El rebaño de Andresillo por el Cordel de los Serranos Fecha de Publicación: 02/12/2024 “… y me dio de nuevo tantos azotes que quedé hecho un Sambartolomé desollado” La aventura del pastor Andrés dibujada por Doré, BIQ Si en el Quijote hay un agravio felizmente resuelto por don Quijote, que después se torna en cruel llanto del agraviado, es en la aventura que tuvo al poco de salir de la venta, donde fue armado burlescamente caballero, con un joven pastor al que su amo tenía atado a una encina dándole azotes, porque, según el ganadero le afirma: «este muchacho que estoy castigando es un mi criado que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos, el cual es tan descuidado que cada día me falta una; y porque castigo su descuido, o bellaquería, dice que lo hago de miserable, por no pagalle la soldada que le debo, y en Dios y en mi ánima que miente.» (Q1, 4) Don Quijote toma partido por el indefenso muchacho, y con la amenaza de atravesarlo con su lanza hace que el ganadero lo desate de la encina y se comprometa a pagarle lo que le debe por nueve meses de trabajo. Al no llevar ese dinero encima el ganadero jura ante don Quijote que una vez que Andrés le acompañe a su casa se lo pagará. Andrés no confía en su palabra, ni mucho menos que fuese caballero como advertía don Quijote que lo sería, sino «Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar». El final de esta aventura es bien conocido. Una vez que don Quijote se retira de ellos siguiendo su camino, «contentísimo de lo sucedido, pareciéndole que había dado felicísimo y alto principio a sus caballerías», el ganadero vuelve a atar al pastor a la encina «donde le dio tantos azotes que le dejó por muerto». Puede parecer que con una simple lectura de esta parte del capítulo no es posible ubicar precisamente este paraje en el camino. Hoy, los lectores del Quijote, necesitamos de muchas más referencias geográficas o descripciones precisas de la imagen del escenario donde se está desarrollando la acción de los personajes. Sin embargo, a principios del siglo XVII una simple descripción de la imagen del territorio era suficiente para que el lector, conocedor del entorno, ubicase la acción. Un lector de esta parte de la Mancha, o que hubiese viajado por esta parte del camino de Toledo a Murcia, ya tenía identificado este paraje en su mapa mental. Anotemos lo que el narrador de esta historia nos dice: -Don Quijote deja la venta con dirección a su casa por el mismo camino que trajo el día anterior: «Mas viniéndole a la memoria los consejos de su huésped cerca de las prevenciones tan necesarias que había de llevar consigo, especial la de los dineros y camisas, determinó volver a su casa y acomodarse de todo, y de un escudero, haciendo cuenta de recebir a un labrador vecino suyo que era pobre y con hijos, pero muy a propósito para el oficio escuderil de la caballería». -La aventura con el pastor es cerca de la venta, en un bosque de encinas que hay junto al camino: «No había andado mucho cuando le pareció que a su diestra mano, de la espesura de un bosque que allí estaba, salían unas voces delicadas… y volviendo las riendas, encamino a Rocinante hacia donde le pareció que las voces salían, y a pocos pasos que entró por el bosque vio atada una yegua a una encina, y atado en otra a un muchacho…» -La siguiente aventura que tiene lugar antes de llegar a su casa en ese mismo camino es aclaratoria tanto en el camino que está llevando don Quijote como su dirección: «Y habiendo andado como dos millas descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia». Don Quijote iba hacia su casa por el camino de Toledo a Murcia, con dirección a Toledo. -Junto al camino tenía el ganadero de Quintanar su rebaño de ovejas guardado por el pastor Andrés: «—Señor caballero, este muchacho que estoy castigando es un mi criado que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos» Imagen del SignA con anotaciones del autor «No había andado mucho». La supuesta indeterminación del narrador en el espacio caminado por Rocinante en el camino desde la venta y la acción antrópica del hombre, que en estos cuatro siglos ha provocado la casi desaparición del monte de encinas en esta parte de la Mancha, hacen difícil la localización a simple vista del escenario de la aventura. Observando el mapa del SignA (Instituto Geográfico Nacional), a unos tres kilómetros del lugar donde se encontraba la Venta de Manjavacas, venta donde fue armado caballero don Quijote, al Camino de Toledo a Murcia, también conocido en esta parte de la Mancha como Camino de los Valencianos, se le incorpora por su izquierda lo que hoy solo parece otro camino y después de coincidir aproximadamente un kilómetro lo abandona por su derecha. El mapa remarca este camino entre dos líneas de puntos con el nombre de Cordel de Los Serranos. No es un camino sino una vía pecuaria por el que en tiempo de la escritura del Quijote los ganados transitaban por él con privilegio de paso. Estas vías pecuarias han estado siendo utilizadas por los ganaderos hasta bien entrado la mitad del siglo XX. Estas vías pecuarias fueron instituidas por el rey Alfonso X el Sabio. Estas vías de tránsito de ganados se regularon con un buen número de privilegios y reales cédulas, confiadas a la Mesta. Se les denominó cañadas, cordeles y veredas. Todas tienen los mismos derechos y solo se diferenciaban principalmente en su anchura, mientras las cañadas tenían un ancho de noventa varas, los cordeles tenían cuarenta y cinco y las veredas veinticinco varas. Las grandes cañadas principales, conocidas así desde su principio a su fin, que vertebraban la península Ibérica son la Leonesa, Soriana y Segoviana. Son bienes de dominio público, destinadas al tránsito de los ganados, que han llegado hasta nuestros días. Los ganados, además, se podían aprovechar del pasto que en ellas se daban. Hoy estas vías ganaderas casi se han desvanecido en la imagen del territorio convirtiéndose en meros caminos, perdiendo esas grandes dimensiones de unos 75 m. de anchura para las cañadas, 38 m. los cordeles y 21 m. las veredas. En ellas, también, se establecieron descansaderos y abrevaderos con sus lindes amojonadas para dar descanso y servicio a los ganados. Durante finales del siglo XIX y durante buena parte del siglo XX estas vías pecuarias sufrieron modificaciones en su trazado, bien por declararse innecesarias, bien por atravesar nuevos terrenos de cultivo especialmente de regadío o por la ejecución de obras públicas de interés general, como carreteras o vías de ferrocarril. En ocasiones se variaba el trazado mediante una permuta de terrenos y en el caso de cruces con ferrocarriles o carreteras la entidad constructora debía facilitar el paso de ganados, con puentes o pasos a nivel, con el ancho necesario, por lo menos la mitad, de la vía pecuaria. Incluso, según el RD de 23 de diciembre de 1944, si una carretera se construía sobre vías pecuarias, los ganados podían transitar libremente por ellas, siempre por su mitad derecha y con especial vigilancia. Este tránsito excepcional resultaba muy peligroso y en la mayoría de los casos se enajenaban los terrenos limítrofes a la carretera incorporándolos a la vía pecuaria. Igual de excepcional, en tiempo de la escritura del Quijote, era ver transitar por un camino real un rebaño de ovejas entre viajeros, comerciantes y arrieros, y todos con derecho de paso. No es difícil pensar que por esta singularidad, en este corto espacio del camino, pudiesen ocurrir entre ellos situaciones o anécdotas de todo tipo, fáciles de recordar por quienes las vivían especialmente en primera persona. Los ganados que se desplazaban por las vías pecuarias, además de tener privilegio de paso, tenían derecho de pasto de todo lo que en estas vías ganaderas se producía en sus límites establecidos, también cuando atravesaban montes públicos. Y, concretamente en esta zona de la Mancha, los ganaderos de los lugares de la Orden de Santiago también disponían de derecho de pasto en todo su territorio. Esta parte del Camino de Toledo a Murcia atraviesa el territorio de la Orden de Santiago y el rebaño de ovejas era de un ganadero de Quintanar, villa perteneciente a dicha Orden. Este Cordel de los Serranos, pertenece a la Cañada Real Soriana. Cañada que tiene su origen en la provincia de Logroño y Soria, y tierras de Yanguas, termina unida a la Cañada Real Segoviana en el Real Valle de la Alcudia, en la provincia de Ciudad Real. Sigamos a grosso modo el recorrido de esta cañada. Después de dejar la provincia de Logroño, recorre la de Soria y Guadalajara para entrar en la de Madrid por el Partido de Chinchón. En tiempo de la escritura del Quijote, el río Tajo se cruzaba en barca entrando al Partido de Ocaña por el término de Santa Cruz de la Zarza, pasando por mitad del lugar. Cruza el término de Villacañas junto a la rivera del Riansares entrando en el de Quero, Alcázar de San Juan, Villafranca de los Caballeros, Herencia, Villarta de San Juan hasta llegar a Manzanares, lugar donde se le une la Cañada Real Conquense. Juntas desde allí, con el nombre de Cañada Real Soriana Oriental seguían camino al Real valle de Alcudia. Mapa del SignA con anotaciones del autor En este recorrido, a la cañada se le unen otras vías pecuarias menores, cordeles y veredas, pero ninguna con el nombre de Cordel de los Serranos. Este Cordel de los Serranos tiene su origen en la Sierra de Almenara, baja de norte a sur por el término de Villamayor de Santiago entrando en el término de Los Hinojosos donde recoge los ganados de Quintanar de la Orden y Los Hinojosos, que le llegan por la conocida Vereda de Quintanar. Continúa hacia el sur por el término de Mota del Cuervo hasta encontrase con el Camino de Toledo a Murcia con el que coincide su trazado durante un kilómetro, junto a los parajes de Quintería de Guevara y Monte Girona, donde dispone de un abrevadero a unos 75 m. del camino actual. Atraviesa el término de Pedro Muñoz y en el vértice de este con el río Záncara entra en el de Socuéllamos por un puente romano hasta encontrase, cerca de Socuéllamos, con la Cañada Real Conquense. Esta Cañada Real Conquense atraviesa Tomelloso, que fue una pequeña aldea de Socuéllamos, y Argamasilla de Alba siguiendo hacia Manzanares donde se une definitivamente con la cañada Real Soriana. Al Cordel de los Serranos le llegaban los rebaños por su derecha desde Quintanar de la Orden, el lugar del pastor Andresillo y de su cruel amo Haldudo, por la Vereda de Quintanar. Esta vereda tenía su inicio en las afueras de la Villa de Don Fadrique, pasando por medio de La Puebla de Almoradiel y Quintanar de la Orden, llegando hasta Los Hinojosos. A medio camino, entre Quintanar de la Orden y Los Hinojosos se cruzaba con el Cordel de los Serranos (39º 35′ 35″ N – 2º 54′ 16″ O). Detalle del mapa en Cañadas Reales de España con anotación del autor Hasta ahora, a Quintanar de la Orden se le ha relacionado cervantinamente por ser el lugar del ganadero Juan Haldudo y de Andresillo, su pastor; también el de Antonio de Villaseñor, uno de los personajes principales del Persiles, además donde Sansón Carrasco compró los famosos perros Barcino y Butrón para don Quijote. Pero ahora vemos que, además, hay un vínculo directo, geográfico y social, que relaciona a Quintanar con la aventura descrita por Cervantes en este paraje del Camino de Toledo a Murcia: desde Quintanar hay una vía pecuaria por el que Andresillo llevó su rebaño hasta el paraje donde su amo lo azotaba cruelmente y por el que don Quijote volvía a casa por el camino. Una excepcionalidad geográfica que solo se puede dar en este punto del camino. Sin duda alguna, Cervantes tuvo una relación directa con esta villa manchega y con sus vecinos, conoció su territorio, su paisaje y su paisanaje, y la aprovechó para dar verosimilitud a sus cuentos. Este paraje de la aventura del pastor Andresillo es creíble para sus lectores, e incluso para algunos es reconocible su imagen. El cuento narrado, con tanta trascendencia moral, posiblemente es todo o en parte ficción, pero el escenario de esta aventura es real. Coincide con el texto de encontrarse cerca de la venta, por lo que Rocinante «no había andado mucho”, solo unos tres kilómetros, «y a pocos pasos que entró por el bosque vio atada una yegua a una encina, y atado en otra a un muchacho…». Y, lo más importante es la relación directa que tiene este paraje con Quintanar, lugar desde donde Andresillo podía llegar con su rebaño y pastar alrededor del Camino de Toledo a Murcia con total derecho de paso y pasto. Las notas sobre las cañadas y el trazado de la Cañada Real Soriana están tomadas de: Cañadas Reales de España. Leonesa, Segoviana y Soriana, Ed. Sindicato Nacional de Ganadería (Madrid 1954). Luis Miguel Román Alhambra
Cervantes en Valladolid Fecha de Publicación: 24/11/2024 . EDUARDO ALONSO FRANCH, Sociedad Cervantina de Alcázar La capital vallisoletana La primera estancia de Cervantes en Valladolid se remonta a su niñez, ya que tenía poco más de tres años cuando llegó a la ciudad con su familia. Aunque es dudoso que conservara recuerdos precisos de los meses que pasó allí entre abril de 1551 y abril de 1533, Cervantes tuvo que esperar medio siglo para volver a orillas del Pisuerga. En enero de 1601, Valladolid se había convertido en sede de la Corte. Cervantes fue a establecerse con los suyos en un suburbio y alquiló un alojamiento en una casa de dos pisos recién edificada y próxima al Rastro de los Carneros. Al parecer, fue en Valladolid donde se vendieron, poco antes de la Nochebuena de 1604, los primeros ejemplares del Quijote. Al menos tres de las Novelas ejemplares sitúan parte de la acción a orillas del Pisuerga: El licenciado Vidriera, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. La humedad de Valladolid era objeto de la sátira de los poetas en un momento en que se iban agudizando las disputas entre Madrid y Valladolid. En El casamiento engañoso y El coloquio de los perros, Valladolid viene a ser su lugar inicial y conclusivo[1]. En 1601, Lerma consiguió alejar a Felipe III de la influencia de su abuela y acercarlo a sus tierras. En el verano de 1599, una pestilencia mortífera llegaba inclemente a la ciudad; de junio a septiembre las pérdidas humanas se elevan a unas 6.000 personas. Seis años más tarde, en el verano de 1605, están en la ciudad muchos grandes del reino y los literatos más celebrados de Castilla: el joven Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Lope de Vega y Miguel de Cervantes. La ciudad está abierta al mundo: acoge a los embajadores de todas las naciones importantes. En 1603 pasó por Valladolid Rubens, que retrató al duque de Lerma. Por si fuera poco, acaba de llegar al mundo el futuro Felipe IV. Desde 1601, y después de cuarenta años de ausencia, la Corte había vuelto a Valladolid. Felipe III hizo su entrada solemne en la ciudad el 9 de febrero. Había llamado mucho la atención el hecho de que el duque de Lerma quisiera levantar una gran casa en Valladolid. A partir de octubre, cada día resulta más evidente que el traslado de la Corte a Valladolid es cosa decidida, lo que constituye para muchos una catástrofe. El traslado de la Corte resultó para la ciudad del Pisuerga el principio de una bonanza extraordinaria, aunque efímera y en cierto modo engañosa. La reconstrucción posterior al incendio de 1561 había iniciado un proceso de expansión. La llegada de la Corte, tan repentina, fue un choque. El crecimiento del vecindario fue brutal. La familia de Miguel de Cervantes vino a establecerse en Valladolid en la primavera de 1604. La inminente aparición de su obra impulsó a Cervantes a salir con destino a Valladolid. La familia tuvo que conformarse con una de esas casas nuevas casi sin acabar que edificaban con pisos los promotores para aprovechar la demanda urgente de los recién llegados. Y los Cervantes se resolvieron a vivir en un barrio desagradable, de olores fuertes, plagado de depósitos de basura, el Rastro de los Carneros. Barrio de mala fama, donde vivían muchos pícaros, tahúres, rufianes y putas. Aparte de la incomodidad de muchos alojamientos, durante cinco años, Valladolid se convirtió para muchos, sobre todo para el rey, en el paraíso del ocio, del entretenimiento y de las diversiones. El centro habitual del ocio, de la recreación honesta y de la galantería más o menos atrevida fue por estos años el Prado de la Magdalena, especialmente en tiempos de calores. Quizás las epidemias graves que padeció Valladolid a finales del verano de 1605 y que se prolongaron hasta octubre sirvieron de pretexto para determinar la vuelta de la Corte a Madrid. Vinieron centenares de carros para asumir el transporte de toda la Casa Real y de la Casa del Duque. A últimos de febrero de 1606 emprendieron el viaje. La salida de la Corte marcó el comienzo de una larga decadencia para la capital del Pisuerga[2]. La breve, pero intensa, etapa de crecimiento demográfico experimentado por Valladolid entre 1601- 1606, como consecuencia del establecimiento de la Corte en la ciudad, tuvo también repercusiones en el ámbito urbano. La construcción de viviendas fue acompañada, además, por la realización de importantes obras de infraestructura urbana. El Regimiento se esforzó tanto por embellecer los lugares de recreo y esparcimiento, como el Espolón o el Prado de la Magdalena, como por mejorar el servicio de abastecimiento de agua potable, impulsando la traída de esta desde los manantiales de Argales hasta el interior de la ciudad, donde a la vez se levantaban prácticas y bellas fuentes, o el servicio de limpieza de la ciudad, etc.[3] El siglo XVII, en el ámbito europeo, es una época testigo de una depresión económica, social, política e incluso cultural. España no solo no fue ajena a esa crisis, sino que la sufrió con más intensidad que otros países. Valladolid experimentó un notable hundimiento. En el siglo XVII vallisoletano se observan dos etapas claramente diferenciadas. Una, muy breve, estrechamente vinculada a la estancia de la Corte. Valladolid se elevaba hasta alcanzar metas jamás conseguidas durante la Edad Moderna. A partir de 1697, un profundo y prolongado declive se apoderó de ella. En 1601, Felipe III y el Duque de Lerma, su valido, decidieron trasladar la Corte desde la villa de Madrid a la ciudad del Pisuerga. La medida significó para esta el inicio de una etapa de auge y esplendor. Ante todo, el establecimiento de la Corte produjo un espectacular aumento de la población. Valladolid, durante el periodo cortesano, llegó a tener entre 60.000 y 65.000 habitantes. La recesión económica lanzaba en el siglo XVII sobre la Corte riadas de personas que buscaban en ella una solución a sus problemas. Las obras literarias han reflejado la gran cantidad de pícaros y gente maleante que vino a Valladolid en seguimiento de la Corte. Durante los años que aquí residió la Corte, aumentó proporcionalmente la población no trabajadora. Por otra parte, la nobleza adquirió un gran desarrollo. El aumento de población creó agudos problemas de vivienda. Las casas escasearon y, en consecuencia, los alquileres se dispararon. Una fiebre constructora se apoderó de la ciudad. Ello dio lugar a que se produjera una ligera expansión del espacio urbano. Los poderes públicos también se preocuparon por adornarla con vistosas obras públicas y mejorar sus condiciones de salubridad. El hecho de que Valladolid se convirtiera en capital de la monarquía hispánica también repercutió en el ambiente político, cultural e incluso recreativo de la ciudad. El panorama cultural vallisoletano se renovó totalmente. Los más cualificados poetas, pintores, novelistas, etc. residieron y produjeron sus obras durante estos años en nuestra ciudad. Los festejos más espectaculares fueron los que acontecieron en la primavera de 1605. El sistema de abastecimiento de la ciudad se vio desbordado. La mortalidad alcanzó cotas muy altas. Los partidarios del regreso de la Corte a Madrid cargaban las tintas sobre la falta de salud. Durante un lustro Valladolid vivió uno de los momentos más brillantes de su historia. La Corte era la única razón del auge demográfico, del crecimiento urbano, del relanzamiento de la economía. Hacia 1607 Valladolid tendría un número de habitantes ligeramente inferior al de fines del siglo XVI. La breve estancia de la Corte y su posterior marcha influyeron desfavorablemente en el posterior desarrollo de Valladolid.[4] Valladolid albergó, durante sus años de Corte, a las figuras más destacadas del mundo intelectual y literario. El entonces joven Francisco de Quevedo y Villegas llegó a Valladolid en los primeros meses de 1601. En Valladolid inició su carrera poética. Por este tiempo se inició también en la prosa satírica de los juguetes burlescos que tanta fama habían de proporcionarle. Don Luis de Góngora llegó a Valladolid en 1603. Su entrada en la ciudad no le produjo una impresión muy grata. Entre las muchas composiciones que pueden fecharse entre 1603 y 1605, bastantes se refieren a Valladolid. Pero entre todos los escritores que se hicieron presentes en Valladolid durante la estancia de la Corte, el más relevante es Miguel de Cervantes. Entró en la ciudad por el mes de febrero de 1603 como encausado ante la justicia por impago de fondos públicos. Cervantes se aposentó con su familia en el piso principal de una de las casas nuevas que había edificado el adinerado Juan de las Navas en la margen izquierda del Esgueva. Valladolid era para Cervantes la ciudad de su infancia. A ella llegó, aproximadamente, hacía cincuenta años. Los estudiantes de Valladolid celebraban bulliciosas fiestas regocijándose con los disfraces de don Quijote y Sancho[5]. La villa de Valladolid se convirtió en el centro del poder político de Castilla en la Baja Edad Media y principios de la Época Moderna. Desde el siglo XV hasta comienzos del siglo XVII, cuando ya había recibido el título de ciudad, Valladolid fue escenario de múltiples estancias de los monarcas. Ha sido, en múltiples ocasiones, sede de la corte real[6]. Felipe III realizó una visita a Valladolid en 1600, en un momento en que se había avivado la disputa entre Valladolid y Madrid para ver quién conseguía el acercamiento definitivo de la Corte. Menéndez Pidal, Aguado y José Antonio Escudero consideran que fue el duque de Lerma, el brazo derecho del rey – que era un monarca incompetente, sin preparación intelectual e indeciso -, quien tomó la decisión de alejar al monarca de la influencia de su abuelo y para aislarse él mismo de los sectores críticos de Madrid. Este traslado fue como consecuencia de las intrigas del duque de Lerma, valido del rey. A comienzos del reinado de Felipe III, un monarca que ocupó el trono español algo más de veinte años (1598 – 1621), Valladolid tuvo ocasión de ser de nuevo capital de España, si bien durante cinco escasos años. Las dos sedes palaciegas en las que el reinado de Felipe III se centró fueron Valladolid, sede capitalina entre 1601 y 1606, y el Real Sitio de El Pardo. El traslado de la Corte de Madrid a Valladolid se realizó a principios de 1601. El 9 de febrero de 1601 el rey Felipe III hizo su entrada en la ciudad de Valladolid, a la que trasladó la Corte desde Madrid por espacio de seis años, una decisión que había tomado su valido el duque de Lerma. En Valladolid había en ese momento 15.000 viviendas y cerca de 80.000 vecinos, que aumentan lógicamente con el traslado de la Corte. La llegada repentina de tantas personas a Valladolid provocó una crisis de alojamientos y una fuerte fiebre inmobiliaria. El esfuerzo de construcción fue ingente. Y Valladolid vivió un resurgir sin igual, con una población que fue creciendo hasta alcanzar los 70.000 habitantes. Fueron cinco años mágicos y gloriosos, hasta que en 1606 la capitalidad volvía a Madrid. El anuncio de la salida a Madrid, en febrero de 1606, que tuvo lugar después del brote epidémico de 1605, produjo en Valladolid un descalabro impresionante. Para Valladolid, ser capital del reino durante cinco años fue algo importante. De hecho, la Corte ocupa toda la ciudad y sus edificios más notables. La ciudad atrae advenedizos de la política, del poder, de la guerra, de la paz, de la riqueza y de la miseria, como dirá Miguel de Cervantes[7]. El Quijote aportó numerosas notas y datos sobre las controversias literarias de su tiempo. En tres meses, el Quijote había batido récords de venta con una notable popularidad de este hidalgo manchego de ficción. Para los analfabetos, Don Quijote estaba presente en las cabalgatas, en los bailes, en las mascaradas de las fiestas del barroco. Será en Valladolid donde Quevedo y Góngora iniciaron sus diatribas literarias. El primero pudo avanzar en esta ciudad, y de manera decisiva, en la elaboración de El Buscón. Valladolid no se encontraba preparada, en sus infraestructuras, para acoger a principios del siglo XVII todo lo que movía la Corte. La casa de Cervantes en Valladolid es la mejor documentada de las que habitó el escritor a lo largo de su transitada existencia[8]. Cervantes y Valladolid En la época preindustrial, el hecho de que una población diera acogida a la Corte y actuara como cabeza del reino representaba un impulso decisivo para su desarrollo económico y su auge demográfico. Durante la Edad Media y los comienzos de la Edad Moderna, la Corte tuvo un carácter itinerante. En la primera mitad del XVI, Valladolid, junto a Toledo, se convirtió en la ciudad favorita de Carlos V y su Corte. Con la subida al trono de Felipe III y la llegada del nuevo siglo, la urbe pudo recuperar por un tiempo el esplendor y el protagonismo perdidos con la marcha de la Corte a Valladolid. La orden de trasladar la Corte a Valladolid se promulgó oficialmente el 10 de enero de 1601. La familia real entró en la ciudad del Pisuerga el día 9 de febrero. En las páginas de El licenciado Vidriera, Cervantes dejó un testimonio ecuánime de la polémica entre madrileños y vallisoletanos en su momento más álgido. La ciudad y su gobierno tuvieron que hacer frente a numerosos problemas ocasionados por la afluencia de gente, las dificultades en el abastecimiento, la falta de viviendas y su precio prohibitivo, o relacionados con la higiene, la salud y el orden público. La población de Valladolid fue en aumento, hasta alcanzar los 36.000 habitantes en 1591 y cerca de 40.000 en la última década del siglo. Tras la llegada de la Corte, en 1601, se establecieron en Valladolid los funcionarios de la administración real, la nobleza cortesana con su familia y criados, los mercaderes, servidores y artesanos que requería esta nueva clientela y, junto a ellos, una multitud de pleiteantes, solicitadores de mercedes, aspirantes a un empleo, hidalgos empobrecidos, pícaros, delincuentes, prostitutas y mendigos. Cuatro años después, su población casi se había duplicado durante el último lustro y llegaba a los 70.000 ó 75.000 habitantes como consecuencia del establecimiento de la Corte. El movimiento de la población y el auge de la demanda que el traslado de la Corte generó durante el primer lustro del siglo ocasionaron cierta carestía en determinados productos esenciales y un aumento de los precios desconocido hasta entonces[9]. Las principales plazas y vías de la ciudad estaban empedradas, lo cual contribuía a mejorar su buen aspecto e higiene. El Esgueva, antes de ser canalizado y desviado en el siglo XIX, atravesaba la ciudad de este a oeste, dividido en dos ramales que llegaban al Pisuerga, con lo que sus aguas, que entraban limpias y cristalinas por el Prado de la Magdalena, llegaban sucias y malolientes a su desembocadura, después de haber cruzado la población. En épocas de sequía, o si el agua se estancaba, el Esgueva quedaba convertido en un muladar hediondo. No es de extrañar que a algunos visitantes les sorprendiera la suciedad de Valladolid, a cuyo incremento debió contribuir el aluvión de forasteros y el repentino crecimiento que la urbe experimentó en aquellos años. Debido a la falta de salubridad y limpieza, las epidemias, especialmente la del tabardillo o tifus, hicieron su agosto en el Valladolid cortesano; además, faltaban hospitales y era difícil atender a los enfermos. A pesar de todos estos problemas y deficiencias, el Valladolid de aquella época era conocido por la espléndida belleza de algunas de sus plazas, calles y edificios. Y entre sus edificaciones figuraban unas cuantas joyas de la arquitectura gótica y renacentista. A principios del siglo XVII, Valladolid había alcanzado una dimensión notable, que hasta el siglo XX no sería superada. Por el mediodía, la ciudad llegaba hasta el extremo sur del Campo Grande; por el norte, hasta la Rondilla de Santa Teresa y puerta de Santa Clara; el Pisuerga marcaba el límite occidental, aunque había algunos conventos y construcciones al otro lado del río; mientras que el perímetro oriental quedaba delimitado por la iglesia y el Prado de la Magdalena, la puerta de la Pólvora (actual plaza de Luis Braille) y la puerta de Tudela, al final de la calle de este nombre. Entre los lugares que llamaban la atención de los visitantes de la época, hay que destacar el centro de la ciudad, y especialmente la Plaza Mayor y sus alrededores. Junto a la Plaza Mayor, también era generalmente admirada la calle de la Platería. La joya de la corona, auténtico emblema de la Corte vallisoletana, era la plaza de San Pablo o de Palacio, convertida, junto a algunas construcciones de su entorno, en centro de poder, espacio residencial y escenario de la realeza. Tras el retorno de la Corte en 1601, aquel conjunto de mansiones nobiliarias, junto con su entorno urbano, fue ampliado y mejorado, con la intención de convertirlo en un lugar adecuado para alojar a los reyes y su séquito, recibir a los visitantes extranjeros y mostrar la magnificencia de la que entonces se consideraba monarquía más poderosa del mundo. Frente a San Pablo se encontraba el edificio que fue el Palacio Real de Valladolid. El palacio, de sencillas líneas clasicistas, fue ocupado por Felipe III y su familia a finales de 1601. Los rentistas, los hidalgos, los soldados que aspiran a ennoblecerse, los letrados y los clérigos o los señores, representantes conspicuos de una sociedad inmóvil, propia del Antiguo Régimen, tienen mucha más importancia numérica en la villa del Pisuerga que los mercaderes, los cambistas o los tejedores, y además sus valores y modelos de conducta son los que dan el tono a la ciudad. Desde mediados del siglo XVI, y especialmente a partir de 1600, la antigua aristocracia consigue ensanchar su base social y el número de sus miembros, refuerza su rango económico y su influencia política, y logra recuperar aquel prestigio y poder de que gozó en la Edad Media. La alta nobleza cambia la actividad militar por la política, especialmente desde que Felipe III inicia su reinado. En este periodo, a través de la figura del valido, se completa la alineación del poder regio en favor del estamento nobiliario, y queda de manifiesto el empeño de los nobles en adueñarse de todos los resortes del poder. Los artesanos, mercaderes, tratantes y hombres de negocios abundan en la ciudad. Tanto en Valladolid como en el resto de España, y en la mayor parte de Europa, es la clase nobiliaria la que impone a la colectividad sus ideales y modelos de conducta, basados en la vida ociosa, el orgullo, la ostentación y el honor, a los que todos aspiran. Personaje representativo de aquel Valladolid cortesano es el protagonista de El casamiento engañoso, el alférez Campuzano. A las numerosas fiestas populares o litúrgicas que, de forma habitual, tenían lugar en Valladolid durante el Antiguo Régimen, vinieron a unirse muchas otras celebraciones de carácter palaciego desde el momento en que la Corte fue a instalarse en la ciudad. El año 1605 fue, probablemente, el más glorioso del reinado de Felipe III, el que proporcionó más motivos de alegría. Aunque la hacienda real no levantaba cabeza, la peste había dejado algunas zonas del reino medio diezmadas y los primeros síntomas de la decadencia eran cada día más patentes, en política exterior se habían cosechado algunos éxitos. Que el propio Cervantes era aficionado al juego, parece más que probable. Quevedo aprovechó la afición de Góngora por el juego para burlarse de él. El autor debió de componer la novela cervantina El casamiento engañoso en Valladolid hacia 1605 junto con El coloquio de los perros. En condiciones extraordinarias como las que conoció Valladolid con la llegada de la Corte, en que la población se multiplicó por dos y la ciudad hubo de dar acogida a gentes de todo tipo, parece lógico que la desenvoltura y la promiscuidad entre los sexos progresaran en la misma proporción. Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547. En el momento de tomar el camino de Valladolid, en la primavera de 1604, Cervantes tenía 56 años, una edad respetable en aquel tiempo. A mediados de 1605, Cervantes alquiló el primer piso de una de las cinco casas que por entonces construía Juan de Navas en las inmediaciones del Rastro nuevo de Valladolid, fuera del perímetro de sus antiguas murallas. En 1875, se formó la Sociedad Casa de Cervantes, con el objeto de transformar el edificio en biblioteca y museo cervantino. En 1916, el conjunto se cedió al Estado, y en sus locales se instaló una biblioteca y un primer museo cervantino, con la idea de recrear el ambiente en que vivió el escritor. En 1948, el edificio y el museo adquirieron el aspecto que presentan en la actualidad. En un espacio reducidísimo, durante casi dos años, vivieron con enormes incomodidades y apreturas Cervantes, su esposa, dos hermanas, su hija, su sobrina y una criada. La casa de Cervantes se encontraba al sur de la población, en la orilla izquierda de uno de los dos brazos en que se dividía el río Esgueva antes de verter sus aguas en el Pisuerga. Cervantes debió de componer dos de sus novelas ejemplares más conocidas, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros, durante la época que pasó en Valladolid, probablemente en la primavera de 1605, y en ellas quiso dejar un recuerdo perdurable de la ciudad y el barrio en que vivió. Al publicar el Quijote, Cervantes vivía en Valladolid. Por aquellas fechas, lo más granado del mundillo literario residía en la ciudad. La Corte fue el primer lugar en que el libro fue distribuido y en ella se acogió, leyó y juzgó con más rigor y apasionamiento. El mundo de la edición cambió totalmente al trasladarse la Corte a Valladolid. Tras fijar Felipe III su residencia en la ciudad en 1601, Valladolid acogió durante los primeros años del siglo XVII a las figuras más destacadas del mundo artístico y literario, la mayoría de ellas llegadas desde Madrid. Francisco de Quevedo se trasladó a la nueva Corte a principios de 1601, con veinte años recién cumplidos. Y en Valladolid empezó la redacción de los Sueños y el Buscón, que ya entonces se difundieron manuscritos por la Corte. Fue durante su estancia en Valladolid cuando el joven escritor se enemistó para siempre con don Luis de Góngora, al tiempo que entablaba una amistad duradera con Cervantes. Para abrirse camino en el mundo de las letras y promocionar la historia de don Quijote, era imprescindible situarse cerca de quienes ejercían el poder y estaban en condiciones de socorrerle y ampararle, y más en una ciudad como Valladolid, que se caracterizó en su época por la proliferación de escritores y por una incesante actividad literaria y en la que la competencia iba a ser muy dura. Aunque el Quijote se imprimió en Madrid a finales de 1604 y fue leído con especial atención por los escritores reunidos en la Corte vallisoletana, la idea original del libro y su primer borrador son muy anteriores. Y tanto la novela de El curioso impertinente como la historia de Dorotea y don Fernando debieron de existir como novelas cortas independientes y podían haber formado parte de las ejemplares, de no haberse publicado El ingenioso hidalgo. Cervantes debió de tener El ingenioso hidalgo terminado hacia la primavera de 1604. A comienzos del verano de 1604, Cervantes marchó a Valladolid con su familia. Valladolid fue la primera ciudad en que se distribuyeron ejemplares del Quijote y la primera en que el libro se leyó. El Quijote tuvo un éxito inmediato, lo cual debió ser motivo de satisfacción y orgullo para Cervantes. Cuando los operarios de Juan de la Cuesta empezaron a componer el Quijote, a finales de 1604, Cervantes acababa de cumplir 57 años –una edad considerable en aquel tiempo-. Son varios los pasajes del Quijote en que, recurriendo al dardo irónico y al improperio educado, se ataca a autores y libros. En el otoño de 1615, al año de haberse puesto a la venta el libro de Avellaneda, la imprenta de Juan de la Cuesta concluye la impresión de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. La obra venía a ser una síntesis de los temas y géneros de moda en el siglo XVI, que aún seguían en vigor. El Quijote de 1605 se vendió bastante bien. La aparición de la segunda parte del Quijote en 1605 supuso un relanzamiento de la primera, aunque de corta duración. El Quijote fue acogido en general como un libro cómico y paródico. En las mascaradas y festejos populares, en que hacen su aparición, el ingenioso hidalgo y su fiel acompañante desatan de inmediato la hilaridad de los espectadores. Además de los cinco años de cautiverio que sufrió en Argel, Cervantes conoció la cárcel en tres ocasiones más, la última durante su estancia en Valladolid en el verano de 1605, cuando él y su familia fueron encarcelados durante unas horas. Mientras, el Quijote empezaba a ser conocido y aplaudido en todas partes y su autor salía por primera vez de la oscuridad en que la mala suerte le tenía arrinconado, su vida y la de los suyos quedaba cubierta por la maledicencia, la sospecha y el escándalo. Los detenidos pasaron en la cárcel dos días al menos – el 30 de junio y el 1 de julio -. La mudanza de la Corte a Valladolid hubo de tener por fuerza carácter provisional. En Valladolid se acrecentaban las quejas sobre la incomodidad y pésima salud de la ciudad. La decisión de trasladar la Corte se hizo pública el 24 de enero de 1616. Los reyes salieron de Valladolid el 20 de febrero. Al año siguiente, los reyes volvieron a visitar Valladolid por unos días. Igual que otros cortesanos y gentes afincadas en la ciudad de forma provisional, la mayoría de los vecinos de las casas de Juan Navas, incluidos Cervantes y su familia, debieron de salir de Valladolid y de aquella vivienda llena de malos recuerdos, en cuanto tuvieron noticias del traslado de la Corte. Algunos incluso lo hicieron antes. La familia de Cervantes seguía en Valladolid en noviembre de 1605. Para Valladolid, el traslado de la Corte tuvo consecuencias desastrosas. Cuando en 1606 los reyes y su valido regresaron a Madrid, Valladolid no solo se vio abandonada por los cortesanos, sino también por muchos de los naturales y residentes en ella. Tal declive demográfico afectó a toda la vida de la ciudad y a algunas de sus instituciones más relevantes, como la Universidad. Por culpa de la decadencia y la escasez, crecieron las tensiones sociales. 1605 fue una fecha clave en la vida de Cervantes. Cervantes debió de componer total o parcialmente la novela de El licenciado Vidriera en Valladolid. A pesar de la popularidad creciente del Quijote en España y fuera de ella, y del éxito que inmediatamente alcanzaron las Novelas Ejemplares, a su autor se le ignora y menosprecia en los pasillos y academias. Si, a pesar de su creciente popularidad, Cervantes no pudo hacerse un hueco entre sus colegas más ilustres, tampoco parece que el éxito del Quijote y otros libros posteriores fuera un remedio contra la pobreza. Que Cervantes se entregó de lleno a la creación durante los últimos quince años de su existencia, en que compuso trabajos originales y rehízo obras antiguas que permanecían olvidadas en el fondo de un cajón, lo prueban la cantidad y el volumen de los libros que dio a la estampa desde 1605 y, sobre todo, entre 1613, fecha en que aparecen las Novelas Ejemplares, y 1617, en que imprime póstumamente el Persiles. Tres novelas de las que después formaron parte de las ejemplares, escritas probablemente en Valladolid entre 1605 y 1606, convierten a Cervantes en un auténtico pionero en el tratamiento literario del tema del desengaño. Esa ironía sutil sitúa a Cervantes en el punto de partida de la sátira moderna. Inmortalizó Cervantes a Valladolid en sus obras como recuerdo de una ciudad con la que tuvo una relación, si no muy larga, sí al menos intensa. El Quijote también tiene algo que ver con esto. Según Francisco Rico, en Valladolid recibió los últimos toques y fue revisada la Primera Parte de la novela. Y Valladolid tuvo el privilegio de ser la sede de la presentación en sociedad de la novela. El Quijote debió de leerse en Valladolid para la Nochebuena de 1604. Valladolid llegó a tener por aquellos días entre 60.000 y 75.000 habitantes. Y la actividad editora fue ciertamente brillante. Cervantes vivió dos veces en Valladolid: una siendo niño, la otra a las puertas de ser el autor conocido de la obra más universal de la literatura española. No tendría más de cinco años Miguel de Cervantes, cuando sus padres le llevaron a Valladolid y allí ocuparon una vivienda en el barrio de Sancti Spiritus. Eso sería hacia 1551. Cervantes volvió a Valladolid, siguiendo a la Corte, que se había establecido en la ciudad del Pisuerga, hacia 1603. Seguramente pasó un tiempo en otra vivienda antes de pasar a residir en la situada en el Rastro Nuevo o de los Carneros. Era Valladolid entonces lugar estratégico en las comunicaciones, con tierras fértiles, capital intermitente durante el reinado de Carlos V, reconstruida su traza moderna por Felipe II, con una Plaza Mayor sin igual en toda la Península y una calle Platería o de los orfebres símbolo de riqueza y prosperidad, con más y mejores iglesias y palacios que Madrid. Y que se convirtió también en la capital intelectual del Reino. En Valladolid pudo escribir Miguel El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. Y hay autores que aseguran que también El licenciado Vidriera y La ilustre fregona. La calle Miguel Íscar cubre lo que fue uno de los ramales de la Esgueva. La moderna urbanización ha dejado el nivel de las casas del siglo XVII por debajo del general. El pestilente brazo de la Esgueva era cauce de los residuos del sacrificio de los animales y de los desechos de la urbe, y las viviendas estaban rodeadas de escombros e inmundicias. En el jardín exterior inmediato a la fachada, además de una fuente, podemos ver la bella portada renacentista (año 1579) que formaba parte del Hospital de la Resurrección, derribado en 1890, y el busto del marqués de Vega Inclán, según traza de Mariano Benlliure. En un patio trasero se conserva asimismo un hermoso arco procedente del Monasterio de la Armedilla de Cogeces del Monte. Sabemos que Cervantes frecuentaba el mentidero del Corrillo, así como la iglesia de San Lorenzo. Cervantes se servía a menudo de la realidad como materia de inspiración para sus obras, incluido el Quijote. Cervantes había irrumpido en la ciudad del Pisuerga con la naturalidad de la lengua, rompiendo con lo existente e imponiendo el lenguaje oral en la escritura. Una calle dedicada a El licenciado Vidriera podemos verla frente a la Casa de Cervantes y en el flanco de esta ha surgido un Peaje de Dulcinea. En la torre que queda de la iglesia de San Lorenzo sendas lápidas rememoran dos fragmentos de obras cervantinas[10]. La novela de Cervantes circuló por Valladolid y por Madrid antes de que empezara a circular legalmente en 1605. El Quijote, en pliego suelto posteriormente plegado y encuadernado a la rústica, se pudo leer tanto en Madrid como en Valladolid. A nuestra ciudad debieron llegar los primeros ejemplares para que empezara a circular en la corte hacia el mes de noviembre de 1604[11]. Valladolid fue Corte entre 1601 y 1606. Comienza el siglo XVII Cervantes en Valladolid. Y lo hará con el éxito, no pensado, de la primera parte del Quijote. Y lo hará de manos de la imprenta y de un género editorial que no da prestigio en este momento, como es el de los libros de caballerías. Pero este es solo el principio, pues realmente su época de plenitud comienza en 1613 con la publicación de las Novelas ejemplares[12]. El éxito es inmediato. Ya en el mismo año de su publicación, Don Quijote aparece en fiestas y desfiles populares, como testimonian el soneto atribuido a Góngora y el texto del portugués Tomé Pinheiro da Veiga, escritos con motivo de las fiestas habidas por Valladolid para celebrar el nacimiento del futuro Felipe IV[13]. Valladolid en Cervantes En el año 1551, los ocho miembros de la familia Cervantes se trasladaron a Valladolid en busca de alguna fortuna no encontrada en Alcalá. Magdalena nacería en Valladolid. Vivieron en una casa de dos pisos, alquilada en el barrio de Sancti Spiritus, cerca de la Puerta del Carmen, en las afueras de la ciudad. Valladolid tiene casi 40.000 habitantes. El futuro autor del Quijote tenía entonces 5 años. En este ambiente transcurrió el año y medio largo que pasó Miguel de Cervantes niño en Valladolid la primera vez que vino con su familia más allegada. Cuando volvió la segunda vez, ya viejo, las cosas en la ciudad del Pisuerga no le fueron demasiado bien y también saboreó el amargor de los interrogatorios y la sombra de la cárcel. Es posible que Miguel de Cervantes aprendiera a leer y escribir en Valladolid. La segunda vez que Miguel de Cervantes se traslada a Valladolid ya es un hombre maduro de 57 años cumplidos. Para aquel tiempo, un hombre viejo. Viene por obligación a rendir cuentas de su oficio de alcabalero. La casa que habitó era nueva. En ella vivió al menos entre 1603 y 1606 (o 1608, según los más meticulosos cervantistas), conociendo en Valladolid las primeras sensaciones del éxito popular de la novela que le hizo inmortal, aunque no le hiciera rico. Cervantes tenía muchas mujeres en su casa. Miguel de Cervantes fue puesto en libertad en la cárcel de Sevilla, bajo fianza, para poder trasladarse a Valladolid y aquí rendir cuentas[14]. Alfonso XIII pagó de su propio bolsillo la compra de la casa que habitó Cervantes. En 1873, Pérez Mínguez formó la Sociedad Casa de Cervantes y decoró la casa con muebles antiguos, ediciones del Quijote y cuadros alusivos a la época cervantina. La casa pasó a cumplir la función de biblioteca popular en 1916. Es casa – museo desde 1922. El arco de la puerta del antiguo monasterio, en ruinas, de la Armedilla fue trasladado desde el pueblo de Cogeces del Monte a este espacio en 1950. En 1914, la propia casa y los jardines exteriores se convirtieron en biblioteca pública, situación que se prolongó hasta 1936. Benigno de la Vega Inclán nombró a Narciso Alonso Cortés director de la Casa de Cervantes y sucesivamente fueron ocupando este cargo Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña (durante 53 años, desde 1928 hasta 1981), Jesús Urrea Fernández y María Bolaños. Miguel de Cervantes vino a Valladolid a mediados de 1603. El regreso a Madrid de la familia Cervantes debió de producirse dos años después de ida la Corte, en 1608. Es posible que Cervantes aprovechara los primeros meses de 1605 para trasladarse a Salamanca, donde tomó referencias para su novela El licenciado Vidriera, que pudo escribir en Valladolid en el otoño. Miguel tenía entonces 57 años. La “imitación” del Quijote obligó a Miguel de Cervantes a tomar de nuevo la pluma para escribir la segunda parte de las aventuras de sus auténticos personajes, con lo que el libro engordó en las sucesivas ediciones a partir de 1615. Cervantes fue un hombre con limitaciones por las heridas de guerra recibidas. Siempre se ha dicho que, si Miguel de Cervantes fue diestro con la pluma, no debió de serlo tanto con la voz, con la palabra, porque era tartamudo. El autor del Quijote necesitaba lentes correctoras. El Quijote daba dinero y también sus obras teatrales y sus Novelas ejemplares. Cuando llegaron los Cervantes a Valladolid con la Corte, esta ciudad era la más cara del reino. La novela de don Quijote, el visionario manchego, salió a la calle en el mes de enero de 1605. Tres retratos se conocen de Cervantes. En 1890 se decidió derribar el Hospital de la Resurrección. Miguel de Cervantes lo había hecho famoso por haber situado en su interior los diálogos de los perros Cipión y Berganza. Ocupaba lo que hoy es la Casa Mantilla y parte de la manzana siguiente. Fue fundado en 1553 en el sitio donde estaba la mancebía pública. El Hospital de la Resurrección aparece no solo en El coloquio de los perros, sino también en la novela ejemplar antecedente El casamiento engañoso. Del Hospital de la Resurrección solamente se conserva, en el jardín exterior de la casa de Cervantes, el nicho de la parte alta de su fachada, en el que aparece una escultura de Jesús Resucitado al que le falta parte del brazo derecho. Además de la figura del Resucitado, se había salvado la puerta principal del famoso hospital cervantino. En la plaza de la Universidad se instaló en 1889 una estatua dedicada al autor del Quijote. La modeló el escultor Nicolás Fernández de la Oliva. Los bajorrelieves con cuatro escenas del Quijote (hoy conservados en el patio interior de la Casa de Cervantes) fueron realizados por el profesor de modelado Pablo Santos Berasategui. La estatua de Miguel de Cervantes fue la primera estatua pública de Valladolid y la segunda en España en rendir homenaje al escritor. Curiel, Medina del Campo, Alaejos, Tordesillas y Valdestillas son considerados lugares cervantinos por haber sido citados por el autor en algunas de sus obras. De la vecina localidad de Valdestillas habla Cervantes en La ilustre fregona. Cervantes tenía a Valdestillas como lugar de reconocida fama picaresca, preferentemente femenina, tal y como menciona a este pueblo en el Coloquio de los perros. Hay en Valladolid una calle dedicada a Cervantes y otras a alguna de sus obras y personajes, aunque no al Quijote. El Pasaje de Dulcinea es un pasaje modernista que une las calles del Rastro y de Miguel Íscar. En materia de enseñanza, llevan el nombre de Miguel de Cervantes una universidad privada y un grupo escolar. La primera fue creada en 2001. La Sala Cervantes se encuentra situada en la calle del Santuario, número 22. Antes cumplía todas las funciones de un teatro en el que se daba preferentemente cine. El Restaurante Cervantes está en la calle del Rastro, a muy pocos metros de la casa del escritor. Su elegante fachada está construida a base de madera y reproducciones de algunos grabados de la edición del Quijote ilustrada por Gustavo Doré. La ciudad, los pueblos, los ríos capitalinos o provinciales, el conde repoblador y algunos mesones surgen de la pluma del autor del Quijote. La ilustre fregona es una de las novelas ejemplares mejor escritas. Además de la fuente de Argales se citan otros lugares vallisoletanos: Valdestillas, la puerta del Campo y el pueblo de Mojados. El casamiento engañoso y El coloquio de los perros fueron escritas en Valladolid. La casa que acoge el museo dedicado al autor del Quijote fue adquirida en 1912 por Alfonso XIII y el marqués de Vega Inclán. Residiendo en Valladolid, ciudad a la que llegó a sus 57 años, con el deseo de tramitar el privilegio de impresión de su novela, el escritor vio publicada la primera parte de la que es considerada una de las mejores obras de la literatura universal. También en la ciudad del Pisuerga escribió algunas de sus Novelas Ejemplares: El licenciado Vidriera y El coloquio de los perros. La identificación de la vivienda se produjo en 1866, pero no fue hasta 1875 cuando el farmacéutico vallisoletano Mariano Pérez Mínguez la decoró con muebles y objetos antiguos y se abrió al público. Cada uno de los cuatro edificios que conforman el Museo Casa de Cervantes se desarrolla de manera idéntica: tres niveles y buhardilla. El conjunto se acompaña de un amplio jardín delantero y un patio trasero, que corresponde a los canales originales de estas casas[15]. La primera ocasión en que oficialmente se vinculó la figura de Miguel de Cervantes a un espacio urbano de Valladolid fue en 1854, con motivo de la rotulación como Calle de Cervantes a la hasta entonces denominada Calle de la Horca, en el antiguo barrio de San Juan, que comunica la Plaza Circular con la calle Don Sancho. Cuando el Ayuntamiento el 23 de junio de 1866 tomó el acuerdo de reconocer oficialmente la casa número 14 de la Calle del Rastro como la habitada en Valladolid por Cervantes durante su estancia en la ciudad coincidiendo con la publicación de su inmortal Quijote (1604 – 1606), ordenó sortear y colocar en su fachada una lápida recordatoria de su estancia. Los cuatro tarjetones con episodios del Quijote (la aventura de los molinos, la del león, la de los pellejos de vino y de don Quijote en casa de los Duques) los modeló el profesor local Pablo Santos de Berasategui (n. 1890). La estatua de Cervantes la modeló Nicolás Fernández de la Oliva. El monumento vallisoletano se inauguró el 29 de septiembre de 1877 y fue la primera estatua pública que tuvo Valladolid y la segunda que se dedicó a Cervantes en España. En 1889, se acordó trasladar el monumento a la Plaza de la Universidad, instalándose en el centro de los jardines próximos a la Catedral. Posteriormente, la memoria de Cervantes se ha continuado honrando con la instalación de varias lápidas en distintos pasajes de la ciudad. En el pedestal de la estatua de Cervantes se colocó una lápida alusiva a su condición de Vecino de Honor. Así figuran recuerdos evocadores de su estancia en Valladolid o de su obra, colocados en el solar que ocupó el Hospital de la Resurrección en la Acera de Recoletos, en la pared baja de la torre de la iglesia parroquial de San Lorenzo o sobre el pretil del Puente Mayor. Igualmente, la ciudad cuenta con otras calles rotuladas con los nombres del licenciado Vidriera, de la Galatea y el pasaje titulado de Dulcinea. En el 2001, una Universidad privada vallisoletana ha acogido como seña de identidad el nombre del inmortal escritor[16]. En Valladolid, a 26 días del mes de septiembre de 1604, Felipe III otorga licencia y facultad para imprimir El Ingenioso Hidalgo de la Mancha. Pero ya en 1604, antes de su impresión, era conocido por no pocos. En 1872, el Ateneo nació emparejado con Cervantes, cuya Casa sacó del olvido y aderezó como su primer domicilio. La estatua de Cervantes fue trasladada en 1889 a la plaza de Santa María, hoy de la Universidad. En la Casa de Cervantes se estableció en 1915 la mejor Biblioteca Cervantina de España[17]. [1] CANAVAGGIO, Jean: Diccionario Cervantes. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica, 2020. [2] BENNASSAR, Bartolomé: “Valladolid fue una fiesta”. La Aventura de la Historia, nº 33, julio 2001, pp. 34 – 40. [3] GUTIÉRREZ ALONSO, Adriano: Estudio sobre la decadencia de Castilla. La ciudad de Valladolid en el siglo XVII. Valladolid: Universidad, 1989. [4] GUTIÉRREZ ALONSO, Adriano. “Valladolid en el siglo XVII”. Valladolid en el siglo XVII. Historia de Valladolid, IV / Adriano Gutiérrez Alonso… [et al.] Valladolid: Ateneo, 1982. [5] RUBIO GONZÁLEZ, Lorenzo: “Ambiente literario y cultural de Valladolid durante el siglo XVII”. Ibid. [6] BELLOSO, Carlos: Prólogo. “Valladolid ciudad de reyes”. La Corte en Valladolid / Carlos Belloso Martín (ed.). Valladolid: Universidad Europea Miguel de Cervantes, 2022. [7] BELLOSO MARTÍN, Carlos: “Valladolid, corazón del Imperio y centro político”. Ibid. [8] BURRIEZA SÁNCHEZ, Javier: “La sociedad vallisoletana en el siglo XVI: cultura, fiesta, religiosidad y vida cotidiana”. Ibid. [9] SALAZAR RINCÓN, Javier: El escritor y su entorno. Cervantes y la Corte de Valladolid en 1605. S.l.: Junta de Castilla y León, 2006. [10] GUERRERO MARTÍN, José: Por los caminos del Quijote. S.l.: Junta de Castilla y León, 2004. [11] VAL, José Delfín: “El Quijote de 1604”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 52 – 54. [12] LUCÍA MEGÍAS, José Manuel: La madurez de Miguel de Cervantes. Una vida en la Corte (1580 – 1604). Madrid: Edaf, 2016. [13] 10 de junio de 1605: Don Quijote se pasea por Valladolid. Exposición Cuatrocientos años de Don Quijote por el mundo, Valladolid 2005. Textos 2). [14] VAL, José Joaquín: Cervantes en Valladolid. Valladolid en Cervantes. Urueña: Castilla Tradicional, 2016. [15] QUINTANA, Sonia: ”Donde Cervantes escribió El coloquio de los perros”. El Norte de Castilla, 28 de febrero 2023, p. 14. [16] URREA, Jesús: “Recuerdos cervantinos en Valladolid”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 6 – 9. [17] CAMPOS SETIÉN, Josemaría: “Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar y el Ateneo ‘Cervantino` de Valladolid”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 55 – 59. * * *
Desde el Corazón de la Mancha al Canal de la Mancha Fecha de Publicación: 22/11/2024 Torreón del Gran Prior, Alcázar de San Juan. Al fondo se ve la actual Capilla de Palacio, antigua ermita de San Juan Bautista, lugar donde se hizo la recluta de soldados . Autores: Juan Víctor Carboneras Coba (31 Enero Tercios) y Constantino López Sánchez-Tinajero (Sociedad Cervantina de Alcázar) . En Simancas hay datos de que en 1587 el capitán Hernando de Olmedo estuvo en Alcázar para reclutar una compañía de soldados, estos soldados de diferentes localidades y también algunos alcazareños que se alistaron, acabaron embarcados en la Gran Armada de 1588 y estuvieron presentes en la Jornada de Inglaterra En la época de Cervantes, es decir, a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, los reclutamientos o levas de soldados eran voluntarios, pero el Consejo de Guerra tenía una maquinaria bien engrasada que era capaz de reclutar una media de 40 a 50 compañías al año, llegando en épocas de necesidad a pasar de las 80 compañías levantadas como ocurrió por ejemplo en 1607. El documento dice que tanto el gobernador del Priorato como los alcaldes ordinarios y los regidores, se juntaron en la ermita de San Juan (actual Capilla de Palacio) con el capitán Olmedo y junto con el escribano local Hernando de Belmonte que fue quien tomó nota de toda la leva y evacuó el informe de los documentos a que en este artículo nos referimos. A continuación, se adjunta la transcripción de lo más importante del documento de 6 páginas: Todos los estudiosos de la historia moderna y en especial de los Tercios españoles, conocen la fortaleza de nuestros afamados Tercios, que fueron capaces de dominar con mano de hierro los campos de batalla de Europa y fueron durante más de ciento cincuenta años el ejército más temido del viejo continente. Los tercios españoles eran un ejército permanente de soldados altamente cualificados y experimentados, pero que estaba en continuo trasiego entre las altas y las bajas, lo mismo se licenciaban soldados que habían servido por muchos años, como que entraban otros nuevos, los llamados bisoños. Aunque durante el gobierno de los Habsburgo no se disponía de un ejército permanente, había una gran flexibilidad y capacidad de reacción para conseguir voluntarios. Cuando los Tercios necesitaban soldados el rey concedía un permiso firmado de propia mano llamado «conduta» a nombre de un capitán determinado y que lo facultaba, dentro de un distrito de reclutamiento para formar o levantar una compañía. El procedimiento consistía en que una vez en el lugar de recluta, el capitán desplegaba la bandera e iba alistando a los voluntarios, que solían acudir en tropel atraídos por la fama de los Tercios y porque pensaban hacer una carrera militar que los encumbrase a una buena posición social. Los voluntarios eran labriegos o campesinos, pero también acudían hidalgos arruinados o segundones de familias nobles que albergaban ambiciones de fama militar con la que dar lustre a la estirpe familiar. El veedor en una rápida revista comprobaba si el soldado estaba apto para el combate y lo admitía o excluía en ese mismo momento, quedando los aceptados alistados por tiempo indefinido. A diferencia de otros ejércitos, el soldado no estaba obligado a jurar fidelidad o lealtad al rey. Por otra parte, el Consejo de Guerra asignaba un comisario que controlaba que la recluta de varias compañías (las que tenía a su cargo) se hiciese de acuerdo con las normas, a saber, que no se reclutase a nadie menor de 20 años ni a ancianos, y que todos los soldados estuviesen en buena disposición para pelear. Estas normas a veces se saltaban cuando la necesidad apremiaba. Castilla era una de las principales regiones donde los ejércitos reclutaban a sus soldados, por eso no es de extrañar la presencia en Alcázar de capitanes con ánimos de “formar” su bandera. Este capitán junto con el alférez Sancho de Lezcano llegó a nuestra ciudad en julio de 1587 a levantar una compañía en el Priorato de San Juan. Tras reclutar a 28 soldados continuó su ruta hacia Extremadura y Portugal, para incorporarse en Lisboa al contingente que habría de embarcar en la Gran Armada al mando del duque de Medina Sidonia. El documento dice que tanto el gobernador del Priorato como los alcaldes ordinarios y los regidores, se juntaron en la ermita de San Juan (actual Capilla de Palacio) con el capitán Olmedo y junto con el escribano local Hernando de Belmonte que fue quien tomó nota de toda la leva y evacuó el informe de los documentos a que en este artículo nos referimos. A continuación, se adjunta la transcripción de lo más importante del documento de 6 páginas: «En la villa de Alcázar a 15 días del mes de julio de 1587 años. El comisario don Juan de Ábalos trabajaba para la compañía del capitán Hernando de Olmedo que justo se estaba levantando en el Priorato de San Juan. Juan de Ábalos, por orden de su majestad, va a Alcázar de San Juan donde se encuentra este capitán con su compañía. Se juntaron en la ermita de San Juan y también se unieron el gobernador del priorato, los alcaldes ordinarios, los regidores y el escribano Hernando de Belmonte (es el que escribe el documento) tomó la muestra: 1.- Al capitán Hernando de Olmedo se le pagó 2.083 maravedís 2.- El alférez Sancho de Lezcano se le pagó 900 maravedís. 3.- Abanderado Francisco Pérez 4.- Pero Sánchez atambor 60 maravedís. 5.-. Juan Hernández furriel 6.- Antonio Martín atambor 60 maravedís. 7.- Antón López barbero, hijo de Juan López, natural de Daimiel. 8.- Don Pablo de Plasencia, hijo de Agustín de Plasencia de edad de 18 años, natural de Ávila, sin barba menudo de rostro. 9.- [ahora sale un soldado que se cambió de compañía. Era de Ocaña. Está tachado] 10.- Andrés Hernán de Zorropero, hijo de Gabriel Hernández Zorropero vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años de buen cuerpo, barbirrubio, menudo, sin señal en el. Un real. 11 y 12.- [ahora vienen dos soldados tachados. Uno de un pueblo de Santander y otro de Almagro] 13.- Miguel López, hijo de Juan López de Carrizosa, vecino de esta villa de Alcázar de 25 años, con una herida en cada ceja. De buen cuerpo, barbinegro. Un real. 14.- Juan de Castro, hijo de Luis Castro, vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años con dos señales de heridas en la frente, alto de cuerpo. Un real. 15.- Benito García, hijo de Hernando Marco, vecino de la Roda, de edad de 22 años de buen cuerpo con una herida en la frente sobre la ceja derecha. Un real. 16.- Juan Martínez, hijo de Rodrigo Álvarez Godoy, vecino de Jerez de los Caballeros, de edad de 20 años, una señal en medio de la frente y otra en la nariz, junto al ojo izquierdo. Un real. 17.- Juan Díaz hijo de Francisco Díaz, vecino de Villacañas de 20 años con una señal grande atravesada en el carrillo izquierdo. Un real. 18.- Pedro Martínez, hijo de Pedro Martínez Cogedor, vecino del Toboso, de 21 años, con una señal pequeña de herida en la frente junto al cabello. Recio de cuerpo. Un real. 19.- Jerónimo Aguado Lupe, hijo de Juan de Agua de Lupe, natural de Daimiel, de edad de 25 años, encima de la ceja derecha una herida, barbirrubio. Un real. 20.- [viene un soldado tachado que era vecino de Baeza] 21.- Bartolomé de Segovia, hijo de Andrés de Segovia, vecino de Pozuelo de Aravaca de 20 años, calvo un poco en el cornero izquierdo, una herida. Es de buen cuerpo. Un real. 22.- Juan González de Lalobera, hijo de Cristóbal González de Lalobera. Vecino de Andújar de edad de 20 años, barbiponiente, de buen cuerpo, sin señal, un real. 23.- Pedro de Espinosa, hijo de Diego Hernández de Espinosa, vecino de Toledo de edad de 20 años, recio de cara y cuerpo. Una señal en el carrillo izquierdo. Mediano. Un real 24.- [Viene un soldado tachado de Villacañas] 25.- Alejo de Salazar, hijo de Baltasar Caballero, vecino de Dos Barrios de 20 años, junto al pelo en medio de la frente una señal. Mediano, recio. Un real. 26.- Juan Fernández, hijo de Gonzalo Fernández, vecino de Iniesta de edad de 22 años, 4 señales en la cabeza y un lunar junto a la barba en el lado derecho e izquierdo. Un real. 27 Esteban Hernández, hijo de Gonzalo Hernández, vecino de Iniesta de edad de 25 años, sin señal, pequeño de cuerpo. Un real. 28 Antonio de Espinosa, hijo de Diego Hernández de Espinosa de 20 años, recio de rostro sobre la ceja derecha un lunar. Un real. 29.- Miguel Sánchez del Billar, hijo de Juan Martín del Billar, vecino de la Calzada, de edad de 21 años. Una herida en la barba en el lado derecho. Un real. 30.- Diego de Orlando, hijo de Juan Martín de Orlando, de 27 años, alto, barbinegro, junto al ojo izquierdo una señal. Un real. 31.- Juan de Mincho, hijo de Gabriel de Mincho, vecino de Ocaña, de edad de 20 años, barbiponiente, rubio con una señal en la frente en el lado derecho. Un real. 32.- Miguel Hernández, hijo de Pedro Hernández, vecino del Villarejo de Fuentes de 20 años, alto sin barba en el lado derecho. En la ceja y frente dos señales. Un real. 33.- Diego Jiménez, hijo de Pedro Martínez Carrasco, de edad de 28 años, barbiespeso, rubio, alto. Un real. Es vecino de Alcázar. 34.- Martín Sánchez Zamorano, hijo de Andrés Sánchez, vecino de Noblejas de edad de 21 años, pequeño, con una señal en la frente. Un real. 35.- [viene un soldado tachado procedente de Agreda] 36.- Martín de Iniesta, hijo del mismo, vecino de Baeza, de edad de 30 años, barbitaheño, que le falta un diente de la parte de arriba. Un real. «E asi se fenesció y acabó la dicha lista y reseña e se hicieron las dichas pagas y lo firmaron de sus nombres el dicho comisario y gobernador y alcaldes e regidores e parece que son del capitán, alférez dos tambores, tres mil ciento e tres maravedíes de veintinueve soldados a real cada uno nueve cientos y ochenta y seis maravedís que todo junto monta cuatro mil e ochenta e nueve maravedís según por las dichas partidas parece y lo firmaron don Juan de Ábalos, el licenciado Alonso Hidalgo, Martín Román, Cristóbal de Cervantes, Juan Gómez Tardío, Hernando de Olmedo, fui presente Hernando de Belmonte escribano quedo otro tanto en mi poder y lo firmaron los mesmos. Don Juan de Ábalos, el licenciado Alonso Hidalgo, Cristóbal de Cervantes, Martín Román, Juan Gómez Tardío, fui presente Hernando de Belmonte escribano.» Nuestro recuento, sin contar los tachados (que son 6) serían 30, 28 soldados y 2 oficiales. De estos 28 soldados, cuatro son de Alcázar de San Juan: Andrés Hernán de Zorropero, hijo de Gabriel Hernández Zorropero vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años de buen cuerpo, barbirrubio, menudo, sin señal en él. Un real. Miguel López, hijo de Juan López de Carrizosa, vecino de esta villa de Alcázar de 25 años, con una herida en cada ceja. De buen cuerpo, barbinegro. Un real. Juan de Castro, hijo de Luis Castro, vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años con dos señales de heridas en la frente, alto de cuerpo. Un real. Diego Jiménez, hijo de Pedro Martínez Carrasco, de edad de 28 años, barbiespeso, rubio, alto. Un real. Es vecino de Alcázar. Es curioso, como a los alistados de Alcázar los anota diciendo quienes son sus padres, quizás para que resulten más conocidos por sus convecinos. Puede que fuese una forma más de atraer a los jóvenes al alistamiento, además de la posible fortuna y gloria militar que el ejército ofrecía a cuantos se enganchaban en la milicia. También la necesidad y la falta de recursos en la familia era un importante motivo para el alistamiento. Pero muy importante también es conocer con certeza documental quienes eran los regidores de entonces y entre ellos nos encontramos con Cristóbal de Cervantes (tío del Miguel de Cervantes bautizado en Alcázar de San Juan) del que este documento ofrece nuevas pistas al artículo de nuestro compañero Manuel Rubio Morano: (https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2021/01/23/blas-de-cervantes-saavedra/) en el que se decía refiriéndose a Cristóbal: «En las elecciones de 1576 salió elegido para ocupar el cargo de alcalde ordinario o de regidor por el estado de los hijosdalgo y el gobernador lo escogió para alcalde ordinario. En 1594 lo vemos incluido en el censo para la elección de alcaldes y regidores por el mismo estado, pero no tenemos constancia de que hubiese salido elegido». Pues bien, por este documento podemos confirmar que era regidor en 1587 ya que es uno de los firmantes del documento por el que se atestigua la formación de la compañía del capitán Hernando de Olmedo en Alcázar de San Juan. Con la exposición de estos datos, que hasta ahora eran desconocidos, queda ampliada la historia de Alcázar de San Juan y de algunos de sus paisanos que se convirtieron en soldados del ejército real y se encaminaron con paso firme hacia Lisboa, en la compañía del capitán Hernando de Olmedo, pasando por las villas y ciudades que encontraban al paso, acrecentando el número de reclutados, para finalmente embarcarse en la Gran Armada para tomar parte en la pretendida invasión de Inglaterra. Son por tanto unos nuevos datos que vienen a completar muestra historia local, que nos permitirán seguir investigando el destino y peripecias de estos soldados y tratar de seguirles la pista en su aventura militar. Constituyen así un nuevo hilo del que pueden tirar los investigadores con el objeto de seguir documentando y acrecentando la historia de nuestra ciudad en cuantos documentos puedan encontrarse en los archivos y que permanecen aún desconocidos para todos. * * * DOCUMENTOS CONSULTADOS: ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS. CARBONERAS, Juan Víctor. España mi natura., Vida, honor y gloria en los Tercios. Madrid, EDAF 2020. CHINCHILLA, Pedro Luis. Los prisioneros de la Armada Invencible. Madrid, Ediciones B, 2023. RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, Antonio José. Breve historia de los Tercios de Flandes. Madrid, Ediciones Nowtilus, 2015. RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, Antonio José y DÍAZ-ORDÓÑEZ, Manuel. El reclutamiento militar en España a comienzos del siglo XVII (1600-1625): problemas y soluciones. Consultado en Internet: https://journals.openedition.org/mcv/13386 RUBIO MORANO, Manuel. Blas de Cervantes Saavedra. Consultado en internet: https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2021/01/23/blas-de-cervantes-saavedra/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
«Ningún niño/a sin imaginación» Fecha de Publicación: 13/11/2024 . Pronto llegarán las fiestas navideñas y puntuales a la cita, los cervantistas alcazareños han preparado la campaña de recogida de libros infantiles y juveniles, que organizan por séptimo año consecutivo en lo que ya es una seña de identidad en sus actividades culturales Alcázar de San Juan, 13-11-2024.- Este año se alcanza la séptima campaña de recogida de libros infantiles y juveniles «Ningún niño/a sin imaginación» con el objetivo de conseguir la donación, por parte del público en general y de instituciones, del mayor número de volúmenes, de forma que ningún niño se quede sin desarrollar su imaginación por medio de la lectura en esta Navidad, por muy limitado que se encuentre su presupuesto familiar o por desfavorables que sean sus condiciones económicas. En 2024 parece que se han estabilizado los incrementos de precios en la cesta de la compra y a pesar de que algunas partes del mundo siguen en guerra, aquí en España sólo hemos sufrido inclemencias meteorológicas, aunque de muy alto impacto para los valencianos. Pero ese bienestar que disfrutamos nos tiene que hacer solidarizarnos con las personas que no están tan bien y que no tienen sus necesidades cubiertas. No podemos negar libros y materiales escolares a niños de nuestra ciudad que se están limitando a adquirir lo básico y elemental y a veces ni siquiera eso. Con la campaña “Esta Navidad ningún niño/a sin imaginación” nos movilizamos un año más para recoger el mayor número posible de libros infantiles y juveniles, que, aunque ya hayan sido leídos en algunos hogares, la donación permite que alarguen su vida útil yendo a parar a las manos de otros niños que tienen más difícil el acceso a estas lecturas. Todos debemos comprometernos en evitar que la imaginación de estos niños no se desarrolle adecuadamente por falta del sano ejercicio de la lectura. Los días 19, 22, 26 y 29 de noviembre, junto con los días 3, 5, 10 y 12 de diciembre (último día), se ha habilitado la sala 7 del Centro Cívico en la plaza de España de Alcázar de San Juan, en horario de horario de 19:00 a 20:00 horas para la recepción de libros infantiles y juveniles, usados, pero en buen estado, que sirvan para que otros niños puedan disfrutar del placer de la lectura. Como todos los años, nuestro compañero en la junta directiva Enrique Lubián, será el encargado de acoger todos los libros que podáis aportar a esta campaña, permaneciendo a vuestra disposición en el Centro Cívico en el horario anunciado. Invitamos a bibliotecas, institutos, colegios, a que colaboren con nosotros, y no dudamos que gracias a la generosidad de todos haremos una magnífica recogida. También este año colaboramos con la Asociación Cultural y Social “El Sosiego” (asociación que lleva ya varios años poniendo en práctica su campaña solidaria de recogida de juguetes), al objeto de que estos libros puedan añadirse a los lotes para entregar a las familias más necesitadas de nuestra ciudad. Recordamos los días de recogida en la Sala 7 del Centro Cívico, en horario de 19:00 a 20:00: Noviembre: martes 19, viernes 22, martes 26 y viernes 29. Diciembre: martes 5, jueves 5, martes 10 y jueves 12 (último día). Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Alcázar de San Juan vuelve a ser la capital del mundo cervantino Fecha de Publicación: 11/11/2024 . Durante los días 8 y 9 de noviembre Alcázar de San juan ha sido el centro del cervantismo mundial, donde el II Congreso Internacional ha congregado a varios de los mejores cervantistas del mundo Alcázar de San Juan, 10 de noviembre de 2024.- A lo largo de dos jornadas, los días 8 y 9 de noviembre, se ha celebrado en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) el II Congreso Internacional «Cervantes y el Quijote desde Alcázar, ficción creativa, turismo literario y ciencia», organizado por el Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra, el Excmo. Ayuntamiento de Alcázar de San Juan y la Sociedad Cervantina de Alcázar. Este ha sido un evento cultural de envergadura enmarcado en la ambiciosa programación de las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino, celebradas con motivo del bautismo de Miguel de Cervantes, hecho acaecido en Alcázar de San Juan el 9 de noviembre de 1558. El programa incluía doce ponencias y una mesa de presentación de publicaciones y proyectos cervantinos, con la participación de investigadores de países pertenecientes a varios continentes, han venido representantes de la University of Chicago y Boston University, de Estados Unidos, de la Universidade Federal de Río de Janeiro en Brasil, de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel y de la Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Oviedo, Universidad de Navarra, del Real Madrid C.F., del IES Miguel de Cervantes Saavedra y de la Sociedad Cervantina de Alcázar, en España. Ha sido un congreso de enorme calidad científica, pluridisciplinar, con aportaciones de extraordinario rigor que van desde la literatura y la filología, pasando por la ciencia, el deporte o el turismo. También desde las recepciones del Quijote en otros idiomas, la ficción muy creativa sobre la vida de Cervantes o la relación de éste con el vino y finalmente sobre el coleccionismo y apasionamiento que levanta la mejor novela del mundo… que nadie lee. La perfecta colaboración entre los organizadores, GRISO-Universidad de Navarra, junto con el Patronato de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alcázar de San Juan y la Sociedad Cervantina en fructífera colaboración y apoyados por los socios, colaboradores como el Consejo Regulador de la Denominación de Origen La Mancha que aporta recursos fundamentales para el desarrollo del Congreso, así como el soporte de empresas privadas, han facilitado los medios necesarios para que los ponentes que han viajado desde diferentes partes del mundo se encuentren en Alcázar de San Juan, como en su propia casa. Carlos Mata Induráin profesor de la Universidad de Navarra y secretario del Grupo de Investigación del Siglo de Oro (GRISO) ha sido una vez más la persona que lo imaginó y la que ha conseguido traer hasta el mismo Corazón de la Mancha ponentes de la talla de Frederick de Armas, Ruth Fine, José Manuel Lucía Megías, James Iffland, María Fernández Ferreiro, Esther Bautista Naranjo, Miguel Ángel Zamorano Heras, Aurelio Vargas Díaz-Toledo, Pablo Comino Rivas o su misma presencia en nuestra ciudad. Por su extraordinario trabajo en favor de Alcázar de San Juan a lo largo de casi seis años en los que ha colaborado intensamente con la Sociedad Cervantina de Alcázar, esta se lo ha reconocido nombrándolo Socio de Honor, nombramiento que fue aprobado por unanimidad de los socios en Asamblea General celebrada el 24 de octubre. Por lo que se refiere a los cervantistas alcazareños, y de gran interés para el vino de la Mancha, cabe destacar la ponencia de José Manuel Lucía Megías, persona muy relevante en el mundo cervantino que pronunció una interesantísima comunicación titulada “¡O hideputa, bellaco, y cómo es católico!, nuevas perspectivas sobre la relación de Cervantes con el reino de la Mancha”. En su discurso dijo que “La Mancha termina siendo por el vino un territorio esencial en la vida de Miguel de Cervantes” y también consideró que “Don Quijote de la Mancha, es de la Mancha y no de otro territorio, no de otro espacio, precisamente por el vino”. Hizo también referencia en su disertación a Luis Miguel Román, Alonso M. Cobo y Constantino López, miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar, de los cuáles dijo que han hecho y están haciendo un gran trabajo de comprensión del vino en el Quijote y que en sus investigaciones seguía la senda que ellos han abierto en diferentes trabajos sobre este aspecto. Del fabuloso nivel de los ponentes que vinieron de países extranjeros y los provenientes de las Universidades españolas (cuyo nivel de calidad será difícil superar), no han desmerecido los trabajos expuestos por los tres ponentes alcazareños: Pablo Comino Rivas (Jefe de Gestión de Viajes del Real Madrid, C. F.) cuya interesantísima ponencia titulada «Desde don Quijote como dinamizador del turismo hasta el turismo vinculado al deporte, pasando por Alcázar de San Juan» mostró a los presentes que el “don Quijote” está lleno de virtudes que afortunadamente también se pueden encontrar en el deporte y para aproximar a los jóvenes a la lectura de la obra de Cervantes, debemos utilizar estrategias y mecanismos distintos y adaptados a los tiempos actuales y saber movernos en sus entornos de comunicación y redes sociales. Igualmente, respecto del turismo, dijo que la propuesta de la Sociedad Cervantina del concepto “Comarca Quijote” la veía muy acertada y de forma holística (es decir en un todo integrado), de manera que los diferentes pueblos del entorno trabajen en una misma dirección para conseguir el objetivo común, ya que juntos se llega más lejos. Igualmente, y para promocionar la Comarca Quijote valoró muy positivamente el eslogan “¡Ven y Mánchate!”. María José García Lorente profesora del IES Miguel de cervantes, presentó una conferencia muy completa sobre la presencia de la Ciencia en la gran novela de Cervantes y trazó un recorrido sobre los ingenios tecnológicos conocidos en la época del Quijote y sobre las teorías cosmológicas de ese tiempo y cómo Miguel de Cervantes las conocía todas y se refiere a ellas incluyéndolas en medio de las aventuras de los personajes principales. Finalmente Miguel Ángel Martínez Martínez, de la Sociedad cervantina de Alcázar,contó a los asistentes su pasión por el coleccionismo de Quijotes, para adultos y en ediciones para niños, de los que posee una extraordinaria colección realizada a lo largo de su vida, pero lo que realmente impresionó a los presentes fue la auténtica devoción por la lectura del Quijote y el aprecio por la obra de Cervantes que heredó de su padre y contó cómo le había impresionado el hecho de encontrar ediciones del Quijote en los más de ciento cincuenta países que ha visitado, lo que no ha visto con ninguna otra obra literaria. Por lo que respecta a los moderadores de las sesiones: Juan Bautista Mata Peñuela, Luis Miguel Román Alhambra, Manuel Rubio Morano, Estrella Blanco Escalera, Jesús Sánchez Sánchez y Enrique Lubián Pozo, todos ellos miembros de la Sociedad Cervantina, condujeron las sesiones de forma ejemplar, presentando a los ponentes de mamera admirable. En esta segunda edición del Congreso, se planificaron una serie de actividades encaminadas a hacer más atractiva la estancia de los ponentes, como la visita al Museo del Hidalgo tras la sesión del viernes por la tarde, y tras ella para rematar la primera jornada tuvo lugar una cata de vino ofrecida y explicada por la D.O. La Mancha (a cargo de Juanjo Jiménez) en la propia bodega del Museo, que dejó unas magníficas sensaciones en los ponentes al ser organizada especialmente para ellos. También se realizó la visita al Museo de Miguel Ángel Martínez Martínez, tras la sesión de ponencias de la mañana del sábado. Singular y bonita por la hora, ya al atardecer, fue la visita al cerro de San Antón para presenciar los molinos de viento Rocinante (centro de interpretación del molino manchego), Fierabrás (que conserva íntegra su maquinaria y está en funcionamiento para hacer moliendas), Barcelona y Dulcinea, donde se pudo ver de cerca la maquinaria de estos ingenios mecánicos que ya eran conocidos en el reino de Castilla en la época de Cervantes. Para esta edición del Congreso se ha contado con una excepcional muestra de bacías (50 piezas de diferentes materiales y tamaños) cedidas por el coleccionista privado de Alicante, Luis Soria Galera que posee la colección más importante del mundo y que puede alcanzar el número aproximado del millar de piezas. Ha cedido también una extensa colección de carteles cinematográficos relativos al Quijote y veinte paneles que, con grandes dibujos y texto, hacen un recorrido expositivo a lo largo de la vida de Miguel de Cervantes. Esta exposición ha recibido un elevado número de visitas tanto por los participantes en el Encuentro de Hermandades y Cofradías Trinitarias como por los asistentes a las sesiones del Congreso celebradas en la sede del Consejo Regulador D.O. La Mancha. El Congreso ha resultado un rotundo éxito de organización y asistencia por lo que cabe felicitar a los organizadores y colaboradores por haber conseguido aunar la erudición cervantina con una estancia amena y enriquecedora de los ponentes en Alcázar de San Juan, habiendo satisfecho sobradamente las expectativas generadas por la presencia de importantes cervantistas de talla mundial. Apenas se apagan los ecos de la actual edición cuando ya la Sociedad Cervantina piensa en la próxima edición (será la tercera), que se celebrará si nada ocurre en contrario, en el año 2026. Sociedad Cervantina de Alcázar Vídeos de las sesiones de ponencias del II Congreso Internacional “Cervantes y le Quijote desde Alcázar” 1.- https://youtube.com/live/vSX6zz38mHQ 2.- https://youtube.com/live/wMajCZGmAz8 3.- https://youtube.com/live/VHmO_69htb4 4.- https://youtu.be/DGm5iOPKR0o 5.- https://youtu.be/NUOW53nk8ac 6.- https://youtu.be/428iBCl-BBw
Adquiera ahora "Usos y abusos: ensayos sobre el destino social del Quijote" de James Iffland Fecha de Publicación: 10/11/2024 . Con ocasión de la visita de James Iffland (Boston University, EEUU) a Alcázar de San Juan, para participar como ponente en el II Congreso Internacional “Cervantes y el Quijote desde Alcázar”, la Editorial Universidad de Alcalá que publicó su último libro: Usos y abusos: ensayos sobre el destino social del Quijote, ofrece a todos los asistentes al evento (bien sea de forma presencial, bien de forma telemática), la posibilidad de adquirirlo con un descuento especial por el Congreso, para lo que deben utilizar el código promocional CQAC10 que se indica en el tarjetón, al formalizar el pedido. Sociedad Cervantina de Alcázar
Ponencias de Luis Miguel Román y Constantino López en el Aula de Historia Local Fecha de Publicación: 05/11/2024 En la semana Cervantina por excelencia de Alcázar de San Juan, dentro de la programación del Aula de Historia Local y enmarcadas en las XI Jornadas vino y Bautismo Qervantino Alcázar de San Juan, 5 de noviembre de 2024.- En la programación de eventos incluidos dentro del Aula Local de Historia, se proyectó para este lunes 4 de noviembre, día con el que arranca la semana en que en Alcázar conmemoramos la fecha de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra (9 de noviembre de 1558) y para cuya efeméride el Ayuntamiento organiza las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino, una serie de dos ponencias a cargo de Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la Sociedad Cervantina y de Constantino López Sánchez-Tinajero, secretario de la misma. La primera ponencia de Luis Miguel Román ha llevado por título “AGS_EST_LEG_1138, 77 y 78”, que no es ni más ni menos que la signatura con la que se localiza un documento muy interesante conservado en el Archivo General de Simancas, el que por cierto, no traten de encontrar en el portal PARES porque solo les arrojará el mensaje “No se han encontrado datos”. Este documento nunca se había mostrado en público, fue la estrella en la exposición realizada en el Archivo General de Simancas, entre el 11 de octubre de 2016 y el 1 de marzo de 2017, con el título Cervantes en Simancas y en los Archivos Estatales. Contiene una carta de don Juan de Austria a su hermanastro el rey Felipe II (AGS_EST_LEG_1138, 37), firmada en Palermo el 19 de marzo de 1572, y una relación de personas a las que se les había recompensado principalmente por las heridas recibidas en la batalla de Lepanto (AGS_EST_LEG_1138, 38), compuesta el día 15 del mismo mes: Con esta va la relación de las personas a quien se an repartido ayudas de costa a la mayor parte para se curar de las heridas que tuvieron en la batalla, y a otras para ayudarlas a la extrema necessidad en que estaban. No quiero disculparme de que la suma que se a dado aya sido mucha porque pienso haber servido a V. M. muy particularmente en ir ayudando a hombres tan necessitados y que también pelearon en ocassión tan onrada. Al Veedor general y contador e ordenado que saquen una relación de los soldados que an quedado mancos y maltratados de la batalla para enviarla a V. M. aunque a estas oras la mayor parte dellos se an ido a Nápoles y a essos reinos con cartas mías, que es lo que a mí me a tocado y con lo que les e podido ayudar. La particularidad de este documento por el que Juan de Austria justifica el dinero gastado a su hermano el Rey Felipe II, para socorrer a los heridos (la mayoría de ellos mancos) de la batalla de Lepanto acontecida el 7 de octubre de 1571, que ha estado oculto 167 años, es la de que contiene relacionadas a dos personas llamadas igual, una Miguel de Cervantes que recibe 20 ducados y otra llamada Miguel Cervantes que recibe 22 escudos. La ponencia de Luis Miguel se ha desarrollado sobre esta evidencia y sobre las infinitas preguntas que se formula ante ella y que ha trasladado a los asistentes. Por su parte Constantino López, ha expuesto el proyecto “La ciudad que habla” por el que el Ayuntamiento llevó a cabo entre los años 2001 a 2010 la instalación de unas placas de cerámica en las calles más céntricas y significativas de la ciudad, para dinamizar el turismo y para dotar a Alcázar de San Juan de un nuevo recurso patrimonial y cultural que nuestros visitantes alaban y consideran de importancia capital. En la actualidad hay instaladas ciento tres placas que cuentan la historia, curiosidades y vecinos más importantes que vivieron en esas calles. Desde un principio el proyecto tuvo como objetivo, servir de referencia y visita para niños de colegios y su aprovechamiento en forma de rutas temáticas para profundizar en el conocimiento de la historia de nuestras calles. Nada de ello se hizo desde su finalización y lo que Constantino López ha mostrado a los asistentes es el trabajo que hizo de recopilación de todos los datos del proyecto, de cómo se puso en marcha y del tiempo que ha llevado su finalización, así como un inventario (en forma de cuaderno/libro) de todas las placas existentes con la fotografía de ellas y el texto que incluyen en su interior. También propone una serie de rutas a llevar a cabo, agrupando los recorridos por temas concretos como por ejemplo Ruta de los pintores, Ruta de maestros y médicos, Ruta de escritores y obras, Ruta de políticos gobernantes y acontecimientos, Ruta de iglesias, religiosos y Santos, Ruta de las curiosidades de Alcázar, Ruta de Cervantes y el Quijote y Ruta de mujeres importantes. Ambas ponencias despertaron gran interés y las dos horas de duración les han pasado volando a los asistentes. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Pistoletazo de salida a las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino Fecha de Publicación: 03/11/2024 Con la Ruta Cervantina, coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar, daban inicio las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino que se prolongarán hasta el 13 de noviembre y que tendrán su culminación en el II Congreso Internacional “Cervantes y el Quijote desde Alcázar” los días 8 y 9 de este mes Alcázar de San Juan, 3 de noviembre de 2024.- Para conmemorar la fecha de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra, 9 de noviembre de 1558 (y para celebrar el día Mundial del Enoturismo) el Ayuntamiento organiza las XI Jornadas Vino y Bautismo Qervantino que incluyen diferentes y variadas actividades: danza, teatro, exposiciones, música, catas y rutas guiadas. En la mañana de este sábado, el grupo de personas que ha realizado la ruta, permanecían totalmente atentas a las explicaciones de los miembros de la Sociedad Cervantina, y muy participativas en los comentarios. Todos comenzaban su andadura a las 10 de la mañana para conocer los lugares que vinculan a nuestra ciudad con Miguel de Cervantes y el Quijote. El inicio de la ruta ha sido -como viene siendo habitual- en la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, desde donde comenzaron a conocer la importancia del Quijote, el ambiente social de la época en la que se escribió y lo que supuso para las letras españolas. También conocieron la tradición cervantina alcazareña, ciudad que cambió su nombre oficial por el de “Alcázar de Cervantes” durante algunos años de la Segunda República Española en el siglo XX, siendo identificada así en toda documentación oficial correspondiente a este periodo. Seguidamente, los participantes en la ruta se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde tuvieron ocasión de conocer -a través de las explicaciones de Luis Miguel Román-, la historia que encierra el Quijote Cósmico, busto que Eulalio Ferrer, santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México, encargó al escultor Santiago de Santiago y posteriormente regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat: «Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad». En este lugar, Luis Miguel Román contó a los presentes que la gran afición al Quijote y al coleccionismo de todo tipo de iconografía cervantina y quijotesca le vino a Eulalio Ferrer por la adquisición de una edición barata del Quijote (mediante su intercambio por tabaco) el 7 de febrero de 1939 en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer y que le marcaría para toda la vida: «Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajoso para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote». (pág. 60, “Entre alambradas”. Eulalio Ferrer). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558, partida de la que pudieron ver una copia sobre un atril en la propia iglesia tras las rejas bajo el coro y que los participantes en la ruta sugirieron se coloque más cerca de las rejas, a fin de que cuando esté cerrado este espacio, pueda contemplarse mejor. Después, se encaminaron por la calle San Antonio, pasando frente al Callejón del Toro, e hicieron una breve parada en la esquina con la calle San Juan, justo en el lugar en el que Manuel Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba. Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutierre Quijada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes y refiriéndose a Gutiérrez Quijada, dice don Quijote: «de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón». También explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes» tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano. Son unas coincidencias tan notables con lo escrito por Cervantes en el Quijote, que merecen ser resaltadas. En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales), persona que fue la que puso al corriente a Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. La ruta finalizó en esta misma plaza dando un repaso al resto de los lugares del recorrido, como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando a conocer a los presentes los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que son un patrimonio único en España, en los que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico. Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradecieron al público, especialmente a los asistentes provenientes de Campo de Criptana y de Argamasilla de Alba, el gran interés demostrado en todo el recorrido y la alta participación en las explicaciones facilitadas en la ruta, asimismo expresaron su sintonía en la idea de que todos los pueblos de la zona trabajen juntos, en lo que los cervantistas alcazareños denominan “Comarca Quijote”, en pos de alcanzar objetivos comunes respecto del turismo que nos visita, atraído fundamentalmente por Cervantes y el Quijote. De igual manera, animaron a los asistentes (y a todos cuantos esto vean) a leer y releer esta gran obra de humanidades que es el Quijote, especialmente la versión muy accesible y gratuita descargable de su web: Haz clic para acceder a QUIJOTE_SC_Alcazar.pdf Invitaron a los presentes a asistir al II Congreso Internacional “Cervantes y el Quijote desde Alcázar” que tendrá lugar los próximos días 8 y 9 de noviembre y donde podremos disfrutar de ponentes del primerísimo nivel del mundo cervantino. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El Pozo de las Aguas en Las Perdigueras y la tradición cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 29/10/2024 En el prólogo del ejemplar nº 4 de la revista NORIA, diciembre de 1966, que editaba el Centro de Estudios Alcazareños, leemos lo siguiente: Desde hace trescientos sesenta años los alcazareños vienen defendiendo con firmeza, como uno de sus mejores timbres de gloria, la tradición que hace de Alcázar de San Juan el lugar donde nació el Príncipe de los Ingenios españoles, Miguel de Cervantes Saavedra. Esto les ha acarreado muchas burlas e improperios; pero los alcazareños siguen firmes en sus creencias, no por mera cazurrería propia de pardillos de pueblo, como les han llegado a decir, sino por convicción primeramente y después por las formas poco correctas con que se ha pretendido probar que tal vez pudieran estar equivocados. Y no solo se ha usado de la incorrección contra las creencias alcazareñas, sino también contra todos aquellos que de algún modo las han apoyado. Los alcazareños siempre han tenido en sus genes la certeza de que su ciudad es la verdadera cuna de Cervantes. Cuando se ignoraba todo sobre el lugar de su nacimiento, hasta el extremo de que, en su primera biografía, encargada por la Real Academia de la Historia en 1737 a Don Gregorio Mayans y Siscar, se afirmaba que había nacido en Madrid, en Alcázar ya circulaba, desde hacía más de cien años, una tradición oral, transmitida de generación en generación, que ubicaba en ella su natalicio. Tradición que cobró renovada fuerza cuando, en 1748, llega a Alcázar D. Blas Antonio Nasarre y Ferriz, bibliotecario mayor del rey y miembro de la Real Academia Española, y descubre en los archivos parroquiales de Santa María la Mayor la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra, anotando en un margen de la misma: Este fue el autor de la Historia de Don Quixote. Es cierto, como se dice en NORIA, que la defensa de esta tradición les ha acarreado en el tiempo no pocos reproches, cuando no algunas burlas y disgustos, pero los alcazareños, siglo tras siglo, siguen estando seguros de sus creencias, no por la simple razón de sostenerlas y no enmendarlas, sino fortalecidos y guiados por sus firmes convicciones, hasta el punto de que hoy la ciudad luce con orgullo en las entradas a la población el apelativo de Cuna de Cervantes. Cartel de bienvenida Cartel de despedida Convicciones que siempre han querido, y sabido, manifestar mediante las más variadas expresiones. Alcázar es una ciudad que rebosa referencias cervantinas: apellidos, nombres de calles, plazas, parques o parajes, asociaciones, publicaciones, eventos, monumentos, molinos, motivos en las fachadas de sus casas…, todo recuerda a Cervantes y a los personajes de su obra. Una de sus más bellas tradiciones ha sido la de plasmar en azulejos cerámicos diferentes escenas cervantinas y quijotescas y adornar con ellos dependencias y espacios, tanto públicos como privados. Los más conocidos son los de la sala de espera de la estación del ferrocarril, los del Centro de Visitantes, ubicado en la antigua fonda de esta misma estación, y los de la biblioteca al aire libre del parque Cervantes. Pero también hay otro espacio, poco conocido por el público, que atesora otra magnífica muestra de esta tradición: la primitiva sala de máquinas del Pozo de las Aguas en Las Perdigueras. Este pozo, propiedad de la Empresa Municipal Aguas de Alcázar, está ubicado en la zona central del Acuífero 23, a veintidós kilómetros al sur de la ciudad, en lo que fue el inmenso monte del Concejo, y desde el que se surte a la ciudad del preciado líquido. Su sala de máquinas, en donde estaban instaladas las bombas para la extracción del agua, está a veinte metros de profundidad y tiene sus paredes alicatadas con bellos azulejos con escenas alusivas al Quijote. Pero antes de hablar de estos azulejos conviene hacer un poco de historia y recordar la compleja, y a veces tormentosa, relación que siempre ha mantenido Alcázar con el agua. Hasta comienzos del siglo XVII los alcazareños se abastecían, con cierta normalidad, de los pozos artesanos, privados o propiedad del Concejo, repartidos por toda la villa y sus alrededores. Es posible que, en la plaza Vieja, hoy plaza de España, existiera a finales del siglo XVI una primitiva fuente pública, a la que llegaba el agua a través de una canalización procedente de pozos situados en la zona de los cerros del Tinte, al noreste de la población. Referencias de esta fuente datan de 1592; de ella también se habla en 1599, cuando el Concejo acuerda comprar en Madridejos unos tubos de barro cocido para reparar la maltrecha tubería que la alimentaba. Debido a la gran sequía que hubo a comienzos del siglo XVII, el nivel de los pozos de abastecimiento descendió considerablemente, por lo que el Concejo decide buscar otras alternativas para el suministro de agua potable a la población. Así, el 21 de julio de 1602, acuerda… que atento a la gran necesidad que en esta villa hay de agua dulce, y que se acaba cada día la que hay en el pozo Valcargao, que se envíe por un fontanero y zahorí, que vea el pozo del Vallejo, a donde parece que hay cantidad de agua… Al estar desaparecido el segundo libro de Acuerdos del Concejo, que recoge las actas municipales de los años 1610 al 1615, no se sabe con exactitud cuando el Concejo acuerda realizar una acometida de agua a la población desde un pozo de galería situado en la huerta de Montoya, hoy conocida como huerta de Albiñana, en el paraje de las Fontanillas, a un kilómetro de la población, en la margen derecha de la actual carretera de Alcázar a Miguel Esteban. Pero sí encontramos, en el folio veinte del tercer libro de Acuerdos del Concejo, 1616 a 1623, un acta, de octubre de 1616, referente a la fuente de la plaza en la que se lee… A de acabarse dentro de dos años, corren desde primeros de enero de 1617… A de tener el licenciado Juan Ruiz el aprovechamiento del agua catorce años. Corren desde el dicho día primero de enero de 1617. Esta traída de agua, que bien pudo estar reforzada con el caudal que se extraía de los pozos situados en los cercanos cerros del Tinte, discurría por las calles de las Huertas y San Andrés, hoy Álvarez Guerra y Emilio Castelar, hasta llegar a una fuente pública de nueva construcción situada en la llamada plaza Nueva, desde entonces conocida como plaza de la Fuente. La fuente, situada frente a la torre del antiguo Ayuntamiento, curiosamente en el espacio que hoy ocupa la fuente decorativa situada delante del monumento a Don Quijote y Sancho, tenía cuatro caños dorados en línea que durante los siglos XVII, XVIII y primera mitad del XIX, abastecieron holgadamente a la población y a un abrevadero para los animales ubicado junto a ella. Esta misma tubería, en su recorrido por las calles de las Huertas y San Andrés hasta la plaza Nueva, también surtía a otra fuente situada en la parte alta de la villa, en el conocido antiguamente como rincón de la fuente; es la plazuela que hay frente al Casino de Alcázar. Dibujo de Doña Elvira Samper que aparece en la portada del fascículo XXI de Hombres, lugares y cosas de La Mancha, del Dr. Rafael Mazuecos. El dibujo recrea la ubicación de la fuente pública situada en el centro de la plaza Nueva, frente a la torre del antiguo Ayuntamiento. Con el agua que proporcionaban los pozos del Concejo: Vallejo, Tello, Pindongo, Valcargao, Ambrosio, Navarro, Coronado, de las Vacas, Franco…, y el caudal aportado por la fuente pública, la situación se mantuvo, más o menos estable, hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando, con el inicio de las obras del ferrocarril, en abril de 1852, comenzaron a surgir nuevas necesidades de abastecimiento hídrico. Lo cierto es que, por distintas razones, entre otras por sufrir episodios de extrema sequía, el caudal que llegaba a la fuente pública acabó siendo insuficiente para abastecer con normalidad a los habitantes de la villa. El 5 de julio de ese mismo año, D. Ezequiel Racionero, regidor del Ayuntamiento, expone en la sesión de la corporación celebrada en ese día: que es frecuente encontrar a muchos vecinos que carecen del agua precisa para su consumo… conviniendo en que es indispensable los demás pozos del común de agua dulce que han estado corrientes en épocas anteriores. La situación siguió agravándose con el transcurrir del verano y así, el 16 de julio, en una nueva sesión municipal, el Concejo dispone, respecto a la toma de agua de la fuente pública: que ningún vecino pueda tomar juntos más de dos cántaros de agua de la expresada fuente, entrando por turno riguroso para ganar vez, sin preferencias ni consideraciones algunas. Debido al necesario desvío de agua para cubrir las necesidades de las nuevas infraestructuras ferroviarias y a la mayor demanda experimentada por parte de una población en crecimiento, el problema no dejó de aumentar, resurgiendo unos años más tarde con más fuerza; entre otras causas, por las cada vez mayores necesidades hídricas del ferrocarril, que demandaba ingentes cantidades de agua para sus instalaciones y para el funcionamiento de sus locomotoras de vapor. En 1859 hubo un fuerte enfrentamiento entre el Ayuntamiento y los ingenieros de la compañía ferroviaria, porque éstos abrieron por su cuenta una serie de pozos que comprometieron el caudal y el nivel freático de los pozos del Concejo, especialmente el de Vallejo, hasta el extremo de que el 21 de febrero de 1859 el Ayuntamiento deniega al ferrocarril la solicitud de apertura de nuevos pozos, ordena la paralización de las obras de los que se estaban construyendo e incluso llega a prohibir que se extraiga agua de los ya excavados. Tras la intervención del ministerio de la Gobernación la situación se recompuso a favor del ferrocarril, pero no mejoró para los habitantes de Alcázar, ya que durante los años siguientes su abastecimiento hídrico, ya inutilizada la tubería que desde la huerta de Montoya traía el agua a la fuente pública, pasó a depender exclusivamente de los pozos del Concejo diseminados por el casco urbano y sus alrededores, algunos de ellos con importantes problemas de caudal y calidad del agua, lo que comprometió seriamente el desarrollo de la ciudad. Es de señalar que la compañía ferroviaria, una vez reconocidos sus derechos sobre la extracción de agua, colaboró con el Ayuntamiento para abastecer a la población desde sus pozos, especialmente en los periodos de extrema sequía. Un momento de máxima tensión se vivió el 17 de mayo de 1906 con la llegada a la ciudad de los cadetes de la Academia de Infantería de Toledo y las quejas que expresaron a cerca de la falta de agua potable, lo que hizo que se tomara plena conciencia de la gravedad del problema y se acelerara la búsqueda una pronta solución. El 2 de diciembre de ese mismo año, el ingeniero D. Enrique Alcaraz presentó un proyecto para derivar agua desde el azud del Atajadero, en las lagunas de Ruidera, y abastecer con ella a los municipios de Tomelloso, Criptana y Alcázar; para ello se constituyó la Sociedad Anónima Aguas Potables de Alcázar de San Juan, Tomelloso y Criptana. El proyecto no tardó en desecharse por el elevado coste de las obras. La situación se corrigió definitivamente cuando un grupo de doce entusiastas alcazareños, presididos por D. Miguel Henríquez de Luna, fundó una sociedad mercantil con la finalidad de solucionar el problema del abastecimiento de agua mediante la excavación de un pozo en el paraje denominado las Perdigueras, a veintidós kilómetros al sur de Alcázar, en el corazón del acuífero 23, y el tendido de una tubería de hormigón que transportaría el preciado líquido desde una torre de carga, situada junto al nuevo pozo, hasta un depósito regulador a construir en el cerro de la Horca, actual cerro de San Isidro, y desde allí, por gravedad, se distribuiría a toda la población. La Sociedad Aguas Potables de Alcázar se escrituró el 7 de julio de 1908 y el pozo, que tenía una profundidad inicial de veintiocho metros, se excavó en ese mismo año. En su sala de máquinas, a veinte metros de profundidad, se instalaron los dos grupos moto-bomba que extraían el agua y la enviaban a la torre de carga situada en sus proximidades. El agua brotó el 14 de diciembre y llegó a Alcázar en mayo de 1910. Fecha de constitución que se encuentra en la sala de máquinas del primitivo pozo de las Perdigueras Galería de acceso a la sala de máquinas del primitivo pozo de las Perdigueras Imagen del pozo primitivo, su profundidad era de 28 metros y la lámina de agua se mantenía estable en torno a los 23 metros El 27 de febrero de 1954 el alcalde, D. Tomás Quintanilla, es invitado a una reunión de la Junta General de la Sociedad Aguas Potables de Alcázar en la que se acordó, por unanimidad, vender al Excmo. Ayuntamiento, para su municipalización, el manantial e instalaciones para el abastecimiento de aguas. El 6 de marzo se procedió, por ambas partes, a revisar y valorar los activos para la firma del acuerdo alcanzado. En abril el Pleno del Ayuntamiento aprobó una partida presupuestaria de cuatro millones de pesetas destinada a la adquisición. La operación se cerró definitivamente en 1955, tras la concesión por el Banco de Crédito Local de España de un préstamo de ocho millones de pesetas, que también sirvió para modernizar las instalaciones y mejorar la red de distribución a la población. Hasta el año 1970 el nivel de agua en el pozo se mantuvo estable, pero a partir de ese año, en plena vorágine de puesta en marcha de nuevos regadíos en la zona, su nivel freático descendió rápidamente, lo que obligó a perforar otros dos pozos nuevos en el entorno del anterior. El primero de los nuevos pozos, conocido como sondeo A, tiene una profundidad de noventa y seis metros y medio y se perforó entre agosto y septiembre de 1973. El 26 de septiembre se hicieron las pertinentes pruebas de rendimiento y al día siguiente comenzó a bombear agua de forma ininterrumpida. Cuando en la primavera de 1975 se agotó definitivamente el pozo primitivo, se inició la perforación de un segundo pozo, sondeo B, que alcanzó una profundidad de cien metros, con lo que ya se garantizaba de forma permanente el suministro de agua a Alcázar de San Juan. Actualmente también se extrae agua de un tercer sondeo que llega a los ciento veinte metros. Hay que precisar que con el agua que se extraía del Acuífero 23 se regaban 20.000 hectáreas de terreno en el año 1970, que pasaron a ser 186.600 en 1987, cuando se le declaró oficialmente sobreexplotado en abril de ese mismo año. Esa cantidad de hectáreas en regadío suponía una superficie a todas luces superior a la capacidad de recuperación hídrica del acuífero y por consiguiente a su inevitable agotamiento. En 1928 la sala de máquinas del Pozo de las Perdigueras se remodeló y sus paredes se embellecieron alicatándolas con valiosos azulejos con el escudo de Alcázar, el nombre de las personas que componían el Consejo de Administración, fechas alusivas y preciosos motivos inspirados en El Quijote. La cerámica, en azul y amarillo, es de Talavera y está firmada por J. Ruiz de Luna. Fecha de remodelación de la sala de máquinas del primitivo pozo de las Perdigueras. Fecha de remodelación de la sala de máquinas del primitivo pozo de las Perdigueras Consejo de administración de la Sociedad Aguas Potables de Alcázar en 1928 Escudo de Alcázar de San Juan Motivo cervantino Motivo cervantino Motivo cervantino Motivo cervantino Autor Entendemos que todo el conjunto: la finca, la casa, construida en 1909, el pozo, y especialmente la sala de máquinas y sus azulejos, constituye un recurso turístico de primer orden, sin olvidar que debe ser considerado como parte importante del patrimonio material de la ciudad. Los azulejos, que en breve van a cumplir un siglo, deben restaurarse antes de que su deterioro sea irreversible y todo el complejo ha de adecuarse para establecer con regularidad un plan de visitas programadas que permitan a los alcazareños y visitantes admirar este extraordinario patrimonio. Otra importante colección de azulejos con motivos cervantinos se encontraba recubriendo las paredes del pozo de la Aguada de Marañón, a escasos kilómetros del anterior, que la compañía MZA abrió en 1870 y desde el que abastecía de agua a sus locomotoras de vapor en su camino hacia Andalucía. Pero como en tantas otras ocasiones ha sucedido, el abandono de las dependencias de la Aguada, a causa de la electrificación de las líneas ferroviarias, llevó de inmediato a su saqueo y destrucción. La que fue una bella colección de azulejos cervantinos desapareció y el edificio que la contenía es hoy un montón de escombros. Una verdadera lástima que los alcazareños no estuvieran atentos a exigir, a quien correspondiera, la necesidad de salvar ese extraordinario patrimonio. Ruinas de la Aguada de Marañón, construida por la empresa ferroviaria MZA en 1870 para abastecer a sus locomotoras de vapor Ruinas de la Aguada de Marañón, construida por la empresa ferroviaria MZA en 1870 para abastecer a sus locomotoras de vapor Sigamos firmes en nuestras convicciones y protejamos todo aquello que ha forjado nuestra tradición cervantina, lo que nos permitirá continuar ostentando el calificativo de Cuna de Cervantes. Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
II Congreso Internacional “Cervantes y el Quijote” desde el Corazón de la Mancha Fecha de Publicación: 28/10/2024 Los días 8 y 9 de noviembre de 2024 tendrá lugar el II Congreso Internacional Cervantes y el Quijote desde Alcázar de San Juan. Las ponencias del viernes 8 serán en el Salón Noble del Ayuntamiento (en horario de mañana) y Museo del Hidalgo (por la tarde) y las del sábado 9 en el Salón de Actos de la D.O. La Mancha. Todas las sesiones con entrada libre Alcázar de San Juan, 28 de octubre de 2024.- Tal y como se gestó en su creación asignándole carácter bienal, en este año 2024 está convocado el II Congreso Internacional «Cervantes y el Quijote desde Alcázar: ficción creativa, turismo literario y ciencia». Este magno evento está enmarcado en la extensa y ambiciosa programación de las 11ª Jornadas Vino y Bautismo Qervantino (en las que a lo largo de once días -del 2 al 13 de noviembre- podremos encontrar todo tipo de actividades culturales como, música, teatro, exposiciones, conferencias, visitas a bodegas, catas de vino, rutas turísticas, literatura, gastronomía, actividades infantiles, etc.), que el Patronato Municipal de Cultura desarrolla en esta importante efeméride local: el bautismo de Miguel de Cervantes acontecido el 9 de noviembre de 1558. Se pretende que el acto central de estas celebraciones sea el Congreso Internacional que se organizará por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan en colaboración con el Grupo de Investigación del Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra y con el Ayuntamiento de Alcázar. También colaboran en este evento la D.O. La Mancha, Universidad de Castilla-La Mancha, Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA) e Instituto de Almagro Teatro Clásico. Además, apoyaran con su patrocinio las firmas comerciales Macmaoil, Gasóleos Comino, Jesús Sánchez Carpinteros, Centro Médico Rondilla, Hotel Ínsula Barataria y TAQ Distinciones. El Congreso tendrá lugar los días 8 y 9 de noviembre. Tanto la presentación del Congreso como las ponencias de la mañana del viernes 8 tendrán lugar en el Salón Noble del Ayuntamiento, las sesiones de ponencias de la tarde del viernes se llevarán a cabo en el Museo del Hidalgo. Y finalmente, las del sábado 9 serán en el Salón de Actos de la Denominación de Origen de la Mancha. En lo que se refiere a nuestra ciudad, aspiramos a posicionarla en el mundo cervantino y a mostrar la fuerte vinculación que Alcázar tiene con Miguel de Cervantes y con su obra, aportando mediante las ponencias, la investigación y análisis del Quijote, así como su amplia e indisoluble relación con la Mancha y con Alcázar de San Juan. Consumados especialistas mundiales en Cervantes y el Quijote permanecerán en nuestra ciudad a lo largo de los días del Congreso para emocionar con sus conocimientos tanto al público asistente a las ponencias, como al que seguirá el evento por redes sociales, ya que las ponencias se retransmitirán en directo en el canal de YouTube de la SCA: https://www.youtube.com/@sociedadcervantina5476 El viernes 8 de noviembre, tendrá lugar la inauguración del Congreso por las autoridades será a las 09:30 en el Salón Noble del Ayuntamiento. Seguidamente y a las 10:00 tendrán lugar las primeras ponencias que correrán a cargo de Ruth Fine (Universidad Hebrea de Jerusalén, ISRAEL) presidenta de la Asociación de Cervantistas, que disertara sobre «Algunas consideraciones sobre la configuración del tiempo en el Quijote». En la misma sesión estará Frederick A. de Armas (University of Chicago, EE.UU.) que presentará «De ventanas y pinturas en la primera parte del Quijote». Serán moderados por Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. En la siguiente sesión, a las 11:00, podremos disfrutar de personalidades como Miguel Ángel Zamorano Heras (Universidade Federal do Río de Janerio-UFRJ, BRASIL) que expondrá «Notas sobre la ironía en el Quijote». Después, será el turno de James Iffland González (Boston University, EE.UU.) cuya ponencia versará sobre «La mejor novela del mundo que nadie lee: un llamamiento al gremio cervantista». Finalizará la sesión Pablo Comino Rivas (Sociedad Cervantina de Alcázar/Jefe de Gestión de Viajes del Real Madrid C.F., ESPAÑA) exponiendo «Desde don Quijote como dinamizador del turismo hasta el turismo vinculado al deporte, pasando por Alcázar de San Juan. El moderador de esta sesión será Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la SCA. Nos trasladaremos al Museo del Hidalgo para celebrar la sesión de tarde donde a las 16:30, tendremos ocasión de escuchar a Esther Bautista Naranjo (Universidad de Castilla-La mancha, ESPAÑA) que disertará sobre «La locura esotérica en la Francia del XVIII: el Quijote del abate Bordelon». A continuación, María Fernández Ferreiro (Universidad de Oviedo, ESPAÑA) hablará sobre «Cervantes y el Quijote desde el teatro: crónica de una relación fructífera». Cerrará la sesión Carlos Mata Induráin (Universidad de Navarra y secretario del GRISO -Grupo de Investigación Siglo de Oro-, ESPAÑA) con «Cervantes y Shakespeare en Hermanos de tinta (2013) de Nahum Montt». La moderación correrá a cargo de Manuel Rubio Morano de la SCA. Ya en el sábado 9 de noviembre y de nuevo a las 09:30 de la mañana, pero esta vez en la sede de la D.O. de La Mancha, tendrá lugar la cuarta sesión de ponencias con José Manuel Lucía Megías (Universidad Complutense de Madrid, ESPAÑA)que expondrá «”Uno es escribir como poeta y otro como historiador”: ¿hasta cuándo vamos a condenar al silencio al poeta Cervantes?». Después intervendrá Aurelio Vargas Díaz-Toledo (Universidad Complutense de Madrid, ESPAÑA) con «Sobre algunos portugueses compañeros de cautiverio de Cervantes». Serán moderados por Estrella Blanco Escalera de la SCA. A las 10:45 haremos un pequeño inciso en las ponencias para presentar publicaciones y proyectos cervantinos. Bajo la moderación de Carlos Mata Induráin se presentarán los siguientes Libros: Miguel de Cervantes, Poesía, selección y prólogo de José Manuel Lucía Megías, Madrid, Sial Pigmalión, 2024. James Iffland, Usos y abusos. Ensayos sobre el destino del «Quijote», Alcalá de Henares, Editorial Universidad de Alcalá, 2024. Emmanuel Marigno y Carlos Mata Induráin (eds.), La recepción de Cervantes: huellas, recreaciones y reescrituras (siglos XVII-XXI) / La réception de Cervantes: traces, recréations et réécritures (XVIIe-XXIe siècles), New York, Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA), 2024. Marciano Ortega Molina, La huella de El Toboso y Quintanar en Galdós. ¡Paga Miquis! o ¡Paga Nuño!, Almería, Círculo Rojo, 2024. Aurelio Vargas Díaz-Toledo, Cervantes y su entorno portugués, Madrid, Guillermo Escolar, 2024. Proyectos: María Fernández Ferreiro (Universidad de Oviedo), «La colección “El Quijote y sus interpretaciones” del Grupo de Estudios Cervantinos, GREC, de la Universidad de Oviedo» Carlos Mata Induráin (Asociación de Cervantistas), «El programa de “Novedades cervantinas” de la Asociación de Cervantistas» Inés Padrosa (Bibliotecaria emérita de la Biblioteca del Palacio de Peralada), «Visión de conjunto de la colección cervantina de la Biblioteca del Palacio de Peralada. Los ejemplares del siglo XVII» Para finalizar, a las 12:15 será la quinta y última sesión de ponencias que correrá a cargo de María José García Lorente (IES Miguel de Cervantes Saavedra de Alcázar, ESPAÑA) que nos presentará «El Quijote y la ciencia». Y cerrará nuestro socio Miguel Ángel Martínez Martínez (Sociedad Cervantina de Alcázar, ESPAÑA) con su ponencia «Coleccionista de Quijotes en diferentes lenguas de Europa y del mundo». Jesús Sánchez Sánchez de la SCA. será el moderador de esta sesión. Además de las sesiones de ponencias, el sábado por la tarde (a las 17:00 horas) está prevista una visita a los molinos del cerro de San Antón, para que los visitantes de fuera de nuestras fronteras puedan conocer in situ el funcionamiento de los ingenios industriales que desde el siglo XVII ya estaban presentes en las atalayas de nuestros horizontes manchegos recogiendo los vientos para moler nuestros cereales. Especialistas de varios países y diferentes continentes, nos deleitarán con sus conocimientos cervantinos en un importante cónclave cultural para disfrute de los aficionados al Quijote y público en general que disfrutará con toda seguridad de trabajos expositivos de alto nivel. La entrada es gratuita y el acceso a las ponencias es libre, aunque recomendamos la inscripción porque el aforo es limitado. Las inscripciones pueden hacerse en los correos oficinaturismoalcazar@gmail.com y cervantinaalcazar@gmail.com. Pero eso no es todo, en esta segunda edición del Congreso Internacional, los alcazareños podrán disfrutar en la sede de la D.O. La Mancha, de una interesante muestra de diferentes tipos de bacías pertenecientes a la colección de Luis Soria Galera, alicantino y peluquero de profesión, que ha logrado reunir a lo largo de su vida más de mil piezas de diferentes materiales, cobre, hierro, cerámica, etc., adquiridos en numerosos viajes por distintos países del mundo y que ha ido atesorando con cariño y con un elevado desembolso económico para que ahora nosotros podamos gozar de su contemplación. Irá acompañada de carteles relativos al vino y el cine en el Quijote. Esta exposición será temporal mientras dura el Congreso y recomendamos al público que no se la pierda por su enorme interés. Información completa del II Congreso Internacional en la web: Desde la Sociedad Cervantina de Alcázar invitamos a todos a que asistan a este importante evento cultural y que lo difundan entre sus amigos porque será una ocasión propicia para disfrutar de verdaderos expertos en Miguel de Cervantes y su obra. Finalmente, queremos recordar que la Sociedad Cervantina de Alcázar también coordinará una Ruta guiada “Alcázar de Cervantes” el sábado 2 de noviembre a las 10:00 h. (inscripción previa en la Oficina de Turismo) con lugar de encuentro en la estatua de Alonso Quijano con su gato (frente a Aguas de Alcázar). Sociedad Cervantina de Alcázar
Luis Miguel Román, vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, en la XXI Semana Cultural de Quintanar de la Orden Fecha de Publicación: 27/10/2024 Alcázar de San Juan, 27 de octubre de 2024.- Dentro de la vigésima primera edición de la “Semana Cultural en torno a Miguel de Cervantes, su obra y Quintanar de la Orden”, organizada por la Asociación Cultural “Santiago Apóstol”, Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, ha impartido una ponencia con el título “Lugares, caminos y parajes de la Mancha. Contexto geográfico real en la ficción del Quijote”. En la Sala “La Encina” del Centro Príncipe de Asturias de la localidad toledana de Quintanar de la Orden, Luis Miguel Román, trasmitió su pasión a la lectura del Quijote y cómo, escuchando a la Asociación Amas de Casa de Alcázar en su taller de lectura del Quijote, entendió la verdadera forma de leer y entender esta novela. Enmarcó lo que para él es la “Comarca del Quijote”, el hábitat cercano a don Quijote y Sancho donde por unas razones o por otras sus vecinos se conocían entre ellos. Partió por los lugares nombrados explícitamente en la obra y que tienen esa relación cercana con los personajes: Tembleque, Puerto Lápice, Argamasilla de Alba, Quintanar de la Orden y El Toboso, y Campo de Criptana que, aunque no es nombrada es el único lugar de la Mancha que en la escritura del Quijote tenía construidos y funcionando más de treinta molinos de viento. Después marcó el antiguo camino de Toledo a Murcia atravesando esta comarca, recordando que es el propio Cervantes quien hace encontrarse en él a unos mercaderes de Toledo que iban a Murcia con don Quijote de vuelta de la venta donde fue armado caballero, la Venta de Manjavacas. Para después relacionar geográficamente la primera aventura del hidalgo con el pastor Andresillo y su amo Haldudo. Hasta ahora solo se vinculaba sus nombres con Quintanar, y Román, marcando en un mapa el lugar exacto de esta aventura, los ha relacionado con el camino real que el rebaño que pastoreaba Andresillo siguió desde Quintanar al encinar junto al camino de Toledo a Murcia o de los Valencianos. La vereda de Quintanar y el Cordel de los Serranos fueron remarcados en el mapa como la vía pecuaria utilizada con privilegio de paso y pasto para unir aventura con Quintanar, hasta hoy no tenidas en cuenta en los estudios cervantinos, y publicado en su último ensayo “Tras los pasos de Rocinante”. Terminó animando a todos los presentes, que llenaban la sala “La Encina” a leer o releer el Quijote despacio, casi meditando casa frase, refrán o sentencia cervantina, tal y como aprendió él con las amas de casa alcazareñas. Sociedad Cervantina de Alcázar
Desde el Corazón de la Mancha al corazón de Europa Fecha de Publicación: 21/10/2024 . Miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan han visitado en Bruselas el Parlamento Europeo y la Casa de la Historia, de la mano del ex vicepresidente de la institución, Miguel Ángel Martínez Martínez Alcázar de San Juan, 21 de octubre de 2024.- El pasado fin de semana, cervantistas alcazareños han visitado Bruselas haciendo efectiva la invitación que les cursó Miguel Ángel Martínez Martínez cuando los miembros de la Sociedad Cervantina visitaron su museo en la estación de ferrocarril de Alcázar de San Juan. A raíz de aquella visita Miguel Ángel se incorporó como socio a la Sociedad Cervantina de Alcázar. En aquella ocasión, Martínez que es historia viva de la institución europea ya que fue Eurodiputado durante quince años, desde 1999 hasta 2014 (siete de ellos, de 2007 al 2104 fue también vicepresidente del Parlamento Europeo), se comprometió con ellos a guiarles por las instituciones que durante un largo periodo de tiempo habían sido su casa. Acompañados de guía tan experto, los alcazareños visitaron la Casa de la Historia Europea ubicada en el Parque Léopold, en el corazón del barrio europeo, muy cerca del Parlamento Europeo en Bruselas, cuya exposición permanente guía al visitante por la historia del continente, desde los orígenes de Europa hasta el descenso a los infiernos de la guerra y el renacer de las cenizas en busca de una vida mejor. El presidente de la Sociedad Cervantina, Juan Bautista Mata Peñuela, hizo entrega a la Casa de la Historia de Europa, de un recuerdo conmemorativo de la visita. También pudieron visitar en toda su amplitud el Parlamento Europeo que impresionó a los manchegos por su magnificencia, visita en la que estuvieron acompañados por la eurodiputada ciudadrealeña Cristina Maestre. Y ya fuera de las visitas institucionales, los cervantistas alcazareños tuvieron ocasión de hacer un recorrido turístico por el centro de la ciudad belga, donde no podía faltar una visita de cortesía a nuestros insignes personajes don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, que sobre un plinto y a considerable altura, presiden la Plaza de España de Bruselas, vigilando permanentemente la aguja gótica del Ayuntamiento en la Gran Plaza. Sociedad Cervantina de Alcázar
Juan Miguel Madera visita la Comarca Quijote desde la República Dominicana Fecha de Publicación: 29/09/2024 Por primera vez, Juan Miguel Madera ha visitado Alcázar de San Juan y ha conocido Campo de Criptana y parte de la comarca Quijote, aunque ya conocía El Toboso patria de Dulcinea El dominicano Juan Miguel Madera presidente de la Fundación El Quijote de Madera es un apasionado del Quijote, un cervantista consumado, a la vez que un gran coleccionista de obra artística, tanto de pintura como de escultura de creadores de países centro americanos y sudamericanos, pero también de España, EE.UU. y Canadá. Juan Miguel que trabaja en la industria farmacéutica de su país, ha venido de Santo Domingo ex profeso para conocer a los cervantistas alcazareños tras haber mantenido contactos previos con ellos a través de las redes sociales. En esta visita en la que ha conocido los principales recursos turísticos de la ciudad, el Museo del Hidalgo, la colegiata de Santa María la Mayor (con su camarín de la Virgen del Rosario) parroquia desde 1226 -la primera de la diócesis de Ciudad Real- donde se conserva la partida de bautismo de un tal Miguel de Cervantes Saavedra, el Torreón del Gran Prior y los azulejos quijotescos de la Sala de Espera y Fonda de la Estación, obra de la cerámica trianera Mensaque Rodríguez y Cía., declarados Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Comunidades. También tuvo ocasión de subir al cerro de San Antón para visitar los molinos de viento y disfrutar del único paisaje de 360 grados de horizonte manchego que puede disfrutarse en nuestra Comunidad y con toda intensidad al atardecer. En otro de los días de su estancia, partiendo de Alcázar de San Juan, elegida como base del viaje, ha visitado en El Toboso el Museo Cervantino donde fue recibido por la alcaldesa Pilar Arinero y donde hizo entrega de un libro raro y muy difícil de encontrar “La justicia de don Quijote de la Mancha” de Salvador Jorge Blanco expresidente de la República. Posteriormente conoció el Centro de Interpretación del Molino Manchego en Campo de Criptana y sus molinos, inspiración de Cervantes para situar en ese lugar la aventura famosa de los molinos de viento. En todo momento estuvo acompañado por los miembros de la Junta Directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar con quienes ha suscrito un compromiso de hermanamiento a fin de colaborar en el futuro en cuantas actividades cervantinas sea posible. En la sede de los cervantistas alcazareños recibió el logo de la Sociedad, un detalle para que recuerde su visita a Alcázar de San Juan. Al propio tiempo, Juan Miguel Madera quiso agasajar a la asociación cultural alcazareña con la medalla conmemorativa del 475 natalicio de Miguel de Cervantes que la Fundación el Quijote de Madera -que preside-, acuñó con motivo de esta efeméride y que está avalada por la Sociedad Numismática Dominicana. Igualmente entregó un pasaporte de la República Quijotesca El Quijote de Madera para cada uno de los miembros de la Directiva alcazareña. También les obsequió con una serie completa de la primera puesta en circulación de sellos conmemorativos del 475 aniversario del nacimiento de Cervantes, que entre todos suman la redonda cifra de 475 pesos, y que fue emitida por la Sociedad Filatélica Dominicana. En esta visita, Juan Miguel Madera ha mostrado su deseo de entrar a formar parte como socio de esta asociación cultural con lo que las fronteras de la Sociedad Cervantina de Alcázar se extienden hasta el otro lado del océano Atlántico, llegando hasta el país hermano de la República Dominicana. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La adarga de ida y vuelta Fecha de Publicación: 15/09/2024 Suele representarse a don Quijote embrazando una rodela de acero (aunque bien pudo ser de cuero o madera). Es así durante la mayor parte del Quijote de 1605, pero en las primeras líneas de la novela leemos que Alonso Quijano disponía de una «adarga antigua» (se hacían de cuero) con la que afrontará sus primeras aventuras. Sin que se nos informe del motivo para la sustitución, nuestro hidalgo, ya acompañado de Sancho Panza, sale de nuevo de su casa llevando «una rodela que pidió prestada a un su amigo» (dQ1-7). Habremos de suponer que la adarga tampoco sobrevivió a la furia del mozo de mulas que acompañaba a los mercaderes toledanos. Dicho mozo, que no debía de ser muy bien intencionado, oyendo decir al pobre caído tantas arrogancias, no lo pudo sufrir sin darle la respuesta en las costillas. Y llegándose a él, tomó la lanza, y después de haberla hecho pedazos, con uno dellos comenzó a dar a nuestro don Quijote tantos palos, que, a despecho y pesar de sus armas, le molió como cibera…, y acudiendo por los demás trozos de la lanza, los acabó de deshacer sobre el miserable caído. (dQ1-4). No se menciona explícitamente la adarga entre los pertrechos que recogió Pedro Alonso en su encuentro con don Quijote en el camino de regreso a la aldea: Recogió las armas, hasta las astillas de la lanza, y liolas sobre Rocinante. (dQ1-5) Sea como fuere, don Quijote se valdrá de la rodela prestada durante treinta capítulos. La última alusión a la rodela la encontramos en la avalancha de sucesos vividos en la venta de Juan Palomeque: Salió en esto don Quijote, armado de todos sus pertrechos, con el yelmo, aunque abollado, de Mambrino en la cabeza, embrazado de su rodela y arrimado a su tronco o lanzón. (dQ1-37). Desde ahí al final, desaparece la rodela y reaparece la adarga: Él, sin responder palabra, se quitó el cordel de la muñeca, y, levantándose en pie, subió sobre Rocinante, embrazó su adarga, enristró su lanzón y, tomando buena parte del campo, volvió a medio galope, diciendo: —Cualquiera que dijere que yo he sido con justo título encantado, como mi señora la princesa Micomicona me dé licencia para ello, yo le desmiento, le rieto y desafío a singular batalla. (dQ1-44) …… salió al encuentro de don Quijote enarbolando una horquilla o bastón con que sustentaba las andas en tanto que descansaba, y recibiendo en ella una gran cuchillada que le tiró don Quijote, con que se la hizo dos partes, con el último tercio que le quedó en la mano dio tal golpe a don Quijote encima de un hombro —por el mismo lado de la espada, que no pudo cubrir el adarga—, con tan villana fuerza, que el pobre don Quijote vino al suelo muy mal parado. (dQ1-52). No cabe pensar que Cervantes use indistintamente «adarga» y «rodela» como sinónimos de «escudo», que siempre emplea para referirse a la moneda (equivalente a 16 reales de plata). En fin, ¡cosas de Cervantes! Renuncio a meterme en elucubraciones sobre el porqué de la sorprendente resurrección de la adarga. Quizá lo haga algún día. Enrique Suárez Figaredo Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Nuestro Socio de Honor, Enrique Suárez Figaredo, edita Remedio de jugadores de Pedro de Covarrubias Fecha de Publicación: 10/09/2024 . Esta obra del Siglo de Oro Español ha sido auspiciada por el Grupo de Investigación y Estudios Medievales del Mar del Plata (GIEM) La institución que ha promovido esta edición es el Grupo de Investigación y Estudios Medievales del Mar del Plata (GIEM), un Centro Interdisciplinario de Estudios Europeos, Facultad de Humanidades, perteneciente a la Universidad Nacional de Mar del Plata con sede en Funes 3350, (B7602AYL) Mar del Plata, Argentina. El grupo se fundó en el año 1997 y, desde entonces, bajo la dirección de Nilda Guglielmi (recientemente fallecida) y la codirección, primero, de Miguel Ángel Barbero (1997-2005) y, posteriormente, de Gerardo Rodríguez (2006 hasta la fecha actual). Sus aportes en el campo de los estudios medievales en la Argentina resultan significativos: el GIEM brinda un espacio institucional a profesores e investigadores consolidados, así como a jóvenes becarios y alumnos, para el desarrollo de proyectos de investigación sobre temáticas diversas: exegética y hermenéutica, género, urbanismo, tradición e innovación, historia de los sentidos, entre otras. Remedio de Jugadores, del Rvdo. Pedro de Covarrubias, dominico, se imprimió por vez primera en 1519 en Burgos (de este ejemplar se han inspirado para la cubierta) y está catalogado como un libro de ciencias y matemáticas, aunque se trata fundamentalmente de un análisis sobre el juego. Cierto es que Remedio de jugadores nunca estuvo en la lista de trabajos pendientes de Enrique Suárez, pero a solicitud del filósofo argentino Nicolás Martínez y como socio de la SCA (que recibió la solicitud de colaboración), aceptó preparar el texto, previo acuerdo de que había de ceñirse a los habituales criterios de edición para textos clásicos castellanos, con rigor filológico, sin recurrir a una adaptación a la lengua de nuestros tiempos que le habría restado encanto. Como dice Nicolás Martínez Sáez en un magnífico prólogo, en que nos presenta la obra y habla de su contenido: «Remedio de jugadores está dividido en un prólogo y en tres partes. En el prólogo, el autor advierte los peligros que juegos como los dados hacen para quien más sabe de su arte, dejando al jugador con necesidades y lleno de descontento. Las consecuencias del juego de dados son ruinosas: muere el amor de los hombres, reina el desacato de Dios, hay contiendas, amenazas, muertes, pérdida del seso, engaño, perjurios y blasfemias. Sin embargo, la crítica hacia el juego que guía a Remedio de jugadores no se fundamenta tanto en los aspectos idolátricos o supersticiosos como sí lo estaban las obras de los primeros cristianos sino en algo más prosaico y vulgar: la pérdida de tiempo que ocasionan los juegos. El mayor mal del juego es que nos hace perder el tiempo de nuestra vida y como la salvación se da en el tiempo humano, perder el tiempo es perdernos». Sigue diciendo Nicolás Martínez: «Así entonces, en la primera parte, se ocupa de los juegos lícitos y honestos. Siguiendo a Aristóteles, a Séneca y a Tomás de Aquino, asume que, así como el cuerpo se fatiga y necesita descanso, lo mismo sucede con el espíritu que, en ocasiones, incluso cuando el cuerpo duerme, el ingenio sigue trabajando. Por lo tanto, el alma descansa con delectación o distracción y como el juego es dicho [jocus] o hecho [ludus] con el cual se procura delectación, Covarrubias concluye que el juego es necesario para la vida humana. Particularmente interesante son las observaciones sobre el ajedrez, juego del género humano que el autor considera de ingenio e industria, provechoso no solo para huir del tedioso y triste ocio sino para contemplar analogías entre las funciones de las piezas y sus semejanzas con la realidad. En la segunda parte del tratado, se abordan los llamados juegos prohibidos, malos o diabólicos entre los que se describen los duelos, la caza que pone en peligro de muerte al cazador y la corrida de toros que, de origen supersticioso, lastima con picas a los toros para hacerlos más rabiosos y hacer daños a otras gentes. En la tercera parte del tratado, el autor delinea una serie de acciones a seguir por los confesores que, como una de sus labores, examinan la con-ciencia de los jugadores. Covarrubias elabora así una especie de mapa del delito lúdico en el que es posible identificar circunstancias en las que el dinero que se apuesta debe restituirse o bien conservarse de manera legítima. Covarrubias no puede aceptar que el juego sea una ocupación con la que ganarse la vida, sino que todo hombre debe ser obligado a vivir de alguna industria o trabajo, espiritual o corporal, necesario o provechoso para la república, es decir, para el bien público. Esto es debido a que Dios manda que comamos el pan con el sudor de nuestra frente». Y para finalizar esta breve reseña, cito unas palabras de Nico Martínez: «Hasta donde nos consta, Remedio de jugadores no tiene ediciones críticas, ni adaptaciones, ni traducciones, ni modernizaciones desde el siglo XVI en que se publicó, lo que lo constituye en un material inédito y útil para indagar en la valoración ética, filosófica y cultural de los juegos hacia finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento. Son también muy pocos los académicos que se han interesado seriamente por esta obra y es una excepción el libro del antropólogo español José Antonio González Alcantud, Tractatus ludorum. Una antropología del juego (1993), a quien le debo un enorme agradecimiento por haberme puesto ante mis ojos el texto de Pedro de Covarrubias». Por tanto, desde la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, nuestro enorme agradecimiento a Enrique Suárez Figaredo por el maravilloso trabajo de edición, que nos permite una vez más tener en nuestras manos una obra del Siglo de Oro que de otro modo jamás hubiéramos podido conocer. El texto puede descargarse gratuitamente desde este enlace: . Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
AGS_EST_LEG_1138, 77 Y 78 Fecha de Publicación: 16/08/2024 Este título corresponde a la signatura de un documento guardado en el Archivo General de Simancas. No traten de encontrarlo en el Portal de Archivos Españoles (PARES), solo leerán “No se han encontrado datos”. Este documento fue la estrella, porque nunca se había mostrado en público, en la exposición realizada en el Archivo General de Simancas, entre el 11 de octubre de 2016 y el 1 de marzo de 2017, con el título Cervantes en Simancas y en los Archivos Estatales. Contiene una carta de don Juan de Austria a su hermanastro el rey Felipe II (AGS_EST_LEG_1138, 37), firmada en Palermo el 19 de marzo de 1572, y una relación de personas a los que se les había recompensado principalmente por las heridas recibidas en la batalla de Lepanto (AGS_EST_LEG_1138, 38), compuesta el día 15 del mismo mes: Con esta va la relación de las personas a quien se an repartido ayudas de costa a la mayor parte para se curar de las heridas que tuvieron en la batalla, y a otras para ayudarlas a la extrema necessidad en que estaban. No quiero disculparme de que la suma que se a dado aya sido mucha porque pienso haber servido a V. M. muy particularmente en ir ayudando a hombres tan necessitados y que también pelearon en ocassión tan onrada. Antes vuelvo a supplicar a V. M. de nuevo mande tener mucha quenta con que se haga merced a los que se señalaron en aquella ocassión para que ellos y los demás tomen ánimo de hacer lo mismo en otras semejantes como espero en Dios que lo harán. Al Veedor general y contador e ordenado que saquen una relación de los soldados que an quedado mancos y maltratados de la batalla para enviarla a V. M. aunque a estas oras la mayor parte dellos se an ido a Nápoles y a essos reinos con cartas mías, que es lo que a mí me a tocado y con lo que les e podido ayudar. Detalle del folio 1 del documento AGS_EST_LEG_1138, 37 La relación de personas realizada por el contador resume las cantidades entregadas desde poco después de la batalla hasta el día que se firma este documento, el 15 de marzo de 1572: «Relación de las personas a quienes por orden de su Alteza se han dado ayudas de costa desde los trece de noviembre del año mil quinientos y setenta y uno hasta quince de marzo mil quinientos y setenta y dos» Detalle del folio 1 del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 La importancia que tuvo en aquella exposición este documento venía porque en la relación de heridos recompensados estaba Cervantes, también conocido por el Manco de Lepanto, con veinte ducados. Detalle del folio 5v del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Para dar aún más valor a este documento, los comisarios de la exposición señalaron que en esa misma relación de personas había otro Cervantes y con el mismo nombre que el autor del Quijote. Imagen de la vitrina de la exposición. Fotografía y subrayado de Luis M. Román En la tarjeta, junto a los documentos, se podía leer: En la relación aparecen dos soldados con el mismo nombre, “Miguel de Cervantes” y “Miguel Cervantes”. El primero, el escritor, con otras trescientas noventa y seis personas, como expresa la relación, han servido señalada y particularmente el día de la batalla que se dio a la armada del turco [Lepanto] en que salieron heridos y mucha parte dellos mancos; el otro, forma parte de las trece personas que se alzaron con una galera turquesa y se vinieron desde La caramanía, con ella, hasta Mesina. ¿Podría haber sido alguno de ellos el Miguel de Cervantes huido hacía unos años de Madrid, o de Sevilla? En la relación no están solo “hombres de mar y de guerra” embarcados en las galeras que seguían heridos cinco meses después, sino también quienes habían pasado por el hospital y habían ya partido a sus nuevos destinos, además de otras personas que «para ayudarlas a la extrema necesidad en que estaban» se les repartió cierta cantidad de dinero. No son todos los heridos de la flota cristiana, sino solamente quienes iban embarcados en las galeras españolas y “hombres de guerra” de varias compañías de los Tercios españoles que fueron destinados en galeras de Sicilia, Venecia y de Juan Andrea Doria. Los heridos totales de la flota cristiana fueron muchos más, teniendo en cuenta lo comunicado por el propio don Juan de Austria, capitán general de la flota, a don García de Toledo poco antes de partir de Mesina: «Tengo conmigo 208 galeras, 26000 infantes, 6 galeazas y 24 naves». El resumen final del contador Padilla reafirma la intención de don Juan de premiar a quienes sufrieron heridas durante el combate: Monta todo lo que assi se ha dado a las susodichas cuatrocientas y nueve personas de ayudas de costa por haber servido señalada y particularmente el día de la batalla que se dio a la armada del turco, a los siete de octubre mil quinientos y setenta y uno, con la de la Santa Liga, que salieron heridos y mucha parte dellos mancos, diez y siete mil sesicientos y seis escudos, dos reales y seis granos, de a diez reales cada escudo, en la cual suma van incluso quatrocientos y sesenta escudos que se han dado a trece personas de las que se alzaron y salvaron últimamente en una galera turquesa que se alzaron en La Caramanía y la trujeron a Mesina. Analizando el documento encontramos relacionados “hombres de mar y de guerra”, caballeros y nobles españoles, cirujanos, oficiales de bastimentos, artilleros… y esas «trece personas de las que se alzaron y salvaron últimamente en una galera turquesa que se alzaron en La Caramanía y la trujeron a Mesina». Detalle del folio 8 del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Al inicio del folio 8 podemos leer: A trece personas de las que se alzaron con una galera turquesa y se vinieron desde La Caramanía con ella hasta Mesina se les dieron cuatrocientos y sesenta escudos en la manera siguiente: [1] -A Martín Bueno que fue el que comenzó la platica de alzarse con la galera, cien escudos – 100 escudos [2] -A Francisco de Guzmán spalder que mató al capitán de la galera cincuenta escudos – 50 escudos [3] -A Casarín de la Cruz otro espalder otro tanto – 50 escudos [4] -A Marco Moreno, renegado, con quien se concertó el negocio otro tanto – 50 escudos [5] -A Martín de Nica, otro renegado por el mismo efecto otro tanto – 50 escudos [6] -A Marco Vicencio Barbero, mozo de cámara que dio armas a los cristianos veinte escudos – 20 escudos [7] -A Juan de Tavormina el otro mozo de cámara que hizo el mismo efecto otro tanto – 20 escudos [8-13] -A Diego Díaz, Nicolás calabrés, Moreto calabrés, Miguel de Palermo, Francisco de Palermo y Simón napolitano que se hallaron desherredados al tiempo que se alzaron con la dicha galera y ayudaron veinte escudos a cada uno, que son ciento y veinte escudos – 120 escudos ¡Ninguna de estas valientes trece personas era uno de los dos Cervantes, tal y como se afirmaba en la exposición! El primero de los Cervantes lo encontramos en el folio 5v y el otro en el folio 8v, precisamente el último de las personas que componen esta relación. Entre los “hombres de mar” resultaron heridos o recompensados económicamente el patrón y tres cómitres de la galera Real, y cinco pilotos. Los “hombres de guerra” fueron los heridos más numerosos, sin duda alguna, teniendo en cuenta que los Tercios embarcados en las galeras fueron cuatro: el Tercio de Nápoles a las órdenes de don Pedro de Padilla con doce compañías y un total de 1756 soldados, el Tercio de Sicilia a las órdenes de don Diego Enríquez con catorce compañías y un total de 1944 soldados, el Tercio de don Lope de Figueroa con dieciséis compañías y 2208 soldados, y el Tercio de don Miguel de Moncada con once compañías y 1806 soldados. Cada compañía de infantes embarcada tenía a su mando un capitán. Del total de cincuenta y tres capitanes embarcados, cuarenta resultaron heridos, la gran mayoría. Cuarenta y un alféreces y cuatro sargentos también sufrieron algún tipo de herida que los obligó a estar durante algún tiempo en el hospital. Además de la infantería a sueldo de los Tercios, también se embarcaron caballeros de distintas órdenes militares, nobles y gentilhombres junto con varias decenas de soldados y servidores a su costa, estando repartidos entre todas las galeras españolas. Setenta caballeros y nobles resultaron también heridos. Es muy posible que la gran mayoría de las personas relacionadas sin cargo reconocido en esta relación fuesen soldados y otros componenetes de los Tercios, así como soldados y sirvientes de caballeros y nobles. Las galeras iban para la ocasión especialmente artilladas con cañones, culebrinas, falcones y otros armamentos que eran cargados y manejados por artilleros. No se relacionan sus nombres, pero son trece los artilleros recompensados con ocho escudos cada uno junto a su capitán, este con cuarenta escudos. En cada galera iban también cirujanos preparados para prestar los primeros auxilios a cuántos caían heridos. Don Juan de Austria reconoció su gran desempeño durante aquel largo día premiando «A los cirujanos de las compañías de España mil y quinientos reales de ayuda de costa por lo que trabajaron en curar las heridas…». De ellos, dos también resultaron heridos. Tampoco se olvidó de quienes estuvieron al frente de los víveres embarcados, repartidos cuantiosamente el día anterior y la mañana de la batalla, premiando a los «oficiales de bastimentos» con cincuenta y cuatro ducados a repartir entre ellos. En la gran mayoría de los relacionados no consta cargo alguno, aparte de los anteriormente mencionados, por lo que desconocemos qué cometido tenían en las galeras, excepto el soldado Luis de Almazán, premiado con diez escudos. Este soldado fue relacionado antes que el segundo Cervantes. Detalle del folio 8v del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Las galeras navegaron ese día principalmente impulsadas por remos, movidos por miles de galeotes, la gran mayoría cumpliendo condenas por delitos cometidos en España. En este documento no se hace relación de ninguno. Es muy posible que viéndose libres de sus grilletes, por orden de don Juan de Austria, incluso los heridos emprendieran su nueva vida lejos de allí sin dejar rastro. O se habilitase otro hospital para esta “gente de remo” o chusma, como se les conocía en aquel tiempo. Hay que tener en cuenta que los hospitales militares no eran totalmente gratuitos, se les atendía a cambio de un real de su sueldo al mes y a excepción de los galeotes profesionales, la chusma no disponía de paga alguna. Entre las personas heridas en la batalla, y que también recibieron ayudas de costa, encontramos al embajador Gregorio Protonetary, al hijo del rey de Túnez el infante Muley y a una mujer, sí una mujer embarcada en una galera española, de nombre Roseta Ossorio, hija de Luis Ossorio, otro de los heridos. Y una tal don Lope de Vega, homónimo del gran poeta y dramaturgo madrileño, que por sus heridas recibió ochenta ducados. Detalle del folio 6 del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Por la relevancia en la Monarquía Hispánica de alguna de estas personas, que estuvieron en aquella batalla y que resultaron heridos, me quiero parar en algunas de ellas en las que en su biografía se hace constar precisamente su presencia en tan importante batalla. Detalle del folio 1 del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Don Guillén de San Clemente recibió por orden de don Juan de Austria ciento cincuenta ducados por sus heridas. Hijo de Pedro Juan de San Clemente, maestresala del rey Fernando El Católico, nació en Barcelona en 1539. Soldado distinguido en el campo de batalla, había servido en las revueltas moriscas de Granada antes de embarcarse en la armada cristiana para la batalla contra el turco, para después servir en Flandes. Es nombrado caballero de la Orden de Santiago en 1580 por Luis Fernández Manrique, marqués de Aguilar y comendador de Socuéllamos, en presencia del rey Felipe II, siendo nombrado después embajador en Saboya y Praga, donde muere en 1608. Fue comendador del Horcajo y de Moratalla. Don Pedro de Ulloa nació en Portillo (Chile) en 1554. Con diecisiete años está en la batalla de Lepanto a bordo de la galera española San Francisco, por el centro de la flota cristina. Herido en el combate recibió setenta ducados. Después de curarse de sus heridas estuvo en las jornadas de Navarino, Túnez y La Goleta, donde resultó nuevamente herido, hecho prisionero y llevado a Túnez, donde estuvo cautivo durante dieciocho meses. En 1586, con treinta y dos años, embarcó hacia las Indias nombrado corregidor de Potosí. Después de pasar por distintos cargos es nombrado gobernador, capitán general y presidente de la Real Audiencia de Chile en 1621, donde muere en 1624. Con muchas de estas personas pudo mantener Cervantes alguna conversación durante el tiempo de convalecencia en el hospital, y quizás entablar cierta amistad como para servirle de modelo vivo en su Quijote. Detalle del folio 4v del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 A Pedro de Bustamante le entregaron treinta ducados. No sabemos nada de esta persona, pero este nombre aparece en la primera parte del Quijote. Mientras estaban don Quijote y Sancho en la venta de Sierra Morena, el Cautivo les narra su estancia en Argel, como se escapa y llegan a las costas de Vélez Málaga, cuando hasta el grupo de cristianos llegan unos hombres a caballo alertados por un pastor, creyéndolos moros: Sí, dije yo; y queriendo comenzar a decirle mi suceso y de dónde veníamos y quién éramos, uno de los cristianos que con nosotros venían conoció al jinete que nos había hecho la pregunta, y dijo, sin dejarme a mí decir más palabra: —¡Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido! Porque, si yo no me engaño, la tierra que pisamos es la de Vélez Málaga, si ya los años de mi cautiverio no me han quitado de la memoria el acordarme que vos, señor, que nos preguntáis quién somos, sois Pedro de Bustamante, tío mío. Apenas hubo dicho esto el cristiano cautivo cuando el jinete se arrojó del caballo y vino a abrazar al mozo, diciéndole: —¡Sobrino de mi alma y de mi vida! Ya te conozco, y ya te he llorado por muerto yo, y mi hermana tu madre, y todos los tuyos, que aún viven y Dios ha sido servido de darles vida para que gocen el placer de verte. Ya sabíamos que estabas en Argel, y por las señales y muestras de tus vestidos y la de todos los desta compañía, comprehendo que habéis tenido milagrosa libertad. Este documento, magníficamente conservado, es un viejo conocido en los cajones del Archivo General de Simancas. Al menos se conoce su existencia desde 1849 cuando es copiado para don Luis López Ballesteros, director de la Real Academia de la Historia, el 24 de noviembre de 1849. Detalle de la cubierta de la carta de don Juan de Austria En la cubierta de la carta de don Juan de Austria, junto a su sello, aparece la anotación de la copia del documento y otra primera anotación: «Aquí dentro Miguel de Cervantes agraciado con 22 escudos de ventaja» Detalle del folio 8v del documento AGS_EST_LEG_1138, 78 Detalle del folio 5v del documento AGS_EST_LEG_1138, Es curioso que el autor de esta anotación se refiera al segundo Cervantes del documento (folio 8v): «-A Miguel Cervantes veinte y dos escudos – 22 escudos», junto a la anotación al margen de «ojo». El primer Cervantes (folio 5v) recibe 20 ducados, y junto al nombre una «X». El paso de Cervantes herido por el hospital de Mesina es un hecho histórico documentado, ¿qué anotan los biógrafos cervantinos sobre esta parte de la vida del autor del Quijote? Luis Astrana Marín en Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra (1949): En 15 de Enero de 1572 se dispuso le entregasen veinte ducados de ayuda de costa. Ocho días después recibió otros veinte, por una libranza suelta de gastos secretos y extraordinarios de don Juan. En 9 de Marzo le agregan veinte ducados de a once reales, «para acabar de curar de las heridas» (1), y en 17 del mismo mes, junto a otras personas beneméritas de la batalla, percibe veintidós escudos (2). (1) «A 9 del dcho. Mes se dio cedula para el pagador Juan Morales de Torres, de veynte ducados de a onze reales a Miguel de cervantes de ayuda de costa para acabar de curar de las heridas que resçibio en la batalla».-Palermo. 9 de Marzo de 1572. (Archivo General de Simancas. Estado, libro 9, fol. 55) (2) Justificación de ayudas de costa pagadas por órdenes de don Juan de Austria a diversas personas, «por lo bien que habían servido en la jornada del año pasado del mil quinientos y setenta y uno…» – «A miguel servantes -22 escudos. –Palermo, 17 de Marzo de 1572 Andrés Trapiello en Las vidas de Miguel de Cervantes (1993): Cervantes pasó en el de Mesina unos cuantos meses, con el único alivio de las visitas del héroe de Lepanto, don Juan, que proveyó al hospital de su pecunio para el mantenimiento y cuidado de los enfermos, de modo que Cervantes, como el resto de sus compañeros, recibió en tres ocasiones un socorro de veinte ducados de las arcas del duque. Jean Canavaggio, en Cervantes (2003): Sólo hay una cosa segura: entre enero y marzo de 1572, recibió en tres ocasiones, lo mismo que sus camaradas, un socorro de veinte ducados, precio de los cuidados que le habían sido dispensados. Jorge García López, en Cervantes: La figura en el tapiz (2015): Así, por ejemplo, dos pagos realizados el mes de enero de 1572 en Mesina fueron «libranzas sueltas a favor de los heridos en la batalla de Lepanto», donde suponemos que Cervantes está internado recuperándose. Pero ya el 9 de marzo recibe en Palermo un pago «para acabar de curar las heridas que resçibió en la batalla», un pago que se repite el día 17 de marzo en Palermo. José Manuel Lucía en La juventud de Miguel de Cervantes (2016): El 23 de enero de 1573 en la justificación de las ayudas pagadas por orden de don Juan de Austria a 335 soldados que «habían quedado heridos, necesitados o maltratados» en la batalla de Lepanto, se encuentra Miguel de Cervantes, junto con su amigo Gabriel López Maldonado. Todos ellos reciben 20 ducados En las libranzas de pagos realizados en el mes de marzo de 1572, que anota Astrana, aparecen dos Cervantes: «Miguel de cervantes» que recibe veinte ducados y «miguel servantes» que recibe 22 escudos. Están en documentos distintos, pero los nombres, y cuantías que reciben, son los mismos que encontramos en el AGS_EST_LEG_1138, que como anota el contador en él es la «Relación de las personas a quienes por orden de su Alteza se han dado ayudas de costa desde los trece de noviembre del año mil quinientos y setenta y uno hasta quince de marzo mil quinientos y setenta y dos», por tanto un resumen a enviar al rey. ¿Por qué no tuvo acceso Luis Astrana Marín a este documento tan revelador? y si lo tuvo ¿por qué no hizo referencia a él? Como en el documento queda evidenciado, embarcados en las galeras españolas que lucharon en Lepanto estuvieron dos personas con el mismo nombre y el mismo apellido, que corresponden con el del autor del Quijote. Los dos quedaron heridos y los dos posiblemente mancos, el autor del Quijote sin duda alguna. Así lo afirmaba él mismo en el Prólogo de sus Novelas ejemplares (1613): Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo: herida que aunque parece fea él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros… Dos Migueles y de apellido Cervantes en Lepanto y los dos heridos, ¿es este el motivo por el que algún custodio del cervantismo español decidió guardar este documento en un cajón, al menos ciento sesenta y siete años? Si esto ha pasado así, ¿hay más documentos sobre la vida de Cervantes celosamente guardados en ese mismo cajón secreto? ¿Por qué en la exposición se muestra parte del documento, pero tratando de borrar al segundo Cervantes de la batalla de Lepanto camuflándolo entre trece valientes que liberaron una galera turca? ¿fue un simple error o fue intencionado? Solicitada una copia del documento AGS_EST_LEG_1138, 77-78, esta la recibo desde el mismo Archivo General de Simancas el día 17 de marzo de 2017. Los datos generales de la flota cristiana y de la batalla son de Alessandro Barbero en Lepanto (2011) y las notas a las biografías de Guillén de San Clemente y Pedro de Ulloa están tomadas de Javier Arienza y Julio Retamal respectivamente en DBe RAH. Las citas del Quijote y las Novelas ejemplares son de la edición digital de Enrique Suárez Figaredo: Haz clic para acceder a 04072022122242.pdf Haz clic para acceder a 29012019132713.pdf Luis Miguel Román Alhambra PUBLICADO EN EL BLOG: ALCÁZAR LUGAR DE DON QUIJOTE
Anatoly E. Karpov, el campeón del mundo de ajedrez que visitó Alcázar de San Juan en dos ocasiones Fecha de Publicación: 13/08/2024 En la foto, Anatoly Karpov saludando a Manuel Galindo al comienzo de la partida. Foto aportada por el propio Manuel, a través de su amigo el árbitro internacional Eduardo López Rodríguez . Se trata, sin duda, de uno de los mejores ajedrecistas de la historia: Anatoly Eugenevich Karpov, nacido en Zlatóust, región de Cheliábinsk (Rusia central) el 23 de mayo de 1951 (73 años), aprendió a jugar al ajedrez con 5 años con su padre Eugene Stepanovich, se perfeccionó en la escuela de Mijail Botvinnik, un genio de la estrategia y de la evaluación posicional. La escuela de Botvinnik también era una escuela para la vida. Karpov recibió una profunda huella en su personalidad tras su paso por ella. Como él mismo dijo: «Tuve suerte en la vida. Entré en la escuela de Botvinnik. No puedo negar que me aportara un montón de ideas sobre el ajedrez, pero también me aportó una actitud ante la vida. Botvinnik pensaba que un jugador de ajedrez sin educación no podía convertirse en Campeón del Mundo. La educación aporta estabilidad, incluida la estabilidad mental. Siempre me tomé en serio la educación». Fue el Gran Maestro más joven de Rusia y dio un enorme salto cualitativo bajo la tutela del Gran Maestro Semyon Abramovich Furman. Fue Campeón del Mundo desde 1975 a 1985 y Campeón Mundial versión FIDE desde 1993 a 1999. Ha sido campeón del mundo por un periodo de 16 años, ganó tres veces el campeonato de Rusia, quedó primero en más de 140 torneos disputados a lo largo de todo el mundo y consiguió once veces el Óscar de Ajedrez. Su impresionante palmarés y su fuerza de juego le ha permitido estar 38 años (entre 1971-2009) en la clasificación de los cien mejores jugadores del mundo. Anatoly marchó en 1968 a estudiar a la Universidad de Moscú, donde gano su primer torneo universitario, pero enseguida dejó la Facultad de Mecánica y Matemáticas de la Universidad de Moscú y se trasladó a Leningrado (para seguir progresando con Furman), a la Facultad de Economía de la Universidad de esta ciudad, donde estudio Economía y consiguió su Doctorado en Economía. Actualmente es profesor honorífico de la Escuela Superior Internacional de Negocios de Moscú. Karpov es además un grandísimo aficionado a la filatelia, colecciona sellos desde los 13 años y hay quien dice que es uno de los tres mayores coleccionistas del mundo, he leído que su colección de sellos está valorada en más de un millón y medio de euros. En 1987 y mientras disputaban en Sevilla el campeonato del mundo de ajedrez Anatoly Karpov y Gari Kasparov, el ayuntamiento de Alcázar de San Juan tuvo la idea de traer a Alcázar de San Juan a uno de los dos mejores ajedrecistas del mundo con el objeto de que disputase una serie de partidas simultáneas contra los aficionados de la ciudad que se atreviesen a ello. Siendo alcalde Anastasio López Ramírez y gracias a las gestiones de la Concejalía de Cultura con Ángel Montealegre a la cabeza y con la intermediación del empresario toledano Miguel Sánchez-Infante Padilla, se contactó con Karpov que finalmente se clasificó subcampeón del mundo y gracias a su amabilidad y buena disposición, pudo venir a nuestra ciudad. Pero fundamentalmente vino a Alcázar porque tenía un interés especial en la Mancha ya que fue la persona que cerró el ciclo de amistad en un grupo hispano-ruso que ya funcionaba para asuntos cinematográficos. Él fue quien favoreció el contacto de Sánchez-Infante con el cineasta ruso Rezo Chjeídze, quien se desplazó a España a rodar una ambiciosa serie de casi doce horas de duración para la Radiotelevisión de la URSS, basada en la novela de Cervantes, Don Quijote de La Mancha, titulada “La vida de Don Quijote y Sancho Panza” (Tskhovreba Don Kikhotisa da Sancho Panchosi -1988-) que rodó en exteriores de Tomelloso, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, El Toboso, Argamasilla, Ruidera o el Corral de Comedias de Almagro, incluso en algunas calles de Madrid y las ciudades de Bilbao o Toledo, como un guiño a quienes colaboraron y financiaron la serie en la que también participó Euskal Telebista, así como la empresa de Miguel Sánchez-Infante, Procint, que financió el viaje y la estancia del personal de rodaje y elenco de actores en España y en la que como curiosidad intervino Paloma Botín en el papel de Dorotea. El miércoles 12 de octubre de 1988, Anatoly Karpov llegó a Alcázar de San Juan sobre las 12 horas, acompañado por el presidente de la Federación Española de Ajedrez, Román Torán, así como por Miguel Sánchez-Infante encargado de promoción y marketing de la Federación. Fueron recibidos por el alcalde de la ciudad Anastasio López, por el concejal de cultura Ángel Montealegre y por Juan Garrido concejal de deportes. Estuvieron también presentes Pedro Carbayo y Nereo Tejera, como representantes de la sección de ajedrez del patronato Municipal de Deportes de Alcázar de San Juan. En esta visita, el alcalde de Alcázar de San Juan obsequió a Anatoly Karpov dos figuras de madera una de don Quijote y otra de su escudero Sancho Panza. Con su visita demostró la solidaridad para con el pueblo alcazareño tras haber sufrido una fortísima tormenta de granizo apenas unos días antes, el 30 de septiembre. Su llegada se produjo exenta de boato, tal como es él, una persona sencilla que se dedica a jugar al ajedrez y a ser solidario cuando corresponde, conviene recordar aquí que de la bolsa del Torneo de Londres 1986 (de revancha por el título Mundial), tanto él como Kasparov, donaron 650.000 dólares a los damnificados por el accidente de la central nuclear de Chernóbil. La sesión de simultáneas de celebró en el Hotel Barataria donde se formó un rectángulo con las mesas de los retadores, situados sentados tras sus tableros y trebejos, desde cuyo interior el campeón se iba desplazando de un tablero a otro respondiendo a cada jugada de sus contrincantes. Durante casi cuatro horas, Karpov recorrió de forma sucesiva los 32 tableros (cifra superior a la que habitualmente acepta), cuyos rivales habían sido elegidos -según la prensa de la época- al azar, por la sección de ajedrez local. Muchos jugadores comenzaron a eliminarse a partir de las jugadas 20-22 antes de recibir jaque mate. Cincuenta jugadas fueron las que le resistió el último de los participantes en abandonar la contienda, el joven jugador Pío Jesús García, de Socuéllamos, con 10 años y campeón provincial infantil de Ciudad Real, quien se lamentaba de haber sufrido la pérdida de un peón desde el comienzo de la partida lo que le hizo arrastrar una desventaja suficiente como para hacerle perder la partida. Tres participantes consiguieron la hazaña de lograr unas tablas frente al campeón: Pedro Brunner, que ofreció tablas a Karpov y tras examinar la partida las aceptó. Pedro Camacho que, tras una clara superioridad blanca al inicio, consiguió un final más favorable para las negras, dando así por buenas el campeón ruso unas tablas. Y Manuel Rayo Gutiérrez de Puertollano, campeón juvenil de Castilla-La Mancha, que considero que Karpov le dejó jugar sin apretarle demasiado y que fue consciente de haberse enfrentado a todo un subcampeón del mundo y uno de los mejores ajedrecistas de la historia. La única mujer que tomó parte de las simultáneas fue Marta García Castellanos, de 10 años, que aguantó en su silla hasta casi el final, pero también con resultado adverso y que reconoció ponerse excesivamente nerviosa cada vez que le tocaba mover. No en vano se enfrentó a un jugador excepcional que imponía con su sola presencia y eso sin mirar su palmarés… Por tanto, el resultado final de las partidas simultáneas en Alcázar fue de +29 -0 =3 para Anatoly E. Karpov. No me gustaría pasar por alto mi felicitación a Betsabé Alhambra por el sensacional relato que hizo de este extraordinario evento deportivo publicado en el diario Lanza. Y vaya mi agradecimiento especial a Manuel Galindo de Campo de Criptana, antiguo profesor y propietario de la Óptica Galindo, reconocido jugador de ajedrez, por facilitarme fotos del evento, a través de nuestro amigo común Eduardo López Rodríguez, arbitro internacional y organizador de torneos de ajedrez, que además conoce personalmente a “Tolia” por haberle arbitrado en diferentes torneos. Fotografía cedida por Juan Garrido Morales, Concejal de Deportes, primero por la derecha Para que nos podamos hacer una idea de la enorme competitividad de Karpov, basta señalar un hecho ocurrido en fecha mucho más reciente y publicado en la Revista de ajedrez especializada “Peón de Rey”, donde en el número “Homenaje a Karpov”, figura un artículo de su redactor jefe, Jorge I. Aguadero Casado, que refiere lo siguiente: “Les compartiré una confidencia: en el bar del museo, conversando titulados internacionales que no quisieron perderse el evento, se oyó el comentario “(…) es increíble que Anatoli, que ha dado tantísimas simultaneas en su vida, dedique tanto tiempo a cada jugada frente a aficionados. Cualquiera iría mucho más rápido”. A lo que un fuerte gran maestro respondió admirado: “Es lo que tienen los tipos duros. Tolia no juega; protege su legado”. Esta anécdota corresponde a la celebración de unas simultáneas disputadas contra 19 oponentes -muchos de ellos federados y de buen nivel-, con motivo de una de las actividades de El Llobregat Open Chess Tournament, en el Museo Marítimo de Barcelona el 7 de diciembre de 2021, estando el maestro a punto de cumplir los 70 años, en las que obtuvo un resultado favorable de +19 -0 =4. De ahí lo importante que es para cualquier oponente arrancarle unas tablas al genio y muy pocos pueden decir que han igualado en una partida contra él. Anatoly Karpov investido Escudero de la orden de los Sanchos Apenas transcurridos 9 meses de su primera visita a Alcázar de San Juan, el martes 4 de julio de 1989, Anatoly Karpov volvió de nuevo a nuestra ciudad, esta vez al frente de una delegación del Foro Soviético de la Paz, organización social de la que era el presidente. Esta entidad, cuyos objetivos eran impulsar la diplomacia popular, impulsar los contactos amistosos entre personas, especialmente el intercambio entre jóvenes y niños. Muy ambiciosos sus objetivos para disponer de medios reducidos, así como sus aspiraciones: “la tarea más importante del Fondo Soviético de la Paz consiste en fortalecer la paz, construir un sistema global de seguridad internacional, crear premisas políticas y morales para la supervivencia de la humanidad y resolver los problemas mundiales dando prioridad a los valores universales” … ¡Casi nada al aparato! Una buena cartera de objetivos para conseguir apoyos económicos y colaboraciones institucionales. El propio Karpov bromeó sobre su vuelta a Alcázar de San Juan y su gusto por esta comarca diciendo que «la última vez había venido solo y ahora había vuelto acompañado con más gente». De nuevo, el grupo de Sánchez-Infante fue el encargado de coordinar a Alcázar de San Juan, la visita del Fondo Soviético de la Paz, en su primer viaje a España y tras visitar los Ayuntamientos de Toledo y Madrid (donde fueron recibidos por el alcalde Rodríguez Sahagún) y la Asamblea de Madrid donde los recibió su presidenta María Rosa Posada. La delegación rusa la formaban diecisiete personas entre las que se encontraba el propio ajedrecista. En la recepción en el Ayuntamiento el alcalde entregó a Anatoly Karpov la medalla de oro de la ciudad de Alcázar de San Juan, distinción que suele entregarse a ministros, altos dignatarios y autoridades que nos visitan. Una de las curiosidades de esta visita fue que se pudo ver vestido con un traje regional ruso al alcalde de Alcázar de San Juan, Anastasio López Ramírez, que en un gesto de cortesía con los visitantes lo lució durante unos minutos en el acto de confraternización que ambas delegaciones, rusa y alcazareña, celebraron en el restaurante Barataria. Pero el verdadero motivo de la visita fue la investidura de Anatoly Karpov como Escudero de la Orden de los Sanchos, también conocida por la orden de Sancho Panza. Este evento, tuvo lugar en la silla de la Platera donde con el protocolo habitual diseñado para este acto, ataviado con el blusón, la faja roja y las alforjas colgadas de su hombro, pasó a formar parte de esta universal cofradía a la que pertenecen numerosas personas ilustres y famosas de aquel tiempo, tanto españolas como extranjeras, como es el caso del ex campeón del mundo de ajedrez, Anatoly Karpov. La conocida y afamada Orden de los Sanchos, trabajó incansablemente para difundir el nombre de Alcázar de San Juan por el mundo y para situarnos en el circuito mundial del turismo, especialmente el que tenía como destino la Mancha. Innumerables personalidades de la cultura, la política, la empresa, las artes o el deporte, pasaron por la silla de Sancho y ataviados con el blusón y la faja contribuyeron a prestigiar el nombre de nuestra ciudad a lo largo de España y países de Europa y América. Las simultáneas que muchos aún recuerdan… Aquella extraordinaria sesión de simultáneas, jugada en Alcázar de San Juan el día de la Hispanidad de 1988, marcó una época y persistió en la memoria de quienes asistieron a su desarrollo y sobre todo en el recuerdo de todos los jugadores que tomaron parte en ella. Una prueba de ello son estas tres noticias de las que se hicieron eco los medios de comunicación y que ahora les contamos: Del puertollanense Manuel Rayo, publica Lanza el 22/10/1988, una semana después de haber entablado con Karpov, una pequeña entrevista donde alaba el espíritu tranquilo, equilibrado y educado de Karpov y lo considera el mejor del mundo a pesar de ser el subcampeón, manifestando no aprobar los desplantes que son habituales en Kasparov cuando pierde una partida. En ese momento Manuel Rayo era campeón juvenil de Castilla-La Mancha y tercero absoluto de la provincia de Ciudad Real. También el Eco de la Mancha, en su edición del 31 de marzo de 1989, recoge la noticia de que Manuel Rayo Gutiérrez, revalidó el titulo provincial de ajedrez en categoría juvenil (para menores de 20 años), del que con 15 años salió vencedor por tercer año consecutivo. La noticia informa que es también el actual campeón de Castilla-La Mancha de la categoría. El campeonato se disputó a seis rondas por el sistema suizo y rememora entre sus principales logros las tablas que le arrancó a Karpov en Alcázar de San Juan. El mismo artículo refleja la segunda posición de Pío Jesús García de 11 años, que en 1988 (año anterior) consiguió el campeonato provincial infantil y que también había jugado en Alcázar contra Karpov, aunque con peor suerte que Manuel Rayo, de todas formas, aguantó más de cuatro horas al subcampeón del mundo siendo el último en levantarse de su tablero jugando contra el ruso. Por otra parte, en el diario Lanza del 28 de febrero de 1991 (casi 3 años después) se recoge una foto de Manuel Rayo en la que se recuerda su enfrentamiento con Karpov en 1988. En esta noticia además de la foto de las simultáneas se recoge que, junto con su paisano de Puertollano, Aurelio Clemente, encabezan tras la segunda jornada, el torneo que se juega para el campeonato absoluto provincial que tuvo lugar en Socuéllamos y en el que también tomó parte otro contrincante de Karpov, Pío Jesús García. Y como decía Cervantes: «–Con todo eso te hago saber, hermano Panza -replicó don Quijote-, que no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que muerte no le consuma». (Q I, 15) Lo que quiere decir, que no hay recuerdo que no sea borrado por el tiempo ni pena que la muerte no finalice, por eso, pretendemos que las dos visitas que Karpov hizo a Alcázar de San Juan, en 1989 y 1989 no queden en el olvido y los alcazareños conozcan que uno de los mejores ajedrecistas de nuestra historia, y podríamos decir que uno de los deportistas más míticos (no en balde junto a su sempiterno contrincante Gari Kasparov, protagonizó entre 1984-1990 la rivalidad más grande que se ha producido a lo largo de los tiempos, no sólo en ajedrez, sino en cualquier deporte), también estuvo en la Mancha de don Quijote, conoció nuestra ciudad, comió nuestros duelos y quebrantos y se endulzó con nuestra sabrosa bizcochá. Que también se fue de aquí investido Escudero de la Orden de los Sanchos, se sentó en el sillón de Sancho Panza en la Platera y se asomó al pozo en que en las noches de luna se podía contemplar la imagen de los Comendadores, respirando el singular y limpio aire de la Mancha, y que en su casa de Moscú, entre sus muchos galardones y premios obtenidos a lo largo de su vida, seguro que contempla con orgullo ese pergamino que atestigua su pertenencia a la Orden de los Sanchos y las fotos de esta jornada le hacen recordar su estancia en Alcázar de San Juan, porque además de ser el Corazón de la Mancha, nuestra ciudad lo distinguió con la medalla de oro y Alcázar tiene la característica de hacerse inolvidable en el corazón de quienes vienen a visitarnos. Allá donde estés, amigo Tolia, sepas que te recordamos con cariño y que te reconocemos tu enorme categoría como ajedrecista y admiramos tu preparación, tu rigor y tu educada forma de comportarte, virtudes todas que hicieron y siguen haciendo mucho bien por el ajedrez. Constantino López Sánchez-Tinajero Alcázar de San Juan, agosto de 2024 Karpov en unas simultáneas celebradas en Salamanca en 2018, bajo la atenta mirada del árbitro internacional Eduardo López Rodríguez Consultados LANZA, 12-11-1987, PÁG. 8 LANZA, 12-10-1988, PÁG. 1 LANZA, 14-10-1988, PÁGS. 1 y 10 CANFALI, 21-10-1988, PÁGS. 1 y 9 LANZA, 22-10-1988, PÁG. 10 ALCÁZAR INFORMACIÓN Nº. 4, diciembre 1988 EL ECO DE LA MANCHA, 31-03-1989, PÁG. 24 LANZA, 06-07-1989, PÁGS. 1 y 14 CANFALI, 07-07-1989, PÁG. 1 LANZA, 08-07-1989, PÁG 10 BISAGRA Nº. 86, 9-15/07/1989, PÁGS. 1, 15 y 36 LANZA, 28-02-1991, PÁG. 31 ABC TOLEDO, 21-09-2016, “Una aventura quijotesca” Revista PEÓN DE REY. “Karpov muestra su gran clase en Barcelona”. Jorge I. Aguadero Casado Manuel Galindo, archivo fotográfico personal (facilitado por Eduardo López Rodríguez, arbitro internacional y organizador de torneos de ajedrez). Juan Garrido Morales, archivo fotográfico y de prensa, personales. Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan. Con agradecimiento a su responsable Francisco Atienza.
«La interpretación pertinente de «lanza en astillero» Fecha de Publicación: 08/08/2024 . ¡Cómo somos los anotadores del Quijote! Con aquello de se non è vero, è ben trovato, bajo cada piedra pretendemos haber descubierto lo que a otros les pasó por alto. Bien decía Francisco Rodríguez Marín un siglo atrás, en su edición profusamente anotada: «Por lo que hace a las notas, cuido en ellas con mucho empeño de defender a Cervantes, no de sus enemigos, que ya no los tiene, sino de sus amigos: de los anotadores, que acá y allá quisieron enmendarle la plana, siendo así que sabían menos que él, o no conocían como él las costumbres y el habla de su tiempo». A lo que vamos. En su traducción del Quijote al castellano actual (2015), Andrés Trapiello había sustituido «lanza en astillero» por «ya olvidada»; pero después, tras consultar diversas fuentes, en su artículo En Astillero (El País–Opinión 03/06/2016), considerando que «Del significado de una sola palabra depende la interpretación de fondo, literaria y filosófica, del Quijote, nuestro libro más importante», dio en que había de leerse «casi a punto», pues aquel hidalgo de aldea «era a la sazón un caballero en astillero, o sea, a punto de serlo»), y se preguntó: «¿Para qué demonios iba a querer Alonso Quijano todo un astillero para una sola lanza? ¿No le habría bastado con dejarla detrás de la puerta?». Empezaré por decir que Cervantes no describió el dichoso astillero, pero bien se entiende que una casa de aldea no es el cuarto de armas de una compañía de lanceros: una sola lanza no requería más de dos o tres estacas clavadas en la pared a distancia acorde a la longitud del astil. La RAE no recogió astillero hasta 1770, pero en 1611 Covarrubias (voces asta y lancera) ya había incluido «astillera, que por otro nombre se llama lancera…, adorno de la casa de un hidalgo en el patio o soportal». Mucho después (1620), el lexicógrafo e hispanista Lorenzo Franciosini lo describió perfectamente en su Vocabolario Italiano e Spagnolo: «rastrello dove si tegnon attacate l’arme inhasta, como picche, alabarde». En mi despacho, patente a la vista, junto a un acerado don Quijote, tengo un Winchester-1876 (de imitación) attaccato en un artístico y discreto rastrello hecho con dos balas. ¿Acaso había de tenerlo en el fondo de un armario sepultado por los abrigos? Que un hijo-de-algo aldeano conserve a la vista una vieja lanza en su correspondiente astillero evidencia el melancólico y orgulloso recuerdo de los hechos de sus antecesores. En fin, no comulgo con que del astillero de don Quijote penda «la interpretación de fondo, literaria y filosófica, de… nuestro libro más importante». Ahora bien, quien esto escribe está tan lejos del infalible pontificado, que desde aquí admite su merecida inclusión en el denostado paquete de «los anotadores»: mi tejado también es de vidrio, como el del más pintado. Enrique Suárez Figaredo Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina muestra en forma de ruta el patrimonio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 04/08/2024 . Con el aforo completo de inscritos, treinta personas han podido disfrutar de esta ruta guiada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan que, incluida en la programación del Fin de Semana del Patrimonio que organiza anualmente el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, ha tenido lugar en la noche del sábado 3 de agosto Alcázar de San Juan, 4 de agosto de 2024.- Con una asistencia de personas que completaba el aforo de inscritos, puntualmente a las 22:00 horas del sábado, ante la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, daba comienzo la ruta guiada que coordinó la Sociedad Cervantina de Alcázar. Esta ruta que, está enmarcada dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio, actividad que anualmente y en el primer fin de semana de agosto organiza el Ayuntamiento de Alcázar, mostró al numeroso público inscrito en la actividad, la gran vinculación que tiene la ciudad de Alcázar de San Juan con Miguel de Cervantes y su obra. A continuación, los asistentes se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde tuvieron ocasión de conocer -a través de las explicaciones de Luis Miguel Román-, la historia que encierra el Quijote Cósmico, busto que Eulalio Ferrer, santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México, regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat: «Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad». En este monumento que en julio ha cumplido 31 años de su instalación, Luis Miguel Román mostró a los asistentes una edición de un Quijote igual al adquirido por Eulalio Ferrer, el 7 de febrero de 1939 en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer, novela que le marcaría para toda la vida: «Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajosos para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote». (Entre alambradas. Eulalio Ferrer). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226 y que en 2026 cumplirá 800 años desde que se erigió como parroquia, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en este mismo lugar el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy. Esta partida de bautismo, junto con la lista de heridos que estaban en el hospital de Mesina, curando sus heridas sufridas en la batalla de Lepanto y en la que figura un Miguel de Cervantes y También otro Miguel Cervantes (que recibieron diferentes cantidades como ayuda para su recuperación), suscitó entre los asistentes un intenso debate sobre la existencia de dos personas coetáneas que se llamaron igual y que a pesar de la diferencia de 11 años de edad entre ellas, está acreditado que estuvieron ambas presentes en la jornada naval de Lepanto. Encaminándose a través de la calle San Antonio pasando por el Museo Formma ubicado en el antiguo “Granero de las Monjas” y pasando frente al callejón del Toro, los asistentes hicieron una breve parada en el cruce de esta calle con la calle San Juan, justo en el lugar en el que Constantino López explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época, dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutiérrez Quesada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes dice don Quijote: «…de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón». También se explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes», justamente como Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano. En la Plaza de Cervantes, antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de las personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales) quien puso al corriente de Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo a través de diferentes generaciones desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. De nuevo, en este punto volvió a suscitarse un intercambio de opiniones sobre cuál de los dos bautizados con igual nombre pudo ser el autor del Quijote, a lo que los miembros de la Sociedad Cervantina aportaron el dato referido por el propio Cervantes en el Prólogo de la Galatea: “… solo quiero responder a los que libres de pasión, con mayor fundamento se mueven a no admitir las diferencias de la poesía vulgar, creyendo que, los que en esta edad tratan de ella, se mueven a publicar sus escritos con ligera consideración, llevados de la fuerza que la pasión de las composiciones propias suele tener en los autores de ellas, para lo cual puedo alegar de mi parte la inclinación que a la poesía siempre he tenido, y la edad, que, habiendo apenas salido de los límites de la juventud, parece que da licencia a semejantes ocupaciones”. Cervantes decide publicar sus versos de La Galatea (1585), “habiendo apenas salido de los límites de la juventud”. Aquí tenemos uno de los datos autobiográficos más importantes que tenemos de Cervantes, su edad aproximada cuando publica La Galatea. Esta obra veía la luz cuando el Miguel de Alcalá tenía treinta y ocho años (muy alejado de su juventud) y el Miguel de Alcázar, veintisiete años. Desde el mismo lugar en que estaba la casa natal de Miguel de Cervantes, se explicó a los asistentes el resto del recorrido, especialmente el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando a conocer a los presentes los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que son un patrimonio único en España, conjunto de azulejos en el que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico. Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, recientemente remodeladas, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan tanto los ya mencionados como Alonso Cobo y Enrique Lubián (que también colaboraron en la organización de la ruta), agradecieron a los asistentes la gran acogida que esta ruta siempre suscita entre el público y no se cansaron de recomendar la lectura del Quijote, especialmente del que está disponible en la web de la Sociedad, una versión muy de fácil lectura editada por el Socio de Honor, Enrique Suárez Figaredo, titulada “Las aventuras de don Quijote de la Mancha nunca así contadas”, que además de ser de descarga gratuita está en lenguaje actual que puede leerse sin necesidad de parar a cada momento para consultar las anotaciones a pie de página. Haz clic para acceder a QUIJOTE_SC_Alcazar.pdf Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
"Para el Instituto Cervantes, México es muy importante" Fecha de Publicación: 27/07/2024 . Washington Daniel Gorosito Pérez Estuvo de visita en México, el poeta Luis García Montero (Granada, España; 4 de diciembre 1958), quien funge como director del Instituto Cervantes con el objetivo de firmar un convenio cultural con la Cámara de Diputados y recibir un reconocimiento por parte de este órgano legislativo. Externó que dicho acuerdo le permitirá dar protagonismo en México a los ganadores del Premio Cervantes, galardón que es considerado el Nobel de las letras en español. “Es el premio que todos los años reconoce la creatividad literaria del español y ahora existe la posibilidad de invitar todos los años a la Cámara de Diputados de México, a quien lo obtenga para que pueda desarrollar una cátedra donde hable sobre su literatura, sobre su vida y su significado”. El poeta integrante de la generación de los 80, de la corriente denominada poesía de la experiencia, recordó que el español es el segundo idioma del mundo después del chino mandarín, en hablantes nativos. “Tiene 500 millones de hablantes y el país con el mayor número es México, además si contamos los mexicanos que viven fuera, ya que el segundo país en número de hablantes nativos es Estados Unidos, con 60 millones de hablantes registrados y la gran mayoría de esos hispanos son mexicanos. Para nosotros, México es muy importante”, afirmó el director del Instituto Cervantes. Una de las líneas de trabajo que comentó García Montero es advertir que el español no es una lengua de pobres. “Es una de las grandes lenguas de cultura del mundo. En segundo, lugar que los valores humanos de nuestro idioma respeta la dignidad de la pobreza, que eso de caricaturizar y ver la pobreza como una infamia humana es un disparate”, afirmó. El escritor y Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, compartió que uno de sus libros favoritos es de Luis Cernuda: “Variaciones sobre tema mexicano”. “Cernuda fue un exiliado y vivió el principio de su exilio en Londres, después fue a Estados Unidos y llegó a México, donde vivió en la Ciudad de México y escribió un poema diciendo: qué emoción oír mi idioma materno en la calle”. García Montero dijo coincidir con otra idea del autor español de la Generación del 27: entre todos tenemos que luchar para salir de la pobreza, tenemos que progresar, pero sin caer nunca en la prepotencia de lujo y sin hacer que el dinero le pierda el respeto a la dignidad humana. “El español no es sólo la lengua de Miguel de Cervantes o de Sor Juana Inés de la Cruz o de Gabriel García Márquez, la lengua necesita también que el español sea una lengua de ciencia y tecnología”, comentó. Una meta del Instituto Cervantes es conseguir que las universidades de los países hispanos hagan ciencia, no sólo en inglés sino también en español. “Que la transformación tecnológica que estamos viviendo y que en el lenguaje de la máquina no sólo se hable el inglés sino también el español”. Se refirió también a la importancia de comprender que la cultura popular tiene que convivir con la cultura académica para que haya una extensión del español. El poeta concluyó que es necesario establecer vínculos con las culturas populares que pueden despertar el interés por el español, “eso trabajamos y a mí me parece una apuesta interesante”. ***
PAUZA “Histórica Capital Cervantina de América» Fecha de Publicación: 25/07/2024 PAUZA “ . Artículo escrito por Italo Villaverde Huaita (Pauza, Perú) Mi pueblo tiene varios títulos y reconocimientos que supo forjar y ganarse a lo largo de su historia, nosotros no necesitamos colgarnos las medallas en el pecho, sino en el alma, recordar que nuestro pueblo durante el virreinato tuvo la denominación de la ciudad de los “Caballeros de Santiago” y capital del corregimiento de Parinacochas, a inicios de la época republicana y promulgada la primera constitución del Perú de 1823, fue el primer distrito capital de la Provincia de Parinacochas, después de 94 años (1891-1985) recobra su jerarquía de capital de la nueva Provincia de Paucar del SaraSara, según Ley N°24046 y se eleva a la categoría de Villa, el año 2003 con fecha 26 de abril fue declarada como la Capital Cervantina de América y este 26 de abril cumple 21 años de aquella declaratoria de Pauza como la histórica “Capital Cervantina de América”. Es que el Quijote es una reflexión sobre nuestra vida, con el acierto de hacernos pensar en nuestro comportamiento ante situaciones reales, aunque para ello vivamos nuestras propias fantasías, a pesar de todo complace ver cómo el caballero andante, con su sapiencia y ocurrentes pláticas, sus alucinaciones hilarantes saliese del libro de Cervantes y diera vida a su personaje, aquella primavera de 1607 en la plaza de armas de Pauza, esta teatralización que ha logrado calar en nuestro diario vivir y abrir paso a la interculturalidad de los pueblos, no olvidando nuestro origen andino, que es parte de nuestra identidad. Hoy Pauza es cultura viva, revive sucesos históricos, festeja y celebra sus costumbres y tradiciones ancestrales. La puesta en valor de la memoria colectiva de nuestra gente no debe perderse, el paucino debe conocer sus usos, costumbres y su historia para conservar su identidad, quiero testimoniar mi reconocimiento y homenaje póstumo en este artículo a quién antes de partir de este paraíso terrenal en viaje en polvo hacia las estrellas, me encargo difundir este acontecimiento histórico suscitado en nuestro pueblo, me refiero al hijo predilecto de Pauza, Wilfredo Huaita Núñez, personaje notable, Ingeniero de Minas, ex Ministro de Estado y ex Embajador del Perú en los Estados Unidos Mexicanos, él nos recordó este legado cultural en un manuscrito memorable “Encuentro de dos mundos”, tomo un extracto referido a este hecho histórico. España nos trajo con la hoja toledana de la conquista, la cruz redentora, el habla de Cervantes y el mestizaje de nuestros pueblos que se forja en el largo coloniaje de la nueva España y el Virreinato del Perú. La raza cósmica vasconceliana, heredera de la cultura andina de Toyanbe que nos permite recordar en el tiempo, soy hijo del Tahuantinsuyo, asimilamos la cultura occidental cristiana sin perder la grandeza del Imperio de los Incas, ni las virtudes de su raza, estas disquisiciones se formulan para dar el marco a otro acontecimiento digno de relievarse. Miguel de Cervantes Saavedra escribe su obra memorable “El Quijote de la Mancha” y esta obra pronto cruza el atlántico para figurar entre los libros que acompañan a los conquistadores en América. En la primavera de 1607, según nuestros cronistas e historiadores fue un 19 de octubre de 1607, donde se escenifica esta obra por vez primera en América y segunda en el mundo, en un remoto rincón del mundo, en un oscuro campo minero llamado Pauza, (Después de una mascarada que se llevó a cabo en junio de 1605 en Valladolid – España). Este acontecimiento realizado en la plaza de armas de Pauza, fue para celebrar la designación como XI Virrey del Perú, al Marqués de Montesclaros Don Juan Mendoza y Luna. En ese entonces PAUZA era la Capital del corregimiento de Parinacochas y Don Pedro de Salamanca era su corregidor y admirador del flamante Virrey, ahora Pauza es el distrito capital de la Provincia de Paucar del SaraSara de la Región de Ayacucho por Ley N° 24046 del 02 de enero de 1985, bajo el contexto y sucesos anteriormente descritos, un 26 de abril del año 2003 la Gestión Edil 2003-2006 de la Municipalidad Provincial de Paucar del SaraSara, a propuesta de su Alcalde, previo debate y aprobación, se emitió la Resolución de Alcaldía N° 031-2003-MPPSS por el cuál: Declaran a la Ciudad de Pauza como parte del Patrimonio Cultural de la Nación y Capital Cervantina de América, resolución que ha sido puesto en conocimiento de la población y entidades gubernamentales. Este hecho histórico suscitado en Pauza, basada en la obra cumbre de la literatura universal de Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, el presente año cumplirá 417 años de su puesta en escena en su histórica Plaza de Armas y me pregunto si Don Quijote volviera con su magra figura a recorrer hoy Pauza, entonces se encontraría con un conocido del viejo mundo, el Apóstol Santiago, el santo patrono del pueblo. Nuestro agradecimiento a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, en Castilla-La Mancha (España), por su respaldo incondicional a nuestras gestiones y actividades culturales, al Colectivo “Llaqta Maqta” de seguir apostando en realizar actividades culturales y continuar con el Festival Cervantino que es parte de la interculturalidad que une a nuestros pueblos. Mi llamado a quien ocupa el sillón de Nina Condor Quispe Huamán en el gobierno local provincial, que quiere cosechar frutos de plantas que nunca sembró, pero que tiene la obligación de proteger y promover la diversidad cultural y adoptar políticas que favorezcan la inclusión y participación de todos los pobladores. Que se entienda que el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural, es de vital importancia proteger y mantener nuestra identidad ya que nos acompañará a lo largo de nuestra vida, vivamos donde vivamos, Pauza es cultura viva, revive sucesos históricos, festeja y celebra sus costumbres y tradiciones ancestrales somos un pueblo que resume lo que fuimos, lo que somos y porque seguiremos siendo un pueblo por demás extraordinario en historia, tradición, sabiduría y todo lo que pueda encerrar bajo el general y amplio concepto de CULTURA. ***** Ver también, el artículo: https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2023/04/24/se-cumplen-veinte-anos-de-la-declaracion-de-pausa-peru-como-capital-cervantina-de-america/
Cantería y piedras de afilar en Villafranca de los Caballeros Fecha de Publicación: 15/07/2024 . Félix Patiño Galán.- https://orcid.org/0000-0003-4171-5419 , RESUMEN Villafranca de los Caballeros, es un pueblo de Castilla – La Mancha en la provincia de Toledo. Sabemos que desde el siglo XVIII, ha desarrollado una actividad de extracción y elaboración de piedras de afilar utilizando las vetas de los terrenos de alrededor de sus lagunas, al Noroeste del pueblo y fabricando otros productos como abrevaderos, piedras de construcción, lápidas funerarias y otros. Nuestras fuentes han sido los testimonios de personas que han participado en estos trabajos y pretendemos reconstruir parte de los procesos de extracción, fabricación y comercialización. Una actividad que desapareció en la segunda mitad del siglo pasado y no podemos dejar que se diluya en el olvido. ABSTRACT Villafranca de los Caballeros, it is a town of Castilla – La Mancha in the province of Toledo. We know that, at least since the XVIII century, it has engaged in the extraction and production of sharpening stones using the seams found in the lands surrounding the nearby lagoons, to the Northwest of the town and manufacturing products such as troughs, building stones, gravestones and others. Our sources were the accounts of people who participated in these jobs and we intend to replicate part of the extraction, manufacturing and marketing processes. An activity that disappeared in the second half of the last century and that we cannot let fade into oblivion. . 1.- INTRODUCCIÓN Y ESTADO DE LA CUESTIÓN Todos los villafranqueros de cierta edad hemos crecido asumiendo como cotidiana la existencia de las piedras de afilar, en todas las casas se usaban piedras que eran de nuestro entorno, en las cocinas, en los hatos de los podadores, en los avíos de los segadores, en las alforjas de los agricultores, en todo momento, hemos encontrado piedras de afilar, piedras de asperón. Nadie, hasta ahora ha estudiado esta actividad que siempre se ha nombrado como un oficio antiguo, relacionado con una zona concreta del entorno de las lagunas y con unas familias dedicadas a la cantería. Gracias al interés de Pedro Moya, nos pusimos a seguir las pocas pistas existentes: el Catastro de Ensenada y las declaraciones de los testigos vivos de este arte, familiares de los maestros canteros. Gracias a su disposición y a su memoria hemos podido reconstruir parte de este oficio y definir sus herramientas. Nuestra fuente de información la han compuesto Antonio Velasco, Felisa Velasco y Francisco Velasco, primos ellos e hijos de canteros. Todos han sido testigos de esta actividad y han ayudado a sus padres en diferentes tareas. Vaya aquí nuestro agradecimiento. La metodología de trabajo ha sido sencilla: Una entrevista grabada con cada uno de nuestros informantes, sus transcripciones y, por último, la referencia más antigua a este oficio en Villafranca: el Catastro de Ensenada. Análisis de estos datos y explicación de las conclusiones en este trabajo. Estos maestros de la piedra han mantenido y perfeccionado su arte a lo largo de cientos de años hasta el comienzo de la segunda mitad del siglo XX. Es posible que la actividad cantera existiese en siglos anteriores pero no tenemos datos que lo demuestren, hasta ahora. Sí podemos afirmar que los canteros han mantenido esta actividad desde mediados del XVIII a mediados del XX. 2.- PRODUCTOS Los canteros de Villafranca han fabricado piedras de afilar en dos modalidades básicas: 1.- Los asperonesque son de uso corriente. Suelen ser de forma rectangular y de medidas variables en torno a 15/20 x 7/10 cm. Sirven para afilar cuchillos, navajas, tijeras, su uso fue masivo en los períodos de siega para mantener las hoces en perfecto estado. Todas las alforjas de los segadores llevaban, al menos, una de estas piedras; los podadores igualmente las han usado para afilar sus tijeras, hachas y navajas. . 2.- Las piedras de vuelo. Redondas. Sus medidas varían escalonadamente entre 40 y 80 cm de diámetro. Con un agujero central para el eje de giro. Girando en torno a su eje creaban un área de afilado en su circunferencia exterior. Se han vendido en diferentes zonas como Madrid, Segovia, Cáceres y han sido una herramienta de afiladores ambulantes y de carpinteros del entorno. Otros productos: 3.- Pilillas para usarlas como pesebres de animales, en Villafranca solían ser para los cerdos de cría. Son de una pieza con unos 50 cm de diámetro y 30 cm de altura. Compuestas con una sola piedra que se vaciaba en su centro, dejando unas paredes de 7/8 cm de grueso. . 4.- Pilones aproximadamente son el doble que las pilillas. Con laterales curvos y los bordes largos y rectos. Su uso más corriente era como abrevadero de ganado caballar. 5.- Lápidas para el cementerio. Con diferentes motivos, letras e imágenes. Rectangulares, con algún adorno y cenefa, grabados los nombres de los difuntos. En las ilustraciones 3 y 4 se muestra la lápida de Martín Velasco Casilda, muerto en diciembre de 1930, maestro cantero. Podemos observar las imágenes de su oficio: pico, maceta, compás, cincel, barreno. . 6.- Losas de lavar para la ropa. Sobre las que se enjabonaba y se apretaba la ropa. 7.- Trancos para sujetar las tinajas, de forma triangular, con un lado con superficie curva para acercarlo a la tinaja. Antes había una o varias tinajas en las cocinas y despensas (para agua, vino y otros). Necesitaban tenerlas inmovilizadas y seguras. 8.- Números de las casas, para poner sobre las puertas. 9.- Piedras de construcción con forma rectangular que se han utilizado en la construcción de sillería o mampostería en el pueblo. La Iglesia parroquial y la ermita del Cristo son ejemplos muy claros. 10.- El polvo de asperón se ha utilizado tradicionalmente como ayuda para fregar y dar brillo a los cacharros de cocina. Sartenes, ollas y cucharas. Mezclado con agua pule y abrillanta los útiles de hierro. 3.- HERRAMIENTAS DE TRABAJO Un taller de cantero durante el siglo XX estaba formado por varias personas que trabajaban en equipo en el campo o en casa. Sus instrumentos de trabajos son: Picos, macetas, compás (como el de la imagen), algún barreno (barra gruesa de 1,5 metros de alto con el que se hacía palanca), esteras para sentarse en el suelo, escobas pequeñas para ir limpiando las rozas y la superficie de la piedra que se trabaja, esportillas para sacar la tierra, cinceles, mazas, cuñas de hierro y de madera. Los picos eran de varias clases: el pico de desbastar (de punta fina), el de hacer rozas (un poco más grande y con punta algo más gruesa), el de labrar (de punta finísima). Estos picos se aguzaban en las fraguas del pueblo y había algunos herreros que lo hacían especialmente bien. La ilustración 6 muestra a la familia de canteros fotografiada en el patio de su casa en los años 50. Francisco Velasco Nieto (el niño) con sus padres: Constancio Velasco de la Torre y Cruz Nieto García. Se pueden observar la piedra de vuelo con el hueco del eje cuadrado y las piedras amontonadas para hacer asperones. Especial atención merecen los picos de cantero que portan padre e hijo. . Hay constancia de utilización de barrenos de pólvora en algunos casos para la extracción de piedra de construcción. Y recuerdos de algún accidente como consecuencia de esta práctica. 4.- CANTERAS Villafranca de los Caballeros es un pueblo al SE de la provincia de Toledo. La piedra del entorno tiene un color rojizo y una textura arenosa fina, a veces aparecen vetas más claras, amarillentas, con piedra algo más dura. Existen referencias a esta actividad en el Catastro de Ensenada de 1752. Antonio de Bustos, maestro cantero (56 años): Viñas, casado con María Manrique (50). Hijos: Antonio (24), oficial de cantería, Trinidad (10). (…) Por los capitulares y peritos se le reguló que gana de salario el día que trabaja su oficio de cantero, 5 r v. (…) Alfonso Rodríguez Velasco, labrador y cantero (54), viudo. Hijos: Alfonso (23), ayudador de la labor, Antonia (17), Manuela (19). (…) Utilidad: Se le reguló el jornal diario de su oficio de cantero en 5 r v. (…) Las canteras nombradas son las del Pósito, las de San Antón y las del Agua. No se habla del tipo de piedra trabajada y se establece el jornal de un maestro cantero en 5 reales de vellón. Todas en el entorno de las lagunas. Las últimas en la memoria de los entrevistados están al N de la laguna de la Sal, las de San Antón y las del Polvorín. Parece que en los alrededores de las lagunas se abrieron diferentes puntos de explotación de piedra. Este mapa nos muestra los lugares señalados como canteras en el siglo XX. Cantera de San Antón 2500 m de distancia aproximada a Villafranca Latitud: 39º 26′ 27.03″ N Longitud: 3º 20′ 14.30″ W Coord. X: 470.974,23 Coord. Y: 4.365.753,28 Cantera del Polvorín 3400 m de distancia aproximada a Villafranca Latitud: 39º 26′ 46.94″ N Longitud: 3º 19′ 40.92″ W Coord. X: 471.774,24 Coord. Y: 4.366.364,11 Camino de las Lagunas 2000 m de distancia aproximada a Villafranca Latitud: 39º 26′ 27.62″ N Longitud: 3º 20′ 59.75″ W Coord. X: 469.887,87 Coord. Y: 4.365.775,81 Las tres canteras son de fácil acceso utilizando la carretera de Quero las dos primeras y el camino de las lagunas en la tercera, ya casi desaparecida. La del polvorín fue horadada y utilizadas sus galerías como polvorín en la Guerra Civil. Después de la contienda, la parte militar estuvo cercada y separada, si bien al lado siguieron los trabajos de cantería. Ésta y la de San Antón estuvieron activas hasta la extinción de estos trabajos. La orografía es eminentemente llana y los veteados de piedra se han buscado excavando en los alrededores de la laguna. 5.- EL TRABAJO DE LOS CANTEROS A.- Aspectos técnicos del arte de la cantería: El trabajo de los canteros lo podemos describir gracias a los testimonios de los entrevistados, en especial a Antonio Velasco que, de manera magistral definió así el trabajo en el campo, sobre el terreno: Antes de llegar a la piedra viva, hay que desmontar la tierra que la cubre, picándola y sacándola en esportillas para amontonarla fuera del lugar de trabajo. En esta labor participaba toda la familia, aquí recuerdan su participación nuestros informantes, que entonces eran niños. Proceso: a) Desmonte: Para sacar la piedra de vuelo había que desmontar la capa de tierra que cubre la piedra, ésta solía estar a una profundidad de 2 – 2,5 m, se desmontaba la superficie que consideraban que podían trabajar en ese verano (20 – 25 m2). Descubierta la roca, había que limpiar la primera capa de 5-10 cm, picándola y extrayéndola, esa roca era demasiado débil, no valía, demasiado arenosa, poco concentrada. b) Marcado: Una vez limpio el tajo, comenzaban a marcar las piedras aprovechando todos los rincones, dibujaban sobre la piedra las diferentes medidas de las piedras de vuelo, trabajaban con las medidas de 40, 50, 60, 70 y 80 cm. Con el compás se trazaba el perfil de la piedra y después con el pico se remataba el perfil con una línea de puntos. Era necesario tener mucho “pulso” para seguir una línea tan fina y tener en cuenta los temidos “pelos” cortes o roturas de la piedra que se ven con mucha dificultad y rompen las piedras por las que pasan, si no se han detectado antes de trazar los perfiles, causan estragos, rompen la piedra como si la cortasen. c) Ahondamiento: Se procede a picar la piedra alrededor de lo marcado, teniendo presente que ésta puede ser utilizada más tarde. Se hacía una roza de unos 5 cm de ancha por 12, 13 cm de fondo, después se ahondaba otros 5 cm. Con esto quedaban a la vista las piedras de vuelo sobre la roca madre. d) Extracción: Señalaban los puntos por los que introducir las cuñas de hierro que habían de despegar las piedras de vuelo. Con mazas, les daban a las cuñas escuchando como rompían las piedras para conseguir una superficie lisa y uniforme. Aquí el peligro son las “hojas” de la piedra que rompían dejando una piedra más delgada o más gruesa. En el segundo caso el defecto tiene solución con un simple desbaste. Si la piedra no daba su medida, tampoco valía y se añadía al montón para el invierno. Estos golpes finales eran tarea exclusiva de los maestros. e) Almacenaje y nuevo marcado: Se sacaban las piedras del barranco, las más pesadas se movían rodando con el empuje de dos hombres. Limpio el corte se volvía a marcar una nueva tanda. En la ilustración 8 las piedras redondas no tienen tallado aún el eje cuadrado. Son de diferentes diámetros. Se observan los picos de cantero y detrás, el montón de piedras para convertir en asperones. Este trabajo se repite una y otra vez, con 8 a 10 tandas hasta llegar al agua, las últimas, son especialmente incómodas por la humedad, los canteros tenían que trabajar sobre esteras para protegerse del agua. f) Desbaste y labrado: Las piedras que se sacaban de la cantera se ponían con una de pie y dos más, una en cada lado apoyadas en la primera, se montaba una fila con la primera en el centro. Allí se iban secando. Después, en el mismo sitio las desbastaban, las labraban y les hacían el agujero, esta última era una tarea especialmente difícil. Había que tener muchísimo cuidado para conseguir un agujero cuadrado en una piedra de unos 10 cm de ancha, la piedra podía saltar y romperse fácilmente. El agujero debía tener la medida justa que figuraba en una tablilla que usaban de referencia. g) El final de la extracción lo marcaba el agua. Se trabajaba desde mayo hasta mediados de septiembre en la cantera, luego en casa con las piedras irregulares. Las partes que no se podían aprovechar y las piedras que se rompían se amontonaban para luego trabajarlas en invierno. El período de frío lo dedicaban a la fabricación de asperones sobre piedras sobrantes. Las medidas de los asperones eran variables entre 15 o 20 cm de largo y 7 o 10 cm de anchura y grosor. La limpieza del corte, quitando la arenilla le tocaba a él como el niño de la cuadrilla. Había que sacarla en esportillas a la superficie, arriba de la cantera, haciendo un montón de tierra inservible. B.- Aspectos sociales: Todos los entrevistados coinciden en que el trabajo de cantero es duro y esforzado. El buen tiempo lo dedican a la explotación directa de la cantera. A extraer piedras de vuelo de diferentes medidas y los otros productos. El invierno y los momentos de lluvia se dedican a elaborar piedras de asperón de las diferentes piedras que se sacan más allá de las redondas y otros encargos. Cada miembro de la familia ayudaba en la medida de sus posibilidades. Niños y niñas trabajaban en el desmonte previo al afloramiento de la roca viva, en los traslados de las piedras en basto a las casas para que sean trabajadas en invierno, en el embalaje de los asperones para trasladarlos a otros pueblos en carro o a las estaciones ferroviarias de Quero y de Alcázar de San Juan. Todos coinciden en que era un trabajo duro y sin horario con el concurso de toda la familia. A veces vivían en la cantera todos los miembros de la familia, en tiempo de extracción, primavera y verano. Así lo hacía la familia de Antonio Velasco en las antiguas dependencias militares del Polvorín. El punto más negro es la silicosis, todos los varones de las familias de canteros murieron muy afectados por enfermedades pulmonares. No eran extraños los accidentes como consecuencia del uso de picos o macetas, de la pólvora o de la caída de piedras voluminosas. 6.- COMERCIALIZACIÓN Y DESTINO DE LAS OBRAS ACABADAS Los canteros de Villafranca se han servido de la proximidad de las estaciones de ferrocarril de Alcázar de San Juan y de Quero para comercializar sus piedras. Más tarde utilizaron el transporte por carretera. Y siempre, el carro y los caminos. Se han mandado piedras de afilar a Segovia a una fábrica de cuchillería, piedras de vuelo a la cuchillería Atocha de Madrid, igualmente llevaban a fábricas de mármoles piedras en bruto, también a una fábrica de Villanueva de la Serena en Cáceres. Los asperones se transportaban en espuertas, empaquetadas y acompañadas de paja para que no se rompiesen con el roce durante del viaje. Los pedidos del mercado local y de los pueblos vecinos eran de todos los productos, asperones, pilillas, pilones, lápidas para el cementerio, mampostería, etc. 7.- CONCLUSIONES El oficio de cantero ya existía, al menos, a mediados del siglo XVIII en Villafranca. Es posible que tenga mayor antigüedad teniendo en cuenta la calidad de las piedras del entorno. Durante los siglos XIX y XX, la elaboración de piedras de afilar ha supuesto el grueso de la carga de trabajo de los canteros de esta localidad. El arte de la cantería ha pasado de generación en generación dentro de las mismas familias hasta su desaparición en los años 60 del siglo XX. Los mercados de piedras de afilar, asperones y piedras de vuelo, fueron, además el mercado local y de los pueblos próximos, Madrid, Segovia y Extremadura. Utilizando los medios de cada época: el carro con los caminos y carreteras, el ferrocarril desde las estaciones de Alcázar de San Juan y de Quero y en los últimos tiempos, el camión. En nivel empresarial de los canteros de Villafranca siempre fue el de explotación familiar. Todos murieron de afecciones pulmonares, la silicosis fue la afección más común. 8.- INFORMANTES Las fuentes de este artículo son las entrevistas a parientes de los últimos canteros que han acompañado a sus padres en el trabajo de la cantera. Desmontando, limpiando, subiendo la tierra a lugares donde no moleste, incluso ayudando a sus padres en tareas más delicadas. Testigos del trabajo callado de sus padres, en invierno, a la vera de la lumbre, haciendo asperones que luego apilaban en espuertas para venderlos en los diferentes mercados. Es momento de agradecer el testimonio de tres personas: Francisco Velasco Nieto, de 74 años. Hijo de cantero. Trabajó en el oficio hasta los 18 años. Entrevistado el 18 de septiembre de 2019. Felisa Velasco Cervantes, nació en 1947 en Villafranca de los Caballeros. Hija de Félix y Valeriana. Miembro de una familia de canteros. Trabajó en los pasos previos al desmonte antes de llegar a la piedra viva. Ayudó en tareas auxiliares. Entrevistada el 12 de octubre de 2019. Antonio Velasco Casero, 63 años. Nacido en 1956. Hijo de cantero, desde pequeño colaboró en todos los trabajos con su padre. Entrevistado el 19 de diciembre de 2019. 9.- OTRAS FUENTES Catastro de Ensenada. Consultado durante el año 2018 gracias a sitio https://www.familysearch.org/es/. En él hemos encontrado las huellas más antiguas de los canteros de Villafranca. . ***
El milagro de los rayos del sol a soslayo Fecha de Publicación: 30/06/2024 Este pasado 24 de junio llegaba a Santiago de Compostela, esta vez no como peregrino. Se celebraba el día del nacimiento de San Juan Bautista, fiesta importante en el calendario cristiano. Son las 18:00 horas y casi por inercia, desde la Plaza del Obradoiro, me encaminé a la entrada de la catedral compostelana en la Plaza de Platerías. Había en el interior muchos peregrinos susurrando en diferentes idiomas, ya sin sus mochilas y bastones de camino, cumpliendo con la tradición de dar un abrazo al apóstol Santiago y escuchar la Misa del Peregrino. Sus cuerpos mostraban signos evidentes de cansancio, algunos habían hecho el Camino Francés desde Roncesvalles durante más de treinta jornadas, pero sus caras expresaban paz y satisfacción. Como un peregrino más abracé al apóstol y esperé pacientemente el comienzo de la misa. Las dos veces que había hecho como peregrino los últimos 117 km del Camino no pude asistir a esta misa y por lo tanto tampoco ver el momento mágico de la incensación de la catedral con su enorme Botafumeiro. Imagen de La Voz de Galicia En la Edad Media ya se usaba un gran incensario para purificar la catedral y a los miles de peregrinos que abarrotaban sus naves. En el Códice Calixtino, del siglo XII, además del relato del traslado del cuerpo del apóstol Santiago desde Jerusalén a Compostela, este documento valiosísimo contiene una guía de caminos para los peregrinos, describiendo los conventos y santuarios que encontrarían a su paso, como también de la catedral compostelana y su formidable incensario. Hoy está en uso el construido en 1851 de latón plateado, de una altura de 1,5 m y un peso de 62 kg, sin las brasas y el incienso. El anterior, del siglo XV, totalmente de plata, fue robado por el ejército napoleónico en 1809. Eran las 20:15 cuando, antes de la bendición, un grupo de hombres cargaron el Botafumeiro de brasas e incienso, y, con un ingenioso sistema de poleas suspendidas del cimborrio del crucero de la catedral, lo hicieron volar como un gran péndulo por la nave transversal, ante la mirada atónita de todos los asistentes. No es más de dos minutos lo que dura esta precisa maniobra, mientras el órgano interpreta el himno al apóstol, pero suficiente para que el ambiente de toda la catedral se llene de humo y olor del incienso. Fotografía de Luis M. Román Terminada la misa, los peregrinos iniciaron su salida de la catedral, su Camino, ahora sí, había terminado. Yo estaba en la parte del medio de la nave central y esperé unos minutos a que la mayoría saliesen. Y en ese momento, un gran rayo de sol que entraba desde una de las vidrieras de la Puerta de la Gloria me llamó la atención, potenciado por el intenso humo del incienso. Recorde de inmediato el milagro que Alonso de Villegas, en 1594, describió en su Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum, al tomar el protagonista un rayo del sol que entraba muy inclinado, casi horizontal, por alguna vidriera como un madero en el que apoya su capa o manta: «En tanto que pasaba esto, Goar entró en la iglesia donde estaba Rústico, el obispo, con sus clérigos. Miró a una y otra parte y vido que, siendo hora de ponerse el Sol, entraba un rayo dél al soslayo y daba en un rincón. Parecióle que era madero que estava allí, y viniendose caluroso, quitóse el manteo y fuese a poner sobre él, y el rayo del Sol le sostuvo, estándolo mirando el obispo con todos sus clérigos, lo cual también fue por él atribuido a arte mágica.» Esta imagen, que solo se puede apreciar muy pocos días del año, tuve la gran dicha de poder verla el pasado día de San Juan en la catedral compostelana. Imagen que ilustrará una de las notas que incluiré al curioso lector viajero en la segunda parte de Tras los pasos de Rocinante, que aquí te adelanto: 2.1 A soslayo Vas a seguir los pasos de Rocinante. Saldrás del lugar de don Quijote hacia el este en busca de unos gigantes que pronto verás. Tú vas a decidir la estación del año y la hora del día en el que te pondrás en camino, pero siempre hacia el este, por donde sale el sol. Quizás te animes a comenzar esta segunda salida de don Quijote como él y su escudero hicieron, en mitad de una corta noche de verano manchego y con los primeros rayos del sol abras tu Quijote y leas: «Acertó don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había tomado en su primer viaje, que fue por el campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no los fatigaban» (Q1, 7) A no ser que en ese momento del día el sol esté muy alto o sea al final del día cuando decidas ponerte en camino, y te pase desapercibida esta circunstancia, creerás que el texto cervantino y esta guía de caminos no se corresponden con la incidencia de los rayos sobre tu cuerpo. Los rayos del sol te dan de frente y no de lado, como esperabas. No tardarás en consultar en tu Smartphone lo que la RAE dice de la palabra soslayo. Soslayo: 1. adj. Soslayado, oblicuo -Al soslayo 1. loc. adv. Oblicuamente -De soslayo 1. loc.adv. Oblicuamente 2. loc. adv. De costado y perfilando bien el cuerpo para pasar por alguna estrechura. 3. loc. adv. De largo, de pasada o por encima, para esquivar una dificultad. Después de unos momentos de dudas, podrías preguntarte que si Cervantes pone en camino a don Quijote hacia el este en sus dos primeras salidas, ¿cómo es posible que Cervantes cometiese este descuido tan evidente?, o ¿podría tener la palabra soslayo afecciones o significados distintos a principios del siglo XVII a los actuales? Decides consultar el Tesoro de la lengua castellana, o española compuesto por Sebastián de Covarrubias en 1611, el diccionario del tiempo de la escritura del Quijote, y no aparece esta palabra. En estas siguientes líneas verás que llevabas razón, que la palabra soslayo tenía otro significado en tiempo de Cervantes, y que no ha llegado a nuestros días. Además de «por el costado», «perfilar el cuerpo para pasar por alguna estrechura» y «pasar de largo o por encima de alguna dificultad», cuando los rayos del sol están muy bajos, por ser la primera o última hora del día, o por ser invierno ―el sol sube muy poco quedando muy oblicuo con el plano del campo―, se decía en tiempo de la escritura del Quijote que daban los rayos del sol a soslayo, independientemente de que estos incidieran de frente, de lado o por detrás. Cervantes compara este momento de la segunda salida, con los rayos del sol saliendo por el horizonte, con el calor sufrido en su primera salida durante un largo día del mes de julio. En julio, en la Mancha, el sol sube tanto y tan rápido que casi todo el día lo llevó sobre su cabeza don Quijote. Soslayo, no es una palabra muy utilizada hoy a cualquier nivel, y tampoco lo era en tiempo de Cervantes. Según el Corpus diacrónico del español (16-11-2023), Cervantes la utiliza en seis ocasiones en toda su obra conocida, y su gran rival Lope de Vega solo la utiliza dos veces en su extensísima obra. Es Cervantes el autor del Siglo de Oro que más veces la usa: – Al túmulo del Rey que se hizo en Sevilla (1598) «… y luego encontinente caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.» –El Quijote (1605) «… por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no les fatigaban.» –La gitanilla, en las Novelas ejemplares (1613) «… vemos cómo arrincona y barre la aurora las estrellas del cielo, y cómo ella sale con su compañera el alba… tras ellas, el Sol, dorando cumbres y rizando montes; ni tememos quedar helados por su ausencia cuando nos hiere a soslayo con sus rayos, ni quedar abrasados cuando ellos particularmente nos toca…» –Viaje al Parnaso (1614) «Al volver de una esquina sentí un brazo… otros dos al soslayo se llegaron, y con la risa falsa del conejo y con muchas zalemas me hablaron…» –Comedia famosa de los baños de Argel (1615) «En acabando la música, dice el sacristán (Todo cuanto dice agora el sacristán lo diga mirando al soslayo a Caurali)» –El Persiles (1616) «… metió mano a su espada y por entre los brazos de Seráfido se la metió a Periandro por el hombro derecho, con tal furia y fuerza que le salió la punta por el izquierdo, atravesándole, poco menos que al soslayo, de parte a parte.» En dos ocasiones utiliza soslayo para significar miradas del protagonista hacia un lado, como con desdén o desprecio: Al túmulo del Rey que se hizo en Sevilla y en la Comedia famosa de los baños de Argel. Una vez la usa con ocasión de la llegada de algunos personajes por un costado del protagonista del párrafo: Viaje al Parnaso. En el uso de la espada y la forma de herir con ella una sola vez: El Persiles. Y en la forma que los rayos del sol inciden sobre los protagonistas en dos ocasiones: El Quijote (1605) y en La gitanilla. En esta última novela, hace referencia al frío que en invierno causa al grupo de gitanos la poca altura que llega a tener el sol, dándoles este «a soslayo», a diferencia del verano en el que el sol los abrasa al subir casi en perpendicular al plano del campo. De la misma manera, al salir el sol en verano, no molesta su calor porque sus rayos inciden «a soslayo», muy bajos, como anota el narrador en el Quijote. Entre 1585, fecha en la que Miguel de Cervantes publica La Galatea y el año 1625, en todo el Corpus escrito en español, en cualquier tipo de escritura, solo es usada la palabra soslayo en algo más de sesenta ocasiones, una décima parte de ellas Cervantes. La forma de herir con la espada al contrincante, es la más utilizada, como por ejemplo Vicente Espinel, en 1618, en la Vida del escudero Marcos de Obregón anota «que el Marqués no había recebido daño -porque la estocada había sido a soslayo-…», o el Inca Garcilaso de la Vega, en 1605, escribe en La Florida del Inca que « le pasó la flecha un jubón estofado y lo hirió de manera que, por ser a soslayo, no lo mató» Solo un autor, además de Cervantes, utiliza en este tiempo la palabra soslayo para referirse a la incidencia de los rayos del sol con respecto al plano del suelo. Alonso de Villegas, en 1594, escribía en su Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum un hecho milagroso al tomar el protagonista un rayo del sol que entraba muy inclinado, casi horizontal, por alguna vidriera o ventana como un madero en el que apoya su capa o manta. Al contrario que a don Quijote y a Sancho que los rayos del sol no les fatigaban por ser a primeras horas del día, el momento descrito en el interior de la iglesia es al final del día, es al ponerse el sol: «En tanto que pasaba esto, Goar entró en la iglesia donde estaba Rústico, el obispo, con sus clérigos. Miró a una y otra parte y vido que, siendo hora de ponerse el Sol, entraba un rayo dél al soslayo y daba en un rincón. Parecióle que era madero que estava allí, y viniendose caluroso, quitóse el manteo y fuese a poner sobre él, y el rayo del Sol le sostuvo, estándolo mirando el obispo con todos sus clérigos, lo cual también fue por él atribuido a arte mágica.» Ilustración de Antonio Mingote (2005) Quizás la mejor ilustración que define «por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo, los rayos del sol no les fatigaban», es la de Antonio Mingote publicada junto con otras muchas más imágenes geniales suyas en Don Quixote de la Mancha. Compuesto por D. Miguel de Cervantes – Ilustrado por D. Antonio Mingote, editado en 2005 por Editorial Planeta, S.A. en diez magníficos tomos. Luis Miguel Román Alhambra
Juan Bautista Sánchez Bermejo un molinero de altura en los “Almuerzos de don Quijote” Fecha de Publicación: 30/06/2024 En el último Almuerzo de don Quijote de antes del verano organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar, hemos recibido a uno de los pocos molineros en activo que se encargan de construir y mantener todo tipo de molinos de viento Alcázar de San Juan, 30 de junio de 2024.- En la mañana del sábado la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha tenido como invitado a los Almuerzos de don Quijote a Juan Bautista Sánchez Bermejo, uno de los pocos molineros (dos o tres) que quedan en Castilla-La Mancha con capacidad plena no sólo para reparar y mantener estos ingenios, sino para levantarlos desde cero. En esta actividad cultural llamada “Almuerzos de don Quijote”, los invitados nos cuentan sus experiencias, sus trabajos y sus proyectos, alrededor de unos típicos platos manchegos, en una charla abierta y fluida que se prolonga por horas, en la que los socios de la Cervantina aprenden mucho del conocimiento de los especialistas que nos visitan. En esta ocasión Juan Bautista nos ha contado sus últimos proyectos de rehabilitación de molinos de viento, a lo largo de varias comunidades españolas, Murcia, La Mancha y especialmente uno de los últimos proyectos que ha llevado a cabo en Ciudadela (Menorca), la restauración de un molino de tipología Balear de Torre, con seis aspas y cuyo velamen lo forman seis lienzos rectangulares y del que su rehabilitación y puesta en funcionamiento lo ha dejado muy satisfecho. A lo largo del almuerzo nos ha contado el proceso de fabricación de los componentes de la maquinaria de un molino, desde la selección de los árboles adecuados que le proporcionan las maderas requeridas, hasta el trabajo de elaboración de la madera, dando la forma y longitud a cada pieza y ensamblándolas de forma que el conjunto pueda funcionar de forma correcta. Esto es importante, porque su experiencia le dice que hay maestros que cuidan y mantienen los molinos, recuperan sus piezas e incluso sus engranajes, pero luego hacerlos funcionar es otra cosa, porque toda la maquinaria del molino es un conjunto que, para que pueda ponerse en marcha, tiene que ir perfectamente ensamblado y ajustado a fin de obtener de él un óptimo rendimiento en la molienda. Aprendió el oficio de maestro molinero trabajando con otras personas de la comarca que se dedicaban a este oficio, eran fabricantes y reparadores de molinos de viento que se fueron jubilando y en un momento dado, se atrevió a dar un paso adelante sin miedo y siguió perfeccionándose, y en muchos casos, aprender a base de prueba y error. El resultado de su trabajo es que en la actualidad ha conseguido una fiabilidad extraordinaria y todas sus instalaciones se cuentan por éxitos. No entrega un trabajo terminado mientras no ve un molino funcionando, si es a eso a lo que se ha comprometido con los clientes. Por eso no es raro que tenga que viajar habitualmente a las Islas Baleares o allá donde son requeridos sus servicios. De hecho, tiene dos proyectos pendientes para rehabilitar molinos de viento en Mallorca. Podemos decir sin ningún temor a equivocarnos que Juan Bautista es un molinero de altura, ya que le gusta mucho la escalada deportiva y la practica regularmente y siempre que el trabajo se lo permite, para mantenerse en forma y en buenas condiciones de agilidad. En la primavera pasada ha estado por un periodo de dos meses en Argentina, haciendo el ascenso al monte Aconcagua (6.960m) el más alto del continente americano, en la cordillera de los Andes, que es la segunda del mundo en altura tras el sistema de los Himalayas en Asia. Después visitó el desierto de Atacama en Chile, el lugar no polar más árido del planeta, que con una extensión de 105.000km, parajes en los que hay que soportar temperaturas extremas. En resumen, la visita de Juan Bautista Sánchez Bermejo ha constituido un “almuerzo” muy productivo para los cervantistas alcazareños, por la sencillez, naturalidad y forma de ser del invitado, una visita de la que se han beneficiado para perfeccionar en gran medida su conocimiento profundo del molino de viento, tanto de la manipulación de sus principales componentes, como del funcionamiento de cada pieza, de su maquinaria o las partes críticas del mantenimiento de este ingenio industrial que proliferó aquí, en la Mancha en el Siglo de Oro Español. Se puede aseverar que, de no ser por Miguel de Cervantes, que incluyó los molinos de viento como protagonistas de una de las aventuras más conocidas en la historia de don Quijote, estas máquinas hubieran desaparecido de nuestros horizontes, al cesar el objeto principal de su construcción: la molienda de granos, y con toda seguridad se habría perdido en el olvido este bonito y difícil oficio de maestro molinero. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Vídeo del molino Rucio (Consuegra) en plena molienda, remitido por el molinero Juan Bautista Sánchez Bermejo, en la tarde del sábado 29 de junio, tras el Almuerzo de don Quijote en nuestra sede.
La ruta Cervantin@lcazar más especial Fecha de Publicación: 14/06/2024 Ruta Cervantina especial organizada para los usuarios del Centro Frida Kahlo, se realizó en la mañana del viernes en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan tras un intenso trabajo de adaptación por parte del personal responsable del Centro Alcázar de San Juan, 14 de junio de 2024.- la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha coordinado una Ruta Cervantina especialmente adaptada a los usuarios del Centro Frida Kahlo. Los cervantinos alcazareños se muestran de acuerdo en que ha sido una de las más gratificantes que han hecho a lo largo de sus diez años de historia. Si los participantes de la ruta se han quedado satisfechos, los coordinadores mucho más, sobre todo por el mimo y cariño con que ha sido preparada la Ruta. Tras el guion inicial aportado por la Cervantina, las personas responsables del centro, Noelia Redondo y Bárbara Gutiérrez realizaron un intenso y excelente trabajo de adaptación en el que se contó con la inestimable colaboración de Alfonso Justo, experto en lectura fácil y accesibilidad cognitiva del centro, de forma que las informaciones finales que los usuarios recibiesen, fuesen comprensibles y asimilables por la práctica totalidad de los participantes en la Ruta. Ese componente extra de trabajo y dedicación le ha conferido a la actividad un valor extra difícilmente cuantificable del que los conductores de la ruta se sienten muy satisfechos porque era un gran reto para la esta asociación cultural. Luis Miguel Román y Constantino López, presentaron unos días antes en el salón de actos del centro Frida Kahlo el contenido de la ruta y hablaron genéricamente de ella e incluso suscitaron algunos interrogantes, de forma que aumentase la curiosidad de los participantes y acrecentase el deseo de realizarla. La ruta que ha tenido seis paradas, les ha permitido conocer “don Quijote y su gato junto a las Aguas de Alcázar, “El Quijote cósmico” en la plaza de Palacio, “Estatua de Cervantes” y la “Iglesia de Santa María”, el lugar donde estuco la casa de “Juan López Caballero” en la calle de San Juan, el lugar de la casa natal de Miguel de Cervantes” y ha finalizado en la “estatua de don Quijote y Sancho Panza” en la plaza de España. En estos lugares y con lenguaje claro e inteligible, los usuarios han podido conocer la vinculación que todos ellos tienen con la obra “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” y con su autor Miguel de Cervantes Saavedra. Significativo ha sido que en el inicio de la ruta, en la primera de las paradas, donde Alonso Quijano se encuentra sentado en el pilón, leyendo libros de caballería junto a su gato (obra en bronce del escultor José Lillo Galiani, creada en 2007), mientras se explicaba que la persona a la que representaba la imagen, perdió el juicio leyendo libros de caballerías, uno de los usuarios al acercarse a verla más de cerca y leer el título de uno de los libros “Amadís de Gaula”, ha comentado que esa era una de las principales y más famosas novelas de caballerías. Este comentario, que demuestra un conocimiento de Cervantes y su obra muy por encima del nivel medio de visitantes habituales a las rutas, ha dejado favorablemente sorprendidos a los miembros de la Sociedad Cervantina, dejándoles con un excelente sabor de boca, con la sensación de que, si la mayoría de los usuarios lo han pasado bien y han aprendido cosas en la ruta, se ha cumplido sobradamente el objetivo de entretener y enseñar, lo que supone una gran satisfacción por el trabajo realizado. Centro Frida Kahlo y Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
1000 Quijotes cabalgan en la Ciudad de México Fecha de Publicación: 12/06/2024 . Lo del título parece surrealista, pero me refiero a la colección más numerosa de “Quijotes” del continente americano, que se exhibe en la Ciudad de México en el Museo Franz Mayer. La misma está integrada por más de 1000 libros, 786 de ellos son ediciones históricas de la máxima obra de las letras en español y obra maestra de la Literatura Universal de Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, que pertenecen a la colección del museo donde se realiza la muestra. La directora general del mismo, Giovana Jaspersen García, en entrevista al periódico Crónica dijo: “Una historia se puede contar de maneras totalmente distintas: la puede ilustrar Dalí, la puede grabar Doré y cuando vemos el nombre del impresor, del encuadernador, ciertas obras con papeles marmoleados, otras más con nervios móviles, nos damos cuenta que de la cantidad de significados y valores que hay dentro del objeto libro va muchísimo más allá de la historia que nos contó Cervantes y también es fundamental”. Recordemos que el Quijote fue publicado en dos partes, la primera en 1605 y la segunda en 1615. El Quijote ha sido aclamado como la primera novela moderna y un precursor del realismo literario. Tengamos presente que el escritor argentino Jorge Luis Borges, lo consideraba la fuente de la que emanaban todas las novelas. Para el académico Jean Canavaggio, Cervantes con Don Quijote de la Mancha: “no sólo creó un texto que desafía cualquier clasificación bajo las normas existentes, sino que también abrió el camino para todas las formas narrativas futuras”. Entre los tomos que se exhiben, se encuentra el primer Quijote que adquirió Franz Mayer: la edición de la Real Academia Española, publicada en 1780 e impresa por Joaquín Ibarra, de gran lujo e ilustrada por destacados artistas españoles de la época. También en la muestra sobresale la primera traducción a la lengua inglesa, a cargo de Thomas Shelton (1612), las ediciones ilustradas por el pintor inglés John Vanderbank (1738), por Gustav Doré, artista francés y posiblemente el más afamado ilustrador del Quijote (1863); Ricardo Bacala y Juan Luis Pellicer (1880); por Lorenzo Goñi (1967) y por Salvador Dalí (1967). A su vez, el especialista en letras españolas, Emiliano Álvarez, investigador que participó en la curaduría de la exposición dio a conocer que son cuatro los nodos temáticos que se pueden encontrar en la exposición. El primer tema son los personajes femeninos; el segundo es la risa; “se tiñe al libro de una seriedad que no tiene, es para reírnos”; el tercer tema son los límites de ficción y realidad; y el cuarto es la irracionalidad del libro. También Álvarez impartirá la conferencia: “Vuelta y vuelta: el Quijote siempre está recomenzando”. Remarcó el especialista que “El siglo 17 es un momento especialmente convulso en la historia cultural y filosófica occidental y es un momento en que la razón está tratando de definirse a sí misma. Por lo general los conceptos se definen expulsando lo que no son, de aquello que los niega, y eso está configurado en el Quijote de muchas maneras”. ¡Hasta el próximo encuentro..! Dr.(c).Washington Daniel Gorosito Pérez
La venta donde don Quijote es armado caballero Fecha de Publicación: 26/05/2024 Dedicado a un amigo de Pilas Don Quijote llegando a la venta. Dibujo de José Jiménez Aranda (BIQ) En el Quijote hay muchos lugares nombrados, de España y fuera de ella. Vinculados con el entorno físico cercano al lugar de don Quijote, su comarca de origen, explícitamente cinco: El Toboso, Tembleque, Quintanar [de la Orden], Argamasilla [de Alba] y Puerto Lápice, e implícitamente uno: Campo de Criptana. El Toboso es el lugar manchego más nombrado en la novela: «… y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él anduvo enamorado…vino a llamarla Dulcinea del Toboso ―porque era natural del Toboso―» (Q1, 13). Además de ser el lugar de Dulcinea, don Quijote y Sancho pasan por él al inicio y final de su tercera salida de su pueblo. A Tembleque va a segar Sancho desde su pueblo. Era habitual, costumbre que ha llegado hasta el siglo XX, que los jornaleros agrícolas después de terminar las labores en su pueblo fuesen a los de alrededor a echar algunos jornales más que ayudasen en la pobre economía de las familias. Es Sancho quien lo nombra durante las explicaciones que daba a la duquesa a su tan deseado cuento: «Y así, digo que llegando el tal labrador a casa del dicho hidalgo convidador, que buen poso haya su ánima, que ya es muerto, y por más señas dicen que hizo una muerte de un ángel, que yo no me hallé presente, que había ido por aquel tiempo a segar a Tembleque…» (Q2, 31). Quintanar de la Orden está nombrada en dos ocasiones, en contextos muy diferentes y muy distantes entre ellas, al principio del primer Quijote y al final del segundo. La primera es en el regreso a casa de don Quijote, después de ser nombrado burlescamente caballero por el ventero: «No había andado mucho cuando le pareció que a su diestra mano, de la espesura de un bosque que allí estaba, salían unas voces delicadas, como de persona que se quejaba…» (Q1, 4). Estas voces eran de un joven pastor, Andresillo, al que atado a una encina su amo le estaba azotando por perderle cada día una oveja del rebaño que le cuidaba, según él. Este ganadero es «Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar». Al final del segundo Quijote, encontramos la segunda referencia de Quintanar de la Orden. Don Quijote lleva enfermo seis días en la cama y Sansón Carrasco trata de animarlo, diciéndole: «que ya tenía comprados de su propio dinero dos famosos perros para guardar el ganado, el uno llamado Barcino y el otro Butrón, que se los había vendido un ganadero del Quintanar» (Q2, 74). Argamasilla de Alba, es nombrada al final del primer Quijote, con sus célebres vecinos los «Académicos de la Argamasilla». El «autor desta historia» nos adelanta una segunda parte, con una tercera salida de don Quijote de su casa en busca de aventuras, esta vez hacia Zaragoza. Este nuevo escenario de aventuras fuera de la Mancha, e incluso las noticias de la muerte de don Quijote, dice el autor que las conoce por unos pergaminos que un médico había encontrado en una caja de plomo, entre los cimientos de una antigua ermita que se estaba reconstruyendo: «…que contenían muchas de sus hazañas y daban noticia de la hermosura de Dulcinea del Toboso, de la figura de Rocinante, de la fidelidad de Sancho Panza y de la sepultura del mesmo don Quijote, con diferentes epitafios y elogios de su vida y costumbres… Las palabras primeras que estaban escritas en el pergamino que se halló en la caja de plomo eran estas: Los académicos de la Argamasilla, lugar de la Mancha en vida y muerte del valeroso don Quijote de la Mancha, hoc scripserunt.» (Q1, 52). Hay muchísimos autores que mantienen que Argamasilla de Alba es el lugar de don Quijote, contraviniendo la intención explícita de Cervantes de no nombrar el lugar de don Quijote en la novela: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía un hidalgo…» (Q1, 1). Argamasilla de Alba no es el lugar de don Quijote, pero sí delimita el sur de esta comarca donde está el famoso lugar. De lo que no cabe duda alguna es que Argamasilla de Alba es el lugar de don Quijote, ¡pero del Quijote apócrifo de Avellaneda! Mientras Cervantes estaba terminando su segundo Quijote, un anónimo Alonso Fernández de Avellaneda imprimía en 1614 el «Segundo Tomo del Ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha», dirigido «Al Alcalde, regidores y hidalgos, de la noble villa de Argamesilla de la Mancha, patria feliz del hidalgo caballero don Quijote, lustre de profesores de la caballería andastesca» Este «inquietante Quijote de Avellaneda», como lo califica Enrique Suárez Figaredo, indigna y aguijona a Cervantes a terminar su segundo Quijote, introduciendo a última hora críticas directas hacia el enigmático autor de Tordesillas, saliendo también de la imprenta madrileña de Juan de la Cuesta en 1615. Anotar, porque es necesario hacerlo también, que en la Mancha que conoció y recorrió Cervantes había dos Argamasillas, hoy en la misma provincia de Ciudad Real: Argamasilla de Alba y Argamasilla de Calatrava. Puerto Lápice, es el cuarto mojón o hito geográfico que cierra el borde de la comarca manchega de don Quijote, con El Toboso. Localidad actual de la provincia de Ciudad Real, era en tiempo de Cervantes un pequeño núcleo dentro de los límites de la villa de Herencia, compuesto por unas casas-quintería de agricultores y una venta, siendo esta propiedad de un vecino de Villafranca de los Caballeros. Con este topónimo es ya nombrado este paraje en las Relaciones Topográficas de Herencia, en 1575: «… en el término de ella está una venta que se dice el Puerto Lápice como está declarado y esto responden, y esta venta es de un particular vecino de Villafranca». Hacia este lugar van don Quijote y Sancho después de la aventura de los molinos, encontrándose con la comitiva vizcaína y de frailes de San Benito. Campo de Criptana está nombrada implícitamente, por ser la única villa en toda la Mancha que contaba con más de treinta molinos de viento en el tiempo de la escritura del Quijote. Está muy cerca del lugar de don Quijote, porque contra uno de esos molinos entró en batalla al inicio de su segunda salida: «—La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.» (Q1, 8) En mis trabajos, tanto en artículos en este blog como en publicaciones en papel, he puesto nombre a cuatro lugares más dentro de esta comarca: Alcázar de San Juan como el lugar de don Quijote, la Venta de Manjavacas donde es armado caballero don Quijote, Mota del Cuervo donde el Caballero del Verde Gabán tenía su casa y Socuéllamos como el lugar donde Camacho y Quiteria iban a celebrar sus famosas bodas. Sobre la venta en la que es armado caballero don Quijote se ha escrito mucho y parece que se va a seguir haciendo. Es el lugar donde el hidalgo manchego llega después de un largo día de camino a lomos de su buen Rocinante en su primera salida de su casa en busca de aventuras. Esto es lo que nos cuenta el narrador: Casi todo aquel día caminó sin acontecerle cosa que de contar fuese, de lo cual se desesperaba, porque quisiera topar luego con quien hacer experiencia del valor de su fuerte brazo. Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la del Puerto Lápice, otros dicen que la de los molinos de viento; pero lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo que he hallado escrito en los anales de la Mancha, es que él anduvo todo aquel día, y, al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre, y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba. Diose priesa a caminar, y llegó a ella a tiempo que anochecía. (Q1, 2) Cervantes deja meridianamente claro a sus lectores que la primera aventura de don Quijote no es la de Puerto Lápice, ni la de la batalla contra los molinos de viento en Campo de Criptana, sino la de la venta donde es armado caballero, que tampoco nombra. En esta parte de la Mancha, por la cercanía entre lugares, había tres ventas en sus caminos: La Venta de Puerto Lápice. La Venta de Manjavacas en Mota del Cuervo. La Venta de Las Motillas entre Alcázar de San Juan y Manzanares. Cervantes deja, a sus primeros lectores de principio del siglo XVII, situada en el mapa de la Mancha esta venta durante el regreso de don Quijote a casa desde ella. La primera aventura de don Quijote, siendo ya «caballero andante», es al poco de salir de la venta por el mismo camino que llevó el día anterior. Es la del joven Andresillo. Cerca de la venta estaba el pastor Andrés guardando el rebaño de su amo «Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar». Y poco después don Quijote se encuentra de frente con una comitiva de comerciantes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. Solo la Venta de Manjavacas se encuentra en el transitado camino de Toledo a Murcia, al este de esta comarca. Desde ella, caminando don Quijote hacia el oeste, de regreso a su casa, pudo encontrase de frente con la comitiva de mercaderes toledanos. Hasta el año 2011, en el que en Mi vecino Alonso, analizando estos datos en el contexto geográfico de esta parte de la Mancha, nombré por primera vez esta desaparecida Venta de Manjavacas como la venta a la que llega don Quijote en su primera salida, algunos autores situaban este episodio en la Venta Quesada, en el término de Manzanares o en la Venta de Puerto Lápice. Veamos algunos ejemplos. A finales del siglo XVIII se editaron en España dos Quijotes que incluían por primera vez sendos mapas donde se delineaban los lugares de paso y los parajes de las aventuras de don Quijote. Mapa del Quijote de Ibarra o de la RAE (1780) El primero de ellos lo imprime lujosamente Joaquín Ibarra para la Real Academia de España en 1780. En él, aparece el «Mapa de una porción del Reyno de España que comprehende los parages por donde anduvo Don Quixote, y los sitios de sus aventuras. Delineado por D. Tomás López Geógrafo de S.M. según las observaciones hechas sobre el terreno por D. Joseph de Hermosilla Capitán de Ingenieros». Este mapa también fue conocido como «el de la Academia» Tomás López se limitó a marcar y anotar el recorrido sugerido por José de Hermosilla en uno de sus mapas de España, tan reconocidos en su época. No marca el lugar de don Quijote, aunque por aproximación a las primeras aventuras parece indicar que Hermosilla se decantaba por Argamasilla de Alba. En la leyenda del mapa están numeradas las aventuras por orden cronológico a cómo sucedieron en la novela. La primera no puede ser otra que la de la venta: «1. Venta donde fue armado Caballero». En el mapa el «1» corresponde a un paraje situado entre Manzanares y Valdepeñas, donde no existía venta alguna. El geógrafo, además de la situación de esta venta inexistente, ubica la «5. Aventura de los molinos de viento» entre Argamasilla de Alba y Villarta de San Juan, donde tampoco existían molinos de viento en tiempo de la escritura del Quijote. Y la «6. Aventura de los frailes y el Vizcaino» la marca al oeste de Puerto Lápice, en medio de la Sierra de la Calderina. Mapa del Quijote de Sancha (1791) Unos años más tarde, en 1797, Gabriel de la Sancha imprime otro magnífico Quijote, con otro mapa nuevo, la «Carta Geográfica de los viajes de don Quixote y sitios de sus aventuras: Delineada por D. Manuel AntoRodrigz según las observaciones históricas de D. Juan Anto Pellicer, Biblioteco de S.M.» Juan Antonio Pellicer marca Argamasilla Alba como la «patria de D. Quixote». La venta donde es armado caballero, la primera aventura, la sitúa entre Manzanares y Villarta de San Juan. En este entorno ha existido hasta su completa demolición durante el siglo XX la Venta de Quesada. Propiedad de la familia Quesada, asentada en Manzanares en el siglo XV, esta venta no está nombrada en las Relaciones hechas en Manzanares, en enero de 1579. ¿Olvido o intención de no notificar esta venta y sus rentas? Tres años después de la primera solicitud del rey, hecha en octubre de 1575, ante la insistencia del alcalde mayor y del gobernador del Campo de Calatrava, el alcalde Juan Sánchez, el regidor Juan Bautista Salinas y varios vecinos, entre los que se encontraba el bachiller Francisco de Quesada, se reunieron en su ayuntamiento, para dar traslado a la instrucción del rey. Si bien parece que esta venta ya estaba funcionando en aquella época, dentro de las muchas propiedades de la familia Quesada, no se dice nada de ella. Es más, no responden nada a la pregunta de «Si el pueblo fuere pasajero, en qué camino real estuviese, y las rentas que hubiere en la tierra y términos de él, y cuyas son, y lo que valen», cuando por su término pasaban caminos hacia Levante y Andalucía. Uno de los vecinos que confeccionaron las respuestas era un Quesada. La vuelta a casa desde esta venta la marcan, no por el mismo camino que había llevado don Quijote el día anterior, como sería lo lógico, sino que sugieren otro camino alternativo para llegar a Argamasilla de Alba, donde tiene lugar la aventura del pastor Andrés y los mercaderes toledanos, inexplicablemente por alcance no de frente como nos dice el narrador: «Y habiendo andado como dos millas descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia» (Q1, 4). La aventura de los molinos de viento está señalada entre Villarta de San Juan y Manzanares, donde no había ni un solo molino de viento. Tanto Hermosilla como Pellicer marcan ventas, existentes o no, lejos de la Venta de Puerto Lápice. Sin embargo, sí es en Puerto Lápice donde enmarcan la aventura con el vizcaíno y los frailes de San Benito, después de la aventura de los molinos, siguiendo la cronología del texto cervantino. Tener erróneamente a Argamasilla de Alba como origen de las aventuras les condicionó los demás puntos de las primeras aventuras, inventándose parajes con ventas y molinos donde nunca los ha habido. Un siglo después, a caballo entre los siglos XIX y XX, varios viajeros ilustres peregrinaron por la Mancha tratando de pisar los mismos caminos reales en los que Cervantes puso a sus personajes de ficción. Uno de ellos fue August Florian Jaccaci. Pintor y escritor franco-americano, dedicó toda su vida al arte. En 1896 publica en Nueva York On the trail of Don Quixote, con ilustraciones de su amigo español Daniel Urrabieta Vierge. Su viaje cervantino, más bien quijotesco, lo inicia en Madrid. En su estación de Mediodía toma el tren hacia Ciudad Real, donde el gobernador de la provincia le entrega una carta-orden para que le acompañe un escolta armado, allí donde lo precisara. En tren viaja hasta Manzanares donde se sube a otro tren que le dejará en la estación de Argamasilla, la actual estación de Cinco Casas. Su intención era llegar a Argamasilla de Alba y desde allí ir en busca de los parajes de las aventuras quijotescas. Después de visitar la Cueva de Montesinos y las lagunas de Ruidera se encamina hasta Montiel, para de nuevo volver a Argamasilla. Su siguiente salida la titula: El Toboso. Según el índice, pasará en su camino por The Venta Quesada. Según la traducción al español, que hizo Esther Bautista Naranjo en Un americano en La Mancha tras las huellas de don Quijote (2010), Jaccaci describe de esta manera su llegada a esta venta, ya desmantelada: Las ruinas eran de una importante venta, uno de los muchos lugares donde hospedarse que se podían encontrar cada pocas horas en este camino real cuando por él pasaba todo el tráfico entre Madrid y Sevilla. Si son ciertas las ingeniosas conjeturas de los estudiosos que, no sin esfuerzo, han realizado elucubraciones sobre la novela cervantina, esta venta tuvo la rara fortuna de ser visitada por don Quijote al comienzo de sus andanzas. En este patio que ahora está vacío y desierto es donde el Caballero de la Triste Figura veló sus armas antes de aquella mañana cuando el astuto y pendenciero ventero le armó caballero. Si Puerto Lápice ha pasado a formar parte de la geografía del Quijote, además de ser realmente donde don Quijote arremete contra los frailes benitos y el escudero vizcaíno, es gracias principalmente a Azorín, seudónimo del escritor-periodista José Martínez Ruiz, que recorrió esta misma zona manchega pocos años después. Durante su viaje en 1905, año que se conmemoraba el tricentenario de la publicación del primer Quijote, escribió unos artículos publicados en el periódico El Imparcial y poco después, ante el éxito tenido, formaron su libro La ruta de don Quijote. Azorín, en su publicación Madrid, recordaba treinta y seis años después de su peregrinación por la Mancha de don Quijote, lo que Ortega Munilla, el director del periódico, le encargó vistar: «Va usted primero, naturalmente, a Argamasilla de Alba. De Argamasilla creo yo que se debe usted alargar a las lagunas de Ruidera. Y como la cueva de Montesinos está cerca, baja usted a la cueva… No olvide los molinos de viento. Ni el Toboso…» Ya sabemos que Azorín, como él mismo lo confesó muchos años después, realmente el primer lugar al que llega de la Mancha en su mítica peregrinación no es Argamasilla de Alba sino a Alcázar de San Juan, y también Alcázar es el último antes de subirse al tren con destino a Madrid, después de visitar Campo de Criptana y El Toboso. Azorín, en Alcázar de San Juan alquila un carro y llega a Argamasilla de Alba, tal y como le indicó su director. Desde Argamasilla se traslada en carro hasta Puerto Lápice: Ya llevamos caminando cuatro horas; son las once; hemos salido a las siete de la mañana. Atrás, casi invisible, ha quedado el pueblo de Argamasilla…Ya casi entramos en el famoso Puerto Lápice… entramos en él; son las cinco de la tarde; mañana hemos de ir a la venta famosa donde don Quijote fue armado caballero… Fue tan amplia la lectura de La ruta de don Quijote que quedó Puerto Lápice remarcado como el lugar donde se encontraba la venta cervantina tres siglos antes. Años después, el buen trabajo de marketing realizado por el propietario de la venta actual, hizo el resto. A los miles de viajeros y excursionistas que pasaban de Madrid a Andalucía en autobuses por sus mismas puertas, junto a la antigua carretera nacional IV, poco o nada le interesaba el texto cervantino. El guía ya les anunciaba a su salida de Madrid que iban a tener el privilegio de estar en la venta donde fue armado caballero don Quijote. Unas fotos junto al pozo, una consumición o comida típica en su buen restaurante, durante muchos años dirigido por las buenas manos de Eusebio, y vuelta al autobús, Granada o Sevilla están aún lejos. Mientras, el conductor y el guía del autobús recogían la sustanciosa comisión ofrecida por su parada. Pero ante este colosal entramado turístico-comercial poco o nada se puede hacer. Seguirán parando viajeros con la misma intención de pisar las mismas piedras del patio donde dicen que don Quijote veló sus armas junto al brocal de su pozo. Don Quijote luchando contra el vizcaíno en Puerto Lápice. Dibujo de José Jiménez Aranda (BIQ) Lo realmente difícil de entender es que todavía haya autores o instituciones que tratando de marcar los caminos y aventuras de don Quijote, asegurando que han leído la novela, siguen marcando esta venta de Puerto Lápice como la primera aventura de don Quijote, olvidando que la aventura que sí se produce en Puerto Lápice es la que el hidalgo manchego tuvo contra unos pobres frailes de San Benito y en la que casi mata a un escudero vizcaíno. Luis Miguel Román Alhambra
El motivo de la dedicatoria del Quijote de 1605 al duque de Béjar, pudiera estar cerca Fecha de Publicación: 20/05/2024 . Es todavía una incógnita el motivo por el que, en 1605, Miguel de Cervantes Saavedra dedicó el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha al duque de Béjar, Alfonso Diego López de Zúñiga-Sotomayor y Pérez de Guzmán. Hasta ahora es desconocida la relación de Miguel de Cervantes con este noble, incluso hay quien dice que la citada dedicatoria fue rehusada por el propio duque, al que Cervantes no le volvió a dedicar obra alguna. La dedicatoria es muy breve, redactada en tono distante, lo que contrasta con la originalidad del prólogo. En sus pocas líneas, se puede constatar un doble plagio descubierto por Hartzenbusch trescientos años después de ser escrita. Tiene cinco frases de otra dedicatoria, la de Fernando de Herrera al marqués de Ayamonte (Huelva) y una más del largo prólogo de Francisco de Medina. Un hallazgo reciente de documentos, sitúa a Cervantes entre las actuales provincias de Sevilla y Huelva casi todo el año 1593. Dos nuevos documentos que ha encontrado el historiador Bartolomé Miranda Díaz, experto documentalista vinculado a la Universidad de Sevilla, los documentos son originales de cartas de poder otorgadas por distintos Ayuntamientos. En aquellos años (1587-1594) la misión de Cervantes consistía en la recaudación de grandes partidas de trigo, aceite, cebada, garbanzos, habas y otros bastimentos necesarios para la alimentación de la tripulación de las galeras de la Armada Imperial y de los galeones de la Armada Real de la Guarda de las Flotas de la Carrera de Indias. El cargo que ostentaba Cervantes era de comisario general de abastos, al servicio del proveedor general Miguel de Oviedo, para sacar todo el trigo y cebada que pudiese hallar en los pueblos localizados en torno a Sevilla. El nuevo hallazgo de documentos se ha producido investigando la historia de Castilleja del Campo que el profesor Miranda coordina junto con el archivero municipal de Brenes (Sevilla) Miguel Ángel Rodríguez Luque, en un proyecto sufragado por el Ayuntamiento de la localidad y la diputación de Sevilla. La actividad recaudatoria de Cervantes en Andalucía ha sido ampliamente documentada por José Cabello Núñez, archivero municipal de La Puebla de Cazalla (Sevilla), quien ha dado a conocer en los últimos años más de una treintena de documentos cervantinos. Otros documentos hallados por Cabello Núñez con anterioridad relacionan a Cervantes en 1592 con Porcuna (Jaén) y en 1593 con las villas sevillanas de Utrera, Carmona, Marchena, Arahal, Paradas, La Puebla de Cazalla, Morón de la Frontera, Osuna y la gaditana de Villamartín. Está documentada la presencia de Cervantes en localidades sevillanas, principalmente de la comarca del Aljarafe. Cuando recibió el encargo de recaudar impuestos para las galeras de la carrera de indias y de la armada, al menos desde el 7 de julio de 1593 hasta el 26 de noviembre estuvo en Niebla, en la comarca del Condado de Huelva. Este Condado es el de Niebla (Huelva), perteneciente al ducado de Medina Sidonia, cuya localidad está a escasos kilómetros de Gibraleón (Huelva) y recordemos que el duque de Béjar era además marqués de Gibraleón, por lo que es factible que se descubra algún otro documento sobre la actividad de Cervantes en esa localidad o en alguna próxima. Hecho que pudo provocar alguna circunstancia que hizo que se conociesen personalmente el duque de Béjar y Miguel de Cervantes y ello diera como fruto la dedicatoria de la primera parte del Quijote. De este encuentro y de la relación, si la hubo, pudiera haber pruebas documentales en el archivo privado del ducado de Medina Sidonia, situado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), ya que está compuesto por 6.224 legajos y es considerado como uno de los archivos privados más importantes de Europa. Custodia documentos fechados a partir del siglo XIII, aunque conserva un Privilegio rodado de Fernando II de Castilla, de 1128, referente a la concesión del portazgo de Villafranca del Bierzo al Monasterio de Santa María de Carracedo, que es el documento más antiguo. Alonso M. Cobo Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El Quijote y el cine de Manuel Gutiérrez Aragón Fecha de Publicación: 15/05/2024 . El origen y presentación de la serie Con un presupuesto que rondó los 1.000 millones de pesetas y dos años y medio de trabajo, El Quijote se proyectó en Valladolid íntegramente y en su formato cinematográfico original antes de ser emitido por TVE. Gutiérrez Aragón se encontraba en Barcelona con Jaime Camino cuando Emiliano Piedra le llamó para proponerle la dirección del proyecto. Le dijo al momento que sí, aunque después de leer los guiones se lo pensó un poco más. Tenía muy claro que la serie se basaría sobre todo en la novela y no en el personaje. Pretendía contar en imágenes la novela. El guion de Camilo José Cela resultaba bastante fiel al texto original de Cervantes. El Quijote, de llevarse a imágenes, tendría para su director más sentido como serie, porque es un libro serial, un libro que se compone de grandes tramos, a veces muy repetitivos de estructura. Piensa que el guion, la realización, la dirección, la interpretación, sobre todo, es fiel a El Quijote original. Don Quijote es un personaje fanático, ridículo. Emiliano Piedra fue el productor de la serie, junto con Pilar Miró. Fue el impulsor de la obra mucho antes de llegar Gutiérrez Aragón. Era un entusiasta de El Quijote. Siempre estuvieron de acuerdo; puso muchísima ilusión y muchísimo talento. Tuvieron mucha suerte al contar con Fernando Rey como Quijote. Para Sancho, todos pensaban que Alfredo Landa era ideal. El resto de los personajes se buscaron entre los mejores actores españoles. Dulcinea, aunque está presente siempre, visualmente no aparece en la primera parte. Gutiérrez Aragón insistió bastante en que prefería tener a Don Quijote en los decorados, más que en la propia Mancha, porque la actual no es ya la de Cervantes: no era tan cerealista, sino más boscosa. Además, el Quijote pasa gran parte de su tiempo en Sierra Morena, donde sí rodaron. Predominan los exteriores y hay que destacar la labor de Teo Escamilla. El Quijote no es un estilo barroco, sino de transición. En la escena de la batalla contra los molinos, descabalgó al Quijote y lo paseó entre los molinos, cada uno de los cuales tenía el nombre de un gigante, sacado de los libros de caballería. No desechó la idea de que Don Quijote se enganchase en un aspa y diera vueltas. La batalla con los carneros, donde sí aparecen caballeros, es el único momento en el que se permitió no seguir exactamente el texto. Nunca se había hecho en la pantalla de una manera tan extensa. Salen incluso partes de la novela marginales, porque en el mundo de Don Quijote son importantes todos los encuentros que tiene en la sierra[1]. El director Para Vicente Molina Foix, Gutiérrez Aragón no solo es el cineasta español más leído, sino el más letrado. Las categorías manejadas por el director oscilan entre el materialismo dialéctico y los sueños. Cabe hablar del destino o aspiración cervantina de Gutiérrez Aragón, citando sus palabras sobre la admirable naturalidad que el Quijote instaura entre la realidad concreta de la Mancha y los acontecimientos irreales que en ella se suceden. Aproximado al gran libro de Cervantes de forma sesgada, periférica, en La noche más hermosa, una cadena de casualidades, iniciada por la voluntad férrea de Pilar Miró, hizo que el cineasta, en un momento de desánimo cinematográfico, aceptara el encargo del productor Emiliano Piedra para rodar, con el apoyo económico de la RTVE que entonces dirigía Miró, una larga serie sobre Don Quijote de la Mancha. El proyecto se haría a lo grande; equipos técnicos de la mayor solvencia y colaboradores artísticos de renombre. La música de Lalo Schifrin, que tiene un motivo melódico central pegadizo, cae a veces según Molina Foix en el elemental sinfonismo de las películas de acción americanas. Pero lo peor fueron los guiones originales, que el propio director de la serie se negó a llamar así. Encargados a Camilo José Cela y astronómicamente pagados por el ente público, desde el primer día se dijo que esos “objetos inútiles” ni siquiera eran del autor de La familia de Pascual Duarte, sino obra de “negros” literarios. Ante la negativa de Gutiérrez Aragón de hacerse cargo cinematográficamente de tales pseudoguiones, TVE y Piedra decidieron darle libertad absoluta de reescritura al director de la serie, también guionista propio y ajeno de larga trayectoria. Rodada en formato cine a lo largo de nueve meses, la serie se emitió a primeros de 1992 en cinco capítulos, y fue tal su éxito que de inmediato se empezó a preparar una extensión que adaptara la segunda parte de la novela de Cervantes. Diversos avatares (Pilar Miró había dejado su cargo en RTVE y se produjeron las muertes de Emiliano Piedra y, más tarde, de Fernando Rey) fueron atrasando su continuación, escrita ya en primera instancia por Gutiérrez Aragón y con el nombre de Mario Camus propuesto para la dirección. Este segundo proyecto no se llevó a cabo, aunque casi diez años más tarde haya sido el propio Gutiérrez Aragón quien volviera cinematográficamente a la novela de Cervantes[2]. El Quijote de Miguel de Cervantes es también un excelente Quijote de Gutiérrez Aragón. Sutil, trepidante, refinada de estampa y caracterización, la serie hace honor a la combinación mágico – realista del libro. Las mejores escenas de El Quijote de Cervantes son las que transcurren en exteriores. En una película que muestra con gran potencia visual el paisaje manchego (real), las varias secuencias nocturnas de reposo o conversación entre Don Quijote y Sancho filmadas en un bello decorado que hace el cielo imposiblemente azul producen efectos de encantamiento muy adecuados ambos a la intención de la novela. El caballero Don Quijote (2002). El hidalgo había vuelto a casa herido, humillado y exhausto. Hay una lógica narrativa que une, por encima del tiempo transcurrido entre las dos publicaciones de Cervantes (diez años) y las dos filmaciones de Gutiérrez Aragón (once), las dos obras resultantes. El Alonso Quijano de Juan Luis Galiardo es más joven y mucho más sensato y terrenal que el de Fernando Rey, algo que está en sintonía con el texto cervantino de la segunda parte. Más problemática es la composición del Sancho de Carlos Iglesias. Donde Landa fue llano, Iglesias es vulgar. Hay excelentes aportaciones actorales en la película, entre otras las de Santiago Ramos, Emma Suárez, Fernando Guillén Cuervo y Juan Diego Botto. El empaque formal, la bella consistencia de los decorados y localizaciones elegidas, el ocurrente vestuario de Gerardo Vera, el espectáculo en su más trepidante grado emocional, la luz de las imágenes de Alcaine: todos esos elementos siguen siendo eminentes en El caballero Don Quijote, a los que se añaden novedades como la del brillante uso de las técnicas digitales en la escena de la Cueva de Montesinos. En El caballero don Quijote, Don quijote muere de tristeza, de una causa próxima que es el derribo del Quijote por el caballero de la Blanca Luna, en la playa. Pero alguien vio que en realidad todo empieza en el momento en que Don Quijote discute con Sancho a causa de los azotes. Sancho no quiere azotarse y Don Quijote y el escudero se enzarzan en una pelea desagradable. Sancho ataca al caballero. Luchan. En un momento, Don Quijote, de un empujón, cae contra una piedra. Se da la cabeza contra ella. Don Quijote ha de enfrentarse, en lucha final, con el caballero de la Blanca Luna. Pero ya de su cabeza, bajo el casco, mana un hilo de sangre: Don Quijote nunca ha superado el golpe que le propinara Sancho. Los dos caballeros cruzan sus lanzas y Don Quijote cae derribado. Pero, en realidad, su herida íntima es la causada por Sancho, y la herida mortal también. Pero tiempo más tarde, el caballero Don Quijote muere rodeado de Sancho, sus amigos y familiares[3]. El Quijote de Miguel de Cervantes (1991). Duración: un capítulo de 90 minutos y cuatro capítulos de 55 minutos. Intérpretes: Fermín Reixach (Cardenio), José Luis López Vázquez (ventero 1), Aitana Sánchez – Gijón (Dorotea), Eugenio Lázaro (Ginés de Pasamonte), Nuria Gallardo (sobrina). El caballero Don Quijote (2002). Guion: Manuel Gutiérrez Aragón, basado en la obra de Miguel de Cervantes. Duración: 119 minutos. Intérpretes: José Luis Torrijos (cura), Víctor Clavijo (barbero), Santiago Ramos (Sansón Carrasco), Kiti Manver (ama), María Isasi (sobrina), Manuel Alexandre (Montesinos), Marta Etura (Dulcinea), Joaquín Hinojosa (Duque), Emma Suárez (Duquesa), Juan Diego Botto (Tosilos), Manuel Manquiña (Merlín), Fernando Guillén Cuervo (secretario)[4]. Señala el director que lo que más le gusta de Don Quijote de la Mancha es que Don Quijote discurre por la Mancha, llega a pueblos con nombres concretos, pero esa Mancha es un lugar donde suceden episodios mágicos. Por una parte es un lugar muy real y por otra muy mágico[5]. José Manuel Gutiérrez Sánchez (Torrelavega, 1942) escribió los guiones de sus películas y también colaboró en los de Furtivos (1975) de José Luis Borau y Las largas vacaciones del 36 (1976) de Jaime Camino. Sus mejores películas son Maravillas (1980), Demonios en el jardín (1982) y La mitad del cielo (1986)[6]. Nacido en Torrelavega el 3 de enero de 1942 como José Manuel Gutiérrez Sánchez Aragón, nieto de abuelo español emigrante en Cuba y de abuela cubana, hijo primogénito de padre criollo y sobrino de indianos, vivió rodeado de nostalgia y de melancolía cubana todos los días de su niñez. Para estudiar en la Universidad, Manolo tiene que instalarse ya definitivamente en Madrid desde 1961. En la facultad de Filosofía y Letras entra en contacto con la gente del Partido Comunista de España (PCE), en el que acaba ingresando, al año siguiente de haberse establecido en la capital, por mediación de Chicho Sánchez Ferlosio. Y entre sus compañeros de célula partidaria se encuentra por entonces Fernando Sánchez Dragó. Sin embargo, la curiosidad cultural y la personalidad del nuevo militante, ajeno a todo dogmatismo, encajan mal en el marxismo ortodoxo. Entra en la escuela de cine, donde se va a encontrar también con activos militantes comunistas. En la escuela de cine comparte promoción con Patricio Guzmán, Antonio Drove, Josefina Molina, Iván Zulueta y José Luis García Sánchez. Todos ellos tienen como profesor de guion a José Luis Borau, futuro director de Furtivos (1975). El magisterio de Borau dejará una huella profunda sobre su discípulo Manolo Gutiérrez. Más adelante, el admirado profesor se convertirá en valedor, amigo, consejero, coguionista e incluso productor de Manolo Gutiérrez. Dos “cuentos cervantinos” fueron estructurados y concebidos de forma diversa: una serie para TV, integrada por cinco capítulos y compuesta a partir del primer libro que narra las aventuras de Don Alonso Quijano (Don Quijote, 1991) y un largometraje para la pantalla grande, extraído del segundo libro sobre el hidalgo manchego: El caballero Don Quijote (2002). Dos abordajes directos del universo creativo más querido por el director heredero de una tradición tan española como la cervantina[7] . Gutiérrez Aragón ha colaborado, en calidad de coguionista, con José Luis Borau o José Luis García Sánchez. En 1991 adapta El Quijote para TVE en cinco capítulos. Y a finales de 2002 estrena una nueva entrega de las andanzas del ingenioso hidalgo (El caballero Don Quijote), realizada para ser exhibida en salas comerciales. Aquellas primeras colaboraciones quijotescas le permiten, de un lado, conectar con una cantidad de público indispensable hasta la fecha y, de otro, conocer y trabajar con un hombre extraordinario y un productor irrepetible en el cine español: Emiliano Piedra[8]. Una vigorosa, a veces explícita y casi siempre subterránea vena cervantina recorre la filmografía de Manuel Gutiérrez Aragón. La vena cervantina se muestra extraordinariamente fecunda para la obra cinematográfica de Gutiérrez Aragón. Será incluso una personalísima, original relectura de La novela del curioso impertinente (relato autónomo incluido por Cervantes en su libro) la que genere una heterodoxa comedia estilizada sobre el demonio de los celos: La noche más hermosa (1984). Todo el esquema argumental referente al triángulo formado por los tres personajes, y hasta la literalidad escénica de ciertas situaciones, remiten de forma inequívoca, y a veces explícita, al texto de Cervantes. Manuel Gutiérrez Aragón era el director idóneo para enfrentarse a una adaptación frontal de El Quijote. Gutiérrez Aragón se mantiene fiel a la representación realista de las personas y de los objetos que constituyen el objeto material sobre el que Don Quijote construye sus fantasías. El cineasta tendrá la oportunidad de llevar al cine la segunda entrega de la novela cervantina, a la sazón mucho más juguetona, lúdica, fantasiosa y metaficcional que la primera. Estamos aquí frente al retrato cálido y sabio de un caballero otoñal, cansado y escéptico. Estamos ante un Quijote que persigue sorprendido a su propia leyenda, que se siente desbordado por la fama que le precede, que se ve rebasado y humillado por la parodia que se hace de su propia figura en las ferias de los pueblos. Este nuevo Quijote se sabe a sí mismo materia de ficción, se siente imitado y suplantado por el Quijote de Avellaneda. El Quijote de Gutiérrez Aragón deberá ceder incluso el protagonismo del desenlace al propio escudero[9]. Cineasta de inspiración telúrica, verdadero romántico del Norte aun cuando ruede en Andalucía y la Mancha, familia acomodada, vivió una infancia feliz en Torrelavega hasta que a los seis años cayó enfermo de tuberculosis[10]. El Quijote (1991). Decorados: Félix Murcia. Intérpretes: Fernando Rey (Don Quijote), Alfredo Landa (Sancho Panza), Francisco Merino (cura), Manuel Alexandre (barbero), Emma Penella (Teresa Panza), José Luis Pellicena (Cervantes), Fermín Reixach (Cardenio), Aitana Sánchez – Gijón (Dorotea), José Luis López Vázquez (ventero 1), Héctor Alterio (ventero 2), Esperanza Roy (Maritornes), Eusebio Lázaro (Ginés de Pasamonte), Terele Pávez (ama), Nuria Gallardo (sobrina). El caballero Don Quijote (2002). Guion: Manuel Gutiérrez Aragón, sobre El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Fotografía: José Luis Alcaine. Dirección artística: Félix Murcia. Música: José Nieto. Ayudantes de dirección: Ignacio Gutiérrez Solana y Carlos Llorente. Lugares de rodaje: Cádiz, Sevilla, Toledo, Madrid, Ávila, Belmonte (Cuenca) y Valle de Alcudia (Ciudad Real). Duración: 119 minutos. Estreno: 8/11/2002 (Madrid). Espectadores: 70.144. Intérpretes: Juan Luis Galiardo (Don Quijote), Carlos Iglesias (Sancho Panza), Santiago Ramos (Sansón Carrasco), Víctor Clavijo (Barbero), José Luis Torrijos (cura), Kiti Manver (ama), María Isasi (sobrina), Manuel Alexandre (Montesinos), Marta Etura (Dulcinea), Juan Diego Botto (Tosilos), Joaquín Hinojosa (Duque), Emma Suárez (Duquesa), Manuel Manquiña (Merlín), Fernando Guillén Cuervo (secretario). Premio Ciudad de Roma a la mejor película latina. Festival Internacional de Cine de Venecia[11]. En abril de 1989 se anunciaba la puesta en marcha de un ambicioso proyecto por parte de TVE, impulsado en su interior por Pilar Miró, conducido desde la producción por Emiliano Piedra, sobre guiones escritos por Camilo José Cela y dirigida por Gutiérrez Aragón para rodar una serie sobre El Quijote. El primer escollo surgió cuando el director leyó los supuestos guiones escritos por Cela. Se aceptó la propuesta de Gutiérrez Aragón y este se aplicó a la tarea de escribir los que habían de ser los auténticos guiones de la serie, si bien se llegó al acuerdo de que, en los títulos de crédito, el novelista seguiría figurando como autor de los mismos. La primera gran opción que tomó fue la de escoger el libro en lugar del personaje a la hora de concebir su Quijote particular. Ese criterio implicaba seguir de cerca, o al menos hasta donde pudiera ser razonable, la estructura original de la novela. El Don Quijote a quien Fernando Rey interpreta es un caballero andante que tiene tanto de fanático enloquecido como de histrión cómico y risible. Con los interiores rodados en los viejos estudios Bronston, el Quijote se beneficia de unos decorados espléndidamente trabajados. La novela del curioso impertinente es un relato casi independiente dentro de El Quijote cervantino y que la película elimina, quizás porque el director se había servido ya de su historia anteriormente en La noche más hermosa. Rodada en soporte cinematográfico, la serie se proyectó por primera y única vez sobre una pantalla grande durante la Seminci vallisoletana de 1991 y se emitió por televisión a lo largo de 1992. Televisión Española tenía la intención de adaptar después la segunda parte de la novela y estaba previsto inicialmente que fuera Mario Camus quien la dirigiera, pero un cambio de planes hizo recaer de nuevo sobre Gutiérrez Aragón la tarea de la dirección. La idea de rescatar para el cine ese segundo volumen renació bajo el impulso del productor Andrés Vicente Gómez, quien abrigaba el propósito de hacer un largometraje, concebido en exclusiva para las salas y dirigido también por Gutiérrez Aragón. El director llegó a escribir el guion de esta segunda parte con el título de El caballero Don Quijote[12]. Cervantes y El Quijote en la pantalla Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547. En 1605 publica la primera parte del Quijote, con la que tiene un gran éxito, editándose diez años después su continuación. En 1616, enfermo de hidropesía, fallece en la calle León de Madrid. Cervantes, de Alfonso Ungría (España, 1980) cuenta entre su reparto a Julián Mateos (Miguel de Cervantes), Carmen Maura (Constanza), Paco Rabal, Isabel Mestres, Marisa Paredes y María Luisa Ponte. Guion: Eugenio Martín y Camilo José Cela (supervisión). Música: Antón García Abril. 540 minutos. Color. Excelente miniserie de TVE sobre la vida del personaje de su título, cuya trama comienza en 1616. Miguel y William, de Inés París (España / Gran Bretaña, 2007) cuenta en el reparto con Elena Anaya (Leonor de Vivero), Juan Luis Galiardo (Miguel de Cervantes), Will Kemp (William Shakespeare) y Geraldine Chaplin (la dueña). Guion: Inés París. 114 minutos. Color[13]. Para Manuel Gutiérrez Aragón, El Quijote de Miguel de Cervantes (1991) suponía la primera incursión como director en una adaptación propiamente dicha y lo situaba cara a cara con el referente que la crítica había detectado en sus relatos cinematográficos. TVE, con Pilar Miró (impulsora de la idea) al frente, encarga a Piedra la producción de la serie con una titánica planificación inicial de dos años de rodaje en exteriores y estudios. Gutiérrez Aragón se encargaría de los primeros seis capítulos, con rodaje entre abril y diciembre de 1990, y Mario Camus del resto, cuya filmación debería alargarse hasta 1992. Pero, tras el rodaje de la primera parte, la serie se paraliza. El ente público se derrumba económicamente y pone freno al proyecto, y Emiliano Piedra fallece en el verano de 1991, antes de poder verla serie estrenada. En 1992, Gutiérrez Aragón se pone a trabajar en el guion de cuatro episodios, pero el delicado estado de salud de Fernando Rey, que fallecerá en marzo de 1994, acaba con las esperanzas de llevar a la pantalla la segunda parte a medio término. La postproducción de los cinco primeros episodios (el director propuso unir los dos primeros capítulos en uno) finaliza en junio de 1991 y, tras su exitoso periplo por festivales y mercados internacionales, el 29 de enero de 1992 se produce el estreno en televisión, arropado por una campaña publicitaria sin precedentes en la televisión pública[14]. Es una de las contadas ocasiones en que el talento del cineasta logra sobreponerse a las dificultades de producción. Los guiones se encargan a Cela, recién galardonado con el Premio Nobel de Literatura, y los nombres que van haciéndose públicos (Fernando Rey y Alfredo Landa en el capítulo interpretativo, Lalo Schifrin a cargo de la partitura, Teo Escamilla con la fotografía…) revelan la ambición industrial del proyecto, que deberá ir pareja a sus expectativas artísticas. Gutiérrez Aragón lee los guiones de Cela y le parecen horribles. El propio director asumirá la tarea de adaptador y guionista, si bien se acuerda que se mantendrá el nombre de Cela en los créditos, dada la gran suma de dinero (público) que este había recibido. Los créditos finales de cada capítulo incorporan dos guionistas adicionales (Fernando Corugedo y el propio hijo, Camilo J. Cela Conde). Se realizan, entre otras, series como Cervantes (Alfonso Ungría, 1980, con guion supervisado por Cela), Los pazos de Ulloa (Gonzalo Suárez, 1986, con adaptación de Gutiérrez Aragón) o La Regenta (Fernando Méndez – Leite, 1995). Pese a los problemas y requerimientos de producción, El Quijote de Miguel de Cervantes acabó siendo una realidad; el enfoque de Gutiérrez Aragón otorgaba a la serie una apariencia externa de producción lineal, detallada y fiel al libro. La opinión fue en su mayoría favorable a la adaptación resultante cuando se estrenó. La voz en over corresponde al personaje de Cervantes interpretado por José Luis Pellicena. La cámara recorre lentamente los libros del hidalgo, sintetizando las numerosas referencias de la novela a los romances de caballeros andantes que ha leído. Gutiérrez Aragón pretende plasmar en su texto fílmico tanto la historia escrita por Cervantes como el discurso narrativo del escritor. Un fragmento de diálogo del ventero le determinará a volver a su casa para hacerse con un escudero. El barbero logra salvar el Amadís del fuego del cura. La cámara vuelve a cura y barbero cuando hablan emocionados de Tirante el Blanco, que el barbero se llevará para releer. El cura hará lo propio con La Galatea de Cervantes. La extensión característica de la serie televisiva permite al director dilatar algunas secuencias respecto al texto literario. Teresa Panza obtiene su nombre definitivo en la segunda parte de la novela. Alfredo Landa recibió no pocos elogios en su interpretación del escudero. La salida del sometimiento a la iconografía de Doré se manifiesta en planos en los que Don Quijote cabalga apaleado y encorvado. La duración del primer tranco (85 minutos) y la habilidad del director para elaborar una presentación más o menos detallada de los personajes, la plasmación de referencias intertextuales y la asimilación del concepto de parodia en la narración constituye en su conjunto un ejemplar primer episodio, con relación al cual los siguientes palidecerán un tanto. Siguen sucediéndose los capítulos de la novela en análoga estructura, incidiendo no solo en la anécdota y la resolución de los mismos, sino en el carácter de viaje que adquiere la narración, la suciedad, el sudor, el calor extremo del peto y el espaldar bajo el sol, el hambre… Y el escudero empieza a aumentar su carácter quejumbroso y a dudar de la gloria de su señor. El escudero se vuelve progresivamente más sarcástico con su señor. Don Quijote llega a su aldea viendo cómo los niños se amontonan ante el carro para llamarle loco y entra patéticamente en su casa ante los gritos de sus vecinos. La siguiente aproximación de Gutiérrez Aragón a la novela sería prolija en la reinterpretación, la ampliación del espectro narrativo – Quijote de Avellaneda incluido – y la muy acentuada subversión de precedentes icónicos y del acatamiento a los episodios más conocidos, El caballero Don Quijote (Manuel Gutiérrez Aragón, 2002). Andrés Vicente Gómez tenía la intención de producir una segunda parte destinada al cine, sin estructura seriada, y de la que se encargaría el propio Gutiérrez Aragón, sin duda el idóneo para afrontar el proyecto tras el recorrido internacional y las críticas de la serie precedente. Después de que el director escribiese el guion de El caballero Don Quijote, el proyecto vuelve a suspenderse. No es hasta 2001, diez años después de su primer Quijote – y respetandoinvoluntariamente el intervalo establecido entre ambas partes de la novela -, cuando se consigue llevar a cabo el proyecto con producción de Juan Gona y con Juan Luis Galiardo y Carlos Iglesias en los papeles principales. El presupuesto asciende a unos 4’8 millones de euros y el rodaje se lleva a cabo en Cádiz, Sevilla, Toledo, Madrid, Ávila, Belmonte (Cuenca) y Valle de Alcudia (Ciudad Real) entre agosto y noviembre de 2001. Pese a la cálida recepción crítica y al premio Ciudad de Roma a la mejor película latina en el Festival de Venecia, El caballero don Quijote tuvo el 8 de noviembre de 2002 un estreno relativamente reducido. Dada la ruptura que supone el obligado cambio de actores y de extensión de la narración, y teniendo en cuenta la mayor presencia de los personajes en la segunda parte de la novela, el director afrontará este segundo contacto con el personaje desarrollando una obra que en principio se desvincula un tanto de las acciones del texto literario, pero que intentará embriagarse de la escritura cervantina acentuando los juegos intertextuales en los que don Quijote es consciente de la existencia escrita de esa narración y se sabe leído y conocido. La ficción es también el gran tema de El caballero don Quijote, versión sustentada en el componente metaliterario de la obra. Gutiérrez Aragón omite las aventuras más conocidas de la segunda parte para centrarse en episodios no menos emblemáticos, pero a priori más difíciles de visualizar (la cueva de Montesinos: un sueño relatado por el caballero), o refundir situaciones y personajes, manteniendo rasgos que permitan identificar los episodios del texto literario pero desarrollando acciones y comportamientos nuevos (la rebelión en la ínsula Barataria, el encuentro con los Duques o con don Álvaro), y donde lo que determinará el punto de inflexión de la historia será la presencia del Quijote apócrifo de Avellaneda. La estructuración de la trama tampoco se limitará a seguir ordenadamente la estructura de la novela, ya que en un punto determinado Don Quijote se deja llevar totalmente por la ficción de su doble literario, lo que le llevará a espacios no transitados por Cervantes y sí por Avellaneda. Y en la película Don Quijote invierte sus últimas fuerzas en ir a buscar a ese impostor, primero a Toledo y luego a Barcelona. Por otra parte, Gutiérrez Aragón confrontará al personaje con una representación, en esta ocasión de teatro de calle, en la que él mismo es protagonista y en la que Juan Luis Galiardo interpreta al representante o actor de la ficción, a su otro nacido del éxito de la primera parte de la novela. Contra lo que ocurría en la segunda parte de la novela, se verá derrotado por cada uno de los elementos que configuran su mundo: por la proyección de un falso caballero andante (Sansón Carrasco) inspirado en los libros de caballerías que le han llevado a la locura; por ese actor que parodia sus aventuras en las calles; y por su propio escudero, que en inesperada rebelión herirá físicamente a su señor. El director también ha querido acabar con el sometimiento a la iconografía aceptada desde Doré y sitúa a un caballero más rejuvenecido y robusto en su salida y a un escudero sin su característica gordura. El caballero don Quijote se quedó en 74.076 espectadores. En su tercera salida don Quijote, además de llevar a cabo sus hazañas de caballero, deberá defender su condición de personaje ante la proliferación de dobles e imitadores. Son los encantadores los que le hacen ver las cosas como no son, y todavía los esfuerzos de esta nueva salida irán encaminados a desencantar a Dulcinea. En 2002, la crítica se refería a la versión de Gutiérrez Aragón como a una obra postmoderna, arriesgada y de aire borgiano. La tan estudiada quijotización de Sancho tiene en esta película su más claro exponente. En las adaptaciones no se ha dudado en eliminar de las tramas las narraciones intercaladas. Solo El curioso impertinente ha adquirido una entidad propia en las adaptaciones, desmarcándose del Quijote como si de una de las Novelas ejemplares se tratase. La noche más hermosa confirma que la presencia de Cervantes en el cine resultaría precaria de no existir las tres obras que Gutiérrez Aragón ha basado en los episodios del Quijote. La televisión pública española había dedicado cierta atención al universo cervantino, aunque sin llegar a completar una adaptación tan ambiciosa de su obra maestra. El Quijote (1991) se inspiraba en la primera parte de la novela de Cervantes, pero aspiraba a proponer un enfoque nuevo. Si bien los escenarios son predominantemente realistas, hay significativas ocasiones en las que se opta por mostrar los entresijos de la trampa. El sentido lúdico y humorístico que ilumina la inmortal obra literaria ha sido captado en las imágenes. Fernando Rey recrea un caballero enjuto, estirado, idealista. El caballero que recrea Rey aparece cansado, apaleado, cabalgando encorvado, renunciando a un falso decoro. Sancho es un hombre pegado a la tierra, encarnación del pueblo llano, pero en esta serie se refleja esa fascinación progresiva que el campesino tiene por su amo, tan ponderada por los exégetas de la novela[15]. El director artístico Félix Murcia se basó en molinos reales para los primeros términos, pero amplió las perspectivas con molinos reconstruidos de menor tamaño en los segundos términos. Las fachadas de las casas de Don Quijote y Sancho se filmaron aprovechando construcciones de época de Talamanca del Jarama (Madrid); la venta principal se construyó ex profeso como decorado en los campos de Valdeolmillo (Madrid), aunque la venta donde Don Quijote vela las armas aprovechaba la parte de un edificio de época. Los tipos y ambientes recuerdan a veces la iconografía de la pintura naturalista del Siglo de Oro hispano. Tras el fracaso del proyecto para adaptar la segunda parte de la novela para TVE que iba a producir González – Sinde en 1993, Manuel Gutiérrez Aragón logra concretarlo en el largometraje El caballero Don Quijote (1992). Sancho es menos grueso y de ingenio más vivo que los “sanchos” que habitualmente pueblan las pantallas. En las nuevas hazañas de la singular pareja, la imaginación, la autoconciencia y el juego de ficciones constituyen las coordenadas primordiales de esta recreación fílmica. Repitió en El caballero Don Quijote Félix Murcia, quien confirmará su buen hacer dando vida a las escenografías construidas – interior de la cueva de Montesinos recreado en las bodegas de Talamanca del Jarama -, adaptadas o, las más, naturales; estas últimas ambientadas principalmente en el Valle de Alcudia, por ser un ecosistema equiparable a La Mancha de entonces, más húmeda y frondosa que la actual, pero también en esa playa atlántica gaditana que simula la del Mediterráneo barcelonés. El castillo de Belmonte (Cuenca) hace las veces, junto a algunas estancias de los Reales Alcázares de Sevilla, de Palacio Ducal y la casa del labrador rico que convida a los protagonistas y les notifica la existencia del libro de Avellaneda. El vestuario, impecable, se debe a Gerardo Vera, en tanto que la música es del veterano José Nieto, quien remata una partitura tan bella como acompasada con las imágenes, mucho más lograda en tono y estilo que la de la serie de TVE. La estructura literaria de El Quijote da más posibilidades de adaptación para la televisión que para el cine. Al menos dos películas de Gutiérrez Aragón estaban inspiradas en capítulos del libro de Cervantes. Hubo un primer guion firmado por nuestro premio Nobel Camilo José Cela que fue echado a la papelera inmediatamente de acuerdo con las confesiones del equipo de producción y realización, siendo reelaborado por Fernando Corugedo y Camilo J. Cela Conde, así como por el propio director y el propio productor. La serie está basada en la primera parte de El Quijote, ya que el proyecto de la segunda, realizado posteriormente para cine en distinto formato de pantalla, quedó en el aire por falta de presupuesto, en principio, y por la muerte del productor y del actor Fernando Rey. La serie fue emitida por primera vez en enero y febrero de 1992. Su premio en Cannes a la mejor serie de televisión apenas tuvo competencia[16]. La noria que levantó Félix Murcia al lado de un río para El caballero Don Quijote fue la primera secuencia que se rodó. Una de las últimas versiones de la llegada al mar es la de El caballero Don Quijote; en ella los protagonistas han acampado entre pinos, después de que Sancho derribe al caballero y le produzca una herida en la cabeza que luego será la que aparentemente le cause la muerte. Según ha contado Félix Muria, el reconocido escenógrafo de esta película, esta secuencia no se rodó en el Mediterráneo, sino en el Atlántico, en las playas gaditanas de Bolonia y Sanlúcar de Barrameda, que era donde se podían encontrar pinos y dunas cerca de la playa[17]. Un perfecto ejemplo de cómo el Quijote puede ser abordado desde tratamientos musicales antitéticos son los dos acercamientos de Manuel Gutiérrez Aragón al personaje. La serie televisiva El Quijote (1991) contó con partitura del argentino Lalo Schifrin (n. 1932), un hombre clave de la música cinematográfica de Hollywood. No hubo entendimiento entre director y compositor, y el primero suprimió varios bloques del montaje final. La partitura de Schifrin es ágil, exuberante y dinámica, un abierto homenaje al cine de aventuras al estilo Korngold, con aires españoles y árabes que no beben de fuentes directas, sino de las evoluciones de Falla y Albéniz o del orientalismo made in Hollywood. Schifrin recoge la retórica del equivalente cinematográfico a esas novelas de caballerías que vuelven loco al hidalgo, es decir, la música de las películas de Errol Flynn o Robert Taylor. Pese a los momentos logrados, tal júbilo tenía que chocar con la estética de Gutiérrez Aragón: La Mancha que pinta Schifrin es un lugar tan mítico y esplendoroso como la ínsula Barataria, en lugar de esa tierra dura y agotada poblada por mesoneros, mozos y gallinas. El segundo trabajo de Gutiérrez Aragón sobre el personaje, El caballero Don Quijote (2002), contó con una banda sonora que se plegaba más a sus exigencias, escrita por José Nieto (n. 1942). La vocación de austeridad queda más patente que nunca[18]. El Quijote es una serie televisiva que la entonces directora de Televisión Española Pilar Miró había encargado a Gutiérrez Aragón. Programada para cinco semanas, de enero a febrero de 1992, se benefició de un índice excepcional de audiencia. El director, que se complace en reivindicar la doble paternidad de John Ford y de Cervantes, ha reubicado las aventuras de Don Quijote en un marco concreto, al tiempo que nos recuerda que el héroe es fruto de una invención literaria, salida de una obra en plena gestación. Los enfrentamientos de Don Quijote con sus enemigos, reales o supuestos, son de corta duración. También nos propone El caballero Don Quijote un decapado de la segunda parte de la novela, tal como poco a poco han ido recubriéndola las glosas acumuladas desde hace dos siglos. Si ha vuelto a utilizar las principales aventuras que forman la trama de la novela, también ha incluido en su guion secuencias aparentemente menores, que reinterpreta para explotar su valor simbólico. Mientras que El Quijote había emocionado a un amplio público de espectadores, El caballero Don Quijote solo logró un éxito de prestigio[19]. Desde sus inicios, el cine ha concedido al Quijote un lugar privilegiado. En 1992, la propuesta de Gutiérrez Aragón resitúa los episodios en un marco concreto y recuerda que el héroe es fruto de una invención literaria. La versión de la segunda parte, El caballero Don Quijote, diez años posterior y concebida esta vez para el cine, no se caracteriza tanto por la visión que se da del caballero, encarnado sin excesos ni énfasis por Juan Luis Galiardo, sino por la forma en que Carlos Iglesias reinventa un Sancho desprovisto de su gordura y que, si bien mueve a la risa, nunca es grotesco. Además de las principales aventuras, que forman la trama del original cervantino, Gutiérrez Aragón también incluyó en su guion otras secuencias reinterpretadas para explotar su valor simbólico, como el encantamiento de Dulcinea, la escena en que el caballero se pone a leer la continuación apócrifa de Avellaneda o la vuelta a la aldea, donde Sancho expresa su dolor con unas pocas palabras sencillas, mientras Don Quijote exhala el último suspiro[20]. El caballero Don Quijote (2002) tiene una duración de 119 minutos y entre sus intérpretes está Carmen Machi (Teresa Panza). Don Quijote de la Mancha, tras un breve descanso en su hacienda, acompañado de su fiel escudero Sancho, después de descubrir que existe un libro en el que se narran sus desventuras y que ahora es conocido en toda España. En este su último viaje estará motivado por el intento de desencantar a su amada Dulcinea del Toboso del poderoso mago Merlín y por desenmascarar a aquellos impostores que suplantan su identidad y a los que escriben mentiras sobre su figura, mientras Sancho ve cómo, poco a poco, se consume su señor. Es una película diferente al resto y diferente al anterior punto de vista que el autor tenía de la misma historia. Manuel Alexandre es uno de los pocos actores que pueden preciarse de haber trabajado en varias de las versiones que se han hecho, ya sea en cine, ya sea en televisión, del caballero andante. La mezcla de comedia, drama y aventuras funciona a la perfección. La música de José Nieto, supeditada siempre a la acción, es suave y está cargada de tristeza. Rodada entre Madrid, Sevilla y La Mancha en su mayor parte, los paisajes están aprovechados al máximo. Unas vistas de gran belleza, que ocupan las cercanías de pueblos como Talamanca del Jarama o Brazatortas. La película, además del Goya a la mejor fotografía, estuvo premiada en sendos festivales de Montreal y Nueva York, siendo más apreciada en el extranjero de lo que lo fue dentro de nuestras fronteras[21]. El Quijote de Miguel de Cervantes (1991) cuenta con intérpretes como Eusebio Lázaro (Ginés de Pasamonte), Alejandra Grepi (Luscinda) o Francisco Algora (Juan Haldudo). Galardonada con el premio al mejor actor del Festival de Cannes y el premio de la Unión de Actores en esa misma categoría de protagonista masculino a Fernando Rey por su encarnación de Don Quijote, esta miniserie dividida en cinco partes está sin duda entre las mejores adaptaciones de la obra de Cervantes, tanto en cine como en televisión. Esta serie sobre Don Quijote se situó entre lo mejor del año 1991, devolviendo a la televisión pública la calidad de que había hecho gala en etapas anteriores a la hora de recuperar clásicos de nuestra literatura. Rey inicialmente mostró muchas dudas a la hora de interpretar un personaje que le exigió un gran esfuerzo tanto en el físico – 12 kilos hubo de adelgazar el actor para transformarse en el hidalgo – como en la interpretación. Y solo diez años más tarde pudo el realizador volver sobre la obra y el personaje para completar su ciclo de adaptación a través de El caballero Don Quijote, que no estuvo exenta de polémica en cuanto a la opinión de la crítica, al contrario de la miniserie que la precedió, cuya valoración fue positiva y unánime tanto por parte del público como de los críticos. Fue rodada en Castilla y tras casi dos años que incluyeron la reconstrucción de dos ventas y un pueblo manchego a escala. Destaca en esta versión del Quijote su carácter de narración en episodios, que sin duda beneficia enormemente el acercamiento a la periferia literaria del personaje. La construcción de Don Quijote y Sancho se lleva a cabo de forma muy similar a la aplicada por Cervantes en su obra. Sancho pasa de la fascinación por el discurso de Alonso Quijano a ser él mismo participante activo en la fantasía de su señor, pero al mismo tiempo no pierde nunca contacto con la realidad, sufriendo en ocasiones las consecuencias más dolorosas y humillantes derivadas de la locura del hidalgo. La serie se exhibió en el Festival de Cine de Valladolid como homenaje a su productor, Emiliano Piedra[22]. Juan Luis Galiardo le dio a Alonso Quijano un aire de galán veterano, más viejo que el original y redicho. Sin embargo, sus palabras tenían un enorme poder de seducción. Nació en San Roque (Cádiz), el 2 de noviembre de 1940. Se crio en Extremadura y debutó en el largometraje en 1963, en El camino, de Ana Mariscal. Funda con varios socios Penélope Films, su propia productora, responsable de El disputado voto del señor Cayo, adaptación de la novela de Miguel Delibes. En cine, el mejor trabajo de Galiardo es Familia, ópera prima de Fernando León de Aranoa. Fernando Casado Arambille (Fernando Rey) nació en La Coruña el 20 de septiembre de 1917. De familia burguesa, era hijo de un militar que fue oficial del bando republicano durante la Guerra Civil. Parecía un actor muy adecuado para personajes históricos carismáticos. Fue también el narrador de Bienvenido, Mr. Marshall. Su primera aproximación a la obra cervantina fue interpretando al bachiller Sansón Carrasco en Don Quijote de la Mancha (1946) de Rafael Gil. También estaba presente en Don Quijote de Orson Welles, donde realiza una aproximación haciendo de sí mismo. En 1993 triunfó en la televisión por primera vez con El Quijote de Miguel de Cervantes, la serie dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón. Falleció el 9 de marzo de 1994 en Madrid. Alfredo Landa, actor de carácter nacido en Pamplona en marzo de 1933, se convierte en Sancho y nos deleita junto a Fernando Rey con un trabajo brillante y comedido. Carlos Iglesias dio una imagen más cercana en edad al Sancho de Cervantes. Contaba 543 años cuando rodó la película[23]. Marta Etura nació en San Sebastián el 28 de octubre de 1980. Se instaló en Madrid en 1997. A Marta, Gutiérrez Aragón le dejó reservado el papel de Dulcinea del Toboso. “En mi película Dulcinea conserva su doble condición de aldeana bruta y la de su idealización hecha por el caballero”, apuntaba el realizador cántabro en las notas de producción. La cinta, con una duración de 122 minutos y estrenada en España el 8 de noviembre de 2002, sitúa la acción en 1616. En El caballero Don Quijote, Gutiérrez Aragón reserva sorpresas para el público. Se atreve a convertir al atractivo y habitual galán Juan Diego Botto en la Dulcinea más surrealista, grotesca y surrealista que uno pueda imaginar. La película recibió en su día críticas muy favorables. Marta Etura, con sus rasgos dulces, sonrisa inocente, cuerpo menudo y proporcionado e imagen de actriz seria y eficaz, volvió a rodar con Gutiérrez Aragón La vida que te espera[24]. Allá por mediados del siglo XVI y principios del XVII se vivía en tiempos del primero de los Carlos y del segundo y tercero de los Felipe. Cervantes, nacido en Alcalá de Henares y descendiente de conversos que ejerce incluso de familiar de la Inquisición, es un convencido cristiano como tantos otros escritores de su época a su manera (Lope de Vega, Quevedo, Tirso de Molina…). Cervantes es un perfecto fracasado como su propio personaje de la triste figura. Cervantes inventa un personaje, al que adjudica la locura, que nace hidalgo[25]. El Quijote de Miguel de Cervantes Manuel Gutiérrez Aragón estaba en Barcelona, contratado para escribir un guion. Se le ofreció en llamada telefónica la dirección de una serie que sería una versión televisiva del Quijote, un rodaje muy largo. El rodaje de la serie iba a resultar el trabajo más jubiloso de cuantos hizo en el cine. Volvió a Madrid y en la tertulia de El Alabardero Luis Carandell y Ángel Fernández – Santos expresaron su opinión negativa sobre el tema de la adaptación. Al día siguiente, el director debía dar una respuesta a los responsables de Televisión. Por otra parte, acababan de aceptar una profunda revisión de los guiones. Los responsables televisivos se encargaron de Cela, cuyo nombre mantendrían en los títulos de crédito, ya que le habían pagado. Don Quijote está loco; si no absolutamente, sí lo suficiente para no temer el ridículo y cumplir con su papel. Respecto a la discordancia entre el mundo imaginado por Don Quijote y el real y polvoriento de los caminos, Aragón decidió que lo fantástico no saldría en imágenes, permanecería en las aladas palabras del caballero. Con la inestimable ayuda del escritor y cinéfilo Fernando Corugedo, se encontró una fórmula por la que Don Quijote siguiera hablando “en antiguo” – una manera de hablar ya pasada incluso en su época -, mientras que los otros personajes hablarían en un lenguaje más sencillo, pero sin utilizar términos que no pertenecieran a su tiempo. Un trabajo delicado, respetando el contraste entre las formas de hablar que utilizaba Cervantes. El productor Emiliano Piedra estaba lleno de entusiasmo. Un plantel de conocidos actores, encabezado por Alfredo Landa como indiscutible Sancho Panza, estaba ya contratado y comenzado a vestir según los diseños de Gerardo Vera. El Quijote es un loco risible, pero también es el paradigma de la nobleza y la dignidad. Los aristócratas lo utilizan como sujeto de burla, es un bufón. Los niños se ríen de él. El lector de hoy lo considera un santo. Fernando Rey mantenía una apostura de hidalgo viejo, algo solemne, rígida. Lo que Fernando Rey tenía de apropiado para el personaje era su dicción, una manera de hablar clara y solemne, capaz de hacer comprender las razones y sinrazones del caballero. El actor iba a ser quien hiciera ver lo que el director no mostraría: gigantes, hechiceros y personajes numinosos. En el cine, y no digamos ya en las series televisivas, los diálogos han ido ganando terreno a la imagen. Sancho no se fía del todo del caballero, pero se deja llevar una y otra vez por las palabras del caballero. Después de emitida la serie, fueron muchos los que ya no concebían un Quijote fílmico que no fuera el encarnado por Fernando Rey[26]. La noche anterior al rodaje, un viento manchego había destrozado una parte del decorado, las piezas añadidas a los molinos de viento de Alcázar de San Juan. Tuvieron que modificar las aspas en las escenas de los molinos de viento. Las propias del antiguo mecanismo no servían para los propósitos de la escena. Por otra parte, el director recibió algunas advertencias de que aquellos molinos de Alcázar no eran los “verdaderos” molinos del Quijote. Según algunos, los “verdaderos” eran los que estaban ubicados en Campo de Criptana, que eran los que Cervantes había tomado como inspiración. Además, eran escasos y hubo que fabricar algunas maquetas. Félix Murcia las colocó simulando una perspectiva en escala. El cerro de los molinos quedó bastante modificado[27]. El director señala que Juan Luis Galiardo “era una persona detestable”. Sin embargo, a los directores de fotografía les encantaba porque daba estupendamente en pantalla. A López Vázquez Manolo Gutiérrez Aragón nunca le aceptó ninguna de sus propuestas[28]. La serie se divide en “trancos”. En el Tranco I aparece Manuel Alexandre como barbero, el oficio del padre de Cervantes, Rodrigo. Así interviene este gran secundario durante la primera parte de la serie. Los barberos eran una mezcla de médicos, cirujanos y barberos. Además, hacían recetas, como la que prescribe a Don Quijote. Hay preciosas panorámicas del pueblo en planos generales. La iluminación mediante focos supera la luminosidad de las velas o palmatorias que se usarían en la época. Don Quijote comienza a montar a caballo por el Campo de Montiel. En la primera venta aparece López Vázquez con bigote. Charo Soriano le atiende allí. Es la primera escena burlesca de la serie, que tiene escenas como esta, que no aparece en la versión más reducida (de 180 minutos) de la película. Aparece más adelante Paco Algora azotando a un niño. Su personaje es Juan Haldudo, vecino de Quintanar. Don Quijote viaja solo por el campo, montado en Rocinante. En la quema de los libros en la hoguera, el barbero defiende el Amadís de Gaula. El cura y el barbero parecen conocer el contenido de algunas obras. Se salva La Galatea porque es obra de Cervantes, amigo del cura. Aparece José Luis Pellicena, que aquí incorpora al escritor. Le cierran la biblioteca mediante albañiles y hacen una hoguera en el patio con sus libros. Entre ellos hay obras que tratan sobre el rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda. Las vistas del pueblo bajo un cielo azul son maravillosas. Aparecen Sancho, que cuida a su burro, y su familia. Don Quijote le promete una ínsula. En la casa de Don Quijote hay arcos góticos. Sancho acompaña a Don Quijote en su segunda salida. La aventura de los molinos es la primera aventura de ambos juntos. Y el Quijote ya empieza a inclinar la cabeza, postura que se repetirá en la serie, así como a recibir palizas. Don Quijote mete la pata constantemente, sin comprender que sus ideales están fuera de lugar y acaban resultando nefastos. Tanto Rey como Landa están geniales en sus papeles respectivos. Salen la muralla y una puerta de Toledo, ciudad medieval y con peso de la cultura islámica, en donde Cervantes encuentra la continuación de la aventura del vizcaíno. Es una licencia intertextual del director. Aparece una tintorería, trabajo penoso y maloliente. Se atribuye a un caso de papeles comprados a un muchacho la continuación de la obra. Por una vez, Don Quijote vence al vizcaíno. Pero Sancho recibe una paliza por desvalijarle. Sancho es realista y trata de evitar que Don Quijote se engañe por su mala cabeza, pero no consigue convencerle. Da la sensación de que Gutiérrez Aragón estaba más fresco e ilusionado en la primera parte y trató de salir del paso en la segunda, con otros actores (en su mayoría) y en un formato más breve. La reducción de la serie a 180 minutos en la película tal vez responda a razones comerciales. Hay escenas en la serie, como la de la venta, que no aparecen en la película. Tranco II. Sancho es analfabeto, algo muy frecuente en aquella época. El calor hace estragos en ambos. Un pastor aplica unas hierbas a la cabeza herida del caballero. Éste habla de la Edad de Oro, donde no había propiedad privada, las mujeres iban desnudas y existía la justicia. Pasan la noche con los cabreros, que elaboran queso de cabra. La escena no figura en la película. A Rocinante le golpea un grupo de campesinos. Y después sacuden a Don Quijote. Esta escena tampoco aparece en la película. Don Quijote y Sancho llegan heridos de los golpes a la segunda venta. Esperanza Roy está genial, graciosa y divertida como Maritornes. Pero allí hay también otra pelea. El ventero (Héctor Alterio) golpea a Maritornes. Antonio Guerrero hace un pequeño papel. El bálsamo de Fierabrás sienta fatal a Sancho. A este le mantean porque la pareja no paga por su estancia. Tranco III. Sancho quiere regresar al pueblo. A veces recuerda a Cantinflas, que también participó en una versión cómica del Quijote. Este cae en medio de un rebaño de ovejas. Y a Sancho le roban. Se encuentran de noche con una procesión que transporta un cadáver vestido con hábito religioso. Es un caballero que murió en Baeza y lo llevan a Segovia. Esta vez, Don Quijote se disculpa. Sancho le llama Caballero de la Triste Figura. Y Don Quijote lo acepta. Sancho ve una noria funcionando junto a un río. Esta parte no aparece en la película y se desarrolla de noche. Ya de día, Sancho suelta a Rocinante, al que puso un cepo para que no se moviera. Una rueda de batán asusta a Sancho, a quien su amo le golpea. Sigue la aventura del yelmo de Mambrino, que porta un hombre sobre otro burro. Don Quijote recoge la bacía del burro, cuyo propietario huye. Sancho le quita las albardas, como antes hicieron con él. Ante los galeotes, Sancho advierte a su señor para que no intervenga. Pellicena va esposado por chulo de putas. La Santa Hermandad les custodia. Pero Alonso Quijano les libera y desea que cuenten a Dulcinea su hazaña. Los presos les atacan y antes de huir les colocan sus cadenas. A Sancho le quitan la ropa y su rucio desaparece. Según los extras de la serie, Argamasilla de Alba sería el “lugar de la Mancha”. Aquí se encuentran la casa del bachiller Carrasco y la cueva de Medrano. En una de las ventas de Puerto Lápice se armaría caballero a Don Quijote. Consuegra está dominada por once molinos de viento. Es una población de origen romano y destacan su castillo y su casco antiguo. En Madridejos se encuentra el molino del Tío Genaro, uno de los más antiguos. En Alcázar de San Juan, en el vecino cerro de San Antón, encontramos cuatro molinos de viento en excelente estado de conservación. En el Cerro de la Paz (Campo de Criptana) pueden contemplarse diez molinos. Mota del Cuervo ofrece un espectacular conjunto de molinos de viento que dominan la localidad. El Toboso sería la patria chica de Dulcinea. Tranco IV. El caballero su escudero atraviesan una zona montañosa. A Sancho le han desvalijado y va a pie. Encuentran un arcón con dinero, que Sancho se queda, y Don Quijote lee un libro que encuentran. Sancho se viste con ropas del arca. Encuentran allí a un loco que se lamenta de la traición de una mujer. Don Quijote le sigue. Es Cardenio, hijo de una rica familia andaluza. Era el prometido de Luscinda y escribía poesías a su amada, pero tiene que acompañar a Fernando, prometido con una labradora e hijo de duques. Esta historia en la película se encuentra resumida y no se entiende del todo. Cardenio muestra a Fernando a Luscinda, su amada, dormida y le enseña las cartas que le escribió ella. Luscinda era aficionada a las novelas de caballería y Fernando le envía una nota entre las páginas de un Amadís. Cardenio y Don Quijote discuten y se pelean, pero Cardenio está más loco que Alonso Quijano. Sancho se queja y quiere volver a la aldea. Don Quijote quiere hacer penitencia en una peña. Se desnuda y encarga a Sancho que vaya con Rocinante en busca de Dulcinea. Y le entrega una carta dirigida a ella, aunque apenas la ha visto. Dulcinea es Aldonza Lorenzo, a quien Sancho conoce y le parece más recia de lo que Don Quijote cree. Sancho llega a una venta, que es la segunda, la de Maritornes. Allí están el cura y el barbero, que cuando van en busca de Don Quijote, se encuentran a una joven (Aitana Sánchez – Gijón) que les oye. Es Dorotea, la hija de unos labradores ricos andaluces. Fernando la prometió matrimonio. Aparece Cardenio. Fernando huía de Dorotea y decide casarse con Luscinda. Se cruza con Dorotea, cuyo rostro se oculta tras un velo oscuro, y no la reconoce. Fernando es Máximo Valverde, que fuerza a Dorotea, pero esta se entera de la boda entre Luscinda y Fernando. Dorotea trata de matar a Fernando, pero la boda no llegó a culminarse. Es una historia intercalada, que continúa con la penitencia de Don Quijote. Dorotea conoce a Don Quijote, que ya es famoso. El cura y el barbero señalan que se encontraron a los galeotes liberados camino de Sevilla. Se menciona a un tal Pedro de Valladolid. Tranco V. A Sancho le encuentra Dorotea. Pero Don Quijote se enfada y le pide explicaciones sobre Dulcinea. Sancho descubre a un rucio montado por Ginés de Pasamonte, uno de los galeotes, que huye ante Don Quijote. Vuelven a la segunda venta, seguidos por Cardenio. El ventero tiene libros de caballería, aunque no sabe leer. Y Don Quijote derrama el vino guardado en la bodega, que estaba almacenados en pellejos. Luscinda entra en la venta conducida por caballeros y Fernando trata de acercarse a ella. Esta parte no aparece en la película. Fernando, Dorotea, Luscinda y Cardenio se encuentran en la venta. Es una escena teatral. Luscinda y Cardenio se unen, lo mismo que Fernando y Dorotea. Y el público aplaude el final feliz. En la misma venta, el personaje que interpreta Rafael Alonso reconoce su bacía. Don Quijote dice a Sancho que se la devuelva, pero se produce una pelea. Aparece entonces la Santa Hermandad, que busca a Don Quijote. Este sufre una pesadilla y por fin le meten en una jaula de madera tirada por bueyes, en la que se lo llevan. Pero sale a hacer sus necesidades, y se encuentra un grupo de encapuchados que conducen una escultura de la Virgen María. Alonso Quijano les desafía y acaba siendo golpeado. Vuelve al carro y a su llegada los niños le insultan y se burlan de él. Sancho regresa a su casa con monedas de oro, que muestra a su mujer (Emma Penella). En la película de 1990, al igual que en la serie, Terele Pávez hace de ama. Comienza asimismo en la casa del hidalgo. Este vive en una casa de pueblo, separada de este por una tapia. Los libros de caballería le devanaron los sesos y los niños se ríen de él. Tiene un amplio patio y su primera salida se produce de noche. Amanece mientras atraviesa la llanura. Monta a Rocinante por el campo de Montiel y se mete por el trigo de un campesino. Llega a una calzada y se encuentra con un grupo. Se menciona la Alcarria y Extremadura. Alonso Quijano se inventa a Dulcinea y bautiza con su nombre a Rocinante. Recibe su primera paliza, a pesar de su armadura. Entonces aparece un hombre que lo conoce. Es su vecino Pedro Alonso y le lleva de vuelta a su casa. A continuación se produce el escrutinio de los libros de su biblioteca. El barbero ordena que le preparen un bebedizo. Francisco Merino representa al cura. Los libros arden en una hoguera, en el patio. Y también le tapian la sala de la biblioteca. Sancho adecenta a su rucio. Y Alonso Quijano le promete una ínsula. La fotografía de Teo Escamilla resulta espléndida. Y la música también está a un gran nivel. Emma Penella es Teresa, la mujer de Sancho. Don Alonso vuelve a salir, ahora ya de día. Es mucho más alto que Sancho, en especial cuando cada uno monta a su animal de transporte. Salen por una llanura con montañas azules al fondo. Y llegan a la aventura de los molinos. Eduardo Alonso Franch Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan [1] “’Ante todo he querido ser fiel a Cervantes’. El Quijote, de Gutiérrez Aragón, serie del año”. Seminci, nº1, 18 octubre 1991, pp. 12 – 13. [2] MOLINA FOIX, Vicente: Manuel Gutiérrez Aragón. Madrid: Cátedra, 2003. [3] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: “El caballero Don Quijote se sale del libro”. Ibid. [4] Filmografía. Ibid. [5] MARTÍNEZ TORRES, Augusto: Conversaciones con Manuel Gutiérrez Aragón. Madrid: Fundamentos, 1985. [6] “Gutiérrez Aragón, Manuel” en: TORRES, Augusto M.: Diccionario del cine español. Madrid: Espasa Calpe, 1994, p. 241. [7] HEREDERO, Carlos F: “La libertad del fabulador”. Manuel Gutiérrez Aragón. Las fábulas del cronista / edición: Carlos F. Heredero. Madrid: Ocho y Medio, 2004. [8] SÁNCHEZ HARGUINDEY, Ángel: “Un hombre de nuestro tiempo”. Ibid. [9] HEREDERO, Carlos F.: “La simiente cervantina”. Ibid. [10] MOLINA FOIX, Vicente: “Las dos Españas de Gutiérrez Aragón”. Ibid. [11] Filmografía. Ibid. [12] HEREDERO, Carlos F.: Cuentos de magia y conocimiento. El cine de Manuel Gutiérrez Aragón. Burgos: Alta Films, 1998. [13] JUAN PAYÁN, Miguel: La historia de España a través del cine. Madrid: Casitel, 2007. [14] HERRANZ, Ferran: El Quijote y el cine. Madrid: Cátedra, 2005. [15] HERNÁNDEZ, Javier: “Manuel Gutiérrez Aragón o los quijotes de la democracia”. Don Quijote en el cine. Nosferatu, 50, Diciembre 2005. [16] SÁNCHEZ MILLÁN, Alberto: “El Quijote en la televisión”. Ibid. [17] GOROSTIZA, Jorge: “Provenza, Crimea… La Mancha. El paisaje de El Quijote”. Ibid. [18] CUETO, Roberto: “Sinfonías de La Mancha. La música en las versiones cinematográficas de El Quijote”. Ibid. [19] CANAVAGGIO, Jean: “Don Quijote”, del libro al mito. Pozuelo de Alarcón: Espasa Calpe, 2006. [20] CANAVAGGIO, Jean: Diccionario Cervantes. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica, 2020. [21] UCERO CASTAÑO, Jesús: “El caballero Don Quijote (2002)”. El Quijote en el cine / Miguel Juan Payán (coord.). Madrid: Jaguar, 2005. [22] PAYÁN, Miguel Juan: “El Quijote de Miguel de Cervantes, 1991”. Ibid. [23] SÁNCHEZ, José Luis: “Los actores y Don Quijote”. Ibid. [24] SCOLA, Gloria: “La misteriosa figura de Dulcinea y sus actrices: el viaje desde la letra hasta la imagen”. Ibid. [25] SANZ LARREA, Gonzalo: “Paisajes de la España del Quijote y semblanzas cinematográficas cervantinas”. Ibid. [26] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: “’No son gigantes, señor, son decorados de cine’. Relato de un Quijote televisivo” en: A los actores / Manuel Gutiérrez Aragón. Barcelona: Anagrama, 2015. [27] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: “El cine y los realismos”. Ibid. [28] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: “Entre el autoritarismo y la timidez”. Ibid.
Turistas en la Mancha cuyo ejemplo conviene seguir Fecha de Publicación: 13/05/2024 Javier Vázquez Cuesta y su mujer Juana Mari, vinieron desde Pilas (Sevilla) a conocer la Mancha de don Quijote y Sancho Panza. En Alcázar de San Juan visitaron -entre otros recursos turísticos- los azulejos quijotescos del parque Cervantes Nuestro socio Javier Vázquez Cuesta y esposa, vinieron en días pasados a conocer la Mancha y han hecho de Alcázar de San Juan su “base de operaciones” para organizar sus desplazamientos por la “Comarca Quijote” en los cinco días de estancia entre nosotros Alcázar de San Juan, 13-05-2024.- Que la Mancha existe y que es un lugar físico en el que Miguel de Cervantes quiso que sucediesen muchas de las principales aventuras de don Quijote y Sancho Panza, es un hecho que conviene mencionar y recordar porque aún hay gente que piensa que es un territorio únicamente literario. Pero también hay que recordar que este espacio geográfico real guarda muchos tesoros patrimoniales, naturales y gastronómicos, pero sobre todo una vinculación especial con el Quijote que los admiradores de Cervantes y su obra no puede dejar de conocer. Javier Vázquez Cuesta es miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan desde el 15 de octubre de 2022 por su afición a Cervantes y especialmente a su teatro, de quien presume haber representado diferentes obras con el grupo teatral de su ciudad, Pilas en Sevilla. Tenía la intención de conocer la Mancha y nos pidió consejo. Como su disponibilidad era de cinco días, rápidamente le organizamos unas rutas por los lugares imprescindibles que debía visitar. Teniendo en cuenta que quería acomodarse en Alcázar de San Juan, con muy buen criterio, por cierto, ya que la Comarca Quijote se encuentra en un radio de aproximadamente 40 km alrededor de esta ciudad. Su decisión es un ejemplo a seguir para todos aquellos visitantes que quieran emular a estos “quijotes” sevillanos. Para conocer el corazón de la Mancha de don Quijote y visitar estos emblemáticos lugares, es un buen plan dedicar un fin de semana o un puente, dos o tres días pueden ser suficientes para sumergirse en el mundo del Quijote. Nuestros amigos turistas sevillanos pusieron como condición reservarse un día para visitar Esquivias (por motivos familiares) y para ir a Toledo a disfrutar del parque temático Puy du Fou. Pero el resto de los días han podido visitar Puerto Lapice, Campo de Criptana, que es el lugar donde sin lugar a dudas Cervantes se inspiró para escribir la famosa aventura de los molinos de viento (ya que era el único lugar que en época de Cervantes disponía de cerca de cuarenta molinos), El Toboso (lugar de Dulcinea) con su museo de Quijotes, e incluso Pedro Muñoz, para conocer la colección cervantina Zunzunegui, que es la segunda más importante de España. También pudieron visitar Argamasilla de Alba, con la Ruta Romagosa (réplica de las figuras de la serie de TV de dibujos animados “Don Quijote de la Mancha), el castillo de Peñarroya y las Lagunas de Ruidera, aunque dejaron la Cueva de Montesinos para una próxima ocasión al no poder visitarla por no haber efectuado la reserva con anterioridad. El sólo hecho de llegar hasta ella colmó las expectativas de estos cervantistas. En Alcázar de San Juan visitaron el Museo del Hidalgo, la parroquia de Santa María (la más antigua de la diócesis de Ciudad Real) y el Torreón del Gran Prior junto a la Capilla de Palacio. Asimismo, conocieron la vinculación de la ciudad con Cervantes y el Quijote, la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, la ubicación de su casa natal, la abundante iconografía cervantina de la ciudad, incluyendo la azulejería quijotesca del parque Cervantes que contiene una representación gráfica del Quijote completo (en sus dos partes, de principio a fin). De igual modo han conocido la rica gastronomía manchega y sus vinos, así como las afamadas “tortas de Alcázar” con las que se elabora la “bizcochá” el típico postre alcazareño. Para la siguiente visita dejan pendiente ir a conocer el lugar donde se ubicó la venta en la que don Quijote fue nombrado caballero, ubicada muy cerca de la actual ermita de Manjavacas en Mota del Cuervo (lugar que identificó y ubicó nuestro asociado Luis Miguel Román Alhambra) y cuando quizá la ruta ya se encuentre señalizada, lo que es una vieja aspiración de este colectivo cultural. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Las ediciones del Quijote en la Biblioteca Nacional Fecha de Publicación: 06/05/2024 Isabel Ruiz de Elvira Serra Directora del Departamento de Manuscritos, Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional de España, Ponencia impartida en la Mesa Redonda Cervantina celebrada en Pedro Muñoz (Ciudad Real) el sábado 27 de abril de 2024 1. INTRODUCCIÓN: LA COLECCIÓN CERVANTINA La antigua Sección de Cervantes, actualmente integrada en el Servicio de Reserva Impresa de la Biblioteca Nacional, se creó en 1894, al trasladarse la biblioteca al actual edificio del Paseo de Recoletos, siendo director Manuel Tamayo y Baus. Hasta entonces, las ediciones de textos cervantinos, así como los estudios sobre Cervantes, formaban parte de la Sección de Libros Raros y Preciosos, dentro del Departamento de Impresos de la Biblioteca. La labor de Menéndez Pelayo durante su etapa de director (1898-1912) fue muy positiva para esta sección. Pero fue su sucesor, Rodríguez Marín, quien la mejoró considerablemente, duplicando el número de volúmenes mediante nuevas adquisiciones y reuniendo libros y folletos cervantinos dispersos en las restantes secciones. Durante la dirección de Rodríguez Marín, el encargado de la sección, Gabriel Martín del Río y Rico, realizó el primer catálogo de la misma, obteniendo con este trabajo el premio de bibliografía de la Biblioteca Nacional en 1916. En el siglo XX, al fondo inicial se fueron añadiendo nuevos volúmenes, procedentes del depósito legal, donaciones y compras. En la actualidad la signatura CERV se compone de 5.146 volúmenes y 50 cajas de folletos. Fueron significativas las aportaciones de algunos importantes coleccionistas del siglo XIX como Luis Usoz, Cayetano Alberto de la Barrera, Agustín Durán y Pascual de Gayangos. Y ya en el siglo XX, en 1949, ingresaron 445 valiosos ejemplares del notable cervantista José María Asensio y Toledo. Pero el hito más importante fue la adquisición, en 1968, de la importantísima colección de Juan Sedó Peris-Mencheta, que incluye, además de las obras de y sobre Cervantes, cualquier tipo de material relacionado con este autor: cromos, etiquetas, postales, exlibris, abanicos, etc. Dentro del fondo propiamente bibliográfico destacan veintiséis ediciones del Quijote del siglo XVII y valiosas ediciones del siglo XX, además de obras teatrales, imitaciones, catálogos, bibliografías, revistas, etc. Esta colección se compone de 8.853 volúmenes y 138 cajas de folletos con la signatura CERV.SEDÓ. En 1980 se suprimió la Sección de Cervantes, con lo que no siguieron creciendo estas signaturas: las ediciones cervantinas modernas que ingresaron con posterioridad a esa fecha se fueron integrando en el Depósito General de la Biblioteca. Sala Cervantes: el pintor valenciano Muñoz Degrain donó a la Biblioteca en 1919 una colección de veinte cuadros, todos de temática cervantina, que pueden contemplarse en la actual “Sala Cervantes”, sala de acceso restringido a los investigadores, donde pueden consultarse, además del fondo cervantino, las colecciones de manuscritos e impresos reservados o raros. Exposiciones: Se han sucedido constantemente a partir de la primera celebrada en 1905, cada una con su respectivo catálogo. Las más recientes han sido la titulada “El Quijote, biografía de un libro, 1605-2005”, en 2015, con motivo del cuarto centenario de la publicación de la primera parte, y “Miguel de Cervantes, de la vida al mito”, en 2016. Micrositio: http://cervantes.bne.es/ 2. EDICIONES DEL QUIJOTE Prácticamente todas las ediciones del Quijote desde 1605 hasta mediados del siglo XX, en la mayoría de idiomas del mundo, están representadas. En el catálogo de la BNE se pueden localizar actualmente 3.420 ediciones: – 304 ediciones antiguas (anteriores a 1831), con 2.737 ejemplares – 3.116 ediciones modernas, incluyendo adaptaciones (de las cuales 2.022 están en español, y 1.994 en otros idiomas), con 11.586 ejemplares. 3. EDITIO PRINCEPS La primera edición o editio prínceps de 1605 difiere de la segunda edición del mismo año (ambas con el escudo del impresor Juan de la Cuesta, un halcón de cetrería con capirote, un león dormido y el lema “Post tenebras spero lucem”, que pertenecía a su antecesor en la imprenta Pedro Madrigal) por el privilegio, que en la primera se dio solo para Madrid, y en la segunda, para Castilla, Aragón y Portugal. De la princeps se imprimieron unos 1.700 ejemplares, de los cuales han sobrevivido al menos 28, según el censo efectuado entre 2009 y 2016 por el grupo de investigación Prinqeps dirigido por Víctor Infantes y Ana Martínez Pereira. El precio de mercado actual se podría calcular según la venta en 1989 al empresario y bibliófilo Javier Krahe, 1,5 millones de dólares por la primera edición de ambas partes. Relación de ejemplares conocidos ESPAÑA: 6 ejemplares – Madrid, Biblioteca Nacional de España (Francisco Grau – Domingo de Ara – Justo Zapater) – Madrid, Real Biblioteca o A. Rousseau – Condes de París – Luisa de Orleans – Alfonso XIII o Bienes privados (Hieronimo – Savvoya) – Madrid, Real Academia Española (Juan Manuel Fernández de Pacheco – Vicencio Squarzafigo) – Barcelona, Biblioteca de Cataluña (Isidro Bonsoms y Sicart) – Toledo, Biblioteca de El Cigarral del Carmen (Javier Krahe Ruiz lo adquiere en 1989 a Sotheby’s quien a su vez lo había adquirido a la Pierpont Morgan Library en 1973) FRANCIA: 6 ejemplares – Albi, Mediatheque Pierre Almaric (familia Condé) – Chantilly, Musee Condé – París, Bibliotheque Nationale (1) – París, Bibliotheque Nationale (2) (Rothschild) – Ruán, Bibliotheque Municipale (Francisco Brunyer) – Versalles, Bibliotheque Municipale REINO UNIDO: 3 ejemplares – Glasgow, University Library (Hunterian Museum) – Londres, British Library (Thomas Grenville) – Oxford, Bodleian Library (Thomas Bodley – Henry Wriothesley) ALEMANIA: 1 ejemplar – Wolfenbüttel, Herzog August Bibliothek AUSTRIA: 1 ejemplar (descubierto en 2009 por Enrique Rodrigues Moura) – Innsbruck, Universitat und Landesbiblothek Tirol (Biblioteca Pública Oenipontana) ITALIA: 1 ejemplar – Nápoles, Biblioteca Nazionale Vittorio Emmanuele III ESTADOS UNIDOS: 10 ejemplares – Cambridge (Massachussets), Harvard University – Chicago, The Newberry Library (Óscar B. Cintas, La Habana) – Filadelfia, The Rosenbach Museum and Library (Leonhard Christopher Ulnester – Familia Eisenfort – Raimundo Ruiz) – Nueva York, The Hispanic Society of America o Marqués de Jerez o Ricardo Heredia – Nueva York, The Morgan Library (Maggs Bros – Heineman) – Nueva York, Public Library (Chavignac –Owen d. Young – Henry W. y Albert A. Berg) – Washington, The Library of Congress o John Longford o Alexis du Pont Coleman – Yale, Yale University (Carrie-Sperrie Beinecke) De la primera edición de la 2º parte (1615) han sobrevivido unos 40 ejemplares, de los cuales 5 están en la Biblioteca Nacional. 4. EJEMPLAR DE LA BNE, SIGN. CERV/118 Ejemplar falto de portada y de las cuatro últimas hojas, sustituidas por reproducciones fotolitográficas realizadas por Francisco López Fabra del ejemplar de la Real Academia Española. Encuadernación en marroquí rojo estilo “a la Duseuil” realizada por Brugalla en 1957. Este ejemplar llegó a la biblioteca en 1864, siendo Director Juan Eugenio Hartzenbusch (1862-1876), ilustre dramaturgo y erudito cervantista. La historia de la adquisición de este ejemplar es muy curiosa: Según aparece en la revista El propagador de la fotografía, núm. 7, (15 de enero de 1864), en 1861 se había creado la Sociedad foto-lito zincográfica, por Francisco López Fabra, geógrafo de la dirección de correos, el fotógrafo D. Antonio Selfa, y Agustín S. Zaragozano, litógrafo, poniendo en práctica los revolucionarios descubrimientos que una década antes se habían hecho en este campo, en Francia y en Inglaterra. En enero de 1864 esta Sociedad publicó una circular-prospecto ofreciendo sus servicios y dando algunas muestras de los resultados que había obtenido en la reproducción de impresos, dibujos, grabados, etc., hallándose entre ellas una hoja del único ejemplar que entonces se conocía de la primera edición del Quijote, el de la Real Academia Española, que facilitó Hartzenbusch (ya que era miembro de la misma) a López Fabra. Las reproducciones se basaban en las operaciones químicas denominadas foto-litográficas, foto-zincográficas, fotopapirográficas, y en el método anastálico. Este prospecto de propaganda circuló en 1864 por muchos lugares de España; y tal y como explica el propio Hartzenbusch en la Memoria de la Biblioteca Nacional del 1865, un ejemplar llegó a Teruel, donde el estudiante Justo Zapater y Jareño lo vio, y al fijarse en la hoja que reproducía la del comienzo del primer capítulo del Quijote, ésta le recordó, por la letra y los adornos, una primera página semejante de un libro del Ingenioso Hidalgo que había visto en una casa particular. Zapater lo buscó, lo adquirió y entendiendo que debía ser la primera edición de la primera parte, y por consecuencia, un ejemplar de gran rareza, escribió a la Biblioteca Nacional, ofreciéndoselo generosamente; la donación tuvo lugar en el mismo año 1864. Se daba la circunstancia de que en el índice de BNE figuraba la existencia un ejemplar de la misma edición, que había desaparecido hacía muchos años. En palabras de Hartzenbusch, “Bien hubiera podido equivocarse el Sr. Zapater, porque la primera y la segunda edición del Quijote, hechas en Madrid por Juan de la Cuesta en 1605, tienen igual la página reproducida por el Sr. Fabra; pero la fortuna, como queriendo coronar el noble propósito del Sr. Zapater, y devolver a la Biblioteca Nacional la mitad de una pérdida muy sensible, hizo que el ejemplar de Teruel fuese el de la primera edición”. Pilar Egoscozábal, funcionaria del cuerpo facultativo en la Biblioteca Nacional, fue quien descubrió y publicó en un artículo de 2012 este texto de Hartzenbusch. En 2015 la valoración para el seguro de este ejemplar se estimó en 2.5 millones de euros. 5. EDICIONES EN CASTELLANO Las ediciones en castellano de Don Quijote de la Mancha están ampliamente representadas en la colección cervantina de la Biblioteca Nacional de España. Contamos con un ejemplar al menos de cada una de ellas. El Quijote tuvo un enorme éxito nada más publicarse, como lo demuestran las seis ediciones que vieron la luz el mismo año de 1605: la segunda edición del mismo año por el mismo impresor, y otras cuatro impresas también en 1605, dos en Lisboa y dos en Valencia. Poco después vieron la luz las de Bruselas (1607 y 1611) y Milán (1610), la tercera de Juan de la Cuesta en Madrid (1608)… Y la Segunda Parte de 1615, junto a las ediciones de nuevo de Valencia, Lisboa y Bruselas, hasta la publicación conjunta por vez primera de las dos partes en Barcelona en 1617. En total en la BNE posee 37 ediciones en castellano del siglo XVII. Estas y las posteriores, hasta la actualidad, permiten reconstruir a través de nuestro catálogo el éxito de una obra que ha continuado hasta hoy día. Podemos hacer un recorrido por las que supusieron un hito en la historia editorial del Quijote: en el siglo XVIII, la edición castellana de Tonson de 1738, acompañada de la Vida de Cervantes de Mayans i Siscar; la edición de la Real Academia Española de 1780, de Joaquín Ibarra, con otra Vida de Cervantes, esta vez de Vicente de los Ríos, que añadió además un Análisis del Quijote; la de la Imprenta Real de 1797-1798; y las dos de Gabriel de Sancha (1797-1798 y 1798-1800), a cargo de Juan Antonio Pellicer. En el siglo XIX asistimos a la publicación de importantes ediciones, a cargo de Clemencín y Navarrete (1819), Clemencín (1833-1839) y Hartzenbusch (1863), así como a la primera edición facsímil de la obra (1871-1879) como consecuencia de la introducción de la foto-tipografía en España a cargo del coronel Francisco López Fabra, cuyo entusiasmo contagió a un amplio número de seguidores que convirtieron el acontecimiento en un capítulo importante del cervantismo español. Ingresadas por Depósito Legal a partir de 1958 están presentes las ediciones españolas de los siglos XX y XXI que, reeditadas numerosas veces, constituyen referencia obligada para el lector o investigador que quiera acercarse a una edición cuidada de la obra, como las de Florencio Sevilla y Antonio Rey, publicada por el Centro de Estudios Cervantinos en 1993, o la de Francisco Rico, por el Instituto Cervantes de 2004, por poner dos de los ejemplos más relevantes. De las anteriores a la fecha de implantación del Depósito Legal, no faltan las anotadas por Cortejón, Rodríguez Marín, Schevill y Bonilla, Justo García Morales, Martín de Riquer, Vicente Gaos… El número de ediciones en castellano de los siglos XX y XXI asciende a 1.771. 6. TRADUCCIONES En la actualidad, el Quijote está traducido a casi 80 lenguas y dialectos; en la Biblioteca Nacional tenemos traducciones a 56 de ellas. Hay ejemplares de todas las traducciones de la obra hasta mediados del siglo XX. Las traducciones del Quijote están en relación con la situación política de los países europeos en la época y la categoría de sus lenguas y el prestigio de que gozaban. De ahí que las primeras lenguas a las que se tradujo fueran el inglés, francés, alemán e italiano. Tenemos 40 ediciones de siglo XVII en inglés, francés, italiano, neerlandés y alemán. El Quijote fue traducido por primera vez al inglés por Thomas Shelton en 1612, solo siete años después de publicarse la primera edición en español, en 1605. En 1620 se publicó la traducción de la Segunda parte, por el mismo Shelton. A la versión inglesa de Shelton le siguieron las de Motteux, Jarvis y Ormsby, hasta un total de 81 ediciones antiguas (hasta 1830). Al francés (la lengua más importante en los siglos XVII y XVIII como vehículo de comunicación) se tradujo también muy tempranamente: Cesar Oudin tradujo la Primera Parte en 1614 y François de Rosset la Segunda Parte en 1618. A las de Oudin y Rosset, siguieron las de Filleau de Saint-Martin, Florian y Viardot. Estas traducciones se utilizaron, en lugar de la versión original castellana, como base para muchas traducciones posteriores, especialmente a las lenguas eslavas. El número total de ediciones antiguas en francés es 78. A continuación se tradujo al italiano, por Franciosini en 1622 (existen 11 antiguas): al alemán, por Pahsch Bastel von der Sohle , en 1648 (hay 17 antiguas), y al neerlandés, en 1657 (con 8 antiguas). El hecho de que se leyera en la lengua original o a través del francés, inglés o alemán, hizo que las traducciones a otras lenguas europeas fueran mucho más tardías; pero tenemos también de traducciones antiguas al danés (3), polaco (1) portugués (2), ruso (1) y sueco (2). A partir de 1831 tenemos ediciones en todos los ámbitos: Lenguas españolas: Catalán (22), Euskera (9), Gallego (7), Valenciano (1), Asturiano (1) Ámbito europeo: Inglés (244), Francés (214), Alemán (137), Italiano (67), Ruso (37), Portugués (36), Serbio (27), Checo (26), Húngaro (20), Rumano (17), Neerlandés (17), Polaco (12), Búlgaro (10), Sueco (10), Griego (9), Croata (7), Finés (6), Danés (5), Noruego (4), Letón (4), Lituano (4), Estonio (4), Ucraniano (3), Esloveno (2). Con una sola edición: Eslovaco, Albanés, Islandés y Georgiano. Otros ámbitos: Japonés (36), Hebreo (22), Chino (9), Árabe (7), Turco (4), Armenio (4), Bengalí (3), Coreano (3), Vietnamita (2). Con una sola edición: Tagalo, Guaraní, Tamil, Tailandés, Azerí, Afrikaans, Uigur, Hindi. Mención aparte merecen: – La traducción al esperanto, con seis ediciones, de 1905 a 2005 – Las ediciones en latín macarrónico Historia Domini Quijote Manchegui (4 ediciones, de 1905 a 2017, y la edición en latín clásico, de 1998 – La edición políglota, de 1916, en 67 lenguas. 7. EDICIONES ILUSTRADAS Junto a todas estas obras, la Biblioteca Nacional de España alberga también numerosas ediciones ilustradas desde el comienzo de la aventura editorial del Quijote, entre las cuales destacan la magistral edición de la Real Academia Española de 1780, impresa por Joaquín Ibarra e ilustrada por los principales dibujantes y grabadores de la época, como José del Castillo, Antonio Carnicero, Jerónimo Gil o Manuel Salvador Carmona; la de Gabriel Sancha de 1797-1798, con ilustraciones de José Ximeno, Agustín Navarro, José Camarón o Luis Paret y Alcántara; las ilustradas del siglo XIX, españolas o extranjeras, con los dibujos de Tony Johanot, Celestin Nanteuil , Luis Madrazo, Gustave Doré , Ricardo Balaca, Apeles Mestres, Moreno Carbonero, Laureano Barrau… ; y las más modernas, desde Urrabieta Vierge a Paul Rerst, Teodoro Miciano, José Narro, Gregorio Prieto o Salvador Dalí, entre otros muchos. 8. ADAPTACIONES En los países en los que se tradujo, el Quijote fue objeto de adaptaciones o versiones abreviadas, estas últimas en forma de antologías o simplemente con el texto reducido, aunque respetando el original. Fue frecuente asimismo la publicación de episodios sueltos, como el de La pastora Marcela, El curioso impertinente o El cautivo. En lo que respecta a las adaptaciones propiamente dichas, el siglo XIX fue un siglo rico en este tipo de ediciones, sobre todo en Francia, Inglaterra, Alemania, Italia y Rusia. La imagen tenía una gran importancia en este tipo de ediciones, que en Inglaterra llegaron a constituir un producto editorial específico, como en el caso de The spirit of Cervantes or Don Quixote abridged (1820), por poner un ejemplo Por otra parte, en muchos países se hacía necesario adaptar la historia y los personajes a las referencias culturales de los nuevos lectores, como fue el caso de su recepción en Japón o en la cultura hebrea. En otros, como en Grecia, es significativo el papel que han desempeñado las adaptaciones, entre las que se incluyen tebeos, para la difusión de la obra cervantina. Asimismo, la obra será objeto de interpretaciones, adaptaciones a distintos géneros, continuaciones o relecturas. Y, por supuesto, de adaptaciones infantiles y escolares que, en el caso de España, merecen analizarse con cierto detenimiento. La intención de adaptar el Quijote para niños en España es, en un principio, educativa, desde el primer intento realizado por el krausista Fernando de Castro (y autorizado en 1856 como lectura oficial) hasta la materialización de esta necesidad de llevar la obra a las escuelas que, tras la labor de recuperación de los clásicos a raíz del Regeneracionismo, se plasmó en la Real Orden de 24 de mayo de 1905 mediante la cual se recomienda el Quijote como libro de lectura escolar y, especialmente, la adaptación de Eduardo Vincenti Reguera, antiguo Director General de Instrucción Pública. A las adaptaciones de finales de siglo de Domingo López Sarmiento, Juan Manuel Villén o Domingo Abejar, se unieron otras, favorecidas por la celebración en 1905 del tercer centenario de la publicación de la Primera Parte de la obra, con todo el movimiento cultural al que dio lugar: las ediciones constantemente reimpresas de las editoriales Calleja, Hernando, Araluce, Ramón Sopena, las de congregaciones religiosas educativas como los Salesianos, la patrocinada por el Instituto Escuela dentro de la Biblioteca literaria del estudiante y las ediciones de los hermanos Garnier en París (de textos en español), entre otras. Numerosas ediciones han visto la luz desde entonces, destinadas a las escuelas o simplemente al público infantil, con la ilustración como protagonista. Molino, Aguilar, Juventud, Afha Internacional, Bruguera, Edival, Santillana, Toray… Todas ellas conocidas de sobra por los niños y jóvenes en edad escolar. También ediciones con intención didáctica que cuentan con la aportación de importantes especialistas, como en el caso de la de Vicens Vives con introducción de Martín de Riquer. A raíz del cuarto centenario de la publicación de la Primera Parte, en 2005, se publicaron algunas ediciones infantiles como las de Carlos Reviejo, José María Plaza, Concha López Narváez, Rosa Navarro Durán, José Luis Giménez Frontín, entre otros, o las destinadas al uso escolar, entre las que destacan las de Andrés Amorós o la adaptada por Vicente Muñoz Puelles 9. EL QUIJOTE EN LA WEB DE LA BNE – PORTAL QUIJOTES – Realizado en 2015 por Pilar Egoscozábal, Jefa de Servicio de Reserva Impresa de la BNE y gran experta en Cervantes. Actualmente es la directora de la biblioteca de la Real Academia Española. https://www.bne.es/es/quijote/index.html – QUIJOTE INTERACTIVO http://quijote.bne.es/quiosco/ El Quijote interactivo permite un acercamiento diferente a la primera edición de la obra cumbre de Cervantes, conservada en los fondos de la Biblioteca Nacional de España. Gracias a esta iniciativa es posible disfrutar del Quijote como si se tuviera el libro en las manos, al tiempo que se puede acceder a contenidos multimedia que ayudan a contextualizar la obra. Se ha partido de la digitalización a muy alta calidad de los ejemplares que conserva la BNE de la primera edición del Quijote de ambas partes (1605 y 1615, y se han incorporado contenidos relacionados con la obra y la España de la época. Se han incluido en el texto del Quijote puntos de enlace que remiten a las revistas temáticas con contenidos relacionados. ***
«Las ediciones del Quijote» en Pedro Muñoz, sede de la colección Zunzunegui Fecha de Publicación: 25/04/2024 El sábado 27 de abril se celebrará la 6ª Mesa Redonda Cervantina en Pedro Muñoz (Ciudad Real) localidad manchega que alberga la Colección Cervantina Zunzunegui con casi 850 piezas relacionadas con Cervantes y el Quijote Alcázar de San Juan, 25 de abril de 2024.- En colaboración con el Ayuntamiento de Pedro Muñoz, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha organizado la sexta edición de esta iniciativa cultural, poniendo en el mapa cervantino esta localidad manchega que posee una de las mayores colecciones españolas alrededor de la figura del Quijote. En 2017 se inauguró el museo que alberga la Colección Cervantina Zunzunegui (recién remodelado en estos días), formada por 845 piezas que abarcan libros y todo tipo de objetos relacionados con el Quijote y Miguel de Cervantes. La colección incluye ediciones de la obra en casi todos los idiomas del planeta. La colección se puede clasificar por diferentes temáticas que nos permiten acercarnos a la obra de Cervantes, al Quijote y la bibliofilia desde distintos puntos de vista. Destacan las ediciones casi únicas de relativa antigüedad que hacen de la colección “Zunzunegui” una de las mejores de España. Todo un legado de la Familia Zunzunegui al mundo y en especial a Pedro Muñoz; siendo un punto de referencia para los investigadores y curiosos de la obra de Cervantes. Dentro de la colección podemos encontrar obras de los principales traductores de El Ingenioso Hidalgo a lo largo de la historia, hallando más de 30 idiomas diferentes: inglés, francés, alemán, italiano, mándalo, hebreo, árabe, latín macarrónico… La colección contiene también diversas ediciones relevantes por sus prólogos, así como ediciones ilustradas por los mejores artistas del mundo. También son destacables, acompañando a la rica colección, dos esculturas de gran valor artístico, la primera de ellas es un bronce de Jean Paul Gautier de la primera mitad del siglo XIX, adquirida en Rusia y la otra es una escultura extraordinaria y única que preside el museo, obra de Gerardo Bastardo “A Propósito de Clavileño”, realizada por el escultor venezolano, actualmente afincado en Villafranca de los Caballeros, exclusivamente para esta colección, como elemento ejemplificador del manchego y la Mancha. Esta 6ª Mesa Redonda Cervantina se desarrollará en el Salón de Actos del Centro Cívico Municipal (frente al Ayuntamiento) en plena plaza de España, el sábado 27 de abril, a partir de las 11.00 horas y con entrada gratuita hasta cubrir el aforo del local. La mesa se encuadra en la ambiciosa programación de actos que el ayuntamiento pedroteño celebrará con motivo de la LXI Edición del Mayo Manchego, catalogada como Fiesta de Interés Turístico Nacional. La Mesa Redonda llevará por título «Las ediciones del Quijote» y contará con tres ponentes de excepción, las tres mujeres, de las que estamos en condiciones de afirmar que son de las mejores de España en el tema propuesto y que nos dejarán impresionados con sus conocimientos, tanto a los asistentes en la sala como a quienes sigan el desarrollo de la Mesa Redonda a través del perfil de YouTube de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.youtube.com/channel/UCUNTHnfihS8DD2XY1BWjyMw Desde las 11.00 y tras la inauguración de la Mesa por parte de las autoridades, Enrique Suárez Figaredo, Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar,Ingeniero eléctrico ya jubilado, investigador residente en Barcelona, estudioso del Quijote, editor y descubridor de una edición desconocida del Quijote de Avellaneda, que a la postre se trató de la primera y más antigua entre los fondos de la Biblioteca Nacional. Gran conocedor del mundo de la edición en el Siglo de Oro, ha editado gran parte de las novelas de caballerías de la época. Ha sido colaborador en el Quijote del Instituto Cervantes, última edición, coordinada por Francisco Rico, es también el autor de la edición del Quijote de la Sociedad Cervantina de Alcázar: “Las aventuras de don Quijote de la Mancha nunca así contadas”. Él ejercerá de moderador, será el conductor de la mesa y presentará a las ponentes: Dª. Ana Isabel Martínez Pereira, es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y actualmente profesora titular doctora en la misma Universidad, después de haber enseñado Lengua y Literatura Españolas en la Universidad de Oporto (Portugal) y disfrutar de un contrato de investigación Ramón y Cajal en la Universidad Complutense. Su área de interés se centra en los siglos XVI y XVII, con algunas incursiones en los siglos XVIII, XIX y XX. Los manuales de escritura, la enseñanza primaria, la literatura emblemática, las relaciones de sucesos, la poesía gráfica del Siglo de Oro o las primeras ediciones del Quijote son los temas sobre los que ha trabajado y publicado diversos artículos y monografías, entre los que destacan: De las primeras letras. Cartillas y Doctrinas españolas de los siglos XVII y XVIII (2002, con Víctor Infantes); Introducción al Arte de escribir de Francisco Lucas (2005); Manuales de escritura de los Siglos de Oro. Repertorio crítico y analítico de obras manuscritas e impresas(2006, VIII Premio de Investigación Bibliográfica Bartolomé José Gallardo); La letra del Humanismo: origen y función de los primeros manuales de La letra del Humanismo: origen y función de los primeros manuales de escritura (2010); La impresión del Quijote: evaluación y registro de variantes (2013); Primera edición de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (Madrid, Juan de la Cuesta, 1615). El libro, el texto, la edición (2018).Ha participado en numerosos congresos internacionales y colaborado en varios proyectos de investigación. Su ponencia se titulará: “Notas de lectura en las primeras ediciones del Quijote”. Dª. Esther Bautista Naranjo, es profesora titular en la Universidad de Castilla-La Mancha, donde ejerce su docencia sobre Análisis y crítica literaria y Literatura francesa de los siglos XVI, XVII y XVIII en el Departamento de Filología Moderna. Sus ámbitos de especialización son el mito y la recepción internacional del Quijote, la literatura comparada francesa e inglesa, la mitocrítica y la literatura fantástica.Ha realizado estancias investigadoras en diversos países y pronunciado conferencias en las universidades de Paris-Sorbonne, Columbia University, University College London, Università di Torino, y es autora de tres libros, así como de 30 artículos en revistas científicas indexadas sobre sus centros de interés, entre las cuales se encuentran: Anales Cervantinos, Cédille: revista de estudios franceses, RILCE: revista de filología hispánica, Revue de Littérature Comparée. Es vocal de la Asociación Internacional de Mitocrítica «Asteria» y forma parte del Consejo de redacción de Amaltea: revista de mitocrítica. Ha recibido premios de investigación como la mención especial en el III Premio de Investigación Cervantista José María Casasayas (2014) y un accésit al VIII Premio Internacional de Investigación Científica y Crítica «Miguel de Cervantes» (2013). Su ponencia se titulará: “El Quijote en otras palabras: las primeras traducciones europeas”. Dª. Isabel Ruiz de Elvira Serra, Licenciada en Historia Antigua y diplomada en Biblioteconomía y Documentación por el Centro de Estudios Bibliográficos y Documentales, ingresó en el Cuerpo Facultativo de Bibliotecas en 1986. Durante doce años trabajó en el Servicio de Manuscritos, Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional, donde se especializó en publicaciones antiguas, colaborando en diferentes proyectos sobre relaciones de sucesos, villancicos barrocos y pliegos sueltos poéticos. En 1991 fue coordinadora del catálogo y la exposición “Don Quijote: 400 años de ediciones” que se exhibió en Fráncfort con motivo de la presencia española como País Invitado de Honor en la Feria Internacional del Libro de esta ciudad; más tarde comisarió otras dos exposiciones sobre encuadernaciones artísticas. En 2004 se trasladó a la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas del Ministerio de Cultura, de la que fue Subdirectora Adjunta. Desde 2020 es la Directora del Departamento de Manuscritos, Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional de España, entre cuyas funciones está la conservación y difusión de la colección cervantina, integrada en la Sección de Siglo de Oro, dentro del Servicio de Reserva Impresa. Su ponencia se titulará: “Ediciones del Quijote en la colección cervantina de la Biblioteca Nacional de España”. La Mesa Redonda Cervantina se ha celebrado en años anteriores en las poblaciones de El Toboso, Quero, Puerto Lápice, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana y en esta ocasión en Pedro Muñoz. Se trata de que siempre se celebre en alguno de los lugares que son referencia en el Quijote y que están centrados en el espacio geográfico donde tuvieron lugar algunas de las aventuras de don Quijote y Sancho Panza. En 2024, el Ayuntamiento de Pedro Muñoz va a rendir a la Colección Zunzunegui el homenaje que se merece. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Un diez para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 24/04/2024 Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan (izquierda), junto al actor Franz Gómez que representó un interesante monólogo En este día tan literariamente señalado -fue toda una premonición-, la Sociedad Cervantina de Alcázar ha cumplido su décimo aniversario. No se ha podido celebrar mejor el aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes que con un acto en su honor y con una ofrenda floral a nuestro Primer Escritor Alcázar de San Juan, 24-04-2024.- El martes 23 de abril de 2014 la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan recibía su inscripción como asociación cultural en el Registro de Asociaciones de Castilla-La Mancha. Diez años han pasado ya de aquella fecha y los cervantistas y quijotistas alcazareños lo han celebrado como la ocasión merecía, con un entrañable y emotivo acto frente a la estatua de Miguel de Cervantes en el atrio de la iglesia de Santa María la Mayor. El acto comenzaba con una actuación muy sentida y emotiva a cargo del actor Franz Gómez que en el papel de Sancho Panza desglosaba las aventuras ocurridas junto a su amo don Quijote de la Mancha y agradecía a Cervantes que haya conferido fama universal a un humilde labrador que únicamente quiso ser el mejor escudero del mundo, que reconocía haber aprendido mucho al lado de don Quijote pero que a la vez confirmaba que también ejerció una beneficiosa influencia sobre el Alonso Quijano convertido en el caballero de la Triste Figura, en un intercambio enriquecedor que todos los lectores del Quijote han apreciado siempre. Cerró su actuación con una glosa sobre el poderoso atractivo que ejerce la Mancha sobre las personas y que su influjo, el carácter de sus gentes, con sus fiestas y su gastronomía y sus vinos nos hace sentir un gran apego por nuestra tierra que nos hace no querer abandonarla. Continuó con unas palabras de bienvenida y felicitación a cargo del presidente Juan Bautista Mata Peñuela que enumeró las actividades desarrolladas a lo largo de estos diez años, las importantes personalidades que nos han visitado -de las que hemos aprendido muchísimo- y de la gran difusión del Quijote y de la ciudad de Alcázar de San Juan por el mundo, en la que esta Sociedad está permanentemente implicada. Luis Miguel Román Alambra, uno de los tres socios fundadores, glosó las increíbles experiencias vividas a lo largo de estos años diciendo que el día que se puso en marcha la asociación -por puro placer personal y gusto por la obra de Cervantes-, no pensó que posteriormente alcanzase la difusión internacional que en la actualidad tiene y que se sentía orgulloso de que con el trabajo incansable día a día se haya conseguido atraer a más de cincuenta personas que comparten nuestras mismas inquietudes, repartidas a lo largo del territorio nacional, lo que le hace sentir una gran satisfacción porque el estudio y difusión de la obra cervantina se mantiene en plena expansión, uno de los objetivos propuestos en su fundación. Posteriormente intervino María Ángeles Pérez Montero, última incorporada a la Sociedad Cervantina que inició su alocución dando la enhorabuena al escritor Luis Mateo Díez por haber obtenido el Premio Cervantes 2024, y que además de exponer los motivos que la han llevado a incorporarse como integrante este grupo, consiguió emocionar a los asistentes con sus acertadas razones. Además, ha regalado una edición muy valiosa del Quijote buscada ex profeso en una librería de anticuario para esta ocasión, con su deseo de que sea incorporado a la colección de la asociación, aseverando que lo hacía como muestra de su compromiso para con la Sociedad. Llegando al final, la Sociedad Cervantina tuvo un recuerdo para sus tres socios fundadores, Luis Miguel Román Alhambra, Alonso M. Cobo Andrés y Constantino López Sánchez-Tinajero, a los que reconoció su dedicación con un precioso recuerdo de esta fecha. El acto, lo cerró la alcaldesa de Alcázar de San Juan, Dª. Rosa Melchor Quiralte felicitando a la Sociedad por estos primeros diez años de actividad, reconoció que ha sabido aprovechar de forma inteligente el nombre de nuestro paisano Miguel de Cervantes para dar a conocer nuestra ciudad por el mundo y también que ha sabido aprovechar el nombre de la ciudad para concitar en ella a turistas que han querido venir a visitarla para conocer mejor su vinculación con el escritor. Tanto la alcaldesa como el presidente de la Sociedad Cervantina cerraron el acto haciendo una ofrenda floral a la estatua de Miguel de Cervantes, dando con ello fin a este acto tan entrañable, en el que como curiosidad cabe resaltar que ha estado presente José Eugenio Castellanos Perea quien fuese alcalde de la ciudad cuando en 1999 se instaló el monumento bajo su mandato. Indicar también que a lo largo de todo el acto ha ondeado en el monumento a Cervantes, la bandera que el Regimiento Acorazado Córdoba 10 regaló a la Sociedad en su visita del pasado 16 de abril a su acuartelamiento de Córdoba con motivo del 458 aniversario de su creación y donde el regimiento fue reconocido como Socio de Honor por la Sociedad Cervantina de Alcázar. Tras el acto, todos los presentes se han desplazado a la cercana sede de la Sociedad Cervantina, sita en la calle Santa Ana, para disfrutar en agradable compañía de un vino “Hideputa”, con el que Rosa Melchor ha brindado por una larga vida para la Asociación y por la consecución de todos los objetivos previstos. Conferencia sobre la imprenta del Quijote en el Colegio SAFA Previa a este acto, a eso de las 9:30 de la mañana, el presidente Juan Bautista Mata Peñuela ha impartido una conferencia titulada “La imprenta en la época de Cervantes y el Quijote universal manuscrito en Internet”, a la que han asistido los tres cursos de bachillerato (casi cien niños y niñas) del Colegio Sagrada Familia de Alcázar y en la que tras las explicaciones ha habido un turno de preguntas e intervenciones a cargo de los niños. Todos los que han respondido correctamente a las preguntas -que han sido muchos-, han recibido una figura del Quijote, siendo entregadas un total de quince de ellas. Igualmente, tras recibir la comunicación sobre el Quijote manuscrito, han participado todos ellos escribiendo su fragmento de la obra que les ha correspondido. Para terminar y como recuerdo, han recibido un pergamino acreditativo de su participación en la conferencia personalizado con su nombre. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El Regimiento Acorazado “Córdoba” 10, distinguido como Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 17/04/2024 De izquierda a derecha: D. José Antonio Castellanos, Don José Miguel Fernández Romero (Coronel Jefe del Regimiento Acorazado «Córdoba» Nº 10), D. Manuel Rubio, D. Luis García, D. Juan Bautista Mata, D. Enrique Lubián, D. Jesús Sánchez y D. Francisco Escudero La entrega del nombramiento como “Socio de Honor” al regimiento tuvo lugar en la ciudad andaluza, durante los actos conmemorativos del 458 aniversario del Regimiento Acorazado “Córdoba” Nº 10, unidad militar heredera del Tercio de Figueroa y en la que sirvió como soldado Miguel de Cervantes Saavedra Alcázar de San Juan, 17-04-2024.- El martes día 16 de abril, una nutrida representación de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan encabezada por su presidente Juan Bautista Mata Peñuela al que acompañaron una representación de socios, visitaban la base de Cerro Muriano para participar de los actos conmemorativos de la celebración del 458 aniversario de la Unidad Militar. Esta Unidad, una de las más antiguas de España, tuvo su origen el 27 de febrero de 1566 cuando el Maestre de Campo D. Lope de Figueroa creó por orden del Rey Felipe II su tercio, que a lo largo de sus casi 500 años ha tenido muchos nombres entre ellos Tercio de la Armada del Mar Océano, Regimiento de Bajeles, o el actual, Regimiento Acorazado Córdoba nº 10. Muchos años de servicio a España y a su rey personificado en aquellos que han servido en sus filas como por ejemplo Lope de Figueroa o Miguel de Cervantes Saavedra y que se identifican por las virtudes que definen a este equipo humano: espíritu de sacrificio, ejemplaridad, entrega, compromiso y dedicación a España. Los alcazareños fueron recibidos por las autoridades militares en la Sala Gran Capitán donde fueron agasajados y posteriormente, a las 11.00 tomaron parte en la Misa y recuerdo a los caídos. Tras la celebración litúrgica fueron testigos en lugar privilegiado de la imponente Parada Militar en la Explanada Cervantes del acuartelamiento, en el transcurso de la cual hicieron entrega al coronel jefe, Ilmo. Sr. D. José Miguel Fernández Romero de una placa conmemorativa en la que se nombra al Regimiento Acorazado Córdoba nº 10, Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. En la sentida y emocionante alocución, el Coronel tuvo palabras de recuerdo para el valor de los soldados que en 1860 participaron en la batalla de Castillejos, que avanzando tras el General Prim, obtuvieron un una gran victoria en territorio africano y en la que los soldados españoles sacaron a relucir el espíritu guerrero de la unidad forjado a lo largo de casi 400 años de historia Igualmente, el Coronel tuvo palabras de agradecimiento para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan por el nombramiento recibido, a la que se refirió diciendo: «Nos une nuestro orgullo por una de las máximas figuras de la literatura española, el novelista, poeta, dramaturgo y soldado del Tercio de Figueroa y por tanto del Regimiento Córdoba, don Miguel de Cervantes Saavedra. Nuestra relación nació hace poco más de dos años, fruto quizás de una casualidad y bendita casualidad, porque como dijo Cervantes: “amistades que son ciertas nadie las puede turbar”, y nuestra amistad es sincera. Bien, amigos de Alcázar de San Juan, ya sois parte del Regimiento Córdoba y consecuentemente, compartiremos el polvoriento camino y acometeremos los gigantes del destino. Gracias por ser parte de nuestra familia, sólo os pido una cosa, que estrechemos aún más los vínculos que nos unen por el bien de España». Al finalizar la Parada Militar, tanto visitantes invitados como los soldados de la unidad, se trasladaron a la zona de hangares en la explanada de carros donde celebraron una comida de confraternización. Por tanto fue un día entrañable para los cervantinos alcazareños en los que además de disfrutar de una celebración magnífica, a la que tuvieron el honor de asistir y que ha servido no sólo para hacer entrega del título de Socio de Honor al Regimiento sino como bien dijo el Coronel Fernández Romero, es un paso más para estrechar -más si cabe- los fuertes vínculos que ya existen entre ambas instituciones y que es deseo de los alcazareños -en sintonía con el coronel-, el de ampliarlos y hacerlos más firmes cada día. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Brillante ciclo de conferencias impartidas por representantes de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto de Santa María Fecha de Publicación: 13/04/2024 Desde la izquierda: Constantino López, Antonio Leal, Juan Bautista Mata, Luís Guijarro Con asistencia de numeroso público, los alcazareños han impartido un ciclo de conferencias denominado “Cervantes y el Quijote. Sus lectores en el siglo XXI” Alcázar de San Juan, 13-04-2024.- Con gran acogida de público y un lleno a rebosar en el acogedor patio interior de un edificio del siglo XVIII de estilo barroco, que desde hace más de cincuenta años es la sede de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto de Santa María, ha tenido lugar el ciclo de conferencias titulado “Cervantes y el Quijote. Sus lectores en el siglo XXI”. Esta Sociedad Cultural portuense acumula 124 años de historia ya que, fue fundada en 1900 siendo una referencia cultural y formativa de la ciudad. A lo largo de su historia ha recibido numerosas distinciones. Ilustres personalidades forman parte del Cuerpo de Académicos procedentes de las Ciencias, Letras y Artes. La sesión que en la que han participado los representantes manchegos de la Sociedad Cervantina, está enmarcada dentro de la celebración anual del Día Internacional del Libro, que la Academia de Santa Cecilia tiene programados tres actos: la Lectura del Quijote que se realizará el domingo 21 por la mañana en este mismo lugar. A partir de hoy, día 11, y hasta el día 21, una Exposición de trabajos de alumnos y profesores de la Academia, cuyo tema principal es Cervantes y El Quijote…dibujos, pinturas, cerámica y modelado y el acto enunciativo. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha estado presente en la ciudad gaditana gracias al interés demostrado y a la enorme capacidad organizativa del alcazareño, doble doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Ciencias de la Comunicación, Antonio Leal Jiménez, e hijo Predilecto de Alcázar de San Juan, que forma parte, en la actualidad, del Cuerpo de Académicos y de la Junta Directiva de la Academia portuense. La sesión ha transcurrido con dos conferencias. La primera de ellas titulada “Dos Cervantes, un autor del Quijote” impartida por D. Constantino López Sánchez-Tinajero, secretario fundador de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. La segunda “El Quijote Universal Manuscrito en internet» dictada por D. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de dicha sociedad. El presidente de la Academia, D. Luis Francisco Garrido Quijano dio la bienvenida al acto. A continuación, D. Antonio Leal Jiménez tomó la palabra para presentar a los ponentes. Su exposición estuvo basada en tres puntos fundamentales: a) Dar a conocer la Sociedad Cervantina a los asistentes destacando el magnífico trabajo que están realizando, y cuya vocación y objetivo primordial es expandir la obra de Cervantes, especialmente el Quijote y su vinculación con la comarca, b) mención especial a Alcázar de San Juan, una ciudad manchega con tintes literarios de calado, donde la ruta del Quijote tiene una presencia indiscutible. Una huella literaria también ligada a su condición de nudo ferroviario desde 1854. Una ciudad con gente acogedora, emprendedora y plagada de “quijotes y sanchos”, y c) una corta semblanza de los ponentes destacando que se trata de dos hombres buenos de La Mancha, rectos como espadas de acero; duros, forjados a fuego; honrados, que han hecho un recorrido de mil doscientos kilómetros para estar unas horas en la Academia. Destacó algunos aspectos humanísticos e investigadores de los invitados. En la primera conferencia, D. Constantino López, manifestó que no era su interés -ni mucho menos-, reescribir la biografía oficial de Miguel de Cervantes, sino poner de manifiesto algunas inconsistencias relativas a la edad de los -al menos- dos Miguel de Cervantes que fueron coetáneos: el de Alcalá de Henares y el de Alcázar de San Juan, entre los que hay una diferencia de edad de 11 años y de los que ya se ha demostrado documentalmente que estuvieron juntos en Lepanto, curando sus heridas en el hospital de Mesina y que probablemente (aunque todavía no ha podido certificarse) en el cautiverio de Argel. La exposición ha dado la oportunidad de generar nuevas ideas. A este respecto, se basó en el trabajo del reputado cervantista Alfredo Alvar, autor de Cervantes. Genio y libertad, que fue Comisario de la exposición Este que veis aquí… Cervantes en Simancas y en los Archivos Estatales (octubre de 2016-abril de 2017), ha dicho: «Lo que el cervantismo no se preguntó nunca es: pero ¿no podría haber habido simultáneamente en España dos Miguel de Cervantes, el uno fugado y el otro joven poeta de los aledaños de don Carlos, a cuya muerte y disolución de su casa se fue a Roma con Acquaviva?» (Cervantes en las galeras del rey de España). Por su parte, D. Juan Bautista Mata Peñuela, comenzó su ponencia dando a conocer cómo eran las imprentas del siglo XVI, de sus dificultades para componer los textos con los tipos móviles (con la imagen inversa), el laborioso proceso de fabricación del papel y la cantidad de papel necesario y de las operaciones que se precisaban para la impresión de 1.200 ejemplares de un libro como el Quijote. En la segunda parte dio a conocer el proyecto de la Sociedad Cervantina llamado “Quijote Universal manuscrito en internet”, presentado en diciembre del pasado año 2022 y que está a falta de un 10% de escribientes para completar la escritura de la Primera Parte de la genial novela de Cervantes. Aprovechó la conferencia para animar a los presentes a que se inscribieran en las últimas plazas que aún quedan disponibles para participar en esta histórica actividad cultural de alcance mundial. Al término de la exposición, D. Juan Bautista Mata Peñuela manifestó que, les ha supuesto un enorme placer y un orgullo acudir a la invitación de la Academia portuense para participar en los actos de su celebración cervantina, y agradeció la acogida tan cariñosa que los directivos de esta prestigiosa institución cultural -que el año que viene celebrará con un extenso programa de actividades culturales su 125 cumpleaños-, dispensaron a los cervantistas alcazareños. También manifestó ser partidario de estrechar los lazos de amistad con la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia y que el interés de los cervantistas alcazareños era continuar colaborando en cuantas actividades culturales puedan llevar a cabo de forma conjunta en el futuro. Conferencias en https://youtu.be/BfeO2lxJ4rw Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Más recio que una escopeta Fecha de Publicación: 29/03/2024 Detalle del dibujo de Daniel Urrabieta Vierge (BIQ) . Durante la lectura del Quijote hay momentos en los que el lector se parte de risa, especialmente con los refranes, dichos y ocurrencias de Sancho Panza y con escenas hilarantes entretejidas por Cervantes en el cuento. Hay dos de estas escenas que con solo recordarlas me provocan la carcajada. La primera de estas escenas ocurre en la Primera parte, cuando don Quijote pide a Sancho que le meta los dedos en la boca y le cuente las muelas que aún le quedan después de la pedrada que un pastor le lanzó. La segunda sucede en la Segunda parte, poco antes de que don Quijote acometiese la aventura contra los leones y le pide a Sancho su yelmo, cuando este lo tenía ocupado sirviendo de recipiente con unos requesones que acababa de comprar a unos pastores. En este artículo me ocupo de la primera escena, dejándote, lector curioso y atento, que leas y releas la segunda escena en el capítulo diecisiete de la Segunda parte, la risa está asegurada, no te lo pierdas. Estoy inmerso en la segunda parte de la guía de caminos Tras los pasos de Rocinante, en medio de Sierra Morena. Antes de salir a recorrer los caminos y parajes, y fotografiar y anotar detalles para que el viajero no se pierda, vinculo el texto cervantino en el Mapa Topográfico Nacional (MTN25) en la tranquilidad de mi casa. Acababa de anotar los acontecimientos en la Venta de la Inés, la famosa venta del manteo de Sancho, cuando estaba enmarcando el siguiente escenario en medio del Valle de La Tejada, junto al Arroyo del Robledillo: la famosa aventura de los rebaños de ovejas. Un rebaño de varios cientos de ovejas en la Mancha. Fotografía de Luis M. Román «En estos coloquios iban don Quijote y su escudero cuando vio don Quijote que por el camino que iban venía hacia ellos una grande y espesa polvareda, y en viéndola se volvió a Sancho y le dijo: —Este es el día, ¡oh Sancho!, en el cual se ha de ver el bien que me tiene guardado mi suerte. Este es el día, digo, en que se ha de mostrar, tanto como en otro alguno, el valor de mi brazo, y en el que tengo de hacer obras que queden escritas en el libro de la Fama por todos los venideros siglos. ¿Ves aquella polvareda que allí se levanta, Sancho? Pues toda es cuajada de un copiosísimo ejército que de diversas e innumerables gentes por allí viene marchando. —A esa cuenta, dos deben de ser —dijo Sancho—, porque desta parte contraria se levanta asimesmo otra semejante polvareda.» (Q1, 18) Como ya sabes, no eran dos ejércitos sino dos grandes rebaños de ovejas que por allí pastaban y los dos iban a beber agua a este arroyo. La polvareda debía de ser muy grande porque hasta el mismo Sancho creyó lo que don Quijote le decía sobre quiénes formaban ambos ejércitos enemigos. Dibujo de Miguel Ángel Álvarez (BIC) Junto al Arroyo del Robledillo hay un altillo, el mismo al que Cervantes hace subir en la ficción del cuento a caballero y escudero: «Y para que mejor los veas y notes retirémonos a aquel altillo que allí se hace, de donde se deben de descubrir los dos ejércitos. Hiciéronlo ansí y pusiéronse sobre una loma, desde la cual se vieran bien las dos manadas que a don Quijote se le hicieron ejército si las nubes del polvo que levantaban no les turbara y cegara la vista». No paraban de salir de la boca de don Quijote nombres y nombres de los principales caballeros de uno y otro ejército, cada uno con las precisas descripciones de sus armas y batallas, así como cada uno de los escuadrones que los formaban. Aunque Sancho prestaba mucha atención no veía a quienes decía ver don Quijote, en cambio, él veía y escuchaba a dos grandes rebaños de ovejas y carneros. Don Quijote diagnostica a Sancho que su miedo le hace cambiar las cosas y que parezcan lo que no son. «Déjame solo, que solo basto a dar la victoria a la parte a quien yo diera mi ayuda. Y, diciendo esto, puso las espuelas a Rocinante y, puesta la lanza en el ristre, bajó de la costezuela como un rayo». Don Quijote es derribado de Rocinante por dos «peladillas» del arroyo, lanzadas con fuerza y precisión por las hondas de los pastores. Una le dio en el costado y la otra en la mano y en la boca mientras trataba de beber un trago de su famoso bálsamo de Fierabrás. Resultado: dos costillas malheridas y «tres o cuatro dientes y muelas menos». Los pastores, creyendo que lo habían matado, huyeron con sus ganados y siete ovejas muertas sobre sus hombros. Todo lo vio Sancho desde el altillo, y cuando los pastores se marcharon bajó a socorrer a su amo. No sé si al imaginar la siguiente escena te partirás de risa o te dará asco, o ambas cosas. Reconozco que yo siento esas dos sensaciones tan contradictorias a la vez. Tanto le dolía la boca a don Quijote que presentía que había perdido algunas piezas de su dentadura, y le pide a Sancho que le mire a ver cuántas le faltan: «Llegose Sancho, tan cerca que casi le metía los ojos en la boca, y fue a tiempo que ya había obrado el bálsamo en el estómago de don Quijote, y al tiempo que Sancho llegó a mirarle la boca arrojó de sí, más recio que una escopeta, cuanto dentro tenía, y dio con todo ello en las barbas del compasivo escudero. —¡Santa María! —dijo Sancho—, y ¿qué es esto que me ha sucedido? Sin duda este pecador está herido de muerte, pues vomita sangre por la boca. Pero reparando un poco más en ello echó de ver en la color, sabor y olor que no era sangre, sino el bálsamo de la alcuza que él le había visto beber; y fue tanto el asco que tomó, que, revolviéndosele el estómago, vomitó las tripas sobre su mismo señor, y quedaron entrambos como de perlas.» (Q1, 18) Mientras estaba escribiendo esto, se encontraba, investigando en unos libros deportivos muy antiguos, mi amigo José Manuel, médico oftalmólogo. Me puse a reír, como siempre que leo e imagino esta escena, y me pregunta el motivo. Le describo la escena y que la forma del narrador de describir cómo expulsaba el vómito don Quijote «más recio que una escopeta», me hacía imaginar una explosión de vómito hacia la cara de Sancho, incapaz de esquivarlo. José Manuel me apunta que en medicina existe el concepto «vómito en escopetazo o en escopeta», cuando este sale, sin náuseas previas, con tanta fuerza que puede llegar incluso a dos metros de la boca. Cervantes no era médico, pero utiliza este término médico acertadamente. Quedamos los dos riéndonos de la escena y tratando de averiguar si este término era anterior al Quijote o fue acuñado así por algún médico después de haber leído este capítulo. Detalle del dibujo de John Vanderbank, 1738 (BNE) Esta escena ha sido dibujada en muchos de los Quijotes ilustrados. En 1738, lord Carteret impulsa la edición ilustrada en castellano con la primera biografía de Cervantes. John Vanderbank realiza los dibujos y en uno vemos cómo Sancho mete los dedos en la boca de don Quijote, mientras los pastores huyen de la escena. Detalle del dibujo de Jerome David, 1650-1652 (BIQ) Casi cien años antes, en 1650-1652, en un Quijote en francés, Jerome David dibuja el momento en el que don Quijote vomita «más recio que una escopeta» el bálsamo de Fierabrás que poco antes había tragado. Pero no es fiel al texto: «…y al tiempo que Sancho llegó a mirarle la boca arrojó de sí, más recio que una escopeta, cuanto dentro tenía, y dio con todo ello en las barbas del compasivo escudero.» Detalle del dibujo de Daniel Urrabieta Vierge (BIQ) Si hay una imagen que mejor ilustra este preciso momento es la que dibuja Daniel Urrabieta Vierge, publicada en el Quijote editado por Charles Scribner en Nueva York, en 1906-1907. Aquí sí, texto cervantino y concepto médico quedan magníficamente vinculados por Vierge. Luis Miguel Román Alhambra
Frederik Caspar Conrad Frieboe y Hans Rudolph Juel, benefactores del Dragón alcazareño Isidoro Panduro Fecha de Publicación: 28/03/2024 La estirpe familiar danesa que fundó el alcazareño Isidoro Panduro no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda que le brindaron estos dos militares daneses Hemos recuperado recientemente la historia del alcazareño Isidoro Panduro que con 18 años de edad, tras quedarse huérfano y trabajar algún tiempo en la salitrería de su tío Pedro Díaz Panduro, abandonó su Alcázar de San Juan natal y se alistó como voluntario en el ejercito, siendo destinado al Regimiento Almansa, 3º de Dragones, que en 1807, formando parte de la División del Norte que mandaba el Tercer Marqués de la Romana, fue enviado a Dinamarca para unirse a las fuerzas napoleónicas del Mariscal Jean-Baptiste Bernadotte allí estacionadas. La fractura de su pierna izquierda en un desgraciado accidente, le impidió incorporarse a tiempo a su regimiento en la isla de Langeland, al sur de Fionia, y embarcar, junto al grueso de la División del Norte, en los buques de la armada inglesa que les llevaron de vuelta a España con tiempo suficiente para incorporarse a la guerra contra el ejército francés. Isidoro quedó aislado en Kerteminde, en la isla de Fionia, y una vez recuperado de su accidente, casi un año más tarde del regreso de las tropas, realizó un intento de volver a España junto con otro oficial español, pero este intento se malogró e Isidoro tomó entonces la decisión de quedarse definitivamente en Dinamarca. Pero esta decisión no hubiese tenido éxito sin la ayuda que le brindaron dos militares daneses: el general Frederik Caspar Conrad Frieboe, entonces teniente coronel jefe de la ciudad de Kerteminde, y eltambién militar, coronel Hans Rudolph Juel,terrateniente en la aldea de Hverringe, cercana a Kerteminde. Fue en 1809, cuando el primero de ellos, siendo teniente coronel y máximo responsable militar de la zona, ante la desesperanza de Isidoro por no haber fructificado su regreso a España, y en un gesto que le honra como militar, le entregó una carta de recomendación para que pudiera obtener un empleo en la finca Hverringe Gods, propiedad del segundo de ellos. Frederik Caspar Conrad Frieboe, húsar danés, nació el 7 de marzo de 1767 en Køge, hijo del oficial Christian Wildenradt Frieboe, comenzó su carrera militar como voluntario en la Guardia Real a Caballo y en 1783 se convirtió en segundo teniente en el Regimiento Ryttere noruego, pero regresó a la Guardia Real en 1788, donde fue nombrado maestro de equitación. El general Frederik Caspar Conrad Frieboe Pronto se ganó el favor especial del príncipe heredero y perteneció al pequeño grupo de jóvenes liderados por Frantz Bülow, quienes comenzaron sirviendo como ayudantes del príncipe durante los ejercicios militares y luego lo rodearon constantemente en su llamado cuartel general, formando su núcleo asesor. Frieboe, que fue nombrado à la suite en el regimiento de húsares en 1800, se convirtió en mayor en el año 1803, teniente coronel y ayudante general en el Estado Mayor en 1808, coronel en 1810 y en ese mismo año chambelán. En 1813 dimitió del Estado Mayor y tomó el mando del Regimiento de Húsares, cargo que ocupó hasta su marcha. En 1817 se convirtió en general de división y en 1836 en teniente general. En 1828 fue condecorado con la Gran Cruz de Dannebrog. El general Frieboe se casó en 1795 con Gjertrud Cathrine Bodenhoff, hija del empresario Andreas Bodenhoff, de quien recibió la finca Vildnisset,en Kongens Lyngby, hacienda que después de su muerte recibió su nombre: Frieboeshvile. Murió en Copenhague el 14 de marzo de 1846 y fue enterrado en el jardín de la finca, junto a su esposa y dos de sus descendientes. Tumba de Frederik Caspar Conrad Frieboe en Frieboeshvile Cuando Isidoro Panduro llegó a Hverringe Gods fue recibido por el dueño de la hacienda, el chambelán Hans Rudolph Juel, segundo y más importante de sus benefactores, quien no sólo lo recibió amablemente, sino que lo contrató a su servicio dándole alojamiento y trabajo en sus establos, y más tarde convirtiéndolo en uno de sus más cercanos ayudantes. Localización de la finca Hverringe Gods, al norte de Kerteminde Hans Rudolph Juel, bautizado el 13 de agosto de 1773 en Copenhague, era también militar y un importante terrateniente de la isla de Fionia; hijo de Gregers Christian Juel y Amalie Christiane Raben, heredó Hverringe Gods en 1779 y Juelsberg en 1847. El 13 de abril de 1792 se casó en Rynkeby con Kirke Maren Berg, hija del consejero de Justicia Hans Mogensen Berg de Skovsbo y Olave Marie. El 9 de junio de 1814 el matrimonio se separó. Hans Rudolph Juel Antes de la llegada de Isidoro Panduro a la hacienda Hverringe, y en el transcurso de las guerras napoleónicas, Juel había estado al mando de un cuerpo de cazadores de caballería que, el 19 de mayo de 1809, había expulsado a los ingleses de la isla de Romsø, perteneciente a Hverringe. En esta acción militar los soldados de caballería daneses capturaron a unos cien soldados ingleses que fueron trasladados a Kerteminde; Juel recibió por ello la Cruz de Caballero. La carrera militar de Juel se redujo a dos años de servicio en el Regimiento de Hest, aunque estuvo formalmente comprometido con el ejército hasta su retiro como coronel en 1842. Hans Rudolph Juel, buen administrador de su hacienda y una excelente persona, se caracterizó por el exquisito trato que dispensaba a sus trabajadores y especialmente por la deferencia mostrada hacía a nuestro paisano Isidoro Panduro, a quien consideraba como un amigo. A finales de 1838, Isidoro sufrió un corte en la mano derecha con un gancho mientras pesaba lúpulo y la herida se le infectó, la infección empeoró y cuando un médico la trató, había perdido el uso de su mano. A consecuencia de esta lesión el Sr. Juel le concedió una pensión completa. El chambelán Hans Rudolph Juel fallecido el 17 de marzo de 1857 en Hverringe y está enterrado en la iglesia de la cercana población de Viby, en una capilla funeraria que él mismo hizo construir en 1819. En el cementerio de esta iglesia, cerca de su gran benefactor, también está enterrado Isidoro Panduro que falleció dos años más tarde, el 23 de junio de 1859, aunque la actual ubicación de su tumba se desconoce tras la renovación que sufrió el cementerio. Iglesia de Viby La hermosa y señorial mansión Hverringe Gods, en la que residió y trabajó Isidoro Panduro por espacio de cincuenta años, desde su llegada en 1809 con 22 años de edad, hasta su muerte en 1859 con 72 años, fue construida por Hans Rudolph Juel alrededor de 1790. La finca sigue siendo propiedad de la familia Juel-Reventlow y actualmente funciona como una moderna explotación agroindustrial especializada en la producción de semillas para pasto. Hverringe Gods, antiguamente y en la actualidad Gracias a la ayuda prestada por estos dos grandes personajes daneses, el alcazareño Isidoro Panduro pudo rehacer su vida en Dinamarca después del accidente que le impidió regresar con su regimiento a España, casarse y formar una gran familia cuyos descendientes han sabido mantener vivo el recuerdo de su fundador. Juan Miguel Ruiz de Morillas Constantino López Sánchez-Tinajero Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Miguel de Cervantes como nexo de unión entre la cultura y la milicia Fecha de Publicación: 22/03/2024 De izquierda a derecha: D. Antonio Luis Jiménez Barranco, conferenciante, Dª. Rosa Melchor Quiralte, alcaldesa de Alcázar de San Juan, Ilmo. Sr. D. José Miguel Fernández Romero, Coronel Jefe del Regimiento Acorazado «Córdoba» Nº 10 y D. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de san Juan Conferencia del historiador Antonio Luis Jiménez Barranco, en la que estuvo acompañado por el Ilmo. Sr. Coronel Jefe del Regimiento Acorazado “Córdoba” Nº 10, unidad militar heredera del Tercio de Figueroa que el próximo 16 de abril celebrará su 458 aniversario Alcázar de San Juan, 22-03-2024.- Para la ciudad de Alcázar de San Juan en general y para la Sociedad Cervantina en particular, fue un verdadero honor que el Ilmo. Sr. Coronel Jefe del regimiento Acorazado «Córdoba» Nº 10, D. José Miguel Fernández Romero estuviese en nuestra ciudad representando a la unidad militar en la que sirvió el soldado Miguel de Cervantes Saavedra. Así lo entendieron también la alcaldesa de la ciudad Dª. Rosa Melchor Quiralte y resto de autoridades presentes en la interesante conferencia «Nunca la lanza embotó la pluma». El soldado Miguel de Cervantes y el Tercio de Figueroa en el Siglo de Oro Español; impartida por el historiador montillano D. Antonio Luis Jiménez Barranco quien facilitó datos muy precisos de la vida del Maestre de Campo, Lope de Figueroa queriendo remarcar los numerosos paralelismos que hubo entre la vida de Cervantes y la de su superior, jefe del Tercio. Para entrar en detalles muy interesantes de la vida de Lope de Figueroa, Jiménez Barranco se basó en documentación muy poco conocida (casi inédita sobre el Maestre de Campo) y expuso también de forma detallada todas las campañas militares en las que intervino Miguel de Cervantes hasta el momento de regresar a España en 1575. Esta conferencia está integrada dentro del Ciclo de Conferencias «Universo Quijote» que organiza regularmente la Sociedad Cervantina de Alcázar y con las que pretende darse a conocer a la ciudadanía alcazareña ya que son abiertas a todo el público. Para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, es un honor recibir en su sede al Coronel Jefe del Regimiento que vino acompañado del Suboficial Mayor D. Gabriel Tauste Barranco y valora enormemente la actitud de los responsables de esta unidad militar de abrirse al público y tener participación en actos culturales integrándose de forma especial con la sociedad civil y creando nexos de unión entre la cultura y la milicia a través de la figura de Miguel de Cervantes. Tanto para la Junta Directiva de la Sociedad como para el resto de asociados, es un orgullo reforzar los lazos culturales de amistad y colaboración con la Unidad Militar en la que sirvió Cervantes, siendo una de las cinco o seis más antiguas de España, que el próximo 16 de abril celebrará el 458 aniversario de su creación, celebración a la que con toda ilusión asistirá una representación de cervantinos alcazareños. Hay que recordar que esta simbiosis que se ha producido entre el Regimiento Acorazado «Córdoba» 10 y la Sociedad Cervantina alcazareña, tuvo su origen en la visita que hizo a Alcázar de San Juan el General de Ejército (y ex jefe del CNI) D. Félix Sanz Roldán que en su participación en uno de los “Almuerzos de don Quijote” dio a conocer a los cervantistas alcazareños que la unidad militar de Cervantes aún existía (con el nombre actual) y que se ofreció a facilitar el contacto entre el Regimiento y la Sociedad Cervantina, que posteriormente fructificó de forma extraordinaria, por las facilidades ofrecidas por el personal militar tanto en la visita de los alcazareños a la base de Cerro Muriano (donde se volcaron en su acogida) y que se ha visto acrecentada con el desplazamiento de su máximo responsable, el Coronel Jefe, D. José Miguel Fernández Romero hasta Alcázar de San Juan. A la finalización de la Conferencia, el Coronel Jefe hizo entrega al presidente de la Sociedad Cervantina, D. Juan Bautista Mata Peñuela de una preciosa maqueta de un carro de combate, símbolo de la unidad, que junto con los conocidos Leopardo2E (carros de última generación), la integran también los VEC (Vehículo de Exploración de Caballería) del Grupo de Caballería Acorazado Almansa II/10 2. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
“El Quijote viaja a Viareggio” Fecha de Publicación: 09/03/2024 . A través de una conexión con cámara, socios de la Sociedad Cervantina de Alcázar han impartido diferentes ponencias a los alumnos del Liceo Giosué Carducci de Viareggio con el objeto de que conozcan un poco más el Quijote y otras obras de Miguel de Cervantes Alcázar de San Juan, 09-03-2024.- Este sábado 9 de marzo se ha desarrollado la actividad cultual denominada «El Quijote viaja a Viareggio» que ha consistido en una conexión mediante videoconferencia en la que socios de la Cervantina de Alcázar de San Juan han expuesto varias ponencias para que los alumnos italianos conozcan un poco mejor la obra cumbre de Cervantes, así como otras de inspiración claramente italiana como La Galatea o como las Novelas ejemplares en las que está muy presente el país italiano. Esta actividad, que es la segunda de carácter internacional, que lleva a cabo la Sociedad Cervantina ha sido posible por la inestimable colaboración de la profesora de español Laura Alba García, aunque también han colaborado muy activamente las profesoras Simona Vanni, Martina Cerri, Simona Vescovi y Bárbara Pendibene, todas ellas del departamento de lengua española del Liceo Giosué Carducci de Viareggio. El Liceo Carducci fue fundado en 1912 y fue reconocido en el año escolar 1928/1929. En 1927 se construyó la que sigue siendo la sede histórica del instituto según un diseño del arquitecto Belluomini, un impresionante edificio histórico que pronto cumplirá 100 años de vida. Desde principios del año 2002/2003, tras la ampliación del personal, Carducci ha ocupado todo el edificio, pudiendo finalmente responder positivamente a las nuevas necesidades docentes. Durante décadas, la escuela secundaria ha formado a generaciones de profesionales de Viareggio y de toda Versilia. En los últimos diez años y para continuar su labor educativa, ha enriquecido los planes de estudio en múltiples direcciones, sin renunciar a su identidad y sus valores culturales. Actualmente el Liceo “G. Carducci” es un Liceo Clásico y un Liceo Lingüístico, cuenta con alrededor de 740 alumnos divididos en 32 clases (5 ciclos completos de bachillerato de dos años y de bachillerato de tres años), tiene una plantilla de 64 profesores y ofrece a estudiantes y familias de Versilia diversas ofertas curriculares. A las 9 de la mañana comenzaba la jornada con la ponencia de presentación de la Sociedad y sus actividades a cargo de su presidente, Juan Bautista Mata Peñuela. Posteriormente, el secretario actual Constantino López Sánchez-Tinajero, habló de como «Italia marcó la vida de Cervantes» y tras una breve pausa, el vicepresidente Luis Miguel Román Alhambra expuso su ponencia «El Quijote de Miguel de Cervantes, de la Mancha a la Toscana», finalizando la actividad justamente a las 11:00, cumpliendo rigurosamente el horario establecido. La labor divulgativa no ha acabado hoy, sino que, tras finalizar la conexión, se han enviado las ponencias a las profesoras. De este modo, las ponencias serán nuevamente repasadas en clase y después de su exhaustivo estudio originarán preguntas a las que desde Alcázar se responderá con gusto, seguramente a través de un video grabado que se remitirá al Liceo para que lo conserven como material de consulta junto con las ponencias. Cabe destacar que la actividad se ha desarrollado sin incidencias y que según las propias palabras de las profesoras del departamento de español ha resultado muy interesante e ilustrativa, que ha resultado de utilidad para los asistentes lo que produce una gran satisfacción a los cervantistas alcazareños que consideran cumplido el objetivo propuesto de difundir el conocimiento, la lectura y el estudio de la obra de nuestro universal escritor, Miguel de Cervantes, más aún en Viareggio ciudad muy cercana a Luca de la que el escritor dijo: “Luca, ciudad pequeña, pero hermosa y libre, que debajo de las alas del imperio de España se descuella, y mira esenta a las ciudades de los príncipes que la desean; allí, mejor que en otra parte ninguna, son bien vistos y recebidos los españoles, y es la causa que en ella no mandan ellos, sino ruegan, y como en ella no hacen estancia de más de un día, no dan lugar a mostrar su condición, tenida por arrogante”. (Persiles, III, 19) Ahora sólo queda que los alumnos hayan recibido con agrado las aportaciones sobre la vida y obra de Cervantes y les sirva de estímulo para conocerlo todavía más y para desear leer su obra de la que, más de cuatrocientos años después, todavía seguimos hablando. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Isidoro Panduro, el Dragón alcazareño que fundó una saga familiar en Dinamarca Fecha de Publicación: 06/03/2024 Jinete perteneciente al Regimiento de Dragones «Almansa» . Isidoro Panduro nace en Alcázar de San Juan el 7 de abril de 1787, tercer hijo del matrimonio formado por Agustín Díaz Panduro y Ana Dorotea Jiménez Jimeno, bautizado en la iglesia parroquial de Santa Quiteria el 9 de abril. En 1802 fallecen sus padres a causa de una explosión registrada en la fábrica de salitre en donde trabajaban, propiedad de su tío Pedro Díaz Panduro, dejando huérfanos a sus cuatro hijos, los hermanos Manuela, Agustín, Isidoro y Pedro Agustín; el tío los acogió y les dio trabajo en la salitrería. Libro Maestro de todas las tierras, viñas, olivares, eras, salitrerías, casas, mesones, molinos, ganado, censos, juros y rentas… en la población y término de la Villa de Alcázar de San Juan cabeza de partido en la provincia de Toledo, perteneciente al Estado Secular, en el mes de marzo de 1750. AHMASJ. Isidoro trabajó allí durante unos años, principalmente realizando trabajos de abastecimiento de agua, pero su inquietud y sus anhelos por salir al mundo en busca de aventuras hizo que, en 1805, con 18 años de edad, decidiera abandonar Alcázar de San Juan para alistarse en el ejército como voluntario, siendo destinado al Regimiento Almansa, 3º de Dragones, que comandaba el coronel Juan A. Caballero, en donde completó una formación militar de dos años y medio en la caballería ligera. En 1807 el Regimiento Almansa formaba parte de la División del Norte, un contingente de unos quince mil hombres, doce mil de infantería y tres mil de caballería, que, bajo el mando del General Pedro Caro y Sureda, III Marqués de la Romana, fue enviado a Dinamarca para unirse a las tropas de Napoleón allí estacionadas, en virtud del Segundo Tratado de Basilea firmado el 22 de julio de 1795 entre la República Francesa y la Monarquía de Carlos IV de España, Esta fuerza de ocupación, de unos treinta y tres mil hombres, estaba integrada por soldados franceses, daneses, holandeses y españoles bajo el mando del Mariscal Jean-Baptiste Bernadotte, General en jefe del Ejército del Elba. Tras cruzar Francia y Alemania, las unidades españolas pasaron el invierno de 1807 acantonadas en las ciudades alemanas de Hamburgo y Lubeck y el 14 de marzo de 1808 entraron en Dinamarca desplegándose por la península de Jutlandia y las principales islas del Báltico (Fionia y Selandia) con la misión de proteger inicialmente las costas danesas de un posible desembarco inglés y, posteriormente, apoyar a los daneses, aliados de Napoleón, en su intento de invadir Suecia, aliada de Inglaterra; acción que nunca se llevó a cabo pese a haber bombardeado Suecia a Copenhague unos meses antes. La estancia de los soldados españoles en Dinamarca apenas duró seis meses, pues enterados del levantamiento español del 2 de mayo que da inicio a la Guerra de la Independencia Española, y sintiéndose traicionados por los franceses, salen del país el 21 de agosto a bordo de los buques del almirante británico James Saumarez. La insurgencia de las tropas españolas desplegadas en Dinamarca comenzó el 22 de julio, tras emitir el Mariscal Bernadotte una orden por la que obligaba a los soldados españoles a prestar juramento de fidelidad a José Bonaparte como rey de España y decretar el gobierno danés que se desarmara a los soldados españoles. Ante la difícil situación creada el Marqués de la Romana toma la decisión de organizar la salida de sus tropas de Dinamarca y ordena que se reagrupen en la isla de Langeland, a donde logran llegar cerca de diez mil españoles, entre ellos la casi totalidad de los componentes del Regimiento de Almansa, y desde donde son evacuados por la armada inglesa que los traslada, primero a Goteborg, en Suecia, y tras una breve escala en Inglaterra, los barcos continuaron rumbo a España. Pero un fuerte temporal provocó que no llegaran juntos al puerto de Santander, como estaba previsto, sino de forma separada y escalonada a diversos puertos del norte de la Península: Santoña, Santander, Ribadeo y la Coruña, a cuyos puertos arriban el 9 de octubre. Unos cinco mil hombres no lograron escapar siendo apresados y conducidos a Francia en donde fueron internados en campos de prisioneros; con ellos y con otros detenidos capturados en España, Napoleón creó el Regimiento José Napoleón que formó parte de la Grande Armée que invadió Rusia en junio de 1812, siendo de los primeros que entraron en Moscú el 14 de julio. Isidoro Panduro, que se había fracturado una pierna en un accidente, no pudo llegar a tiempo a la isla de Langeland para embarcar con su regimiento y salir de Dinamarca, quedando aislado en la isla de Fionia, en medio de un país desconocido cuyos habitantes pensaban que los españoles los habían traicionado y abandonado en su intento de invadir Suecia y a los que las tropas napoleónicas buscaban para hacerlos prisioneros. El accidente de Isidoro ocurrió en agosto de 1808, cuando él y un compañero recibieron órdenes de escoltar a un comisionado francés a Nyborg. Camino de la ciudad fueron detenidos por una concentración de tropas que cruzaban un pequeño puente en el pueblo de Åsum, a media milla al este de Odense, la capital de la isla de Fionia. Isidoro esperó pacientemente con su caballo en el lado derecho del camino mientras el carro de un oficial, con un caballo adicional atado detrás, pasaba junto a él. Sin previo aviso, el caballo pateó la pierna izquierda de Isidoro, rompiéndosela. Isidoro fue trasladado a Nyborg para recibir tratamiento. Pero en las afueras de Nyborg, fue detenido por tropas danesas que lo enviaron a Kerteminde, en donde estuvo un año recuperándose de su lesión. En 1809 Isidoro viajó a Odense para visitar a un oficial español que planeaba regresar a España; pero en el momento de partir, el oficial, que le había prometido llevarlo consigo, no le avisó y se marchó sin él. Tras este fracaso volvió a Kerteminde en donde el comandante de la ciudad, el mayor Frederik Caspar Conrad Frieboe, le dio una carta de recomendación gracias a la cual pudo entrar al servicio del noble danés Hans Rudolph Juel, cuyas propiedades se encontraban en la aldea de Hverringe, cerca de Kerteminde, allí, avalado por su experiencia como soldado de caballería, pudo trabajar como mozo de cuadra en los establos del noble y más tarde como sirviente auxiliar y ayuda de cámara personal. De una fuerte personalidad y con una gran capacidad de adaptación para hacer frente a su nueva situación, parece ser que estaba dotado de un trato amable por lo que su señor lo llevaba consigo a las fiestas de sociedad a las que acudía con el fin de divertir a los asistentes relatando las costumbres de España. Tras convertirse al protestantismo y aceptar la ética luterana, el 2 de mayo de 1813, con 26 años de edad, se casa con la danesa Marie Hansdatter, de 23 años, hija de un granjero de Viby, que trabajaba como ayudante de costura en Hverringe. El matrimonio tuvo nueve hijos de los que siete sobrevivieron. Marie Immanuella (1811-1892) sirvienta. Agustín (1813-1883) pequeño agricultor y tejedor. Anna Dorthea (1815) se casa con Gjerhard Ludvig y se van a vivir a Alemania; se desconoce su destino. Gregersine (1819) no sobrevive. Condesa Olave (1820-1860) se casa con Hansen; abuela del conde Ejnar Oberbech-Clausen. Niels (1830) viaja a California como buscador de oro; se desconoce su destino. Hans Rudolf (1823-1904) vicario; bisabuelo del escitor Leif Thormod Panduro. Hans (1826) no sobrevive. Hans (1827-1878) mayordomo y obrero. A finales de 1838, Isidoro sufrió un corte en la mano derecha con un gancho mientras pesaba lúpulo, la herida se le infectó y perdió el uso de esa mano. Isidoro Panduro siempre residió en Kerteminde fiel a su benefactor el noble Hans Rudolph Juel y nunca regresó a España; incluso renunció a una herencia en su tierra natal. Integrado plenamente en Dinamarca siempre mantuvo el estilo de vida que allí había encontrado, recibiendo finalmente la ciudadanía danesa. Gran aficionado a la jardinería, en 1840 recibió de la Real Sociedad Agrícola Danesa una copa de plata por su diligencia agrícola. Ya en la vejez, su esposa Marie contrajo glaucoma y quedó ciega después de una operación fallida. Isidoro, enfermo, padeció episodios de depresión y tristeza, atribuyéndolos a haber abandonado la iglesia católica y seguramente agravados por la muerte de su empleador, el noble Hans Rudolph Juel. También es probable que sintiera melancolía acordándose de su Alcázar de San Juan natal. Los últimos años de su vida fueron tranquilos, gracias a los cuidados brindados por su hija Marie Immanuella Panduro y por su nieta Sidsel Marie Oberbech Clausen. En la primavera de 1859 contrajo una neumonía y murió el 23 de junio, a los 72 años, celebrándose su funeral el día 28 de ese mismo mes. Fue enterrado en el cementerio de Viby, pero su tumba se perdió durante la renovación del cementerio. Libro de enterramientos en el que figura la fecha de su muerte, 23 de junio de 1859, y la fecha de su funeral, 28 de junio de 1859. Curiosamente, en la misma página del libro también aparece anotado el enterramiento de su benefactor, Hans Rudolph Juil, muerto en 1857. Su hijo Rudolf fue uno de los primeros habitantes de la comarca en conseguir un título universitario y su tataranieto Leif Thormod Panduro (18 de abril de 1923 – 16 de enero de1977) novelista, cuentista y dramaturgo, es uno de los más acreditados escritores daneses que, entre otros muchos, recibió en 1963 el Premio de la Crítica Danesa de Literatura, en 1971 el Gran Premio de la Academia Danesa y en 1976 se convirtió en miembro de esta Academia. Algunas de sus novelas han sido llevadas al cine y a la televisión. Otro de sus descendientes, su tataranieto Carlo Panduro, fundó una popular cadena de tiendas que lleva su apellido: *Panduro HOBBY, y están especializadas en el bricolaje, las manualidades y los artículos de regalo. Ésta es la historia del alcazareño Isidoro Díaz Panduro, una persona totalmente desconocida para la gran mayoría de sus paisanos, pero no así para nuestro socio Juan Miguel Ruiz de Morillas, otro alcazareño, abogado y residente en Copenhague, quién nos ha hablado de él y facilitado la documentación necesaria para completar este breve relato de su vida. El recuerdo de la buena impresión causada por los soldados españoles se conservó de padres a hijos tanto tiempo en la isla de Fionia que, cien años después, el 14 de marzo de 1908, se conmemoró solemnemente en Odense el Centenario de aquel desembarco, evocando y elogiando la conducta de los españoles durante su estancia en Dinamarca. Y en 2008, con motivo del bicentenario de aquellos acontecimientos, el museo de Holbæk, al norte de Copenhague, en colaboración con las pinacotecas de las cuatro localidades danesas en donde mayor fue el impacto de su estancia, y con el apoyo de las instituciones españolas, organizó la exposición “Cuando los españoles llegaron, un encuentro cultural en 1808”. Su coordinador, el historiador Henning Petersen, destacó que los españoles fueron y siguen siendo recordados en Dinamarca como gente alegre, educada y musical; añadiendo que nunca entraron en combate, sólo estuvieron estacionado y fueron los primeros soldados extranjeros que no arrasaron el país; vivían entre la gente y se comportaban de forma familiar; aceptaban sin remilgos la comida local, no como franceses y belgas; jugaban con los niños, tocaban la guitarra y hacían fiestas. Hasta la llegada de los españoles, los daneses no sabían lo que era aliñar la ensalada con aceite y vinagre. También fue la primera vez que los nórdicos tuvieron contacto con los cigarros que fumaban los españoles y les daba miedo tener el cigarro puro encendido tan cerca de la cara. Debido a que los españoles fumaban de esta forma, un cigarro mal apagado pudo ser la causa de que prendiese y se quemase el castillo de Koldinghus, en Kolding. Pese a que para la Dinamarca Oficial fueron unos traidores por no haber ayudado a invadir Suecia y a que el mantenimiento de su estancia sangró las arcas danesas, Petersen señaló que es difícil encontrar un relato negativo sobre aquellos españoles que les hicieron descubrir una mentalidad distinta; y citando a su gran literato, el célebre Hans Christian Andersen, comentó que mientras que los soldados franceses se caracterizaban por su altanería, los españoles eran bondadosos y amables. Virtudes que, con toda seguridad, adornaron la trayectoria vital de nuestro paisano, el soldado de Dragones Isidoro Díaz Panduro. Juan Miguel Ruiz de Morillas Constantino López Sánchez-Tinajero Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina de Alcázar estará presente en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto de Santa María Fecha de Publicación: 29/02/2024 . Luis Miguel Román Alhambra (vicepresidente) y Constantino López Sánchez-Tinajero (secretario) viajarán a la ciudad gaditana para impartir sendas conferencias Anualmente la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia organiza a finales de abril una Lectura Pública del Quijote para conmemorar el Día del Libro, suele hacerlo en fechas cercanas a esta celebración, concretamente este año será el 21 de abril. Coincidiendo con estas celebraciones, D. Luis Francisco Garrido Quijano, su presidente, ha cursado invitación a miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan para que estén presentes en su sede impartiendo un ciclo de conferencias en el mes cervantino por excelencia. El jueves 25 de abril, Luis Miguel Román Alhambra (vicepresidente) y Constantino López Sánchez-Tinajero (secretario), estarán en el Puerto de Santa María para impartir sendas conferencias dentro del ciclo “Cervantes y el Quijote. Sus lectores en el siglo XXI”. La participación de los alcazareños, ha sido posible gracias al buen hacer del socio común Antonio Leal Jiménez que es el Representante del Cuerpo de Académicos dentro de la junta directiva de la asociación cultural portuense. De hecho, la presentación del ciclo y de los conferenciantes correrá a cargo de Antonio Leal Jiménez, quien abrirá la sesión y dará paso a las intervenciones de sus paisanos alcazareños. Las conferencias se titularán “Dos Cervantes, un autor del Quijote” a cargo de Constantino López Sánchez-Tinajero y “Tras los pasos de Rocinante. Realidad y ficción en el Quijote” que impartirá Luis Miguel Román Alhambra. El objetivo final de ambas ponencias es que los socios gaditanos puedan conocer aspectos de la vida de nuestro primer escritor y su obra principal, El Quijote, poco conocidos en el cervantismo actual. Pero fundamentalmente en lo que incidirán ambos, es en que hay que ver el Quijote con ojos nuevos cada día e insistirán en la lectura de esta novela, así como de toda la obra cervantina, porque siempre nos enseña un punto de vista nuevo y siempre podemos extraer enseñanzas profundas de su lectura, al tiempo que se disfruta de ella. El hecho de que la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia lleve 124 años trabajando al servicio de la cultura portuense es un reto para los cervantistas alcazareños que agradecen de todo corazón a esta institución, de solera reconocida, la invitación recibida, porque representa una ocasión excepcional para llevar el nombre de Alcázar de San Juan a tierras gaditanas, así como para difundir el conocimiento de los textos cervantinos más allá de la Mancha, en el territorio andaluz que tan bien conoció Cervantes y en el que pasó una parte muy importante de su vida trabajando en favor de la Corona de España. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La estupenda batalla entre don Quijote y el vizcaíno en Puerto Lápice Fecha de Publicación: 22/02/2024 Dice el narrador que «siguieron el camino del Puerto Lápice, porque allí decía don Quijote que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras, por ser un lugar muy pasajero» (Q1, 8). Poco antes, Sancho socorría en el suelo a don Quijote derribado por las aspas de un molino de viento de Campo de Criptana. Esta vez, ha sido el sabio Frestón el que ha convertido a los gigantes en molinos de viento para quitarle a nuestro hidalgo manchego «la gloria de su vencimiento», o al menos así estaba convencido don Quijote que había ocurrido. Puerto Lápice es actualmente una localidad manchega de la provincia de Ciudad Real, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, con alrededor de mil habitantes. En tiempos de la escritura del Quijote no era más que un paraje con una venta y unas pocas casas quinterías de agricultores dentro del término municipal de Herencia. En las Relaciones Topográficas mandadas hacer por Felipe II, los vecinos encargados de elaborar las contestaciones de Herencia, declaran en 1576 que «en el término de ella está una venta que se dice el Puerto Lápice como está declarado y esto responden, y esta venta es de un particular vecino de Villafranca». Ubicada esta venta junto a un cruce de caminos, era muy conocida por viajeros, arrieros y trajinantes a finales del siglo XVI principios del siglo XVII. Cervantes, sin duda alguna, también la debía de conocer y hasta allí encamina a sus personajes después de la batalla contra los molinos de viento. En el mapa anterior he marcado en azul las carreteras actuales que unen Campo de Criptana con Puerto Lápice, trazadas en una buena parte sobre los antiguos caminos viejos que unían estos lugares. El lector curioso que sigue mis trabajos, sobre los caminos y parajes reales en el Quijote, se estará preguntando por la ruta o caminos que desde el molino de viento siguió don Quijote para no volver por su mismo pueblo, Alcázar de San Juan, ya que tanto su familia como la de Sancho ya estarían alborotadas al notar su ausencia esa misma mañana. No, lógicamente no vuelven por el mismo camino de Campo de Criptana a Alcázar de San Juan para después continuar hacia Herencia y llegar a Puerto Lápice, el camino más lógico y recto. Teniendo en cuenta el escenario, interpretes y diálogos escogidos por Cervantes en esta aventura encontramos la respuesta. Dibujo de Ricardo Marín, 1905 (BIQ) Después de caminar todo aquel día y pasar la noche entre unos árboles, llegan a ver Puerto Lápice a las «tres del día». Siguen caminando hacia Puerto Lápice mientras don Quijote, entre otras cosas, insta a Sancho a que no le defienda con espada sino es contra «canalla y gente baja». En esto iban cuando advierte el narrador que «asomaron por el camino dos frailes de la orden de San Benito» junto con un coche de caballos con «una señora vizcaína que iba a Sevilla, donde estaba su marido, que pasaba a las Indias con un muy honroso cargo». Don Quijote cree ver en estos actores que entran en la escena a unos «encantadores que llevan hurtada alguna princesa en aquel coche». Esta sencilla y pacífica comitiva llegaba a Puerto Lápice por un camino en sentido opuesto al que don Quijote y Sancho también llevaban. Don Quijote decide «deshacer este tuerto… y se puso en la mitad del camino por donde los frailes venían». A sus voces para que liberaran a «las altas princesas», los frailes se identifican como tales y le dicen que no saben realmente quien viaja en aquel coche, lo que irrita aún más a don Quijote que arremete con su lanza a uno de los dos frailes, que tratando de salvar su vida se tira al suelo. Mientras el otro fraile huye, Sancho trata de despojar de sus hábitos al fraile caído en el suelo, según él, porque le correspondían por haber sido vencido por su amo en batalla. Los mozos de mulas de los frailes, que no lo entienden así, comienzan a golpear a Sancho dejándolo molido y en mitad del camino. Don Quijote, sabiéndose vencedor y libertador de aquellas «princesas», estaba «hablando con la señora del coche» a la que «en pago del beneficio que de mí habéis recebido no quiero otra cosa que volváis al Toboso y que de mi parte os presentéis ante esta señora [Dulcinea] y le digáis lo que por vuestra libertad he hecho». Dice el narrador que uno de los escuderos de la señora, «que era vizcaíno… viendo que no quería dejar pasar el coche adelante, sino que decía que luego había de dar la vuelta al Toboso» increpa a don Quijote. El final de esta «estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron» acaba con el vizcaíno en el suelo casi muerto y don Quijote con una oreja malherida. Caminos marcados en el mapa de España. Marcado en rojo Puerto Lápice (SignA-IGN) Con el Reportorio de todos los caminos de España de Juan de Villuga, editado en 1546, muy difundido y utilizado por toda clase de viajeros, desde Bilbao, el camino a seguir por la señora vizcaína habría sido: Bilbao-Burgos-Madrid-Toledo-Ciudad Real-Córdoba-Sevilla. Para encontrar a esta señora vizcaína aquí, en Puerto Lápice, con intención de llegar a Sevilla en su coche de caballos, habría seguido los caminos: De Bilbao a Burgos, de Burgos a Cuenca, de Cuenca a Alcázar, pasando por Mota del Cuervo, y desde Mota del Cuervo podría seguir a El Toboso, Miguel Esteban y Herencia siguiendo el Camino viejo de Herencia a Quintanar de la Orden, o seguir hacia Alcázar de San Juan, Herencia y Puerto Lápice. Desde Herencia entrarían en este escenario cervantino por el Camino viejo de Herencia a Puerto Lápice. Camino de Villarrubia a Puerto Lápice remarcado en MTN50-1ª edición (SignA-IGN) Para ir a Sevilla desde aquí, el único camino posible para atravesar Sierra Morena en coche de caballos era por el Camino de Toledo a Sevilla, conocido como Camino de La Plata, que salvaba esta frontera natural entre Castilla y Andalucía por el Valle de Alcudia. Desde Puerto Lápice tendrían que seguir por Villarrubia de los Ojos, camino dibujado en azul en el mapa, hasta Ciudad Real, y desde allí por el Camino de La Plata continuar por Caracuel y Almodóvar del Campo, para después cruzar el Valle de Alcudia y llegar a la Venta de la Inés, la venta del manteo de Sancho, cruzando Sierra Morena con dirección a Córdoba y Sevilla. En total, siguiendo el camino de Burgos-Cuenca-Ciudad Real la distancia recorrida es de unas diez leguas más que por Burgos-Madrid-Toledo-Ciudad Real. Decidir uno u otro camino dependía mucho del interés de paso de los viajeros y la comodidad de los alojamientos. Haciendo noche en El Toboso, la distancia hasta Puerto Lápice es de unas ocho leguas, ocho horas de camino, por lo que esta comitiva estaría por aquí entre las tres y las cuatro de la tarde, la misma jornada y destino que la de don Quijote y Sancho ese día. Llevarían la intención de seguir desde aquí hasta Villarrubia de los Ojos y pasar la noche, a tan solo dos leguas de aquí, porque entre esta venta de Puerto Lápice y Villarrubia no existía venta alguna. Don Quijote les mandaba «que volváis al Toboso… dar la vuelta al Toboso». Según notas al pie de página de grandes editores del Quijote,«volváis al Toboso» o «dar la vuelta al Toboso» podían tener significados distintos para los primeros lectores de la novela. Para Martín de Riquer: «deis la vuelta hacia el [Toboso]», para Francisco Rico: «os desviéis del camino para ir al Toboso» y para Enrique Suárez: «en este pasaje, como en otros, no ha de entenderse estrictamente regresar por donde se venía, sino: cambiar de dirección, poner frente a, encaminarse». Darse la vuelta por donde venían o encaminarse a El Toboso desde aquí, coincide geográficamente con los caminos reales que podían traer los vizcaínos. Lo que no cabe duda en el relato es que estos actores llegaban por el camino de entrada desde el norte de Puerto Lápice y que don Quijote lo hacía desde el sur. Solo así es posible que se produzca este encuentro y batalla en mitad de Puerto Lápice. Por tanto, el camino desde Campo de Criptana a Puerto Lápice, pasando por Alcázar de San Juan y Herencia, no es el seguido por don Quijote y Sancho por dos motivos evidentes: 1. De haberlo seguido el cuento no habría sido este. Habrían sido vistos por sus familias y vecinos, y seguramente obligados a abandonar la empresa recién empezada. 2. Habrían llegado a Puerto Lápice por el mismo Camino viejo de Herencia a Puerto Lápice que la comitiva vizcaína y de frailes de San Benito, por lo que tampoco se habría producido el encuentro de frente con ellos, tal y como describe Cervantes. Sigamos ahora los pasos de Rocinante por otro camino hasta llegar a Puerto Lápice. Ruta seguida por Rocinante entre Campo de Criptana y Puerto Lápice remarcada en mapa SignA (IGN) Desde el paraje de los molinos de viento criptanenses, don Quijote y Sancho «siguieron el camino del Puerto Lápice». Cervantes, lógicamente no deja a sus primeros lectores detalles del camino a seguir desde aquí por sus protagonistas, estando tan cerca de su pueblo del que quiso olvidar su nombre al principio de la novela, como tampoco nombra explícitamente a Campo de Criptana, aunque fuese el único lugar de toda la Mancha que contase en aquella época con «treinta o pocos más desaforados gigantes». Solo les describe como ese día lo pasan caminando, pasan la noche entre unos árboles y que al día siguiente, pasado el mediodía, ven Puerto Lápice. Para los lectores curiosos de su tiempo no necesitaban mucha más información para seguir creyendo verosímil el cuento que Cervantes les estaba contando. Desde los molinos de Campo de Criptana, al paso lento del bueno y despaldado Rocinante, por su encontronazo con el molino, en ese tiempo narrado habría caminado unas quince horas, jornada y media larga. Conocen ya la pobre condición física del rocín, aquejado de los dolorosos “cuartos” en sus pezuñas, por lo que el camino recorrido a media legua a la hora, la mitad de un caballo normal, estaría en torno a unos cuarenta y cinco kilómetros. Plaza de Puerto Lápice. Imagen de turismociudadreal.com En mi próximo Tras los pasos de Rocinante. Segunda salida, voy a llevar al lector viajero por los caminos que don Quijote guió a Rocinante en esta segunda salida de su casa. Lógicamente, desde Campo de Criptana bordearán Alcázar de San Juan por el Camino de la Media Legua para seguir por el Camino de Herencia a Tomelloso entrando en Herencia. Desde aquí, siguiendo el Camino de La Pedriza, parte del Camino de Herencia a Villarrubia de los Ojos, atravesando por mitad de sus sierras, llegar al Camino de Villarta de San Juan a Puerto Lápice. Desde aquí, con la visión lejana de Puerto Lápice, tal y como lo vieron don Quijote y Sancho, llegarán al centro de Puerto Lápice, a su magnífica plaza. Allí podrán sentarse en sus balcones y creer ver la llegada de los frailes benitos y la señora vizcaína por el Camino de Herencia a Puerto Lápice por un lado y a don Quijote y Sancho por el otro, mientras releen los capítulos VIII y IX de la primera parte del Quijote. Realmente, habrán recorrido desde los pies de los desaforados molinos de viento poco más de cuarenta kilómetros, los mismos que Rocinante recorrió en la ficción. Luis Miguel Román Alhambra
“Tras lo cual”, Enrique Suárez Figaredo Fecha de Publicación: 15/02/2024 Enrique Suárez Figaredo en el Sillón de Sancho en la Platera, Alcázar de San Juan Enrique Suárez Figaredo (Barcelona, 1951) vivió su infancia en el barrio del Poble Sec, a las espaldas de aquella fábrica de la luz de la que hoy sobreviven sus emblemáticas chimeneas. A ellas, a la Fecsa, lo llevó el destino en 1974. Cuando Fecsa se integró en Endesa, se le encargó el Centro de Ingeniería de Distribución de esta compañía, y, posteriormente, la Subdirección de Control de Calidad de Aprovisionamientos. Su afición al Quijote empezó hace ya muchos años, cuando editó un Quijote para su empresa con el que agasajaban a los ilustres visitantes o regalaban a los empleados por su jubilación. Hizo cierto el aforismo de Cicerón: “si quieres aprender sobre algo, escribe un libro”. Pero una vez editado su Quijote no paro ahí, hombre inquieto, se interesó por el asunto, y empezó a acumular documentación, a consultar ediciones, antiguas y modernas, a contactar con quijotistas del mundo, a leer toda la producción cervantina y a otros autores del Siglo de Oro y, finalmente, a compulsar los ejemplares originales de las primeras ediciones del libro. Investigando y confrontando originales en la Biblioteca Nacional de España fue como descubrió que del Quijote de Avellaneda (del que la BNE poseía 4 ejemplares) hubo dos ediciones y que los ejemplares que se manejaban correspondían a la segunda y por tanto se había dado a la imprenta una edición anterior (la primera) que no estaba catalogada como tal. Es por tanto uno de los mayores especialistas mundiales en el Quijote apócrifo, obra de la que todavía hoy desconocemos quién fue su autor. Como bien nos relata Cristina Ruiz Urbón en su trabajo Los diez entremeses atribuidos a Miguel de Cervantes Saavedra: historia crítica y estado de la cuestión, desde el siglo XVIII se han barajado infinidad de propuestas de la persona que podría haberse escondido tras el pseudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda: fray Luis de Aliaga, fray Juan Blanco de Paz, Francisco de Quevedo, Lope de Vega, Tirso de Molina, Agustín de Rojas, Pedro Liñán de Riaza, Francisco López de Úbeda, Alfonso Lamberto, Juan Ruiz de Alarcón, Alonso Castillo de Solórzano, fray Luis de Granada, Alonso Fernández Zapata, fray Cristóbal de Fonseca, Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo, fray Alonso Fernández, Juan Martí, Alonso Pérez de Montalbán, el clérigo cordobés Juan Valladares, Alonso de Ledesma, el conde de Lemos en colaboración con Mira de Amezcua y Gabriel Leonardo de Albión y Argensola, Ginés Pérez de Hita, Baltasar Eliseo de Medinilla, fray Hortensio Félix Paravicino, Cristóbal Suárez de Figueroa, alguno de los hermanos Argensola e incluso el propio Miguel de Cervantes. De un tiempo a esta parte, el debate se centra en el soldado aragonés Jerónimo de Pasamonte (Riquer 1988 y Martín Jiménez 2005), el dominico vallisoletano Baltasar de Navarrete (Blasco 2005) y el poeta arriacense José de Villaviciosa (Rodríguez López-Vázquez 2011a). Como se ve la nómina es grande. Nuestro querido Enrique se atrevió a proponer como autor a Cristóbal Suárez de Figueroa, en atención a un estudio del estilo, de construcciones léxicas particulares y de palabras que utilizaba repetidamente el autor y que sometida a la comparación con las obras de Suárez de Figueroa alcanzaba una concordancia muy superior a la de otros posibles autores, cuyas obras también fueron sometidas a confrontación y estudio. Es notable que Enrique Suárez haya encontrado una construcción en el texto que es muy poco usada en el Siglo de Oro y que caracteriza esta obra, se trata de la expresión “tras lo cual”, que aparece 28 veces en el texto. Para conocer el ingente y ambicioso trabajo que hizo Enrique Suárez, basta consultarlo en: https://parnaseo.uv.es/Lemir/Revista/Revista10/SuarezFigaredo/SuarezFigaredo.pdf Desde este momento, sometemos esta frase a la consideración de los expertos que traten de encontrar los tics avellanedescos en otros autores contemporáneos a Cervantes y en caso de hallar el frecuente uso de “tras lo cual”, ya podemos avanzar que se encontrará cerca de resolver este enigma aún irresoluto. Por azares de la vida, conocimos a Enrique y por su afabilidad, bonhomía y accesibilidad en el trato, nuestra amistad se ha ido asentando y es hoy un amigo extraordinario y además Socio de Honor de esta Sociedad y el hecho de que viva lejos no impide que disfrutemos de su erudición y sobre todo de su amistad. Todo esto, lo completa, además, con al menos dos presencias físicas anuales en Alcázar de San Juan. Estas son las cosas que el amor por el cervantismo y el quijotismo nos traen a la Sociedad Cervantina de Alcázar: son premios añadidos a esta pasión. Como, por ejemplo, la amistad de Manuela Sáez González, monfortina, investigadora incansable y autora de la mejor biografía sobre el Conde de Lemos (mecenas de Miguel de Cervantes y otros escritores). Si hemos leído con atención, en la relación de Ruiz Urbón se encuentra también el Conde de Lemos en colaboración con Mira de Amezcua y su secretario Gabriel Leonardo de Albión y Argensola como posibles autores del Avellaneda; pero en los numerosos escritos del Conde de Lemos, Manuela sólo encontró la expresión “por lo cual”; ningún “tras lo cual”. Ojalá otras mentes inquietas y doctas sepan tirar de los hilos convenientes y busquen por donde se pueda encontrar al tordesillesco autor, y de este modo puedan dar felice terminación a los trabajos iniciados por estos buenos amigos antes citados. Y como decía nuestro querido don Miguel, a ti que lees: «Dios te dé salud y a mí no olvide». Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Miguel Ángel Martínez Martínez, embajador de la Mancha en Bruselas Fecha de Publicación: 03/02/2024 El que fuese vicepresidente del Parlamento Europeo por un periodo de ocho años ha dicho que la única obra literaria que ha sido traducida al mayor número de idiomas y que además tiene versiones adaptadas para niños, es el Quijote Alcázar de San Juan, 03/02/2024.- El sábado 3 de febrero visitaba la Sociedad Cervantina de Alcázar el ex eurodiputado Miguel Ángel Martínez Martínez para tomar parte de los “Almuerzos de don Quijote”, actividad que regularmente organiza esta asociación cultural. Miguel Ángel Martínez Martínez fue elegido diputado por Ciudad Real en el Congreso en 1977 y en 1981 fue elegido Secretario General del PSOE de Castilla-La Mancha (hasta 1988), en 1999 fue elegido eurodiputado, cargo que desempeñó hasta 2014, siendo además vicepresidente del Parlamento Europeo entre los años 2007 a 2014. A las 12 de la mañana los socios cervantistas visitaban el Museo que la Asociación Amigos de Miguel Ángel Martínez le tiene dedicado en Alcázar de San Juan donde fueron recibidos por el propio Miguel Ángel junto con Carmen, su mujer, y por María Ángeles Pérez Montero, presidenta de la Asociación, quienes han acompañado la visita al museo y han compartido también el almuerzo. Este museo acoge gran parte de sus documentos gráficos y escritos, y también las numerosas condecoraciones obtenidas a lo largo de su dilatada vida política. Todo ello convierte a este Museo en un sugestivo recorrido por la memoria democrática de Europa y en una luminosa ventana que permite conocer interioridades de la más reciente historia de Occidente. El Museo se encuentra en el andén número 1 de la estación de ferrocarril de Alcázar de San Juan. Se trata de un espacio simbólico y representativo tanto para la localidad como para el conjunto del país, ya que fue uno de los nudos ferroviarios más importantes de España. A lo largo de sus salas se encuentran reunidos los objetos que permiten hacer un recorrido por las diferentes épocas de su vida y que muestran referencias de su dilatada carrera, recuerdos atesorados en una vida dedicada a servir a los ciudadanos desde la política en las diferentes responsabilidades que desempeñó, así como sus condecoraciones, objetos personales y su colección de Quijotes. El vínculo de Miguel Ángel Martínez con Castilla-La Mancha, así como su afición por la lectura, fueron los motivos por los que durante más de cuarenta años coleccionó ediciones de El Quijote en diferentes idiomas. Esta colección de la obra cervantina, que ha estado expuesta en el Parlamento Europeo, así como en numerosas ciudades españolas, cuenta con ejemplares en 46 lenguas diferentes tanto en ediciones completas como en adaptaciones para niños. A este respecto, Martínez Martínez aseveró que el Quijote es la única obra literaria de carácter universal que además de ser traducida a numerosas lenguas, tiene versiones adaptadas para niños, ya sea en forma de libros de aproximación, en formato cuento o como tebeos. En esta colección de Quijotes están representados todos los países de la Unión Europea y también los de países vecinos, Suiza, Macedonia, Albania. Montenegro, Armenia, Moldavia, Rusia, etc. La colección tiene Quijotes en chino, azerí, árabe, en latín y latín macarrónico y por supuesto en Braille. Los cervantistas alcazareños disfrutaron de esta visita y elogiaron la colección completísima tanto de las diferentes ediciones del Quijote como de la abundante iconografía quijotesca. Reconocieron el trabajo intenso de coleccionista de Miguel Ángel que ha ido recopilando y conservando infinidad de recuerdos que están a disposición de cuantos visitan el museo. Ya en la sede cervantina, a lo largo del almuerzo, Miguel Ángel Martínez refirió las extraordinarias relaciones personales que pudo construir con importantísimas personalidades de todo el mundo gracias a sus viajes y a su intermediación en el ejercicio de sus responsabilidades políticas, labor que ha sido reconocida con innumerables condecoraciones y distinciones que lo convierten en una de las personas más reconocidas de España en la historia reciente. Siempre se mostró como un firme y digno embajador de la Mancha y del Quijote tanto en Bruselas como por cuantos lugares ha visitado, allí siempre presumió de provenir de la tierra de don Quijote y Sancho Panza, y ante las autoridades de todo el mundo nunca olvidó pronunciar palabras de reconocimiento para la importantísima obra literaria de Miguel de Cervantes, estimando que es tan grandiosa la obra que -a su juicio-, cree haber superado en fama a su autor. En relación con el aprovechamiento del Quijote como recurso gratuito que la Mancha tiene para posicionarse en el mundo del turismo, y más concretamente dentro del turismo literario, cree que debe hacerse un trabajo bien programado, conjuntamente ejecutado y coordinado entre diferentes municipios y administraciones para alcanzar el resultado más óptimo y cuyos beneficios alcancen a todos. En este aspecto coincide plenamente con esta Sociedad Cervantina en su idea de lo que debe ser la “Comarca Quijote”. No resulta exagerado decir que los cervantinos alcazareños no sólo han tenido el privilegio de estar en compañía de una persona extraordinariamente afable, que conoce y ha difundido con denuedo el Quijote por el mundo, sino que han podido disfrutar por unas horas de la historia viva de España. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
«A mis queridos compañeros» carta ganadora del tercer concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 08/01/2024 Daniel Ortiz Mata de Alcoy (Alicante) se hace con el primer premio. El domingo 7 de enero a partir de las 18:30 se han dado a conocer en directo los ganadores del concurso que ha tenido una excelente participación y un gran nivel de calidad. Alcázar de San Juan, 8 de enero de 2024.- A las 18:30 del domingo, se hizo público el nombre del ganador, Daniel Ortiz Mata de Alcoy, así como del resto de finalistas del tercer concurso de cartas a los Reyes Magos “Café Monago” organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y patrocinado por Centro de Conductores Rondilla y por Gestoría Sánchez. Evento que fue transmitido en directo a través de YouTube con un enlace facilitado previamente en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar, que se encuentra a disposición en: El acto ha estado conducido por Luis Miguel Román Alhambra (vicepresidente de la SCA), y han tomado parte en el mismo Manuel Rubio Morano que ha dado lectura al acta del fallo, como secretario del jurado, a continuación, el presidente Juan Bautista Mata Peñuela ha dado a conocer a los diez mejores clasificados en orden inverso de puntuación, acabando su anuncio con las cartas ganadoras. Finalmente, Manuel Castellanos (socio de la SCA) ha dado lectura a la carta ganadora. Esta es la lista completa de las cartas mejor valoradas: 1er Premio, Diploma y 100 euros a Daniel Ortiz Mata (Alcoy), “A mis queridos compañeros”, con 173 puntos. 2º Premio, Diploma y 50 euros a José Alberto Ruiz Cembranos (Leganés), por “Tres motivos para una carta”, con 171 puntos. 3º. Premio, Diploma y 50 euros a Mela Ortiz Arbones-Dávila (Madrid), por “A través del espejo”, con 168 puntos. 4º. Diploma a Luis David San Juan Pajares (Segovia), por “El Rey Escoba”, con 167 puntos. 5º. Diploma a Carlos López Pérez (Logroño), por “Carta de un niño cualquiera”, con 164 puntos. 6º. Diploma a Laura Baleztena Pérez (Pamplona), por “El cuarto Rey Mago”, con 163 puntos. 7º. Diploma a Mª. Soledad Romero Castellanos (Alcázar de San Juan), por “Deseo”, con 160 puntos. 8º. Diploma a Amalia Moreiras (Orense), por “Casos Reales”, con 157 puntos. 9º. Diploma a Alberto Cotillas Revilla (Burgos), por “Quedaos en Belén, por favor”, con 156 puntos. 10º. Diploma a Eduardo José Viladés Fernández de Cuevas (Logroño), por “Los te quiero de mamá”, con 155 puntos. También este año, ha sido altísimo el nivel de las 185 cartas recibidas para participar en el concurso, con temas muy variados e ingeniosos haciendo que el jurado haya sudado tinta para escoger las mejores, como se puede comprobar por la escasísima diferencia de puntos entre las primeras clasificadas. A pesar de que el tema es único y cerrado, y teniendo en cuenta que el estilo epistolar es bastante limitado, todo ello no ha sido obstáculo para que los escritores hayan puesto en práctica su desbordante imaginación y hayan compuesto cartas muy bonitas, y aunque muchas han recordado la difícil situación de los países en guerra y por ende las dificultades a que se encuentran sometidos -sin culpa- los niños que habitan esos territorios, otros muchos participantes han optado por reivindicar la alegría de esa noche mágica y por la ilusión con que niños y mayores esperamos la llegada de los Magos de Oriente y por la esperanza que aporta a nuestras vidas. Un año más, algunos autores han hecho peticiones no para ellos sino para sus familiares o terceras personas, intercediendo así ante los Reyes Magos en favor de otras personas más necesitadas. Estas peticiones, al igual que en la oración, cuando se hacen para beneficio de otros y no para uno mismo, siempre son escuchadas… Así mismo, los escritores han tenido un cariñoso recuerdo para los mayores y para los que ya no están con nosotros. Recordarlos, aunque sea de forma epistolar, hace que se mantengan vivos en nuestros corazones. De la fabulosa participación, los miembros del jurado quieren resaltar que a pesar de llevar muchas cartas leídas -en los diferentes concursos hasta ahora convocados-, siempre se ven sorprendidos por la agudeza y estilo narrativo de algunos autores, que hace que sea muy bonito el trabajo de emitir una valoración. En unos días se publicará en las redes de la Sociedad Cervantina de Alcázar un documento en formato pdf conteniendo las diez mejores cartas de esta edición para solaz y disfrute de todos nuestros amigos y seguidores y quizás también para que sirva de inspiración a futuros participantes en la edición de 2025 en la que comenzaremos a trabajar en los próximos días. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Publicado un estudio sobre los azulejos quijotescos del Parque Cervantes de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 05/01/2024 . Se encuentra disponible en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y ha corrido a cargo de uno de sus miembros. La particularidad que hace único a este conjunto de azulejos es que contiene las aventuras completas del Quijote desde el comienzo hasta el final (Primera y Segunda Partes) En estos días hemos colgado en nuestra web un estudio que interpreta los azulejos quijotescos del parque Cervantes de Alcázar de San Juan y que está disponible para su descarga por todas aquellas personas interesadas en el tema. Este conjunto de azulejos del Quijote está instalado en una glorieta del parque, pero hagamos un poco de historia: la glorieta del parque se construyó de forma similar a La Glorieta de Cervantes en Sevilla (que consiste en un pequeño espacio octogonal incluido dentro de la Plaza de América frente al Pabellón Real, que a su vez está ubicada al sur del Parque de María Luisa y que fue realizada en 1913). Al igual que en Sevilla, los azulejos que se instalaron inicialmente, eran de la fábrica trianera de Ramos Rejano. Los de Alcázar se han deteriorado de forma irrecuperable por estar casi un siglo a la intemperie. Estos azulejos aún se encuentran en los bancos, colocados debajo de la serie actual. El conjunto actual de azulejos del Quijote del Parque Cervantes data de finales del siglo XX. Es fruto de la actividad del Aula de Cerámica de la Universidad Popular del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, que con la ayuda de los alumnos de una Escuela Taller creada al efecto para los oficios cerámicos, tuvieron como objetivo la restauración de la glorieta octogonal existente en el parque, con la rehabilitación del monumento y la fabricación de nuevas piezas de colección (tomando como modelo las antiguas) para cubrir los existentes en el Parque Cervantes que por la acción de los elementos meteorológicos, la intemperie, el vandalismo y por qué no decirlo, por el abandono, se perdieron. La Escuela Taller se creó con este propósito. Su trabajo consistió –mediante la aplicación de la técnica de la cuerda seca-, en la creación de una bella serie de azulejos, de medidas 15 x 15 cm (azulejos principales), además, trabajaron en piezas de menor tamaño empleadas para decorar la parte superior de los bancos, así como ángulos ornamentales para la terminación y protección de las esquinas. Igualmente, el taller de cerámica de la Escuela Taller Municipal, realizó una segunda serie de azulejos más pequeños (tamaño 7 x 7 cm) que decoran los laterales y los bordes de los bancos, así como el resto de elementos decorativos, bordes, cuadros y terminaciones. Alfredo Martínez Pérez, reconocido ceramista local, estuvo al frente del taller de cerámica. El dibujante principal fue Francisco Manzaneque. Hicieron miles de azulejos entre los años 1989-1990, hasta dejar el conjunto en su estado definitivo. Para la primera parte, tomaron como referencia los dibujos que el pintor José Jiménez Aranda realizó para la edición madrileña de R.L. Cabrera de 1905-1908 (cuatro tomos) conocida como “Quijote del Centenario”. Y para la parte segunda las de Salvador Tusell (a partir de G. Doré) de la edición barcelonesa de Viuda de Luis Tasso de 1905. En Triana existieron al menos, tres importantes fábricas que se dedicaron a la manufactura de azulejos del Quijote, pero todas –sin excepción- dibujaron escenas del inicio del libro, tan solo comprenden escenas de hasta el capítulo 20 de la Primera Parte. Luego repetían las imágenes hasta hacer series muy grandes, no obstante, cuando se estudian, se observa lo expuesto en el párrafo anterior, poca variedad y mucha repetición, así ocurre en la Fonda de la estación FF.CC. de Alcázar, Instituto Gaona de Málaga, casas particulares de Sevilla y Ronda, etc… En cambio, esta serie de azulejos del Quijote es excepcional, es la única entre todas las azulejerías (hasta ahora conocidas en el mundo, fabricadas con la técnica de la cuerda seca), que representa gráficamente las escenas de la novela al completo, es decir desde el principio hasta el final de la Segunda Parte en que el hidalgo Alonso Quijano “el bueno”, muere en su cama rodeado de su familia y amigos. Los azulejos que componen la serie principal que relata gráficamente la novela completa del Quijote, recubren completamente los asientos y respaldos de los cuatro bancos que conforman una glorieta o rotonda. El número total de azulejos asciende a 288, corresponden a la primera parte del Quijote 179 y 109 a la segunda parte. Faltan 5, hay 5 rotos y 8 más vandalizados. Están muy trabajados y son muy bonitos, llaman la atención sus vivos colores y su terminación con un altísimo nivel de detalle; y lo que a juicio de la Sociedad Cervantina alcazareña es lo mejor: que recogen fielmente todas y cada una de las aventuras y vicisitudes del hidalgo Alonso Quijano a lo largo de las dos partes de la novela. Aparte de esos 288 azulejos individuales, que son la secuencia principal donde se relatan las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza, hay colocados también ocho esquineros, dos por banco, que son grupos de azulejos que forman una imagen relativa a pasajes de la obra y que además de estar colocados perfectamente como nexo de unión en las series de azulejos, ofrecen escenas muy bellas del Quijote. Con este estudio, que ha sido elaborado por nuestro socio Constantino López, al que diferentes miembros de esta Sociedad han ayudado en esta tarea, y con la interpretación que se hace de los azulejos, explicando junto a cada uno de ellos el pasaje del Quijote al que corresponde la imagen, será posible acercarse al Quijote de Cervantes de una nueva y más fácil manera. Nunca será suficiente todo lo que se haga para conseguir que se lea esta monumental novela de Miguel de Cervantes. Azulejos quijotescos del Parque Cervantes de Alcázar de San Juan Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Un estudio recoge todas las placas de cerámica instaladas en las calles de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 04/12/2024 . Estas placas con el nombre de las calles informan al paseante o turista de la historia, curiosidades y las personas que las habitaron. La recopilación ha corrido a cargo del alcazareño Constantino López El proyecto “La ciudad que habla” se llevó a cabo entre los años 2000 y 2010, con él se pretendió recuperar la historia de las calles de Alcázar de San Juan y al propio tiempo añadir otro atractivo turístico más a los muchos de que dispone la ciudad. La idea inicial era conformar un recorrido turístico que pudiera realizarse por los visitantes de la ciudad, así como un circuito educativo que podría ser utilizado por los colegios para que los más pequeños pudieran conocer el origen del nombre de las calles. La colocación de las placas se fue haciendo por etapas, cada año se instalaban un determinado número de ellas, teniendo en cuenta que es un producto genuinamente alcazareño ya que tanto los dibujos, que fueron realizados por el pintor alcazareño Ángel Vaquero, como los textos, que fueron elaborados por José Fernando Sánchez Ruiz. Rebuscar en la historia y sobre todo hablar con los vecinos mayores de esas calles para obtener de ellos las anécdotas, curiosidades y datos que no se encuentran en ninguna otra parte salvo en los recuerdos de los propios vecinos e incluso en la transmisión oral recibida de sus antecesores, fue una ardua tarea que hay que valorar en su justa medida, estimamos el trabajo realizado por estas personas que empeñaron todas sus fuerzas para que este proyecto viese la luz con la calidad que todos podemos apreciar. La recopilación ha sido realizada por Constantino López (miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar), y es un reconocimiento al esfuerzo y dedicación de las personas que idearon y llevaron a término el proyecto. Visto así, el estudio recopilado al completo muestra la grandiosidad del trabajo realizado que ha quedado para el disfrute futuro de los alcazareños y de todos aquellos que nos visitan, siendo una de las señas de identidad de nuestra ciudad. Además de las placas conteniendo los nombres de las calles, algunas otras están vinculadas a personajes relevantes que vivieron o estuvieron en ellas tales como los poetas Miguel Hernández (estación), José Corredor Matheos (plaza Aduana) y Juan de Dios Raboso, un alcazareño que fue un político importante en Madrid en el siglo XIX. En palabras de su autor, Constantino López: “Pretendo en este estudio, hacer un catálogo detallado de ellas, reflejadas en orden alfabético, indicando el lugar donde están colocadas y la leyenda que incluyen”. El estudio recopilatorio recoge un índice alfabético de las calles que disponen de una placa, también acompaña un plano de situación de cada una de las placas, dedica una página completa para cada placa que va acompañada con el texto de su leyenda. También recoge sitios muy particulares en los que, por la solera de la historia de las calles, confluyen en un pequeño espacio muchas placas que están cerca unas de las otras, lo que ocurre en dos lugares del centro histórico. Lo más curioso de todo es que al final del estudio, el autor ha diseñado una serie de rutas organizadas por temas, objetivo que desde un principio estaba marcado por el consistorio y que nunca se ha llegado a desarrollar. A juicio del autor es posible hacer los siguientes recorridos: 1.- Ruta de los pintores. 2.- Ruta de maestros y médicos. 3.- Ruta de escritores y personajes literarios. 4.- Ruta de políticos, gobernantes y acontecimientos. 5.- Ruta religiosa, santos e iglesias. 6.- Ruta de las curiosidades de Alcázar de San Juan. 7.- Ruta de Cervantes y el Quijote. Estudio completo para descargar Ventanitas
Se consolida año tras año el Concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 02/01/2024 El pasado 31 de diciembre a las 23:55 horas quedó cerrado el plazo de participación en el concurso con 185 cartas recibidas superando en un 38 % las 134 cartas admitidas en la edición anterior Alcázar de San Juan, 2 de enero de 2024.- Desde el día en que se publicaron las bases del concurso hasta la fecha de cierre el 31 de diciembre, se han ido recibiendo -de forma escalonada pero continua- los trabajos que tomarán parte en el tercer concurso de cartas a los Reyes Magos que organiza Café Monago en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Nuevamente se ha superado y con mucho el número de trabajos recibidos el año anterior por lo que el concurso tiende no sólo a consolidarse, sino a ir creciendo en su participación año tras año. Las 185 cartas recibidas en esta tercera edición han rebasado la cifra de la convocatoria del año 2023. Un porcentaje alto de estos trabajos tiene gran calidad y casi todos desprenden emotividad a raudales. Siempre hay una parte de las epístolas que rebosan imaginación y no sólo por los personajes que las escriben, sino por las situaciones y lugares desde los que lo hacen, que hacen que algunas puedan llegar a ser inverosímiles y despiertan la admiración del jurado que disfruta con estos ejercicios de estilo. La participación de este año se ha distribuido a lo largo de catorce países, se han recibido cartas de escritores residentes en Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, España, Italia, México, Paraguay, Perú. Uruguay y Venezuela, aunque el mayor número de cartas procedía de las diferentes Comunidades del territorio nacional. Un 65 % de las cartas proceden de España y un 35 % del resto de países. Los países iberoamericanos más representados han sido Argentina, aportando un 7,78 % de las cartas, un 6,48 % de las cartas llegaban desde Colombia. El jurado calificador va a tener una tarea difícil para resolver los premiados antes del domingo 7 de enero de 2024, cuando a partir de las 18:30 horas (en España) se retransmita en directo desde el Café Monago de Alcázar de San Juan el fallo del jurado y se hagan públicos los ganadores de los premios: un primero dotado con 100 euros y diploma y dos segundos dotados con 50 euros y diploma (cada uno), importes que ha sido aportados por las empresas Centro de Conductores la Rondilla y Gestoría Sánchez. Al mismo tiempo, se conocerán los clasificados en los puestos cuarto al décimo que también recibirán un diploma de finalistas. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan anunciará los nombres de los premiados, estará acompañado por Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente y por Manuel Castellanos, miembro de la Sociedad y actor de doblaje, que dará lectura a los trabajos ganadores. Como el año anterior, la retransmisión se hará en directo y podrá seguirse desde la página web de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.cervantesalcazar.com Café Monago y la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, se felicitan por haber sido capaces de atraer a escritores que representan a diferentes países, diferentes maneras de ver la literatura y con variadas sensibilidades, escritores que tienen el español como idioma común. Os esperamos a todos en este evento, aunque sea de forma no presencial, para conocer en directo y de primera mano el nombre de los ganadores. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El belén napolitano del alcazareño Juan Miguel Ruiz Fecha de Publicación: 30/12/2023 . . Lo monta y lo exhibe anualmente en su casa de Copenhague (Dinamarca) donde reside por motivos profesionales. Con 32 figuras y con el templo romano de 1,49 m que desde la base a la cornisa y sumada la plataforma donde va montado, le confiere una altura máxima al conjunto de más de dos metros Las figuras del belén napolitano son especialmente frágiles. El cuerpo está formado por un armazón de alambre forrado con estopa, materiales muy flexibles, que permiten crear figuras en muy diversas posiciones siguiendo la expresividad estilística del dinamismo barroco, incluso algunas están articuladas y permiten colocarlas en variadas posiciones. Las extremidades son de madera; la cabeza, de terracota policromada con los ojos de pasta vítrea, trabajados con notable minuciosidad para conseguir la máxima expresión del rostro; y los vestidos, de sedas o tejidos de la época, con pasamanería, y las mujeres adornadas con puntillas, joyas y abalorios. Las piezas raramente van firmadas porque en la elaboración de una figura intervenían muchos artistas: escultores, pintores, plateros, sastres y hasta arquitectos para diseñar toda la ciudad, con sus casas y montañas. Y si finalmente se optase por la atribución de la autoría, siempre se le otorgará al que haya hecho la cabeza. Para las ofrendas y la caracterización de los personajes se utilizaba el barro, la plata, el cristal, el marfil y el ébano. Los artistas se especializaban en cada una de las diferentes figuras, unos en las del propio misterio, otros en las figuras de los Reyes Magos y otros en animales o en todo tipo de menaje, cestos, frutas y todo tipo de adornos, ya sean joyas, cofres, instrumentos musicales, etc… La escenificación y configuración plástica del Nacimiento alcanzó en el Reino de las Dos Sicilias un periodo de esplendor en la segunda mitad del siglo XVIII, desbordando el ámbito religioso para pasar a la Corte, la nobleza y alta burguesía y finalmente a ambientes populares. Según nos cuenta Juan Miguel, cuando los séptimos condes de Lemos llegaron a Nápoles, la condesa adquirió un nacimiento para el oratorio particular de su habitación en el palacio. La compra la realizó al escultor Giovanni Aniello de Mari, fraccionando el pago en tres plazos, el primero el 16 de diciembre de 1610, por un importe de 300 carlines, otro por la misma cantidad el 25 de febrero de 1611 y el tercero y último se efectuó el 24 de febrero de 1613 ascendiendo a 454 carlines; el total de la adquisición supuso un monto de 1.054 carlines (105 ducados y 4 carlines). Operación que se llevó a cabo por mediación de la marquesa del Valle muy amiga de la condesa. De este belén hoy no se conoce el paradero, según nos comenta Manuela Sáez González, investigadora monfortina y autora de la mejor biografía del VII Conde de Lemos, que fue quien dio a conocer en 2006 los datos anteriormente citados. Juan Miguel exhibe su belén napolitano en la casa de Copenhague donde reside, después de reunirlo y volver a mostrarlo como se hacía hace años en la casa que la familia poseía en la calle Velázquez de Madrid y posteriormente en la casa solariega de la familia en Ciudad Real. La escenografía consta de un nacimiento con las figuras del Niño Jesús en su cuna, La Virgen María y San José, a los que acompaña el buey y la mula. Sobre el nacimiento, como flotando en el aire siete ángeles, dos con incensarios y uno de ellos con una gran trompeta, anunciando con su sonido la venida al mundo del Niño Dios. Integrado en el nacimiento, se pone en escena la adoración de los Magos de Oriente, formada por doce figuras que forman el séquito de los Reyes Magos: Melchor, el primero en ofrecer su presente, apeado de su caballo -encabritado, al que sujeta un paje (armado con alabarda) por las riendas-, (con otro paje niño ya metido en el portal), Gaspar, montado en su caballo precedido por dos pajes, uno con sombrilla y otro con un estandarte y un loro posado en su brazo, y Baltasar sobre un dromedario, precedido por dos pajes uno con unas plumas y otro con un estandarte. Completan el montaje hasta ocho figuras más entre personas y animales: 2 pastoras que ofrecen fruta, una de ellas acompañada de dos niños y tres ovejas, y otra más pequeña acostada junto a la cuna del Niño. Hay en total la imponente cantidad de 32 figuras expuestas en el belén, todas ellas de un gran realismo y unos acabados primorosos que otorgan al conjunto una belleza extraordinaria (como puede apreciarse por las fotografías adjuntas). Además, se muestran una serie de pequeños objetos tallados de forma minuciosa como son armas, bandejas, cofres, joyas, colocados sobre alfombras en miniatura en la entrada del pesebre. Completan la magnífica escenografía las ruinas del templo romano que son de madera, tienen una altura de 1,49 m desde la base a la cornisa. Esta altura sumada a la plataforma de madera en la que va instalado el belén confiere una altura al conjunto de más de dos metros. Solamente el arco del triunfo mide 90 cm de alto para dar cabida al rey Baltasar que lo atraviesa montado en su dromedario. Cada figura del conjunto tiene horadados dos agujeros en los talones donde se introducen dos pequeños clavos sin cabeza que previamente se han clavado al suelo/soporte en el proceso previo del montaje de la plataforma. Teniendo en cuenta que el belén napolitano del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias «González Martí» de Valencia, tiene 29 piezas, estamos hablando de una colección soberbia y que es totalmente particular. La desventaja es que mantener reunida la colección y en perfecto estado es tremendamente caro, restaurar las diferentes piezas en el taller especializado es laborioso y caro, pero estos condicionantes con los que tiene que lidiar anualmente Juan Miguel Ruiz le otorgan un mayor mérito y valor a su belén. Ventanitas Galería de fotografías Documentos consultados: https://www.tendenciasdelarte.com/el-belen-napolitano-de-capricho-de-reyes-tradicion-popular/ https://es.wikipedia.org/wiki/Pesebre_napolitano https://venagalicia.gal/noticia/2022/12/24/belen-napolitano-siglo-xvii-museo-arte-sacro-monforte/0003_202212M24C12991.htm https://www.cultura.gob.es/mnceramica/colecciones/seleccion-piezas/escultura/belen-napolitano.html **
La solidaridad de los alcazareños no decae Fecha de Publicación: 19/12/2023 . La colaboración de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan con la Asociación Cultural y Social el Sosiego, junto con la ayuda de numerosos alcazareños, ha posibilitado que se alcance la alta cifra de aportaciones en la campaña de Navidad “Ningún niño/a sin imaginación” Alcázar de San Juan, 19/12/2023.- Este año en la sexta edición de la campaña de Navidad de recogida de libros nuevos y usados, y gracias a las aportaciones de numerosos donantes anónimos, hemos alcanzado la cantidad de 464 ejemplares. También en 2023 la solidaridad del pueblo alcazareño ha sido ejemplar y ha colaborado de forma apabullante en esta acción social y cultural, a pesar de que este año -por el calendario-, se ha dispuesto de menos fechas para efectuar la entrega. Al igual que en años anteriores, han respondido las instituciones como la Biblioteca Municipal Miguel de Cervantes, algunos alcazareños que no viven en nuestra ciudad (Sevilla) -que año tras año envían por correo su colaboración a la Sociedad Cervantina de Alcázar, y también muchas personas particulares que se han sumado generosamente a este llamamiento, haciendo que la sexta campaña “Ningún niño/a sin imaginación” haya vuelto a ser un gran éxito de participación y empatía con los que tienen menos recursos. El vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Luis Miguel Román Alhambra, junto con otros miembros de la junta directiva, entregaron a Milagros Plaza, presidenta de la Asociación Cultural y Social el Sosiego, la enorme cantidad de libros infantiles y juveniles recogidos, de los que algunos eran completamente nuevos -adquiridos a propósito para ser donados-, viniendo incluso envueltos en sus envoltorios originales. El acto de entrega ha tenido lugar en la Plaza de España de Alcázar de San Juan, junto al árbol de Navidad instalado por el Ayuntamiento. La Asociación “El Sosiego” hace más de diez años que viene realizando la recogida de juguetes solidaria, para poder entregarlos cada Navidad y Reyes a los niños más desfavorecidos y que menos recursos tienen. La gran labor social que desempeñan es un ejemplo a seguir, más aún, con los escasos recursos de que disponen, lo que pone más en valor su esfuerzo y dedicación. Para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan es un orgullo poder colaborar con ellos en esta labor desde hace ya seis años. Agradecemos muy sinceramente a todas las personas que han hecho posible el éxito de esta campaña: personas particulares, ilustradores, profesores, escritores e instituciones e incluso creadores de contenido, que han difundido por las redes sociales esta actividad. A través de esta campaña hemos podido comprobar como los alcazareños han hecho suya la idea de que “la humanidad es una gran e inmensa familia: esto lo demuestra lo que sentimos en nuestros corazones en Navidad”. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El concurso de cartas a los Reyes Magos “Café Monago” alcanza su tercera edición Fecha de Publicación: 11/12/2023 Café Monago de Alcázar de San Juan en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y con el patrocinio del Centro de Conductores Rondilla y Gestoría Sánchez, convoca el TERCER concurso de cartas a los Reyes Magos para hacer que vuele nuestra imaginación y la misiva a los Magos de Oriente tenga premio económico Alcázar de San Juan, 11-12-2023.- Se van acercando las Fiestas Navideñas y un año más Café Monago de Alcázar de San Juan propone a los escritores de todo el mundo que expriman su imaginación y escriban una carta a los Reyes Magos que encandile al jurado y la haga merecedora de uno de los premios ofrecidos. El plazo para participar se cierra el próximo 31 de diciembre de 2023 a las 23:55 y los trabajos deben enviarse a la web cervantesalcazar.com/cartas de la Sociedad Cervantina de Alcázar, mediante unas instrucciones sencillas que se facilitan en el portal web. Por tercer año consecutivo, el “Centro de Conductores Rondilla” patrocinará los premios de este concurso, empresa a la que este año también se ha sumado “Gestoría Sánchez”. Por tanto, este año, habrá tres premios, uno de 100 euros para el ganador y dos más de 50 euros para dos finalistas. Las cartas deben estar escritas en castellano, la extensión de la carta no debe ser mayor de 2 páginas DIN A4, con tamaño de fuente Arial 12 puntos y el espaciado mínimo será de 1,5 líneas. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan tendrá la responsabilidad de evaluar las cartas y proponer los premios, asesorándose para estas tareas de personas de contrastada experiencia literaria. Como se especifica en las bases, se valorará la adecuación al tema, el estilo de escritura, la originalidad y la transmisión de valores positivos. Animamos a todas las personas que tengan inquietud creativa a que la pongan en práctica a través de esta acción cultural, idea original de la dirección de Café Monago de Alcázar de San Juan, esperando que en esta tercera convocatoria del concurso podamos superar la excelente participación del año anterior que ascendió a ciento treinta y cuatro trabajos recibidos de dieciocho países. La participación española abarcó a 16 Comunidades, prácticamente todo el territorio nacional. Las bases completas del concurso están a disposición en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar: http://cervantesalcazar.com/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Don Quijote contra los molineros Fecha de Publicación: 11/12/2023 . ¡Ni gigantes ni gigantas, desaforados molineros y molineras! No, no me he equivocado en el título de este artículo escribiendo «molineros» en lugar de haber escrito «molinos». Así comienza el capítulo VIII de la primera parte del Quijote: En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero: —La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. Esta es, sin duda alguna, la aventura más reconocida del hidalgo manchego entre lectores y no lectores de la novela. Hoy, la imagen de uno o más molinos de viento sobre unos cerros nos lleva a imaginar la lucha de don Quijote, «rematado ya su juicio», contra uno de estos artilugios eólicos convencido que era un gigante. Cervantes enmarca esta aventura en los cerros y Sierra de Campo de Criptana, el único lugar de toda la Mancha que contaba con más de treinta molinos en la época de la escritura del Quijote. En esta villa fue donde se comenzaron a implantar estos ingenios eólicos en esta parte de la Mancha en 1540. En 1581 ya contaba documentados con treinta molinos de viento desperdigados en su término y se siguieron construyendo hasta llegar a los treinta y cuatro molinos de viento, que seguían moliendo en 1752, según el Catastro del Marqués de la Ensenada. Cervantes escribe entre líneas, como se dice en esta tierra no da puntá sin hilo. Murmura de todos, pero sin hacer sangre a nadie: de la Monarquía, de la Iglesia, de la Nobleza y hasta del pueblo más sencillo. Para esta crítica velada utiliza el comportamiento reconocible de un loco, don Quijote, y el de un simple analfabeto, Sancho Panza. Y el resultado de este genial recurso narrativo fue que los censores le aprobaron sus dos Quijotes «porque será de gusto y entretenimiento al pueblo, a lo cual en regla de buen gobierno se debe de tener atención, atiende de que no hallo en él cosa contra policía y buenas costumbres» (Aprobación de la Primera Parte) y «no contiene cosa contra la fe ni buenas costumbres, antes es libro de mucho entretenimiento lícito, mezclado de mucha filosofía moral», (Aprobación de la Segunda Parte). De la misma manera que hoy ocurre, medir y pesar estaba muy regulado en las villas castellanas, pero no siempre se tenían las medidas y los pesos tarados según las pragmáticas o leyes publicadas oficialmente, provocando la sisa de los comerciantes, y también de los molineros. En las villas se designaba un regidor responsable anualmente de la custodia, junto con un alguacil, de los pesos y medidas oficiales, y de su uso si fuese necesario en la comparación con las de los comerciantes, en caso de denuncia o visita a sus locales. Los molineros cobraban su trabajo en grano o en harina, lo que se conoce como la maquila. Según el diccionario de la RAE, la maquila es: «Cantidad de grano, harina o aceite que corresponde al molinero por la molienda.», que no es muy diferente a «cierta medida que el molinero saca para sí del grano que muelen en su molino», según el Tesoro de la Lengua que compuso Covarrubias en 1611. Medidas castellanas en el Museo de Segovia Las medidas empleadas para medir el grano o harina en los molinos manchegos era el celemín. En un celemín cabía 4,6 litros y en una fanega entraban 12 celemines, 55,5 litros. También se usaban media fanega, la cuartilla de fanega, el medio celemín y el celemín y medio. Estas medidas consistían en unos cajones de madera en forma de trapecio rectángulo o cuadrados, habitualmente con bordes metálicos para evitar su desgaste, y una barra con la que rasear el grano o la harina a la capacidad indicada. Pronto la tradición oral manchega compuso cancioncillas, coplillas y dichos sobre la fama que los molineros tenían de sisar en la maquila. Así se referían al molinero: De cada fanega un celemín y si es de rico, otro para el borrico; y si es de pobre otro para que sobre; y si la molinera tiene roto el jubón, un celeminón. E irónicamente de la molinera decía esta cancioncilla: Gastan las molineras ricos collares con el trigo que quitan de los costales El molino de viento, que fue fundamental en la transformación del cereal en harina desde mitad del s. XVI hasta mitad del s. XIX en esta parte de la Mancha, quedó obsoleto con la aparición de molinos harineros movidos por motor eléctrico hacia finales del s. XIX. La molienda en estos molinos modernos era mucho más rentable que la tradicional, por lo que los molinos de viento se desmantelaron o se arruinaron con el paso de muy pocos años. Si hoy podemos seguir contemplando estos molinos de viento en la Sierra de los Molinos de Campo de Criptana, y en otros muchos más lugares de la Mancha, es gracias a Cervantes y su uso como protagonista en esta aventura con don Quijote. Y, también, a la visión como promoción turística cervantina que en la década de los años cincuenta del pasado siglo tuvo su alcalde y poeta José González Lara, influido a su vez por la figura del poeta chileno Carlos Sander Álvarez, por entonces cónsul de Chile en Madrid. Dibujo del chileno Pedro Olmos Carlos Sander visitó la Mancha buscando el espíritu del Quijote. Llegó a Campo de Criptana, sintió allí la sombra del hidalgo manchego y nació la idea, junto con su alcalde y de Francisco Graneros, uno de sus vecinos campesinos más ancianos, de restaurar y levantar de nuevo muchos de los molinos de viento que había en la Sierra. Ruinas de un molino de viento de Campo de Criptana. Fotografía de Luis M. Román Francisco Graneros, de más de noventa años, le contaba a Sander, mientras paseaban entre las ruinas de los molinos: «recuerdo a Campo de Criptana con veinticinco molinos y siendo niño vi los treinta y cuatro molinos que tuvo originalmente este pueblo». Graneros era un lector crítico del Quijote. Como conocedor de primera mano de los molinos y sus molineros, de las costumbres y usos manchegos, también le explicó a Sander el significado que según él Cervantes quiso dar a «es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra», cuando don Quijote justificaba su combate contra aquellos «treinta o pocos más desaforados gigantes». Así anota Carlos Sander en su libro En busca del Quijote, lo que Graneros le contó sobre una demanda que conocía en tiempo de la escritura del Quijote: Un documento de entonces, de Campo de Criptana, relata la queja de una mujer al alcalde por la maquila, que de una fanega de trigo le había hecho el molinero, y llamando el alcalde al molinero le pregunta: ¿Qué es lo que usted maquila? Le contesta: «la costumbre»; le vuelve a preguntar: ¿Qué es la costumbre? Y le dice: «lo de siempre»; y, ¿qué es lo de siempre? Y le responde, «pues lo que maquilan todos»; como se ve, no aclara lo que maquiló, y entonces el alcalde le castiga con que devuelva a la mujer una fanega de trigo de buena clase y que en lo sucesivo no «abuse». Después de esto, ¿cómo no iba a ser justo quitar de la faz de la tierra tan mala simiente? El número de molinos descritos de «treinta o cuarenta» y algo más preciso de «treinta o pocos más» coincide con el número concreto de molinos de Campo de Criptana, y lógicamente de molineros. Al no estar todos los molinos en un mismo paraje, y por tanto no poder contarlos en un simple viaje o paso por la villa molinera desde un camino cercano, me hace pensar que Cervantes conoció en primera persona esta gran industria molinera. También conocería los abusos de los molineros, quienes en su gran mayoría no disponían de los aranceles o tablillas con la maquila a cobrar, que debían de estar colgados en la entrada de sus molinos, como tampoco contaban con las medidas reglamentarias. ¿Qué relación pudo tener Cervantes con los molinos de viento y sus molineros de Campo de Criptana? Hoy no se dispone, no se puede afirmar que no exista, documento alguno que dé respuesta a esta pregunta. Lo que sí parece es que Graneros tenía razón en su comentario al texto cervantino, en la intención de Cervantes de criticar irónicamente a los molineros de Campo de Criptana. Pero al no hacerlo explícitamente, sino implícitamente con el comportamiento fuera de juicio de don Quijote, sus lectores sí lo leyeron entre líneas, sin que sus censores lo tacharan previamente. Dibujo del chileno Pedro Olmos Hay que tener en cuenta que muchos de los molinos de viento de Campo de Criptana a principios del siglo XVII eran propiedad de vecinos de Alcázar de San Juan, quienes los habían construido o comprado, y los tenían alquilados a sus molineros por una renta anual. Un colectivo de «treinta o pocos más desaforados gigantes» con los que era inútil combatir. Algo parecido nos cuenta Pedro A. Porras, en Los Molinos de Viento en la Mancha Santiaguista,que pasó en la villa vecina de El Toboso, en 1609, entre la escritura de los dos Quijotes. El gobernador del Partido de Ocaña encarga a su alguacil, que en compañía de un escribano, vaya a El Toboso y compruebe si los molinos de viento tienen aranceles sobre la cuantía de la maquila a cobrar en las moliendas. Acompañados ambos del alguacil de la villa de El Toboso visitan todos sus molinos de viento el día 8 de enero de 1609. Ninguno de los catorce molinos de viento contaba con la tablilla indicativa en el molino. Todos los propietarios fueron denunciados al gobernador. Ya habían sido apercibidos en visitas anteriores de la obligatoriedad de disponer de arancel visible y ninguno lo había cumplido, según el alguacil. Se les informa inmediatamente de la denuncia y se les da un día para realizar sus alegaciones. Algunos de ellos alegan que no disponían de los aranceles «porque siempre se an cobrado como se an convenido los dueños del trigo que se lleva a moler con los dueños e molineros de los dichos molinos, …ni es factible lo contrario, ni se puede poner otra administración en los dichos molinos, e por no ser considerable los aranceles que se pretenden ni factible el tenellos, los señores governadores antecessores de v.m. e justicias ordinarias desta villa xamás los an puesto los dichos aranceles ni hecho cargo dellos, como es muy notorio…» Juan de Olías, uno de los molineros toboseños interrogados, el más viejo de todos ellos con setenta años, declaró también que «en los cuarenta años que recordaba y había tratado en los molinos no había habido aranceles. Los visitadores solo requerían los medios celemines» Niega que antes se les hubiese requerido las tablillas. Vamos, que en su defensa argumentaban que desde que se instalaron los primeros molinos en El Toboso han cobrado la maquila que ellos “convenían” directamente con el agricultor, sin tablilla de precios, y que lo han hecho porque «los señores gobernadores antecesores» no los había prevenido de lo contrario. En este caso los propietarios de los molinos de viento sí fueron condenados a una multa, pero después de muchos meses de litigio, aunque mucho me temo que siguieron sin poner el arancel en la puerta del molino cobrando arbitrariamente lo que estipulaban entre ellos. Cervantes utiliza en esta aventura un escenario real que conoce perfectamente él y sus coetáneos, con «treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo», transformados en la ficción en «treinta o pocos más desaforados gigantes», solo en la mente de don Quijote. Una aventura que pone de manifiesto la valentía de don Quijote que cree que se está enfrentando a gigantes que asolaban aquellas villas. No duda el Caballero de la Triste Figura en hacerlo, aún sabiendo del gran desequilibrio de fuerzas en el compromiso. Sabe que es su deber como caballero andante y lo cumple sin vacilar, aún desoyendo las voces de su escudero de que no lo hiciese. En esta aventura, Cervantes implícitamente denuncia la desmesurada maquila que corporativamente han fijado los treinta y cuatro molineros a los labradores que se acercan a las puertas de los molinos. Saben que aceptaran la cantidad de maquila antes que tener que desplazarse muchos kilómetros a moler a los muy buenos molinos hidráulicos del prior sanjuanista, hasta a setenta kilómetros de la villa. Utiliza para describir a los molineros el calificativo de «desaforados». Si bien hoy desaforado es una palabra de poco o ningún uso, y el que se le da es de grande o desmedido, en tiempo de Cervantes se decía desaforado de quien «procede contra la ley, el que acomete algún hecho sin consideración ni reportamiento», según anotaba en su diccionario Covarrubias en 1611, o en el de Autoridades aún más claro a «el que obra sin reparo, ley ni fuero, atropellando por todo». Exactamente lo que los molineros estaban haciendo con sus cobros desmesurados, contra la ley. Cervantes, sabe que son muchos los propietarios de estos molinos, algunos muy poderosos, los que integran este cártel de la molienda, y subliminalmente lo denuncia para quien lo quiera leer, aunque sería de dominio público. Como don Quijote, también cumple con su deber, pero con retranca manchega. Sin duda alguna, por estas tierras se entendió su denuncia nada más leer este inicio del capítulo VIII. ¡Ni gigantes ni gigantas, desaforados molineros y molineras!, soltarían entre risas sus primeros lectores manchegos. Si el gobernador del partido de Ocaña instó a visitar los molinos de viento de El Toboso en 1609, dando como resultado que ninguno tenía aranceles en sus puertas, me surgen unas preguntas: -Si la fecha de la inspección es en enero de 1609, ¿tuvo esta que ver con la lectura del primer Quijote, puesto a la venta en 1605? -Y, quizás la más importante, ¿por qué no lo hizo en la vecina villa de Campo de Criptana, con más del doble de molinos de viento que en El Toboso, que también dependía de su gobernación? ¿Pudo influir en su decisión que muchos de los molinos de viento de Campo de Criptana fuesen propiedad de vecinos sanjuanistas de Alcázar de San Juan, algunos muy poderosos e influyentes? ¿Son estos los desaforados gigantes? En definitiva, en este capítulo hay implícitamente una crítica social sobre abusos en las moliendas convertida, por el ingenio de Cervantes, en una aventura de ficción. Y, como todo el Quijote, enmarcada en un espacio geográfico real reconocible, y hoy visitable. De sus primeros lectores, unos se partirían de risa con la actitud de nuestro hidalgo y el desenlace cómico de imaginar a don Quijote y a Rocinante volar por los aires y quedar despaldados contra el suelo. Otros, en cambio, sí reconocerían la denuncia valiente de Cervantes contra los desaforados molineros. Les invito a leer este capítulo desde una perspectiva geográfica física, humana y social. Lejos de ver en don Quijote una actitud fuera de juicio, a veces tildada por muchos autores cervantinos de ridícula y extravagante, traten de ver en el hidalgo manchego su compromiso con la nueva vida que ha decido llevar libremente: ayudar a quienes más lo necesitan sin esperar nada a cambio. Esta actitud del hidalgo manchego no es rancia o antigua, sino actual. A principios del siglo XVII había muchos abusos que acometer y denunciar, igual que ocurre hoy en nuestra «sociedad desarrollada» actual. Hoy calificamos de quijote a quien «antepone sus ideales a su conveniencia y obra de forma desinteresada y comprometida en defensa de causas que considera justas», también, de forma algo despectiva, a quién tiene un exceso de ingenuidad ante su esfuerzo considerado como inútil. Sin embargo, se necesitan hoy muchos de estos quijotes, quizás más que nunca. Solo hay que leer los periódicos o los informativos de cualquier televisión libre para darnos cuenta de la necesidad de estos locos tan cuerdos, como don Quijote, para deshacer tantos agravios y entuertos que desaforados sin escrúpulos, sin otro interés que el suyo propio o a quienes representan, avasallan y someten a los más débiles. Por esto es un clásico el Quijote, porque sigue siendo actual. El ser humano sigue teniendo las mismas virtudes y vicios que conoció Cervantes durante toda su vida. Si solo fuese una crítica a los libros de caballerías, como muchos defienden, no estaría en ninguna librería actual. Sierra de los molinos de Campo de Criptana. Fotografía de Luis M. Román Decía, que hoy es posible reconocer en muchos cerros de esta parte de la comarca cervantina del Quijote estos ingenios que inmortalizó Cervantes. Gracias a la visión y esfuerzo de muchas personas comprometidas con su reconstrucción y mantenimiento podemos hoy contemplar a estos gigantes, incluso alguno siguiendo moliendo grano. Mecanismo de un molino de viento de Alcázar de San Juan. Fotografía de Luis M. Román Esta parte de la Mancha se encuentra a muy pocas horas de muchas regiones de España. Las incómodas ventas y mesones que conoció Cervantes hoy son hoteles y restaurantes donde escaparse un fin de semana quijotesco. Estamos en invierno, y en los cerros manchegos el aire intensifica el frío, hay que subir abrigados, pero después de admirar estos imponentes artefactos eólicos se puede continuar la ruta hacia lugares en los que las sombras de don Quijote y Sancho Panza son posible reconocerlas, si se cree en hadas, como decía Carlos Sander. Si estas sombras no son reconocibles, no importa, en un próximo viaje, después de leer o releer el Quijote lo serán. Pero sí lo serán un buen plato de migas, de gachas, de duelos y quebrantos o de queso manchego. Sin olvidar embaular estas delicias con un vino de la Mancha, porque como decía don Quijote «el trabajo y peso de las armas no se puede llevar sin el gobierno de las tripas». Luis Miguel Román Alhambra
Presentado el proyecto cultural «Quijote universal manuscrito en Internet» Fecha de Publicación: 01/12/2023 . La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha presentado su proyecto “Quijote universal manuscrito en Internet” con el que pretende completar el primer Quijote disponible en la red y manuscrito en colaboración con amanuenses de todo el mundo Cerca de diez mil personas podrán tomar parte de este ambicioso proyecto cultural que pondrá a Alcázar de San Juan en el centro del mapa cervantino mundial Alcázar de San Juan, 01-12-2023.- El jueves 30 de noviembre se presentaba en la Casa Museo del Hidalgo, el proyecto denominado “El Quijote universal manuscrito en internet” a cargo de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, tomando una idea original del socio Antonio Leal Jiménez, ampliada al ámbito universal y digital. A este efecto, la SCA ha creado un portal web universoquijote.com (desarrollado por la empresa Aplicaciones Tecnológicas Alcázar) que permite a todas las personas que soliciten su participación, la asignación al azar de un fragmento del Quijote (de no más de tres o cuatro líneas), que deben manuscribir trasladándolo con su propia letra lo más legible posible, y enviar a la web, bien escaneándolo, bien fotografiándolo con su teléfono móvil, para así configurar entre todos un gran Quijote manuscrito que estará permanentemente a disposición en Internet para su lectura y consulta. Unas 10.000 personas tendrán la oportunidad única de tomar parte de este proyecto que unirá amanuenses de toda clase, condición, país o edad, y que conformarán el primer Quijote manuscrito en Internet de la historia. Este ambicioso proyecto cultural desarrollado por la Sociedad Cervantino de Alcázar de San Juan, concebido como una de sus actividades con el objetivo de conseguir la lectura y difusión de las obras de Cervantes y en especial del Quijote (uno de sus objetivos fundacionales), permitirá que muchas personas relean el Quijote o quizás se aproximen por primera vez a su lectura, cuando tal vez deseen leer el capítulo completo (y por extensión toda la novela) del texto que el azar ha designado que escriban. A lo largo del evento, se proyectaron los vídeos enviados por las personas que apoyan esta iniciativa, tanto la Red de Ciudades Cervantinas en la persona de su director José Manuel Lucía Megías, como la Asociación Internacional de Cervantistas por medio de Ruth Fine (presidenta), Alicia Villar Lecumberri (vicepresidenta), Randi Lise Davenport (vocal), Santiago López Navia (vocal), Julia D’Onofrio (vocal) e Isabel Lozano Renieblas (presidenta de honor), que se han sumado a este proyecto. En el acto de presentación en la Casa Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan además de Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina, estuvieron presentes autoridades del ayuntamiento de Alcázar de San Juan, insistiendo todos en la importancia de convocar a su participación por personas de todo el mundo. VÍDEO COMPLETO EN YOUTUBE https://youtu.be/OtORSTyCIEQ https://youtu.be/L5ZSplVPlCw VÍDEO CON INSTRUCCIONES PARA ENVIAR TEXTO https://youtu.be/Ys76GXZGnS4 ¡Suscríbete al canal! Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Presentación del «Quijote manuscrito universal en internet» Fecha de Publicación: 27/11/2023 . Jueves 30 de noviembre a las 19:30 en Museo Casa del Hidalgo de Alcázar de San Juan . Anunciamos que tras unos meses de trabajo y planificación, el próximo jueves 30 de noviembre, a partir de las 19:30 horas en la Casa Museo del Hidalgo de Alcázar de San Juan, presentaremos el “Quijote Manuscrito Universal en Internet” a los medios de comunicación y a cuantas personas deseen acercarse a conocerlo de primera mano. Es un proyecto de alcance mundial que viene avalado por la Red de Ciudades Cervantinas y la Asociación Internacional de Cervantistas, y en él podrán participar todas las personas que quieran manuscribir un pequeño fragmento del Quijote -en idioma castellano-. Está abierto ala participación de ciudadanos de todo el mundo, a través de una plataforma web creada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y que servirá para poner de nuevo en el corazón del mapa cervantino mundial a nuestra ciudad y a toda la Mancha. En el acto, con entrada libre, se ofrecerán más detalles de como tomar parte en el proyecto y del resultado que se pretende obtener. También será transmitido en el perfil de Facebook de la Sociedad: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 Juan Bautista Mata Peñuela. Presidente
Bienes del prior en el Guadiana Alto en 1578 Fecha de Publicación: 27/11/2023 Félix Patiño Galán https://orcid.org/0000-0003-4171-5419 En 1578 se realiza un apeo de los bienes, derechos y regalías pertenecientes a la dignidad prioral en el partido de León. Un documento[1] de 23 folios que duerme en el Archivo de Palacio Real detalla estos inmuebles e impuestos. Basándonos en su lectura y análisis, que ha facilitado un eficiente escribano del siglo XVIII, recorreremos el curso del Guadiana Alto perteneciente entonces al priorato de san Juan. Seguiremos los pasos de los apeadores, elegidos de entre los vecinos con más honradez, experiencia y conocimiento de sus términos. Este trabajo lo dedicaremos a identificar los bienes del prior que se detallan a lo largo del curso del río Guadiana perteneciente al partido del priorato del León. Esto es una vista parcial del término de Alcázar (Villacentenos y Cervera) y del término de Argamasilla. Ejecución del apeo de 1578 La primera mención es para Villacentenos, de la que se dice “que está en el término de esta dicha villa de Alcázar” (apeo, folio 3r), los bienes señalados como propios del prior son: La renta de la sosa de Villacentenos La serna de Villacentenos, “de la cual lleva renta y diezmo enteros”.[2] Más adelante, siempre siguiendo el río, nos encontramos con el núcleo de Cervera en el que identificamos los siguientes bienes: La dehesa de Cervera de la que cuentan (…) comienza desde un mojón de piedra que está hincado junto al camino de Cervera y desde allí la mojonera adelanta hasta otro mojón bermejo que está cerca de la huerta de herederos de Diego Díaz de Tembleque es a por junto a la dicha huerta e pasa el río e llega al mojón de la dehesa nueva, a una mata que está camino de los aldeanos y vuelve por el mismo camino hasta llegar a las casas de Palacio de Cervera y desde allí baja hacia el río y pasa el río por el vado, y desde allí viene hacia Alcázar por el dicho camino de Cervera hasta el mojón primero que está declarado en la cual hay alameda que es todo de su Dignidad y que la dicha dehesa es cerrada que no puede ningún ganado entrar a pacer en ella sin licencia de su Señoría y esto es público y notorio y que el diezmo entero de pan e legumbres que en la dicha dehesa se coge pertenece enteramente a su Dignidad (…)[3] La serna de Cervera (…) que está a mano izquierda de dicha camino que va a Cervera de Alcázar (…) vuelve el caz abajo hasta el mojón del castillo y desde allí al álamo que está en el rincón de la huerta de Cervera (…) la renta y diezmo entero es de su Señoría y de su Dignidad.[4] Las casas del palacio de Cervera arriba del molino con el mismo nombre. La huerta de árboles y hortalizas de Cervera. Rodeada por una alameda y el caz del río Guadiana. También con la renta y el diezmo entero. Una tierra en la laguna Hondonera, bajo el molino de Cervera. De 5 fanegas que atraviesa el Guadiana. Una tierra bajo el molino de Cervera de “seis o siete fanegas de cebada de sembradura” Otra tierra detrás de las casas del palacio de Cervera de 3 fanegas de cebada de sembradura. Distribución de las propiedades del prior según el apeo de 1578. No constan las distancias ni la ribera del río Ahora, sigamos el cauce del Guadiana río arriba. Sin salir del término de Alcázar encontramos cuatro molinos: 1.- El molino de Cervera con una piedra corriente y moliente. 2.- El molino del Tejado un poco más arriba y también con una piedra. Junto a él hay una huerta aneja de 1 fanega de cebada. 3.- Algo más arriba, el molino de Mingomartín, con una piedra en perfecto estado y una huerta de 1 fanega de cebada. 4.- Los molinos del Cuervo. Con dos casas, cada una con su piedra. Otra casa un poco más arriba que hace del almacén y una huerta de 1,5 fanegas de cebada. Pasamos al término de Argamasilla de Alba. Vamos describir, según el apeo, los bienes del prior y derechos del prior en este pueblo. Las escribanías públicas “que las arrienda y cobra la renta por su contador e recaudadores, e otras veces nombra escribanos” (Apeo, folio 19 v) La tercia “donde hay cámaras e paneras donde se recoge el pan del diezmo (…) frontero del pozo de la tercia y las calles Reales” (folio 19 v) Los derechos de portazgo, humazga y martiniega. El diezmo del tercio de candeal, cebada, centeno y avena “de todos estos panes se deben diezmo entero de diez una sin deber tercio ni otro derecho” (folio 19 v) El diezmo del vino “enteramente como el diezmo del Pan, como dicho tiene” (folio 20 r) El diezmo entero de cordero, queso y lana. El diezmo de huertas y huertos. Éste lo ha cedido el prior al prior de la iglesia de Argamasilla. El diezmo de mozos y de muletos, vacas, borricos y potricos y otras legumbres que llamaban minucias. El diezmo de avena y azafrán en pleito entre los priores de la orden y de la iglesia de Argamasilla. Derecho de mostrencos[5] que el prior tiene cedido al alcaide de Peñarroya. La fortaleza, dehesa, monte hueco y vega del castillo de Peñarroya. Una huerta de 7 fanegas de cebada junto al batán de Santa María. La dehesa de Moraleja. Una haza de 6 fanegas de trigo. Otra haza de 3 fanegas de cebada. La caza y pesca de las lagunas que hay desde el Val de Mojones hasta la dehesa de la Moraleja. La caza de todo el término de Peñarroya. Todas las aguas que hay en el término de Argamasilla de alba (…) manantiales e corrientes que no puede nadie sacar agua ni aprovecharse sin licencia de su Señoría, y especialmente del río de Guadiana que es de su Señoría y en el dicho río no puede tener aprovechamiento ningún vecino ni forastero más de abrevar en los abrevaderos señalados y sacar agua a brazo e no otra cosa y esto del caz.[6] Distribución de las propiedades del prior según el apeo de 1578. No constan las distancias ni la ribera del río De nuevo, sigamos el Guadiana en dirección a Ruidera: 5.- Molino de la Membrilleja con una piedra corriente y moliente, casa y una tierra de 1 fanega de cebada a ambos lados del caz. 6.- Molino de Santa María de dos piedras, una casa con cámara y caballeriza y un solar en el entorno de la casa. 7.- Batán de Santa María con una casa de teja nueva. 8.- Batán del Espino una casa de teja. 9.- Molino de la Parra (media legua más allá), en construcción, con tres piedras a la par y una casa “en estado de cubrirse”. 10.- El castillo de Peñarroya con dehesa, monte hueco y vega prado de caballos. 11.- Batán de los Nuevos con una casa de teja. 11.- Molino de los Nuevos con cuatro piedras agrupadas en parejas, cada una en una casa, y la casa de la “camareta” donde se encierran las maquilas. 12.- Batán de la Zarza más una casa de teja. Está en la dehesa de la Moraleja. 13.- Batán de la Isla y una casa de teja. 14.- Molino de Miravetes con cuatro piedras, agrupadas “en dos casas, en cada cuerpo de casa dos piedras molientes e corrientes y otra casa desviada de los dichos molinos adonde se encierra el pan” (Apeo, f. 21r) 15.- Una casa caída. Distribución de las propiedades del prior según el apeo de 1578. No constan las distancias ni la ribera del río CONCLUSIONES Junto a los molinos solemos encontrar una casa que es fácil adjudicar a la vivienda del molinero y su familia y a almacén de grano y harina. Los huertos adyacentes daban autonomía a estas familias que tienen que vivir gran parte del año apartados de sus pueblos. Las hortalizas regadas con agua del río eran una fuente segura de alimentos. Constatamos la abundancia de agua a lo largo del curso del Guadiana Alto, 9 molinos y 5 batanes nos hacen pensar en un río con aguas corrientes que son capaces de mover este conjunto de piedras y mazas. Seguro que el clima del último cuarto del XVI fue benigno en lluvias. Todos los molinos se detallan en perfecto estado. Sus piedras, de una a cuatro son “corrientes y molientes” en todos los casos con la excepción del molino de la Parra que está en construcción. Sólo algunas casas necesitan reparaciones. Según subimos en el cauce del río, más piedras tienen los molinos y encontramos los batanes en el término de Argamasilla. Parece que la fuerza del agua es mayor en el curso del río más próximo a las lagunas de Ruidera. Estamos en territorio de una orden militar, esto no es óbice para que encontremos una gran relación de derechos señoriales de tipo feudal como la propiedad de la caza, la pesca y el agua corriente. Según lo explicado por Marcial Morales Sánchez-Tembleque en la página 404 de su tesis, de los diezmos recogidos, correspondían en general al Gran Prior los dos tercios y el tercio restante o terzuelo, era para la dignidad arzobispal. Sin embargo el prior percibía el diezmo entero de las huertas, sernas, hazas, dehesas propiedad de la Orden y de los términos de Turleque y Argamasilla de Alba. Este apeo así lo detalla en los casos de la serna de Villacentenos, la dehesa, la serna y la huerta de Cervera, de los diezmos de grano, vino, corderos, dehesas y huertas de Argamasilla. Es un detalle interesante comprobar que el diezmo de huertas y huertos de Argamasilla de Alba, lo tiene cedido el Prior de la Orden al prior párroco de esta localidad y al mismo tiempo, ambos pleitean por los diezmos locales de avena y azafrán. BIBLIOGRAFÍA VELA SANTAMARÍA, Francisco Javier (2009): “Agua e industria en la segunda mitad del siglo XVI. Los molinos harineros de la meseta sur”. Investigaciones Históricas 29. PP 11-40. Universidad de Valladolid. MORALES SÁNCHEZ TEMBLEQUE, Marcial. La Orden de San Juan de Jerusalén. Los prioratos de San Juan en la Mancha (siglos XVI y XVII). Tesis de Doctorado. Facultad de Letras. Departamento de Historia. UCLM. RUIZ GÓMEZ, Francisco; MOLERO GARCÍA, Jesús. Coordinadores (2010): La Orden de San Juan en tiempos del Quijote. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. RUIZ GÓMEZ, Francisco; MOLERO GARCÍA, Jesús. Coordinadores (2009): La Orden de San Juan entre el Mediterráneo y la Mancha. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. HERVÁS HERRERA, Miguel Ángel (2011). “Molinos hidráulicos harineros de ribera en el Alto Guadiana. De los Ojos de Villarrubia a El Emperador”. Tierra de Cultura. Argamasilla de Alba y el Alto Guadiana Mancha. I Curso de Historia. (pp 7-30) Tomelloso. Ed. Soubriet. MELERO CABAÑAS, Domingo (2014) Ciudad Real, tierra de molinos de agua. Volumen I. Diputación Provincial de Ciudad Real. Ciudad Real. NOTAS: [1] Archivo de Palacio Real. Infante don Gabriel. Secretaría 760. Apeo de los bienes, rentas, derechos y regalías pertenecientes a la dignidad prioral en el partido de León; practicado en 1578. [2] Rentas y diezmos enteros se consideran impuestos que recoge el prior para sus arcas, sin tener que apartar el tercio para la dignidad eclesiástica. [3] Apeo. Folio 6v. [4] Ídem, folios 6v y 7r. [5] Muebles, inmuebles y ganados que carecen de dueño reconocido y pasan a ser propiedad del Gran Prior. [6] Apeo, folio 22v.
En la Navidad, entre todos, haremos felices a muchos niños con la sexta campaña de recogida de libros “Ningún niño/a sin imaginación” Fecha de Publicación: 14/11/2023 . En apenas unas semanas llegará la Navidad y desde la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan volvemos a apelar a la solidaridad de todos los alcazareños para conseguir libros usados para los niños que menos recursos tienen Alcázar de San Juan, 15-11-2023.- La campaña de recogida de libros infantiles y juveniles “Ningún niño/a sin imaginación” alcanza ya su sexta edición con el objetivo de conseguir el mayor número de volúmenes de forma que ningún niño se quede sin desarrollar su imaginación por medio de la lectura en esta Navidad, por muy limitado que se encuentre su presupuesto familiar o por desfavorables que sean sus condiciones económicas. A lo largo de 2023 los precios han seguido subiendo, sobre todo los de muchos productos básicos, que han hecho que las familias recorten drásticamente sus gastos en alimentación y destinen cada vez menos a libros e incluso a materiales escolares y se vayan apañando con lo justo. Con la campaña “Esta Navidad ningún niño/a sin imaginación” nos movilizamos un año más para recoger el mayor número posible de libros infantiles y juveniles, que, aunque ya hayan sido leídos en algunos hogares, su donación permite que alarguen su vida útil yendo a parar a las manos de otros niños que tienen más difícil el disfrute de este material. Todos debemos estar empeñados en evitar que la imaginación de estos niños no se desarrolle adecuadamente por falta de lectura. Los días 21, 23, y 28 de noviembre, junto a los días 5 y 12 de diciembre (último día), se ha habilitado la sala 7 del Centro Cívico en la plaza de España de Alcázar de San Juan, en horario de horario de 19:00 a 20:00 horas para la recepción de libros infantiles y juveniles, usados, pero en buen estado, que sirvan para que otros niños puedan disfrutar del placer de la lectura. Nuestro socio Enrique Lubián, será el encargado de acoger todos los libros que podáis aportar a esta campaña, permaneciendo a vuestra disposición en el Centro Cívico en el horario anunciado. Apelamos a vuestra generosidad y no dudamos que también este año haremos una magnífica recogida. Los libros que aporten los donantes, se entregarán a la Asociación Cultural y Social “El Sosiego” (asociación que lleva ya varios años poniendo en práctica su campaña solidaria de recogida de juguetes), al objeto de que estos libros puedan formar parte de los lotes de juguetes a entregar a las familias más necesitadas de nuestra ciudad. Recordamos los días de recogida en la Sala 7 del Centro Cívico, en horario de 19:00 a 20:00: Noviembre: martes 21, jueves 23 y martes 28. Diciembre: martes 5 y martes 12 (último día). Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Un público muy participativo disfrutó este domingo en Alcázar de la Ruta Cervantina Fecha de Publicación: 12/11/2023 Con esta ruta se cerraban las X Jornadas Jornadas de Vino y Bautismo Qervantino que se iniciaron el pasado 2 de noviembre y que han abarcado multitud de actividades culturales en Alcázar de San Juan Alcázar de San Juan, 12 de noviembre de 2023.- Un numeroso público que ha desafiado a la lluviosa mañana de domingo, asistió a la Ruta Cervantina (nuevamente coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar), para conocer la fuerte vinculación de la ciudad con Miguel de Cervantes y con el Quijote. Puntualmente a las 12:00 se reunían los asistentes en la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, desde donde comenzaron a conocer características y curiosidades sobre la escritura del Quijote y su edición, así como lo que supuso para las letras españolas. También sobre la tradición cervantina alcazareña, ciudad que cambió su nombre oficial por el de “Alcázar de Cervantes” durante algunos años de la Segunda República Española en el siglo XX, siendo identificada así en toda documentación oficial correspondiente a este periodo. Seguidamente, los participantes en la ruta continuación, los asistentes se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde tuvieron ocasión de conocer -a través de las explicaciones de Luis Miguel Román-, la historia que encierra el Quijote Cósmico, busto que Eulalio Ferrer, santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México, regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat: «Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad». Precisamente en el pasado mes de julio se ha cumplido el trigésimo aniversario de su instalación. En este lugar, Luis Miguel Román contó a los presentes que la gran afición al Quijote y al coleccionismo de todo tipo de iconografía cervantina y quijotesca le vino a Eulalio Ferrer por la adquisición de una edición barata del Quijote (mediante su intercambio por tabaco) el 7 de febrero de 1939 en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer y que le marcaría para toda la vida: «Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajoso para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote». (pág. 60, “Entre alambradas”. Eulalio Ferrer). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy. Los asistentes se encaminaron por la calle San Antonio, pasando frente al Callejón del Toro, e hicieron una breve parada en la esquina con la calle San Juan, justo en el lugar en el que Manuel Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutierre Quijada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes y refiriéndose a Gutiérrez Quijada, dice don Quijote: «de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón». También explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes» tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano. Son unas coincidencias tan notables con lo escrito por Cervantes en el Quijote, que merecen ser resaltadas. En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales), persona que fue la que puso al corriente a Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. La ruta finalizó en esta misma plaza dando un repaso al resto de los lugares del recorrido, como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando a conocer a los presentes los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que son un patrimonio único en España, en os que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico. Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, recientemente remodeladas, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. Se comentó la curiosidad recientemente conocida por los asistentes a la conferencia del historiador Ángel Calamardo (celebrada hace unos días), en la que en una intervención del entonces alcalde José Eugenio Castellanos, explicó el motivo por el que ubicaron las estatuas de forma diferente a como las situó el escultor y es porque tras consulta del alcalde con investigadores cervantistas locales, le aseguraron que el escudero debe ir siempre guardando el flanco donde se encuentre el escudo de su señor. En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradecieron al público el enorme interés demostrado en todo el recorrido y la alta participación en las explicaciones facilitadas en la ruta, y animaron a los presentes a que lean y relean esta gran obra de humanidades que es el Quijote, especialmente la versión de su web https://cervantesalcazar.com/web/pdf/QUIJOTE_SC_Alcazar.pdf Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La imagen del lugar de don Quijote en el Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 09/11/2023 Dentro de las X Jornadas de Vino y Bautismo Qervantino, que vincula el vino con la tradición cervantina alcazareña, la clase del IV Taller de Historia Local del día 8 de noviembre se incluyó en su programa con acceso libre. El lugar elegido ha sido la antigua Fonda de la Estación de Ferrocarril, un espacio en el que es posible ver el Quijote en los cientos de azulejos que la decoran, como puede verse en el cartel anunciador, este año con imágenes del capítulo X de la primera parte. La ponencia la he presentado junto con mi amigo Constantino López. Si bien esta forma de presentación ya la teníamos decidida hacía tiempo, teniendo en cuenta su duración de dos horas, hoy la he estimado mucho más. Todos los lugares, sean grandes o pequeños, se caracterizan por tener una imagen física y social propia. El plano del lugar, sus edificios, los recursos públicos y el uso del suelo como continente físico, conforman el escenario urbano que condiciona la forma de vida de sus vecinos. Cervantes hace creíbles sus aventuras al humanizar a los personajes de su historia y situarlos en un territorio real, la Mancha. De la misma manera, al describir el lugar donde viven don Quijote y Sancho Panza nos muestra su imagen física y humana propia. Con esta forma de escribir, tan novedosa en su tiempo, retrata la imagen real del lugar de don Quijote en la novela, lo que hoy llamamos écfrasis, y sin nombrarlo lo hace creíble para sus lectores. Una imagen nítida de un lugar es capaz de generar símbolos útiles a los vecinos en sus desplazamientos y recuerdos legibles a los visitantes. La formación de esta imagen es un proceso bilateral entre el observador, que escoge la que más le gusta, y el propio lugar. Hoy, gracias a los sistemas de información geográfica y documentación descriptiva de todo tipo, es posible reconocer un lugar sin haber estado en él. A principios del s. XVII no era así, solo era posible recordarlo y describirlo con fidelidad, si se había estado en él. En Mi vecino Alonso (2010) y en Tras los pasos de Rocinante (2023), teniendo en cuenta todos los condicionantes o referencias geográficas que nos deja Cervantes en la obra, mediante un análisis inductivo he marcado en el mapa de la Mancha el lugar de don Quijote. Alcázar de San Juan es la localidad que más opciones tiene geográficamente para ser el lugar de don Quijote. Ahora, siguiendo un análisis deductivo teniendo en cuenta los aspectos físicos y humanos que encontramos en la novela, es preciso que Alcázar de San Juan cumpla con todas y cada una de las imágenes que del lugar de don Quijote nos deja el autor. Para certificar esto nos vamos a servir de documentos conservados en el Archivo Histórico Municipal de Alcázar de San Juan, especialmente entre los años de la escritura del Quijote. En especial, Cervantes nos dibuja el lugar de don Quijote en las cartas que se intercambian la duquesa y Sancho Panza con Teresa Panza, cuando Sancho es gobernador de la ínsula Barataria, en Aragón, en la segunda parte del Quijote. Puedo afirmar que ningún otro lugar de los que hoy se postulan como lugar de don Quijote, como por ejemplo Villanueva de los Infantes, Mota del Cuervo, Miguel Esteban o Esquivias, además de no cumplir con todas las condiciones o referencias geográficas, pueden documentar todas y cada una de las imágenes descritas por Cervantes del lugar de don Quijote, como sí lo puede hacer Alcázar de San Juan, y ahora veremos. Aldea o villa «En un lugar de la Mancha…» La primera descripción del lugar de don Quijote a tener en cuenta en este análisis es su título administrativo, que como veremos también tiene relación con dos imágenes del lugar. ¿Es el lugar de don Quijote una aldea o una villa manchega? Mucho se ha discutido sobre esto, que si lugar significa aldea o un pueblo pequeño, etc Defender que «lugar» es una aldea o un pueblo pequeño es desconocer el uso de esta palabra para definir un espacio local en tiempos de la escritura del Quijote, principios del s. XVII. Cobarruvias, en su diccionario editado en 1611, anota que: «Lugar significa muchas veces ciudad, o villa, o aldea…». Cualquier entidad local era un lugar según el contexto en el que se leía. Un ejemplo que nos servirá para entender mejor esto. Gerónimo de Quintana, en 1629, en su Historia de la villa de Madrid, una crónica de la villa y corte, anota: «El ser este un lugar tan antiguo habitado de gente noble… El rastro está a los confines del lugar a un lado de la puerta de Toledo». Madrid, la capital de la Monarquía Hispánica, es un lugar de Castilla. Y otro ejemplo más, este más cercano. Como veremos más adelante, a principios del siglo XVII, debido a la peste que asolaba a Andalucía y a buena parte de Castilla, el ayuntamiento de Alcázar de San Juan decide hacer una cerca de cal y canto dejando solo cuatro puertas de acceso y control a la villa. El título al margen que define tal acuerdo es «para que se cerque El lugar». Para que no le quede al lector duda alguna, al lector de principios del siglo XVII, Cervantes le aporta los datos suficientes del título del lugar de don Quijote, tan sencillos que no necesitaban de más explicación. En la carta que Teresa remite a Sancho, detallándole los últimos sucesos acaecidos en su pueblo, le dice que «un pintor de mala mano que llegó a este pueblo a pintar lo que saliese, mandole el concejo pintar las armas de Su Magestad sobre las puertas del Ayuntamiento…» (Q2, 52). Y Teresa termina su carta con: «La fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas». El lugar de don Quijote es una villa porque disponía de edificio de ayuntamiento y picota de justicia, recursos de los que una aldea, por pequeña o grande que fuese no podía disponer. Las aldeas son núcleos de unas pocas casas, a veces agrupadas alrededor de una pequeña plaza, que dependen administrativa y jurisdiccionalmente de una villa o ciudad cercana. No cuentan con un lugar donde reunirse sus alcaldes o regidores porque sencillamente no disponen de estos cargos. Todas las disputas o denuncias que surgen en la aldea tienen que trasladarse a la villa de la que dependen. Alcázar de San Juan era villa desde 1292. El rey Sancho IV le concede este título, además de ciertos privilegios, por haber dado a luz su mujer, María de Molina, entre los muros alcazareños a su hijo Fernando, el futuro rey Fernando IV de Castilla, tal y como se anota en el Fuero de Alcázar, manuscrito guardado en la BNE, redactado unos cuatro años más tarde: «Así pues, yo, Sancho, rey por la gracia de Dios, juntamente con mi mujer, la reina María, y el serenísimo Fernando, nuestro hijo, cuyo nacimiento dignificó a la predicha ciudad…» La carta de título y privilegios otorgada por el rey Sancho IV lamentablemente está desaparecida. Disponemos del contenido de ella gracias a un traslado notarial solicitado por la villa, el día 7 de enero de 1478, para poder presentarlo donde fuese necesario sin necesidad de llevar y traer la valiosa carta original, con los consiguientes riesgos de pérdida «por fuego o robo o agua o por otro qualquier caso fortuyto». Este traslado o acta notarial copia el texto de la carta original: Sepan cuantos esta carta vieren cómo nos don Sancho por la gracia de Dios rey de Castilla de Toledo de León de Galicia de Sevilla de Córdoba, de Murcia de Jaén y del Algarbe por hacer bien y merced a don Fernando Pérez Gran Comendador de lo que a la Orden de San Juan en España y a los frayles de esa misma Orden a los que ahora son y serán de aquí adelante, tenemos por bien y mandamos que se puedan hacer de la su aldea de Alcázar que es en Monte Aragón villa sobre sí y que haya seña y sello y mercado un día en la semana y que hayan aldeas las que el Gran Comendador les diere de la de su tierra y término… Dada en Burgos, veinte y tres de enero, era de mil y trescientos y treinta años * *Era antigua, corresponde en la actual al año 1292. El documento más antiguo que se conserva en el AHMASJ es la primera confirmación de este título de villa y privilegios otorgada por el ya rey Fernando IV de Castilla, el día 4 de agosto de 1300. Confirma la licencia a Fernando Pérez, todavía gran comendador de la Orden de San Juan, para convertir a su aldea de Alcázar, sita en Monte Aragón, a villa, concediéndole los atributos como tal: estandarte propio, sello y mercado semanal, disponer de término propio y las aldeas que se le asignen, que fueron Cervera y Villacentenos. Además, el rey Fernando IV, en este mismo documento les otorga la merced o privilegio de la pesca y el agua en su término: Sepan quantos esta carta vieren cómo yo don Fernando por la gracia de Dios rey de Castilla de León […] de Jaén del Algarbe e señor de Molina vi una carta de don Sancho mi padre que Dios perdone que me vinieron a mostrar el concejo de Alcázar de Consuegra escrito en esta manera… Et yo, con consejo e con otorgamiento de la […] el infante don Enrique, mi tío e tutor, otórgoles e confirmoles esta nuestra merced sobredicha, que el rey, myo padre, les hizo. Et otrosí otórgoles […] término e la merced e las pescas e las fuentes que el dicho gran comendador dio a esta villa sobredicha de la tierra de la Orden e todas las otras franquezas […] Et desto les mandé dar esta my carta sellada con myo sello de […] cuatro días de agosto, era de mil trescientos e treinta e ocho años * *1338 de la era antigua, corresponde al año 1300 de la actual. En tiempo de la escritura del Quijote, Alcázar de San Juan disponía de un edificio público que servía de ayuntamiento. Este edificio con forma de torre, se conocía como la Torre del ayuntamiento. En la publicación Notas históricas sobre Alcázar de San Juan y su Casino, editado por el Patronato Municipal de Cultura en 2010, María Soledad Salve Díaz-Miguel detalla los datos precisos de este edificio y su uso desde su compra en 1529 hasta su demolición en 1928. En las actas municipales del ayuntamiento de Alcázar de San Juan encontramos la descripción que el escribano hace del lugar de reunión de los alcaldes y regidores como la torre del ayuntamiento. Por ejemplo, este acuerdo por el que los alcaldes y regidores tienen que tomar decisiones por la falta de cosecha de trigo en 1604, unos meses antes de la publicación del primer Quijote, dice así: En la villa de Alcázar a catorce días del mes de agosto de mil y seiscientos y cuatro años los señores alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres estando juntos en la torre de su ayuntamiento a campana tañida como lo tienen de costumbre para tratar y conferir las cosas tocantes al bien público… Decía Teresa a Sancho: «La fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas». Una villa con justicia propia, como la de don Quijote, tenía una picota instalada en una de sus plazas, normalmente a la entrada por uno de sus caminos principales, dejando ver claramente a quienes se acercaban al lugar que delinquir en este lugar les podía salir muy caro. Así nos lo indica Miguel A. Maldonado en Rollos jurisdiccionales, horcas y picotas en la provincia de Ciudad Real: Las declaraciones de villazgo, que en la gran mayoría de los casos llevaban aparejadas la independencia administrativa de las poblaciones, están íntimamente ligadas al establecimiento de rollos jurisdiccionales y picotas en los lugares que alcanzaban dicha concesión… El nuevo estatuto que alcanzaba el municipio quedaba simbolizado por el alzamiento de un rollo o picota, monumento que proclamaba la existencia de justicia propia en el pueblo. La picota, aunque en sus orígenes era un poste de madera, en tiempo de Cervantes era una columna de piedra ajustada sobre cuatro o cinco gradas, también de piedra, instalada en una plaza o en la entrada de la villa donde se exponía a los ajusticiados y a los penados con escarnio público, sirviendo como advertencia para propios y forasteros. Las aldeas, entidades locales menores, dependían administrativa y judicialmente de una villa cercana. Excepcionalmente, en algunas aldeas grandes, «por merced de Su Majestad», podían disponer de oficios de justicia muy limitados en lo civil, pero de ningún modo en cosa criminal donde las sentencias podían llegar hasta la pena capital, siendo estas ejecutadas siempre en la picota. La columna de la picota estaba rematada con una cruz de hierro forjado incrustada en ella. Esta terminación en punta y metálica, junto con su instalación en las afueras de la villa las hacía propensas a atraer los rayos durante las tormentas, coincidiendo así con la descripción que hace Teresa de que «un rayo cayó en la picota». El responsable de mantener en buen estado la picota y ejecutar las penas impuestas por los jueces a los delincuentes era un verdugo. Las villas debían de contar con este tipo de funcionario público, que a veces era difícil de encontrar quien estaba dispuesto a ejercer este oficio y tenía los conocimientos. Habitualmente se contrataban a verdugos forasteros para evitar señalamientos y murmuraciones hacia sus familias cercanas. La existencia de picota, su uso y conservación en Alcázar de San Juan está documentada en los Libros de Actas y Acuerdos Municipales. En el mismo agosto de 1604, los alcaldes y regidores alcazareños reunidos en su ayuntamiento toman el acuerdo de contratar a un verdugo. El título del acuerdo que anota al margen su escribano dice «salario del verdugo y pendiente de casa»: Por cuanto, en esta villa hay necesidad de un verdugo, respecto de que muchos delitos que se cometen se dejan de averiguar en gran daño de los vecinos y del bien publico. Se han convenido con el Sñor gobernador y entre ellos an concertado a Pedro Gomez vecino de la ciudad de Guadalajara para que en esta villa haga el oficio de verdugo por el tiempo de un año… El contrato comienza el día 1 de septiembre de ese mismo año. El salario convenido es de nueve mil maravedís y una casa para vivienda. Acuerdan que de los nueve mil maravedís, seis mil lo pague el gobernador del prior y los tres mil restantes la villa. El alquiler de la casa para el verdugo la pagarían a medias, gobernador y villa. La fuente de la plaza En la misma frase de la carta de Teresa a Sancho, esta le comunica que durante su ausencia la fuente de la plaza se había secado. Así le dice: «La fuente de la plaza se secó, un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas» A principios del s. XVII el abastecimiento de agua en la villa de Alcázar se hacía por medio de los pozos que disponían en las casas y principalmente desde el pozo del Varcargado, situado en el camino a Murcia, a extramuros de la villa. Hasta allí iban las mujeres y los mozos a recoger agua en sus cántaros, y también los aguadores que transportaban el agua, también en cántaros, sobre borricos o en carritos cantareros, ofreciéndola por las calles de Alcázar. En esta parte de la Mancha, durante los meses de verano y especialmente en los periodos de sequía, el nivel freático de los pozos bajaba varios metros. En 1602, poco antes de la escritura del primer Quijote, el concejo de Alcázar de San Juan, ante la alarmante bajada del nivel freático del pozo del Valcargado, que llegaba a quedarse sin agua todos los días, toma la decisión de buscar más agua dulce en otros parajes cercanos a la villa, en la zona del pozo de Vallejo, como anota el escribano el 21 de julio en el acta de ese día: Este dicho día se acordó que atento la grande necesidad que en esta villa ay de agua dulce y que se acaba cada día la que ay en el pozo del Valcargado, se obre por un fontanero y zahorí en el pozo del Vallejo a donde parece ay cantidad de agua por si conviene descubrirla. Se encontró gran cantidad de agua en la zona marcada, por lo que se acordó realizar las obras necesarias para ampliar el pozo del Vallejo, «abriéndose una zanja de cincuenta varas de largo y tres de fondo». En esta parte de la Mancha, a principios del s. XVII, ningún lugar disponía de una fuente pública en su plaza, siendo, como hemos indicado antes, la forma habitual de abastecerse de agua dulce desde pozos públicos o privados. Para disponer de una fuente en la plaza era necesario contar con un buen colector de aguas y que este estuviera varios metros por encima del nivel de la plaza. En este colector se tenía que instalar un sistema de extracción del agua mediante norias contratando a personas para su manipulación, o adjudicar su explotación a un tercero. Para llevar desde aquí el agua se tenía que construir una canalización cerámica soterrada en sus calles hasta la pila de la fuente de la plaza. Alcázar de San Juan, entre la escritura de los dos Quijotes, construye una fuente pública en su plaza principal. Al estar desaparecido el segundo Libro de Actas y Acuerdos, de los años 1610 y 1615, se desconoce el acuerdo concreto y su fecha por el que se decide construir una canalización desde la zona de captación del agua del pozo Vallejo hasta la plaza, y las obras necesarias para construir una fuente de piedra con varios caños. Investigadores locales datan la construcción de la fuente en la plaza en 1612. El tercer Libro de Actas y Acuerdos, de 1616 a 1623, tiene desaparecidos los diecinueve primeros folios, comenzando en el folio 20 precisamente con un acuerdo sobre la «Fuente de la plaza». En octubre de 1616, de nuevo, ante la falta de agua en los meses de verano, también en la fuente de la plaza, se acordaba la contratación de las obras necesarias para una nueva ampliación de los dos pozos principales de captación de aguas con un pozo cercano, incluyendo su compra, dándole un plazo al concesionario de dos años para su terminación. Al ser el mismo concesionario que había realizado las obras de la fuente de la plaza le amplían la concesión del aprovechamiento del agua de doce a catorce años. En esta acta podemos leer: …que viese la disposición de los pozos y que se de la orden que conviniese y ara que se comenzase la dicha obra el cual aviendo visto los dichos pozos dijo convenir se abriesen y hiciesen dos contraminas de a cincuenta pies cada una para que oviese mas abundancia de agua. Y que se comprase el pozo de vende Alonso Moreno y ara juntar el agua de el con el pozo principal de el guerto de Montoya y dio el orden y firma como se habia de hacer la dicha obra para que quedase con toda perfección… Es muy significativo que la frase «La fuente de la plaza se secó…» aparezca en el segundo Quijote de 1615, y solo un año después encontremos al concejo de Alcázar de San Juan buscando más soluciones ante la falta de agua en los pozos que abastecen a la fuente de la plaza de Alcázar. La excepcionalidad de que Alcázar de San Juan contase de una fuente pública en la plaza, en esta parte de la Mancha, a principios del s. XVII, llegó incluso hasta pasado la mitad del s. XIX. Don José de Hosta, en su Crónica de la Provincia de Ciudad Real (1865), al describir el Partido judicial de Alcázar de San Juan, formado por Alcázar de San Juan, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Herencia, Pedro Muñoz, Puerto Lápice, Socuéllamos y Tomelloso, anota sobre el suministro de aguas en estos pueblos: «…surtiéndose por tanto las personas en general de los pozos, que no dejan de abundar; únicamente Alcázar tiene en la plaza una fuente regular». Las preciadas bellotas de sus montes Seguimos con la sustanciosa carta entre la duquesa y Teresa. Hoy en nuestros viajes, como en tiempos de Cervantes, nos traemos a casa recuerdos singulares de los lugares en los que hemos estado, o se los pedimos traer a nuestros conocidos en sus viajes. Es lo que hace la duquesa en la carta que envía a Teresa. Le pide que de su pueblo le envíe ¡bellotas!: «Dícenme que en ese lugar hay bellotas gordas: envíeme hasta dos docenas, que las estimaré en mucho por ser de su mano…» (Q2, 50). La duquesa quiere que Teresa le envíe un producto típico, representativo de su pueblo, sus bellotas. Sin duda alguna las bellotas, y las encinas que las producen, eran un recurso muy significativo en él, y por tanto una imagen más del lugar de don Quijote. La roturación de suelos para la agricultura en el término de Alcázar de San Juan ha hecho desaparecer casi por completo un recurso que en tiempos de Cervantes fue muy apreciado, fundamental para los gastos del Concejo: las bellotas de sus montes. Seguimos en tiempos de la escritura del Quijote y la peste asolaba buena parte de España. En 1601, con los ingresos recaudados por la venta de la bellota en sus tres montes públicos, se financió la construcción de una cerca alrededor de la villa para el control de paso de las personas a ella. Esta cerca de tapial de una longitud de unos doce mil pies castellanos, unos 3,5 km, cerraba la villa de Alcázar, que era la más grande de la comarca cervantina con una población de «dos mil vecinos», entre ocho y diez mil habitantes. El día 12 de julio de 1601 se pone al margen el título «Para que se cerque el lugar», y anota el escribano: … se ha acordado que esta villa se guarde, y por haber en ella muchos arrabales y calles que para se guardar de la dicha peste, como conviene, es necesario que se tapien y cierren y que no queden sino cuatro puertas por donde puedan entrar y salir los que vinieren con las demás de las partes que no estén apestadas, para que con más facilidad se pueda guardar. Y de causa de no tener esta villa propios, por estar empeñada, de causa de los pleitos que tienen pendientes en Corte de Su Majestad, y en la ciudad de Granada, acordaron y mandaron que se tome dinero prestado que para hacer la cerca y atajar las calles y portillo que es necesario cerrarse, como se acostumbra a atajar en semejantes ocasiones, de Juan Díaz Guerrero, depositario de los maravedís de la bellota… En el 1605, el mismo año de la publicación de la primera parte del Quijote, nuevamente el Concejo de Alcázar de San Juan hace uso de la venta de su preciada bellota de los montes públicos de Villacentenos y del Acebrón para poder pagar las deudas contraídas con el maestro cantero por las obras en la iglesia de Santa Quiteria, y otros gastos importantes de la villa: En la villa de Alcázar. A veinte y cuatro días del mes de septiembre de mil y seiscientos y cinco años, los señores Alcaldes y Regidores que abajo firmaron sus nombres, estando juntos para tratar y proveer las cosas convenientes a esta república, dijeron que por cuanto este Concejo y el mayordomo de la iglesia de Santa Quiteria están obligados a pagar a los herederos de Agustín de Arguello, maestro de cantería, vecino que fue de la villa de Madrid, mucha cantidad de maravedís que se le deben de la obra nueva y capilla mayor que hizo en la dicha iglesia… Por tanto acordaron se venda la bellota de la dehesa de Villacentenos y monte del Acebrón y se saque a pregón… En el acta de 17 de octubre de 1604, posiblemente imprimiéndose ya el primer Quijote, dada la gran cantidad de bellota que se disponía en sus montes públicos se acuerda dejar a los vecinos de Herencia a pasar al monte del Arenal a varear y recoger bellota por ser vísperas de san Lucas… Curiosamente, en este mismo folio acuerdan encargar a Pedro de Saavedra, vecino de esta villa, a que fuera a Granada a interesarse por unos pleitos de la villa, ya que Juan de Cervantes, regidor, quien tenía el decreto de ir hasta allí estaba enfermo. Estas y otras muchas referencias a la bellota en las actas del ayuntamiento de Alcázar de San Juan, ponen de manifiesto la gran importancia de la bellota como fuente de ingresos para la villa, imagen señalada en la carta de la duquesa a Teresa al pedirle bellotas de su pueblo. Lugar de paso de los soldados españoles A principios del siglo XVII, que una compañía de soldados pasara por una villa y decidiera alojase en ella varios días, o semanas, creaba un problema económico y social para ella. Obligadas las villas por ley a dar alojamiento y manutención, acarreaba un gasto enorme a las arcas del concejo, y mucho más para los vecinos más humildes que tenían que sufrir directamente la molestia de hospedarlos en sus propias casas. Socialmente ocasionaban no menos problemas, porque la llegada de una cierta cantidad de hombres, a veces muy ociosos, sobresaltaba la vida ordinaria de la villa. Y no eran pocos los hombres que integraban una compañía de soldados. Felipe II disponía que cada Tercio de sus ejércitos se compusiese de 3000 soldados, divididos en diez compañías. Al mando de cada una de estas compañías estaba un capitán, un alférez y varios sargentos. Aunque este número fue menguando conforme avanzaba el s. XVI, cuando Cervantes escribía el Quijote una compañía estaba formada por no menos de cien soldados y otros hombres con distintos oficios. Con este número de hombres, solo las villas medianas o grandes disponían de los recursos y podían asumir los gastos necesarios para su hospedaje y manutención, más, cuando había muchos vecinos eximidos de la obligación de albergar a los soldados, por lo que estos eran alojados en las casas de los más humildes y, por tanto, con menos recursos. El paso de una de estas compañías de soldados aconteció en el lugar de don Quijote, mientras amo y escudero deambulaban por tierras aragonesas y catalanas. Así se lo cuenta Teresa a Sancho en su carta: «Por aquí pasó una compañía de soldados; lleváronse de camino tres mozas deste pueblo; no te quiero decir quién son: quizá volverán y no faltará quien las tome por mujeres, con sus tachas buenas o malas» (Q2, 52) En octubre de 1608, antes de la escritura del segundo Quijote donde aparece la carta de Teresa a Sancho, el escribano del ayuntamiento de Alcázar de San Juan anota en el Libro de Actas y Acuerdos que: «en veinticuatro días deste mes de octubre de mil seiscientos y ocho años se alojó en esta dicha villa la compañía de hombres de armas del señor marques de Cañete a quien alojaron vecinos de dicha villa». Pasados más de quince días surgen los primeros problemas ya que el alojamiento «fue en casas de vecinos de poca posibilidad y fuerzas porque los más ricos hallaron estar libres de recibir huéspedes por mandato de Su Magestad, unos por hidalgos otros por salitreros…» Los alcaldes y regidores acuerdan que «para aliviar mas el trabajo y costas a las personas en cuyas casas se alojan los dichos gentilhombres por cada día se dé a las casas un real para la costa del soldado» Pero el tiempo pasa y la compañía seguía ociosa en la villa. De nuevo se reúnen para tratar este asunto y toman la decisión de que lo mejor es abonar al capitán una cierta cantidad de dinero para que se marchen a otro lugar, como se dice por esta parte de la Mancha ¡con la música a otra parte! Y encargan el «despacho» de la compañía de soldados a los regidores Melchor de Agudo y Andrés de Valdivieso que pactan con don Francisco de Londuño, que así se llamaba el capitán de la compañía, su marcha de la villa por ¡veinte mil reales! En las actas no aparece reflejado si surgió algún exceso de los soldados, aunque sí se anota el nombramiento de dos regidores para que estuviesen al tanto, sospechando que tal cantidad de hombres podrían ocasionar algún que otro problema. La incomodidad del paso de la compañía de soldados por la villa queda de manifiesto en las actas del ayuntamiento, y explícitamente en el encabezamiento del acta del trece de noviembre de 1608, que dice: «Acuerdo de los regidores del ayuntamiento y alcaldes de esta villa para echar de ella a los gentiles hombres de armas por convenir a los vecinos de esta villa y bien de ella» Oficialmente costó «echar a los gentiles hombres de armas» de la villa de Alcázar, los veinte mil reales anotados, además de las costas pagadas a los vecinos por soldado alojado y día, pero quizás también alguna que otra moza enamorada por las graciosas plumas que los soldados españoles aireaban por las calles y plazas de Alcázar. Una imagen de Alcázar de finales de 1608 que irónicamente queda inmortalizada por Cervantes en el Quijote editado en 1615. Un arroyo en la entrada La carta en la que Teresa detalla estos sucesos es contestación a la carta que Sancho le había enviado junto con otra de la duquesa. Las cartas, con algunos regalos, las lleva un paje de los duques desde Aragón al lugar de Sancho: Dice, pues, la historia que el paje era muy discreto y agudo, y con deseo de servir a sus señores partió de muy buena gana al lugar de Sancho, y antes de entrar en él vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres, a quien preguntó si le sabrían decir si en aquel lugar vivía una mujer llamada Teresa Panza, mujer de un cierto Sancho Panza, escudero de un caballero llamado don Quijote de la Mancha; a cuya pregunta se levantó en pie una mozuela que estaba lavando, y dijo: -Esa Teresa Panza es mi madre, y ese tal Sancho, mi señor padre, y el tal caballero, nuestro amo. (Q2, 50) Cuenta el narrador de la historia que el paje «vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres. El arroyo está «antes de entrar» en el lugar de don Quijote y la casa de Sancho entre las primeras casas nada más entrar en él: «venga vuesa merced, que a la entrada del pueblo está nuestra casa, y mi madre en ella», le dice la hija de Sancho. Desde Aragón, el camino que debía de traer el paje de la duquesa es por Cuenca, Villaescusa de Haro, Mota del Cuervo y dejando atrás Campo de Criptana entrar por el Camino a Murcia a la villa de Alcázar. Por el término de Alcázar de San Juan transcurrían varios arroyos. Uno de ellos, conocido como Arroyo Mina, recogía aguas en los cerros del Tinte y Las Fontanillas, situados al norte, y lamiendo por el este las afueras de la villa, se cruzaba con el camino a Murcia por debajo de un puente junto al ábside de la iglesia convento de San Francisco. Hasta bien entrado el s. XX las mujeres de Alcázar acudían a este arroyo a lavar la ropa en los conocidos como pilancones, lavaderos tallados en la piedra arenisca roja que hacía de cauce al arroyo. En el Archivo Histórico Municipal hay muchos acuerdos sobre la reparación de puentes en su término, normalmente durante el verano para garantizar que las lluvias del invierno no ocasionaran roturas en ellos ya que la mayoría estaban hechos de madera. Uno de los más transitados era el que vadeaba este arroyo a la salida del pueblo por el camino de Murcia, muy frecuentado por mercaderes y viajeros de Toledo a Murcia y a la inversa. En este acta de 1849 en el que se disponían de los medios para las reparaciones de los puentes se hacía especial mención «a la puente que hay a el camino llamado de Murcia sobre el arroyo de la Mina». El lugar visto desde una cuesta Si la primera imagen que vio el paje del lugar de don Quijote fue desde el arroyo en el que las mujeres estaban lavando la ropa, Cervantes describe otra perspectiva desde otro camino del lugar de don Quijote. Es en el regreso de don Quijote y Sancho desde Barcelona, pasando por El Toboso tratando de ver a Dulcinea por fin desencantada, gracias a los cientos de latigazos que el bueno de Sancho, fingidamente se había dado en sus posaderas. Llegan a su pueblo por el camino de El Toboso, y no lo ven hasta que no suben una cuesta que lo oculta. Así nos dibuja esta imagen Cervantes: Con estos pensamientos y deseos subieron una cuesta arriba, desde la cual descubrieron su aldea, la cual vista de Sancho, se hincó de rodillas… ―Déjate desas sandeces ―dijo don Quijote― y vámonos con pie derecho a entrar en nuestro lugar… Con esto, bajaron la cuesta y se fueron a su pueblo. (Q2, 72) Las villas de El Toboso y Alcázar de San Juan están unidas desde antiguo por un camino derecho, hoy usado casi exclusivamente para tareas agrícolas. Viniendo por este camino no vemos Alcázar de San Juan en ningún momento. A unos 3,5 km antes de llegar a Alcázar nos encontramos con una cuesta de unos 15 metros de desnivel, en 600 metros de camino. Esta cuesta impide ver la imagen de Alcázar de San Juan, que solo se llega a ver cuando se salva este pequeño desnivel, coincidiendo la imagen real con el texto: «… subieron una cuesta arriba, desde la cual descubrieron su aldea… Con esto bajaron la cuesta y se fueron a su pueblo». Este pequeño relieve es parte de los Cerros del Vallejo, donde aún pueden verse restos de los molinos de viento construidos entre los s. XVIII y XX. De esta cuesta no hay documentación en el AHMASJ, pero es reconocible en cualquier MTN del Instituto Geográfico Nacional según sus curvas de nivel. Además de mostrarnos la imagen de la ciudad desde su cresta, como la que vio Sancho de su pueblo, es el anticipo de una nueva imagen del lugar de don Quijote, que ahora veremos. Las eras del lugar Don Quijote y Sancho bajan la cuesta del camino de El Toboso, están llegando ya a su pueblo. Es aquí donde Cervantes nos regala otra estampa del lugar de don Quijote: las eras empedradas donde sus vecinos trillaban el cereal y a unos muchachos que aprovechando la cercanía a sus casas están jugando en ellas: A la entrada del cual, según dice Cide Hamete, vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos… pasaron adelante, y a la entrada del pueblo toparon en un pradecillo rezando al cura y al bachiller Carrasco… Finalmente, rodeados de mochachos y acompañados del cura y del bachiller entraron en el pueblo y se fueron a casa de don Quijote. (Q2, 73) La mayoría de las eras con las que contaba Alcázar de San Juan se concentraban en la parte noreste de la villa, entre los caminos de Quero, La Puebla y Miguel Esteban. Este último camino es inicio común del camino a El Toboso, el que traían don Quijote y Sancho de regreso a su pueblo. Antes de llegar por este camino a las primeras casas estaban las conocidas eras del pradillo. Las eras del pradillo, que así se conocían cuando Cervantes escribía el Quijote, se encontraban en el paraje conocido como el Pradillo. En el primer Libro de Actas y Acuerdos de Alcázar de San Juan, entre 1599 y 1609, encontramos varios pleitos que mantuvo el ayuntamiento de la villa con el gobernador del priorato. Uno de estos pleitos fue por la titularidad y uso de estas «eras en el pradillo», en el que sus alcaldes y regidores defendían y daban la razón a los vecinos propietarios de estas antiguas eras. Esto anota el escribano en 1600: En la villa de Alcázar en diez y siete días del mes de febrero de mil seiscientos años estando en la torre del ayuntamiento de esta dicha villa los alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres para tratar y conferir cosas tocantes del bien público de la dicha villa acordaron que por cuanto el gobernador del prior lleva algunos procesos contra los vecinos desta villa que tienen eras en el pradillo… se lleven los papeles que les pareciere en su provecho para que el dicho gobernador se satisfaga de como las dichas eras son de los vecinos que las poseen… Estas «eras en el pradillo» junto al pueblo, se conservaron aún muchos años después. En el Libro Seglar compuesto sobre 1750, origen de las respuestas enviadas en 1753 al Catastro mandado hacer por el Marqués de la Ensenada, Felipe Díaz Carrascosa, vecino de esta villa, dice tener «una hera pan trillar en las del pradillo contiguo a esta población». Al sur, esta era linda con una huerta, lo que implica disponer de abastecimiento de agua para su riego, un espacio verde entre las eras y las primeras casas, ¿un pradecillo, como le describió Cervantes, o pradillo como indica el nombre del paraje alcazareño? Todo indica que el topónimo de este paraje venga por este espacio verde orientado al norte, detrás de las últimas casas de la villa. Cervantes nos dibuja una imagen del lugar de don Quijote como si viniene acompañando a sus protagonistas desde El Toboso. Ve a unos muchachos jugando en unas eras en el camino de entrada y al poco a unos cazadores persiguiendo a una liebre en estas mismas eras, junto a un pradecillo o pradilloa la entrada de su pueblo donde encuentra rezando al cura y al bachiller. Podría haber omitido los detalles de esta imagen del lugar de don Quijote y el cuento habría sido el mismo. Sin embargo, aprovecha esta imagen de las afueras del lugar de don Quijote, con estas eras junto a un pradillo, como un gran escenario abierto antes de entrar don Quijote y Sancho a su casa. Imagen que coincide exactamente con este paraje alcazareño en tiempos de la escritura de la novela, y que alguna vez tuvo que ver Cervantes entrando a Alcázar por el camino de El Toboso. Es necesario recordad aquí que el abuelo del Miguel de Cervantes Saavedra bautizado aquí, ¡hará mañana día 9 de noviembre exactamente cuatrocientos sesenta y cinco años! era de El Toboso, como le insistía don Silverio, el maestro de escuela de El Toboso, a Azorín en la visita que este hizo a El Toboso en 1905, inmortalizada en La Ruta de D. Quijote. Esta misma imagen de las eras junto a las últimas casas de Alcázar de San Juan se podía ver hasta el comienzo de la construcción del ferrocarril y su estación, en el último cuarto del siglo XIX, que favoreció la expansión urbana de esta parte de la ciudad a cambio de variar sustancialmente su morfología. La caza y la pesca Hoy, en la Mancha, la práctica de la caza y de la pesca tiene un carácter exclusivamente deportivo o de ocio. Sin embargo, en tiempo de la escritura del Quijote eran destrezas de subsistencia, excepto para los labradores ricos y los nobles que gastaban mucho de su tiempo libre en cazar y pescar, donde hubiese ríos o lagunas con peces. Los más humildes, la gran mayoría, como Sancho Panza y Tomé Cecial, el vecino disfrazado de escudero del Caballero del Bosque, encontraban en la caza con galgo y la pesca con caña un recurso para contribuir con algo de carne y pescado fresco a sus escasas despensas. Esta es la conversación entre ambos vecinos-escuderos, cenando entre unas encinas cerca de El Toboso: Harto mejor sería que los que profesamos esta maldita servidumbre nos retirásemos a nuestras casas y allí nos entretuviésemos en ejercicios más suaves, como si dijésemos cazando o pescando; [por]que ¿qué escudero hay tan pobre en el mundo a quien le falte un rocín y un par de galgos y una caña de pescar con que entretenerse en su aldea? —A mí no me falta nada deso —respondió Sancho—. Verdad es que no tengo rocín, pero tengo un asno que vale dos veces más que el caballo de mi amo… Pues galgos no me habían de faltar, habiéndolos sobrados en mi pueblo; y más, que entonces es la caza más gustosa cuando se hace a costa ajena. (Q2, 13) Cualquier persona conoce el principio del Quijote, aunque no lo haya leído. Así comienza el capítulo primero «Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo don Quijote de la Mancha»: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor». Antes de describirnos algo más del protagonista, Cervantes señala de él su condición de hidalgo trasnochado y que dispone de un caballo y un galgo. Poco después nos apunta del hidalgo manchego que era «gran madrugador y amigo de la caza», por lo que no es difícil deducir que Alonso Quijano era aficionado a la caza con galgo. La orografía llana y el clima de esta parte de la Mancha propiciaban este tipo de caza de la liebre con galgos, práctica que ha llegado hasta nuestros días. En el lugar de don Quijote este tipo de caza era muy común entre los hidalgos, ricos labradores y los más humildes, como le aseguraba Sancho a Tomé: «… galgos no me habían de faltar, habiéndolos sobrados en mi pueblo» La primera imagen que don Quijote y Sancho perciben de su lugar, cuando llegan por el camino de El Toboso, es una carrera de galgos tras de una liebre, en las eras situadas en sus afueras: Queríale responder Sancho cuando se lo estorbó ver que por aquella campaña venía huyendo una liebre, seguida de muchos galgos y cazadores, la cual temerosa, se vino a recoger y a agazapar debajo de los pies del rucio. Cogiola Sancho a mano salva… (Q2, 73) Pero lo que hoy parece común en todos los lugares de la Mancha, en Alcázar de San Juan en tiempo de la escritura del Quijote su práctica era persistente y notoria entre sus vecinos. Tanta era su afición o necesidad a la caza con galgos, que entre los acuerdos de los alcaldes y regidores para el nombramiento de los guardas de los montes públicos del Arenal, Acebrón y la dehesa de Villacentenos, una de las condiciones que advertían a los guardas era la de no llevar galgos a los montes asignados. En el folio 92 del Libro de Actas y Acuerdos de diciembre de 1601 ordenan a las personas nombradas para guardar sus montes que «… ningún de los dichos guardas pueda tener galgos ni otros perros de caza ni puedan traer ni traigan en sus cabalgaduras que trajeren aguaderones sino tan solo unas alforjas ordinarias en que lleven su comida, ni menos puedan andar en compañía de las personas que anduvieren a caza» Estas obligaciones venían dadas para evitar que en lugar de vigilar la corta de madera de las encinas y la recolección de su bellota de forma ilegal, oficio para el que estaban nombrados, los guardas dedicasen su tiempo al ejercicio de la caza con galgos y que las muchas piezas cobradas se transportasen escondidas en aguaderones, un tipo de alforjas muy grandes para llevar cántaros de agua. De la caza a la pesca en el lugar de don Quijote. La mayoría de pueblos de esta comarca declaran en sus Relaciones Topográficas de 1575 que no hay pesca en su término o la que hay es muy mala y que por ello no se pesca ni se consume. Los ríos de esta parte de la Mancha, como el Záncara, Gigüela y Amarguillo se secaban siempre en verano, e incluso había inviernos en los que el agua ni siquiera corría por sus cauces, por lo que los peces que podían tener temporalmente eran muy pequeños e inservibles para su consumo. A excepción del río Guadiana, que corría todo el año. Pero, como el agua, los peces eran propiedad del prior de la Orden de San Juan, que mediante arriendos ofrecía su pesca, como ocurría en la villa de Argamasilla de Alba. Los ríos Guadiana, Záncara y Gigüela atraviesan el término de Alcázar de San Juan y se unen en lo que hasta hoy se conoce como la Junta de los ríos. Poco más adelante, en los límites con el término municipal de Herencia, también aporta su caudal el río Amarguillo. Hoy es posible ver esta espectacular imagen solo los años de muy alta pluviometría, muy escasos actualmente. A unos diez kilómetros de la villa, se juntan todos estos ríos para formar uno solo. En poco menos de dos horas de camino llano, sus vecinos tenían la posibilidad de hacerse con pescado de río fresco, en sustitución del pescado en salazón que arrieros y trajinantes traían desde Levante y Andalucía a la Mancha, y que no todos los vecinos podían pagar. Además de pescar con caña, sedal y anzuelo, también se utilizaban garlitos con varios anzuelos y pequeñas nasas de mimbre amarradas a unas cuerdas. Es tal la afición, o necesidad, a la pesca en Alcázar de San Juan, que en el año 1601 surgen denuncias de los agricultores por la elaboración de numerosas cespederas, unos muretes artificiales realizados con piedras y tierra, con las que se conseguía embalsar y retener el agua en los ríos durante varios meses, manteniendo vivos los peces. Así, de manera pasiva, se atrapaba con cierta facilidad, y en ocasiones en gran cantidad, el pescado. Pero estas construcciones, casi piscifactorías, ocasionaban taponamientos y desbordes en los meses de invierno cuando el caudal las desbordaba, ocasionando al salirse el río de su cauce daños en tierras, huertas y caminos de labor. El día 14 de octubre de 1601 los alcaldes y regidores de Alcázar, ante las denuncias recibidas por agricultores y vecinos exponen: …que de causa de que algunos vecinos de esta villa y forasteros han hecho y hacen muchas cespederas en el río Záncara para pescar y por haber tanta cantidad de las dichas cespederas tapan el río y sale fuera de madre y a echado a perder muchos huertos y haces de labor y otras heredades y los caminos por donde se va a las labores desta villa de suerte que a hecho notables daños… Tomando la decisión de que al día siguiente un oficial del ayuntamiento vaya con la gente necesaria para demoler dichas cespederas hasta para que el río corra con normalidad. Es tanta la pesca que se toma de sus ríos en ese invierno que pocos meses después, los mismos alcaldes y regidores alcazareños, acuerdan que la pesca se utilice para el consumo gratuito de todos los vecinos de la villa, por entonces de unos nueve a diez mil habitantes, impidiendo su comercio, con penas y multas para quienes habiendo pescado en sus ríos no lo cumpliesen. En febrero de 1602 el escribano municipal anotaba en el Libro de Actas y Acuerdos: Acordaron los dichos señores que se notifique a todas las personas que pescan en los ríos que están en el término de esta villa que acudan a ella con toda la pesca que tomaron de los dichos ríos para la provisión de esta villa. Sin que sean osados a vender la pesca en esta villa. So pena de seiscientos maravedíes… Si el agua y la pesca eran propiedad del prior de la Orden de San Juan ¿cómo es posible que los vecinos de Alcázar pescaran con total inmunidad? Recordemos uno de los primeros y más antiguos documentos conservados en el AHMASJ, comentado al inicio. Al recibir en 1292 el título de villa por el rey Sancho IV le fueron otorgados, por haber nacido aquí su hijo Fernando, unos privilegios que otras villas no disfrutaban. Al ratificar estos privilegios su hijo en 1300, ya rey de Castilla, le otorgó otros, entre ellos «la merced [d]e las pescas». Estos antiguos privilegios fueron siempre disputa entre la villa de Alcázar y el prior de la Orden de San Juan, especialmente con su gobernador que residía habitualmente en Alcázar. En julio de 1605, aprovechando que el Concejo de Alcázar de San Juan había nombrado a unos regidores para «ir a besar las manos de su Alteza el príncipe gran prior de San Juan» y de paso pedirle que «se sirva de remediar la necesidad de trigo para pan y sembradura» que tenía la villa ante las últimas malas cosechas que habían padecido, estos regidores le solicitan también que no arriende la pesca de los ríos, especialmente en Argamasilla de Alba, por lo poco que esto le supone a él y el mucho provecho que hace a los vecinos pobres poder pescar libremente en ellos, como es «costumbre antigua» en Alcázar de San Juan: Item. Sinificando a Su A.[lteza] el daño que tiene a los pobres del arrendar la pesca de los ríos y lagunas y el poco provecho que tiene a Su Alteza y la defensa que tiene la villa en la costumbre antigua podría servirse de mandar que se den los dichos arrendamientos reduciéndose al estado antiguo. «Costumbre antigua», «Reduciéndose al estado antiguo» quiere decir que se pueda pescar libremente en los ríos de su término como amparan sus privilegios sin temer a nuevas denuncias de su gobernador, gastos en los recursos ante la Chancillería de Granada, etc. Durante el tiempo de la escritura del Quijote son varios los documentos en los acuerdos del ayuntamiento, casi todos los años, en los que encontramos referencia a la pesca en los ríos por sus vecinos. Por ejemplo, en abril de 1608, los alcaldes y regidores tienen que tomar, de nuevo, cartas en el asunto por la construcción de las temidas cespederas en sus tres ríos: Otro si acordaron que se pregone públicamente que todas las personas que tuvieren cespederas en los ríos de Zancara y Guadiana y Jiguela dentro del término desta villa las derriben y limpien la corriente de los dichos ríos sacando fuera de ellos las céspedes y otras cosas con [que] los tuvieren atrapados dentro de cuatro días con apercibimiento que pasado el dicho termino irán personas a su costa… Cazar con galgo y pescar en los ríos, son artes que en Alcázar de San Juan, en tiempo de la escritura del Quijote, son tan practicadas por sus vecinos que tienen que ser reguladas e incluso sancionadas por los alcaldes y regidores de su ayuntamiento. Estas son imágenes propias del lugar de don Quijote, especialmente la pesca en sus ríos, que en el Alcázar de San Juan se podía ver a principios del siglo XVII, mientras Cervantes escribía el Quijote. Una imagen muy difícil o imposible de ver en la mayoría de los lugares de la comarca cervantina. El maestro y el médico en el lugar de don Quijote Mucho se ha hablado, y se seguirá afirmando, sin mucho rigor histórico y social, que el lugar de don Quijote debía de ser pequeño en número de vecinos, una aldea pequeña. Realmente no sé en qué edición del Quijote lo han leído, en la de Cervantes no. El lugar de don Quijote es una villa tan grande y con suficientes recursos como para construir una fuente pública en su plaza y poder acoger a una compañía de soldados en sus casas, solo al alcance de muy pocas villas grandes de la Mancha. Como tampoco un lugar pequeño, podía mantener una escuela pública y médicos entre sus gastos municipales. La escuela «Advertid que Sanchico tiene ya quince años cabales, y es razón que vaya a la escuela, si es que su tío el abad le ha de dejar hecho de la Iglesia» (Q 2, 5). El bajo nivel educativo que había en la España rural durante la escritura del Quijote está señalado en el texto de la novela, cuando el mismísimo Sancho afirma que «yo no sé leer ni escrebir», como tampoco sabía su mujer Teresa, ni sus dos hijos. Lo mismo ocurría con Aldonza Lorenzo, Dulcinea. En las clases sociales bajas era muy difícil encontrar a alguien que supiera leer y escribir, y mucho menos en aldeas o villas muy pequeñas, en las que por la poca disposición de recursos para contratar a un maestro y mantener una escuela lo hacía imposible, aunque el salario del maestro fuera bajo. Así, la falta de maestros y por tanto de escuela en los lugares manchegos pequeños era lo habitual. Esta es una realidad social que no pasa desapercibida en el Quijote. Cervantes la describe, o critica con genial ironía, cuando don Quijote, por falta de papel, escribe una carta a Dulcinea en el librito de memoria que encontraron junto a la mula muerta, en medio de Sierra Morena, y le dice a Sancho: … tú tendrás cuidado de hacerla trasladar en papel, de buena letra, en el primer lugar que hallares donde haya maestro de escuela de muchachos, o si no, cualquiera sacristán te la trasladará; y no se la des a trasladar a ningún escribano, que hacen letra procesada, que no la entenderá Satanás. (Q1, 25) ¡En el primer lugar que hallares donde haya maestro de escuela de muchachos! Cervantes evidencia la falta de maestros de escuela en la Mancha, quedando la formación de los niños en aprender a leer, escribir y contar, casi en exclusividad, a cargo de curas y clérigos en las iglesias y conventos. En niveles sociales más altos, el analfabetismo era lo infrecuente, llegando la educación en primeras letras también a las niñas, como lo muestra que las mujeres nombradas en el Quijote de clase media o alta todas sabían leer, como Dorotea, Luscinda, Zoraida en árabe, y la duquesa. También sabía leer la sobrina de don Quijote, un hidalgo. La primera enseñanza, en los lugares que disponían de escuela y maestro, no era gratuita. Se cobraba una matrícula acordada entre los alcaldes y regidores de la villa, por lo que ante los escasos recursos económicos de las familias humildes, como la de Sancho, no todos los niños tendrían posibilidad de asistir a la escuela. Las niñas quedaban en casa aprendiendo labores, y, con el tiempo, poder llegar a servir en alguna casa o casarse, como le decía Teresa a Sancho: «Mari Sancha, vuestra hija, no se morirá si la casamos». La edad con la que comenzaban a ir a la escuela era entre cinco y seis años. Sanchico ya tenía ¡quince años cabales!, una edad tardía para comenzar en las primeras letras. Esto era frecuente entre los muchachos, obligados a trabajar a edades muy tempranas casi de sol a sol. Entre los ocho y diez años, sabiendo ya leer y escribir, podían iniciar en las conocidas como escuelas de gramática la segunda enseñanza en latín, empezando con el Introductiones Latinae, de Antonio de Nebrija, único texto aprobado por el Consejo Real de Castilla, en 1598. Esta formación, previa al ingreso en la Universidad, duraba unos tres años. Estas escuelas de gramática eran aún menos frecuentes en las villas pequeñas y medias. Alcázar de San Juan disponía a inicios del s. XVII de escuelas de primeras letras donde iban los muchachos a aprender a «leer, escrivir y contar». Cuando ya los primeros Quijotes pasaban de mano en mano, los alcaldes y regidores de la villa de Alcázar de San Juan convienen, en julio de 1605, la necesidad contratar a un maestro más, a los dos que ya disponía la villa, para instruir a los muchos niños que había. Así lo anota el escribano: En la villa de Alcazar a treinta y uno de julio de mil seiscientos y cinco años los señores alcaldes y regidores que abajo firmaron sus nombres estando juntos en su ayuntamiento a campana tañida como tienen de costumbre dixeron que por cuanto ay en esta villa necesidad de maestro para enseñar [a] los niños leer y escrivir y contar porque de presente no ay mas de dos maestros y esta villa tiene mucha vecindad y an sido informados que Gonzalo Ruiz vecino del Campo de Critana cerca a esta villa enseña a los niños y es maestro cual para ello conviene por tanto acordaron para que el dicho Gonzalo Ruiz venga a esta villa de la dicha del Campo debe asignar y asignaron de salario por un año que le cuente desde el dia que conmenzare en un año diez ducados para ayuda a pagar el alquile de una casa en que viva y asi lo acordaron y firmaron. En enero de 1607, por «la experiencia [que] a mostrado» el maestro Gonzalo Ruiz se le asigna un salario anual de seis mil maravedís. El médico Mientras Cervantes escribía el Quijote, la mortalidad en España ha sido considerada como catastrófica. Además de los fallecidos en las guerras, por causas naturales y en el parto, la población española estaba sufriendo epidemias de enfermedades infecciosas, como la peste, el tifus o la difteria, agravadas por las malas condiciones alimenticias e higiénicas en la población más humilde, siendo las causas de una altísima mortalidad entre la población. Algunas de las enfermedades no eran bien conocidas, especialmente las que afectaban a los niños, y eran estudiadas por los médicos más importantes del momento, publicándose libros sobre el conocimiento y la forma de tratarlas. Los aspirantes a médicos debían formarse como bachilleres, cursar cuatro años de Medicina y tras dos años de prácticas y superar un examen teórico y práctico podían ya ejercer su profesión. Aunque las villas les asignaban las mejores casas o una cierta cantidad económica para costas, los servicios que prestaban tenían que ser pagados por los propios enfermos, lo que impedía su presencia en aldeas o villas muy pequeñas. El lugar de don Quijote contaba con al menos un médico. A él recurren cuando don Quijote «cayó malo» después de llegar a su casa desde Barcelona, donde había sido derrotado en su playa: … porque o ya fuese de la melancolía que le causaba el verse vencido o ya por la disposición del Cielo, que así lo ordenaba, se le arraigó una calentura que le tuvo seis días en la cama… Llamaron sus amigos al médico: tomole el pulso y no le contentó mucho, y dijo que, por sí o por no, atendiese a la salud de su alma, porque la del cuerpo corría peligro. Oyolo don Quijote con ánimo sosegado, pero no lo oyeron así su ama, su sobrina y su escudero, los cuales comenzaron a llorar tiernamente, como si ya le tuvieran muerto delante. Fue el parecer del médico que melancolías y desabrimientos le acababan. (Q2, 74) Alcázar de San Juan, la villa con más habitantes de la comarca cervantina, contaba con el servicio de varios médicos en aquellos años. Pero ante las nuevas enfermedades que estaban apareciendo entre sus vecinos, en septiembre de 1601, sus alcaldes y regidores se reúnen, como siempre hacían, para «prover y platicar las cosas tocantes y convenientes al bien publico»: … dixeron que atento que esta villa es de mucha vecindad y que puesto ay algunas enfermedades no conocidas de cuya causa los médicos que las curan no las conocen [acuerdan] traer un médico de fama y asista en esta villa para curar las dichas enfermedades. En el acta nombran a cuatro comisarios, entre los alcaldes y regidores, para que hagan las diligencias oportunas para traer a dicho «médico de fama» y su salario. Conclusión Mediante el análisis inductivo de los condicionantes y referencias geográficas descritas en la novela he situado precisamente el lugar de don Quijote en el mapa de la comarca cervantina: Alcázar de San Juan. Ahora, como hemos podido comprobar en este Taller de Historia Local, con el análisis deductivo de la imagen del lugar de don Quijote que en la novela nos deja el autor, hemos comprobado que coincide explícitamente, como si fuese un espejo, el texto cervantino con la imagen de Alcázar de San Juan de principios del siglo XVII, a través de las actas de su ayuntamiento conservadas en el AHMASJ. Como cronista se entiende a un escritor que recopila y redacta hechos pasados o actuales de un lugar o una institución, dignos de ser recordados en el futuro. El título de esta ponencia podría haber sido Cervantes, cronista del lugar de don Quijote, o quizás también Cervantes, cronista de la villa de Alcázar en el Quijote. ¡Gracias! Luis Miguel Román Alhambra
Hideputa, el vino con una historia por contar Fecha de Publicación: 09/11/2023 En su edición de 2023 la Sociedad Cervantina de Alcázar cuenta con un magnífico vino tinto “de una oreja” con denominación de origen la Mancha Alcázar de San Juan, 9 de noviembre de 2023.- En la tarde del 7 de noviembre, en la sede del Consejo Regulador de la D.O. de Vinos de la Mancha, tuvo lugar la presentación del Vino Hideputa, en su edición de 2023, con una nutrida representación de toda la sociedad alcazareña en la que acompañaron a la Sociedad Cervantina de Alcázar autoridades regionales y municipales, representantes de la Administración de Justicia, de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (Policía Nacional), hosteleros, agencias de viajes, asociaciones, miembros de la vida cultural alcazareña, deportistas, músicos y público en general, todos ellos amigos de la Sociedad, que quisieron estar presentes en esta puesta de largo. Se trata de un vino tinto excepcional, de la Denominación de Origen la Mancha, elaborado con la variedad tempranillo y que tras el paso de 8 a 10 meses por duelas de roble ofrece un color ojo pijota profundo con ribete granate, aromas a fruta madura, tomillo, romero y lácteos. Con perfecto equilibrio entre fruta y madera. Así lo presentó el conductor del acto, Juan José Jiménez Mazuecos, que además de hablar sobre las excelencias del vino, lo enmarcó en su contexto quijotesco ya que no en vano el nombre que lo inspira procede de la expresión que profirió Sancho Panza al engolar un buen trago de un tinto de buen sabor que él de inmediato adjudicó a nuestra denominación (al identificarlo con un vino de Ciudad Real) y tras escuchar esta parte del Cap. 13 de la Segunda Parte del Quijote en la voz de Manuel Castellanos (socio de la SCA), aportó numerosas curiosidades sobre el vino, tanto en el Quijote como en toda la obra de Cervantes. El propio Sancho califica el vino como de “de una oreja” es decir, de calidad extraordinaria, lo que en el Siglo de Oro se calificaba de “de lo caro” o “vinos preciosos”, cuando tras el largo trago mirando al cielo en el Quijote se relata como “dejó caer la cabeza hacia un lado” (acercando una oreja al hombro), en señal de satisfacción. Habló también de la etiqueta, diseñada a propósito para este vino por Estrella Cobo y en la ilustración quiso reflejar ese momento en el que Sancho, dándole un trajo al vino que le ofrecieron, soltó la expresión de la que estamos hablando, y como no, seguramente lo hizo en un lugar en el que se viera un horizonte, donde sus ojos se perdieran entre la infinidad de tonalidades verdes, marrones, rojizos… que componen el suelo de esta tierra que nos devuelve el fruto que necesitamos para elaborar una de las bebidas más exquisitas que conocemos. Esta misma tierra, siempre bañada con un cálido sol, refleja en el cielo una gama inmensa de tonos azules, rosas, naranjas, que nos provocan una sensación de calidez y templanza invitándonos a tomar una copa de vino bajo el resguardo, como no, de un molino de viento. Juan Bautista Mata, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar intervino para contar a los asistentes las vicisitudes que esta asociación hubo de pasar en su intento por registrar la marca del vino (a fin de que no fuese copiado su nombre), y que no se pudo conseguir, así como la historia que atesora desde que la Sociedad tuvo la idea de elegir un vino para agasajar a los invitados a los “Almuerzos de don Quijote” y que representase a la asociación cultural, a la ciudad de Alcázar de San Juan y a la comarca manchega en el mundo cervantino, tanto dentro de España como en Hispanoamérica. Carlos David Bonilla, presidente de la D.O. La Mancha apuntó que Cervantes y el vino van ligados de la mano, que en el Quijote se menciona el vino hasta en 43 ocasiones y que el Quijote va ligado al logotipo del vino manchego, el cual es reconocido en todo el mundo, incluyendo países como Corea y Japón por su gran calidad y sobre todo por la imagen de don Quijote cuya imagen es reconocida y venerada en todo el mundo y cada vez más asociada a la calidad del vino manchego. Se mostró encantado de que desde el Consejo Regulador se puedan apoyar este tipo de iniciativas que permitan difundir el conocimiento y las cualidades de los vinos manchegos siempre de la mano de la literatura y de la cultura. Cerró el acto Amparo Bremard, delegada provincial de Agricultura, Ganadería y D. Rural de la Junta de Comunidades para Ciudad Real, diciendo que con este vino Hideputa se viene a poner en valor este producto -el vino -, del que viven ochenta mil viticultores en toda la Comunidad y que su calidad no tiene nada que envidiar a los de otras regiones. Dijo que merece el apoyo de la Consejería tanto en España como en el resto de la Unión Europea para que no se pierda la pujanza de este sector agroalimentario que alcanza el 18% del PIB de Castilla-La Mancha y del que el 5% corresponde al vitivinícola. Reconoció el carácter diferenciador del vino Hideputa y de su calidad para poner en el mapa a Alcázar de San Juan como cuna de Miguel de Cervantes. En palabras del presentador Juanjo Jiménez, se trata de un vino que hunde sus raíces en el Siglo de Oro pero que dispone de una promoción del siglo XXI con su código QR que aporta amplia información sobre su historia y curiosidades. Con el mismo sabio consejo que dio don Quijote a Sancho: “Siendo templados en el beber considerando que el vino demasiado ni guarda secreto, ni cumple palabra”, el conductor del acto invitó a los presentes a catar el vino Hideputa y a disfrutar de él en compañía de amigos. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Escribir a mano Fecha de Publicación: 27/10/2023 ANTONIO LEAL JIMÉNEZ (La primera versión del artículo ha sido escrita a mano, usando una vieja pluma con tinta Inoxcrom. Después de unas revisiones, se ha pasado al ordenador) Escribir a mano, ¿te acuerdas? La escritura nos permite transmitir mensajes de forma precisa y clara. La mayoría de los expertos consideran que, su origen fue en Mesopotamia, hace más de 5000 años, donde los sumerios crean la escritura cuneiforme que la estampaban en tablillas de arcilla con un cálamo de caña; los egipcios lo hacían sobre papiros; los romanos utilizaban un punzón de metal para escribir en tablillas enceradas y los monjes medievales tardaban años en copiar manuscritos a mano. En la actualidad, resulta complicado escribir a mano. Muchos lo tenemos casi olvidado. No es el caso de mi amigo Antonio, su pluma Parker y su tinta Pelikan. Se la compró su padre en la imprenta Mata, cuando aprobó el ingreso de Bachillerato en la Academia Balmes. Desde entonces, hace más de sesenta años, no ha dejado de utilizarla. La riqueza de su vocabulario y su vasta cultura, en gran medida, se la debe al no haber abandonado nunca la escritura a mano. Siempre siente ganas de escribir cuando tiene la pluma en la mano. Recuerdo una vez que estaba haciendo un examen y casi al finalizar, mi bolígrafo BIC cristal, comenzó a quedarse sin tinta. Tuve que presionar el tubo que contenía la tinta con fuerza para que ésta saliera, lo que hizo que mi escritura se volviera casi ilegible. Afortunadamente, logré terminar el examen a tiempo, pero fue una experiencia estresante que me recordó la importancia de llevar siempre un bolígrafo de repuesto. En aquella época, tener una buena letra era fundamental para que los demás entendieran nuestra escritura. Además, nos aportaba habilidades para fortalecer nuestra disciplina, el autocontrol y capacidad de superación, tan necesaria en el día a día. También alguna que otra dosis de creatividad. Como la de hacer “chuletas”. El experto era Francisco, que desde entonces no ha vuelto a coger una pluma para escribir. Utiliza siempre el ordenador y en el uso de las redes sociales acorta letras a muchas palabras. Lo justifica diciendo que es por economía. Al comienzo del curso académico en la universidad suelo invitar a mis estudiantes, todos ellos provistos de ordenadores, a que escriban a mano en tres líneas, alguna de las razones del por qué han elegido la carrera que estudian. La respuesta generalizada es de un silencio absoluto. Las miradas se cruzan y los gestos parecen indicar que no están seguros de sí sabrán hacerlo. Parece que me quieren preguntar ¿para qué sirve el escribir a mano en los tiempos donde las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida? Para qué leer, escribir a mano y pensar, si tod