo en Alcázar para reclutar una compañía de soldados, estos soldados de diferentes localidades y también algunos alcazareños que se alistaron, acabaron embarcados en la Gran Armada de 1588 y estuvieron presentes en la Jornada de Inglaterra En la época de Cervantes, es decir, a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, los reclutamientos o levas de soldados eran voluntarios, pero el Consejo de Guerra tenía una maquinaria bien engrasada que era capaz de reclutar una media de 40 a 50 compañías al año, llegando en épocas de necesidad a pasar de las 80 compañías levantadas como ocurrió por ejemplo en 1607. El documento dice que tanto el gobernador del Priorato como los alcaldes ordinarios y los regidores, se juntaron en la ermita de San Juan (actual Capilla de Palacio) con el capitán Olmedo y junto con el escribano local Hernando de Belmonte que fue quien tomó nota de toda la leva y evacuó el informe de los documentos a que en este artículo nos referimos. A continuación, se adjunta la transcripción de lo más importante del documento de 6 páginas: Todos los estudiosos de la historia moderna y en especial de los Tercios españoles, conocen la fortaleza de nuestros afamados Tercios, que fueron capaces de dominar con mano de hierro los campos de batalla de Europa y fueron durante más de ciento cincuenta años el ejército más temido del viejo continente. Los tercios españoles eran un ejército permanente de soldados altamente cualificados y experimentados, pero que estaba en continuo trasiego entre las altas y las bajas, lo mismo se licenciaban soldados que habían servido por muchos años, como que entraban otros nuevos, los llamados bisoños. Aunque durante el gobierno de los Habsburgo no se disponía de un ejército permanente, había una gran flexibilidad y capacidad de reacción para conseguir voluntarios. Cuando los Tercios necesitaban soldados el rey concedía un permiso firmado de propia mano llamado «conduta» a nombre de un capitán determinado y que lo facultaba, dentro de un distrito de reclutamiento para formar o levantar una compañía. El procedimiento consistía en que una vez en el lugar de recluta, el capitán desplegaba la bandera e iba alistando a los voluntarios, que solían acudir en tropel atraídos por la fama de los Tercios y porque pensaban hacer una carrera militar que los encumbrase a una buena posición social. Los voluntarios eran labriegos o campesinos, pero también acudían hidalgos arruinados o segundones de familias nobles que albergaban ambiciones de fama militar con la que dar lustre a la estirpe familiar. El veedor en una rápida revista comprobaba si el soldado estaba apto para el combate y lo admitía o excluía en ese mismo momento, quedando los aceptados alistados por tiempo indefinido. A diferencia de otros ejércitos, el soldado no estaba obligado a jurar fidelidad o lealtad al rey. Por otra parte, el Consejo de Guerra asignaba un comisario que controlaba que la recluta de varias compañías (las que tenía a su cargo) se hiciese de acuerdo con las normas, a saber, que no se reclutase a nadie menor de 20 años ni a ancianos, y que todos los soldados estuviesen en buena disposición para pelear. Estas normas a veces se saltaban cuando la necesidad apremiaba. Castilla era una de las principales regiones donde los ejércitos reclutaban a sus soldados, por eso no es de extrañar la presencia en Alcázar de capitanes con ánimos de “formar” su bandera. Este capitán junto con el alférez Sancho de Lezcano llegó a nuestra ciudad en julio de 1587 a levantar una compañía en el Priorato de San Juan. Tras reclutar a 28 soldados continuó su ruta hacia Extremadura y Portugal, para incorporarse en Lisboa al contingente que habría de embarcar en la Gran Armada al mando del duque de Medina Sidonia. El documento dice que tanto el gobernador del Priorato como los alcaldes ordinarios y los regidores, se juntaron en la ermita de San Juan (actual Capilla de Palacio) con el capitán Olmedo y junto con el escribano local Hernando de Belmonte que fue quien tomó nota de toda la leva y evacuó el informe de los documentos a que en este artículo nos referimos. A continuación, se adjunta la transcripción de lo más importante del documento de 6 páginas: «En la villa de Alcázar a 15 días del mes de julio de 1587 años. El comisario don Juan de Ábalos trabajaba para la compañía del capitán Hernando de Olmedo que justo se estaba levantando en el Priorato de San Juan. Juan de Ábalos, por orden de su majestad, va a Alcázar de San Juan donde se encuentra este capitán con su compañía. Se juntaron en la ermita de San Juan y también se unieron el gobernador del priorato, los alcaldes ordinarios, los regidores y el escribano Hernando de Belmonte (es el que escribe el documento) tomó la muestra: 1.- Al capitán Hernando de Olmedo se le pagó 2.083 maravedís 2.- El alférez Sancho de Lezcano se le pagó 900 maravedís. 3.- Abanderado Francisco Pérez 4.- Pero Sánchez atambor 60 maravedís. 5.-. Juan Hernández furriel 6.- Antonio Martín atambor 60 maravedís. 7.- Antón López barbero, hijo de Juan López, natural de Daimiel. 8.- Don Pablo de Plasencia, hijo de Agustín de Plasencia de edad de 18 años, natural de Ávila, sin barba menudo de rostro. 9.- [ahora sale un soldado que se cambió de compañía. Era de Ocaña. Está tachado] 10.- Andrés Hernán de Zorropero, hijo de Gabriel Hernández Zorropero vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años de buen cuerpo, barbirrubio, menudo, sin señal en el. Un real. 11 y 12.- [ahora vienen dos soldados tachados. Uno de un pueblo de Santander y otro de Almagro] 13.- Miguel López, hijo de Juan López de Carrizosa, vecino de esta villa de Alcázar de 25 años, con una herida en cada ceja. De buen cuerpo, barbinegro. Un real. 14.- Juan de Castro, hijo de Luis Castro, vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años con dos señales de heridas en la frente, alto de cuerpo. Un real. 15.- Benito García, hijo de Hernando Marco, vecino de la Roda, de edad de 22 años de buen cuerpo con una herida en la frente sobre la ceja derecha. Un real. 16.- Juan Martínez, hijo de Rodrigo Álvarez Godoy, vecino de Jerez de los Caballeros, de edad de 20 años, una señal en medio de la frente y otra en la nariz, junto al ojo izquierdo. Un real. 17.- Juan Díaz hijo de Francisco Díaz, vecino de Villacañas de 20 años con una señal grande atravesada en el carrillo izquierdo. Un real. 18.- Pedro Martínez, hijo de Pedro Martínez Cogedor, vecino del Toboso, de 21 años, con una señal pequeña de herida en la frente junto al cabello. Recio de cuerpo. Un real. 19.- Jerónimo Aguado Lupe, hijo de Juan de Agua de Lupe, natural de Daimiel, de edad de 25 años, encima de la ceja derecha una herida, barbirrubio. Un real. 20.- [viene un soldado tachado que era vecino de Baeza] 21.- Bartolomé de Segovia, hijo de Andrés de Segovia, vecino de Pozuelo de Aravaca de 20 años, calvo un poco en el cornero izquierdo, una herida. Es de buen cuerpo. Un real. 22.- Juan González de Lalobera, hijo de Cristóbal González de Lalobera. Vecino de Andújar de edad de 20 años, barbiponiente, de buen cuerpo, sin señal, un real. 23.- Pedro de Espinosa, hijo de Diego Hernández de Espinosa, vecino de Toledo de edad de 20 años, recio de cara y cuerpo. Una señal en el carrillo izquierdo. Mediano. Un real 24.- [Viene un soldado tachado de Villacañas] 25.- Alejo de Salazar, hijo de Baltasar Caballero, vecino de Dos Barrios de 20 años, junto al pelo en medio de la frente una señal. Mediano, recio. Un real. 26.- Juan Fernández, hijo de Gonzalo Fernández, vecino de Iniesta de edad de 22 años, 4 señales en la cabeza y un lunar junto a la barba en el lado derecho e izquierdo. Un real. 27 Esteban Hernández, hijo de Gonzalo Hernández, vecino de Iniesta de edad de 25 años, sin señal, pequeño de cuerpo. Un real. 28 Antonio de Espinosa, hijo de Diego Hernández de Espinosa de 20 años, recio de rostro sobre la ceja derecha un lunar. Un real. 29.- Miguel Sánchez del Billar, hijo de Juan Martín del Billar, vecino de la Calzada, de edad de 21 años. Una herida en la barba en el lado derecho. Un real. 30.- Diego de Orlando, hijo de Juan Martín de Orlando, de 27 años, alto, barbinegro, junto al ojo izquierdo una señal. Un real. 31.- Juan de Mincho, hijo de Gabriel de Mincho, vecino de Ocaña, de edad de 20 años, barbiponiente, rubio con una señal en la frente en el lado derecho. Un real. 32.- Miguel Hernández, hijo de Pedro Hernández, vecino del Villarejo de Fuentes de 20 años, alto sin barba en el lado derecho. En la ceja y frente dos señales. Un real. 33.- Diego Jiménez, hijo de Pedro Martínez Carrasco, de edad de 28 años, barbiespeso, rubio, alto. Un real. Es vecino de Alcázar. 34.- Martín Sánchez Zamorano, hijo de Andrés Sánchez, vecino de Noblejas de edad de 21 años, pequeño, con una señal en la frente. Un real. 35.- [viene un soldado tachado procedente de Agreda] 36.- Martín de Iniesta, hijo del mismo, vecino de Baeza, de edad de 30 años, barbitaheño, que le falta un diente de la parte de arriba. Un real. «E asi se fenesció y acabó la dicha lista y reseña e se hicieron las dichas pagas y lo firmaron de sus nombres el dicho comisario y gobernador y alcaldes e regidores e parece que son del capitán, alférez dos tambores, tres mil ciento e tres maravedíes de veintinueve soldados a real cada uno nueve cientos y ochenta y seis maravedís que todo junto monta cuatro mil e ochenta e nueve maravedís según por las dichas partidas parece y lo firmaron don Juan de Ábalos, el licenciado Alonso Hidalgo, Martín Román, Cristóbal de Cervantes, Juan Gómez Tardío, Hernando de Olmedo, fui presente Hernando de Belmonte escribano quedo otro tanto en mi poder y lo firmaron los mesmos. Don Juan de Ábalos, el licenciado Alonso Hidalgo, Cristóbal de Cervantes, Martín Román, Juan Gómez Tardío, fui presente Hernando de Belmonte escribano.» Nuestro recuento, sin contar los tachados (que son 6) serían 30, 28 soldados y 2 oficiales. De estos 28 soldados, cuatro son de Alcázar de San Juan: Andrés Hernán de Zorropero, hijo de Gabriel Hernández Zorropero vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años de buen cuerpo, barbirrubio, menudo, sin señal en él. Un real. Miguel López, hijo de Juan López de Carrizosa, vecino de esta villa de Alcázar de 25 años, con una herida en cada ceja. De buen cuerpo, barbinegro. Un real. Juan de Castro, hijo de Luis Castro, vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años con dos señales de heridas en la frente, alto de cuerpo. Un real. Diego Jiménez, hijo de Pedro Martínez Carrasco, de edad de 28 años, barbiespeso, rubio, alto. Un real. Es vecino de Alcázar. Es curioso, como a los alistados de Alcázar los anota diciendo quienes son sus padres, quizás para que resulten más conocidos por sus convecinos. Puede que fuese una forma más de atraer a los jóvenes al alistamiento, además de la posible fortuna y gloria militar que el ejército ofrecía a cuantos se enganchaban en la milicia. También la necesidad y la falta de recursos en la familia era un importante motivo para el alistamiento. Pero muy importante también es conocer con certeza documental quienes eran los regidores de entonces y entre ellos nos encontramos con Cristóbal de Cervantes (tío del Miguel de Cervantes bautizado en Alcázar de San Juan) del que este documento ofrece nuevas pistas al artículo de nuestro compañero Manuel Rubio Morano: (https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2021/01/23/blas-de-cervantes-saavedra/) en el que se decía refiriéndose a Cristóbal: «En las elecciones de 1576 salió elegido para ocupar el cargo de alcalde ordinario o de regidor por el estado de los hijosdalgo y el gobernador lo escogió para alcalde ordinario. En 1594 lo vemos incluido en el censo para la elección de alcaldes y regidores por el mismo estado, pero no tenemos constancia de que hubiese salido elegido». Pues bien, por este documento podemos confirmar que era regidor en 1587 ya que es uno de los firmantes del documento por el que se atestigua la formación de la compañía del capitán Hernando de Olmedo en Alcázar de San Juan. Con la exposición de estos datos, que hasta ahora eran desconocidos, queda ampliada la historia de Alcázar de San Juan y de algunos de sus paisanos que se convirtieron en soldados del ejército real y se encaminaron con paso firme hacia Lisboa, en la compañía del capitán Hernando de Olmedo, pasando por las villas y ciudades que encontraban al paso, acrecentando el número de reclutados, para finalmente embarcarse en la Gran Armada para tomar parte en la pretendida invasión de Inglaterra. Son por tanto unos nuevos datos que vienen a completar muestra historia local, que nos permitirán seguir investigando el destino y peripecias de estos soldados y tratar de seguirles la pista en su aventura militar. Constituyen así un nuevo hilo del que pueden tirar los investigadores con el objeto de seguir documentando y acrecentando la historia de nuestra ciudad en cuantos documentos puedan encontrarse en los archivos y que permanecen aún desconocidos para todos. * * * DOCUMENTOS CONSULTADOS: ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS. CARBONERAS, Juan Víctor. España mi natura., Vida, honor y gloria en los Tercios. Madrid, EDAF 2020. CHINCHILLA, Pedro Luis. Los prisioneros de la Armada Invencible. Madrid, Ediciones B, 2023. RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, Antonio José. Breve historia de los Tercios de Flandes. Madrid, Ediciones Nowtilus, 2015. RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, Antonio José y DÍAZ-ORDÓÑEZ, Manuel. El reclutamiento militar en España a comienzos del siglo XVII (1600-1625): problemas y soluciones. Consultado en Internet: https://journals.openedition.org/mcv/13386 RUBIO MORANO, Manuel. Blas de Cervantes Saavedra. Consultado en internet: https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2021/01/23/blas-de-cervantes-saavedra/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
«Ningún niño/a sin imaginación» Fecha de Publicación: 13/11/2024 . Pronto llegarán las fiestas navideñas y puntuales a la cita, los cervantistas alcazareños han preparado la campaña de recogida de libros infantiles y juveniles, que organizan por séptimo año consecutivo en lo que ya es una seña de identidad en sus actividades culturales Alcázar de San Juan, 13-11-2024.- Este año se alcanza la séptima campaña de recogida de libros infantiles y juveniles «Ningún niño/a sin imaginación» con el objetivo de conseguir la donación, por parte del público en general y de instituciones, del mayor número de volúmenes, de forma que ningún niño se quede sin desarrollar su imaginación por medio de la lectura en esta Navidad, por muy limitado que se encuentre su presupuesto familiar o por desfavorables que sean sus condiciones económicas. En 2024 parece que se han estabilizado los incrementos de precios en la cesta de la compra y a pesar de que algunas partes del mundo siguen en guerra, aquí en España sólo hemos sufrido inclemencias meteorológicas, aunque de muy alto impacto para los valencianos. Pero ese bienestar que disfrutamos nos tiene que hacer solidarizarnos con las personas que no están tan bien y que no tienen sus necesidades cubiertas. No podemos negar libros y materiales escolares a niños de nuestra ciudad que se están limitando a adquirir lo básico y elemental y a veces ni siquiera eso. Con la campaña “Esta Navidad ningún niño/a sin imaginación” nos movilizamos un año más para recoger el mayor número posible de libros infantiles y juveniles, que, aunque ya hayan sido leídos en algunos hogares, la donación permite que alarguen su vida útil yendo a parar a las manos de otros niños que tienen más difícil el acceso a estas lecturas. Todos debemos comprometernos en evitar que la imaginación de estos niños no se desarrolle adecuadamente por falta del sano ejercicio de la lectura. Los días 19, 22, 26 y 29 de noviembre, junto con los días 3, 5, 10 y 12 de diciembre (último día), se ha habilitado la sala 7 del Centro Cívico en la plaza de España de Alcázar de San Juan, en horario de horario de 19:00 a 20:00 horas para la recepción de libros infantiles y juveniles, usados, pero en buen estado, que sirvan para que otros niños puedan disfrutar del placer de la lectura. Como todos los años, nuestro compañero en la junta directiva Enrique Lubián, será el encargado de acoger todos los libros que podáis aportar a esta campaña, permaneciendo a vuestra disposición en el Centro Cívico en el horario anunciado. Invitamos a bibliotecas, institutos, colegios, a que colaboren con nosotros, y no dudamos que gracias a la generosidad de todos haremos una magnífica recogida. También este año colaboramos con la Asociación Cultural y Social “El Sosiego” (asociación que lleva ya varios años poniendo en práctica su campaña solidaria de recogida de juguetes), al objeto de que estos libros puedan añadirse a los lotes para entregar a las familias más necesitadas de nuestra ciudad. Recordamos los días de recogida en la Sala 7 del Centro Cívico, en horario de 19:00 a 20:00: Noviembre: martes 19, viernes 22, martes 26 y viernes 29. Diciembre: martes 5, jueves 5, martes 10 y jueves 12 (último día). Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Alcázar de San Juan vuelve a ser la capital del mundo cervantino Fecha de Publicación: 11/11/2024 . Durante los días 8 y 9 de noviembre Alcázar de San juan ha sido el centro del cervantismo mundial, donde el II Congreso Internacional ha congregado a varios de los mejores cervantistas del mundo Alcázar de San Juan, 10 de noviembre de 2024.- A lo largo de dos jornadas, los días 8 y 9 de noviembre, se ha celebrado en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) el II Congreso Internacional «Cervantes y el Quijote desde Alcázar, ficción creativa, turismo literario y ciencia», organizado por el Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra, el Excmo. Ayuntamiento de Alcázar de San Juan y la Sociedad Cervantina de Alcázar. Este ha sido un evento cultural de envergadura enmarcado en la ambiciosa programación de las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino, celebradas con motivo del bautismo de Miguel de Cervantes, hecho acaecido en Alcázar de San Juan el 9 de noviembre de 1558. El programa incluía doce ponencias y una mesa de presentación de publicaciones y proyectos cervantinos, con la participación de investigadores de países pertenecientes a varios continentes, han venido representantes de la University of Chicago y Boston University, de Estados Unidos, de la Universidade Federal de Río de Janeiro en Brasil, de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel y de la Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Oviedo, Universidad de Navarra, del Real Madrid C.F., del IES Miguel de Cervantes Saavedra y de la Sociedad Cervantina de Alcázar, en España. Ha sido un congreso de enorme calidad científica, pluridisciplinar, con aportaciones de extraordinario rigor que van desde la literatura y la filología, pasando por la ciencia, el deporte o el turismo. También desde las recepciones del Quijote en otros idiomas, la ficción muy creativa sobre la vida de Cervantes o la relación de éste con el vino y finalmente sobre el coleccionismo y apasionamiento que levanta la mejor novela del mundo… que nadie lee. La perfecta colaboración entre los organizadores, GRISO-Universidad de Navarra, junto con el Patronato de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alcázar de San Juan y la Sociedad Cervantina en fructífera colaboración y apoyados por los socios, colaboradores como el Consejo Regulador de la Denominación de Origen La Mancha que aporta recursos fundamentales para el desarrollo del Congreso, así como el soporte de empresas privadas, han facilitado los medios necesarios para que los ponentes que han viajado desde diferentes partes del mundo se encuentren en Alcázar de San Juan, como en su propia casa. Carlos Mata Induráin profesor de la Universidad de Navarra y secretario del Grupo de Investigación del Siglo de Oro (GRISO) ha sido una vez más la persona que lo imaginó y la que ha conseguido traer hasta el mismo Corazón de la Mancha ponentes de la talla de Frederick de Armas, Ruth Fine, José Manuel Lucía Megías, James Iffland, María Fernández Ferreiro, Esther Bautista Naranjo, Miguel Ángel Zamorano Heras, Aurelio Vargas Díaz-Toledo, Pablo Comino Rivas o su misma presencia en nuestra ciudad. Por su extraordinario trabajo en favor de Alcázar de San Juan a lo largo de casi seis años en los que ha colaborado intensamente con la Sociedad Cervantina de Alcázar, esta se lo ha reconocido nombrándolo Socio de Honor, nombramiento que fue aprobado por unanimidad de los socios en Asamblea General celebrada el 24 de octubre. Por lo que se refiere a los cervantistas alcazareños, y de gran interés para el vino de la Mancha, cabe destacar la ponencia de José Manuel Lucía Megías, persona muy relevante en el mundo cervantino que pronunció una interesantísima comunicación titulada “¡O hideputa, bellaco, y cómo es católico!, nuevas perspectivas sobre la relación de Cervantes con el reino de la Mancha”. En su discurso dijo que “La Mancha termina siendo por el vino un territorio esencial en la vida de Miguel de Cervantes” y también consideró que “Don Quijote de la Mancha, es de la Mancha y no de otro territorio, no de otro espacio, precisamente por el vino”. Hizo también referencia en su disertación a Luis Miguel Román, Alonso M. Cobo y Constantino López, miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar, de los cuáles dijo que han hecho y están haciendo un gran trabajo de comprensión del vino en el Quijote y que en sus investigaciones seguía la senda que ellos han abierto en diferentes trabajos sobre este aspecto. Del fabuloso nivel de los ponentes que vinieron de países extranjeros y los provenientes de las Universidades españolas (cuyo nivel de calidad será difícil superar), no han desmerecido los trabajos expuestos por los tres ponentes alcazareños: Pablo Comino Rivas (Jefe de Gestión de Viajes del Real Madrid, C. F.) cuya interesantísima ponencia titulada «Desde don Quijote como dinamizador del turismo hasta el turismo vinculado al deporte, pasando por Alcázar de San Juan» mostró a los presentes que el “don Quijote” está lleno de virtudes que afortunadamente también se pueden encontrar en el deporte y para aproximar a los jóvenes a la lectura de la obra de Cervantes, debemos utilizar estrategias y mecanismos distintos y adaptados a los tiempos actuales y saber movernos en sus entornos de comunicación y redes sociales. Igualmente, respecto del turismo, dijo que la propuesta de la Sociedad Cervantina del concepto “Comarca Quijote” la veía muy acertada y de forma holística (es decir en un todo integrado), de manera que los diferentes pueblos del entorno trabajen en una misma dirección para conseguir el objetivo común, ya que juntos se llega más lejos. Igualmente, y para promocionar la Comarca Quijote valoró muy positivamente el eslogan “¡Ven y Mánchate!”. María José García Lorente profesora del IES Miguel de cervantes, presentó una conferencia muy completa sobre la presencia de la Ciencia en la gran novela de Cervantes y trazó un recorrido sobre los ingenios tecnológicos conocidos en la época del Quijote y sobre las teorías cosmológicas de ese tiempo y cómo Miguel de Cervantes las conocía todas y se refiere a ellas incluyéndolas en medio de las aventuras de los personajes principales. Finalmente Miguel Ángel Martínez Martínez, de la Sociedad cervantina de Alcázar,contó a los asistentes su pasión por el coleccionismo de Quijotes, para adultos y en ediciones para niños, de los que posee una extraordinaria colección realizada a lo largo de su vida, pero lo que realmente impresionó a los presentes fue la auténtica devoción por la lectura del Quijote y el aprecio por la obra de Cervantes que heredó de su padre y contó cómo le había impresionado el hecho de encontrar ediciones del Quijote en los más de ciento cincuenta países que ha visitado, lo que no ha visto con ninguna otra obra literaria. Por lo que respecta a los moderadores de las sesiones: Juan Bautista Mata Peñuela, Luis Miguel Román Alhambra, Manuel Rubio Morano, Estrella Blanco Escalera, Jesús Sánchez Sánchez y Enrique Lubián Pozo, todos ellos miembros de la Sociedad Cervantina, condujeron las sesiones de forma ejemplar, presentando a los ponentes de mamera admirable. En esta segunda edición del Congreso, se planificaron una serie de actividades encaminadas a hacer más atractiva la estancia de los ponentes, como la visita al Museo del Hidalgo tras la sesión del viernes por la tarde, y tras ella para rematar la primera jornada tuvo lugar una cata de vino ofrecida y explicada por la D.O. La Mancha (a cargo de Juanjo Jiménez) en la propia bodega del Museo, que dejó unas magníficas sensaciones en los ponentes al ser organizada especialmente para ellos. También se realizó la visita al Museo de Miguel Ángel Martínez Martínez, tras la sesión de ponencias de la mañana del sábado. Singular y bonita por la hora, ya al atardecer, fue la visita al cerro de San Antón para presenciar los molinos de viento Rocinante (centro de interpretación del molino manchego), Fierabrás (que conserva íntegra su maquinaria y está en funcionamiento para hacer moliendas), Barcelona y Dulcinea, donde se pudo ver de cerca la maquinaria de estos ingenios mecánicos que ya eran conocidos en el reino de Castilla en la época de Cervantes. Para esta edición del Congreso se ha contado con una excepcional muestra de bacías (50 piezas de diferentes materiales y tamaños) cedidas por el coleccionista privado de Alicante, Luis Soria Galera que posee la colección más importante del mundo y que puede alcanzar el número aproximado del millar de piezas. Ha cedido también una extensa colección de carteles cinematográficos relativos al Quijote y veinte paneles que, con grandes dibujos y texto, hacen un recorrido expositivo a lo largo de la vida de Miguel de Cervantes. Esta exposición ha recibido un elevado número de visitas tanto por los participantes en el Encuentro de Hermandades y Cofradías Trinitarias como por los asistentes a las sesiones del Congreso celebradas en la sede del Consejo Regulador D.O. La Mancha. El Congreso ha resultado un rotundo éxito de organización y asistencia por lo que cabe felicitar a los organizadores y colaboradores por haber conseguido aunar la erudición cervantina con una estancia amena y enriquecedora de los ponentes en Alcázar de San Juan, habiendo satisfecho sobradamente las expectativas generadas por la presencia de importantes cervantistas de talla mundial. Apenas se apagan los ecos de la actual edición cuando ya la Sociedad Cervantina piensa en la próxima edición (será la tercera), que se celebrará si nada ocurre en contrario, en el año 2026. Sociedad Cervantina de Alcázar Vídeos de las sesiones de ponencias del II Congreso Internacional “Cervantes y le Quijote desde Alcázar” 1.- https://youtube.com/live/vSX6zz38mHQ 2.- https://youtube.com/live/wMajCZGmAz8 3.- https://youtube.com/live/VHmO_69htb4 4.- https://youtu.be/DGm5iOPKR0o 5.- https://youtu.be/NUOW53nk8ac 6.- https://youtu.be/428iBCl-BBw
Adquiera ahora "Usos y abusos: ensayos sobre el destino social del Quijote" de James Iffland Fecha de Publicación: 10/11/2024 . Con ocasión de la visita de James Iffland (Boston University, EEUU) a Alcázar de San Juan, para participar como ponente en el II Congreso Internacional “Cervantes y el Quijote desde Alcázar”, la Editorial Universidad de Alcalá que publicó su último libro: Usos y abusos: ensayos sobre el destino social del Quijote, ofrece a todos los asistentes al evento (bien sea de forma presencial, bien de forma telemática), la posibilidad de adquirirlo con un descuento especial por el Congreso, para lo que deben utilizar el código promocional CQAC10 que se indica en el tarjetón, al formalizar el pedido. Sociedad Cervantina de Alcázar
Ponencias de Luis Miguel Román y Constantino López en el Aula de Historia Local Fecha de Publicación: 05/11/2024 En la semana Cervantina por excelencia de Alcázar de San Juan, dentro de la programación del Aula de Historia Local y enmarcadas en las XI Jornadas vino y Bautismo Qervantino Alcázar de San Juan, 5 de noviembre de 2024.- En la programación de eventos incluidos dentro del Aula Local de Historia, se proyectó para este lunes 4 de noviembre, día con el que arranca la semana en que en Alcázar conmemoramos la fecha de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra (9 de noviembre de 1558) y para cuya efeméride el Ayuntamiento organiza las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino, una serie de dos ponencias a cargo de Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la Sociedad Cervantina y de Constantino López Sánchez-Tinajero, secretario de la misma. La primera ponencia de Luis Miguel Román ha llevado por título “AGS_EST_LEG_1138, 77 y 78”, que no es ni más ni menos que la signatura con la que se localiza un documento muy interesante conservado en el Archivo General de Simancas, el que por cierto, no traten de encontrar en el portal PARES porque solo les arrojará el mensaje “No se han encontrado datos”. Este documento nunca se había mostrado en público, fue la estrella en la exposición realizada en el Archivo General de Simancas, entre el 11 de octubre de 2016 y el 1 de marzo de 2017, con el título Cervantes en Simancas y en los Archivos Estatales. Contiene una carta de don Juan de Austria a su hermanastro el rey Felipe II (AGS_EST_LEG_1138, 37), firmada en Palermo el 19 de marzo de 1572, y una relación de personas a las que se les había recompensado principalmente por las heridas recibidas en la batalla de Lepanto (AGS_EST_LEG_1138, 38), compuesta el día 15 del mismo mes: Con esta va la relación de las personas a quien se an repartido ayudas de costa a la mayor parte para se curar de las heridas que tuvieron en la batalla, y a otras para ayudarlas a la extrema necessidad en que estaban. No quiero disculparme de que la suma que se a dado aya sido mucha porque pienso haber servido a V. M. muy particularmente en ir ayudando a hombres tan necessitados y que también pelearon en ocassión tan onrada. Al Veedor general y contador e ordenado que saquen una relación de los soldados que an quedado mancos y maltratados de la batalla para enviarla a V. M. aunque a estas oras la mayor parte dellos se an ido a Nápoles y a essos reinos con cartas mías, que es lo que a mí me a tocado y con lo que les e podido ayudar. La particularidad de este documento por el que Juan de Austria justifica el dinero gastado a su hermano el Rey Felipe II, para socorrer a los heridos (la mayoría de ellos mancos) de la batalla de Lepanto acontecida el 7 de octubre de 1571, que ha estado oculto 167 años, es la de que contiene relacionadas a dos personas llamadas igual, una Miguel de Cervantes que recibe 20 ducados y otra llamada Miguel Cervantes que recibe 22 escudos. La ponencia de Luis Miguel se ha desarrollado sobre esta evidencia y sobre las infinitas preguntas que se formula ante ella y que ha trasladado a los asistentes. Por su parte Constantino López, ha expuesto el proyecto “La ciudad que habla” por el que el Ayuntamiento llevó a cabo entre los años 2001 a 2010 la instalación de unas placas de cerámica en las calles más céntricas y significativas de la ciudad, para dinamizar el turismo y para dotar a Alcázar de San Juan de un nuevo recurso patrimonial y cultural que nuestros visitantes alaban y consideran de importancia capital. En la actualidad hay instaladas ciento tres placas que cuentan la historia, curiosidades y vecinos más importantes que vivieron en esas calles. Desde un principio el proyecto tuvo como objetivo, servir de referencia y visita para niños de colegios y su aprovechamiento en forma de rutas temáticas para profundizar en el conocimiento de la historia de nuestras calles. Nada de ello se hizo desde su finalización y lo que Constantino López ha mostrado a los asistentes es el trabajo que hizo de recopilación de todos los datos del proyecto, de cómo se puso en marcha y del tiempo que ha llevado su finalización, así como un inventario (en forma de cuaderno/libro) de todas las placas existentes con la fotografía de ellas y el texto que incluyen en su interior. También propone una serie de rutas a llevar a cabo, agrupando los recorridos por temas concretos como por ejemplo Ruta de los pintores, Ruta de maestros y médicos, Ruta de escritores y obras, Ruta de políticos gobernantes y acontecimientos, Ruta de iglesias, religiosos y Santos, Ruta de las curiosidades de Alcázar, Ruta de Cervantes y el Quijote y Ruta de mujeres importantes. Ambas ponencias despertaron gran interés y las dos horas de duración les han pasado volando a los asistentes. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Pistoletazo de salida a las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino Fecha de Publicación: 03/11/2024 Con la Ruta Cervantina, coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar, daban inicio las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino que se prolongarán hasta el 13 de noviembre y que tendrán su culminación en el II Congreso Internacional “Cervantes y el Quijote desde Alcázar” los días 8 y 9 de este mes Alcázar de San Juan, 3 de noviembre de 2024.- Para conmemorar la fecha de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra, 9 de noviembre de 1558 (y para celebrar el día Mundial del Enoturismo) el Ayuntamiento organiza las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino que incluyen diferentes y variadas actividades: danza, teatro, exposiciones, música, catas y rutas guiadas. En la mañana de este sábado, el grupo de personas que ha realizado la ruta, permanecían totalmente atentas a las explicaciones de los miembros de la Sociedad Cervantina, y muy participativas en los comentarios. Todos comenzaban su andadura a las 10 de la mañana para conocer los lugares que vinculan a nuestra ciudad con Miguel de Cervantes y el Quijote. El inicio de la ruta ha sido -como viene siendo habitual- en la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, desde donde comenzaron a conocer la importancia del Quijote, el ambiente social de la época en la que se escribió y lo que supuso para las letras españolas. También conocieron la tradición cervantina alcazareña, ciudad que cambió su nombre oficial por el de “Alcázar de Cervantes” durante algunos años de la Segunda República Española en el siglo XX, siendo identificada así en toda documentación oficial correspondiente a este periodo. Seguidamente, los participantes en la ruta se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde tuvieron ocasión de conocer -a través de las explicaciones de Luis Miguel Román-, la historia que encierra el Quijote Cósmico, busto que Eulalio Ferrer, santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México, encargó al escultor Santiago de Santiago y posteriormente regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat: «Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad». En este lugar, Luis Miguel Román contó a los presentes que la gran afición al Quijote y al coleccionismo de todo tipo de iconografía cervantina y quijotesca le vino a Eulalio Ferrer por la adquisición de una edición barata del Quijote (mediante su intercambio por tabaco) el 7 de febrero de 1939 en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer y que le marcaría para toda la vida: «Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajoso para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote». (pág. 60, “Entre alambradas”. Eulalio Ferrer). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558, partida de la que pudieron ver una copia sobre un atril en la propia iglesia tras las rejas bajo el coro y que los participantes en la ruta sugirieron se coloque más cerca de las rejas, a fin de que cuando esté cerrado este espacio, pueda contemplarse mejor. Después, se encaminaron por la calle San Antonio, pasando frente al Callejón del Toro, e hicieron una breve parada en la esquina con la calle San Juan, justo en el lugar en el que Manuel Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba. Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutierre Quijada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes y refiriéndose a Gutiérrez Quijada, dice don Quijote: «de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón». También explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes» tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano. Son unas coincidencias tan notables con lo escrito por Cervantes en el Quijote, que merecen ser resaltadas. En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales), persona que fue la que puso al corriente a Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. La ruta finalizó en esta misma plaza dando un repaso al resto de los lugares del recorrido, como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando a conocer a los presentes los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que son un patrimonio único en España, en los que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico. Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradecieron al público, especialmente a los asistentes provenientes de Campo de Criptana y de Argamasilla de Alba, el gran interés demostrado en todo el recorrido y la alta participación en las explicaciones facilitadas en la ruta, asimismo expresaron su sintonía en la idea de que todos los pueblos de la zona trabajen juntos, en lo que los cervantistas alcazareños denominan “Comarca Quijote”, en pos de alcanzar objetivos comunes respecto del turismo que nos visita, atraído fundamentalmente por Cervantes y el Quijote. De igual manera, animaron a los asistentes (y a todos cuantos esto vean) a leer y releer esta gran obra de humanidades que es el Quijote, especialmente la versión muy accesible y gratuita descargable de su web: Haz clic para acceder a QUIJOTE_SC_Alcazar.pdf Invitaron a los presentes a asistir al II Congreso Internacional “Cervantes y el Quijote desde Alcázar” que tendrá lugar los próximos días 8 y 9 de noviembre y donde podremos disfrutar de ponentes del primerísimo nivel del mundo cervantino. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El Pozo de las Aguas en Las Perdigueras y la tradición cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 29/10/2024 En el prólogo del ejemplar nº 4 de la revista NORIA, diciembre de 1966, que editaba el Centro de Estudios Alcazareños, leemos lo siguiente: Desde hace trescientos sesenta años los alcazareños vienen defendiendo con firmeza, como uno de sus mejores timbres de gloria, la tradición que hace de Alcázar de San Juan el lugar donde nació el Príncipe de los Ingenios españoles, Miguel de Cervantes Saavedra. Esto les ha acarreado muchas burlas e improperios; pero los alcazareños siguen firmes en sus creencias, no por mera cazurrería propia de pardillos de pueblo, como les han llegado a decir, sino por convicción primeramente y después por las formas poco correctas con que se ha pretendido probar que tal vez pudieran estar equivocados. Y no solo se ha usado de la incorrección contra las creencias alcazareñas, sino también contra todos aquellos que de algún modo las han apoyado. Los alcazareños siempre han tenido en sus genes la certeza de que su ciudad es la verdadera cuna de Cervantes. Cuando se ignoraba todo sobre el lugar de su nacimiento, hasta el extremo de que, en su primera biografía, encargada por la Real Academia de la Historia en 1737 a Don Gregorio Mayans y Siscar, se afirmaba que había nacido en Madrid, en Alcázar ya circulaba, desde hacía más de cien años, una tradición oral, transmitida de generación en generación, que ubicaba en ella su natalicio. Tradición que cobró renovada fuerza cuando, en 1748, llega a Alcázar D. Blas Antonio Nasarre y Ferriz, bibliotecario mayor del rey y miembro de la Real Academia Española, y descubre en los archivos parroquiales de Santa María la Mayor la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra, anotando en un margen de la misma: Este fue el autor de la Historia de Don Quixote. Es cierto, como se dice en NORIA, que la defensa de esta tradición les ha acarreado en el tiempo no pocos reproches, cuando no algunas burlas y disgustos, pero los alcazareños, siglo tras siglo, siguen estando seguros de sus creencias, no por la simple razón de sostenerlas y no enmendarlas, sino fortalecidos y guiados por sus firmes convicciones, hasta el punto de que hoy la ciudad luce con orgullo en las entradas a la población el apelativo de Cuna de Cervantes. Cartel de bienvenida Cartel de despedida Convicciones que siempre han querido, y sabido, manifestar mediante las más variadas expresiones. Alcázar es una ciudad que rebosa referencias cervantinas: apellidos, nombres de calles, plazas, parques o parajes, asociaciones, publicaciones, eventos, monumentos, molinos, motivos en las fachadas de sus casas…, todo recuerda a Cervantes y a los personajes de su obra. Una de sus más bellas tradiciones ha sido la de plasmar en azulejos cerámicos diferentes escenas cervantinas y quijotescas y adornar con ellos dependencias y espacios, tanto públicos como privados. Los más conocidos son los de la sala de espera de la estación del ferrocarril, los del Centro de Visitantes, ubicado en la antigua fonda de esta misma estación, y los de la biblioteca al aire libre del parque Cervantes. Pero también hay otro espacio, poco conocido por el público, que atesora otra magnífica muestra de esta tradición: la primitiva sala de máquinas del Pozo de las Aguas en Las Perdigueras. Este pozo, propiedad de la Empresa Municipal Aguas de Alcázar, está ubicado en la zona central del Acuífero 23, a veintidós kilómetros al sur de la ciudad, en lo que fue el inmenso monte del Concejo, y desde el que se surte a la ciudad del preciado líquido. Su sala de máquinas, en donde estaban instaladas las bombas para la extracción del agua, está a veinte metros de profundidad y tiene sus paredes alicatadas con bellos azulejos con escenas alusivas al Quijote. Pero antes de hablar de estos azulejos conviene hacer un poco de historia y recordar la compleja, y a veces tormentosa, relación que siempre ha mantenido Alcázar con el agua. Hasta comienzos del siglo XVII los alcazareños se abastecían, con cierta normalidad, de los pozos artesanos, privados o propiedad del Concejo, repartidos por toda la villa y sus alrededores. Es posible que, en la plaza Vieja, hoy plaza de España, existiera a finales del siglo XVI una primitiva fuente pública, a la que llegaba el agua a través de una canalización procedente de pozos situados en la zona de los cerros del Tinte, al noreste de la población. Referencias de esta fuente datan de 1592; de ella también se habla en 1599, cuando el Concejo acuerda comprar en Madridejos unos tubos de barro cocido para reparar la maltrecha tubería que la alimentaba. Debido a la gran sequía que hubo a comienzos del siglo XVII, el nivel de los pozos de abastecimiento descendió considerablemente, por lo que el Concejo decide buscar otras alternativas para el suministro de agua potable a la población. Así, el 21 de julio de 1602, acuerda… que atento a la gran necesidad que en esta villa hay de agua dulce, y que se acaba cada día la que hay en el pozo Valcargao, que se envíe por un fontanero y zahorí, que vea el pozo del Vallejo, a donde parece que hay cantidad de agua… Al estar desaparecido el segundo libro de Acuerdos del Concejo, que recoge las actas municipales de los años 1610 al 1615, no se sabe con exactitud cuando el Concejo acuerda realizar una acometida de agua a la población desde un pozo de galería situado en la huerta de Montoya, hoy conocida como huerta de Albiñana, en el paraje de las Fontanillas, a un kilómetro de la población, en la margen derecha de la actual carretera de Alcázar a Miguel Esteban. Pero sí encontramos, en el folio veinte del tercer libro de Acuerdos del Concejo, 1616 a 1623, un acta, de octubre de 1616, referente a la fuente de la plaza en la que se lee… A de acabarse dentro de dos años, corren desde primeros de enero de 1617… A de tener el licenciado Juan Ruiz el aprovechamiento del agua catorce años. Corren desde el dicho día primero de enero de 1617. Esta traída de agua, que bien pudo estar reforzada con el caudal que se extraía de los pozos situados en los cercanos cerros del Tinte, discurría por las calles de las Huertas y San Andrés, hoy Álvarez Guerra y Emilio Castelar, hasta llegar a una fuente pública de nueva construcción situada en la llamada plaza Nueva, desde entonces conocida como plaza de la Fuente. La fuente, situada frente a la torre del antiguo Ayuntamiento, curiosamente en el espacio que hoy ocupa la fuente decorativa situada delante del monumento a Don Quijote y Sancho, tenía cuatro caños dorados en línea que durante los siglos XVII, XVIII y primera mitad del XIX, abastecieron holgadamente a la población y a un abrevadero para los animales ubicado junto a ella. Esta misma tubería, en su recorrido por las calles de las Huertas y San Andrés hasta la plaza Nueva, también surtía a otra fuente situada en la parte alta de la villa, en el conocido antiguamente como rincón de la fuente; es la plazuela que hay frente al Casino de Alcázar. Dibujo de Doña Elvira Samper que aparece en la portada del fascículo XXI de Hombres, lugares y cosas de La Mancha, del Dr. Rafael Mazuecos. El dibujo recrea la ubicación de la fuente pública situada en el centro de la plaza Nueva, frente a la torre del antiguo Ayuntamiento. Con el agua que proporcionaban los pozos del Concejo: Vallejo, Tello, Pindongo, Valcargao, Ambrosio, Navarro, Coronado, de las Vacas, Franco…, y el caudal aportado por la fuente pública, la situación se mantuvo, más o menos estable, hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando, con el inicio de las obras del ferrocarril, en abril de 1852, comenzaron a surgir nuevas necesidades de abastecimiento hídrico. Lo cierto es que, por distintas razones, entre otras por sufrir episodios de extrema sequía, el caudal que llegaba a la fuente pública acabó siendo insuficiente para abastecer con normalidad a los habitantes de la villa. El 5 de julio de ese mismo año, D. Ezequiel Racionero, regidor del Ayuntamiento, expone en la sesión de la corporación celebrada en ese día: que es frecuente encontrar a muchos vecinos que carecen del agua precisa para su consumo… conviniendo en que es indispensable los demás pozos del común de agua dulce que han estado corrientes en épocas anteriores. La situación siguió agravándose con el transcurrir del verano y así, el 16 de julio, en una nueva sesión municipal, el Concejo dispone, respecto a la toma de agua de la fuente pública: que ningún vecino pueda tomar juntos más de dos cántaros de agua de la expresada fuente, entrando por turno riguroso para ganar vez, sin preferencias ni consideraciones algunas. Debido al necesario desvío de agua para cubrir las necesidades de las nuevas infraestructuras ferroviarias y a la mayor demanda experimentada por parte de una población en crecimiento, el problema no dejó de aumentar, resurgiendo unos años más tarde con más fuerza; entre otras causas, por las cada vez mayores necesidades hídricas del ferrocarril, que demandaba ingentes cantidades de agua para sus instalaciones y para el funcionamiento de sus locomotoras de vapor. En 1859 hubo un fuerte enfrentamiento entre el Ayuntamiento y los ingenieros de la compañía ferroviaria, porque éstos abrieron por su cuenta una serie de pozos que comprometieron el caudal y el nivel freático de los pozos del Concejo, especialmente el de Vallejo, hasta el extremo de que el 21 de febrero de 1859 el Ayuntamiento deniega al ferrocarril la solicitud de apertura de nuevos pozos, ordena la paralización de las obras de los que se estaban construyendo e incluso llega a prohibir que se extraiga agua de los ya excavados. Tras la intervención del ministerio de la Gobernación la situación se recompuso a favor del ferrocarril, pero no mejoró para los habitantes de Alcázar, ya que durante los años siguientes su abastecimiento hídrico, ya inutilizada la tubería que desde la huerta de Montoya traía el agua a la fuente pública, pasó a depender exclusivamente de los pozos del Concejo diseminados por el casco urbano y sus alrededores, algunos de ellos con importantes problemas de caudal y calidad del agua, lo que comprometió seriamente el desarrollo de la ciudad. Es de señalar que la compañía ferroviaria, una vez reconocidos sus derechos sobre la extracción de agua, colaboró con el Ayuntamiento para abastecer a la población desde sus pozos, especialmente en los periodos de extrema sequía. Un momento de máxima tensión se vivió el 17 de mayo de 1906 con la llegada a la ciudad de los cadetes de la Academia de Infantería de Toledo y las quejas que expresaron a cerca de la falta de agua potable, lo que hizo que se tomara plena conciencia de la gravedad del problema y se acelerara la búsqueda una pronta solución. El 2 de diciembre de ese mismo año, el ingeniero D. Enrique Alcaraz presentó un proyecto para derivar agua desde el azud del Atajadero, en las lagunas de Ruidera, y abastecer con ella a los municipios de Tomelloso, Criptana y Alcázar; para ello se constituyó la Sociedad Anónima Aguas Potables de Alcázar de San Juan, Tomelloso y Criptana. El proyecto no tardó en desecharse por el elevado coste de las obras. La situación se corrigió definitivamente cuando un grupo de doce entusiastas alcazareños, presididos por D. Miguel Henríquez de Luna, fundó una sociedad mercantil con la finalidad de solucionar el problema del abastecimiento de agua mediante la excavación de un pozo en el paraje denominado las Perdigueras, a veintidós kilómetros al sur de Alcázar, en el corazón del acuífero 23, y el tendido de una tubería de hormigón que transportaría el preciado líquido desde una torre de carga, situada junto al nuevo pozo, hasta un depósito regulador a construir en el cerro de la Horca, actual cerro de San Isidro, y desde allí, por gravedad, se distribuiría a toda la población. La Sociedad Aguas Potables de Alcázar se escrituró el 7 de julio de 1908 y el pozo, que tenía una profundidad inicial de veintiocho metros, se excavó en ese mismo año. En su sala de máquinas, a veinte metros de profundidad, se instalaron los dos grupos moto-bomba que extraían el agua y la enviaban a la torre de carga situada en sus proximidades. El agua brotó el 14 de diciembre y llegó a Alcázar en mayo de 1910. Fecha de constitución que se encuentra en la sala de máquinas del primitivo pozo de las Perdigueras Galería de acceso a la sala de máquinas del primitivo pozo de las Perdigueras Imagen del pozo primitivo, su profundidad era de 28 metros y la lámina de agua se mantenía estable en torno a los 23 metros El 27 de febrero de 1954 el alcalde, D. Tomás Quintanilla, es invitado a una reunión de la Junta General de la Sociedad Aguas Potables de Alcázar en la que se acordó, por unanimidad, vender al Excmo. Ayuntamiento, para su municipalización, el manantial e instalaciones para el abastecimiento de aguas. El 6 de marzo se procedió, por ambas partes, a revisar y valorar los activos para la firma del acuerdo alcanzado. En abril el Pleno del Ayuntamiento aprobó una partida presupuestaria de cuatro millones de pesetas destinada a la adquisición. La operación se cerró definitivamente en 1955, tras la concesión por el Banco de Crédito Local de España de un préstamo de ocho millones de pesetas, que también sirvió para modernizar las instalaciones y mejorar la red de distribución a la población. Hasta el año 1970 el nivel de agua en el pozo se mantuvo estable, pero a partir de ese año, en plena vorágine de puesta en marcha de nuevos regadíos en la zona, su nivel freático descendió rápidamente, lo que obligó a perforar otros dos pozos nuevos en el entorno del anterior. El primero de los nuevos pozos, conocido como sondeo A, tiene una profundidad de noventa y seis metros y medio y se perforó entre agosto y septiembre de 1973. El 26 de septiembre se hicieron las pertinentes pruebas de rendimiento y al día siguiente comenzó a bombear agua de forma ininterrumpida. Cuando en la primavera de 1975 se agotó definitivamente el pozo primitivo, se inició la perforación de un segundo pozo, sondeo B, que alcanzó una profundidad de cien metros, con lo que ya se garantizaba de forma permanente el suministro de agua a Alcázar de San Juan. Actualmente también se extrae agua de un tercer sondeo que llega a los ciento veinte metros. Hay que precisar que con el agua que se extraía del Acuífero 23 se regaban 20.000 hectáreas de terreno en el año 1970, que pasaron a ser 186.600 en 1987, cuando se le declaró oficialmente sobreexplotado en abril de ese mismo año. Esa cantidad de hectáreas en regadío suponía una superficie a todas luces superior a la capacidad de recuperación hídrica del acuífero y por consiguiente a su inevitable agotamiento. En 1928 la sala de máquinas del Pozo de las Perdigueras se remodeló y sus paredes se embellecieron alicatándolas con valiosos azulejos con el escudo de Alcázar, el nombre de las personas que componían el Consejo de Administración, fechas alusivas y preciosos motivos inspirados en El Quijote. La cerámica, en azul y amarillo, es de Talavera y está firmada por J. Ruiz de Luna. Fecha de remodelación de la sala de máquinas del primitivo pozo de las Perdigueras. Fecha de remodelación de la sala de máquinas del primitivo pozo de las Perdigueras Consejo de administración de la Sociedad Aguas Potables de Alcázar en 1928 Escudo de Alcázar de San Juan Motivo cervantino Motivo cervantino Motivo cervantino Motivo cervantino Autor Entendemos que todo el conjunto: la finca, la casa, construida en 1909, el pozo, y especialmente la sala de máquinas y sus azulejos, constituye un recurso turístico de primer orden, sin olvidar que debe ser considerado como parte importante del patrimonio material de la ciudad. Los azulejos, que en breve van a cumplir un siglo, deben restaurarse antes de que su deterioro sea irreversible y todo el complejo ha de adecuarse para establecer con regularidad un plan de visitas programadas que permitan a los alcazareños y visitantes admirar este extraordinario patrimonio. Otra importante colección de azulejos con motivos cervantinos se encontraba recubriendo las paredes del pozo de la Aguada de Marañón, a escasos kilómetros del anterior, que la compañía MZA abrió en 1870 y desde el que abastecía de agua a sus locomotoras de vapor en su camino hacia Andalucía. Pero como en tantas otras ocasiones ha sucedido, el abandono de las dependencias de la Aguada, a causa de la electrificación de las líneas ferroviarias, llevó de inmediato a su saqueo y destrucción. La que fue una bella colección de azulejos cervantinos desapareció y el edificio que la contenía es hoy un montón de escombros. Una verdadera lástima que los alcazareños no estuvieran atentos a exigir, a quien correspondiera, la necesidad de salvar ese extraordinario patrimonio. Ruinas de la Aguada de Marañón, construida por la empresa ferroviaria MZA en 1870 para abastecer a sus locomotoras de vapor Ruinas de la Aguada de Marañón, construida por la empresa ferroviaria MZA en 1870 para abastecer a sus locomotoras de vapor Sigamos firmes en nuestras convicciones y protejamos todo aquello que ha forjado nuestra tradición cervantina, lo que nos permitirá continuar ostentando el calificativo de Cuna de Cervantes. Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
II Congreso Internacional “Cervantes y el Quijote” desde el Corazón de la Mancha Fecha de Publicación: 28/10/2024 Los días 8 y 9 de noviembre de 2024 tendrá lugar el II Congreso Internacional Cervantes y el Quijote desde Alcázar de San Juan. Las ponencias del viernes 8 serán en el Salón Noble del Ayuntamiento (en horario de mañana) y Museo del Hidalgo (por la tarde) y las del sábado 9 en el Salón de Actos de la D.O. La Mancha. Todas las sesiones con entrada libre Alcázar de San Juan, 28 de octubre de 2024.- Tal y como se gestó en su creación asignándole carácter bienal, en este año 2024 está convocado el II Congreso Internacional «Cervantes y el Quijote desde Alcázar: ficción creativa, turismo literario y ciencia». Este magno evento está enmarcado en la extensa y ambiciosa programación de las 11ª Jornadas Vino y Bautismo Qervantino (en las que a lo largo de once días -del 2 al 13 de noviembre- podremos encontrar todo tipo de actividades culturales como, música, teatro, exposiciones, conferencias, visitas a bodegas, catas de vino, rutas turísticas, literatura, gastronomía, actividades infantiles, etc.), que el Patronato Municipal de Cultura desarrolla en esta importante efeméride local: el bautismo de Miguel de Cervantes acontecido el 9 de noviembre de 1558. Se pretende que el acto central de estas celebraciones sea el Congreso Internacional que se organizará por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan en colaboración con el Grupo de Investigación del Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra y con el Ayuntamiento de Alcázar. También colaboran en este evento la D.O. La Mancha, Universidad de Castilla-La Mancha, Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA) e Instituto de Almagro Teatro Clásico. Además, apoyaran con su patrocinio las firmas comerciales Macmaoil, Gasóleos Comino, Jesús Sánchez Carpinteros, Centro Médico Rondilla, Hotel Ínsula Barataria y TAQ Distinciones. El Congreso tendrá lugar los días 8 y 9 de noviembre. Tanto la presentación del Congreso como las ponencias de la mañana del viernes 8 tendrán lugar en el Salón Noble del Ayuntamiento, las sesiones de ponencias de la tarde del viernes se llevarán a cabo en el Museo del Hidalgo. Y finalmente, las del sábado 9 serán en el Salón de Actos de la Denominación de Origen de la Mancha. En lo que se refiere a nuestra ciudad, aspiramos a posicionarla en el mundo cervantino y a mostrar la fuerte vinculación que Alcázar tiene con Miguel de Cervantes y con su obra, aportando mediante las ponencias, la investigación y análisis del Quijote, así como su amplia e indisoluble relación con la Mancha y con Alcázar de San Juan. Consumados especialistas mundiales en Cervantes y el Quijote permanecerán en nuestra ciudad a lo largo de los días del Congreso para emocionar con sus conocimientos tanto al público asistente a las ponencias, como al que seguirá el evento por redes sociales, ya que las ponencias se retransmitirán en directo en el canal de YouTube de la SCA: https://www.youtube.com/@sociedadcervantina5476 El viernes 8 de noviembre, tendrá lugar la inauguración del Congreso por las autoridades será a las 09:30 en el Salón Noble del Ayuntamiento. Seguidamente y a las 10:00 tendrán lugar las primeras ponencias que correrán a cargo de Ruth Fine (Universidad Hebrea de Jerusalén, ISRAEL) presidenta de la Asociación de Cervantistas, que disertara sobre «Algunas consideraciones sobre la configuración del tiempo en el Quijote». En la misma sesión estará Frederick A. de Armas (University of Chicago, EE.UU.) que presentará «De ventanas y pinturas en la primera parte del Quijote». Serán moderados por Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. En la siguiente sesión, a las 11:00, podremos disfrutar de personalidades como Miguel Ángel Zamorano Heras (Universidade Federal do Río de Janerio-UFRJ, BRASIL) que expondrá «Notas sobre la ironía en el Quijote». Después, será el turno de James Iffland González (Boston University, EE.UU.) cuya ponencia versará sobre «La mejor novela del mundo que nadie lee: un llamamiento al gremio cervantista». Finalizará la sesión Pablo Comino Rivas (Sociedad Cervantina de Alcázar/Jefe de Gestión de Viajes del Real Madrid C.F., ESPAÑA) exponiendo «Desde don Quijote como dinamizador del turismo hasta el turismo vinculado al deporte, pasando por Alcázar de San Juan. El moderador de esta sesión será Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la SCA. Nos trasladaremos al Museo del Hidalgo para celebrar la sesión de tarde donde a las 16:30, tendremos ocasión de escuchar a Esther Bautista Naranjo (Universidad de Castilla-La mancha, ESPAÑA) que disertará sobre «La locura esotérica en la Francia del XVIII: el Quijote del abate Bordelon». A continuación, María Fernández Ferreiro (Universidad de Oviedo, ESPAÑA) hablará sobre «Cervantes y el Quijote desde el teatro: crónica de una relación fructífera». Cerrará la sesión Carlos Mata Induráin (Universidad de Navarra y secretario del GRISO -Grupo de Investigación Siglo de Oro-, ESPAÑA) con «Cervantes y Shakespeare en Hermanos de tinta (2013) de Nahum Montt». La moderación correrá a cargo de Manuel Rubio Morano de la SCA. Ya en el sábado 9 de noviembre y de nuevo a las 09:30 de la mañana, pero esta vez en la sede de la D.O. de La Mancha, tendrá lugar la cuarta sesión de ponencias con José Manuel Lucía Megías (Universidad Complutense de Madrid, ESPAÑA)que expondrá «”Uno es escribir como poeta y otro como historiador”: ¿hasta cuándo vamos a condenar al silencio al poeta Cervantes?». Después intervendrá Aurelio Vargas Díaz-Toledo (Universidad Complutense de Madrid, ESPAÑA) con «Sobre algunos portugueses compañeros de cautiverio de Cervantes». Serán moderados por Estrella Blanco Escalera de la SCA. A las 10:45 haremos un pequeño inciso en las ponencias para presentar publicaciones y proyectos cervantinos. Bajo la moderación de Carlos Mata Induráin se presentarán los siguientes Libros: Miguel de Cervantes, Poesía, selección y prólogo de José Manuel Lucía Megías, Madrid, Sial Pigmalión, 2024. James Iffland, Usos y abusos. Ensayos sobre el destino del «Quijote», Alcalá de Henares, Editorial Universidad de Alcalá, 2024. Emmanuel Marigno y Carlos Mata Induráin (eds.), La recepción de Cervantes: huellas, recreaciones y reescrituras (siglos XVII-XXI) / La réception de Cervantes: traces, recréations et réécritures (XVIIe-XXIe siècles), New York, Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA), 2024. Marciano Ortega Molina, La huella de El Toboso y Quintanar en Galdós. ¡Paga Miquis! o ¡Paga Nuño!, Almería, Círculo Rojo, 2024. Aurelio Vargas Díaz-Toledo, Cervantes y su entorno portugués, Madrid, Guillermo Escolar, 2024. Proyectos: María Fernández Ferreiro (Universidad de Oviedo), «La colección “El Quijote y sus interpretaciones” del Grupo de Estudios Cervantinos, GREC, de la Universidad de Oviedo» Carlos Mata Induráin (Asociación de Cervantistas), «El programa de “Novedades cervantinas” de la Asociación de Cervantistas» Inés Padrosa (Bibliotecaria emérita de la Biblioteca del Palacio de Peralada), «Visión de conjunto de la colección cervantina de la Biblioteca del Palacio de Peralada. Los ejemplares del siglo XVII» Para finalizar, a las 12:15 será la quinta y última sesión de ponencias que correrá a cargo de María José García Lorente (IES Miguel de Cervantes Saavedra de Alcázar, ESPAÑA) que nos presentará «El Quijote y la ciencia». Y cerrará nuestro socio Miguel Ángel Martínez Martínez (Sociedad Cervantina de Alcázar, ESPAÑA) con su ponencia «Coleccionista de Quijotes en diferentes lenguas de Europa y del mundo». Jesús Sánchez Sánchez de la SCA. será el moderador de esta sesión. Además de las sesiones de ponencias, el sábado por la tarde (a las 17:00 horas) está prevista una visita a los molinos del cerro de San Antón, para que los visitantes de fuera de nuestras fronteras puedan conocer in situ el funcionamiento de los ingenios industriales que desde el siglo XVII ya estaban presentes en las atalayas de nuestros horizontes manchegos recogiendo los vientos para moler nuestros cereales. Especialistas de varios países y diferentes continentes, nos deleitarán con sus conocimientos cervantinos en un importante cónclave cultural para disfrute de los aficionados al Quijote y público en general que disfrutará con toda seguridad de trabajos expositivos de alto nivel. La entrada es gratuita y el acceso a las ponencias es libre, aunque recomendamos la inscripción porque el aforo es limitado. Las inscripciones pueden hacerse en los correos oficinaturismoalcazar@gmail.com y cervantinaalcazar@gmail.com. Pero eso no es todo, en esta segunda edición del Congreso Internacional, los alcazareños podrán disfrutar en la sede de la D.O. La Mancha, de una interesante muestra de diferentes tipos de bacías pertenecientes a la colección de Luis Soria Galera, alicantino y peluquero de profesión, que ha logrado reunir a lo largo de su vida más de mil piezas de diferentes materiales, cobre, hierro, cerámica, etc., adquiridos en numerosos viajes por distintos países del mundo y que ha ido atesorando con cariño y con un elevado desembolso económico para que ahora nosotros podamos gozar de su contemplación. Irá acompañada de carteles relativos al vino y el cine en el Quijote. Esta exposición será temporal mientras dura el Congreso y recomendamos al público que no se la pierda por su enorme interés. Información completa del II Congreso Internacional en la web: Desde la Sociedad Cervantina de Alcázar invitamos a todos a que asistan a este importante evento cultural y que lo difundan entre sus amigos porque será una ocasión propicia para disfrutar de verdaderos expertos en Miguel de Cervantes y su obra. Finalmente, queremos recordar que la Sociedad Cervantina de Alcázar también coordinará una Ruta guiada “Alcázar de Cervantes” el sábado 2 de noviembre a las 10:00 h. (inscripción previa en la Oficina de Turismo) con lugar de encuentro en la estatua de Alonso Quijano con su gato (frente a Aguas de Alcázar). Sociedad Cervantina de Alcázar
Luis Miguel Román, vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, en la XXI Semana Cultural de Quintanar de la Orden Fecha de Publicación: 27/10/2024 Alcázar de San Juan, 27 de octubre de 2024.- Dentro de la vigésima primera edición de la “Semana Cultural en torno a Miguel de Cervantes, su obra y Quintanar de la Orden”, organizada por la Asociación Cultural “Santiago Apóstol”, Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, ha impartido una ponencia con el título “Lugares, caminos y parajes de la Mancha. Contexto geográfico real en la ficción del Quijote”. En la Sala “La Encina” del Centro Príncipe de Asturias de la localidad toledana de Quintanar de la Orden, Luis Miguel Román, trasmitió su pasión a la lectura del Quijote y cómo, escuchando a la Asociación Amas de Casa de Alcázar en su taller de lectura del Quijote, entendió la verdadera forma de leer y entender esta novela. Enmarcó lo que para él es la “Comarca del Quijote”, el hábitat cercano a don Quijote y Sancho donde por unas razones o por otras sus vecinos se conocían entre ellos. Partió por los lugares nombrados explícitamente en la obra y que tienen esa relación cercana con los personajes: Tembleque, Puerto Lápice, Argamasilla de Alba, Quintanar de la Orden y El Toboso, y Campo de Criptana que, aunque no es nombrada es el único lugar de la Mancha que en la escritura del Quijote tenía construidos y funcionando más de treinta molinos de viento. Después marcó el antiguo camino de Toledo a Murcia atravesando esta comarca, recordando que es el propio Cervantes quien hace encontrarse en él a unos mercaderes de Toledo que iban a Murcia con don Quijote de vuelta de la venta donde fue armado caballero, la Venta de Manjavacas. Para después relacionar geográficamente la primera aventura del hidalgo con el pastor Andresillo y su amo Haldudo. Hasta ahora solo se vinculaba sus nombres con Quintanar, y Román, marcando en un mapa el lugar exacto de esta aventura, los ha relacionado con el camino real que el rebaño que pastoreaba Andresillo siguió desde Quintanar al encinar junto al camino de Toledo a Murcia o de los Valencianos. La vereda de Quintanar y el Cordel de los Serranos fueron remarcados en el mapa como la vía pecuaria utilizada con privilegio de paso y pasto para unir aventura con Quintanar, hasta hoy no tenidas en cuenta en los estudios cervantinos, y publicado en su último ensayo “Tras los pasos de Rocinante”. Terminó animando a todos los presentes, que llenaban la sala “La Encina” a leer o releer el Quijote despacio, casi meditando casa frase, refrán o sentencia cervantina, tal y como aprendió él con las amas de casa alcazareñas. Sociedad Cervantina de Alcázar
Desde el Corazón de la Mancha al corazón de Europa Fecha de Publicación: 21/10/2024 . Miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan han visitado en Bruselas el Parlamento Europeo y la Casa de la Historia, de la mano del ex vicepresidente de la institución, Miguel Ángel Martínez Martínez Alcázar de San Juan, 21 de octubre de 2024.- El pasado fin de semana, cervantistas alcazareños han visitado Bruselas haciendo efectiva la invitación que les cursó Miguel Ángel Martínez Martínez cuando los miembros de la Sociedad Cervantina visitaron su museo en la estación de ferrocarril de Alcázar de San Juan. A raíz de aquella visita Miguel Ángel se incorporó como socio a la Sociedad Cervantina de Alcázar. En aquella ocasión, Martínez que es historia viva de la institución europea ya que fue Eurodiputado durante quince años, desde 1999 hasta 2014 (siete de ellos, de 2007 al 2104 fue también vicepresidente del Parlamento Europeo), se comprometió con ellos a guiarles por las instituciones que durante un largo periodo de tiempo habían sido su casa. Acompañados de guía tan experto, los alcazareños visitaron la Casa de la Historia Europea ubicada en el Parque Léopold, en el corazón del barrio europeo, muy cerca del Parlamento Europeo en Bruselas, cuya exposición permanente guía al visitante por la historia del continente, desde los orígenes de Europa hasta el descenso a los infiernos de la guerra y el renacer de las cenizas en busca de una vida mejor. El presidente de la Sociedad Cervantina, Juan Bautista Mata Peñuela, hizo entrega a la Casa de la Historia de Europa, de un recuerdo conmemorativo de la visita. También pudieron visitar en toda su amplitud el Parlamento Europeo que impresionó a los manchegos por su magnificencia, visita en la que estuvieron acompañados por la eurodiputada ciudadrealeña Cristina Maestre. Y ya fuera de las visitas institucionales, los cervantistas alcazareños tuvieron ocasión de hacer un recorrido turístico por el centro de la ciudad belga, donde no podía faltar una visita de cortesía a nuestros insignes personajes don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, que sobre un plinto y a considerable altura, presiden la Plaza de España de Bruselas, vigilando permanentemente la aguja gótica del Ayuntamiento en la Gran Plaza. Sociedad Cervantina de Alcázar
Juan Miguel Madera visita la Comarca Quijote desde la República Dominicana Fecha de Publicación: 29/09/2024 Por primera vez, Juan Miguel Madera ha visitado Alcázar de San Juan y ha conocido Campo de Criptana y parte de la comarca Quijote, aunque ya conocía El Toboso patria de Dulcinea El dominicano Juan Miguel Madera presidente de la Fundación El Quijote de Madera es un apasionado del Quijote, un cervantista consumado, a la vez que un gran coleccionista de obra artística, tanto de pintura como de escultura de creadores de países centro americanos y sudamericanos, pero también de España, EE.UU. y Canadá. Juan Miguel que trabaja en la industria farmacéutica de su país, ha venido de Santo Domingo ex profeso para conocer a los cervantistas alcazareños tras haber mantenido contactos previos con ellos a través de las redes sociales. En esta visita en la que ha conocido los principales recursos turísticos de la ciudad, el Museo del Hidalgo, la colegiata de Santa María la Mayor (con su camarín de la Virgen del Rosario) parroquia desde 1226 -la primera de la diócesis de Ciudad Real- donde se conserva la partida de bautismo de un tal Miguel de Cervantes Saavedra, el Torreón del Gran Prior y los azulejos quijotescos de la Sala de Espera y Fonda de la Estación, obra de la cerámica trianera Mensaque Rodríguez y Cía., declarados Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Comunidades. También tuvo ocasión de subir al cerro de San Antón para visitar los molinos de viento y disfrutar del único paisaje de 360 grados de horizonte manchego que puede disfrutarse en nuestra Comunidad y con toda intensidad al atardecer. En otro de los días de su estancia, partiendo de Alcázar de San Juan, elegida como base del viaje, ha visitado en El Toboso el Museo Cervantino donde fue recibido por la alcaldesa Pilar Arinero y donde hizo entrega de un libro raro y muy difícil de encontrar “La justicia de don Quijote de la Mancha” de Salvador Jorge Blanco expresidente de la República. Posteriormente conoció el Centro de Interpretación del Molino Manchego en Campo de Criptana y sus molinos, inspiración de Cervantes para situar en ese lugar la aventura famosa de los molinos de viento. En todo momento estuvo acompañado por los miembros de la Junta Directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar con quienes ha suscrito un compromiso de hermanamiento a fin de colaborar en el futuro en cuantas actividades cervantinas sea posible. En la sede de los cervantistas alcazareños recibió el logo de la Sociedad, un detalle para que recuerde su visita a Alcázar de San Juan. Al propio tiempo, Juan Miguel Madera quiso agasajar a la asociación cultural alcazareña con la medalla conmemorativa del 475 natalicio de Miguel de Cervantes que la Fundación el Quijote de Madera -que preside-, acuñó con motivo de esta efeméride y que está avalada por la Sociedad Numismática Dominicana. Igualmente entregó un pasaporte de la República Quijotesca El Quijote de Madera para cada uno de los miembros de la Directiva alcazareña. También les obsequió con una serie completa de la primera puesta en circulación de sellos conmemorativos del 475 aniversario del nacimiento de Cervantes, que entre todos suman la redonda cifra de 475 pesos, y que fue emitida por la Sociedad Filatélica Dominicana. En esta visita, Juan Miguel Madera ha mostrado su deseo de entrar a formar parte como socio de esta asociación cultural con lo que las fronteras de la Sociedad Cervantina de Alcázar se extienden hasta el otro lado del océano Atlántico, llegando hasta el país hermano de la República Dominicana. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La adarga de ida y vuelta Fecha de Publicación: 15/09/2024 Suele representarse a don Quijote embrazando una rodela de acero (aunque bien pudo ser de cuero o madera). Es así durante la mayor parte del Quijote de 1605, pero en las primeras líneas de la novela leemos que Alonso Quijano disponía de una «adarga antigua» (se hacían de cuero) con la que afrontará sus primeras aventuras. Sin que se nos informe del motivo para la sustitución, nuestro hidalgo, ya acompañado de Sancho Panza, sale de nuevo de su casa llevando «una rodela que pidió prestada a un su amigo» (dQ1-7). Habremos de suponer que la adarga tampoco sobrevivió a la furia del mozo de mulas que acompañaba a los mercaderes toledanos. Dicho mozo, que no debía de ser muy bien intencionado, oyendo decir al pobre caído tantas arrogancias, no lo pudo sufrir sin darle la respuesta en las costillas. Y llegándose a él, tomó la lanza, y después de haberla hecho pedazos, con uno dellos comenzó a dar a nuestro don Quijote tantos palos, que, a despecho y pesar de sus armas, le molió como cibera…, y acudiendo por los demás trozos de la lanza, los acabó de deshacer sobre el miserable caído. (dQ1-4). No se menciona explícitamente la adarga entre los pertrechos que recogió Pedro Alonso en su encuentro con don Quijote en el camino de regreso a la aldea: Recogió las armas, hasta las astillas de la lanza, y liolas sobre Rocinante. (dQ1-5) Sea como fuere, don Quijote se valdrá de la rodela prestada durante treinta capítulos. La última alusión a la rodela la encontramos en la avalancha de sucesos vividos en la venta de Juan Palomeque: Salió en esto don Quijote, armado de todos sus pertrechos, con el yelmo, aunque abollado, de Mambrino en la cabeza, embrazado de su rodela y arrimado a su tronco o lanzón. (dQ1-37). Desde ahí al final, desaparece la rodela y reaparece la adarga: Él, sin responder palabra, se quitó el cordel de la muñeca, y, levantándose en pie, subió sobre Rocinante, embrazó su adarga, enristró su lanzón y, tomando buena parte del campo, volvió a medio galope, diciendo: —Cualquiera que dijere que yo he sido con justo título encantado, como mi señora la princesa Micomicona me dé licencia para ello, yo le desmiento, le rieto y desafío a singular batalla. (dQ1-44) …… salió al encuentro de don Quijote enarbolando una horquilla o bastón con que sustentaba las andas en tanto que descansaba, y recibiendo en ella una gran cuchillada que le tiró don Quijote, con que se la hizo dos partes, con el último tercio que le quedó en la mano dio tal golpe a don Quijote encima de un hombro —por el mismo lado de la espada, que no pudo cubrir el adarga—, con tan villana fuerza, que el pobre don Quijote vino al suelo muy mal parado. (dQ1-52). No cabe pensar que Cervantes use indistintamente «adarga» y «rodela» como sinónimos de «escudo», que siempre emplea para referirse a la moneda (equivalente a 16 reales de plata). En fin, ¡cosas de Cervantes! Renuncio a meterme en elucubraciones sobre el porqué de la sorprendente resurrección de la adarga. Quizá lo haga algún día. Enrique Suárez Figaredo Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Nuestro Socio de Honor, Enrique Suárez Figaredo, edita Remedio de jugadores de Pedro de Covarrubias Fecha de Publicación: 10/09/2024 . Esta obra del Siglo de Oro Español ha sido auspiciada por el Grupo de Investigación y Estudios Medievales del Mar del Plata (GIEM) La institución que ha promovido esta edición es el Grupo de Investigación y Estudios Medievales del Mar del Plata (GIEM), un Centro Interdisciplinario de Estudios Europeos, Facultad de Humanidades, perteneciente a la Universidad Nacional de Mar del Plata con sede en Funes 3350, (B7602AYL) Mar del Plata, Argentina. El grupo se fundó en el año 1997 y, desde entonces, bajo la dirección de Nilda Guglielmi (recientemente fallecida) y la codirección, primero, de Miguel Ángel Barbero (1997-2005) y, posteriormente, de Gerardo Rodríguez (2006 hasta la fecha actual). Sus aportes en el campo de los estudios medievales en la Argentina resultan significativos: el GIEM brinda un espacio institucional a profesores e investigadores consolidados, así como a jóvenes becarios y alumnos, para el desarrollo de proyectos de investigación sobre temáticas diversas: exegética y hermenéutica, género, urbanismo, tradición e innovación, historia de los sentidos, entre otras. Remedio de Jugadores, del Rvdo. Pedro de Covarrubias, dominico, se imprimió por vez primera en 1519 en Burgos (de este ejemplar se han inspirado para la cubierta) y está catalogado como un libro de ciencias y matemáticas, aunque se trata fundamentalmente de un análisis sobre el juego. Cierto es que Remedio de jugadores nunca estuvo en la lista de trabajos pendientes de Enrique Suárez, pero a solicitud del filósofo argentino Nicolás Martínez y como socio de la SCA (que recibió la solicitud de colaboración), aceptó preparar el texto, previo acuerdo de que había de ceñirse a los habituales criterios de edición para textos clásicos castellanos, con rigor filológico, sin recurrir a una adaptación a la lengua de nuestros tiempos que le habría restado encanto. Como dice Nicolás Martínez Sáez en un magnífico prólogo, en que nos presenta la obra y habla de su contenido: «Remedio de jugadores está dividido en un prólogo y en tres partes. En el prólogo, el autor advierte los peligros que juegos como los dados hacen para quien más sabe de su arte, dejando al jugador con necesidades y lleno de descontento. Las consecuencias del juego de dados son ruinosas: muere el amor de los hombres, reina el desacato de Dios, hay contiendas, amenazas, muertes, pérdida del seso, engaño, perjurios y blasfemias. Sin embargo, la crítica hacia el juego que guía a Remedio de jugadores no se fundamenta tanto en los aspectos idolátricos o supersticiosos como sí lo estaban las obras de los primeros cristianos sino en algo más prosaico y vulgar: la pérdida de tiempo que ocasionan los juegos. El mayor mal del juego es que nos hace perder el tiempo de nuestra vida y como la salvación se da en el tiempo humano, perder el tiempo es perdernos». Sigue diciendo Nicolás Martínez: «Así entonces, en la primera parte, se ocupa de los juegos lícitos y honestos. Siguiendo a Aristóteles, a Séneca y a Tomás de Aquino, asume que, así como el cuerpo se fatiga y necesita descanso, lo mismo sucede con el espíritu que, en ocasiones, incluso cuando el cuerpo duerme, el ingenio sigue trabajando. Por lo tanto, el alma descansa con delectación o distracción y como el juego es dicho [jocus] o hecho [ludus] con el cual se procura delectación, Covarrubias concluye que el juego es necesario para la vida humana. Particularmente interesante son las observaciones sobre el ajedrez, juego del género humano que el autor considera de ingenio e industria, provechoso no solo para huir del tedioso y triste ocio sino para contemplar analogías entre las funciones de las piezas y sus semejanzas con la realidad. En la segunda parte del tratado, se abordan los llamados juegos prohibidos, malos o diabólicos entre los que se describen los duelos, la caza que pone en peligro de muerte al cazador y la corrida de toros que, de origen supersticioso, lastima con picas a los toros para hacerlos más rabiosos y hacer daños a otras gentes. En la tercera parte del tratado, el autor delinea una serie de acciones a seguir por los confesores que, como una de sus labores, examinan la con-ciencia de los jugadores. Covarrubias elabora así una especie de mapa del delito lúdico en el que es posible identificar circunstancias en las que el dinero que se apuesta debe restituirse o bien conservarse de manera legítima. Covarrubias no puede aceptar que el juego sea una ocupación con la que ganarse la vida, sino que todo hombre debe ser obligado a vivir de alguna industria o trabajo, espiritual o corporal, necesario o provechoso para la república, es decir, para el bien público. Esto es debido a que Dios manda que comamos el pan con el sudor de nuestra frente». Y para finalizar esta breve reseña, cito unas palabras de Nico Martínez: «Hasta donde nos consta, Remedio de jugadores no tiene ediciones críticas, ni adaptaciones, ni traducciones, ni modernizaciones desde el siglo XVI en que se publicó, lo que lo constituye en un material inédito y útil para indagar en la valoración ética, filosófica y cultural de los juegos hacia finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento. Son también muy pocos los académicos que se han interesado seriamente por esta obra y es una excepción el libro del antropólogo español José Antonio González Alcantud, Tractatus ludorum. Una antropología del juego (1993), a quien le debo un enorme agradecimiento por haberme puesto ante mis ojos el texto de Pedro de Covarrubias». Por tanto, desde la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, nuestro enorme agradecimiento a Enrique Suárez Figaredo por el maravilloso trabajo de edición, que nos permite una vez más tener en nuestras manos una obra del Siglo de Oro que de otro modo jamás hubiéramos podido conocer. El texto puede descargarse gratuitamente desde este enlace: . Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
AGS_EST_LEG_1138, 77 Y 78 Fecha de Publicación: 16/08/2024 Este título corresponde a la signatura de un documento guardado en el Archivo General de Simancas. No traten de encontrarlo en el Portal de Archivos Españoles (PARES), solo leerán “No se han encontrado datos”. Este documento fue la estrella, porque nunca se había mostrado en público, en la exposición realizada en el Archivo General de Simancas, entre el 11 de octubre de 2016 y el 1 de marzo de 2017, con el título Cervantes en Simancas y en los Archivos Estatales. Contiene una carta de don Juan de Austria a su hermanastro el rey Felipe II (AGS_EST_LEG_1138, 37), firmada en Palermo el 19 de marzo de 1572, y una relación de personas a los que se les había recompensado principalmente por las heridas recibidas en la batalla de Lepanto (AGS_EST_LEG_1138, 38), compuesta el día 15 del mismo mes: Con esta va la relación de las personas a quien se an repartido ayudas de costa a la mayor parte para se curar de las heridas que tuvieron en la batalla, y a otras para ayudarlas a la extrema necessidad en que estaban. No quiero disculparme de que la suma que se a dado aya sido mucha porque pienso haber servido a V. M. muy particularmente en ir ayudando a hombres tan necessitados y que también pelearon en ocassión tan onrada. Antes vuelvo a supplicar a V. M. de nuevo mande tener mucha quenta con que se haga merced a los que se señalaron en aquella ocassión para que ellos y los demás tomen ánimo de hacer lo mismo en otras semejantes como espero en Dios que lo harán. Al Veedor general y contador e ordenado que saquen una relación de los soldados que an quedado mancos y maltratados de la batalla para enviarla a V. M. aunque a estas oras la mayor parte dellos se an ido a Nápoles y a essos reinos con cartas mías, que es lo que a mí me a tocado y con lo que les e podido ayudar. Detalle del folio 1 del documento AGS_EST_LEG_1138, 37 La relación de personas realizada por el contador resume las cantidades entregadas desde poco después de la batalla hasta el día que se firma este documento, el 15 de marzo de 1572: «Relación de las personas a quienes por orden de su Alteza se han dado ayudas de costa desde los trece de noviembre del año mil quinientos y setenta y uno hasta quince de marzo mil quinientos y setenta y dos» Detalle del folio 1 del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 La importancia que tuvo en aquella exposición este documento venía porque en la relación de heridos recompensados estaba Cervantes, también conocido por el Manco de Lepanto, con veinte ducados. Detalle del folio 5v del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Para dar aún más valor a este documento, los comisarios de la exposición señalaron que en esa misma relación de personas había otro Cervantes y con el mismo nombre que el autor del Quijote. Imagen de la vitrina de la exposición. Fotografía y subrayado de Luis M. Román En la tarjeta, junto a los documentos, se podía leer: En la relación aparecen dos soldados con el mismo nombre, “Miguel de Cervantes” y “Miguel Cervantes”. El primero, el escritor, con otras trescientas noventa y seis personas, como expresa la relación, han servido señalada y particularmente el día de la batalla que se dio a la armada del turco [Lepanto] en que salieron heridos y mucha parte dellos mancos; el otro, forma parte de las trece personas que se alzaron con una galera turquesa y se vinieron desde La caramanía, con ella, hasta Mesina. ¿Podría haber sido alguno de ellos el Miguel de Cervantes huido hacía unos años de Madrid, o de Sevilla? En la relación no están solo “hombres de mar y de guerra” embarcados en las galeras que seguían heridos cinco meses después, sino también quienes habían pasado por el hospital y habían ya partido a sus nuevos destinos, además de otras personas que «para ayudarlas a la extrema necesidad en que estaban» se les repartió cierta cantidad de dinero. No son todos los heridos de la flota cristiana, sino solamente quienes iban embarcados en las galeras españolas y “hombres de guerra” de varias compañías de los Tercios españoles que fueron destinados en galeras de Sicilia, Venecia y de Juan Andrea Doria. Los heridos totales de la flota cristiana fueron muchos más, teniendo en cuenta lo comunicado por el propio don Juan de Austria, capitán general de la flota, a don García de Toledo poco antes de partir de Mesina: «Tengo conmigo 208 galeras, 26000 infantes, 6 galeazas y 24 naves». El resumen final del contador Padilla reafirma la intención de don Juan de premiar a quienes sufrieron heridas durante el combate: Monta todo lo que assi se ha dado a las susodichas cuatrocientas y nueve personas de ayudas de costa por haber servido señalada y particularmente el día de la batalla que se dio a la armada del turco, a los siete de octubre mil quinientos y setenta y uno, con la de la Santa Liga, que salieron heridos y mucha parte dellos mancos, diez y siete mil sesicientos y seis escudos, dos reales y seis granos, de a diez reales cada escudo, en la cual suma van incluso quatrocientos y sesenta escudos que se han dado a trece personas de las que se alzaron y salvaron últimamente en una galera turquesa que se alzaron en La Caramanía y la trujeron a Mesina. Analizando el documento encontramos relacionados “hombres de mar y de guerra”, caballeros y nobles españoles, cirujanos, oficiales de bastimentos, artilleros… y esas «trece personas de las que se alzaron y salvaron últimamente en una galera turquesa que se alzaron en La Caramanía y la trujeron a Mesina». Detalle del folio 8 del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Al inicio del folio 8 podemos leer: A trece personas de las que se alzaron con una galera turquesa y se vinieron desde La Caramanía con ella hasta Mesina se les dieron cuatrocientos y sesenta escudos en la manera siguiente: [1] -A Martín Bueno que fue el que comenzó la platica de alzarse con la galera, cien escudos – 100 escudos [2] -A Francisco de Guzmán spalder que mató al capitán de la galera cincuenta escudos – 50 escudos [3] -A Casarín de la Cruz otro espalder otro tanto – 50 escudos [4] -A Marco Moreno, renegado, con quien se concertó el negocio otro tanto – 50 escudos [5] -A Martín de Nica, otro renegado por el mismo efecto otro tanto – 50 escudos [6] -A Marco Vicencio Barbero, mozo de cámara que dio armas a los cristianos veinte escudos – 20 escudos [7] -A Juan de Tavormina el otro mozo de cámara que hizo el mismo efecto otro tanto – 20 escudos [8-13] -A Diego Díaz, Nicolás calabrés, Moreto calabrés, Miguel de Palermo, Francisco de Palermo y Simón napolitano que se hallaron desherredados al tiempo que se alzaron con la dicha galera y ayudaron veinte escudos a cada uno, que son ciento y veinte escudos – 120 escudos ¡Ninguna de estas valientes trece personas era uno de los dos Cervantes, tal y como se afirmaba en la exposición! El primero de los Cervantes lo encontramos en el folio 5v y el otro en el folio 8v, precisamente el último de las personas que componen esta relación. Entre los “hombres de mar” resultaron heridos o recompensados económicamente el patrón y tres cómitres de la galera Real, y cinco pilotos. Los “hombres de guerra” fueron los heridos más numerosos, sin duda alguna, teniendo en cuenta que los Tercios embarcados en las galeras fueron cuatro: el Tercio de Nápoles a las órdenes de don Pedro de Padilla con doce compañías y un total de 1756 soldados, el Tercio de Sicilia a las órdenes de don Diego Enríquez con catorce compañías y un total de 1944 soldados, el Tercio de don Lope de Figueroa con dieciséis compañías y 2208 soldados, y el Tercio de don Miguel de Moncada con once compañías y 1806 soldados. Cada compañía de infantes embarcada tenía a su mando un capitán. Del total de cincuenta y tres capitanes embarcados, cuarenta resultaron heridos, la gran mayoría. Cuarenta y un alféreces y cuatro sargentos también sufrieron algún tipo de herida que los obligó a estar durante algún tiempo en el hospital. Además de la infantería a sueldo de los Tercios, también se embarcaron caballeros de distintas órdenes militares, nobles y gentilhombres junto con varias decenas de soldados y servidores a su costa, estando repartidos entre todas las galeras españolas. Setenta caballeros y nobles resultaron también heridos. Es muy posible que la gran mayoría de las personas relacionadas sin cargo reconocido en esta relación fuesen soldados y otros componenetes de los Tercios, así como soldados y sirvientes de caballeros y nobles. Las galeras iban para la ocasión especialmente artilladas con cañones, culebrinas, falcones y otros armamentos que eran cargados y manejados por artilleros. No se relacionan sus nombres, pero son trece los artilleros recompensados con ocho escudos cada uno junto a su capitán, este con cuarenta escudos. En cada galera iban también cirujanos preparados para prestar los primeros auxilios a cuántos caían heridos. Don Juan de Austria reconoció su gran desempeño durante aquel largo día premiando «A los cirujanos de las compañías de España mil y quinientos reales de ayuda de costa por lo que trabajaron en curar las heridas…». De ellos, dos también resultaron heridos. Tampoco se olvidó de quienes estuvieron al frente de los víveres embarcados, repartidos cuantiosamente el día anterior y la mañana de la batalla, premiando a los «oficiales de bastimentos» con cincuenta y cuatro ducados a repartir entre ellos. En la gran mayoría de los relacionados no consta cargo alguno, aparte de los anteriormente mencionados, por lo que desconocemos qué cometido tenían en las galeras, excepto el soldado Luis de Almazán, premiado con diez escudos. Este soldado fue relacionado antes que el segundo Cervantes. Detalle del folio 8v del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Las galeras navegaron ese día principalmente impulsadas por remos, movidos por miles de galeotes, la gran mayoría cumpliendo condenas por delitos cometidos en España. En este documento no se hace relación de ninguno. Es muy posible que viéndose libres de sus grilletes, por orden de don Juan de Austria, incluso los heridos emprendieran su nueva vida lejos de allí sin dejar rastro. O se habilitase otro hospital para esta “gente de remo” o chusma, como se les conocía en aquel tiempo. Hay que tener en cuenta que los hospitales militares no eran totalmente gratuitos, se les atendía a cambio de un real de su sueldo al mes y a excepción de los galeotes profesionales, la chusma no disponía de paga alguna. Entre las personas heridas en la batalla, y que también recibieron ayudas de costa, encontramos al embajador Gregorio Protonetary, al hijo del rey de Túnez el infante Muley y a una mujer, sí una mujer embarcada en una galera española, de nombre Roseta Ossorio, hija de Luis Ossorio, otro de los heridos. Y una tal don Lope de Vega, homónimo del gran poeta y dramaturgo madrileño, que por sus heridas recibió ochenta ducados. Detalle del folio 6 del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Por la relevancia en la Monarquía Hispánica de alguna de estas personas, que estuvieron en aquella batalla y que resultaron heridos, me quiero parar en algunas de ellas en las que en su biografía se hace constar precisamente su presencia en tan importante batalla. Detalle del folio 1 del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Don Guillén de San Clemente recibió por orden de don Juan de Austria ciento cincuenta ducados por sus heridas. Hijo de Pedro Juan de San Clemente, maestresala del rey Fernando El Católico, nació en Barcelona en 1539. Soldado distinguido en el campo de batalla, había servido en las revueltas moriscas de Granada antes de embarcarse en la armada cristiana para la batalla contra el turco, para después servir en Flandes. Es nombrado caballero de la Orden de Santiago en 1580 por Luis Fernández Manrique, marqués de Aguilar y comendador de Socuéllamos, en presencia del rey Felipe II, siendo nombrado después embajador en Saboya y Praga, donde muere en 1608. Fue comendador del Horcajo y de Moratalla. Don Pedro de Ulloa nació en Portillo (Chile) en 1554. Con diecisiete años está en la batalla de Lepanto a bordo de la galera española San Francisco, por el centro de la flota cristina. Herido en el combate recibió setenta ducados. Después de curarse de sus heridas estuvo en las jornadas de Navarino, Túnez y La Goleta, donde resultó nuevamente herido, hecho prisionero y llevado a Túnez, donde estuvo cautivo durante dieciocho meses. En 1586, con treinta y dos años, embarcó hacia las Indias nombrado corregidor de Potosí. Después de pasar por distintos cargos es nombrado gobernador, capitán general y presidente de la Real Audiencia de Chile en 1621, donde muere en 1624. Con muchas de estas personas pudo mantener Cervantes alguna conversación durante el tiempo de convalecencia en el hospital, y quizás entablar cierta amistad como para servirle de modelo vivo en su Quijote. Detalle del folio 4v del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 A Pedro de Bustamante le entregaron treinta ducados. No sabemos nada de esta persona, pero este nombre aparece en la primera parte del Quijote. Mientras estaban don Quijote y Sancho en la venta de Sierra Morena, el Cautivo les narra su estancia en Argel, como se escapa y llegan a las costas de Vélez Málaga, cuando hasta el grupo de cristianos llegan unos hombres a caballo alertados por un pastor, creyéndolos moros: Sí, dije yo; y queriendo comenzar a decirle mi suceso y de dónde veníamos y quién éramos, uno de los cristianos que con nosotros venían conoció al jinete que nos había hecho la pregunta, y dijo, sin dejarme a mí decir más palabra: —¡Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido! Porque, si yo no me engaño, la tierra que pisamos es la de Vélez Málaga, si ya los años de mi cautiverio no me han quitado de la memoria el acordarme que vos, señor, que nos preguntáis quién somos, sois Pedro de Bustamante, tío mío. Apenas hubo dicho esto el cristiano cautivo cuando el jinete se arrojó del caballo y vino a abrazar al mozo, diciéndole: —¡Sobrino de mi alma y de mi vida! Ya te conozco, y ya te he llorado por muerto yo, y mi hermana tu madre, y todos los tuyos, que aún viven y Dios ha sido servido de darles vida para que gocen el placer de verte. Ya sabíamos que estabas en Argel, y por las señales y muestras de tus vestidos y la de todos los desta compañía, comprehendo que habéis tenido milagrosa libertad. Este documento, magníficamente conservado, es un viejo conocido en los cajones del Archivo General de Simancas. Al menos se conoce su existencia desde 1849 cuando es copiado para don Luis López Ballesteros, director de la Real Academia de la Historia, el 24 de noviembre de 1849. Detalle de la cubierta de la carta de don Juan de Austria En la cubierta de la carta de don Juan de Austria, junto a su sello, aparece la anotación de la copia del documento y otra primera anotación: «Aquí dentro Miguel de Cervantes agraciado con 22 escudos de ventaja» Detalle del folio 8v del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Detalle del folio 5v del documento AGS_EST_LEG_1138, Es curioso que el autor de esta anotación se refiera al segundo Cervantes del documento (folio 8v): «-A Miguel Cervantes veinte y dos escudos – 22 escudos», junto a la anotación al margen de «ojo». El primer Cervantes (folio 5v) recibe 20 ducados, y junto al nombre una «X». El paso de Cervantes herido por el hospital de Mesina es un hecho histórico documentado, ¿qué anotan los biógrafos cervantinos sobre esta parte de la vida del autor del Quijote? Luis Astrana Marín en Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra (1949): En 15 de Enero de 1572 se dispuso le entregasen veinte ducados de ayuda de costa. Ocho días después recibió otros veinte, por una libranza suelta de gastos secretos y extraordinarios de don Juan. En 9 de Marzo le agregan veinte ducados de a once reales, «para acabar de curar de las heridas» (1), y en 17 del mismo mes, junto a otras personas beneméritas de la batalla, percibe veintidós escudos (2). (1) «A 9 del dcho. Mes se dio cedula para el pagador Juan Morales de Torres, de veynte ducados de a onze reales a Miguel de cervantes de ayuda de costa para acabar de curar de las heridas que resçibio en la batalla».-Palermo. 9 de Marzo de 1572. (Archivo General de Simancas. Estado, libro 9, fol. 55) (2) Justificación de ayudas de costa pagadas por órdenes de don Juan de Austria a diversas personas, «por lo bien que habían servido en la jornada del año pasado del mil quinientos y setenta y uno…» – «A miguel servantes -22 escudos. –Palermo, 17 de Marzo de 1572 Andrés Trapiello en Las vidas de Miguel de Cervantes (1993): Cervantes pasó en el de Mesina unos cuantos meses, con el único alivio de las visitas del héroe de Lepanto, don Juan, que proveyó al hospital de su pecunio para el mantenimiento y cuidado de los enfermos, de modo que Cervantes, como el resto de sus compañeros, recibió en tres ocasiones un socorro de veinte ducados de las arcas del duque. Jean Canavaggio, en Cervantes (2003): Sólo hay una cosa segura: entre enero y marzo de 1572, recibió en tres ocasiones, lo mismo que sus camaradas, un socorro de veinte ducados, precio de los cuidados que le habían sido dispensados. Jorge García López, en Cervantes: La figura en el tapiz (2015): Así, por ejemplo, dos pagos realizados el mes de enero de 1572 en Mesina fueron «libranzas sueltas a favor de los heridos en la batalla de Lepanto», donde suponemos que Cervantes está internado recuperándose. Pero ya el 9 de marzo recibe en Palermo un pago «para acabar de curar las heridas que resçibió en la batalla», un pago que se repite el día 17 de marzo en Palermo. José Manuel Lucía en La juventud de Miguel de Cervantes (2016): El 23 de enero de 1573 en la justificación de las ayudas pagadas por orden de don Juan de Austria a 335 soldados que «habían quedado heridos, necesitados o maltratados» en la batalla de Lepanto, se encuentra Miguel de Cervantes, junto con su amigo Gabriel López Maldonado. Todos ellos reciben 20 ducados En las libranzas de pagos realizados en el mes de marzo de 1572, que anota Astrana, aparecen dos Cervantes: «Miguel de cervantes» que recibe veinte ducados y «miguel servantes» que recibe 22 escudos. Están en documentos distintos, pero los nombres, y cuantías que reciben, son los mismos que encontramos en el AGS_EST_LEG_1138, que como anota el contador en él es la «Relación de las personas a quienes por orden de su Alteza se han dado ayudas de costa desde los trece de noviembre del año mil quinientos y setenta y uno hasta quince de marzo mil quinientos y setenta y dos», por tanto un resumen a enviar al rey. ¿Por qué no tuvo acceso Luis Astrana Marín a este documento tan revelador? y si lo tuvo ¿por qué no hizo referencia a él? Como en el documento queda evidenciado, embarcados en las galeras españolas que lucharon en Lepanto estuvieron dos personas con el mismo nombre y el mismo apellido, que corresponden con el del autor del Quijote. Los dos quedaron heridos y los dos posiblemente mancos, el autor del Quijote sin duda alguna. Así lo afirmaba él mismo en el Prólogo de sus Novelas ejemplares (1613): Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo: herida que aunque parece fea él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros… Dos Migueles y de apellido Cervantes en Lepanto y los dos heridos, ¿es este el motivo por el que algún custodio del cervantismo español decidió guardar este documento en un cajón, al menos ciento sesenta y siete años? Si esto ha pasado así, ¿hay más documentos sobre la vida de Cervantes celosamente guardados en ese mismo cajón secreto? ¿Por qué en la exposición se muestra parte del documento, pero tratando de borrar al segundo Cervantes de la batalla de Lepanto camuflándolo entre trece valientes que liberaron una galera turca? ¿fue un simple error o fue intencionado? Solicitada una copia del documento AGS_EST_LEG_1138, 77-78, esta la recibo desde el mismo Archivo General de Simancas el día 17 de marzo de 2017. Los datos generales de la flota cristiana y de la batalla son de Alessandro Barbero en Lepanto (2011) y las notas a las biografías de Guillén de San Clemente y Pedro de Ulloa están tomadas de Javier Arienza y Julio Retamal respectivamente en DBe RAH. Las citas del Quijote y las Novelas ejemplares son de la edición digital de Enrique Suárez Figaredo: Haz clic para acceder a 04072022122242.pdf Haz clic para acceder a 29012019132713.pdf Luis Miguel Román Alhambra PUBLICADO EN EL BLOG: ALCÁZAR LUGAR DE DON QUIJOTE
Anatoly E. Karpov, el campeón del mundo de ajedrez que visitó Alcázar de San Juan en dos ocasiones Fecha de Publicación: 13/08/2024 En la foto, Anatoly Karpov saludando a Manuel Galindo al comienzo de la partida. Foto aportada por el propio Manuel, a través de su amigo el árbitro internacional Eduardo López Rodríguez . Se trata, sin duda, de uno de los mejores ajedrecistas de la historia: Anatoly Eugenevich Karpov, nacido en Zlatóust, región de Cheliábinsk (Rusia central) el 23 de mayo de 1951 (73 años), aprendió a jugar al ajedrez con 5 años con su padre Eugene Stepanovich, se perfeccionó en la escuela de Mijail Botvinnik, un genio de la estrategia y de la evaluación posicional. La escuela de Botvinnik también era una escuela para la vida. Karpov recibió una profunda huella en su personalidad tras su paso por ella. Como él mismo dijo: «Tuve suerte en la vida. Entré en la escuela de Botvinnik. No puedo negar que me aportara un montón de ideas sobre el ajedrez, pero también me aportó una actitud ante la vida. Botvinnik pensaba que un jugador de ajedrez sin educación no podía convertirse en Campeón del Mundo. La educación aporta estabilidad, incluida la estabilidad mental. Siempre me tomé en serio la educación». Fue el Gran Maestro más joven de Rusia y dio un enorme salto cualitativo bajo la tutela del Gran Maestro Semyon Abramovich Furman. Fue Campeón del Mundo desde 1975 a 1985 y Campeón Mundial versión FIDE desde 1993 a 1999. Ha sido campeón del mundo por un periodo de 16 años, ganó tres veces el campeonato de Rusia, quedó primero en más de 140 torneos disputados a lo largo de todo el mundo y consiguió once veces el Óscar de Ajedrez. Su impresionante palmarés y su fuerza de juego le ha permitido estar 38 años (entre 1971-2009) en la clasificación de los cien mejores jugadores del mundo. Anatoly marchó en 1968 a estudiar a la Universidad de Moscú, donde gano su primer torneo universitario, pero enseguida dejó la Facultad de Mecánica y Matemáticas de la Universidad de Moscú y se trasladó a Leningrado (para seguir progresando con Furman), a la Facultad de Economía de la Universidad de esta ciudad, donde estudio Economía y consiguió su Doctorado en Economía. Actualmente es profesor honorífico de la Escuela Superior Internacional de Negocios de Moscú. Karpov es además un grandísimo aficionado a la filatelia, colecciona sellos desde los 13 años y hay quien dice que es uno de los tres mayores coleccionistas del mundo, he leído que su colección de sellos está valorada en más de un millón y medio de euros. En 1987 y mientras disputaban en Sevilla el campeonato del mundo de ajedrez Anatoly Karpov y Gari Kasparov, el ayuntamiento de Alcázar de San Juan tuvo la idea de traer a Alcázar de San Juan a uno de los dos mejores ajedrecistas del mundo con el objeto de que disputase una serie de partidas simultáneas contra los aficionados de la ciudad que se atreviesen a ello. Siendo alcalde Anastasio López Ramírez y gracias a las gestiones de la Concejalía de Cultura con Ángel Montealegre a la cabeza y con la intermediación del empresario toledano Miguel Sánchez-Infante Padilla, se contactó con Karpov que finalmente se clasificó subcampeón del mundo y gracias a su amabilidad y buena disposición, pudo venir a nuestra ciudad. Pero fundamentalmente vino a Alcázar porque tenía un interés especial en la Mancha ya que fue la persona que cerró el ciclo de amistad en un grupo hispano-ruso que ya funcionaba para asuntos cinematográficos. Él fue quien favoreció el contacto de Sánchez-Infante con el cineasta ruso Rezo Chjeídze, quien se desplazó a España a rodar una ambiciosa serie de casi doce horas de duración para la Radiotelevisión de la URSS, basada en la novela de Cervantes, Don Quijote de La Mancha, titulada “La vida de Don Quijote y Sancho Panza” (Tskhovreba Don Kikhotisa da Sancho Panchosi -1988-) que rodó en exteriores de Tomelloso, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, El Toboso, Argamasilla, Ruidera o el Corral de Comedias de Almagro, incluso en algunas calles de Madrid y las ciudades de Bilbao o Toledo, como un guiño a quienes colaboraron y financiaron la serie en la que también participó Euskal Telebista, así como la empresa de Miguel Sánchez-Infante, Procint, que financió el viaje y la estancia del personal de rodaje y elenco de actores en España y en la que como curiosidad intervino Paloma Botín en el papel de Dorotea. El miércoles 12 de octubre de 1988, Anatoly Karpov llegó a Alcázar de San Juan sobre las 12 horas, acompañado por el presidente de la Federación Española de Ajedrez, Román Torán, así como por Miguel Sánchez-Infante encargado de promoción y marketing de la Federación. Fueron recibidos por el alcalde de la ciudad Anastasio López, por el concejal de cultura Ángel Montealegre y por Juan Garrido concejal de deportes. Estuvieron también presentes Pedro Carbayo y Nereo Tejera, como representantes de la sección de ajedrez del patronato Municipal de Deportes de Alcázar de San Juan. En esta visita, el alcalde de Alcázar de San Juan obsequió a Anatoly Karpov dos figuras de madera una de don Quijote y otra de su escudero Sancho Panza. Con su visita demostró la solidaridad para con el pueblo alcazareño tras haber sufrido una fortísima tormenta de granizo apenas unos días antes, el 30 de septiembre. Su llegada se produjo exenta de boato, tal como es él, una persona sencilla que se dedica a jugar al ajedrez y a ser solidario cuando corresponde, conviene recordar aquí que de la bolsa del Torneo de Londres 1986 (de revancha por el título Mundial), tanto él como Kasparov, donaron 650.000 dólares a los damnificados por el accidente de la central nuclear de Chernóbil. La sesión de simultáneas de celebró en el Hotel Barataria donde se formó un rectángulo con las mesas de los retadores, situados sentados tras sus tableros y trebejos, desde cuyo interior el campeón se iba desplazando de un tablero a otro respondiendo a cada jugada de sus contrincantes. Durante casi cuatro horas, Karpov recorrió de forma sucesiva los 32 tableros (cifra superior a la que habitualmente acepta), cuyos rivales habían sido elegidos -según la prensa de la época- al azar, por la sección de ajedrez local. Muchos jugadores comenzaron a eliminarse a partir de las jugadas 20-22 antes de recibir jaque mate. Cincuenta jugadas fueron las que le resistió el último de los participantes en abandonar la contienda, el joven jugador Pío Jesús García, de Socuéllamos, con 10 años y campeón provincial infantil de Ciudad Real, quien se lamentaba de haber sufrido la pérdida de un peón desde el comienzo de la partida lo que le hizo arrastrar una desventaja suficiente como para hacerle perder la partida. Tres participantes consiguieron la hazaña de lograr unas tablas frente al campeón: Pedro Brunner, que ofreció tablas a Karpov y tras examinar la partida las aceptó. Pedro Camacho que, tras una clara superioridad blanca al inicio, consiguió un final más favorable para las negras, dando así por buenas el campeón ruso unas tablas. Y Manuel Rayo Gutiérrez de Puertollano, campeón juvenil de Castilla-La Mancha, que considero que Karpov le dejó jugar sin apretarle demasiado y que fue consciente de haberse enfrentado a todo un subcampeón del mundo y uno de los mejores ajedrecistas de la historia. La única mujer que tomó parte de las simultáneas fue Marta García Castellanos, de 10 años, que aguantó en su silla hasta casi el final, pero también con resultado adverso y que reconoció ponerse excesivamente nerviosa cada vez que le tocaba mover. No en vano se enfrentó a un jugador excepcional que imponía con su sola presencia y eso sin mirar su palmarés… Por tanto, el resultado final de las partidas simultáneas en Alcázar fue de +29 -0 =3 para Anatoly E. Karpov. No me gustaría pasar por alto mi felicitación a Betsabé Alhambra por el sensacional relato que hizo de este extraordinario evento deportivo publicado en el diario Lanza. Y vaya mi agradecimiento especial a Manuel Galindo de Campo de Criptana, antiguo profesor y propietario de la Óptica Galindo, reconocido jugador de ajedrez, por facilitarme fotos del evento, a través de nuestro amigo común Eduardo López Rodríguez, arbitro internacional y organizador de torneos de ajedrez, que además conoce personalmente a “Tolia” por haberle arbitrado en diferentes torneos. Fotografía cedida por Juan Garrido Morales, Concejal de Deportes, primero por la derecha Para que nos podamos hacer una idea de la enorme competitividad de Karpov, basta señalar un hecho ocurrido en fecha mucho más reciente y publicado en la Revista de ajedrez especializada “Peón de Rey”, donde en el número “Homenaje a Karpov”, figura un artículo de su redactor jefe, Jorge I. Aguadero Casado, que refiere lo siguiente: “Les compartiré una confidencia: en el bar del museo, conversando titulados internacionales que no quisieron perderse el evento, se oyó el comentario “(…) es increíble que Anatoli, que ha dado tantísimas simultaneas en su vida, dedique tanto tiempo a cada jugada frente a aficionados. Cualquiera iría mucho más rápido”. A lo que un fuerte gran maestro respondió admirado: “Es lo que tienen los tipos duros. Tolia no juega; protege su legado”. Esta anécdota corresponde a la celebración de unas simultáneas disputadas contra 19 oponentes -muchos de ellos federados y de buen nivel-, con motivo de una de las actividades de El Llobregat Open Chess Tournament, en el Museo Marítimo de Barcelona el 7 de diciembre de 2021, estando el maestro a punto de cumplir los 70 años, en las que obtuvo un resultado favorable de +19 -0 =4. De ahí lo importante que es para cualquier oponente arrancarle unas tablas al genio y muy pocos pueden decir que han igualado en una partida contra él. Anatoly Karpov investido Escudero de la orden de los Sanchos Apenas transcurridos 9 meses de su primera visita a Alcázar de San Juan, el martes 4 de julio de 1989, Anatoly Karpov volvió de nuevo a nuestra ciudad, esta vez al frente de una delegación del Foro Soviético de la Paz, organización social de la que era el presidente. Esta entidad, cuyos objetivos eran impulsar la diplomacia popular, impulsar los contactos amistosos entre personas, especialmente el intercambio entre jóvenes y niños. Muy ambiciosos sus objetivos para disponer de medios reducidos, así como sus aspiraciones: “la tarea más importante del Fondo Soviético de la Paz consiste en fortalecer la paz, construir un sistema global de seguridad internacional, crear premisas políticas y morales para la supervivencia de la humanidad y resolver los problemas mundiales dando prioridad a los valores universales” … ¡Casi nada al aparato! Una buena cartera de objetivos para conseguir apoyos económicos y colaboraciones institucionales. El propio Karpov bromeó sobre su vuelta a Alcázar de San Juan y su gusto por esta comarca diciendo que «la última vez había venido solo y ahora había vuelto acompañado con más gente». De nuevo, el grupo de Sánchez-Infante fue el encargado de coordinar a Alcázar de San Juan, la visita del Fondo Soviético de la Paz, en su primer viaje a España y tras visitar los Ayuntamientos de Toledo y Madrid (donde fueron recibidos por el alcalde Rodríguez Sahagún) y la Asamblea de Madrid donde los recibió su presidenta María Rosa Posada. La delegación rusa la formaban diecisiete personas entre las que se encontraba el propio ajedrecista. En la recepción en el Ayuntamiento el alcalde entregó a Anatoly Karpov la medalla de oro de la ciudad de Alcázar de San Juan, distinción que suele entregarse a ministros, altos dignatarios y autoridades que nos visitan. Una de las curiosidades de esta visita fue que se pudo ver vestido con un traje regional ruso al alcalde de Alcázar de San Juan, Anastasio López Ramírez, que en un gesto de cortesía con los visitantes lo lució durante unos minutos en el acto de confraternización que ambas delegaciones, rusa y alcazareña, celebraron en el restaurante Barataria. Pero el verdadero motivo de la visita fue la investidura de Anatoly Karpov como Escudero de la Orden de los Sanchos, también conocida por la orden de Sancho Panza. Este evento, tuvo lugar en la silla de la Platera donde con el protocolo habitual diseñado para este acto, ataviado con el blusón, la faja roja y las alforjas colgadas de su hombro, pasó a formar parte de esta universal cofradía a la que pertenecen numerosas personas ilustres y famosas de aquel tiempo, tanto españolas como extranjeras, como es el caso del ex campeón del mundo de ajedrez, Anatoly Karpov. La conocida y afamada Orden de los Sanchos, trabajó incansablemente para difundir el nombre de Alcázar de San Juan por el mundo y para situarnos en el circuito mundial del turismo, especialmente el que tenía como destino la Mancha. Innumerables personalidades de la cultura, la política, la empresa, las artes o el deporte, pasaron por la silla de Sancho y ataviados con el blusón y la faja contribuyeron a prestigiar el nombre de nuestra ciudad a lo largo de España y países de Europa y América. Las simultáneas que muchos aún recuerdan… Aquella extraordinaria sesión de simultáneas, jugada en Alcázar de San Juan el día de la Hispanidad de 1988, marcó una época y persistió en la memoria de quienes asistieron a su desarrollo y sobre todo en el recuerdo de todos los jugadores que tomaron parte en ella. Una prueba de ello son estas tres noticias de las que se hicieron eco los medios de comunicación y que ahora les contamos: Del puertollanense Manuel Rayo, publica Lanza el 22/10/1988, una semana después de haber entablado con Karpov, una pequeña entrevista donde alaba el espíritu tranquilo, equilibrado y educado de Karpov y lo considera el mejor del mundo a pesar de ser el subcampeón, manifestando no aprobar los desplantes que son habituales en Kasparov cuando pierde una partida. En ese momento Manuel Rayo era campeón juvenil de Castilla-La Mancha y tercero absoluto de la provincia de Ciudad Real. También el Eco de la Mancha, en su edición del 31 de marzo de 1989, recoge la noticia de que Manuel Rayo Gutiérrez, revalidó el titulo provincial de ajedrez en categoría juvenil (para menores de 20 años), del que con 15 años salió vencedor por tercer año consecutivo. La noticia informa que es también el actual campeón de Castilla-La Mancha de la categoría. El campeonato se disputó a seis rondas por el sistema suizo y rememora entre sus principales logros las tablas que le arrancó a Karpov en Alcázar de San Juan. El mismo artículo refleja la segunda posición de Pío Jesús García de 11 años, que en 1988 (año anterior) consiguió el campeonato provincial infantil y que también había jugado en Alcázar contra Karpov, aunque con peor suerte que Manuel Rayo, de todas formas, aguantó más de cuatro horas al subcampeón del mundo siendo el último en levantarse de su tablero jugando contra el ruso. Por otra parte, en el diario Lanza del 28 de febrero de 1991 (casi 3 años después) se recoge una foto de Manuel Rayo en la que se recuerda su enfrentamiento con Karpov en 1988. En esta noticia además de la foto de las simultáneas se recoge que, junto con su paisano de Puertollano, Aurelio Clemente, encabezan tras la segunda jornada, el torneo que se juega para el campeonato absoluto provincial que tuvo lugar en Socuéllamos y en el que también tomó parte otro contrincante de Karpov, Pío Jesús García. Y como decía Cervantes: «–Con todo eso te hago saber, hermano Panza -replicó don Quijote-, que no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que muerte no le consuma». (Q I, 15) Lo que quiere decir, que no hay recuerdo que no sea borrado por el tiempo ni pena que la muerte no finalice, por eso, pretendemos que las dos visitas que Karpov hizo a Alcázar de San Juan, en 1989 y 1989 no queden en el olvido y los alcazareños conozcan que uno de los mejores ajedrecistas de nuestra historia, y podríamos decir que uno de los deportistas más míticos (no en balde junto a su sempiterno contrincante Gari Kasparov, protagonizó entre 1984-1990 la rivalidad más grande que se ha producido a lo largo de los tiempos, no sólo en ajedrez, sino en cualquier deporte), también estuvo en la Mancha de don Quijote, conoció nuestra ciudad, comió nuestros duelos y quebrantos y se endulzó con nuestra sabrosa bizcochá. Que también se fue de aquí investido Escudero de la Orden de los Sanchos, se sentó en el sillón de Sancho Panza en la Platera y se asomó al pozo en que en las noches de luna se podía contemplar la imagen de los Comendadores, respirando el singular y limpio aire de la Mancha, y que en su casa de Moscú, entre sus muchos galardones y premios obtenidos a lo largo de su vida, seguro que contempla con orgullo ese pergamino que atestigua su pertenencia a la Orden de los Sanchos y las fotos de esta jornada le hacen recordar su estancia en Alcázar de San Juan, porque además de ser el Corazón de la Mancha, nuestra ciudad lo distinguió con la medalla de oro y Alcázar tiene la característica de hacerse inolvidable en el corazón de quienes vienen a visitarnos. Allá donde estés, amigo Tolia, sepas que te recordamos con cariño y que te reconocemos tu enorme categoría como ajedrecista y admiramos tu preparación, tu rigor y tu educada forma de comportarte, virtudes todas que hicieron y siguen haciendo mucho bien por el ajedrez. Constantino López Sánchez-Tinajero Alcázar de San Juan, agosto de 2024 Karpov en unas simultáneas celebradas en Salamanca en 2018, bajo la atenta mirada del árbitro internacional Eduardo López Rodríguez Consultados LANZA, 12-11-1987, PÁG. 8 LANZA, 12-10-1988, PÁG. 1 LANZA, 14-10-1988, PÁGS. 1 y 10 CANFALI, 21-10-1988, PÁGS. 1 y 9 LANZA, 22-10-1988, PÁG. 10 ALCÁZAR INFORMACIÓN Nº. 4, diciembre 1988 EL ECO DE LA MANCHA, 31-03-1989, PÁG. 24 LANZA, 06-07-1989, PÁGS. 1 y 14 CANFALI, 07-07-1989, PÁG. 1 LANZA, 08-07-1989, PÁG 10 BISAGRA Nº. 86, 9-15/07/1989, PÁGS. 1, 15 y 36 LANZA, 28-02-1991, PÁG. 31 ABC TOLEDO, 21-09-2016, “Una aventura quijotesca” Revista PEÓN DE REY. “Karpov muestra su gran clase en Barcelona”. Jorge I. Aguadero Casado Manuel Galindo, archivo fotográfico personal (facilitado por Eduardo López Rodríguez, arbitro internacional y organizador de torneos de ajedrez). Juan Garrido Morales, archivo fotográfico y de prensa, personales. Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan. Con agradecimiento a su responsable Francisco Atienza.
«La interpretación pertinente de «lanza en astillero» Fecha de Publicación: 08/08/2024 . ¡Cómo somos los anotadores del Quijote! Con aquello de se non è vero, è ben trovato, bajo cada piedra pretendemos haber descubierto lo que a otros les pasó por alto. Bien decía Francisco Rodríguez Marín un siglo atrás, en su edición profusamente anotada: «Por lo que hace a las notas, cuido en ellas con mucho empeño de defender a Cervantes, no de sus enemigos, que ya no los tiene, sino de sus amigos: de los anotadores, que acá y allá quisieron enmendarle la plana, siendo así que sabían menos que él, o no conocían como él las costumbres y el habla de su tiempo». A lo que vamos. En su traducción del Quijote al castellano actual (2015), Andrés Trapiello había sustituido «lanza en astillero» por «ya olvidada»; pero después, tras consultar diversas fuentes, en su artículo En Astillero (El País–Opinión 03/06/2016), considerando que «Del significado de una sola palabra depende la interpretación de fondo, literaria y filosófica, del Quijote, nuestro libro más importante», dio en que había de leerse «casi a punto», pues aquel hidalgo de aldea «era a la sazón un caballero en astillero, o sea, a punto de serlo»), y se preguntó: «¿Para qué demonios iba a querer Alonso Quijano todo un astillero para una sola lanza? ¿No le habría bastado con dejarla detrás de la puerta?». Empezaré por decir que Cervantes no describió el dichoso astillero, pero bien se entiende que una casa de aldea no es el cuarto de armas de una compañía de lanceros: una sola lanza no requería más de dos o tres estacas clavadas en la pared a distancia acorde a la longitud del astil. La RAE no recogió astillero hasta 1770, pero en 1611 Covarrubias (voces asta y lancera) ya había incluido «astillera, que por otro nombre se llama lancera…, adorno de la casa de un hidalgo en el patio o soportal». Mucho después (1620), el lexicógrafo e hispanista Lorenzo Franciosini lo describió perfectamente en su Vocabolario Italiano e Spagnolo: «rastrello dove si tegnon attacate l’arme inhasta, como picche, alabarde». En mi despacho, patente a la vista, junto a un acerado don Quijote, tengo un Winchester-1876 (de imitación) attaccato en un artístico y discreto rastrello hecho con dos balas. ¿Acaso había de tenerlo en el fondo de un armario sepultado por los abrigos? Que un hijo-de-algo aldeano conserve a la vista una vieja lanza en su correspondiente astillero evidencia el melancólico y orgulloso recuerdo de los hechos de sus antecesores. En fin, no comulgo con que del astillero de don Quijote penda «la interpretación de fondo, literaria y filosófica, de… nuestro libro más importante». Ahora bien, quien esto escribe está tan lejos del infalible pontificado, que desde aquí admite su merecida inclusión en el denostado paquete de «los anotadores»: mi tejado también es de vidrio, como el del más pintado. Enrique Suárez Figaredo Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina muestra en forma de ruta el patrimonio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 04/08/2024 . Con el aforo completo de inscritos, treinta personas han podido disfrutar de esta ruta guiada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan que, incluida en la programación del Fin de Semana del Patrimonio que organiza anualmente el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, ha tenido lugar en la noche del sábado 3 de agosto Alcázar de San Juan, 4 de agosto de 2024.- Con una asistencia de personas que completaba el aforo de inscritos, puntualmente a las 22:00 horas del sábado, ante la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, daba comienzo la ruta guiada que coordinó la Sociedad Cervantina de Alcázar. Esta ruta que, está enmarcada dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio, actividad que anualmente y en el primer fin de semana de agosto organiza el Ayuntamiento de Alcázar, mostró al numeroso público inscrito en la actividad, la gran vinculación que tiene la ciudad de Alcázar de San Juan con Miguel de Cervantes y su obra. A continuación, los asistentes se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde tuvieron ocasión de conocer -a través de las explicaciones de Luis Miguel Román-, la historia que encierra el Quijote Cósmico, busto que Eulalio Ferrer, santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México, regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat: «Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad». En este monumento que en julio ha cumplido 31 años de su instalación, Luis Miguel Román mostró a los asistentes una edición de un Quijote igual al adquirido por Eulalio Ferrer, el 7 de febrero de 1939 en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer, novela que le marcaría para toda la vida: «Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajosos para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote». (Entre alambradas. Eulalio Ferrer). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226 y que en 2026 cumplirá 800 años desde que se erigió como parroquia, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en este mismo lugar el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy. Esta partida de bautismo, junto con la lista de heridos que estaban en el hospital de Mesina, curando sus heridas sufridas en la batalla de Lepanto y en la que figura un Miguel de Cervantes y También otro Miguel Cervantes (que recibieron diferentes cantidades como ayuda para su recuperación), suscitó entre los asistentes un intenso debate sobre la existencia de dos personas coetáneas que se llamaron igual y que a pesar de la diferencia de 11 años de edad entre ellas, está acreditado que estuvieron ambas presentes en la jornada naval de Lepanto. Encaminándose a través de la calle San Antonio pasando por el Museo Formma ubicado en el antiguo “Granero de las Monjas” y pasando frente al callejón del Toro, los asistentes hicieron una breve parada en el cruce de esta calle con la calle San Juan, justo en el lugar en el que Constantino López explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época, dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutiérrez Quesada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes dice don Quijote: «…de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón». También se explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes», justamente como Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano. En la Plaza de Cervantes, antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de las personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales) quien puso al corriente de Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo a través de diferentes generaciones desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. De nuevo, en este punto volvió a suscitarse un intercambio de opiniones sobre cuál de los dos bautizados con igual nombre pudo ser el autor del Quijote, a lo que los miembros de la Sociedad Cervantina aportaron el dato referido por el propio Cervantes en el Prólogo de la Galatea: “… solo quiero responder a los que libres de pasión, con mayor fundamento se mueven a no admitir las diferencias de la poesía vulgar, creyendo que, los que en esta edad tratan de ella, se mueven a publicar sus escritos con ligera consideración, llevados de la fuerza que la pasión de las composiciones propias suele tener en los autores de ellas, para lo cual puedo alegar de mi parte la inclinación que a la poesía siempre he tenido, y la edad, que, habiendo apenas salido de los límites de la juventud, parece que da licencia a semejantes ocupaciones”. Cervantes decide publicar sus versos de La Galatea (1585), “habiendo apenas salido de los límites de la juventud”. Aquí tenemos uno de los datos autobiográficos más importantes que tenemos de Cervantes, su edad aproximada cuando publica La Galatea. Esta obra veía la luz cuando el Miguel de Alcalá tenía treinta y ocho años (muy alejado de su juventud) y el Miguel de Alcázar, veintisiete años. Desde el mismo lugar en que estaba la casa natal de Miguel de Cervantes, se explicó a los asistentes el resto del recorrido, especialmente el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando a conocer a los presentes los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que son un patrimonio único en España, conjunto de azulejos en el que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico. Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, recientemente remodeladas, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan tanto los ya mencionados como Alonso Cobo y Enrique Lubián (que también colaboraron en la organización de la ruta), agradecieron a los asistentes la gran acogida que esta ruta siempre suscita entre el público y no se cansaron de recomendar la lectura del Quijote, especialmente del que está disponible en la web de la Sociedad, una versión muy de fácil lectura editada por el Socio de Honor, Enrique Suárez Figaredo, titulada “Las aventuras de don Quijote de la Mancha nunca así contadas”, que además de ser de descarga gratuita está en lenguaje actual que puede leerse sin necesidad de parar a cada momento para consultar las anotaciones a pie de página. Haz clic para acceder a QUIJOTE_SC_Alcazar.pdf Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
"Para el Instituto Cervantes, México es muy importante" Fecha de Publicación: 27/07/2024 . Washington Daniel Gorosito Pérez Estuvo de visita en México, el poeta Luis García Montero (Granada, España; 4 de diciembre 1958), quien funge como director del Instituto Cervantes con el objetivo de firmar un convenio cultural con la Cámara de Diputados y recibir un reconocimiento por parte de este órgano legislativo. Externó que dicho acuerdo le permitirá dar protagonismo en México a los ganadores del Premio Cervantes, galardón que es considerado el Nobel de las letras en español. “Es el premio que todos los años reconoce la creatividad literaria del español y ahora existe la posibilidad de invitar todos los años a la Cámara de Diputados de México, a quien lo obtenga para que pueda desarrollar una cátedra donde hable sobre su literatura, sobre su vida y su significado”. El poeta integrante de la generación de los 80, de la corriente denominada poesía de la experiencia, recordó que el español es el segundo idioma del mundo después del chino mandarín, en hablantes nativos. “Tiene 500 millones de hablantes y el país con el mayor número es México, además si contamos los mexicanos que viven fuera, ya que el segundo país en número de hablantes nativos es Estados Unidos, con 60 millones de hablantes registrados y la gran mayoría de esos hispanos son mexicanos. Para nosotros, México es muy importante”, afirmó el director del Instituto Cervantes. Una de las líneas de trabajo que comentó García Montero es advertir que el español no es una lengua de pobres. “Es una de las grandes lenguas de cultura del mundo. En segundo, lugar que los valores humanos de nuestro idioma respeta la dignidad de la pobreza, que eso de caricaturizar y ver la pobreza como una infamia humana es un disparate”, afirmó. El escritor y Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, compartió que uno de sus libros favoritos es de Luis Cernuda: “Variaciones sobre tema mexicano”. “Cernuda fue un exiliado y vivió el principio de su exilio en Londres, después fue a Estados Unidos y llegó a México, donde vivió en la Ciudad de México y escribió un poema diciendo: qué emoción oír mi idioma materno en la calle”. García Montero dijo coincidir con otra idea del autor español de la Generación del 27: entre todos tenemos que luchar para salir de la pobreza, tenemos que progresar, pero sin caer nunca en la prepotencia de lujo y sin hacer que el dinero le pierda el respeto a la dignidad humana. “El español no es sólo la lengua de Miguel de Cervantes o de Sor Juana Inés de la Cruz o de Gabriel García Márquez, la lengua necesita también que el español sea una lengua de ciencia y tecnología”, comentó. Una meta del Instituto Cervantes es conseguir que las universidades de los países hispanos hagan ciencia, no sólo en inglés sino también en español. “Que la transformación tecnológica que estamos viviendo y que en el lenguaje de la máquina no sólo se hable el inglés sino también el español”. Se refirió también a la importancia de comprender que la cultura popular tiene que convivir con la cultura académica para que haya una extensión del español. El poeta concluyó que es necesario establecer vínculos con las culturas populares que pueden despertar el interés por el español, “eso trabajamos y a mí me parece una apuesta interesante”. ***
PAUZA “Histórica Capital Cervantina de América» Fecha de Publicación: 25/07/2024 PAUZA “ . Artículo escrito por Italo Villaverde Huaita (Pauza, Perú) Mi pueblo tiene varios títulos y reconocimientos que supo forjar y ganarse a lo largo de su historia, nosotros no necesitamos colgarnos las medallas en el pecho, sino en el alma, recordar que nuestro pueblo durante el virreinato tuvo la denominación de la ciudad de los “Caballeros de Santiago” y capital del corregimiento de Parinacochas, a inicios de la época republicana y promulgada la primera constitución del Perú de 1823, fue el primer distrito capital de la Provincia de Parinacochas, después de 94 años (1891-1985) recobra su jerarquía de capital de la nueva Provincia de Paucar del SaraSara, según Ley N°24046 y se eleva a la categoría de Villa, el año 2003 con fecha 26 de abril fue declarada como la Capital Cervantina de América y este 26 de abril cumple 21 años de aquella declaratoria de Pauza como la histórica “Capital Cervantina de América”. Es que el Quijote es una reflexión sobre nuestra vida, con el acierto de hacernos pensar en nuestro comportamiento ante situaciones reales, aunque para ello vivamos nuestras propias fantasías, a pesar de todo complace ver cómo el caballero andante, con su sapiencia y ocurrentes pláticas, sus alucinaciones hilarantes saliese del libro de Cervantes y diera vida a su personaje, aquella primavera de 1607 en la plaza de armas de Pauza, esta teatralización que ha logrado calar en nuestro diario vivir y abrir paso a la interculturalidad de los pueblos, no olvidando nuestro origen andino, que es parte de nuestra identidad. Hoy Pauza es cultura viva, revive sucesos históricos, festeja y celebra sus costumbres y tradiciones ancestrales. La puesta en valor de la memoria colectiva de nuestra gente no debe perderse, el paucino debe conocer sus usos, costumbres y su historia para conservar su identidad, quiero testimoniar mi reconocimiento y homenaje póstumo en este artículo a quién antes de partir de este paraíso terrenal en viaje en polvo hacia las estrellas, me encargo difundir este acontecimiento histórico suscitado en nuestro pueblo, me refiero al hijo predilecto de Pauza, Wilfredo Huaita Núñez, personaje notable, Ingeniero de Minas, ex Ministro de Estado y ex Embajador del Perú en los Estados Unidos Mexicanos, él nos recordó este legado cultural en un manuscrito memorable “Encuentro de dos mundos”, tomo un extracto referido a este hecho histórico. España nos trajo con la hoja toledana de la conquista, la cruz redentora, el habla de Cervantes y el mestizaje de nuestros pueblos que se forja en el largo coloniaje de la nueva España y el Virreinato del Perú. La raza cósmica vasconceliana, heredera de la cultura andina de Toyanbe que nos permite recordar en el tiempo, soy hijo del Tahuantinsuyo, asimilamos la cultura occidental cristiana sin perder la grandeza del Imperio de los Incas, ni las virtudes de su raza, estas disquisiciones se formulan para dar el marco a otro acontecimiento digno de relievarse. Miguel de Cervantes Saavedra escribe su obra memorable “El Quijote de la Mancha” y esta obra pronto cruza el atlántico para figurar entre los libros que acompañan a los conquistadores en América. En la primavera de 1607, según nuestros cronistas e historiadores fue un 19 de octubre de 1607, donde se escenifica esta obra por vez primera en América y segunda en el mundo, en un remoto rincón del mundo, en un oscuro campo minero llamado Pauza, (Después de una mascarada que se llevó a cabo en junio de 1605 en Valladolid – España). Este acontecimiento realizado en la plaza de armas de Pauza, fue para celebrar la designación como XI Virrey del Perú, al Marqués de Montesclaros Don Juan Mendoza y Luna. En ese entonces PAUZA era la Capital del corregimiento de Parinacochas y Don Pedro de Salamanca era su corregidor y admirador del flamante Virrey, ahora Pauza es el distrito capital de la Provincia de Paucar del SaraSara de la Región de Ayacucho por Ley N° 24046 del 02 de enero de 1985, bajo el contexto y sucesos anteriormente descritos, un 26 de abril del año 2003 la Gestión Edil 2003-2006 de la Municipalidad Provincial de Paucar del SaraSara, a propuesta de su Alcalde, previo debate y aprobación, se emitió la Resolución de Alcaldía N° 031-2003-MPPSS por el cuál: Declaran a la Ciudad de Pauza como parte del Patrimonio Cultural de la Nación y Capital Cervantina de América, resolución que ha sido puesto en conocimiento de la población y entidades gubernamentales. Este hecho histórico suscitado en Pauza, basada en la obra cumbre de la literatura universal de Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, el presente año cumplirá 417 años de su puesta en escena en su histórica Plaza de Armas y me pregunto si Don Quijote volviera con su magra figura a recorrer hoy Pauza, entonces se encontraría con un conocido del viejo mundo, el Apóstol Santiago, el santo patrono del pueblo. Nuestro agradecimiento a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, en Castilla-La Mancha (España), por su respaldo incondicional a nuestras gestiones y actividades culturales, al Colectivo “Llaqta Maqta” de seguir apostando en realizar actividades culturales y continuar con el Festival Cervantino que es parte de la interculturalidad que une a nuestros pueblos. Mi llamado a quien ocupa el sillón de Nina Condor Quispe Huamán en el gobierno local provincial, que quiere cosechar frutos de plantas que nunca sembró, pero que tiene la obligación de proteger y promover la diversidad cultural y adoptar políticas que favorezcan la inclusión y participación de todos los pobladores. Que se entienda que el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural, es de vital importancia proteger y mantener nuestra identidad ya que nos acompañará a lo largo de nuestra vida, vivamos donde vivamos, Pauza es cultura viva, revive sucesos históricos, festeja y celebra sus costumbres y tradiciones ancestrales somos un pueblo que resume lo que fuimos, lo que somos y porque seguiremos siendo un pueblo por demás extraordinario en historia, tradición, sabiduría y todo lo que pueda encerrar bajo el general y amplio concepto de CULTURA. ***** Ver también, el artículo: https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2023/04/24/se-cumplen-veinte-anos-de-la-declaracion-de-pausa-peru-como-capital-cervantina-de-america/
Cantería y piedras de afilar en Villafranca de los Caballeros Fecha de Publicación: 15/07/2024 . Félix Patiño Galán.- https://orcid.org/0000-0003-4171-5419 , RESUMEN Villafranca de los Caballeros, es un pueblo de Castilla – La Mancha en la provincia de Toledo. Sabemos que desde el siglo XVIII, ha desarrollado una actividad de extracción y elaboración de piedras de afilar utilizando las vetas de los terrenos de alrededor de sus lagunas, al Noroeste del pueblo y fabricando otros productos como abrevaderos, piedras de construcción, lápidas funerarias y otros. Nuestras fuentes han sido los testimonios de personas que han participado en estos trabajos y pretendemos reconstruir parte de los procesos de extracción, fabricación y comercialización. Una actividad que desapareció en la segunda mitad del siglo pasado y no podemos dejar que se diluya en el olvido. ABSTRACT Villafranca de los Caballeros, it is a town of Castilla – La Mancha in the province of Toledo. We know that, at least since the XVIII century, it has engaged in the extraction and production of sharpening stones using the seams found in the lands surrounding the nearby lagoons, to the Northwest of the town and manufacturing products such as troughs, building stones, gravestones and others. Our sources were the accounts of people who participated in these jobs and we intend to replicate part of the extraction, manufacturing and marketing processes. An activity that disappeared in the second half of the last century and that we cannot let fade into oblivion. . 1.- INTRODUCCIÓN Y ESTADO DE LA CUESTIÓN Todos los villafranqueros de cierta edad hemos crecido asumiendo como cotidiana la existencia de las piedras de afilar, en todas las casas se usaban piedras que eran de nuestro entorno, en las cocinas, en los hatos de los podadores, en los avíos de los segadores, en las alforjas de los agricultores, en todo momento, hemos encontrado piedras de afilar, piedras de asperón. Nadie, hasta ahora ha estudiado esta actividad que siempre se ha nombrado como un oficio antiguo, relacionado con una zona concreta del entorno de las lagunas y con unas familias dedicadas a la cantería. Gracias al interés de Pedro Moya, nos pusimos a seguir las pocas pistas existentes: el Catastro de Ensenada y las declaraciones de los testigos vivos de este arte, familiares de los maestros canteros. Gracias a su disposición y a su memoria hemos podido reconstruir parte de este oficio y definir sus herramientas. Nuestra fuente de información la han compuesto Antonio Velasco, Felisa Velasco y Francisco Velasco, primos ellos e hijos de canteros. Todos han sido testigos de esta actividad y han ayudado a sus padres en diferentes tareas. Vaya aquí nuestro agradecimiento. La metodología de trabajo ha sido sencilla: Una entrevista grabada con cada uno de nuestros informantes, sus transcripciones y, por último, la referencia más antigua a este oficio en Villafranca: el Catastro de Ensenada. Análisis de estos datos y explicación de las conclusiones en este trabajo. Estos maestros de la piedra han mantenido y perfeccionado su arte a lo largo de cientos de años hasta el comienzo de la segunda mitad del siglo XX. Es posible que la actividad cantera existiese en siglos anteriores pero no tenemos datos que lo demuestren, hasta ahora. Sí podemos afirmar que los canteros han mantenido esta actividad desde mediados del XVIII a mediados del XX. 2.- PRODUCTOS Los canteros de Villafranca han fabricado piedras de afilar en dos modalidades básicas: 1.- Los asperonesque son de uso corriente. Suelen ser de forma rectangular y de medidas variables en torno a 15/20 x 7/10 cm. Sirven para afilar cuchillos, navajas, tijeras, su uso fue masivo en los períodos de siega para mantener las hoces en perfecto estado. Todas las alforjas de los segadores llevaban, al menos, una de estas piedras; los podadores igualmente las han usado para afilar sus tijeras, hachas y navajas. . 2.- Las piedras de vuelo. Redondas. Sus medidas varían escalonadamente entre 40 y 80 cm de diámetro. Con un agujero central para el eje de giro. Girando en torno a su eje creaban un área de afilado en su circunferencia exterior. Se han vendido en diferentes zonas como Madrid, Segovia, Cáceres y han sido una herramienta de afiladores ambulantes y de carpinteros del entorno. Otros productos: 3.- Pilillas para usarlas como pesebres de animales, en Villafranca solían ser para los cerdos de cría. Son de una pieza con unos 50 cm de diámetro y 30 cm de altura. Compuestas con una sola piedra que se vaciaba en su centro, dejando unas paredes de 7/8 cm de grueso. . 4.- Pilones aproximadamente son el doble que las pilillas. Con laterales curvos y los bordes largos y rectos. Su uso más corriente era como abrevadero de ganado caballar. 5.- Lápidas para el cementerio. Con diferentes motivos, letras e imágenes. Rectangulares, con algún adorno y cenefa, grabados los nombres de los difuntos. En las ilustraciones 3 y 4 se muestra la lápida de Martín Velasco Casilda, muerto en diciembre de 1930, maestro cantero. Podemos observar las imágenes de su oficio: pico, maceta, compás, cincel, barreno. . 6.- Losas de lavar para la ropa. Sobre las que se enjabonaba y se apretaba la ropa. 7.- Trancos para sujetar las tinajas, de forma triangular, con un lado con superficie curva para acercarlo a la tinaja. Antes había una o varias tinajas en las cocinas y despensas (para agua, vino y otros). Necesitaban tenerlas inmovilizadas y seguras. 8.- Números de las casas, para poner sobre las puertas. 9.- Piedras de construcción con forma rectangular que se han utilizado en la construcción de sillería o mampostería en el pueblo. La Iglesia parroquial y la ermita del Cristo son ejemplos muy claros. 10.- El polvo de asperón se ha utilizado tradicionalmente como ayuda para fregar y dar brillo a los cacharros de cocina. Sartenes, ollas y cucharas. Mezclado con agua pule y abrillanta los útiles de hierro. 3.- HERRAMIENTAS DE TRABAJO Un taller de cantero durante el siglo XX estaba formado por varias personas que trabajaban en equipo en el campo o en casa. Sus instrumentos de trabajos son: Picos, macetas, compás (como el de la imagen), algún barreno (barra gruesa de 1,5 metros de alto con el que se hacía palanca), esteras para sentarse en el suelo, escobas pequeñas para ir limpiando las rozas y la superficie de la piedra que se trabaja, esportillas para sacar la tierra, cinceles, mazas, cuñas de hierro y de madera. Los picos eran de varias clases: el pico de desbastar (de punta fina), el de hacer rozas (un poco más grande y con punta algo más gruesa), el de labrar (de punta finísima). Estos picos se aguzaban en las fraguas del pueblo y había algunos herreros que lo hacían especialmente bien. La ilustración 6 muestra a la familia de canteros fotografiada en el patio de su casa en los años 50. Francisco Velasco Nieto (el niño) con sus padres: Constancio Velasco de la Torre y Cruz Nieto García. Se pueden observar la piedra de vuelo con el hueco del eje cuadrado y las piedras amontonadas para hacer asperones. Especial atención merecen los picos de cantero que portan padre e hijo. . Hay constancia de utilización de barrenos de pólvora en algunos casos para la extracción de piedra de construcción. Y recuerdos de algún accidente como consecuencia de esta práctica. 4.- CANTERAS Villafranca de los Caballeros es un pueblo al SE de la provincia de Toledo. La piedra del entorno tiene un color rojizo y una textura arenosa fina, a veces aparecen vetas más claras, amarillentas, con piedra algo más dura. Existen referencias a esta actividad en el Catastro de Ensenada de 1752. Antonio de Bustos, maestro cantero (56 años): Viñas, casado con María Manrique (50). Hijos: Antonio (24), oficial de cantería, Trinidad (10). (…) Por los capitulares y peritos se le reguló que gana de salario el día que trabaja su oficio de cantero, 5 r v. (…) Alfonso Rodríguez Velasco, labrador y cantero (54), viudo. Hijos: Alfonso (23), ayudador de la labor, Antonia (17), Manuela (19). (…) Utilidad: Se le reguló el jornal diario de su oficio de cantero en 5 r v. (…) Las canteras nombradas son las del Pósito, las de San Antón y las del Agua. No se habla del tipo de piedra trabajada y se establece el jornal de un maestro cantero en 5 reales de vellón. Todas en el entorno de las lagunas. Las últimas en la memoria de los entrevistados están al N de la laguna de la Sal, las de San Antón y las del Polvorín. Parece que en los alrededores de las lagunas se abrieron diferentes puntos de explotación de piedra. Este mapa nos muestra los lugares señalados como canteras en el siglo XX. Cantera de San Antón 2500 m de distancia aproximada a Villafranca Latitud: 39º 26′ 27.03″ N Longitud: 3º 20′ 14.30″ W Coord. X: 470.974,23 Coord. Y: 4.365.753,28 Cantera del Polvorín 3400 m de distancia aproximada a Villafranca Latitud: 39º 26′ 46.94″ N Longitud: 3º 19′ 40.92″ W Coord. X: 471.774,24 Coord. Y: 4.366.364,11 Camino de las Lagunas 2000 m de distancia aproximada a Villafranca Latitud: 39º 26′ 27.62″ N Longitud: 3º 20′ 59.75″ W Coord. X: 469.887,87 Coord. Y: 4.365.775,81 Las tres canteras son de fácil acceso utilizando la carretera de Quero las dos primeras y el camino de las lagunas en la tercera, ya casi desaparecida. La del polvorín fue horadada y utilizadas sus galerías como polvorín en la Guerra Civil. Después de la contienda, la parte militar estuvo cercada y separada, si bien al lado siguieron los trabajos de cantería. Ésta y la de San Antón estuvieron activas hasta la extinción de estos trabajos. La orografía es eminentemente llana y los veteados de piedra se han buscado excavando en los alrededores de la laguna. 5.- EL TRABAJO DE LOS CANTEROS A.- Aspectos técnicos del arte de la cantería: El trabajo de los canteros lo podemos describir gracias a los testimonios de los entrevistados, en especial a Antonio Velasco que, de manera magistral definió así el trabajo en el campo, sobre el terreno: Antes de llegar a la piedra viva, hay que desmontar la tierra que la cubre, picándola y sacándola en esportillas para amontonarla fuera del lugar de trabajo. En esta labor participaba toda la familia, aquí recuerdan su participación nuestros informantes, que entonces eran niños. Proceso: a) Desmonte: Para sacar la piedra de vuelo había que desmontar la capa de tierra que cubre la piedra, ésta solía estar a una profundidad de 2 – 2,5 m, se desmontaba la superficie que consideraban que podían trabajar en ese verano (20 – 25 m2). Descubierta la roca, había que limpiar la primera capa de 5-10 cm, picándola y extrayéndola, esa roca era demasiado débil, no valía, demasiado arenosa, poco concentrada. b) Marcado: Una vez limpio el tajo, comenzaban a marcar las piedras aprovechando todos los rincones, dibujaban sobre la piedra las diferentes medidas de las piedras de vuelo, trabajaban con las medidas de 40, 50, 60, 70 y 80 cm. Con el compás se trazaba el perfil de la piedra y después con el pico se remataba el perfil con una línea de puntos. Era necesario tener mucho “pulso” para seguir una línea tan fina y tener en cuenta los temidos “pelos” cortes o roturas de la piedra que se ven con mucha dificultad y rompen las piedras por las que pasan, si no se han detectado antes de trazar los perfiles, causan estragos, rompen la piedra como si la cortasen. c) Ahondamiento: Se procede a picar la piedra alrededor de lo marcado, teniendo presente que ésta puede ser utilizada más tarde. Se hacía una roza de unos 5 cm de ancha por 12, 13 cm de fondo, después se ahondaba otros 5 cm. Con esto quedaban a la vista las piedras de vuelo sobre la roca madre. d) Extracción: Señalaban los puntos por los que introducir las cuñas de hierro que habían de despegar las piedras de vuelo. Con mazas, les daban a las cuñas escuchando como rompían las piedras para conseguir una superficie lisa y uniforme. Aquí el peligro son las “hojas” de la piedra que rompían dejando una piedra más delgada o más gruesa. En el segundo caso el defecto tiene solución con un simple desbaste. Si la piedra no daba su medida, tampoco valía y se añadía al montón para el invierno. Estos golpes finales eran tarea exclusiva de los maestros. e) Almacenaje y nuevo marcado: Se sacaban las piedras del barranco, las más pesadas se movían rodando con el empuje de dos hombres. Limpio el corte se volvía a marcar una nueva tanda. En la ilustración 8 las piedras redondas no tienen tallado aún el eje cuadrado. Son de diferentes diámetros. Se observan los picos de cantero y detrás, el montón de piedras para convertir en asperones. Este trabajo se repite una y otra vez, con 8 a 10 tandas hasta llegar al agua, las últimas, son especialmente incómodas por la humedad, los canteros tenían que trabajar sobre esteras para protegerse del agua. f) Desbaste y labrado: Las piedras que se sacaban de la cantera se ponían con una de pie y dos más, una en cada lado apoyadas en la primera, se montaba una fila con la primera en el centro. Allí se iban secando. Después, en el mismo sitio las desbastaban, las labraban y les hacían el agujero, esta última era una tarea especialmente difícil. Había que tener muchísimo cuidado para conseguir un agujero cuadrado en una piedra de unos 10 cm de ancha, la piedra podía saltar y romperse fácilmente. El agujero debía tener la medida justa que figuraba en una tablilla que usaban de referencia. g) El final de la extracción lo marcaba el agua. Se trabajaba desde mayo hasta mediados de septiembre en la cantera, luego en casa con las piedras irregulares. Las partes que no se podían aprovechar y las piedras que se rompían se amontonaban para luego trabajarlas en invierno. El período de frío lo dedicaban a la fabricación de asperones sobre piedras sobrantes. Las medidas de los asperones eran variables entre 15 o 20 cm de largo y 7 o 10 cm de anchura y grosor. La limpieza del corte, quitando la arenilla le tocaba a él como el niño de la cuadrilla. Había que sacarla en esportillas a la superficie, arriba de la cantera, haciendo un montón de tierra inservible. B.- Aspectos sociales: Todos los entrevistados coinciden en que el trabajo de cantero es duro y esforzado. El buen tiempo lo dedican a la explotación directa de la cantera. A extraer piedras de vuelo de diferentes medidas y los otros productos. El invierno y los momentos de lluvia se dedican a elaborar piedras de asperón de las diferentes piedras que se sacan más allá de las redondas y otros encargos. Cada miembro de la familia ayudaba en la medida de sus posibilidades. Niños y niñas trabajaban en el desmonte previo al afloramiento de la roca viva, en los traslados de las piedras en basto a las casas para que sean trabajadas en invierno, en el embalaje de los asperones para trasladarlos a otros pueblos en carro o a las estaciones ferroviarias de Quero y de Alcázar de San Juan. Todos coinciden en que era un trabajo duro y sin horario con el concurso de toda la familia. A veces vivían en la cantera todos los miembros de la familia, en tiempo de extracción, primavera y verano. Así lo hacía la familia de Antonio Velasco en las antiguas dependencias militares del Polvorín. El punto más negro es la silicosis, todos los varones de las familias de canteros murieron muy afectados por enfermedades pulmonares. No eran extraños los accidentes como consecuencia del uso de picos o macetas, de la pólvora o de la caída de piedras voluminosas. 6.- COMERCIALIZACIÓN Y DESTINO DE LAS OBRAS ACABADAS Los canteros de Villafranca se han servido de la proximidad de las estaciones de ferrocarril de Alcázar de San Juan y de Quero para comercializar sus piedras. Más tarde utilizaron el transporte por carretera. Y siempre, el carro y los caminos. Se han mandado piedras de afilar a Segovia a una fábrica de cuchillería, piedras de vuelo a la cuchillería Atocha de Madrid, igualmente llevaban a fábricas de mármoles piedras en bruto, también a una fábrica de Villanueva de la Serena en Cáceres. Los asperones se transportaban en espuertas, empaquetadas y acompañadas de paja para que no se rompiesen con el roce durante del viaje. Los pedidos del mercado local y de los pueblos vecinos eran de todos los productos, asperones, pilillas, pilones, lápidas para el cementerio, mampostería, etc. 7.- CONCLUSIONES El oficio de cantero ya existía, al menos, a mediados del siglo XVIII en Villafranca. Es posible que tenga mayor antigüedad teniendo en cuenta la calidad de las piedras del entorno. Durante los siglos XIX y XX, la elaboración de piedras de afilar ha supuesto el grueso de la carga de trabajo de los canteros de esta localidad. El arte de la cantería ha pasado de generación en generación dentro de las mismas familias hasta su desaparición en los años 60 del siglo XX. Los mercados de piedras de afilar, asperones y piedras de vuelo, fueron, además el mercado local y de los pueblos próximos, Madrid, Segovia y Extremadura. Utilizando los medios de cada época: el carro con los caminos y carreteras, el ferrocarril desde las estaciones de Alcázar de San Juan y de Quero y en los últimos tiempos, el camión. En nivel empresarial de los canteros de Villafranca siempre fue el de explotación familiar. Todos murieron de afecciones pulmonares, la silicosis fue la afección más común. 8.- INFORMANTES Las fuentes de este artículo son las entrevistas a parientes de los últimos canteros que han acompañado a sus padres en el trabajo de la cantera. Desmontando, limpiando, subiendo la tierra a lugares donde no moleste, incluso ayudando a sus padres en tareas más delicadas. Testigos del trabajo callado de sus padres, en invierno, a la vera de la lumbre, haciendo asperones que luego apilaban en espuertas para venderlos en los diferentes mercados. Es momento de agradecer el testimonio de tres personas: Francisco Velasco Nieto, de 74 años. Hijo de cantero. Trabajó en el oficio hasta los 18 años. Entrevistado el 18 de septiembre de 2019. Felisa Velasco Cervantes, nació en 1947 en Villafranca de los Caballeros. Hija de Félix y Valeriana. Miembro de una familia de canteros. Trabajó en los pasos previos al desmonte antes de llegar a la piedra viva. Ayudó en tareas auxiliares. Entrevistada el 12 de octubre de 2019. Antonio Velasco Casero, 63 años. Nacido en 1956. Hijo de cantero, desde pequeño colaboró en todos los trabajos con su padre. Entrevistado el 19 de diciembre de 2019. 9.- OTRAS FUENTES Catastro de Ensenada. Consultado durante el año 2018 gracias a sitio https://www.familysearch.org/es/. En él hemos encontrado las huellas más antiguas de los canteros de Villafranca. . ***
El milagro de los rayos del sol a soslayo Fecha de Publicación: 30/06/2024 Este pasado 24 de junio llegaba a Santiago de Compostela, esta vez no como peregrino. Se celebraba el día del nacimiento de San Juan Bautista, fiesta importante en el calendario cristiano. Son las 18:00 horas y casi por inercia, desde la Plaza del Obradoiro, me encaminé a la entrada de la catedral compostelana en la Plaza de Platerías. Había en el interior muchos peregrinos susurrando en diferentes idiomas, ya sin sus mochilas y bastones de camino, cumpliendo con la tradición de dar un abrazo al apóstol Santiago y escuchar la Misa del Peregrino. Sus cuerpos mostraban signos evidentes de cansancio, algunos habían hecho el Camino Francés desde Roncesvalles durante más de treinta jornadas, pero sus caras expresaban paz y satisfacción. Como un peregrino más abracé al apóstol y esperé pacientemente el comienzo de la misa. Las dos veces que había hecho como peregrino los últimos 117 km del Camino no pude asistir a esta misa y por lo tanto tampoco ver el momento mágico de la incensación de la catedral con su enorme Botafumeiro. Imagen de La Voz de Galicia En la Edad Media ya se usaba un gran incensario para purificar la catedral y a los miles de peregrinos que abarrotaban sus naves. En el Códice Calixtino, del siglo XII, además del relato del traslado del cuerpo del apóstol Santiago desde Jerusalén a Compostela, este documento valiosísimo contiene una guía de caminos para los peregrinos, describiendo los conventos y santuarios que encontrarían a su paso, como también de la catedral compostelana y su formidable incensario. Hoy está en uso el construido en 1851 de latón plateado, de una altura de 1,5 m y un peso de 62 kg, sin las brasas y el incienso. El anterior, del siglo XV, totalmente de plata, fue robado por el ejército napoleónico en 1809. Eran las 20:15 cuando, antes de la bendición, un grupo de hombres cargaron el Botafumeiro de brasas e incienso, y, con un ingenioso sistema de poleas suspendidas del cimborrio del crucero de la catedral, lo hicieron volar como un gran péndulo por la nave transversal, ante la mirada atónita de todos los asistentes. No es más de dos minutos lo que dura esta precisa maniobra, mientras el órgano interpreta el himno al apóstol, pero suficiente para que el ambiente de toda la catedral se llene de humo y olor del incienso. Fotografía de Luis M. Román Terminada la misa, los peregrinos iniciaron su salida de la catedral, su Camino, ahora sí, había terminado. Yo estaba en la parte del medio de la nave central y esperé unos minutos a que la mayoría saliesen. Y en ese momento, un gran rayo de sol que entraba desde una de las vidrieras de la Puerta de la Gloria me llamó la atención, potenciado por el intenso humo del incienso. Recorde de inmediato el milagro que Alonso de Villegas, en 1594, describió en su Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum, al tomar el protagonista un rayo del sol que entraba muy inclinado, casi horizontal, por alguna vidriera como un madero en el que apoya su capa o manta: «En tanto que pasaba esto, Goar entró en la iglesia donde estaba Rústico, el obispo, con sus clérigos. Miró a una y otra parte y vido que, siendo hora de ponerse el Sol, entraba un rayo dél al soslayo y daba en un rincón. Parecióle que era madero que estava allí, y viniendose caluroso, quitóse el manteo y fuese a poner sobre él, y el rayo del Sol le sostuvo, estándolo mirando el obispo con todos sus clérigos, lo cual también fue por él atribuido a arte mágica.» Esta imagen, que solo se puede apreciar muy pocos días del año, tuve la gran dicha de poder verla el pasado día de San Juan en la catedral compostelana. Imagen que ilustrará una de las notas que incluiré al curioso lector viajero en la segunda parte de Tras los pasos de Rocinante, que aquí te adelanto: 2.1 A soslayo Vas a seguir los pasos de Rocinante. Saldrás del lugar de don Quijote hacia el este en busca de unos gigantes que pronto verás. Tú vas a decidir la estación del año y la hora del día en el que te pondrás en camino, pero siempre hacia el este, por donde sale el sol. Quizás te animes a comenzar esta segunda salida de don Quijote como él y su escudero hicieron, en mitad de una corta noche de verano manchego y con los primeros rayos del sol abras tu Quijote y leas: «Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje, que fue por el campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no los fatigaban» (Q1, 7) A no ser que en ese momento del día el sol esté muy alto o sea al final del día cuando decidas ponerte en camino, y te pase desapercibida esta circunstancia, creerás que el texto cervantino y esta guía de caminos no se corresponden con la incidencia de los rayos sobre tu cuerpo. Los rayos del sol te dan de frente y no de lado, como esperabas. No tardarás en consultar en tu Smartphone lo que la RAE dice de la palabra soslayo. Soslayo: 1. adj. Soslayado, oblicuo -Al soslayo 1. loc. adv. Oblicuamente -De soslayo 1. loc.adv. Oblicuamente 2. loc. adv. De costado y perfilando bien el cuerpo para pasar por alguna estrechura. 3. loc. adv. De largo, de pasada o por encima, para esquivar una dificultad. Después de unos momentos de dudas, podrías preguntarte que si Cervantes pone en camino a don Quijote hacia el este en sus dos primeras salidas, ¿cómo es posible que Cervantes cometiese este descuido tan evidente?, o ¿podría tener la palabra soslayo afecciones o significados distintos a principios del siglo XVII a los actuales? Decides consultar el Tesoro de la lengua castellana, o española compuesto por Sebastián de Covarrubias en 1611, el diccionario del tiempo de la escritura del Quijote, y no aparece esta palabra. En estas siguientes líneas verás que llevabas razón, que la palabra soslayo tenía otro significado en tiempo de Cervantes, y que no ha llegado a nuestros días. Además de «por el costado», «perfilar el cuerpo para pasar por alguna estrechura» y «pasar de largo o por encima de alguna dificultad», cuando los rayos del sol están muy bajos, por ser la primera o última hora del día, o por ser invierno ―el sol sube muy poco quedando muy oblicuo con el plano del campo―, se decía en tiempo de la escritura del Quijote que daban los rayos del sol a soslayo, independientemente de que estos incidieran de frente, de lado o por detrás. Cervantes compara este momento de la segunda salida, con los rayos del sol saliendo por el horizonte, con el calor sufrido en su primera salida durante un largo día del mes de julio. En julio, en la Mancha, el sol sube tanto y tan rápido que casi todo el día lo llevó sobre su cabeza don Quijote. Soslayo, no es una palabra muy utilizada hoy a cualquier nivel, y tampoco lo era en tiempo de Cervantes. Según el Corpus diacrónico del español (16-11-2023), Cervantes la utiliza en seis ocasiones en toda su obra conocida, y su gran rival Lope de Vega solo la utiliza dos veces en su extensísima obra. Es Cervantes el autor del Siglo de Oro que más veces la usa: – Al túmulo del Rey que se hizo en Sevilla (1598) «… y luego encontinente caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.» –El Quijote (1605) «… por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no les fatigaban.» –La gitanilla, en las Novelas ejemplares (1613) «… vemos cómo arrincona y barre la aurora las estrellas del cielo, y cómo ella sale con su compañera el alba… tras ellas, el Sol, dorando cumbres y rizando montes; ni tememos quedar helados por su ausencia cuando nos hiere a soslayo con sus rayos, ni quedar abrasados cuando ellos particularmente nos toca…» –Viaje al Parnaso (1614) «Al volver de una esquina sentí un brazo… otros dos al soslayo se llegaron, y con la risa falsa del conejo y con muchas zalemas me hablaron…» –Comedia famosa de los baños de Argel (1615) «En acabando la música, dice el sacristán (Todo cuanto dice agora el sacristán lo diga mirando al soslayo a Caurali)» –El Persiles (1616) «… metió mano a su espada y por entre los brazos de Seráfido se la metió a Periandro por el hombro derecho, con tal furia y fuerza que le salió la punta por el izquierdo, atravesándole, poco menos que al soslayo, de parte a parte.» En dos ocasiones utiliza soslayo para significar miradas del protagonista hacia un lado, como con desdén o desprecio: Al túmulo del Rey que se hizo en Sevilla y en la Comedia famosa de los baños de Argel. Una vez la usa con ocasión de la llegada de algunos personajes por un costado del protagonista del párrafo: Viaje al Parnaso. En el uso de la espada y la forma de herir con ella una sola vez: El Persiles. Y en la forma que los rayos del sol inciden sobre los protagonistas en dos ocasiones: El Quijote (1605) y en La gitanilla. En esta última novela, hace referencia al frío que en invierno causa al grupo de gitanos la poca altura que llega a tener el sol, dándoles este «a soslayo», a diferencia del verano en el que el sol los abrasa al subir casi en perpendicular al plano del campo. De la misma manera, al salir el sol en verano, no molesta su calor porque sus rayos inciden «a soslayo», muy bajos, como anota el narrador en el Quijote. Entre 1585, fecha en la que Miguel de Cervantes publica La Galatea y el año 1625, en todo el Corpus escrito en español, en cualquier tipo de escritura, solo es usada la palabra soslayo en algo más de sesenta ocasiones, una décima parte de ellas Cervantes. La forma de herir con la espada al contrincante, es la más utilizada, como por ejemplo Vicente Espinel, en 1618, en la Vida del escudero Marcos de Obregón anota «que el Marqués no había recebido daño -porque la estocada había sido a soslayo-…», o el Inca Garcilaso de la Vega, en 1605, escribe en La Florida del Inca que « le pasó la flecha un jubón estofado y lo hirió de manera que, por ser a soslayo, no lo mató» Solo un autor, además de Cervantes, utiliza en este tiempo la palabra soslayo para referirse a la incidencia de los rayos del sol con respecto al plano del suelo. Alonso de Villegas, en 1594, escribía en su Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum un hecho milagroso al tomar el protagonista un rayo del sol que entraba muy inclinado, casi horizontal, por alguna vidriera o ventana como un madero en el que apoya su capa o manta. Al contrario que a don Quijote y a Sancho que los rayos del sol no les fatigaban por ser a primeras horas del día, el momento descrito en el interior de la iglesia es al final del día, es al ponerse el sol: «En tanto que pasaba esto, Goar entró en la iglesia donde estaba Rústico, el obispo, con sus clérigos. Miró a una y otra parte y vido que, siendo hora de ponerse el Sol, entraba un rayo dél al soslayo y daba en un rincón. Parecióle que era madero que estava allí, y viniendose caluroso, quitóse el manteo y fuese a poner sobre él, y el rayo del Sol le sostuvo, estándolo mirando el obispo con todos sus clérigos, lo cual también fue por él atribuido a arte mágica.» Ilustración de Antonio Mingote (2005) Quizás la mejor ilustración que define «por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no les fatigaban», es la de Antonio Mingote publicada junto con otras muchas más imágenes geniales suyas en Don Quixote de la Mancha. Compuesto por D. Miguel de Cervantes – Ilustrado por D. Antonio Mingote, editado en 2005 por Editorial Planeta, S.A. en diez magníficos tomos. Luis Miguel Román Alhambra
Juan Bautista Sánchez Bermejo un molinero de altura en los “Almuerzos de don Quijote” Fecha de Publicación: 30/06/2024 En el último Almuerzo de don Quijote de antes del verano organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar, hemos recibido a uno de los pocos molineros en activo que se encargan de construir y mantener todo tipo de molinos de viento Alcázar de San Juan, 30 de junio de 2024.- En la mañana del sábado la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha tenido como invitado a los Almuerzos de don Quijote a Juan Bautista Sánchez Bermejo, uno de los pocos molineros (dos o tres) que quedan en Castilla-La Mancha con capacidad plena no sólo para reparar y mantener estos ingenios, sino para levantarlos desde cero. En esta actividad cultural llamada “Almuerzos de don Quijote”, los invitados nos cuentan sus experiencias, sus trabajos y sus proyectos, alrededor de unos típicos platos manchegos, en una charla abierta y fluida que se prolonga por horas, en la que los socios de la Cervantina aprenden mucho del conocimiento de los especialistas que nos visitan. En esta ocasión Juan Bautista nos ha contado sus últimos proyectos de rehabilitación de molinos de viento, a lo largo de varias comunidades españolas, Murcia, La Mancha y especialmente uno de los últimos proyectos que ha llevado a cabo en Ciudadela (Menorca), la restauración de un molino de tipología Balear de Torre, con seis aspas y cuyo velamen lo forman seis lienzos rectangulares y del que su rehabilitación y puesta en funcionamiento lo ha dejado muy satisfecho. A lo largo del almuerzo nos ha contado el proceso de fabricación de los componentes de la maquinaria de un molino, desde la selección de los árboles adecuados que le proporcionan las maderas requeridas, hasta el trabajo de elaboración de la madera, dando la forma y longitud a cada pieza y ensamblándolas de forma que el conjunto pueda funcionar de forma correcta. Esto es importante, porque su experiencia le dice que hay maestros que cuidan y mantienen los molinos, recuperan sus piezas e incluso sus engranajes, pero luego hacerlos funcionar es otra cosa, porque toda la maquinaria del molino es un conjunto que, para que pueda ponerse en marcha, tiene que ir perfectamente ensamblado y ajustado a fin de obtener de él un óptimo rendimiento en la molienda. Aprendió el oficio de maestro molinero trabajando con otras personas de la comarca que se dedicaban a este oficio, eran fabricantes y reparadores de molinos de viento que se fueron jubilando y en un momento dado, se atrevió a dar un paso adelante sin miedo y siguió perfeccionándose, y en muchos casos, aprender a base de prueba y error. El resultado de su trabajo es que en la actualidad ha conseguido una fiabilidad extraordinaria y todas sus instalaciones se cuentan por éxitos. No entrega un trabajo terminado mientras no ve un molino funcionando, si es a eso a lo que se ha comprometido con los clientes. Por eso no es raro que tenga que viajar habitualmente a las Islas Baleares o allá donde son requeridos sus servicios. De hecho, tiene dos proyectos pendientes para rehabilitar molinos de viento en Mallorca. Podemos decir sin ningún temor a equivocarnos que Juan Bautista es un molinero de altura, ya que le gusta mucho la escalada deportiva y la practica regularmente y siempre que el trabajo se lo permite, para mantenerse en forma y en buenas condiciones de agilidad. En la primavera pasada ha estado por un periodo de dos meses en Argentina, haciendo el ascenso al monte Aconcagua (6.960m) el más alto del continente americano, en la cordillera de los Andes, que es la segunda del mundo en altura tras el sistema de los Himalayas en Asia. Después visitó el desierto de Atacama en Chile, el lugar no polar más árido del planeta, que con una extensión de 105.000km, parajes en los que hay que soportar temperaturas extremas. En resumen, la visita de Juan Bautista Sánchez Bermejo ha constituido un “almuerzo” muy productivo para los cervantistas alcazareños, por la sencillez, naturalidad y forma de ser del invitado, una visita de la que se han beneficiado para perfeccionar en gran medida su conocimiento profundo del molino de viento, tanto de la manipulación de sus principales componentes, como del funcionamiento de cada pieza, de su maquinaria o las partes críticas del mantenimiento de este ingenio industrial que proliferó aquí, en la Mancha en el Siglo de Oro Español. Se puede aseverar que, de no ser por Miguel de Cervantes, que incluyó los molinos de viento como protagonistas de una de las aventuras más conocidas en la historia de don Quijote, estas máquinas hubieran desaparecido de nuestros horizontes, al cesar el objeto principal de su construcción: la molienda de granos, y con toda seguridad se habría perdido en el olvido este bonito y difícil oficio de maestro molinero. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Vídeo del molino Rucio (Consuegra) en plena molienda, remitido por el molinero Juan Bautista Sánchez Bermejo, en la tarde del sábado 29 de junio, tras el Almuerzo de don Quijote en nuestra sede.
La ruta Cervantin@lcazar más especial Fecha de Publicación: 14/06/2024 Ruta Cervantina especial organizada para los usuarios del Centro Frida Kahlo, se realizó en la mañana del viernes en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan tras un intenso trabajo de adaptación por parte del personal responsable del Centro Alcázar de San Juan, 14 de junio de 2024.- la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha coordinado una Ruta Cervantina especialmente adaptada a los usuarios del Centro Frida Kahlo. Los cervantinos alcazareños se muestran de acuerdo en que ha sido una de las más gratificantes que han hecho a lo largo de sus diez años de historia. Si los participantes de la ruta se han quedado satisfechos, los coordinadores mucho más, sobre todo por el mimo y cariño con que ha sido preparada la Ruta. Tras el guion inicial aportado por la Cervantina, las personas responsables del centro, Noelia Redondo y Bárbara Gutiérrez realizaron un intenso y excelente trabajo de adaptación en el que se contó con la inestimable colaboración de Alfonso Justo, experto en lectura fácil y accesibilidad cognitiva del centro, de forma que las informaciones finales que los usuarios recibiesen, fuesen comprensibles y asimilables por la práctica totalidad de los participantes en la Ruta. Ese componente extra de trabajo y dedicación le ha conferido a la actividad un valor extra difícilmente cuantificable del que los conductores de la ruta se sienten muy satisfechos porque era un gran reto para la esta asociación cultural. Luis Miguel Román y Constantino López, presentaron unos días antes en el salón de actos del centro Frida Kahlo el contenido de la ruta y hablaron genéricamente de ella e incluso suscitaron algunos interrogantes, de forma que aumentase la curiosidad de los participantes y acrecentase el deseo de realizarla. La ruta que ha tenido seis paradas, les ha permitido conocer “don Quijote y su gato junto a las Aguas de Alcázar, “El Quijote cósmico” en la plaza de Palacio, “Estatua de Cervantes” y la “Iglesia de Santa María”, el lugar donde estuco la casa de “Juan López Caballero” en la calle de San Juan, el lugar de la casa natal de Miguel de Cervantes” y ha finalizado en la “estatua de don Quijote y Sancho Panza” en la plaza de España. En estos lugares y con lenguaje claro e inteligible, los usuarios han podido conocer la vinculación que todos ellos tienen con la obra “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” y con su autor Miguel de Cervantes Saavedra. Significativo ha sido que en el inicio de la ruta, en la primera de las paradas, donde Alonso Quijano se encuentra sentado en el pilón, leyendo libros de caballería junto a su gato (obra en bronce del escultor José Lillo Galiani, creada en 2007), mientras se explicaba que la persona a la que representaba la imagen, perdió el juicio leyendo libros de caballerías, uno de los usuarios al acercarse a verla más de cerca y leer el título de uno de los libros “Amadís de Gaula”, ha comentado que esa era una de las principales y más famosas novelas de caballerías. Este comentario, que demuestra un conocimiento de Cervantes y su obra muy por encima del nivel medio de visitantes habituales a las rutas, ha dejado favorablemente sorprendidos a los miembros de la Sociedad Cervantina, dejándoles con un excelente sabor de boca, con la sensación de que, si la mayoría de los usuarios lo han pasado bien y han aprendido cosas en la ruta, se ha cumplido sobradamente el objetivo de entretener y enseñar, lo que supone una gran satisfacción por el trabajo realizado. Centro Frida Kahlo y Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
1000 Quijotes cabalgan en la Ciudad de México Fecha de Publicación: 12/06/2024 . Lo del título parece surrealista, pero me refiero a la colección más numerosa de “Quijotes” del continente americano, que se exhibe en la Ciudad de México en el Museo Franz Mayer. La misma está integrada por más de 1000 libros, 786 de ellos son ediciones históricas de la máxima obra de las letras en español y obra maestra de la Literatura Universal de Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, que pertenecen a la colección del museo donde se realiza la muestra. La directora general del mismo, Giovana Jaspersen García, en entrevista al periódico Crónica dijo: “Una historia se puede contar de maneras totalmente distintas: la puede ilustrar Dalí, la puede grabar Doré y cuando vemos el nombre del impresor, del encuadernador, ciertas obras con papeles marmoleados, otras más con nervios móviles, nos damos cuenta que de la cantidad de significados y valores que hay dentro del objeto libro va muchísimo más allá de la historia que nos contó Cervantes y también es fundamental”. Recordemos que el Quijote fue publicado en dos partes, la primera en 1605 y la segunda en 1615. El Quijote ha sido aclamado como la primera novela moderna y un precursor del realismo literario. Tengamos presente que el escritor argentino Jorge Luis Borges, lo consideraba la fuente de la que emanaban todas las novelas. Para el académico Jean Canavaggio, Cervantes con Don Quijote de la Mancha: “no sólo creó un texto que desafía cualquier clasificación bajo las normas existentes, sino que también abrió el camino para todas las formas narrativas futuras”. Entre los tomos que se exhiben, se encuentra el primer Quijote que adquirió Franz Mayer: la edición de la Real Academia Española, publicada en 1780 e impresa por Joaquín Ibarra, de gran lujo e ilustrada por destacados artistas españoles de la época. También en la muestra sobresale la primera traducción a la lengua inglesa, a cargo de Thomas Shelton (1612), las ediciones ilustradas por el pintor inglés John Vanderbank (1738), por Gustav Doré, artista francés y posiblemente el más afamado ilustrador del Quijote (1863); Ricardo Bacala y Juan Luis Pellicer (1880); por Lorenzo Goñi (1967) y por Salvador Dalí (1967). A su vez, el especialista en letras españolas, Emiliano Álvarez, investigador que participó en la curaduría de la exposición dio a conocer que son cuatro los nodos temáticos que se pueden encontrar en la exposición. El primer tema son los personajes femeninos; el segundo es la risa; “se tiñe al libro de una seriedad que no tiene, es para reírnos”; el tercer tema son los límites de ficción y realidad; y el cuarto es la irracionalidad del libro. También Álvarez impartirá la conferencia: “Vuelta y vuelta: el Quijote siempre está recomenzando”. Remarcó el especialista que “El siglo 17 es un momento especialmente convulso en la historia cultural y filosófica occidental y es un momento en que la razón está tratando de definirse a sí misma. Por lo general los conceptos se definen expulsando lo que no son, de aquello que los niega, y eso está configurado en el Quijote de muchas maneras”. ¡Hasta el próximo encuentro..! Dr.(c).Washington Daniel Gorosito Pérez
La venta donde don Quijote es armado caballero Fecha de Publicación: 26/05/2024 Dedicado a un amigo de Pilas Don Quijote llegando a la venta. Dibujo de José Jiménez Aranda (BIQ) En el Quijote hay muchos lugares nombrados, de España y fuera de ella. Vinculados con el entorno físico cercano al lugar de don Quijote, su comarca de origen, explícitamente cinco: El Toboso, Tembleque, Quintanar [de la Orden], Argamasilla [de Alba] y Puerto Lápice, e implícitamente uno: Campo de Criptana. El Toboso es el lugar manchego más nombrado en la novela: «… y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él anduvo enamorado…vino a llamarla Dulcinea del Toboso ―porque era natural del Toboso―» (Q1, 13). Además de ser el lugar de Dulcinea, don Quijote y Sancho pasan por él al inicio y final de su tercera salida de su pueblo. A Tembleque va a segar Sancho desde su pueblo. Era habitual, costumbre que ha llegado hasta el siglo XX, que los jornaleros agrícolas después de terminar las labores en su pueblo fuesen a los de alrededor a echar algunos jornales más que ayudasen en la pobre economía de las familias. Es Sancho quien lo nombra durante las explicaciones que daba a la duquesa a su tan deseado cuento: «Y así, digo que llegando el tal labrador a casa del dicho hidalgo convidador, que buen poso haya su ánima, que ya es muerto, y por más señas dicen que hizo una muerte de un ángel, que yo no me hallé presente, que había ido por aquel tiempo a segar a Tembleque…» (Q2, 31). Quintanar de la Orden está nombrada en dos ocasiones, en contextos muy diferentes y muy distantes entre ellas, al principio del primer Quijote y al final del segundo. La primera es en el regreso a casa de don Quijote, después de ser nombrado burlescamente caballero por el ventero: «No había andado mucho cuando le pareció que a su diestra mano, de la espesura de un bosque que allí estaba, salían unas voces delicadas, como de persona que se quejaba…» (Q1, 4). Estas voces eran de un joven pastor, Andresillo, al que atado a una encina su amo le estaba azotando por perderle cada día una oveja del rebaño que le cuidaba, según él. Este ganadero es «Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar». Al final del segundo Quijote, encontramos la segunda referencia de Quintanar de la Orden. Don Quijote lleva enfermo seis días en la cama y Sansón Carrasco trata de animarlo, diciéndole: «que ya tenía comprados de su propio dinero dos famosos perros para guardar el ganado, el uno llamado Barcino y el otro Butrón, que se los había vendido un ganadero del Quintanar» (Q2, 74). Argamasilla de Alba, es nombrada al final del primer Quijote, con sus célebres vecinos los «Académicos de la Argamasilla». El «autor desta historia» nos adelanta una segunda parte, con una tercera salida de don Quijote de su casa en busca de aventuras, esta vez hacia Zaragoza. Este nuevo escenario de aventuras fuera de la Mancha, e incluso las noticias de la muerte de don Quijote, dice el autor que las conoce por unos pergaminos que un médico había encontrado en una caja de plomo, entre los cimientos de una antigua ermita que se estaba reconstruyendo: «…que contenían muchas de sus hazañas y daban noticia de la hermosura de Dulcinea del Toboso, de la figura de Rocinante, de la fidelidad de Sancho Panza y de la sepultura del mesmo don Quijote, con diferentes epitafios y elogios de su vida y costumbres… Las palabras primeras que estaban escritas en el pergamino que se halló en la caja de plomo eran estas: Los académicos de la Argamasilla, lugar de la Mancha en vida y muerte del valeroso don Quijote de la Mancha, hoc scripserunt.» (Q1, 52). Hay muchísimos autores que mantienen que Argamasilla de Alba es el lugar de don Quijote, contraviniendo la intención explícita de Cervantes de no nombrar el lugar de don Quijote en la novela: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía un hidalgo…» (Q1, 1). Argamasilla de Alba no es el lugar de don Quijote, pero sí delimita el sur de esta comarca donde está el famoso lugar. De lo que no cabe duda alguna es que Argamasilla de Alba es el lugar de don Quijote, ¡pero del Quijote apócrifo de Avellaneda! Mientras Cervantes estaba terminando su segundo Quijote, un anónimo Alonso Fernández de Avellaneda imprimía en 1614 el «Segundo Tomo del Ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha», dirigido «Al Alcalde, regidores y hidalgos, de la noble villa de Argamesilla de la Mancha, patria feliz del hidalgo caballero don Quijote, lustre de profesores de la caballería andastesca» Este «inquietante Quijote de Avellaneda», como lo califica Enrique Suárez Figaredo, indigna y aguijona a Cervantes a terminar su segundo Quijote, introduciendo a última hora críticas directas hacia el enigmático autor de Tordesillas, saliendo también de la imprenta madrileña de Juan de la Cuesta en 1615. Anotar, porque es necesario hacerlo también, que en la Mancha que conoció y recorrió Cervantes había dos Argamasillas, hoy en la misma provincia de Ciudad Real: Argamasilla de Alba y Argamasilla de Calatrava. Puerto Lápice, es el cuarto mojón o hito geográfico que cierra el borde de la comarca manchega de don Quijote, con El Toboso. Localidad actual de la provincia de Ciudad Real, era en tiempo de Cervantes un pequeño núcleo dentro de los límites de la villa de Herencia, compuesto por unas casas-quintería de agricultores y una venta, siendo esta propiedad de un vecino de Villafranca de los Caballeros. Con este topónimo es ya nombrado este paraje en las Relaciones Topográficas de Herencia, en 1575: «… en el término de ella está una venta que se dice el Puerto Lápice como está declarado y esto responden, y esta venta es de un particular vecino de Villafranca». Hacia este lugar van don Quijote y Sancho después de la aventura de los molinos, encontrándose con la comitiva vizcaína y de frailes de San Benito. Campo de Criptana está nombrada implícitamente, por ser la única villa en toda la Mancha que contaba con más de treinta molinos de viento en el tiempo de la escritura del Quijote. Está muy cerca del lugar de don Quijote, porque contra uno de esos molinos entró en batalla al inicio de su segunda salida: «—La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.» (Q1, 8) En mis trabajos, tanto en artículos en este blog como en publicaciones en papel, he puesto nombre a cuatro lugares más dentro de esta comarca: Alcázar de San Juan como el lugar de don Quijote, la Venta de Manjavacas donde es armado caballero don Quijote, Mota del Cuervo donde el Caballero del Verde Gabán tenía su casa y Socuéllamos como el lugar donde Camacho y Quiteria iban a celebrar sus famosas bodas. Sobre la venta en la que es armado caballero don Quijote se ha escrito mucho y parece que se va a seguir haciendo. Es el lugar donde el hidalgo manchego llega después de un largo día de camino a lomos de su buen Rocinante en su primera salida de su casa en busca de aventuras. Esto es lo que nos cuenta el narrador: Casi todo aquel día caminó sin acontecerle cosa que de contar fuese, de lo cual se desesperaba, porque quisiera topar luego con quien hacer experiencia del valor de su fuerte brazo. Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la del Puerto Lápice, otros dicen que la de los molinos de viento; pero lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo que he hallado escrito en los anales de la Mancha, es que él anduvo todo aquel día, y, al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre, y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba. Diose priesa a caminar, y llegó a ella a tiempo que anochecía. (Q1, 2) Cervantes deja meridianamente claro a sus lectores que la primera aventura de don Quijote no es la de Puerto Lápice, ni la de la batalla contra los molinos de viento en Campo de Criptana, sino la de la venta donde es armado caballero, que tampoco nombra. En esta parte de la Mancha, por la cercanía entre lugares, había tres ventas en sus caminos: La Venta de Puerto Lápice. La Venta de Manjavacas en Mota del Cuervo. La Venta de Las Motillas entre Alcázar de San Juan y Manzanares. Cervantes deja, a sus primeros lectores de principio del siglo XVII, situada en el mapa de la Mancha esta venta durante el regreso de don Quijote a casa desde ella. La primera aventura de don Quijote, siendo ya «caballero andante», es al poco de salir de la venta por el mismo camino que llevó el día anterior. Es la del joven Andresillo. Cerca de la venta estaba el pastor Andrés guardando el rebaño de su amo «Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar». Y poco después don Quijote se encuentra de frente con una comitiva de comerciantes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. Solo la Venta de Manjavacas se encuentra en el transitado camino de Toledo a Murcia, al este de esta comarca. Desde ella, caminando don Quijote hacia el oeste, de regreso a su casa, pudo encontrase de frente con la comitiva de mercaderes toledanos. Hasta el año 2011, en el que en Mi vecino Alonso, analizando estos datos en el contexto geográfico de esta parte de la Mancha, nombré por primera vez esta desaparecida Venta de Manjavacas como la venta a la que llega don Quijote en su primera salida, algunos autores situaban este episodio en la Venta Quesada, en el término de Manzanares o en la Venta de Puerto Lápice. Veamos algunos ejemplos. A finales del siglo XVIII se editaron en España dos Quijotes que incluían por primera vez sendos mapas donde se delineaban los lugares de paso y los parajes de las aventuras de don Quijote. Mapa del Quijote de Ibarra o de la RAE (1780) El primero de ellos lo imprime lujosamente Joaquín Ibarra para la Real Academia de España en 1780. En él, aparece el «Mapa de una porción del Reyno de España que comprehende los parages por donde anduvo Don Quixote, y los sitios de sus aventuras. Delineado por D. Tomás López Geógrafo de S.M. según las observaciones hechas sobre el terreno por D. Joseph de Hermosilla Capitán de Ingenieros». Este mapa también fue conocido como «el de la Academia» Tomás López se limitó a marcar y anotar el recorrido sugerido por José de Hermosilla en uno de sus mapas de España, tan reconocidos en su época. No marca el lugar de don Quijote, aunque por aproximación a las primeras aventuras parece indicar que Hermosilla se decantaba por Argamasilla de Alba. En la leyenda del mapa están numeradas las aventuras por orden cronológico a cómo sucedieron en la novela. La primera no puede ser otra que la de la venta: «1. Venta donde fue armado Caballero». En el mapa el «1» corresponde a un paraje situado entre Manzanares y Valdepeñas, donde no existía venta alguna. El geógrafo, además de la situación de esta venta inexistente, ubica la «5. Aventura de los molinos de viento» entre Argamasilla de Alba y Villarta de San Juan, donde tampoco existían molinos de viento en tiempo de la escritura del Quijote. Y la «6. Aventura de los frailes y el Vizcaino» la marca al oeste de Puerto Lápice, en medio de la Sierra de la Calderina. Mapa del Quijote de Sancha (1791) Unos años más tarde, en 1797, Gabriel de la Sancha imprime otro magnífico Quijote, con otro mapa nuevo, la «Carta Geográfica de los viajes de don Quixote y sitios de sus aventuras: Delineada por D. Manuel AntoRodrigz según las observaciones históricas de D. Juan Anto Pellicer, Biblioteco de S.M.» Juan Antonio Pellicer marca Argamasilla Alba como la «patria de D. Quixote». La venta donde es armado caballero, la primera aventura, la sitúa entre Manzanares y Villarta de San Juan. En este entorno ha existido hasta su completa demolición durante el siglo XX la Venta de Quesada. Propiedad de la familia Quesada, asentada en Manzanares en el siglo XV, esta venta no está nombrada en las Relaciones hechas en Manzanares, en enero de 1579. ¿Olvido o intención de no notificar esta venta y sus rentas? Tres años después de la primera solicitud del rey, hecha en octubre de 1575, ante la insistencia del alcalde mayor y del gobernador del Campo de Calatrava, el alcalde Juan Sánchez, el regidor Juan Bautista Salinas y varios vecinos, entre los que se encontraba el bachiller Francisco de Quesada, se reunieron en su ayuntamiento, para dar traslado a la instrucción del rey. Si bien parece que esta venta ya estaba funcionando en aquella época, dentro de las muchas propiedades de la familia Quesada, no se dice nada de ella. Es más, no responden nada a la pregunta de «Si el pueblo fuere pasajero, en qué camino real estuviese, y las rentas que hubiere en la tierra y términos de él, y cuyas son, y lo que valen», cuando por su término pasaban caminos hacia Levante y Andalucía. Uno de los vecinos que confeccionaron las respuestas era un Quesada. La vuelta a casa desde esta venta la marcan, no por el mismo camino que había llevado don Quijote el día anterior, como sería lo lógico, sino que sugieren otro camino alternativo para llegar a Argamasilla de Alba, donde tiene lugar la aventura del pastor Andrés y los mercaderes toledanos, inexplicablemente por alcance no de frente como nos dice el narrador: «Y habiendo andado como dos millas descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia» (Q1, 4). La aventura de los molinos de viento está señalada entre Villarta de San Juan y Manzanares, donde no había ni un solo molino de viento. Tanto Hermosilla como Pellicer marcan ventas, existentes o no, lejos de la Venta de Puerto Lápice. Sin embargo, sí es en Puerto Lápice donde enmarcan la aventura con el vizcaíno y los frailes de San Benito, después de la aventura de los molinos, siguiendo la cronología del texto cervantino. Tener erróneamente a Argamasilla de Alba como origen de las aventuras les condicionó los demás puntos de las primeras aventuras, inventándose parajes con ventas y molinos donde nunca los ha habido. Un siglo después, a caballo entre los siglos XIX y XX, varios viajeros ilustres peregrinaron por la Mancha tratando de pisar los mismos caminos reales en los que Cervantes puso a sus personajes de ficción. Uno de ellos fue August Florian Jaccaci. Pintor y escritor franco-americano, dedicó toda su vida al arte. En 1896 publica en Nueva York On the trail of Don Quixote, con ilustraciones de su amigo español Daniel Urrabieta Vierge. Su viaje cervantino, más bien quijotesco, lo inicia en Madrid. En su estación de Mediodía toma el tren hacia Ciudad Real, donde el gobernador de la provincia le entrega una carta-orden para que le acompañe un escolta armado, allí donde lo precisara. En tren viaja hasta Manzanares donde se sube a otro tren que le dejará en la estación de Argamasilla, la actual estación de Cinco Casas. Su intención era llegar a Argamasilla de Alba y desde allí ir en busca de los parajes de las aventuras quijotescas. Después de visitar la Cueva de Montesinos y las lagunas de Ruidera se encamina hasta Montiel, para de nuevo volver a Argamasilla. Su siguiente salida la titula: El Toboso. Según el índice, pasará en su camino por The Venta Quesada. Según la traducción al español, que hizo Esther Bautista Naranjo en Un americano en La Mancha tras las huellas de don Quijote (2010), Jaccaci describe de esta manera su llegada a esta venta, ya desmantelada: Las ruinas eran de una importante venta, uno de los muchos lugares donde hospedarse que se podían encontrar cada pocas horas en este camino real cuando por él pasaba todo el tráfico entre Madrid y Sevilla. Si son ciertas las ingeniosas conjeturas de los estudiosos que, no sin esfuerzo, han realizado elucubraciones sobre la novela cervantina, esta venta tuvo la rara fortuna de ser visitada por don Quijote al comienzo de sus andanzas. En este patio que ahora está vacío y desierto es donde el Caballero de la Triste Figura veló sus armas antes de aquella mañana cuando el astuto y pendenciero ventero le armó caballero. Si Puerto Lápice ha pasado a formar parte de la geografía del Quijote, además de ser realmente donde don Quijote arremete contra los frailes benitos y el escudero vizcaíno, es gracias principalmente a Azorín, seudónimo del escritor-periodista José Martínez Ruiz, que recorrió esta misma zona manchega pocos años después. Durante su viaje en 1905, año que se conmemoraba el tricentenario de la publicación del primer Quijote, escribió unos artículos publicados en el periódico El Imparcial y poco después, ante el éxito tenido, formaron su libro La ruta de don Quijote. Azorín, en su publicación Madrid, recordaba treinta y seis años después de su peregrinación por la Mancha de don Quijote, lo que Ortega Munilla, el director del periódico, le encargó vistar: «Va usted primero, naturalmente, a Argamasilla de Alba. De Argamasilla creo yo que se debe usted alargar a las lagunas de Ruidera. Y como la cueva de Montesinos está cerca, baja usted a la cueva… No olvide los molinos de viento. Ni el Toboso…» Ya sabemos que Azorín, como él mismo lo confesó muchos años después, realmente el primer lugar al que llega de la Mancha en su mítica peregrinación no es Argamasilla de Alba sino a Alcázar de San Juan, y también Alcázar es el último antes de subirse al tren con destino a Madrid, después de visitar Campo de Criptana y El Toboso. Azorín, en Alcázar de San Juan alquila un carro y llega a Argamasilla de Alba, tal y como le indicó su director. Desde Argamasilla se traslada en carro hasta Puerto Lápice: Ya llevamos caminando cuatro horas; son las once; hemos salido a las siete de la mañana. Atrás, casi invisible, ha quedado el pueblo de Argamasilla…Ya casi entramos en el famoso Puerto Lápice… entramos en él; son las cinco de la tarde; mañana hemos de ir a la venta famosa donde don Quijote fue armado caballero… Fue tan amplia la lectura de La ruta de don Quijote que quedó Puerto Lápice remarcado como el lugar donde se encontraba la venta cervantina tres siglos antes. Años después, el buen trabajo de marketing realizado por el propietario de la venta actual, hizo el resto. A los miles de viajeros y excursionistas que pasaban de Madrid a Andalucía en autobuses por sus mismas puertas, junto a la antigua carretera nacional IV, poco o nada le interesaba el texto cervantino. El guía ya les anunciaba a su salida de Madrid que iban a tener el privilegio de estar en la venta donde fue armado caballero don Quijote. Unas fotos junto al pozo, una consumición o comida típica en su buen restaurante, durante muchos años dirigido por las buenas manos de Eusebio, y vuelta al autobús, Granada o Sevilla están aún lejos. Mientras, el conductor y el guía del autobús recogían la sustanciosa comisión ofrecida por su parada. Pero ante este colosal entramado turístico-comercial poco o nada se puede hacer. Seguirán parando viajeros con la misma intención de pisar las mismas piedras del patio donde dicen que don Quijote veló sus armas junto al brocal de su pozo. Don Quijote luchando contra el vizcaíno en Puerto Lápice. Dibujo de José Jiménez Aranda (BIQ) Lo realmente difícil de entender es que todavía haya autores o instituciones que tratando de marcar los caminos y aventuras de don Quijote, asegurando que han leído la novela, siguen marcando esta venta de Puerto Lápice como la primera aventura de don Quijote, olvidando que la aventura que sí se produce en Puerto Lápice es la que el hidalgo manchego tuvo contra unos pobres frailes de San Benito y en la que casi mata a un escudero vizcaíno. Luis Miguel Román Alhambra
El motivo de la dedicatoria del Quijote de 1605 al duque de Béjar, pudiera estar cerca Fecha de Publicación: 20/05/2024 . Es todavía una incógnita el motivo por el que, en 1605, Miguel de Cervantes Saavedra dedicó el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha al duque de Béjar, Alfonso Diego López de Zúñiga-Sotomayor y Pérez de Guzmán. Hasta ahora es desconocida la relación de Miguel de Cervantes con este noble, incluso hay quien dice que la citada dedicatoria fue rehusada por el propio duque, al que Cervantes no le volvió a dedicar obra alguna. La dedicatoria es muy breve, redactada en tono distante, lo que contrasta con la originalidad del prólogo. En sus pocas líneas, se puede constatar un doble plagio descubierto por Hartzenbusch trescientos años después de ser escrita. Tiene cinco frases de otra dedicatoria, la de Fernando de Herrera al marqués de Ayamonte (Huelva) y una más del largo prólogo de Francisco de Medina. Un hallazgo reciente de documentos, sitúa a Cervantes entre las actuales provincias de Sevilla y Huelva casi todo el año 1593. Dos nuevos documentos que ha encontrado el historiador Bartolomé Miranda Díaz, experto documentalista vinculado a la Universidad de Sevilla, los documentos son originales de cartas de poder otorgadas por distintos Ayuntamientos. En aquellos años (1587-1594) la misión de Cervantes consistía en la recaudación de grandes partidas de trigo, aceite, cebada, garbanzos, habas y otros bastimentos necesarios para la alimentación de la tripulación de las galeras de la Armada Imperial y de los galeones de la Armada Real de la Guarda de las Flotas de la Carrera de Indias. El cargo que ostentaba Cervantes era de comisario general de abastos, al servicio del proveedor general Miguel de Oviedo, para sacar todo el trigo y cebada que pudiese hallar en los pueblos localizados en torno a Sevilla. El nuevo hallazgo de documentos se ha producido investigando la historia de Castilleja del Campo que el profesor Miranda coordina junto con el archivero municipal de Brenes (Sevilla) Miguel Ángel Rodríguez Luque, en un proyecto sufragado por el Ayuntamiento de la localidad y la diputación de Sevilla. La actividad recaudatoria de Cervantes en Andalucía ha sido ampliamente documentada por José Cabello Núñez, archivero municipal de La Puebla de Cazalla (Sevilla), quien ha dado a conocer en los últimos años más de una treintena de documentos cervantinos. Otros documentos hallados por Cabello Núñez con anterioridad relacionan a Cervantes en 1592 con Porcuna (Jaén) y en 1593 con las villas sevillanas de Utrera, Carmona, Marchena, Arahal, Paradas, La Puebla de Cazalla, Morón de la Frontera, Osuna y la gaditana de Villamartín. Está documentada la presencia de Cervantes en localidades sevillanas, principalmente de la comarca del Aljarafe. Cuando recibió el encargo de recaudar impuestos para las galeras de la carrera de indias y de la armada, al menos desde el 7 de julio de 1593 hasta el 26 de noviembre estuvo en Niebla, en la comarca del Condado de Huelva. Este Condado es el de Niebla (Huelva), perteneciente al ducado de Medina Sidonia, cuya localidad está a escasos kilómetros de Gibraleón (Huelva) y recordemos que el duque de Béjar era además marqués de Gibraleón, por lo que es factible que se descubra algún otro documento sobre la actividad de Cervantes en esa localidad o en alguna próxima. Hecho que pudo provocar alguna circunstancia que hizo que se conociesen personalmente el duque de Béjar y Miguel de Cervantes y ello diera como fruto la dedicatoria de la primera parte del Quijote. De este encuentro y de la relación, si la hubo, pudiera haber pruebas documentales en el archivo privado del ducado de Medina Sidonia, situado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), ya que está compuesto por 6.224 legajos y es considerado como uno de los archivos privados más importantes de Europa. Custodia documentos fechados a partir del siglo XIII, aunque conserva un Privilegio rodado de Fernando II de Castilla, de 1128, referente a la concesión del portazgo de Villafranca del Bierzo al Monasterio de Santa María de Carracedo, que es el documento más antiguo. Alonso M. Cobo Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El Quijote y el cine de Manuel Gutiérrez Aragón Fecha de Publicación: 15/05/2024 . El origen y presentación de la serie Con un presupuesto que rondó los 1.000 millones de pesetas y dos años y medio de trabajo, El Quijote se proyectó en Valladolid íntegramente y en su formato cinematográfico original antes de ser emitido por TVE. Gutiérrez Aragón se encontraba en Barcelona con Jaime Camino cuando Emiliano Piedra le llamó para proponerle la dirección del proyecto. Le dijo al momento que sí, aunque después de leer los guiones se lo pensó un poco más. Tenía muy claro que la serie se basaría sobre todo en la novela y no en el personaje. Pretendía contar en imágenes la novela. El guion de Camilo José Cela resultaba bastante fiel al texto original de Cervantes. El Quijote, de llevarse a imágenes, tendría para su director más sentido como serie, porque es un libro serial, un libro que se compone de grandes tramos, a veces muy repetitivos de estructura. Piensa que el guion, la realización, la dirección, la interpretación, sobre todo, es fiel a El Quijote original. Don Quijote es un personaje fanático, ridículo. Emiliano Piedra fue el productor de la serie, junto con Pilar Miró. Fue el impulsor de la obra mucho antes de llegar Gutiérrez Aragón. Era un entusiasta de El Quijote. Siempre estuvieron de acuerdo; puso muchísima ilusión y muchísimo talento. Tuvieron mucha suerte al contar con Fernando Rey como Quijote. Para Sancho, todos pensaban que Alfredo Landa era ideal. El resto de los personajes se buscaron entre los mejores actores españoles. Dulcinea, aunque está presente siempre, visualmente no aparece en la primera parte. Gutiérrez Aragón insistió bastante en que prefería tener a Don Quijote en los decorados, más que en la propia Mancha, porque la actual no es ya la de Cervantes: no era tan cerealista, sino más boscosa. Además, el Quijote pasa gran parte de su tiempo en Sierra Morena, donde sí rodaron. Predominan los exteriores y hay que destacar la labor de Teo Escamilla. El Quijote no es un estilo barroco, sino de transición. En la escena de la batalla contra los molinos, descabalgó al Quijote y lo paseó entre los molinos, cada uno de los cuales tenía el nombre de un gigante, sacado de los libros de caballería. No desechó la idea de que Don Quijote se enganchase en un aspa y diera vueltas. La batalla con los carneros, donde sí aparecen caballeros, es el único momento en el que se permitió no seguir exactamente el texto. Nunca se había hecho en la pantalla de una manera tan extensa. Salen incluso partes de la novela marginales, porque en el mundo de Don Quijote son importantes todos los encuentros que tiene en la sierra[1]. El director Para Vicente Molina Foix, Gutiérrez Aragón no solo es el cineasta español más leído, sino el más letrado. Las categorías manejadas por el director oscilan entre el materialismo dialéctico y los sueños. Cabe hablar del destino o aspiración cervantina de Gutiérrez Aragón, citando sus palabras sobre la admirable naturalidad que el Quijote instaura entre la realidad concreta de la Mancha y los acontecimientos irreales que en ella se suceden. Aproximado al gran libro de Cervantes de forma sesgada, periférica, en La noche más hermosa, una cadena de casualidades, iniciada por la voluntad férrea de Pilar Miró, hizo que el cineasta, en un momento de desánimo cinematográfico, aceptara el encargo del productor Emiliano Piedra para rodar, con el apoyo económico de la RTVE que entonces dirigía Miró, una larga serie sobre Don Quijote de la Mancha. El proyecto se haría a lo grande; equipos técnicos de la mayor solvencia y colaboradores artísticos de renombre. La música de Lalo Schifrin, que tiene un motivo melódico central pegadizo, cae a veces según Molina Foix en el elemental sinfonismo de las películas de acción americanas. Pero lo peor fueron los guiones originales, que el propio director de la serie se negó a llamar así. Encargados a Camilo José Cela y astronómicamente pagados por el ente público, desde el primer día se dijo que esos “objetos inútiles” ni siquiera eran del autor de La familia de Pascual Duarte, sino obra de “negros” literarios. Ante la negativa de Gutiérrez Aragón de hacerse cargo cinematográficamente de tales pseudoguiones, TVE y Piedra decidieron darle libertad absoluta de reescritura al director de la serie, también guionista propio y ajeno de larga trayectoria. Rodada en formato cine a lo largo de nueve meses, la serie se emitió a primeros de 1992 en cinco capítulos, y fue tal su éxito que de inmediato se empezó a preparar una extensión que adaptara la segunda parte de la novela de Cervantes. Diversos avatares (Pilar Miró había dejado su cargo en RTVE y se produjeron las muertes de Emiliano Piedra y, más tarde, de Fernando Rey) fueron atrasando su continuación, escrita ya en primera instancia por Gutiérrez Aragón y con el nombre de Mario Camus propuesto para la dirección. Este segundo proyecto no se llevó a cabo, aunque casi diez años más tarde haya sido el propio Gutiérrez Aragón quien volviera cinematográficamente a la novela de Cervantes[2]. El Quijote de Miguel de Cervantes es también un excelente Quijote de Gutiérrez Aragón. Sutil, trepidante, refinada de estampa y caracterización, la serie hace honor a la combinación mágico – realista del libro. Las mejores escenas de El Quijote de Cervantes son las que transcurren en exteriores. En una película que muestra con gran potencia visual el paisaje manchego (real), las varias secuencias nocturnas de reposo o conversación entre Don Quijote y Sancho filmadas en un bello decorado que hace el cielo imposiblemente azul producen efectos de encantamiento muy adecuados ambos a la intención de la novela. El caballero Don Quijote (2002). El hidalgo había vuelto a casa herido, humillado y exhausto. Hay una lógica narrativa que une, por encima del tiempo transcurrido entre las dos publicaciones de Cervantes (diez años) y las dos filmaciones de Gutiérrez Aragón (once), las dos obras resultantes. El Alonso Quijano de Juan Luis Galiardo es más joven y mucho más sensato y terrenal que el de Fernando Rey, algo que está en sintonía con el texto cervantino de la segunda parte. Más problemática es la composición del Sancho de Carlos Iglesias. Donde Landa fue llano, Iglesias es vulgar. Hay excelentes aportaciones actorales en la película, entre otras las de Santiago Ramos, Emma Suárez, Fernando Guillén Cuervo y Juan Diego Botto. El empaque formal, la bella consistencia de los decorados y localizaciones elegidas, el ocurrente vestuario de Gerardo Vera, el espectáculo en su más trepidante grado emocional, la luz de las imágenes de Alcaine: todos esos elementos siguen siendo eminentes en El caballero Don Quijote, a los que se añaden novedades como la del brillante uso de las técnicas digitales en la escena de la Cueva de Montesinos. En El caballero don Quijote, Don quijote muere de tristeza, de una causa próxima que es el derribo del Quijote por el caballero de la Blanca Luna, en la playa. Pero alguien vio que en realidad todo empieza en el momento en que Don Quijote discute con Sancho a causa de los azotes. Sancho no quiere azotarse y Don Quijote y el escudero se enzarzan en una pelea desagradable. Sancho ataca al caballero. Luchan. En un momento, Don Quijote, de un empujón, cae contra una piedra. Se da la cabeza contra ella. Don Quijote ha de enfrentarse, en lucha final, con el caballero de la Blanca Luna. Pero ya de su cabeza, bajo el casco, mana un hilo de sangre: Don Quijote nunca ha superado el golpe que le propinara Sancho. Los dos caballeros cruzan sus lanzas y Don Quijote cae derribado. Pero, en realidad, su herida íntima es la causada por Sancho, y la herida mortal también. Pero tiempo más tarde, el caballero Don Quijote muere rodeado de Sancho, sus amigos y familiares[3]. El Quijote de Miguel de Cervantes (1991). Duración: un capítulo de 90 minutos y cuatro capítulos de 55 minutos. Intérpretes: Fermín Reixach (Cardenio), José Luis López Vázquez (ventero 1), Aitana Sánchez – Gijón (Dorotea), Eugenio Lázaro (Ginés de Pasamonte), Nuria Gallardo (sobrina). El caballero Don Quijote (2002). Guion: Manuel Gutiérrez Aragón, basado en la obra de Miguel de Cervantes. Duración: 119 minutos. Intérpretes: José Luis Torrijos (cura), Víctor Clavijo (barbero), Santiago Ramos (Sansón Carrasco), Kiti Manver (ama), María Isasi (sobrina), Manuel Alexandre (Montesinos), Marta Etura (Dulcinea), Joaquín Hinojosa (Duque), Emma Suárez (Duquesa), Juan Diego Botto (Tosilos), Manuel Manquiña (Merlín), Fernando Guillén Cuervo (secretario)[4]. Señala el director que lo que más le gusta de Don Quijote de la Mancha es que Don Quijote discurre por la Mancha, llega a pueblos con nombres concretos, pero esa Mancha es un lugar donde suceden episodios mágicos. Por una parte es un lugar muy real y por otra muy mágico[5]. José Manuel Gutiérrez Sánchez (Torrelavega, 1942) escribió los guiones de sus películas y también colaboró en los de Furtivos (1975) de José Luis Borau y Las largas vacaciones del 36 (1976) de Jaime Camino. Sus mejores películas son Maravillas (1980), Demonios en el jardín (1982) y La mitad del cielo (1986)[6]. Nacido en Torrelavega el 3 de enero de 1942 como José Manuel Gutiérrez Sánchez Aragón, nieto de abuelo español emigrante en Cuba y de abuela cubana, hijo primogénito de padre criollo y sobrino de indianos, vivió rodeado de nostalgia y de melancolía cubana todos los días de su niñez. Para estudiar en la Universidad, Manolo tiene que instalarse ya definitivamente en Madrid desde 1961. En la facultad de Filosofía y Letras entra en contacto con la gente del Partido Comunista de España (PCE), en el que acaba ingresando, al año siguiente de haberse establecido en la capital, por mediación de Chicho Sánchez Ferlosio. Y entre sus compañeros de célula partidaria se encuentra por entonces Fernando Sánchez Dragó. Sin embargo, la curiosidad cultural y la personalidad del nuevo militante, ajeno a todo dogmatismo, encajan mal en el marxismo ortodoxo. Entra en la escuela de cine, donde se va a encontrar también con activos militantes comunistas. En la escuela de cine comparte promoción con Patricio Guzmán, Antonio Drove, Josefina Molina, Iván Zulueta y José Luis García Sánchez. Todos ellos tienen como profesor de guion a José Luis Borau, futuro director de Furtivos (1975). El magisterio de Borau dejará una huella profunda sobre su discípulo Manolo Gutiérrez. Más adelante, el admirado profesor se convertirá en valedor, amigo, consejero, coguionista e incluso productor de Manolo Gutiérrez. Dos “cuentos cervantinos” fueron estructurados y concebidos de forma diversa: una serie para TV, integrada por cinco capítulos y compuesta a partir del primer libro que narra las aventuras de Don Alonso Quijano (Don Quijote, 1991) y un largometraje para la pantalla grande, extraído del segundo libro sobre el hidalgo manchego: El caballero Don Quijote (2002). Dos abordajes directos del universo creativo más querido por el director heredero de una tradición tan española como la cervantina[7] . Gutiérrez Aragón ha colaborado, en calidad de coguionista, con José Luis Borau o José Luis García Sánchez. En 1991 adapta El Quijote para TVE en cinco capítulos. Y a finales de 2002 estrena una nueva entrega de las andanzas del ingenioso hidalgo (El caballero Don Quijote), realizada para ser exhibida en salas comerciales. Aquellas primeras colaboraciones quijotescas le permiten, de un lado, conectar con una cantidad de público indispensable hasta la fecha y, de otro, conocer y trabajar con un hombre extraordinario y un productor irrepetible en el cine español: Emiliano Piedra[8]. Una vigorosa, a veces explícita y casi siempre subterránea vena cervantina recorre la filmografía de Manuel Gutiérrez Aragón. La vena cervantina se muestra extraordinariamente fecunda para la obra cinematográfica de Gutiérrez Aragón. Será incluso una personalísima, original relectura de La novela del curioso impertinente (relato autónomo incluido por Cervantes en su libro) la que genere una heterodoxa comedia estilizada sobre el demonio de los celos: La noche más hermosa (1984). Todo el esquema argumental referente al triángulo formado por los tres personajes, y hasta la literalidad escénica de ciertas situaciones, remiten de forma inequívoca, y a veces explícita, al texto de Cervantes. Manuel Gutiérrez Aragón era el director idóneo para enfrentarse a una adaptación frontal de El Quijote. Gutiérrez Aragón se mantiene fiel a la representación realista de las personas y de los objetos que constituyen el objeto material sobre el que Don Quijote construye sus fantasías. El cineasta tendrá la oportunidad de llevar al cine la segunda entrega de la novela cervantina, a la sazón mucho más juguetona, lúdica, fantasiosa y metaficcional que la primera. Estamos aquí frente al retrato cálido y sabio de un caballero otoñal, cansado y escéptico. Estamos ante un Quijote que persigue sorprendido a su propia leyenda, que se siente desbordado por la fama que le precede, que se ve rebasado y humillado por la parodia que se hace de su propia figura en las ferias de los pueblos. Este nuevo Quijote se sabe a sí mismo materia de ficción, se siente imitado y suplantado por el Quijote de Avellaneda. El Quijote de Gutiérrez Aragón deberá ceder incluso el protagonismo del desenlace al propio escudero[9]. Cineasta de inspiración telúrica, verdadero romántico del Norte aun cuando ruede en Andalucía y la Mancha, familia acomodada, vivió una infancia feliz en Torrelavega hasta que a los seis años cayó enfermo de tuberculosis[10]. El Quijote (1991). Decorados: Félix Murcia. Intérpretes: Fernando Rey (Don Quijote), Alfredo Landa (Sancho Panza), Francisco Merino (cura), Manuel Alexandre (barbero), Emma Penella (Teresa Panza), José Luis Pellicena (Cervantes), Fermín Reixach (Cardenio), Aitana Sánchez – Gijón (Dorotea), José Luis López Vázquez (ventero 1), Héctor Alterio (ventero 2), Esperanza Roy (Maritornes), Eusebio Lázaro (Ginés de Pasamonte), Terele Pávez (ama), Nuria Gallardo (sobrina). El caballero Don Quijote (2002). Guion: Manuel Gutiérrez Aragón, sobre El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Fotografía: José Luis Alcaine. Dirección artística: Félix Murcia. Música: José Nieto. Ayudantes de dirección: Ignacio Gutiérrez Solana y Carlos Llorente. Lugares de rodaje: Cádiz, Sevilla, Toledo, Madrid, Ávila, Belmonte (Cuenca) y Valle de Alcudia (Ciudad Real). Duración: 119 minutos. Estreno: 8/11/2002 (Madrid). Espectadores: 70.144. Intérpretes: Juan Luis Galiardo (Don Quijote), Carlos Iglesias (Sancho Panza), Santiago Ramos (Sansón Carrasco), Víctor Clavijo (Barbero), José Luis Torrijos (cura), Kiti Manver (ama), María Isasi (sobrina), Manuel Alexandre (Montesinos), Marta Etura (Dulcinea), Juan Diego Botto (Tosilos), Joaquín Hinojosa (Duque), Emma Suárez (Duquesa), Manuel Manquiña (Merlín), Fernando Guillén Cuervo (secretario). Premio Ciudad de Roma a la mejor película latina. Festival Internacional de Cine de Venecia[11]. En abril de 1989 se anunciaba la puesta en marcha de un ambicioso proyecto por parte de TVE, impulsado en su interior por Pilar Miró, conducido desde la producción por Emiliano Piedra, sobre guiones escritos por Camilo José Cela y dirigida por Gutiérrez Aragón para rodar una serie sobre El Quijote. El primer escollo surgió cuando el director leyó los supuestos guiones escritos por Cela. Se aceptó la propuesta de Gutiérrez Aragón y este se aplicó a la tarea de escribir los que habían de ser los auténticos guiones de la serie, si bien se llegó al acuerdo de que, en los títulos de crédito, el novelista seguiría figurando como autor de los mismos. La primera gran opción que tomó fue la de escoger el libro en lugar del personaje a la hora de concebir su Quijote particular. Ese criterio implicaba seguir de cerca, o al menos hasta donde pudiera ser razonable, la estructura original de la novela. El Don Quijote a quien Fernando Rey interpreta es un caballero andante que tiene tanto de fanático enloquecido como de histrión cómico y risible. Con los interiores rodados en los viejos estudios Bronston, el Quijote se beneficia de unos decorados espléndidamente trabajados. La novela del curioso impertinente es un relato casi independiente dentro de El Quijote cervantino y que la película elimina, quizás porque el director se había servido ya de su historia anteriormente en La noche más hermosa. Rodada en soporte cinematográfico, la serie se proyectó por primera y única vez sobre una pantalla grande durante la Seminci vallisoletana de 1991 y se emitió por televisión a lo largo de 1992. Televisión Española tenía la intención de adaptar después la segunda parte de la novela y estaba previsto inicialmente que fuera Mario Camus quien la dirigiera, pero un cambio de planes hizo recaer de nuevo sobre Gutiérrez Aragón la tarea de la dirección. La idea de rescatar para el cine ese segundo volumen renació bajo el impulso del productor Andrés Vicente Gómez, quien abrigaba el propósito de hacer un largometraje, concebido en exclusiva para las salas y dirigido también por Gutiérrez Aragón. El director llegó a escribir el guion de esta segunda parte con el título de El caballero Don Quijote[12]. Cervantes y El Quijote en la pantalla Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547. En 1605 publica la primera parte del Quijote, con la que tiene un gran éxito, editándose diez años después su continuación. En 1616, enfermo de hidropesía, fallece en la calle León de Madrid. Cervantes, de Alfonso Ungría (España, 1980) cuenta entre su reparto a Julián Mateos (Miguel de Cervantes), Carmen Maura (Constanza), Paco Rabal, Isabel Mestres, Marisa Paredes y María Luisa Ponte. Guion: Eugenio Martín y Camilo José Cela (supervisión). Música: Antón García Abril. 540 minutos. Color. Excelente miniserie de TVE sobre la vida del personaje de su título, cuya trama comienza en 1616. Miguel y William, de Inés París (España / Gran Bretaña, 2007) cuenta en el reparto con Elena Anaya (Leonor de Vivero), Juan Luis Galiardo (Miguel de Cervantes), Will Kemp (William Shakespeare) y Geraldine Chaplin (la dueña). Guion: Inés París. 114 minutos. Color[13]. Para Manuel Gutiérrez Aragón, El Quijote de Miguel de Cervantes (1991) suponía la primera incursión como director en una adaptación propiamente dicha y lo situaba cara a cara con el referente que la crítica había detectado en sus relatos cinematográficos. TVE, con Pilar Miró (impulsora de la idea) al frente, encarga a Piedra la producción de la serie con una titánica planificación inicial de dos años de rodaje en exteriores y estudios. Gutiérrez Aragón se encargaría de los primeros seis capítulos, con rodaje entre abril y diciembre de 1990, y Mario Camus del resto, cuya filmación debería alargarse hasta 1992. Pero, tras el rodaje de la primera parte, la serie se paraliza. El ente público se derrumba económicamente y pone freno al proyecto, y Emiliano Piedra fallece en el verano de 1991, antes de poder verla serie estrenada. En 1992, Gutiérrez Aragón se pone a trabajar en el guion de cuatro episodios, pero el delicado estado de salud de Fernando Rey, que fallecerá en marzo de 1994, acaba con las esperanzas de llevar a la pantalla la segunda parte a medio término. La postproducción de los cinco primeros episodios (el director propuso unir los dos primeros capítulos en uno) finaliza en junio de 1991 y, tras su exitoso periplo por festivales y mercados internacionales, el 29 de enero de 1992 se produce el estreno en televisión, arropado por una campaña publicitaria sin precedentes en la televisión pública[14]. Es una de las contadas ocasiones en que el talento del cineasta logra sobreponerse a las dificultades de producción. Los guiones se encargan a Cela, recién galardonado con el Premio Nobel de Literatura, y los nombres que van haciéndose públicos (Fernando Rey y Alfredo Landa en el capítulo interpretativo, Lalo Schifrin a cargo de la partitura, Teo Escamilla con la fotografía…) revelan la ambición industrial del proyecto, que deberá ir pareja a sus expectativas artísticas. Gutiérrez Aragón lee los guiones de Cela y le parecen horribles. El propio director asumirá la tarea de adaptador y guionista, si bien se acuerda que se mantendrá el nombre de Cela en los créditos, dada la gran suma de dinero (público) que este había recibido. Los créditos finales de cada capítulo incorporan dos guionistas adicionales (Fernando Corugedo y el propio hijo, Camilo J. Cela Conde). Se realizan, entre otras, series como Cervantes (Alfonso Ungría, 1980, con guion supervisado por Cela), Los pazos de Ulloa (Gonzalo Suárez, 1986, con adaptación de Gutiérrez Aragón) o La Regenta (Fernando Méndez – Leite, 1995). Pese a los problemas y requerimientos de producción, El Quijote de Miguel de Cervantes acabó siendo una realidad; el enfoque de Gutiérrez Aragón otorgaba a la serie una apariencia externa de producción lineal, detallada y fiel al libro. La opinión fue en su mayoría favorable a la adaptación resultante cuando se estrenó. La voz en over corresponde al personaje de Cervantes interpretado por José Luis Pellicena. La cámara recorre lentamente los libros del hidalgo, sintetizando las numerosas referencias de la novela a los romances de caballeros andantes que ha leído. Gutiérrez Aragón pretende plasmar en su texto fílmico tanto la historia escrita por Cervantes como el discurso narrativo del escritor. Un fragmento de diálogo del ventero le determinará a volver a su casa para hacerse con un escudero. El barbero logra salvar el Amadís del fuego del cura. La cámara vuelve a cura y barbero cuando hablan emocionados de Tirante el Blanco, que el barbero se llevará para releer. El cura hará lo propio con La Galatea de Cervantes. La extensión característica de la serie televisiva permite al director dilatar algunas secuencias respecto al texto literario. Teresa Panza obtiene su nombre definitivo en la segunda parte de la novela. Alfredo Landa recibió no pocos elogios en su interpretación del escudero. La salida del sometimiento a la iconografía de Doré se manifiesta en planos en los que Don Quijote cabalga apaleado y encorvado. La duración del primer tranco (85 minutos) y la habilidad del director para elaborar una presentación más o menos detallada de los personajes, la plasmación de referencias intertextuales y la asimilación del concepto de parodia en la narración constituye en su conjunto un ejemplar primer episodio, con relación al cual los siguientes palidecerán un tanto. Siguen sucediéndose los capítulos de la novela en análoga estructura, incidiendo no solo en la anécdota y la resolución de los mismos, sino en el carácter de viaje que adquiere la narración, la suciedad, el sudor, el calor extremo del peto y el espaldar bajo el sol, el hambre… Y el escudero empieza a aumentar su carácter quejumbroso y a dudar de la gloria de su señor. El escudero se vuelve progresivamente más sarcástico con su señor. Don Quijote llega a su aldea viendo cómo los niños se amontonan ante el carro para llamarle loco y entra patéticamente en su casa ante los gritos de sus vecinos. La siguiente aproximación de Gutiérrez Aragón a la novela sería prolija en la reinterpretación, la ampliación del espectro narrativo – Quijote de Avellaneda incluido – y la muy acentuada subversión de precedentes icónicos y del acatamiento a los episodios más conocidos, El caballero Don Quijote (Manuel Gutiérrez Aragón, 2002). Andrés Vicente Gómez tenía la intención de producir una segunda parte destinada al cine, sin estructura seriada, y de la que se encargaría el propio Gutiérrez Aragón, sin duda el idóneo para afrontar el proyecto tras el recorrido internacional y las críticas de la serie precedente. Después de que el director escribiese el guion de El caballero Don Quijote, el proyecto vuelve a suspenderse. No es hasta 2001, diez años después de su primer Quijote – y respetandoinvoluntariamente el intervalo establecido entre ambas partes de la novela -, cuando se consigue llevar a cabo el proyecto con producción de Juan Gona y con Juan Luis Galiardo y Carlos Iglesias en los papeles principales. El presupuesto asciende a unos 4’8 millones de euros y el rodaje se lleva a cabo en Cádiz, Sevilla, Toledo, Madrid, Ávila, Belmonte (Cuenca) y Valle de Alcudia (Ciudad Real) entre agosto y noviembre de 2001. Pese a la cálida recepción crítica y al premio Ciudad de Roma a la mejor película latina en el Festival de Venecia, El caballero don Quijote tuvo el 8 de noviembre de 2002 un estreno relativamente reducido. Dada la ruptura que supone el obligado cambio de actores y de extensión de la narración, y teniendo en cuenta la mayor presencia de los personajes en la segunda parte de la novela, el director afrontará este segundo contacto con el personaje desarrollando una obra que en principio se desvincula un tanto de las acciones del texto literario, pero que intentará embriagarse de la escritura cervantina acentuando los juegos intertextuales en los que don Quijote es consciente de la existencia escrita de esa narración y se sabe leído y conocido. La ficción es también el gran tema de El caballero don Quijote, versión sustentada en el componente metaliterario de la obra. Gutiérrez Aragón omite las aventuras más conocidas de la segunda parte para centrarse en episodios no menos emblemáticos, pero a priori más difíciles de visualizar (la cueva de Montesinos: un sueño relatado por el caballero), o refundir situaciones y personajes, manteniendo rasgos que permitan identificar los episodios del texto literario pero desarrollando acciones y comportamientos nuevos (la rebelión en la ínsula Barataria, el encuentro con los Duques o con don Álvaro), y donde lo que determinará el punto de inflexión de la historia será la presencia del Quijote apócrifo de Avellaneda. La estructuración de la trama tampoco se limitará a seguir ordenadamente la estructura de la novela, ya que en un punto determinado Don Quijote se deja llevar totalmente por la ficción de su doble literario, lo que le llevará a espacios no transitados por Cervantes y sí por Avellaneda. Y en la película Don Quijote invierte sus últimas fuerzas en ir a buscar a ese impostor, primero a Toledo y luego a Barcelona. Por otra parte, Gutiérrez Aragón confrontará al personaje con una representación, en esta ocasión de teatro de calle, en la que él mismo es protagonista y en la que Juan Luis Galiardo interpreta al representante o actor de la ficción, a su otro nacido del éxito de la primera parte de la novela. Contra lo que ocurría en la segunda parte de la novela, se verá derrotado por cada uno de los elementos que configuran su mundo: por la proyección de un falso caballero andante (Sansón Carrasco) inspirado en los libros de caballerías que le han llevado a la locura; por ese actor que parodia sus aventuras en las calles; y por su propio escudero, que en inesperada rebelión herirá físicamente a su señor. El director también ha querido acabar con el sometimiento a la iconografía aceptada desde Doré y sitúa a un caballero más rejuvenecido y robusto en su salida y a un escudero sin su característica gordura. El caballero don Quijote se quedó en 74.076 espectadores. En su tercera salida don Quijote, además de llevar a cabo sus hazañas de caballero, deberá defender su condición de personaje ante la proliferación de dobles e imitadores. Son los encantadores los que le hacen ver las cosas como no son, y todavía los esfuerzos de esta nueva salida irán encaminados a desencantar a Dulcinea. En 2002, la crítica se refería a la versión de Gutiérrez Aragón como a una obra postmoderna, arriesgada y de aire borgiano. La tan estudiada quijotización de Sancho tiene en esta película su más claro exponente. En las adaptaciones no se ha dudado en eliminar de las tramas las narraciones intercaladas. Solo El curioso impertinente ha adquirido una entidad propia en las adaptaciones, desmarcándose del Quijote como si de una de las Novelas ejemplares se tratase. La noche más hermosa confirma que la presencia de Cervantes en el cine resultaría precaria de no existir las tres obras que Gutiérrez Aragón ha basado en los episodios del Quijote. La televisión pública española había dedicado cierta atención al universo cervantino, aunque sin llegar a completar una adaptación tan ambiciosa de su obra maestra. El Quijote (1991) se inspiraba en la primera parte de la novela de Cervantes, pero aspiraba a proponer un enfoque nuevo. Si bien los escenarios son predominantemente realistas, hay significativas ocasiones en las que se opta por mostrar los entresijos de la trampa. El sentido lúdico y humorístico que ilumina la inmortal obra literaria ha sido captado en las imágenes. Fernando Rey recrea un caballero enjuto, estirado, idealista. El caballero que recrea Rey aparece cansado, apaleado, cabalgando encorvado, renunciando a un falso decoro. Sancho es un hombre pegado a la tierra, encarnación del pueblo llano, pero en esta serie se refleja esa fascinación progresiva que el campesino tiene por su amo, tan ponderada por los exégetas de la novela[15]. El director artístico Félix Murcia se basó en molinos reales para los primeros términos, pero amplió las perspectivas con molinos reconstruidos de menor tamaño en los segundos términos. Las fachadas de las casas de Don Quijote y Sancho se filmaron aprovechando construcciones de época de Talamanca del Jarama (Madrid); la venta principal se construyó ex profeso como decorado en los campos de Valdeolmillo (Madrid), aunque la venta donde Don Quijote vela las armas aprovechaba la parte de un edificio de época. Los tipos y ambientes recuerdan a veces la iconografía de la pintura naturalista del Siglo de Oro hispano. Tras el fracaso del proyecto para adaptar la segunda parte de la novela para TVE que iba a producir González – Sinde en 1993, Manuel Gutiérrez Aragón logra concretarlo en el largometraje El caballero Don Quijote (1992). Sancho es menos grueso y de ingenio más vivo que los “sanchos” que habitualmente pueblan las pantallas. En las nuevas hazañas de la singular pareja, la imaginación, la autoconciencia y el juego de ficciones constituyen las coordenadas primordiales de esta recreación fílmica. Repitió en El caballero Don Quijote Félix Murcia, quien confirmará su buen hacer dando vida a las escenografías construidas – interior de la cueva de Montesinos recreado en las bodegas de Talamanca del Jarama -, adaptadas o, las más, naturales; estas últimas ambientadas principalmente en el Valle de Alcudia, por ser un ecosistema equiparable a La Mancha de entonces, más húmeda y frondosa que la actual, pero también en esa playa atlántica gaditana que simula la del Mediterráneo barcelonés. El castillo de Belmonte (Cuenca) hace las veces, junto a algunas estancias de los Reales Alcázares de Sevilla, de Palacio Ducal y la casa del labrador rico que convida a los protagonistas y les notifica la existencia del libro de Avellaneda. El vestuario, impecable, se debe a Gerardo Vera, en tanto que la música es del veterano José Nieto, quien remata una partitura tan bella como acompasada con las imágenes, mucho más lograda en tono y estilo que la de la serie de TVE. La estructura literaria de El Quijote da más posibilidades de adaptación para la televisión que para el cine. Al menos dos películas de Gutiérrez Aragón estaban inspiradas en capítulos del libro de Cervantes. Hubo un primer guion firmado por nuestro premio Nobel Camilo José Cela que fue echado a la papelera inmediatamente de acuerdo con las confesiones del equipo de producción y realización, siendo reelaborado por Fernando Corugedo y Camilo J. Cela Conde, así como por el propio director y el propio productor. La serie está basada en la primera parte de El Quijote, ya que el proyecto de la segunda, realizado posteriormente para cine en distinto formato de pantalla, quedó en el aire por falta de presupuesto, en principio, y por la muerte del productor y del actor Fernando Rey. La serie fue emitida por primera vez en enero y febrero de 1992. Su premio en Cannes a la mejor serie de televisión apenas tuvo competencia[16]. La noria que levantó Félix Murcia al lado de un río para El caballero Don Quijote fue la primera secuencia que se rodó. Una de las últimas versiones de la llegada al mar es la de El caballero Don Quijote; en ella los protagonistas han acampado entre pinos, después de que Sancho derribe al caballero y le produzca una herida en la cabeza que luego será la que aparentemente le cause la muerte. Según ha contado Félix Muria, el reconocido escenógrafo de esta película, esta secuencia no se rodó en el Mediterráneo, sino en el Atlántico, en las playas gaditanas de Bolonia y Sanlúcar de Barrameda, que era donde se podían encontrar pinos y dunas cerca de la playa[17]. Un perfecto ejemplo de cómo el Quijote puede ser abordado desde tratamientos musicales antitéticos son los dos acercamientos de Manuel Gutiérrez Aragón al personaje. La serie televisiva El Quijote (1991) contó con partitura del argentino Lalo Schifrin (n. 1932), un hombre clave de la música cinematográfica de Hollywood. No hubo entendimiento entre director y compositor, y el primero suprimió varios bloques del montaje final. La partitura de Schifrin es ágil, exuberante y dinámica, un abierto homenaje al cine de aventuras al estilo Korngold, con aires españoles y árabes que no beben de fuentes directas, sino de las evoluciones de Falla y Albéniz o del orientalismo made in Hollywood. Schifrin recoge la retórica del equivalente cinematográfico a esas novelas de caballerías que vuelven loco al hidalgo, es decir, la música de las películas de Errol Flynn o Robert Taylor. Pese a los momentos logrados, tal júbilo tenía que chocar con la estética de Gutiérrez Aragón: La Mancha que pinta Schifrin es un lugar tan mítico y esplendoroso como la ínsula Barataria, en lugar de esa tierra dura y agotada poblada por mesoneros, mozos y gallinas. El segundo trabajo de Gutiérrez Aragón sobre el personaje, El caballero Don Quijote (2002), contó con una banda sonora que se plegaba más a sus exigencias, escrita por José Nieto (n. 1942). La vocación de austeridad queda más patente que nunca[18]. El Quijote es una serie televisiva que la entonces directora de Televisión Española Pilar Miró había encargado a Gutiérrez Aragón. Programada para cinco semanas, de enero a febrero de 1992, se benefició de un índice excepcional de audiencia. El director, que se complace en reivindicar la doble paternidad de John Ford y de Cervantes, ha reubicado las aventuras de Don Quijote en un marco concreto, al tiempo que nos recuerda que el héroe es fruto de una invención literaria, salida de una obra en plena gestación. Los enfrentamientos de Don Quijote con sus enemigos, reales o supuestos, son de corta duración. También nos propone El caballero Don Quijote un decapado de la segunda parte de la novela, tal como poco a poco han ido recubriéndola las glosas acumuladas desde hace dos siglos. Si ha vuelto a utilizar las principales aventuras que forman la trama de la novela, también ha incluido en su guion secuencias aparentemente menores, que reinterpreta para explotar su valor simbólico. Mientras que El Quijote había emocionado a un amplio público de espectadores, El caballero Don Quijote solo logró un éxito de prestigio[19]. Desde sus inicios, el cine ha concedido al Quijote un lugar privilegiado. En 1992, la propuesta de Gutiérrez Aragón resitúa los episodios en un marco concreto y recuerda que el héroe es fruto de una invención literaria. La versión de la segunda parte, El caballero Don Quijote, diez años posterior y concebida esta vez para el cine, no se caracteriza tanto por la visión que se da del caballero, encarnado sin excesos ni énfasis por Juan Luis Galiardo, sino por la forma en que Carlos Iglesias reinventa un Sancho desprovisto de su gordura y que, si bien mueve a la risa, nunca es grotesco. Además de las principales aventuras, que forman la trama del original cervantino, Gutiérrez Aragón también incluyó en su guion otras secuencias reinterpretadas para explotar su valor simbólico, como el encantamiento de Dulcinea, la escena en que el caballero se pone a leer la continuación apócrifa de Avellaneda o la vuelta a la aldea, donde Sancho expresa su dolor con unas pocas palabras sencillas, mientras Don Quijote exhala el último suspiro[20]. El caballero Don Quijote (2002) tiene una duración de 119 minutos y entre sus intérpretes está Carmen Machi (Teresa Panza). Don Quijote de la Mancha, tras un breve descanso en su hacienda, acompañado de su fiel escudero Sancho, después de descubrir que existe un libro en el que se narran sus desventuras y que ahora es conocido en toda España. En este su último viaje estará motivado por el intento de desencantar a su amada Dulcinea del Toboso del poderoso mago Merlín y por desenmascarar a aquellos impostores que suplantan su identidad y a los que escriben mentiras sobre su figura, mientras Sancho ve cómo, poco a poco, se consume su señor. Es una película diferente al resto y diferente al anterior punto de vista que el autor tenía de la misma historia. Manuel Alexandre es uno de los pocos actores que pueden preciarse de haber trabajado en varias de las versiones que se han hecho, ya sea en cine, ya sea en televisión, del caballero andante. La mezcla de comedia, drama y aventuras funciona a la perfección. La música de José Nieto, supeditada siempre a la acción, es suave y está cargada de tristeza. Rodada entre Madrid, Sevilla y La Mancha en su mayor parte, los paisajes están aprovechados al máximo. Unas vistas de gran belleza, que ocupan las cercanías de pueblos como Talamanca del Jarama o Brazatortas. La película, además del Goya a la mejor fotografía, estuvo premiada en sendos festivales de Montreal y Nueva York, siendo más apreciada en el extranjero de lo que lo fue dentro de nuestras fronteras[21]. El Quijote de Miguel de Cervantes (1991) cuenta con intérpretes como Eusebio Lázaro (Ginés de Pasamonte), Alejandra Grepi (Luscinda) o Francisco Algora (Juan Haldudo). Galardonada con el premio al mejor actor del Festival de Cannes y el premio de la Unión de Actores en esa misma categoría de protagonista masculino a Fernando Rey por su encarnación de Don Quijote, esta miniserie dividida en cinco partes está sin duda entre las mejores adaptaciones de la obra de Cervantes, tanto en cine como en televisión. Esta serie sobre Don Quijote se situó entre lo mejor del año 1991, devolviendo a la televisión pública la calidad de que había hecho gala en etapas anteriores a la hora de recuperar clásicos de nuestra literatura. Rey inicialmente mostró muchas dudas a la hora de interpretar un personaje que le exigió un gran esfuerzo tanto en el físico – 12 kilos hubo de adelgazar el actor para transformarse en el hidalgo – como en la interpretación. Y solo diez años más tarde pudo el realizador volver sobre la obra y el personaje para completar su ciclo de adaptación a través de El caballero Don Quijote, que no estuvo exenta de polémica en cuanto a la opinión de la crítica, al contrario de la miniserie que la precedió, cuya valoración fue positiva y unánime tanto por parte del público como de los críticos. Fue rodada en Castilla y tras casi dos años que incluyeron la reconstrucción de dos ventas y un pueblo manchego a escala. Destaca en esta versión del Quijote su carácter de narración en episodios, que sin duda beneficia enormemente el acercamiento a la periferia literaria del personaje. La construcción de Don Quijote y Sancho se lleva a cabo de forma muy similar a la aplicada por Cervantes en su obra. Sancho pasa de la fascinación por el discurso de Alonso Quijano a ser él mismo participante activo en la fantasía de su señor, pero al mismo tiempo no pierde nunca contacto con la realidad, sufriendo en ocasiones las consecuencias más dolorosas y humillantes derivadas de la locura del hidalgo. La serie se exhibió en el Festival de Cine de Valladolid como homenaje a su productor, Emiliano Piedra[22]. Juan Luis Galiardo le dio a Alonso Quijano un aire de galán veterano, más viejo que el original y redicho. Sin embargo, sus palabras tenían un enorme poder de seducción. Nació en San Roque (Cádiz), el 2 de noviembre de 1940. Se crio en Extremadura y debutó en el largometraje en 1963, en El camino, de Ana Mariscal. Funda con varios socios Penélope Films, su propia productora, responsable de El disputado voto del señor Cayo, adaptación de la novela de Miguel Delibes. En cine, el mejor trabajo de Galiardo es Familia, ópera prima de Fernando León de Aranoa. Fernando Casado Arambille (Fernando Rey) nació en La Coruña el 20 de septiembre de 1917. De familia burguesa, era hijo de un militar que fue oficial del bando republicano durante la Guerra Civil. Parecía un actor muy adecuado para personajes históricos carismáticos. Fue también el narrador de Bienvenido, Mr. Marshall. Su primera aproximación a la obra cervantina fue interpretando al bachiller Sansón Carrasco en Don Quijote de la Mancha (1946) de Rafael Gil. También estaba presente en Don Quijote de Orson Welles, donde realiza una aproximación haciendo de sí mismo. En 1993 triunfó en la televisión por primera vez con El Quijote de Miguel de Cervantes, la serie dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón. Falleció el 9 de marzo de 1994 en Madrid. Alfredo Landa, actor de carácter nacido en Pamplona en marzo de 1933, se convierte en Sancho y nos deleita junto a Fernando Rey con un trabajo brillante y comedido. Carlos Iglesias dio una imagen más cercana en edad al Sancho de Cervantes. Contaba 543 años cuando rodó la película[23]. Marta Etura nació en San Sebastián el 28 de octubre de 1980. Se instaló en Madrid en 1997. A Marta, Gutiérrez Aragón le dejó reservado el papel de Dulcinea del Toboso. “En mi película Dulcinea conserva su doble condición de aldeana bruta y la de su idealización hecha por el caballero”, apuntaba el realizador cántabro en las notas de producción. La cinta, con una duración de 122 minutos y estrenada en España el 8 de noviembre de 2002, sitúa la acción en 1616. En El caballero Don Quijote, Gutiérrez Aragón reserva sorpresas para el público. Se atreve a convertir al atractivo y habitual galán Juan Diego Botto en la Dulcinea más surrealista, grotesca y surrealista que uno pueda imaginar. La película recibió en su día críticas muy favorables. Marta Etura, con sus rasgos dulces, sonrisa inocente, cuerpo menudo y proporcionado e imagen de actriz seria y eficaz, volvió a rodar con Gutiérrez Aragón La vida que te espera[24]. Allá por mediados del siglo XVI y principios del XVII se vivía en tiempos del primero de los Carlos y del segundo y tercero de los Felipe. Cervantes, nacido en Alcalá de Henares y descendiente de conversos que ejerce incluso de familiar de la Inquisición, es un convencido cristiano como tantos otros escritores de su época a su manera (Lope de Vega, Quevedo, Tirso de Molina…). Cervantes es un perfecto fracasado como su propio personaje de la triste figura. Cervantes inventa un personaje, al que adjudica la locura, que nace hidalgo[25]. El Quijote de Miguel de Cervantes Manuel Gutiérrez Aragón estaba en Barcelona, contratado para escribir un guion. Se le ofreció en llamada telefónica la dirección de una serie que sería una versión televisiva del Quijote, un rodaje muy largo. El rodaje de la serie iba a resultar el trabajo más jubiloso de cuantos hizo en el cine. Volvió a Madrid y en la tertulia de El Alabardero Luis Carandell y Ángel Fernández – Santos expresaron su opinión negativa sobre el tema de la adaptación. Al día siguiente, el director debía dar una respuesta a los responsables de Televisión. Por otra parte, acababan de aceptar una profunda revisión de los guiones. Los responsables televisivos se encargaron de Cela, cuyo nombre mantendrían en los títulos de crédito, ya que le habían pagado. Don Quijote está loco; si no absolutamente, sí lo suficiente para no temer el ridículo y cumplir con su papel. Respecto a la discordancia entre el mundo imaginado por Don Quijote y el real y polvoriento de los caminos, Aragón decidió que lo fantástico no saldría en imágenes, permanecería en las aladas palabras del caballero. Con la inestimable ayuda del escritor y cinéfilo Fernando Corugedo, se encontró una fórmula por la que Don Quijote siguiera hablando “en antiguo” – una manera de hablar ya pasada incluso en su época -, mientras que los otros personajes hablarían en un lenguaje más sencillo, pero sin utilizar términos que no pertenecieran a su tiempo. Un trabajo delicado, respetando el contraste entre las formas de hablar que utilizaba Cervantes. El productor Emiliano Piedra estaba lleno de entusiasmo. Un plantel de conocidos actores, encabezado por Alfredo Landa como indiscutible Sancho Panza, estaba ya contratado y comenzado a vestir según los diseños de Gerardo Vera. El Quijote es un loco risible, pero también es el paradigma de la nobleza y la dignidad. Los aristócratas lo utilizan como sujeto de burla, es un bufón. Los niños se ríen de él. El lector de hoy lo considera un santo. Fernando Rey mantenía una apostura de hidalgo viejo, algo solemne, rígida. Lo que Fernando Rey tenía de apropiado para el personaje era su dicción, una manera de hablar clara y solemne, capaz de hacer comprender las razones y sinrazones del caballero. El actor iba a ser quien hiciera ver lo que el director no mostraría: gigantes, hechiceros y personajes numinosos. En el cine, y no digamos ya en las series televisivas, los diálogos han ido ganando terreno a la imagen. Sancho no se fía del todo del caballero, pero se deja llevar una y otra vez por las palabras del caballero. Después de emitida la serie, fueron muchos los que ya no concebían un Quijote fílmico que no fuera el encarnado por Fernando Rey[26]. La noche anterior al rodaje, un viento manchego había destrozado una parte del decorado, las piezas añadidas a los molinos de viento de Alcázar de San Juan. Tuvieron que modificar las aspas en las escenas de los molinos de viento. Las propias del antiguo mecanismo no servían para los propósitos de la escena. Por otra parte, el director recibió algunas advertencias de que aquellos molinos de Alcázar no eran los “verdaderos” molinos del Quijote. Según algunos, los “verdaderos” eran los que estaban ubicados en Campo de Criptana, que eran los que Cervantes había tomado como inspiración. Además, eran escasos y hubo que fabricar algunas maquetas. Félix Murcia las colocó simulando una perspectiva en escala. El cerro de los molinos quedó bastante modificado[27]. El director señala que Juan Luis Galiardo “era una persona detestable”. Sin embargo, a los directores de fotografía les encantaba porque daba estupendamente en pantalla. A López Vázquez Manolo Gutiérrez Aragón nunca le aceptó ninguna de sus propuestas[28]. La serie se divide en “trancos”. En el Tranco I aparece Manuel Alexandre como barbero, el oficio del padre de Cervantes, Rodrigo. Así interviene este gran secundario durante la primera parte de la serie. Los barberos eran una mezcla de médicos, cirujanos y barberos. Además, hacían recetas, como la que prescribe a Don Quijote. Hay preciosas panorámicas del pueblo en planos generales. La iluminación mediante focos supera la luminosidad de las velas o palmatorias que se usarían en la época. Don Quijote comienza a montar a caballo por el Campo de Montiel. En la primera venta aparece López Vázquez con bigote. Charo Soriano le atiende allí. Es la primera escena burlesca de la serie, que tiene escenas como esta, que no aparece en la versión más reducida (de 180 minutos) de la película. Aparece más adelante Paco Algora azotando a un niño. Su personaje es Juan Haldudo, vecino de Quintanar. Don Quijote viaja solo por el campo, montado en Rocinante. En la quema de los libros en la hoguera, el barbero defiende el Amadís de Gaula. El cura y el barbero parecen conocer el contenido de algunas obras. Se salva La Galatea porque es obra de Cervantes, amigo del cura. Aparece José Luis Pellicena, que aquí incorpora al escritor. Le cierran la biblioteca mediante albañiles y hacen una hoguera en el patio con sus libros. Entre ellos hay obras que tratan sobre el rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda. Las vistas del pueblo bajo un cielo azul son maravillosas. Aparecen Sancho, que cuida a su burro, y su familia. Don Quijote le promete una ínsula. En la casa de Don Quijote hay arcos góticos. Sancho acompaña a Don Quijote en su segunda salida. La aventura de los molinos es la primera aventura de ambos juntos. Y el Quijote ya empieza a inclinar la cabeza, postura que se repetirá en la serie, así como a recibir palizas. Don Quijote mete la pata constantemente, sin comprender que sus ideales están fuera de lugar y acaban resultando nefastos. Tanto Rey como Landa están geniales en sus papeles respectivos. Salen la muralla y una puerta de Toledo, ciudad medieval y con peso de la cultura islámica, en donde Cervantes encuentra la continuación de la aventura del vizcaíno. Es una licencia intertextual del director. Aparece una tintorería, trabajo penoso y maloliente. Se atribuye a un caso de papeles comprados a un muchacho la continuación de la obra. Por una vez, Don Quijote vence al vizcaíno. Pero Sancho recibe una paliza por desvalijarle. Sancho es realista y trata de evitar que Don Quijote se engañe por su mala cabeza, pero no consigue convencerle. Da la sensación de que Gutiérrez Aragón estaba más fresco e ilusionado en la primera parte y trató de salir del paso en la segunda, con otros actores (en su mayoría) y en un formato más breve. La reducción de la serie a 180 minutos en la película tal vez responda a razones comerciales. Hay escenas en la serie, como la de la venta, que no aparecen en la película. Tranco II. Sancho es analfabeto, algo muy frecuente en aquella época. El calor hace estragos en ambos. Un pastor aplica unas hierbas a la cabeza herida del caballero. Éste habla de la Edad de Oro, donde no había propiedad privada, las mujeres iban desnudas y existía la justicia. Pasan la noche con los cabreros, que elaboran queso de cabra. La escena no figura en la película. A Rocinante le golpea un grupo de campesinos. Y después sacuden a Don Quijote. Esta escena tampoco aparece en la película. Don Quijote y Sancho llegan heridos de los golpes a la segunda venta. Esperanza Roy está genial, graciosa y divertida como Maritornes. Pero allí hay también otra pelea. El ventero (Héctor Alterio) golpea a Maritornes. Antonio Guerrero hace un pequeño papel. El bálsamo de Fierabrás sienta fatal a Sancho. A este le mantean porque la pareja no paga por su estancia. Tranco III. Sancho quiere regresar al pueblo. A veces recuerda a Cantinflas, que también participó en una versión cómica del Quijote. Este cae en medio de un rebaño de ovejas. Y a Sancho le roban. Se encuentran de noche con una procesión que transporta un cadáver vestido con hábito religioso. Es un caballero que murió en Baeza y lo llevan a Segovia. Esta vez, Don Quijote se disculpa. Sancho le llama Caballero de la Triste Figura. Y Don Quijote lo acepta. Sancho ve una noria funcionando junto a un río. Esta parte no aparece en la película y se desarrolla de noche. Ya de día, Sancho suelta a Rocinante, al que puso un cepo para que no se moviera. Una rueda de batán asusta a Sancho, a quien su amo le golpea. Sigue la aventura del yelmo de Mambrino, que porta un hombre sobre otro burro. Don Quijote recoge la bacía del burro, cuyo propietario huye. Sancho le quita las albardas, como antes hicieron con él. Ante los galeotes, Sancho advierte a su señor para que no intervenga. Pellicena va esposado por chulo de putas. La Santa Hermandad les custodia. Pero Alonso Quijano les libera y desea que cuenten a Dulcinea su hazaña. Los presos les atacan y antes de huir les colocan sus cadenas. A Sancho le quitan la ropa y su rucio desaparece. Según los extras de la serie, Argamasilla de Alba sería el “lugar de la Mancha”. Aquí se encuentran la casa del bachiller Carrasco y la cueva de Medrano. En una de las ventas de Puerto Lápice se armaría caballero a Don Quijote. Consuegra está dominada por once molinos de viento. Es una población de origen romano y destacan su castillo y su casco antiguo. En Madridejos se encuentra el molino del Tío Genaro, uno de los más antiguos. En Alcázar de San Juan, en el vecino cerro de San Antón, encontramos cuatro molinos de viento en excelente estado de conservación. En el Cerro de la Paz (Campo de Criptana) pueden contemplarse diez molinos. Mota del Cuervo ofrece un espectacular conjunto de molinos de viento que dominan la localidad. El Toboso sería la patria chica de Dulcinea. Tranco IV. El caballero su escudero atraviesan una zona montañosa. A Sancho le han desvalijado y va a pie. Encuentran un arcón con dinero, que Sancho se queda, y Don Quijote lee un libro que encuentran. Sancho se viste con ropas del arca. Encuentran allí a un loco que se lamenta de la traición de una mujer. Don Quijote le sigue. Es Cardenio, hijo de una rica familia andaluza. Era el prometido de Luscinda y escribía poesías a su amada, pero tiene que acompañar a Fernando, prometido con una labradora e hijo de duques. Esta historia en la película se encuentra resumida y no se entiende del todo. Cardenio muestra a Fernando a Luscinda, su amada, dormida y le enseña las cartas que le escribió ella. Luscinda era aficionada a las novelas de caballería y Fernando le envía una nota entre las páginas de un Amadís. Cardenio y Don Quijote discuten y se pelean, pero Cardenio está más loco que Alonso Quijano. Sancho se queja y quiere volver a la aldea. Don Quijote quiere hacer penitencia en una peña. Se desnuda y encarga a Sancho que vaya con Rocinante en busca de Dulcinea. Y le entrega una carta dirigida a ella, aunque apenas la ha visto. Dulcinea es Aldonza Lorenzo, a quien Sancho conoce y le parece más recia de lo que Don Quijote cree. Sancho llega a una venta, que es la segunda, la de Maritornes. Allí están el cura y el barbero, que cuando van en busca de Don Quijote, se encuentran a una joven (Aitana Sánchez – Gijón) que les oye. Es Dorotea, la hija de unos labradores ricos andaluces. Fernando la prometió matrimonio. Aparece Cardenio. Fernando huía de Dorotea y decide casarse con Luscinda. Se cruza con Dorotea, cuyo rostro se oculta tras un velo oscuro, y no la reconoce. Fernando es Máximo Valverde, que fuerza a Dorotea, pero esta se entera de la boda entre Luscinda y Fernando. Dorotea trata de matar a Fernando, pero la boda no llegó a culminarse. Es una historia intercalada, que continúa con la penitencia de Don Quijote. Dorotea conoce a Don Quijote, que ya es famoso. El cura y el barbero señalan que se encontraron a los galeotes liberados camino de Sevilla. Se menciona a un tal Pedro de Valladolid. Tranco V. A Sancho le encuentra Dorotea. Pero Don Quijote se enfada y le pide explicaciones sobre Dulcinea. Sancho descubre a un rucio montado por Ginés de Pasamonte, uno de los galeotes, que huye ante Don Quijote. Vuelven a la segunda venta, seguidos por Cardenio. El ventero tiene libros de caballería, aunque no sabe leer. Y Don Quijote derrama el vino guardado en la bodega, que estaba almacenados en pellejos. Luscinda entra en la venta conducida por caballeros y Fernando trata de acercarse a ella. Esta parte no aparece en la película. Fernando, Dorotea, Luscinda y Cardenio se encuentran en la venta. Es una escena teatral. Luscinda y Cardenio se unen, lo mismo que Fernando y Dorotea. Y el público aplaude el final feliz. En la misma venta, el personaje que interpreta Rafael Alonso reconoce su bacía. Don Quijote dice a Sancho que se la devuelva, pero se produce una pelea. Aparece entonces la Santa Hermandad, que busca a Don Quijote. Este sufre una pesadilla y por fin le meten en una jaula de madera tirada por bueyes, en la que se lo llevan. Pero sale a hacer sus necesidades, y se encuentra un grupo de encapuchados que conducen una escultura de la Virgen María. Alonso Quijano les desafía y acaba siendo golpeado. Vuelve al carro y a su llegada los niños le insultan y se burlan de él. Sancho regresa a su casa con monedas de oro, que muestra a su mujer (Emma Penella). En la película de 1990, al igual que en la serie, Terele Pávez hace de ama. Comienza asimismo en la casa del hidalgo. Este vive en una casa de pueblo, separada de este por una tapia. Los libros de caballería le devanaron los sesos y los niños se ríen de él. Tiene un amplio patio y su primera salida se produce de noche. Amanece mientras atraviesa la llanura. Monta a Rocinante por el campo de Montiel y se mete por el trigo de un campesino. Llega a una calzada y se encuentra con un grupo. Se menciona la Alcarria y Extremadura. Alonso Quijano se inventa a Dulcinea y bautiza con su nombre a Rocinante. Recibe su primera paliza, a pesar de su armadura. Entonces aparece un hombre que lo conoce. Es su vecino Pedro Alonso y le lleva de vuelta a su casa. A continuación se produce el escrutinio de los libros de su biblioteca. El barbero ordena que le preparen un bebedizo. Francisco Merino representa al cura. Los libros arden en una hoguera, en el patio. Y también le tapian la sala de la biblioteca. Sancho adecenta a su rucio. Y Alonso Quijano le promete una ínsula. La fotografía de Teo Escamilla resulta espléndida. Y la música también está a un gran nivel. Emma Penella es Teresa, la mujer de Sancho. Don Alonso vuelve a salir, ahora ya de día. Es mucho más alto que Sancho, en especial cuando cada uno monta a su animal de transporte. Salen por una llanura con montañas azules al fondo. Y llegan a la aventura de los molinos. Eduardo Alonso Franch Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan [1] “’Ante todo he querido ser fiel a Cervantes’. El Quijote, de Gutiérrez Aragón, serie del año”. Seminci, nº1, 18 octubre 1991, pp. 12 – 13. [2] MOLINA FOIX, Vicente: Manuel Gutiérrez Aragón. Madrid: Cátedra, 2003. [3] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: “El caballero Don Quijote se sale del libro”. Ibid. [4] Filmografía. Ibid. [5] MARTÍNEZ TORRES, Augusto: Conversaciones con Manuel Gutiérrez Aragón. Madrid: Fundamentos, 1985. [6] “Gutiérrez Aragón, Manuel” en: TORRES, Augusto M.: Diccionario del cine español. Madrid: Espasa Calpe, 1994, p. 241. [7] HEREDERO, Carlos F: “La libertad del fabulador”. Manuel Gutiérrez Aragón. Las fábulas del cronista / edición: Carlos F. Heredero. Madrid: Ocho y Medio, 2004. [8] SÁNCHEZ HARGUINDEY, Ángel: “Un hombre de nuestro tiempo”. Ibid. [9] HEREDERO, Carlos F.: “La simiente cervantina”. Ibid. [10] MOLINA FOIX, Vicente: “Las dos Españas de Gutiérrez Aragón”. Ibid. [11] Filmografía. Ibid. [12] HEREDERO, Carlos F.: Cuentos de magia y conocimiento. El cine de Manuel Gutiérrez Aragón. Burgos: Alta Films, 1998. [13] JUAN PAYÁN, Miguel: La historia de España a través del cine. Madrid: Casitel, 2007. [14] HERRANZ, Ferran: El Quijote y el cine. Madrid: Cátedra, 2005. [15] HERNÁNDEZ, Javier: “Manuel Gutiérrez Aragón o los quijotes de la democracia”. Don Quijote en el cine. Nosferatu, 50, Diciembre 2005. [16] SÁNCHEZ MILLÁN, Alberto: “El Quijote en la televisión”. Ibid. [17] GOROSTIZA, Jorge: “Provenza, Crimea… La Mancha. El paisaje de El Quijote”. Ibid. [18] CUETO, Roberto: “Sinfonías de La Mancha. La música en las versiones cinematográficas de El Quijote”. Ibid. [19] CANAVAGGIO, Jean: “Don Quijote”, del libro al mito. Pozuelo de Alarcón: Espasa Calpe, 2006. [20] CANAVAGGIO, Jean: Diccionario Cervantes. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica, 2020. [21] UCERO CASTAÑO, Jesús: “El caballero Don Quijote (2002)”. El Quijote en el cine / Miguel Juan Payán (coord.). Madrid: Jaguar, 2005. [22] PAYÁN, Miguel Juan: “El Quijote de Miguel de Cervantes, 1991”. Ibid. [23] SÁNCHEZ, José Luis: “Los actores y Don Quijote”. Ibid. [24] SCOLA, Gloria: “La misteriosa figura de Dulcinea y sus actrices: el viaje desde la letra hasta la imagen”. Ibid. [25] SANZ LARREA, Gonzalo: “Paisajes de la España del Quijote y semblanzas cinematográficas cervantinas”. Ibid. [26] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: “’No son gigantes, señor, son decorados de cine’. Relato de un Quijote televisivo” en: A los actores / Manuel Gutiérrez Aragón. Barcelona: Anagrama, 2015. [27] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: “El cine y los realismos”. Ibid. [28] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: “Entre el autoritarismo y la timidez”. Ibid.
Turistas en la Mancha cuyo ejemplo conviene seguir Fecha de Publicación: 13/05/2024 Javier Vázquez Cuesta y su mujer Juana Mari, vinieron desde Pilas (Sevilla) a conocer la Mancha de don Quijote y Sancho Panza. En Alcázar de San Juan visitaron -entre otros recursos turísticos- los azulejos quijotescos del parque Cervantes Nuestro socio Javier Vázquez Cuesta y esposa, vinieron en días pasados a conocer la Mancha y han hecho de Alcázar de San Juan su “base de operaciones” para organizar sus desplazamientos por la “Comarca Quijote” en los cinco días de estancia entre nosotros Alcázar de San Juan, 13-05-2024.- Que la Mancha existe y que es un lugar físico en el que Miguel de Cervantes quiso que sucediesen muchas de las principales aventuras de don Quijote y Sancho Panza, es un hecho que conviene mencionar y recordar porque aún hay gente que piensa que es un territorio únicamente literario. Pero también hay que recordar que este espacio geográfico real guarda muchos tesoros patrimoniales, naturales y gastronómicos, pero sobre todo una vinculación especial con el Quijote que los admiradores de Cervantes y su obra no puede dejar de conocer. Javier Vázquez Cuesta es miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan desde el 15 de octubre de 2022 por su afición a Cervantes y especialmente a su teatro, de quien presume haber representado diferentes obras con el grupo teatral de su ciudad, Pilas en Sevilla. Tenía la intención de conocer la Mancha y nos pidió consejo. Como su disponibilidad era de cinco días, rápidamente le organizamos unas rutas por los lugares imprescindibles que debía visitar. Teniendo en cuenta que quería acomodarse en Alcázar de San Juan, con muy buen criterio, por cierto, ya que la Comarca Quijote se encuentra en un radio de aproximadamente 40 km alrededor de esta ciudad. Su decisión es un ejemplo a seguir para todos aquellos visitantes que quieran emular a estos “quijotes” sevillanos. Para conocer el corazón de la Mancha de don Quijote y visitar estos emblemáticos lugares, es un buen plan dedicar un fin de semana o un puente, dos o tres días pueden ser suficientes para sumergirse en el mundo del Quijote. Nuestros amigos turistas sevillanos pusieron como condición reservarse un día para visitar Esquivias (por motivos familiares) y para ir a Toledo a disfrutar del parque temático Puy du Fou. Pero el resto de los días han podido visitar Puerto Lapice, Campo de Criptana, que es el lugar donde sin lugar a dudas Cervantes se inspiró para escribir la famosa aventura de los molinos de viento (ya que era el único lugar que en época de Cervantes disponía de cerca de cuarenta molinos), El Toboso (lugar de Dulcinea) con su museo de Quijotes, e incluso Pedro Muñoz, para conocer la colección cervantina Zunzunegui, que es la segunda más importante de España. También pudieron visitar Argamasilla de Alba, con la Ruta Romagosa (réplica de las figuras de la serie de TV de dibujos animados “Don Quijote de la Mancha), el castillo de Peñarroya y las Lagunas de Ruidera, aunque dejaron la Cueva de Montesinos para una próxima ocasión al no poder visitarla por no haber efectuado la reserva con anterioridad. El sólo hecho de llegar hasta ella colmó las expectativas de estos cervantistas. En Alcázar de San Juan visitaron el Museo del Hidalgo, la parroquia de Santa María (la más antigua de la diócesis de Ciudad Real) y el Torreón del Gran Prior junto a la Capilla de Palacio. Asimismo, conocieron la vinculación de la ciudad con Cervantes y el Quijote, la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, la ubicación de su casa natal, la abundante iconografía cervantina de la ciudad, incluyendo la azulejería quijotesca del parque Cervantes que contiene una representación gráfica del Quijote completo (en sus dos partes, de principio a fin). De igual modo han conocido la rica gastronomía manchega y sus vinos, así como las afamadas “tortas de Alcázar” con las que se elabora la “bizcochá” el típico postre alcazareño. Para la siguiente visita dejan pendiente ir a conocer el lugar donde se ubicó la venta en la que don Quijote fue nombrado caballero, ubicada muy cerca de la actual ermita de Manjavacas en Mota del Cuervo (lugar que identificó y ubicó nuestro asociado Luis Miguel Román Alhambra) y cuando quizá la ruta ya se encuentre señalizada, lo que es una vieja aspiración de este colectivo cultural. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Las ediciones del Quijote en la Biblioteca Nacional Fecha de Publicación: 06/05/2024 Isabel Ruiz de Elvira Serra Directora del Departamento de Manuscritos, Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional de España, Ponencia impartida en la Mesa Redonda Cervantina celebrada en Pedro Muñoz (Ciudad Real) el sábado 27 de abril de 2024 1. INTRODUCCIÓN: LA COLECCIÓN CERVANTINA La antigua Sección de Cervantes, actualmente integrada en el Servicio de Reserva Impresa de la Biblioteca Nacional, se creó en 1894, al trasladarse la biblioteca al actual edificio del Paseo de Recoletos, siendo director Manuel Tamayo y Baus. Hasta entonces, las ediciones de textos cervantinos, así como los estudios sobre Cervantes, formaban parte de la Sección de Libros Raros y Preciosos, dentro del Departamento de Impresos de la Biblioteca. La labor de Menéndez Pelayo durante su etapa de director (1898-1912) fue muy positiva para esta sección. Pero fue su sucesor, Rodríguez Marín, quien la mejoró considerablemente, duplicando el número de volúmenes mediante nuevas adquisiciones y reuniendo libros y folletos cervantinos dispersos en las restantes secciones. Durante la dirección de Rodríguez Marín, el encargado de la sección, Gabriel Martín del Río y Rico, realizó el primer catálogo de la misma, obteniendo con este trabajo el premio de bibliografía de la Biblioteca Nacional en 1916. En el siglo XX, al fondo inicial se fueron añadiendo nuevos volúmenes, procedentes del depósito legal, donaciones y compras. En la actualidad la signatura CERV se compone de 5.146 volúmenes y 50 cajas de folletos. Fueron significativas las aportaciones de algunos importantes coleccionistas del siglo XIX como Luis Usoz, Cayetano Alberto de la Barrera, Agustín Durán y Pascual de Gayangos. Y ya en el siglo XX, en 1949, ingresaron 445 valiosos ejemplares del notable cervantista José María Asensio y Toledo. Pero el hito más importante fue la adquisición, en 1968, de la importantísima colección de Juan Sedó Peris-Mencheta, que incluye, además de las obras de y sobre Cervantes, cualquier tipo de material relacionado con este autor: cromos, etiquetas, postales, exlibris, abanicos, etc. Dentro del fondo propiamente bibliográfico destacan veintiséis ediciones del Quijote del siglo XVII y valiosas ediciones del siglo XX, además de obras teatrales, imitaciones, catálogos, bibliografías, revistas, etc. Esta colección se compone de 8.853 volúmenes y 138 cajas de folletos con la signatura CERV.SEDÓ. En 1980 se suprimió la Sección de Cervantes, con lo que no siguieron creciendo estas signaturas: las ediciones cervantinas modernas que ingresaron con posterioridad a esa fecha se fueron integrando en el Depósito General de la Biblioteca. Sala Cervantes: el pintor valenciano Muñoz Degrain donó a la Biblioteca en 1919 una colección de veinte cuadros, todos de temática cervantina, que pueden contemplarse en la actual “Sala Cervantes”, sala de acceso restringido a los investigadores, donde pueden consultarse, además del fondo cervantino, las colecciones de manuscritos e impresos reservados o raros. Exposiciones: Se han sucedido constantemente a partir de la primera celebrada en 1905, cada una con su respectivo catálogo. Las más recientes han sido la titulada “El Quijote, biografía de un libro, 1605-2005”, en 2015, con motivo del cuarto centenario de la publicación de la primera parte, y “Miguel de Cervantes, de la vida al mito”, en 2016. Micrositio: http://cervantes.bne.es/ 2. EDICIONES DEL QUIJOTE Prácticamente todas las ediciones del Quijote desde 1605 hasta mediados del siglo XX, en la mayoría de idiomas del mundo, están representadas. En el catálogo de la BNE se pueden localizar actualmente 3.420 ediciones: – 304 ediciones antiguas (anteriores a 1831), con 2.737 ejemplares – 3.116 ediciones modernas, incluyendo adaptaciones (de las cuales 2.022 están en español, y 1.994 en otros idiomas), con 11.586 ejemplares. 3. EDITIO PRINCEPS La primera edición o editio prínceps de 1605 difiere de la segunda edición del mismo año (ambas con el escudo del impresor Juan de la Cuesta, un halcón de cetrería con capirote, un león dormido y el lema “Post tenebras spero lucem”, que pertenecía a su antecesor en la imprenta Pedro Madrigal) por el privilegio, que en la primera se dio solo para Madrid, y en la segunda, para Castilla, Aragón y Portugal. De la princeps se imprimieron unos 1.700 ejemplares, de los cuales han sobrevivido al menos 28, según el censo efectuado entre 2009 y 2016 por el grupo de investigación Prinqeps dirigido por Víctor Infantes y Ana Martínez Pereira. El precio de mercado actual se podría calcular según la venta en 1989 al empresario y bibliófilo Javier Krahe, 1,5 millones de dólares por la primera edición de ambas partes. Relación de ejemplares conocidos ESPAÑA: 6 ejemplares – Madrid, Biblioteca Nacional de España (Francisco Grau – Domingo de Ara – Justo Zapater) – Madrid, Real Biblioteca o A. Rousseau – Condes de París – Luisa de Orleans – Alfonso XIII o Bienes privados (Hieronimo – Savvoya) – Madrid, Real Academia Española (Juan Manuel Fernández de Pacheco – Vicencio Squarzafigo) – Barcelona, Biblioteca de Cataluña (Isidro Bonsoms y Sicart) – Toledo, Biblioteca de El Cigarral del Carmen (Javier Krahe Ruiz lo adquiere en 1989 a Sotheby’s quien a su vez lo había adquirido a la Pierpont Morgan Library en 1973) FRANCIA: 6 ejemplares – Albi, Mediatheque Pierre Almaric (familia Condé) – Chantilly, Musee Condé – París, Bibliotheque Nationale (1) – París, Bibliotheque Nationale (2) (Rothschild) – Ruán, Bibliotheque Municipale (Francisco Brunyer) – Versalles, Bibliotheque Municipale REINO UNIDO: 3 ejemplares – Glasgow, University Library (Hunterian Museum) – Londres, British Library (Thomas Grenville) – Oxford, Bodleian Library (Thomas Bodley – Henry Wriothesley) ALEMANIA: 1 ejemplar – Wolfenbüttel, Herzog August Bibliothek AUSTRIA: 1 ejemplar (descubierto en 2009 por Enrique Rodrigues Moura) – Innsbruck, Universitat und Landesbiblothek Tirol (Biblioteca Pública Oenipontana) ITALIA: 1 ejemplar – Nápoles, Biblioteca Nazionale Vittorio Emmanuele III ESTADOS UNIDOS: 10 ejemplares – Cambridge (Massachussets), Harvard University – Chicago, The Newberry Library (Óscar B. Cintas, La Habana) – Filadelfia, The Rosenbach Museum and Library (Leonhard Christopher Ulnester – Familia Eisenfort – Raimundo Ruiz) – Nueva York, The Hispanic Society of America o Marqués de Jerez o Ricardo Heredia – Nueva York, The Morgan Library (Maggs Bros – Heineman) – Nueva York, Public Library (Chavignac –Owen d. Young – Henry W. y Albert A. Berg) – Washington, The Library of Congress o John Longford o Alexis du Pont Coleman – Yale, Yale University (Carrie-Sperrie Beinecke) De la primera edición de la 2º parte (1615) han sobrevivido unos 40 ejemplares, de los cuales 5 están en la Biblioteca Nacional. 4. EJEMPLAR DE LA BNE, SIGN. CERV/118 Ejemplar falto de portada y de las cuatro últimas hojas, sustituidas por reproducciones fotolitográficas realizadas por Francisco López Fabra del ejemplar de la Real Academia Española. Encuadernación en marroquí rojo estilo “a la Duseuil” realizada por Brugalla en 1957. Este ejemplar llegó a la biblioteca en 1864, siendo Director Juan Eugenio Hartzenbusch (1862-1876), ilustre dramaturgo y erudito cervantista. La historia de la adquisición de este ejemplar es muy curiosa: Según aparece en la revista El propagador de la fotografía, núm. 7, (15 de enero de 1864), en 1861 se había creado la Sociedad foto-lito zincográfica, por Francisco López Fabra, geógrafo de la dirección de correos, el fotógrafo D. Antonio Selfa, y Agustín S. Zaragozano, litógrafo, poniendo en práctica los revolucionarios descubrimientos que una década antes se habían hecho en este campo, en Francia y en Inglaterra. En enero de 1864 esta Sociedad publicó una circular-prospecto ofreciendo sus servicios y dando algunas muestras de los resultados que había obtenido en la reproducción de impresos, dibujos, grabados, etc., hallándose entre ellas una hoja del único ejemplar que entonces se conocía de la primera edición del Quijote, el de la Real Academia Española, que facilitó Hartzenbusch (ya que era miembro de la misma) a López Fabra. Las reproducciones se basaban en las operaciones químicas denominadas foto-litográficas, foto-zincográficas, fotopapirográficas, y en el método anastálico. Este prospecto de propaganda circuló en 1864 por muchos lugares de España; y tal y como explica el propio Hartzenbusch en la Memoria de la Biblioteca Nacional del 1865, un ejemplar llegó a Teruel, donde el estudiante Justo Zapater y Jareño lo vio, y al fijarse en la hoja que reproducía la del comienzo del primer capítulo del Quijote, ésta le recordó, por la letra y los adornos, una primera página semejante de un libro del Ingenioso Hidalgo que había visto en una casa particular. Zapater lo buscó, lo adquirió y entendiendo que debía ser la primera edición de la primera parte, y por consecuencia, un ejemplar de gran rareza, escribió a la Biblioteca Nacional, ofreciéndoselo generosamente; la donación tuvo lugar en el mismo año 1864. Se daba la circunstancia de que en el índice de BNE figuraba la existencia un ejemplar de la misma edición, que había desaparecido hacía muchos años. En palabras de Hartzenbusch, “Bien hubiera podido equivocarse el Sr. Zapater, porque la primera y la segunda edición del Quijote, hechas en Madrid por Juan de la Cuesta en 1605, tienen igual la página reproducida por el Sr. Fabra; pero la fortuna, como queriendo coronar el noble propósito del Sr. Zapater, y devolver a la Biblioteca Nacional la mitad de una pérdida muy sensible, hizo que el ejemplar de Teruel fuese el de la primera edición”. Pilar Egoscozábal, funcionaria del cuerpo facultativo en la Biblioteca Nacional, fue quien descubrió y publicó en un artículo de 2012 este texto de Hartzenbusch. En 2015 la valoración para el seguro de este ejemplar se estimó en 2.5 millones de euros. 5. EDICIONES EN CASTELLANO Las ediciones en castellano de Don Quijote de la Mancha están ampliamente representadas en la colección cervantina de la Biblioteca Nacional de España. Contamos con un ejemplar al menos de cada una de ellas. El Quijote tuvo un enorme éxito nada más publicarse, como lo demuestran las seis ediciones que vieron la luz el mismo año de 1605: la segunda edición del mismo año por el mismo impresor, y otras cuatro impresas también en 1605, dos en Lisboa y dos en Valencia. Poco después vieron la luz las de Bruselas (1607 y 1611) y Milán (1610), la tercera de Juan de la Cuesta en Madrid (1608)… Y la Segunda Parte de 1615, junto a las ediciones de nuevo de Valencia, Lisboa y Bruselas, hasta la publicación conjunta por vez primera de las dos partes en Barcelona en 1617. En total en la BNE posee 37 ediciones en castellano del siglo XVII. Estas y las posteriores, hasta la actualidad, permiten reconstruir a través de nuestro catálogo el éxito de una obra que ha continuado hasta hoy día. Podemos hacer un recorrido por las que supusieron un hito en la historia editorial del Quijote: en el siglo XVIII, la edición castellana de Tonson de 1738, acompañada de la Vida de Cervantes de Mayans i Siscar; la edición de la Real Academia Española de 1780, de Joaquín Ibarra, con otra Vida de Cervantes, esta vez de Vicente de los Ríos, que añadió además un Análisis del Quijote; la de la Imprenta Real de 1797-1798; y las dos de Gabriel de Sancha (1797-1798 y 1798-1800), a cargo de Juan Antonio Pellicer. En el siglo XIX asistimos a la publicación de importantes ediciones, a cargo de Clemencín y Navarrete (1819), Clemencín (1833-1839) y Hartzenbusch (1863), así como a la primera edición facsímil de la obra (1871-1879) como consecuencia de la introducción de la foto-tipografía en España a cargo del coronel Francisco López Fabra, cuyo entusiasmo contagió a un amplio número de seguidores que convirtieron el acontecimiento en un capítulo importante del cervantismo español. Ingresadas por Depósito Legal a partir de 1958 están presentes las ediciones españolas de los siglos XX y XXI que, reeditadas numerosas veces, constituyen referencia obligada para el lector o investigador que quiera acercarse a una edición cuidada de la obra, como las de Florencio Sevilla y Antonio Rey, publicada por el Centro de Estudios Cervantinos en 1993, o la de Francisco Rico, por el Instituto Cervantes de 2004, por poner dos de los ejemplos más relevantes. De las anteriores a la fecha de implantación del Depósito Legal, no faltan las anotadas por Cortejón, Rodríguez Marín, Schevill y Bonilla, Justo García Morales, Martín de Riquer, Vicente Gaos… El número de ediciones en castellano de los siglos XX y XXI asciende a 1.771. 6. TRADUCCIONES En la actualidad, el Quijote está traducido a casi 80 lenguas y dialectos; en la Biblioteca Nacional tenemos traducciones a 56 de ellas. Hay ejemplares de todas las traducciones de la obra hasta mediados del siglo XX. Las traducciones del Quijote están en relación con la situación política de los países europeos en la época y la categoría de sus lenguas y el prestigio de que gozaban. De ahí que las primeras lenguas a las que se tradujo fueran el inglés, francés, alemán e italiano. Tenemos 40 ediciones de siglo XVII en inglés, francés, italiano, neerlandés y alemán. El Quijote fue traducido por primera vez al inglés por Thomas Shelton en 1612, solo siete años después de publicarse la primera edición en español, en 1605. En 1620 se publicó la traducción de la Segunda parte, por el mismo Shelton. A la versión inglesa de Shelton le siguieron las de Motteux, Jarvis y Ormsby, hasta un total de 81 ediciones antiguas (hasta 1830). Al francés (la lengua más importante en los siglos XVII y XVIII como vehículo de comunicación) se tradujo también muy tempranamente: Cesar Oudin tradujo la Primera Parte en 1614 y François de Rosset la Segunda Parte en 1618. A las de Oudin y Rosset, siguieron las de Filleau de Saint-Martin, Florian y Viardot. Estas traducciones se utilizaron, en lugar de la versión original castellana, como base para muchas traducciones posteriores, especialmente a las lenguas eslavas. El número total de ediciones antiguas en francés es 78. A continuación se tradujo al italiano, por Franciosini en 1622 (existen 11 antiguas): al alemán, por Pahsch Bastel von der Sohle , en 1648 (hay 17 antiguas), y al neerlandés, en 1657 (con 8 antiguas). El hecho de que se leyera en la lengua original o a través del francés, inglés o alemán, hizo que las traducciones a otras lenguas europeas fueran mucho más tardías; pero tenemos también de traducciones antiguas al danés (3), polaco (1) portugués (2), ruso (1) y sueco (2). A partir de 1831 tenemos ediciones en todos los ámbitos: Lenguas españolas: Catalán (22), Euskera (9), Gallego (7), Valenciano (1), Asturiano (1) Ámbito europeo: Inglés (244), Francés (214), Alemán (137), Italiano (67), Ruso (37), Portugués (36), Serbio (27), Checo (26), Húngaro (20), Rumano (17), Neerlandés (17), Polaco (12), Búlgaro (10), Sueco (10), Griego (9), Croata (7), Finés (6), Danés (5), Noruego (4), Letón (4), Lituano (4), Estonio (4), Ucraniano (3), Esloveno (2). Con una sola edición: Eslovaco, Albanés, Islandés y Georgiano. Otros ámbitos: Japonés (36), Hebreo (22), Chino (9), Árabe (7), Turco (4), Armenio (4), Bengalí (3), Coreano (3), Vietnamita (2). Con una sola edición: Tagalo, Guaraní, Tamil, Tailandés, Azerí, Afrikaans, Uigur, Hindi. Mención aparte merecen: – La traducción al esperanto, con seis ediciones, de 1905 a 2005 – Las ediciones en latín macarrónico Historia Domini Quijote Manchegui (4 ediciones, de 1905 a 2017, y la edición en latín clásico, de 1998 – La edición políglota, de 1916, en 67 lenguas. 7. EDICIONES ILUSTRADAS Junto a todas estas obras, la Biblioteca Nacional de España alberga también numerosas ediciones ilustradas desde el comienzo de la aventura editorial del Quijote, entre las cuales destacan la magistral edición de la Real Academia Española de 1780, impresa por Joaquín Ibarra e ilustrada por los principales dibujantes y grabadores de la época, como José del Castillo, Antonio Carnicero, Jerónimo Gil o Manuel Salvador Carmona; la de Gabriel Sancha de 1797-1798, con ilustraciones de José Ximeno, Agustín Navarro, José Camarón o Luis Paret y Alcántara; las ilustradas del siglo XIX, españolas o extranjeras, con los dibujos de Tony Johanot, Celestin Nanteuil , Luis Madrazo, Gustave Doré , Ricardo Balaca, Apeles Mestres, Moreno Carbonero, Laureano Barrau… ; y las más modernas, desde Urrabieta Vierge a Paul Rerst, Teodoro Miciano, José Narro, Gregorio Prieto o Salvador Dalí, entre otros muchos. 8. ADAPTACIONES En los países en los que se tradujo, el Quijote fue objeto de adaptaciones o versiones abreviadas, estas últimas en forma de antologías o simplemente con el texto reducido, aunque respetando el original. Fue frecuente asimismo la publicación de episodios sueltos, como el de La pastora Marcela, El curioso impertinente o El cautivo. En lo que respecta a las adaptaciones propiamente dichas, el siglo XIX fue un siglo rico en este tipo de ediciones, sobre todo en Francia, Inglaterra, Alemania, Italia y Rusia. La imagen tenía una gran importancia en este tipo de ediciones, que en Inglaterra llegaron a constituir un producto editorial específico, como en el caso de The spirit of Cervantes or Don Quixote abridged (1820), por poner un ejemplo Por otra parte, en muchos países se hacía necesario adaptar la historia y los personajes a las referencias culturales de los nuevos lectores, como fue el caso de su recepción en Japón o en la cultura hebrea. En otros, como en Grecia, es significativo el papel que han desempeñado las adaptaciones, entre las que se incluyen tebeos, para la difusión de la obra cervantina. Asimismo, la obra será objeto de interpretaciones, adaptaciones a distintos géneros, continuaciones o relecturas. Y, por supuesto, de adaptaciones infantiles y escolares que, en el caso de España, merecen analizarse con cierto detenimiento. La intención de adaptar el Quijote para niños en España es, en un principio, educativa, desde el primer intento realizado por el krausista Fernando de Castro (y autorizado en 1856 como lectura oficial) hasta la materialización de esta necesidad de llevar la obra a las escuelas que, tras la labor de recuperación de los clásicos a raíz del Regeneracionismo, se plasmó en la Real Orden de 24 de mayo de 1905 mediante la cual se recomienda el Quijote como libro de lectura escolar y, especialmente, la adaptación de Eduardo Vincenti Reguera, antiguo Director General de Instrucción Pública. A las adaptaciones de finales de siglo de Domingo López Sarmiento, Juan Manuel Villén o Domingo Abejar, se unieron otras, favorecidas por la celebración en 1905 del tercer centenario de la publicación de la Primera Parte de la obra, con todo el movimiento cultural al que dio lugar: las ediciones constantemente reimpresas de las editoriales Calleja, Hernando, Araluce, Ramón Sopena, las de congregaciones religiosas educativas como los Salesianos, la patrocinada por el Instituto Escuela dentro de la Biblioteca literaria del estudiante y las ediciones de los hermanos Garnier en París (de textos en español), entre otras. Numerosas ediciones han visto la luz desde entonces, destinadas a las escuelas o simplemente al público infantil, con la ilustración como protagonista. Molino, Aguilar, Juventud, Afha Internacional, Bruguera, Edival, Santillana, Toray… Todas ellas conocidas de sobra por los niños y jóvenes en edad escolar. También ediciones con intención didáctica que cuentan con la aportación de importantes especialistas, como en el caso de la de Vicens Vives con introducción de Martín de Riquer. A raíz del cuarto centenario de la publicación de la Primera Parte, en 2005, se publicaron algunas ediciones infantiles como las de Carlos Reviejo, José María Plaza, Concha López Narváez, Rosa Navarro Durán, José Luis Giménez Frontín, entre otros, o las destinadas al uso escolar, entre las que destacan las de Andrés Amorós o la adaptada por Vicente Muñoz Puelles 9. EL QUIJOTE EN LA WEB DE LA BNE – PORTAL QUIJOTES – Realizado en 2015 por Pilar Egoscozábal, Jefa de Servicio de Reserva Impresa de la BNE y gran experta en Cervantes. Actualmente es la directora de la biblioteca de la Real Academia Española. https://www.bne.es/es/quijote/index.html – QUIJOTE INTERACTIVO http://quijote.bne.es/quiosco/ El Quijote interactivo permite un acercamiento diferente a la primera edición de la obra cumbre de Cervantes, conservada en los fondos de la Biblioteca Nacional de España. Gracias a esta iniciativa es posible disfrutar del Quijote como si se tuviera el libro en las manos, al tiempo que se puede acceder a contenidos multimedia que ayudan a contextualizar la obra. Se ha partido de la digitalización a muy alta calidad de los ejemplares que conserva la BNE de la primera edición del Quijote de ambas partes (1605 y 1615, y se han incorporado contenidos relacionados con la obra y la España de la época. Se han incluido en el texto del Quijote puntos de enlace que remiten a las revistas temáticas con contenidos relacionados. ***
«Las ediciones del Quijote» en Pedro Muñoz, sede de la colección Zunzunegui Fecha de Publicación: 25/04/2024 El sábado 27 de abril se celebrará la 6ª Mesa Redonda Cervantina en Pedro Muñoz (Ciudad Real) localidad manchega que alberga la Colección Cervantina Zunzunegui con casi 850 piezas relacionadas con Cervantes y el Quijote Alcázar de San Juan, 25 de abril de 2024.- En colaboración con el Ayuntamiento de Pedro Muñoz, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha organizado la sexta edición de esta iniciativa cultural, poniendo en el mapa cervantino esta localidad manchega que posee una de las mayores colecciones españolas alrededor de la figura del Quijote. En 2017 se inauguró el museo que alberga la Colección Cervantina Zunzunegui (recién remodelado en estos días), formada por 845 piezas que abarcan libros y todo tipo de objetos relacionados con el Quijote y Miguel de Cervantes. La colección incluye ediciones de la obra en casi todos los idiomas del planeta. La colección se puede clasificar por diferentes temáticas que nos permiten acercarnos a la obra de Cervantes, al Quijote y la bibliofilia desde distintos puntos de vista. Destacan las ediciones casi únicas de relativa antigüedad que hacen de la colección “Zunzunegui” una de las mejores de España. Todo un legado de la Familia Zunzunegui al mundo y en especial a Pedro Muñoz; siendo un punto de referencia para los investigadores y curiosos de la obra de Cervantes. Dentro de la colección podemos encontrar obras de los principales traductores de El Ingenioso Hidalgo a lo largo de la historia, hallando más de 30 idiomas diferentes: inglés, francés, alemán, italiano, mándalo, hebreo, árabe, latín macarrónico… La colección contiene también diversas ediciones relevantes por sus prólogos, así como ediciones ilustradas por los mejores artistas del mundo. También son destacables, acompañando a la rica colección, dos esculturas de gran valor artístico, la primera de ellas es un bronce de Jean Paul Gautier de la primera mitad del siglo XIX, adquirida en Rusia y la otra es una escultura extraordinaria y única que preside el museo, obra de Gerardo Bastardo “A Propósito de Clavileño”, realizada por el escultor venezolano, actualmente afincado en Villafranca de los Caballeros, exclusivamente para esta colección, como elemento ejemplificador del manchego y la Mancha. Esta 6ª Mesa Redonda Cervantina se desarrollará en el Salón de Actos del Centro Cívico Municipal (frente al Ayuntamiento) en plena plaza de España, el sábado 27 de abril, a partir de las 11.00 horas y con entrada gratuita hasta cubrir el aforo del local. La mesa se encuadra en la ambiciosa programación de actos que el ayuntamiento pedroteño celebrará con motivo de la LXI Edición del Mayo Manchego, catalogada como Fiesta de Interés Turístico Nacional. La Mesa Redonda llevará por título «Las ediciones del Quijote» y contará con tres ponentes de excepción, las tres mujeres, de las que estamos en condiciones de afirmar que son de las mejores de España en el tema propuesto y que nos dejarán impresionados con sus conocimientos, tanto a los asistentes en la sala como a quienes sigan el desarrollo de la Mesa Redonda a través del perfil de YouTube de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.youtube.com/channel/UCUNTHnfihS8DD2XY1BWjyMw Desde las 11.00 y tras la inauguración de la Mesa por parte de las autoridades, Enrique Suárez Figaredo, Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar,Ingeniero eléctrico ya jubilado, investigador residente en Barcelona, estudioso del Quijote, editor y descubridor de una edición desconocida del Quijote de Avellaneda, que a la postre se trató de la primera y más antigua entre los fondos de la Biblioteca Nacional. Gran conocedor del mundo de la edición en el Siglo de Oro, ha editado gran parte de las novelas de caballerías de la época. Ha sido colaborador en el Quijote del Instituto Cervantes, última edición, coordinada por Francisco Rico, es también el autor de la edición del Quijote de la Sociedad Cervantina de Alcázar: “Las aventuras de don Quijote de la Mancha nunca así contadas”. Él ejercerá de moderador, será el conductor de la mesa y presentará a las ponentes: Dª. Ana Isabel Martínez Pereira, es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y actualmente profesora titular doctora en la misma Universidad, después de haber enseñado Lengua y Literatura Españolas en la Universidad de Oporto (Portugal) y disfrutar de un contrato de investigación Ramón y Cajal en la Universidad Complutense. Su área de interés se centra en los siglos XVI y XVII, con algunas incursiones en los siglos XVIII, XIX y XX. Los manuales de escritura, la enseñanza primaria, la literatura emblemática, las relaciones de sucesos, la poesía gráfica del Siglo de Oro o las primeras ediciones del Quijote son los temas sobre los que ha trabajado y publicado diversos artículos y monografías, entre los que destacan: De las primeras letras. Cartillas y Doctrinas españolas de los siglos XVII y XVIII (2002, con Víctor Infantes); Introducción al Arte de escribir de Francisco Lucas (2005); Manuales de escritura de los Siglos de Oro. Repertorio crítico y analítico de obras manuscritas e impresas(2006, VIII Premio de Investigación Bibliográfica Bartolomé José Gallardo); La letra del Humanismo: origen y función de los primeros manuales de La letra del Humanismo: origen y función de los primeros manuales de escritura (2010); La impresión del Quijote: evaluación y registro de variantes (2013); Primera edición de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (Madrid, Juan de la Cuesta, 1615). El libro, el texto, la edición (2018).Ha participado en numerosos congresos internacionales y colaborado en varios proyectos de investigación. Su ponencia se titulará: “Notas de lectura en las primeras ediciones del Quijote”. Dª. Esther Bautista Naranjo, es profesora titular en la Universidad de Castilla-La Mancha, donde ejerce su docencia sobre Análisis y crítica literaria y Literatura francesa de los siglos XVI, XVII y XVIII en el Departamento de Filología Moderna. Sus ámbitos de especialización son el mito y la recepción internacional del Quijote, la literatura comparada francesa e inglesa, la mitocrítica y la literatura fantástica.Ha realizado estancias investigadoras en diversos países y pronunciado conferencias en las universidades de Paris-Sorbonne, Columbia University, University College London, Università di Torino, y es autora de tres libros, así como de 30 artículos en revistas científicas indexadas sobre sus centros de interés, entre las cuales se encuentran: Anales Cervantinos, Cédille: revista de estudios franceses, RILCE: revista de filología hispánica, Revue de Littérature Comparée. Es vocal de la Asociación Internacional de Mitocrítica «Asteria» y forma parte del Consejo de redacción de Amaltea: revista de mitocrítica. Ha recibido premios de investigación como la mención especial en el III Premio de Investigación Cervantista José María Casasayas (2014) y un accésit al VIII Premio Internacional de Investigación Científica y Crítica «Miguel de Cervantes» (2013). Su ponencia se titulará: “El Quijote en otras palabras: las primeras traducciones europeas”. Dª. Isabel Ruiz de Elvira Serra, Licenciada en Historia Antigua y diplomada en Biblioteconomía y Documentación por el Centro de Estudios Bibliográficos y Documentales, ingresó en el Cuerpo Facultativo de Bibliotecas en 1986. Durante doce años trabajó en el Servicio de Manuscritos, Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional, donde se especializó en publicaciones antiguas, colaborando en diferentes proyectos sobre relaciones de sucesos, villancicos barrocos y pliegos sueltos poéticos. En 1991 fue coordinadora del catálogo y la exposición “Don Quijote: 400 años de ediciones” que se exhibió en Fráncfort con motivo de la presencia española como País Invitado de Honor en la Feria Internacional del Libro de esta ciudad; más tarde comisarió otras dos exposiciones sobre encuadernaciones artísticas. En 2004 se trasladó a la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas del Ministerio de Cultura, de la que fue Subdirectora Adjunta. Desde 2020 es la Directora del Departamento de Manuscritos, Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional de España, entre cuyas funciones está la conservación y difusión de la colección cervantina, integrada en la Sección de Siglo de Oro, dentro del Servicio de Reserva Impresa. Su ponencia se titulará: “Ediciones del Quijote en la colección cervantina de la Biblioteca Nacional de España”. La Mesa Redonda Cervantina se ha celebrado en años anteriores en las poblaciones de El Toboso, Quero, Puerto Lápice, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana y en esta ocasión en Pedro Muñoz. Se trata de que siempre se celebre en alguno de los lugares que son referencia en el Quijote y que están centrados en el espacio geográfico donde tuvieron lugar algunas de las aventuras de don Quijote y Sancho Panza. En 2024, el Ayuntamiento de Pedro Muñoz va a rendir a la Colección Zunzunegui el homenaje que se merece. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Un diez para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 24/04/2024 Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan (izquierda), junto al actor Franz Gómez que representó un interesante monólogo En este día tan literariamente señalado -fue toda una premonición-, la Sociedad Cervantina de Alcázar ha cumplido su décimo aniversario. No se ha podido celebrar mejor el aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes que con un acto en su honor y con una ofrenda floral a nuestro Primer Escritor Alcázar de San Juan, 24-04-2024.- El martes 23 de abril de 2014 la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan recibía su inscripción como asociación cultural en el Registro de Asociaciones de Castilla-La Mancha. Diez años han pasado ya de aquella fecha y los cervantistas y quijotistas alcazareños lo han celebrado como la ocasión merecía, con un entrañable y emotivo acto frente a la estatua de Miguel de Cervantes en el atrio de la iglesia de Santa María la Mayor. El acto comenzaba con una actuación muy sentida y emotiva a cargo del actor Franz Gómez que en el papel de Sancho Panza desglosaba las aventuras ocurridas junto a su amo don Quijote de la Mancha y agradecía a Cervantes que haya conferido fama universal a un humilde labrador que únicamente quiso ser el mejor escudero del mundo, que reconocía haber aprendido mucho al lado de don Quijote pero que a la vez confirmaba que también ejerció una beneficiosa influencia sobre el Alonso Quijano convertido en el caballero de la Triste Figura, en un intercambio enriquecedor que todos los lectores del Quijote han apreciado siempre. Cerró su actuación con una glosa sobre el poderoso atractivo que ejerce la Mancha sobre las personas y que su influjo, el carácter de sus gentes, con sus fiestas y su gastronomía y sus vinos nos hace sentir un gran apego por nuestra tierra que nos hace no querer abandonarla. Continuó con unas palabras de bienvenida y felicitación a cargo del presidente Juan Bautista Mata Peñuela que enumeró las actividades desarrolladas a lo largo de estos diez años, las importantes personalidades que nos han visitado -de las que hemos aprendido muchísimo- y de la gran difusión del Quijote y de la ciudad de Alcázar de San Juan por el mundo, en la que esta Sociedad está permanentemente implicada. Luis Miguel Román Alambra, uno de los tres socios fundadores, glosó las increíbles experiencias vividas a lo largo de estos años diciendo que el día que se puso en marcha la asociación -por puro placer personal y gusto por la obra de Cervantes-, no pensó que posteriormente alcanzase la difusión internacional que en la actualidad tiene y que se sentía orgulloso de que con el trabajo incansable día a día se haya conseguido atraer a más de cincuenta personas que comparten nuestras mismas inquietudes, repartidas a lo largo del territorio nacional, lo que le hace sentir una gran satisfacción porque el estudio y difusión de la obra cervantina se mantiene en plena expansión, uno de los objetivos propuestos en su fundación. Posteriormente intervino María Ángeles Pérez Montero, última incorporada a la Sociedad Cervantina que inició su alocución dando la enhorabuena al escritor Luis Mateo Díez por haber obtenido el Premio Cervantes 2024, y que además de exponer los motivos que la han llevado a incorporarse como integrante este grupo, consiguió emocionar a los asistentes con sus acertadas razones. Además, ha regalado una edición muy valiosa del Quijote buscada ex profeso en una librería de anticuario para esta ocasión, con su deseo de que sea incorporado a la colección de la asociación, aseverando que lo hacía como muestra de su compromiso para con la Sociedad. Llegando al final, la Sociedad Cervantina tuvo un recuerdo para sus tres socios fundadores, Luis Miguel Román Alhambra, Alonso M. Cobo Andrés y Constantino López Sánchez-Tinajero, a los que reconoció su dedicación con un precioso recuerdo de esta fecha. El acto, lo cerró la alcaldesa de Alcázar de San Juan, Dª. Rosa Melchor Quiralte felicitando a la Sociedad por estos primeros diez años de actividad, reconoció que ha sabido aprovechar de forma inteligente el nombre de nuestro paisano Miguel de Cervantes para dar a conocer nuestra ciudad por el mundo y también que ha sabido aprovechar el nombre de la ciudad para concitar en ella a turistas que han querido venir a visitarla para conocer mejor su vinculación con el escritor. Tanto la alcaldesa como el presidente de la Sociedad Cervantina cerraron el acto haciendo una ofrenda floral a la estatua de Miguel de Cervantes, dando con ello fin a este acto tan entrañable, en el que como curiosidad cabe resaltar que ha estado presente José Eugenio Castellanos Perea quien fuese alcalde de la ciudad cuando en 1999 se instaló el monumento bajo su mandato. Indicar también que a lo largo de todo el acto ha ondeado en el monumento a Cervantes, la bandera que el Regimiento Acorazado Córdoba 10 regaló a la Sociedad en su visita del pasado 16 de abril a su acuartelamiento de Córdoba con motivo del 458 aniversario de su creación y donde el regimiento fue reconocido como Socio de Honor por la Sociedad Cervantina de Alcázar. Tras el acto, todos los presentes se han desplazado a la cercana sede de la Sociedad Cervantina, sita en la calle Santa Ana, para disfrutar en agradable compañía de un vino “Hideputa”, con el que Rosa Melchor ha brindado por una larga vida para la Asociación y por la consecución de todos los objetivos previstos. Conferencia sobre la imprenta del Quijote en el Colegio SAFA Previa a este acto, a eso de las 9:30 de la mañana, el presidente Juan Bautista Mata Peñuela ha impartido una conferencia titulada “La imprenta en la época de Cervantes y el Quijote universal manuscrito en Internet”, a la que han asistido los tres cursos de bachillerato (casi cien niños y niñas) del Colegio Sagrada Familia de Alcázar y en la que tras las explicaciones ha habido un turno de preguntas e intervenciones a cargo de los niños. Todos los que han respondido correctamente a las preguntas -que han sido muchos-, han recibido una figura del Quijote, siendo entregadas un total de quince de ellas. Igualmente, tras recibir la comunicación sobre el Quijote manuscrito, han participado todos ellos escribiendo su fragmento de la obra que les ha correspondido. Para terminar y como recuerdo, han recibido un pergamino acreditativo de su participación en la conferencia personalizado con su nombre. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El Regimiento Acorazado “Córdoba” 10, distinguido como Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 17/04/2024 De izquierda a derecha: D. José Antonio Castellanos, Don José Miguel Fernández Romero (Coronel Jefe del Regimiento Acorazado «Córdoba» Nº 10), D. Manuel Rubio, D. Luis García, D. Juan Bautista Mata, D. Enrique Lubián, D. Jesús Sánchez y D. Francisco Escudero La entrega del nombramiento como “Socio de Honor” al regimiento tuvo lugar en la ciudad andaluza, durante los actos conmemorativos del 458 aniversario del Regimiento Acorazado “Córdoba” Nº 10, unidad militar heredera del Tercio de Figueroa y en la que sirvió como soldado Miguel de Cervantes Saavedra Alcázar de San Juan, 17-04-2024.- El martes día 16 de abril, una nutrida representación de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan encabezada por su presidente Juan Bautista Mata Peñuela al que acompañaron una representación de socios, visitaban la base de Cerro Muriano para participar de los actos conmemorativos de la celebración del 458 aniversario de la Unidad Militar. Esta Unidad, una de las más antiguas de España, tuvo su origen el 27 de febrero de 1566 cuando el Maestre de Campo D. Lope de Figueroa creó por orden del Rey Felipe II su tercio, que a lo largo de sus casi 500 años ha tenido muchos nombres entre ellos Tercio de la Armada del Mar Océano, Regimiento de Bajeles, o el actual, Regimiento Acorazado Córdoba nº 10. Muchos años de servicio a España y a su rey personificado en aquellos que han servido en sus filas como por ejemplo Lope de Figueroa o Miguel de Cervantes Saavedra y que se identifican por las virtudes que definen a este equipo humano: espíritu de sacrificio, ejemplaridad, entrega, compromiso y dedicación a España. Los alcazareños fueron recibidos por las autoridades militares en la Sala Gran Capitán donde fueron agasajados y posteriormente, a las 11.00 tomaron parte en la Misa y recuerdo a los caídos. Tras la celebración litúrgica fueron testigos en lugar privilegiado de la imponente Parada Militar en la Explanada Cervantes del acuartelamiento, en el transcurso de la cual hicieron entrega al coronel jefe, Ilmo. Sr. D. José Miguel Fernández Romero de una placa conmemorativa en la que se nombra al Regimiento Acorazado Córdoba nº 10, Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. En la sentida y emocionante alocución, el Coronel tuvo palabras de recuerdo para el valor de los soldados que en 1860 participaron en la batalla de Castillejos, que avanzando tras el General Prim, obtuvieron un una gran victoria en territorio africano y en la que los soldados españoles sacaron a relucir el espíritu guerrero de la unidad forjado a lo largo de casi 400 años de historia Igualmente, el Coronel tuvo palabras de agradecimiento para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan por el nombramiento recibido, a la que se refirió diciendo: «Nos une nuestro orgullo por una de las máximas figuras de la literatura española, el novelista, poeta, dramaturgo y soldado del Tercio de Figueroa y por tanto del Regimiento Córdoba, don Miguel de Cervantes Saavedra. Nuestra relación nació hace poco más de dos años, fruto quizás de una casualidad y bendita casualidad, porque como dijo Cervantes: “amistades que son ciertas nadie las puede turbar”, y nuestra amistad es sincera. Bien, amigos de Alcázar de San Juan, ya sois parte del Regimiento Córdoba y consecuentemente, compartiremos el polvoriento camino y acometeremos los gigantes del destino. Gracias por ser parte de nuestra familia, sólo os pido una cosa, que estrechemos aún más los vínculos que nos unen por el bien de España». Al finalizar la Parada Militar, tanto visitantes invitados como los soldados de la unidad, se trasladaron a la zona de hangares en la explanada de carros donde celebraron una comida de confraternización. Por tanto fue un día entrañable para los cervantinos alcazareños en los que además de disfrutar de una celebración magnífica, a la que tuvieron el honor de asistir y que ha servido no sólo para hacer entrega del título de Socio de Honor al Regimiento sino como bien dijo el Coronel Fernández Romero, es un paso más para estrechar -más si cabe- los fuertes vínculos que ya existen entre ambas instituciones y que es deseo de los alcazareños -en sintonía con el coronel-, el de ampliarlos y hacerlos más firmes cada día. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Brillante ciclo de conferencias impartidas por representantes de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto de Santa María Fecha de Publicación: 13/04/2024 Desde la izquierda: Constantino López, Antonio Leal, Juan Bautista Mata, Luís Guijarro Con asistencia de numeroso público, los alcazareños han impartido un ciclo de conferencias denominado “Cervantes y el Quijote. Sus lectores en el siglo XXI” Alcázar de San Juan, 13-04-2024.- Con gran acogida de público y un lleno a rebosar en el acogedor patio interior de un edificio del siglo XVIII de estilo barroco, que desde hace más de cincuenta años es la sede de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto de Santa María, ha tenido lugar el ciclo de conferencias titulado “Cervantes y el Quijote. Sus lectores en el siglo XXI”. Esta Sociedad Cultural portuense acumula 124 años de historia ya que, fue fundada en 1900 siendo una referencia cultural y formativa de la ciudad. A lo largo de su historia ha recibido numerosas distinciones. Ilustres personalidades forman parte del Cuerpo de Académicos procedentes de las Ciencias, Letras y Artes. La sesión que en la que han participado los representantes manchegos de la Sociedad Cervantina, está enmarcada dentro de la celebración anual del Día Internacional del Libro, que la Academia de Santa Cecilia tiene programados tres actos: la Lectura del Quijote que se realizará el domingo 21 por la mañana en este mismo lugar. A partir de hoy, día 11, y hasta el día 21, una Exposición de trabajos de alumnos y profesores de la Academia, cuyo tema principal es Cervantes y El Quijote…dibujos, pinturas, cerámica y modelado y el acto enunciativo. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha estado presente en la ciudad gaditana gracias al interés demostrado y a la enorme capacidad organizativa del alcazareño, doble doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Ciencias de la Comunicación, Antonio Leal Jiménez, e hijo Predilecto de Alcázar de San Juan, que forma parte, en la actualidad, del Cuerpo de Académicos y de la Junta Directiva de la Academia portuense. La sesión ha transcurrido con dos conferencias. La primera de ellas titulada “Dos Cervantes, un autor del Quijote” impartida por D. Constantino López Sánchez-Tinajero, secretario fundador de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. La segunda “El Quijote Universal Manuscrito en internet» dictada por D. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de dicha sociedad. El presidente de la Academia, D. Luis Francisco Garrido Quijano dio la bienvenida al acto. A continuación, D. Antonio Leal Jiménez tomó la palabra para presentar a los ponentes. Su exposición estuvo basada en tres puntos fundamentales: a) Dar a conocer la Sociedad Cervantina a los asistentes destacando el magnífico trabajo que están realizando, y cuya vocación y objetivo primordial es expandir la obra de Cervantes, especialmente el Quijote y su vinculación con la comarca, b) mención especial a Alcázar de San Juan, una ciudad manchega con tintes literarios de calado, donde la ruta del Quijote tiene una presencia indiscutible. Una huella literaria también ligada a su condición de nudo ferroviario desde 1854. Una ciudad con gente acogedora, emprendedora y plagada de “quijotes y sanchos”, y c) una corta semblanza de los ponentes destacando que se trata de dos hombres buenos de La Mancha, rectos como espadas de acero; duros, forjados a fuego; honrados, que han hecho un recorrido de mil doscientos kilómetros para estar unas horas en la Academia. Destacó algunos aspectos humanísticos e investigadores de los invitados. En la primera conferencia, D. Constantino López, manifestó que no era su interés -ni mucho menos-, reescribir la biografía oficial de Miguel de Cervantes, sino poner de manifiesto algunas inconsistencias relativas a la edad de los -al menos- dos Miguel de Cervantes que fueron coetáneos: el de Alcalá de Henares y el de Alcázar de San Juan, entre los que hay una diferencia de edad de 11 años y de los que ya se ha demostrado documentalmente que estuvieron juntos en Lepanto, curando sus heridas en el hospital de Mesina y que probablemente (aunque todavía no ha podido certificarse) en el cautiverio de Argel. La exposición ha dado la oportunidad de generar nuevas ideas. A este respecto, se basó en el trabajo del reputado cervantista Alfredo Alvar, autor de Cervantes. Genio y libertad, que fue Comisario de la exposición Este que veis aquí… Cervantes en Simancas y en los Archivos Estatales (octubre de 2016-abril de 2017), ha dicho: «Lo que el cervantismo no se preguntó nunca es: pero ¿no podría haber habido simultáneamente en España dos Miguel de Cervantes, el uno fugado y el otro joven poeta de los aledaños de don Carlos, a cuya muerte y disolución de su casa se fue a Roma con Acquaviva?» (Cervantes en las galeras del rey de España). Por su parte, D. Juan Bautista Mata Peñuela, comenzó su ponencia dando a conocer cómo eran las imprentas del siglo XVI, de sus dificultades para componer los textos con los tipos móviles (con la imagen inversa), el laborioso proceso de fabricación del papel y la cantidad de papel necesario y de las operaciones que se precisaban para la impresión de 1.200 ejemplares de un libro como el Quijote. En la segunda parte dio a conocer el proyecto de la Sociedad Cervantina llamado “Quijote Universal manuscrito en internet”, presentado en diciembre del pasado año 2022 y que está a falta de un 10% de escribientes para completar la escritura de la Primera Parte de la genial novela de Cervantes. Aprovechó la conferencia para animar a los presentes a que se inscribieran en las últimas plazas que aún quedan disponibles para participar en esta histórica actividad cultural de alcance mundial. Al término de la exposición, D. Juan Bautista Mata Peñuela manifestó que, les ha supuesto un enorme placer y un orgullo acudir a la invitación de la Academia portuense para participar en los actos de su celebración cervantina, y agradeció la acogida tan cariñosa que los directivos de esta prestigiosa institución cultural -que el año que viene celebrará con un extenso programa de actividades culturales su 125 cumpleaños-, dispensaron a los cervantistas alcazareños. También manifestó ser partidario de estrechar los lazos de amistad con la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia y que el interés de los cervantistas alcazareños era continuar colaborando en cuantas actividades culturales puedan llevar a cabo de forma conjunta en el futuro. Conferencias en https://youtu.be/BfeO2lxJ4rw Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Más recio que una escopeta Fecha de Publicación: 29/03/2024 Detalle del dibujo de Daniel Urrabieta Vierge (BIQ) . Durante la lectura del Quijote hay momentos en los que el lector se parte de risa, especialmente con los refranes, dichos y ocurrencias de Sancho Panza y con escenas hilarantes entretejidas por Cervantes en el cuento. Hay dos de estas escenas que con solo recordarlas me provocan la carcajada. La primera de estas escenas ocurre en la Primera parte, cuando don Quijote pide a Sancho que le meta los dedos en la boca y le cuente las muelas que aún le quedan después de la pedrada que un pastor le lanzó. La segunda sucede en la Segunda parte, poco antes de que don Quijote acometiese la aventura contra los leones y le pide a Sancho su yelmo, cuando este lo tenía ocupado sirviendo de recipiente con unos requesones que acababa de comprar a unos pastores. En este artículo me ocupo de la primera escena, dejándote, lector curioso y atento, que leas y releas la segunda escena en el capítulo diecisiete de la Segunda parte, la risa está asegurada, no te lo pierdas. Estoy inmerso en la segunda parte de la guía de caminos Tras los pasos de Rocinante, en medio de Sierra Morena. Antes de salir a recorrer los caminos y parajes, y fotografiar y anotar detalles para que el viajero no se pierda, vinculo el texto cervantino en el Mapa Topográfico Nacional (MTN25) en la tranquilidad de mi casa. Acababa de anotar los acontecimientos en la Venta de la Inés, la famosa venta del manteo de Sancho, cuando estaba enmarcando el siguiente escenario en medio del Valle de La Tejada, junto al Arroyo del Robledillo: la famosa aventura de los rebaños de ovejas. Un rebaño de varios cientos de ovejas en la Mancha. Fotografía de Luis M. Román «En estos coloquios iban don Quijote y su escudero cuando vio don Quijote que por el camino que iban venía hacia ellos una grande y espesa polvareda, y en viéndola se volvió a Sancho y le dijo: —Este es el día, ¡oh Sancho!, en el cual se ha de ver el bien que me tiene guardado mi suerte. Este es el día, digo, en que se ha de mostrar, tanto como en otro alguno, el valor de mi brazo, y en el que tengo de hacer obras que queden escritas en el libro de la Fama por todos los venideros siglos. ¿Ves aquella polvareda que allí se levanta, Sancho? Pues toda es cuajada de un copiosísimo ejército que de diversas e innumerables gentes por allí viene marchando. —A esa cuenta, dos deben de ser —dijo Sancho—, porque desta parte contraria se levanta asimesmo otra semejante polvareda.» (Q1, 18) Como ya sabes, no eran dos ejércitos sino dos grandes rebaños de ovejas que por allí pastaban y los dos iban a beber agua a este arroyo. La polvareda debía de ser muy grande porque hasta el mismo Sancho creyó lo que don Quijote le decía sobre quiénes formaban ambos ejércitos enemigos. Dibujo de Miguel Ángel Álvarez (BIC) Junto al Arroyo del Robledillo hay un altillo, el mismo al que Cervantes hace subir en la ficción del cuento a caballero y escudero: «Y para que mejor los veas y notes retirémonos a aquel altillo que allí se hace, de donde se deben de descubrir los dos ejércitos. Hiciéronlo ansí y pusiéronse sobre una loma, desde la cual se vieran bien las dos manadas que a don Quijote se le hicieron ejército si las nubes del polvo que levantaban no les turbara y cegara la vista». No paraban de salir de la boca de don Quijote nombres y nombres de los principales caballeros de uno y otro ejército, cada uno con las precisas descripciones de sus armas y batallas, así como cada uno de los escuadrones que los formaban. Aunque Sancho prestaba mucha atención no veía a quienes decía ver don Quijote, en cambio, él veía y escuchaba a dos grandes rebaños de ovejas y carneros. Don Quijote diagnostica a Sancho que su miedo le hace cambiar las cosas y que parezcan lo que no son. «Déjame solo, que solo basto a dar la victoria a la parte a quien yo diera mi ayuda. Y, diciendo esto, puso las espuelas a Rocinante y, puesta la lanza en el ristre, bajó de la costezuela como un rayo». Don Quijote es derribado de Rocinante por dos «peladillas» del arroyo, lanzadas con fuerza y precisión por las hondas de los pastores. Una le dio en el costado y la otra en la mano y en la boca mientras trataba de beber un trago de su famoso bálsamo de Fierabrás. Resultado: dos costillas malheridas y «tres o cuatro dientes y muelas menos». Los pastores, creyendo que lo habían matado, huyeron con sus ganados y siete ovejas muertas sobre sus hombros. Todo lo vio Sancho desde el altillo, y cuando los pastores se marcharon bajó a socorrer a su amo. No sé si al imaginar la siguiente escena te partirás de risa o te dará asco, o ambas cosas. Reconozco que yo siento esas dos sensaciones tan contradictorias a la vez. Tanto le dolía la boca a don Quijote que presentía que había perdido algunas piezas de su dentadura, y le pide a Sancho que le mire a ver cuántas le faltan: «Llegose Sancho, tan cerca que casi le metía los ojos en la boca, y fue a tiempo que ya había obrado el bálsamo en el estómago de don Quijote, y al tiempo que Sancho llegó a mirarle la boca arrojó de sí, más recio que una escopeta, cuanto dentro tenía, y dio con todo ello en las barbas del compasivo escudero. —¡Santa María! —dijo Sancho—, y ¿qué es esto que me ha sucedido? Sin duda este pecador está herido de muerte, pues vomita sangre por la boca. Pero reparando un poco más en ello echó de ver en la color, sabor y olor que no era sangre, sino el bálsamo de la alcuza que él le había visto beber; y fue tanto el asco que tomó, que, revolviéndosele el estómago, vomitó las tripas sobre su mismo señor, y quedaron entrambos como de perlas.» (Q1, 18) Mientras estaba escribiendo esto, se encontraba, investigando en unos libros deportivos muy antiguos, mi amigo José Manuel, médico oftalmólogo. Me puse a reír, como siempre que leo e imagino esta escena, y me pregunta el motivo. Le describo la escena y que la forma del narrador de describir cómo expulsaba el vómito don Quijote «más recio que una escopeta», me hacía imaginar una explosión de vómito hacia la cara de Sancho, incapaz de esquivarlo. José Manuel me apunta que en medicina existe el concepto «vómito en escopetazo o en escopeta», cuando este sale, sin náuseas previas, con tanta fuerza que puede llegar incluso a dos metros de la boca. Cervantes no era médico, pero utiliza este término médico acertadamente. Quedamos los dos riéndonos de la escena y tratando de averiguar si este término era anterior al Quijote o fue acuñado así por algún médico después de haber leído este capítulo. Detalle del dibujo de John Vanderbank, 1738 (BNE) Esta escena ha sido dibujada en muchos de los Quijotes ilustrados. En 1738, lord Carteret impulsa la edición ilustrada en castellano con la primera biografía de Cervantes. John Vanderbank realiza los dibujos y en uno vemos cómo Sancho mete los dedos en la boca de don Quijote, mientras los pastores huyen de la escena. Detalle del dibujo de Jerome David, 1650-1652 (BIQ) Casi cien años antes, en 1650-1652, en un Quijote en francés, Jerome David dibuja el momento en el que don Quijote vomita «más recio que una escopeta» el bálsamo de Fierabrás que poco antes había tragado. Pero no es fiel al texto: «…y al tiempo que Sancho llegó a mirarle la boca arrojó de sí, más recio que una escopeta, cuanto dentro tenía, y dio con todo ello en las barbas del compasivo escudero.» Detalle del dibujo de Daniel Urrabieta Vierge (BIQ) Si hay una imagen que mejor ilustra este preciso momento es la que dibuja Daniel Urrabieta Vierge, publicada en el Quijote editado por Charles Scribner en Nueva York, en 1906-1907. Aquí sí, texto cervantino y concepto médico quedan magníficamente vinculados por Vierge. Luis Miguel Román Alhambra
Frederik Caspar Conrad Frieboe y Hans Rudolph Juel, benefactores del Dragón alcazareño Isidoro Panduro Fecha de Publicación: 28/03/2024 La estirpe familiar danesa que fundó el alcazareño Isidoro Panduro no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda que le brindaron estos dos militares daneses Hemos recuperado recientemente la historia del alcazareño Isidoro Panduro que con 18 años de edad, tras quedarse huérfano y trabajar algún tiempo en la salitrería de su tío Pedro Díaz Panduro, abandonó su Alcázar de San Juan natal y se alistó como voluntario en el ejercito, siendo destinado al Regimiento Almansa, 3º de Dragones, que en 1807, formando parte de la División del Norte que mandaba el Tercer Marqués de la Romana, fue enviado a Dinamarca para unirse a las fuerzas napoleónicas del Mariscal Jean-Baptiste Bernadotte allí estacionadas. La fractura de su pierna izquierda en un desgraciado accidente, le impidió incorporarse a tiempo a su regimiento en la isla de Langeland, al sur de Fionia, y embarcar, junto al grueso de la División del Norte, en los buques de la armada inglesa que les llevaron de vuelta a España con tiempo suficiente para incorporarse a la guerra contra el ejército francés. Isidoro quedó aislado en Kerteminde, en la isla de Fionia, y una vez recuperado de su accidente, casi un año más tarde del regreso de las tropas, realizó un intento de volver a España junto con otro oficial español, pero este intento se malogró e Isidoro tomó entonces la decisión de quedarse definitivamente en Dinamarca. Pero esta decisión no hubiese tenido éxito sin la ayuda que le brindaron dos militares daneses: el general Frederik Caspar Conrad Frieboe, entonces teniente coronel jefe de la ciudad de Kerteminde, y eltambién militar, coronel Hans Rudolph Juel,terrateniente en la aldea de Hverringe, cercana a Kerteminde. Fue en 1809, cuando el primero de ellos, siendo teniente coronel y máximo responsable militar de la zona, ante la desesperanza de Isidoro por no haber fructificado su regreso a España, y en un gesto que le honra como militar, le entregó una carta de recomendación para que pudiera obtener un empleo en la finca Hverringe Gods, propiedad del segundo de ellos. Frederik Caspar Conrad Frieboe, húsar danés, nació el 7 de marzo de 1767 en Køge, hijo del oficial Christian Wildenradt Frieboe, comenzó su carrera militar como voluntario en la Guardia Real a Caballo y en 1783 se convirtió en segundo teniente en el Regimiento Ryttere noruego, pero regresó a la Guardia Real en 1788, donde fue nombrado maestro de equitación. El general Frederik Caspar Conrad Frieboe Pronto se ganó el favor especial del príncipe heredero y perteneció al pequeño grupo de jóvenes liderados por Frantz Bülow, quienes comenzaron sirviendo como ayudantes del príncipe durante los ejercicios militares y luego lo rodearon constantemente en su llamado cuartel general, formando su núcleo asesor. Frieboe, que fue nombrado à la suite en el regimiento de húsares en 1800, se convirtió en mayor en el año 1803, teniente coronel y ayudante general en el Estado Mayor en 1808, coronel en 1810 y en ese mismo año chambelán. En 1813 dimitió del Estado Mayor y tomó el mando del Regimiento de Húsares, cargo que ocupó hasta su marcha. En 1817 se convirtió en general de división y en 1836 en teniente general. En 1828 fue condecorado con la Gran Cruz de Dannebrog. El general Frieboe se casó en 1795 con Gjertrud Cathrine Bodenhoff, hija del empresario Andreas Bodenhoff, de quien recibió la finca Vildnisset,en Kongens Lyngby, hacienda que después de su muerte recibió su nombre: Frieboeshvile. Murió en Copenhague el 14 de marzo de 1846 y fue enterrado en el jardín de la finca, junto a su esposa y dos de sus descendientes. Tumba de Frederik Caspar Conrad Frieboe en Frieboeshvile Cuando Isidoro Panduro llegó a Hverringe Gods fue recibido por el dueño de la hacienda, el chambelán Hans Rudolph Juel, segundo y más importante de sus benefactores, quien no sólo lo recibió amablemente, sino que lo contrató a su servicio dándole alojamiento y trabajo en sus establos, y más tarde convirtiéndolo en uno de sus más cercanos ayudantes. Localización de la finca Hverringe Gods, al norte de Kerteminde Hans Rudolph Juel, bautizado el 13 de agosto de 1773 en Copenhague, era también militar y un importante terrateniente de la isla de Fionia; hijo de Gregers Christian Juel y Amalie Christiane Raben, heredó Hverringe Gods en 1779 y Juelsberg en 1847. El 13 de abril de 1792 se casó en Rynkeby con Kirke Maren Berg, hija del consejero de Justicia Hans Mogensen Berg de Skovsbo y Olave Marie. El 9 de junio de 1814 el matrimonio se separó. Hans Rudolph Juel Antes de la llegada de Isidoro Panduro a la hacienda Hverringe, y en el transcurso de las guerras napoleónicas, Juel había estado al mando de un cuerpo de cazadores de caballería que, el 19 de mayo de 1809, había expulsado a los ingleses de la isla de Romsø, perteneciente a Hverringe. En esta acción militar los soldados de caballería daneses capturaron a unos cien soldados ingleses que fueron trasladados a Kerteminde; Juel recibió por ello la Cruz de Caballero. La carrera militar de Juel se redujo a dos años de servicio en el Regimiento de Hest, aunque estuvo formalmente comprometido con el ejército hasta su retiro como coronel en 1842. Hans Rudolph Juel, buen administrador de su hacienda y una excelente persona, se caracterizó por el exquisito trato que dispensaba a sus trabajadores y especialmente por la deferencia mostrada hacía a nuestro paisano Isidoro Panduro, a quien consideraba como un amigo. A finales de 1838, Isidoro sufrió un corte en la mano derecha con un gancho mientras pesaba lúpulo y la herida se le infectó, la infección empeoró y cuando un médico la trató, había perdido el uso de su mano. A consecuencia de esta lesión el Sr. Juel le concedió una pensión completa. El chambelán Hans Rudolph Juel fallecido el 17 de marzo de 1857 en Hverringe y está enterrado en la iglesia de la cercana población de Viby, en una capilla funeraria que él mismo hizo construir en 1819. En el cementerio de esta iglesia, cerca de su gran benefactor, también está enterrado Isidoro Panduro que falleció dos años más tarde, el 23 de junio de 1859, aunque la actual ubicación de su tumba se desconoce tras la renovación que sufrió el cementerio. Iglesia de Viby La hermosa y señorial mansión Hverringe Gods, en la que residió y trabajó Isidoro Panduro por espacio de cincuenta años, desde su llegada en 1809 con 22 años de edad, hasta su muerte en 1859 con 72 años, fue construida por Hans Rudolph Juel alrededor de 1790. La finca sigue siendo propiedad de la familia Juel-Reventlow y actualmente funciona como una moderna explotación agroindustrial especializada en la producción de semillas para pasto. Hverringe Gods, antiguamente y en la actualidad Gracias a la ayuda prestada por estos dos grandes personajes daneses, el alcazareño Isidoro Panduro pudo rehacer su vida en Dinamarca después del accidente que le impidió regresar con su regimiento a España, casarse y formar una gran familia cuyos descendientes han sabido mantener vivo el recuerdo de su fundador. Juan Miguel Ruiz de Morillas Constantino López Sánchez-Tinajero Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Miguel de Cervantes como nexo de unión entre la cultura y la milicia Fecha de Publicación: 22/03/2024 De izquierda a derecha: D. Antonio Luis Jiménez Barranco, conferenciante, Dª. Rosa Melchor Quiralte, alcaldesa de Alcázar de San Juan, Ilmo. Sr. D. José Miguel Fernández Romero, Coronel Jefe del Regimiento Acorazado «Córdoba» Nº 10 y D. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de san Juan Conferencia del historiador Antonio Luis Jiménez Barranco, en la que estuvo acompañado por el Ilmo. Sr. Coronel Jefe del Regimiento Acorazado “Córdoba” Nº 10, unidad militar heredera del Tercio de Figueroa que el próximo 16 de abril celebrará su 458 aniversario Alcázar de San Juan, 22-03-2024.- Para la ciudad de Alcázar de San Juan en general y para la Sociedad Cervantina en particular, fue un verdadero honor que el Ilmo. Sr. Coronel Jefe del regimiento Acorazado «Córdoba» Nº 10, D. José Miguel Fernández Romero estuviese en nuestra ciudad representando a la unidad militar en la que sirvió el soldado Miguel de Cervantes Saavedra. Así lo entendieron también la alcaldesa de la ciudad Dª. Rosa Melchor Quiralte y resto de autoridades presentes en la interesante conferencia «Nunca la lanza embotó la pluma». El soldado Miguel de Cervantes y el Tercio de Figueroa en el Siglo de Oro Español; impartida por el historiador montillano D. Antonio Luis Jiménez Barranco quien facilitó datos muy precisos de la vida del Maestre de Campo, Lope de Figueroa queriendo remarcar los numerosos paralelismos que hubo entre la vida de Cervantes y la de su superior, jefe del Tercio. Para entrar en detalles muy interesantes de la vida de Lope de Figueroa, Jiménez Barranco se basó en documentación muy poco conocida (casi inédita sobre el Maestre de Campo) y expuso también de forma detallada todas las campañas militares en las que intervino Miguel de Cervantes hasta el momento de regresar a España en 1575. Esta conferencia está integrada dentro del Ciclo de Conferencias «Universo Quijote» que organiza regularmente la Sociedad Cervantina de Alcázar y con las que pretende darse a conocer a la ciudadanía alcazareña ya que son abiertas a todo el público. Para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, es un honor recibir en su sede al Coronel Jefe del Regimiento que vino acompañado del Suboficial Mayor D. Gabriel Tauste Barranco y valora enormemente la actitud de los responsables de esta unidad militar de abrirse al público y tener participación en actos culturales integrándose de forma especial con la sociedad civil y creando nexos de unión entre la cultura y la milicia a través de la figura de Miguel de Cervantes. Tanto para la Junta Directiva de la Sociedad como para el resto de asociados, es un orgullo reforzar los lazos culturales de amistad y colaboración con la Unidad Militar en la que sirvió Cervantes, siendo una de las cinco o seis más antiguas de España, que el próximo 16 de abril celebrará el 458 aniversario de su creación, celebración a la que con toda ilusión asistirá una representación de cervantinos alcazareños. Hay que recordar que esta simbiosis que se ha producido entre el Regimiento Acorazado «Córdoba» 10 y la Sociedad Cervantina alcazareña, tuvo su origen en la visita que hizo a Alcázar de San Juan el General de Ejército (y ex jefe del CNI) D. Félix Sanz Roldán que en su participación en uno de los “Almuerzos de don Quijote” dio a conocer a los cervantistas alcazareños que la unidad militar de Cervantes aún existía (con el nombre actual) y que se ofreció a facilitar el contacto entre el Regimiento y la Sociedad Cervantina, que posteriormente fructificó de forma extraordinaria, por las facilidades ofrecidas por el personal militar tanto en la visita de los alcazareños a la base de Cerro Muriano (donde se volcaron en su acogida) y que se ha visto acrecentada con el desplazamiento de su máximo responsable, el Coronel Jefe, D. José Miguel Fernández Romero hasta Alcázar de San Juan. A la finalización de la Conferencia, el Coronel Jefe hizo entrega al presidente de la Sociedad Cervantina, D. Juan Bautista Mata Peñuela de una preciosa maqueta de un carro de combate, símbolo de la unidad, que junto con los conocidos Leopardo2E (carros de última generación), la integran también los VEC (Vehículo de Exploración de Caballería) del Grupo de Caballería Acorazado Almansa II/10 2. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
“El Quijote viaja a Viareggio” Fecha de Publicación: 09/03/2024 . A través de una conexión con cámara, socios de la Sociedad Cervantina de Alcázar han impartido diferentes ponencias a los alumnos del Liceo Giosué Carducci de Viareggio con el objeto de que conozcan un poco más el Quijote y otras obras de Miguel de Cervantes Alcázar de San Juan, 09-03-2024.- Este sábado 9 de marzo se ha desarrollado la actividad cultual denominada «El Quijote viaja a Viareggio» que ha consistido en una conexión mediante videoconferencia en la que socios de la Cervantina de Alcázar de San Juan han expuesto varias ponencias para que los alumnos italianos conozcan un poco mejor la obra cumbre de Cervantes, así como otras de inspiración claramente italiana como La Galatea o como las Novelas ejemplares en las que está muy presente el país italiano. Esta actividad, que es la segunda de carácter internacional, que lleva a cabo la Sociedad Cervantina ha sido posible por la inestimable colaboración de la profesora de español Laura Alba García, aunque también han colaborado muy activamente las profesoras Simona Vanni, Martina Cerri, Simona Vescovi y Bárbara Pendibene, todas ellas del departamento de lengua española del Liceo Giosué Carducci de Viareggio. El Liceo Carducci fue fundado en 1912 y fue reconocido en el año escolar 1928/1929. En 1927 se construyó la que sigue siendo la sede histórica del instituto según un diseño del arquitecto Belluomini, un impresionante edificio histórico que pronto cumplirá 100 años de vida. Desde principios del año 2002/2003, tras la ampliación del personal, Carducci ha ocupado todo el edificio, pudiendo finalmente responder positivamente a las nuevas necesidades docentes. Durante décadas, la escuela secundaria ha formado a generaciones de profesionales de Viareggio y de toda Versilia. En los últimos diez años y para continuar su labor educativa, ha enriquecido los planes de estudio en múltiples direcciones, sin renunciar a su identidad y sus valores culturales. Actualmente el Liceo “G. Carducci” es un Liceo Clásico y un Liceo Lingüístico, cuenta con alrededor de 740 alumnos divididos en 32 clases (5 ciclos completos de bachillerato de dos años y de bachillerato de tres años), tiene una plantilla de 64 profesores y ofrece a estudiantes y familias de Versilia diversas ofertas curriculares. A las 9 de la mañana comenzaba la jornada con la ponencia de presentación de la Sociedad y sus actividades a cargo de su presidente, Juan Bautista Mata Peñuela. Posteriormente, el secretario actual Constantino López Sánchez-Tinajero, habló de como «Italia marcó la vida de Cervantes» y tras una breve pausa, el vicepresidente Luis Miguel Román Alhambra expuso su ponencia «El Quijote de Miguel de Cervantes, de la Mancha a la Toscana», finalizando la actividad justamente a las 11:00, cumpliendo rigurosamente el horario establecido. La labor divulgativa no ha acabado hoy, sino que, tras finalizar la conexión, se han enviado las ponencias a las profesoras. De este modo, las ponencias serán nuevamente repasadas en clase y después de su exhaustivo estudio originarán preguntas a las que desde Alcázar se responderá con gusto, seguramente a través de un video grabado que se remitirá al Liceo para que lo conserven como material de consulta junto con las ponencias. Cabe destacar que la actividad se ha desarrollado sin incidencias y que según las propias palabras de las profesoras del departamento de español ha resultado muy interesante e ilustrativa, que ha resultado de utilidad para los asistentes lo que produce una gran satisfacción a los cervantistas alcazareños que consideran cumplido el objetivo propuesto de difundir el conocimiento, la lectura y el estudio de la obra de nuestro universal escritor, Miguel de Cervantes, más aún en Viareggio ciudad muy cercana a Luca de la que el escritor dijo: “Luca, ciudad pequeña, pero hermosa y libre, que debajo de las alas del imperio de España se descuella, y mira esenta a las ciudades de los príncipes que la desean; allí, mejor que en otra parte ninguna, son bien vistos y recebidos los españoles, y es la causa que en ella no mandan ellos, sino ruegan, y como en ella no hacen estancia de más de un día, no dan lugar a mostrar su condición, tenida por arrogante”. (Persiles, III, 19) Ahora sólo queda que los alumnos hayan recibido con agrado las aportaciones sobre la vida y obra de Cervantes y les sirva de estímulo para conocerlo todavía más y para desear leer su obra de la que, más de cuatrocientos años después, todavía seguimos hablando. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Isidoro Panduro, el Dragón alcazareño que fundó una saga familiar en Dinamarca Fecha de Publicación: 06/03/2024 Jinete perteneciente al Regimiento de Dragones «Almansa» . Isidoro Panduro nace en Alcázar de San Juan el 7 de abril de 1787, tercer hijo del matrimonio formado por Agustín Díaz Panduro y Ana Dorotea Jiménez Jimeno, bautizado en la iglesia parroquial de Santa Quiteria el 9 de abril. En 1802 fallecen sus padres a causa de una explosión registrada en la fábrica de salitre en donde trabajaban, propiedad de su tío Pedro Díaz Panduro, dejando huérfanos a sus cuatro hijos, los hermanos Manuela, Agustín, Isidoro y Pedro Agustín; el tío los acogió y les dio trabajo en la salitrería. Libro Maestro de todas las tierras, viñas, olivares, eras, salitrerías, casas, mesones, molinos, ganado, censos, juros y rentas… en la población y término de la Villa de Alcázar de San Juan cabeza de partido en la provincia de Toledo, perteneciente al Estado Secular, en el mes de marzo de 1750. AHMASJ. Isidoro trabajó allí durante unos años, principalmente realizando trabajos de abastecimiento de agua, pero su inquietud y sus anhelos por salir al mundo en busca de aventuras hizo que, en 1805, con 18 años de edad, decidiera abandonar Alcázar de San Juan para alistarse en el ejército como voluntario, siendo destinado al Regimiento Almansa, 3º de Dragones, que comandaba el coronel Juan A. Caballero, en donde completó una formación militar de dos años y medio en la caballería ligera. En 1807 el Regimiento Almansa formaba parte de la División del Norte, un contingente de unos quince mil hombres, doce mil de infantería y tres mil de caballería, que, bajo el mando del General Pedro Caro y Sureda, III Marqués de la Romana, fue enviado a Dinamarca para unirse a las tropas de Napoleón allí estacionadas, en virtud del Segundo Tratado de Basilea firmado el 22 de julio de 1795 entre la República Francesa y la Monarquía de Carlos IV de España, Esta fuerza de ocupación, de unos treinta y tres mil hombres, estaba integrada por soldados franceses, daneses, holandeses y españoles bajo el mando del Mariscal Jean-Baptiste Bernadotte, General en jefe del Ejército del Elba. Tras cruzar Francia y Alemania, las unidades españolas pasaron el invierno de 1807 acantonadas en las ciudades alemanas de Hamburgo y Lubeck y el 14 de marzo de 1808 entraron en Dinamarca desplegándose por la península de Jutlandia y las principales islas del Báltico (Fionia y Selandia) con la misión de proteger inicialmente las costas danesas de un posible desembarco inglés y, posteriormente, apoyar a los daneses, aliados de Napoleón, en su intento de invadir Suecia, aliada de Inglaterra; acción que nunca se llevó a cabo pese a haber bombardeado Suecia a Copenhague unos meses antes. La estancia de los soldados españoles en Dinamarca apenas duró seis meses, pues enterados del levantamiento español del 2 de mayo que da inicio a la Guerra de la Independencia Española, y sintiéndose traicionados por los franceses, salen del país el 21 de agosto a bordo de los buques del almirante británico James Saumarez. La insurgencia de las tropas españolas desplegadas en Dinamarca comenzó el 22 de julio, tras emitir el Mariscal Bernadotte una orden por la que obligaba a los soldados españoles a prestar juramento de fidelidad a José Bonaparte como rey de España y decretar el gobierno danés que se desarmara a los soldados españoles. Ante la difícil situación creada el Marqués de la Romana toma la decisión de organizar la salida de sus tropas de Dinamarca y ordena que se reagrupen en la isla de Langeland, a donde logran llegar cerca de diez mil españoles, entre ellos la casi totalidad de los componentes del Regimiento de Almansa, y desde donde son evacuados por la armada inglesa que los traslada, primero a Goteborg, en Suecia, y tras una breve escala en Inglaterra, los barcos continuaron rumbo a España. Pero un fuerte temporal provocó que no llegaran juntos al puerto de Santander, como estaba previsto, sino de forma separada y escalonada a diversos puertos del norte de la Península: Santoña, Santander, Ribadeo y la Coruña, a cuyos puertos arriban el 9 de octubre. Unos cinco mil hombres no lograron escapar siendo apresados y conducidos a Francia en donde fueron internados en campos de prisioneros; con ellos y con otros detenidos capturados en España, Napoleón creó el Regimiento José Napoleón que formó parte de la Grande Armée que invadió Rusia en junio de 1812, siendo de los primeros que entraron en Moscú el 14 de julio. Isidoro Panduro, que se había fracturado una pierna en un accidente, no pudo llegar a tiempo a la isla de Langeland para embarcar con su regimiento y salir de Dinamarca, quedando aislado en la isla de Fionia, en medio de un país desconocido cuyos habitantes pensaban que los españoles los habían traicionado y abandonado en su intento de invadir Suecia y a los que las tropas napoleónicas buscaban para hacerlos prisioneros. El accidente de Isidoro ocurrió en agosto de 1808, cuando él y un compañero recibieron órdenes de escoltar a un comisionado francés a Nyborg. Camino de la ciudad fueron detenidos por una concentración de tropas que cruzaban un pequeño puente en el pueblo de Åsum, a media milla al este de Odense, la capital de la isla de Fionia. Isidoro esperó pacientemente con su caballo en el lado derecho del camino mientras el carro de un oficial, con un caballo adicional atado detrás, pasaba junto a él. Sin previo aviso, el caballo pateó la pierna izquierda de Isidoro, rompiéndosela. Isidoro fue trasladado a Nyborg para recibir tratamiento. Pero en las afueras de Nyborg, fue detenido por tropas danesas que lo enviaron a Kerteminde, en donde estuvo un año recuperándose de su lesión. En 1809 Isidoro viajó a Odense para visitar a un oficial español que planeaba regresar a España; pero en el momento de partir, el oficial, que le había prometido llevarlo consigo, no le avisó y se marchó sin él. Tras este fracaso volvió a Kerteminde en donde el comandante de la ciudad, el mayor Frederik Caspar Conrad Frieboe, le dio una carta de recomendación gracias a la cual pudo entrar al servicio del noble danés Hans Rudolph Juel, cuyas propiedades se encontraban en la aldea de Hverringe, cerca de Kerteminde, allí, avalado por su experiencia como soldado de caballería, pudo trabajar como mozo de cuadra en los establos del noble y más tarde como sirviente auxiliar y ayuda de cámara personal. De una fuerte personalidad y con una gran capacidad de adaptación para hacer frente a su nueva situación, parece ser que estaba dotado de un trato amable por lo que su señor lo llevaba consigo a las fiestas de sociedad a las que acudía con el fin de divertir a los asistentes relatando las costumbres de España. Tras convertirse al protestantismo y aceptar la ética luterana, el 2 de mayo de 1813, con 26 años de edad, se casa con la danesa Marie Hansdatter, de 23 años, hija de un granjero de Viby, que trabajaba como ayudante de costura en Hverringe. El matrimonio tuvo nueve hijos de los que siete sobrevivieron. Marie Immanuella (1811-1892) sirvienta. Agustín (1813-1883) pequeño agricultor y tejedor. Anna Dorthea (1815) se casa con Gjerhard Ludvig y se van a vivir a Alemania; se desconoce su destino. Gregersine (1819) no sobrevive. Condesa Olave (1820-1860) se casa con Hansen; abuela del conde Ejnar Oberbech-Clausen. Niels (1830) viaja a California como buscador de oro; se desconoce su destino. Hans Rudolf (1823-1904) vicario; bisabuelo del escitor Leif Thormod Panduro. Hans (1826) no sobrevive. Hans (1827-1878) mayordomo y obrero. A finales de 1838, Isidoro sufrió un corte en la mano derecha con un gancho mientras pesaba lúpulo, la herida se le infectó y perdió el uso de esa mano. Isidoro Panduro siempre residió en Kerteminde fiel a su benefactor el noble Hans Rudolph Juel y nunca regresó a España; incluso renunció a una herencia en su tierra natal. Integrado plenamente en Dinamarca siempre mantuvo el estilo de vida que allí había encontrado, recibiendo finalmente la ciudadanía danesa. Gran aficionado a la jardinería, en 1840 recibió de la Real Sociedad Agrícola Danesa una copa de plata por su diligencia agrícola. Ya en la vejez, su esposa Marie contrajo glaucoma y quedó ciega después de una operación fallida. Isidoro, enfermo, padeció episodios de depresión y tristeza, atribuyéndolos a haber abandonado la iglesia católica y seguramente agravados por la muerte de su empleador, el noble Hans Rudolph Juel. También es probable que sintiera melancolía acordándose de su Alcázar de San Juan natal. Los últimos años de su vida fueron tranquilos, gracias a los cuidados brindados por su hija Marie Immanuella Panduro y por su nieta Sidsel Marie Oberbech Clausen. En la primavera de 1859 contrajo una neumonía y murió el 23 de junio, a los 72 años, celebrándose su funeral el día 28 de ese mismo mes. Fue enterrado en el cementerio de Viby, pero su tumba se perdió durante la renovación del cementerio. Libro de enterramientos en el que figura la fecha de su muerte, 23 de junio de 1859, y la fecha de su funeral, 28 de junio de 1859. Curiosamente, en la misma página del libro también aparece anotado el enterramiento de su benefactor, Hans Rudolph Juil, muerto en 1857. Su hijo Rudolf fue uno de los primeros habitantes de la comarca en conseguir un título universitario y su tataranieto Leif Thormod Panduro (18 de abril de 1923 – 16 de enero de1977) novelista, cuentista y dramaturgo, es uno de los más acreditados escritores daneses que, entre otros muchos, recibió en 1963 el Premio de la Crítica Danesa de Literatura, en 1971 el Gran Premio de la Academia Danesa y en 1976 se convirtió en miembro de esta Academia. Algunas de sus novelas han sido llevadas al cine y a la televisión. Otro de sus descendientes, su tataranieto Carlo Panduro, fundó una popular cadena de tiendas que lleva su apellido: *Panduro HOBBY, y están especializadas en el bricolaje, las manualidades y los artículos de regalo. Ésta es la historia del alcazareño Isidoro Díaz Panduro, una persona totalmente desconocida para la gran mayoría de sus paisanos, pero no así para nuestro socio Juan Miguel Ruiz de Morillas, otro alcazareño, abogado y residente en Copenhague, quién nos ha hablado de él y facilitado la documentación necesaria para completar este breve relato de su vida. El recuerdo de la buena impresión causada por los soldados españoles se conservó de padres a hijos tanto tiempo en la isla de Fionia que, cien años después, el 14 de marzo de 1908, se conmemoró solemnemente en Odense el Centenario de aquel desembarco, evocando y elogiando la conducta de los españoles durante su estancia en Dinamarca. Y en 2008, con motivo del bicentenario de aquellos acontecimientos, el museo de Holbæk, al norte de Copenhague, en colaboración con las pinacotecas de las cuatro localidades danesas en donde mayor fue el impacto de su estancia, y con el apoyo de las instituciones españolas, organizó la exposición “Cuando los españoles llegaron, un encuentro cultural en 1808”. Su coordinador, el historiador Henning Petersen, destacó que los españoles fueron y siguen siendo recordados en Dinamarca como gente alegre, educada y musical; añadiendo que nunca entraron en combate, sólo estuvieron estacionado y fueron los primeros soldados extranjeros que no arrasaron el país; vivían entre la gente y se comportaban de forma familiar; aceptaban sin remilgos la comida local, no como franceses y belgas; jugaban con los niños, tocaban la guitarra y hacían fiestas. Hasta la llegada de los españoles, los daneses no sabían lo que era aliñar la ensalada con aceite y vinagre. También fue la primera vez que los nórdicos tuvieron contacto con los cigarros que fumaban los españoles y les daba miedo tener el cigarro puro encendido tan cerca de la cara. Debido a que los españoles fumaban de esta forma, un cigarro mal apagado pudo ser la causa de que prendiese y se quemase el castillo de Koldinghus, en Kolding. Pese a que para la Dinamarca Oficial fueron unos traidores por no haber ayudado a invadir Suecia y a que el mantenimiento de su estancia sangró las arcas danesas, Petersen señaló que es difícil encontrar un relato negativo sobre aquellos españoles que les hicieron descubrir una mentalidad distinta; y citando a su gran literato, el célebre Hans Christian Andersen, comentó que mientras que los soldados franceses se caracterizaban por su altanería, los españoles eran bondadosos y amables. Virtudes que, con toda seguridad, adornaron la trayectoria vital de nuestro paisano, el soldado de Dragones Isidoro Díaz Panduro. Juan Miguel Ruiz de Morillas Constantino López Sánchez-Tinajero Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina de Alcázar estará presente en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto de Santa María Fecha de Publicación: 29/02/2024 . Luis Miguel Román Alhambra (vicepresidente) y Constantino López Sánchez-Tinajero (secretario) viajarán a la ciudad gaditana para impartir sendas conferencias Anualmente la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia organiza a finales de abril una Lectura Pública del Quijote para conmemorar el Día del Libro, suele hacerlo en fechas cercanas a esta celebración, concretamente este año será el 21 de abril. Coincidiendo con estas celebraciones, D. Luis Francisco Garrido Quijano, su presidente, ha cursado invitación a miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan para que estén presentes en su sede impartiendo un ciclo de conferencias en el mes cervantino por excelencia. El jueves 25 de abril, Luis Miguel Román Alhambra (vicepresidente) y Constantino López Sánchez-Tinajero (secretario), estarán en el Puerto de Santa María para impartir sendas conferencias dentro del ciclo “Cervantes y el Quijote. Sus lectores en el siglo XXI”. La participación de los alcazareños, ha sido posible gracias al buen hacer del socio común Antonio Leal Jiménez que es el Representante del Cuerpo de Académicos dentro de la junta directiva de la asociación cultural portuense. De hecho, la presentación del ciclo y de los conferenciantes correrá a cargo de Antonio Leal Jiménez, quien abrirá la sesión y dará paso a las intervenciones de sus paisanos alcazareños. Las conferencias se titularán “Dos Cervantes, un autor del Quijote” a cargo de Constantino López Sánchez-Tinajero y “Tras los pasos de Rocinante. Realidad y ficción en el Quijote” que impartirá Luis Miguel Román Alhambra. El objetivo final de ambas ponencias es que los socios gaditanos puedan conocer aspectos de la vida de nuestro primer escritor y su obra principal, El Quijote, poco conocidos en el cervantismo actual. Pero fundamentalmente en lo que incidirán ambos, es en que hay que ver el Quijote con ojos nuevos cada día e insistirán en la lectura de esta novela, así como de toda la obra cervantina, porque siempre nos enseña un punto de vista nuevo y siempre podemos extraer enseñanzas profundas de su lectura, al tiempo que se disfruta de ella. El hecho de que la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia lleve 124 años trabajando al servicio de la cultura portuense es un reto para los cervantistas alcazareños que agradecen de todo corazón a esta institución, de solera reconocida, la invitación recibida, porque representa una ocasión excepcional para llevar el nombre de Alcázar de San Juan a tierras gaditanas, así como para difundir el conocimiento de los textos cervantinos más allá de la Mancha, en el territorio andaluz que tan bien conoció Cervantes y en el que pasó una parte muy importante de su vida trabajando en favor de la Corona de España. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La estupenda batalla entre don Quijote y el vizcaíno en Puerto Lápice Fecha de Publicación: 22/02/2024 Dice el narrador que «siguieron el camino del Puerto Lápice, porque allí decía don Quijote que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras, por ser un lugar muy pasajero» (Q1, 8). Poco antes, Sancho socorría en el suelo a don Quijote derribado por las aspas de un molino de viento de Campo de Criptana. Esta vez, ha sido el sabio Frestón el que ha convertido a los gigantes en molinos de viento para quitarle a nuestro hidalgo manchego «la gloria de su vencimiento», o al menos así estaba convencido don Quijote que había ocurrido. Puerto Lápice es actualmente una localidad manchega de la provincia de Ciudad Real, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, con alrededor de mil habitantes. En tiempos de la escritura del Quijote no era más que un paraje con una venta y unas pocas casas quinterías de agricultores dentro del término municipal de Herencia. En las Relaciones Topográficas mandadas hacer por Felipe II, los vecinos encargados de elaborar las contestaciones de Herencia, declaran en 1576 que «en el término de ella está una venta que se dice el Puerto Lápice como está declarado y esto responden, y esta venta es de un particular vecino de Villafranca». Ubicada esta venta junto a un cruce de caminos, era muy conocida por viajeros, arrieros y trajinantes a finales del siglo XVI principios del siglo XVII. Cervantes, sin duda alguna, también la debía de conocer y hasta allí encamina a sus personajes después de la batalla contra los molinos de viento. En el mapa anterior he marcado en azul las carreteras actuales que unen Campo de Criptana con Puerto Lápice, trazadas en una buena parte sobre los antiguos caminos viejos que unían estos lugares. El lector curioso que sigue mis trabajos, sobre los caminos y parajes reales en el Quijote, se estará preguntando por la ruta o caminos que desde el molino de viento siguió don Quijote para no volver por su mismo pueblo, Alcázar de San Juan, ya que tanto su familia como la de Sancho ya estarían alborotadas al notar su ausencia esa misma mañana. No, lógicamente no vuelven por el mismo camino de Campo de Criptana a Alcázar de San Juan para después continuar hacia Herencia y llegar a Puerto Lápice, el camino más lógico y recto. Teniendo en cuenta el escenario, interpretes y diálogos escogidos por Cervantes en esta aventura encontramos la respuesta. Dibujo de Ricardo Marín, 1905 (BIQ) Después de caminar todo aquel día y pasar la noche entre unos árboles, llegan a ver Puerto Lápice a las «tres del día». Siguen caminando hacia Puerto Lápice mientras don Quijote, entre otras cosas, insta a Sancho a que no le defienda con espada sino es contra «canalla y gente baja». En esto iban cuando advierte el narrador que «asomaron por el camino dos frailes de la orden de San Benito» junto con un coche de caballos con «una señora vizcaína que iba a Sevilla, donde estaba su marido, que pasaba a las Indias con un muy honroso cargo». Don Quijote cree ver en estos actores que entran en la escena a unos «encantadores que llevan hurtada alguna princesa en aquel coche». Esta sencilla y pacífica comitiva llegaba a Puerto Lápice por un camino en sentido opuesto al que don Quijote y Sancho también llevaban. Don Quijote decide «deshacer este tuerto… y se puso en la mitad del camino por donde los frailes venían». A sus voces para que liberaran a «las altas princesas», los frailes se identifican como tales y le dicen que no saben realmente quien viaja en aquel coche, lo que irrita aún más a don Quijote que arremete con su lanza a uno de los dos frailes, que tratando de salvar su vida se tira al suelo. Mientras el otro fraile huye, Sancho trata de despojar de sus hábitos al fraile caído en el suelo, según él, porque le correspondían por haber sido vencido por su amo en batalla. Los mozos de mulas de los frailes, que no lo entienden así, comienzan a golpear a Sancho dejándolo molido y en mitad del camino. Don Quijote, sabiéndose vencedor y libertador de aquellas «princesas», estaba «hablando con la señora del coche» a la que «en pago del beneficio que de mí habéis recebido no quiero otra cosa que volváis al Toboso y que de mi parte os presentéis ante esta señora [Dulcinea] y le digáis lo que por vuestra libertad he hecho». Dice el narrador que uno de los escuderos de la señora, «que era vizcaíno… viendo que no quería dejar pasar el coche adelante, sino que decía que luego había de dar la vuelta al Toboso» increpa a don Quijote. El final de esta «estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron» acaba con el vizcaíno en el suelo casi muerto y don Quijote con una oreja malherida. Caminos marcados en el mapa de España. Marcado en rojo Puerto Lápice (SignA-IGN) Con el Reportorio de todos los caminos de España de Juan de Villuga, editado en 1546, muy difundido y utilizado por toda clase de viajeros, desde Bilbao, el camino a seguir por la señora vizcaína habría sido: Bilbao-Burgos-Madrid-Toledo-Ciudad Real-Córdoba-Sevilla. Para encontrar a esta señora vizcaína aquí, en Puerto Lápice, con intención de llegar a Sevilla en su coche de caballos, habría seguido los caminos: De Bilbao a Burgos, de Burgos a Cuenca, de Cuenca a Alcázar, pasando por Mota del Cuervo, y desde Mota del Cuervo podría seguir a El Toboso, Miguel Esteban y Herencia siguiendo el Camino viejo de Herencia a Quintanar de la Orden, o seguir hacia Alcázar de San Juan, Herencia y Puerto Lápice. Desde Herencia entrarían en este escenario cervantino por el Camino viejo de Herencia a Puerto Lápice. Camino de Villarrubia a Puerto Lápice remarcado en MTN50-1ª edición (SignA-IGN) Para ir a Sevilla desde aquí, el único camino posible para atravesar Sierra Morena en coche de caballos era por el Camino de Toledo a Sevilla, conocido como Camino de La Plata, que salvaba esta frontera natural entre Castilla y Andalucía por el Valle de Alcudia. Desde Puerto Lápice tendrían que seguir por Villarrubia de los Ojos, camino dibujado en azul en el mapa, hasta Ciudad Real, y desde allí por el Camino de La Plata continuar por Caracuel y Almodóvar del Campo, para después cruzar el Valle de Alcudia y llegar a la Venta de la Inés, la venta del manteo de Sancho, cruzando Sierra Morena con dirección a Córdoba y Sevilla. En total, siguiendo el camino de Burgos-Cuenca-Ciudad Real la distancia recorrida es de unas diez leguas más que por Burgos-Madrid-Toledo-Ciudad Real. Decidir uno u otro camino dependía mucho del interés de paso de los viajeros y la comodidad de los alojamientos. Haciendo noche en El Toboso, la distancia hasta Puerto Lápice es de unas ocho leguas, ocho horas de camino, por lo que esta comitiva estaría por aquí entre las tres y las cuatro de la tarde, la misma jornada y destino que la de don Quijote y Sancho ese día. Llevarían la intención de seguir desde aquí hasta Villarrubia de los Ojos y pasar la noche, a tan solo dos leguas de aquí, porque entre esta venta de Puerto Lápice y Villarrubia no existía venta alguna. Don Quijote les mandaba «que volváis al Toboso… dar la vuelta al Toboso». Según notas al pie de página de grandes editores del Quijote,«volváis al Toboso» o «dar la vuelta al Toboso» podían tener significados distintos para los primeros lectores de la novela. Para Martín de Riquer: «deis la vuelta hacia el [Toboso]», para Francisco Rico: «os desviéis del camino para ir al Toboso» y para Enrique Suárez: «en este pasaje, como en otros, no ha de entenderse estrictamente regresar por donde se venía, sino: cambiar de dirección, poner frente a, encaminarse». Darse la vuelta por donde venían o encaminarse a El Toboso desde aquí, coincide geográficamente con los caminos reales que podían traer los vizcaínos. Lo que no cabe duda en el relato es que estos actores llegaban por el camino de entrada desde el norte de Puerto Lápice y que don Quijote lo hacía desde el sur. Solo así es posible que se produzca este encuentro y batalla en mitad de Puerto Lápice. Por tanto, el camino desde Campo de Criptana a Puerto Lápice, pasando por Alcázar de San Juan y Herencia, no es el seguido por don Quijote y Sancho por dos motivos evidentes: 1. De haberlo seguido el cuento no habría sido este. Habrían sido vistos por sus familias y vecinos, y seguramente obligados a abandonar la empresa recién empezada. 2. Habrían llegado a Puerto Lápice por el mismo Camino viejo de Herencia a Puerto Lápice que la comitiva vizcaína y de frailes de San Benito, por lo que tampoco se habría producido el encuentro de frente con ellos, tal y como describe Cervantes. Sigamos ahora los pasos de Rocinante por otro camino hasta llegar a Puerto Lápice. Ruta seguida por Rocinante entre Campo de Criptana y Puerto Lápice remarcada en mapa SignA (IGN) Desde el paraje de los molinos de viento criptanenses, don Quijote y Sancho «siguieron el camino del Puerto Lápice». Cervantes, lógicamente no deja a sus primeros lectores detalles del camino a seguir desde aquí por sus protagonistas, estando tan cerca de su pueblo del que quiso olvidar su nombre al principio de la novela, como tampoco nombra explícitamente a Campo de Criptana, aunque fuese el único lugar de toda la Mancha que contase en aquella época con «treinta o pocos más desaforados gigantes». Solo les describe como ese día lo pasan caminando, pasan la noche entre unos árboles y que al día siguiente, pasado el mediodía, ven Puerto Lápice. Para los lectores curiosos de su tiempo no necesitaban mucha más información para seguir creyendo verosímil el cuento que Cervantes les estaba contando. Desde los molinos de Campo de Criptana, al paso lento del bueno y despaldado Rocinante, por su encontronazo con el molino, en ese tiempo narrado habría caminado unas quince horas, jornada y media larga. Conocen ya la pobre condición física del rocín, aquejado de los dolorosos “cuartos” en sus pezuñas, por lo que el camino recorrido a media legua a la hora, la mitad de un caballo normal, estaría en torno a unos cuarenta y cinco kilómetros. Plaza de Puerto Lápice. Imagen de turismociudadreal.com En mi próximo Tras los pasos de Rocinante. Segunda salida, voy a llevar al lector viajero por los caminos que don Quijote guió a Rocinante en esta segunda salida de su casa. Lógicamente, desde Campo de Criptana bordearán Alcázar de San Juan por el Camino de la Media Legua para seguir por el Camino de Herencia a Tomelloso entrando en Herencia. Desde aquí, siguiendo el Camino de La Pedriza, parte del Camino de Herencia a Villarrubia de los Ojos, atravesando por mitad de sus sierras, llegar al Camino de Villarta de San Juan a Puerto Lápice. Desde aquí, con la visión lejana de Puerto Lápice, tal y como lo vieron don Quijote y Sancho, llegarán al centro de Puerto Lápice, a su magnífica plaza. Allí podrán sentarse en sus balcones y creer ver la llegada de los frailes benitos y la señora vizcaína por el Camino de Herencia a Puerto Lápice por un lado y a don Quijote y Sancho por el otro, mientras releen los capítulos VIII y IX de la primera parte del Quijote. Realmente, habrán recorrido desde los pies de los desaforados molinos de viento poco más de cuarenta kilómetros, los mismos que Rocinante recorrió en la ficción. Luis Miguel Román Alhambra
“Tras lo cual”, Enrique Suárez Figaredo Fecha de Publicación: 15/02/2024 Enrique Suárez Figaredo en el Sillón de Sancho en la Platera, Alcázar de San Juan Enrique Suárez Figaredo (Barcelona, 1951) vivió su infancia en el barrio del Poble Sec, a las espaldas de aquella fábrica de la luz de la que hoy sobreviven sus emblemáticas chimeneas. A ellas, a la Fecsa, lo llevó el destino en 1974. Cuando Fecsa se integró en Endesa, se le encargó el Centro de Ingeniería de Distribución de esta compañía, y, posteriormente, la Subdirección de Control de Calidad de Aprovisionamientos. Su afición al Quijote empezó hace ya muchos años, cuando editó un Quijote para su empresa con el que agasajaban a los ilustres visitantes o regalaban a los empleados por su jubilación. Hizo cierto el aforismo de Cicerón: “si quieres aprender sobre algo, escribe un libro”. Pero una vez editado su Quijote no paro ahí, hombre inquieto, se interesó por el asunto, y empezó a acumular documentación, a consultar ediciones, antiguas y modernas, a contactar con quijotistas del mundo, a leer toda la producción cervantina y a otros autores del Siglo de Oro y, finalmente, a compulsar los ejemplares originales de las primeras ediciones del libro. Investigando y confrontando originales en la Biblioteca Nacional de España fue como descubrió que del Quijote de Avellaneda (del que la BNE poseía 4 ejemplares) hubo dos ediciones y que los ejemplares que se manejaban correspondían a la segunda y por tanto se había dado a la imprenta una edición anterior (la primera) que no estaba catalogada como tal. Es por tanto uno de los mayores especialistas mundiales en el Quijote apócrifo, obra de la que todavía hoy desconocemos quién fue su autor. Como bien nos relata Cristina Ruiz Urbón en su trabajo Los diez entremeses atribuidos a Miguel de Cervantes Saavedra: historia crítica y estado de la cuestión, desde el siglo XVIII se han barajado infinidad de propuestas de la persona que podría haberse escondido tras el pseudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda: fray Luis de Aliaga, fray Juan Blanco de Paz, Francisco de Quevedo, Lope de Vega, Tirso de Molina, Agustín de Rojas, Pedro Liñán de Riaza, Francisco López de Úbeda, Alfonso Lamberto, Juan Ruiz de Alarcón, Alonso Castillo de Solórzano, fray Luis de Granada, Alonso Fernández Zapata, fray Cristóbal de Fonseca, Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo, fray Alonso Fernández, Juan Martí, Alonso Pérez de Montalbán, el clérigo cordobés Juan Valladares, Alonso de Ledesma, el conde de Lemos en colaboración con Mira de Amezcua y Gabriel Leonardo de Albión y Argensola, Ginés Pérez de Hita, Baltasar Eliseo de Medinilla, fray Hortensio Félix Paravicino, Cristóbal Suárez de Figueroa, alguno de los hermanos Argensola e incluso el propio Miguel de Cervantes. De un tiempo a esta parte, el debate se centra en el soldado aragonés Jerónimo de Pasamonte (Riquer 1988 y Martín Jiménez 2005), el dominico vallisoletano Baltasar de Navarrete (Blasco 2005) y el poeta arriacense José de Villaviciosa (Rodríguez López-Vázquez 2011a). Como se ve la nómina es grande. Nuestro querido Enrique se atrevió a proponer como autor a Cristóbal Suárez de Figueroa, en atención a un estudio del estilo, de construcciones léxicas particulares y de palabras que utilizaba repetidamente el autor y que sometida a la comparación con las obras de Suárez de Figueroa alcanzaba una concordancia muy superior a la de otros posibles autores, cuyas obras también fueron sometidas a confrontación y estudio. Es notable que Enrique Suárez haya encontrado una construcción en el texto que es muy poco usada en el Siglo de Oro y que caracteriza esta obra, se trata de la expresión “tras lo cual”, que aparece 28 veces en el texto. Para conocer el ingente y ambicioso trabajo que hizo Enrique Suárez, basta consultarlo en: https://parnaseo.uv.es/Lemir/Revista/Revista10/SuarezFigaredo/SuarezFigaredo.pdf Desde este momento, sometemos esta frase a la consideración de los expertos que traten de encontrar los tics avellanedescos en otros autores contemporáneos a Cervantes y en caso de hallar el frecuente uso de “tras lo cual”, ya podemos avanzar que se encontrará cerca de resolver este enigma aún irresoluto. Por azares de la vida, conocimos a Enrique y por su afabilidad, bonhomía y accesibilidad en el trato, nuestra amistad se ha ido asentando y es hoy un amigo extraordinario y además Socio de Honor de esta Sociedad y el hecho de que viva lejos no impide que disfrutemos de su erudición y sobre todo de su amistad. Todo esto, lo completa, además, con al menos dos presencias físicas anuales en Alcázar de San Juan. Estas son las cosas que el amor por el cervantismo y el quijotismo nos traen a la Sociedad Cervantina de Alcázar: son premios añadidos a esta pasión. Como, por ejemplo, la amistad de Manuela Sáez González, monfortina, investigadora incansable y autora de la mejor biografía sobre el Conde de Lemos (mecenas de Miguel de Cervantes y otros escritores). Si hemos leído con atención, en la relación de Ruiz Urbón se encuentra también el Conde de Lemos en colaboración con Mira de Amezcua y su secretario Gabriel Leonardo de Albión y Argensola como posibles autores del Avellaneda; pero en los numerosos escritos del Conde de Lemos, Manuela sólo encontró la expresión “por lo cual”; ningún “tras lo cual”. Ojalá otras mentes inquietas y doctas sepan tirar de los hilos convenientes y busquen por donde se pueda encontrar al tordesillesco autor, y de este modo puedan dar felice terminación a los trabajos iniciados por estos buenos amigos antes citados. Y como decía nuestro querido don Miguel, a ti que lees: «Dios te dé salud y a mí no olvide». Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Miguel Ángel Martínez Martínez, embajador de la Mancha en Bruselas Fecha de Publicación: 03/02/2024 El que fuese vicepresidente del Parlamento Europeo por un periodo de ocho años ha dicho que la única obra literaria que ha sido traducida al mayor número de idiomas y que además tiene versiones adaptadas para niños, es el Quijote Alcázar de San Juan, 03/02/2024.- El sábado 3 de febrero visitaba la Sociedad Cervantina de Alcázar el ex eurodiputado Miguel Ángel Martínez Martínez para tomar parte de los “Almuerzos de don Quijote”, actividad que regularmente organiza esta asociación cultural. Miguel Ángel Martínez Martínez fue elegido diputado por Ciudad Real en el Congreso en 1977 y en 1981 fue elegido Secretario General del PSOE de Castilla-La Mancha (hasta 1988), en 1999 fue elegido eurodiputado, cargo que desempeñó hasta 2014, siendo además vicepresidente del Parlamento Europeo entre los años 2007 a 2014. A las 12 de la mañana los socios cervantistas visitaban el Museo que la Asociación Amigos de Miguel Ángel Martínez le tiene dedicado en Alcázar de San Juan donde fueron recibidos por el propio Miguel Ángel junto con Carmen, su mujer, y por María Ángeles Pérez Montero, presidenta de la Asociación, quienes han acompañado la visita al museo y han compartido también el almuerzo. Este museo acoge gran parte de sus documentos gráficos y escritos, y también las numerosas condecoraciones obtenidas a lo largo de su dilatada vida política. Todo ello convierte a este Museo en un sugestivo recorrido por la memoria democrática de Europa y en una luminosa ventana que permite conocer interioridades de la más reciente historia de Occidente. El Museo se encuentra en el andén número 1 de la estación de ferrocarril de Alcázar de San Juan. Se trata de un espacio simbólico y representativo tanto para la localidad como para el conjunto del país, ya que fue uno de los nudos ferroviarios más importantes de España. A lo largo de sus salas se encuentran reunidos los objetos que permiten hacer un recorrido por las diferentes épocas de su vida y que muestran referencias de su dilatada carrera, recuerdos atesorados en una vida dedicada a servir a los ciudadanos desde la política en las diferentes responsabilidades que desempeñó, así como sus condecoraciones, objetos personales y su colección de Quijotes. El vínculo de Miguel Ángel Martínez con Castilla-La Mancha, así como su afición por la lectura, fueron los motivos por los que durante más de cuarenta años coleccionó ediciones de El Quijote en diferentes idiomas. Esta colección de la obra cervantina, que ha estado expuesta en el Parlamento Europeo, así como en numerosas ciudades españolas, cuenta con ejemplares en 46 lenguas diferentes tanto en ediciones completas como en adaptaciones para niños. A este respecto, Martínez Martínez aseveró que el Quijote es la única obra literaria de carácter universal que además de ser traducida a numerosas lenguas, tiene versiones adaptadas para niños, ya sea en forma de libros de aproximación, en formato cuento o como tebeos. En esta colección de Quijotes están representados todos los países de la Unión Europea y también los de países vecinos, Suiza, Macedonia, Albania. Montenegro, Armenia, Moldavia, Rusia, etc. La colección tiene Quijotes en chino, azerí, árabe, en latín y latín macarrónico y por supuesto en Braille. Los cervantistas alcazareños disfrutaron de esta visita y elogiaron la colección completísima tanto de las diferentes ediciones del Quijote como de la abundante iconografía quijotesca. Reconocieron el trabajo intenso de coleccionista de Miguel Ángel que ha ido recopilando y conservando infinidad de recuerdos que están a disposición de cuantos visitan el museo. Ya en la sede cervantina, a lo largo del almuerzo, Miguel Ángel Martínez refirió las extraordinarias relaciones personales que pudo construir con importantísimas personalidades de todo el mundo gracias a sus viajes y a su intermediación en el ejercicio de sus responsabilidades políticas, labor que ha sido reconocida con innumerables condecoraciones y distinciones que lo convierten en una de las personas más reconocidas de España en la historia reciente. Siempre se mostró como un firme y digno embajador de la Mancha y del Quijote tanto en Bruselas como por cuantos lugares ha visitado, allí siempre presumió de provenir de la tierra de don Quijote y Sancho Panza, y ante las autoridades de todo el mundo nunca olvidó pronunciar palabras de reconocimiento para la importantísima obra literaria de Miguel de Cervantes, estimando que es tan grandiosa la obra que -a su juicio-, cree haber superado en fama a su autor. En relación con el aprovechamiento del Quijote como recurso gratuito que la Mancha tiene para posicionarse en el mundo del turismo, y más concretamente dentro del turismo literario, cree que debe hacerse un trabajo bien programado, conjuntamente ejecutado y coordinado entre diferentes municipios y administraciones para alcanzar el resultado más óptimo y cuyos beneficios alcancen a todos. En este aspecto coincide plenamente con esta Sociedad Cervantina en su idea de lo que debe ser la “Comarca Quijote”. No resulta exagerado decir que los cervantinos alcazareños no sólo han tenido el privilegio de estar en compañía de una persona extraordinariamente afable, que conoce y ha difundido con denuedo el Quijote por el mundo, sino que han podido disfrutar por unas horas de la historia viva de España. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
«A mis queridos compañeros» carta ganadora del tercer concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 08/01/2024 Daniel Ortiz Mata de Alcoy (Alicante) se hace con el primer premio. El domingo 7 de enero a partir de las 18:30 se han dado a conocer en directo los ganadores del concurso que ha tenido una excelente participación y un gran nivel de calidad. Alcázar de San Juan, 8 de enero de 2024.- A las 18:30 del domingo, se hizo público el nombre del ganador, Daniel Ortiz Mata de Alcoy, así como del resto de finalistas del tercer concurso de cartas a los Reyes Magos “Café Monago” organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y patrocinado por Centro de Conductores Rondilla y por Gestoría Sánchez. Evento que fue transmitido en directo a través de YouTube con un enlace facilitado previamente en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar, que se encuentra a disposición en: El acto ha estado conducido por Luis Miguel Román Alhambra (vicepresidente de la SCA), y han tomado parte en el mismo Manuel Rubio Morano que ha dado lectura al acta del fallo, como secretario del jurado, a continuación, el presidente Juan Bautista Mata Peñuela ha dado a conocer a los diez mejores clasificados en orden inverso de puntuación, acabando su anuncio con las cartas ganadoras. Finalmente, Manuel Castellanos (socio de la SCA) ha dado lectura a la carta ganadora. Esta es la lista completa de las cartas mejor valoradas: 1er Premio, Diploma y 100 euros a Daniel Ortiz Mata (Alcoy), “A mis queridos compañeros”, con 173 puntos. 2º Premio, Diploma y 50 euros a José Alberto Ruiz Cembranos (Leganés), por “Tres motivos para una carta”, con 171 puntos. 3º. Premio, Diploma y 50 euros a Mela Ortiz Arbones-Dávila (Madrid), por “A través del espejo”, con 168 puntos. 4º. Diploma a Luis David San Juan Pajares (Segovia), por “El Rey Escoba”, con 167 puntos. 5º. Diploma a Carlos López Pérez (Logroño), por “Carta de un niño cualquiera”, con 164 puntos. 6º. Diploma a Laura Baleztena Pérez (Pamplona), por “El cuarto Rey Mago”, con 163 puntos. 7º. Diploma a Mª. Soledad Romero Castellanos (Alcázar de San Juan), por “Deseo”, con 160 puntos. 8º. Diploma a Amalia Moreiras (Orense), por “Casos Reales”, con 157 puntos. 9º. Diploma a Alberto Cotillas Revilla (Burgos), por “Quedaos en Belén, por favor”, con 156 puntos. 10º. Diploma a Eduardo José Viladés Fernández de Cuevas (Logroño), por “Los te quiero de mamá”, con 155 puntos. También este año, ha sido altísimo el nivel de las 185 cartas recibidas para participar en el concurso, con temas muy variados e ingeniosos haciendo que el jurado haya sudado tinta para escoger las mejores, como se puede comprobar por la escasísima diferencia de puntos entre las primeras clasificadas. A pesar de que el tema es único y cerrado, y teniendo en cuenta que el estilo epistolar es bastante limitado, todo ello no ha sido obstáculo para que los escritores hayan puesto en práctica su desbordante imaginación y hayan compuesto cartas muy bonitas, y aunque muchas han recordado la difícil situación de los países en guerra y por ende las dificultades a que se encuentran sometidos -sin culpa- los niños que habitan esos territorios, otros muchos participantes han optado por reivindicar la alegría de esa noche mágica y por la ilusión con que niños y mayores esperamos la llegada de los Magos de Oriente y por la esperanza que aporta a nuestras vidas. Un año más, algunos autores han hecho peticiones no para ellos sino para sus familiares o terceras personas, intercediendo así ante los Reyes Magos en favor de otras personas más necesitadas. Estas peticiones, al igual que en la oración, cuando se hacen para beneficio de otros y no para uno mismo, siempre son escuchadas… Así mismo, los escritores han tenido un cariñoso recuerdo para los mayores y para los que ya no están con nosotros. Recordarlos, aunque sea de forma epistolar, hace que se mantengan vivos en nuestros corazones. De la fabulosa participación, los miembros del jurado quieren resaltar que a pesar de llevar muchas cartas leídas -en los diferentes concursos hasta ahora convocados-, siempre se ven sorprendidos por la agudeza y estilo narrativo de algunos autores, que hace que sea muy bonito el trabajo de emitir una valoración. En unos días se publicará en las redes de la Sociedad Cervantina de Alcázar un documento en formato pdf conteniendo las diez mejores cartas de esta edición para solaz y disfrute de todos nuestros amigos y seguidores y quizás también para que sirva de inspiración a futuros participantes en la edición de 2025 en la que comenzaremos a trabajar en los próximos días. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Publicado un estudio sobre los azulejos quijotescos del Parque Cervantes de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 05/01/2024 . Se encuentra disponible en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y ha corrido a cargo de uno de sus miembros. La particularidad que hace único a este conjunto de azulejos es que contiene las aventuras completas del Quijote desde el comienzo hasta el final (Primera y Segunda Partes) En estos días hemos colgado en nuestra web un estudio que interpreta los azulejos quijotescos del parque Cervantes de Alcázar de San Juan y que está disponible para su descarga por todas aquellas personas interesadas en el tema. Este conjunto de azulejos del Quijote está instalado en una glorieta del parque, pero hagamos un poco de historia: la glorieta del parque se construyó de forma similar a La Glorieta de Cervantes en Sevilla (que consiste en un pequeño espacio octogonal incluido dentro de la Plaza de América frente al Pabellón Real, que a su vez está ubicada al sur del Parque de María Luisa y que fue realizada en 1913). Al igual que en Sevilla, los azulejos que se instalaron inicialmente, eran de la fábrica trianera de Ramos Rejano. Los de Alcázar se han deteriorado de forma irrecuperable por estar casi un siglo a la intemperie. Estos azulejos aún se encuentran en los bancos, colocados debajo de la serie actual. El conjunto actual de azulejos del Quijote del Parque Cervantes data de finales del siglo XX. Es fruto de la actividad del Aula de Cerámica de la Universidad Popular del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, que con la ayuda de los alumnos de una Escuela Taller creada al efecto para los oficios cerámicos, tuvieron como objetivo la restauración de la glorieta octogonal existente en el parque, con la rehabilitación del monumento y la fabricación de nuevas piezas de colección (tomando como modelo las antiguas) para cubrir los existentes en el Parque Cervantes que por la acción de los elementos meteorológicos, la intemperie, el vandalismo y por qué no decirlo, por el abandono, se perdieron. La Escuela Taller se creó con este propósito. Su trabajo consistió –mediante la aplicación de la técnica de la cuerda seca-, en la creación de una bella serie de azulejos, de medidas 15 x 15 cm (azulejos principales), además, trabajaron en piezas de menor tamaño empleadas para decorar la parte superior de los bancos, así como ángulos ornamentales para la terminación y protección de las esquinas. Igualmente, el taller de cerámica de la Escuela Taller Municipal, realizó una segunda serie de azulejos más pequeños (tamaño 7 x 7 cm) que decoran los laterales y los bordes de los bancos, así como el resto de elementos decorativos, bordes, cuadros y terminaciones. Alfredo Martínez Pérez, reconocido ceramista local, estuvo al frente del taller de cerámica. El dibujante principal fue Francisco Manzaneque. Hicieron miles de azulejos entre los años 1989-1990, hasta dejar el conjunto en su estado definitivo. Para la primera parte, tomaron como referencia los dibujos que el pintor José Jiménez Aranda realizó para la edición madrileña de R.L. Cabrera de 1905-1908 (cuatro tomos) conocida como “Quijote del Centenario”. Y para la parte segunda las de Salvador Tusell (a partir de G. Doré) de la edición barcelonesa de Viuda de Luis Tasso de 1905. En Triana existieron al menos, tres importantes fábricas que se dedicaron a la manufactura de azulejos del Quijote, pero todas –sin excepción- dibujaron escenas del inicio del libro, tan solo comprenden escenas de hasta el capítulo 20 de la Primera Parte. Luego repetían las imágenes hasta hacer series muy grandes, no obstante, cuando se estudian, se observa lo expuesto en el párrafo anterior, poca variedad y mucha repetición, así ocurre en la Fonda de la estación FF.CC. de Alcázar, Instituto Gaona de Málaga, casas particulares de Sevilla y Ronda, etc… En cambio, esta serie de azulejos del Quijote es excepcional, es la única entre todas las azulejerías (hasta ahora conocidas en el mundo, fabricadas con la técnica de la cuerda seca), que representa gráficamente las escenas de la novela al completo, es decir desde el principio hasta el final de la Segunda Parte en que el hidalgo Alonso Quijano “el bueno”, muere en su cama rodeado de su familia y amigos. Los azulejos que componen la serie principal que relata gráficamente la novela completa del Quijote, recubren completamente los asientos y respaldos de los cuatro bancos que conforman una glorieta o rotonda. El número total de azulejos asciende a 288, corresponden a la primera parte del Quijote 179 y 109 a la segunda parte. Faltan 5, hay 5 rotos y 8 más vandalizados. Están muy trabajados y son muy bonitos, llaman la atención sus vivos colores y su terminación con un altísimo nivel de detalle; y lo que a juicio de la Sociedad Cervantina alcazareña es lo mejor: que recogen fielmente todas y cada una de las aventuras y vicisitudes del hidalgo Alonso Quijano a lo largo de las dos partes de la novela. Aparte de esos 288 azulejos individuales, que son la secuencia principal donde se relatan las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza, hay colocados también ocho esquineros, dos por banco, que son grupos de azulejos que forman una imagen relativa a pasajes de la obra y que además de estar colocados perfectamente como nexo de unión en las series de azulejos, ofrecen escenas muy bellas del Quijote. Con este estudio, que ha sido elaborado por nuestro socio Constantino López, al que diferentes miembros de esta Sociedad han ayudado en esta tarea, y con la interpretación que se hace de los azulejos, explicando junto a cada uno de ellos el pasaje del Quijote al que corresponde la imagen, será posible acercarse al Quijote de Cervantes de una nueva y más fácil manera. Nunca será suficiente todo lo que se haga para conseguir que se lea esta monumental novela de Miguel de Cervantes. Azulejos quijotescos del Parque Cervantes de Alcázar de San Juan Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Un estudio recoge todas las placas de cerámica instaladas en las calles de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 04/12/2024 . Estas placas con el nombre de las calles informan al paseante o turista de la historia, curiosidades y las personas que las habitaron. La recopilación ha corrido a cargo del alcazareño Constantino López El proyecto “La ciudad que habla” se llevó a cabo entre los años 2000 y 2010, con él se pretendió recuperar la historia de las calles de Alcázar de San Juan y al propio tiempo añadir otro atractivo turístico más a los muchos de que dispone la ciudad. La idea inicial era conformar un recorrido turístico que pudiera realizarse por los visitantes de la ciudad, así como un circuito educativo que podría ser utilizado por los colegios para que los más pequeños pudieran conocer el origen del nombre de las calles. La colocación de las placas se fue haciendo por etapas, cada año se instalaban un determinado número de ellas, teniendo en cuenta que es un producto genuinamente alcazareño ya que tanto los dibujos, que fueron realizados por el pintor alcazareño Ángel Vaquero, como los textos, que fueron elaborados por José Fernando Sánchez Ruiz. Rebuscar en la historia y sobre todo hablar con los vecinos mayores de esas calles para obtener de ellos las anécdotas, curiosidades y datos que no se encuentran en ninguna otra parte salvo en los recuerdos de los propios vecinos e incluso en la transmisión oral recibida de sus antecesores, fue una ardua tarea que hay que valorar en su justa medida, estimamos el trabajo realizado por estas personas que empeñaron todas sus fuerzas para que este proyecto viese la luz con la calidad que todos podemos apreciar. La recopilación ha sido realizada por Constantino López (miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar), y es un reconocimiento al esfuerzo y dedicación de las personas que idearon y llevaron a término el proyecto. Visto así, el estudio recopilado al completo muestra la grandiosidad del trabajo realizado que ha quedado para el disfrute futuro de los alcazareños y de todos aquellos que nos visitan, siendo una de las señas de identidad de nuestra ciudad. Además de las placas conteniendo los nombres de las calles, algunas otras están vinculadas a personajes relevantes que vivieron o estuvieron en ellas tales como los poetas Miguel Hernández (estación), José Corredor Matheos (plaza Aduana) y Juan de Dios Raboso, un alcazareño que fue un político importante en Madrid en el siglo XIX. En palabras de su autor, Constantino López: “Pretendo en este estudio, hacer un catálogo detallado de ellas, reflejadas en orden alfabético, indicando el lugar donde están colocadas y la leyenda que incluyen”. El estudio recopilatorio recoge un índice alfabético de las calles que disponen de una placa, también acompaña un plano de situación de cada una de las placas, dedica una página completa para cada placa que va acompañada con el texto de su leyenda. También recoge sitios muy particulares en los que, por la solera de la historia de las calles, confluyen en un pequeño espacio muchas placas que están cerca unas de las otras, lo que ocurre en dos lugares del centro histórico. Lo más curioso de todo es que al final del estudio, el autor ha diseñado una serie de rutas organizadas por temas, objetivo que desde un principio estaba marcado por el consistorio y que nunca se ha llegado a desarrollar. A juicio del autor es posible hacer los siguientes recorridos: 1.- Ruta de los pintores. 2.- Ruta de maestros y médicos. 3.- Ruta de escritores y personajes literarios. 4.- Ruta de políticos, gobernantes y acontecimientos. 5.- Ruta religiosa, santos e iglesias. 6.- Ruta de las curiosidades de Alcázar de San Juan. 7.- Ruta de Cervantes y el Quijote. Estudio completo para descargar Ventanitas
Se consolida año tras año el Concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 02/01/2024 El pasado 31 de diciembre a las 23:55 horas quedó cerrado el plazo de participación en el concurso con 185 cartas recibidas superando en un 38 % las 134 cartas admitidas en la edición anterior Alcázar de San Juan, 2 de enero de 2024.- Desde el día en que se publicaron las bases del concurso hasta la fecha de cierre el 31 de diciembre, se han ido recibiendo -de forma escalonada pero continua- los trabajos que tomarán parte en el tercer concurso de cartas a los Reyes Magos que organiza Café Monago en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Nuevamente se ha superado y con mucho el número de trabajos recibidos el año anterior por lo que el concurso tiende no sólo a consolidarse, sino a ir creciendo en su participación año tras año. Las 185 cartas recibidas en esta tercera edición han rebasado la cifra de la convocatoria del año 2023. Un porcentaje alto de estos trabajos tiene gran calidad y casi todos desprenden emotividad a raudales. Siempre hay una parte de las epístolas que rebosan imaginación y no sólo por los personajes que las escriben, sino por las situaciones y lugares desde los que lo hacen, que hacen que algunas puedan llegar a ser inverosímiles y despiertan la admiración del jurado que disfruta con estos ejercicios de estilo. La participación de este año se ha distribuido a lo largo de catorce países, se han recibido cartas de escritores residentes en Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, España, Italia, México, Paraguay, Perú. Uruguay y Venezuela, aunque el mayor número de cartas procedía de las diferentes Comunidades del territorio nacional. Un 65 % de las cartas proceden de España y un 35 % del resto de países. Los países iberoamericanos más representados han sido Argentina, aportando un 7,78 % de las cartas, un 6,48 % de las cartas llegaban desde Colombia. El jurado calificador va a tener una tarea difícil para resolver los premiados antes del domingo 7 de enero de 2024, cuando a partir de las 18:30 horas (en España) se retransmita en directo desde el Café Monago de Alcázar de San Juan el fallo del jurado y se hagan públicos los ganadores de los premios: un primero dotado con 100 euros y diploma y dos segundos dotados con 50 euros y diploma (cada uno), importes que ha sido aportados por las empresas Centro de Conductores la Rondilla y Gestoría Sánchez. Al mismo tiempo, se conocerán los clasificados en los puestos cuarto al décimo que también recibirán un diploma de finalistas. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan anunciará los nombres de los premiados, estará acompañado por Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente y por Manuel Castellanos, miembro de la Sociedad y actor de doblaje, que dará lectura a los trabajos ganadores. Como el año anterior, la retransmisión se hará en directo y podrá seguirse desde la página web de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.cervantesalcazar.com Café Monago y la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, se felicitan por haber sido capaces de atraer a escritores que representan a diferentes países, diferentes maneras de ver la literatura y con variadas sensibilidades, escritores que tienen el español como idioma común. Os esperamos a todos en este evento, aunque sea de forma no presencial, para conocer en directo y de primera mano el nombre de los ganadores. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El belén napolitano del alcazareño Juan Miguel Ruiz Fecha de Publicación: 30/12/2023 . . Lo monta y lo exhibe anualmente en su casa de Copenhague (Dinamarca) donde reside por motivos profesionales. Con 32 figuras y con el templo romano de 1,49 m que desde la base a la cornisa y sumada la plataforma donde va montado, le confiere una altura máxima al conjunto de más de dos metros Las figuras del belén napolitano son especialmente frágiles. El cuerpo está formado por un armazón de alambre forrado con estopa, materiales muy flexibles, que permiten crear figuras en muy diversas posiciones siguiendo la expresividad estilística del dinamismo barroco, incluso algunas están articuladas y permiten colocarlas en variadas posiciones. Las extremidades son de madera; la cabeza, de terracota policromada con los ojos de pasta vítrea, trabajados con notable minuciosidad para conseguir la máxima expresión del rostro; y los vestidos, de sedas o tejidos de la época, con pasamanería, y las mujeres adornadas con puntillas, joyas y abalorios. Las piezas raramente van firmadas porque en la elaboración de una figura intervenían muchos artistas: escultores, pintores, plateros, sastres y hasta arquitectos para diseñar toda la ciudad, con sus casas y montañas. Y si finalmente se optase por la atribución de la autoría, siempre se le otorgará al que haya hecho la cabeza. Para las ofrendas y la caracterización de los personajes se utilizaba el barro, la plata, el cristal, el marfil y el ébano. Los artistas se especializaban en cada una de las diferentes figuras, unos en las del propio misterio, otros en las figuras de los Reyes Magos y otros en animales o en todo tipo de menaje, cestos, frutas y todo tipo de adornos, ya sean joyas, cofres, instrumentos musicales, etc… La escenificación y configuración plástica del Nacimiento alcanzó en el Reino de las Dos Sicilias un periodo de esplendor en la segunda mitad del siglo XVIII, desbordando el ámbito religioso para pasar a la Corte, la nobleza y alta burguesía y finalmente a ambientes populares. Según nos cuenta Juan Miguel, cuando los séptimos condes de Lemos llegaron a Nápoles, la condesa adquirió un nacimiento para el oratorio particular de su habitación en el palacio. La compra la realizó al escultor Giovanni Aniello de Mari, fraccionando el pago en tres plazos, el primero el 16 de diciembre de 1610, por un importe de 300 carlines, otro por la misma cantidad el 25 de febrero de 1611 y el tercero y último se efectuó el 24 de febrero de 1613 ascendiendo a 454 carlines; el total de la adquisición supuso un monto de 1.054 carlines (105 ducados y 4 carlines). Operación que se llevó a cabo por mediación de la marquesa del Valle muy amiga de la condesa. De este belén hoy no se conoce el paradero, según nos comenta Manuela Sáez González, investigadora monfortina y autora de la mejor biografía del VII Conde de Lemos, que fue quien dio a conocer en 2006 los datos anteriormente citados. Juan Miguel exhibe su belén napolitano en la casa de Copenhague donde reside, después de reunirlo y volver a mostrarlo como se hacía hace años en la casa que la familia poseía en la calle Velázquez de Madrid y posteriormente en la casa solariega de la familia en Ciudad Real. La escenografía consta de un nacimiento con las figuras del Niño Jesús en su cuna, La Virgen María y San José, a los que acompaña el buey y la mula. Sobre el nacimiento, como flotando en el aire siete ángeles, dos con incensarios y uno de ellos con una gran trompeta, anunciando con su sonido la venida al mundo del Niño Dios. Integrado en el nacimiento, se pone en escena la adoración de los Magos de Oriente, formada por doce figuras que forman el séquito de los Reyes Magos: Melchor, el primero en ofrecer su presente, apeado de su caballo -encabritado, al que sujeta un paje (armado con alabarda) por las riendas-, (con otro paje niño ya metido en el portal), Gaspar, montado en su caballo precedido por dos pajes, uno con sombrilla y otro con un estandarte y un loro posado en su brazo, y Baltasar sobre un dromedario, precedido por dos pajes uno con unas plumas y otro con un estandarte. Completan el montaje hasta ocho figuras más entre personas y animales: 2 pastoras que ofrecen fruta, una de ellas acompañada de dos niños y tres ovejas, y otra más pequeña acostada junto a la cuna del Niño. Hay en total la imponente cantidad de 32 figuras expuestas en el belén, todas ellas de un gran realismo y unos acabados primorosos que otorgan al conjunto una belleza extraordinaria (como puede apreciarse por las fotografías adjuntas). Además, se muestran una serie de pequeños objetos tallados de forma minuciosa como son armas, bandejas, cofres, joyas, colocados sobre alfombras en miniatura en la entrada del pesebre. Completan la magnífica escenografía las ruinas del templo romano que son de madera, tienen una altura de 1,49 m desde la base a la cornisa. Esta altura sumada a la plataforma de madera en la que va instalado el belén confiere una altura al conjunto de más de dos metros. Solamente el arco del triunfo mide 90 cm de alto para dar cabida al rey Baltasar que lo atraviesa montado en su dromedario. Cada figura del conjunto tiene horadados dos agujeros en los talones donde se introducen dos pequeños clavos sin cabeza que previamente se han clavado al suelo/soporte en el proceso previo del montaje de la plataforma. Teniendo en cuenta que el belén napolitano del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias «González Martí» de Valencia, tiene 29 piezas, estamos hablando de una colección soberbia y que es totalmente particular. La desventaja es que mantener reunida la colección y en perfecto estado es tremendamente caro, restaurar las diferentes piezas en el taller especializado es laborioso y caro, pero estos condicionantes con los que tiene que lidiar anualmente Juan Miguel Ruiz le otorgan un mayor mérito y valor a su belén. Ventanitas Galería de fotografías Documentos consultados: https://www.tendenciasdelarte.com/el-belen-napolitano-de-capricho-de-reyes-tradicion-popular/ https://es.wikipedia.org/wiki/Pesebre_napolitano https://venagalicia.gal/noticia/2022/12/24/belen-napolitano-siglo-xvii-museo-arte-sacro-monforte/0003_202212M24C12991.htm https://www.cultura.gob.es/mnceramica/colecciones/seleccion-piezas/escultura/belen-napolitano.html **
La solidaridad de los alcazareños no decae Fecha de Publicación: 19/12/2023 . La colaboración de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan con la Asociación Cultural y Social el Sosiego, junto con la ayuda de numerosos alcazareños, ha posibilitado que se alcance la alta cifra de aportaciones en la campaña de Navidad “Ningún niño/a sin imaginación” Alcázar de San Juan, 19/12/2023.- Este año en la sexta edición de la campaña de Navidad de recogida de libros nuevos y usados, y gracias a las aportaciones de numerosos donantes anónimos, hemos alcanzado la cantidad de 464 ejemplares. También en 2023 la solidaridad del pueblo alcazareño ha sido ejemplar y ha colaborado de forma apabullante en esta acción social y cultural, a pesar de que este año -por el calendario-, se ha dispuesto de menos fechas para efectuar la entrega. Al igual que en años anteriores, han respondido las instituciones como la Biblioteca Municipal Miguel de Cervantes, algunos alcazareños que no viven en nuestra ciudad (Sevilla) -que año tras año envían por correo su colaboración a la Sociedad Cervantina de Alcázar, y también muchas personas particulares que se han sumado generosamente a este llamamiento, haciendo que la sexta campaña “Ningún niño/a sin imaginación” haya vuelto a ser un gran éxito de participación y empatía con los que tienen menos recursos. El vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Luis Miguel Román Alhambra, junto con otros miembros de la junta directiva, entregaron a Milagros Plaza, presidenta de la Asociación Cultural y Social el Sosiego, la enorme cantidad de libros infantiles y juveniles recogidos, de los que algunos eran completamente nuevos -adquiridos a propósito para ser donados-, viniendo incluso envueltos en sus envoltorios originales. El acto de entrega ha tenido lugar en la Plaza de España de Alcázar de San Juan, junto al árbol de Navidad instalado por el Ayuntamiento. La Asociación “El Sosiego” hace más de diez años que viene realizando la recogida de juguetes solidaria, para poder entregarlos cada Navidad y Reyes a los niños más desfavorecidos y que menos recursos tienen. La gran labor social que desempeñan es un ejemplo a seguir, más aún, con los escasos recursos de que disponen, lo que pone más en valor su esfuerzo y dedicación. Para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan es un orgullo poder colaborar con ellos en esta labor desde hace ya seis años. Agradecemos muy sinceramente a todas las personas que han hecho posible el éxito de esta campaña: personas particulares, ilustradores, profesores, escritores e instituciones e incluso creadores de contenido, que han difundido por las redes sociales esta actividad. A través de esta campaña hemos podido comprobar como los alcazareños han hecho suya la idea de que “la humanidad es una gran e inmensa familia: esto lo demuestra lo que sentimos en nuestros corazones en Navidad”. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El concurso de cartas a los Reyes Magos “Café Monago” alcanza su tercera edición Fecha de Publicación: 11/12/2023 Café Monago de Alcázar de San Juan en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y con el patrocinio del Centro de Conductores Rondilla y Gestoría Sánchez, convoca el TERCER concurso de cartas a los Reyes Magos para hacer que vuele nuestra imaginación y la misiva a los Magos de Oriente tenga premio económico Alcázar de San Juan, 11-12-2023.- Se van acercando las Fiestas Navideñas y un año más Café Monago de Alcázar de San Juan propone a los escritores de todo el mundo que expriman su imaginación y escriban una carta a los Reyes Magos que encandile al jurado y la haga merecedora de uno de los premios ofrecidos. El plazo para participar se cierra el próximo 31 de diciembre de 2023 a las 23:55 y los trabajos deben enviarse a la web cervantesalcazar.com/cartas de la Sociedad Cervantina de Alcázar, mediante unas instrucciones sencillas que se facilitan en el portal web. Por tercer año consecutivo, el “Centro de Conductores Rondilla” patrocinará los premios de este concurso, empresa a la que este año también se ha sumado “Gestoría Sánchez”. Por tanto, este año, habrá tres premios, uno de 100 euros para el ganador y dos más de 50 euros para dos finalistas. Las cartas deben estar escritas en castellano, la extensión de la carta no debe ser mayor de 2 páginas DIN A4, con tamaño de fuente Arial 12 puntos y el espaciado mínimo será de 1,5 líneas. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan tendrá la responsabilidad de evaluar las cartas y proponer los premios, asesorándose para estas tareas de personas de contrastada experiencia literaria. Como se especifica en las bases, se valorará la adecuación al tema, el estilo de escritura, la originalidad y la transmisión de valores positivos. Animamos a todas las personas que tengan inquietud creativa a que la pongan en práctica a través de esta acción cultural, idea original de la dirección de Café Monago de Alcázar de San Juan, esperando que en esta tercera convocatoria del concurso podamos superar la excelente participación del año anterior que ascendió a ciento treinta y cuatro trabajos recibidos de dieciocho países. La participación española abarcó a 16 Comunidades, prácticamente todo el territorio nacional. Las bases completas del concurso están a disposición en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar: http://cervantesalcazar.com/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Don Quijote contra los molineros Fecha de Publicación: 11/12/2023 . ¡Ni gigantes ni gigantas, desaforados molineros y molineras! No, no me he equivocado en el título de este artículo escribiendo «molineros» en lugar de haber escrito «molinos». Así comienza el capítulo VIII de la primera parte del Quijote: En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero: —La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. Esta es, sin duda alguna, la aventura más reconocida del hidalgo manchego entre lectores y no lectores de la novela. Hoy, la imagen de uno o más molinos de viento sobre unos cerros nos lleva a imaginar la lucha de don Quijote, «rematado ya su juicio», contra uno de estos artilugios eólicos convencido que era un gigante. Cervantes enmarca esta aventura en los cerros y Sierra de Campo de Criptana, el único lugar de toda la Mancha que contaba con más de treinta molinos en la época de la escritura del Quijote. En esta villa fue donde se comenzaron a implantar estos ingenios eólicos en esta parte de la Mancha en 1540. En 1581 ya contaba documentados con treinta molinos de viento desperdigados en su término y se siguieron construyendo hasta llegar a los treinta y cuatro molinos de viento, que seguían moliendo en 1752, según el Catastro del Marqués de la Ensenada. Cervantes escribe entre líneas, como se dice en esta tierra no da puntá sin hilo. Murmura de todos, pero sin hacer sangre a nadie: de la Monarquía, de la Iglesia, de la Nobleza y hasta del pueblo más sencillo. Para esta crítica velada utiliza el comportamiento reconocible de un loco, don Quijote, y el de un simple analfabeto, Sancho Panza. Y el resultado de este genial recurso narrativo fue que los censores le aprobaron sus dos Quijotes «porque será de gusto y entretenimiento al pueblo, a lo cual en regla de buen gobierno se debe de tener atención, atiende de que no hallo en él cosa contra policía y buenas costumbres» (Aprobación de la Primera Parte) y «no contiene cosa contra la fe ni buenas costumbres, antes es libro de mucho entretenimiento lícito, mezclado de mucha filosofía moral», (Aprobación de la Segunda Parte). De la misma manera que hoy ocurre, medir y pesar estaba muy regulado en las villas castellanas, pero no siempre se tenían las medidas y los pesos tarados según las pragmáticas o leyes publicadas oficialmente, provocando la sisa de los comerciantes, y también de los molineros. En las villas se designaba un regidor responsable anualmente de la custodia, junto con un alguacil, de los pesos y medidas oficiales, y de su uso si fuese necesario en la comparación con las de los comerciantes, en caso de denuncia o visita a sus locales. Los molineros cobraban su trabajo en grano o en harina, lo que se conoce como la maquila. Según el diccionario de la RAE, la maquila es: «Cantidad de grano, harina o aceite que corresponde al molinero por la molienda.», que no es muy diferente a «cierta medida que el molinero saca para sí del grano que muelen en su molino», según el Tesoro de la Lengua que compuso Covarrubias en 1611. Medidas castellanas en el Museo de Segovia Las medidas empleadas para medir el grano o harina en los molinos manchegos era el celemín. En un celemín cabía 4,6 litros y en una fanega entraban 12 celemines, 55,5 litros. También se usaban media fanega, la cuartilla de fanega, el medio celemín y el celemín y medio. Estas medidas consistían en unos cajones de madera en forma de trapecio rectángulo o cuadrados, habitualmente con bordes metálicos para evitar su desgaste, y una barra con la que rasear el grano o la harina a la capacidad indicada. Pronto la tradición oral manchega compuso cancioncillas, coplillas y dichos sobre la fama que los molineros tenían de sisar en la maquila. Así se referían al molinero: De cada fanega un celemín y si es de rico, otro para el borrico; y si es de pobre otro para que sobre; y si la molinera tiene roto el jubón, un celeminón. E irónicamente de la molinera decía esta cancioncilla: Gastan las molineras ricos collares con el trigo que quitan de los costales El molino de viento, que fue fundamental en la transformación del cereal en harina desde mitad del s. XVI hasta mitad del s. XIX en esta parte de la Mancha, quedó obsoleto con la aparición de molinos harineros movidos por motor eléctrico hacia finales del s. XIX. La molienda en estos molinos modernos era mucho más rentable que la tradicional, por lo que los molinos de viento se desmantelaron o se arruinaron con el paso de muy pocos años. Si hoy podemos seguir contemplando estos molinos de viento en la Sierra de los Molinos de Campo de Criptana, y en otros muchos más lugares de la Mancha, es gracias a Cervantes y su uso como protagonista en esta aventura con don Quijote. Y, también, a la visión como promoción turística cervantina que en la década de los años cincuenta del pasado siglo tuvo su alcalde y poeta José González Lara, influido a su vez por la figura del poeta chileno Carlos Sander Álvarez, por entonces cónsul de Chile en Madrid. Dibujo del chileno Pedro Olmos Carlos Sander visitó la Mancha buscando el espíritu del Quijote. Llegó a Campo de Criptana, sintió allí la sombra del hidalgo manchego y nació la idea, junto con su alcalde y de Francisco Graneros, uno de sus vecinos campesinos más ancianos, de restaurar y levantar de nuevo muchos de los molinos de viento que había en la Sierra. Ruinas de un molino de viento de Campo de Criptana. Fotografía de Luis M. Román Francisco Graneros, de más de noventa años, le contaba a Sander, mientras paseaban entre las ruinas de los molinos: «recuerdo a Campo de Criptana con veinticinco molinos y siendo niño vi los treinta y cuatro molinos que tuvo originalmente este pueblo». Graneros era un lector crítico del Quijote. Como conocedor de primera mano de los molinos y sus molineros, de las costumbres y usos manchegos, también le explicó a Sander el significado que según él Cervantes quiso dar a «es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra», cuando don Quijote justificaba su combate contra aquellos «treinta o pocos más desaforados gigantes». Así anota Carlos Sander en su libro En busca del Quijote, lo que Graneros le contó sobre una demanda que conocía en tiempo de la escritura del Quijote: Un documento de entonces, de Campo de Criptana, relata la queja de una mujer al alcalde por la maquila, que de una fanega de trigo le había hecho el molinero, y llamando el alcalde al molinero le pregunta: ¿Qué es lo que usted maquila? Le contesta: «la costumbre»; le vuelve a preguntar: ¿Qué es la costumbre? Y le dice: «lo de siempre»; y, ¿qué es lo de siempre? Y le responde, «pues lo que maquilan todos»; como se ve, no aclara lo que maquiló, y entonces el alcalde le castiga con que devuelva a la mujer una fanega de trigo de buena clase y que en lo sucesivo no «abuse». Después de esto, ¿cómo no iba a ser justo quitar de la faz de la tierra tan mala simiente? El número de molinos descritos de «treinta o cuarenta» y algo más preciso de «treinta o pocos más» coincide con el número concreto de molinos de Campo de Criptana, y lógicamente de molineros. Al no estar todos los molinos en un mismo paraje, y por tanto no poder contarlos en un simple viaje o paso por la villa molinera desde un camino cercano, me hace pensar que Cervantes conoció en primera persona esta gran industria molinera. También conocería los abusos de los molineros, quienes en su gran mayoría no disponían de los aranceles o tablillas con la maquila a cobrar, que debían de estar colgados en la entrada de sus molinos, como tampoco contaban con las medidas reglamentarias. ¿Qué relación pudo tener Cervantes con los molinos de viento y sus molineros de Campo de Criptana? Hoy no se dispone, no se puede afirmar que no exista, documento alguno que dé respuesta a esta pregunta. Lo que sí parece es que Graneros tenía razón en su comentario al texto cervantino, en la intención de Cervantes de criticar irónicamente a los molineros de Campo de Criptana. Pero al no hacerlo explícitamente, sino implícitamente con el comportamiento fuera de juicio de don Quijote, sus lectores sí lo leyeron entre líneas, sin que sus censores lo tacharan previamente. Dibujo del chileno Pedro Olmos Hay que tener en cuenta que muchos de los molinos de viento de Campo de Criptana a principios del siglo XVII eran propiedad de vecinos de Alcázar de San Juan, quienes los habían construido o comprado, y los tenían alquilados a sus molineros por una renta anual. Un colectivo de «treinta o pocos más desaforados gigantes» con los que era inútil combatir. Algo parecido nos cuenta Pedro A. Porras, en Los Molinos de Viento en la Mancha Santiaguista,que pasó en la villa vecina de El Toboso, en 1609, entre la escritura de los dos Quijotes. El gobernador del Partido de Ocaña encarga a su alguacil, que en compañía de un escribano, vaya a El Toboso y compruebe si los molinos de viento tienen aranceles sobre la cuantía de la maquila a cobrar en las moliendas. Acompañados ambos del alguacil de la villa de El Toboso visitan todos sus molinos de viento el día 8 de enero de 1609. Ninguno de los catorce molinos de viento contaba con la tablilla indicativa en el molino. Todos los propietarios fueron denunciados al gobernador. Ya habían sido apercibidos en visitas anteriores de la obligatoriedad de disponer de arancel visible y ninguno lo había cumplido, según el alguacil. Se les informa inmediatamente de la denuncia y se les da un día para realizar sus alegaciones. Algunos de ellos alegan que no disponían de los aranceles «porque siempre se an cobrado como se an convenido los dueños del trigo que se lleva a moler con los dueños e molineros de los dichos molinos, …ni es factible lo contrario, ni se puede poner otra administración en los dichos molinos, e por no ser considerable los aranceles que se pretenden ni factible el tenellos, los señores governadores antecessores de v.m. e justicias ordinarias desta villa xamás los an puesto los dichos aranceles ni hecho cargo dellos, como es muy notorio…» Juan de Olías, uno de los molineros toboseños interrogados, el más viejo de todos ellos con setenta años, declaró también que «en los cuarenta años que recordaba y había tratado en los molinos no había habido aranceles. Los visitadores solo requerían los medios celemines» Niega que antes se les hubiese requerido las tablillas. Vamos, que en su defensa argumentaban que desde que se instalaron los primeros molinos en El Toboso han cobrado la maquila que ellos “convenían” directamente con el agricultor, sin tablilla de precios, y que lo han hecho porque «los señores gobernadores antecesores» no los había prevenido de lo contrario. En este caso los propietarios de los molinos de viento sí fueron condenados a una multa, pero después de muchos meses de litigio, aunque mucho me temo que siguieron sin poner el arancel en la puerta del molino cobrando arbitrariamente lo que estipulaban entre ellos. Cervantes utiliza en esta aventura un escenario real que conoce perfectamente él y sus coetáneos, con «treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo», transformados en la ficción en «treinta o pocos más desaforados gigantes», solo en la mente de don Quijote. Una aventura que pone de manifiesto la valentía de don Quijote que cree que se está enfrentando a gigantes que asolaban aquellas villas. No duda el Caballero de la Triste Figura en hacerlo, aún sabiendo del gran desequilibrio de fuerzas en el compromiso. Sabe que es su deber como caballero andante y lo cumple sin vacilar, aún desoyendo las voces de su escudero de que no lo hiciese. En esta aventura, Cervantes implícitamente denuncia la desmesurada maquila que corporativamente han fijado los treinta y cuatro molineros a los labradores que se acercan a las puertas de los molinos. Saben que aceptaran la cantidad de maquila antes que tener que desplazarse muchos kilómetros a moler a los muy buenos molinos hidráulicos del prior sanjuanista, hasta a setenta kilómetros de la villa. Utiliza para describir a los molineros el calificativo de «desaforados». Si bien hoy desaforado es una palabra de poco o ningún uso, y el que se le da es de grande o desmedido, en tiempo de Cervantes se decía desaforado de quien «procede contra la ley, el que acomete algún hecho sin consideración ni reportamiento», según anotaba en su diccionario Covarrubias en 1611, o en el de Autoridades aún más claro a «el que obra sin reparo, ley ni fuero, atropellando por todo». Exactamente lo que los molineros estaban haciendo con sus cobros desmesurados, contra la ley. Cervantes, sabe que son muchos los propietarios de estos molinos, algunos muy poderosos, los que integran este cártel de la molienda, y subliminalmente lo denuncia para quien lo quiera leer, aunque sería de dominio público. Como don Quijote, también cumple con su deber, pero con retranca manchega. Sin duda alguna, por estas tierras se entendió su denuncia nada más leer este inicio del capítulo VIII. ¡Ni gigantes ni gigantas, desaforados molineros y molineras!, soltarían entre risas sus primeros lectores manchegos. Si el gobernador del partido de Ocaña instó a visitar los molinos de viento de El Toboso en 1609, dando como resultado que ninguno tenía aranceles en sus puertas, me surgen unas preguntas: -Si la fecha de la inspección es en enero de 1609, ¿tuvo esta que ver con la lectura del primer Quijote, puesto a la venta en 1605? -Y, quizás la más importante, ¿por qué no lo hizo en la vecina villa de Campo de Criptana, con más del doble de molinos de viento que en El Toboso, que también dependía de su gobernación? ¿Pudo influir en su decisión que muchos de los molinos de viento de Campo de Criptana fuesen propiedad de vecinos sanjuanistas de Alcázar de San Juan, algunos muy poderosos e influyentes? ¿Son estos los desaforados gigantes? En definitiva, en este capítulo hay implícitamente una crítica social sobre abusos en las moliendas convertida, por el ingenio de Cervantes, en una aventura de ficción. Y, como todo el Quijote, enmarcada en un espacio geográfico real reconocible, y hoy visitable. De sus primeros lectores, unos se partirían de risa con la actitud de nuestro hidalgo y el desenlace cómico de imaginar a don Quijote y a Rocinante volar por los aires y quedar despaldados contra el suelo. Otros, en cambio, sí reconocerían la denuncia valiente de Cervantes contra los desaforados molineros. Les invito a leer este capítulo desde una perspectiva geográfica física, humana y social. Lejos de ver en don Quijote una actitud fuera de juicio, a veces tildada por muchos autores cervantinos de ridícula y extravagante, traten de ver en el hidalgo manchego su compromiso con la nueva vida que ha decido llevar libremente: ayudar a quienes más lo necesitan sin esperar nada a cambio. Esta actitud del hidalgo manchego no es rancia o antigua, sino actual. A principios del siglo XVII había muchos abusos que acometer y denunciar, igual que ocurre hoy en nuestra «sociedad desarrollada» actual. Hoy calificamos de quijote a quien «antepone sus ideales a su conveniencia y obra de forma desinteresada y comprometida en defensa de causas que considera justas», también, de forma algo despectiva, a quién tiene un exceso de ingenuidad ante su esfuerzo considerado como inútil. Sin embargo, se necesitan hoy muchos de estos quijotes, quizás más que nunca. Solo hay que leer los periódicos o los informativos de cualquier televisión libre para darnos cuenta de la necesidad de estos locos tan cuerdos, como don Quijote, para deshacer tantos agravios y entuertos que desaforados sin escrúpulos, sin otro interés que el suyo propio o a quienes representan, avasallan y someten a los más débiles. Por esto es un clásico el Quijote, porque sigue siendo actual. El ser humano sigue teniendo las mismas virtudes y vicios que conoció Cervantes durante toda su vida. Si solo fuese una crítica a los libros de caballerías, como muchos defienden, no estaría en ninguna librería actual. Sierra de los molinos de Campo de Criptana. Fotografía de Luis M. Román Decía, que hoy es posible reconocer en muchos cerros de esta parte de la comarca cervantina del Quijote estos ingenios que inmortalizó Cervantes. Gracias a la visión y esfuerzo de muchas personas comprometidas con su reconstrucción y mantenimiento podemos hoy contemplar a estos gigantes, incluso alguno siguiendo moliendo grano. Mecanismo de un molino de viento de Alcázar de San Juan. Fotografía de Luis M. Román Esta parte de la Mancha se encuentra a muy pocas horas de muchas regiones de España. Las incómodas ventas y mesones que conoció Cervantes hoy son hoteles y restaurantes donde escaparse un fin de semana quijotesco. Estamos en invierno, y en los cerros manchegos el aire intensifica el frío, hay que subir abrigados, pero después de admirar estos imponentes artefactos eólicos se puede continuar la ruta hacia lugares en los que las sombras de don Quijote y Sancho Panza son posible reconocerlas, si se cree en hadas, como decía Carlos Sander. Si estas sombras no son reconocibles, no importa, en un próximo viaje, después de leer o releer el Quijote lo serán. Pero sí lo serán un buen plato de migas, de gachas, de duelos y quebrantos o de queso manchego. Sin olvidar embaular estas delicias con un vino de la Mancha, porque como decía don Quijote «el trabajo y peso de las armas no se puede llevar sin el gobierno de las tripas». Luis Miguel Román Alhambra
Presentado el proyecto cultural «Quijote universal manuscrito en Internet» Fecha de Publicación: 01/12/2023 . La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha presentado su proyecto “Quijote universal manuscrito en Internet” con el que pretende completar el primer Quijote disponible en la red y manuscrito en colaboración con amanuenses de todo el mundo Cerca de diez mil personas podrán tomar parte de este ambicioso proyecto cultural que pondrá a Alcázar de San Juan en el centro del mapa cervantino mundial Alcázar de San Juan, 01-12-2023.- El jueves 30 de noviembre se presentaba en la Casa Museo del Hidalgo, el proyecto denominado “El Quijote universal manuscrito en internet” a cargo de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, tomando una idea original del socio Antonio Leal Jiménez, ampliada al ámbito universal y digital. A este efecto, la SCA ha creado un portal web universoquijote.com (desarrollado por la empresa Aplicaciones Tecnológicas Alcázar) que permite a todas las personas que soliciten su participación, la asignación al azar de un fragmento del Quijote (de no más de tres o cuatro líneas), que deben manuscribir trasladándolo con su propia letra lo más legible posible, y enviar a la web, bien escaneándolo, bien fotografiándolo con su teléfono móvil, para así configurar entre todos un gran Quijote manuscrito que estará permanentemente a disposición en Internet para su lectura y consulta. Unas 10.000 personas tendrán la oportunidad única de tomar parte de este proyecto que unirá amanuenses de toda clase, condición, país o edad, y que conformarán el primer Quijote manuscrito en Internet de la historia. Este ambicioso proyecto cultural desarrollado por la Sociedad Cervantino de Alcázar de San Juan, concebido como una de sus actividades con el objetivo de conseguir la lectura y difusión de las obras de Cervantes y en especial del Quijote (uno de sus objetivos fundacionales), permitirá que muchas personas relean el Quijote o quizás se aproximen por primera vez a su lectura, cuando tal vez deseen leer el capítulo completo (y por extensión toda la novela) del texto que el azar ha designado que escriban. A lo largo del evento, se proyectaron los vídeos enviados por las personas que apoyan esta iniciativa, tanto la Red de Ciudades Cervantinas en la persona de su director José Manuel Lucía Megías, como la Asociación Internacional de Cervantistas por medio de Ruth Fine (presidenta), Alicia Villar Lecumberri (vicepresidenta), Randi Lise Davenport (vocal), Santiago López Navia (vocal), Julia D’Onofrio (vocal) e Isabel Lozano Renieblas (presidenta de honor), que se han sumado a este proyecto. En el acto de presentación en la Casa Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan además de Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina, estuvieron presentes autoridades del ayuntamiento de Alcázar de San Juan, insistiendo todos en la importancia de convocar a su participación por personas de todo el mundo. VÍDEO COMPLETO EN YOUTUBE https://youtu.be/OtORSTyCIEQ https://youtu.be/L5ZSplVPlCw VÍDEO CON INSTRUCCIONES PARA ENVIAR TEXTO https://youtu.be/Ys76GXZGnS4 ¡Suscríbete al canal! Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Presentación del «Quijote manuscrito universal en internet» Fecha de Publicación: 27/11/2023 . Jueves 30 de noviembre a las 19:30 en Museo Casa del Hidalgo de Alcázar de San Juan . Anunciamos que tras unos meses de trabajo y planificación, el próximo jueves 30 de noviembre, a partir de las 19:30 horas en la Casa Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan, presentaremos el “Quijote Manuscrito Universal en Internet” a los medios de comunicación y a cuantas personas deseen acercarse a conocerlo de primera mano. Es un proyecto de alcance mundial que viene avalado por la Red de Ciudades Cervantinas y la Asociación Internacional de Cervantistas, y en él podrán participar todas las personas que quieran manuscribir un pequeño fragmento del Quijote -en idioma castellano-. Está abierto ala participación de ciudadanos de todo el mundo, a través de una plataforma web creada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y que servirá para poner de nuevo en el corazón del mapa cervantino mundial a nuestra ciudad y a toda la Mancha. En el acto, con entrada libre, se ofrecerán más detalles de como tomar parte en el proyecto y del resultado que se pretende obtener. También será transmitido en el perfil de Facebook de la Sociedad: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 Juan Bautista Mata Peñuela. Presidente
Bienes del prior en el Guadiana Alto en 1578 Fecha de Publicación: 27/11/2023 Félix Patiño Galán https://orcid.org/0000-0003-4171-5419 En 1578 se realiza un apeo de los bienes, derechos y regalías pertenecientes a la dignidad prioral en el partido de León. Un documento[1] de 23 folios que duerme en el Archivo de Palacio Real detalla estos inmuebles e impuestos. Basándonos en su lectura y análisis, que ha facilitado un eficiente escribano del siglo XVIII, recorreremos el curso del Guadiana Alto perteneciente entonces al priorato de san Juan. Seguiremos los pasos de los apeadores, elegidos de entre los vecinos con más honradez, experiencia y conocimiento de sus términos. Este trabajo lo dedicaremos a identificar los bienes del prior que se detallan a lo largo del curso del río Guadiana perteneciente al partido del priorato del León. Esto es una vista parcial del término de Alcázar (Villacentenos y Cervera) y del término de Argamasilla. Ejecución del apeo de 1578 La primera mención es para Villacentenos, de la que se dice “que está en el término de esta dicha villa de Alcázar” (apeo, folio 3r), los bienes señalados como propios del prior son: La renta de la sosa de Villacentenos La serna de Villacentenos, “de la cual lleva renta y diezmo enteros”.[2] Más adelante, siempre siguiendo el río, nos encontramos con el núcleo de Cervera en el que identificamos los siguientes bienes: La dehesa de Cervera de la que cuentan (…) comienza desde un mojón de piedra que está hincado junto al camino de Cervera y desde allí la mojonera adelanta hasta otro mojón bermejo que está cerca de la huerta de herederos de Diego Díaz de Tembleque es a por junto a la dicha huerta e pasa el río e llega al mojón de la dehesa nueva, a una mata que está camino de los aldeanos y vuelve por el mismo camino hasta llegar a las casas de Palacio de Cervera y desde allí baja hacia el río y pasa el río por el vado, y desde allí viene hacia Alcázar por el dicho camino de Cervera hasta el mojón primero que está declarado en la cual hay alameda que es todo de su Dignidad y que la dicha dehesa es cerrada que no puede ningún ganado entrar a pacer en ella sin licencia de su Señoría y esto es público y notorio y que el diezmo entero de pan e legumbres que en la dicha dehesa se coge pertenece enteramente a su Dignidad (…)[3] La serna de Cervera (…) que está a mano izquierda de dicha camino que va a Cervera de Alcázar (…) vuelve el caz abajo hasta el mojón del castillo y desde allí al álamo que está en el rincón de la huerta de Cervera (…) la renta y diezmo entero es de su Señoría y de su Dignidad.[4] Las casas del palacio de Cervera arriba del molino con el mismo nombre. La huerta de árboles y hortalizas de Cervera. Rodeada por una alameda y el caz del río Guadiana. También con la renta y el diezmo entero. Una tierra en la laguna Hondonera, bajo el molino de Cervera. De 5 fanegas que atraviesa el Guadiana. Una tierra bajo el molino de Cervera de “seis o siete fanegas de cebada de sembradura” Otra tierra detrás de las casas del palacio de Cervera de 3 fanegas de cebada de sembradura. Distribución de las propiedades del prior según el apeo de 1578. No constan las distancias ni la ribera del río Ahora, sigamos el cauce del Guadiana río arriba. Sin salir del término de Alcázar encontramos cuatro molinos: 1.- El molino de Cervera con una piedra corriente y moliente. 2.- El molino del Tejado un poco más arriba y también con una piedra. Junto a él hay una huerta aneja de 1 fanega de cebada. 3.- Algo más arriba, el molino de Mingomartín, con una piedra en perfecto estado y una huerta de 1 fanega de cebada. 4.- Los molinos del Cuervo. Con dos casas, cada una con su piedra. Otra casa un poco más arriba que hace del almacén y una huerta de 1,5 fanegas de cebada. Pasamos al término de Argamasilla de Alba. Vamos describir, según el apeo, los bienes del prior y derechos del prior en este pueblo. Las escribanías públicas “que las arrienda y cobra la renta por su contador e recaudadores, e otras veces nombra escribanos” (Apeo, folio 19 v) La tercia “donde hay cámaras e paneras donde se recoge el pan del diezmo (…) frontero del pozo de la tercia y las calles Reales” (folio 19 v) Los derechos de portazgo, humazga y martiniega. El diezmo del tercio de candeal, cebada, centeno y avena “de todos estos panes se deben diezmo entero de diez una sin deber tercio ni otro derecho” (folio 19 v) El diezmo del vino “enteramente como el diezmo del Pan, como dicho tiene” (folio 20 r) El diezmo entero de cordero, queso y lana. El diezmo de huertas y huertos. Éste lo ha cedido el prior al prior de la iglesia de Argamasilla. El diezmo de mozos y de muletos, vacas, borricos y potricos y otras legumbres que llamaban minucias. El diezmo de avena y azafrán en pleito entre los priores de la orden y de la iglesia de Argamasilla. Derecho de mostrencos[5] que el prior tiene cedido al alcaide de Peñarroya. La fortaleza, dehesa, monte hueco y vega del castillo de Peñarroya. Una huerta de 7 fanegas de cebada junto al batán de Santa María. La dehesa de Moraleja. Una haza de 6 fanegas de trigo. Otra haza de 3 fanegas de cebada. La caza y pesca de las lagunas que hay desde el Val de Mojones hasta la dehesa de la Moraleja. La caza de todo el término de Peñarroya. Todas las aguas que hay en el término de Argamasilla de alba (…) manantiales e corrientes que no puede nadie sacar agua ni aprovecharse sin licencia de su Señoría, y especialmente del río de Guadiana que es de su Señoría y en el dicho río no puede tener aprovechamiento ningún vecino ni forastero más de abrevar en los abrevaderos señalados y sacar agua a brazo e no otra cosa y esto del caz.[6] Distribución de las propiedades del prior según el apeo de 1578. No constan las distancias ni la ribera del río De nuevo, sigamos el Guadiana en dirección a Ruidera: 5.- Molino de la Membrilleja con una piedra corriente y moliente, casa y una tierra de 1 fanega de cebada a ambos lados del caz. 6.- Molino de Santa María de dos piedras, una casa con cámara y caballeriza y un solar en el entorno de la casa. 7.- Batán de Santa María con una casa de teja nueva. 8.- Batán del Espino una casa de teja. 9.- Molino de la Parra (media legua más allá), en construcción, con tres piedras a la par y una casa “en estado de cubrirse”. 10.- El castillo de Peñarroya con dehesa, monte hueco y vega prado de caballos. 11.- Batán de los Nuevos con una casa de teja. 11.- Molino de los Nuevos con cuatro piedras agrupadas en parejas, cada una en una casa, y la casa de la “camareta” donde se encierran las maquilas. 12.- Batán de la Zarza más una casa de teja. Está en la dehesa de la Moraleja. 13.- Batán de la Isla y una casa de teja. 14.- Molino de Miravetes con cuatro piedras, agrupadas “en dos casas, en cada cuerpo de casa dos piedras molientes e corrientes y otra casa desviada de los dichos molinos adonde se encierra el pan” (Apeo, f. 21r) 15.- Una casa caída. Distribución de las propiedades del prior según el apeo de 1578. No constan las distancias ni la ribera del río CONCLUSIONES Junto a los molinos solemos encontrar una casa que es fácil adjudicar a la vivienda del molinero y su familia y a almacén de grano y harina. Los huertos adyacentes daban autonomía a estas familias que tienen que vivir gran parte del año apartados de sus pueblos. Las hortalizas regadas con agua del río eran una fuente segura de alimentos. Constatamos la abundancia de agua a lo largo del curso del Guadiana Alto, 9 molinos y 5 batanes nos hacen pensar en un río con aguas corrientes que son capaces de mover este conjunto de piedras y mazas. Seguro que el clima del último cuarto del XVI fue benigno en lluvias. Todos los molinos se detallan en perfecto estado. Sus piedras, de una a cuatro son “corrientes y molientes” en todos los casos con la excepción del molino de la Parra que está en construcción. Sólo algunas casas necesitan reparaciones. Según subimos en el cauce del río, más piedras tienen los molinos y encontramos los batanes en el término de Argamasilla. Parece que la fuerza del agua es mayor en el curso del río más próximo a las lagunas de Ruidera. Estamos en territorio de una orden militar, esto no es óbice para que encontremos una gran relación de derechos señoriales de tipo feudal como la propiedad de la caza, la pesca y el agua corriente. Según lo explicado por Marcial Morales Sánchez-Tembleque en la página 404 de su tesis, de los diezmos recogidos, correspondían en general al Gran Prior los dos tercios y el tercio restante o terzuelo, era para la dignidad arzobispal. Sin embargo el prior percibía el diezmo entero de las huertas, sernas, hazas, dehesas propiedad de la Orden y de los términos de Turleque y Argamasilla de Alba. Este apeo así lo detalla en los casos de la serna de Villacentenos, la dehesa, la serna y la huerta de Cervera, de los diezmos de grano, vino, corderos, dehesas y huertas de Argamasilla. Es un detalle interesante comprobar que el diezmo de huertas y huertos de Argamasilla de Alba, lo tiene cedido el Prior de la Orden al prior párroco de esta localidad y al mismo tiempo, ambos pleitean por los diezmos locales de avena y azafrán. BIBLIOGRAFÍA VELA SANTAMARÍA, Francisco Javier (2009): “Agua e industria en la segunda mitad del siglo XVI. Los molinos harineros de la meseta sur”. Investigaciones Históricas 29. PP 11-40. Universidad de Valladolid. MORALES SÁNCHEZ TEMBLEQUE, Marcial. La Orden de San Juan de Jerusalén. Los prioratos de San Juan en la Mancha (siglos XVI y XVII). Tesis de Doctorado. Facultad de Letras. Departamento de Historia. UCLM. RUIZ GÓMEZ, Francisco; MOLERO GARCÍA, Jesús. Coordinadores (2010): La Orden de San Juan en tiempos del Quijote. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. RUIZ GÓMEZ, Francisco; MOLERO GARCÍA, Jesús. Coordinadores (2009): La Orden de San Juan entre el Mediterráneo y la Mancha. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. HERVÁS HERRERA, Miguel Ángel (2011). “Molinos hidráulicos harineros de ribera en el Alto Guadiana. De los Ojos de Villarrubia a El Emperador”. Tierra de Cultura. Argamasilla de Alba y el Alto Guadiana Mancha. I Curso de Historia. (pp 7-30) Tomelloso. Ed. Soubriet. MELERO CABAÑAS, Domingo (2014) Ciudad Real, tierra de molinos de agua. Volumen I. Diputación Provincial de Ciudad Real. Ciudad Real. NOTAS: [1] Archivo de Palacio Real. Infante don Gabriel. Secretaría 760. Apeo de los bienes, rentas, derechos y regalías pertenecientes a la dignidad prioral en el partido de León; practicado en 1578. [2] Rentas y diezmos enteros se consideran impuestos que recoge el prior para sus arcas, sin tener que apartar el tercio para la dignidad eclesiástica. [3] Apeo. Folio 6v. [4] Ídem, folios 6v y 7r. [5] Muebles, inmuebles y ganados que carecen de dueño reconocido y pasan a ser propiedad del Gran Prior. [6] Apeo, folio 22v.
En la Navidad, entre todos, haremos felices a muchos niños con la sexta campaña de recogida de libros “Ningún niño/a sin imaginación” Fecha de Publicación: 14/11/2023 . En apenas unas semanas llegará la Navidad y desde la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan volvemos a apelar a la solidaridad de todos los alcazareños para conseguir libros usados para los niños que menos recursos tienen Alcázar de San Juan, 15-11-2023.- La campaña de recogida de libros infantiles y juveniles “Ningún niño/a sin imaginación” alcanza ya su sexta edición con el objetivo de conseguir el mayor número de volúmenes de forma que ningún niño se quede sin desarrollar su imaginación por medio de la lectura en esta Navidad, por muy limitado que se encuentre su presupuesto familiar o por desfavorables que sean sus condiciones económicas. A lo largo de 2023 los precios han seguido subiendo, sobre todo los de muchos productos básicos, que han hecho que las familias recorten drásticamente sus gastos en alimentación y destinen cada vez menos a libros e incluso a materiales escolares y se vayan apañando con lo justo. Con la campaña “Esta Navidad ningún niño/a sin imaginación” nos movilizamos un año más para recoger el mayor número posible de libros infantiles y juveniles, que, aunque ya hayan sido leídos en algunos hogares, su donación permite que alarguen su vida útil yendo a parar a las manos de otros niños que tienen más difícil el disfrute de este material. Todos debemos estar empeñados en evitar que la imaginación de estos niños no se desarrolle adecuadamente por falta de lectura. Los días 21, 23, y 28 de noviembre, junto a los días 5 y 12 de diciembre (último día), se ha habilitado la sala 7 del Centro Cívico en la plaza de España de Alcázar de San Juan, en horario de horario de 19:00 a 20:00 horas para la recepción de libros infantiles y juveniles, usados, pero en buen estado, que sirvan para que otros niños puedan disfrutar del placer de la lectura. Nuestro socio Enrique Lubián, será el encargado de acoger todos los libros que podáis aportar a esta campaña, permaneciendo a vuestra disposición en el Centro Cívico en el horario anunciado. Apelamos a vuestra generosidad y no dudamos que también este año haremos una magnífica recogida. Los libros que aporten los donantes, se entregarán a la Asociación Cultural y Social “El Sosiego” (asociación que lleva ya varios años poniendo en práctica su campaña solidaria de recogida de juguetes), al objeto de que estos libros puedan formar parte de los lotes de juguetes a entregar a las familias más necesitadas de nuestra ciudad. Recordamos los días de recogida en la Sala 7 del Centro Cívico, en horario de 19:00 a 20:00: Noviembre: martes 21, jueves 23 y martes 28. Diciembre: martes 5 y martes 12 (último día). Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Un público muy participativo disfrutó este domingo en Alcázar de la Ruta Cervantina Fecha de Publicación: 12/11/2023 Con esta ruta se cerraban las X Jornadas Jornadas de Vino y Bautismo Qervantino que se iniciaron el pasado 2 de noviembre y que han abarcado multitud de actividades culturales en Alcázar de San Juan Alcázar de San Juan, 12 de noviembre de 2023.- Un numeroso público que ha desafiado a la lluviosa mañana de domingo, asistió a la Ruta Cervantina (nuevamente coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar), para conocer la fuerte vinculación de la ciudad con Miguel de Cervantes y con el Quijote. Puntualmente a las 12:00 se reunían los asistentes en la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, desde donde comenzaron a conocer características y curiosidades sobre la escritura del Quijote y su edición, así como lo que supuso para las letras españolas. También sobre la tradición cervantina alcazareña, ciudad que cambió su nombre oficial por el de “Alcázar de Cervantes” durante algunos años de la Segunda República Española en el siglo XX, siendo identificada así en toda documentación oficial correspondiente a este periodo. Seguidamente, los participantes en la ruta continuación, los asistentes se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde tuvieron ocasión de conocer -a través de las explicaciones de Luis Miguel Román-, la historia que encierra el Quijote Cósmico, busto que Eulalio Ferrer, santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México, regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat: «Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad». Precisamente en el pasado mes de julio se ha cumplido el trigésimo aniversario de su instalación. En este lugar, Luis Miguel Román contó a los presentes que la gran afición al Quijote y al coleccionismo de todo tipo de iconografía cervantina y quijotesca le vino a Eulalio Ferrer por la adquisición de una edición barata del Quijote (mediante su intercambio por tabaco) el 7 de febrero de 1939 en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer y que le marcaría para toda la vida: «Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajoso para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote». (pág. 60, “Entre alambradas”. Eulalio Ferrer). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy. Los asistentes se encaminaron por la calle San Antonio, pasando frente al Callejón del Toro, e hicieron una breve parada en la esquina con la calle San Juan, justo en el lugar en el que Manuel Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutierre Quijada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes y refiriéndose a Gutiérrez Quijada, dice don Quijote: «de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón». También explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes» tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano. Son unas coincidencias tan notables con lo escrito por Cervantes en el Quijote, que merecen ser resaltadas. En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales), persona que fue la que puso al corriente a Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. La ruta finalizó en esta misma plaza dando un repaso al resto de los lugares del recorrido, como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando a conocer a los presentes los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que son un patrimonio único en España, en os que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico. Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, recientemente remodeladas, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. Se comentó la curiosidad recientemente conocida por los asistentes a la conferencia del historiador Ángel Calamardo (celebrada hace unos días), en la que en una intervención del entonces alcalde José Eugenio Castellanos, explicó el motivo por el que ubicaron las estatuas de forma diferente a como las situó el escultor y es porque tras consulta del alcalde con investigadores cervantistas locales, le aseguraron que el escudero debe ir siempre guardando el flanco donde se encuentre el escudo de su señor. En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradecieron al público el enorme interés demostrado en todo el recorrido y la alta participación en las explicaciones facilitadas en la ruta, y animaron a los presentes a que lean y relean esta gran obra de humanidades que es el Quijote, especialmente la versión de su web https://cervantesalcazar.com/web/pdf/QUIJOTE_SC_Alcazar.pdf Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La imagen del lugar de don Quijote en el Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 09/11/2023 Dentro de las X Jornadas de Vino y Bautismo Qervantino, que vincula el vino con la tradición cervantina alcazareña, la clase del IV Taller de Historia Local del día 8 de noviembre se incluyó en su programa con acceso libre. El lugar elegido ha sido la antigua Fonda de la Estación de Ferrocarril, un espacio en el que es posible ver el Quijote en los cientos de azulejos que la decoran, como puede verse en el cartel anunciador, este año con imágenes del capítulo X de la primera parte. La ponencia la he presentado junto con mi amigo Constantino López. Si bien esta forma de presentación ya la teníamos decidida hacía tiempo, teniendo en cuenta su duración de dos horas, hoy la he estimado mucho más. Todos los lugares, sean grandes o pequeños, se caracterizan por tener una imagen física y social propia. El plano del lugar, sus edificios, los recursos públicos y el uso del suelo como continente físico, conforman el escenario urbano que condiciona la forma de vida de sus vecinos. Cervantes hace creíbles sus aventuras al humanizar a los personajes de su historia y situarlos en un territorio real, la Mancha. De la misma manera, al describir el lugar donde viven don Quijote y Sancho Panza nos muestra su imagen física y humana propia. Con esta forma de escribir, tan novedosa en su tiempo, retrata la imagen real del lugar de don Quijote en la novela, lo que hoy llamamos écfrasis, y sin nombrarlo lo hace creíble para sus lectores. Una imagen nítida de un lugar es capaz de generar símbolos útiles a los vecinos en sus desplazamientos y recuerdos legibles a los visitantes. La formación de esta imagen es un proceso bilateral entre el observador, que escoge la que más le gusta, y el propio lugar. Hoy, gracias a los sistemas de información geográfica y documentación descriptiva de todo tipo, es posible reconocer un lugar sin haber estado en él. A principios del s. XVII no era así, solo era posible recordarlo y describirlo con fidelidad, si se había estado en él. En Mi vecino Alonso (2010) y en Tras los pasos de Rocinante (2023), teniendo en cuenta todos los condicionantes o referencias geográficas que nos deja Cervantes en la obra, mediante un análisis inductivo he marcado en el mapa de la Mancha el lugar de don Quijote. Alcázar de San Juan es la localidad que más opciones tiene geográficamente para ser el lugar de don Quijote. Ahora, siguiendo un análisis deductivo teniendo en cuenta los aspectos físicos y humanos que encontramos en la novela, es preciso que Alcázar de San Juan cumpla con todas y cada una de las imágenes que del lugar de don Quijote nos deja el autor. Para certificar esto nos vamos a servir de documentos conservados en el Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan, especialmente entre los años de la escritura del Quijote. En especial, Cervantes nos dibuja el lugar de don Quijote en las cartas que se intercambian la duquesa y Sancho Panza con Teresa Panza, cuando Sancho es gobernador de la ínsula Barataria, en Aragón, en la segunda parte del Quijote. Puedo afirmar que ningún otro lugar de los que hoy se postulan como lugar de don Quijote, como por ejemplo Villanueva de los Infantes, Mota del Cuervo, Miguel Esteban o Esquivias, además de no cumplir con todas las condiciones o referencias geográficas, pueden documentar todas y cada una de las imágenes descritas por Cervantes del lugar de don Quijote, como sí lo puede hacer Alcázar de San Juan, y ahora veremos. Aldea o villa «En un lugar de la Mancha…» La primera descripción del lugar de don Quijote a tener en cuenta en este análisis es su título administrativo, que como veremos también tiene relación con dos imágenes del lugar. ¿Es el lugar de don Quijote una aldea o una villa manchega? Mucho se ha discutido sobre esto, que si lugar significa aldea o un pueblo pequeño, etc Defender que «lugar» es una aldea o un pueblo pequeño es desconocer el uso de esta palabra para definir un espacio local en tiempos de la escritura del Quijote, principios del s. XVII. Cobarruvias, en su diccionario editado en 1611, anota que: «Lugar significa muchas veces ciudad, o villa, o aldea…». Cualquier entidad local era un lugar según el contexto en el que se leía. Un ejemplo que nos servirá para entender mejor esto. Gerónimo de Quintana, en 1629, en su Historia de la villa de Madrid, una crónica de la villa y corte, anota: «El ser este un lugar tan antiguo habitado de gente noble… El rastro está a los confines del lugar a un lado de la puerta de Toledo». Madrid, la capital de la Monarquía Hispánica, es un lugar de Castilla. Y otro ejemplo más, este más cercano. Como veremos más adelante, a principios del siglo XVII, debido a la peste que asolaba a Andalucía y a buena parte de Castilla, el ayuntamiento de Alcázar de San Juan decide hacer una cerca de cal y canto dejando solo cuatro puertas de acceso y control a la villa. El título al margen que define tal acuerdo es «para que se cerque El lugar». Para que no le quede al lector duda alguna, al lector de principios del siglo XVII, Cervantes le aporta los datos suficientes del título del lugar de don Quijote, tan sencillos que no necesitaban de más explicación. En la carta que Teresa remite a Sancho, detallándole los últimos sucesos acaecidos en su pueblo, le dice que «un pintor de mala mano que llegó a este pueblo a pintar lo que saliese, mandole el concejo pintar las armas de Su Magestad sobre las puertas del Ayuntamiento…» (Q2, 52). Y Teresa termina su carta con: «La fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas». El lugar de don Quijote es una villa porque disponía de edificio de ayuntamiento y picota de justicia, recursos de los que una aldea, por pequeña o grande que fuese no podía disponer. Las aldeas son núcleos de unas pocas casas, a veces agrupadas alrededor de una pequeña plaza, que dependen administrativa y jurisdiccionalmente de una villa o ciudad cercana. No cuentan con un lugar donde reunirse sus alcaldes o regidores porque sencillamente no disponen de estos cargos. Todas las disputas o denuncias que surgen en la aldea tienen que trasladarse a la villa de la que dependen. Alcázar de San Juan era villa desde 1292. El rey Sancho IV le concede este título, además de ciertos privilegios, por haber dado a luz su mujer, María de Molina, entre los muros alcazareños a su hijo Fernando, el futuro rey Fernando IV de Castilla, tal y como se anota en el Fuero de Alcázar, manuscrito guardado en la BNE, redactado unos cuatro años más tarde: «Así pues, yo, Sancho, rey por la gracia de Dios, juntamente con mi mujer, la reina María, y el serenísimo Fernando, nuestro hijo, cuyo nacimiento dignificó a la predicha ciudad…» La carta de título y privilegios otorgada por el rey Sancho IV lamentablemente está desaparecida. Disponemos del contenido de ella gracias a un traslado notarial solicitado por la villa, el día 7 de enero de 1478, para poder presentarlo donde fuese necesario sin necesidad de llevar y traer la valiosa carta original, con los consiguientes riesgos de pérdida «por fuego o robo o agua o por otro qualquier caso fortuyto». Este traslado o acta notarial copia el texto de la carta original: Sepan cuantos esta carta vieren cómo nos don Sancho por la gracia de Dios rey de Castilla de Toledo de León de Galicia de Sevilla de Córdoba, de Murcia de Jaén y del Algarbe por hacer bien y merced a don Fernando Pérez Gran Comendador de lo que a la Orden de San Juan en España y a los frayles de esa misma Orden a los que ahora son y serán de aquí adelante, tenemos por bien y mandamos que se puedan hacer de la su aldea de Alcázar que es en Monte Aragón villa sobre sí y que haya seña y sello y mercado un día en la semana y que hayan aldeas las que el Gran Comendador les diere de la de su tierra y término… Dada en Burgos, veinte y tres de enero, era de mil y trescientos y treinta años * *Era antigua, corresponde en la actual al año 1292. El documento más antiguo que se conserva en el AHMASJ es la primera confirmación de este título de villa y privilegios otorgada por el ya rey Fernando IV de Castilla, el día 4 de agosto de 1300. Confirma la licencia a Fernando Pérez, todavía gran comendador de la Orden de San Juan, para convertir a su aldea de Alcázar, sita en Monte Aragón, a villa, concediéndole los atributos como tal: estandarte propio, sello y mercado semanal, disponer de término propio y las aldeas que se le asignen, que fueron Cervera y Villacentenos. Además, el rey Fernando IV, en este mismo documento les otorga la merced o privilegio de la pesca y el agua en su término: Sepan quantos esta carta vieren cómo yo don Fernando por la gracia de Dios rey de Castilla de León […] de Jaén del Algarbe e señor de Molina vi una carta de don Sancho mi padre que Dios perdone que me vinieron a mostrar el concejo de Alcázar de Consuegra escrito en esta manera… Et yo, con consejo e con otorgamiento de la […] el infante don Enrique, mi tío e tutor, otórgoles e confirmoles esta nuestra merced sobredicha, que el rey, myo padre, les hizo. Et otrosí otórgoles […] término e la merced e las pescas e las fuentes que el dicho gran comendador dio a esta villa sobredicha de la tierra de la Orden e todas las otras franquezas […] Et desto les mandé dar esta my carta sellada con myo sello de […] cuatro días de agosto, era de mil trescientos e treinta e ocho años * *1338 de la era antigua, corresponde al año 1300 de la actual. En tiempo de la escritura del Quijote, Alcázar de San Juan disponía de un edificio público que servía de ayuntamiento. Este edificio con forma de torre, se conocía como la Torre del ayuntamiento. En la publicación Notas históricas sobre Alcázar de San Juan y su Casino, editado por el Patronato Municipal de Cultura en 2010, María Soledad Salve Díaz-Miguel detalla los datos precisos de este edificio y su uso desde su compra en 1529 hasta su demolición en 1928. En las actas municipales del ayuntamiento de Alcázar de San Juan encontramos la descripción que el escribano hace del lugar de reunión de los alcaldes y regidores como la torre del ayuntamiento. Por ejemplo, este acuerdo por el que los alcaldes y regidores tienen que tomar decisiones por la falta de cosecha de trigo en 1604, unos meses antes de la publicación del primer Quijote, dice así: En la villa de Alcázar a catorce días del mes de agosto de mil y seiscientos y cuatro años los señores alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres estando juntos en la torre de su ayuntamiento a campana tañida como lo tienen de costumbre para tratar y conferir las cosas tocantes al bien público… Decía Teresa a Sancho: «La fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas». Una villa con justicia propia, como la de don Quijote, tenía una picota instalada en una de sus plazas, normalmente a la entrada por uno de sus caminos principales, dejando ver claramente a quienes se acercaban al lugar que delinquir en este lugar les podía salir muy caro. Así nos lo indica Miguel A. Maldonado en Rollos jurisdiccionales, horcas y picotas en la provincia de Ciudad Real: Las declaraciones de villazgo, que en la gran mayoría de los casos llevaban aparejadas la independencia administrativa de las poblaciones, están íntimamente ligadas al establecimiento de rollos jurisdiccionales y picotas en los lugares que alcanzaban dicha concesión… El nuevo estatuto que alcanzaba el municipio quedaba simbolizado por el alzamiento de un rollo o picota, monumento que proclamaba la existencia de justicia propia en el pueblo. La picota, aunque en sus orígenes era un poste de madera, en tiempo de Cervantes era una columna de piedra ajustada sobre cuatro o cinco gradas, también de piedra, instalada en una plaza o en la entrada de la villa donde se exponía a los ajusticiados y a los penados con escarnio público, sirviendo como advertencia para propios y forasteros. Las aldeas, entidades locales menores, dependían administrativa y judicialmente de una villa cercana. Excepcionalmente, en algunas aldeas grandes, «por merced de Su Majestad», podían disponer de oficios de justicia muy limitados en lo civil, pero de ningún modo en cosa criminal donde las sentencias podían llegar hasta la pena capital, siendo estas ejecutadas siempre en la picota. La columna de la picota estaba rematada con una cruz de hierro forjado incrustada en ella. Esta terminación en punta y metálica, junto con su instalación en las afueras de la villa las hacía propensas a atraer los rayos durante las tormentas, coincidiendo así con la descripción que hace Teresa de que «un rayo cayó en la picota». El responsable de mantener en buen estado la picota y ejecutar las penas impuestas por los jueces a los delincuentes era un verdugo. Las villas debían de contar con este tipo de funcionario público, que a veces era difícil de encontrar quien estaba dispuesto a ejercer este oficio y tenía los conocimientos. Habitualmente se contrataban a verdugos forasteros para evitar señalamientos y murmuraciones hacia sus familias cercanas. La existencia de picota, su uso y conservación en Alcázar de San Juan está documentada en los Libros de Actas y Acuerdos Municipales. En el mismo agosto de 1604, los alcaldes y regidores alcazareños reunidos en su ayuntamiento toman el acuerdo de contratar a un verdugo. El título del acuerdo que anota al margen su escribano dice «salario del verdugo y pendiente de casa»: Por cuanto, en esta villa hay necesidad de un verdugo, respecto de que muchos delitos que se cometen se dejan de averiguar en gran daño de los vecinos y del bien publico. Se han convenido con el Sñor gobernador y entre ellos an concertado a Pedro Gomez vecino de la ciudad de Guadalajara para que en esta villa haga el oficio de verdugo por el tiempo de un año… El contrato comienza el día 1 de septiembre de ese mismo año. El salario convenido es de nueve mil maravedís y una casa para vivienda. Acuerdan que de los nueve mil maravedís, seis mil lo pague el gobernador del prior y los tres mil restantes la villa. El alquiler de la casa para el verdugo la pagarían a medias, gobernador y villa. La fuente de la plaza En la misma frase de la carta de Teresa a Sancho, esta le comunica que durante su ausencia la fuente de la plaza se había secado. Así le dice: «La fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas» A principios del s. XVII el abastecimiento de agua en la villa de Alcázar se hacía por medio de los pozos que disponían en las casas y principalmente desde el pozo del Varcargado, situado en el camino a Murcia, a extramuros de la villa. Hasta allí iban las mujeres y los mozos a recoger agua en sus cántaros, y también los aguadores que transportaban el agua, también en cántaros, sobre borricos o en carritos cantareros, ofreciéndola por las calles de Alcázar. En esta parte de la Mancha, durante los meses de verano y especialmente en los periodos de sequía, el nivel freático de los pozos bajaba varios metros. En 1602, poco antes de la escritura del primer Quijote, el concejo de Alcázar de San Juan, ante la alarmante bajada del nivel freático del pozo del Valcargado, que llegaba a quedarse sin agua todos los días, toma la decisión de buscar más agua dulce en otros parajes cercanos a la villa, en la zona del pozo de Vallejo, como anota el escribano el 21 de julio en el acta de ese día: Este dicho día se acordó que atento la grande necesidad que en esta villa ay de agua dulce y que se acaba cada día la que ay en el pozo del Valcargado, se obre por un fontanero y zahorí en el pozo del Vallejo a donde parece ay cantidad de agua por si conviene descubrirla. Se encontró gran cantidad de agua en la zona marcada, por lo que se acordó realizar las obras necesarias para ampliar el pozo del Vallejo, «abriéndose una zanja de cincuenta varas de largo y tres de fondo». En esta parte de la Mancha, a principios del s. XVII, ningún lugar disponía de una fuente pública en su plaza, siendo, como hemos indicado antes, la forma habitual de abastecerse de agua dulce desde pozos públicos o privados. Para disponer de una fuente en la plaza era necesario contar con un buen colector de aguas y que este estuviera varios metros por encima del nivel de la plaza. En este colector se tenía que instalar un sistema de extracción del agua mediante norias contratando a personas para su manipulación, o adjudicar su explotación a un tercero. Para llevar desde aquí el agua se tenía que construir una canalización cerámica soterrada en sus calles hasta la pila de la fuente de la plaza. Alcázar de San Juan, entre la escritura de los dos Quijotes, construye una fuente pública en su plaza principal. Al estar desaparecido el segundo Libro de Actas y Acuerdos, de los años 1610 y 1615, se desconoce el acuerdo concreto y su fecha por el que se decide construir una canalización desde la zona de captación del agua del pozo Vallejo hasta la plaza, y las obras necesarias para construir una fuente de piedra con varios caños. Investigadores locales datan la construcción de la fuente en la plaza en 1612. El tercer Libro de Actas y Acuerdos, de 1616 a 1623, tiene desaparecidos los diecinueve primeros folios, comenzando en el folio 20 precisamente con un acuerdo sobre la «Fuente de la plaza». En octubre de 1616, de nuevo, ante la falta de agua en los meses de verano, también en la fuente de la plaza, se acordaba la contratación de las obras necesarias para una nueva ampliación de los dos pozos principales de captación de aguas con un pozo cercano, incluyendo su compra, dándole un plazo al concesionario de dos años para su terminación. Al ser el mismo concesionario que había realizado las obras de la fuente de la plaza le amplían la concesión del aprovechamiento del agua de doce a catorce años. En esta acta podemos leer: …que viese la disposición de los pozos y que se de la orden que conviniese y ara que se comenzase la dicha obra el cual aviendo visto los dichos pozos dijo convenir se abriesen y hiciesen dos contraminas de a cincuenta pies cada una para que oviese mas abundancia de agua. Y que se comprase el pozo de vende Alonso Moreno y ara juntar el agua de el con el pozo principal de el guerto de Montoya y dio el orden y firma como se habia de hacer la dicha obra para que quedase con toda perfección… Es muy significativo que la frase «La fuente de la plaza se secó…» aparezca en el segundo Quijote de 1615, y solo un año después encontremos al concejo de Alcázar de San Juan buscando más soluciones ante la falta de agua en los pozos que abastecen a la fuente de la plaza de Alcázar. La excepcionalidad de que Alcázar de San Juan contase de una fuente pública en la plaza, en esta parte de la Mancha, a principios del s. XVII, llegó incluso hasta pasado la mitad del s. XIX. Don José de Hosta, en su Crónica de la Provincia de Ciudad Real (1865), al describir el Partido judicial de Alcázar de San Juan, formado por Alcázar de San Juan, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Herencia, Pedro Muñoz, Puerto Lápice, Socuéllamos y Tomelloso, anota sobre el suministro de aguas en estos pueblos: «…surtiéndose por tanto las personas en general de los pozos, que no dejan de abundar; únicamente Alcázar tiene en la plaza una fuente regular». Las preciadas bellotas de sus montes Seguimos con la sustanciosa carta entre la duquesa y Teresa. Hoy en nuestros viajes, como en tiempos de Cervantes, nos traemos a casa recuerdos singulares de los lugares en los que hemos estado, o se los pedimos traer a nuestros conocidos en sus viajes. Es lo que hace la duquesa en la carta que envía a Teresa. Le pide que de su pueblo le envíe ¡bellotas!: «Dícenme que en ese lugar hay bellotas gordas: envíeme hasta dos docenas, que las estimaré en mucho por ser de su mano…» (Q2, 50). La duquesa quiere que Teresa le envíe un producto típico, representativo de su pueblo, sus bellotas. Sin duda alguna las bellotas, y las encinas que las producen, eran un recurso muy significativo en él, y por tanto una imagen más del lugar de don Quijote. La roturación de suelos para la agricultura en el término de Alcázar de San Juan ha hecho desaparecer casi por completo un recurso que en tiempos de Cervantes fue muy apreciado, fundamental para los gastos del Concejo: las bellotas de sus montes. Seguimos en tiempos de la escritura del Quijote y la peste asolaba buena parte de España. En 1601, con los ingresos recaudados por la venta de la bellota en sus tres montes públicos, se financió la construcción de una cerca alrededor de la villa para el control de paso de las personas a ella. Esta cerca de tapial de una longitud de unos doce mil pies castellanos, unos 3,5 km, cerraba la villa de Alcázar, que era la más grande de la comarca cervantina con una población de «dos mil vecinos», entre ocho y diez mil habitantes. El día 12 de julio de 1601 se pone al margen el título «Para que se cerque el lugar», y anota el escribano: … se ha acordado que esta villa se guarde, y por haber en ella muchos arrabales y calles que para se guardar de la dicha peste, como conviene, es necesario que se tapien y cierren y que no queden sino cuatro puertas por donde puedan entrar y salir los que vinieren con las demás de las partes que no estén apestadas, para que con más facilidad se pueda guardar. Y de causa de no tener esta villa propios, por estar empeñada, de causa de los pleitos que tienen pendientes en Corte de Su Majestad, y en la ciudad de Granada, acordaron y mandaron que se tome dinero prestado que para hacer la cerca y atajar las calles y portillo que es necesario cerrarse, como se acostumbra a atajar en semejantes ocasiones, de Juan Díaz Guerrero, depositario de los maravedís de la bellota… En el 1605, el mismo año de la publicación de la primera parte del Quijote, nuevamente el Concejo de Alcázar de San Juan hace uso de la venta de su preciada bellota de los montes públicos de Villacentenos y del Acebrón para poder pagar las deudas contraídas con el maestro cantero por las obras en la iglesia de Santa Quiteria, y otros gastos importantes de la villa: En la villa de Alcázar. A veinte y cuatro días del mes de septiembre de mil y seiscientos y cinco años, los señores Alcaldes y Regidores que abajo firmaron sus nombres, estando juntos para tratar y proveer las cosas convenientes a esta república, dijeron que por cuanto este Concejo y el mayordomo de la iglesia de Santa Quiteria están obligados a pagar a los herederos de Agustín de Arguello, maestro de cantería, vecino que fue de la villa de Madrid, mucha cantidad de maravedís que se le deben de la obra nueva y capilla mayor que hizo en la dicha iglesia… Por tanto acordaron se venda la bellota de la dehesa de Villacentenos y monte del Acebrón y se saque a pregón… En el acta de 17 de octubre de 1604, posiblemente imprimiéndose ya el primer Quijote, dada la gran cantidad de bellota que se disponía en sus montes públicos se acuerda dejar a los vecinos de Herencia a pasar al monte del Arenal a varear y recoger bellota por ser vísperas de san Lucas… Curiosamente, en este mismo folio acuerdan encargar a Pedro de Saavedra, vecino de esta villa, a que fuera a Granada a interesarse por unos pleitos de la villa, ya que Juan de Cervantes, regidor, quien tenía el decreto de ir hasta allí estaba enfermo. Estas y otras muchas referencias a la bellota en las actas del ayuntamiento de Alcázar de San Juan, ponen de manifiesto la gran importancia de la bellota como fuente de ingresos para la villa, imagen señalada en la carta de la duquesa a Teresa al pedirle bellotas de su pueblo. Lugar de paso de los soldados españoles A principios del siglo XVII, que una compañía de soldados pasara por una villa y decidiera alojase en ella varios días, o semanas, creaba un problema económico y social para ella. Obligadas las villas por ley a dar alojamiento y manutención, acarreaba un gasto enorme a las arcas del concejo, y mucho más para los vecinos más humildes que tenían que sufrir directamente la molestia de hospedarlos en sus propias casas. Socialmente ocasionaban no menos problemas, porque la llegada de una cierta cantidad de hombres, a veces muy ociosos, sobresaltaba la vida ordinaria de la villa. Y no eran pocos los hombres que integraban una compañía de soldados. Felipe II disponía que cada Tercio de sus ejércitos se compusiese de 3000 soldados, divididos en diez compañías. Al mando de cada una de estas compañías estaba un capitán, un alférez y varios sargentos. Aunque este número fue menguando conforme avanzaba el s. XVI, cuando Cervantes escribía el Quijote una compañía estaba formada por no menos de cien soldados y otros hombres con distintos oficios. Con este número de hombres, solo las villas medianas o grandes disponían de los recursos y podían asumir los gastos necesarios para su hospedaje y manutención, más, cuando había muchos vecinos eximidos de la obligación de albergar a los soldados, por lo que estos eran alojados en las casas de los más humildes y, por tanto, con menos recursos. El paso de una de estas compañías de soldados aconteció en el lugar de don Quijote, mientras amo y escudero deambulaban por tierras aragonesas y catalanas. Así se lo cuenta Teresa a Sancho en su carta: «Por aquí pasó una compañía de soldados; lleváronse de camino tres mozas deste pueblo; no te quiero decir quién son: quizá volverán y no faltará quien las tome por mujeres, con sus tachas buenas o malas» (Q2, 52) En octubre de 1608, antes de la escritura del segundo Quijote donde aparece la carta de Teresa a Sancho, el escribano del ayuntamiento de Alcázar de San Juan anota en el Libro de Actas y Acuerdos que: «en veinticuatro días deste mes de octubre de mil seiscientos y ocho años se alojó en esta dicha villa la compañía de hombres de armas del señor marques de Cañete a quien alojaron vecinos de dicha villa». Pasados más de quince días surgen los primeros problemas ya que el alojamiento «fue en casas de vecinos de poca posibilidad y fuerzas porque los más ricos hallaron estar libres de recibir huéspedes por mandato de Su Magestad, unos por hidalgos otros por salitreros…» Los alcaldes y regidores acuerdan que «para aliviar mas el trabajo y costas a las personas en cuyas casas se alojan los dichos gentilhombres por cada día se dé a las casas un real para la costa del soldado» Pero el tiempo pasa y la compañía seguía ociosa en la villa. De nuevo se reúnen para tratar este asunto y toman la decisión de que lo mejor es abonar al capitán una cierta cantidad de dinero para que se marchen a otro lugar, como se dice por esta parte de la Mancha ¡con la música a otra parte! Y encargan el «despacho» de la compañía de soldados a los regidores Melchor de Agudo y Andrés de Valdivieso que pactan con don Francisco de Londuño, que así se llamaba el capitán de la compañía, su marcha de la villa por ¡veinte mil reales! En las actas no aparece reflejado si surgió algún exceso de los soldados, aunque sí se anota el nombramiento de dos regidores para que estuviesen al tanto, sospechando que tal cantidad de hombres podrían ocasionar algún que otro problema. La incomodidad del paso de la compañía de soldados por la villa queda de manifiesto en las actas del ayuntamiento, y explícitamente en el encabezamiento del acta del trece de noviembre de 1608, que dice: «Acuerdo de los regidores del ayuntamiento y alcaldes de esta villa para echar de ella a los gentiles hombres de armas por convenir a los vecinos de esta villa y bien de ella» Oficialmente costó «echar a los gentiles hombres de armas» de la villa de Alcázar, los veinte mil reales anotados, además de las costas pagadas a los vecinos por soldado alojado y día, pero quizás también alguna que otra moza enamorada por las graciosas plumas que los soldados españoles aireaban por las calles y plazas de Alcázar. Una imagen de Alcázar de finales de 1608 que irónicamente queda inmortalizada por Cervantes en el Quijote editado en 1615. Un arroyo en la entrada La carta en la que Teresa detalla estos sucesos es contestación a la carta que Sancho le había enviado junto con otra de la duquesa. Las cartas, con algunos regalos, las lleva un paje de los duques desde Aragón al lugar de Sancho: Dice, pues, la historia que el paje era muy discreto y agudo, y con deseo de servir a sus señores partió de muy buena gana al lugar de Sancho, y antes de entrar en él vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres, a quien preguntó si le sabrían decir si en aquel lugar vivía una mujer llamada Teresa Panza, mujer de un cierto Sancho Panza, escudero de un caballero llamado don Quijote de la Mancha; a cuya pregunta se levantó en pie una mozuela que estaba lavando, y dijo: -Esa Teresa Panza es mi madre, y ese tal Sancho, mi señor padre, y el tal caballero, nuestro amo. (Q2, 50) Cuenta el narrador de la historia que el paje «vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres. El arroyo está «antes de entrar» en el lugar de don Quijote y la casa de Sancho entre las primeras casas nada más entrar en él: «venga vuesa merced, que a la entrada del pueblo está nuestra casa, y mi madre en ella», le dice la hija de Sancho. Desde Aragón, el camino que debía de traer el paje de la duquesa es por Cuenca, Villaescusa de Haro, Mota del Cuervo y dejando atrás Campo de Criptana entrar por el Camino a Murcia a la villa de Alcázar. Por el término de Alcázar de San Juan transcurrían varios arroyos. Uno de ellos, conocido como Arroyo Mina, recogía aguas en los cerros del Tinte y Las Fontanillas, situados al norte, y lamiendo por el este las afueras de la villa, se cruzaba con el camino a Murcia por debajo de un puente junto al ábside de la iglesia convento de San Francisco. Hasta bien entrado el s. XX las mujeres de Alcázar acudían a este arroyo a lavar la ropa en los conocidos como pilancones, lavaderos tallados en la piedra arenisca roja que hacía de cauce al arroyo. En el Archivo Histórico Municipal hay muchos acuerdos sobre la reparación de puentes en su término, normalmente durante el verano para garantizar que las lluvias del invierno no ocasionaran roturas en ellos ya que la mayoría estaban hechos de madera. Uno de los más transitados era el que vadeaba este arroyo a la salida del pueblo por el camino de Murcia, muy frecuentado por mercaderes y viajeros de Toledo a Murcia y a la inversa. En este acta de 1849 en el que se disponían de los medios para las reparaciones de los puentes se hacía especial mención «a la puente que hay a el camino llamado de Murcia sobre el arroyo de la Mina». El lugar visto desde una cuesta Si la primera imagen que vio el paje del lugar de don Quijote fue desde el arroyo en el que las mujeres estaban lavando la ropa, Cervantes describe otra perspectiva desde otro camino del lugar de don Quijote. Es en el regreso de don Quijote y Sancho desde Barcelona, pasando por El Toboso tratando de ver a Dulcinea por fin desencantada, gracias a los cientos de latigazos que el bueno de Sancho, fingidamente se había dado en sus posaderas. Llegan a su pueblo por el camino de El Toboso, y no lo ven hasta que no suben una cuesta que lo oculta. Así nos dibuja esta imagen Cervantes: Con estos pensamientos y deseos subieron una cuesta arriba, desde la cual descubrieron su aldea, la cual vista de Sancho, se hincó de rodillas… ―Déjate desas sandeces ―dijo don Quijote― y vámonos con pie derecho a entrar en nuestro lugar… Con esto, bajaron la cuesta y se fueron a su pueblo. (Q2, 72) Las villas de El Toboso y Alcázar de San Juan están unidas desde antiguo por un camino derecho, hoy usado casi exclusivamente para tareas agrícolas. Viniendo por este camino no vemos Alcázar de San Juan en ningún momento. A unos 3,5 km antes de llegar a Alcázar nos encontramos con una cuesta de unos 15 metros de desnivel, en 600 metros de camino. Esta cuesta impide ver la imagen de Alcázar de San Juan, que solo se llega a ver cuando se salva este pequeño desnivel, coincidiendo la imagen real con el texto: «… subieron una cuesta arriba, desde la cual descubrieron su aldea… Con esto bajaron la cuesta y se fueron a su pueblo». Este pequeño relieve es parte de los Cerros del Vallejo, donde aún pueden verse restos de los molinos de viento construidos entre los s. XVIII y XX. De esta cuesta no hay documentación en el AHMASJ, pero es reconocible en cualquier MTN del Instituto Geográfico Nacional según sus curvas de nivel. Además de mostrarnos la imagen de la ciudad desde su cresta, como la que vio Sancho de su pueblo, es el anticipo de una nueva imagen del lugar de don Quijote, que ahora veremos. Las eras del lugar Don Quijote y Sancho bajan la cuesta del camino de El Toboso, están llegando ya a su pueblo. Es aquí donde Cervantes nos regala otra estampa del lugar de don Quijote: las eras empedradas donde sus vecinos trillaban el cereal y a unos muchachos que aprovechando la cercanía a sus casas están jugando en ellas: A la entrada del cual, según dice Cide Hamete, vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos… pasaron adelante, y a la entrada del pueblo toparon en un pradecillo rezando al cura y al bachiller Carrasco… Finalmente, rodeados de mochachos y acompañados del cura y del bachiller entraron en el pueblo y se fueron a casa de don Quijote. (Q2, 73) La mayoría de las eras con las que contaba Alcázar de San Juan se concentraban en la parte noreste de la villa, entre los caminos de Quero, La Puebla y Miguel Esteban. Este último camino es inicio común del camino a El Toboso, el que traían don Quijote y Sancho de regreso a su pueblo. Antes de llegar por este camino a las primeras casas estaban las conocidas eras del pradillo. Las eras del pradillo, que así se conocían cuando Cervantes escribía el Quijote, se encontraban en el paraje conocido como el Pradillo. En el primer Libro de Actas y Acuerdos de Alcázar de San Juan, entre 1599 y 1609, encontramos varios pleitos que mantuvo el ayuntamiento de la villa con el gobernador del priorato. Uno de estos pleitos fue por la titularidad y uso de estas «eras en el pradillo», en el que sus alcaldes y regidores defendían y daban la razón a los vecinos propietarios de estas antiguas eras. Esto anota el escribano en 1600: En la villa de Alcázar en diez y siete días del mes de febrero de mil seiscientos años estando en la torre del ayuntamiento de esta dicha villa los alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres para tratar y conferir cosas tocantes del bien público de la dicha villa acordaron que por cuanto el gobernador del prior lleva algunos procesos contra los vecinos desta villa que tienen eras en el pradillo… se lleven los papeles que les pareciere en su provecho para que el dicho gobernador se satisfaga de como las dichas eras son de los vecinos que las poseen… Estas «eras en el pradillo» junto al pueblo, se conservaron aún muchos años después. En el Libro Seglar compuesto sobre 1750, origen de las respuestas enviadas en 1753 al Catastro mandado hacer por el Marqués de la Ensenada, Felipe Díaz Carrascosa, vecino de esta villa, dice tener «una hera pan trillar en las del pradillo contiguo a esta población». Al sur, esta era linda con una huerta, lo que implica disponer de abastecimiento de agua para su riego, un espacio verde entre las eras y las primeras casas, ¿un pradecillo, como le describió Cervantes, o pradillo como indica el nombre del paraje alcazareño? Todo indica que el topónimo de este paraje venga por este espacio verde orientado al norte, detrás de las últimas casas de la villa. Cervantes nos dibuja una imagen del lugar de don Quijote como si viniene acompañando a sus protagonistas desde El Toboso. Ve a unos muchachos jugando en unas eras en el camino de entrada y al poco a unos cazadores persiguiendo a una liebre en estas mismas eras, junto a un pradecillo o pradilloa la entrada de su pueblo donde encuentra rezando al cura y al bachiller. Podría haber omitido los detalles de esta imagen del lugar de don Quijote y el cuento habría sido el mismo. Sin embargo, aprovecha esta imagen de las afueras del lugar de don Quijote, con estas eras junto a un pradillo, como un gran escenario abierto antes de entrar don Quijote y Sancho a su casa. Imagen que coincide exactamente con este paraje alcazareño en tiempos de la escritura de la novela, y que alguna vez tuvo que ver Cervantes entrando a Alcázar por el camino de El Toboso. Es necesario recordad aquí que el abuelo del Miguel de Cervantes Saavedra bautizado aquí, ¡hará mañana día 9 de noviembre exactamente cuatrocientos sesenta y cinco años! era de El Toboso, como le insistía don Silverio, el maestro de escuela de El Toboso, a Azorín en la visita que este hizo a El Toboso en 1905, inmortalizada en La Ruta de D. Quijote. Esta misma imagen de las eras junto a las últimas casas de Alcázar de San Juan se podía ver hasta el comienzo de la construcción del ferrocarril y su estación, en el último cuarto del siglo XIX, que favoreció la expansión urbana de esta parte de la ciudad a cambio de variar sustancialmente su morfología. La caza y la pesca Hoy, en la Mancha, la práctica de la caza y de la pesca tiene un carácter exclusivamente deportivo o de ocio. Sin embargo, en tiempo de la escritura del Quijote eran destrezas de subsistencia, excepto para los labradores ricos y los nobles que gastaban mucho de su tiempo libre en cazar y pescar, donde hubiese ríos o lagunas con peces. Los más humildes, la gran mayoría, como Sancho Panza y Tomé Cecial, el vecino disfrazado de escudero del Caballero del Bosque, encontraban en la caza con galgo y la pesca con caña un recurso para contribuir con algo de carne y pescado fresco a sus escasas despensas. Esta es la conversación entre ambos vecinos-escuderos, cenando entre unas encinas cerca de El Toboso: Harto mejor sería que los que profesamos esta maldita servidumbre nos retirásemos a nuestras casas y allí nos entretuviésemos en ejercicios más suaves, como si dijésemos cazando o pescando; [por]que ¿qué escudero hay tan pobre en el mundo a quien le falte un rocín y un par de galgos y una caña de pescar con que entretenerse en su aldea? —A mí no me falta nada deso —respondió Sancho—. Verdad es que no tengo rocín, pero tengo un asno que vale dos veces más que el caballo de mi amo… Pues galgos no me habían de faltar, habiéndolos sobrados en mi pueblo; y más, que entonces es la caza más gustosa cuando se hace a costa ajena. (Q2, 13) Cualquier persona conoce el principio del Quijote, aunque no lo haya leído. Así comienza el capítulo primero «Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo don Quijote de la Mancha»: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor». Antes de describirnos algo más del protagonista, Cervantes señala de él su condición de hidalgo trasnochado y que dispone de un caballo y un galgo. Poco después nos apunta del hidalgo manchego que era «gran madrugador y amigo de la caza», por lo que no es difícil deducir que Alonso Quijano era aficionado a la caza con galgo. La orografía llana y el clima de esta parte de la Mancha propiciaban este tipo de caza de la liebre con galgos, práctica que ha llegado hasta nuestros días. En el lugar de don Quijote este tipo de caza era muy común entre los hidalgos, ricos labradores y los más humildes, como le aseguraba Sancho a Tomé: «… galgos no me habían de faltar, habiéndolos sobrados en mi pueblo» La primera imagen que don Quijote y Sancho perciben de su lugar, cuando llegan por el camino de El Toboso, es una carrera de galgos tras de una liebre, en las eras situadas en sus afueras: Queríale responder Sancho cuando se lo estorbó ver que por aquella campaña venía huyendo una liebre, seguida de muchos galgos y cazadores, la cual temerosa, se vino a recoger y a agazapar debajo de los pies del rucio. Cogiola Sancho a mano salva… (Q2, 73) Pero lo que hoy parece común en todos los lugares de la Mancha, en Alcázar de San Juan en tiempo de la escritura del Quijote su práctica era persistente y notoria entre sus vecinos. Tanta era su afición o necesidad a la caza con galgos, que entre los acuerdos de los alcaldes y regidores para el nombramiento de los guardas de los montes públicos del Arenal, Acebrón y la dehesa de Villacentenos, una de las condiciones que advertían a los guardas era la de no llevar galgos a los montes asignados. En el folio 92 del Libro de Actas y Acuerdos de diciembre de 1601 ordenan a las personas nombradas para guardar sus montes que «… ningún de los dichos guardas pueda tener galgos ni otros perros de caza ni puedan traer ni traigan en sus cabalgaduras que trajeren aguaderones sino tan solo unas alforjas ordinarias en que lleven su comida, ni menos puedan andar en compañía de las personas que anduvieren a caza» Estas obligaciones venían dadas para evitar que en lugar de vigilar la corta de madera de las encinas y la recolección de su bellota de forma ilegal, oficio para el que estaban nombrados, los guardas dedicasen su tiempo al ejercicio de la caza con galgos y que las muchas piezas cobradas se transportasen escondidas en aguaderones, un tipo de alforjas muy grandes para llevar cántaros de agua. De la caza a la pesca en el lugar de don Quijote. La mayoría de pueblos de esta comarca declaran en sus Relaciones Topográficas de 1575 que no hay pesca en su término o la que hay es muy mala y que por ello no se pesca ni se consume. Los ríos de esta parte de la Mancha, como el Záncara, Gigüela y Amarguillo se secaban siempre en verano, e incluso había inviernos en los que el agua ni siquiera corría por sus cauces, por lo que los peces que podían tener temporalmente eran muy pequeños e inservibles para su consumo. A excepción del río Guadiana, que corría todo el año. Pero, como el agua, los peces eran propiedad del prior de la Orden de San Juan, que mediante arriendos ofrecía su pesca, como ocurría en la villa de Argamasilla de Alba. Los ríos Guadiana, Záncara y Gigüela atraviesan el término de Alcázar de San Juan y se unen en lo que hasta hoy se conoce como la Junta de los ríos. Poco más adelante, en los límites con el término municipal de Herencia, también aporta su caudal el río Amarguillo. Hoy es posible ver esta espectacular imagen solo los años de muy alta pluviometría, muy escasos actualmente. A unos diez kilómetros de la villa, se juntan todos estos ríos para formar uno solo. En poco menos de dos horas de camino llano, sus vecinos tenían la posibilidad de hacerse con pescado de río fresco, en sustitución del pescado en salazón que arrieros y trajinantes traían desde Levante y Andalucía a la Mancha, y que no todos los vecinos podían pagar. Además de pescar con caña, sedal y anzuelo, también se utilizaban garlitos con varios anzuelos y pequeñas nasas de mimbre amarradas a unas cuerdas. Es tal la afición, o necesidad, a la pesca en Alcázar de San Juan, que en el año 1601 surgen denuncias de los agricultores por la elaboración de numerosas cespederas, unos muretes artificiales realizados con piedras y tierra, con las que se conseguía embalsar y retener el agua en los ríos durante varios meses, manteniendo vivos los peces. Así, de manera pasiva, se atrapaba con cierta facilidad, y en ocasiones en gran cantidad, el pescado. Pero estas construcciones, casi piscifactorías, ocasionaban taponamientos y desbordes en los meses de invierno cuando el caudal las desbordaba, ocasionando al salirse el río de su cauce daños en tierras, huertas y caminos de labor. El día 14 de octubre de 1601 los alcaldes y regidores de Alcázar, ante las denuncias recibidas por agricultores y vecinos exponen: …que de causa de que algunos vecinos de esta villa y forasteros han hecho y hacen muchas cespederas en el río Záncara para pescar y por haber tanta cantidad de las dichas cespederas tapan el río y sale fuera de madre y a echado a perder muchos huertos y haces de labor y otras heredades y los caminos por donde se va a las labores desta villa de suerte que a hecho notables daños… Tomando la decisión de que al día siguiente un oficial del ayuntamiento vaya con la gente necesaria para demoler dichas cespederas hasta para que el río corra con normalidad. Es tanta la pesca que se toma de sus ríos en ese invierno que pocos meses después, los mismos alcaldes y regidores alcazareños, acuerdan que la pesca se utilice para el consumo gratuito de todos los vecinos de la villa, por entonces de unos nueve a diez mil habitantes, impidiendo su comercio, con penas y multas para quienes habiendo pescado en sus ríos no lo cumpliesen. En febrero de 1602 el escribano municipal anotaba en el Libro de Actas y Acuerdos: Acordaron los dichos señores que se notifique a todas las personas que pescan en los ríos que están en el término de esta villa que acudan a ella con toda la pesca que tomaron de los dichos ríos para la provisión de esta villa. Sin que sean osados a vender la pesca en esta villa. So pena de seiscientos maravedíes… Si el agua y la pesca eran propiedad del prior de la Orden de San Juan ¿cómo es posible que los vecinos de Alcázar pescaran con total inmunidad? Recordemos uno de los primeros y más antiguos documentos conservados en el AHMASJ, comentado al inicio. Al recibir en 1292 el título de villa por el rey Sancho IV le fueron otorgados, por haber nacido aquí su hijo Fernando, unos privilegios que otras villas no disfrutaban. Al ratificar estos privilegios su hijo en 1300, ya rey de Castilla, le otorgó otros, entre ellos «la merced [d]e las pescas». Estos antiguos privilegios fueron siempre disputa entre la villa de Alcázar y el prior de la Orden de San Juan, especialmente con su gobernador que residía habitualmente en Alcázar. En julio de 1605, aprovechando que el Concejo de Alcázar de San Juan había nombrado a unos regidores para «ir a besar las manos de su Alteza el príncipe gran prior de San Juan» y de paso pedirle que «se sirva de remediar la necesidad de trigo para pan y sembradura» que tenía la villa ante las últimas malas cosechas que habían padecido, estos regidores le solicitan también que no arriende la pesca de los ríos, especialmente en Argamasilla de Alba, por lo poco que esto le supone a él y el mucho provecho que hace a los vecinos pobres poder pescar libremente en ellos, como es «costumbre antigua» en Alcázar de San Juan: Item. Sinificando a Su A.[lteza] el daño que tiene a los pobres del arrendar la pesca de los ríos y lagunas y el poco provecho que tiene a Su Alteza y la defensa que tiene la villa en la costumbre antigua podría servirse de mandar que se den los dichos arrendamientos reduciéndose al estado antiguo. «Costumbre antigua», «Reduciéndose al estado antiguo» quiere decir que se pueda pescar libremente en los ríos de su término como amparan sus privilegios sin temer a nuevas denuncias de su gobernador, gastos en los recursos ante la Chancillería de Granada, etc. Durante el tiempo de la escritura del Quijote son varios los documentos en los acuerdos del ayuntamiento, casi todos los años, en los que encontramos referencia a la pesca en los ríos por sus vecinos. Por ejemplo, en abril de 1608, los alcaldes y regidores tienen que tomar, de nuevo, cartas en el asunto por la construcción de las temidas cespederas en sus tres ríos: Otro si acordaron que se pregone públicamente que todas las personas que tuvieren cespederas en los ríos de Zancara y Guadiana y Jiguela dentro del término desta villa las derriben y limpien la corriente de los dichos ríos sacando fuera de ellos las céspedes y otras cosas con [que] los tuvieren atrapados dentro de cuatro días con apercibimiento que pasado el dicho termino irán personas a su costa… Cazar con galgo y pescar en los ríos, son artes que en Alcázar de San Juan, en tiempo de la escritura del Quijote, son tan practicadas por sus vecinos que tienen que ser reguladas e incluso sancionadas por los alcaldes y regidores de su ayuntamiento. Estas son imágenes propias del lugar de don Quijote, especialmente la pesca en sus ríos, que en el Alcázar de San Juan se podía ver a principios del siglo XVII, mientras Cervantes escribía el Quijote. Una imagen muy difícil o imposible de ver en la mayoría de los lugares de la comarca cervantina. El maestro y el médico en el lugar de don Quijote Mucho se ha hablado, y se seguirá afirmando, sin mucho rigor histórico y social, que el lugar de don Quijote debía de ser pequeño en número de vecinos, una aldea pequeña. Realmente no sé en qué edición del Quijote lo han leído, en la de Cervantes no. El lugar de don Quijote es una villa tan grande y con suficientes recursos como para construir una fuente pública en su plaza y poder acoger a una compañía de soldados en sus casas, solo al alcance de muy pocas villas grandes de la Mancha. Como tampoco un lugar pequeño, podía mantener una escuela pública y médicos entre sus gastos municipales. La escuela «Advertid que Sanchico tiene ya quince años cabales, y es razón que vaya a la escuela, si es que su tío el abad le ha de dejar hecho de la Iglesia» (Q 2, 5). El bajo nivel educativo que había en la España rural durante la escritura del Quijote está señalado en el texto de la novela, cuando el mismísimo Sancho afirma que «yo no sé leer ni escrebir», como tampoco sabía su mujer Teresa, ni sus dos hijos. Lo mismo ocurría con Aldonza Lorenzo, Dulcinea. En las clases sociales bajas era muy difícil encontrar a alguien que supiera leer y escribir, y mucho menos en aldeas o villas muy pequeñas, en las que por la poca disposición de recursos para contratar a un maestro y mantener una escuela lo hacía imposible, aunque el salario del maestro fuera bajo. Así, la falta de maestros y por tanto de escuela en los lugares manchegos pequeños era lo habitual. Esta es una realidad social que no pasa desapercibida en el Quijote. Cervantes la describe, o critica con genial ironía, cuando don Quijote, por falta de papel, escribe una carta a Dulcinea en el librito de memoria que encontraron junto a la mula muerta, en medio de Sierra Morena, y le dice a Sancho: … tú tendrás cuidado de hacerla trasladar en papel, de buena letra, en el primer lugar que hallares donde haya maestro de escuela de muchachos, o si no, cualquiera sacristán te la trasladará; y no se la des a trasladar a ningún escribano, que hacen letra procesada, que no la entenderá Satanás. (Q1, 25) ¡En el primer lugar que hallares donde haya maestro de escuela de muchachos! Cervantes evidencia la falta de maestros de escuela en la Mancha, quedando la formación de los niños en aprender a leer, escribir y contar, casi en exclusividad, a cargo de curas y clérigos en las iglesias y conventos. En niveles sociales más altos, el analfabetismo era lo infrecuente, llegando la educación en primeras letras también a las niñas, como lo muestra que las mujeres nombradas en el Quijote de clase media o alta todas sabían leer, como Dorotea, Luscinda, Zoraida en árabe, y la duquesa. También sabía leer la sobrina de don Quijote, un hidalgo. La primera enseñanza, en los lugares que disponían de escuela y maestro, no era gratuita. Se cobraba una matrícula acordada entre los alcaldes y regidores de la villa, por lo que ante los escasos recursos económicos de las familias humildes, como la de Sancho, no todos los niños tendrían posibilidad de asistir a la escuela. Las niñas quedaban en casa aprendiendo labores, y, con el tiempo, poder llegar a servir en alguna casa o casarse, como le decía Teresa a Sancho: «Mari Sancha, vuestra hija, no se morirá si la casamos». La edad con la que comenzaban a ir a la escuela era entre cinco y seis años. Sanchico ya tenía ¡quince años cabales!, una edad tardía para comenzar en las primeras letras. Esto era frecuente entre los muchachos, obligados a trabajar a edades muy tempranas casi de sol a sol. Entre los ocho y diez años, sabiendo ya leer y escribir, podían iniciar en las conocidas como escuelas de gramática la segunda enseñanza en latín, empezando con el Introductiones Latinae, de Antonio de Nebrija, único texto aprobado por el Consejo Real de Castilla, en 1598. Esta formación, previa al ingreso en la Universidad, duraba unos tres años. Estas escuelas de gramática eran aún menos frecuentes en las villas pequeñas y medias. Alcázar de San Juan disponía a inicios del s. XVII de escuelas de primeras letras donde iban los muchachos a aprender a «leer, escrivir y contar». Cuando ya los primeros Quijotes pasaban de mano en mano, los alcaldes y regidores de la villa de Alcázar de San Juan convienen, en julio de 1605, la necesidad contratar a un maestro más, a los dos que ya disponía la villa, para instruir a los muchos niños que había. Así lo anota el escribano: En la villa de Alcazar a treinta y uno de julio de mil seiscientos y cinco años los señores alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres estando juntos en su ayuntamiento a campana tañida como tienen de costumbre dixeron que por cuanto ay en esta villa necesidad de maestro para enseñar [a] los niños leer y escrivir y contar porque de presente no ay mas de dos maestros y esta villa tiene mucha vecindad y an sido informados que Gonzalo Ruiz vecino del Campo de Critana cerca a esta villa enseña a los niños y es maestro cual para ello conviene por tanto acordaron para que el dicho Gonzalo Ruiz venga a esta villa de la dicha del Campo debe asignar y asignaron de salario por un año que le cuente desde el dia que conmenzare en un año diez ducados para ayuda a pagar el alquile de una casa en que viva y asi lo acordaron y firmaron. En enero de 1607, por «la experiencia [que] a mostrado» el maestro Gonzalo Ruiz se le asigna un salario anual de seis mil maravedís. El médico Mientras Cervantes escribía el Quijote, la mortalidad en España ha sido considerada como catastrófica. Además de los fallecidos en las guerras, por causas naturales y en el parto, la población española estaba sufriendo epidemias de enfermedades infecciosas, como la peste, el tifus o la difteria, agravadas por las malas condiciones alimenticias e higiénicas en la población más humilde, siendo las causas de una altísima mortalidad entre la población. Algunas de las enfermedades no eran bien conocidas, especialmente las que afectaban a los niños, y eran estudiadas por los médicos más importantes del momento, publicándose libros sobre el conocimiento y la forma de tratarlas. Los aspirantes a médicos debían formarse como bachilleres, cursar cuatro años de Medicina y tras dos años de prácticas y superar un examen teórico y práctico podían ya ejercer su profesión. Aunque las villas les asignaban las mejores casas o una cierta cantidad económica para costas, los servicios que prestaban tenían que ser pagados por los propios enfermos, lo que impedía su presencia en aldeas o villas muy pequeñas. El lugar de don Quijote contaba con al menos un médico. A él recurren cuando don Quijote «cayó malo» después de llegar a su casa desde Barcelona, donde había sido derrotado en su playa: … porque o ya fuese de la melancolía que le causaba el verse vencido o ya por la disposición del Cielo, que así lo ordenaba, se le arraigó una calentura que le tuvo seis días en la cama… Llamaron sus amigos al médico: tomole el pulso y no le contentó mucho, y dijo que, por sí o por no, atendiese a la salud de su alma, porque la del cuerpo corría peligro. Oyolo don Quijote con ánimo sosegado, pero no lo oyeron así su ama, su sobrina y su escudero, los cuales comenzaron a llorar tiernamente, como si ya le tuvieran muerto delante. Fue el parecer del médico que melancolías y desabrimientos le acababan. (Q2, 74) Alcázar de San Juan, la villa con más habitantes de la comarca cervantina, contaba con el servicio de varios médicos en aquellos años. Pero ante las nuevas enfermedades que estaban apareciendo entre sus vecinos, en septiembre de 1601, sus alcaldes y regidores se reúnen, como siempre hacían, para «prover y platicar las cosas tocantes y convenientes al bien publico»: … dixeron que atento que esta villa es de mucha vecindad y que puesto ay algunas enfermedades no conocidas de cuya causa los médicos que las curan no las conocen [acuerdan] traer un médico de fama y asista en esta villa para curar las dichas enfermedades. En el acta nombran a cuatro comisarios, entre los alcaldes y regidores, para que hagan las diligencias oportunas para traer a dicho «médico de fama» y su salario. Conclusión Mediante el análisis inductivo de los condicionantes y referencias geográficas descritas en la novela he situado precisamente el lugar de don Quijote en el mapa de la comarca cervantina: Alcázar de San Juan. Ahora, como hemos podido comprobar en este Taller de Historia Local, con el análisis deductivo de la imagen del lugar de don Quijote que en la novela nos deja el autor, hemos comprobado que coincide explícitamente, como si fuese un espejo, el texto cervantino con la imagen de Alcázar de San Juan de principios del siglo XVII, a través de las actas de su ayuntamiento conservadas en el AHMASJ. Como cronista se entiende a un escritor que recopila y redacta hechos pasados o actuales de un lugar o una institución, dignos de ser recordados en el futuro. El título de esta ponencia podría haber sido Cervantes, cronista del lugar de don Quijote, o quizás también Cervantes, cronista de la villa de Alcázar en el Quijote. ¡Gracias! Luis Miguel Román Alhambra
Hideputa, el vino con una historia por contar Fecha de Publicación: 09/11/2023 En su edición de 2023 la Sociedad Cervantina de Alcázar cuenta con un magnífico vino tinto “de una oreja” con denominación de origen la Mancha Alcázar de San Juan, 9 de noviembre de 2023.- En la tarde del 7 de noviembre, en la sede del Consejo Regulador de la D.O. de Vinos de la Mancha, tuvo lugar la presentación del Vino Hideputa, en su edición de 2023, con una nutrida representación de toda la sociedad alcazareña en la que acompañaron a la Sociedad Cervantina de Alcázar autoridades regionales y municipales, representantes de la Administración de Justicia, de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (Policía Nacional), hosteleros, agencias de viajes, asociaciones, miembros de la vida cultural alcazareña, deportistas, músicos y público en general, todos ellos amigos de la Sociedad, que quisieron estar presentes en esta puesta de largo. Se trata de un vino tinto excepcional, de la Denominación de Origen la Mancha, elaborado con la variedad tempranillo y que tras el paso de 8 a 10 meses por duelas de roble ofrece un color ojo pijota profundo con ribete granate, aromas a fruta madura, tomillo, romero y lácteos. Con perfecto equilibrio entre fruta y madera. Así lo presentó el conductor del acto, Juan José Jiménez Mazuecos, que además de hablar sobre las excelencias del vino, lo enmarcó en su contexto quijotesco ya que no en vano el nombre que lo inspira procede de la expresión que profirió Sancho Panza al engolar un buen trago de un tinto de buen sabor que él de inmediato adjudicó a nuestra denominación (al identificarlo con un vino de Ciudad Real) y tras escuchar esta parte del Cap. 13 de la Segunda Parte del Quijote en la voz de Manuel Castellanos (socio de la SCA), aportó numerosas curiosidades sobre el vino, tanto en el Quijote como en toda la obra de Cervantes. El propio Sancho califica el vino como de “de una oreja” es decir, de calidad extraordinaria, lo que en el Siglo de Oro se calificaba de “de lo caro” o “vinos preciosos”, cuando tras el largo trago mirando al cielo en el Quijote se relata como “dejó caer la cabeza hacia un lado” (acercando una oreja al hombro), en señal de satisfacción. Habló también de la etiqueta, diseñada a propósito para este vino por Estrella Cobo y en la ilustración quiso reflejar ese momento en el que Sancho, dándole un trajo al vino que le ofrecieron, soltó la expresión de la que estamos hablando, y como no, seguramente lo hizo en un lugar en el que se viera un horizonte, donde sus ojos se perdieran entre la infinidad de tonalidades verdes, marrones, rojizos… que componen el suelo de esta tierra que nos devuelve el fruto que necesitamos para elaborar una de las bebidas más exquisitas que conocemos. Esta misma tierra, siempre bañada con un cálido sol, refleja en el cielo una gama inmensa de tonos azules, rosas, naranjas, que nos provocan una sensación de calidez y templanza invitándonos a tomar una copa de vino bajo el resguardo, como no, de un molino de viento. Juan Bautista Mata, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar intervino para contar a los asistentes las vicisitudes que esta asociación hubo de pasar en su intento por registrar la marca del vino (a fin de que no fuese copiado su nombre), y que no se pudo conseguir, así como la historia que atesora desde que la Sociedad tuvo la idea de elegir un vino para agasajar a los invitados a los “Almuerzos de don Quijote” y que representase a la asociación cultural, a la ciudad de Alcázar de San Juan y a la comarca manchega en el mundo cervantino, tanto dentro de España como en Hispanoamérica. Carlos David Bonilla, presidente de la D.O. La Mancha apuntó que Cervantes y el vino van ligados de la mano, que en el Quijote se menciona el vino hasta en 43 ocasiones y que el Quijote va ligado al logotipo del vino manchego, el cual es reconocido en todo el mundo, incluyendo países como Corea y Japón por su gran calidad y sobre todo por la imagen de don Quijote cuya imagen es reconocida y venerada en todo el mundo y cada vez más asociada a la calidad del vino manchego. Se mostró encantado de que desde el Consejo Regulador se puedan apoyar este tipo de iniciativas que permitan difundir el conocimiento y las cualidades de los vinos manchegos siempre de la mano de la literatura y de la cultura. Cerró el acto Amparo Bremard, delegada provincial de Agricultura, Ganadería y D. Rural de la Junta de Comunidades para Ciudad Real, diciendo que con este vino Hideputa se viene a poner en valor este producto -el vino -, del que viven ochenta mil viticultores en toda la Comunidad y que su calidad no tiene nada que envidiar a los de otras regiones. Dijo que merece el apoyo de la Consejería tanto en España como en el resto de la Unión Europea para que no se pierda la pujanza de este sector agroalimentario que alcanza el 18% del PIB de Castilla-La Mancha y del que el 5% corresponde al vitivinícola. Reconoció el carácter diferenciador del vino Hideputa y de su calidad para poner en el mapa a Alcázar de San Juan como cuna de Miguel de Cervantes. En palabras del presentador Juanjo Jiménez, se trata de un vino que hunde sus raíces en el Siglo de Oro pero que dispone de una promoción del siglo XXI con su código QR que aporta amplia información sobre su historia y curiosidades. Con el mismo sabio consejo que dio don Quijote a Sancho: “Siendo templados en el beber considerando que el vino demasiado ni guarda secreto, ni cumple palabra”, el conductor del acto invitó a los presentes a catar el vino Hideputa y a disfrutar de él en compañía de amigos. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Escribir a mano Fecha de Publicación: 27/10/2023 ANTONIO LEAL JIMÉNEZ (La primera versión del artículo ha sido escrita a mano, usando una vieja pluma con tinta Inoxcrom. Después de unas revisiones, se ha pasado al ordenador) Escribir a mano, ¿te acuerdas? La escritura nos permite transmitir mensajes de forma precisa y clara. La mayoría de los expertos consideran que, su origen fue en Mesopotamia, hace más de 5000 años, donde los sumerios crean la escritura cuneiforme que la estampaban en tablillas de arcilla con un cálamo de caña; los egipcios lo hacían sobre papiros; los romanos utilizaban un punzón de metal para escribir en tablillas enceradas y los monjes medievales tardaban años en copiar manuscritos a mano. En la actualidad, resulta complicado escribir a mano. Muchos lo tenemos casi olvidado. No es el caso de mi amigo Antonio, su pluma Parker y su tinta Pelikan. Se la compró su padre en la imprenta Mata, cuando aprobó el ingreso de Bachillerato en la Academia Balmes. Desde entonces, hace más de sesenta años, no ha dejado de utilizarla. La riqueza de su vocabulario y su vasta cultura, en gran medida, se la debe al no haber abandonado nunca la escritura a mano. Siempre siente ganas de escribir cuando tiene la pluma en la mano. Recuerdo una vez que estaba haciendo un examen y casi al finalizar, mi bolígrafo BIC cristal, comenzó a quedarse sin tinta. Tuve que presionar el tubo que contenía la tinta con fuerza para que ésta saliera, lo que hizo que mi escritura se volviera casi ilegible. Afortunadamente, logré terminar el examen a tiempo, pero fue una experiencia estresante que me recordó la importancia de llevar siempre un bolígrafo de repuesto. En aquella época, tener una buena letra era fundamental para que los demás entendieran nuestra escritura. Además, nos aportaba habilidades para fortalecer nuestra disciplina, el autocontrol y capacidad de superación, tan necesaria en el día a día. También alguna que otra dosis de creatividad. Como la de hacer “chuletas”. El experto era Francisco, que desde entonces no ha vuelto a coger una pluma para escribir. Utiliza siempre el ordenador y en el uso de las redes sociales acorta letras a muchas palabras. Lo justifica diciendo que es por economía. Al comienzo del curso académico en la universidad suelo invitar a mis estudiantes, todos ellos provistos de ordenadores, a que escriban a mano en tres líneas, alguna de las razones del por qué han elegido la carrera que estudian. La respuesta generalizada es de un silencio absoluto. Las miradas se cruzan y los gestos parecen indicar que no están seguros de sí sabrán hacerlo. Parece que me quieren preguntar ¿para qué sirve el escribir a mano en los tiempos donde las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida? Para qué leer, escribir a mano y pensar, si todo se les da hecho, en una época donde desde los más jóvenes, a los más adultos, manifiestan estrés y nerviosismo si no permanecen cerca de su móvil o están constantemente conectados, pasando horas junto a estos dispositivos y sufriendo una auténtica adicción. Ninguno de los estudiantes había escrito más allá de cinco líneas a mano en los últimos doce meses. Hasta hace pocos años, la escritura era forzosamente manuscrita. La estilográfica, el bolígrafo, y el lápiz con punta de grafito, eran las herramientas utilizadas. Antes de la llegada de los ordenadores, la máquina de escribir era, sin duda, una importante herramienta. Desde la presentación de la Remington Model I, en 1873, aparecieron máquinas eléctricas, electromecánicas, portátiles y electrónicas. Con la llegada de la revolución digital y de los procesadores de texto a partir de la década de los sesenta en el siglo XX, serían reemplazadas paulatinamente por los procesadores de texto y, años más tarde, por los ordenadores que pronto comenzaron a popularizarse Pero, en cierto punto de la historia, la escritura manual ha quedado relegada a un segundo plano, para dar lugar a la escritura casi exclusiva en el ordenador o en el móvil. Un texto escrito de manera digital tiene ventajas evidentes: legibilidad, facilidad de reproducción, posibilidad de transmisión instantánea… Definitivamente, estamos perdiendo el hábito de escribir en el papel para reflexionar sobre pensamientos y emociones; escribir a amigos y familiares; y algún que otro poema; hacer una lista de tareas y tantas otras cosas. Nos estamos olvidando de que, al escribir a mano, recuperamos parte de nuestra libertad. Escribir a mano es una forma de expresión personal. A pesar de los avances tecnológicos y el uso generalizado de los ordenadores y los dispositivos móviles, la escritura a mano, sigue siendo relevante y tiene sus propios beneficios. No solo es una herramienta para comunicarse, sino que también es una forma de arte. Cada trazo, cada letra tiene su propio estilo y personalidad. Refleja nuestra individualidad y puede transmitir emociones y sentimientos de una manera que la escritura digital no puede igualar. La magia en El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, se manifiesta utilizando 8.073 puntos; 37.607 comas; 4.802 puntos y comas y unos 690 signos de admiración, que le sirvió a Cervantes para manuscribir las 378.591palabras- 22.950 diferentes, casi la tercera parte de las que recoge la RAE-. Pablo Neruda, como muchos de su generación, en un cierto momento cambió la pluma por la máquina de escribir. Pero más tarde volvió al manuscrito de forma casual. … “descubrí que mi poesía era más sensible cuando escribía a mano; sus formas plásticas podían cambiar más fácilmente… la poesía debería escribirse a mano”. Miguel Delibes, a pesar de ser periodista, siempre escribió a mano, y su caligrafía cada vez resultaba más ilegible. JR Rowling, escribió el primer libro de Harry Potter con un boli sentada a la mesa de un café. La escritura manual activa tres procesos cerebrales fundamentales: el área visual, la motricidad y capacidades cognitivas, como la lógica y la memoria. Existe una conexión única entre el cerebro y la mano. Investigaciones científicas han demostrado que su ejercicio estimula diferentes áreas del cerebro, mejora la memoria y la retención de información y retrasa el envejecimiento mental. En un mundo donde la mayoría de las cosas se hacen de forma digital, es un ejercicio mental que nos ayuda a mantener nuestras habilidades cognitivas que requiere una coordinación entre los músculos de la mano y el cerebro, lo que nos ayuda a mantener nuestra agudeza mental. Muchas personas encuentran satisfacción al tomar un lápiz, una pluma, o un bolígrafo y plasmar sus pensamientos en papel. Es una actividad que nos permite expresar nuestras ideas y emociones de manera más genuina y sincera. Es una forma de meditación y autoexpresión. Nos ayuda a memorizar y aprender mejor las reglas ortográficas y gramaticales. Al tener que pensar en cada letra y cada palabra mientras escribimos, prestamos más atención a la estructura del lenguaje y la forma correcta de escribir las palabras. Muchos documentos históricos y obras de arte están escritos a mano, y su escritura es un testimonio de la época y la persona que los creó. La escritura a mano proporciona un sentido de continuidad con el pasado y una conexión tangible con nuestra herencia cultural. Aprender a escribir en conjunto, a menudo con pluma estilográfica en el Reino Unido, es casi un rito de iniciación para los estudiantes de primaria. En Finlandia, una de las mayores referencias globales sobre educación, que suelen ocupar los primeros puestos en el informe PISA, se dejó de impartir la caligrafía simplificada de manera obligatoria por la escritura con letra de imprenta, algo que también sucede en otros lugares de Europa, como Alemania. Sociológicamente, es un hecho que las culturas más vinculadas con la familia, con las relaciones afectivas y con mayor preferencia por el contacto social, como son las mediterráneas mantienen un modelo caligráfico escolar con letras ligadas. Por el contrario, en Europa central y los países del norte, se apuesta por las letras desligadas en la enseñanza de la caligrafía escolar. Estas culturas son más distantes en términos de relaciones y afectos, más independientes y más frías en términos de vínculos afectivos y familiares. Sería recomendable el recuperar el uso de la escritura a mano y que se vuelva a utilizar la pluma y el bolígrafo BIC, de toda la vida, azul o negro, o si lo prefieren el lápiz de mina blanda y fina, y se convierta en un hábito necesario que se encuentra en peligro de desaparecer. Por tanto, queda abierta la invitación a reconquistarnos con la escritura manuscrita y así dejar fluir nuestro interior para crear. Escribe a mano, siempre que puedas. ***
Comeremos grillos, amigo Sancho Fecha de Publicación: 16/10/2023 . Antonio Leal Jiménez . A veces, resulta difícil de acertar. El pronóstico del tiempo para la mañana del pasado sábado amenazaba lluvia. La Hermandad de San Cristóbal de Alcázar de San Juan en el entorno de la ermita, había organizado el VIII Encuentro de elaboración de Migas. La mañana resultó ideal. De hecho, cerca de 250 personas caminaron hacia la Avda. de los Reyes. Recuerdo que mi amigo Renato, gran experto en gastronomía saludable, me decía que, era un plato con una receta humilde y para disfrutar, aunque su origen es aristocrático. De hecho, cuentan que era el plato preferido de Mahoma y que servía de agasajo a personas distinguidas. Con un plato y un tenedor dispuestos a degustarlas, Renato, con voz dotada de un sonoro y delicado timbre me dijo “Al fin y al cabo, amigo, somos lo que comemos”. Así pues ¡A por todas! Por supuesto que hubo repetición. ¡Magníficas!. Somos lo que comemos. La conocida expresión la dijo por primera vez el filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach, padre intelectual del humanismo ateo contemporáneo, a mediados del siglo XIX, en su obra Enseñanza de la alimentación. Escribió lo siguiente: “Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados denle mejores alimentos”. Fue muy crítico con la iglesia por su visión respecto a la alimentación de los hombres, y afirmaba con frecuencia que “únicamente necesitaban pan y agua para vivir”. Hipócrates, médico de la antigua Grecia (460-370 a.C.) pronunció la frase “Sea el alimento tu medicina, y la medicina tu alimento”. En la sociedad actual, estamos rodeados de alimentos poco saludables, llenos de grasas saturadas, azúcares y sodio en cantidades excesivas. Estos alimentos, si bien son sabrosos y fáciles de consumir, tienen graves consecuencias para nuestra salud a largo plazo. La incidencia de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, y las enfermedades cardiovasculares, se ha incrementado de manera alarmante en las últimas décadas, y gran parte de la responsabilidad recae en una mala alimentación. Cuando vamos al supermercado y elegimos productos para la cesta de la compra, solemos leer habitualmente en sus etiquetas frases que contienen un montón de “sin”: conservantes, azúcares añadidos, grasas saturadas. También la publicidad suele hacerse eco de ello. Según la Organización Mundial de la Salud (2022), las dietas poco saludables causan once millones de muertes y 420.000 personas más fallecen por consumir alimentos nocivos. La denominada “Coalición de Acción para las Dietas Saludables”, agrupación compuesta por cinco agencias especializadas, indican que unos 3000 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable y que la mala alimentación está relacionada con seis de los diez principales factores de riesgo para la carga mundial de enfermedades. Es importante que mostremos atención a nuestra alimentación y hacer los cambios que consideremos pertinentes en nuestra dieta diaria modificando nuestros hábitos alimenticios con el deseo de conseguir una mejor calidad de vida. La producción de alimentos ultraprocesados, que el nutricionista Carlos Ríos, promotor en España del movimiento Realfooding los define como “una preparación industrial comestible elaborada a partir de sustancias de otros alimentos o sintéticas, con diferentes técnicas de procesamiento y cuyo consumo tiene efectos negativos para la salud”, implica el uso intensivo de recursos naturales, como el agua y la energía, contribuyendo así al cambio climático y a la degradación del medio ambiente. Existe una demanda, de manera creciente, de productos más saludables y ecológicamente más sostenibles. Nuestra alimentación no solo determina nuestro físico, sino también nuestra salud y bienestar en general. Es por eso que, es vital prestar atención a lo que ingerimos y optar por una dieta equilibrada y saludable, que nos proporcione los nutrientes necesarios para que nuestro cuerpo funcione de manera óptima. Una alimentación rica en nutrientes esenciales, como ácidos grasos omega-3 y vitaminas del complejo B basada en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables nos ayudará a mantenernos en un peso saludable, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas y nos proveerá de la energía necesaria para desarrollar nuestras actividades diarias y a prevenir y aliviar los síntomas de depresión y ansiedad. La importancia de una alimentación saludable hemos de destacar que no solo la cantidad de alimentos que consumimos es importante, sino también la calidad de los mismos. Optar por alimentos frescos, sin procesar y de origen natural nos garantiza un aporte adecuado de vitaminas, minerales y antioxidantes, que son fundamentales para nuestra salud. Por otro lado, los alimentos elaborados de forma industrial carecen de estos nutrientes esenciales y, en cambio, contienen aditivos y sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para nuestro organismo. En la obra universal de Cervantes, está presente desde el primer capítulo la base de su alimentación: «Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda», (Quijote, Rico, 35, 36). En la actualidad, cuando se está debatiendo la necesidad de reducir el consumo de carne en favor de la proteína vegetal, aparece una nueva recomendación: el consumo de los insectos denominado entomofagia. En países de América Latina, África y Asia es una práctica habitual, ya que lo hacen más de 2000 millones de personas. Se están fabricando harinas de insectos comestibles (escarabajos, orugas, hormigas, langostas y grillos) y están resultado ser de gran interés, para la industria alimentaria como fuente saludable de proteínas y grasas. Está previsto que, en Salamanca, se instale la fábrica de insectos mayor del mundo y tendrá como principal producto el gusano de la harina. En la Unión Europea se han dado pasos para ir introduciendo el consumo de insectos en la dieta de los países del Viejo Continente. La primera aprobación tuvo lugar en 2021 y fue en el caso del gusano de la harina o larva de escarabajo oscuro (Tenebrio molitor larva), como snack o como ingrediente para elaborar otros alimentos. En 2023, se le unen el escarabajo del estiércol (Alphitobius diaperinus) y grillo doméstico (Acheta doméstico). Según la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) su ingesta podría ayudar a paliar el hambre, si tenemos en cuenta que la población mundial será cerca de diez mil millones de personas en el año 2050. La dietista y tecnóloga de alimentos especializada en insectos, Marta Ros, afirma que “En el futuro consumiremos hamburguesas de insectos”. Es necesario recordar que, la desnutrición constituye una violación del derecho humano a la alimentación, y continúa generando desigualdades sociales y de salud. La eliminación del hambre y la malnutrición, es uno de los objetivos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social, y la eliminación de las causas que determinan esta situación, son objetivos comunes de todas las naciones. Millones de personas merecen un futuro mejor. Tomemos conciencia de ello. ***
Dios, fuente de inspiración del Quijote Fecha de Publicación: 13/10/2023 Ilustración de Gloria Moreno Merlo, tomada de la Tesela 30 de José Moreno Berrocal “La Biblia y El Quijote, (Patronato Municipal de Cultura de Alcázar de San Juan) Krzysztof Sliwa La Biblia, modelo de estructura organizativa del Quijote; y Catalina de Salazar y Palacios, amor del famoso Manco y su fuente de inspiración humana, forman parte de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra La Biblia, traducida a 450 lenguas de forma completa y más de 2000 de forma parcial, cuyo autor es el Señor Dios majestuoso y poderoso, es parte de Don Quijote de la Mancha (1605 & 1615), traducido 1.140 veces a unas 190 lenguas y dialectos, de la brillante pluma de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), héroe de la Batalla de Lepanto (1571), ejemplar esclavo en Argel (1575-1580), y permanente leyente de las verdaderas riquezas del Viejo y Nuevo Testamento, para quien Jesucristo fue «Dios y hombre verdadero» (Quijote, II-XXVII), y cuyo deseo se hizo realidad: «a mí se me trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzca» (Q, III-II). Don Quijote se compone de 181.104 palabras, de las cuales 22.939 son distintas entre sí, y la infinita sabiduría de la Palabra de Dios dejó huellas en el alma de Miguel, quien amó a Dios y la Biblia, guía de su vida, llamó 3 veces la Biblia en el «Prólogo» de la I parte de Quijote «la Divina Escritura», hizo auténtica gala de sus vastos conocimientos bíblicos a lo largo de sus obras, aludió a 30 personajes bíblicos, trató de 300 referencias a la Biblia, e incluyó un sinfín de alusiones y reminiscencias de la Sagrada Escritura. La Biblia, el Libro de los libros, cuyo principal autor es Dios, y el Quijote, joya humana de una magnitud incalculable, ambos libros de variadas lecturas, sobre la verdad absoluta y la existencia innegable de Dios, el papel superlativo de Dios en el pensamiento y la vida del ser humano, la comunicación directa e indirecta entre Dios y el hombre, y la trascendencia de la vida divina en el corazón humano, aman a la Humanidad y nos hablan al corazón. Sin embargo, no es mi meta de comparar la Biblia y el Quijote porque el hombre jamás puede igualarse a Dios, la Biblia es incomparable, inmejorable e insuperable, y Dios lo proclama claramente de esta manera: «Yo soy el primero y el último, fuera de mí, no hay ningún Dios. ¿Quién como yo? Que se levante y hable. Que lo anuncie y argumente contra mí» (Isaías, 44: 7). Incluso Miguel crítica la comparación entre lo humano y lo divino así: «ni tiene para qué predicar a ninguno, mezclando lo humano con lo divino, que es un género de mezcla de quien no se ha de vestir ningún cristiano entendimiento. Sólo tiene que aprovecharse de la imitación en lo que fuere escribiendo, que cuanto ella fuere más perfecta, tanto mejor será lo que se escribiere» (Q, I- «Prólogo»). Aun quiero hacer especial hincapié, inter alia, en que el tesoro precioso de la Biblia y el tesoro preciado del Quijote, obras de inestimable valor para la Humanidad, se preocupan por la ética, la moral y la religión en el comportamiento del ser humano, por eso viene aquí como anillo al dedo la frase: ¿dónde está tu tesoro allí está tu corazón? El pensamiento y las palabras de Cervantes, en todas sus obras, están influenciadas por Dios a través del Espíritu Santo, pese a que algunos “académicos de excelencia” rechazan completamente su conocimiento de la Biblia, pero siguen preguntando sin dar en el blanco: ¿cómo acercarse al Quijote?; ¿qué hacer y por dónde empezar?; ¿cuáles son los consejos para leer el Quijote?; ¿cuál es el reto de leerlo?; ¿por qué es tan difícil comprenderlo?; y ¿cómo leer el Quijote? La respuesta es muy sencilla-, pero es fundamental dejar de lado todos los mitos, las fantasías, y las hipocresías, es decir, antes de acercarse al Quijote, a las obras de Cervantes, y a las de los genios de la literatura del Siglo de Oro español, hay que leer, primero e ineludiblemente, la Biblia, y seguidamente adquirir el conocimiento sólido del origen de la literatura española hasta la divulgación de la obra cumbre de la literatura mundial el Quijote (1605 & 1615). Este es el único camino infalible o la única llave de oro a leer y comprender con facilidad a Cervantes, el Quijote, y la mejor literatura en el mundo, que es la literatura española-, ejemplar, majestuosa y superior a todas, en esencial, la del Siglo de Oro-, encabezada por la genial novela del insigne líder de la literatura universal, Miguel, amante de los libros, quien siempre leyó, enseñó y amó la Sagrada Escritura, por excelencia, y con la cual se identificó durante su trayectoria vital en todo momento. Cervantes conoce por completo el valor de la Biblia, habla de la verdad en la Sagrada Escritura, aconseja leerla: «si… quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el «Libro de los Jueces», y allí hallara verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes» (Q, I-XLIX), confiesa que «la Santa Escritura… no puede faltar un átomo en la verdad» (Q, II-I), y eterniza su conocimiento bíblico y la grandeza del amor de Dios en sus obras. A ciencia cierta, Miguel amó la Biblia, libro de la historia del mundo, de poesía, y de sabiduría, cuyos, sirva de ejemplo: «Salmos», «Proverbios» y el «Cantar de los Cantares» son sublimes, pese a que algunos «académicos de excelencia» dejaron en el tintero su conocimiento de la Sagrada Escritura sin ninguna razón de peso manifestada en las obras maestras del genio de la literatura universal. Al lado de ello, debo agregara que el benemérito historiador José Luis Abellán García-González afirma que «El Quijote es la Biblia española» (Visiones del Quijote, 130), el meritorio profesor Alfonso Ropero Berzosa escribe que es la «Biblia de la literatura universal, que se ilumina con la Biblia cristiana, de donde Cervantes extrae la idea de justicia y libertad tan humana y tan divina» (El Quijote y la Biblia, 10), el extraordinario historiador Sabino de Diego Romero, Presidente de la Sociedad Cervantina de Esquivias, dice de Catalina, en su magnífica obra: Catalina, fuente de inspiración de Cervantes (Punto Rojo, 2015), por boca de Don Quijote, «porque la sangre se hereda, y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale» (Catalina…, 242), y el excelente escritor Eduardo Aguirre Romero declara con mayor precisión que «en estos tiempos inciertos, Miguel de Cervantes tiene aún mucha luz que ofrecernos» («Si Cervantes levantara la cabeza», Diario de León, 27-III-2022). Por lo tanto, surgen las preguntas; ¿debemos leer la Biblia y el Quijote obligatoriamente en las universidades y en las escuelas? ¿Cuáles son las razones de leer dichas obras? La respuesta es sí, ya que la Biblia, sabiduría de Dios, y el Quijote, sabiduría humana, son mis lecturas diarias por la belleza, la cruz, la maravilla, el poder, la sabiduría, la verdad, y las virtudes, entre muchos. En realidad, el espíritu de ambas obras atraviesa el alma como la espada aguda de dos filos o la espada de Aquiles de Troya, y ambas obras son para el pueblo, hablan del amor y desamor, del bien y del mal, de lo hermoso y de lo noble, se preocupan por la humanidad, penetran nuestros corazones del hombre, y nos enseñan a amarnos unos a otros y convertirnos en mejores personas. La Biblia, el maravillosísimo libro, puede ser leído todos los días, sólo necesita 11’ 59”, y si la comienza el 1 de enero, la terminará el 31 de diciembre en ese mismo año o le recomiendo escuchar la Biblia publicada por la Universidad de Navarra en formato audiolibro. El Quijote, la Biblia de la Humanidad, puede leer diariamente, sólo necesita 4’ 43”, y si lo empieza el 1 enero, también lo concluirá el 31 de diciembre en este mismo año o puede escucharlo en la Cadena SER. No se arrepentirá de leer día tras día la gloriosa Biblia y el ingenioso hidalgo don Quijote, siempre descubrirá algo nuevo, se alimentará de la sabiduría de Dios y de la sabiduría del famoso Manco de Lepanto, y se le brindarán infinitos beneficios. ¡Lean cada día la Biblia y Don Quijote de la Mancha! «Laus in Excelsis Deo»
Salud Mental a Inteligencia Articial Fecha de Publicación: 11/10/2023 . ANTONIO LEAL JIMÉNEZ . España es el país de la Unión Europea en el que más ansiolíticos, sedantes e hipnóticos se consume. Se trata de sustancias depresoras del Sistema Nervioso que se utilizan para aliviar la ansiedad y/o ayudar a conciliar el sueño, que suelen producir trastornos psicóticos, y que pueden causar dependencia. La falta de recursos consolida la escasa atención dedicada a temas de Salud Mental (SM), convirtiéndose en el punto más débil del sistema sanitario español donde solo hay seis psicólogos por 100.000 habitantes dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), lo que significa tres veces menos que la media europea. Los expertos advierten que es necesario realizar una inversión importante dentro del SNS, ya que de no hacerlo, en pocos años, llegaremos a ser una sociedad con excesivo consumo de este tipo de fármacos. Señalamos algunos datos que son muy significativos en la actualidad: – Una de cada cuatro personas tiene o tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social; -Un alto porcentaje de las personas con trastorno mental que necesitan tratamiento, no reciben el adecuado; Se estima que a escala mundial, al menos una persona muere cada 40 segundos como resultado de una mala SM. Cada dos horas y media se suicida una persona en España, diez al día y en los 35 pueblos de la Comarca Mancha Centro, lo han hecho 25 personas durante el último año. -Según Luz de La Mancha, en su campo de actuación, en este área Sanitaria hay unas 24.000 personas afectadas por alguna enfermedad mental, y 4.000 o más cronificados graves y, alegan, que no hay recursos suficientes para atenderlos con la dignidad que se merecen. -La COVID-19 está pasado factura a nivel emocional y según el Instituto de Estudios Sociales Avanzados del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, una gran parte de los ciudadanos, especialmente jóvenes, está dando muestras de lo que se ha denominado “fatiga pandémica”, término que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido como “desmotivación y el cansancio que siente gran parte de la población ante una pandemia tan prolongada, de tanta gravedad y con tantas restricciones como la que estamos viviendo”. Es necesario que las distintas administraciones acometan mayores inversiones en recursos tecnológicos y humanos, que aseguren una mayor atención a la SM. En este sentido, la Asociación Luz de la Mancha de personas y familiares con enfermedad mental, viene trabajando desde el año 2005 con verdadero esfuerzo y de manera voluntaria, con el objetivo de ayudar a los enfermos mentales y a sus familiares en el ámbito geográfico de Mancha Centro. Y lo hacen a través de numerosas propuestas para sensibilizar a la población en general, sobre las actitudes y comportamientos hacia las personas afectadas, para tratar de mejorar sus condiciones de vida. Una prueba de sus numerosas actuaciones es el último proyecto que han presentado para su aprobación por parte de la administración que consiste en: a) Establecer grupos de ayuda mutua, mediante la celebración de reuniones quincenales durante nueve meses, en los que se abordarán temas sobre la concienciación de enfermedad y la defensa de los derechos humanos en SM; b) Charlas de sensibilización en alumnado de la comarca de Alcázar de San Juan, con el objetivo prioritario de dar a conocer los problemas y sensibilizar contra el estigma. c) Charlas dirigidas a población en general en coordinación con los ayuntamientos de la comarca, y d) Diseño y distribución de material divulgativo y Cine fórum. Hacer frente a los problemas de SM es una tarea difícil, y con el empeoramiento de las estadísticas mundiales sobre los trastornos ocasionados, apreciamos el arduo trabajo que realizan todos y cada uno de los profesionales y personas voluntarias, dedicados a este campo de actuación. Realmente acogemos con beneplácito cada innovación y tecnología que apunta a reducir la prevalencia de depresión, riesgo de suicidio o cualquier otro problema mental. Los alcances logrados por la Inteligencia Artificial (IA) pueden, sin ninguna duda, aplicarse a los trastornos sufridos por las enfermedades mentales de tal manera que pueda contribuir a mejorar el estado del bienestar. El Diccionario de la Real Academia Española define la IA en los siguientes términos: “Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico” y está ayudando a la medicina a conseguir grandes logros a través de logaritmos que puedan predecir las más diversas enfermedades tanto físicas como mentales. ¿Se podría aprovechar significativamente el avance de la máquina y los algoritmos de aprendizaje profundo en el área de la SM, en enfermedades como la depresión, la esquizofrenia o el trastorno bipolar? Las investigaciones recientes llevadas a cabo en ese campo nos crea magnificas expectativas. En la actualidad la tecnología y la digitalización de la Medicina y las Ciencias de la Salud, están más unidas que nunca y es en particular la IA, una de las tecnologías que más influye en ese tránsito a la nueva medicina gracias a la cual, se está mejorando en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades, y también en el desarrollo de nuevos medicamentos para beneficiar la calidad de vida de los pacientes de una manera mucho más eficiente. Los avances en IA hacen posible que, se construyan máquinas inteligentes y habilitadas para detectar, evaluar y responder a estados emocionales y robots capaces de interrelacionarse con los pacientes, que permiten mejorar la calidad, la accesibilidad y la eficiencia a la toma de decisiones clínicas y en la gestión de la asistencia sanitaria. La aplicación práctica de las tecnologías y técnicas de IA en el comportamiento y el cuidado de la SM, es un área que evoluciona rápidamente y que presenta muchas oportunidades y beneficios. Cuando se explora sobre los usos de la IA en la atención de la SM, se encuentran algoritmos inteligentes que apoyan a los profesionales en temas como la detección temprana y diagnóstico, con la señalización de los riesgos de suicidio y otros que ayudan a los pacientes a controlar su condición a través de asesoramiento. Una de estas herramientas es la denominada Youper. Se trata de una aplicación que está fabricada sobre técnicas utilizadas en la terapia cognitiva conductual, la terapia de aceptación y compromiso y la atención plena y la meditación, que utiliza IA para ayudar a los usuarios a mejorar su estado de ánimo y patrones de sueño, y a reducir sus síntomas de ansiedad, estrés y depresión. Otra aplicación es la nOCD, que tiene como objetivo ayudar a los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo en cualquier etapa de su vida. Esta aplicación crea potencial para el aprendizaje automático, al recopilar puntos de datos valiosos que ayudan a comprender mejor las condiciones psiquiátricas. También la BioBeats, que tiene como objetivo proporcionar a los usuarios acceso a sus datos de salud en tiempo real. El software toma medidas como la variabilidad del ritmo cardíaco, la función cerebral, el sueño y los niveles de actividad a través de dispositivos inteligentes portátiles. Otras tecnologías de IA pueden promover herramientas de autocuidado para mejorar las vidas de personas. Los progresos futuros en IA, transformará la atención de la SM en los próximos años. Para optimizar diversos sistemas de máquinas inteligentes en su contexto queda mucha investigación por hacerse ya que, la IA está provocando la aparición de nuevos paradigmas, que no solo serán los conocimientos y habilidades de los profesionales, sino que estas deberán incorporarse a la inteligencia de las máquinas con las que se interactuará. Evidentemente en la relación terapéutica lleva implícito unas nuevas ilaciones entre el paciente y la tecnología. La IA deberá aportar máquinas que sirvan para el bienestar de las personas, para aliviar su sufrimiento y hacerlo de una manera justa y ética. Aunque los algoritmos puedan validar o invalidar la clasificación de los trastornos psiquiátricos, hay que tener cuidado y pensamos que el último recurso seguirá siendo el clínico y el humano. Las máquinas tendrán un papel muy importante en la vida de los seres humanos, pero también su uso plantea una multitud de problemas éticos. Los principios orientadores descritos en el Plan de Salud Mental de Castilla-La Mancha 2017-25, en su eje de actuación número cuatro figura: “Fortalecer los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones sobre salud mental”. Acorde con ello, pudiera ser interesante que desde la Asociación Luz de la Mancha, se planteara como objeto de estudio, temas relacionados con la IA y se desarrollaran actividades en este sentido. A título de ejemplo, sugerimos la realización de un Congreso a nivel Internacional, dirigido a los profesionales de SM, a los sectores líderes de la comunidad, a los agentes políticos, sociales y económicos implicados en la toma de decisiones y a los medios de comunicación, sobre la necesidad de poner en valor el cuidado de la SM, así como de abordarla de un modo riguroso, realista y positivo y que se efectuara para dar respuestas a temas éticos y aspectos legales, dificultades de implantación de la IA en el SNS, aplicaciones en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento etc. Estamos seguros que sería un gran aporte para la comunidad afectada y para Alcázar de San Juan y toda su comarca. De manera importante significaría posicionarla en la órbita de una ciudad que da continuamente muestras de tener un espíritu con verdadera vocación en temas de sensibilidad social. Su aportación a la innovación e investigación y aplicación de nuevas tecnologías en el ámbito de la SM, contribuiría, aún más, a convertirla en una ciudad referente y ejemplarizante. Muchas gracias a la Asociación Luz de la Mancha por el magnífico trabajo que están realizando. Ahora, es tiempo de respirar hondo y no dejar de seguir soñando y preguntarse ¿Por qué no intentarlo? ^^^^
“La peste”. Sevilla en la época de Cervantes Fecha de Publicación: 30/09/2023 . Eduardo Alonso Franch La serie Se inicia en Sevilla, a finales del siglo XVI. Se intenta ocultar la peste. Sevilla es el centro del comercio con América, pero la peste se extiende. Es una sociedad religiosa y supersticiosa, pero el ambiente que se retrata está muy degradado. Se queman los enseres y cuerpos de los apestados. Se ven las murallas de Sevilla, de las que subsiste una parte. La serie es de 2018. La sodomía, el “pecado nefando”, era muy corriente. Se practica una autopsia, lo que estaba prohibido por la Inquisición. Y la prostitución femenina era bastante habitual. Se practicaba en las mancebías. Un personaje (Paco León) habla con un moribundo a través de una máscara de nariz puntiaguda y de color rojo (era lo que usaban los médicos de la época para tratar con los apestados). Mateo, el protagonista, es un antiguo editor de libros prohibidos, que se convierte en investigador de misteriosos crímenes por cuenta de la Inquisición en un principio. Se ven escenas de enfermos alojados en una especie de hospital, pero sin camas ni higiene y sin apenas médicos o enfermeros. La violencia contra las mujeres, sobre todo contra las prostitutas, es una constante. El resumen final de la serie consiste en que, aunque se termine la peste y la gente lo festeje, aquella sigue latente en la ropa, en los muebles, etc. Y de hecho las pestes se repetían a lo largo de la historia, a partir de la Edad Media, en especial en los puertos del Mediterráneo. Hubo un Nicolás Monardes, médico que aparece en la historia. En general, la imagen del médico es la de una persona sacrificada y eficiente. De hecho, el médico salva a Mateo de varias heridas por arma blanca. La Inquisición tenía un gran poder y mandaba ejecutar a los condenados por heterodoxia, sodomía o brujería. El pueblo asistía a los autos de fe enardecido e indignado. Monardes es un médico que sabe filosofía, botánica… Es muy noble y recto, adelantado a su época. La novela El hereje, de Miguel Delibes, sirvió de base para la escena del auto de fe. Se trata de un espectáculo de masas junto a la catedral, de gran realismo y dureza. Se echa la culpa de la peste a los protestantes. Para la filmación, se reconstruyó una parte de la catedral sevillana que hoy día no existe. Monardes visita apestados, manda enterrar a un muerto y quemar sus pertenencias. Se marca en blanco la puerta de las casas de apestados. Se ve la entrada a Sevilla en barco por el Guadalquivir. Abundan los genoveses y las murallas rodean la ciudad. Se observa una de las puertas de entrada a la ciudad. Aparece un palacio que podría ser la Casa de Pilatos. Las moscas lo impregnan todo. A los apestados les dejaban la comida desde el techo. Se ven las casas adosadas a la muralla de gente humilde. En la cárcel hay hasta prostitutas. Se juega a los naipes. Hay también niños y padres que salen a trabajar. Se escuchan chillidos de ratas. Los niños hacen encerronas y roban. La peste prende en las chabolas. Los nobles iban en carruajes tirados por caballos y cubiertos. Desde el Arrabal no se puede llevar nada a la ciudad. Se escucha el zumbido de los mosquitos. Mateo fue condenado en ausencia por la Inquisición. Se le consideraba un hereje. A los muertos les sacaban de noche para no alarmar. Las ratas corren por las calles estrechas. Mateo encarga una autopsia a Monardes. La mancebía era legal. La llevan la Iglesia y el Cabildo. El Cabildo debate el tema de la peste. El tinte era una actividad importante. A la industria se dedica una pintora viuda que hace retratos, pero no los solía firmar como si fuesen de un hombre. Había muchos mendigos, pero también pícaros. Llegaban muchos de los pueblos. Mateo se encuentra con la pintora, Teresa Pinelo, que firma con el nombre de su padre. Zúñiga (Paco León) es homosexual en la serie. Alberto Rodríguez es director y cocreador de la serie. Y Rafael Cobos, cocreador y guionista. Paco Léon es Luis de Zúñiga, amigo de Mateo. En la novela ejemplar de Cervantes Rinconete y Cortadillo, ambos van a Sevilla para embarcar hacia América. El director reconoce como inspiración la “trilogía de la vida” de Pasolini. Se utilizó hasta fruta podrida para ensuciar el suelo. Se intenta plasmar la vida de la calle. Las chabolas en donde se inició la peste y el puerto se hicieron en Coria. El Arrabal era la zona más pobre de Sevilla, que estaba junto al río. Se construyeron 44 cabañas o chabolas. Hay efectos digitales para recrear paisajes de la época. El maltrato infantil era corriente. Celso de Guevara (Manolo Solo) es culto y literato, como Mateo. Este es deductivo y tiene un sentido del honor muy estricto, lo que le lleva a ser brutal a veces. Zúñiga es un chico de la calle que ha prosperado, homosexual y católico. Trata de manejar la ciudad. El Cabildo y la Iglesia eran los dos grandes poderes. La sala del Ayuntamiento se conservó intacta. La mancebía estaba bastante reglamentada: debían ser mujeres mayores de 12 años, de fuera de la ciudad y no vírgenes. Teresa (Patricia López Arnaiz) es viuda y tiene una fábrica heredada. Se producía el añil, un tinte que se difundió en Europa. Había un examen para mendigar. La religión estaba muy presente en la época. Mateo vuelve tras huir de Sevilla cinco años atrás. Mateo fue impresor y cree que han seguido usando su imprenta. Teresa Larrea era esposa de Germán, el amigo de Mateo. Para ver si una persona estaba sana, se examinaba el cuello y las axilas. A las putas que ejercían fuera de la mancebía se las encarcelaba. Un cirujano las revisaba. El soborno era habitual. Se utilizaron los Reales Alcázares como escenario. El plomo envenena a un impresor, que tose. Sevilla aparece amurallada y fortificada con torres. El hambre y la peste se enseñorean de la ciudad. Las calles eran estrechas, llenas de suciedad, medievales. Se llevaba a los muertos en carros para enterrarlos en fosas comunes en las afueras. Los esclavos se subastaban en las gradas de la catedral. Se ve un hospital de la época, sin personal ni espacio. El director cree que Mateo es un depresivo, en lenguaje de nuestra época. La peste provocaba una sensación de quemazón interna. Tenían picores y sed terribles. Salían bubones sobre la piel de los enfermos. En Sevilla había muchos negros (una de cada diez personas). Se rodó en los Alcázares y la Casa de Pilatos, tal y como eran en la época. Y también en Carmona, Alcalá, Palacio de Solís, Santiponce… La música es dramática y repetitiva, con cierto suspense. La recreación fue difícil, porque de la época quedan la catedral, los Alcázares y poco más. El castillo de Trujillo se parecía al de San Jorge y se utilizó como base. Mateo fue militar en Flandes. Los bubones se hicieron de silicona. La peluquería se basó en pintura de la época. Mateo es frío, rudo, atractivo. Los pobres comían alimentos en mal estado. La peste tenía que ver con las ratas, que se mueren por el frío. La Inquisición detiene a Zúñiga, entre otros personajes. Se hace un auto de fe contra los sodomitas junto a la catedral. Se da por terminada la peste en Sevilla. Y los protestantes son castigados también. A Zúñiga, como a los demás reos, le condenan a la hoguera. Se trata de una narración de aventuras, a la manera de la novela gótica, llena de giros de guion. Monardes cree que volverá la peste, aletargada hasta que reviva. El Inquisidor General de la Corona de Castilla es Celso (Manolo Solo). Teresa es una noble de la época. Nicolás Monardes es un personaje histórico, existió realmente. El director menciona Rinconete y Cortadillo al llegar a Sevilla. El puerto es lo que más costó reconstruir. Era fundamental la reconstrucción de la vida cotidiana y para ello se utilizó la pintura de Murillo, Goya, El Bosco, Brueghel…Entre las obras del director está La isla mínima, ambientada en el siglo XX. Caravaggio era otra referencia pictórica básica. Es un “thriller”, según el director, pero también un espejo o cuadro de la Sevilla de la época. La secuencia de los túneles se rodó de noche en el anfiteatro de Itálica. Hubo que reconstruirlo tal como era en el siglo XVI. Teresa termina firmando sus cuadros y haciéndose rica con ellos. El rodaje duró cinco meses. Y la escritura del guion llevó años. Los autos de fe, en realidad, se hacían en la Plaza de San Francisco. Eran muy caros, por lo que se suprimieron. “La mano de la Garduña” es la segunda temporada de La peste. Comienza en Sevilla, a fines del siglo XVI. Las prostitutas son perseguidas y tratan de escapar. Algunas estaban infectadas. Se difunde la sífilis. Las casas se quedan vacías por la peste. Las putas se van de la ciudad, son ilegales. La obra se fecha en 2019. Mateo vuelve a Sevilla desde América. Hay una biblioteca privada con libros de Erasmo y Garcilaso. Es el reinado de Felipe II. Arias Dávila, asistente real, es de Valladolid y viene de Flandes. Barbero y cirujano eran la misma profesión, diferente a la de médico. La sífilis era mortal. Si sobrevivían, las secuelas eran terribles. La gente estaba marcada por cortes. La Casa de Pilatos es la de Teresa. El imperio está en su apogeo y Sevilla pasa el momento más importante de su historia. Pero la corrupción abarca y lo controla todo. Pontecorvo es el nuevo alcalde de Sevilla. El láudano era la droga de la época. Teresa y Valerio, hijo natural de su marido, rescatan prostitutas y las esconden. Un nuevo asistente llega a Sevilla. Descubren en un barco a varias putas, asesinadas por la Garduña. Y el conde Pontecorvo (en la realidad, Puñonrostro) desea acabar con ella. Teresa utiliza la casa del padre León para la huida de putas al Nuevo Mundo. El padre León lleva barba y es joven. Viste hábito negro. La ciudad ha superado la peste y está en su apogeo. La corrupción y la economía sumergida predominan. La serie está próxima al cine de aventuras, de acción. Mateo recuerda a Yuri Zhivago en la Tierra del Fuego, pero esta se rodó en plató y con efectos especiales. Otra parte se rodó en Almería. Pontecorvo se basa en Puñonrostro, un personaje real. La garduña es un animal que caza de noche. El asistente asume plenos poderes y recluta a su guardia entre los condenados a muerte. Se les nombra alguaciles. La sífilis era frecuente. La gente estaba marcada con frecuencia. Un convento abandonado se convierte en lugar de acogida de las prostitutas que quieren huir. El túnel se crea en Isla Mágica dentro de otro mayor. Fueron cuatro meses de rodaje. David Ulloa figura como director. Historia de las epidemias en España La peste seguía con rapidez y facilidad los itinerarios de los intercambios humanos. La habitación, las condiciones sociales e higiénicas, el ambiente de vida o de trabajo eran factores que se conjugaban para remarcar una mortalidad social y profesionalmente diferenciada en tiempo de contagio. Los hogares de los más pobres siempre crearon un contexto muy favorable a la difusión de la peste. Las epidemias de peste eran un azote desastroso. En las ciudades su propagación era muy rápida. Entre los siglos XIV y XVII la peste reapareció casi en cada generación de españoles. Las malas cosechas precedían en muchas ocasiones a la llegada de la peste. Pero fue la peste la que continuó en su posición de destacada protagonista en la segunda mitad del siglo XVI. Para Castilla, la peste de 1596 – 1602 fue la más grave, que inició su lento pero inexorable declive. Corrían malos tiempos para los españoles al declinar el siglo XVI. Andalucía, al menos desde la década de 1560, dejó de ser autosuficiente y pasó a depender de forma crónica de la importación de cereales extranjeros. Las ciudades andaluzas fueron asaltadas en 1599, probablemente como consecuencia del tráfico marítimo con el norte de Europa. En 1602, la peste empezó a retroceder. Sevilla, la ciudad más poblada de toda España por aquel entonces, perdió más de 60.000 habitantes, el 40% de su población. Sobre los puertos andaluces se cernía una epidemia tras otra. La nutrición o desnutrición influía también en el porcentaje de personas contagiadas que eran capaces de sobrevivir a las epidemias. En España, durante las epidemias del siglo XVI, para evitar la propagación de la infección se practicaban la cuarentena y el cordón sanitario, se quemaba la ropa de cama de los enfermos o los difuntos, se establecían hospitales extramuros y los enterramientos se efectuaban en fosas comunes fuera de la ciudad. Valladolid presentaba en el siglo XVI similares deficiencias higiénicas. El agua del río no llegaba a Sevilla en buenas condiciones. Los enterramientos en las iglesias habían alcanzado en España gran arraigo y era difícil sustraerlos de la mentalidad colectiva. Pero esta adecuación se rompía en el momento en que estallaba una grave epidemia pestilencial, elevándose de manera brutal el número de víctimas. En tales casos lo que se hacía era abrir en los lugares extramuros grandes fosas comunes y anónimas, los populares “carneros”, donde se depositaban los cuerpos de los fallecidos que se habían ido recogiendo y transportado hasta allí en andas o, más frecuentemente, en carretas. Se tenían que abrir varias de ellas si las circunstancias así lo requerían y se enterraban los cadáveres con cal. Especialmente, a raíz de las intensas epidemias de peste bubónica que se dieron en Sevilla desde mediados del siglo XV en adelante se hizo imprescindible la apertura de estos “carneros”, que se localizaron en distintos lugares del casco urbano, aunque en las cercanías para facilitar así el traslado de los muertos. Los cadáveres debían ser enterrados fuera del casco urbano, aunque en las cercanías para facilitar así el traslado de los muertos. Los cadáveres debían ser enterrados con suficiente profundidad. Por lo que se refiere al tratamiento clásico de la peste, tres elementos constituían la base de toda acción terapéutica ortodoxa: la práctica de la cirugía, la cauterización de los bubones y la administración de diferentes fármacos apreciados por sus diferentes propiedades para enfrentarse a la peste. Sobre los bubones y ganglios se administraban métodos terapéuticos que iban desde la simple aplicación tópica y local de diferentes ungüentos al cauterio. El fuego fue el cáustico más empleado. Fue la producción de fármacos la que mayor importancia adquirió. En las ciudades castellanas las juntas locales estuvieron formadas por diversos sectores municipales, al frente de los cuales figuraba el corregidor real, pudiendo ser coordinadas o asesoradas por algunos especialistas de la medicina, tal y como testimonia el caso de Valladolid durante el contagio de 1599. Algo similar ocurría en Sevilla. Al conocerse la existencia de un enfermo en una casa, se procedía al sellado de la misma. En la puerta se solía pintar un distintivo que advirtiera a los vecinos. En ocasiones, era todo un barrio – casi siempre en el más pobre solía iniciarse el contagio – el que se cerraba para evitar el deambular de sus vecinos y contener el mal. Al margen de la pérdida de vidas humanas, la peste produjo un auténtico descalabro económico. La peste, por ser la primera, fue el mal por excelencia de entre todas las epidemias de nuestra historia. En Sevilla existen informes que hablan de cadáveres arrastrados fuera de sus casas en secreto durante la noche y abandonados en la calle o en el pórtico de una iglesia, con sus pertenencias esparcidas entre ellos, sin esperar a los carros municipales[1]. Sevilla en su historia La expansión de la ciudad se produjo hacia el río. Sevilla era en época romana una ciudad con murallas. La ciudad soportó hambres y epidemias. La ciudad creció de forma lenta pero progresiva. A comienzos del siglo XV se comenzó a construir la actual catedral gótica. La comunidad judía, existente en Sevilla desde época visigoda, estaba dedicada al comercio, la artesanía y la medicina. El contraste entre culturas simbolizaba una nueva etapa en la historia de la ciudad. En el siglo XV, la ciudad perdió efectivos por epidemias y hambrunas. Respecto a la población extranjera, Sevilla conoció importantes asentamientos de francos y de genoveses. La red de alcantarillado era la heredada de los almohades, a todas luces insuficiente. Esto provocaba continuas inundaciones y que estas zonas fueran auténticos caldos de cultivo de enfermedades infecciosas. Extramuros se solían verter todas las basuras, provocando que junto a las murallas se formaran colinas artificiales que eran un verdadero cinturón de inmundicias y un nuevo foco de enfermedades. En la estructura del viario predominaban las calles estrechas. La plaza más importante es la de San Francisco, lugar donde se celebraban todos los actos públicos. Las casas eran en general muy modestas, construidas en ladrillo o tapial; muy pocas veces en piedra. Eran de poca altura, con pocas ventanas a la calle. La nueva catedral sevillana tardaría más de un siglo en construirse. Sevilla adquirió el rango de gran ciudad. El monopolio del comercio con las Indias convirtió a la ciudad en uno de los centros comerciales del viejo continente. Fue una población que sufrió un siglo XVI cargado de catástrofes: epidemias de peste en 1506, 1510, 1557, 1565 y 1581. La Iglesia sevillana era muy poderosa económicamente. Varias fueron las minorías étnicas que convivieron en la ciudad. El mendigo entró a formar parte de un submundo de la ciudad donde se mezclaban prostitutas, ladrones, embaucadores, farsantes y toda una serie de personajes de mal vivir que definieron la figura literaria del pícaro español. Como ciudad de tránsito, la Sevilla del XVI fue un centro de la esclavitud de la época. Junto a Lisboa, era la ciudad europea con más esclavos. A mediados del siglo XVI había unos 6.000 esclavos, cuya subasta se solía realizar en las gradas de la catedral. En este siglo, la muralla perdió gran parte de su finalidad defensiva, por lo que se adosaron a sus muros numerosas construcciones y se elevaron a su alrededor auténticos muros de desperdicios y basuras. En la estructura urbana, el río fue la auténtica columna vertebral. La zona portuaria se situó entre la Puerta de Triana y la Torre del Oro. En el lugar estaba situado el Compás de la Mancebía (zona de prostitución). Si algo caracterizaba las calles de Sevilla en el XVI era la suciedad. A la calle se arrojaban los desperdicios, las aguas sucias, etc. Un objetivo asociado fue la desecación de las lagunas interiores de la ciudad, que actuaban como focos de numerosas infecciones. La plaza más representativa era la de San Francisco, auténtico escenario cívico de la ciudad. La presencia en este lugar del nuevo Ayuntamiento, de la Audiencia, del convento de San Francisco y de la Cárcel Real le otorgó al lugar el rango de verdadera plaza mayor. Las casas no eran muy elevadas, de dos plantas como mucho, debido a la estrechez de las calles. El Consejo era el máximo órgano municipal. La existencia del asistente, enviado real, que servía de intermediario entre el monarca y el Consejo, supuso un mayor control del gobierno municipal por parte de la realeza. La mayoría de los cargos estaban controlados por la nobleza. El cargo de asistente era el más importante de la ciudad. Su mandato duraba tres años. El Consejo lo formaban los Caballeros 24. Eran nobles, nacidos en Sevilla y vecinos de la ciudad. Fue un período de gran fervor religioso. La Iglesia se convirtió durante el siglo XVI en una poderosa institución que acaparó riquezas materiales y una gran influencia institucional, con mecanismos de control tan poderosos como el tribunal de la Inquisición. Sevilla fue sede del primer tribunal permanente de la Inquisición. El tribunal se ocupaba de herejes, bígamos, blasfemos, usureros, sodomitas, hechiceros, clérigos reos de delitos sexuales… Los herejes solo caían en poder de la Inquisición si estaban bautizados. Los primeros años fueron los más activos. Los juicios o autos de fe se celebraban tanto en la Plaza de San Francisco como en las gradas de la catedral, mientras que se quemaba a los reos en el campo de Tablada o en el Prado de San Sebastián. La mayoría de los condenados eran conversos acusados de judaizantes. A partir de la segunda mitad del siglo la XVI, con la mayor llegada de extranjeros, aumentaron los condenados acusados de practicar la herejía protestante. En el XVII, cuando España entró en crisis, Sevilla se vio incluso más afectada que Madrid. Era una ciudad que luchaba contra sus primeras epidemias (1600 – 1601) y con Miguel de Cervantes preso en la Cárcel Real. Sevilla fue la urbe de los excesos. Sevilla perdía población, tendencia que se agravó de forma definitiva con la peste de 1649, la más terrible epidemia que sufrió la ciudad en toda su historia. Murió casi la mitad de la población. En el año 1591, Sevilla tendría unos 140.000 habitantes, la cuarta ciudad más poblada de Europa tras Londres, París y Nápoles. A partir de esta fecha, el crecimiento de la población se estancó y desde comienzos del XVII se inició el declive. La mayor incidencia tiene lugar en 1649, con la gran epidemia de peste. El número aproximado de víctimas fue de 60.000 personas. En el siglo XVII aumentó el interés por reprimir los delitos contra la moralidad, poniéndose trabas a la mancebía, repartiéndose la prostitución por toda la ciudad. Sin embargo, la prostitución continuó, quizás de forma más peligrosa al no estar controlada. Práctica muy perseguida fue la sodomía, castigada con pena de muerte. En el siglo XVII Sevilla seguía teniendo gran cantidad de esclavos, al menos en la primera mitad del siglo. En España, estas personas eran usadas más bien como personal de servicio cuya posesión daba cierto prestigio social. Todas las ejecuciones eran públicas para que sirvieran de ejemplo a la población. Fue la gran época de la escultura y pintura sevillanas. La pervivencia de la muerte provocó que el crecimiento estructural de la ciudad se manifestara en los arrabales, especialmente el de Triana[2]. La sociedad sevillana en el siglo XVI Sevilla proporcionó un refugio a los asimilados y desclasados, y un favorable ambiente para el enriquecimiento y la ascensión social de los conversos y plebeyos. Un grupo de familias aristocráticas de comerciantes de ascendencia plebeya y conversa llegó a dominar el comercio transatlántico, así como la vida política, religiosa y cultural de Sevilla en este período. Sirvientes y esclavos eran especialmente numerosos en Sevilla. Las enfermedades epidémicas fueron especialmente virulentas durante las dos primeras décadas del siglo. En 1524, la ciudad fue asolada por otra pestilencia, que los contemporáneos consideraron como el más grande contagio nunca visto. El gran ascenso de la población sevillana empezó en 1540 y llegó a la cumbre en la década de 1580. Tras la peste de 1599 – 1601 empezó un lento pero regular declive. Las clases más ricas seguían viviendo en la tradicional parte sur. Cervantes acertó cuando dijo que Sevilla era “amparo de pobres y refugio de desechados”. Se daba también un continuo flujo de campesinos sin tierra desde los campos a Sevilla. Estos campesinos componían las hordas de mendigos y desocupados que vagaban por las calles en busca de comida y que, con frecuencia, no se podían distinguir de los abundantes elementos criminales. Aunque el apiñamiento, la suciedad y la escasez alimenticia motivaban los altos índices de mortalidad y se convertían en catastróficos en las epidemias, la fertilidad parece haber sido alta. Las mismas condiciones de apiñamiento de la vida ciudadana parecen haber alentado una mayor frecuencia de matrimonios y un aumento de la ilegitimidad. El punto esencial parece haber sido la peste de 1599 – 1601. En el siglo XVI, la sociedad sevillana sufrió una profunda transformación. Los comerciantes ennoblecidos, o la nueva nobleza, ocuparon su lugar al lado de la vieja nobleza y, mediante el matrimonio y los vínculos de intereses, ambos grupos se fusionaron para formar, a finales de siglo, una clase social compacta: la nueva élite gobernante de la ciudad. A finales del siglo XV, gran parte de la riqueza de los magnates fue a parar a la construcción de magníficos palacios. Una de las más destacadas de estas residencias ducales fue la Casa de Pilatos. Además de dedicarse a trabajos intelectuales y a ejercer el mecenazgo cultural, los magnates sevillanos participaban activamente en la política municipal. Juan de Jáuregui y Aguilar (1583 – 1641) nació en Sevilla y estudió en Roma en su juventud. Alrededor de 1610 volvió a España con reputación de pintor y de poeta. Era amigo de Cervantes, cuyo retrato pintó. Los eclesiásticos conversos formaron una parte importante de la Iglesia sevillana en el siglo XVI. También había algunos extranjeros españolizados: genoveses, flamencos y napolitanos. El colegio jesuita de San Hermenegildo fue probablemente la mayor escuela de su tipo en España durante el siglo XVI. Era también el más prestigioso de Sevilla y en él se encontraban los hijos de la nobleza y de los comerciantes ricos que describe Cervantes en El coloquio de los perros. Otra orden religiosa que atraía a muchos comerciantes era la de los jerónimos, también debido principalmente a su orientación intelectual. No es sorprendente que el monasterio de San Isidoro del Campo de jerónimos se convirtiera en un refugio de cristianos nuevos y que en el siglo XVI fuera el centro clandestino del protestantismo en Sevilla. Aparte del clero, la clase de profesionales de Sevilla estaba formada por hombres de leyes, médicos y notarios. Muchos de los profesionales eran de origen converso. Esto es especialmente cierto en la medicina. Los médicos eran más numerosos en Sevilla que en cualquier otra ciudad de España. El Ayuntamiento también empleaba un experto en medicina en la cárcel de la ciudad y a otro en la mancebía pública oficialmente permitida, para cuidar de la salud de las mujeres de este lugar. En los tiempos de peste, se suponía que los médicos debían trabajar juntamente con las autoridades municipales. La ley municipal les exigía permanecer en su ciudad cuidando a los afectados en los hospitales dedicados a los enfermos de la peste y sus casas particulares. Les pagaban por sus servicios, pero la generosidad del Ayuntamiento apenas compensaba de los peligros que corrían. La frecuencia de las enfermedades epidémicas en el siglo XVI hacía que la profesión fuera muy azarosa. Los médicos, con frecuencia, morían prematuramente durante estas epidemias. Además de cuidar a los apestados, los médicos asesoraban al municipio en lo concerniente a las medidas de prevención contra la extensión de la enfermedad y para disminuir su impacto. Entre las medidas colectivas que aconsejaron se contaba limpiar todas las calles y lugares públicos, el embargo de mercancías y personas procedentes de las zonas infectadas por la peste, el aislamiento de todos los afectados en hospitales especialmente designados, la destrucción de la ropa de las víctimas de la enfermedad y la quema de plantas aromáticas en varias partes de la ciudad para purificar el aire. Las personas podían contener la infección mediante una combinación de dietas especiales, pomadas y “emanaciones”. Los médicos tenían poco prestigio social y eran, a menudo, objeto de la crítica popular. Incluso Mateo Alemán y Cervantes usaron duras palabras contra ellos. En El Quijote, Cervantes trazó una de las mejores caricaturas de un médico del siglo XVI. Médicos como el doctor Monardes representaban la élite de su profesión. Poseían títulos universitarios y ejercían sobre todo entre las clases más ricas. Los mercaderes estaban continuamente tratando de escalar para formar parte de la nobleza. Los hijos de los mercaderes en el Coloquio de los perros asistían a la prestigiosa academia jesuita de San Hermenegildo. Varios hospitales y asilos, abundantes en Sevilla, acogían huérfanos, ancianos y enfermos pobres. Los trabajadores formaban la mayor parte de la población sevillana en el siglo XVI. La naturaleza aristocrática de la sociedad española y la ignominiosa posición social de las clases trabajadoras se vio muy claramente en la literatura de la época. Cuando se menciona a los trabajadores en las novelas contemporáneas, es normalmente en forma desdeñosa y satírica. El fracaso de las cosechas producía una desastrosa escasez de alimentos en las ciudades, Era raro el año en que no hubiera una escasez grave de trigo en Sevilla. La situación se hizo más crítica con el crecimiento demográfico de la ciudad en el curso del siglo XVI. Las calles de la ciudad estaban repletas de mendigos, vagabundos y desocupados. Mendigar, robar y dedicarse a la prostitución eran sus únicos medios de ganarse la vida. Los criados de los ricos y de los nobles compartían el prestigio de sus amos. El porcentaje de nacimientos en aquel período era elevado, pero la expectativa de vida baja. La peste de 1599 – 1601 debió atacar a los moriscos con gran furia, debido a las condiciones de apiñamiento e insalubridad en que vivían. Esta epidemia hizo estragos, sobre todo, en Triana y varios otros distritos en donde se aglomeraban. La expulsión, que llegó diez años después de la gran peste de 1599 – 1601, aceleró la crisis demográfica con que se enfrentaba la ciudad en aquellos momentos. En el siglo XVI, los esclavos negros, moros y moriscos componían una parte importante de la población de Sevilla. En general, había más esclavas que esclavos. Sevilla en el siglo XVI tenía la mayor comunidad de esclavos en España. La mayor parte de los esclavos en Sevilla parecen haber sido negros. Vagabundos, mendigos, pícaros, rufianes, prostitutas y ladrones fueron abundantes en la Sevilla del siglo XVI, donde representan un grupo organizado con su lenguaje propio (germanía) y un amplio número de métodos y tradiciones bien definidos. Con una gran población y un Ayuntamiento excesivamente blando y corrompido, la ciudad estaba llena de toda clase de elementos indeseables. La jerga de los ladrones era usada a través de toda la ciudad, y todo el mundo iba armado para protegerse. Cervantes y otros escritores del Siglo de Oro describieron en vívidos tonos las pintorescas individualidades que ocupaban los lugares más bajos de la sociedad sevillana de la época. Además de los vagabundos y mendigos, Sevilla tenía una clase de criminales profesionales que eran más numerosos que en ninguna otra ciudad de España en aquel tiempo. Los más típicos representantes de este grupo eran los rufianes o matones, de los cuales los más bajos eran malhechores a sueldo y asesinos profesionales. Su principal actividad consistía en infligir castigos mediante pago. Los rufianes también actuaban como alcahuetes y vivían de los ingresos de las prostitutas. Los matones sevillanos eran muy conocidos por su valor y arrogancia. A pesar de su notoriedad y bravura, los rufianes representaban en el centro solitario un pequeño grupo dentro de las filas del hampa, porque la mayoría de los criminales de Sevilla eran ladrones. Tanto ladrones como rufianes pertenecían a las llamadas cofradías de ladrones, una de las cuales, presidida por Monipodio, fue vívidamente descrita por Cervantes en Rinconete y Cortadillo. Se dividía todo botín. Los ladrones y matones tenían varios lugares de reunión en el centro de la ciudad. Como los santuarios, la cárcel de la ciudad servía como refugio para criminales y base para sus operaciones. La cárcel real de Sevilla era famosa en toda España por su gran número de presos y la variedad de sus crímenes. Se jugaba desde la mañana hasta la noche; eran corrientes entre los internados peleas, cuchilladas y robos. El Arenal era casi un auténtico barrio criminal. Allí estaba la mancebía sevillana, el Compás, que dio su nombre al barrio entero. El número de mujeres casadas es sorprendente. Algunas mujeres ejercían veinte o más años. La administración del reformador conde de Puñonrostro (1597 – 1599) ilustra ampliamente sobre las limitaciones del sistema. Con la marcha del conde de Puñonrostro volvió el estado normal de desorden y confusión[3]. La aportación científica que se atribuía a Nicolás Monardes (1508? – 1588) era haber sido el primer médico europeo en demostrar la utilidad de algunos remedios medicinales de origen vegetal provenientes de América. Monardes fue sobre todo y ante todo un médico de Sevilla. Nació en Sevilla y en esa ciudad ejerció la medicina durante más de medio siglo, desde 1533 hasta la fecha de su muerte, en 1588. En su práctica médica, igual se contemplaba la experimentación de la acción de los medicamentos que trataba de estudiar como la inspección de epidemias a cargo del municipio. Su trabajo consistía en la atención de presos inquisitoriales, igual que a familias poderosas del mundo político, religioso o cultural de Sevilla. El guayaco era un maravilloso árbol procedente de la isla Española, cuya madera permitía elaborar un agua medicinal que curaba a los afectados por el terrible mal de las bubas. En 1586 hizo un informe por encargo de las autoridades sobre la peste que asolaba la ciudad[4]. Francisco de Castro se ocupaba especialmente de aquellas pobres mujeres y las curaba de sus llagas porque eran un gran cirujano. Son también la causa de que mucha gente del campo anduviese llena de bubas y los hospitales repletos de llagados. En las casas públicas tenía que visitarlas cada semana el cirujano y comprobar que estaban sanas, y si no las echaban de allí. La cárcel de Sevilla era grande en todo, no solo por la especialidad del lugar y por la cantidad de presos, sino también por la calidad de los apresados, tanto por ser normalmente sus delitos de marca mayor, como por abundar los presos muy nobles de grandes linajes[5]. El sexo en la España de la época La hermosura como obligada compañera del amor es una constante en Cervantes, con la excepción de Isabela. Pero Isabela va cambiando. El amor despreciado puede llevar al odio por la persona antes deseada. Las bodas, en general, se arreglaban entre los padres de los futuros contrayentes. El matrimonio desigual en cuanto a la edad tenía sus peligros de engaño marital, como demostró la historia de El celoso extremeño. La gente del Siglo de Oro moría joven, pero también empezaba su vida bien temprano. Catorce años tenía Isabela, protagonista de La española inglesa. Quince Constanza en La ilustre fregona. Pero tener más de treinta años significaba en las mujeres del Siglo de Oro decir adiós al amor. Del desgaste natural de un matrimonio al cabo de los años contó Cervantes en su entremés El juez de los divorcios. Existía la homosexualidad masculina, por perseguida que estuviese. El castigo era la muerte. En general, se trataba de gente de alta sociedad[6]. El mismo Cervantes describe como nadie las malas consecuencias que trazan los enlaces de las jovencitas con los viejos achacosos. La atonía y grisura en la vida sexual dentro del matrimonio debía ser lo imperante. Entre los nobles era muy común que tuvieran una manceba, aunque estuvieran casados. En ocasiones, los hijos bastardos se criaban en su propia casa con los legítimos. La mancha en el honor únicamente se lavaba con sangre. La sociedad española del Siglo de Oro era extremadamente homófoba. Eran las mancebías de titularidad pública, y la Administración solía asignarlas, mediante arriendo, a algún hombre principal, que generalmente ponía en su custodia a un individuo de su confianza, que según sexo era denominado padre o madre, como se observa en la obra cervantina. El padre, o la madre, tenía pleno poder sobre las rameras y se encargaba de su manutención. La mancebía, llamada del Compás de La Laguna, estaba situada cerca del puerto, en la zona baja de la ciudad. Lindaba este barrio de placeres con la antigua muralla, donde un postigo daba paso al célebre Arenal, y por otro lado con las casas de vecinos de la ciudad. Esta mancebía tenía la particularidad de estar formada por muchas covachuelas o tabucos, denominados boticas. Hubo varios intentos de erradicar la prostitución de este barrio, alguno muy serio encabezado por el jesuita padre León, cuya orden abogaba por la supresión de las mancebías. Todo estaba bajo el control de la alcahueta, que actuaba como director de la casa de citas. La enfermedad más temida era la sífilis, o mal francés[7]. Otra consecuencia del libertinaje era la abundancia de enfermedades venéreas. La relajación conyugal era más frecuente por parte de la mujer en los matrimonios de actores. Las rameras gustaban de habitar preferentemente en poblaciones que tuvieran universidad o puerto, pues allí era más numerosa y fácil su parroquia. El Compás de Sevilla ocupaba un lugar bajo, donde se estancaban las aguas de lluvia, por lo que se llamó a tal sitio Compás de la Laguna, nombre que llevó la principal vía construida en su recinto. Por un lado, lindaba con la antigua muralla, donde un postigo daba al célebre Arenal. Parece que bajo Felipe IV llegó a cerrarse la famosa mancebía sevillana. Al prohibirse los burdeles públicos, surgieron los clandestinos, con riesgos mayores[8]. Miguel de Cervantes, en Sevilla La Sevilla que va de 1564 a 1600 o 1601 es la que, al parecer, conoció en estancias sucesivas Cervantes. Cervantes residió en Sevilla de mozo y ya de cuarentón, y años después, con algunos intervalos, entre 1585 y 1600 o 1601. La ciudad por donde anduvo o pudo andar Cervantes remite prácticamente a todo el largo reinado de Felipe II. Este coincide también con el ascenso espectacular de Sevilla a la cumbre de su pujanza social y económica. En 1599 se declaró una de las periódicas experiencias de peste que tan rigurosamente se ensañaron con Sevilla y que también produjo numerosas víctimas. Transitar por la mayoría de las calles sevillanas a pie suponía, aparte de la repugnancia de ir chapoteando entre desperdicios fermentados, un riesgo evidente, pues no es nada raro toparse con malhechores de la “infame academia”, como también llamó Cervantes a los discípulos de Monipodio. El carruaje o caballería era el modo de transporte usual en los grupos sociales de algún relieve. Aparte del Arenal, había otros distintos núcleos urbanos de máxima afluencia de público. En primer lugar, las gradas. No en vano, Cervantes eligió este lugar como uno de los escenarios más idóneos para centrar sus magistrales exploraciones en la vida y milagros del hampa sevillana. La capital hispalense era el centro de la región más poblada de la península. Junto a ese magistral cronista literario de la realidad social sevillana que fue Cervantes, la casi totalidad de las novelas picarescas abundan en citas y reflexiones en torno al puerto fluvial de Sevilla. Sevilla pasa a ser entonces la ciudad más cara de España. La marginación, la esclavitud, la delincuencia, la mendicidad proliferan en Sevilla. Entre 1599 y 1602 la peste, importada al parecer por la tripulación de un navío que venía de Portugal, marca el primer síntoma declinante de la población. Hubo casos de heroísmo por parte de algunos médicos y frailes. La importancia de la nobleza sevillana en el gobierno de la ciudad fue evidente. Hubo médicos y botánicos muy acreditados que incluso dejaron obras científicas o misceláneas de muy considerable interés. Los autos de fe se celebraban preferentemente en la plaza de San Francisco. A los relajados, una vez transferidos al brazo secular, los transportaban al quemadero de Tablada, un paraje aledaño al Arenal. El rastro que dejó la ciudad en la vida y la obra de Cervantes fue intenso. En El celoso extremeño y en Rinconete y Cortadillo se establecen valiosas y abundantes informaciones de primera mano sobre la vida sevillana, en especial del hampa. Tan distintas y veraces experiencias se perfilaban a partir de 1585, cuando ya aparece suficientemente atestiguada la presencia de Cervantes en la capital andaluza. Las Novelas Ejemplares fueron publicadas bastantes años después (1613) de que su autor abandonara Sevilla. Pero es más que probable que, al menos las vinculadas temáticamente a la capital hispalense, fuesen redactadas o esbozadas al final de la estancia del novelista en la ciudad o a poco de abandonarla. En 1597, Cervantes ingresó en la cárcel de Sevilla a mediados de septiembre. Situada en un flanco de la plaza de San Francisco, hacia el arranque actual de la calle Sierpes, esa famosa cárcel contó con inquilinos como Miguel de Cervantes, Mateo Alemán, Alonso Cano o Martínez Montañés. Cervantes estuvo encerrado unos tres meses, entre septiembre y diciembre de 1597. Mateo Alemán estuvo preso por los mismos motivos que Cervantes: deudas. Rinconete y Cortadillo puede servir de referencia para conocer la organización interna del hampa sevillana. Hubo asistentes que fomentaron una labor policíaca implacable y cruel, como Francisco Asís de Bobadilla, conde de Puñoenrostro, que llegó a máxima autoridad de Sevilla en 1597, el mismo año en que encarcelaron a Cervantes. La obra cervantina vinculada a estos aspectos testimoniales incluye Rinconete y Cortadillo, El coloquio de los perros, La ilustre fregona o El rufián dichoso. Hay que recordar otros textos literarios como las Aventuras del bachiller Trapaza y La garduña de Sevilla,de Castillo Solórzano. Los garitos, los figones, los burdeles, las posadas ínfimas, las ventas de las afueras, las tienduchas de las barbacanas, constituían lugares de reunión preferidos. Cervantes frecuentó los corrales sevillanos de comedias en su época más floreciente. El más famoso de estos innumerables mesones sevillanos fue el que poseía en la calle Bayona Tomás Gutiérrez, el mejor amigo y valedor que tuvo Cervantes en la capital andaluza. Allí se hospedó el autor del Quijote y allí debió de compartir con el antiguo cómico sus primeros reveses y desventuras. Cervantes murió en 1616[9]. La vida del genial escritor estuvo señalada por los sucesivos viajes, en los que no fueron pocas las frustraciones y las desdichas. Écija fue el centro de operaciones del escritor, pues aquí fijó su residencia para trasladarse al resto de localidades sevillanas y cordobesas. Visitó Cervantes las villas de Carmona, Osuna, Estepa y Marchena. Desde el inicio de su oficio, sufrió las complicaciones propias de los desplazamientos de la época y enfrentamientos con el clero y, sobre todo, con los terratenientes y campesinos, que se resistían a perder el fruto de sus cosechas. Las acusaciones y persecuciones promovidas entonces lo llevaron a la cárcel y a la excomunión por el Cabildo de Sevilla y su provincia al confiscar trigo a los canónigos en Écija. Actuando como recaudador de impuestos por Sevilla y su provincia, visitaría nuevamente pueblos como Carmona, Osuna, Arahal, Morón de la Frontera, la Puebla de Cazalla, Marchena, Paradas y Utrera para reunir provisiones de trigo y cebada con los que se elaboraba el pan que abastecía a los galeones de la Carrera de Indias atracados en el puerto sevillano. La sucesión de deudas y otros asuntos complejos en los que se vio envuelto provocaron su ingreso en la Cárcel Real de Sevilla en 1597. A principios de 1598, salía de la cárcel de Sevilla. Cervantes recreó lugares de Sevilla en sus Novelas ejemplares, mencionó las blancas roscas de Utrera, ironizó sobre la Universidad de Osuna, referenció a Marchena en una fórmula de El Quijote, donde también exaltó las perdices de Morón. Rinconete y Cortadillo retrata el submundo sevillano de pícaros y hampones. Llegó en 1586 para desempeñar el cargo de recaudador de impuestos. Cervantes se encontró entonces una gran ciudad amurallada con un importante arrabal, Triana, comunicado mediante el puente y barcas. La silueta de la urbe estaba definida por el recién concluido campanario de la catedral, la Giralda. La Carmona cervantina era una fastuosa villa. En 1593, Miguel de Cervantes apareció en Utrera. La Utrera del siglo XVI era una villa caracterizada por la notable presencia religiosa, que ocupaba los grandes edificios. Morón de la Frontera fue uno de los pueblos que visitó Cervantes en febrero de 1593. El siglo XVI fue uno de los períodos más boyantes de la historia de Morón de la Frontera y así lo evidencian las grandes construcciones de conventos, iglesias, palacios y otras edificaciones civiles que se levantaron en este momento. En esta época, la villa mantenía su carácter fortificado con la presencia de murallas y el castillo de época musulmana. Desde principios del siglo XVI, ya contaba Arahal con su Concejo propio. Consta que la localidad estuvo en el punto de mira de la ruta iniciada por Miguel de Cervantes en 1592 y 1593. En 1588 y 1593, Miguel de Cervantes recae en el municipio de Paradas, muy próximo a Arahal y Marchena. Fueron dos las ocasiones en las que el escritor se personó en la localidad, aportaciones que fueron indispensables para el abastecimiento de la flota del rey. Hasta en cuatro ocasiones está documentada la presencia de Miguel de Cervantes en Marchena ejerciendo las labores de recaudador de trigo y aceite al servicio del rey. La villa señorial que conoció Miguel de Cervantes en sus visitas era una importante población amurallada. La Puebla de Cazalla conserva de aquella época el Pósito Municipal, construcción conocida por el propio Cervantes. Osuna no quedó muy bien parada en la pluma de Cervantes, que la cita en El Quijote en varias ocasiones, cuestionando la validez académica de los títulos que se conseguían en su Universidad. Cervantes visitó Osuna en el momento en que la villa vivía su época de magnificencia. Miguel de Cervantes llegó a Estepa el 15 de octubre de 1591. El núcleo importante se asentaba en el recinto fortificado del castillo. Écija fue un lugar clave en la vida del escritor desde 1587. Aquí fijó su residencia y estableció su centro de operaciones. El primer problema fue la excomunión del Cabildo de Sevilla al requisar bienes de la Iglesia. El concejo también se opuso a los embargos y las presiones por los impagos se acrecentaron contra Cervantes. La gestión de Cervantes fue puesta en duda y, finalmente, el corregidor ecijano, Francisco de Moscoso, firmó la sentencia que llevó al escritor a la cárcel de Castro del Río, siendo puesto en libertad a los pocos días. A finales del siglo XVI, Écija era de las ciudades más ricas de Andalucía, lo que se tradujo en una importante arquitectura civil[10]. En 1587, Cervantes aceptó una comisión para abastecer de manera extraordinaria los galeones que participarían en la Armada Invencible. Desde 1587 hasta 1594, Miguel de Cervantes se hará cargo de varias comisiones como comisario real de abastos. Tomás Gutiérrez, antiguo comediante que regentaba uno de los mesones más famosos de Sevilla, está muy relacionado con la estancia sevillana de Cervantes. Durante el siglo XVI, se fortalecen las leyes para impedir la libre circulación de los libros impresos en Europa. Serán estos los años de la aparición de la novela picaresca. Fue Sevilla la ciudad hispánica donde más corrales de comedias se abrieron. Su vida dará un giro y le llevará a Castro del Río, comenzando así su periplo por las cárceles sevillanas. La imprenta que va a conocer Cervantes es una industria en decadencia en suelo hispánico. Miguel de Cervantes comenzó a trabajar en septiembre de 1587 como comisario real de abastos. Se hace necesario reforzar el número de comisarios para hacer frente a las nuevas comisiones de sacas de trigo, cebada y aceite. Hay que tener en cuenta el estado ruinoso en que vivía el campo andaluz debido a las malas cosechas de los últimos años. Cervantes llevó a cabo distintas comisiones por tierras andaluzas desde 1587 hasta 1591, a las que se suma posteriormente su puesto de recaudador de impuestos atrasados. El 17 de septiembre de 1587 comienza el comisario Miguel de Cervantes su primera comisión en Écija, que le llevará hasta el 28 de diciembre de este año a pasar largas temporadas en esta ciudad, así como en otras poblaciones de Córdoba. El retraso en el pago, antes que los precios negociados siempre por debajo del precio de mercado, es una de las razones que convierte a los comisarios en algunos de los más odiados y temidos representantes del rey. Las visitas de Cervantes a Écija se sucedieron a lo largo de 1588 y 1589. Las relaciones nunca fueron buenas. No se librará Cervantes de las acusaciones de mala gestión, de cuentas que no cuadraban, de las excomuniones o de la petición de rendir cuentas, que le llevarán a conocer alguna cárcel por dentro, como la Cárcel Real de Sevilla. Las primeras sacas de Écija le perseguirán durante buena parte de su vida. Muchos de sus recuerdos gozarán de una visión literaria. Podemos citar sus pasos como comisario real de abastos por diferentes poblaciones de Andalucía desde septiembre de 1587 hasta febrero de 1594. Desde mediados de septiembre de 1587 hasta el 4 de abril de 1589, podemos situar a Cervantes en Écija. Del 14 de septiembre al 4 de noviembre de 1588, le será asignada la saca de aceite en Marchena. Un complejo entramado que se complica por diferentes actividades económicas a las que deberá hacer frente por el pago tarde y mal del salario establecido por su trabajo. A Miguel de Cervantes le asignaron varias comisiones, desde 1587 a 1594, para la saca de trigo, cebada o aceite, que le llevarán por varios pueblos de Andalucía. Después de estas comisiones y de la espera de ir cobrando los sueldos atrasados, Cervantes sigue en Sevilla con sus negocios de agente. En el verano de 1594, Cervantes comienza una nueva etapa profesional con las cuentas reales: deja su puesto de comisario real de abastos para iniciar (y terminar) su carrera de recaudador de impuestos atrasados, que conlleva un mejor sueldo, pero que también resultó más peligrosa. La realidad pasa por el tamiz de la sátira en la pluma cervantina. Cervantes estuvo preso en la Cárcel Real de Sevilla desde septiembre de 1597 hasta primeros de abril de 1598. La cárcel, convertida en un negocio, adapta sus reglas y espacios a la capacidad económica de los reclusos, donde todo se vende y todo se puede comprar. Dependía del recluso desde la comida al lecho donde dormía o el lugar donde era confinado. Desde 1596 hasta los primeros años del siglo XVII, Cervantes permanece en Sevilla. Cervantes trata múltiples negocios por estos años en Sevilla. Valladolid fue Corte entre 1601 y 1606. Comienza el siglo XVII Cervantes en Valladolid. Su época de plenitud comienza realmente en 1613 con la publicación de las Novelas ejemplares[11]. En Rinconete y Cortadillo, los dos jovenzuelos repararán en la distancia moral que los extraña de las gentes de Monipodio. La mafia sevillana estaba destinada a engrosar la cadena de condenados a galeras. La narración termina de forma abrupta: Cervantes tiene prisa en deshacerse de sus personajes, y lo hace con la afirmación dogmática de su bondad natural[12]. La novela Rinconete y Cortadillo pone en escena a lectores, lectores de relatos picarescos en particular, y esos textos van a constituir todo el motor de la acción. El libro y la lectura representan en realidad el motivo central de la novela. Cervantes ha leído relatos picarescos, los dos protagonistas los han leído también, y el texto, más que la picaresca, nos habla de lecturas picarescas y, de modo más amplio, de lectura y de lectores. Rinconete y Cortadillo se dirigen hacia Sevilla y entran en ella porque han leído libros que la imponían como un decorado imprescindible. Van hacia el escenario indicado en los libros, los cuales son sus guías de viaje. Gracias a la lectura, gracias a su lectura de relatos picarescos, los dos protagonistas descubren mundos extraños, se aventuran lejos de sus casas. Y lo hacen de manera lúdica. Los dos jóvenes se deleitan, se hacen pícaros para divertirse. Aquí, los dos personajes entran en el mundo miserable de los ladrones, real y contemporáneo. Y lo interesante es que la lectura de los relatos picarescos, textos a menudo duros, pesimistas, les van a permitir una aproximación claramente alegre y estimulante de la realidad. Muy significativa es la presencia de la ironía en la novela. Si en el Quijote aparecían los peligros de la lectura, aparecen aquí los placeres que genera. Las andanzas de Rinconete y Cortadillo representan una iniciación, una iniciación a la edad adulta[13]. El protagonista de la novela picaresca, que pertenece a un estado social muy bajo, utiliza la astucia para subir de nivel social y es capaz de recurrir a actos tales como la estafa y el engaño. En la picaresca cervantina se combinan los elementos de la picaresca al uso con la novela breve de origen italiano. Cervantes presenta la figura del género en algunas obras como en las novelas ejemplares (Rinconete y Cortadillo, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros) y en el Quijote. Hay cinco diferentes figuras del pícaro en las Novelas ejemplares: Rinconete y Cortadillo, el alférez Campuzano, Berganza y Cipión. En Rinconete y Cortadillo se cuenta la historia de dos muchachos que se han escapado de sus viviendas en el camino hacia Sevilla. Rinconete sabe leer y escribir y es muy inteligente. Esta novela cuenta la historia de dos muchachos que se han escapado de sus viviendas en el camino hacia Sevilla. Esta amistad genera, de manera picaresca, una serie de aventuras que, animadas entre estafa y líos, se interrumpen y abren el pasaje a la vida libre de la pareja en la casa de Monipodio, cuartel general del hampa en Sevilla. Se trata de una sociedad que convive con la otra sociedad civil y se pone de acuerdo en una serie de normas y reglamentos. Esta novela describe la España de comienzos del siglo XVII, donde todo se concentra en el paisaje urbano y humano de Sevilla. Cervantes refleja su experiencia personal. Los años en los que se ambienta la historia son entre 1587 y 1604, cuando Cervantes vivía en Valladolid. Cipión y Berganza representa una nueva novela picaresca. Berganza confiesa haber nacido en Sevilla. En esta novela, la acción se desarrolla en el hospital de la Resurrección, en Valladolid. El pícaro cervantino no responde a la estructura narrativa propia de las novelas picarescas, puesto que a menudo en sus obras encontramos a dos personajes picarescos. Los protagonistas se apoyan y ayudan recíprocamente. Además, dan un ejemplo moral a lo largo de la obra criticando la falta de libertad, la falsa piedad, y al final aparece el deseo de rehabilitarse y regresar a la vida de siempre. Rinconete y Cortadillo son dos muchachos inteligentes que, a través de su sabiduría, consiguen manipular el pensamiento del gran Monipodio y, sobre todo, a las personas menos cultas[14]. Como respuesta a su celo en el embargo de trigo y cebada a las iglesias de Écija, el vicario general del Arzobispo de Sevilla dictó sentencia de excomunión para él. Entre enero y abril de 1589 pasó la mayor parte de su tiempo entre Écija y Sevilla. Su rastro reaparece el 12 de febrero de 1590 en Carmona. De vuelta a Sevilla, empezaron las complicaciones que le llevaron, por culpa de un abuso de poder del juez Vallejo, a dar con sus huesos en la Cárcel Real de Sevilla. Cabe mencionar al jesuita padre Pedro de León, que fue capellán de la Cárcel Real en el momento en que Cervantes estuvo preso en ella. Había sido comisionado para requisar el trigo y el aceite destinados a la nueva armada proyectada por Felipe II después del desastre de la Invencible. El 18 de octubre de 1593 se fue otra vez a Sevilla para continuar con su trabajo de recaudador de impuestos. Entre las ciudades españolas elegidas por Cervantes como marco de sus ficciones, Sevilla fue la que mayor huella dejó en su vida y su obra. Sevilla siempre fue punto de partida y punto de referencia de sus complicados desplazamientos. Los innumerables recorridos que realizó por toda Andalucía durante estos años implicaron una existencia andariega, llena de complicaciones y dificultades, pero le permitieron acumular una suma de observaciones y experiencias que, más tarde, se fundirían en las Novelas ejemplares y el Quijote. Sevilla alcanzaba entonces los 150.000 habitantes. Al autor de las Novelas ejemplares debemos el cuadro más vívido que hay del hampa sevillana. También se han asignado a esta época dos de las novelas ejemplares, Rinconete y Cortadillo y El celoso extremeño[15]. Rinconete y Cortadillo fue llevado a la pequeña pantalla en 1968 por Basilio Martín Patino, pero antes tuvo otra experiencia cervantina con La ruta de Don Quijote, cuyo guion escribió. Azorín le pidió el guion para trabajarlo por su cuenta. El proyecto no llegó a plasmarse en cine. En cuanto a Rinconete y Cortadillo, Patino tuvo la suerte de tener como profesor de Letras a Lázaro Carreter, que le enseñó a valorar la picaresca como el más fiel retrato de su época, en este caso el hampa de la Sevilla de finales del XVI, en pleno proceso ya de decadencia. Dentro de su evidente intención satírica, Cervantes era veraz y no exageraba, según nos lo asegura Luis de Zapata al describir cómo eran las cofradías de ladrones y su organización. O retratos increíbles, como el del capitán Contreras. Patino escribió el guion siguiendo la técnica cinematográfica de Cervantes: extraer de lo cotidiano la materia artística. Cervantes hace esta aportación adentrándose en el hampa con la que había convivido, recluido en la cárcel. Y lo describe con más humor que tristeza: antihéroes, mendigos, ladrones, borrachos. Arropado en la dirección por José Luis García Sánchez y Bernardo Fernández, Patino recurrió al actor Agustín García Calvo, catedrático entonces expulsado de la Universidad. Alfonso Guerra les ayudó también. Miguel Picazo realizó en 1971 otra versión de Rinconete y Cortadillo[16]. El guion de Picazo y López Yubero cojea, sobre todo, en el arranque: encuentro de dos pícaros y primeras bribonadas en comandita. Pero con la llegada a Sevilla de Rincón y Cortado la obra adquiere otro aire. Los contactos con el hampa sevillana y toda la ceremonia de ingreso en la Cofradía de Monipodio son los momentos cumbres. Picazo acentuó la intención crítica del texto cervantino. Pero Rinconete y Cortadillo apasiona por la excelente dirección de Picazo. Picazo falló en uno de sus puntos fuertes: la dirección de actores. Picazo tuvo que asumir el papel de Monipodio por necesidad[17]. El telefilme Cervantes fue una superproducción de 1981 dirigida por Alfonso Ungría. Fueron necesarios tres años de trabajo y casi dos años para escribir el guion, obra de Daniel Sueiro, Isaac Montero, Manuel Matji y Eugenio Martín, con la supervisión de Camilo José Cela. La acción del telefilme transcurre a lo largo de 47 años. Los guionistas tuvieron que someterse a una rigurosa reconstrucción histórica. El telefilme es un largo flash – back sobre la vida del escritor a partir de los testimonios de quienes le conocieron y tal como lo relatan al licenciado[18]. [1] BETRAN MOYA, José Luis: Historia de las epidemias en España y sus colonias (1348 – 1919). Madrid: La Esfera de los Libros, 2006. [2] ROLDÁN SALGUEIRO, Manuel Jesús: Historia de Sevilla. 4ª ed. S.l.: Almuzara, 2014. [3] PIKE, Ruth: Aristócratas y comerciantes. La sociedad sevillana en el siglo XVI. Barcelona: Ariel, 1978. [4] PARDO TOMÁS, José: Oviedo, Monardes, Hernández. El tesoro natural de América. Colonialismo y ciencia en el siglo XVI. Tres Cantos: Nivola, 2002. [5] LEÓN, Padre Pedro de: La mala vida en la Sevilla de 1600. Memorias secretas de un jesuita 1575 – 1610. Ed. de Bernardo Fernández. Sevilla: Renacimiento, 2020. [6] DÍAZ – PLAJA, Fernando: La vida amorosa en el Siglo de Oro. Madrid: Temas de Hoy, 1996. [7] LÓPEZ GUTIÉRREZ, Luciano: Amor y sexo en el Siglo de Oro. Madrid: Abada, 2019. [8] DELEITO Y PIÑUELA, José: El desenfreno erótico. Madrid: Alianza, 1995. [9] DELEITO Y PIÑUELA, José: El desenfreno erótico. Madrid: Alianza, 1995. [10] Cervantes en Sevilla y su provincia. Sevilla: Prodetur, 2016. [11] LUCÍA MEGÍAS, José Manuel: La madurez de Cervantes. Una vida en la Corte (1580 – 1604). Madrid: EDAF, 2016. [12] GARCÍA LÓPEZ, Jorge: “Rinconete y Cortadillo y la novela picaresca”, en Cervantes. Bulletin of the Cervantes Society of America, Vol. XIX, nº 2, 1999. [13] PEYREBONNE, Nathalie: “Rinconete y Cortadillo, leer y ser leído, y sin peligro” en SAGASTUME, Jorge R.G. (ed.): Cervantes novelador. Las Novelas ejemplares cuatrocientos años después. Málaga: Fundación Málaga, 2014. [14] AUCIELLO, Antonello: El pícaro cervantino. Bari: Università degli Studi di Bari Aldo Moro, 2016 – 2017. [15] CANAVAGGIO, Jean: Diccionario Cervantes. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica, 2020. [16] MARTÍN PATINO, Basilio: “Dos experiencias cervantinas” en Cervantes en imágenes. Donde se cuenta cómo el cine y la televisión evocaron su vida y su obra. Coordinado por Emilio de la Rosa, Luis M. González y Pedro Medina. Alcalá de Henares: Festival de Cine, 1998. [17] PÉREZ GÓMEZ, Ángel: “Rinconete y Cortadillo”. Ibid. [18] PÉREZ ORNIA, José Ramón: “Cervantes, un telefilme español para la primera cadena”. Ibid.
La Sociedad Cervantina de Alcázar apoya a Manuela Sáez en el Palacio de Liria Fecha de Publicación: 28/09/2023 El duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo: “La Dra. Sáez ha regalado a esta Casa uno de los textos más rigurosos, concienzudos y enriquecedores sobre el Conde de Lemos” Alcázar de San Juan, 28-09-2023.- En la tarde del miércoles 27 de septiembre miembros de la Junta Directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan estuvieron invitados en el Palacio de Liria de Madrid para apoyar con su presencia a Manuela Sáez González en la presentación oficial de su libro “Vida y obra del VII conde de Lemos, don Pedro Fernández de Castro”. La presentación tuvo lugar en este palacio, residencia de los duques de Alba, porque el Excmo. Sr. D. Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo es a la vez el actual XXIII conde de Lemos, además de acumular otros treinta y cinco títulos nobiliarios. Precisamente el duque de Alba ejerció como anfitrión e inició las intervenciones dando a los presentes la bienvenida a su casa, y especialmente a Manuela Sáez González, agradeciéndole el gran trabajo culminado tras más de cuarenta años de investigación, del que se sintió orgulloso y dijo haberlo recibido como un regalo para la Casa, calificándolo como uno de los trabajos más rigurosos, concienzudos y enriquecedores que se han realizado sobre el conde de Lemos. En el acto, estuvieron presentes el embajador de Italia en España, el napolitano Giuseppe Buccino Grimaldi, así como el alcalde de Monforte de Lemos (y presidente de la Diputación Provincial de Lugo) José Tomé Roca, que estuvo acompañado por la primera teniente de alcalde de la ciudad, Gloria María Prada Rodríguez. En el acto intervinieron además de duque de Alba y la autora del libro Manuela Sáez González, el catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, José Manuel Cruz Valdovinos, el jefe del departamento de escultura del Museo del Prado, Manuel Arias y el presidente de Hércules de Ediciones, Francisco Rodríguez Iglesias, editora del trabajo (2 volúmenes de gran formato) que ayer se presentó. A la finalización de las intervenciones tuvo lugar un concierto a cargo de Mercedes Hernández (soprano) y Fernando Reyes (tiorba y guitarra barroca), que interpretaron música de la época del VII Conde de Lemos, incluyendo en su repertorio una pieza escrita por el propio conde que fue musicalizada por Giovanni María Trabaci, junto a otras obras de la época que hicieron a los presentes trasladarse al pasado, dando un ambiente especial al Palacio de Liria. Juan Bautista Mata (presidente), Luis Miguel Román (vicepresidente) y Constantino López (secretario), quisieron estar presentes en este importante acto cultural en representación de la Sociedad Cervantina de Alcázar y para mostrar su apoyo incondicional a su amiga Manuela Sáez González quien ha honrado ya con su visita en dos ocasiones a Alcázar de San Juan, una de ellas muy reciente en la que impartió la conferencia titulada “El conde de Lemos mecenas de escritores”. Manuela Sáez se merecía que su excelente e incansable trabajo haya sido reconocido y más aún en un evento de esta categoría en el Palacio de Liria (con un excelente museo que conserva una segunda edición del Quijote de 1605), rodeada de personalidades notables del mundo de la cultura y de la política. Desde esta Sociedad no podemos estar más de acuerdo con lo afirmado por el profesor Cruz Valdovinos, no explicándonos el motivo por el que Monforte de Lemos no ha tributado un mayor reconocimiento a Manuela Sáez, proponiendo desde este momento su nombramiento como Hija Predilecta de la ciudad lucense. Sociedad Cervantina de Alcázar
Conde de Lemos, mecenas de escritores con alma de autor Fecha de Publicación: 23/09/2023 Alcázar de San Juan, 23-09-2023.- El jueves 21 de septiembre, en el Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan, tuvo lugar la conferencia impartida por Manuela Sáez González titulada “El conde de Lemos mecenas de escritores”. La conferencia que fue trasmitida en el perfil de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar, tuvo un amplio seguimiento por la red social. La Dra. Sáez González, que es la autora de la gran biografía que se ha escrito sobre don Pedro Fernández de Castro y Andrade, alabó la figura del VII conde de Lemos -aunque aportó también importantes datos de sus antepasados y contrariamente a lo que dicen la mayoría de historiadores, apuntó a Lugo como su ciudad de nacimiento- y se centró en su honestidad como gestor durante sus misiones encomendadas en el virreinato de Nápoles o como presidente de los Consejos de Indias y de Italia. Alabó su rectitud y su trato deferente hacia sus subordinados, contando anécdotas curiosas como cuando el conde hizo un viaje por “sus estados gallegos” a su vuelta a Galicia, en el que cada vez que partía de un pueblo o aldea, hacía sonar instrumentos de viento para anunciar su marcha, de modo que todos aquellos que considerasen haber sido perjudicados en las ventas de alimentos o cualquier bastimento adquirido para su amplísima comitiva, se lo hiciesen saber a él directamente para encargarse personalmente de las posibles quejas. A una pregunta de los asistentes sobre la rectitud y probidad del conde y sobre si no había ningún documento que contrariase su buena fama, Manuela Sáez respondió muy firmemente que lo poco malo que sobre el conde circulaba, obedecía a maledicencias sin fundamento lanzadas por sus enemigos para perjudicarlo, ya que según todos los documentos examinados por la Dra. Sáez González, tanto su desempeño en la administración como su comportamiento, siempre fueron inmaculados. Pero no sólo fue un excelente político y servidor público, sino que además fue un reputado coleccionista de arte (llegando a dejar un importante colección de arte italiano en el monasterio de las clarisas de Monforte de Lemos) y un excelente escritor. Tanto fue así que Manuela opina que si el conde no se hubiese dedicado a tareas políticas habría sido escritor, sin ninguna duda. De hecho, se le considera autor de las siguientes obras: Descripción de la gobernación de los Quixos, El búho gallego, Glosas al príncipe Felipe, Soneto musicalizado probablemente por G.M.Trabaci, Décimas, Romance: Del conde de Lemos desde Galicia, así como de algunas comedias perdidas: una, titulada La casa confusa, representada ante la corte de Felipe III por la compañía de Baltasar de Pinedo en la iglesia del Convento de las Dominicas de San Blas de Lerma el 16 de octubre de 1617. En todas sus obras se puede observar un modo de narrar los sucesos no exento de fina e inteligente ironía gallega. Si los cervantistas conocemos al conde y le tenemos admiración fue precisamente por ser protector de diferentes escritores del siglo de Oro como Lope de Vega (quien fue su secretario mientras era marqués de Sarria), los hermanos Argensola, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, García Barrionuevo, Diego de Arce o Mira de Amezcua; pero especialmente fue mecenas de nuestro querido Miguel de Cervantes, que le dedicó las Novelas ejemplares, Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados, la Segunda parte del Quijote y Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Cervantes decía de su benefactor: “…en Nápoles tengo al grande conde de Lemos, que sin tantos titulillos de colegios ni rectorías, me sustenta, me ampara, y hace más merced que la que yo acierto a desear”. Pero no sólo apadrinó a estos escritores en territorio español, sino que lo hizo con otros escritores afincados en la Nueva España (México), que le dedicaron sus obras, Baltasar Echave Orio, Hernando Ojea y Bernardo Balbuena, así como Fray Reginaldo de Lizárraga y el conquense González de Nájera que desde Chile también le dedicó: Desengaño y reparo de la guerra del reino de Chile… Manuela Sáez González acabó la conferencia dando oportunidad al público de formular sus preguntas y se produjo un interesante intercambio de información que enriqueció con nuevos datos al público asistente. Para quien no pudo asistir a esta interesante conferencia, está disponible en el canal de YouTube de esta SCA: https://youtu.be/0zxgBSLx8QA Anterior a la conferencia, tuvo lugar una breve entrevista para la televisión local Mancha Centro TV en la que también le fueron formuladas a Manuela Sáez unas preguntas muy interesantes y bien encaminadas a obtener de la conferenciante una información extra para el público. Consideramos que esta entrevista no debe perdérsela: Sociedad Cervantina de Alcázar
Buscando la patria de don Quijote Fecha de Publicación: 21/09/2023 Dentro de los actos que el Ateneo de Alcázar está celebrando coincidiendo con los 25 años de su fundación, este pasado sábado 16 de septiembre ha tenido lugar una mesa redonda con el título Buscando la patria de Don Quijote: Entre el Campo de Montiel y el Corazón de la Mancha. La Junta Directiva me propuso poder presentar en ella mi hipótesis en la que mantengo que el lugar de don Quijote es Alcázar de San Juan, ante otras dos que defienden que dicho lugar es Mota del Cuervo y Villanueva de los Infantes. El lugar elegido fue el Museo Municipal que contó con numerosas personas asistentes, tanto locales como llegadas de otros lugares, muy interesadas en este tema. Esta es mi presentación y las imágenes que acompañé en dicho acto: Mi hipótesis sobre la localización del lugar de don Quijote, su patria es la Mancha, parte de la lectura íntegra y fiel de la novela. Utilizo el método de análisis inductivo para marcar en el mapa de la Mancha el lugar que más probabilidades tiene de serlo, teniendo en cuenta todos los condicionantes o referencias geográficas que nos deja Cervantes en la obra. Después, mediante el análisis deductivo, compruebo que la morfología e imágenes que de este lugar nos describe Cervantes, todas corresponden al lugar señalado. Por cuestiones de tiempo en esta mesa me ceñiré al primer método y marcaré geográficamente, en el mapa de la Mancha, el lugar de don Quijote. Cervantes, en el Quijote, utiliza un recurso narrativo innovador, con el que consigue que a don Quijote le surjan aventuras tanto de frente como por alcance en los caminos por donde transita. Para que personajes como el Caballero del Verde Gabán o los invitados a las bodas de Camacho y Quiteria le alcancen en el camino, solo tiene que escoger para dQ un caballo tan viejo y flaco como él, y además casi inválido. Para el ventero, que luego le arma burlescamente caballero, Rocinante no valía «ni aún la mitad» que cualquier caballería que por allí había pasado. Para que no le quedase duda al lector, Cervantes mide exactamente esa condición física de Rocinante en el combate de don Quijote con el Caballero de la Blanca Luna, en las playas de Barcelona. En la justa que acometen, la distancia que los separa en el inicio hasta el punto del lance, las dos terceras partes la recorre el caballo del de la Blanca Luna y una tercera parte Rocinante, ¡exactamente la mitad! Así, haciendo que Rocinante caminara a la mitad de la velocidad que un caballo normal otros viajeros le alcanzarían en el camino. Si un caballo normal anda en terreno llano, como son los caminos de la Mancha, una legua a la hora, unos seis kilómetros, Rocinante solo anda media legua, unos tres kilómetros a la hora.Solo así, también el espacio y el tiempo de las aventuras coinciden en el mapa de la Mancha. Hay dos espacios geográficos importantes a la hora de enmarcar el origen de don Quijote: la Mancha y el Campo de Montiel, mejor dicho “el antiguo Campo de Montiel”. Si el topónimo Mancha ha llegado hasta nuestros días es sin duda alguna por ser la patria de don Quijote. Lo que nos interesa definir es la Mancha natural que conoció Cervantes y no los espacios que las distintas divisiones de territorio, a lo largo de los siglos, han tenido este nombre, como la Mancha de Haver Garat (1237), Común de la Mancha (1353-1603), Partido de la Mancha (1530-1566), Provincia de la Mancha (1691-1833), Comarca Agraria de la Mancha (1976) y actualmente la Región de Castilla-La Mancha (1982) ¿Qué límites tiene el espacio geográfico de la Mancha, en cuyo corazón está la cueva de Montesinos, como nos indica expresamente Cervantes? Ni el Común de la Mancha ni el Partido de la Mancha, anteriores a la escritura del Quijote, tenían entre sus límites administrativos esta famosa cueva. Para responder a la pregunta anterior, y no enredarnos en qué era o no la Mancha del Quijote, lo mejor es leer lo que el propio Cervantes y Lope de Vega nos apuntan sobre sus límites geográficos. Cervantes lo hace en la novela La Gitanilla, publicada en 1613 entre los dos Quijotes: «… Dejaron, pues, a Extremadura y entráronse en la Mancha, y poco a poco fueron caminando al reino de Murcia» Para Cervantes, la Mancha está entre Extremadura y el reino de Murcia. Lope de Vega en El peregrino y su patria, de 1604, delimita el sur de la Mancha nombrando el Viso del Marqués,situado en las estibaciones de Sierra Morena: «Entre los esclavos de Alí Jafer había un español, hombre ya entrado en días, natural del Viso, aquel lugar de la Mancha donde el marqués de Santa Cruz labró aquella insigne casa…» El norte de la Mancha natural no lo he encontrado en la literatura de aquellos años. Sílo demarca al sur del Tajo, entre otros geógrafos, el alemán Jessen: «Sin un tránsito sensible abandonamos la cuenca del Tajo para entrar en la del Guadiana, y, de la misma manera, la mesa de Ocaña pasa a convertirse en La Mancha…» Estos son los límites naturales de la Mancha, un territorio muy extenso de Castilla. Cervantes nombra explícitamente varios lugares de este inmenso territorio en el Quijote, y entre ellos los lugares cercanos al lugar de don Quijote y Sancho Panza,con los que hay una estrecha relación física y humana con él. En el mapa de la Mancha estos lugares de Tembleque, Quintanar de la Orden, Argamasilla de Alba, Puerto Lápice y El Toboso, e implícitamente nombrada Campo de Criptana, conforman lo que denomino la “Comarca de dQ y SP”, su hábitat, su entorno familiar y social cercano. Tembleque, es el lugar al que va Sancho a segar desde su pueblo. Quintanar, es el lugar al que Sansón Carrasco va a comprar los perros Barcino y Butrón. Argamasilla, es el lugar de los académicos. Puerto Lápice, es el lugar al que llegan después de la batalla de los molinos. El Toboso, el lugar de Dulcinea, que tan bien conocen ambos. Campo de Criptana, no está nombrada explícitamente, pero es el único lugar de la Mancha que contaría antes de la escritura del Quijote con más de treinta molinos. Dentro de esta gran comarca manchega está sin duda el lugar de don Quijote. De estos treinta y cuatro lugares que la integran, los que están nombrados en la novela no pueden ser este lugar, por expreso deseo de su autor que no quiso acordarse de su nombre. Solo los marcados en rojo pueden serlo. El Toboso es un lugar «tan cercano» al de don Quijote, que incluso se conocían sus vecinos y sus familias. Don Quijote tiene decidido,en su tercera salida, ir hasta El Toboso a encomendarse a su princesa antes de ponerse en cualquier aventura. Indica el narrador que al anochecer don Quijote y Sancho Panza salen de su pueblo. Ambos conocen el camino y la distancia que separa estos dos lugares.Solo habían recorrido algo más de media legua cuando le dice don Quijote a Sancho:«… la noche se nos va entrando a más andar y con más escuridad para alcanzar a ver con el día al Toboso» (Q2, 8). Esa es la distancia de camino que separa ambos lugares, una noche de camino de primavera al paso de Rocinante.Don Quijote y Sancho hacen lo que es lo normal ante una noche tan oscura: parar y pasar la noche junto al camino. Duermen o hablan, no lo especifica el narrador, y la jornada de camino prevista por ambos (Sancho que conoce el camino como don Quijote no le contradice en su previsión de llegar en esa noche) la hacen durante el día siguiente, llegando al anochecer. Terminando el narrador con: «En fin, otro día, al anochecer, descubrieron la gran ciudad del Toboso». El espacio indefinido, «cerca» o «tan cerca», Cervantes lo deja bien “definido”como la distancia que el bueno de Rocinante puede recorrer en una jornada de camino. En 8 a 10 horas, de noche o de día, Rocinante caminaría de 24 a 30 km. Para recoger el mayor número de lugares que cumplan esta condición marco dos círculos con centro en El Toboso a 20 y 35 km. Los lugares no nombrados en el Quijote y que se encuentran entre estos círculos, a una jornada de El Toboso, son los marcados en rojo. En la primera salida, don Quijote sale por la mañana y llega al final de un muy largo día de camino a una venta donde es burlescamente armado caballero. En esta parte de la Mancha, y dentro de esta comarca, había cuatro ventas: la Venta de Montealegre en Lillo, la Venta de Manjavacas en Mota del Cuervo, la Venta de Las Motillas en Alcázar de San Juan y la Venta de Puerto Lápice. La de Puerto Lápice no puede ser la venta a la que llega don Quijote porque hasta allí irá, ya con Sancho, después de la batalla contra los molinos. Además,esta venta está en territorio de la Orden de San Juan, como la Venta de las Motillas,y ningún ganadero de Quintanar, de donde era Haldudo (el ganadero de la aventura de Andresillo que ocurre al poco de salir de la venta) pagaría paso y pastos para su ganado cuando en la Orden de Santiago eran gratis. En la Orden de Santiago nos quedan las otras dos ventas. El camino que lleva don Quijote en esta primera salida es el de Toledo a Murcia, como ahora veremos,y solo la Venta de Manjavacas se encuentra en este camino. Es, por tanto, esta Venta de Manjavacas de Mota del Cuervo en la que es armado caballero don Quijote. Trazo ahora dos círculos con centro en la Venta de Manjavacas, a 20 y 50 km. Los lugares de la comarca cervantina, que no están nombrados en la novela, están a una jornada de El Toboso y se encuentran entre diez a doce horas de camino de Rocinante,una jornada larga, son: Corral de Almaguer, La Villa de Don Fadrique, Villafranca de los Caballeros, Herencia, Alcázar de San Juan, Quero y Tomelloso. Estos que en la relación inicial quedan marcados en rojo. Una de las aventuras de la primera salida es el encuentro de don Quijote con unos mercaderes de Toledo que iban a comprar seda a Murcia, cuando don Quijote regresaba desde la venta a casa por el mismo camino que le trajo a ella. El camino de Toledo a Murcia, tan transitado en aquella época, tiene gran importancia en el análisis geográfico de la novela que no podemos obviar. Disponía de una ruta principal marcada en las guías de caminos de la época, los conocidos como repertorios de caminos, y por esta parte de la Mancha contaba con dos o tres variantes con la misma longitud aproximadamente, utilizadas por unos u otros viajeros según el interés de su paso. Vemos, como decía antes, que la Venta de Manjavacas está en este mismo camino utilizado por dQ en esta primera salida. El encuentro es de frente con los mercaderes de Toledo, por lo que don Quijote volvía a su casa por este camino de este a oeste, de Murcia a Toledo. El camino de Toledo a Murcia pasa por medio del lugar de don Quijote. En el afán de traer al famoso hidalgo a su casa, desde la venta de Sierra Morena, la princesa Micomicona, Dorotea, hace que don Quijote le diese su palabra de que iría con ella a su país. Para que don Quijote no dudase de la treta urdida entre todos, dice el cura «… por mitad de mi pueblo hemos de pasar; y de allí tomará vuestra merced la derrota de Cartagena, donde se podrá embarcar con buena ventura…» (Q1, 24). De los lugares de la comarca, que no están nombrados en la novela, que están a una jornada de El Toboso y de la Venta de Manjavacas, y que por mitad de su plaza pasa el camino de Toledo a Murcia solo son: Villa de don Fadrique, Villafranca de los Caballeros y Alcázar de San Juan. Si hay un dato que hace coincidir a quienes de una manera o de otra se acercan al Quijote, es que Cervantes conoce la existencia de los más de treinta molinos de viento que había en Campo de Criptana, y es allí hacia donde encamina al hidalgo manchego, ya acompañado de Sancho Panza, en su segunda salida. Dice el narrador que «una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en el cual caminaron tanto que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen… en esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo…» Parece muy claro que el espacio que separa su pueblo de Campo de Criptana es muy pequeño. Esta salida ocurre en mitad de una corta noche del mes de agosto, llegando al amanecer a ver estos gigantes. El tiempo máximo de este recorrido habría sido entre tres y cinco horas. He marcado un círculo a quince kilómetros desde Campo de Criptana y solo Alcázar de San Juan queda dentro de este margen de espacio. De los treinta y cuatro lugares que forman la comarca natural donde habitan dQ y SP, solo uno de ellos cumple contodas las condiciones o referencias geográficas descritas por Cervantes para ser el lugar de don Quijote. Este lugar es Alcázar de San Juan, en el que hoy estamos. Ahora sí percibimos claramente que la geografía física y humana de esta parte de la comarca cervantina coincide expresamente con el texto. Saliendo hacia el este al final de un largo día llega a la Venta de Manjavacas. A la vuelta por el mismo camino, después de la aventura con el pastor Andresillo llega a un cruce, el mismo que describe Cervantes cuando don Quijote deja al libre albedrío a Rocinante para que escoja el camino, que lógicamente es hacia su cuadra. Poco después se encuentra con los mercaderes toledanos, llegando a su casa molido a palos y a lomos de un borrico de un vecino suyo que lo recogió del camino. En la segunda salida, de nuevo hacia el este, se encuentra con los molinos de viento de Campo de Criptana. Distinguimos también que Alcázar de San Juan cuenta con varios arroyos y tres ríos en su término, donde sus vecinos, como Sancho, pescaban en ellos. Otra condición geográfica más del lugar de don Quijote que solo Alcázar de San Juan cumple en el mapa de esta parte de la Mancha. Con respecto al antiguo y conocido Campo de Montiel, un territorio significativo de la Mancha, es nombrado cinco veces en la novela y de ellas tres al comienzo de cada una de las salidas. Cervantes deja meridianamente clara la situación geográfica del lugar de don Quijote con relación a él. En la primera salida dice el narrador que «… subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel» y para que no dudase el lector subraya «Y era la verdad que por él caminaba» Parece claro que don Quijote estaba en el campo de Montiel, pero si era así ¿por qué remarca con «Y era la verdad que por él caminaba»? La respuesta a esta pregunta está en la segunda salida, cuando para estar en el campo de Montiel debe de “acertar” a tomar el mismo camino que la vez anterior. Y me surge otra pregunta ¿si el lugar de don Quijote está en el campo de Montiel porqué tiene que acertar en tomar un camino particular para estar en él? La respuesta a esta segunda pregunta nos la da el narrador en la tercera salida cuando esta vez toma otro camino diferente a las dos anteriores, el camino de El Toboso, y ya no comienzan las nuevas aventuras en el territorio del campo de Montiel. El lugar de don Quijote, por tanto,no está dentro del antiguo Campo de Montiel, pero está tan cerca de sus límites que “acertando” don Quijote en el camino de salida de su pueblo, al poco “comienza” a estar en él. Si el lugar de don Quijote estuviese dentro del Campo de Montiel, como vemos en el recuadro de arriba, no haría falta “acertar” para estar en él, saliese por donde saliese siempre estaría en él. Si ahora nos fijamos en el recuadro inferior, con el lugar de don Quijote fuera del campo de Montiel pero junto a sus límites, acertando por uno de sus caminos entra en él. Vemos también que con esta posición de su pueblo, en la tercera salida, al tomar otro camino distinto ya no entra en este territorio santiaguista. Alcázar de San Juan, en la Orden de San Juan, tiene al este sus límites con la villa santiaguista de Campo de Criptana, que en lo antiguo fue uno de los cuarenta lugares que formaban el territorio del antiguo Campo de Montiel. En las dos primeras salidas, hacia el este, dQ entra en el antiguo Campo de Montiel, donde se encuentran la Venta de Manjavacas y los molinos de Campo de Criptana, y en la tercera salida lo hace por otro camino, por el camino a El Toboso. Geográficamente, Alcázar de San Juan es el lugar de don Quijote de cuyo nombre Cervantes no quiso acordarse, ¡él sabrá los motivos!, pero esto es materia para otra curiosa mesa. ¡Gracias! Luis Miguel Román Alhambra
Manuela Sáez González hablará en Alcázar de San Juan del conde de Lemos Fecha de Publicación: 17/09/2023 Alcázar de San Juan, 17-09-2023.- Enmarcada en el Ciclo de Conferencias «Universo Quijote» tendrá lugar la conferencia de la Doctora Manuela Sáez González titulada “El conde de Lemos, mecenas de escritores”, será el próximo jueves 21 de septiembre a partir de las 19:00 horas en el Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan. Manuela Sáez González es Doctora en Geografía e Historia (Sección de Historia del Arte) en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid desde 1989. Es una experta en la platería y en los plateros gallegos, pero sobre todo posee reconocido prestigio internacional en la casa de Lemos y concretamente en el VII Conde que además de ser Virrey de Nápoles, presidente del Consejo de Indias y presidente del Consejo de Italia, fue mecenas de Miguel de Cervantes Saavedra y de otros escritores españoles del Siglo de Oro. En la conferencia, la Dra. Sáez también hablará de los escritores americanos de su tiempo que le dedicaron obras literarias. En octubre de 2022 Manuela Sáez González fue directora técnica del Comité organizador que dirigió el Congreso Internacional: VII Conde de Lemos en el IV Centenario de su muerte (1622-2022) que se desarrolló en la Casa de la Cultura de Monforte y que sirvió para poner en valor la figura de D. Pedro Fernández de Castro y Andrade. Este encuentro internacional abordó, a través de investigadores y especialistas en el VII Conde de Lemos diversos aspectos relativos al legado dejado por este noble en Galicia y Monforte, así como su importancia dentro de la historia de España y de Italia, en concreto en Nápoles. Esta importante cita cultural pudo llevarse a cabo gracias al trabajo de nuestra querida monfortina junto con la UNED-Monforte de Lemos, universidad organizadora del congreso, y sobre todo gracias a la financiación del Ayuntamiento de Monforte de Lemos. Autora de la mayor biografía del Conde de Lemos escrita hasta la fecha, que ha titulado VIDA Y OBRA DEL VII CONDE DE LEMOS, DON PEDRO FERNÁNDEZ DE CASTRO (2 Volúmenes). Hércules de Ediciones. A Coruña, 2023, obra que será presentada en Madrid el próximo día 27 de septiembre, en Madrid. Es autora además de los siguientes libros: “Del reino de Nápoles a las Clarisas de Monforte de Lemos. Escultura del siglo XVII en madera”, “Coleccionismo y Almoneda del Gran Conde de Lemos, don Pedro Fernández de Castro”, así como de otros libros, numerosos artículos y capítulos de libros. Manuela, que ya visitó Alcázar de San Juan en octubre de 2019, donde tomó parte de uno de los “Almuerzos de don Quijote” que organiza regularmente la Sociedad Cervantina de Alcázar y que dejó a los socios un magnífico sabor de boca por su afabilidad, la facilidad de su trato y sobre todo por sus inmensos conocimientos sobre la familia Lemos, ha tenido la deferencia de volver a nuestra ciudad para impartir una conferencia que por su interés será única y a la que invitamos a todos los alcazareños y vecinos de localidades cercanas a que vengan a disfrutar presencialmente de la charla o a seguirla ya que será transmitida en directo en el perfil de Facebook de la SCA: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Más viejos y más solos Fecha de Publicación: 15/09/2023 ANTONIO LEAL JIMÉNEZ Audelina Sánchez, manchega, con escasa visión y una pérdida notable de audición, 75 años, siempre sola. Todos los días, a mediodía, María, una estudiante de Trabajo Social, acude a su casa tres veces por semana para facilitarle ayuda y proporcionarle apoyo emocional. El tiempo que dura la estancia de la voluntaria es su momento más feliz del día. A las dos y media en punto, vuelve a estar sola y a esperar un nuevo día. Su piso es muy pequeño y sentada en un viejo sofá no deja de decir que sentirse sola es un sinsentido. Echa de menos a sus nietos, a los que suele ver un par de veces al año. Me comentaba un amigo bajando por la Castelar, camino del atrio de la parroquia de Santa María, “He llevado a mi padre a una residencia”. “Está muy bien porque es muy cara”. No dejaba de preguntarme si había hecho bien. En nuestra conversación los protagonistas eran nuestros seres queridos. Aquellos que nos dieron la vida. ¿Cuándo y de qué manera es el momento de devolverles parte de lo que ellos han hecho por nosotros? Para ellos comienza su etapa de soledad. Para nosotros la de las dudas o alegrías por su posible bienestar. Quizá la soledad pudo ser una de las causas que sufrió nuestro vecino Alonso “Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos: los árboles destas montañas son mi compañía; las claras aguas destos arroyos, mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura”. (Don Quijote, Primera parte, Capítulo XIIII, 2 de 3) La soledad no deseada es una realidad extendida en nuestra sociedad. No hay peor soledad que la impuesta. La que uno no elige. La que siente un buen número de personas. Más de cinco millones, según los últimos datos disponibles de hogares unipersonales, muy cerca de la mitad están habitados por mayores de 65 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Hay más mujeres mayores que hombres que viven solas. De hecho, casi el 80 por ciento son viudas, frente al 43,2% de los hombres. En Alcázar de San Juan durante el pasado año, han fallecido casi el mismo número de hombres que de mujeres. Algunas de las causas de la creciente soledad no deseada son debidas al envejecimiento de la población y el descenso de la natalidad unida al crecimiento de hogares unipersonales. A ello hay que añadirle que llevamos un estilo de vida frenético, que nos quita espacio para dedicar tiempo a amigos y familiares. Vivir en soledad siendo una persona mayor presenta muchos desafíos: suele ser más vulnerable a la pobreza, y esta situación es más probable cuanto más tiempo se hace y muchas de ellas afirman sentirse aisladas. La desnutrición se convierte en un motivo de preocupación y normalmente tienen problemas para el seguimiento de los tratamientos médicos prescritos. Es normal que se muestren más hostiles, tristes y la depresión les afecte. La edad es uno de los factores de riesgo que se conocen para la enfermedad neurodegenerativa del Alzheimer. A medida que envejecemos, aumenta la probabilidad de desarrollarla. No obstante, resulta necesario destacar que el Alzheimer no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Aunque existe una correlación entre la edad y el riesgo de sufrir la enfermedad, no todas las personas mayores lo padecen. La mayoría de estas personas suelen expresar un fuerte deseo de mantener su independencia. Es un tema que cada vez cobra más relevancia. A medida que avanzamos en edad, es común que se vayan perdiendo seres queridos, amigos, y en algunos casos incluso a su pareja. Esta pérdida de conexiones afectivas puede llevar a un sentimiento de soledad y aislamiento, lo que puede tener un impacto negativo en la salud y el bienestar emocional. Más viejos y más solos. Algunas veces puede deberse a circunstancias externas, como vivir lejos de la familia o amigos, la falta de movilidad o la incapacidad para participar en actividades sociales. En otros casos, la soledad puede ser resultado de factores internos, como la tristeza por la pérdida de seres queridos o la falta de sentido de pertenencia. Ello puede tener graves consecuencias tanto físicas como psicológicas. Diversos estudios han demostrado que el aislamiento social puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como la depresión, la ansiedad, enfermedades cardiovasculares y el deterioro cognitivo. Además, también puede afectar la calidad del sueño y disminuir la esperanza de vida. Existen diferentes formas de ayudar a combatir la soledad en las personas mayores. Una de ellas es visitarlos regularmente, dedicarles tiempo para conversar y escuchar sus historias. El teléfono suele resultar muy útil manteniendo conversaciones periódicas. También podemos animarlos a participar en actividades sociales, como grupos de lectura, clases de pintura, talleres o grupos de voluntariado, donde podrán conocer a otras personas que tienen intereses similares. Muchas personas mayores han descubierto que el voluntariado es una buena manera de contribuir a la sociedad con sus conocimientos y experiencias, ejerciendo la solidaridad con colectivos más desfavorecidos, les ayuda a mantener la mente activa y a relacionarse. El hacerse sentir útil a uno mismo y a otros fortalece su felicidad. Además, es importante conocer que las instituciones y servicios públicos también se comprometan en la lucha contra la soledad en este importante colectivo. Es fundamental que existan programas y recursos que promuevan la participación y el bienestar emocional de las personas mayores, así como la accesibilidad a servicios y espacios sociales. Es un problema que merece nuestra atención y acción. Debemos comprometernos a crear una sociedad en la que todas las personas, independientemente de su edad, se sientan conectadas, valoradas y respaldadas. En este sentido, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el periodo 2021-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable, con el objetivo de reducir las desigualdades en materia de salud y mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y sus comunidades. Se trata de, en general, cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar en relación con la edad, prestando los servicios necesarios que respondan a las necesidades más críticas. El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 de acuerdo con las comunidades autónomas, está desarrollando la futura Estrategia Nacional contra la soledad no deseada de las personas mayores. El Área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, impulsa una serie de eficientes actividades con el objetivo de prevenir el deterioro cognitivo y la soledad con un equipo formado por magníficos profesionales. Llegar a mayor forma parte de la ley de vida. Esa etapa suele ir acompañada de soledad y una larga experiencia. Saber envejecer es algo muy difícil. Las arrugas se hacen notar, pero ha de ser más fuerte el entusiasmo que anime el espíritu del alma. . .
Vanidad feriada Fecha de Publicación: 02/09/2023 Antonio Leal Jiménez Todo tiene su momento. Inmersos en tiempos feriados. Lo que pasó años atrás, volverá a pasar: `Nihil novo habui sub sole´(nada nuevo bajo el sol). Tiempo de celebración, de compartir risas, sonrisas y alegrías. Encuentros con familiares y amigos. Diversión y magnífico ambiente de amistad y solidaridad. El pistoletazo de salida, con su correspondiente corte de la cinta de inauguración del recinto ferial y encendido de la iluminación decorativa, tuvo lugar anoche. La Feria de Alcázar de San Juan comenzó ayer con la diana musical y el pregón de las fiestas y los actos se sucederán durante ocho días.... Aunque la Aemet anuncia la presencia de nubes... Mis recuerdos me llevan a una feria de comienzos del siglo actual. Durante esos días conocía una persona que creía llevar siempre la razón y que nos trataba con superioridad. Siempre quería ser el centro de atracción y del universo. Nos encontramos ante una persona vanidosa. “Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir” (Honoré de Balzac). Suele afirmarse que uno de los defectos más característicos del ser humano es la vanidad. Seguro que conocemos alguna persona que siempre quiere llevar la razón y que suele tratar con cierto desprecio a los demás. Vanidad es sinónimo de presunción y arrogancia. También “ilusión y ficción de la fantasía”. Es un tema que ha sido objeto de reflexión y estudio a lo largo de la historia de la humanidad. Desde los filósofos clásicos hasta los psicólogos contemporáneos, es considerada como uno de los defectos más arraigados en la naturaleza humana. Suele definirse como un “exceso de amor propio y una preocupación desmedida por la apariencia física, el estatus social y el reconocimiento externo”. Es una actitud que busca constantemente la admiración y el elogio de los demás, y se caracteriza por una exagerada atención hacia uno mismo, en detrimento de los demás. Las personas vanidosas creen en demasía en sí mismas y buscan con interés que otras lo perciban ya que, sienten un deseo compulsivo de ser valoradas y reconocidas. Su origen según la leyenda de la mitología clásica más popular nos define a Narciso, como un joven extremadamente atractivo y bello. Ello lo convertía en una persona demasiado presuntuosa, despreciando a todo aquel que se enamorara de él, y siendo incapaz de ver la belleza de nadie más, ni siquiera de la naturaleza que le rodeaba. El poeta romano Ovidio en su Metamorfosis, relata que, cuando nuestro protagonista contempló su bello rostro reflejado en el agua, provocó que no pudiera dejar de mirarse a sí mismo durante el resto de su vida. Este antecedente mitológico del joven Narciso, que acabó tan enamorado de su propia imagen reflejada en el agua de un estanque, que decidió lanzarse en su busca y murió ahogado. De su cuerpo fallecido surgió la flor: el Narciso. En la antigua Grecia este mito era considerado como una enseñanza moral para que los jóvenes no practicaran la vanidad. El filósofo griego Aristóteles calificaba a los vanidosos en su Ética a Nicomedes, de necios e ignorantes, que “se adornan con ropas, aderezos y cosas semejantes, y desean que su buena fortuna sea conocida de todos, y hablan de ella creyendo que serán honrados”. Para el cristianismo, el pecado de la vanidad tiene su antecedente en la conducta que, el más admirado de los ángeles, Lucifer, pecó de soberbia ante Dios, siendo condenado a los infiernos. Cervantes (1605) nos habla de una vanidad como necesidad. Don Quijote, ofreciéndole la mano a Maritornes a través de un agujero en el muro: “Tomad, señora, mi mano o, por mejor decir, ese verdugo de los malhechores del mundo. No os la doy para que la beséis, sino para que miréis la contextura de sus nervios, la trabazón de sus músculos, la anchura y espaciosidad de sus venas”. Primera parte. Capítulo XLIII. La psicología lo trata como un trastorno de la personalidad, basado en el excesivo amor por uno mismo. Lo que le importa al vanidoso no es tanto ser verdaderamente excelente, sino que sean reconocidos como tal. Necesitan que las personas les admiren, buscan continuamente llamar la atención y carecen de humildad. Son personas enamoradas de su propia imagen y preocupadas por la manera en que se muestran a los demás. Tienen un alto concepto de sí mismos, desean parecer inteligentes y muestran un afán excesivo de protagonismo y admiración. Suele manifestarse de diferentes formas. Algunas personas se obsesionan con su apariencia física, gastando grandes cantidades de dinero en cirugías estéticas o productos de belleza. Otras buscan constantemente el reconocimiento social, acumulando bienes materiales y mostrándolos ostentosamente. También hay quienes centran su vanidad en sus logros académicos o profesionales, buscando constantemente destacar y ser reconocidos por su inteligencia o éxito. Curiosamente las redes sociales están contribuyendo de manera notable a incrementar el número de personas que están obsesionadas por su imagen y se manifiestan de forma distinta: compitiendo en el número de seguidores, buscando fórmulas y estrategias que les hagan tener una mayor notoriedad, etc. La vanidad tiene sus consecuencias negativas. Las personas altivas suelen considerarse superiores a los demás y tratan a aquellos que no cumplen sus estándares de belleza o éxito como inferiores. Ello les lleva a una falta de autenticidad. Esta actitud puede crear barreras y divisiones sociales, fomentando el egoísmo y la competencia desmedida. Además de generar una gran insatisfacción y frustración. Las personas vanidosas nunca están satisfechas con lo que tienen y siempre buscan más. Esta búsqueda constante de reconocimiento y admiración es causa de un sentimiento de vacío y desesperanza, ya que nunca llegan a encontrar la validación que tanto anhelan. Existe una diferencia notable entre tener un cierto grado de vanidad y poseer una autoestima saludable, lo que implica apreciar una visión realista de uno mismo, aceptando tanto las fortalezas como las debilidades, y basando la autoestima en el autoconocimiento y la aceptación personal. En conclusión, la clave está en encontrar un equilibrio entre el amor propio y la aceptación personal, sin caer en la obsesión por el reconocimiento externo. La falta de humildad puede nublar nuestro juicio y distorsionar nuestra percepción de nosotros mismos y de los demás. La belleza verdadera se encuentra en nuestros actos y en nuestras intenciones, y no en la mirada de los que nos perciben. Si cada día vivimos pendientes de la impresión que podemos reflejar en los demás, estaremos comprometiendo seriamente nuestro bienestar. Les deseo una feliz feria, que disfruten de todas las actividades programadas y, sobre todo, que sean unos días de reencuentro y charla con familiares y amigos.
Q.E.P.D, JEAN CANAVAGGIO Fecha de Publicación: 23/08/2023 Fotografía de ABC/J.M. Serrano A principios de 2011 tuve la osadía de mandarle a su casa de París uno de los primeros ejemplares de Mi vecino Alonso. Debió de ponerse a leerlo nada más recibirlo porque a los pocos días, el 28 de enero, recibo un correo suyo que me decía: «No quiero tardar más en comunicarle mis impresiones, una vez concluida mi lectura de su tan documentado estudio. Creo que, sin la menor duda, Cervantes estuvo pensando en Alcázar de San Juan en el momento de situar las aventuras de don Quijote de la Mancha. Varios de los muchos datos señalados y comentados por Ud a partir de sus propios y amplios conocimientos tienden a demostrarlo». Sobre la experiencia o conocimiento in situ que tenía Cervantes de la Mancha, especialmente relacionado con el lugar de don Quijote, y que muestra en su novela, me señalaba: «Aquel lugar de la Mancha, por consiguiente, integra datos dispersos sacados de sus múltiples experiencias manchegas, entre las cuales no cabe excluir, ni mucho menos, aquellos detalles que le proporcionaron sus etapas y estancias en Alcázar de San Juan.» Seguimos manteniendo en el tiempo conversaciones y comentarios sobre el Quijote, su geografía explícita e implícita, etc. Clases magistrales de un sabio maestro en cartas formato correo electrónico. Hoy vuelvo a recordar este entrañable correo del profesor Canavaggio y hojeo de nuevo los documentos que me hizo llegar a casa, dedicados de su puño y letra. Sabía que por motivos académicos tendría que volver por la Mancha algún día y, si el tiempo se lo permitía, quería poder quedar para vernos y comentar despacio el Quijote en Alcázar de San Juan alrededor de un almuerzo cervantino. No ha podido ser. Ayer, 21 de agosto, me llegaba la triste noticia de su fallecimiento. Hoy el mundo cervantino se ha quedado huérfano. Nos dejó este enamorado de Cervantes y su obra a los 87 años de edad. Desde el Corazón de la Mancha, que él tanto admiraba por ser la patria del hidalgo manchego, desde Alcázar de San Juan quiero transmitir mi pésame a toda su familia. ¡Que en paz descanses, amigo! Luis Miguel Román Alhambra Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote
De paseo con Cervantes Fecha de Publicación: 15/08/2023 DEL ESTUDIO DE LA VILLA A LAS DESCALZAS REALES De Miguel de Cervantes, escritor, casi no es posible escribir ni leer más. Pero se seguirá haciendo. Aún quedan miles y miles de artículos, conferencias, ensayos y todo tipo de trabajos por publicar sobre su obra, especialmente del Quijote, desmenuzando hasta el infinito su ingenio, su forma de escribir o su intencionalidad, si es que tuvo alguna más que la de entretener a todo el mundo, y de paso, ganar fama entre el mentidero de los representantes, autores de comedias y comediantes, y, algo muy importante, una pizca de dinero para mantener su «humilde choza». Pero del Miguel de Cervantes, persona sin más, quedan muchos vacíos en su vida que han tratado sus biógrafos de solventar, unas veces novelando y otras pasando de puntillas por ellos, con mejor o peor resultado. Maestro de escuela por Jan Steen (1626-1679 Este es el caso, hay más, de su paso por el Estudio de la Villa de Madrid, si es que el alcalaíno se sentó alguna vez en sus pupitres, y la relación discípulo-maestro con Juan López de Hoyos, preceptor por aquel entonces de esta escuela pública municipal. Lo que no cabe duda alguna es que en el año 1568 un tal Miguel de Cervantes asistía en el Estudio de la Villa como alumno a las clases de Gramática del maestro López de Hoyos, que acababa de ser contratado por oposición en enero de ese mismo año como catedrático de dicho centro educativo. A estas escuelas o estudios, repartidas por muchas villas de Castilla, acudían los muchachos, que ya sabían leer y escribir, para formarse durante seis años en los «conceptos de la Gramática», y una vez terminada esta formación poder matricularse en una universidad si querían seguir sus estudios. La edad habitual para entrar a estos estudios de las villas era de entre ocho a diez años, acabando en ella no más tarde de los quince o dieciséis. Entrada de Felipe II en Madrid por Carlos Múgica y Pérez (1862) Este año de 1568 fue un año convulso para la Monarquía Hispánica y para la Villa de Madrid. Solo hacía siete años que la Corte se había trasladado a Madrid desde la imperial Toledo, y entre acomodos de todo tipo de personajes que la acompañan y nuevos vecinos llegados de toda España para trabajar en ella, la villa estaba patas arriba entre demoliciones de casas, construcción de nuevas, problemas de higiene y salubridad en sus casas y calles… Y en esto se muere el príncipe Carlos en las últimas horas del 24 de julio. Entre el entierro en el convento de Santo Domingo el Real, exequias oficiales con procesiones, misas y responsos, y las ofrecidas después por el ayuntamiento de la Villa, con más procesiones, misas y responsos, Madrid no entró en cierta normalidad hasta finales del mes de agosto. Pero el sosiego, si es que en Madrid alguna vez lo hubo, duró bien poco. Casi no habían recogido los lutos oficiales cuando, el 3 de octubre, la reina Isabel de Valois, esposa de Felipe II, fallece durante el parto prematuro de una niña. Y Madrid se vuelve a alterar y enmudece de nuevo. Solo el clamoreo de las campanas llamando a muerto de las más de setenta iglesias y conventos, que envuelve el ambiente, rompe el silencio por su querida joven reina. Isabel de Valois por Juan Pantoja de la Cruz (1553-1608), Museo del Prado Si en el entierro y funerales del príncipe Carlos la presencia de los Grandes de España y personalidades militares, civiles y religiosas fue numerosa, ahora lo sería mucho mayor. Durante esos días, en Madrid, todavía había muchos embajadores de todo el mundo con sus séquitos para dar al rey el pésame por la muerte del príncipe Carlos. Uno de estos personajes destacados fue monseñor Giulio Acquaviva, enviado por el papa Pío V para llevar sus condolencias al rey y, de paso, tratar con él diversas cuestiones políticas y religiosas. Monseñor Acquaviva parte de Roma el 19 de septiembre y llega a Madrid el 13 de octubre, diez días después del fallecimiento de la reina, encontrando la villa conmocionada por la pérdida de la reina. El joven Acquaviva contaba con veintidós años, «mozo muy virtuoso y de muchas letras» según el embajador en Roma Juan de Zúñiga, está en la Corte durante las honras de la reina, y después de verse con el rey en privado parte de Madrid hacia Roma el día 30 de diciembre de ese mismo año de 1568. Esta vez, por expresa petición de la reina poco antes de morir, el lugar donde reposarían sus restos sería el convento de las Descalzas Reales. Y el protocolo sería el mismo, primero el entierro, después se prepararían y se celebrarían las honras oficiales de la monarquía y, terminadas estas, las ofrecidas por el Ayuntamiento de Madrid. Si hoy disponemos de los detalles de estas dos muertes, sus entierros y honras fúnebres, es porque el mismo catedrático del Estudio, Juan López de Hoyos, las escribió y las publicó poco después de cada una de ellas, con el título de: Relacion de la muerte y honras funebres del SS. Principe D.Carlos, hijo de la Mag. Del Catholico Rey D. Philippe segundo nuestro señor, e Historia y relación verdadera de la enfermedad felicísimo transito, y sumptuosas exequias fúnebres de la Serenisima Reyna de España doña Isabel de Valois nuestra señora. López de Hoyos las pudo presenciar porque, al menos, para las exequias municipales el ayuntamiento le concertó, era funcionario municipal, para que su Estudio de la Villa preparase las alegorías, jeroglíficos y epitafios necesarios para ilustrar los lienzos que colgarían en el convento mientras estas se celebrasen. López de Hoyos pone a trabajar el ingenio de sus alumnos más aventajados nada más conocer el interés del ayuntamiento por que sea el Estudio quién se encargue de la parte artística en las honras por la muerte del príncipe Carlos. En su Relacion de la muerte y honras funebres del SS. Principe D.Carlos, al final, orgulloso del trabajo de sus discípulos, así lo anota: «…de lo sobredicho en nuestro estudio los estudiantes hicieron muchas oraciones fúnebres, stancias y sonetos muy buenos con que dieron muestra de sus habilidades. Confío en el señor nos ayudará con su divino favor y gracia, para que ellos se vayan mejorando de virtud en virtud, y yo acierte en su buena instrucción de ciencia y costumbres». A principios de octubre, de nuevo, los discípulos del Estudio vuelven a crear nuevos epitafios, sonetos y versos que se han de incorporar pintados en los lienzos que colgarán en la iglesia del convento de las Descalzas Reales, alrededor del túmulo que se está construyendo a toda prisa en memoria de la reina. Del resultado de estas nuevas composiciones de sus alumnos al recuerdo de la reina, siendo vistas y apreciadas por multitud de personalidades de todo el mundo presentes en las exequias, el maestro López de Hoyos se sentirá aún más orgulloso, como lo destaca en su Historia y relación verdadera de la enfermedad felicísimo transito, y sumptuosas exequias fúnebres de la Serenisima Reyna de España doña Isabel de Valois nuestra señora: «En torno al túmulo hubo todas estas letras, que de más de los ejercicios en latín que en el estudio hicieron nuestros discípulos, también compusieron en metro Castellano, y dedicado todo este tan maravilloso espectáculo, a la serenísima Reina, el ilustre ayuntamiento desta villa de Madrid». Al contrario que en la Relación compuesta para el príncipe Carlos, que no nombra a ninguno de los discípulos del Estudio, en esta a la reina Isabel nombra a uno de esos discípulos, a Miguel de Cervantes. Y lo hace en tres ocasiones explícitamente y una más implícitamente. La más conocida y repetida en miles de folios sobre su vida, dice el maestro: «Estas cuatro redondillas castellanas, a la muerte de Su Majestad, en las cuales como en ellas parece, se usa de colores retóricos y en la última se habla con su Majestad, son con una elegía que aquí va de Miguel de Cervantes, nuestro caro y amado discípulo» Sin nombrarlo explícitamente, al presentar la elegía dice de él: «La elegía que en nombre de todo el estudio el sobredicho compuso. Dirigida al Ilustrisimo y Reverentisimo Cardenal don Diego de Espinosa. En la cual con bien elegante estilo se ponen cosas dignas de memoria» ¡Una elegía de más de ocho páginas! De esta elegía, en el índice final de la Relación, dice de ella: «Elegia de Miguel de Cervantes en verso Castellano al Cardenal en la muerte de la Reyna, tratanse en ella cosas harto curiosas con delicados conceptos» También lo nombra como autor de un epitafio, en el índice: «Primer Epitafio en Soneto, con una copla castellana que hizo Miguel de Cervantes mi amado discípulo». Es significativo advertir el cariño con el que el maestro trata a su discípulo del Estudio de la Villa de «nuestro caro y amado» y «mi amado discípulo», a la vez que elogia su composición «de colores retóricos», «elegante estilo» o de «delicados conceptos». Por las descripciones que de las honras fúnebres hace López de Hoyos en el interior de las iglesias de los conventos, no cabe duda que las presenció personalmente. Una vez recibido el encargo de parte del ayuntamiento para dirigir su preparación artística en ambas exequias, tuvo que desplazarse andando por las calles de un Madrid en luto desde su Estudio hasta los conventos elegidos para los entierros. Al convento de Santo Domingo el Real no sabemos si lo acompañó algún discípulo de su Estudio, tampoco si lo hizo alguno al convento de las Descalzas Reales. Pero si un discípulo lo acompañó al túmulo de la reina, ese tuvo que ser Miguel, su «amado discípulo». El recorrido que hizo Juan López de Hoyos al convento de las Descalzas Reales, desde su Estudio, es posible hacerlo hoy. Más de cuatro siglos y medio después voy a seguir esos mismos pasos por el Madrid urbano más antiguo. Me precederá un relato de ficción basado en hechos históricos reales sobre un trazado urbano también real, en la que junto al maestro irá su discípulo querido, Miguel. Ambos caminan desde las puertas del Estudio hasta las mismas puertas de la iglesia de las Descalzas Reales. El maestro lleva consigo los diseños con los trabajos realizados en el Estudio para que puedan ser expuestos durante las exequias ofrecidas por el ayuntamiento a su reina. Yo iré después, solo unos pasos detrás de la sombra que dejó Miguel en las calles de Madrid. Quiero disfrutar de lo lindo por este Madrid del siglo XXI, siguiendo a Miguel por el Madrid de la segunda parte del siglo XVI. Son casi ochocientos metros, un paseo, en un día de «los calurosos del mes de Julio». Observaré que el trazado de sus calles y la alineación de sus edificios han cambiado en esta parte más antigua de Madrid. Algunos edificios civiles y religiosos siguen en pie y otros han dejado paso a nuevas construcciones, pero el suelo de Madrid que voy a pisar, con algunas capas de asfalto y nuevos adoquinados en sus aceras, es el mismo que pisó Miguel. Antes tengo que situarme mentalmente en las calles de Madrid de 1568. En mi recorrido tengo que imaginarme la imagen física y humana de la villa que vio Miguel, para después abrir los ojos y ver la imagen de la ciudad de hoy en ese mismo lugar. La evolución, física y humana, que vio Miguel en la villa madrileña en esos años fue espectacular. Si antes de que decidiese Felipe II cambiar la Corte de Toledo a Madrid, en 1561, esta villa contaba con unos 9.000 habitantes, al poco de llegar a ella ya tenía casi 16.000, y en el año 1568 tendría más de 30.000 almas viviendo en ella. Este aumento enorme de población dio paso a muchos problemas de habitabilidad porque no había casas para tantos nuevos vecinos. La construcción y rehabilitación de viviendas fue un reclamo para miles de trabajadores que dejaban el campo tratando de buscar un futuro mejor. Maestros alarifes, carpinteros, jornaleros y mozos se afanaban en levantar nuevas casas, mientras los carreteros se esforzaban en traer los materiales de construcción necesarios desde arenales, canteras o carpinterías. Carros con piedra, mortero y traviesas de madera entorpecían el día a día de los vecinos. Si al poco de llegar la Corte había unas 2.500 casas, en 1568 había mil casas más. La Villa de Madrid no contaba con agua corriente ni saneamiento público en sus casas. Ante la falta del caudal necesario aportado por el río Manzanares, la villa se abastecía principalmente mediante las abundantes aguas de gran calidad de las sierras cercanas, que se recogían por filtración mediante pozos en los patios de las casas y fuentes en plazas y huertas. Famosas eran las fuentes de Lavapiés y Leganitos, las del Prado de San Gerónimo, del Caño Roto, del Olivillo y de la Sierpe, o la de los Caños Viejos, debajo mismo del Estudio de la Villa. A estas fuentes, algunas de nueve tazas grandes de piedra con llamativos caños dorados, las mujeres, mozos y cantareros iban y venían a ellas desde las casas en un trajín difícil de imaginar hoy. El agua usada para la limpieza de las casas y las necesidades fisiológicas de sus moradores era otro aspecto a tener en cuenta mientras se caminaba, porque estos residuos llegaban a la calle desde las ventanas de las casas uno o dos segundos después de oír el ¡agua va!, por lo que transitar por la calle podría resultar algo incómodo debido a los posibles restos que algún orinal había dejado en la calle, o estaba llegando. Los servicios de limpieza, a cargo del ayuntamiento, eran escasos y no daban abasto en retirar y adecentar gran parte de las calles de la Villa. En este paseo voy a caminar por las mismas calles que conoció Miguel, pero sin tener que preocuparme por el estado de limpieza y saneamiento de sus calles. Aunque era mucho el ajetreo en las calles, este causaba un ruido distinto y menor que el actual. Caballos y ruedas de carros formaban el sonido ambiente diurno, aderezado con las voces del pregonero informando de los últimos acuerdos municipales, escoltado por los alguaciles y todo tipo de personajes que no tenían otra cosa que hacer ese día, que también eran muchos. En los días de mercado el trajín aumentaba considerablemente. Por la noche el silencio era casi total, solo roto por alguna discusión o juerga fuera de la ley. Plano del recorrido desde el visor de SignA (IGN) Plano del recorrido sobre el plano Topographia de la Villa de Madrid (1656) de Pedro Texeira Voy a manejar en mi recorrido el plano callejero del visor SignA, del Instituto Geográfico Nacional, y el plano de Madrid que en 1656 publicó el portugués Pedro Texeira, con el título de Topographia de la Villa de Madrid. No es el más antiguo, disponemos de otro conocido que pudo realizarse entre 1618 y 1621 por el italiano Antonio Marcelli. Mucho más reproducido, el de Texeira es también un vista de pájaro y más fiel al plano real de la Villa que el de Marcelli. Las fachadas de palacios, iglesias y conventos están dibujadas del natural con mucho detalle, por lo que me servirá también para imaginar lo que hoy no puedo ver. Inicio mi ruta cervantina-madrileña. Me dirijo al mismo lugar donde estaba el Estudio de la Villa, que ahora lo ocupa este edificio nº 2 de la calle de la Villa. Lamentablemente, para las imágenes que iba a tomar, tiene la fachada cubierta de andamios y redes de protección al encontrarse en restauración. Rebusco en mis archivos para poder componer esta imagen, en la que puedo leer lo que en su placa ubicada en la fachada pone: «AQUÍ ESTUVO EN EL SIGLO XVI EL ESTUDIO PÚBLICO DE HUMANIDADES DE LA VILLA DE MADRID QUE REGENTABA EL MAESTRO JUAN LÓPEZ DE HOYOS Y A QUE ASISTÍA COMO DISCÍPULO MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA» Esta calle unía la calle Mayor y la fuente de los Caños Viejos, en la vaguada que luego sería la calle Nueva, hoy calle de Segovia. El maestro López de Hoyos sale por la puerta del Estudio. Lleva debajo de su brazo, en un viejo cartapacio de badana, los papeles que acaban de terminar de escribir sus alumnos de Gramática, algunos están firmados por el discípulo que le sigue a unos pasos, Miguel. En rápidas zancadas sube esta empinada calle, dejando a su izquierda las casas de las familias Porras y Bozmediano, hasta la mitad del final de la calle Mayor. El maestro sigue su camino, pero Miguel se queda un momento en mitad de la calle, dirige una mirada a la iglesia de Santa María la Mayor y se santigua, así se lo enseñaron hacer sus padres. De la iglesia entran y salen feligreses de hacer su plegaria a la Virgen de la Almudena por la reina Isabel. Miguel ve que su maestro, que sigue a paso firme, se le ha adelantado mucho habiendo ya pasado por debajo del arco de la antiquísima Puerta de Santa María. Miguel no quiere alejarse de su maestro y aligerando el paso atraviesa también este arco de piedra. Subida por la calle Pretil de los Consejos Dejo atrás el edificio recordatorio del Estudio de la Villa y subo un desnivel de unos diez metros por la calle Pretil de los Consejos, desde la parte trasera del edificio de los Consejos hasta la calle Mayor. El desnivel es apreciable, lo demuestra la diferencia de las fachadas del edificio de los Consejos, que me queda a mi izquierda, por detrás veo cinco plantas y por delante veré solo tres. Iglesia de Santa María la Mayor Llego a la calle Mayor, pero a mi izquierda, al oriente, no veo la iglesia de Santa María la Mayor. Esta iglesia, marcada en el plano de Texeira con A, era la matriz de Madrid, la más antigua de todas, y en ella se veneraba la imagen de Nuestra Señora de la Almudena, que fue hallada, según cuenta la tradición, el día 9 de noviembre de 1085, en una hornacina oculta dentro de uno de los cubos de la muralla antigua, junto a la Puerta de la Vega, un poco más abajo. Allí había estado escondida durante casi cuatro siglos para salvaguardarla de la invasión árabe a esta parte de la península. Templo de origen romano o godo, durante la invasión sirvió de mezquita siendo consagrada nuevamente, después de ser expulsados los árabes, por el rey Alfonso VI. En un incendio de la iglesia la imagen desapareció y tuvo que realizarse una nueva talla que es la que hoy podemos apreciar y venerar. Como se aprecia en el plano de Texeira, la cara sur de la iglesia estrechaba la calle Mayor y con la intención de reordenar esta calle principal con la calle Bailén, el ayuntamiento, con la oposición de gran parte de la Villa, ordena la demolición de la iglesia en 1868. La imagen de Nuestra Señora de la Almudena fue trasladada a la iglesia del convento vecino del Santísimo Sacramento de las Madres Bernardas, actual Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, y allí estuvo hasta que se terminó en 1911 la Cripta de la nueva catedral, a la que se trasladó. Después de la Guerra Civil, ante los daños sufridos en la Cripta, se volvió a llevar a las Madres Bernardas, hasta el 10 de junio de 1993 que se llevó en solemne procesión a la recién terminada catedral de Santa María la Real de la Almudena. En su lugar veo un edificio que ocupa casi toda la superficie que albergaba la iglesia. Solo unos pocos vecinos actuales del inmueble saben que moran sobre los restos de la iglesia más antigua de Madrid. Al otro lado de la calle Bailén veo la fachada de la Cripta y el crucero de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena. Cruzo la calle Mayor. Junto a la esquina de este edificio con la estrecha calle de la Almudena, que lo rodea por detrás, puedo apreciar una pequeña maqueta en bronce de la antigua iglesia de Santa María. Capitanía General y Consejo de Estado Ahora, enfrente veo este magnífico edificio, que no lo pudo ver Miguel ese día de otoño de 1568 ya que se empezó a construir en 1610 por orden de Cristóbal Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Uceda, e hijo del todopoderoso Duque de Lerma, pero sí lo pudo contemplar durante sus últimos años de vida en esta Villa. En los terrenos que ocupa estaban las casas pertenecientes a las influyentes familias de los Porras y Bozmediano. En una de ellas vivió don Juan de Austria, hermanastro del rey Felipe II y capitán general de la flota cristiana que derrotó a la armada turca en Lepanto, en octubre de 1571. Adquirido por el Estado en 1747, ha sido utilizado como sede de los Consejos Supremos de Castilla e Indias, Órdenes y de Hacienda, Contaduría Mayor y Tesorería General, y en nuestros días como Capitanía General Militar y Consejo de Estado. De piedra y ladrillo dispone de dos patios interiores, que se conservan tal y como dibujó Texeira, no así las dos torres laterales iniciales. Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas En la subida por la calle del Pretil de los Consejos, a la derecha, pocos metros antes de llegar a esta calle Mayor, he dejado la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas de España, que ahora observo de frente. Otro edificio que tampoco vio Miguel. Se mandó construir en 1615 por el mismo duque de Uceda, para albergar un convento de monjas bernardas con el nombre del Santísimo Sacramento, aunque no se comenzó a levantar hasta casi medio siglo después, en 1671. Del convento solo queda esta iglesia. Desde 1980 es la sede del Arzobispo Castrense, cambiando su nombre a Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas. Instituto Italiano de Cultura Enfrente, del Edificio de los Consejos y de la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, veo otro magnífico edifico palaciego construido entre 1653 y 1655, que ya es dibujado por Teixeira con un torreón con chapitel al lado derecho. Mandado construir por Juan de Valencia, el edificio ha pasado por diversos propietarios. Comprado en 1842 por los duques de Abrantes fue reformado tomando la apariencia actual. En 1888 es vendido al estado italiano para su embajada en España, reformándose la imagen de la fachada con las pinturas en el tercer piso, que hoy distinguimos. Al trasladarse la embajada italiana a otro edificio de la capital pasó a ser la sede del Instituto Italiano de Cultura. Entre la calle Factor y el actual Edificio de los Consejos estaba la Puerta o Arco de Santa María, una de las puertas de acceso con las que contaba la muralla musulmana de Madrid, que por el deterioro se reformó en un arco grande del mismo pedernal de la muralla. En 1569, un año después de pasar Miguel por ella se demuele para ensanchar el paso por esta calle Mayor, que servirá para preparar la entrada solemne de la reina Ana de Austria, nueva esposa de Felipe II, a Madrid en el otoño de 1570. En la fachada del edificio de la calle Mayor, entre las calles Factor y San Nicolás, sobre uno de los restaurantes centenarios de Madrid, hay una placa que dice: «Junto a este lugar se situó hasta 1569 la Puerta o Arco de Santa María perteneciente a la muralla de la Almudena, fortaleza del Madrid musulmán». No había andado Miguel más de cien metros cuando a su izquierda dos señoras enlutadas entran por la puerta del convento de la Salutación de Nuestra Señora. Un sentido clamoreo a muerto, de sus nuevas campanas, recuerda a la reina Isabel. Lugar en el que se encontraba el convento de la Salutación o de Constantinopla Llego enfrente de un edificio civil que ocupa parte del solar donde estuvo el convento de la Salutación. Este convento fue mandado construir unos pocos años antes de pasar Miguel por delante de él, para acoger la comunidad de monjas de Santa María de Rejas. En el altar de su iglesia se veneraba una imagen de la Virgen traída desde Italia, donada por una de las primeras monjas en su ingreso a esta comunidad, y que había estado en la cueva de un monje ermitaño cerca de Constantinopla. Por este motivo también se le conocía como convento de Constantinopla. En el plano, Texeira dibuja la fachada del convento y la iglesia en su parte trasera, anotándolo como «XXXIV Convento de la Salutacion que se Entitula N. Sra de Constantinopla». El convento estuvo aquí hasta que fue desamortizado por el Estado en 1836 y sus monjas tuvieron que marcharse al convento de la Concepción. En 1840 fue demolido dando paso a las nuevas calles de Calderón de la Barca y Juan de Herrera. Casa palacio del marqués de Cañete, hoy Centro Sefarad-Israel Enfrente de la fachada de este edificio veo una casa palacio que ocupa una manzana entera. Aunque es coetáneo a Miguel, aún no estaba construido cuando él pasó por aquí en 1568. Es el palacio del marqués de Cañete, construido entre finales del siglo XVI y principios del XVII, por lo que sí lo pudo ver en su parte final de su vida. Texeira lo dibuja enfrente del convento de Constantinopla. Residencia del marqués de Cañete, después lo fue del duque de Nájera y del marqués de Camarasa. En el siglo XIX pasó a ser propiedad y de uso municipal al estar junto al edificio del Ayuntamiento de la Villa. En 2006, el Ministerio de Asuntos Exteriores, junto a la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid instituyen el Centro Sefarad-Israel, que actualmente se encuentra albergado en este edificio. Miguel ya ha alcanzado a su maestro. Justo después de pasar delante del convento de Constantinopla, detrás de un muro, unos gritos desesperantes le inquietan. Son de algún recién encarcelado que está en la cárcel de la Villa suplicando justicia. Pero los gritos se diluyen en el bullicio que encuentra en la Plazuela de la Villa. De la torre y las casas de los Lujanes cuelgan grandes colgaduras de terciopelo negro. Del pórtico de la iglesia del Salvador acaba de salir un pregonero con el bando del último acuerdo que los alcaldes y regidores acaban de tomar en su interior. Gran cantidad de gente se agolpa a su alrededor, y la plaza enmudece. El maestro López de Hoyos y Miguel a su lado, se paran en mitad de la plazuela, junto a la fuente, y escuchan los acuerdos voceados con el retintín popular del pregonero, que tiene que elevar su voz todo lo que puede ante el clamoreo de las campanas, que tiene justo encima de su cabeza. El ayuntamiento manda a los madrileños a mantener el recato y la compostura durante los días en los que se están celebrando las exequias reales por la reina y les insta a que asistan a las procesiones que en sus calles harán personalidades reales, de la Corte y la Iglesia, muchos llegados para este fin desde diversos lugares de España, así como embajadores de otros países del mundo. Así mismo, hace saber que una vez terminadas estas honras reales se harán los actos municipales en memoria de la reina Isabel, con el encargo expreso al Estudio de la Villa para su ornamento y puesta en escena en el interior de la iglesia de las Descalzas Reales, de epitafios y demás obras en recuerdo a la reina. Miguel alza su cabeza y mira a su maestro, este, con semblante serio, asimismo le mira poniéndole la mano encima de su hombro. A Miguel, un escalofrío que nunca antes había sentido le recorre el cuerpo. El respeto por la muerte de la reina, muy querida en la Villa, se aprecia en el silencio sepulcral que hay en este momento en la plazuela, aun cuando el pregonero termina y a paso largo, seguido de dos alguaciles, se dirige a otra parte cercana de la Villa con el bando. López de Hoyos reanuda su camino y Miguel, después de beber un poco de agua fresca de uno de los caños dorados de la fuente, le sigue a unos pasos. Edificios construidos sobre el lugar donde se encontraba la iglesia de San Salvador Llego a la Plaza de la Villa. Una de las más antiguas de Madrid, conocida como plazuela de la Villa o plaza de San Salvador en tiempo de Miguel, por la iglesia que presidía la plaza, que además de parroquia servía de sala de reuniones, a veces casi a diario, del Concejo madrileño. Texeira marca esta iglesia parroquial con la letra B. Alcaldes y regidores se reunían en una pequeña sala capitular, situada encima del portal de la iglesia. La torre de la iglesia, conocida como la Atalaya de la Villa, sus campanas y el reloj eran propiedad de la villa. En 1842 se derribó la iglesia dando paso a un edificio civil. En su fachada hay una lápida de granito, de reciente fábrica, recordando la ubicación de la iglesia. Edificio del Ayuntamiento de Madrid A la derecha, en el espacio que hoy ocupa el edificio del Ayuntamiento de la Villa estaban los muros de la Cárcel de la Villa, que Texeira marca en su plano con el 25, y las casas propiedad de Juan de Acuña, que llegó a ser presidente del Consejo de Castilla y del Consejo de Indias. En una de estas casas estaba una de las dos carnicerías públicas que contaba la villa, pero esta solo servía carne a los hidalgos sin sisa, sin impuestos. En 1615, el Concejo madrileño compra estos terrenos para construir el edificio de su ayuntamiento. En mitad del siglo XVII comienzan las obras de este magnífico edificio terminándose en 1692. Es la sede del ayuntamiento desde entonces, aunque la alcaldía se trasladó en 2007 a la plaza de la Cibeles. Al fondo la trasera de la casa del Cardenal Cisneros Al fondo de la plaza, vemos la trasera de la casa del Cardenal Cisneros, construida por orden de Benito Jiménez de Cisneros, sobrino del Cardenal Cisneros, en el año 1537. Aquí estaban las antiguas caballerizas de la casa, como así las vio Miguel y Texeira las dibuja en su plano. Rehabilitada en el siglo XX forman parte de las dependencias municipales. Torre y casas de los Lujanes El lateral opuesto al edificio del Ayuntamiento de la Villa está ocupado por la torre y las casas de los Lujanes, poderosa y rica familia aragonesa. De estilo gótico-mudéjar fue construida en el siglo XV y aún conserva los escudos de la familia. Son los edificios civiles más antiguos de Madrid. Casi en el mismo lugar donde estaba la fuente de la plaza, se encuentra la estatua de bronce a don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz. A este personaje, capitán general de la Mar Océano durante el reinado de Felipe II, bien pudo verlo Miguel aquellos días de otoño fúnebre madrileño. Obra magnífica de Mariano Benlliure. No habían andado cien metros cuando el maestro pasa por la calle de San Miguel. Un poco más abajo está la iglesia dedicada al arcángel protector, en la que también clamorean sus dos viejas campanas. Miguel mira la torre de la iglesia y vuelve a persignarse sin parar de andar, esbozando una sonrisa cómplice, de agradecimiento, susurra ―¿Quis sicut Deus?―. A su izquierda, Miguel mira a un niño que está sentado en el poyo de la puerta de una casa con la mirada perdida en unos papeles que tiene entre sus manos. Se para delante de él, a Miguel le atraía cualquier papel que tuviese algo escrito, y los dos se miraron. ―¿Qué son esos papeles que miras con tanto provecho?― le preguntó Miguel. ―Mi madre dice que es poesía, pero no la entiendo muy bien todavía ― le contestó el niño. ―Yo estudio gramática en el Estudio, allá más abajo ―volviéndose a señalar hacia el oriente― y también me gusta la poesía, ¡ya he escrito varias composiciones! Mi maestro es aquel del gabán marrón oscuro con un cartapacio en la mano, se llama don Juan López de Hoyos― le dijo orgulloso Miguel. ―Tengo casi seis años y ya se leer y escribir. Mis padres me han dicho que pronto podré ir yo también al Estudio, a lo mejor nos hacemos amigos ―le dice el niño. ―Seguro. Me voy que mi maestro no espera, ¿cómo te llamas? ―le preguntó Miguel. ―Lope, me llamo, ¿y tú? ―Miguel. Miguel, siguió presuroso los pasos de su maestro, mientras Lope le miraba con cierta envidia. Pasan por debajo de la Puerta de Guadalajara. Al otro lado, Miguel vuelve la cabeza y mirando hacia arriba se persigna de nuevo, una imagen de la Virgen con el Niño en brazos situada en una hornacina de la muralla custodiaba la antigua entrada a la Villa. Aquí de nuevo hay mucha gente arremolinada alrededor del pregonero. Ellos siguen su camino, ya conocen el bando. A su derecha queda la plaza del Arrabal, llena de gente vendiendo y comprando. Dejan la calle Mayor y comienzan a caminar por la calle de San Ginés. Plaza de San Miguel Llego a la pequeña plaza de San Miguel. Muy bulliciosa durante todo el día. El edificio modernista del Mercado de San Miguel, de principios del siglo XX, acoge ahora a multitud de puestos de todo tipo de gastronomía gourmet. Pocos de los que hoy están dentro, disfrutando de la cuidada gastronomía madrileña y española, saben que este edificio se construyó sobre el antiguo asentamiento de la iglesia de San Miguel de los Octoes, una de las más antiguas de Madrid, que fue demolida en 1803 al verse muy afectada por el devastador incendio de la plaza Mayor en 1790. Desde aquí pudo ver Miguel la torre de su iglesia. Texeira dibuja la iglesia con la letra L. Lugar donde se encontraba la Puerta de Guadalajara Unos metros más delante por la calle Mayor, a mi izquierda, una placa en la fachada de un edificio convertido hoy en hotel, horriblemente pintada su fachada bajo mi punto de vista, recuerda que en otro edificio existente aquí en el siglo XVI nació Lope de Vega «llamado Fénix de los Ingenios». Unos días después, el 6 de diciembre de 1562, lo bautizaban sus padres en la cercana iglesia de San Miguel. Enfrente de esta placa, en la otra acera, veo otra que dice: «Junto a este lugar se levantó hasta 1582 la Puerta de Guadalaxara la más importante de la muralla medieval madrileña». La Puerta de Guadalajara, adosada a la muralla medieval, fue uno de los accesos más antiguos e importantes a la villa. Por ella se salía de la villa con dirección a Alcalá de Henares y Guadalajara, por eso su nombre. Alrededor de esta puerta había siempre mucha animación por su cercanía a la plaza del Arrabal, hoy plaza Mayor, donde se arremolinaban gentes variopintas. Según la describía el mismísimo López de Hoyos en otro de sus trabajos a la Villa, la puerta tenía dos torres laterales unidas con un matacán, una especie de pasillo almenado muy útil para la defensa de la puerta, construida toda de pedernal y sillería berroqueña. Sobre la puerta había una capillita en una hornacina de la muralla con una imagen de la Virgen con el Niño en brazos. Estuvo en pie hasta 1582. Durante las fiestas conmemorativas de la victoria de la flota española, mandada por don Álvaro Bazán, el mismo que he visto en la plaza de la Villa, sobre la flota francesa cerca de la isla Terceira, en julio de 1582, y que reafirmó al rey Felipe II como también rey de Portugal, el ayuntamiento de la Villa mandó instalar en la Puerta de Guadalajara gran cantidad de luminarias, que descontroladas prendieron fuego a toda madera de la puerta, arruinando también el resto. Poco después se mandó demoler por completo, favoreciendo así el ensanche de esta parte de la calle Mayor. Aunque no quedó vestigio alguno de ella, durante mucho tiempo se siguió conociendo esta parte de la calle Mayor junto a la plaza de san Miguel como la Puerta de Guadalajara, como también anota Texeira en su plano sobre la calle Mayor. El bullicio que hay en esta zona de Madrid es similar a la que Miguel pudo sentir también cuando pasara por aquí en 1568. Junto a ella el pregonero voceaba los bandos delante de mucha gente de todo tipo y condición. Esa imagen y fama de la gente que por allí trajinaba la trasladó después Cervantes a sus obras. Por ejemplo, en el entremés El vizcaíno fingido dice Brígida: «Has de saber, hermana, que, viniendo agora a verte, al pasar por la puerta de Guadalajara, oí que, en medio de infinita justicia y gente, estaba un pregonero pregonando que quitaran los coches, y que las mujeres descubriesen los rostros por las calles». En otro de sus Ocho entremeses, el titulado El Juez de los divorcios, Doña Guiomar comenta de la fama de este lugar: «Quiero decir que pensé que me casaba con un hombre moliente y corriente, y a pocos días hallé que me había casado con un leño, como tengo dicho; porque él no sabe cuál es su mano derecha, ni busca medios ni trazas para granjear un real con que ayude a sustentar su casa y familia. Las mañanas se le pasan en oír misa y en estarse en la puerta de Guadalajara murmurando, sabiendo nuevas, diciendo y escuchando mentiras». En el Quijote vuelve a criticar el tipo de gente que por alrededor de la puerta de Guadalajara se podía encontrar a diario. Esto le cuenta Doña Rodríguez a don Quijote: «Acudieron dos lacayos suyos a levantarla, y lo mismo hizo el alcalde y los alguaciles; alborotose la puerta de Guadalajara, digo, la gente baldía que en ella estaba; vínose a pie mi ama, y mi marido acudió en casa de un barbero diciendo que llevaba pasadas de parte a parte las entrañas» (Q 2, 48). Calle de entrada a la Plaza Mayor Sigo unos metros, a mi derecha, de nuevo, veo el edificio del bullicioso Mercado de San Miguel, y de frente veo una calle estrecha que da por uno de sus arcos a la plaza Mayor. Esta plaza no la vio así Miguel. Aunque durante el reinado de Felipe II la irregular plaza del Arrabal fue acomodándose lo mejor que se pudo al comercio que en ella se ofertaba, las casas eran de muy pobre factura. Su sucesor Felipe III mandó su demolición completa y la construcción de una nueva plaza a la altura de la Villa y Corte madrileña. La empresa fue encomendada a Juan Gómez de Mora, discípulo de Juan de Herrera, el arquitecto de El Escorial, que la terminó en 1619, en solo dos años de trabajos. Calle del 7 de Julio. Al fondo la plaza Mayor Sigo unos pocos metros por la calle Mayor. A mi derecha queda la estrecha calle del 7 de Julio que también hace de acceso a la siempre concurrida plaza Mayor. Maestro y discípulo bajan por la calle de San Ginés. El sonido de las campanas de la iglesia atruena la calle. En unas casas municipales que hay junto a la iglesia, muchos madrileños hacen su compra en la carnicería, en silencio. Mientras Miguel se persignaba y miraba los escudos reales adosados a su muro, su maestro también se para y le dice con voz entrecortada: ―Hace exactamente un año bautizó aquí don Juan de Austria a su sobrina la infanta Catalina Micaela, y hoy, con solo un añito de vida, llora a su madre, la reina. ―Con la alegría del nacimiento yo le escribí a la reina un soneto ―dijo Miguel. Es la primera vez que Miguel ve los ojos de su maestro inundados de lágrimas. Unos segundos después reanudan su camino a las Descalzas Reales, que ya alcanzan a ver a lo lejos. Cruzan la calle del Arenal. Hace unos meses que se había canalizado el arroyo que vertía las aguas, limpias y sucias, en la Huerta de la Priora y no les hizo falta vadear su cauce por el antiguo puentecillo. A unos ciento cincuenta metros después llegan a la plazuela de las Descalzas Reales. A la izquierda de la plazuela, la iglesia convento de San Martín también toca a muerto. Los campaneros de ambos conventos tocan al unísono y algo más lento que el resto de iglesias y conventos por los que han pasado. La plaza retumba a cada golpe de las campanas. El olor penetrante a incienso del aire y este clamoreo tan lastimoso estremecen a Miguel mientras cruza la plazuela. Unos pocos pasos más y llegan delante de las puertas de la iglesia de las clarisas descalzas. Las puertas están cerradas, el maestro aporrea la puerta con su mano mientras Miguel, perturbado aún, contempla las ricas colgaduras y pendones reales de la fachada, y se aproxima instintivamente todo lo que puede a su maestro, rozando con la mano su gabán. Se entreabre la puerta, el maestro susurra su nombre y vuelve a cerrarse. Al poco vuelve a abrirse y los dos entran. Calle de San Ginés, hoy de Bordadores, desde la calle Mayor Enfrente de esta estrecha calle del 7 de Julio veo la iglesia de San Ginés. Cruzo la calle Mayor por el paso de cebra y avanzo por la calle de los Bordadores, conocida así por concentrarse en ella gran cantidad de maestros en este oficio. Iglesia de San Ginés La iglesia de San Ginés es también de las más antiguas de Madrid. Se edificó en el siglo XII a las afueras de las murallas de la Villa. La fábrica de la iglesia que veo hoy no es la misma que vio Miguel. La antigua iglesia de estilo mudéjar fue casi totalmente demolida en 1641 y reestructurada tal como la vemos hoy, siendo dibujada ya pocos años después por Texeira que la marca en su plano con la letra D. Después de varios incendios, durante los siglos XVIII y XIX, la fachada de la calle Arenal es reformada con estilo neo-plateresco, que es la que hoy vemos con las reformas necesarias después de la Guerra Civil. Dejo a mi derecha la iglesia de San Ginés, cruzo la calle del Arenal y encaro la calle de San Martín. Al fondo ya veo una parte del convento de las Descalzas Reales. Casa de las Alhajas El edificio último a la izquierda, que hace esquina con la plaza, es el Casa de las Alhajas, construido sobre el solar que ocupaba la iglesia del convento benedictino de San Martín. Este convento era también de los más antiguos de Madrid, llegando a ser una de las parroquias de la Villa. A principios del siglo XIX, con la invasión francesa, para dar más ensanche a esta plaza, José Bonaparte manda derribar la iglesia que daba a la plaza, y en 1836, con la desamortización de Mendizábal el convento pasa a ser propiedad del Estado, siendo demolido totalmente en 1868. Unos años después se construye este edificio para albergar las subastas de las joyas empeñadas en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid. Convento de las Descalzas Reales Al fondo de la plaza está el convento de las Descalzas Reales, donde fue enterrada y se oficiaron las exequias de la reina Isabel. Juana de Austria, hermana menor del rey Felipe II, fue la fundadora de este convento para clarisas descalzas de Nuestra Señora de la Consolación, en 1554. El convento se construye entre los muros de una casa-palacio que fue de Alonso Gutiérrez, tesorero del rey Carlos I, que después lo cedió a la Corona. En este palacio nació la propia fundadora. Al estar en obras el Alcázar, la reina Isabel de Portugal, esposa del Carlos I, dio a luz aquí a la princesa Juana en 1535. El 15 de agosto de 1559 las monjas ocupan el convento, aún estando en construcción la iglesia, que se terminó en 1564. Juana de Austria se retira a pasar el resto de sus días en este convento, más o menos en clausura, hasta su muerte en El Escorial en 1573, siendo enterrada en él. Además de su fundadora, entre las paredes de este convento moraron su hermana, la emperatriz María y su hija Margarita, además de otras muchas mujeres relacionadas, de una manera o de otra, directamente con la Corona española, lo que justifica la estructura y decoración de parte del convento y las grandes obras de arte que atesora. En este convento de clausura, la fundadora establece que un máximo de treinta y tres monjas y siete novicias, un total de cuarenta mujeres. Hoy solo hay quince. La casa-palacio original tenía un gran huerto que se conservó para el convento, siendo las monjas autosuficientes con los productos que de él recolectaban. Hoy se sigue conservando y cultivando este huerto por las monjas. Desde 1960 es en parte visitable, siendo las visitas gestionadas y dirigidas por Patrimonio Nacional. Actualmente está catalogado como Bien de Interés Cultural y Museo Europeo. Hace un mes pude visitarlo, con el privilegio de escuchar a las monjas cantar en el coro. No pude ver la iglesia donde se celebraron las honras fúnebres de la reina Isabel, porque solo está abierta los domingos en el oficio de la misa de mediodía. Volveré. Como dibujó en el plano de Texeira, el convento de las Descalzas, marcado con XXXIX, estaba unido por medio de un pasadizo elevado con un edificio que se encontraba enfrente, marcado con LXII. Es el convento y hospital de la Misericordia, también fundado en 1559 por Juana de Austria para dar cobijo a sacerdotes y religiosos pobres. Enfrente del convento de las Descalzas, el rey Felipe V dona un edificio en 1724 para albergar en él el Monte de Piedad de Madrid, fundado en 1702 por el padre Francisco Piquer, capellán de las Descalzas. La capilla se construyó en la esquina de la calle de los Bordadores, hoy de San Martín, enfrente del convento benedictino de San Martín. El acceso a esta capilla tenía desde 1773 una hermosísima puerta barroca, labrada por Pedro de Rivera, que ha sido conservada hasta nuestros días. Panorámica de la plaza de las Descalzas En 1838 se fundó la Caja de Ahorros de Madrid, ocupando el mismo edificio que el Monte de Piedad. Ambas instituciones se fusionan en una sola en 1869. Justo un siglo después se derriba todo el edificio para construir una sede central nueva. La puerta de Rivera se desmontó y se trasladó a la fachada principal de este edificio, enfrente del convento de las Descalzas. Hoy es el acceso a un hotel que ocupa los antiguos terrenos del Hospital de la Misericordia y del Monte de Piedad de Madrid. Me siento en un banco junto a la puerta de Pedro de Rivera, a la sombra. Son las cinco de la tarde y no entra ni sale nadie del hotel. Tampoco veo a nadie por la fachada del convento de las Descalzas, completamente al sol. Madrid sestea. Mirando desde aquí el convento varias consideraciones y preguntas me surgen después de recorrer el espacio que separa el Estudio de la puerta de su iglesia. Si López de Hoyos había sido nombrado para el cargo de catedrático del Estudio de la Villa de Madrid en enero de 1568. Si a este Estudio de Madrid acudían los muchachos que ya sabían leer y escribir con una edad de entre ocho a diez años, para formarse durante seis años en los conceptos de la Gramática, saliendo con una edad de entre los quince o dieciséis años preparados para ingresar en una universidad. Si el maestro López de Hoyos afirma explícitamente en la Relación de las honras fúnebres a la reina que «en torno al túmulo hubo todas estas letras, que de más de los ejercicios en latín que en el estudio hicieron nuestros discípulos…», que «estas cuatro redondillas castellanas, a la muerte de Su Majestad, en las cuales como en ellas parece, se usa de colores retóricos y en la última se habla con su Majestad, son con una elegía que aquí va de Miguel de Cervantes, nuestro caro y amado discípulo», y que en esta «elegia de Miguel de Cervantes en verso Castellano al Cardenal en la muerte de la Reyna, tratanse en ella cosas harto curiosas con delicados conceptos». Si se conocen datos biográficos de otros autores de su época, incluso coetáneos al Miguel alcalaíno, como los de Mateo Alemán. El autor del Guzmán de Alfarache, también en dos partes (1599 y 1604), nace en Sevilla en 1547, el mismo año que el alcalaíno, y muere en México en 1614, dos años antes que el alcalaíno, se gradúa bachiller en Artes y Filosofía en junio de 1564, con diecisiete años, y termina el grado de medicina en la universidad de Alcalá de Henares en 1568, con veintiún años. Si el mismo Mateo Alemán, en su Ortografía Castellana, publicada en México en 1609, criticaba la forma de enseñar a leer antes que a escribir, perdiéndose mucho tiempo de aprendizaje, afirmando: «… pues comenzábamos niños, y salíamos casi barbados a la Gramática, pasándose lo mejor de la vida, entre coplas del marqués de Mantua y fecha la plana». ¿Cómo es posible que en la última biografía de Cervantes, publicada en abril de 2022 y titulada Cervantes, según algunos la más actualizada y completa escrita hasta ahora, escrita por Santiago Muñoz Machado, actual director de la Real Academia Española de la Lengua, se afirme que: «Aprende de niño en la escuela de López de Hoyos. Permanece solo unos cuantos meses y no ha sido concretado si como alumno o, dado que Cervantes ya pasaba de los veinte años y su edad ya desentonaría con la de los demás estudiantes, más jóvenes, tal vez como colaborador del maestro»? ¿Colaborador del maestro, cuando este mismo maestro llama a Miguel explícitamente su «amado discípulo»? ¿Por qué se trata de mantener todavía hoy que en octubre de 1568 el alcalaíno siga sentado en el Estudio de la Villa,con veintiún años y posiblemente bien barbado, cuando otro innovador de la literatura española, Mateo Alemán, acababa de licenciarse hacía unos meses como médico en Alcalá de Henares? Si como ya sabemos, después de haber estado más de cien años guardado el documento en un cajón de un archivo estatal español, en la relación de ayudas que don Juan de Austria dio a los heridos en la batalla de Lepanto, que aún estaban en el hospital de Mesina en marzo de 1572, había dos Migueles con el mismo apellido de Cervantes. ¿No es posible que el autor de estas composiciones poéticas a la muerte de la reina en 1568 sea otro Miguel distinto al alcalaíno, con una edad más idónea para estar formándose en el Estudio de López de Hoyos? ¿Quién era ese otro Miguel? Si monseñor Acquaviva estaba presente en Madrid durante las honras de la reina y fácilmente, por su condición de embajador del Papa, pudo asistir a las honras donde estaban expuestos los trabajos de los alumnos del Estudio, entre los que destacaban los de Miguel de Cervantes. Si en el prólogo de La Galatea (1585), Miguel de Cervantes indica con orgullo ser «su camarero en Roma», refiriéndose a Giulio Acquaviva, esta estrecha relación con tan importante personaje de la curia romana debió de mantenerse al menos entre mayo de 1570, fecha de nombramiento como cardenal, y su decisión de alistarse en la escuadra cristiana, que derrota a la turca en Lepanto de octubre de 1571. ¿Se pudo interesar monseñor Acquaviva en el autor de esos trabajos? ¿lo conoció personalmente? ¿le propuso viajar a Roma donde seguir formándose en su palacio de rica y completa biblioteca, convirtiéndose en uno de sus camareros? Si todo esto pudo ocurrir entre octubre y diciembre de 1568 ¿lo nombra explícitamente López de Hoyos en la Relación a la reina, publicado en 1569, porque conoce que se ha ido con el séquito de Acquaviva a Roma? ¿Se estaba despidiendo de su «amado discípulo»? Mi conclusión, después de estas consideraciones y preguntas que me he hecho, es que el Miguel que he seguido en la ficción por este corto recorrido por el Madrid más antiguo, entre las puertas del Estudio de la Villa y de la iglesia del convento de las Descalzas Reales, no es el Miguel alcalaíno. Este, en octubre de 1568, contaba ya con veintiún años, edad imposible para sentarse en los estrechos y destartalados pupitres del Estudio madrileño. El «amado discípulo» del humanista Juan López de Hoyos, que ya «usa de colores retóricos» y «delicados conceptos» en ese octubre de 1568 es, sin duda alguna, otro Miguel de Cervantes. Y me surge otra pregunta, antes de marcharme a un lugar más fresquito, ¿quién era este Miguel? Pero, como respondería Sancho Panza, “esto es harina de otro costal”. Termino este artículo el día 15 de agosto, festividad de la Asunción de Nuestra Señora, también de Nuestra Señora del Alcázar, de Begoña, de la Paloma, de Los Reyes, del Sagrario, del Prado… Felicidades a todos los lugares de España, y del mundo, que hoy están de fiesta grande entre sus calles y plazas. Luis Miguel Román Alhambra Para leer y mirar más entretenido: Relacion de la muerte y honras funebres del SS. Principe D. Carlos, hijo de la Mag. Del Catholico Rey D. Philippe segundo nuestro señor. Juan López de Hoyos. Madrid, 1568. BNE Historia y relación verdadera de la enfermedad felicísimo transito, y sumptuosas exequias fúnebres de la Serenisima Reyna de España doña Isabel de Valois. Juan López de Hoyos. Madrid, 1569. BNE Alvar Ezquerra, Alfredo. El Madrid que se habría encontrado Cervantes en La Corte de las Letras, Imprenta Municipal, Madrid 2017. Marín Perellón, Francisco José. Madrid entre dos centurias: Cervantes en la Corte de las Letras, Imprenta Municipal, Madrid 2017. Mesonero Romanos, Ramón. El antiguo Madrid, paseos históricos-anecdóticos por las calles y casas de esta villa, Establecimiento Tipográfico de don F. de P, Mellado, Madrid, 1861. BNE Escritura de fundación del Convento de monjas franciscanas descalzas de Madrid, por Doña Juana de Austria, 9 de Agosto de 1572. Monasterio de las Descalzas Reales. BNE. Texeira, Pedro. Topographia de la Villa de Madrid, 1656. BNE.
El alcazareño Antonio Leal Jiménez, miembro de la Sociedad Cervantina, impartió la conferencia “El Quijote como filosofía del Marketing del siglo XXI” Fecha de Publicación: 09/08/2023 Antonio Leal Jiménez es Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, así como Doctor en Ciencias de la Comunicación y Académico de Santa Cecilia, tuvo un recuerdo muy cariñoso para su ciudad, el Corazón de la Mancha: Alcázar de San Juan y para la Sociedad Cervantina a la que valoró su gran trabajo cultural El pasado martes 8 de agosto, en la Iglesia del monasterio de la Victoria de El Puerto de Santa María (antiguo convento erigido a principios del siglo XVI por los señores de la entonces villa, los duques de Medinaceli), tuvo lugar la conferencia “El Quijote como filosofía del Marketing del siglo XXI” a cargo del alcazareño Antonio Leal Jiménez, afincado en la ciudad portuense. En monasterio se encuentra en la actualidad restaurado y alberga diversos actos culturales y oficiales. Esta conferencia se enmarca dentro Los veranos en el Puerto de Santa María y el Ciclo cultural de Los Martes de la Academia. En la apertura del acto a cargo de Gonzalo Díaz-Arbolí, también académico, se presentó a Antonio Leal destacando su enorme compromiso con los colectivos más desfavorecidos, habiendo recibido el Premio Eolo como reconocimiento a su trabajo con personas con discapacidades físicas, sensoriales y mentales. Sus tesis doctorales han contribuido a aportar herramientas de marketing para el colectivo de familiares de esquizofrénicos y paliar el suicidio en la población joven. Hijo Predilecto y miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Finalizó su presentación dirigiéndose al alcazareño en estos términos: «Y a vuecencia me dirijo, Hidalgo Caballero, D. Antonio Leal del Corazón de la Mancha, ilustre alcazareño y admirado amigo, noble y gallardo a quien, con el acatamiento que debo a tanta grandeza, suplico reciba benévolamente esta presentación y fío que no desdeñará la cortedad de tan humilde servicio. En fe y con los rasgos típicos de la obra cervantina al buen hacer y con la inclinación al agradecimiento que su atención me merece. Y si desde mi modestia le parece vacía de ornamento y elegancia esta presentación, digo que tiene la fuerza de enajenar, pero que solo vuestra erudición compensará con la caridad precisa contar las verdades humanas. Sin raíces, sin historia profunda no somos nada. Feliz semana y que vuelvan los ruiseñores a cantar en los atardeceres de las dilatadas llanuras y claros horizontes de la Mancha» Antes de tomar la palabra Antonio Leal, sonó el 3er movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven que representa la lucha contra la adversidad, el dolor, el sufrimiento: una confianza ilimitada en las posibilidades del ser humano. Y ya metido de lleno en su conferencia, Leal Jiménez hizo mucho hincapié en el aspecto humanista y de los valores aprendidos en la obra de Cervantes y afirmó que el Quijote se paladea de forma diferente según la edad con la que uno lo lea y cuando más se disfruta es cuando ya tienes cierta madurez y vivencias. ¿Qué tiene que ver el Quijote con el Marketing del siglo XXI? ¿Puede tener algo en común don Quijote con el Marketing actual? y ¿Es posible pensar que el mundo de los sueños puede relacionarse con los sistemas empresariales? Estas tres preguntas que el mismo se hizo, resultaron el hilo conductor de la conferencia, asegurando que en las tres preguntas la respuesta es afirmativa, pasando a hilvanar de forma magistral el contenido de su exposición. Analizado el estado de la cuestión nos encontramos con que debemos apoyarnos en estas tres patas principales: la empresa (que debe ofrecer, credibilidad, reputación y responsabilidad social, así como servicio al cliente y ser capaz de generarle entusiasmo), el Marketing (calidad, nichos de mercado, innovación) y Cervantes, que no era un hombre de empresa, pero su manera de ver las cosas tenía muchísimo fundamento y es digno de ser tenido en cuenta. El marketing es una media de ciencia y arte, es el equilibrio entre técnica y creatividad. Analizó lo que ocurre cuando dos empresas rivales hacen campañas de marketing contrarias, atacando los productos del contrario, lo que los lleva a tomar decisiones erróneas como bajar los precios o reducir los costes. El resultado es estrechar el mercado y perjudicar el empleo. Mientras que, si se dedican a un marketing creativo, lo que harán será ampliar el abanico de posibilidades, generar oportunidades y abrir el mercado de trabajo. Apuntó que don Quijote es un modelo de liderazgo empresarial por el convencimiento de la misión que tiene que cumplir y el empeño que pone en conseguir este objetivo. Para triunfar, ofreció unos sabrosos consejos basados en el Quijote: poner pasión en todo lo que se hace, valorar a las personas, rodearse del mejor equipo, ser fiel a uno mismo, no tener miedo a los gigantes que son simples molinos. Impartió un consejo fundamental: “No dejen de leer, siempre que puedan, unos párrafos de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. Aseveró que “el idealista no conoce límites, la persona con ideales es una persona con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, lo importante es marcarse metas y poner toda tu alma en cumplirlas”. Y cerró la conferencia exhortando a los presentes a leer, releer y practicar el Quijote, confesó que cada vez que vuelve a las páginas del Quijote le hacen renovar su fe en los hombres que se atreven a soñar y no sólo eso, sino que con su lectura se permite construir nuevas ilusiones personales porque siempre hay una aventura que nos está esperando. “No se necesita una varita mágica para cambiar las cosas, dentro de nosotros mismos yace la magia que nos impulsa a hacer grandes cosas”. A lo largo de su conferencia realizó constantes alusiones a su ciudad Alcázar de San Juan y se refirió con cariño a la Sociedad Cervantina -de la que es socio-, valorando el gran trabajo cultural que llevan a cabo de forma incansable. Manifestó su orgullo de pertenencia a la ciudad manchega e invitó a la audiencia a visitarla para conocer la esencia de la Mancha, de su gastronomía y de su tradición cervantina. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Exitosa ruta Cervantin@lcázar en la noche del sábado con excepcional asistencia de público Fecha de Publicación: 06/08/2023 Dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio organiza anualmente el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, ha tenido lugar en la noche del sábado 5 de agosto la Ruta Cervantin@lcázar con la mayor asistencia que se recuerda Un numeroso público que rompió todas las previsiones, incluido un grupo de jóvenes adolescentes, conoció las numerosas y fuertes vinculaciones de la ciudad con Miguel de Cervantes y el Quijote Alcázar de San Juan, 6 de agosto de 2023.- A las 22:00 horas del sábado, desde la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, daba inicio la ruta guiada que coordinó la Sociedad Cervantina de Alcázar, enmarcada dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio del Ayuntamiento de Alcázar, que mostró al numerosísimo público inscrito en la actividad (provenientes de Almería, Madrid, León, Alicante, Alcázar y también de Italia), la gran vinculación que tiene la ciudad de Alcázar de San Juan con Miguel de Cervantes y su obra. Como por ejemplo que el nombre oficial de la ciudad fue “Alcázar de Cervantes” durante algunos años de la Segunda República Española en el siglo XX, siendo identificada así en toda documentación oficial correspondiente a este periodo. A continuación, los asistentes se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde tuvieron ocasión de conocer -a través de las explicaciones de Luis Miguel Román-, la historia que encierra el Quijote Cósmico, busto que Eulalio Ferrer, santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México, regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat: Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad. Precisamente en el pasado mes de julio se ha cumplido el trigésimo aniversario de su instalación. En este lugar, Luis Miguel Román mostró a los asistentes una edición del Quijote igual al adquirido el 7 de febrero de 1939 a un miliciano en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer y que le marcaría para toda la vida: “Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajosos para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote”. (“Entre alambradas.- Eulalio Ferrer). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy. Los asistentes hicieron una breve parada en la calle San Juan, justo en el lugar en el que Manuel Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutiérrez Quesada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes dice don Quijote: «de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón». También se explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes» tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano. En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales) quien puso al corriente de Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. La ruta finalizó en esta misma plaza dando un repaso al resto de los lugares del recorrido, como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando a conocer a los presentes los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que son un patrimonio único en España, en os que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico. Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, recientemente remodeladas, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradecieron al público la acogida masiva que ha tenido esta edición de la ruta, por la gran aceptación que ha tenido y sobre todo por la presencia de un grupo de jóvenes de ambos sexos que hace presumir que la obra de Cervantes cala también entre los lectores más jóvenes y que la lectura y el conocimiento de su obra está asegurado en las siguientes generaciones. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Ibáñez D.E.P. Fecha de Publicación: 28/07/2023 Francisco Ibáñez Talavera (Barcelona 1936-2023). Fotografía de 20Minutos El pasado día 15 de este caluroso mes de julio nos ha dejado Francisco Ibáñez, un genio del cómic español que nos llevaba haciendo reír a carcajadas más de cincuenta años. Nació en Barcelona en el año 1936 y ha muerto en la misma ciudad catalana. Son muchos los personajes que ha creado y que forman parte del recuerdo de varias generaciones de nuestra niñez, juventud y hasta de nuestros días. Mortadelo y Filemón, el Botones Sacarino, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio y todos los inquilinos del famoso edificio 13, Rue del Percebe. Genial creador, narrador y dibujante, con sus personajes y escenas hace que el lector se meta de bruces en su fábula, haciéndole reír, a veces a carcajadas. En sus viñetas, como en un espejo, nos podemos sentir identificados, sociedad y uno mismo si lo hacemos con humor. Leyéndolas, y mirándolas, por unos minutos nos olvidamos de los problemas del día a día embutiéndonos en la vida disparatada de sus personajes. El humor cura las desdichas, e Ibáñez con su descacharrante y maravilloso humor es capaz de curarlas en minutos, como si fuese el cervantino Bálsamo de Fierabrás. Algunas veces es necesario estar varios segundos delante de una sola de las viñetas para ser capaz de apreciar todos sus detalles. El tiempo de la historia se para, ahora toca observar los detalles de la ilustración. Detalles que pueden pasar desapercibidos y tras otra nueva mirada los descubres como por encantamiento. Igual que la novela de Cervantes, las historias de Ibáñez hay que leerlas, y mirarlas, despacio, a veces una y otra vez. Y como ocurre con el Quijote, la viñeta que hoy miro y me dice una cosa, hace años me decía otra distinta, pero siempre haciéndome reír. Quijotes de la familia Román-Bustamante Para celebrar la aparición en 1958 del primer Mortadelo y Filemón, la editorial Círculo de Lectores publicó en 2008 un especial Mortadelo y Filemón 50aniversario con el título Mortadelo de la Mancha. Como socios de la editorial, el pedido de ese mes fue este ejemplar lujosamente encuadernado. Entre los casi cien ejemplares de ediciones del Quijote que disponemos en casa, uno de ellos es este Mortadelo de la Mancha, que hoy he vuelto a hojear. Primero con tristeza, pero al pasar unos minutos Ibáñez ha vuelto a hacerme reír, como siempre. ¡Solo tenía que fijarme en la cara de este Caballero de la Triste Figura y de su flaco Rocinante, al salir de ese singular molino! Como agentes secretos de la T.I.A. son elegidos para probar el nuevo invento del profesor Bacterio: el Transmutador trifásico de erudición retoricointelectiva. Según Bacterio, con este aparatejo en pocos segundos se asimilan todos los conocimientos de cualquier libro, «como quien digiere una ración de garbanzos». El objetivo del superintendente Vicente era que tuvieran los conocimientos y habilidades de un gran agente secreto. Arrastrados a la fuerza hasta la maquineja sufren la descarga de un libro de James Bond, pero la eficiente Ofelia había puesto las pastas del libro del Agente 007 a un Quijote, al que se le había caído el rímel encima… Por lo que ahora son los agentes Mortadelo de la Mancha y Filemoncho Panza. … Mortadelo de la Mancha ve unos molinos que a él le parecen gigantes… … a Mortadelo de la Mancha no se le reconocería en el mundo por generaciones y generaciones si no es por su famoso Yelmo de Mambrino… … y más tarde, el mismo Ibáñez nos mete en la aventura de los leones, dando Mortadelo de la Mancha libertad a un león que transportaba un camión del Zoo… … y cómo no, también da libertad a unos presos condenados por algunas “cosillas”… Decía Ibáñez que él nunca había leído completo el Quijote, que lo hacía por partes, por aventuras, y nos dejó esto. ¡Solo un genio del humor puede interpretar así a otro genio del humor! Un consejo manchego para el resto de verano. Después de este tiempo electoral en España, en el que el profesor Bacterio con su Transmutador ha inducido a los políticos el extraño tratado de ciencias políticas Un escaño al año no hace daño, con algún cortocircuito que otro, apaga el móvil, acércate a un kiosco o librería y compra un Mortadelo y Filemón, busca el lugar que más te guste para sentarte o tumbarte, prepárate un salutífero bálsamo fresquito y deja que Ibáñez haga que te rías de ti y de tu sociedad, que mucha falta nos hace. No ocultes tus carcajadas, que quien te vea dirá “ese que ríe está leyendo un Mortadelo y Filemón”. ¡Quizás el humor sea el antídoto bacteriano ante tanta desventura, agravios, entuertos y desaguisados! ¡Que en paz descanses, Maestro Ibáñez! Con tu marcha aquí nos hemos quedado hechos fosfatina, aunque ahora allí estarán despachurrados de la risa. P.D. Volvía de pasar unos días de vacaciones con unos amigos en un camping de Benidorm. Era junio de 1980. En la estación de ferrocarril de Alicante esperábamos la salida del exprés nocturno que nos traería a Alcázar de San Juan de madrugada. No había comido nada desde mediodía y solo me quedaban 100 pesetas en el bolsillo, 60 céntimos de euro actual, lo justo para comprar un bocadillo y una cerveza en la ajetreada cantina de la estación. Antes había visto que en el kiosco de la prensa había un Mortadelo y Filemón ¡especial de verano!, con muchas historias de todos los personajes de Ibáñez, y costaba 100 pesetas. No tuve dudas. Ya desayunaré mejor en casa en cuanto llegue al día siguiente, me dije para conformar a mis tripas, y me compré mi Mortadelo. Llegué muerto de hambre pero harto de reír. Luis Miguel Román Alhambra
«Prisioneros de la Armada Invencible liberados del olvido» Fecha de Publicación: 09/07/2023 Pedro Luis Chinchilla puso nombres, apellidos y rasgos físicos exteriores (cara) a muchas de las personas naturales de numerosos pueblos de nuestro entorno que fueron hechos prisioneros en la llamada Jornada de Inglaterra Su labor de investigación durante más de tres años ha permitido rescatar del olvido a la gran mayoría de prisioneros de los que no había censo alguno y que ascendieron a un diez por ciento de las fuerzas embarcadas Alcázar de San Juan, 09-07-2023.- Con una gran asistencia de público para tratarse de un viernes y del mes de julio, Pedro Luis Chinchilla Muñoz hiló una conferencia magnífica que tuvo al público absorto hasta el final de la misma. La concejal de cultura, Cristina Perea, dio la bienvenida al conferenciante y se felicitó porque el tejido cultural alcazareño sea capaz de organizar actos de este nivel, que nos ayudan a todos a conocer nuestra historia en profundidad y en particular estos aspectos que a veces se les ha considerado formando parte de una leyenda negra definida así por otros países y que de su estudio podemos concluir que fueron hechos realmente heroicos. Luis Miguel Román, vicepresidente de la SCA, habló de la biografía de Chinchilla, de su ocupación profesional en el mundo del marketing y de como por pura afición ha dedicado un precioso tiempo de su vida a estudiar este capítulo de la historia española, sobre todo tras viajar a Irlanda y ver que allí sienten una verdadera pasión por los soldados españoles de la Armada a los que ayudaron en todo cuanto les fue posible. Esta conferencia se enmarca dentro del ciclo Universo Quijote, ciclo de conferencias mediante las que la Sociedad Cervantina quiere abrirse al público en general para dar a conocer sus actividades y para animar a todas las personas interesadas a que se acerquen a esta asociación y participen de ella como miembros activos. En esta ocasión se ha querido dar publicidad de la obra de Chinchilla para colaborar con él en su misión de rescate del gran olvido en que están sumidos estos soldados españoles. Pedro Luis Chinchilla comentó que antes de iniciar su trabajo se leyó todo cuanto existía sobre los prisioneros de la Armada Invencible, que en realidad era muy poco, y se preguntó a sí mismo, por qué no se conocía ni siquiera el número de prisioneros, ni había un censo aproximado de ellos, ni se sabía prácticamente nada de sus peripecias en Inglaterra durante su cautiverio. Se puso a trabajar y después de más de tres años ha logrado rescatar del olvido y poner cara (nombres y apellidos) así como su procedencia y oficio, a la gran mayoría de prisioneros, documentando sus trayectorias, estancias en Inglaterra, tiempo de cautiverio y fechas de liberación. Explicó también el modo impactante en que cada monarca trató a sus soldados, mientras que el rey de España Felipe II, negoció el rescate de cada prisionero desde el primer momento y hasta 11 años después (cuando fue liberado el último, un boticario), y mientras los barcos maltrechos fueron regresando a las costas españolas, desplegó un gran dispositivo de acogida a los heridos y supervivientes, facilitándoles cuanto les era necesario, ropas, alimentos y sus pagas (como las indemnizaciones a las viudas de los que habían perdido la vida); la reina Isabel de Inglaterra, licenció a los pocos días a sus soldados porque ya no le eran necesarios y pudieron encontrarse vagando por las calles de Londres mientras vivían de la caridad o directamente morían de hambre. Cuantificó las cantidades a fecha actual del coste de los rescates, ascendiendo a unos 8.700 euros los de los soldados de menos graduación (Inglaterra cobraba en ese rescate tanto la propia manutención del tiempo que habían estado prisioneros, como un precio por su libertad), y significando unas cantidades verdaderamente altas, de unos 500.000 euros por las personas de más calidad, tanto militares de mando en la Armada como aventureros de familias nobles que se incorporaron a la Jornada. Resultó emocionante conocer con nombres y apellidos a los prisioneros nacidos en poblaciones cercanas como Camuñas, Manzanares, La Solana, Villanueva de los Infantes o Lillo. Al finalizar la exposición, el acto se prolongó con un interesante intercambio de preguntas de los asistentes a las que Pedro Luis Chinchilla ofreció unas excelentes aclaraciones. En la mañana del sábado Chinchilla tomó parte de uno de los Almuerzos de don Quijote, otra actividad cultural en la que los invitados hablan de sus experiencias, proyectos e inquietudes mientras saborean típicos platos manchegos. A lo largo del almuerzo, Pedro Luis Chinchilla comentó que le resulta perfectamente posible que el Miguel de Cervantes bautizado en Alcázar de San Juan pudiese haber participado en la batalla naval de Lepanto (con 13 años), porque él tenía documentados numerosos casos de niños de hasta 9 años, alistados en la Armada, que servían como pajes de rodela de los nobles y caballeros o como grumetes en los navíos. De igual forma se hizo un repaso de todas las personalidades, especialmente los escritores, que de un modo u otro tuvieron que ver con la preparación a participación en la Armada de 1588, entre los que se encuentran en propio Miguel de Cervantes o Lope de Vega. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan se congratula de poder recibir en Alcázar de San Juan, estudiosos como Pedro Luis Chinchilla Muñoz que en todo momento se puso a disposición de los cervantinos alcazareños y dio todo tipo de facilidades para estar en nuestra ciudad. Por su buena disposición y por haber querido compartir sus conocimientos con el público alcazareño, le agradecemos su participación y esperamos que se lleve un buen recuerdo de esta acogedora ciudad, de sus personas y de su patrimonio cultural. . CONFERENCIA COMPLETA EN YOUTUBE Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Pedro Luis Chinchilla fundador de la web armadainvencible.org en los Almuerzos de don Quijote Fecha de Publicación: 02/07/2023 Uno de los mayores expertos en la Armada de 1588 visitará Alcázar de San Juan para conocer nuestra ciudad y para impartir una conferencia titulada “Prisioneros de la Armada Invencible. Los hombres capturados de tierras cervantinas”, dentro del ciclo de conferencias Universo Quijote También participará en los Almuerzos de don Quijote que regularmente organiza esta Sociedad Cervantina Alcázar de San Juan 3 de julio de 2023.- El próximo invitado de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan será Pedro Luis Chinchilla Muñoz (Yecla, 1968), es investigador independiente sobre la Armada de 1588 y creador de la web armadainvencible.org, la plataforma para su estudio y divulgación. Conferenciante y colaborador en distintos medios escritos y radiofónicos dando a conocer la historia de la “Armada Invencible”, su labor en la promoción de actos conmemorativos en recuerdo de esta historia épica (organizados tanto en la República de Irlanda como en Irlanda del Norte) ha tenido un notable eco, propiciando una recuperación fidedigna de estos hechos históricos y el resurgir de la vinculación de la Armada con pequeñas comunidades rurales irlandesas a fin de promover un desarrollo socio-cultural y turístico sustentado en esta conexión. Es autor del libro Los prisioneros de la Armada Invencible, publicado en febrero de 2023, cuya investigación ha sido presentada en Yecla, Avilés, Madrid, el TIDE Armada Conference de Sligo (Irlanda), el Instituto Cervantes de Dublín y, ahora, gracias a su Sociedad Cervantina, en Alcázar de San Juan. El viernes 7 de julio a las 20:00 horas en la Casa del Hidalgo, Pedro Luis Chinchilla impartirá una conferencia titulada Prisioneros de la Armada Invencible. Los hombres capturados de tierras cervantinas. Esta conferencia será gratuita y abierta al público, está incluida dentro de la programación UNIVERSO QUIJOTE, que viene organizando la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan para abrir la asociación al público en general y para que los alcazareños que lo deseen puedan acercarse al conocimiento de Miguel de Cervantes, su obra y la interesante época en que le tocó vivir. El sábado 8 de julio y ya restringido a los miembros de la Sociedad Cervantina, Pedro Luis Chinchilla asistirá a la actividad cultural los “Almuerzos de don Quijote” que regularmente organiza esta asociación y en la que los invitados hablan de su experiencia cervantina, así como de sus proyectos presentes y futuros alrededor de unos típicos platos manchegos. Previamente al almuerzo el invitado visitará los lugares turísticos de Alcázar de San Juan y conocerá la vinculación de nuestra ciudad con Miguel de Cervantes. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La famosa ínsula Barataria Fecha de Publicación: 01/07/2023 Sancho Panza entrando como gobernador en la Ínsula Barataria. Jaime Pahissa, 1904 Si hoy preguntamos ¿qué es una ínsula?, la mayoría respondería que una isla, o, recordando las primeras lecciones de Geografía: «Una porción de tierra rodeada de agua por todas partes». ¿Y si lo hacemos a los primeros lectores del Quijote,a principios del siglo XVII? Muchos responderían que «trozos de tierra cercadas de aguas, como una isla». ¿Y si se lo preguntamos a Sancho Panza? Posiblemente no sabría muy bien qué contestar después de la burla de los Duques, solo que estuvo en «una ínsula llamada la Barataria» y que «diez días la goberné a pedir de boca». El primer diccionario de la RAE, el conocido de Autoridades (1734), dice de ínsula: «es lo mismo que isla, que es como oy se dice. Usabase mucho en lo antiguo, especialmente en los libros de Caballerías. Se llama en estilo jocoso qualquier Lugar pequeño ù gobierno de poca entidad. Dicese à semejanza de la que fingió Cervantes en su Don Quixote haberse dado á Sancho Panza su Escudero». Y de isla: «Una parte de tierra rodeada enteramente de agua, en algún rio ò en el mar, donde son mas freqüentes. Analogicamente significa un conjunto de casas, cercado por todas partes de calles» La RAE, actualmente en su diccionario, define ínsula como: Del latín 1. Lugar pequeño o gobierno de poca entidad, a semejanza del encomendado a Sancho en el Quijote. 2. Isla (porción de tierra rodeada de agua). Pero ¿qué espacio geográfico era realmente la famosa Ínsula Barataria? Aunque con ese nombre aparece en la segunda parte del Quijote (1615), es al comienzo de la primera parte (1605) cuando Cervantes utiliza por primera vez la palabra ínsula. Es cuando don Quijote convence «a un labrador vecino suyo, hombre de bien —si es que este título se puede dar al que es pobre—, pero de muy poca sal en la mollera» para que le sirviese de escudero, y le persuade especialmente con una promesa: el hacerle gobernador de una ínsula que ganase en alguna de las aventuras, de las muchas que tendría. A Sancho esta promesa no se le olvidará nunca, «y rogaba a Dios en su corazón fuese servido de darle vitoria y que en ella ganase alguna ínsula de donde le hiciese gobernador, como se lo había prometido» (Q1, 10). Él sabe el valor que tiene, aunque prediciendo el valor de la fórmula del bálsamo de Fierabrás tendría llegó a proponer a don Quijote su renuncia como gobernador de la ínsula a cambio de la «receta de ese estremado licor» (Q1, 10). Cervantes utiliza la palabra ínsula en treinta y una ocasiones en la primera parte y en más de cien en la segunda. Para don Quijote, lo que ha prometido a su escudero es la gobernación de una isla. Y si no es posible una isla le recompensará con un reino en tierra firme. Esto le decía don Quijote después de la aventura con el vizcaíno: «cuando faltare ínsula, ahí está el reino de Dinamarca, o el de Sobradisa, que te vendrán como anillo al dedo, y más que, por ser en tierra firme, te debes más alegrar» (Q1, 10). Y tampoco se le olvida este posible cambio de una isla por un reino en tierra firme a Sancho Panza cuando le dice a don Quijote, después de haberle golpeado con el lanzón en las espaldas por sus burlas en la aventura del batán en Sierra Morena: «que suelen los principales señores, tras una mala palabra que dicen a un criado, darle luego unas calzas; aunque no sé lo que le suelen dar tras haberle dado de palos, si ya no es que los caballeros andantes dan tras palos ínsulas, o reinos en tierra firme» (Q1, 20) Autores aseguran que Sancho Panza no sabía lo que era una ínsula, aunque él mismo la define casi mejor que cualquier geógrafo de su tiempo. Llorando, junto a la carreta convertida en jaula, camino a casa desde la venta de Sierra Morena le decía a don Quijote: «… ¡Oh liberal sobre todos los Alejandros, pues por solos ocho meses de servicio me tenías dada la mejor ínsula que el mar ciñe y rodea!» (Q1, 52) En la segunda parte, Sancho sigue esperando nuevas aventuras con la esperanza de su ansiada ínsula. Pero antes, por si acaso la ínsula no llega, quiere pactar un salario de escudero con don Quijote, contando incluso desde cuando le prometió por primera vez la ínsula, como diríamos hoy con efectos retroactivos, «porque en lo de la promesa de la ínsula se ha de contar desde el día que vuesa merced me la prometió hasta la presente hora en que estamos». (Q2, 28) Los Duques aprovechan la promesa que don Quijote le había dado de regalarle una ínsula para tramar otra burla, esta vez solo a Sancho Panza. El Duque le concede la gobernación de una villa, y aquí el lío, «que es una ínsula hecha y derecha, redonda y bien proporcionada y sobremanera fértil y abundosa, donde, si vos os sabéis dar maña, podéis con las riquezas de la tierra granjear las del Cielo. (Q2, 42). El Duque, en medio de Aragón, no tiene isla qué darle y lo encamina «con mucho acompañamiento al lugar que para él [Sancho] había de ser ínsula.» (Q2, 44) El lugar donde los Duques tramaron hacerle la burla era grande, «un lugar de hasta mil vecinos» unas cuatro mil personas: «Digo, pues, que con todo su acompañamiento llegó Sancho a un lugar de hasta mil vecinos, que era de los mejores que el Duque tenía. Diéronle a entender que se llamaba la ínsula Barataria, o ya porque el lugar se llamaba Baratario, o ya por el barato con que se le había dado el gobierno.» (Q2, 45). Enrique Suárez Figaredo, en sus notas a la segunda parte dice de ínsula Barataria: «isla de ganga, podría leerse. Se llamaba barato al engaño o fraude, y también a la propina que los jugadores daban a los que servían el juego, mirones e informadores». No cabe duda que el nombre dado por Cervantes a la ínsula induciría a las risas entre sus primeros lectores. Durante el gobierno de Sancho, un paje de los Duques lleva unas cartas y presentes a la mujer de Sancho. Habiendo leído las cartas el cura y Sansón Carrasco, «admirados de lo que habían leído», se fueron con la mujer de Sancho a la cuadra de su casa donde el paje estaba dando de comer a su caballo. El bachiller le pregunta por don Quijote y Sancho, «puesto que habían leído las cartas de Sancho y de la señora Duquesa, todavía estaban confusos y no acababan de atinar qué sería aquello del gobierno de Sancho, y más de una ínsula, siendo todas o las más que hay en el mar Mediterráneo de Su Majestad. A lo que el paje respondió: —De que el señor Sancho Panza sea gobernador no hay que dudar en ello; de que sea ínsula o no la que gobierna, en eso no me entremeto, pero basta que sea un lugar de más de mil vecinos…» (Q2, 50) Para el bachiller y el cura una ínsula era una isla, y para el paje también, pero para seguir la burla de los Duques este sale hábilmente airoso con su comentario. Acertamos a ver como a Sancho le da igual haber llegado a una isla como a una villa con tal de ser su gobernador: «Y aquella tarde la pasó Sancho en hacer algunas ordenanzas tocantes al buen gobierno de la que él imaginaba ser ínsula (Q2, 51). Lo reafirma el narrador cuando al dejar Sancho la gobernación cuenta que: «Sucedió, pues, que no habiéndose alongado mucho de la ínsula del su gobierno —que él nunca se puso a averiguar si era ínsula, ciudad, villa o lugar la que gobernaba—vio que por el camino por donde él iba venían seis peregrinos con sus bordones» (Q2, 54) Uno de estos peregrinos era Ricote, un vecino morisco de Sancho, que mantiene esta conversación con él: —Y ¿qué oficio es el que has dejado, Sancho? —preguntó Ricote. —He dejado de ser gobernador de una ínsula —respondió Sancho—, y tal, que a buena fee que no hallen otra como ella a tres tirones. —Y ¿dónde está esa ínsula? —preguntó Ricote. —¿Adónde? —respondió Sancho—. Dos leguas de aquí, y se llama la ínsula Barataria. —Calla, Sancho —dijo Ricote—, que las ínsulas están allá dentro de la mar, que no hay ínsulas en la tierra firme. —¿Cómo no? —replicó Sancho—. Dígote, Ricote amigo, que esta mañana me partí della, y ayer estuve en ella gobernando a mi placer, como un sagitario; pero, con todo eso, la he dejado, por parecerme oficio peligroso el de los gobernadores. Para Cervantes y sus lectores, para don Quijote, el cura y el bachiller, para los Duques y su paje, para el morisco Ricote una ínsula era una isla, grande o pequeña. Solo en la ignorancia o codicia de Sancho pudo encajar el engaño de los Duques llevándolo a una villa en lugar de a una isla. La famosa Ínsula Barataria ha trascendido en el tiempo como el lugar donde Sancho Panza gobernó eficazmente, como nadie lo habría hecho, durante el poco tiempo que duró la burla de los Duques. Hay una afección de ínsula en el diccionario de la RAE actual, heredera del Diccionario de Autoridades, que propongo pueda cambiarse porque no es precisa en parte de su definición: «Lugar pequeño o gobierno de poca entidad, a semejanza del encomendado a Sancho en el Quijote». La famosa Ínsula Barataria, el lugar que gobernó Sancho Panza, no fue un «Lugar pequeño o gobierno de poca entidad» ya que este tenía «más de mil vecinos», unas cuatro mil personas, un lugar importante en el reino de Aragón a principios del siglo XVII, y en el resto de España, ¡y Sancho Panza la gobernó! Luis Miguel Román Alhambra Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote
Tras los pasos de Rocinante en Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 29/06/2023 El pasado día 22 de junio presenté en Alcázar de San Juan Tras los pasos de Rocinante. El acto tuvo lugar en el patio del Museo Casa del Hidalgo, un edificio civil del siglo XVI transformado en centro de interpretación de la vida de un hidalgo manchego en su casa. Hidalgo manchego es don Quijote, por lo que el escenario escogido para la presentación era el más idóneo posible. Me presentaron ante el público asistente Cristina Perea, en su primer día en el cargo de concejala de Cultura del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, y Juan Bautista Mata, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, a la que pertenezco. Decía Cervantes que: «Entre los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento. Este pecado en cuanto me ha sido posible, he procurado yo huir desde el instante que tuve uso de razón; y si no puedo pagar las buenas obras que me hacen con otras, pongo en su lugar los deseos de hacerlas». Siguiendo este principio cervantino, y de educación, comencé la presentación dando las gracias al Ayuntamiento de Alcázar de San Juan por cederme este magnífico lugar para presentar la guía de caminos, a mis presentadores y a todos los presentes, en este primer día de verano manchego. Quise tener un recuerdo especial para mi amigo Santiago Ramos, que nos dejó en medio de la pandemia Covid19 un frío día de enero de 2021. Él me prologó Mi vecino Alonso (2010) y me acompañó en varias presentaciones. Casualmente un mismo día 22 de junio, pero del año 2012, estábamos en El Toboso. «¡Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores!», le aconsejaba don Quijote a Sancho antes de que partiese para ser gobernador de la ínsula Barataria. ¡Cómo no iba a acordarme de mis padres, de mis abuelos… de mi familia de labradores, pastores y ferroviarios! Llevé una fotografía de mi madre sentada en una trilla junto a su tío Miguel y mis tres hermanos mayores, una tarde de verano manchego. Mi madre me decía que yo también estaba allí, unos meses después vine al mundo. No recuerdo el nombre del perro al que abrazo, pero en casi todas las casas de la Mancha había uno, como en la de don Quijote. Comentaba también que la guía «está dedicada a Maite, mi mujer, porque sin su apoyo, consejos, dedicación y acompañamiento en los trabajos de campo, durante estos años, no la habría terminado. A mis hijos Jorge, Jaime y Guillermo, que nunca me han reclamado el tiempo que he dedicado al Quijote, y a sus parejas Verónica, Elena y Edwin. Y a Leire, Carlos, Hernán, Pablo y Balam, mis cinco nietos, que algún día me acompañarán por los caminos de esta guía, tras los pasos de Rocinante», que pronto ya serán seis porque una niña viene en camino. La guía guarda más fechas mágicas, porque precisamente el día que ponía punto y final a ella, el 31 de agosto de 2022, mi nieto Pablo cumplía cuatro años. Y también la fecha de este día de presentación, 22 de junio, porque mi nieta Leire cumplía diez años. A la misma hora en la que empezaba la presentación, las 20:00 horas, mi hijo Jorge me enviaba hace diez años su primera imagen que yo recibía trabajando en el desierto de Atacama (Chile), con seis horas de desfase en el primer día de invierno austral. Fueron varias preguntas las que hice a los asistentes. «¿Quién no reconoce a los dos personajes que están en la plaza subidos sobre un caballo y un borrico, o en cualquiera de estas imágenes?» Aunque no se haya leído el Quijote estas figuras son universalmente conocidas como don Quijote y Sancho Panza. E incluso, al ver unos molinos de viento los vinculamos a una de sus aventuras y a la Mancha. «¿Qué tipo de lector eres?», fue la segunda interrogación, porque de una manera o de otra, todos nos podemos encasillar en alguno de estos tipos de lectores, o no lectores, del Quijote que detallé: -Lector que lo lee por el mero hecho de satisfacer su gusto por la lectura. Le encanta leer cualquier tipo de novela o género. -Lector normal que es incapaz de terminarlo por aburrido o porque no entiende su castellano del siglo XVII. -Lector obsesivo de novelas capaces de devorar 800 páginas en dos días. -Lector, estudiante, que tiene la obligación de leer el texto o parte del texto en alguna de sus asignaturas. -Lector interesado por la trascendencia humana y social de su cuento. Para él todo es ficción. -Lector interesado por advertir su profesión en el texto. Ver en Cervantes un especialista o con conocimientos de su misma profesión. -Lector que además de estar interesado en el cuento advierte que la ficción está enmarcada en una geografía y tiempo real. -Pseudolector, que no has leído el Quijote pero que reconoces las aventuras de don Quijote solo por haberlas escuchado o visto en cualquier medio una y otra vez. Yo, confesaba,«me encasillo en varios tipos. Soy de los que lo leyeron, en parte, de estudiante y que cuando quise volverlo a leer entero fui incapaz de hacerlo, me parecía aburrido o no llegaba a entenderlo. No veía las risas que decían muchos les daba la lectura del Quijote, y lo dejaba una y otra vez. Por falso orgullo manchego logré terminarlo, aunque casi no recordaba bien ni lo que había leído unos capítulos antes, menos aún un refrán de Sancho o una sentencia de don Quijote. Esto ocurría con unos veinte años» Después comenté cómo me inicié en la lectura del Quijote: «… hasta que llegó el 2004 y por todos lados se preparaban actos para celebrar los cuatro siglos de la publicación de la primera parte del Quijote. La Asociación de Amas de Casa de Alcázar de San Juan pensó hacer una lectura del Quijote, y mi mujer propuso que se hiciese en una pequeña bodega de nuestra propiedad. Lo hacían los miércoles entre diez a catorce mujeres de toda condición y edad. Iban llegando a la bodega después de haber recogido los cacharros de la comida de la familia. Se sentaban en la mesa, yo les ponía un café, y de una en una se pasaban un Quijote, una vieja edición mexicana, y leían una parte del capítulo… pero las paradas eran frecuentes, las risas interminables, las caras de circunstancia según se desarrollaba la escena no se pueden describir… y se preguntaban qué quería decir esa palabra que no entendían, el refrán o sentencia que había dicho Sancho, la actitud de los personajes en cada aventura… la libertad de la mujer vista en Marcela, en Dorotea su autonomía como mujer gestora de los negocios de la familia… y yo perplejo, ante el mejor análisis del texto cervantino que jamás había leído, escuchado ni visto hacer por nadie, y se han escrito ya centenares de miles de artículos, libros, ponencias, reflexiones, etc. Entonces, llegué a la conclusión de que yo no había leído el Quijote, y me propuse hacerlo, pero como ellas, disfrutando del texto como ellas» «Y así, entre ratos a diario, en fines de semana, subrayando un Quijote editado por Martín de Riquer y pasando las notas a unas carpetas del ordenador llegué a terminar su lectura en cuatro años, en 2008. En ese momento, ordenadas todas las carpetas con títulos como Sentencias y refranes, Gastronomía, Flora y fauna, Mujer y sociedad… al revisar la carpeta que titulé Lugares y geografía tuve el presentimiento que con los detalles que Cervantes da de la comarca cercana de don Quijote se podía, incluso, acercarse a descubrir o dar nombre a ese lugar enigmático que él mismo nos escondió» De ese trabajo, de lectura tranquila, meditada, salió de la imprenta Mi vecino Alonso (2010). En este libro doy nombre, por primera vez en los anales cervantinos, a la venta donde es armado caballero don Quijote, la Venta de Manjavacas. Y pongo nombre al lugar de don Quijote, que no es otro que en el que estamos, Alcázar de San Juan, con análisis distintos a los que en su día hizo Ángel Ligero. Intuía que los caminos y parajes por donde Cervantes pone a estos personajes de ficción son reales. Conocía, y conozco bien, los caminos de esa parte de la Mancha, con 12 o 13 años ya había ido en la bicicleta de mi padre por caminos a Campo de Criptana y El Toboso, y poco después a las Laguna de Ruidera, esa vez con una bicicleta mejor que me prestaron. El territorio que Cervantes pinta me parecía real. Y me intrigaba sobremanera los diez y seis kilómetros que recorren don Quijote y Sancho Panza en Sierra Morena, desde la venta del manteo hasta el lugar de la penitencia en medio de la sierra, donde Cervantes enmarca varias, de las más conocidas, aventuras como la batallaba contra los rebaños de ovejas, el encuentro con la comitiva de encamisados, el miedo a los ruidos de un batán, la bacía del barbero, la liberación de los galeotes… Si las aventuras en Sierra Morena están enmarcadas en parajes reales, mi hipótesis de que la geografía del Quijote era real, podría confirmarse. El terreno de Sierra Morena me era muy conocido. «Trabajé entre los años 1990 y 1992 en la construcción y puesta en servicio del AVE Madrid-Sevilla, justamente entre el edificio técnico de Venta de la Inés y la estación de Córdoba», por lo que conocía bien los caminos y parajes de lo más intrincado de Sierra Morena. Tenía la misma sensación de haber estado por donde Cervantes ya había pasado y quizás también sus personajes en la ficción. No me daba ningún recelo o respeto entrar en ella. «Así, en 2012 publico la Tesela La venta cervantina de Sierra Morena, editada por el Patronato Municipal de Cultura, donde, después de recorrer el camino real de Toledo a Sevilla entre Almodóvar del Campo y Conquista, pongo nombre a la venta donde Sancho es manteado y desde la que se adentran caballero y escudero en Sierra Morena. Es la Venta de la Inés, en tiempo de Cervantes Venta del Alcalde, muy lejos de las ventas marcadas por autores anteriores, como por ejemplo la Venta de Cárdenas, en Despeñaperros… Allí conozco al último propietario de la venta Felipe Ferreiro, que ya sabía él desde niño lo que mis cálculos me habían costado tanto tiempo de resolver, que además de ser explícitamente nombrada en la novela Rinconete y Cortadillo estábamos en la venta del manteo» «Paso casi tres años trabajando entre mapas históricos y especialmente con los primeros mapas matemáticos que se habían hecho en España, a finales del siglo XIX, que recogían minuciosamente el trazado de los caminos tal y como los conoció Cervantes tres siglos antes. Con el texto voy marcando sobre papel las aventuras en medio de Sierra Morena. Hay un hito que me atrae desde el inicio, comprobar si el Batán del Navarrillo, que estaba marcado en el primer mapa del IGN en 1880 seguía cerca del Camino de Toledo a Sevilla, y que según mis cálculos era el fantasmagórico artilugio que tanto miedo dio a dQ y SP. Recorro, también con Maite, el camino real de Toledo a Sevilla por medio de Sierra Morena, con el Quijote en la mano y la mochila llena de mapas y planos antiguos, con la intención de situarme en los escenarios de las aventuras que tenía marcadas. Primero el valle donde tiene lugar la batalla contra los rebaños de ovejas… y con el apoyo de José María, el encargado de la Finca de La Garganta, sin él no es posible acceder a ella, con meridiana precisión el texto de la novela y los parajes reales que voy pisando coinciden. De este fascinante trabajo de campo publico en 2017 Las aventuras de don Quijote en Sierra Morena» Durante mis lecturas de textos de otros autores, especialmente de quienes han pasado por Alcázar de San Juan y de una manera o de otra han creído ver aquí el espíritu cervantino, más bien quijotesco, preparé en 2020 otra Tesela, recopilando sus experiencias en esta ciudad. La titulé Alcázar de San Juan en las crónicas de viaje. De Hans Christian Andersen a Julio Llamazares. Y aquí comenzó realmente la presentación de la guía Tras los pasos de Rocinante. Caminos, parajes y lugares del Quijote. Una Guía de caminos para el lector del siglo XXI. «Después de publicar Las aventuras de don Quijote por Sierra Morena es cuando me surge la idea de hacer una guía con las rutas de los caminos en los que Cervantes pone a andar a sus personajes y los parajes donde transcurren las aventuras. Más y más mapas, y pintado en rojo los caminos por donde en la ficción lleva Cervantes a don Quijote y Sancho. Hay un momento en el que ya con los recursos obtenidos preveo una publicación de unas 800 páginas, inasumible para mi bolsillo, como auto-editor, como para el del posible lector. Por lo que tomo la decisión de dividir esta guía en tres volúmenes, uno por cada una de las salidas de don Quijote de su casa, y siempre en territorio de la Mancha natural» Tras los pasos de Rocinante, ¿por qué este título? Una pregunta que muchos se han hecho y me han hecho ya, y mi respuesta es que Rocinante marca el tempo de la novela y también marcará el paso del lector viajero. «El compositor de música, mientras compone una obra, tiene en su cabeza la velocidad a la que se ha de interpretar, y la deja anotada en la parte superior de la partitura. A veces, su estado anímico durante la composición ha quedado reflejado en la obra a través de esta velocidad, el tempo. El Quijote está escrito en tempo lento (40-60 ppm), a la mitad de velocidad que el tempo andante, al paso (76-108 ppm). Fue luego a ver su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro, ni Babieca el del Cid con él se igualaban (Q1, 1). Ir tras los pasos de Rocinante es ir caminando lento, ensimismado, pensativo, releyendo una y otra vez el Quijote. A tempo lento. Si el puzle de las aventuras de don Quijote encaja en el espacio-tiempo real, es considerando que Rocinante por su edad y sus taras caminaba a la mitad que un caballo normal. Ya lo indicaba el ventero cuando lo compara con la mitad de un caballo y en el combate con el Caballero de la Blanca Luna en Barcelona, Cervantes hace que recorra la mitad que el caballo contrincante. En una hora de camino un caballo o una persona a pie recorría y recorre en estos caminos fáciles unos seis km, una legua de camino. Rocinante media legua, tres km» En la imagen de la pezuña de Rocinante, que se puede ver en las estatuas situadas en la Plaza de España de Alcázar de San Juan, se puede apreciar la enfermedad de los “cuartos”, que invalidaba a un caballo casi por completo. El autor de estas esculturas, Marino Amaya, no la hizo así, ha sido el paso del tiempo, los traslados y la fatiga del material la que ha provocado esta imagen, pero bien vale para comprender que Cervantes elige un caballo con la misma triste figura que la de su amo, un binomio inmortal. También un genial recurso narrativo para crear aventuras por alcance, difíciles de ingeniar si Rocinante fuese un caballo de condición normal. Nunca el Caballero del Verde Gabán habría alcanzado al paso de su yegua a un caballo normal, por ejemplo Pasé después a comentar la portada y las citas que añado al inicio. La imagen de la portada… «Guillermo, mi hijo, ha creado esta ilustración original que sintetiza perfectamente el objetivo de la guía de caminos. Vemos un paisaje nítidamente manchego, con los colores y ondulaciones propios del terreno, y dos personas que van caminando por un camino suave. La chica lleva un libro en la mano. Colgadas de sus mochilas unas pequeñas bacías de barbero doradas. Hasta aquí una imagen relativamente real, pero en pequeñito, más adelante por el mismo camino que llevan, se aprecia un caballero sobre su caballo con una lanza en ristre, que si nadie le para llegará hasta los molinos de viento, a saber con qué intención. Esta es la figura de ficción, don Quijote sobre Rocinante, y sus pasos son los que siguen estos viajeros. Al agua, difuminado, aparece la portada del primer Quijote de 1605, como guiño a la fidelidad al texto cervantino» «Recordando a tantos y tantos viajeros que han llegado desde cualquier punto del mundo tratando de pisar, de estar en los mismos lugares y caminos por donde Cervantes puso a don Quijote, a veces sin una ruta clara a seguir… Azorín, Jacacci, Vierge… también pretendo con la guía que quien crea en «fantasmas, en caballeros andantes y bellas Dulcineas», como decía el chileno Carlos Sander, pueda seguir realmente los mismos caminos que un día seguro transitó Cervantes y que le sirvieron de escenario real para enmarcar en ellos las aventuras del hidalgo manchego. Invito a hacer un viaje, que sea «el mejor de los viajes» hasta ahora realizado por cualquier lector de la novela. Y así comprender la maravillosa sentencia que el propio Cervantes nos deja que «el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho» Escribo un Prólogo al lector viajero largo, muy largo. Es necesario exponer mi interpretación geográfica del Quijote que me ha llevado a marcar los caminos y los parajes reales por donde transitan don Quijote y Sancho en la ficción, y qué es lo que se van a encontrar quien siga esta guía en cada momento en el camino. Además de mi objetivo principal de que quien siga esta guía en ningún momento se sienta perdido, desorientado. «No hay nada peor que la sensación de no saber hacia dónde ir ni reconocer donde se está. Muchos mapas con partes de la ruta e imágenes completan el texto de la guía. Y en los parajes donde Cervantes enmarca una aventura añado el pasaje cervantino, así si el viajero no quiere llevar su Quijote podrá sentarse y gozar del momento imagen-texto solo con la guía, sus imágenes y las imágenes reales del camino» Mi propuesta es que las rutas de las salidas de don Quijote se hagan o a pie o en bicicleta, o en caballo quien disponga de uno. Así se verá el camino, se sentirá el camino como lo sintió Cervantes, despacio, al paso de un caballo viejo como Rocinante. Así, y no en coche o en cualquier vehículo de motor, se puede seguir los pasos lentos del bueno de Rocinante y entender mejor el Quijote. «Pero son rutas largas, por lo que el viajero cervantino podrá ver en el mapa general y parcial de la ruta qué lugares están cercanos, carreteras desde donde dejar el coche e iniciar una parte de la ruta… y planificar perfectamente su camino. No es necesario hacer toda la ruta, como leer el Quijote, se puede hacer en tramos. «Esta guía de caminos está pensada para el lector cervantino del siglo XXI. Propone ir por los mismos lugares, caminos y parajes manchegos por los que transitó Cervantes en sus múltiples viajes, y que le sirvieron de escenario real para enmarcar en ellos las aventuras de ficción del hidalgo manchego. Es una propuesta geográfica. La composición literaria, las palabras elegidas para el texto y su intencionalidad, si la tuvo aparte de la de entretener, es, como sentenciaría Sancho Panza, «harina de otro costal», entrando ahora sí en un campo, casi en exclusividad, de los filólogos y filósofos… o de las Amas de Casa» ¿A quién va dirigida esta guía? «A lectores que ya han leído el Quijote y creen verosímil el espacio geográfico elegido por Cervantes para ser el escenario de las aventuras de don Quijote. Y quieren ver, oír, oler, tocar e incluso gustar con su gastronomía el territorio real por el que transitan los protagonistas de la historia.También esta guía está pensada para quienes aún no lo han leído, pero creen reconocer a los personajes, aventuras, parajes y escenarios del Quijote, por su gran popularidad en todos los campos culturales y sociales. Y para quienes aunque no hagan o no puedan seguir la guía en el terreno, contemplen las imágenes de los parajes y lugares descritos en la guía, y en el Quijote. Puede que se compre en América y no se venga nunca aquí, pero hoy con sistemas de información geográfica, incluidos en los móviles, se puede seguir el camino…. O a lo mejor al leer esta guía provoca en el lector cervantino la necesidad de hacer este gran viaje… «El que venga a la Mancha a seguir los pasos de Rocinante, es sin duda un viajero original… no busca la comodidad de una hamaca o el poder sin límites de una pulserita que lo puede todo» Esta guía está pensada para el viajero cervantino, no para el turista cómodo. Caminar o pedalear por estos caminos, aunque fáciles, exigirá un esfuerzo. «Propongo con esta guía un viaje singular, original, de viajar por la Mancha de don Quijote con el Quijote, pero debes de «creer en hadas, en fantasmas, en Caballeros Andantes y en bellas Dulcineas», como creía el poeta chileno Carlos Sander persiguiendo el espíritu de don Quijote. Solo así el cansancio tendrá su recompensa, porque en algún momento del camino creerás reconocerlos. Es ese momento en el que la ficción del libro que llevas y la realidad del paisaje coinciden. Un momento mágico, único, que lo podrás sentir en cualquier momento del camino» ¿Por dónde nos llevará la guía? «Por caminos, casi exclusivamente. Es, en sus caminos y parajes, donde Cervantes sitúa a don Quijote, fuera de palacios y cómodos alojamientos, especialmente en la Primera Parte. Y cuando está en ellos, como en la casa solariega de don Diego de Miranda o en la más sencilla de los novios Quiteria y Basilio, en cuanto puede ensilla a Rocinante y se marcha de nuevo a los caminos, pasando junto a ellos las noches bajo las estrellas o en el peor camaranchón de una venta aledaña. Por esos mismos caminos y parajes cervantinos te llevará esta guía» ¿Veremos la misma imagen de la Mancha que vio Cervantes? «Como un pintor percibe las imágenes cuando pinta un cuadro, la imagen de la Mancha en el Quijote es la abstracción que percibió de ella Cervantes hace más de cuatro siglos. La dibuja con palabras. Sin saberlo Cervantes con su narrativa inventó la écfrasis: la representación verbal de una representación visual.El trazado de sus caminos son casi iguales, pero la acción antrópica del hombre ha cambiado la imagen del territorio. Hay quien hoy define el paisaje del Quijote como una imagen ambigua o inexacta, olvidando que en tiempos de Cervantes no existía el concepto de paisaje como tal, sino la imagen del territorio, que es el espacio que describe a sus lectores. Enmendar hoy a Cervantes por posibles incoherencias, descuidos o contradicciones en el texto sobre el territorio utilizado como escenarios en la novela, usando para ello una cartografía y sistemas de información geográfica actuales muy precisos, es olvidar completamente que el Quijote se escribió para gentes del s. XVII, que reconocían y sentían el territorio de la Mancha tal y como la siente y describe Cervantes en el texto» Pero toda guía tiene un principio, un origen… y aquí la novedad. Esta guía es original, innovadora. Se han editado multitud de mapas y propuestas de rutas del Quijote que en poco, o nada, coinciden con esta guía que tienes en tus manos, especialmente porque el lugar de inicio y final de cada una de las tres rutas, el lugar de don Quijote, es Alcázar de San Juan. Desde que en los Quijotes de Sancha (1780) e Ibarra (1790), aparecieron los mapas dibujados por Tomás López y Manuel A. Rodríguez, en los que se marcaba Argamasilla de Alba como el origen de las salidas de don Quijote, poco ha cambiado hasta hoy. Sin embargo, el solo hecho de estar nombrado este lugar en la primera parte de la novela lo invalida por completo. Sería olvidar la intención del mismo Cervantes: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo…» Este primer volumen de Tras los pasos de Rocinante contiene la primera salida de don Quijote, la más corta, solo un par de días, que le lleva a la venta donde por la noche es armado caballero. Toda guía de caminos tiene un origen, y este primer volumen tenía que llevar incluido el estudio del origen de la guía, el lugar de don Quijote. Tanto el origen como el trazado de la primera salida no coinciden con las que ya se han publicado desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. «Este primer volumen te llevará desde Alcázar de San Juan hasta el paraje donde se encontraba la Venta de Manjavacas, en Mota del Cuervo, la venta donde Cervantes quiso que se armara caballero Alonso Quijana. Alrededor de unos 35 km. ida y otros 35 km de vuelta por el mismo camino…» «Y se cruza Campo de Criptana… pero no por el camino de los molinos… esto será en la segunda salida, en el próximo volumen…» Expliqué a los asistentes que el viajero llevará en sus manos toda la información necesaria para sentirse siempre localizado en el camino. En mapas de detalle marco el camino y dirección, y cuando hay un elemento en él que sea significativo como una bifurcación con otro camino, un arroyo, o un cruce con otro camino o carretera añado una fotografía de ese punto y su coordenada geográfica. Anoté que las carreteras pueden incluso servir para inicio o final de un tramo de la ruta, donde poder dejar el vehículo, si el viajero opta por hacer tramos determinados. «Esta primera salida tiene cuatro puntos de interés cervantino: el paraje donde se encontraba la Venta de Manjavacas, el lugar donde se hallaba el encinar donde es cruelmente castigado Andresillo, el cruce del falso libre albedrío de Rocinante y el paraje donde don Quijote se encuentra con los mercaderes toledanos y sus costillas son molidas por primera vez… y no será la última…» Cada una de las tres salidas tendrán como origen las estatuas de don Quijote y Sancho Panza, con sus fieles cabalgaduras, que se encuentran en la Plaza de España de Alcázar de San Juan. Sin duda será una de las fotografías más buscadas por cuantos viajeros se acerquen a la Mancha para seguir los pasos de Rocinante. El final de la presentación quise que fuese un homenaje a José Luis Holguera, autor de las excepcionales y originales estampas que ilustran las aventuras de este primer volumen.«Creadas en su taller de León, utilizando técnicas de grabado de la época de Cervantes, nos deja, en bellísimas estampas, su percepción de algunos de los episodios cervantinos, la realidad del paisaje y su abstracción. Las imágenes reales las tomó en las visitas que ha hecho a la Mancha conmigo. Disfrutar de ellas» GRABADOS DE JOSÉ LUIS HOLGUERA «Termino… Con esta guía se puede ir por los caminos sin perderse, pero voy un poco más lejos, propondré la instalación junto al camino de hitos cervantinos o quijotescos con el logo indicador de los caminos, parajes y lugares del Quijote que oriente aún más al lector… Hoy puede ser el Camino del don Quijote que lo comiencen a hacer lectores o seguidores de la obra de Cervantes, pero estoy seguro que con el tiempo sea el vínculo de unión de los lugares que conforman esta parte de la Mancha con el turismo cultural de personas deseosas de conocer este paisaje, su paisanaje y su relación con la novela» «¡ánimo, leer el Quijote, disfrutar de lo lindo con don Quijote y Sancho, que al final somos así todos en nuestra vida, como ellos, y creer en hadas, en fantasmas, en caballeros andantes y en bellas Dulcineas… sabiendo también que “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”» Después de terminar mi presentación dediqué varias guías. ¡Un día que no olvidaré nunca! Luis Miguel Román Alhambra
Luis Miguel Román presenta su innovadora guía ‘Tras los pasos de Rocinante, el lugar de Don Quijote’ Fecha de Publicación: 23/06/2023 Este jueves 22 de junio, el reconocido estudioso cervantino Luis Miguel Román presentó su última obra titulada «Tras los pasos de Rocinante, el lugar de Don Quijote». Acompañado por la concejala de Cultura, Cristina Perea, el evento tuvo lugar en el Museo Casa del Hidalgo de Alcázar de San Juan. «Tras los pasos de Rocinante, el lugar de Don Quijote» es una guía de caminos que tiene como objetivo facilitar el recorrido de los viajeros y lectores cervantinos del siglo XXI por los caminos manchegos, siguiendo las tres rutas que Don Quijote realiza a través de La Mancha. La obra se destaca por estar repleta de mapas y fotografías que guiarán al lector a lo largo de su travesía, asegurando que no se pierda en ningún momento. Esta guía, según Luis Miguel Román, se diferencia de otras publicaciones existentes, incluyendo la guía de la Junta de Comunidades y otros mapas antiguos. Fruto de una extensa investigación y del profundo cariño del autor por la obra de El Quijote, este primer volumen de la guía es solo el comienzo, ya que Román asegura contar con recursos suficientes para elaborar hasta 800 páginas, considerando que una guía de tal magnitud podría resultar voluminosa y pesada para los viajeros. Cristina Perea, concejala de Cultura, expresó su admiración por el trabajo de Luis Miguel Román, destacando su dedicación y pasión: «Luismi es un estudioso de Cervantes y del Quijote, lleva muchos años metido entre sus páginas y dedicando mucho tiempo. Yo ya hacía años que hablaba con él de esto en mis clases de teatro», afirmó Perea. Además, expresó su deseo de que el autor continúe compartiendo toda la información que posee en futuras publicaciones. La obra de Luis Miguel Román, «Tras los pasos de Rocinante, el lugar de Don Quijote», ya se encuentra disponible para su adquisición en la Librería Mata, así como en diversas plataformas de venta on line, incluyendo Amazon y Casa del Libro. Ayuntamiento de Alcázar de San Juan
La "Calavera Quijotesca" de José Guadalupe Posada Fecha de Publicación: 21/06/2023 Washington Daniel Gorosito Pérez José Guadalupe Posada (Aguascalientes, 2 de febrero de 1852- Ciudad de México, 20 de enero de 1913), fue un grabador, ilustrador y caricaturista mexicano. Célebre por sus dibujos de escenas costumbristas, folclóricas, de crítica socio política y por sus ilustraciones de calacas o calaveras, entre ellas La Catrina. La Catrina es el grabado más famoso de los que realizara José Guadalupe Posada, desde su creación va de la mano con el Día de Muertos. Pero Posada realizó gran cantidad de trabajos, entre ellos uno que se publicó a inicios del siglo XX bajo el título: Ésta es de Don Quijote la primera, la sin par, la gigante calavera. En la imagen que la acompaña se puede apreciar una imagen de un esqueleto, que tocado con una bacía, al estilo de Don Alonso Quijano, embiste y hace volar a otros esqueletos más pequeños. Sin embargo, el título que utiliza Posada es engañoso, ya que éste no es un panteón dedicado a la memoria del más grande héroe de la literatura hispana, sino una serie de sentencias en las que él mismo adopta el papel de parca o psicopompo. En estos versos y grabado de José Guadalupe Posada se expresa la unión de dos tradiciones culturales hispanas: Don Quijote, español, símbolo del hombre que lucha por obras que parece imposibles; y la calavera, mexicana, montada en su caballo Rocinante que aún “hace de las suyas” en el más allá. Esta maravillosa herencia cultural dice presente, tanto en El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, como en la obra gráfica de José Guadalupe Posada, el humor y el ingenio se aúnan a la sabiduría revelando los conflictos sociales y el alma de los pueblos. Indudablemente el grabado de la “Calavera del Quijote”, por su calidad, conocimiento, apropiación, nos permite sostener la opinión de que Posada es el más importante artista gráfico de México. Una obra que en un sentido inverso del trabajo de la Calavera Garbancera (La Catrina), la cual muestra el conocimiento y la sensibilidad de Posada del ser nacional). Mientras que en la del Quijote plasma su sensibilidad y conocimiento universal. Cada detalle del grabado fue burilado con precisión, cada una de las figuras se distingue de la otra, porque el animal, el jinete, la lanza, las calaveras y los restos óseos en todos ellos se da cuenta de un homenaje de un maestro del arte a otro maestro de la escritura, en este caso Miguel de Cervantes Saavedra. El uso de las calaveras, la representación del movimiento de cráneos y partes de las calaveras en vuelo jocoso tras la embestida de Don Quijote de la Mancha, significa la apropiación del personaje y la deferencia de José Guadalupe Posada al personaje de Miguel de Cervantes Saavedra. Presenta un magno jinete central que simboliza su poderío, y, en tanto que calavera, se dimensiona el alcance de la obra y el personaje más allá de su tierra de origen histórico- geográfico para traducirlo a otras formas y significados, expresados en el dibujo. La pieza es el signo de todas las influencias y convergencias en José Guadalupe Posada. La expropiación del grabador del personaje de Don Quijote expresa una hispanidad más allá de La Mancha, la península y de una versión unilateral de la cultura. Aquí Posada es el más universal de los artistas mexicanos con tan excelsa pieza. Aquí los versos de la “Calavera de Don Quijote”: Ésta es de Don Quijote la primera, la sin par, la gigante calavera. A confesarse al punto el que no quiera en pecado volverse calavera. Sin miedo y sin respeto ni a los reyes este esqueleto cumplirá sus leyes. Aquí está Don Quijote la calavera valiente, dispuesta a armar un mitote al que se le ponga enfrente. Ni curas ni literatos, ni letrados ni doctores, escaparán los señores de que les dé malos ratos. Sin respetar el talento ni el dinero ni la gloria, de todo humano elemento formaré en un solo momento una inmensa pepitoria. De mi potente pujanza, nadie escaparse podrá, pues al filo de mi lanza hay que perder la esperanza y prevenid la mortaja, pues tengo las intenciones de rellenar los panteones de muertos con o sin caja. ***
El velamen de los molinos de viento: origen, uso y funciones Fecha de Publicación: 20/06/2023 Ponencia de Zacarías López-Barrajón Barrios al XII Congreso Internacional de Molinología (Miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan) Asociación Amigos de los Molinos, c/Desafío, 24, 1º dcha. 1ó630- Mota del Cuervo (Cuenca) Correo electrónico de contacto: zacabarrios@telefonica.net Resumen Hace cinco años iniciamos una serie de estudios sobre el conocimiento de las técnicas constructivas y los materiales empleados en la realización de los molinos de viento en Castilla La Mancha. La piedra (fue nuestro primer objeto de análisis, que continuamos ahora con las telas, lonas o lienzos del molino, que constituyen su parte textil y que concluiremos con un futuro estudio sobre la madera empleada en el mismo. Este elemento -el velamen-, se encuentra escasamente documentado a través de las exiguas fuentes: escritas, orales y gráficas, ya que hasta (echas recientes no se habían realizado estudios específicos de esta parte del molino, del que, además, no queda ningún ejemplo original. Por eso, hemos complementado nuestro trabajo con el estudio tanto de algunos ejemplares de velas que hoy día se emplean en estas construcciones en las distintas zonas peninsulares. Permitiéndonos obtener unos resultados que hemos comparado con molinos de viento de otras nacionalidades donde los usos, a parte de los propios de la molienda, eran más variados. Así, el objetivo de esta comunicación es dar a conocer una parte importante del molino de viento como son las velas o velamen sin cuya existencia no podría funcionar el citado ingenio. Palabras clave: Lienzos, velas, velamen, molino, viento. Abstract Five years ago we started a series o(studies on the knowledge o(the constructive techniques and materials used in the construction o( windmills in Castilla La Mancha. The stone was our (irst object o( analysis, which we now continue with the fabrics or canvases o( the mill, which constitute its textile part and which we will conclude with a future study on the wood used in it. This element -the velamen- is scarcely documented through the scarce sources: written, oral and graphic, since until recently no specific studies had been carried out on this part of the mill, of which, moreover, no original example remains. For this reason, we have complemented our work with the study of some examples o( sails that today are used in these constructions in the different peninsular areas. This has allowed us to obtain results that we have compared with windmills of other nationalities where the uses, apart from those of milling, were more varied. Thus, the main objective of this communication is to make known an important part of the windmill such as the sails or sails without whose existence the windmill could not function. Key words: Canvases, sails, mill, wind, windmills. 1.- Introducción En el X Congreso Internacional de Molinología, celebrado en Segovia en el año 201ó iniciamos una serie de estudios sobre el conocimiento de las técnicas constructivas y los materiales empleados en la realización de los molinos de viento en Castilla-La Mancha. La piedra fue nuestro primer objeto de análisis, que continuamos con esta investigación sobre las telas, lonas o lienzos del molino, que constituyen su parte textil y que gracias al empuje de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan como inspiradora de la idea de abordar este asunto, que en el futuro concluiremos y completaremos con el estudio sobre la madera empleada en el mismo, presentamos en este congreso. Este elemento -el velamen-, se encuentra escasamente documentado a través de las exiguas fuentes: escritas, orales y gráficas, ya que hasta fechas recientes no se habían realizado estudios específicos de esta parte del molino, del que, además, no queda ningún ejemplo original. Por eso, hemos complementado nuestro trabajo con el estudio tanto de algunos ejemplares de velas que hoy día se emplean en estas construcciones en el ámbito castellano manchego y en distintas zonas peninsulares donde aún se llevan a cabo moliendas tradicionales. Permitiéndonos obtener unos resultados que hemos comparado con molinos de viento de otras nacionalidades donde los usos, a parte de los propios de la molienda, eran más variados, como es el caso de los molinos holandeses. Así, el objetivo de esta comunicación es dar a conocer una parte importante del molino de viento como es el velamen sin cuya existencia no podría funcionar el citado ingenio. 2.- Orígenes del velamen* Dentro de la terminología empleada en los molinos de viento, nuestro trabajo se refiere exactamente a las lonas, lienzos, telas, paños, etc., que se emplean para “vestir” o montar en las aspas del molino, por lo que hemos preferido emplear la palabra velamen para designar al conjunto de velas o unión de paños para recibir el viento en un molino. El origen de estos lienzos no está ni mucho menos claro y creemos que indefectiblemente se debe asociar a la navegación a vela, que (fue pionera en el uso de la energía eólica como ya nos muestra la civilización egipcia en el año 4500 a.C. en numerosos grabados1. Así, en el 2650 a. C. encontramos referencias escritas que nos informan del uso de grandes lienzos de papiro para confeccionar las velas de estas embarcaciones. A estos, siguieron fenicios, griegos, romanos, etc., que también dotaron de remos a sus embarcaciones para los momentos de discontinuidad del viento. Así, el molino de viento también aprovecha la fuerza del viento sobre sus aspas vestidas con grandes lienzos; desde sus orígenes en el s. IV d. C. donde encontramos las panémonas chinas- molinos de eje vertical usados para el riego donde las palas se cubrían con telas2; en el siglo VII d. C. existen los molinos persas, cuyas palas estaban formadas por telas sujetas a largueros de madera, pudiendo variar la posición de estas para regular la acción del viento. Estos fueron molinos de eje vertical con vientos horizontales constantes, formados de seis a doce velas rectangulares cubiertas de esteras de cañas o telas. Vemos como se nos describen dos materias primas para la ejecución de las velas: la caña y la tela, que serían producciones más humildes, probablemente realizadas por tribus nómadas. Aunque los vikingos, entre los siglos VIII-XI, usaron la lana para confeccionar velas, que aportaban un gran rendimiento durante las largas travesías. El empleo de las telas es claro hasta que en el siglo XIV, los molinos desarrollados en Francia, tipo torre, estructuras de piedra compuestas por cuatro u ocho aspas, de entre 3 y 9 m. de longitud, en las que las vigas de madera se cubrían con telas o planchas de madera, componente este que va a usarse en otras latitudes (Galicia, Canarias, Francia, Balcanes, etc.) para cubrir el espacio de las aspas y que estas aguanten el empuje del viento, ejerciendo su fuerza y que en siglos venideros va a suponer la transición a las palas de hierro. En la segunda mitad del siglo XVI tenemos noticias por el manuscrito de Francisco Lobato, natural de Medina del Campo, de una serie de datos relacionados con los molinos de viento. Concretamente nos habla de un molino de viento de torre, sin velas y sin rueda dentada o entruesga (rueda catalina, rueda de puntería o rueda del aire), donde el aire entre por una compuerta de madera y mueva las ocho velas cuadradas colocadas en vertical —a modo de los molinos persas- (Figura 1)3. Además, nos informa de un molino costoso y de grandes dimensiones realizado en Almagro (Ciudad Real), que no llegó a funcional. Igualmente nos habla de la existencia de los molinos holandeses y españoles5 y, por último, describe un ingenio — a modo de un molino de viento- que en el final de sus aspas tiene maderas que se introducen en una zona pantanosa de agua para achicar estar. A partir de la publicación de El Quijote en 1ó05, muchas han sido las ilustraciones en forma de grabado, pinturas, comics, etc. que nos han presentado el molino de viento con sus lonas acometido por el hidalgo manchego. Figura 1. Molino sin velas, según el manuscrito de Francisco Lobato Ya en el siglo XVIII, la Enciclopedia de Diderot & D’Alembert también nos da noticias de máquinas agrícolas entre las que se encuentran los molinos de viento (tipo pivote) y observamos en las ilustraciones que adjuntan como las telas se repliegan al centro del aspa mediante un sistema de cuerdas, sin especificar con qué material están con(eccionadas7; aunque también se conocen ejemplos de velas cuadradas a modo de los molinos manchegos donde, en algunos casos, las telas o lienzos de algodón, se colocan alternativamente por encima y por debajo de las lamas o travesaños. Curiosamente, en 1798, los ingleses editaron unos grabados, que mostraban una serie de “barcos castillo” o “castillos flotantes” impulsados por molinos de viento, que los franceses pretendieron usar en la invasión de Gran Bretaña en 1759 y que nunca llegaron a construirse. Será en esta época cuando se produzca la modernización de las aspas de los molinos en base a cálculos aerodinámicos que recogen tratados como el de A. Meike en 17ó0 o el de Smeaton. 3.- El velamen del molino de viento manchego La introducción del molino de eje horizontal en la Península Ibérica debió propagarse en el siglo XII por extensión de la zona mediterránea, en la que estos artefactos disponían de velas similares a las usadas en la navegación, fabricando las velas en un proceso de atado de telas a los palos que se unían al eje- a modo de los molinos persas, que contaban con la facilidad de hacerse más flexibles a mayor fuerza soplara el viento, aunque podían llegar a malograrse. Figura 2. Molino de viento con sus mecanismos, dibujo de G. Chaves. Como todos los situados en La Mancha, Baleares, Ibiza, Sicilia, etc., pertenecen a la tipología de eje horizontal de torre o caperuza movible. Dentro de la clasificación establecida por Krüger, se corresponden con los de tipo C, es decir, cuentan con un eje que sostiene cuatro aspas rectangulares —en forma de cruz griega-9. Así, el molino de viento manchego tiene dos aspas rectangulares (un horizontal y otra vertical) y cada una está formada por dos velas (de 8 m de longitud x 2 m de anchura) que se fijan al eje mediante cuñas. Su colocación es una por delante de la otra, de ahí que reciban el nombre de velaje de adentro —las más próximas a la pared o muralla del molino- y el velaje de afuera —las situadas por delante de las anteriores-. Las velas/telas/lonas /lienzos se fijan por dos palos largos llamados machos y estos a su vez a los remachos, quedando todo ello como un cuerpo compacto de entre 7, 5 y 8,5 m. de largo por 2 m. de ancho que es la medida de las aspas (aunque hay datos que la enmarcan en: 5,5 m. de longitud y 1,70 m. de ancho). Una parrilla de maderas, colocadas longitudinal y transversalmente llamada telera sujeta la lona, tela o lienzo, que lleva cosida a cada lado largo una soga (llamadas soga fija) (antes de esparto, hoy de cuerda o goma gruesa) por la que se introducen pequeñas asas/asiIIas/soguillas, por entre las que pasa otra soga (llamada quitaera o corredera)10; latiguillos que sujetaban la lona a las últimas teleras y, finalmente, estaban las sogas de lienzo, que recorrían los lados más largos de las telas y que se asían a los picos de la vela. Todo ese desarrollo lo podemos observar en el ya mítico y archiconocido dibujo de CHAVES de las piezas de un molino de viento que a continuación reproducimos como ilustración de lo que hemos comentado y homenaje a su autor (Figura 3). Las piezas que corresponden a las velas y sus elementos sustentantes son las: 1 (lona), 44 (macho), 45 (remacho), 51 (vela) y 52 (telera). Centrándonos en los lienzos, estos son las piezas grandes con forma rectangular, que se fabricaban con algodón, aunque hay constancia de que el molinero podía repararlas o hacerlas nuevas con trozos de los viejos costales o sacos donde almacenaba el trigo, que se confeccionaban del mismo producto —algodón-; se han hallado muestras de telas de los cedazos en los que se han empleado telas de costales. Además, hemos de añadir que en las escasas fotografías que recogen los molinos de viento con las velas puestas o recogidas- sobre todo estas últimas- se observan unas telas muy livianas, quizás por el uso y desgaste de las mismas (Figura 3). Son probablemente telas de villeta, que se hacen a partir del algodón y la lana; las de algodón se podían tratar en batanes de la zona a raíz de los cultivos de lino (es posible su uso como tela antes del descubrimiento del algodón y hasta el siglo XVIII) y cáñamo (tejido muy resistente para confeccionar velas de embarcaciones), así como es plausible el uso de esteras realizadas en esparto para cubrir las velas. El trabajo con los lienzos que desarrollaba el molinero tenía varias acciones una vez que había determinado la dirección del viento. Primeramente, tenía que “vestir el molino” o “armar las velas”, que era la acción de colocar la vela extendida y sujeta a lo largo del aspa. Para ello tenía que sacar las lonas, una a una o dos a dos, no podían ser más por su peso, del interior del molino —podía tenerlas en el piso bajo (llamado cuadras/caídas) o en el primer piso (llamado camareta), que es donde solía guardar los utensilios y herramientas que empleaba en la molienda. Era una tarea dura y laboriosa que requería la participación de dos personas y cuando se colocaban se solía dejar para las faenas de la molienda o se recogían detrás de las teleras en los momentos que no se molía. Para colocarlas en cada aspa, estas se tenían que poner en forma de cruz, de tal manera que la que quedaba en vertical con la torre del molino era la que se colocaba; para ello el molinero y su ayudante se echaban la vela al hombro y subían por la telera del aspa cual escalera, al llegar a la parte superior de la misma iban enganchando con las cuerdas los extremos del lienzo a los de las teleras, hasta llegar abajo. Esta acción se tenía que realizar cuatro veces para montar el molino completo, que una vez “vestido” ponía sus aspas en cruz, en posición de espera, porque el molinero estaba faenando en su interior, además de permitir la entrada al edificio por la puerta, si no tenía dos y se entraba por la que no coincidiesen las aspas. Si antes de comenzar la molienda, el molinero detectaba que había un exceso de viento sólo montaba o colocaba dos velas, las horizontales o las verticales, de tal manera que le restase fuerza al molino. Si había colocado ya las cuatro velas y el viento fuerte sobrevenía durante la molienda, enrollaba dos de ellas (verticales u horizontales) y las amarraba detrás de la telera con los latiguillos; en este segundo caso también existía la posibilidad de que deshiciese el amarre de la parte inferior de la vela y la enrollara hacia arriba para quitar fuerza al molino. La acción de desenrollar las velas acarrea el quitar las soguillas sujetas a la telera mediante la soga quitaera o corredera y bajar las velas a través del aspa, para una vez en el suelo enrollarla y colocarla en el interior del molino. En algunos casos los molineros se prestaban sus lienzos porque se había roto alguno, para ello las tenían marcadas con algún símbolo o inicial en la vela que prestaban al compañero, que la necesitaba y así recuperarla luego. Figura 3. Molino de Campo de Criptana con los lienzos recogidos. En cuanto al uso de las cuerdas que sujetaban los lienzos se trataba en muchos casos de maromas o cuerdas de distinto grosor hechas de esparto, cáñamo u otras fibras vegetales trenzadas, aunque en otros casos se habla de tiras de cuero. Estas situaciones de la molienda y otras tantas que tiene que ver con nuestro tema de estudio aparecen recogidas en algunos diarios molineros estudiados por nosotros11 en concreto nos dan idea del vocabulario con ejemplos como: “belages, lienzos, varillas del belage, hechamos el belage de afuera, hechamos el belage de afuera y dos lienzos, hechamos el belage de adentro y una bela de afuera, pusimos dos lienzos nuevos tejidos en Madridejos, destrozándose mucho los belages, etc.”. Actualmente, la actividad de la molienda tradicional se desarrolla en las localidades de: Mota del Cuervo (Cuenca): en el paraje conocido como “La Sierra” se alzan siete molinos de viento, cuyo origen data de mediados del siglo XVI y su abandono en el primer tercio del siglo XX, recuperándose distintos edificios en la segunda mitad del siglo XX, gracias al impulso de la Asociación Amigos de los Molinos, que, en el año 1990, junto con el gobierno municipal, dotan a un molino de toda la maquinaria precisa para realizar moliendas tradicionales (Premio Europa Nostra 1990). Así las velas empleadas en este molino son de algodón y miden 4,95 de longitud por 1,45 m de anchura, que están agujereadas y remachadas en sus extremos cada 0,15 m. creando así orificios para las gruesas gomas que han sustituido a las antiguas cuerdas. Como peculiaridad hay que apuntar que también se han confeccionado cuatro “medias velas” en un tejido similar de 1,03 x 1,44 m para colocar en momentos en que el viento sea muy fuerte, sin perjuicio a que se lleven a cabo las acciones ya citadas para restarle fuerza al molino12. Figura 4. Colocación de las velas en el molino de Mota del Cuervo para molienda tradicional. Camuñas (Toledo): el viejo Molino de viento “La Unión” ejerce esta actividad desde hace 250 años. En origen fue conocido como “El Viejo”, pero en 1891 y tras sufrir un incendio cambió su nombre por el de “La Unión” por la cantidad de ayudas populares que tuvo para su reconstrucción. En el año 2014, se llevó a cabo su recuperación integral por el artesano molinero D. Vicente Casero Flores, que lo dotó de mayor amplitud en su interior, cambió la cubierta de madera por una de zinc y, al igual que se hacía antaño, compró una maquinaria en desuso de un molino de Campo de Criptana, habilitándolo así para realizar moliendas de manera simbólica una vez al mes. Las lonas que usan sus aspas son de algodón y tienen una medida de 8,00 x 2,00 m. Campo de Criptana, (Ciudad Real) tiene molinos de viento conocidos desde 1575 y es el lugar donde los investigadores ubican la aventura de los molinos de viento cervantina (L I, Cap. 8). También lleva a cabo moliendas tradicionales en algunos de los tres molinos que actualmente están aptos para tal labor: “Infanto” o “Infante”, “Burleta” y “Sardinero”, que conservan la estructura y maquinaria original del siglo XVI, que los hace únicos en España con estas características y están declarados BIC. Las lonas que visten sus velas están hechas de algodón y tienen unas medidas aproximadas de 8,50 x 2,00 m., que están bajo el mantenimiento y cuidado de Juan Bautista Sánchez-Bermejo, que nos cuenta como estos tejidos de algodón empleados hoy en día en la realización de velas proviene de Levante y son confeccionados para darle la forma final de velas por tapiceros de la propia población como la familia Pinar. Alcázar de San Juan (Ciudad Real) también tiene su molino de viento rehabilitado para la molienda tradicional en fechas especiales, aunque tiene otros tres más rehabilitados —sin maquinaria- y otros cuatro que están por rehabilitar. Los lienzos que visten sus velas están hechos de algodón y tiene unas medidas aproximadas de 8,50 x 2,00 m., que están también bajo el cuidado de Juan Bautista Sánchez-Bermejo. El Romeral (Toledo) tuvo molinos de viento desde el siglo XVIII y hoy conserva un conjunto de cuatro ejemplares que datan del siglo XIX: “El Muela”, “Crítica”, “Gorrinos” y “El Pe- chugas”, este último es el que guarda su maquinaria original y se pone en funcionamiento en la Fiesta de los Molinos. Fue restaurado en 1989, pro ha sido en el año 2013 cuando el maestro artesano molinero D. Vicente Flores arreglando sistemas de giro, de molienda, de freno y el sistema motriz, que han hecho que sus aspas vuelvan a girar. Los lienzos que visten sus velas están ejecutados con algodón y tiene unas medidas aproximadas de 8,50 x 2,00 m. Consuegra (Toledo) ubica sus molinos de viento en una crestería junto a su castillo medie- val, lo que la convierte en una estampa icónica del turismo en España. Conservan la maquinaria completa los molinos: “Sancho”, “Rucio”, “Bolero” y “Espartero”; de todos ellos, es el “Sancho” el que aún tiene maquinaria del siglo XVI, que pone en funcionamiento en ocasiones especiales como la celebración de la Fiesta de la Rosa del Azafrán allá por el mes de octubre. Las telas que visten sus velas están realzadas en algodón y tiene unas medidas aproximadas de 8,50 x 2,00 m. Figura 5. Molino de viento de Sa Pobla (Mallorca). 4.- Otros velámenes En el caso de otras lonas o lienzos hay que citar las de los molinos mallorquines, andaluces, cartageneros y gallegos. En el caso de los primeros, los mallorquines constan de seis aspas, que son más anchas que las de los molinos manchegos (similares a los de Rodas, Sicilia y algún ejemplar de Canarias). Estas aspas se denominan antenas y según estén colocadas o no y la posición que ocupen las telas en ellas se denominan: desenvelada, escoada, veIa plena, escapcada, esquarterada y aplegada13. Están confeccionadas de trapo o algodón y a su alrededor se colca una cuerda para reforzar los bordes (grátil) y se sujetan a las aspas por medio de seis cuerdas finas (batifions) que se sujetan a los extremos y a la parte central del velerons. Los molineros mallorquines regulaban la velocidad del molino, recogiendo las velas en diagnal14; también tenían varias situaciones con las velas provocadas por el viento: vela plena (la vela está tensa a lo largo de toda el aspa), llevar vela (reducir la superficie extendida de la vela por gran fuerza del viento), media vela (se ha recogido la vela por la mitad y por los lados), vela escoada (merma de la vela de otra manera), vela esquarterada (se recoge aún más la vela), etc15. Hoy día en la construcción de velas para el molino de Can Garraseca se han empleado seis unidades de algodón de 2 x 1,85 m. El molino cartagenero utiliza la vela latina o vela triangular, que se denomina así por su analogía con las que suelen llevar las embarcaciones pequeñas; cuestión que dota a estos molinos de una singularidad extraordinaria con respecto a los manchegos y mallorquines, pero peculiaridad que comparte con los molinos portugueses y griegos. Figura 6. Molino del Campo de Cartagena. Los molinos de viento andaluces estaban dotados de unas velas cuadradas (Baños de la Encina, Jaén) pero más cortas y anchas que las de los manchegos, aunque luego pasaron a la vela latina triangular como los ejemplares de (Níjar, Almería), (El Granado, Huelva) y (Vejer de la Frontera, Cádiz). En un principio las velas de los molinos del Campo de Cartagena eran cuadradas, como así lo atestiguan algunos grabados del siglo XVIII, aunque más a semejanza de los molinos andaluces hasta que a finales del siglo XIX se produce el uso de la vela latina, pudiendo llegar a convivir ambos tipos de lienzos. Este tipo de vela triangular, característico de los molinos del Campo de Cartagena (Figura 6), les otorga su singularidad a semejanza de las embarcaciones y por ello su terminología es semejante; estas, se colocan en distintos palos y están hechas de lona (algodón) y se denominan fajas, que aparecen cosidas entre sí perpendicularmente al lado, unidas luego al palo del molino y vértice del triángulo o escota17. Miden 4,50 (pala) x 4,20 (derrame) x 3,70 m (relinga), también usan cordoncillos de esparto para su sujeción. No olvidemos citar, al menos, los molinos gallegos, que presentan velas de los dos tipos, cuadrada y latina, además de alguna peculiaridad como los molinos de Catoira, que presentaban doble rotor que permitía acoplar doble velaje (en este caso palas de madera). Fuera de nuestras fronteras encontramos, como ya se ha comentado, lienzos del tipo vela latina (Grecia, Portugal, etc.) y cuadrado (Francia, Holanda, etc.), en lo que se refiere a estos últimos hemos de hablar del lugar donde hemos hallado la única referencia a la existencia de un “código” empleando las aspas de los molinos. Se trata de Holanda en donde, además de moler, aserrar, abatanar, etc., los molinos bombeaban el agua para achicar los polders. Así, estos tenían un código o lenguaje común entre los molineros, colocando sus aspas de distintas formas —vestidas o con los lienzos-, adornándolos con banderitas y orientando las tablillas de sus travesaños, transmitía una u otra información: cierres, boda, luto, descanso, festivo, existencia de averías, etc. (Figura 7) Las aspas colocadas en forma de 45º con todo el velamen puesto, significaba protesta al consejo del polder porque el agua se bombeaba sucia. Si sus aspas se detenían en forma de equis, significaba pausa larga; si solo estaban quietas un rato, sestean en forma de cruz griega. También se decoran con banderines para celebrar fiestas como el Día del Rey (27 de abril), el Día de la Liberación (5 de mayo) o el Día Nacional de los Molinos (segundo sábado de mayo). Los católicos del norte, perseguidos durante la reforma, se comunicaban a través de los elementos del molino para comunicar dónde, cuándo y a qué hora había misa y oficios. En el año 2002 cuando el equipo de fútbol del Feyenoord, en Rotterdam, se alzó con la UEFA el molinero adornó su molino con la bandera del equipo y paró las hélices en modo júbilo; esto es, con un madero apuntando a la una del reloj. Pasó a marcar las once cuando su suegro, el viejo molinero falleció; estuvo dieciocho meses en posición de luto y comentaron que “lo normal es que sean cien días, pero esta es una zona protestante muy conservadora”. Figura 7. Lenguaje de los molinos de viento en Holanda. 5. Conclusiones Así, tras el estudio realizado tenemos idea del origen de las telas/velas/lienzos/lonas del molino por la asociación de estas con las velas de las embarcaciones, en la mayoría de los casos realizadas en algodón u otros materiales similares, que en origen pudieron ser: papiro, lana, esparto, lino, cáñamo, etc. En cuanto a la funcionalidad es clara su misión de hacer de transmisión de la fuerza que recogen del viento, que se hace a través de las distintas tipologías estudiadas: vela latina o vela rectangular o cuadrada en el caso de los molinos de viento manchegos, de los que en la actualidad hay al menos ocho ejemplares con maquinarias funcionando. Por último, abogar por la conservación del vocabulario y las técnicas de montaje de los velámenes tradicionales en cada zona de la geografía peninsular, a lo que puede contribuir enormemente a recuperación de algunos edificios en los que se desarrolle la molienda tradicional como los casos de los molinos de viento manchegos. 6. Bibliografía José Damián, ARANDA MERCADER, El dominio del viento. Los molinos del Campo de Cartagena. Caja de Ahorros del Mediterráneo. Cartagena, 2000. Juan Carlos CÁDIZ DELEITO, Molinos de viento. Historia de las máquinas eólicas. Madrid, Endesa, 1992. Pedro Luis, CAMUÑAS ROSELL, El molino manchego, Editorial Azacanes, Olías del Rey (Toledo), 2000. Julio, CARO BAROJA, Tecnología Popular Española. Editora Nacional, Madrid, 1983. Diderot & D’Alembert. L’Encyclopédie – Agriculture: NEW BOOK / SOFT COVER: In French. Bibliotheque de l’lmage, París, 2001. Inmaculada GARCÍA SIMÖ, Ángel INIESTA SAMARTÍN, Aurora LEMA CAMPILLO, Molinos de viento en la Región de Murcia: tipología, pautas y criterios de intervención, Murcia, Consejería de Cultura de la Región de Murcia, 2008. Gonzalo, GARCIVAL, En el reino de los Países Bajos. Cuando los molinos de viento hablaban su propio lenguaje, ABC, Madrid, 30/11/1972. José Antonio GARCÍA-DIEGO y Nicolás, GARCÍA TAPIA, Ciencia y técnica en el renacimiento. El manuscrito de Francisco Lobato, vecino de Medina del Campo. Serie Historia y Sociedad, n.° 15, Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones, Valladolid. 1990 Gabriel, GIRONI CABRA, Manual del molinero. Guía práctica de la conservación y almacenaje de los granos y conversión de estos en harinas. Reproducción facsímil de 7875, Madrid, librería de Cuesta, 1998. Zacarías, LÓPEZ-BARRAJÓN BARRIOS, “La actividad molinera en la Mancha del siglo XIX a través de los diarios de Segundo Zarco (Mota del Cuervo, Cuenca) y Lucio Fernández (Turleque, Toledo)” Actas del Congreso Internacional de Molinología (2014), pp. 372-383. ACEM-HUERMUR, Murcia, 2017. Rafael, MAZUECOS, “Molinos de viento manchegos” en Hombres, lugares y cosas de la Mancha, 1 edición, fascículo XXXIII, 1971, 18-32 pp. 1971. Ilustraciones: 1.- Molino de viento sin velas, según Manuscrito de Francisco Lobato (Folio 20). Extraído de: José Antonio GARCÍA-DIEGO y Nicolás, GARCÍA TAPIA. Ciencia y técnica en el renacimiento. El manuscrito de Francisco Lobato, vecino de Medina del Campo. Serie Historia y Sociedad, n.° 15, Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones, Valladolid. 1990, p. 75. 2.- Molino de viento con sus mecanismos, dibujo de G. Chaves. Extraído de: Rafael, MAZUECOS. “Molinos de viento manchegos” en Hombres, lugares y cosas de la Man- cha, 1º edición, fascículo XXXIII, 1971. 3.- Molino de Campo de Criptana con los lienzos recogidos. Fotografía digital B/N, Propiedad: Fototeca de Campo de Criptana (C. Real), Colección Isidro Heras: Molinos. 4.- Colocación de la vela en el molino de viento de Mota del Cuervo para molienda tradicional. Propiedad del autor de la comunicación. 5.- Molino de viento de Sa Pobla (Mallorca). Extraído de: ELS MOLINS DE VENT DE MALLORCA, M. Sanchis Guarner, Biblioteca Folclórica BARCINO (Volumen XI), 1955. 6.- Molino del Campo de Cartagena. Foto digital, color, año 2002. Propiedad del autor de la comunicación. 7.- Lenguaje de los molinos de viento holandeses. ABC, Madrid, 30/11/1972, p. 147. Notas: 1 Cádiz (1992): p. 14. 2 Ibidem: p. 18. 3 García-Diego (1990): pp. 73-75. 4 Ibidem: pp. 76-77. 5 Ibidem: pp. 78-79. 6 Ibidem: pp. 80-82. 7 Diderot & D“AIembert (2001): pp. 3-4, planchas II-III Moulin á vent. 8 Ibidem nota 3: p. 28. 9 Caro (1983): p. 162. 10 Mazuecos (1971): pp. 3-5. 11 López-Barrajón (2000): pp. 361, 362, 366 y 367. 12 Agradecemos a la Oficina de Turismo de Mota del Cuervo las facilidades dadas para la toma de datos y fotografías. 13 Ibidem nota 9: p. 21. 14 Sanchís (1958): p. 18. 15 Ibidem: p. 19. 16 Agradecemos toda la información de los molinos mallorquines a la técnica del Consell de Mallorca Da Aina Serrano Espases. Y la de los molinos cartageneros a D. Francisco José Martínez López. 17 García (2000): p. 35
El alcazareño Carlos Javier Martínez Santiago nuevo miembro de la Cofradía Internacional de Investigadores “Santo Cristo de la Oliva” Fecha de Publicación: 19/06/2023 . El día 7 de junio, La Cofradía Internacional de Investigadores «Santo Cristo de la Oliva», celebró el día 7 de junio, la Víspera del Corpus Christi en el Monasterio de San Juan de los Reyes, como viene siendo ya tradición. En ella tuvo lugar la ceremonia de investidura de nuevos Cofrades del presente curso académico 2022-2023, oficiada por el Obispo Auxiliar de Toledo, Monseñor Francisco César García Magán. Dicha ceremonia comenzaba a las 18 horas formando capítulo en el claustro de San Juan de los Reyes. Asistieron autoridades municipales como D. Teodoro García, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Toledo en representación de la alcaldesa de la ciudad Dª. Milagros Tolón, otras autoridades civiles y militares, así como una amplia representación de cofradías y hermandades sacramentales y capítulos de Toledo, y de otros lugares de España, Francia y Alemania. Una vez entrada la comitiva a la iglesia, empezó la Eucaristía presidida por el Obispo Auxiliar de Toledo. Tras la homilía, procedió el acto de investidura de los nuevos cofrades, siendo llamados por riguroso orden para la imposición de su medalla. En esta ocasión fueron investidos catorce nuevos Cofrades, entre los que se encontraba el alcazareño D. Carlos Javier Martínez Santiago. Al término de la Eucaristía, se formó de nuevo el capítulo que desfilaría hasta el claustro donde sería disuelto por el representante del Ayuntamiento. Al día siguiente, en la celebración de la solemnidad del Corpus Christi, los 14 nuevos Cofrades procesionaron junto con sus hermanos por las calles de la Ciudad Imperial. A pesar de las inclemencias meteorológicas, cerca de 90 cofrades acompañaron al Cristo Sacramentado portado por la Custodia de Arfe. El próximo acto tendrá lugar a finales del mes de noviembre, en la Sala Capitular del Ayuntamiento de Toledo, donde se celebrará el solemne Cabildo de Apertura del siguiente curso académico 2023-2024. Además, se entregarán diplomas a los 14 nuevos Cofrades que recibieron la investidura canónica el pasado 7 de junio, Víspera del Corpus Christi. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
«El turismo debe abordarse desde una visión conjunta de ‘Lugares del Quijote’ en la Mancha» Fecha de Publicación: 27/04/2023 . Con su magnífica conferencia “El Quijote como filosofía de Marketing del siglo XXI”, Antonio leal Jiménez dio inicio al ciclo “Universo Quijote”, en ella desgranó los ingredientes necesarios para que las empresas tengan éxito ofertando sus productos o servicios siempre basándose en las enseñanzas del Quijote No dejen de leer siempre que puedan unos párrafos de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha Alcázar de San Juan, 27-04-2022.- En la Casa Museo del Hidalgo, a las 20:00 horas del miércoles 26 de abril, con la llamativa e incomprensible ausencia del mundo empresarial alcazareño -ante un tema de sumo interés para ellos-, tenía lugar la magnífica disertación del alcazareño Antonio Leal Jiménez titulada “El Quijote como filosofía de Marketing del siglo XXI”, con la que se daba comienzo al ciclo de conferencias “Universo Quijote” abiertas al público en general y en la que especialistas vinculados con diferentes aspectos del Quijote ofrecerán su conocimiento al público alcazareño. Antonio Leal Jiménez es uno de los mayores expertos de Marketing de España con prestigio internacional, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Cádiz, Doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Málaga, Máster en Business and Administration, Profesor Titular de Universidad, ha sido Director de Marketing Institucional de la Universidad de Cádiz y anteriormente vicepresidente ejecutivo de Marketing de Bodegas TERRY, su enorme experiencia en el mundo del marketing le hacen ser un conferenciante que merece la pena escuchar. Leal Jiménez hizo mucho hincapié en el aspecto humanista y de los valores aprendidos en la obra de Cervantes y afirmó que el Quijote se paladea de forma diferente según la edad con la que uno lo lea y cuando más se disfruta es cuando ya tienes cierta madurez y vivencias. Se hizo tres preguntas ¿Qué tiene que ver el Quijote con el Marketing del siglo XXI? ¿Puede tener algo en común don Quijote con el Marketing actual? y ¿Es posible pensar que el mundo de los sueños puede relacionarse con los sistemas empresariales? Basó en estas tres preguntas el hilo conductor de la conferencia, asegurando que en las tres preguntas la respuesta es afirmativa, pasando a desgranar el contenido de su exposición. Analizado el estado de la cuestión nos encontramos con que debemos apoyarnos en estas tres patas principales: la empresa (que debe ofrecer, credibilidad, reputación y responsabilidad social, así como servicio al cliente y ser capaz de generarle entusiasmo), el Marketing (calidad, nichos de mercado, innovación) y Cervantes, que no era un hombre de empresa, pero su manera de ver las cosas tenía muchísimo fundamento y es digno de ser tenido en cuenta. El marketing es una media de ciencia y arte, es el equilibrio entre técnica y creatividad. Al igual que en la política, perdemos interés cuando dos partidos al confrontarse solo se lanzan improperios mutuos, así ocurre cuando dos empresas hacen campañas de marketing contrarias atacando los productos del contrario, lo que les lleva a tomar decisiones erróneas como bajar los precios o reducir los costes. El resultado es estrechar el mercado y perjudicar el empleo. Mientras que, si se dedican a un marketing creativo, lo que harán será ampliar el abanico de posibilidades, generar oportunidades y abrir el mercado de trabajo. Apuntó que don Quijote es un modelo de liderazgo empresarial por el convencimiento de la misión que tiene que cumplir y el empeño que pone en conseguir este objetivo. Para triunfar, ofreció unos sabrosos consejos basados en el Quijote: poner pasión en todo lo que se hace, valorar a las personas, rodearse del mejor equipo, ser fiel a uno mismo, no tener miedo a los gigantes que son simples molinos. Igualmente dijo quiénes eran -en su opinión- ejemplo de nuevos quijotes: Bill Gates, Steve Jobs, o Mark Zukerberg (que dijo aquello tan bonito de que no hay que crear servicio para ganar dinero, sino que hay que ganar dinero para crear nuevos y mejores servicios). O cómo los españoles Amancio Ortega o Juan Roig, todos siguen escrupulosamente, la inspiración de don Quijote para hacer frente a sus dificultades porque son grandes soñadores. Dijo, además, que los agentes de publicidad tienen que soñar continuamente y para soñar hay que leer el Quijote. También apuntó una idea que deberíamos aplicarnos si queremos triunfar en la oferta del turismo de la Mancha, indicó que era un gran error concurrir cada pueblo por su lado en la defensa de “su” turismo, que así no se llegaba a ningún sitio y que las posibilidades de fracasar son casi seguras. Apuntó a que todas las poblaciones que tienen algo que ofrecer en relación con el Quijote, deberían estar convencidas en ir de la mano colaborando en lograr un objetivo común, que él llamó “Lugares del Quijote” y que una vez ofrecido ese producto, cada lugar se empeñe en mejorar dentro en lo posible sus infraestructuras y su oferta turística pero siempre sin perder fuerzas en enfrentarse con los de al lado, sino teniendo siempre a la vista el objetivo común que es el de reforzar un proyecto turístico de primer orden que atraiga con fuerza al turista literario. Precisamente en esta misma idea coincide con la Sociedad Cervantina que siempre han apostado por la “Comarca Quijote” teniendo claro que sólo de este modo se puede organizar un turismo fiel que obtenga por su dinero invertido un contenido de calidad y un grado de satisfacción que le haga sentir que le ha merecido la pena visitar la Mancha y que recomendará a sus amistades, haciendo crecer las visitas de forma exponencial. Impartió un consejo fundamental: “No dejen de leer, siempre que puedan, unos párrafos de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. Aseveró que “el idealista no conoce límites, la persona con ideales es una persona con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, lo importante es marcarse metas y poner toda tu alma en cumplirlas”. Y cerró la conferencia exhortando a los presentes a leer, releer y practicar el Quijote, confesó que cada vez que vuelve a las páginas del Quijote le hacen renovar su fe en los hombres que se atreven a soñar y no sólo eso, sino que con su lectura se permite construir nuevas ilusiones personales porque siempre hay una aventura que nos está esperando. “No se necesita una varita mágica para cambiar las cosas, dentro de nosotros mismos yace la magia que nos impulsa a hacer grandes cosas”. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Se cumplen veinte años de la declaración de Pausa (Perú) como Capital Cervantina de América Fecha de Publicación: 21/04/2023 El próximo miércoles 26 de abril, se cumplirán 20 años de la declaración de Pausa (Perú) como Capital Cervantina de América, que fue aprobada por Resolución de Alcaldía nº 031-2003-MPPSS de la Municipalidad Provincial de Paucar del Sara Sara, en la región peruana de Ayacucho Alcázar de San Juan 24/04/2023.- Esta resolución que no ha sido reconocida en el mundo cervantino y ni tan siquiera conocida en muchos casos, fue dictada a impulso de su alcalde provincial, Italo Villaverde Huaita, y tiene mucho fundamento. La motivación menos importante -aunque también sea relevante- es la de situar en el mundo cervantino a esta hoy humilde ciudad andina perdida en el centro de Perú, a los pies del Nevado Sara Sara, en el antiguo tránsito virreinal de la Ciudad de los Reyes a Chile. Pero la motivación más importante es que Pausa se merece el nombramiento. En una fecha indeterminada de 1607 (algunos autores apuntan que el 19 de octubre, pero no es una fecha corroborada) se celebraron en Pausa, capital del corregimiento de Parinacochas unos fastos en honor del nombramiento como virrey del Perú de Juan de Mendoza y Luna –marqués de Montesclaros–, con la particularidad de que aún se hallaba de camino desde el virreinato de México (que acababa de dejar para hacerse cargo del nuevo cargo) y no estaba presente en las fiestas. Es decir, que las hicieron en su honor, pero lo curioso es que dejaron testimonio escrito de ellas para que el nuevo virrey, amante de las letras y lector del Quijote, conociese de la celebración de las mismas mediante la lectura del relato a su llegada a Lima. Laura Agar Paz Rescala, nos dice en su fantástico trabajo ¿Cómo es que asomó el Caballero de la Triste Figura? En busca de un contexto para las fiestas de 1607 en Pausa: “Estas fiestas se hicieron famosas desde que la Relación de las fiestas que se celebraron en la corte de Pausa… fue dada a conocer por Francisco Rodríguez Marín en 1911. El manuscrito narra la dramatización de un torneo ecuestre, para el cual se presenta una interesante gama de caballeros, entre los cuales aparece don Quijote. Irving Leonard [1953] colaboró a dar sustento al renombre de estas fiestas al hablar de la circulación de libros de caballería en los virreinatos españoles de ultramar y al mostrar los acuerdos comerciales que quedan como prueba de la profusa cantidad de ejemplares que llegaron a América de la primera edición del Quijote (para esto sigue una estela que ya había marcado en su conferencia el mismo Rodríguez Marín y que, poco después, comienzan a repetir estudiosos de las primeras décadas del siglo XX [Francisco de Icaza 1918]). Esta relación de fiestas, por décadas, pasó de boca en boca, sin que nadie se detuviera a estudiarla cuidadosamente. Hoy el panorama ha cambiado, principalmente por la edición anotada de la relación de fiestas que en 2005 propusieron José Manuel Lucía Megías y Aurelio Vargas Díaz Toledo y por algunos estudios más como, por ejemplo, los de Raquel Chang Rodrígez [2007] y Susana Antón Priasco [2007; 2009]”. Y sigue diciendo en su documentado estudio que a instancias del corregidor Francisco de Álava y Norueña (que no aparece para nada en el relato), auténtico impulsor de las fiestas, concitó en la que en ese momento era una importante ciudad minera y bastante rica por la capacidad organizativa que demostró, a un elenco de personalidades relevantes del corregimiento de Parinacochas, ya que los tres jueces del festival fueron fray Antonio Martínez prior del convento dominico de San Cristóbal de Pausa (poder eclesiástico), Cristóbal de Matas, minero potosino (poder económico) y Juan de Larrea y Zurbano, antiguo corregidor y el representante de la nobleza local, casado con María de Peralta (hija de Diego de Peralta y Cabeza de Vaca conquistador y fundador de la ciudad de Arequipa), y a quien junto con sus hijas fueron dedicados los diferentes triunfos de las justas. En la representación ocurrida en la Plaza de Armas de Pausa, salieron diferentes caballeros cada uno con su lema o mote, pero el que más llamó la atención fue don Quijote, nos cuenta Paz Rescala en su trabajo antes citado: “En fin, la particularidad mayor de nuestro caballero es que, dentro de la ficción de la fiesta, es un no caballero (¿un soldado? ¿Alonso Quijano?) haciendo de caballero y fallando en el intento; es representado en compañía de otros personajes (el cura, el barbero) a su vez disfrazados (de princesa Micomicona y de escudero). Este caballero es un golpe de ironía y modernidad. Es el reverso de la fiesta. Podría ser una suerte de desafío a todos los demás caballeros a caer en su propia condición de farsa y a gozar todavía más del juego: así, sin dar en el blanco siquiera con una lanza, rompiendo incluso en el cabo los versos de su lema: Soy el audaz don Quixó-, y maguer que desgraçiá-, fuerte, brabo y arriscá-“. Interpretando a don Quijote otro poder local, Luis de Córdoba (caballero cordobés que anda en este reino disfrazado de nombre Luis de Galves) que había sido juez de Castrovirreina, centro minero e importante ciudad de paso para el comercio del azogue, que a la postre resultó con su interpretación del hidalgo manchego, el ganador del torneo, con lo que queda demostrado que el personaje no fue una excepción en las fiestas, sino que el Caballero de la Triste Figura fue el protagonista indudable de las mismas: “… y los jueces desde su andamio alcanzaron un bocado, y después de haber tenido entre sí algunas diferencias sobre el dar de los premios de invención, letra y gala, se resolvieron en esta forma: que el de invención, por haber sido todas tan buenas y reconocerse poca o casi ninguna ventaja en ellas, se le diese al Caballero de la Triste Figura, por la propiedad con que hizo la suya y la risa que en todos causó verle; el cual dio cuatro varas de raso morado que le tocaron, a su escudero Sancho, para que las presentase en su nombre [a Dulcinea] cuando la viese, diciéndole que el su caballero las había ganado con el ardid y esfuerzo que su memoria le había prestado; y al Caballero de la Selva le dieron unos guantes de ámbar por la mejor letra que presentó al sujeto de ella”. (Se puede leer completa la descripción de las fiestas en https://cvc.cervantes.es/literatura/quijote_america/peru/relacion_pausa.htm Me atrevería a decir que, desde el momento en que cuenta el manuscrito que, conocido el proveimiento del marqués de Montesclaros como virrey del Perú y en el que salió una encamisada de cuarenta caballeros hacia la plaza para colgar el cartel donde en los siguientes diez días debían apuntarse los caballeros que quisieran participar en las justas en honor al nuevo mandatario, ya se estaba forjando la victoria de don Quijote de la Mancha en la Plaza de Armas de Pausa. Por tanto y para cerrar este artículo creo que ha quedado claro que la primera representación de los personajes cervantinos con un cierto gusto, no exento del ánimo de divertir y hacer gracias, pero opino que hasta con un cierto respeto, fue la que tuvo lugar en la ciudad andina, por lo que creo que el nombramiento que le fue dado por resolución de alcaldía es más que justo y basado en evidencias históricas y ojalá que este breve recopilatorio (y el de otras personas más versadas que yo en el mundo cervantino) sirvan para poner a los pausinos en el lugar que en justicia les corresponde. Constantino López Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Con Antonio Leal Jiménez comienza el ciclo de conferencias “Universo Quijote” Fecha de Publicación: 20/04/2023 Cartel de la conferencia . “El Quijote como filosofía de Marketing en el siglo XXI” será el título con el que Antonio Leal Jiménez inaugurará este ciclo de conferencias que va a estar abierto a todo el público y con entrada libre Alcázar de San Juan, 20 de abril de 2023.- Con el ánimo de abrir las actividades de la Sociedad Cervantina de Alcázar al público alcazareño y de toda la comarca que quiera asistir, se ha programado un ciclo de conferencias llamado “Universo Quijote” en el que personas relacionadas con diferentes ámbitos culturales y académicos pasarán por nuestra ciudad a hablarnos sobre temas de interés y siempre en la órbita del Quijote. «Universo Quijote» es una nueva actividad cultural que la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan va a poner en marcha en este y que está dentro de la programación de actividades que la Asamblea General aprobó para 2023. De esta forma no solo habrá actividades exclusivas para los socios, sino que con el ciclo de conferencias que ahora se inicia, posibilitará a todos los aficionados al mundo cervantino y quijotesco, que conozcan de manera más cercana la asociación cultural y cumplirá el objetivo fundamental de la Sociedad que es el de fomentar la lectura, conocimiento, estudio y difusión de la obra de Miguel de Cervantes y en particular del Quijote. La entrada es libre para todos los públicos hasta completar el aforo y la primera de las conferencias correrá a cargo de un paisano, Antonio Leal Jiménez, que es experto en Marketing y nos hablara de cómo diversas personalidades de nuestra época han seguido las enseñanzas contenidas en el Quijote para triunfar en sus negocios, la conferencia llevará por título “El Quijote como filosofía de Marketing en el siglo XXI” y tendrá lugar en la Casa Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan el miércoles 26 de abril a partir de las 20:00 horas. Aunque será retransmitida por Facebook en directo, os invitamos a todos a acompañarnos en la Casa del Hidalgo porque escuchar a Antonio Leal es siempre muy placentero y su gran experiencia nos hará aprender muchas cosas mientras pasamos un rato extraordinario. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Cartel de la conferencia . “El Quijote como filosofía de Marketing en el siglo XXI” será el título con el que Antonio Leal Jiménez inaugurará este ciclo de conferencias que va a estar abierto a todo el público y con entrada libre Alcázar de San Juan, 20 de abril de 2023.- Con el ánimo de abrir las actividades de la Sociedad Cervantina de Alcázar al público alcazareño y de toda la comarca que quiera asistir, se ha programado un ciclo de conferencias llamado “Universo Quijote” en el que personas relacionadas con diferentes ámbitos culturales y académicos pasarán por nuestra ciudad a hablarnos sobre temas de interés y siempre en la órbita del Quijote. «Universo Quijote» es una nueva actividad cultural que la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan va a poner en marcha en este y que está dentro de la programación de actividades que la Asamblea General aprobó para 2023. De esta forma no solo habrá actividades exclusivas para los socios, sino que con el ciclo de conferencias que ahora se inicia, posibilitará a todos los aficionados al mundo cervantino y quijotesco, que conozcan de manera más cercana la asociación cultural y cumplirá el objetivo fundamental de la Sociedad que es el de fomentar la lectura, conocimiento, estudio y difusión de la obra de Miguel de Cervantes y en particular del Quijote. La entrada es libre para todos los públicos hasta completar el aforo y la primera de las conferencias correrá a cargo de un paisano, Antonio Leal Jiménez, que es experto en Marketing y nos hablara de cómo diversas personalidades de nuestra época han seguido las enseñanzas contenidas en el Quijote para triunfar en sus negocios, la conferencia llevará por título “El Quijote como filosofía de Marketing en el siglo XXI” y tendrá lugar en la Casa Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan el miércoles 26 de abril a partir de las 20:00 horas. Aunque será retransmitida por Facebook en directo, os invitamos a todos a acompañarnos en la Casa del Hidalgo porque escuchar a Antonio Leal es siempre muy placentero y su gran experiencia nos hará aprender muchas cosas mientras pasamos un rato extraordinario. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La música en Cervantes protagonista absoluta en la Sierra de los Molinos de Criptana Fecha de Publicación: 16/04/2023 . Con el patrocinio del Ayuntamiento de Campo de Criptana, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha organizado la 5ª Mesa Redonda Cervantina en el salón de actos del Centro de Interpretación del Molino Manchego Alcázar de San Juan, 16 de abril de 2023.- A lo largo de la mañana del sábado 15 de abril, ha tenido lugar la V Mesa Redonda Cervantina que ha llevado por título «La música en Cervantes y sus obras, y la influencia de éste en la música». Santiago Lázaro, alcalde de Campo de Criptana y Rosa Ana Fernández, concejal de cultura, abrían el acto dando la bienvenida a ponentes y público asistente, mostrándose muy satisfechos por acoger este evento cultural que llevaban tiempo preparando junto con la Sociedad Cervantina de Alcázar. Lázaro puso de manifiesto la importancia de celebrar este acto en su pueblo, en coordinación con una sociedad cultural alcazareña (que ha celebrado las cinco mesas redondas de forma itinerante en diferentes localidades cercanas), e insistió en la idea de que este ejemplo debe calar en la comarca. Dijo que la idea de que cada pueblo haga su lucha individual por atraer turismo es errónea, se mostró convencido de que es más productivo aunar sinergias y que todos juntos sumemos esfuerzos en la idea de la “Comarca Quijote”, y que de forma conjunta seamos capaces de ofrecer un producto turístico completo basado en el Quijote y sus aventuras por la comarca, para que pueda ser disfrutado por nuestros visitantes. La Mesa Redonda ha respondido a las expectativas que se habían generado debido a que las exposiciones -de gran interés-, han mantenido al público absorto y pendiente de las explicaciones de los intervinientes, hasta el punto de que a gran número de asistentes la sesión se les ha hecho corta. El acto ha sido transmitido en directo en el perfil de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, donde nada más terminar el acto se ha subido el vídeo completo del evento a disposición de quienes quieran verlo en diferido. https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 La música y Cervantes han sido protagonistas absolutos de la mañana criptanense, moderados de forma magnífica por Miguel Antonio Maldonado (experto en música tradicional y director del grupo Camerata Cervantina), los verdaderos protagonistas de la mesa han ido desgranado sus ponencias de forma magistral. Comenzó el orden de intervenciones Manuel Briega Román (concertista componente del Dúo Belcorde) haciendo un recorrido por la enorme producción de música clásica basada en el Quijote que ha inspirado más de 1000 obras entre composiciones musicales, piezas de ballet y óperas. Briega ha recorrido medio mundo ofreciendo conciertos en colaboración con el Instituto Cervantes y ha asegurado que no solo llevan a gala ser manchegos, sino que lo demuestran interpretando siempre en su repertorio música de la época de Cervantes que es apreciada en todos los países. A continuación, Enrique Suárez Figaredo (socio de honor de la SCA) comentó la película El Hombre de la Mancha de 1972 (género musical), con Peter O’Toole, Sofía Loren y James Coco como actores principales, alabando el tono –in crescendo– de la parte musical, así como la gran interpretación de los personajes de Sancho Panza y de Aldonza. Se ganó al público afirmando que Sara Montiel hubiese sido la encarnadora ideal de Dulcinea, pero que, a falta de la paisana, Sofía Loren tampoco lo hizo mal… No obstante, apuntó que en su opinión el actor principal no se acababa de ajustar a la personalidad que debería tener un caballero andante al uso. Así mismo dijo que cuantas más veces ha visto la película, más aprecia la calidad musical de las melodías como uno de los atractivos del film. Por otra parte, Juan José Pastor Comín (profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha) hizo una rigurosa exposición de los usos musicales en las obras de Cervantes, mostró como el genial escritor conoció -sin duda- la música y las canciones populares de su tiempo, así como la completa gama de instrumentos. Puso de manifiesto también cómo Cervantes utiliza términos musicales que son sólo conocidos por verdaderos especialistas y demuestra el conocimiento profundo de la teoría musical. Puso de manifiesto que Cervantes además hace bromas con los fundamentos musicales de don Quijote, sacando siempre muchísimo partido de los propios conocimientos sobre música del inmortal novelista. Adornó su exposición con la reproducción de fragmentos musicales de la época, algunos de una gran complejidad compositiva. Finalmente, Hans Christian Hagedorn (también profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha), realizó un exhaustivo análisis de la gran variedad de obras de jazz que han tenido el Quijote como modelo, e hizo un fantástico recorrido por los elementos y motivos de inspiración para componer este tipo de música. También utilizó la reproducción de pequeños fragmentos musicales para explicar -por ejemplo-, cómo los compositores utilizaban estructuras musicales cíclicas y repetitivas para simular el giro continuo de las aspas de los molinos de viento. A la terminación de las exposiciones, Toni Maldonado (moderador) hizo un preciso resumen de lo más importante de cada intervención y aportó algunas apreciaciones sobre los aspectos coincidentes con la música tradicional -que tan bien conoce-, poniendo una guinda al sabroso pastel que la mesa redonda ofreció al público. Siguió un turno de interesantes preguntas por parte del público asistente, especialmente una sobre si conocían alguna composición inspirada en la pastora Marcela, a la que los ponentes respondieron que no lo había, a pesar del importante papel de libertad e independencia con el que Cervantes adorna a esta mujer en su novela; en cambio sí que tenían constancia de que había composiciones inspiradas en Grisóstomo. Podemos afirmar que la música ha sido protagonista absoluta en la Sierra de los Molinos de Campo de Criptana y que se ha respirado en cada rincón del Centro de Interpretación del Molino Manchego. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La música de don Quijote en la Tierra de Gigantes Fecha de Publicación: 12/04/2023 Rosa Ana Fernández, Concejal de Cultura de Campo de Criptana y Juan Bautista Mata, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar en la presentación a los medios de la 5ª Mesa Redonda Cervantina . La 5ª Mesa Redonda Cervantina tendrá por título “La música de Cervantes y sus obras, y la influencia de éste en la música” y se celebrará en Campo de Criptana Alcázar de San Juan, 12 de abril de 2023.- En colaboración con el Ayuntamiento de Campo de Criptana, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha organizado la quinta edición de esta iniciativa cultural poniendo en valor uno de los lugares que más se identifican con la Comarca Quijote, ya que esta población era la única que disponía de un gran número de estos gigantes industriales y fue el único lugar posible en el que Miguel de Cervantes se inspirase para situar en este paraje la famosa batalla contra los molinos de viento, que el autor describió en el mundialmente conocido Cap. 8 de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. La 5ª Mesa Redonda Cervantina se desarrollará en el incomparable marco del Centro de Interpretación del Molino Manchego, en plena Sierra de los Molinos, el sábado 15 de abril a partir de las 11.00 horas y con entrada gratuita hasta cubrir el aforo del local. En esta ocasión y por celebrarse en Campo de Criptana, ciudad con amplia tradición musical, la Mesa Redonda versará sobre la música en el Quijote y llevará por título «La música de Cervantes y sus obras, y la influencia de éste en la música» y contará con cuatro ponentes de excepción, profundos conocedores del mundo musical cervantino que ofrecerán ponencias del máximo interés, que aportarán datos desconocidos e interesantes para todos los apasionados de la obra cervantina y para el público en general que asista en directo o siga el desarrollo de la Mesa Redonda a través del perfil de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 Desde las 11.00 y tras la inauguración de la Mesa por parte de las autoridades, nuestro socio Miguel Antonio Maldonado Felipe, folklorista, investigador musical y arreglista-director del grupo de música tradicional Camerata Cervantina será el conductor de la mesa y moderará a los ponentes: D. Manuel Briega Román, Criptanense, profesor superior de Violín y Música de Cámara por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Profesor de violín del Conservatorio Profesional de Música “Marcos Redondo” de Ciudad Real. Concertista internacional con el dúo Belcorde. Expondrá: “El QUIJOTE: Fuente de inspiración musical del s. XVII al S. XXI”. D. Enrique Suárez Figaredo, Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Ingeniero eléctrico ya jubilado, investigador residente en Barcelona, estudioso del Quijote, editor y descubridor de una edición desconocida del Quijote de Avellaneda, que a la postre se trató de la primera y más antigua entre los fondos de la Biblioteca Nacional. Gran conocedor del mundo de la edición en el Siglo de Oro, ha editado gran parte de las novelas de caballerías de la época. Ha sido colaborador en el Quijote del Instituto Cervantes, última edición, coordinada por Francisco Rico. Su ponencia será: “El Hombre de la Mancha. Aciertos y desaciertos del film respecto al personaje principal”. D. Juan José Pastor Comín, Profesor Titular (acreditado a Catedrático) de Música en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y Codirector del Centro de Investigación y Documentación Musical (CIDoM-SIC). Ganador del Premio Nacional Extraordinario de Fin de Grado (MEC) y Premio Extraordinario de Contrapunto y Fuga (2001). Su exposición se titulará: “Usos musicales en las obras de Cervantes”. D. Hans Christian Hagedorn, Profesor Titular del Departamento de Filología de la Universidad de Castilla La Mancha, autor de «La traducción narrada: El recurso narrativo de la traducción ficticia», 2006. Pertenece a Asociación Internacional de Hispanistas (AIH) Asociación Madrileña de Germanistas (AMG) Deutscher Germanisten Verband (DGV). El título de su ponencia será: “La presencia del Quijote en la música popular de los siglos XX y XXI: el caso del jazz”. La Mesa Redonda Cervantina se ha celebrado ya en El Toboso, Quero, Puerto Lápice, Alcázar de San Juan y en esta ocasión en Campo de Criptana. Siempre en los lugares que son referencia en el Quijote y donde tuvieron lugar las aventuras de don Quijote y Sancho Panza. En 2023 la música del Quijote estará en Tierra de Gigantes. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La casa de don Quijote Fecha de Publicación: 09/04/2023 El Quijote, al inicio, puede parecer un laberinto geográfico, pero después de familiarizarse con el entorno físico descrito en él deja de serlo. Si hemos podido situar el lugar de don Quijote en el mapa de la Mancha, teniendo en cuenta los datos geográficos, físicos y humanos, que en el texto nos deja su autor, tratar de situar la casa de don Quijote en el núcleo urbano de Alcázar de San Juan parece posible. Que Cervantes conoció esta villa manchega, sanjuanista, y su entorno cercano, no cabe duda alguna. No tenemos constancia documental de cuando estuvo, el motivo, ni el tiempo que permaneció aquí. La imagen que de ella tenía Cervantes la traslada al papel de su novela más conocida, lo suficientemente legible para el lector coetáneo que leyó su novela. Hoy nos parece imposible transitar por una ciudad si no es con un dispositivo de geolocalización en la mano, pero en tiempo de Cervantes identificar la imagen de un lugar consistía simplemente en percibir lo más nítidamente posible su morfología, el plano urbano con sus hitos, calles, plazas, bordes y edificios singulares. Si el viajero accedía por uno de los caminos de acceso a un pueblo o ciudad, distinguir su estructura y sus barrios le servía de referencia clara para manejarse después en su interior. La plaza central o mayor, que normalmente albergaba el ayuntamiento, en cualquier villa manchega, es la imagen que identifica el centro de ella, un nodo desde el que parten las calles principales hacia cada uno de los barrios. También a ella llegan o parten los caminos, en su casco urbano todavía como calles, desde o hacia otras villas cercanas. Cervantes conoce bien la plaza de Alcázar de San Juan. En ella está la Torre del ayuntamiento y una fuente pública. En toda esta comarca manchega solo Alcázar de San Juan contaba con una fuente en su plaza. Escoge esta imagen vigorosa de la fuente de la plaza y nos la retrata en el texto. Teresa, la mujer de Sancho, le da las nuevas que en su pueblo han pasado desde su segunda partida con don Quijote: «Sanchica hace puntas de randas, gana cada día ocho maravedís horros, que los va echando en una alcancía para ayuda a su ajuar; pero ahora que es hija de un gobernador tú le darás la dote sin que ella lo trabaje. La fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas.»(Q2, 52). Era común, y sigue siéndolo hoy, que en todas las plazas de los pueblos manchegos, en la amplitud de la plaza, se celebrasen los días de mercado; las celebraciones, festividades más importantes y los domingos al mediodía eran el punto de reunión para chicos y grandes. Para ubicar el barrio de Alcázar de San Juan donde Cervantes emplazó las casas de don Quijote y Sancho Panza, que eran vecinos, analizaremos las salidas y regresos de don Quijote, y la llegada a la villa del paje de la duquesa con las cartas a Teresa. En estos pasajes, Cervantes, describe la estructura urbana de la villa del hidalgo manchego a principios del s. XVII, y de alguna manera nos marca el barrio de los protagonistas de la novela. Primera salida: «Y así, sin dar parte a persona alguna de su intención y sin que nadie le viese, una mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de Julio, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza y por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo.» (Q1, 2) Primer regreso: «En estas pláticas y en otras semejantes llegaron al lugar a la hora que anochecía; pero el labrador aguardó a que fuese algo más noche, por que no viesen al molido hidalgo tan mal caballero. Llegada, pues, la hora que le pareció, entró en el pueblo y en la casa de don Quijote, la cual halló toda alborotada…» (Q1,4) Segunda salida: «Todo lo cual hecho y cumplido, sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen… Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje…» (Q1, 7) Segundo regreso: «El boyero unció sus bueyes y acomodó a don Quijote sobre un haz de heno y con su acostumbrada flema siguió el camino que el cura quiso, y a cabo de seis días llegaron a la aldea de don Quijote, adonde entraron en la mitad del día, que acertó a ser domingo y la gente estaba toda en la plaza, por mitad de la cual atravesó el carro de don Quijote. Acudieron todos a ver lo que en el carro venía, y cuando conocieron a su compatrioto quedaron maravillados, y un muchacho acudió corriendo a dar las nuevas a su ama y a su sobrina de que su tío y su señor venía flaco y amarillo y tendido sobre un montón de heno y sobre un carro de bueyes». (Q1, 52) Tercera salida: «En resolución, en aquellos tres días don Quijote y Sancho se acomodaron de lo que les pareció convenirles; y habiendo aplacado Sancho a su mujer, y don Quijote a su sobrina y a su ama, al anochecer, sin que nadie lo viese sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso…» (Q2, 7) Tercer regreso: «Aquel día y aquella noche caminaron sin sucederles cosa digna de contarse, si no fue que en ella acabó Sancho su tarea, de que quedó don Quijote contento sobremodo, y esperaba el día por ver si en el camino topaba ya desencantada a Dulcinea su señora… Con estos pensamientos y deseos subieron una cuesta arriba, desde la cual descubrieron su aldea, la cual vista de Sancho, se hincó de rodillas y dijo: —Abre los ojos, deseada patria, y mira que vuelve a ti Sancho Panza tu hijo, si no muy rico, muy bien azotado… —Déjate desas sandeces —dijo don Quijote— y vamos con pie derecho a entrar en nuestro lugar, donde daremos vado a nuestras imaginaciones y la traza que en la pastoral vida pensamos ejercitar. Con esto bajaron de la cuesta y se fueron a su pueblo.» (Q2, 72) «A la entrada del cual, según dice Cide Hamete, vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos… …Llegaron los cazadores, pidieron su liebre y diósela don Quijote; pasaron adelante, y a la entrada del pueblo toparon en un pradecillo rezando al cura y al bachiller Carrasco. … Finalmente, rodeados de mochachos y acompañados del cura y del bachiller entraron en el pueblo y se fueron a casa de don Quijote, y hallaron a la puerta della al ama y a su sobrina, a quien ya habían llegado las nuevas de su venida.» (Q2, 73) Llegada del paje de la duquesa: «Dice, pues, la historia que el paje era muy discreto y agudo, y con deseo de servir a sus señores partió de muy buena gana al lugar de Sancho, y antes de entrar en él vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres, a quien preguntó si le sabrían decir si en aquel lugar vivía una mujer llamada Teresa Panza, mujer de un cierto Sancho Panza, escudero de un caballero llamado don Quijote de la Mancha; a cuya pregunta se levantó en pie una mozuela que estaba lavando, y dijo: —Esa Teresa Panza es mi madre, y ese tal Sancho, mi señor padre, y el tal caballero, nuestro amo. —Pues venid, doncella —dijo el paje—, y mostradme a vuestra madre, porque le traigo una carta y un presente del tal vuestro padre. —Eso haré yo de muy buena gana, señor mío —respondió la moza, que mostraba ser de edad de catorce años, poco más a menos. Y dejando la ropa que lavaba a otra compañera, sin tocarse ni calzarse —que estaba en piernas y desgreñada— saltó delante de la cabalgadura del paje, y dijo: —Venga vuesa merced, que a la entrada del pueblo está nuestra casa, y mi madre en ella, con harta pena por no haber sabido muchos días ha de mi señor padre. —Pues yo se las llevo tan buenas —dijo el paje— que tiene que dar bien gracias a Dios por ellas. Finalmente, saltando, corriendo y brincando llegó al pueblo la muchacha, y antes de entrar en su casa dijo a voces desde la puerta: —¡Salga, madre Teresa, salga, salga, que viene aquí un señor que trae cartas y otras cosas de mi buen padre!» (Q2, 50) Después de leer estos pasajes, separados a lo largo de la novela, surgen unos argumentos objetivos que nos sirven para situar en el plano urbano de Alcázar de San Juan la zona donde tenían sus don Quijote y Sancho Panza: 1º Vivían cerca de los bordes o límite urbano de Alcázar de San Juan En la primera salida indica el narrador que «por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento»,revelando que las tapias del corral de la casa de don Quijote estaban junto al campo. La hija de Sancho indica también la situación periférica de su casa, cuando invita al paje de la duquesa a acompañarla «que a la entrada del pueblo está nuestra casa». 2º En el este de la villa Don Quijote, en su primera salida, se dirige hacia el este llegando al final de la jornada a la Venta de Manjavacas, en el término de Mota del Cuervo. A su regreso, por el mismo camino, se encuentra de frente con los mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. De este desafortunado encuentro sale malparado. Recogido del suelo por un vecino suyo, que venía de llevar una carga de trigo a un molino de viento, este lo acomodó como pudo sobre su borrico y «entró en el pueblo y en la casa de don Quijote». En la época de la escritura del Quijote, en esta parte de la Mancha, solo tenían molinos de viento las cercanas villas de Campo de Criptana, El Toboso y Mota del Cuervo, entre otras villas santiaguistas, todas al este de Alcázar de San Juan. En su segunda salida, ya con Sancho como escudero, «acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje» llegando, ahora sí, a ver los molinos de Campo de Criptana, combatiendo contra uno de ellos. De regreso de Sierra Morena, en su segunda salida desde la Venta de la Inés, en tiempos de Cervantes conocida como Venta del Alcalde, don Quijote es traído a su pueblo sobre una carreta tirada por unos bueyes. Esta venta está situada al suroeste de Alcázar de San Juan. Pasadas las casas y ventas de Puerto Lápice, accederían a Alcázar por el oeste, por el camino de Herencia, «adonde entraron en la mitad del día, que acertó a ser domingo y la gente estaba toda en la plaza, por mitad de la cual atravesó el carro de don Quijote». Necesitan cruzar de oeste a este el pueblo, por su plaza, para llegar a su casa. 3º Más precisamente, al noreste de la villa En la tercera salida, su primer destino es El Toboso. Alcázar de San Juan cuenta con un camino derecho con el nombre de Camino del Toboso. Este camino empezaba al noreste de la villa: «al anochecer, sin que nadie lo viese sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso» 4º Elementos particulares del paisaje urbano Además de la fuente de la plaza, Cervantes identifica dos elementos particulares más de la imagen urbana de Alcázar de San Juan. Estos le dan legibilidad al texto y nos ayudan a identificarlos en el plano de la villa: un arroyo al este antes de entrar a sus casas y unas eras de trillar en sus afueras junto al Camino del Toboso. -El Arroyo Mina. El paje de la duquesa, desde Aragón, llegaría a esta parte de la Mancha por Cuenca, y después de pasar Mota del Cuervo y Campo de Criptana entraría a Alcázar de San Juan por el conocido Camino de Murcia. Por el este, lamiendo las últimas casas del lugar de don Quijote transcurría el Arroyo Mina. En este arroyo, que recogía aguas de los cerros del Tinte, las mujeres alcazareñas han lavado la ropa hasta bien entrado el siglo XX. Hoy está canalizado y no es visible. En este paraje sitúa Cervantes el encuentro con la hija de Sancho: «…y antes de entrar en él vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres…». La proximidad a su casa desde este arroyo la indica la muchacha: «—Venga vuesa merced, que a la entrada del pueblo está nuestra casa, y mi madre en ella, con harta pena por no haber sabido muchos días ha de mi señor padre. -Las eras en el Camino del Toboso En regreso desde Barcelona, pasando por El Toboso tratando de ver ya desencantada a Dulcinea, llegan caballero y escudero a su lugar de origen: «A la entrada del cual, según dice Cide Hamete, vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos… …Llegaron los cazadores, pidieron su liebre y diósela don Quijote; pasaron adelante, y a la entrada del pueblo toparon en un pradecillo rezando al cura y al bachiller Carrasco». (Q2, 73) Estas eras, otro hito en la estructura de la imagen del lugar de don Quijote, quedan dibujadas por Cervantes junto al borde de la villa, en la entrada por el Camino al Toboso. En Alcázar de San Juan existían, hasta la construcción del ferrocarril y su estación, unas eras para trillar cereal junto a las primeras casas de la villa, entre los caminos de La Puebla de Almoradiel y El Toboso, al noreste, en un paraje conocido como el Pradillo, el «pradecillo» donde rezaban el cura y el bachiller. Este paraje, eras y pradillo, es mencionado en los libros de actas del ayuntamiento en muchas ocasiones. En tiempo de Cervantes y la escritura del Quijote, encontramos varios pleitos que mantuvo el concejo con el gobernador del priorato de San Juan, que residía en esta misma villa. Uno de ellos, en 1600, fue por la titularidad y uso de estas eras situadas en el «pradillo», en el que sus alcaldes y regidores defendían a los vecinos propietarios de estas antiguas eras del lugar: «En la villa de Alcazar en diez y siete días del mes de febrero de mil seiscientos años estando en la torre del ayuntamiento de esta dicha villa los alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres para tratar y conferir cosas tocantes del bien público de la dicha villa acordaron que por cuanto el gobernador [de los] dichos priorazgos procede contra los vecinos desta villa que tienen eras en el pradillo […]se lleven los papeles que les pareciere en su provecho para que el dicho gobernador se satisfaga de como las dichas eras son de los vecinos que las poseen […]» Con las citas del texto, los argumentos o variables que de ellas se desprenden y con la ayuda de la cartografía histórica disponible, vamos a tratar de situar el barrio de don Quijote y Sancho Panza. El plano más antiguo que se conoce de Alcázar de San Juan es el dibujado en 1840, conservado en el Centro Geográfico del Ejército. La actividad que los vecinos ejercen en su lugar moldea su estructura configurando su imagen, especialmente el plano de ella. Cuando hay un cambio significativo en el número de vecinos y sus actividades, el plano del lugar, y por lo tanto su imagen, también cambia, amoldándose a las nuevas exigencias sociales, económicas o culturales. Este cambio de vida socioeconómica ocurrió en Alcázar de San Juan a finales del s. XIX con la llegada del ferrocarril que uniría Madrid con el Levante y Andalucía, convirtiendo la estación ferroviaria de Alcázar de San Juan en uno de los nudos ferroviarios más importantes de España, cambiando así la función urbana de una ciudad, antes mayoritariamente agrícola y de oficios, a otra distinta con centenares de empleados ferroviarios y sus familias, muchos llegados de otras partes de España. El ferrocarril cambió sustancialmente los parámetros básicos de su configuración urbana: superficie, perímetro, longitud de los ejes y radios de su forma. Por tanto, modificó su aspecto externo y su paisaje. La imagen urbana que nos ofrece el plano anterior, de mitad del s. XIX, aún no tiene la huella del ferrocarril en ella. El siguiente plano conocido de Alcázar de San Juan es el realizado en 1884 por el Instituto Geográfico y Estadístico, formando parte de las minutas que conformaron el primer Mapa Topográfico Nacional (MTN). En él ya se aprecia el nuevo desarrollo urbano de Alcázar debido al ferrocarril. Habilitar y construir barrios y casas para las nuevas familias de ferroviarios, además de la propia estructura industrial ferroviaria, cambia la línea periurbana de la ciudad. ¿Qué diferencia, en su estructura urbana, tenía la villa alcazareña de principios del s. XVII con esta primera imagen que conocemos de mitad del s. XIX? Solo analizando la evolución de sus habitantes en estos dos siglos y medio, podremos obtener una aproximación de su imagen urbana, especialmente de su línea periurbana, sus bordes, más sensible a los cambios demográficos. Un cuarto de siglo antes de la escritura del Quijote, en 1575, en las Relaciones Topográficas mandadas hacer por Felipe II, se solicitaba a los pueblos que respondieran a «Las casas y vecinos que al presente en el dicho pueblo hubiese, y si ha tenido más o menos antes de ahora, y la causa por que se haya disminuido». Las respuestas de Alcázar de San Juan, aunque fueron hechas y enviadas, están perdidas. Pero sí disponemos de las respuestas de lugares vecinos que contestaron a «el nombre del primer pueblo que hubiese, yendo del lugar donde se hiciese la dicha relación…» Campo de Criptana dice que tiene a «Alcázar, como al poniente, de más de dos mil vecinos», y Villafranca de los Caballeros responde que «la villa de Alcázar tendrá de vecindad dos mil y quinientos vecinos». Vecino, en aquella época, se consideraba al sujeto que pagaba impuestos, por lo que quedaban fuera de este número las mujeres, niños, clero, religiosos, hidalgos y todo aquel que estuviese exento de pagarlos. Expertos en Historia y Estadística han llegado a la conclusión que para conocer el número aproximado de personas que habitaban un lugar, el número de «vecinos» habría que multiplicarlo por cuatro o por cinco. Así la villa de Alcázar en 1575 contaría con entre ocho a diez mil habitantes. Poco después, en 1594, en el censo de vecinos realizado en Alcázar de San Juan aparecen registrados «2.057 vecinos», aproximadamente los mismos habitantes. Medio siglo después, en 1646, Alcázar de San Juan pasaría a tener «1.481 vecinos de todas clases», unas seis a siete mil personas, y en 1694 «1.134 vecinos», unas cinco mil personas aproximadamente. Con estos datos se confirma que durante el s. XVII Alcázar de San Juan casi perdió la mitad de sus habitantes. Aunque con menos casas habitadas, sus límites urbanos seguirían siendo los mismos. Este descenso demográfico, en general en toda España, fue debido a las guerras mantenidas por la monarquía hispánica con pérdidas de muchos hombres, y a las epidemias, enfermedades y sequías que asolaron toda España. A este escenario había que sumar la escasa natalidad y la alta mortalidad de los recién nacidos, y de las mujeres durante la gestación y el parto. Crisis demográfica acrecentada por la expulsión de la numerosa población morisca entre 1609 y 1613. Durante el s. XVIII comenzó la población a recuperarse, declarando Alcázar de San Juan al Catastro de Ensenada, en 1752, que tenía «dos mil vecinos», unos ocho a diez mil habitantes, el mismo número que contaba en 1600. En 1852 se inician las obras de construcción de la estación del ferrocarril, llegando a sus andenes el primer tren desde Madrid el año 1854. En el Censo de 1857, que ya sí contabilizaba el número real de personas que habitan en los pueblos y ciudades españolas, Alcázar de San Juan anotó 7.942 habitantes. Vemos con estos datos, como la población se estabilizó durante estos últimos cien años, las ocupaciones de sus vecinos seguían siendo las mismas y su plano urbano, por tanto, seguía siendo aproximadamente igual. Hasta el comienzo de las obras del ferrocarril que cambia la vida social y económica de la ciudad y también su plano definitivamente. En el Censo siguiente, el realizado en 1860, solo tres años después, refleja 8.179 habitantes, apreciándose claramente como el empleo ferroviario hace que el número de habitantes creciese en 237 personas, llegando a 11.292 habitantes en el año 1900. En solo medio siglo de actividad ferroviaria la ciudad creció más de un 42% en su población. Por tanto, se puede afirmar que el mapa de Alcázar de San Juan realizado en 1840 refleja la misma función urbana que la villa mantenía en 1600. El trazado de sus calles y los límites urbanos son los mismos que los vecinos coetáneos de Cervantes, y el mismo Cervantes, pudieron apreciar. Es, a partir de la segunda parte del siglo XIX, con la construcción del ferrocarril, cuando comienza un nuevo desarrollo urbano que ha llegado hasta nuestros días. Con las minutas que elaboraron los topógrafos del Instituto Geográfico Nacional, en 1884, del término municipal y del casco urbano, se formó el mapa topográfico MTN50-0713-1886-Alcázar de San Juan. En él se aprecian sus barrios, plazas y calles, y los caminos de acceso y arroyos que hoy han quedado soterrados por el plano urbano actual. El Instituto Geográfico Nacional nos ofrece una herramienta muy útil para comparar varios tipos de mapas en la misma escala del visor. En la imagen anterior he comparado el mapa actual de Alcázar de San Juan con el MTN50-0713-1886. La línea periférica de la imagen de Alcázar de San Juan que refleja el primer plano de 1840 la he marcado en negro sobre el mapa actual de la ciudad. Así era aproximadamente Alcázar de San Juan en 1600. He remarcado los caminos principales de acceso a Alcázar de San Juan. Están coloreados en rojo los caminos que, de una manera o de otra, están relacionados con las salidas de don Quijote. En azul uno de sus varios arroyos, el conocido como Arroyo Mina, que llegaba casi a las primeras casas de la villa por el este. En amarillo las Eras del Pradillo, donde sus agricultores trillaban el cereal. Con esta perspectiva del mapa del lugar de don Quijote, y con el texto de la novela, es sencillo ubicar la zona urbana de la villa alcazareña que Cervantes escoge para situar en ella las casas de don Quijote y Sancho Panza. Este barrio quijotesco, remarcado en verde en el mapa, es el contenido entre el Camino a Campo de Criptana, el Camino a los Siete Molinos y el Camino a El Toboso. Por el primer camino sale don Quijote en su primera salida… «subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza y por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento», hacia la Venta de Manjavacas. Vuelve por el mismo camino al día siguiente, una vez burlescamente nombrado caballero por el ventero y molido a palos por el mozo de mulas de los mercaderes toledanos que iban a Murcia. Recogido por un labrador vecino suyo… «llegaron al lugar a la hora que anochecía; pero el labrador aguardó a que fuese algo más noche, porque no viesen al molido hidalgo tan mal caballero. Llegada, pues, la hora que le pareció, entró en el pueblo y en la casa de don Quijote». Por el Camino de los Siete Molinos llega a encontrarse con los primeros molinos de viento de Campo de Criptana. En su segunda salida, ya con Sancho Panza… «una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen… en esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo…» La tercera salida es por el Camino a El Toboso… «al anochecer, sin que nadie lo viese sino el bachiller, que quiso acompañarles media legua del lugar, se pusieron en camino del Toboso»Es por este mismo camino por el que regresa desde Barcelona y «vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos… y a la entrada del pueblo toparon en un pradecillo rezando al cura y al bachiller Carrasco… rodeados de mochachos y acompañados del cura y del bachiller entraron en el pueblo y se fueron a casa de don Quijote». El arroyo donde estaban las mujeres y la hija de Sancho Panza lavando la ropa es el Arroyo Mina, que tiene que atravesar el paje viniendo desde Aragón con las cartas y presentes para Teresa Panza antes de entrar al pueblo… «y antes de entrar en él vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres… Y dejando la ropa que lavaba a otra compañera, sin tocarse ni calzarse —que estaba en piernas y desgreñada— saltó delante de la cabalgadura del paje, y dijo: Venga vuesa merced, que a la entrada del pueblo está nuestra casa». El regreso de esta segunda salida a su pueblo, desde la Venta del Alcalde, hoy Venta de la Inés, en Sierra Morena, la hace don Quijote sobre una carreta de bueyes por el Camino a Herencia, «adonde entraron en la mitad del día, que acertó a ser domingo y la gente estaba toda en la plaza, por mitad de la cual atravesó el carro de don Quijote». En el mapa se aprecia como es necesario, entrando por el Camino de Herencia, atravesar la plaza para entrar en este barrio alcazareño. Cervantes, como diría Sancho, no da puntá sin hilo. Las casas de hidalgo y escudero estaban junto al campo, en la línea perimetral de este barrio. Cervantes, en dos ocasiones nos lo detalla. El corral de la casa de don Quijote daba al campo… «por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento», y su vecino, Sancho Panza, como apuntaba su hija al paje « a la entrada del pueblo está nuestra casa». He remarcado en el plano de 1840, con trazo de puntos verdes, el barrio del hidalgo manchego y su fiel escudero, y en rojo las casas más cercanas al campo. En este entorno real quiso Cervantes poner las casas de don Quijote y Sancho Panza en la ficción de la novela. Las Eras del Pradillo, en amarillo, y el Arroyo Mina, en trazo original del plano y prolongado en azul justifican aún más el entorno urbano delimitado. Evidentemente, no es posible determinar mejor, entre esta zona demarcada en rojo, las casas de hidalgo y labrador. Sin embargo, el trazado del Arroyo Mina junto al Camino de los Siete Molinos puede indicar el punto donde paje e hija de Sancho se encontraron. O tal vez este encuentro pudo ser en la entrada por el Camino de Murcia, junto al ábside de la iglesia-convento de San Francisco. Solo Cervantes, y quizás algunos vecinos de la villa que leyeron a principios del s. XVII el Quijote, sepan la respuesta. Tal vez, tampoco sería para ellos un elemento de duda la pregunta que tantos lectores curiosos del Quijote a lo largo de los siglos se han hecho: ¿cómo es posible que saliendo por el mismo camino y dirección en la primera salida no viese los molinos de viento y en la segunda salida sí, saliendo de su pueblo por la «misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje»? Algunos han afirmado que podría ser un descuido o contradicción del propio autor de esta historia, pero debajo del plano urbano actual de Alcázar de San Juan está la respuesta. En su primera salida, don Quijote llegó a la Venta de Manjavacas siguiendo una de las variantes del Camino de Toledo a Murcia, pasando por Campo de Criptana y desde aquí siguió el Camino de Mota del Cuervo. El Camino de Campo de Criptana se podía tomar saliendo de la villa alcazareña por el Camino de Murcia, hoy Calle de San Francisco; pasando junto a la iglesia-convento de San Francisco, que en 1600 estaba fuera de los límites urbanos de la villa, y cruzando el Arroyo Mina por un puente principal, el viajero estaba ya en él. También se podía llegar a este camino saliendo por la Puerta de Villajos, comienzo del Camino del Toboso; desde aquí arrancaba un camino que después de vadear el Arroyo Mina llegaba al Camino de Campo de Criptana, a unos 500 m. de las últimas casas. Por este camino viejo a la villa molinera no era posible ver ninguno de sus molinos de viento, situados la mayoría en su Sierra, o en parajes más al norte, tapados de la vista por las encinas que formaban los montes en esta zona manchega. Por el cambio del uso de suelo, hoy se pueden ver los molinos de viento criptanenses desde muchos kilómetros, imagen que hace cuatro siglos era imposible de apreciar. En su segunda salida, don Quijote, ya con Sancho, sale en mitad de la noche por la «misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje», y al poco de amanecer «descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo». Saliendo de su casa por el Camino de Murcia, ya en el campo y antes de cruzar el Arroyo Mina, arrancaba el Camino de los Siete Molinos. También, desde la salida de la villa por la Puerta de Villajos, al inicio del Camino a El Toboso se bifurca un camino que antes de cruzar el Arroyo Mina se incorpora al Camino de los Siete Molinos. Una vez ya en este camino molinero, y pasado el límite entre Alcázar de San Juan y Campo de Criptana, estaban los primeros siete molinos de viento de Campo de Criptana; los siete propiedad de vecinos o instituciones religiosas alcazareñas, como consta en el Catastro de Ensenada. Hoy solo quedan los arranques de las cimentaciones de los molinos de viento y los silos para almacenar cereal, aperos y utensilios. En el mapa anterior están remarcados el Camino a Campo de Criptana, el Camino de los Siete Molinos y la ubicación de estos en el término de Campo de Criptana. Don Quijote sale por el mismo camino de su pueblo en ambas salidas. Es ya fuera de él cuando en compañía de Sancho toma el camino que los lleva a encontrarse con los molinos de viento. Texto e imagen coinciden. Cervantes creó con su ingenio el cuento de don Quijote y, para hacerlo verosímil para sus lectores, solo tuvo que enmarcarlo en una geografía física y humana que conocía bien. Hoy, los autores siguen escribiendo ficción utilizando este recurso literario ideado por Cervantes. La diferencia en la creación literaria en estos cuatro siglos está en que si actualmente un autor puede escribir de un lugar sin haber estado jamás en él, gracias a los recursos que la tecnología nos presta, en la época de la escritura del Quijote no se podía describir un lugar y su entorno cercano, con el detalle que hace Cervantes, sin haber estado en él. Luis Miguel Román Alhambra Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote
Conoce tu ciudad: Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 30/03/2023 . La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha coordinado tres rutas guiadas por la ciudad, para alumnos del Colegio Nuestra Señora de la Trinidad en una actividad enmarcada en su Semana Cultural Alcázar de San Juan, 31/03/2022.- En la mañana del jueves 30 de marzo, ha tenido lugar la actividad “Conoce tu ciudad: Alcázar de San Juan” organizada por el profesorado del Colegio Nuestra Señora de la Trinidad de esta ciudad, enmarcada dentro de la Semana Cultural del Colegio. Para esta acción cultural los alumnos participantes de los cursos de ESO, se han dividido en tres grupos diferentes, de forma que cada uno de ellos ha realizado una actividad distinta, pero todas de forma simultánea. De este modo, uno de los grupos visitaba el Torreón del Gran Prior para conocer la organización y modo de vida de los monjes guerreros que formaban parte de las Órdenes Militares; otro grupo visitaba el Museo Casa del Hidalgo para conocer cómo vivían los hidalgos de la época de Cervantes y un tercer grupo que ha hecho un recorrido por algunos de los lugares que vinculan la ciudad de Alcázar de San Juan con Cervantes y el Quijote. Esta ultima actividad ha sido coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y los alumnos de los diversos grupos, han iniciado el recorrido en la estatua de Alonso con su gato (junto a Aguas de Alcázar), posteriormente han visitado la estatua del Quijote Cósmico (realizada por Santiago de Santiago) en la plaza de Palacio, la iglesia de Santa María la Mayor, donde se conserva una partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra con fecha nueve de noviembre de 1558. También han conocido la ubicación (y la historia) donde se encontraba la casa de Juan López Caballero (en la calle de San Juan), padre de Juan y Pedro Barba, y tío de Alonso Gutiérrez de Quijada o Quesada (quién en un duelo venció al hijo del Conde de San Polo, de Francia, y de quien dice descender Alonso Quijano en el Quijote: «Y las aventuras y desafíos que también acabaron en Borgoña los valientes españoles Pedro Barba y Gutierre Quijada (de cuya alcurnia yo deciendo, por línea recta de varón), venciendo a los hijos del conde de San Polo» (DQ I, 49). . Seguidamente visitaron la plaza de Cervantes -antiguamente llamada de la Rubia del Rosquero- donde está la casa en la que nació Miguel de Cervantes; finalizando en la Plaza de España donde está ubicada desde 1971 la estatua de Don Quijote y Sancho Panza obra del leonés Marino Amaya y que tiene como particularidad que el rostro de Sancho Panza está inspirado en la cara del conocido periodista Tico Medina (ya fallecido). En cada uno de los lugares, han conocido las curiosidades de cada monumento y la vinculación de cada uno de ellos con Miguel de Cervantes y su obra. En resumen, que los alumnos han vivido una enriquecedora jornada cultural que ha servido para que conozcan mucho mejor su ciudad. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Antonio Leal Jiménez un gran quijote alcazareño Fecha de Publicación: 26/03/2023 . . Experto en marketing que opina que el mundo de la empresa le debe mucho al Quijote y que cuando uno tiene una cierta experiencia en la vida, encuentra cura para el alma con la lectura de la genial novela de Cervantes Alcázar de San Juan, 26/03/2022.- Los miembros de la Sociedad Cervantina que han podido compartir el «Almuerzo de don Quijote» celebrado este sábado, han encontrado en Antonio Leal Jiménez a uno de los invitados más apasionados por la ciudad de Alcázar de San Juan. Su amor por ella y su empeño por mejorarla lo convierten en un gran quijote alcazareño. Recordamos que este Hijo Predilecto de Alcázar de San Juan no sólo tiene una formación extraordinaria, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, por la Universidad de Cádiz, y además doctor en Ciencias de la Comunicación, por la Universidad de Málaga, sino que tiene una amplia trayectoria profesional en la empresa privada ocupando diversos cargos directivos en Marketing de Bodegas TERRY. En la actualidad, está jubilado, pero participa a nivel de docencia e investigación en distintas universidades andaluzas. De su largo tiempo como profesor de la Universidad, nos contó el modo -totalmente atípico- como impartía sus clases, comenzando las mismas con el comentario de una sentencia del Quijote (aprovechando siempre que tenía ocasión para mostrar la partida de bautismo del Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan), haciendo que sus exposiciones fuesen totalmente participativas y motivando a los alumnos a documentarse a fondo para poder exponer sus investigaciones, consiguiendo desarrollar en ellos el espíritu crítico, el razonamiento y creándoles la necesidad de aprender (por iniciativa propia) en los temas que surgían en clase. Antonio se ha comprometido a inaugurar la actividad «Universo Quijote», una novedosa acción cultural, esta vez abierta a todo el público de Alcázar de San Juan (de acceso libre y gratuito), en la que una persona de reconocido prestigio impartirá una conferencia sobre diversos aspectos de la obra cervantina con un enfoque ameno e instructivo, con el objetivo de transmitir la filosofía del Quijote a la sociedad, desde diferentes puntos de vista y siempre con el fin último de difundir la obra de Miguel de Cervantes, uno de los principales fines de esta Sociedad Cervantina. En próximos días se darán a conocer más detalles concretos sobre esta nueva actividad de encuentros innovadores. Que Antonio es un apasionado de Alcázar todo el mundo lo sabe y su amor por nuestra ciudad lo lleva a expresarlo con pensamientos como este: «Alcázar de San Juan nunca deja de asombrarme, ¿tienen ustedes el mismo sentimiento? Mi madre solía decirme que el amor a tu pueblo nunca se malgasta, aunque no te lo devuelvan en la misma medida que se desea». A él, le cura respirar el aire de Alcázar de San Juan, lo mismo -nos dijo-, que le cura el alma la lectura del Quijote, del que dice disfrutarlo cuando lo lee por gusto, despacio y saboreándolo. Antonio entró el sábado como invitado y salió de nuestro Almuerzo como socio. Nuestro agradecimiento por haber tenido el honor de disfrutar de su sabiduría y de contar con su experiencia y entusiasmo para acometer nuevos retos que esperan a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Antonio Leal Jiménez en los «Almuerzos de don Quijote» Fecha de Publicación: 20/03/2023 . Es hijo predilecto de Alcázar de San Juan y participará el sábado 25 de marzo en los «Almuerzos de don Quijote», actividad cultural que organiza la Sociedad Cervantina de Alcázar Alcázar de San Juan, 20/03/2022.- Nacido en la calle Ferrocarril, donde no había ni vías ni trenes, en una casa situada a escasos metros de la Bodeguilla, y desde donde el silbato de los trenes que alcanzaban los cien decibelios, era el sonido más hermoso conocido, según le contaba su padre, maquinista, y que Azorín describe minuciosamente la llegada de un tren correo, en la noche, a una ciudad de provincias. Al poco tiempo de su nacimiento sus padres se trasladan a la calle Doctor Alberca Lorente, junto a la Castelar, donde transcurre toda su infancia y adolescencia. Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Doctor en Ciencias de la Comunicación, Máster en Business and Administration, Dirección Comercial y Marketing y Dirección de Empresas, Profesor Titular de Universidad, ha sido Director de Marketing Institucional de la Universidad de Cádiz y anteriormente Vicepresidente ejecutivo de Marketing de Bodegas TERRY. Autor de numerosos libros en Marketing Social, Marketing Internacional y Comunicación; Director de tesis doctorales, autor de numerosas comunicaciones a Congresos y trabajos en revistas. Presidente y vocal de numerosos Congresos, Simposios y Reuniones científicas. Revisor de Publicaciones Científicas de Marketing y Comunicación, Académico de número de la Academia Santa Cecilia. Director de la Cátedra de Internacionalización EXTENDA/Universidad de Cádiz. Profesor invitado a participar en estancias con docencia e investigación en universidades de Alemania, Holanda, Francia, Austria, El Salvador, Méjico, Chile, México, Cuba, Paraguay. Director de Grupos de Investigación e innovador en Metodología docente ha sido galardonado con numerosos premios y distinciones. Es notorio también su trabajo sin ánimo de lucro con los colectivos desfavorecidos, principalmente con las personas con discapacidades, mentales, físicas y sensoriales. En la actualidad, jubilado, es Profesor Colaborador Honorario de la Universidad de Cádiz. Dejó Alcázar sin saber, como está escrito, que la historia de un hombre es un largo rodeo alrededor de su pueblo. Vuelve siempre que puede en busca de su pasado, que él manifiesta que es el futuro. Alcázar de San Juan cada vez más le parece un lugar mágico. Su compromiso permanente es dar a conocer su lugar de nacimiento y las bondades que ofrecen sus habitantes, destacando la tradición cervantina y no pierde ocasión de hacerlo continuamente. El Quijote de la Mancha es la obra que considera más importante de todo lo que ha leído y aprende de ella a “caminar caminando”. Su trabajo y actuaciones en el campo científico y social, le ha permitido alcanzar un prestigio nacional e internacional, gozado de la consideración general. Su capacidad y actitud personal han sido siempre sus señas de identidad para transmitir su amor por su ciudad a todo tipo de colectivos y lo hace como una pequeña muestra de lo que significa “ser alcazareño”. Publicó “Paseos por el Colegio”, una obra que recoge los testimonios de 75 egresados que fueron alumnos -como él mismo-, de la desparecida Academia Balmes y posteriormente del Colegio Santísima Trinidad, “La Trini” como popularmente se le conoce. Ha publicado también “Encuentros en La Castelar«, una publicación editada por El Semanal de La Mancha, con la colaboración del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan y la Diputación provincial de Ciudad Real, que recoge las 82 entrevistas que ha ido realizando y publicando en este medio de comunicación (desde septiembre de 2017 hasta finales de 2020 y prácticamente todas en la edición impresa). Los cervantinos alcazareños que asistan a este almuerzo, disfrutarán de arrolladora personalidad de Antonio Leal Jiménez, quien ya adelantamos será la persona que inaugure la actividad “Universo Quijote” que pronto se pondrá en marcha desde esta asociación cultural. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Miguel de Cervantes en el Estudio de la Villa Fecha de Publicación: 26/02/2023 Alcázar de San Juan, 26/02/2023.- En el año 1966, el Centro de Estudios Alcazareños, con la dirección de Manuel Rubio Herguido, editó en su cuaderno de temas alcazareños Noria varios artículos del cervantista alcazareño Francisco Saludador Merino, con esta intención:Es mi propósito exponer algunos datos históricos que la diuturnidad del tiempo borra de la memoria de los hombres y hace aparecer a las personas y las cosas distintas a como en realidad fueron. Hecho ineluctable y que sólo desciframos cuando, ahondando en la materia, vemos que la mayor parte fueron desvanecidos adrede. En uno de ellos, ahonda en lo improbable que parece que Miguel de Cervantes (Alcalá de Henares 1547- Madrid 1616) pudiese estar estudiando en el Estudio de la Villa de Madrid, en el año 1568: «Como quiera que el Miguel de Cervantes de Alcalá tenía a la sazón 21 años, edad inverosímil para ser un caro y amado discípulo del Maestro Hoyos, con edad propia para jugar al tute…» Y parece, con los datos con los que contamos, que don Francisco llevaba razón, aunque sobre este tema el cervantismo oficial ha querido siempre pasar de puntillas. En la última biografía del autor del Quijote, Cervantes (2022) de Santiago Muñoz Machado, según muchos la más completa realizada hasta hoy, anota su autor: Aprende de niño en la escuela de López de Hoyos. Permanece solo unos cuantos meses y no ha sido concretado si como alumno o, dado que Cervantes ya pasaba de los veinte años y su edad desentonaría con los de los demás estudiantes, más jóvenes, tal vez como colaborador del maestro. El dato autobiográfico que se levanta de esta relación es el que resulta de los poemas (un soneto-epitafio, una copla castellana, cuatro redondillas y una elegía dedicada al cardenal Espinosa) que compone Miguel por encargo de López de Hoyos, para honrar a la reina Isabel de Valois con ocasión de su fallecimiento, en 1568, a los veintitrés años, como consecuencia de un parto. López de Hoyos los presenta como escritos por su «amado discípulo». Posiblemente, Saludador Merino contase con datos e informaciones que hoy yo no dispongo, pero sí del acceso on line a los archivos estatales y a estudios recientes, como el interesantísimo Un Maestro en tiempos de Felipe II (2014) de Alfredo Alvar Ezquerra, sobre la vida y enseñanza de Juan López de Hoyos, y su vinculación con los primeros versos conocidos del autor del Quijote. Madrid, como en otras muchas villas de Castilla, contaba con maestros de Gramática a costa de los ayuntamientos. A principios del siglo XVI, Madrid disponía de un Estudio de la Villa, estando prohibido abrir ningún otro centro similar. A estas escuelas oficiales, o estudios de las villas, acudían los muchachos, que ya sabían leer y escribir, para formarse durante tres años en los conceptos de la Gramática, y después poder matricularse en una universidad si querían seguir estudiando. La edad habitual para entrar a estos estudios de las villas era de unos ocho a diez años. En esos tres años se les instruía mediante el sistema conocido como trívium: Gramática, Retórica y Oratoria. En el primer año estudiarían, al menos, las Introductiones latinae de Nebrija y los Disticha moralia de Catón. El segundo año profundizaban más en las Introductiones latinae y estudiaban a los clásicos, como Juvenco, Sedulio y Virgilio, comenzando en este curso, ahora sí, con sus primeros pinitos componiendo versos. Terminaban estudiando en el tercer año Artes gramaticae, progresando en la Gramática por medio de otros autores, como Quintiliano, Horacio, Lucano y Estacio, con los que mejoraban, aún más, sus dotes de composición. De los estudios de las villas, y los colegios menores de las Universidades en los que se impartía la misma instrucción, se salía con la edad de entre once a quince años. De aquí podían pasar a la Facultad de Artes y Filosofía, donde se formaban durante otros cuatro años como bachiller. Después, haciendo un examen obtenían el grado de maestro. El bajo nivel educativo que había en la España rural está bien descrito por Cervantes en el Quijote, cuando el mismísimo Sancho afirma que «yo no sé leer ni escrebir», como tampoco sabía su mujer Teresa, ni sus dos hijos, y lo mismo ocurría con Aldonza Lorenzo, Dulcinea. En las villas pequeñas, los niños de familias humildes, no las niñas que quedaban para aprender labores propias de las casas, solo podían aprender a leer, escribir y contar en las escuelas municipales y en los centros abiertos en los conventos e iglesias. La edad para comenzar podía ser de lo más temprana o ya creciditos, como Sanchico, el hijo de Sancho Panza y Teresa: «Advertid que Sanchico tiene ya quince años cabales, y es razón que vaya a la escuela, si es que su tío el abad le ha de dejar hecho de la Iglesia» (Q 2, 5). Las familias que contaban con recursos suficientes para pagar los estudios de sus hijos, hacían que estos estudiaran el trívium en un colegio menor de una Universidad y después seguir estudiando el bachiller en ella. Así nos lo describe también Cervantes en el Quijote, cuando don Diego de Miranda, que es «más que medianamente rico» dice a don Quijote: … tengo un hijo, que a no tenerle quizá me juzgara por más dichoso de lo que soy, y no porque él sea malo, sino porque no es tan bueno como yo quisiera. Será de edad de diez y ocho años, los seis ha estado en Salamanca aprendiendo las lenguas latina y griega, y cuando quise que pasase a estudiar otras ciencias hallele tan embebido en la de la poesía, si es que se puede llamar ciencia, que no es posible hacerle arrostrar la de las Leyes, que yo quisiera que estudiara, ni de la reina de todas, la Teología. (Q2, 16) El maestro López de Hoyos había ganado la plaza por oposición de preceptor del Estudio de Gramática de la Villa de Madrid el 29 de enero de 1568. Unos meses más tarde, el 3 de octubre de ese mismo año, moría la reina Isabel de Valois, y el ayuntamiento de Madrid encarga al maestro López de Hoyos «componer los epitafios, alegorías, jeroglíficos e historias que habían de colocar en la iglesia de las Descalzas Reales para celebrar las exequias que hizo la Villa en 24 de octubre por la Reina Doña Isabel de Valois», como anotaba Saludador Merino. Juan López de Hoyos, «Catedrático del Estudio desta villa de Madrid», incluye en el libro Historia y relación verdadera de la enfermedad felicísimo transito, y suntuosas exequias fúnebres de la Serenísima Reyna de España doña Isabel de Valoys nuestraSeñora, publicado en 1569, las composiciones que sus discípulos del estudio habían hecho para los funerales de la reina: «En torno al túmulo hubo todas estas letras, que de mas de los ejercicios en latín que en el estudio hicieron nuestros discípulos, también compusieron en metro Castellano, y dedicado todo este tan maravilloso espectáculo, a la serenísima Reina, el ilustre ayuntamiento desta villa de Madrid» Es, por tanto, en este escaso intervalo de tiempo, dos o tres semanas, desde la muerte de la reina hasta la celebración de las exequias, cuando los discípulos de López de Hoyos en el Estudio de la Villa, probablemente de tercer año, hicieron sus composiciones para tal evento. Entre esos discípulos incluye explícitamente en tres ocasiones el nombre de Miguel de Cervantes. Es muy curioso ver que en las biografías cervantinas solo aparezca la primera mención, con el calificativo de «nuestro caro y amado discípulo»: Estas cuatro redondillas castellanas, a la muerte de Su Majestad, en las cuales como en ellas parece, se usa de colores retóricos y en la última se habla con su Majestad, son con una elegía que aquí va de Miguel de Cervantes, nuestro caro y amado discípulo. (fol. 147 v) Tabla: «Epitafios. 1. Primer epitafio en soneto con una copla Castellana que hizo Miguel de Cervantes mi amado discípulo». Tabla: «Elegía de Miguel de Cervantes en verso Castellano al Cardenal en la muerte de la Reyna, trátense en ella cosas harto curiosas con delicados conceptos». Miguel de Cervantes, el «amado discípulo» del Juan López de Hoyos, estaba en 1568 en Madrid estudiando en el Estudio de la Villa. Su edad estaría, por tanto, entre los ocho a quince años. No es posible, como ya mantenía Francisco Saludador Merino hace casi sesenta años, que el Miguel de Cervantes, nacido en Alcalá de Henares en el año 1547, fuese el autor de estos versos con veintiún años. Aunque el cervantismo siempre ha querido justificar de alguna manera que bien podía haber estudiado el alcalaíno de niño con López de Hoyos, olvidando la afirmación del maestro: «En torno al túmulo hubo todas estas letras, que de más de los ejercicios en latín que en el estudio hicieron nuestros discípulos…» Para confirmar que, en octubre de 1568, el alcalaíno no estaba entre los discípulos del maestro López de Hoyos, solo hay que tener en cuenta las afirmaciones que el propio alcalaíno hace en el memorial que redacta en mayo de 1590, exponiendo sus méritos y servicios a la Corona, para solicitar uno de los cuatro puestos vacantes en América. En el Archivo General de Indias de Sevilla se encuentra este memorial de «Miguel de Cervantes Saavedra, sobre que se le haga merced, atento a las causas que refiere de uno de los oficios que pide» Y enumera sus destinos pretendidos y sus méritos: que a servido de 22 años a esta parte en la batalla naval allí de un arcabuzazo perdió una mano el año siguiente fue a Navarino después a Túnez y la Goleta y viniendo a esta Corte para que su Majestad le hiciese merced fue cautivo en la galera del Sol con su hermano, que juntos habían servido en las dichas jornadas. Fueron llevados a Argel donde gastaron su patrimonio en su rescate y la hacienda de su padre y las dotes de dos hermanas Dice que «a servido de 22 años a esta parte». Solo hay que restar estos años a 1590 para tener el momento en el que el alcalaíno se alistó en alguno de los Tercios españoles: 1568. Y siguiendo con documentos disponibles en los archivos estatales, estando cautivo Miguel de Cervantes en Argel, su padre Rodrigo de Cervantes solicita una información, ante un alcalde de corte en Madrid, para probar que es su hijo, y que por su falta de recursos no podrá hacer frente al rescate pedido. Dice que «… que a Miguel de Cervantes mi hijo al presente está cautivo en Argel y a mí como su padre conviene averiguar y probar como el Miguel de Cervantes mi hijo ha servido a su Majestad de diez años a esta parte…» Esta información la hace Rodrigo de Cervantes en 1578. Si en el mes de octubre de 1568, el «amado discípulo» de López de Hoyos, autor de estas composiciones, estaba en medio de un curso en el Estudio de la Villa, con entre ocho a quince años, parece improbable que estuviese también sirviendo ya en el ejército con veintiún años, como él y su padre afirman. Después, en el memorial, dice que «en la batalla naval allí de un arcabuzazo perdió una mano». Se está refiriendo a la batalla de Lepanto, de la que tan orgulloso estaba de haber servido el autor del Quijote: Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria (Prólogo a las Novelas ejemplares, 1613) Parece contradictorio que el autor del Quijote y las Novelas ejemplares pueda estar estudiando Gramática en octubre de 1568, con ¡veintiún años!, al mismo tiempo sirviendo en el ejército y exactamente tres años después, el 7 de octubre de 1571, en una galera de la armada cristiana en Lepanto. Aquí hay que anotar que, entre los heridos de la batalla de Lepanto, se encontraban en el hospital de Mesina, en marzo de 1572, recuperándose de sus heridas dos Cervantes con el mismo nombre: Miguel de Cervantes y Miguel Cervantes. En la carta de don Juan de Austria a su hermano el rey Felipe II con la relación de heridos en el hospital le dice que «Al veedor general y contador he ordenado que saquen una relación de los soldados que han quedado mancos y maltratados de la batalla…» (AGS, EST. LEG.1138, 77). Tampoco este documento ha sido tenido en cuenta por los cervantistas, aunque se encontró a mediados del siglo XIX. Fue expuesto en 2016 por primera vez al público, no está aún disponible on line, en la exposición mostrada en el Archivo General de Simancas: Cervantes en Simancas y en los Archivos Estatales. Más contradicciones con el alcalaíno Miguel de Cervantes. La fecha de comienzo al servicio del rey, 1568, que se desprende de los méritos del alcalaíno y la información realizada por su padre, también se contradice con la afirmación que hace el autor del Quijote en la dedicatoria a Ascanio Colona en La Galatea, publicada en 1585: «Juntando a esto el efecto de reverencia que hacían en mi ánimo las cosas que, como en profecía, oí muchas veces decir de V. S. Ilustrísima al cardenal de Acquaviva, siendo yo su camarero en Roma». ¿Quién fue este cardenal Acquaviva, al que sirvió como camarero el autor de la Galatea y el Quijote?Giulio Acquaviva, nace en Nápoles en 1546. En 1568, ¡otra vez estamos en 1568!, con veintidós años de edad, es enviado por el papa Pío V a España para, entre otras cosas, dar el pésame al rey Felipe II por la muerte de su hijo, el príncipe Carlos. Parte de Roma el 19 de septiembre y llega a Madrid el 13 de octubre. Solo diez días antes de su llegada a la Corte, el 3 de octubre, había muerto la reina Isabel de Valois. El día 30 de diciembre, de ese mismo año, parte de Madrid hacia Roma. Su estancia en España, y especialmente en Madrid, se prolonga unos dos meses y medio. En mayo de 1570, el papa Pío V le nombra cardenal diácono. El joven cardenal Acquaviva tiene veinticuatro años, siendo ya conocido como gran amante de las letras y mecenas de escritores. Muere, solo cuatro años más tarde, en Roma a los veintiocho años. Si Miguel de Cervantes, autor de La Galatea, afirma estar al servicio del rey desde 1568, no es posible que estuviese sirviendo con Giulio Acquaviva, después de ser este nombrado cardenal en mayo de 1570. Todos estos datos se contradicen con la figura de Miguel de Cervantes, nacido en Alcalá de Henares en 1547, y me surgen varias consideraciones y preguntas: ¿Quién es el Miguel de Cervantes que en octubre de 1568 está estudiando en el Estudio de la Villa de Madrid, con el maestro Juan López de Hoyos? Si en la batalla de Lepanto, en octubre de 1571, hay en las galeras cristianas dos Cervantes que resultan heridos, si uno fue el autor de La Galatea, las Novelas ejemplares, el Quijote, las Ocho comedias y ocho entremeses y el Persiles ¿quién es el otro Miguel? ¿Por qué el documento en el que constan estos dos Cervantes heridos en Lepanto y expuesto al público en 2016, encontrado a mediados del siglo XIX, no es tenido en cuenta en las biografías del autor del Quijote? Si la respuesta es porque no lo conocían ¿dónde ha estado guardado, quien lo ordenó y por qué? Y si hay respuesta a esto ¿hay más documentos sobre Cervantes en el mismo cajón? Si es evidente que el Cervantes alcalaíno no pudo estar al servicio del cardenal Acquaviva, ya que estaba sirviendo en el ejército desde 1568 cuando este fue nombrado cardenal en 1570, ¿qué Miguel de Cervantes, autor de La Galatea, le sirvió como camarero en Roma? Y, si Giulio Acquaviva estuvo en Madrid desde el 13 de octubre de 1568, siendo más que probable que asistiese a las exequias de la reina Isabel de Valois, el 24 de ese mismo mes en las Descalzas Reales, donde pudo apreciar las composiciones de los discípulos del maestro Juan López de Hoyos ¿pudo conocer durante su estancia en Madrid, hasta su partida en diciembre, al Miguel de Cervantes, autor de las «cuatro redondillas castellanas, a la muerte de Su Majestad…»? ¿Pudo llevárselo como camarero a Roma, hasta que Miguel decidiese alistarse en el ejército y luchar contra los turcos en Lepanto? Muchas dudas, contradicciones y preguntas sobre el «amado discípulo» del maestro Juan López de Hoyos que, como apuntaba Saludador Merino, el «tiempo borra de la memoria de los hombres y hace aparecer a las personas y las cosas distintas a como en realidad fueron. Hecho ineluctable y que sólo desciframos cuando, ahondando en la materia, vemos que la mayor parte fueron desvanecidos adrede» Luis Miguel Román Alhambra Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
«El Quijote debe inspirar tu forma de entender la vida» afirmó el periodista Javier Ruiz Fecha de Publicación: 12/02/2023 En su participación en los “Almuerzos de don Quijote” ha calificado a los miembros de la Sociedad como depositarios de la tradición cervantina de Alcázar Alcázar de San Juan, 12/02/2022.- Javier Ruiz Martínez, periodista ciudadrealeño, jefe de Informativos de Onda Cero en Castilla-La Mancha ha tomado parte este sábado 11 de febrero de los “Almuerzos de don Quijote”, actividad cultural que organiza regularmente la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. A su llegada a Alcázar, Javier Ruiz visitó la casa parroquial de la iglesia de Santa María la Mayor donde el cura párroco Javier Quevedo -custodio del archivo-, le mostró la partida de bautismo del Miguel de Cervantes bautizado aquí. Como anécdota para el recuerdo y como síntoma de la buena sintonía reinante, reproducimos la broma del párroco que remarcó el hecho curioso de que “Quevedo enseñaba la partida de bautismo de Cervantes”. Posteriormente, tanto Javier Ruiz como los cervantistas alcazareños que lo han acompañado, visitaron la pila bautismal donde Cervantes fue cristianado, así como el espléndido Camarín de la Virgen del Rosario, ambos en la iglesia de Santa María. Francisco Mazuecos, se ha encargado de enseñarlo con profusión y detalle y se lo agradecemos muy sinceramente, como también a Javier Quevedo, por la amabilidad que siempre dispensan a esta Sociedad. Ya en la sede Cervantina, el invitado departió con los socios durante el aperitivo y el propio almuerzo. Javier Ruiz ha consultado el documento que contiene la relación de heridos en la batalla de Lepanto -que se obtuvo del Archivo General de Simancas- donde figuran dos personas llamadas igual, una al principio del documento con el nombre de “Miguel de Cervantes” y otra, en una de las últimas hojas, con el nombre de “Miguel Cervantes”, a los que se les hace entrega de diferentes cantidades de dinero como ayuda de costa para recuperarse de las heridas recibidas en la batalla naval. El periodista se mostró un apasionado lector del Quijote, reconociendo haberlo leído al menos en cuatro ocasiones: a los 12 años, a los 16, a los 24 y hace unos pocos años. Aparte de infinidad de consultas sueltas porque le apetece volver continuamente a consultar la sabiduría que encierra esta inmensa obra. Javier Ruiz nos dejó -entre otras muchas cosas-, una sabia y profunda reflexión sobre la novela de Cervantes, dijo que “el Quijote constituye una forma de vida, una forma de entender la vida, don Quijote es el personaje que tú te creas en la mente, la novela te está diciendo que merece la pena vivir cuando utilizas tu vida en la forma en que la deseas vivir… es decir, que hay que tener personalidad y vivir la vida de acuerdo con nuestros ideales”, porque de otro modo, la vida es un simple transcurso del tiempo que nos va a acercando a la vejez. De hecho, el hidalgo Alonso Quijano, cuando ya no pudo vivir su vida de aventuras, tras ser derrotado en las playas de Barcelona, y volvió a la paz de su hogar, murió. Dijo también que, en el Quijote, enmarcada entre las palabras “En un lugar de la Mancha…” y “Vale”, hay toda una filosofía de vida y por eso la novela es universal e inmortal. También disertó sobre la figura de Sancho Panza, a quien calificó “el alma del Quijote, la Mancha y España”, además de interesarse por la elaboración del vino Hideputa y los problemas que surgieron a la hora de patentarlo. Ruiz calificó a los miembros de esta Sociedad como “depositarios de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan” y aunque dijo haber aprendido mucho en la visita, la realidad es que también él ha hecho gala de sus amplios conocimientos de la obra cervantina y especialmente del Quijote, resultando uno de los almuerzos más entretenidos de los celebrados hasta ahora. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan